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BIOGRAFIA:

Frantz Fanon (20 de julio de 1925 ` 6 de diciembre de 1961) fue un


revolucionario psiquiatra, filósofo y escritor cuya obra es muy influyente en los
campos de los estudios poscoloniales, la teoría crítica y el marxismo. Fanon es
conocido como un pensador humanista existencial radical en la cuestión de la
descolonización y la psicopatología de la colonización. Fanon apoyó la lucha
argelina por la independencia y fue miembro del Frente de Liberación
Nacional argelino. Su vida y sus trabajos, principalmente Los condenados de la
tierra (Les damnés de la terre) han incitado e inspirado movimientos de
liberación anticolonialistas durante más de cuatro décadas.
Frantz Fanon nació en la isla de Martinica, en la época en que ésta era una colonia francesa, en el seno
de una familia con mezcla de antepasados africanos, tamiles y blancos, que vivía una situación
económica relativamente buena para el estándar de la región, pero lejos de lo que consideraríamos
como clase media. Ha servido de inspiración a muchos pensadores y movimientos profundamente
críticos o revolucionarios, influyendo indirectamente incluso en corrientes tales como el feminismo y la
teología de la Liberación. Fanon publicó Piel negra, máscaras blancas en París, 1952. En este libro trata, a
través de reminiscencias sobre su vida personal y utilizando métodos críticos derivados del psicoanálisis,
de entender por qué los negros adoptan los valores de los subyugadores blancos y los resultados que eso
produce, especialmente entre los subyugados.

PIEL NEGRA:
Pocos autores han tenido un impacto tan profundo sobre la identidad negra como Frantz Fanon, cuya
obra ha ejercido una poderosa influencia sobre el movimiento de los derechos civiles, los movimientos
anticoloniales y los movimientos por la conciencia negra de todo el mundo, desde el Black Power hasta
los Black Panthers pasando por buena parte de ios movimientos de liberación nacional de África y Asia.
El racismo y el colonialismo todavía dejan sentir su peso sobre el mundo contemporáneo, y de su análisis
y crítica intelectual depende en gran medida la calidad de los modelos de acción política revolucionaria
del futuro. Este libro de culto representa un agudo análisis de la formación de la identidad negra en una
sociedad blanca, esto es, de cómo el racismo define los modos de reconocimiento, interrelación y
construcción de la personalidad individual y social en las sociedades poscoloniales. Incluye, además,
artículos de Samir Amin, Judith Butler, Lewis R.Gordon, Ramón Grosfoguel, Nelson Maldonado-Torres,
Walter Mignolo, Immanuel Wallerstein y Sylvia Wynter, que desmenuzan brillantemente el texto de
Fanon exponiendo toda su riqueza, complejidad y sofisticación intelectual.

SOCIOLOGÍA DE UNA REVOLUCIÓN:


En este libro, escrito en 1959, se analiza cómo en los países dominados, en mayor o menor medida, rige
el principio de que -se es rico porque se es blanco y se es blanco porque se es rico-. Ese orden no sólo es
económico, político y militar, sino que conlleva también la colonización del imaginario.
El colonialismo, a través de las universidades, arraiga profundamente en el espíritu del colonizado la idea
de que las esencias son eternas. Las esencias occidentales, por supuesto. El colonizado acepta lo bien
fundado de estas ideas (en primer lugar el individualismo), y en un repliegue de su conciencia se
convierte en centinela encargado de defender el pedestal grecolatino.
El colonialismo, recuerda Fanon, introdujo a martillazos la idea de una sociedad de individuos donde
cada cual se encierra en su subjetividad, en el espíritu subterráneo, el egoísmo, la recriminación
orgullosa y esa altanería pueril de querer decir siempre la última palabra. Y toda la actividad política que
de aquí nace (en la que caben las disertaciones sobre el tema de los derechos) es político-electoral,
orientada según la idea de que -cada hombre es un voto-.
Los partidos políticos del orden colonizado, por más nacionalistas y democráticos que se presenten, no
insisten jamás en la prueba de la fuerza, porque su objetivo no es la transformación radical del sistema.
Pacifistas, legalistas, de hecho partidarias del orden, esas formaciones plantean crudamente a la élite la
demanda que les parece esencial: -Dénnos participación en el poder-. El diálogo entre esos partidos y el
sistema colonial no se rompe jamás. Se discuten arreglos, representación electoral, libertad de prensa,
libertad de asociación y reformas. Pero este sistema no es una máquina de pensar, no es un cuerpo
guiado por la razón, sino una violencia organizada, una relación de fuerza que sólo puede inclinarse ante
otra fuerza mayor: la fuerza desplegada de todo el pueblo, como lo demostró Vietnam.

LOS CONDENADOS DE LA TIERRA

Franz Fanon escribió hace unos cincuenta años su ensayo revolucionario -Los condenados de la tierra-,
en la que, con prólogo de Jean-Paul Sartre, recomendaba a todos los africanos que le volvieran la
espalda a Europa. A las Europa racista y colonialista de los años cincuenta, que mataba negros o
argelinos porque no querían ser esclavos. Ahora todos los días miles de africanos mueren en los caminos
para llegar a recoger las migajas de la Europa que ven por la televisión por satélite. Fracasó Fanon y
fracasan todos los que ahora quieren ponerle puertas al campo. Los revolucionarios de entonces son
espectadores de documentales de la 2 o reformistas del gobierno Zapatero, que no saben qué hacer con
tanto negro como se les viene encima Los condenados de la tierra.
Franz Fanon es uno de los intelectuales que con mayor precisión ha trabajado el tema de la colonización
política, ideológica y cultural. Su presencia en la Revolución argelina fue decisiva para corroborar en la
práctica todo lo que del poder colonial había aprendido cuando cursaba sus estudios en París.
Los condenados de la tierra -- ensayo prologado por Jean Paul Sartre -- es su obra más emblemática,
publicada tras su muerte, en 1961. Para Fanon, la liberación nacional significaba mucho más que la
independencia, ya que se constituía en un proceso de autoliberación y reconocimiento.

Poética y política del sujeto social:

En medio del alud de papel impreso que invade nuestra cultura, Italo Calvino recomienda el retorno a los
-clásicos-. La cuestión es cómo regresar a ellos, pues toda lectura está impregnada por la historicidad del
mismo acto de leer. -Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir-, nos dice
Calvino. La importancia de entrar en contacto con un clásico es que permite relacionarnos a la vez que
distanciarnos de él. Uno de estos clásicos de la literatura sociológica y antropológica moderna es Frantz
Fanon. Indudablemente su obra sigue siendo un filón para comprender la naturaleza del colonialismo en
la era de la modernidad científica y tecnológica.
Para acercarse a los clásicos, sin embargo, se recomienda marcar la distancia que separa a la actualidad
del lector de las obras del pasado. Toda lectura es un acto productor de sentido. No asumirlo contradiría
precisamente el fundamento del alegato crítico de Fanon inspirado en el movimiento fenomenológico
que estimuló también a Sartre, esto es, la apertura a la historicidad radical del sujeto como de la obra
misma.
Fanon se distingue esencialmente de otras obras porque evita caer en una defensa a ultranza del sujeto
colonial que no rebasa el protocolo de las buenas intenciones.

Gracias totales a http://ebiblioteca.org/

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