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Universidad y Peronismo, hacia una superación histórica de la

Reforma.
Aritz Recalde (2007)
Documento publicado en la Revista de la "Agrupación 22 de noviembre". Extraído de:
http://sociologia-tercermundo.blogspot.com.ar/2008/02/universidad-y-peronismo-hacia-
una.html
Febrero 2018.

La irrupción de los sectores populares y la apertura de democracia de masas en el país de la


mano del programa político peronista, traería aparejada no pocas dificultades al gobierno
entrante. Por un lado, la nueva fuerza política se enfrentaría con los grupos de poder
económico tradicionales ligados al sector agroexportador o al capital extranjero, ya sea
aquellos como la Sociedad Rural o la UIA. Asimismo y por otro lado, el peronismo generaría un
fuerte rechazo en muchas de las instituciones políticas y culturales típicas del proyecto de país
liberal consolidadas desde hacía varias décadas tras las figuras presidenciales de Rivadavia,
Mitre, Roca o Justo. La universidad argentina en este marco, oficiaría como una palanca de
ingreso de las ideas y teorías liberales favorables al capital extranjero y además, operaría como
una escuela de funcionarios para hacer girar el engranaje de producción y reproducción del
esquema neocolonial dependiente y pastoril argentino.

A partir de aquí, que dicha institución a la hora de la aparición del peronismo conservaría
fuertemente su perfil e idiosincrasia tradicionalmente aristocrática, renuente al cambio social y
económico industrial nacional y generalmente sus docentes eran de ideología liberal y desde
aquí e históricamente, poseedores de una concepción anti popular. Previo al año 1945, dicha
característica sería cuestionada, por lo menos en parte, por la reforma del año 1918 que y
lamentablemente y tras la decadencia del partido radical, pasaría a los anaqueles del olvido
bajo las cátedras de docentes estrechamente ligadas al capital extranjero y los negocios de
país agrícola dependiente. De aquel ímpetu reformista poco quedaría concretamente en
muchas facultades de aquellas 6 universidades argentinas que llegaban al año 19461 tras una
“primavera docente” durante la década infame, caracterizada por la complicidad universitaria
con el esquema político de la “concordancia” bajo los acuerdos de sectores de los partidos
socialistas y radicales con el régimen militar.

Esta desconexión entre la universidad y el país real y profundo, tendría varias dimensiones. Por
un lado, existirían problemas de índole cultural o ideológico de los docentes y alumnos,
cuestión que los llevaría a mantener un fuerte rechazo a las expresiones organizadas del
movimiento obrero. A partir de aquí, muchos de ellos se comprometerían orgánicamente en la
Unión Democrática, posteriormente algunos docentes renunciarían de la universidad en 1946
y finalmente y además, jóvenes y profesores formarían parte de las acciones militares y
terroristas de junio y septiembre del año 1955 y posteriores de los “comandos civiles”. Pero
más allá de la acción individual en cada caso, lo que era innegable además para definir la
“desconexión” universitaria, era el perfil de las investigaciones y la formación de la educación
superior, tradicionalmente liberales e europeístas en su ideología, como asimismo, renuentes
a textualizar o desarrollar los temas y las carreras industriales acordes al país de las décadas
del cuarenta. Era la universidad de un país soñado para ser una granja inglesa,
económicamente y políticamente dependiente y socialmente desigual, anhelado por una
aristocracia o clase media de espaldas a la argentina trabajadora y sufriente.

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Las Universidades eran la de Córdoba, la UBA, La Plata, Cuyo, Litoral y Tucumán.
El peronismo a partir de aquí, tuvo que enfrentar esta desconexión de la universidad con el
país, cuestión que implicaba un complejo proceso de negociación y de paulatino avance con
cada uno de los claustros en pos de articular la universidad al programa de la revolución. Pese
a las resistencias encontradas, dos golpes militares de por medio, podemos decir que el
peronismo legaría a la universidad varios hechos de suma importancia para la educación
superior vigentes hasta la fecha. Incluso, podemos afirmar, que el peronismo sería el
protagonista de la ejecución concreta de los planteos de la reforma del año 1918
actualizándola y superándola dialécticamente para ajustarla a la democracia de masas2.

Por un lado y solo con Perón en el gobierno, se sancionarían tres leyes Universitarias, oficiando
a partir de aquí, como el primer gobierno en sancionar una ley desde 1885, pero además,
como el gobierno democrático que mayor cantidad de leyes de educación superior sancionaría
en la historia del país: 13.031/47, 14.297/54 y 20.654/74. Estas tres leyes expresarían en un
esquema jurídico normativo todos y cada uno de los fines de los verdaderos reformadores del
año 1918, incluso, superándolos ampliamente. Por un lado y para expresarlo concretamente,
durante los primeros 10 años de gobierno y por citar algunas cuestiones:

a- Ampliación de las matriculas y democratización del ingreso3: se suprimen gran parte


de los exámenes de ingreso, se eliminarían todo tipo de aranceles4, se desarrollarían
un sistema de becas - cuestión que tendría sanción constitucional en 1949-,
aparecerían los horarios nocturnos para trabajadores y la Universidad Obrera, etc..
b- Extensión Universitaria: por primera vez se la menciona en la legislación universitaria
en el año 1954 y se iniciarían las prácticas rentadas en el Estado. La Universidad
Obrera articulaba directamente el conocimiento y la acción práctica en fábrica.
c- Promoción de Carrera prioritarias: por primera vez el Estado establecería Regiones
Universitarias y se daría una política de planificación del gasto y la uniformidad
nacional de los programas. Se crearía en Consejo de Universidades como ámbito de
articulación de políticas públicas. Se desarrollaría5 las técnicas agrarias, la ingeniería
del petróleo o la investigación oceanográfica, etc. Aparecerían los grupos de
investigación antecedentes del CONICET.
d- Ingreso de Estudiantes latinoamericanos6: se avanzaría en el reconocimiento de
títulos, en la formulación de congresos científicos internacionales de primer nivel y en
el desarrollo de intercambio estudiantil.

2
El peronismo actualiza la reforma del año 1918 al articular la universidad a una revolución de obreros
industriales dejando atrás las concepciones vanguardistas de los universitarios ya caducas hacía
décadas. El punto de partida de tal epopeya política y cultural nacería de priorizar los “fines” de la
universidad (la emancipación de un pueblo y la participación juvenil en ese proyecto) y no los “medios”
(el gobierno interno de la isla democrática). Los universitarios levantaron los “medios” como bandera
tras una desviación del concepto de “autonomía, para enfrentar la revolución y los verdaderos y únicos
fines de la juventud que es ver liberado a su pueblo de la violencia social, económica, cultura y política.
3
Además de la gratuidad al eliminar aranceles, el gobierno desarrollaría una economía de bonanza,
único medio para el ingreso concreto de los trabajadores a la universidad.
4
Decretos 29.337/49 y 4.493/52.
5
Se inició la Ciudad Universitaria, la obra del Hospital Escuela, la Facultad de farmacia (antes Escuela) y
se formularían los proyectos de las universidades nacionales del Sur y la Mesopotamia. Jorge A. Taiana,
“La Universidad Peronista”, Primera Plana N° 498 15/VIII/72.
6
Debemos decir además, que los antecedentes del Mercosur se pueden buscar en el pacto ABC firmado
por Perón entre Argentina, Brasil y Chile. Asimismo, a nivel sindical se desarrollaría el ATLAS.
e- Vinculación obrero estudiantil: por primera vez se tenderían los puentes concretos
para esta unidad. Tanto dentro del aula al democratizar el ingreso, como asimismo, a
partir del fomento de las agrupaciones estudiantiles como la CGU o la UES.
f- Defensa de la cultura nacional: por primera vez aparecería como objetivo de la
universidad la divulgación de los valores y tradiciones de nuestro país. Asimismo, se
introduciría en la legislación universitaria la importancia de la defensa del patrimonio
no solo espiritual, sino además, económico y político de la nación.

En definitiva, el peronismo en sus diez años de gobierno nos legaría la gratuidad, los primeros
pasos en la articulación concreta obrero estudiantil, la existencia de carreras prioritarias para
la industrialización, el aumento inmenso del presupuesto, la creación del Ministerio de
Educación, el fomento del latinoamericanismo y el antiimperialismo de la juventud y varios
proyectos de universidades y carreras. Estos profundos cambios y por si fuera poco, serían
desarrollados por un gobierno popular y democrático, que entre otras cuestiones, daría a la
autonomía universitaria sanción constitucional en el año 1949. En definitiva y para sintetizarlo,
con el peronismo en sus primeros diez años aparecería la noción del “derecho social a la
educación superior” y la “cultura de la industrialización y el pleno empleo” como fines
culturales y políticos estratégicos nacionales.
Asimismo, el peronismo nos dejaría como legado varias innovaciones en diversos ámbitos de la
universidad, muchas de ellas aún vigentes. Por ejemplo, la ley 20.654 de 1974 introdujo la
participación en el gobierno de la universidad de los trabajadores no docentes. Asimismo,
dicha ley permitía el ingreso a la universidad -previo examen- a los trabajadores que no hayan
cursado el ciclo educativo secundario. Por otro lado, esta norma planteaba la implementación
concreta del nacionalismo revolucionario al prohibir la práctica docente a aquellos profesores
vinculados a las empresas trasnacionales. En este sentido, no podemos dejar de mencionar la
inmensa lista de actividades de articulación universidad y sociedad7.

Por un lado, la universidad durante el peronismo avanzaría en la gestión abierta en año 1973
en la articulación con las políticas públicas desde la firma de convenios con el gobierno
nacional y provincial. Por otro lado, desarrollaría mecanismos institucionales internos para la
articulación con el medio como serían en la UBA los Centros Piloto de Investigación Aplicada
(CEPIA), el Centro de Estudio del Trabajo o los programas de los consultorios barriales, la
fabricación de medicamentos, de alfabetización o de vivienda social. No viene mal recordar
que en el plano docente y durante la década de sesenta y setenta se desarrollarían las
Cátedras Nacionales que oficiarían como los ámbitos de formación de muchos dirigentes
políticos del país.

Más allá de la gran cantidad de medidas implementadas, lo que el peronismo universitario nos
legaría fue un intento de articular la educación superior a la democracia de masas en una
nación a medio camino y en el transito a su emancipación política, económica, social y cultural.
En este sentido, las décadas de sesenta y setenta verían por primera vez en la historia nacional
una articulación masiva entre las organizaciones libres del pueblo y los universitarios. Las dos
dictaduras, la de los años 1955 y 1976, cortarían este ímpetu democrático y liberador y
muchas universidades regresarían en el tiempo y llegarían al siglo XXI tras una concepción
anacrónica y conservadora de la autonomía, más propia del siglo anterior que de los desafíos y
anhelos que está demandando actualmente el pueblo argentino.

7
Universidad y Liberación nacional, Ed. Nuevos Tiempos, Mayo de 2007.

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