Cuando mi editora me comunicó el interés de THOMSON-AR AN-
ZADI en que escribiera un libro sobre oratoria, no daba crédito a lo que estaba escuchando. Tras dos extraordinarias experiencias que han dado lugar en este último año a la publicación en dicha editorial de sendos libros sobre gestión de despachos, ahora se presentaba ante mí el reto de escribir un manual, nada menos que de oratoria forense. Naturalmente, acepté al instante y sin pestañear, pues para mí tal encargo constituía una oportunidad inigualable de tratar a fondo una materia que lleva apasionándome desde que inicié mi práctica profesio- nal. Dan fe de ello los anaqueles de mi biblioteca en los que conservo desde hace años las Instituciones Oratorias de QUINTILIANO, las tres obras fundamentales de CICERÓN sobre oratoria y, cómo no, la obra de Arturo M AJADA, Técnica del Informe Oral ante Juzgados. En definitiva, la editorial había puesto sus miras en una persona enamorada de la materia sobre la que iba a escribir. Gracias a esta oportunidad, durante los últimos seis meses he te- nido la satisfacción de conocer los aspectos de la oratoria forense desde una perspectiva valiosísima, ya que paralelamente al estudio y análisis de las variadas cuestiones que la abarcan, he podido experi- mentar a través de mi práctica profesional el funcionamiento de múlti- ples aspectos que antes desconocía o que, conociéndolos, no sabía cómo aplicarlos. De esta forma, de ser un abogado que trataba de ha- cer las cosas bien en el aspecto oratorio, he pasado a ser un abogado que va buscando la mejora continúa con el fin de alcanzar la excelencia como orador, pues, como abogados, eso es lo que somos: oradores en el más amplio sentido. Esta especial situación en la que se ha aunado el rol de autor y de profesional, además de ayudarme profesionalmente, creo que ha enriquecido el libro que tienes en tus manos, alcanzando un carácter eminentemente práctico y formativo para todos aquellos juristas que deseen acercarse al fenómeno oratorio forense, bien para aprender
27 O. FERNÁNDEZ LEÓN: CON LA VENIA, MANUAL DE ORATORIA PARA ABOGADOS
como para practicar profesionalmente. En tal sentido, espero que al
lector le ocurra lo mismo que he apreciado a medida que profundizaba en la materia: que a pesar de que pensemos que nos defendemos bien a nivel oratorio, existe un conjunto ingente de reglas y principios que, a medida que los vayamos conociendo o reconociendo, nos harán sen- tirnos más seguros en nuestras intervenciones oratorias y, de paso, nos incentivarán en conocer más a fondo esta apasionante materia. En un ordenamiento jurídico como el español, en cuyos procesos judiciales prevalece el principio de oralidad, el conocimiento, aprendi- zaje y puesta en práctica de las normas y reglas esenciales de la oratoria es imprescindible para los abogados del siglo X XI. Actualmente, ya no será suficiente para el jurista el conocimiento a fondo de la materia jurídica y su aplicación a los hechos controvertidos; tampoco bastará disponer de cierta facilidad de expresión que nos permita exponer nuestra argumentación con elocuencia. La realidad es que los profesio- nales del derecho tienen que conocer y aplicar múltiples reglas, hasta ahora solo intuidas, que les permitirán ser más eficaces en sus inter- venciones orales en sala, aprovechando al máximo sus recursos y, en cierta manera, disponiendo de una gran ventaja sobre aquellos que prescindan del empleo de dichas reglas. En definitiva, acorde con el objetivo de este libro, el abogado debe esforzarse por conocer las reglas de la oratoria y de su estrategia, pro- curando con ello formarse de manera continua y permanente, lo que sin duda alguna lo llevará no solo será más eficaz en su defensa de sus clientes, sino que contribuirá con la obtención de una Justicia más recta y acertada. La obra se divide a su vez en dos libros: el primero, dedicado ínte- gramente a la oratoria forense y a sus aspectos esenciales; el segundo, centrado en aquellos aspectos prácticos de los procesos civiles y pena- les, en los que el orador debe poner en práctica sus conocimientos retóricos. Esta estructura trata por tanto de diferenciar aquellos cono- cimientos tradicionales de la oratoria forense de la práctica procesal imperante en aquellos lugares comunes en los que el jurista debe de intervenir y desplegar sus habilidades. Para concluir, indicar que el libro se divide en XIV capítulos, que se estructuran en el examen de la materia propiamente dicha, un apar- tado dedicado a los Grandes Maestros del Foro Español en el que recor- daremos a los grandes oradores de nuestro país, una serie de preguntas
28 INTRODUCCIÓN
para reflexionar sobre lo aprendido y, finalmente, un resumen con los
puntos de interés del capítulo. Cierra el libro un Anexo con formula- rios prácticos y un Decálogo del Orador. Óscar FERNÁNDEZ LEÓN SEVILLA JUNIO DE 2013