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El estalinismo
Después de la muerte de Lenin, la URSS atravesó cuatro años de inestabilidad política,
durante los cuales Iosiv Stanlín fue liquidando a sus enemigos con la intención de
quedarse con el poder. En 1925, logró que uno de sus mayores rivales, Trotski, fuera
destituido como Comisario de guerra. Finalmente, en 1928, se hizo Jefe de Estado.
En 1929, Stalin concentró en su cargo todo el poder del Estado e instauró una
dictadura personal en nombre del Comité Central del Partido Comunista. Formuló sus
ideas y proyectos como una nueva religión. Impuso la censura, la disciplina y la
vigilancia policiaca y le pidió a los soviéticos que se sacrificaran por el bien de las
generaciones futuras y el engrandecimiento de su nación. Cultivó una fe ciega de sus
seguidores en la idea de que la revolución socialista traería consigo un mundo de
justicia, igualdad y perfección; además, promovió el culto a su persona.
Toda la información que llegaba a Europa sobre el descontento, el hambre y los
movimientos de resistencia en la URSS, el estalinismo la consideró una calumnia y un
acto de sabotaje en su contra. Por tanto, persiguió a todos los que difundían críticas al
sistema.
A Siberia fueron a dar los inconformes, incluidos los campesinos que se negaban a la
colectivización de sus tierras en cooperativas o granjas estatales. Los millones de
personas recluidas en los gulags fueron obligados por el estalinismo a realizar trabajos
forzosos.
El Estado soviético se fue haciendo de un gran aparato burocrático para la
administración y el control. A cambio del sacrificio, las masas recibieron un mínimo
social: trabajo, ropa, vivienda, pensiones, atención médica y educación.
Por otro lado, se permitió la inclusión de las mujeres en la vida profesional y la
participación de las más de cien nacionalidades no rusas en la economía nacional. De
éstas, el gobierno procuró conservar sus lenguas y folclore y cuidó de que no se
suscitaran conflictos interétnicos.
En la década de los treinta, el estalinismo llevó a cabo grandes purgas sangrientas
contra su mismo partido y sobre todo contra su dirección, la cual había manifestado no
estar dispuesta a aceptar la brutalidad excesiva.
Para Stalin el terror no tenía límites. Entre 1924 y 1939, cuatro o cinco millones de
miembros del partido y funcionarios del gobierno fueron arrestados por motivos
políticos y 400 o 500 mil ejecutados sin juicio previo –entre ellos, antiguos
revolucionarios y colaboradores de Stalin-. No se sabe cuántos opositores al régimen
fueron exterminados, quizá entre 10 y 20 millones.
Colectivización e industrialización.
En 1931, Stalin decidió abandonar la NEP e impulsar un programa de planes
quinquenales para industrializar y colectivizar la agricultura y para elevar los índices de
educación. Todo ello según la planificación y centralización del Estado.
En el primer plan quinquenal, la población soviética trabajó durante cinco años en las
distintas ramas de la educación y la economía. Esto generó el crecimiento de la
producción de materias primas (acero, carbón, petróleo, energía eléctrica), la
ampliación de la red ferroviaria, las carreteras y la construcción de nuevas fábricas.
Stalin impuso la colectivización de la agricultura. Ésta constituyó una gran revolución
en el campo. Desaparecieron los kulaks –que, como se recordará, eran pequeñas
propiedades privadas- y se crearon los koljoses y los sovjoses.
Los koljoses eran cooperativas dueñas de la producción pero no de las tierras. Los
sovjoses eran granjas socializadas cuya tierra, maquinaria y producción pertenecían al
Estado. Los sovjoses se fueron extendiendo. Para 941, casi todas las familias
campesinas estaban establecidas en granjas colectivas administradas por la burocracia
gubernamental.
Ni la Revolución de Octubre ni el estalinismo cumplieron el deseo marxista de
desaparecer la división de la sociedad en clases. Durante el régimen comunista se
mantuvo una fuerte desigualdad. Los funcionarios y altos profesionistas (matemáticos,
ingenieros, químicos, biólogos, etc.) recibieron privilegios y salarios más elevados. A
éstos le seguían los administradores, la burocracia menor y técnicos medios; después,
seguían los obreros y campesinos, entre quienes también había niveles de acuerdo con
su preparación, entrega y servicio al Partido comunista.
La industrialización se llevó a cabo a costa del campesinado. El riguroso sistema
empleado por Stalin tenía como meta aumentar constantemente la producción de los
bienes. Por ello impulsó el movimiento estajanovista. Éste tomó como ejemplo la
heroica acción del minero Stajanov, de quien se dijo había extraído 102 toneladas de
carbón en una jornada de trabajo; 14 veces más de los normal. El estajanovismo
consistió en disciplinar a los obreros y obreras y llevar el racionalismo técnico hasta
sus últimas consecuencias.
A pesar de los altos rendimientos obtenidos, en los procesos industriales no se cuidó
suficientemente la calidad ni se introdujeron innovaciones. A la larga, esto sería un
desastre, pues la URSS no podría competir en el mercado mundial.
Pese a las fallas, en la década de los treinta, cuando la mayor parte del planeta
padecía la Gran Depresión, cuando la producción industrial y el consumo se detenían y
aumentaba el desempleo en el mundo, la Unión Soviética vivía el auge económico.
Entre 1929 y 1940, la producción industrial se multiplicó tres veces y la URSS se
colocó como la tercera potencia mundial, después de Estados Unidos de América y
Alemania.
La caída
Ante esta apertura, cada vez más alemanes orientales viajaban a Hungría para, a
través de esa ruta, pedir asilo en las distintas embajadas de la República Federal
Alemana. Esto molestó al gobierno de la alemania oriental y empezó a poner
restricciones. Entonces, miles de alemanes del este empezaron a manifestarse en
varias ciudades de la RDA exigiendo la libre circulación en la frontera. Las
protestas obligaron al gobierno a anunciar que el paso hacia el oeste estaba
permitido. Era el 9 de noviembre de 1989.