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is ' REVISTA DE INVESTIGACIONES HISTORICAS Now. 4, NUEVA EPOCA, JULIO-DICIEMBRE DE 2011 A DE BAJA CALIFORN ones Histéricas ARTE RUPESTRE, HISTORIA Y MITO: LOS CALIFORNIOS &TENIAN SEIS DEDOS? Alberto Tapia Landeros Instituto de Investigaciones Culturales-Museo Universitario UABC Fecha de recepcién: agosto de 2011 Aceptacién: diciembre de 201. La interpretacién del arte rupestre permanece principalmente en el drea de lo que es posible, més que en aquella de lo que esta bien demostrado. Clement W. Meighan INTRODUCCION omo a otros lugares, en Baja California hay vesti- gios del hombre prehistérico, pinturas y grabados his paredes rocosas protegidas de la radiacién solar, Ja oe del agua y el viento, vestigios que solamog a int erpretar como mensajes sobre cémo era su mun- Cae ae conocidos estan en la Sierra de San Francisco, Baja nia Sur, cuna del llamado “estil : 1 u lo gran mural” por el investigador estaduni 30, or ¢ idense, Harry Crosb: distinguen de otros igi nouavion ead Ec porque las figuras h fi natural o poco menores. * eee 7 ce como Beatriz de la Fuente y Maria Teresa Uriar- in ae eae llamar a este estilo pictérico “Sierra de San » debido a que en esta regién de Baj: i a ‘ jaja Californi: oe mayoria de los sitios confeccionados de esta nau . Las autoras opinan que “...en el J t eee caso de las figuras hum: a a femeninas, los senos se ven debajo de las axilas, dandoles mayor relevancia.” La figura principal que analizo en este ARTE RUPESTRE, HISTORIA Y MITO texto muestra esta caracteristica pictorica, que no es exclusiva del estilo “Sierra de San Francisco”, si no que se trata de “un patron cultural”, segtin la opinién de la arquedloga Maria Te- resa Uriarte.! El “estilo gran mural” tiene una antigiiedad de entre 1,500 y 3,300 afios.” 7 En Baja California, a doce kilémetros al norte del paralelo 98°, existe una cueva poco conocida con pinturas “estilo gran mural” y/o “Sierra de San Francisco”. En mesa del Carmen (28°07 N; 113°18°0), a 500 metros sobre el nivel del mar, per- siste un mural con figuras humanas y de animales pintadas en colores rojo y negro. Se desconoce quienes fueron sus autores, por qué y para qué las pintaron. En este texto relato mi en- cuentro con ellas e intento explicar su origen, auxiliado por dis- ciplinas como la arqueologia, la botanica y la neuropsicologia, con el fin de averiguar por qué algunos personajes pintados en Ja roca tienen seis dedos. LAS PINTURAS RUPESTRES Desilusiona recorrer el despoblado sur del estado federal nt- mero 29 sea por carretera, brecha 0 a pie. No existe huella evidente del hombre. Si el recorrido fuera al azar, cabria la posibilidad de declarar el paisaje desierto, ausente del pasado humano en esta inhéspita region. Pero el hombre ha estado y esta alli. Se inserta en el paisaje de piedra y espina, elemen- tos que caracterizan su rostro. La piedra eterna que aparece y 1 Beatriz de la Fuente y Ma. Teresa Uriarte, Arte prehispdnico en la re- gion del Pacifico, Madrid, ‘Editorial La Muralla, 1982, p. 56. Ma. Teresa Uriar- te, Pintura rupestre en Baja California. Algunos ‘métodos para su apreciacién artistica, México, Instituto Nacional de Antropologia e Historia, 1981, p. 140. 2 Maria de la Luz Gutiérrez y Justine Hyland, Arqueologia de la Sierra de San Francisco. Dos décadas de investigacién del fendmeno Gran Mural, Mé- xico, Instituto Nacional de Antropologia Historia, Coleccién Cientifica nim. 433, 2002, p. 342. 105 ALBERTO TAPIA LANDEROS desaparece a la espina, que capta el paso de la bestia, con pe pluma o escama. En este paisaje la mejor manera de encontr, el paso del hombre eg ubicando el elemento mas preciado ene] desierto: el agua. 4 Desde su aparicién en esta Porcién de México, hace unos diez mil afios, el homo sapiens leg, vivid, se reprodujo y murié e un oasis.* Hay manantiales perennes como los de Cadacamén, en la misién de Santa Gertrudis (1 751), Adac en la misién de San Borja (1762) y Cabujakaamang, en la misién de Santa Ma. ria de los Angeles (1767). Existen también nacimientos de agua — tante, por inciertas, nunca constituyeron estancia humana, a diferencia de las primeras que Por incesantes fueron elegidas por los europeos para ser ocupadas. El Camino Real que unia a todas las misiones, las del sur y las del norte, representa un rosario de oasis interconectadog por la huella de la bestia y su amo, un marcado sendero que Una definicién y bautizo de la huella del hombre: “Aque- llas en que los signos no han sido esculpidos sino solamente pintados sobre la roca, se designan con el nombre de pintu- vas rupestres.”! Estudios realizados Por investigadores de la Universidad Auténoma de Baja California en el norte de esta « Antonio Porcayo Michelini, Prehistoria y arqueologia de Baja Califor- nia, Baja California, Instituto Nacional de Antropologia e Historia, 2008, guion museolégico. “Pablo Martinez del Rio, “Petroglifos y pinturas rupestres” en Maria del Pilar Casado (compiladora) y Lorena Mirambell (coordinadora), El arte rupes- tre en México, México, Instituto Nacional de Antropologia e Historia. 1990, p. 64. 106 ARTE RUPESTRE, HISTORIA Y MITO i i los an- tidad, encontraron que el color rojo era fabricado nen 7 sone i igi i el negro Face californios con hematites y oligisto, mientras er ans Zs 6 preparaba con carbén mineral. Mural de mesa del Carmen, Baja California. Fotografia tomada por el autor. LA REPRESENTACION SOCIAL La teoria de las representaciones overs ae je te i i identidad y permi- i i la realidad, definen la ident ‘permiten explicar ida¢ oe ficidad de los grupos. ten salvaguardar la especit ee Uae grade, i fi i 4 “la representacién de algo p: imagen o simbolo siempre sera ; algtion ”6 Por tanto, toda pintura rupestre es una representa: cion social. e ; Esta vision cultural aplicada al fenémeno rupestre zoh- re la importancia que tuvo para los creadores y para quie: Fase ane BE ical, "© Michael Schorr Wiener (coordinador), Estudios del desierto, Mexicali, iy tia / UABC, 2006, p. 70. 7 eee Galsetol Giménez, Teoria y andlisis de la cultura, México, Conaculta, 2005, p. 407. 107

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