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TRABAJO DE GEOGRAFIA UNIVERSAL

COMENTARIO DE TEXTO:

EL NUEVO IMPERIALISMO, DAVID HARVEY.

JHONATAN CORREDOR PEÑA

051600202013

ANDRES HERNANDEZ

051600082016

PROFESOR:

OSCAR ANDRES CASTAÑO FERRO

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

LICENCIATURA EN CIENCIAS SOCIALES

IBAGUE, TOLIMA

2017
Este libro donde su autor David Harvey hace una explicación extensa y detallada de los
nuevos modelos de comportamiento del capitalismo global contemporáneo, nos muestra
desde una perspectiva de la 'larga duración' y por medio del lente de lo que él denomina
materialismo histórico-geográfico. Según el, la estrategia militar del capitalismo global y
por consiguiente las políticas de privatización de la mayor parte de los servicios públicos y
de los recursos comunes a escala planetaria señalan los dos vectores de intervención de la
estructura capitalista contemporánea. La guerra y la acumulación por desposesión son los
engranajes primordiales que el capitalismo en su desarrollo histórico está empleando
actualmente para solucionar sus crisis sistémicas y para moldear un mundo de injusticias
mucho más acrecentado en el contexto de los últimos 100 años. Proponemos, por lo
siguiente, pregunta problema para el desarrollo del tema: ¿Qué características tienen los
dispositivos de poder geopolíticos y geoeconómicos que buscan mantenerse vigentes y que
mediante el desarrollo de un nuevo imperialismo pretenden implementar un nuevo orden
global de dominación?

Esta obra analiza el poder imperial contemporáneo de Estados Unidos, al cual denomina Nuevo
Imperialismo, y lo hace desde la óptica de la larga duración usando como herramienta de análisis
el materialismo histórico - geográfico. Está dividida en cinco capítulos, el primero atiende
el tema específico de lo ocurrido en Irak y el conflícto con el petróleo. En él segundo
ratifica como idea central que: “quienquiera que controle Oriente Próximo controlará el
grifo global del petróleo y con ello la economía global, al menos en el futuro próximo”. En el tercero
explica el funcionamiento de todas las estructuras estatales y privadas que consolidan una red de control de
las economías globales con sus circuitos, describiendo el papel de las instituciones frente espacio y el tiempo.
El ultimo capitulo desarrolla el concepto de acumulación por desposesión.

El autor comienza su reflexión preguntándose sobre el rol que jugó el petróleo con respecto
a la decisión que tomo los EEUU para invadir unilateralmente a Irak, nos sugiere que por
un largo tiempo EEUU ha pretendido tener el control total del flujo del petróleo del Medio
Oriente con la firme intención de mantener la superioridad político-económica. Esta
ocupación militar de Irak es sólo la última y más clara fase de esa estrategia. Harvey
prosigue su continúa indagación analizando cómo fue que creció el poder imperial
estadounidense partiendo de la segunda mitad del siglo XX, resaltando que el factor más
significativo de consolidación de EEUU al dominio global fue como tal la capacidad de su
sistema político para resolver los conflictos internos (el Estado de Bienestar) por medio del
desarrollo de una economía poderosa que consistía en la instauración de un mercado
interno fuerte (como el sistema Fordista); lo que permitiría a su vez grandes acumulaciones
de capital. Por lo cual, la economía estadounidense tuvo la capacidad de expandirse
mediante la absorción de enormes cantidades de capital sectores como el transporte, la
urbanización, educación, investigación y tecnología etc. Además de fundamentar sus
acciones cobijados en la exaltación de los valores americanos en un contexto de decadencia
europea.

A pesar de que han pasado un poco más de 14 años de la invasión de EEUU a Irak,
pensamos que “El Nuevo Imperialismo” de David Harvey está más vigente y contemporáneo que
nunca, no solo teniendo en cuenta los aspectos económicos y militares que reafirman las
acciones imperialistas que siguen desarrollando Estados Unidos en la actualidad, sino que a
su vez, permite la reflexión con respecto a la importancia y relevancia que sigue teniendo
del petróleo en el mundo. Además, por que el autor se aproxima a uno de los aspectos más relevantes de
esta obra: la “acumulación por desposesión” o la reformulación de la teoría de acumulación
primitiva de Karl Marx, la cual alimenta día tras día el sistema neoliberal dominante con
prácticas encaminadas en las privatizaciones, la guerras y manipulación de las crisis, que
han posibilitado el aumento sin precedentes de las brechas de desigualdad e injusticia social.

El autor reitera la gran importancia que tiene Oriente para la geopolítica en el contexto del
capitalismo global, porque es el que va a suministrar el petróleo en el futuro como fuerza energética
vigente, el cual estará cada vez más escaso, por lo cual, quien tenga su control podrá tener por
consiguiente el poder político, económico y militar a nivel mundial. Este es el presupuesto bajo el cual
Estados Unidos habría invadido Irak (entre otras razones) y se habría ubicado en la zona
(ahora en Afganistán), porque al obtener el control del grifo global de petróleo podría
imponer sus intereses en la economía global y prolongar su hegemonía por cincuenta años
más. Así agrega: “¿Qué mejor medio podría emplear EE.UU. para eludir la competencia y
asegurar su posición hegemónica que controlar precio, producción, distribución del recurso económico
clave del que dependen sus competidores? ¿Y qué mejor medio que aquel con el que sigue
siendo todopoderoso: el militar? Los ejércitos se mueven con petróleo”.
En el segundo capítulo el autor explica cómo creció el poder de Estados Unidos repasando
su historia de hegemonía e imperialismo. En primer lugar, nos habla sobre el ascenso de los
imperialismos burgueses desde 1870 a 1945 pretendiendo su referencia y contextualización,
y después nos interna en el surgimiento de Estados Unidos como potencia hegemónica a
partir de la Segunda Guerra Mundial, durante los años 1945 a 1970. Indicando que esto
estableció la segunda etapa de dominio político burgués bajo la hegemonía global
estadounidense, donde su caída se produjo por una crisis presupuestaria y sobreacumulación del
capital. Por último, analiza el periodo entre 1970 y 2000, periodo en el cual Estados Unidos
contra ataca con re-afirmando de su hegemonía por medio de las finanzas, con
el neoliberalismo como la nueva ortodoxia económica, designando a este periodo como
hegemonía neoliberal. En este punto es donde se desplaza el equilibrio de poder e intereses
de las actividades productivas de los burgueses hacia las instituciones de capital financiero
y el consumismo, se levanta como regla de oro para la paz interna de Estados Unidos y
todos los países del capitalismo avanzado. Este capítulo explica también el concepto de
Imperialismo Capitalista, el cual nace de la relación dialéctica entre la lógica del territorio y
la lógica del capital, las que según el momento histórico-geográfico puede dominar la una o la
otra. Además, Harvey plantea que Bush dominaba la lógica territorial y es por esa razón que trata
a EstadosUnidos de Imperio y lo llama un Nuevo Imperialismo.

Bajo el dominio del capital es el tercer capítulo de este libro, donde propone que el evento
crucial para entender la actual situación geopolítica es la comprensión de la crisis
económica de principios de los setenta, como el proceso que desato la profunda
transformación en el orden político-económico global. Partiendo de esta coyuntura mundial
donde la estrategia nacional de industrialización masiva de elevada productividad, que
Harvey denomina “acumulación mediante la expansión continua de la reproducción”, se
mostró impedido de seguir acumulando, y, comenzó a ser compensada, y poco a poco
reemplazada con un alza de los intentos de acumular por medio del uso de prácticas
depredadoras, como por ejemplo el uso del poder financiero bruto para orquestar
devaluaciones, especulación, fraude, e incluso el robo, lo que él denomina “acumulación
por desposeimiento o despojo”. Este capítulo nos muestra la relación dialéctica entre la
política estato-imperial y los movimientos moleculares de la acumulación del capital en el
espacio y tiempo. Afirma la importancia fundamental del Estado en la dinámica capitalista
global, porque es la entidad política más competente para manipular las fuerzas
moleculares del capital, buscando preservar la pauta de asimetrías en el intercambio y, por consiguiente,
es más beneficioso para los intereses capitalistas dominantes que funcionan en su marco. Por otro
lado, apunta que la lógica territoriales son la clave en la evolución histórico-geográfica del
capitalismo, ya que los capitalistas pretenden siempre ventajas competitivas y se desplazan
a lugares donde los costos son más bajos y la tasa de beneficio es más alta (lo que sucede
con el llamado outsourcing o externalización de servicios a otros países, en su mayoría más
pobres o del tercer mundo; las maquilas en India). Muestra que el proceso de acumulación
de capital surge como algo perpetuamente expansionista, con un constante desplazamiento
y derribo de barreras espaciales, y por tanto, concluye que la tendencia a la “globalización”
es intrínseca a este sistema capitalista. Por otra parte, explica que aunque existe este dinamismo espacial
fomentado desde la búsqueda de beneficio, esto se ve contrarrestado con el establecimiento del
monopolio en el espacio, desde donde surgen normalmente las prácticas imperialistas.

Pero a principios de los setenta algunos problemas comenzaron a mermar este sistema
tecnológico-institucional (en el ámbito interno) y la hegemonía estadounidense (en el
externo). Es más, una crisis económica estremeció al país y reveló un agudo problema
fiscal germinado por diversas causas que incluyen los altos gastos de la guerra del
Vietnam, la creciente espiral inflacionaria causada por la emisión de dinero y la
competencia del capitalismo japonés y alemán en ciertos sectores productivos. Intentando
mantener la posición hegemónica de EEUU en la escena internacional (frente a Europa,
Japón y finalmente el Este y Sureste asiáticos), el gobierno de Nixon en 1973 logró centrar
la actividad financiera global en EEUU. Tal medida fortaleció el capital financiero
estadounidense; pero esto genero que el país dejara de ser un jugador dominante en el
mundo de la producción industrial, por lo que perdió una buena parte de su capacidad
manufacturera. Actualmente, la hegemonía industrial está situada en los nuevos espacios
productivos del Sur y Este de Asia (como Japón, Corea del Sur, Singapur, Taiwán, y ahora
incluso China). La importancia de este tercer apartado radica en que sienta las bases para
entender el siguiente capítulo que denomina “acumulación por desposesión”, uno de los
ejes centrales de esta obra.

En el cuarto capítulo el autor se pregunta: ¿Acumulación por desposesión o acumulación


primitiva? Harvey plantea que no es adecuado llamar “primitivo” u “original “a un proceso
vigente y que se desarrolla en la actualidad, entonces lo denomina “Acumulación
por desposesión”. Esta acumulación primitiva u originaria según Hannah Arendt, citada en
el texto, es el pecado original del simple robo, que en los siglos anteriores habían hecho posible la
acumulación original del capital y que tenía que repetirse para evitar que el motor de la
acumulación se acabara parando. La acumulación por desposesión específicamente se basa
en privatizaciones, financiación, gestión y manipulación de las crisis y redistribuciones
estatales de la renta, y su objetivo es, por un lado, preservar el sistema neoliberal actual, por lo que
repercute en los sectores empobrecidos por la crisis de sobreacumulación del capital
(excedentes de capital o fuerza de trabajo que no tienen salidas rentables) y por otra parte, buscar
directamente los beneficios de la acumulación de capital. Podemos ver ciertos ejemplos como lo
han sido la privatización del sistema de pensiones, la apropiación de los ahorros por parte
de los grandes bancos, las privatización de servicios básicos que incialmente eran
estatales, el desplazamiento del campesinado de sus tierras, la mercantilización de recursos
naturales y culturales, entre otros.

A partir de esta representación del capitalismo articulada por Luxemburgo, y el concepto de


acumulación “primitiva” u “original” de Marx (la acumulación originaria mediante el uso
de la violencia), Harvey constituyr el concepto de “acumulación por despojo”, para mostrar
carácter depredador actual del capitalismo neoliberal contemporáneo. Harvey expresa que
la acumulación “primitiva” u “original” siempre ha estado vigente, por lo que no hay que
considerarla como un proceso anterior o “exterior” al sistema capitalista de acumulación,
como lo hace Luxemburgo. Así, la acumulación por medio de la ampliación de la
reproducción y por despojo, son dos aspectos que se desarrollan de manera sincrónica
dentro del mismo proceso de acumulación. Entonces tenemos que la acumulación por
despojo es el proceso mediante el cual se desposee a alguien de sus bienes o de sus
derechos adquiridos.
Habitualmente, éstos han sido derechos de propiedad (común, colectiva, estatal) los cuales
pasan a ser propiedad privada exclusiva. La acumulación por despojo denota una amplia
gama de procesos que incluyen: La mercantilización y privatización de la tierra y
desplazamiento por la fuerza de las poblaciones nativas u originarias (indígenas o
campesinas en el caso latinoamericano); la negación del derecho a usar los bienes comunes,
tales como tierra, bosques y recursos hídricos; la total mercantilización y enajenación de la
fuerza de trabajo y la supresión de formas alternativas de producción y consumo, como
economías no mercantilizadas campesinas o indígenas; formas imperialistas de apropiación
de activos (incluyendo recursos naturales), así como en el caso de Nigeria, donde las
transnacionales petrolíferas han desposeído de sus tierras a poblaciones locales enteras,
arruinando totalmente sus formas de vida; la monetarización de los intercambios de mano
de obra y de bienes, y por siguiente, la eliminación del trueque y otras formas de
intercambio; y, la usura del sistema crediticio como forma radical de acumulación
primitiva.
El resultado directo de tanta injusticia es el nacimiento de grupos antiglobalización o que
proponen una globalización alternativa que resiste y lucha contra esta dominación
capitalista neoliberal, además, también nacen movimientos revolucionarios insurgentes en
países subdesarrollados con motivaciones también ligadas a sus problemáticas específicas,
realidades que son destacadas por el autor como muestra de que el capitalismo avanza, pero no
sin oponentes.
Finalmente, el quinto apartado trata acerca del continuo cambio de Estados Unidos de un
imperialismo financiero a uno militar, cambiando una estrategia de consentimiento a la
coerción, según Harvey, en este contexto de vulnerabilidad, el poder militar es el único
poder absoluto que le queda a EEUU para mantener la hegemonía sobre el sistema global.
Harvey también redondea algunas propuestas realizadas en los capítulos anteriores como la relación
dialéctica entre la lógica de poder territorial y la lógica de poder capitalista y reflexiona
acerca del comportamiento y decisiones de los neoconservadores en Estados Unidos. Y, más
aún, la pérdida del control sobre los mecanismos productivos y financieros globales ha
desenvuelto una acrecentada dificultad para seguir acumulando mediante la expansión
continua de la reproducción del capital; lo que ha resultado en un alza de los intentos de
acumular mediante prácticas depredadoras, posiblemente, como Harvey expresa, para
extraer rentas y tributo del resto del mundo. Así pues, Harvey nos muestra la opción
política de imperio, como una apuesta desesperada de EEUU para pretender su posición
hegemónica en la escena internacional. EEUU pretende cambia su rumbo de una pasada
hegemonía de consenso que consistía en la lógica capitalista, a una hegemonía de coerción
basada, esencialmente, en la lógica territorial.

Para concluir, Harvey reafirma la idea de que mantener la política neoliberal en un escenario
económico implica una continuación, sino una escalada, de la acumulación por desposesión, lo cual,
generara probablemente una resistencia global, en la cual los poderes estatales responderán con
represión, lo que conlleva a prolongar una guerra de baja intensidad que ha caracterizado la
economía global durante los últimos veinte años. Como consideraciones finales, esta obra
sigue vigente, ya que plantea una problemática actual y de interés global que invita a
investigar aún más sobre el modus operandi de este “nuevo imperio”. Por otra parte, resaltar
que a pesar de la extensión de la lectura (y su letra menuda), el autor maneja un estilo
concreto, simple y pedagógico, sin perder rigurosidad o seriedad como trabajo académico. Así
también nos lleva a un recorrido alimentado por datos históricos y económicos importantes
que nos invitan a la reflexión, en el caso de nosotros, desde un contexto latinoamericano,
aprovechando el aporte de estas ideas innovadoras, retomando viejas concepciones
y conceptos que se pensaban olvidados o pasados de moda. Por último, el texto contribuye
a comprender claramente porqué Estados Unidos es considerado aún imperialista
y porqué, quizá, puede continuar siendo el hegemonía del mundo, a través de este Nuevo
Imperialismo.

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