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Crisis Hipoglucémica
La crisis hipoglucémica es la urgencia aguda más frecuente en los
diabéticos.
A los Odontólogos en nuestra práctica diaria se nos pueden presentar a consulta pacientes
con DM, por lo que es necesario e importante estar conscientes de las consideraciones en
el manejo médico y dental para esta extensa población de pacientes.
Historia médica: Es importante para el clínico realizar una buena historia clínica y evaluar
el control glicémico en la primera cita. Se debería preguntar al paciente acerca de sus
recientes niveles de glucosa y la frecuencia de los episodios de hipoglicemia. Medicaciones
antidiabéticas, dosis y tiempo de administración deberían ser determinadas1.
Interacciones medicamentosas: una variedad de medicaciones prescritas
concomitantemente, pueden alterar el control de la glucosa a través de interferencias de la
insulina o del metabolismo de los carbohidratos. La acción hipoglicémica de las
sulfonilureas (Tabla 1) puede ser potenciada por drogas que tienen alta unión a las
proteínas plasmáticas, como los salicilatos, dicumarol, bloqueantes beta adrenérgicos,
inhibidores de la monoamino-oxidasa (M.A.O.), sulfonamidas y los inhibidores de la
enzima convertidora de angiotensina. Por su parte, fármacos como Epinefrina,
corticoesteroides, tiazidas, anticonceptivos orales, fenitoína, productos tiroideos, y drogas
que bloquean los canales de calcio, tienen efectos hiperglicemiantes1.
Horario de Consulta: En general, las citas en la mañana son recomendables, ya que los
niveles endógenos de cortisol son generalmente mas altos en este horario (el cortisol
incrementa los niveles de azúcar en sangre)1.En el caso de ser o padecer DM insulino-
dependiente debemos tener en cuenta el tipo de insulina prescrita y la frecuencia de su
aplicación (es necesario leer las especificaciones del laboratorio o fabricante, y en caso de
duda, solicitar un informe al médico tratante); ya que existen picos de alta actividad
insulínica, durante los cuales es preferible no efectuar ningún tratamiento odontológico, es
decir las citas deberían ser en el horario que no coincidan con los picos de la actividad
insulínica, ya que ese es el período de máximo riesgo de desarrollar un episodio de
hipoglicemia1.(Tabla 2).
Después de tomar los 15 gramos de estos alimentos o azúcares de acción rápida, esperar
15 minutos y se debe examinar de nuevo los niveles de azúcar en sangre, si los niveles de
azúcar en sangre todavía están bajos, se debe administrar otra porción de uno de los
alimentos. Esperar otros 10 o 15 minutos, entonces examinar de nuevo los niveles de
azúcar en sangre, si los niveles de azúcar en sangre todavía están bajos, trata una tercera
vez, si los niveles de glucosa siguen bajos entonces el Odontólogo debería buscar
asistencia médica; y administrar intravenosamente 25-30 ml de un 50% de solución de
dextrosa o 1 mg de glucagon. El glucagon también puede ser inyectado subcutáneamente
o intramuscularmente.1,18,21
Por regla general los diabéticos tipo 1, y tipo 2 con su enfermedad bien controlada y sin
padecer problemas médicos concurrentes, pueden recibir todos los tratamientos
odontológicos que necesiten sin que haya que modificar los protocolos de atención.1,20 Si
el paciente no está controlado, no debe realizarse el tratamiento odontológico.17,18,19,20
Debe tratarse el dolor con analgésicos y pulpotomía si está indicada17,18,19 Los salicilatos
incrementan la secreción de insulina y pueden potenciar el efecto de las sulfonilureas,
resultando una hipoglicemia. Por lo tanto, los componentes que contiene la Aspirinaâ
generalmente deberían ser evitados para pacientes con DM. Salicilatos y otros AINEs por
su competencia con los hipoglicemientes orales por las proteínas plasmáticas, necesitan
una indicación muy precisa.1,17,18,19
A los pacientes diabéticos se les debe colocar anestésicos locales sin vasoconstrictor, a
menos que tengan que realizarse tratamientos agresivos como exodoncias y endodoncias,
entre otros. En esos casos podría colocarse un anestésico local con vasoconstrictor a bajas
concentraciones.17,18,19
CONCLUSION
La DM constituye como tal una enfermedad que aún cuando no es tratada directamente
por el Odontólogo, éste debe conocer todos los aspectos inherentes a dicha entidad. Por
ello es importante que el profesional de la Odontología tome en consideración cual debe
ser la conducta que debe asumir ante un paciente diabético que acuda a consulta, tanto
antes como durante y después del tratamiento odontológico.
TABLA 1:
MEDICACIONES ANTIDIABÉTICAS
CLASE DE DROGA
MECANISMO DE ACCIÓN
Sulfonilureas
Clorpropamida
Glipizide
Glyburide
Glimepiride
Repaglinide
Biguanides
Metformin
Inhibidores de la Alfa-Glucosidasa
Acarbose
Miglitol
Thiazolidinadiones
Rosiglitazone
Pioglitazone
TABLA 2:
PREPARACIONES DE INSULINA
TIPO DE PREPARACIÓN
INICIO DE LA ACTIVIDAD
PICO DE ACTIVIDAD
DURACIÓN EFECTIVA
Acción rápida
< 15 minutos
45-90 min.
3-4 horas
Acción corta
30 minutos
2-5 horas
5-8 horas
Acción intermedia
1-3 horas
6-12 horas
12-24 horas
Larga acción
4-6 horas
8-20 horas
24-48 horas
CRISIS HIPERTENSIVA
Generalidades. Desde la década de los setenta se ha evidenciado una reducción en el
número de pacientes con hipertensión no conscientes de su condición en los Estados
Unidos y en todo el hemisferio occidental (1). Esto fue posible, al menos en parte, gracias a
la masificación del examen clínico para cuantificar la tensión arterial y por una intensa
campaña de educación acerca de los riesgos que implica para la expectativa de vida en
nuestras sociedades occidentales (1).
Sumado a esto; más del 50% de los pacientes con hipertensión diagnosticada no reciben
un tratamiento adecuado. De ellos: un tercio de los pacientes no recibe ningún
tratamiento para la hipertensión, un tercio toma sus medicamentos "algunas veces", y un
tercio nunca toma sus medicamentos para controlar la hipertensión (2). Debido a la alta
probabilidad de que un paciente hipertenso acuda a la consulta, los profesionales de la
odontología deberían estar conscientes de esta realidad y así estar preparados para
abordar el tratamiento odontológico de éstos pacientes, la forma como éste puede alterar
el estado sistémico de los mismos y las posibles interacciones entre los medicamentos
utilizados en odontología y la terapia medicamentosa antihipertensiva (3).
OBESIDAD Y DIETA.
SEDENTARISMO.
CIGARRILLO.
CONSUMO DE ALCOHOL.
DEPRESIÓN Y STRESS.
La relación entre la ingesta de sodio y la hipertensión sigue siendo controversial. Los
estudios más recientes muestran solamente una modesta disminución en los niveles de
presión arterial con la reducción de la ingesta de sodio. Sin embargo la evidencia clínica
demuestra que la ingesta de sodio se relaciona con daño a nivel de "órganos blanco" como
hipertrofia ventricular y enfermedad renal. Si bien es cierto que en los pacientes
hipertensos se evidencia el beneficio de la reducción en la ingesta de sodio para prevenir
el daño a nivel de "órganos blancos", el beneficio de ésta disminución en la población
general es cuestionable debido a los pocos beneficios en la prevención de la enfermedad y
a los problemas derivados de una disminución crónica en la ingesta de sodio (ej;
problemas cardiovasculares no dependientes de la presión arterial) (5, 3).
Tomando la presión arterial. La presión sanguínea debe ser tomada en todos los pacientes
odontológicos que asisten por primera vez a la consulta. Lo mismo debe hacerse en cada
nueva cita. Más aún; muchos pacientes odontológicos que están sistémicamente
comprometidos se manejan de una manera más segura monitoreando continuamente la
presión sanguínea durante ciertos procedimientos como: cirugía bucal, tratamientos
restaurativos largos y complicados, colocación de implantes, y cirugía periodontal (3).
Registros. Los limites superiores para la normotensión son 130/80 mm Hg para la presión
de 24 horas, 135/85 mm Hg para la presión diurna y 120/70 mm Hg para la presión
nocturna (3).
TABLA I
The sixth report of the Joint National Committee on Prevention,
Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. 1997.
Tratamiento. Los pacientes que van a recibir tratamiento para la hipertensión pueden
dividirse en tres grupos. Estos grupos se elaboran en base a los siguientes criterios:
presencia de enfermedad en uno de los órganos "blanco" (retinopatías, neuropatías, etc.),
otra enfermedad asociada a la hipertensión (hipertrofia ventricular izquierda, angina,
infarto al miocardio, enfermedad arterial periférica, etc.), y factores de riesgo como;
hábitos tabáquicos, hiperlipidemia, edad, diabetes mellitus, antecedentes familiares de
hipertensión, etc (3).
GRUPO A: no hay enfermedad de algún órgano "blanco", ninguna enfermedad
cardiovascular asociada y ningún factor de riesgo (3).
Los pacientes de este grupo con presión normal-alta se tratan modificando su estilo de
vida (dieta, reducción del estrés y cigarrillo, etc.). Los pacientes con estado 1 de
hipertensión se tratan con modificación del estilo de vida, pero si la hipertensión persiste
por más de un año se implementa la terapia medicamentosa. Los pacientes en estadio 2 y
3 de hipertensión comienzan inmediatamente terapia medicamentosa (3).
GRUPO B: se incluyen en este grupo los pacientes con al menos 1 factor de riesgo siempre
y cuando no sea diabetes, y sin enfermedad de órgano "blanco" ni alguna otra enfermedad
cardiovascular asociada (3).
Los pacientes con presión normal-alta son manejados con modificaciones en el estilo de
vida. Los pacientes con estadio 1 de hipertensión se tratan con modificaciones del estilo de
vida pero si la hipertensión persiste por más de seis meses, se implementa terapia
medicamentosa. Los estadios 2 y 3 de hipertensión se tratan con terapia medicamentosa
(3).
Modificación del estilo de vida. Esta modalidad de tratamiento se utiliza para prevenir y
tratar la hipertensión arterial en los pacientes de los grupos A y B con presión normal-alta
e hipertensión de grado 1. Los pacientes obesos deben ser encaminados a una dieta para
perder peso. La ingesta de alcohol se limita a no más de una onza diaria de etanol para los
hombres y onza y media para las mujeres. Se recomienda actividad física aeróbica diaria
de 30 a 45 minutos. La ingesta de sodio también debe reducirse a no más de 6 gramos por
día, así como aumentar la ingesta de potasio, calcio, y magnesio. Los pacientes hipertensos
deben ser motivados a dejar de fumar y reducir la ingesta de grasas saturadas y colesterol
(1).
Terapia medicamentosa. La terapia comienza frecuentemente con una sola droga, a baja
dosis, y luego se aumenta progresivamente hasta alcanzar el nivel optimo de presión
arterial (1). La dosificación depende del paciente; edad, nivel de presión y respuesta a la
droga.
La terapia medicamentosa óptima es aquella que provee 24 horas de eficacia con una sola
dosis manteniendo al menos el 50% del efecto al final de esas 24 horas. La sumación de
dos clases diferente de drogas para administrar dosis más bajas, ha mostrado ser excelente
para aumentar la eficacia y minimizar los efectos adversos de cada droga (3).
Los medicamentos antihipertensivos se pueden clasificar como sigue:
DIURÉTICOS: Tiazidas, Furosemide (Lasix®), Bumetadina (Bumex®), Ácido etacrínico
(edecrin®), Torsemida (Demadex®), Triamterene (Dyrenium®, Maxzide®), Amiloride
(Miramor®).
Los pacientes con diabetes tipo I usualmente son tratados con inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina. Los pacientes con insuficiencia cardiaca se tratan
preferiblemente con una combinación de diuréticos e inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina. Los adultos de edad avanzada con hipertensión sistólica
aislada son inicialmente tratados con diuréticos.
Por supuesto, un monitoreo constante de la presión arterial de todo paciente que acude al
consultorio, permite al odontólogo realizar hallazgos que muchas veces el paciente no
conoce, y así, contribuir de manera significativa a reducir el número de pacientes no-
diagnosticados (3).
Menos del 50% de los hipertensos que reciben tratamiento poseen una tensión bien
controlada (2). El no cumplimiento con el tratamiento indicado por el cardiólogo es una
causa común de este fenómeno. Se estima que solo un tercio de los pacientes toman
regularmente su medicación (2). Estos pacientes son identificados fácilmente en la
consulta odontológica mediante la anamnésis y el monitoreo de la presión arterial.
En fin, como profesionales de la salud el odontólogo tiene el deber de recurrir a todos los
medios para contribuir de alguna manera a que el paciente hipertenso reciba un
tratamiento adecuado. Esto incluye informarle acerca de las complicaciones asociadas a la
hipertensión: enfermedad cardíaca y renal, infartos retinopatías y enfermedad arterial
periférica (16). Debe quedarle claro al paciente que estos cambios en su salud pueden
ocurrir incluso cuando se siente en buen estado.
Aquellos pacientes que han perdido la confianza en su médico tratante, deben ser
convidados a buscar otro.
Uno de los aspectos más importantes que el odontólogo debe tomar en cuenta es el
control óptimo del dolor a la hora de minimizar la elevación de la presión sanguínea en
aquellos pacientes hipertensos controlados. Los procedimientos quirúrgicos,
periodontales, y otros procedimientos odontológicos deben realizarse con todas las
medidas que sean necesarias para prevenir el dolor (17, 18).
Esta claro que la epinefrina puede usarse con precaución en pacientes hipertensos
controlados (25). Una dosis excesiva de estos agentes pueden causar arritmia y elevar la
presión sanguínea en algunos pacientes. Pero la mayoría de los hipertensos controlados
pueden recibir una dosis de 2 carpúles de lidocaína al 2% con 1: 100,000 de epinefrina
(0.036 mg de epinefrina). Los pacientes en estadio 3 de hipertensión no deben recibir ni
siquiera una pequeña dosis de anestésico que contenga epinefrina.
Algunos antihipertensivos pueden aumentar el reflejo nauseoso del paciente. Esto puede
producir vómitos en ciertos procedimientos odontológicos que deben ser realizados con
sumo cuidado (Ej. Tomas de impresión, de radiografías, operatoria, etc.).
Los antagonistas del calcio, en especial la nifedipina, pueden causar hiperplasia gingival.
Del mismo modo anterior, el odontólogo tiene la responsabilidad de sugerir al cardiólogo
el cambio de medicamento antihipertensivo por otro que no posea esta reacción adversa.
En algunos casos puede ser necesaria la cirugía gingivoplástica para devolver a la encía su
contorno normal. (17, 27, 28).
Los pacientes con periodontitis tienen más riesgos de sufrir complicaciones cardíacas que
el resto de los pacientes odontológicos. Si a esto le sumamos el problema de la
hipertensión, es importante para el profesional de la odontología el manejo cuidadoso de
estos pacientes a la hora de medicarlos y aplicar el anestésico local (29).
Resumen
Este documento describe a groso modo la epilepsia, la cual
presenta una serie de características clínicas y
odontológicas que exigen un manejo específico. Es de gran
importancia dejar de lado mitos con respecto a la epilepsia
que hacen que muchas personas lo oculten por miedo a ser
discriminadas, exponiéndose a riesgos innecesarios. Según
la OMS “La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica
que afecta a personas de todo el mundo y se caracteriza
por convulsiones recurrentes. Estas convulsiones son
episodios breves de movimientos involuntarios que pueden
afectar a una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a
su totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se
acompañan de perdida de la consciencia y del control de
los esfínteres”, esta afección se debe diagnosticar
mediante la realización de historias clínicas detalladas
estableciendo las frecuencia, duración, y control medico.
El tratamiento medico esta dirigido al control de las crisis
mediante la utilización de medicamentos anticonvulsivos.
En el abordaje odontológico debemos tener en cuenta los
factores que pueden desencadenar una crisis convulsiva y
en el tratamiento propiamente dicho es importante la
habilidad del profesional y la organización del
procedimiento a realizar para evitar complicaciones si se
desencadena una crisis. El odontólogo debe tener el
conocimiento necesario sobre el manejo del paciente con
crisis convulsivas en la consulta, para manejar situaciones
que se puedan presentar durante los procedimientos
odontológicos.
Literature review
CORRESPONDENCIA: fabianamartinez24@icloud.com
INTRODUCCIÓN
La epilepsia es un trastorno claramente delineado. Es un
término utilizado para agrupar una serie de estados
clínicos que se caracterizan por una tendencia a la
aparición, a lo largo del tiempo, de fenómenos paroxísticos
denominados crisis epilépticas. Es importante destacar
que el cerebro humano normal es capaz de producir una
convulsión epiléptica, reunidas a las circunstancias
adecuadas. Una variedad de alteraciones metabólicas e
hidroelectrolíticas, toxinas, alteraciones en los gases
sanguíneos o lesiones cerebrales agudas pueden provocar
convulsiones. Esas crisis epilépticas en pacientes no
epilépticos se suelen denominar convulsiones ocasionales
o aisladas y son especialmente en edad pediátrica el
ejemplo más común lo constituyen las convulsiones
febriles. La epilepsia es una alteración sumamente
frecuente, se ubica segunda en prevalencia después de las
enfermedades cardiovasculares. La incidencia de la
epilepsia entre 1 y 2% de la población general. En líneas
generales, el 20% de las epilepsias se manifiestan antes de
los 10 años y el 80% antes de los 20 años. Por estas
razones, el objetivo de este trabajo es definir, clasificar y
describir los diferentes factores etiológicos de la epilepsia
con el fin de que la atención odontológica de los pacientes
que presentan esta condición sea mejor en un futuro.
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
Según la Organización Mundial para la Salud (OMS) La
epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que afecta a
personas de todo el mundo y se caracteriza por
convulsiones recurrentes Estas convulsiones son episodios
breves de movimientos involuntarios que pueden afectar a
una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a su
totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se
acompañan de pérdida de la consciencia y del control de
los esfínteres. La epilepsia tiene un origen focal en el
cerebro y las manifestaciones dependen del lugar del foco,
las regiones en las que las descargas se diseminan y la
depresión posticus de estas zonas1. Numerosos estudios
han demostrado que la prevalencia de las epilepsias es
considerablemente más alta en los países en vías de
desarrollo que en los industrializados2,3,4. A pesar de utilizar
un protocolo de investigación epidemiológico similar (World
Health Organization. Research Protocol for Measuringthe
Prevalence of Neurological Disorders in Developing
Countries), se han reportado resultados discordantes
quizás por uso de definiciones y grupos poblacionales en
algunas ocasiones no comparables5,6,7. Mas sin embargo se
calcula que el 0.5 – 1% de la población general tiene crisis
epilépticas repetidas. Las convulsiones febriles, en cambio
aparecen en el 3-4% de los niños8, teniendo una alta
prevalencia en la Region de las Américas y constituyen un
importante problema social y de salud publica9.
CONVULSIONES
1. Convulsiones tónico-clónicas generalizadas (CTCG,
epilepsia mayor, Grand mal): las más frecuentes, duran
entre 1 y 2 minutos. La secuencia habitual es aura-
grito-inconsciencia-espasmo tónico de los músculos-
movimientos espasmódicos seguidos de sueño
profundo y depresión de todas las funciones del SNC11.
a. Típicas
c. Atípicas
b. Mioclono-atónicas
c. Mioclono-tónicas
Ansiedad y estrés.
Deshidratación.
Hiperventilación.
Trastornos gastrointestinales.
Fármacos.
Tratamiento
La gingivectomía es una técnica quirúrgica antigua muy
sencilla, que elimina completamente las bolsas
periodontales y las hiperplasias con resultados estéticos
predecibles. Entre sus desventajas tenemos indicaciones
limitadas, herida amplia y dolorosa, cicatrización por
segunda intención, riesgo a exposición de hueso, perdida
de encía queratinizada por lo que debe ser realizada por
especialista en esta área (Periodoncista).
CONCLUSIONES
En el manejo del paciente epiléptico, es importante para el
odontólogo pueda completar en la historia clínica el tipo de
epilepsia, la naturaleza de la crisis, la frecuencia y la
gravedad de la misma, los factores desencadenantes de las
crisis y el tipo y eficacia de la medicación que el paciente
ha estado y esta tomando en la actualidad, el uso de
fármacos anticonvulsivos y las eventuales interacciones
con los fármacos utilizados en las terapias analgésicas y
antibiótica dentro de la consulta odontológica. Debe
conocer también las correctas técnicas de higiene bucal y
el uso de coadyuvantes además del cepillo dental, el hilo
dental, cepillos interproximales, enjuagues con digluconato
de clorhexidina o con compuestos de amonio cuaternario,
también algunos que contengan fluoruro de sodio para el
uso diario y que pueden prevenir la enfermedad periodontal
en estos pacientes, razón por lo cual es importante remitir
el paciente con esta condición al periodoncista para que
esté bajo su mantenimiento. Reconocer la enfermedad
favorece la inclusión social ya que la epilepsia es un
trastorno complejo, que al saber que es un indicativo de
una disfunción neurológica el paciente oculta su condición.
1. MANEJO CLINICO ODONTOLOGIC O DEL PACIENTE EPILEPTICO
2. CLASIFICACION DE LA EPILEPSIA • *Crisis parciales, locales o focales: •
Simples • Complejas Crisis generalizada: Crisis de ausencias Crisis de
ausencia atípica Crisis mioclónicas Crisis clónicas Crisis tónico clónicas
Crisis tónicas Crisis atónicas Crisis epilépticas inclasificables
3. FASES DEL ATAQUE EPILEPTICO AURORA (Olor o trastorno visual), perdida
de la conciencia. FASE TONICA (30 segundos), rigidez muscular, dilatación
de las pupilas, apnea. FASE CLONICA (1 – 1:30 seg), contracciones rítmicas,
cierre mandibular, incontinencia urinaria y fecal, trismus. FASE POSTICTAL
(minutos – horas), inconsciencia, pupilas no reactivas, signo de babinsky
bilateral. DESPERTAR, cefaleas desorientación y cansancio.
4. EFECTOS SECUNDARIOS DEL TRATAMIENTO ANTICONVULCIONANTE
Fenolbabarbital y primidona: Vértigos, nistagmus, somnolencia, ataxia,
erupciones cutáneas, exacerbación de las convulsiones. Carbamacepina:
Leucopenia, trombocitopenia, estomatitis, retraso de la cicatrización,
ataxia, hiposialia. o Fenilhidantoina: o Hipocalcemia, anemia, trastornos
digestivos, exantemas, hiperplasia gingival, aumento de labios y nariz, acné,
embrutecimiento de rasgos faciales, aumento del metabolismo de otros
fármacos. Acido valporico: Somnolencia, retraso en cicatrización,
leucopenia, trombocitopenia, disminución de la agregación plaquetaria,
tendencia al sangrado y la aparición de petequias
5. MANIFESTACIONES ORALES DE LA EPILEPSIA Derivadas del tratamiento
farmacológico: Hiperplasia gingival Glositis, estomatitis. Hemorragias
gingivales Otras: Fracturas dentales de incisivos superiores y cúspides
palatinas. Cicatrices labiales. Laceraciones linguales.
6. MANEJO CLINICO ODONTOLOGICO DEL PACIENTE EPILEPTICO Eliminar
factores desencadenantes (luces, ruidos, ansiedad). Citar tras haber tomado
la medicación. No administrar AINES a pacientes que toman acido
valporico. No administrar eritromicina ni propocifeno a pacientes que
tomen carbamacepina. Evaluación previa de la hemostasia. Reponer
espacios edentulos, prótesis fijas metálicas posteriores y de resina en
anteriores. Utilizar abrebocas.
7. Ante el desencadenamiento de una crisis Mantener la calma. Postura
de cubito supino o ladeado. Eliminar objetos alrededor Evitar cierre
mandibular (mordimiento lingal). Administrar 10 mg de diacepam ante la
repeticion de la crisis.
Complicaciones en Odontología: reacción de
hipersensibilidad tipo I o anafilaxia. Shock anafiláctico.
Índice
— Introducción.
— Fisiología inmunitaria.
— Concepto y tipos de hipersensibilidad.
— Concepto y fisiopatología de la anafilaxia.
— Etiología.
— Signos y síntomas.
— Tratamiento.
— Prevención.
— Conclusiones.
— Bibliografía.
Introducción
El tratamiento odontológico puede conllevar, en ocasiones, situaciones
clínicas atípicas, no deseables y comprometidas para la vida del paciente que
conocemos como emergencias o complicaciones en el ámbito de la consulta
odontológica. La diversidad de sustancias que se utilizan diariamente en la
clínica, como anestésicos locales, resinas, materiales de impresión, plásticos,
látex o los propios antibióticos que prescribimos, hace que las reacciones
alérgicas o de hipersensibilidad a estos productos sean una consecuencia
patológica de su utilización. Estas reacciones, además, pueden desencadenar
un cuadro más grave denominado shock anafiláctico, que se caracteriza por
ser una complicación mayor dentro de las reacciones alérgicas ya que puede
derivar en la muerte del paciente.
Fisiología inmunitaria
Para comprender mejor las reacciones alérgicas a sustancias utilizadas en
Odontología consideramos oportuno hacer un breve recordatorio de
conceptos básicos de inmunología. Sabemos que el mantenimiento de la
homeostasis o equilibrio del organismo se efectúa mediante las defensas o
mejor llamadas resistencias a la enfermedad. En realidad es una resistencia a
los microorganismos patógenos y a sus toxinas que desencadenan la
patología. Existe una resistencia inespecífica y una específica. La primera
combate la enfermedad mediante mecanismos fisiológicos como la
protección mecánica de la piel y membranas mucosas como por ejemplo la
mucosa oral, que está formada por un epitelio escamoso estratificado y un
tejido conjuntivo subyacente que otorga protección, las sustancias
antimicrobianas como el interferón (constituido por dos tipos principales: el
tipo I, que engloba el interferón alfa y beta, y el tipo II, correspondiente al
interferón gamma) y sistema del complemento (que está formado por un
grupo de proteínas plasmáticas que “complementan” o potencian
determinadas reacciones inmunitarias inflamatorias y alérgicas), las células
NK (natural killer), la fagocitosis, la inflamación y la fiebre. Por otro lado, la
resistencia específica o también llamada inmunidad, que es la capacidad del
organismo para defenderse de agentes invasores concretos como bacterias,
toxinas, virus y tejidos extraños actúa frente a la enfermedad mediante dos
mecanismos:
1. La inmunidad mediada por células T o inmunidad celular. En esta forma las
células TCD8+ se convierten en células T citolíticas, que atacan de forma
directa a las sustancias invasoras.
Etiología
Durante el tratamiento odontológico podemos utilizar una diversa gama de
sustancias y productos en forma de anestésicos locales, antibióticos,
analgésicos, antiinflamatorios, resinas, materiales plásticos, etc. Estas
sustancias se asimilan en el organismo como agentes extraños y en ocasiones
pueden desencadenar reacciones anafilácticas.
Existen otra serie de causas que las podemos englobar como factores de
riesgo intrínsecos como son los niveles y el control de la producción de IgE, el
déficit de células T o B o la herencia genética.
Prevención
La mejor forma de prevenir reacciones anafilácticas es elaborando una
exhaustiva historia clínica preguntando al paciente sobre “alergias”. Los
antecedentes de reacciones alérgicas medicamentosas y el conocimiento de
los factores que desencadenan la anafilaxia nos permite tener más
conocimientos para poder prevenir.
Las más utilizadas son las topicaciones cutáneas. Son parches o punciones de
antígenos preparados especialmente para cada caso concreto. Si tras la
administración aparece un halo eritematoso se considera reacción positiva.
Conclusiones
Las reacciones anafilácticas son complicaciones clínicas que pueden darse en
la consulta odontológica. Estas reacciones pueden derivar en un cuadro letal
denominado shock anafiláctico. El shock es una emergencia que compromete
la vida del paciente y exige de una actuación rápida y eficaz. Consideramos
que es poco frecuente pero no por ello supeditamos su conocimiento e
importancia respecto a otras complicaciones. La mejor actitud es la
prevención, a través de una completa historia clínica que nos informe de
antecedentes alérgicos que pudiese presentar el paciente. Las pruebas de
contacto son poco usuales en la clínica dental y proponemos que se reserven
para casos concretos. Una vez establecido el shock el profesional debe reunir
los conocimientos teóricos y prácticos para tratarlo y disponer de medios
materiales para actuar de forma correcta. El traslado del paciente a un
servicio de urgencias es vital.
1. MANEJO DEL SHOCK ANAFILÁCTICO EN ODONTOLOGÍA Monserrath Villa
2. Shock Anafiláctico Es una reacción generalizada, causada por la liberación
de mediadores químicos a consecuencia de una interacción antígeno-
anticuerpo; es la más grave de este tipo y puede llegar a ser fatal.
3. Los síntomas se presentan de forma inmediata (5-20 minutos) tras la
exposición al alérgeno o agente desencadenante.
4. El paciente nota prurito, malestar general profundo, angustia, rinitis y
conjuntivitis, opresión torácica, vómitos y diarrea. Los síntomas pueden
progresar y aparecer edema laríngeo, broncoespasmo e hipotensión
5. Intervención inmediata •Soporte vital básico (mantener vía aérea,
respiración y circulación) •Administrar epinefrina acuosa en dilución al
1:1000, 0,3-0,5 ml (0,01 mg/Kg peso en niños; dosis máxima, 0,3 mg),
•Intramuscular c/5 minutos, tantas veces como sea necesario, hasta controlar
los síntomas y la presión arterial. • Si no responde frente a lo anterior:
Administrar epinefrina acuosa al 1:1000, 0,1-0,3 ml en 10 ml de suero salino
(dilución entre 1:100.000 y 1:33.000) intravenosamente. Podría repetirse si
no hay respuesta
6. Medidas generales: • Posición de decúbito supino con las piernas elevadas
(salvo si presenta vómitos) • Establecer y mantener la vía aérea (tubo
endotraqueal, cricotiroidectomia o traqueotomía puede ser requerido)
7. •Cuando el paciente este estable. •Llamar a un hospital o clínica que tenga
terapia intensiva. •Cuando llegue la ambulancia entregar el paciente a los
paramédicos.
8. Posteriormente, se monitorizarán las constantes del paciente y se
administrarán sueros endovenosos si se precisa. Aunque su efectividad no
está tan clara, según las circunstancias podrán administrarse antihistamínicos
o corticosteroides. Los antihistamínicos disminuyen los síntomas cutáneos, y
los corticosteroides pueden disminuir la probabilidad de una reaparición de
los síntomas al cabo de unas horas (anafilaxia bifásica).
9. REACCIONES ANAFILÁCTICAS BIFÁSICAS La reacción bifásica es la
recurrencia de los síntomas anafilácticos después de la remisión inicial del
cuadro clínico. Varios autores recomiendan que los pacientes con un episodio
de anafilaxia deben vigilarse de 8 a 24 horas. En los adultos, la incidencia de
episodios varía de 5 a 20, éstas tuvieron relación con retraso en la
administración de epinefrina.
10. Cuidados posteriores Cuando un paciente ha presentado una anafilaxia,
y ha sido atendido en Urgencias, debe permanecer en observación durante
unas horas, para asegurarse de que la respuesta al tratamiento es la
adecuada y de que no vuelven a aparecer los síntomas. Al alta, deberá
solicitar que le entreguen un informe médico completo, donde conste la
máxima información acerca de las posibles causas, constantes médicas,
pruebas realizadas y tratamiento administrado. Posteriormente, deberá ser
remitido de forma preferente al alergólogo para determinar cuál ha sido el
desencadenante y cómo evitarlo, y para educar al paciente y a sus familiares
sobre lo que deben hacer en caso de que presente una nueva anafilaxia.
11. Los pacientes que ya han sufrido una reacción anafiláctica previa suelen
reconocer los síntomas cuando se inicia una nueva anafilaxia. El paciente
deberá ser instruido en identificar los signos/síntomas que sugieren que está
iniciándose una anafilaxia, para poner en marcha un plan de actuación que
consistirá en: Informar a un acompañante de la situación (si es posible).
Plantear si debe administrarse la adrenalina autoinyectable y, si es así,
hacerlo inmediatamente. Localizar el teléfono de emergencias o el servicio
de Urgencias más cercano. Los pacientes deberán llevar un consigo un
equipo de emergencia, que incluya adrenalina autoinyectable. En todos los
casos de pacientes que hayan sufrido una anafilaxia, debe valorarse la
necesidad de indicar una placa o brazalete de alerta médica sobre su alergia.
12. ¿Adrenalina o Epinefrina intramuscular puede causar necrosis?
Administración : subcutánea (en el shock anafiláctico); intramuscular (evitar
los glúteos, inyecciones repetidas pueden producir necrosis); intravenosa
(preferiblemente por vía central); intracardiaca (muy rara vez y debe
acompañarse de masaje cardiaco). La vía de elección para adrenalina o
epinefrina es la subcutánea, aunque también se puede emplear la vía
intramuscular; y en casos de shock grave o respuesta inadecuada, la vía
intravenosa. En este sentido existe una gran controversia acerca de la vía
de administración.
13. Así, algunos autores mantienen que, la vía de elección es la subcutánea,
sin embargo, otros alegan que la absorción por esta vía puede ser demasiado
lenta en el caso de producirse shock anafiláctico y recomienda la vía
intramuscular; por último, también encontramos artículos que indican que la
administración debe realizarse por vía I.V. ya que la hipotensión a que da
lugar la reacción alérgica puede implicar que las vías subcutánea e I.M. sean
ineficaces y por tanto no se produzca una buena absorción.
14. Pulsioximetría Es la medición no invasiva del oxígeno transportado por
la hemoglobina en el interior de los vasos sanguíneos. Se realiza con un
aparato llamado pulsioxímetro. Conocer el estado de la oxigenación es un
método enormemente eficaz en nuestro trabajo diario. Todos nuestros
pacientes en la UCI, tienen colocado un traductor de Pulsioximetría. Este
aparato mide la Saturación de oxígeno arterial a través de un curioso sistema
que mide la longitud de onda entre dos puntos. Aunque la Pulsioximetría
se utiliza para determinar el grado de oxigenación de la sangre, no puede
determinar el metabolismo del oxigeno o la cantidad de oxigeno que está
utilizando un pacient
HEMORRAGIA
HEMORRAGIAS MAS COMUNES EN ODONTOLOGÍA
1. AUTORA: MERCY CHICAIZA
2. Se produce hasta una hora después del acto quirúrgico.
TRATAMIENTO LOCAL 1.-Lavar alveolo con suero fisiológico y secar
con gasa para observar punto sangrante. 2.-Presionar alveolo con
objeto romo(bruñidor) 3.-Retirar cualquier tejido granulomatoso del
fondo y contorno del alveolo. 4.-Colocar esponja de
fibrina( esponjosa) o celulosa oxidada (surgicel). HEMORRAGIAS DE
CAUSAS LOCALES HEMORRAGIAS DESPUES DE UNA EXTRACCION
3. 5.-Suturar si persiste sangrado. Repetir tiempo de coagulación y
sangría. Y Si estan alterados: Administrar: a) Ac. Tranexámico
(Hemoblock) aplicar localmente o grageas V/O, cada 8 horas
durante 48h. b) Vit K (Konakion) amp 2mg IV 1diaria
Posteriormente, se administrará al paciente fármacos
antifibrinolíticos: Ácido épsilon- aminocaproico (EACA): 50-60
mg/kg día por vía oral o ácido tranexámico (AMCHA): 20-25 mg/kg
y día.
4. El tratamiento consistirá en compresión, suturas, ligadura de
vasos y/o electrocoagulación. Poner un punto de ligadura, aplicar
esponja de fibrina más compresión. En el labio, comprimiendo a
ambos lados de la herida, se puede localizar y ligar fácilmente el
vaso sangrante.
5. Se produce debido a la presencia de BACTERIAS, punción o
sutura de los tejidos gingivales. TRATAMIENTO Aplicar esponja
de fibrina más compresión, si siguiera sangrando aplicar frío o una
gasa empapada en ácido tranexámico.
6. Se trata de un tratamiento a ciegas porque su origen es difícil de
identificar. Debe incluir: Medicamentos coagulantes
Antifibrinolíticos La aplicación de trombina logra un coágulo
firme a excepción de las deficiencias de fibrinógeno También se
puede usar ácido tranexámico En sangramientos copiosos de
origen capilar se aplican estrógenos conjugados Remitir a la
consulta de un especialista En casos graves hospitalización sin
demora HEMORRAGIAS BUCALES POR CAUSAS GENERALES
7. El conocimiento de las vías de coagulación sanguínea es
importante, pues en nuestra profesión siempre vamos a estar
expuestos a hemorragias y los riesgos para la salud del paciente que
estas representa sin contar con las repercusiones legales. Por eso la
presencia de medicamentos e insumos adecuados siempre deben
estar en nuestra vitrina odontológica.
INTRODUCCIÓN
4. La eliminación de los depósitos de fibrina o fibrinólisis. Este proceso destruye la fibrina formada
durante la coagulación. Se caracteriza por la activación de la plasmina a partir de un precursor
inactivo del plasma, el plasminógeno. La acción impulsora que ejerce la trombina sobre la
hemostasia se ve limitada por la misma trombina, actuando como un seguro, que evita que la
hemostasia vaya más lejos del hecho de restablecer el vaso dañado, prolongándose en el tiempo.
Esta acción limitadora la realiza la trombina activando un receptor que se encuentra a nivel de la
membrana endotelial que se denomina trombomodulina. Desde el momento que la trombina se une
a este receptor se produce la denominada proteína e, que es un potente inhibidor de la coagulación
(6, 8, 9).
Los factores que intervienen en la coagulación y otras denominaciones con las que se
correlacionan se pueden apreciar en la tabla II (6).
Manifestaciones clínicas
Manifestaciones orales
Las lesiones orales se localizan en la piel alrededor de los labios y en la lengua, encía, mucosa
bucal y con menos frecuencia en el paladar. (1, 14).
Tratamiento
Las medidas antihemorrágicas son sólo sintomáticas, presión local, aplicación de trombina. Las
tela ngiectasias con hemorragia copiosa deben cauterizarse con nitrato de plata o ácido crómico
(6).
Manejo odontológico
Las hemorragias se pueden controlar con preslon local o con agentes hemostáticos. En algún
tratamiento protésico o periodontal puede ser necesaria la exéresis de estas lesiones. El láser de
CO2 se indica como el tratamiento ideal para los tumores vasculares, ya que al disminuir
considerablemente la hemorragia se evita el riesgo de aspiración así como la necesidad de
transfusiones (16). Se recomienda el uso profiláctico de antibióticos, debido al 1% de prevalencia
de abscesos cerebrales. La profilaxis que se recomienda es la misma que para la endocarditis
bacteriana (13).
Manifestaciones clínicas
Se manifiesta bajo dos formas: aguda y crónica. La PTI aguda se presenta con más frecuencia en
niños, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Se caracteriza por un inicio súbito con
trombocitopenia, que da lugar a hematomas, hemorragias y petequias, pocos días o semanas
después de una enfermedad vÍrica. Suele ser un proceso autolimitado, que remite, en general sin
secuelas. La PTI crónica es más frecuente en adultos y su inicio puede ser súbito o insidioso. Es
tres veces más común en mujeres que en hombres y su etiología es desconocida, pero el
mecanismo patogénico es una destrucción periférica de las plaquetas, de base inmunológica con la
detección de anticuerpos antiplaquetarios. La clínica deriva del déficit plaquetario, por lo que
consiste en hematomas y hemorragias de gravedad variable, así como petequias y equimosis.
Manifestaciones orales
En muchas ocasiones las manifestaciones orales de la trombocitopenia suelen ser el primer signo
de la enfermedad y clínicamente se pueden observar como petequias, equimosis o vesículas
hemorrágicas de localización variable, principalmente en la lengua, los labios y en la línea oclusal o
línea alba, secundarias a pequeños traumatismos. También son frecuentes pequeñas hemorragias
tras cepillado, exodoncias de dientes temporales o tratamiento periodontal, así como espontáneas.
El diagnóstico es básicamente clínico y de exclusión. Entre los datos de laboratorio sólo se
encuentra un trastorno plaquetario.
Tratamiento
Manejo odontológico
Las hemorragias gingivales espontáneas pueden tratarse generalmente con enjuagues oxidantes,
pero pueden requerir transfusiones plaquetarias para detener la hemorragia. Una buena higiene
oral y el tratamiento periodontal conservador ayudan a eliminar la placa y el cálculo que potencian
las hemorragias. Para el tratamiento dental son deseables niveles plaquetarios mayores de
50.000/mm3. El tratamiento de urgencia durante los episodios trombocitopénicos graves consiste
en el tratamiento endodóntico, antibiótico y analgésico evitando los AINES que impidan la
agregación plaquetaria, de tipo no-salicilato. Las hemorragias postoperatorias se pueden controlar
con colágeno microfibrilar (1, 2).
HEMOFILIA
HEMOFILIA A
Define una anomalía congénita del factor VIII de la coagulación sanguínea. El tipo de herencia de
la hemofilia A es recesiva, ligada al cromosoma X. Este hecho determina que la hemofilia A se
manifieste en varones, mientras que las mujeres son portadoras de la enfermedad (6).
Manifestaciones clínicas
El diagnóstico se suele realizar en la historia clínica. Se puede sospechar una hemofilia por
antecedentes hemorrágicos familiares de presentación exclusiva en varones, por la respuesta
exagerada a pequeños traumatismos o manipulaciones quirúrgicas, o por el hallazgo en pruebas
de hemostasia sistemáticas, de una prolongación del tiempo de tromboplastina parcial activado
(TTPA), acompañados de tiempo de hemorragia y protrombina normales. El diagnóstico definitivo
se establece al comprobar el descenso o la ausencia de la actividad procoagulante del factor VIII
plasmático (6).
Manifestaciones orales
La presentación oral más frecuente son las hemorragias gingivales episódicas, prolongadas,
espontáneas o traumáticas. Puede producirse, aunque es poco frecuente, hemartrosis de la
articulación temporomandibular. También se pueden encontrar los llamados seudotumores de la
hemofilia, que consisten en inflamaciones quísticas progresivas producidas por hemorragias
recurrentes, que pueden acompañarse de signos radiológicos de afectación ósea (1). En estudios
realizados por Sonbol et al. se evaluó la presencia de placa bacteriana y el índice de caries en
pacientes con hemofilia, comparado con un grupo control, y se concluyó que el índice de caries en
pacientes con hemofilia es significativa mente menor comparado con niños saludables, al igual que
el índice de placa bacteriana, que también fue menor (18).
Tratamiento
- De carácter infeccioso.
- Desarrollar un inhibidor contra el factor VIII.
- La administración repetida de proteínas presentes en los concentrados plasmáticos puede
generar un estado de inmunopresión (6).
Dado que el 20-30% de los hemofílicos tratados desarrollan un inhibidor contra el factor VIII, la
detección de este inhibidor circulante puede complicar notablemente el tratamiento de estos
enfermos. En esos pacientes se han utilizado pautas terapéuticas muy variadas, incluyendo factor
VIII de origen porcino y altas dosis de inmunoglobulinas, aunque esto es de utilidad sólo en
pacientes con bajos título de inhibidores. Recientemente se ha estudiado una terapia mediante un
complejo coagulante antiinhibidor, para rescatar la terapia de concentrados de factor VIII, en
pacientes que han desarrollado inhibidores de factor VIII. El compuesto contiene porciones de
factor VIII y recombinante humano del factor VIIa, conseguido por recombinación genética (2, 6,
19). Recientemente se administró este complejo (Autoplex T), a un paciente que había desarrollado
inhibidores del factor VIII, estabilizándose la hematuria y la hemartrosis; en un período de 6 meses
no se ha produjo sangrado adicional desde la última dosis del complejo (19). Esto es de utilidad en
complicaciones hemorrágicas en pacientes con altos títulos de inhibidor (6).
HEMOFILIA B
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones de la enfermedad de Christmas son idénticas a las de la hemofilia A, con los
mismos problemas musculoesqueléticos y las mismas complicaciones derivadas del tratamiento
crónico con transfusiones. La gravedad del cuadro hemorrágico está relacionada con la actividad
funcional del factor IX circulante, por lo que los criterios de clasificación de la enfermedad son los
referidos para la hemofilia A (1,6).
El diagnóstico del déficit del factor IX es muy evidente. El tiempo de tromboplastina parcial (TTP)
está prolongado, el tiempo de protrombina (TP) y el tiempo de sangría son normales, y los análisis
de factores específicos confirman el diagnóstico. Las manifestaciones orales se correlacionan con
las de la hemofilia A (1).
Tratamiento
Es similar al señalado para la hemofilia A. En este caso, los productos que se han de utilizar son
los concentrados plasmáticos, previamente sometidos a inactivación vírica, de complejo
protrombínico (mezcla de factores II, VII, IX y X) o concentrados específicos de factor IX. El uso de
25-50 U/kg de factor IX suele ser suficiente para alcanzar una buena hemostasia; se aconsejan
perfusiones del preparado cada 12 o 24 h (6).
- El tratamiento dental debe ir dirigido a la prevención, comenzando por la educación tanto del
paciente como de los padres en relación con el cuidado dental. Una buena higiene oral ayuda a
reducir la hemorragia gingival. El uso de fluoruros, sellantes de fisuras, consejos en la dieta para
restringir el consumo de azúcar y una inspección dental regular a edades tempranas son medidas
importantes que favorecerán la vida del diente en boca. Prevenir la enfermedad periodontal es
también importante (1, 22).
- En el caso de que ya no se pueda realizar una pauta preventiva, sino que haya que realizar
tratamientos invasivos, debe considerarse la estabilidad y el control de la enfermedad. Es decir, el
paciente debe tener su pauta de reposición de factor deficitario, dependiendo del tratamiento a
realizar, por lo que es indispensable consultar con el hematólogo. Para prevenir los hematomas en
la realización de una radiografía dental, o por el uso de aspiradores, se puede colocar espuma en
la punta de la goma o una gasa en los instrumentos.
- La mayor parte de los tratamientos conservadores se pueden realizar sin reposición del factor,
aunque se recomienda el uso del dique de goma para prevenir lesiones de los tejidos blandos.
- Los dientes primarios deben ser extraídos en cuanto comiencen a moverse. Cuando la radiografía
revela sólo unión al tejido blando, hay que plantear un programa de higiene, dos días antes de
hacer la extracción. La hemorragia inicial se puede controlar con presión o medidas hemostáticas,
como trombina o colágeno fibrilar (1). La cirugía oral en pacientes con hemofilia requiere un manejo
especial en colaboración con el hematólogo.
- La cirugía oral menor de los casos no complicados y que tengan niveles estables del factor
ausente, puede ser realizada por el dentista o un cirujano oral, con la ayuda y asistencia del
hematólogo. Las cirugías mayores en pacientes que tengan inhibidores contra el factor VIII, deben
ser realizadas en un centro hospitalario (23). Además, hay que realizar estudios complementarios
de la coagulación y de los niveles de los factores y niveles de hematíes. Hay que comprobar si el
paciente tiene inhibidores del factor VIII, para determinar si el tratamiento de reposición será
admitido.
- Es importante tener en cuenta que los pacientes hemofílicos constantemente están sometidos a
tratamientos de reposición o transfusiones, con lo cual tienen mayor riesgo de ser contagiados por
el virus de la hepatitis o el sida, por lo que en la consulta se deben mantener las medidas de
profilaxis para evitar el contagio tanto de personal como de otros pacientes que asistan a la
consulta (1).
Es un trastorno hereditario, autosómico dominante, de una parte del complejo del factor VIII von W,
necesario para la función plaquetaria normal. Como consecuencia de este déficit, la enfermedad se
manifiesta como una alteración funcional plaquetaria. Es un desorden común de la sangre, por
deficiencia o disfunción del factor von WiIlebrand (vWF), como consecuencia de mutaciones en el
código genético de este multímero de glicoproteína. El factor vWF participa en dos funciones
principales: la hemostasia primaria y la coagulación intrínseca, ya que media la adhesión de las
plaquetas al sitio del daño vascular y estabiliza el factor VIII en la circulación (17). La alteración de
estas funciones es expresada por bajos niveles de actividad coagulante del factor VIII en plasma
(VIIIc), y por un tiempo de sangrado prolongado (28, 29). La enfermedad vW es fenotípicamente
heterogénea y se clasifica en 3 tipos diferentes: Tipo I, deficiencias cuantitativas parciales; tipo II,
deficiencias cualitativas; y tipo III, deficiencias cuantitativas totales (2, 6).
Las diferencias entre los dos tipos de hemofilia y la enfermedad de von WiIlebrand se explican en
la tabla VI (30).
Manifestaciones clínicas
Manifestaciones orales
Las manifestaciones más comunes son las hemorragias orales espontáneas y las hemorragias
prolongadas tras extracciones dentales u otras intervenciones quirúrgicas bucales.
Tratamiento
Manejo odontológico
Analítica preoperatoria:
Se recomienda conocer el INR el mismo día de la intervención. El rango terapéutico de IINR
está entre 2-5; para la realización de cirugías menores debe ser menor de 3,5, y el sangrado puede
ser controlado con medidas locales o tópicas, que ya han sido explicadas en apartados anteriores.
Pacientes con INR superior a 3,5 y con otros factores de riesgo (coagulopatÍas, aspirina,
enfermedad hepática), deben ser tratados en ámbito hospitalario. (44).
Se recomienda utilizar sutura reabsorbible, para disminuir el riesgo de sangrado, al no ser
preciso retirar los puntos
Después de la cirugía se puede utilizar un apósito de gasa con ácido tranexámico, durante 20
minutos. Enjuagues con ácido tranexámico 1ami durante 2 minutos cada 6 horas (7 días).
Se debe indicar al paciente medidas terapéuticas que reduzcan el riesgo de hemorragia
postoperatoria como: hielo, dieta blanda, evitar enjuagues y cuerpos extraños intraorales, evitar
hábitos de succión y evitar ejercicios físicos violentos (2).
DISCUSIÓN
Vía oral
El fármaco llega al organismo habitualmente después
de la deglución. Una vez en el estómago, se somete a las
características de los jugos del mismo, que por su
acidez favorece mucho la ionización del fármaco, lo que
hace que la absorción sea difícil. Cuando llega al
intestino delgado cambia el pH luminal y se favorece
bastante la absorción pasiva. No obstante, en la mucosa
intestinal hay numerosos mecanismos para realizar
procesos de absorción en contra de gradiente, aunque
difícilmente se logran niveles plasmáticos suficientes
para que sean efectivos.
Vía sublingual
La absorción se produce en los capilares de la cara
inferior de la lengua y una vez que pasa el fármaco a la
sangre se incorpora, vía venosa, directamente a la
circulación de la V. Cava Superior, evitando el efecto de
primer paso. Las condiciones del pH de la boca facilita
la difusión pasiva de numerosos fármacos. Otra ventaja
es que evita la destrucción de algunos fármacos debido
al pH gástrico. Uno de los principales inconvenientes es
el gusto desagradable de muchos fármacos. Algunos de
los fármacos utilizados por vía sublingual son el
nifedipino o la nitroglicerina.
Vía gastroentérica
En determinadas condiciones en las que la deglución
no es posible, se puede administrar alimentación o
fármacos directamente a la mucosa gástrica o
intestinal, mediante el uso de sondas (como la sonda
nasogástrica) o bien directamente en presencia de
ostomías (gastrostomía, yeyunostomía, colostomía,
etc.) procedimiento llamado gastroclisis.
El principal inconveniente es que las sustancias
polipeptídicas son degradadas por acción de las
enzimas pancreáticas, lo que evita que fármacos como
la insulina puedan ser utilizados por vía digestiva.
Vía rectal
Supositorio para administración rectal en adultos.
Las formas de administración rectal se utilizan para
conseguir efectos locales. También se utilizan cuando
existen dificultades para la administración por otras
vías. Por ejemplo, en niños pequeños, en pacientes con
vómitos o con dificultades de deglución. El fármaco se
introduce en el organismo directamente (supositorios)
o con la ayuda de algún mecanismo (lavativa, sonda
rectal,…) y la infusión lenta de grandes volúmenes se
denomina proctoclisis.
La absorción se realiza a través del plexo hemorroidal
el cual evita en parte el paso por el hígado antes de
incorporarse a la circulación sistémica. Su principal
inconveniente es que la absorción es muy errática,
debido a la presencia de materia fecal que dificulta el
contacto del fármaco con la mucosa.
Vía parenteral
Aun cuando su significado primigenio no sea ese, hoy
en día se considera la vía parenteral como aquella que
introduce el fármaco en el organismo gracias a la
ruptura de la barrera mediante un mecanismo que
habitualmente es una aguja hueca en su interior
llamada aguja de uso parenteral. Dentro de las
principales vías de administración parenteral se
encuentran la intravenosa, intraarterial, intramuscular
y subcutánea, existiendo varias otras. La vía de
administración parenteral tiene la ventaja fundamental
de que aporta el fármaco de forma directa o casi directa
a la circulación sistémica, salvo en algunas formas
especiales que presenta casi características de la vía
tópica. Además permite el tratamiento en pacientes que
no pueden o no deben utilizar la vía oral (inconscientes,
disenterías, etc.).
La vía parenteral presenta varios inconvenientes:
• Precisa de instrumental para su realización, que debe
de estar adecuadamente esterilizado.
• En la mayoría de los casos precisa de otra persona
para su uso, en ocasiones altamente calificada.
• Favorece la infección local y, si no se guardan las
precauciones adecuadas, el contagio entre
pacientes.
• En caso de reacción adversa al fármaco la intensidad
de la misma suele ser mayor, y el tiempo de
reacción se ve acortado frente a la vía oral.
Vía respiratoria
La vía intratraqueal se usó en contadas ocasiones para
aplicar sustancias diluidas a nivel de la mucosa de la
tráquea, fundamentalmente en situaciones de urgencia
clínica. La vía intraalveolar consiste en la aplicación de
un fármaco diluido habitualmente en suero, mediante
presurización y micronización de las partículas de tal
forma que al inhalarlas van vehiculizadas en el aire
inspirado llegando hasta la mucosa de los bronquios
terminales e incluso a los alvéolos pulmonares.
Habitualmente se trata más bien de un tratamiento
tópico realizado sobre la mucosa bronquial, donde se
busca el efecto local de bronco dilatación. Las formas
galénicas implicadas en esta vía son los aerosoles y los
nebulizadores.
Vía tópica
La vía tópica utiliza la piel y las mucosas para la
administración de fármaco. Así pues, esto incluye las
mucosa conjuntival, oral y urogenital. La característica
de esta vía es que se busca fundamentalmente el efecto
a nivel local, no interesando la absorción de los
principios activos. Con respecto a la mucosa oral hay
que hacer la distinción con la vía sublingual. En este
caso, no interesa que el fármaco se absorba, buscando
el efecto del mismo a nivel de la propia mucosa,
mientras que en la vía sublingual lo que se va buscando
es el paso del fármaco a la sangre. La diferencia viene
dada por la naturaleza del fármaco o de la constitución
de los excipientes que lo acompañan.
Vía oftálmica
Los fármacos oftálmicos de uso tópico se utilizan por
sus efectos en el sitio de aplicación. Por lo general, es
indeseable la absorción sistémica que resulta del
drenaje por el conducto nasolagrimal.
Todos los medicamentos oftálmicos tienen la capacidad
de absorberse en la circulación general, de modo que
pueden sobrevenir efectos adversos generalizados
indeseables. Casi todos los fármacos oftálmicos se
liberan localmente en el ojo, y los efectos locales
potencialmente tóxicos se deben a reacciones de
hipersensibilidad o efectos tóxicos directos en córnea,
conjuntiva, piel periocular y mucosa nasal.
Vía ótica
La vía de administración de fármacos ótica consiste en
la aplicación sobre el conducto auditivo externo de
preparados principalmente líquidos, con el fin de que
ejerzan una acción local. El fácil acceso del oído hace
que muchos procesos otológicos sean susceptibles de
ser tratados tópicamente.
Vía transdérmica
Aun cuando la vía tópica está pensada para el uso local
del fármaco, sí que por su naturaleza, la piel permite el
paso de algunas sustancias hasta llegar a los capilares
dérmicos. Esta posibilidad puede favorecerse mediante
la utilización de STT (Sistemas Terapéuticos
Transdérmica) ideados para conseguir el aporte
percutáneo de principios activos a una velocidad
programada, o durante un período establecido. A esta
vía también se la conoce como vía percutánea.
Fármacos de mayor uso en odontología
Analgésicos
Son medicinas que alivian el dolor sin causar pérdida
de conciencia se clasifican en:
Analgésicos opioides.
La palabra opioide es un término griego que significa
zumo. Se utilizan para alivio del dolor, de moderado a
severo, provienen de la planta del opio, de la cual se
sacan más de veinte diferentes tipos de alcaloides,
entre ellos morfina, la codeína, y la papaverina.
En el mercado también se encuentra la combinación de
pequeñas cantidades de sustancias opioides con los
analgésicos AINE (Antiinflamatorios no esteroides)
esto para lograr una analgesia un poco profunda.
Analgésicos no opioides
En este grupo se encuentran los analgésicos que no
tienen sustancias derivadas del opio, entre los cuales
está el Acetaminofén, los AINE que son analgesicos-
antinflamatorios no esteroides, siendo un grupo
bastante extenso de fármacos químicamente diversos
que tiene actividades analgésica, antiinflamatoria y
antipirética; entre ellos, unos tienen mayor efecto
analgésica, otro son más antiinflamatorios, y un tercer
grupo combina ambas acciones.
Antibióticos
Son sustancias capaces de destruir un organismo vivo u
obstruir su desarrollo. Destruyen agentes infecciosos
que causan patología.
Los antibióticos pueden clasificarse en muchas
categorías, grupos o familias, y se distinguen entre sí
por su estructura química y la especie bacteriana a la
que atacan. Las categorías más comunes son:
Bactericida: Destruyen las bacterias.
Bacteriostático: Inhibe el crecimiento de las
bacterias.
Bases farmacológicas para el manejo del dolor
dental agudo
El desarrollo de un importante y numeroso grupo de
analgésicos en los últimos años, ha estimulado la
investigación clínica con estos fármacos y la búsqueda
de modelos de dolor que permiten una evaluación
comparativa menos subjetiva entre los nuevos
medicamentos y fármacos tradicionales como la
aspirina y la acetaminofén.
Según Cooper, este modelo se ha popularizado en la
investigación farmacológica clínica por las siguientes
razones:
• Los pacientes generalmente son sanos con un
problema oral aislado
• El procedimiento quirúrgico es generalmente electivo
• El dolor posoperatorio bucodental (terceros molares
incluidos) es consistente y se localiza en los rangos
de intensidad moderada severa y así el estudio
ofrece un alto grado de sensibilidad.
En el tratamiento sintomático del dolor los AINE se
consideran muy importantes. Desafortunadamente
estos fármacos no siempre se usan.