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las 2 «Se Derri en el duce le una poder jescti- sara sino a Ja literatura como insti- 4 protegida, por la ley misma, de ‘ones que pudieran ejereer sobre cura, religiosa o politica, spoya en una idea de la libertad imites hist6ricos muy precisos, que, ‘iempo, son permanentemente disct su validez general sino en sus casos s (la pornografia, 1a blasfemia, Ias Sees totalitarias, eteétera). Esta ley marca Geos cramticas entre culturas; s6lo bas- Geer en la condena a muerte de Salman Gees por los mullahs iranfes. Pero antes de Ge see objeto de largos debates ideolégicos y = zacién en contra o a favor de la cen. Sex Sess el juicio a Madame Bovary hasta Ta Seeeeién, en Inglaterra, de El amante de & Chatterley 0 el escdndalo que rodes la de Lolita altura occidental modem (. MODERNI- scansa sobre la préctica y la defensa de wveneién, probablemente la mis valioss 10 intelectual y politico para todo Occi- ecesras su =, Piet (1992), «L'espace des possioies ragies de art: gonése ot structure ou sp Itai, Peis. Sell oa, Jacques (1992), «Before the law» (-Oe- ia iis, conferencia de 1982, publicada en 34 en La facut de [ugen, y wAn interview rn Jacques Derridas, en Derek Attridge comp), Acts of Litarature, Nueva York y Lon 3, Routledge. Raymond (1977), «Conventions», en xism and Literature, Oxtord, Oxford Uni city Press. ‘The arts as social forms» y «The socio- Y of signal systems, en Culture, Glasgow, ntana. Beatriz Sarlo CULTURA Durante mucho tiempo la definicién de lo ‘el concepto cultura incluia y/o exeluia oles, valores, cédigos, sistemas de clasifi- én, esquemas de percepeién y accién), ast como los procesos coneretos que la relacionat Cultura ‘con las prcticas (rituales, SOCTALIZACION, ac tuaciones dramatirgicas, construcein y trans- formacién de Ia conciencia de clase, eteétera) fueron materia de disputa. En la actualidad, st bien las diferencias perduran, la mayoria de las perspectivas concuerdan en que el concepto onnota una dimensién que implica la totalidad de las pricticas, A través de conceptos como scdentidades insurgentes», «memorias colecti- vas», amatcos de accién», «tepertorios discur- sivos», «identidades narrativas» (por nombrar S6lo algunas de la plétora de herramientas ana- Iiticas actualmente en uso), Ios estudios sobre Ja accién colectiva apuntan ala estructuracin de ciertas subjetividades en el surgimiento de Ja protesta; sefialan, en otras palabras, la impor tartia de la cultura para entender la emergencia ¥ el curso de los movimientos sociales y de ‘Guras formas de accién colectiva (Poletta 1998). Pero el reconocimiento de la relevancia de Ia dimensi6n cultural no s6lo caracteriza a Ios estudiosos de la accién colectiva. Durante fa ltima déeada, dreas tan diversas como la so ciologia historica comparada, Ia sociologia po- Iitica y el andlisis de redes (Sommers, 1992; Crane, 1994; Alexander y Seidman, 1990; Emirbayer y Goodwin, 1994; Putnam, 1993) pan vuelto a ubiear Ia preocupacién por la cul- tura en el centro de sus indagaciones, ‘Ahora bien, al hablar de la cultura, 1a ma- yyoria de los autores contemporsneos se refiere j ella como un tepertorio histéricamente es- tructurado, un conjunto de esilos, habilidades YY esquemas que, incorporados en los sujetos, Son utilizados (de manera més o menos cons ‘icnte) para organizar sus précticas, tanto indi Viduales como colectivas. Nos proponemos faguf rastrear la génesis de esta perspectiva de {a cultura-como-repertorio, combinando abor- dajes de autores clésicos y contemporineos. ‘SOCIEDAD Y ORDEN SIMBOLICO ‘Ya desde los elésicos, la dimensién cultural ocupa un lugar central en la reflexién sobre Ia ddindmica societal. En Durkheim, ella se tradu ‘ce en su principal preocupacién: la sociedad se fmantiene unida como tal por el lazo de las jdeas, no por una relacién material. Estas ideas, 35 Cultura ae oe estos sentimientos (esta «culturan, diriamos hoy) no son propiedades individvales, sino que conforman una conciencia colectiva que se twansforma con el paso del tiempo. Es asf que en La division det trabajo social, Durkheim rocura desarrollar una ciencia de los fenéme- ‘hos morales que dé respuesta a la pregunta: ge6mo acttian sobre el eardcter de las normas ‘morales las diferentes formas de sociedad? La ‘respuesta reside en que la creciente diferencia ign social sumada ala especializacién funcio nal se traduce en cambios en las formas de so. lidaridad social, que no son otra cosa que formas de cohesién (Solidaridad mecinica y or. sinica). El paso de una forma a otra es una transformacién cultural caracterizada por el eso decreciente de Ia coneiencia colcetiva “del conjunto de regias morales de acuerdo con las cuales mujeres y hombres viven en socie- dad-. Es quizis en Las formas elementales de {a vida religiosa y luego en el estudio que es. cribié con Marcel Mauss, De algunas formas primitivas de clasificacién, donde Dutkhein dej6 su legado més importante para el estudio contemporineo de la cultura: el que postula la cxistencia de una correspondencia entre formas de clasificacién, ideas colectivas y formas so- Giales de organizacién (hombres y mujeres vi- ven en grupos, se piensan a sf thismos como ‘grupos y agrupan a los otros sobre esa base), Asf, a cultura-como-sistemas-de-clasifica- ign es el punto de partida de autores identifi- cados con la tradicién durkheimiana, entre los cuales la més destacada es Mary Douglas, que observa Ia cultura desde las preacupaciones munlanas, como el desorden o la suciedad, ‘analizando Ia manera en que simbolos, objetos ¥ rituales dramatizan la consteueciGn de la vida cotidiana, Recordemos eomo una de las proo- cupaciones centrales de Durkheim el modo en que los esquemas clasificatorios (verdaderas estructuras culturales) daban a este o aquel simbolo sus significados particulates (y la for ‘ma en que los rituales venfan a atirmar este 0 ‘quel esquema). En el caso de Mary Douglas, la base de los esquemas clasificatorios esté da. «da por ta presencia de limites simbdlicos, Las distinciones culturales son relevantes para que Jos grupos sociales puedan funcionar como ta. Jes porque vienen a afirmar su orden moral, De 36 ‘acuerdo con Douglas, 1a sociedad implica un orden (rezlas, limites, categoria, clasificacio- nes morales y cognitivas), si bien no todo se ‘ajusta a este orden: Io que no se ajusta se con. vierte en raro, desviado, extrafio, criminal, En Pureza y peligro, Douglas analiza las concep- ciones de pureza y suciedad no en relacién con condiciones materiales o higiénicas sino con las clasificaciones simblicas dominantes, En su estudio de las interacciones cata-a-ca- ‘a, Erwin Goffman ({1959], 1994; 1967; [1971], 1979) centra nuestra atencin en una preocupa, ign durkheimiana fundamental: las reglas que ‘gobieman las interacciones cotidianas. Utilizan. do el tinaje dramatirgico del interaccionismo simbélico de Herbert Blumer, esta linea del ensamiento goffmaniano presenta a la soci «dad como compuesta por individuos atomizados ue interactiian y que en estas interaceiones se Constituyen a sf mismos como actores que pre- sentan un «self» -una persona a los efectos de defini la situaciGn interactiva. Los actores aspi- an a controlar a los otros mediante el control de la impresin sobre ellos, y para crear impre- siones utiizan ciertastécnicas extraidas del dra. ‘ma, producen «vehfculos de signos» (referen. cias simbélicas); para realizar su voluntad, utlizan «mdscaras», y son vistos como estrate- 88 maquiavélicos. Al mismo tiempo, las inte. racciones viven otra vida, una vida en el orden colectivo: son actividades regladas, no inven. ciones contingentes (como sostenia Blumer), si. no actuaciones culturalmente ondenadas (como sostendrfa Durkheim). Contrariamente alo que Se podria esperar de su excesivamente intencio- nal relato acerea del comportamiento de los ac. tores, étos no inventan las «méscaras» de la nada: ellas constituyen un equipo expresivo es- tandarizado, que da cuenta de un conjunto de constrefiimientos culturales. Las interacciones Son asi actuaciones ritualizadas que para ser realizadas requieten habilidades culturates (Goffman (1959), 1994), INTERESES MATERIALES Y ESTRUCTURAS IDEOLOGICAS: DE MARX A WEBER En Ios escritos tempranos de Marx (Manus- ‘rites econémico-filoséficos, por ejemplo), el ss Enfasis esté puesto en la € seflejo invertido de la reali ellos un Marx preocupado 5 fs que esconden el verda calidad social y las distor ‘cultan las contradicciones sje del fenémeno religios, de estas ideas: la religion e Yertida del mundo, es la ba Jestficacién y 1a consolidae sial. En La ideologia alema Engels dirigen nuestra atenc teza de estas inversiones y rocesos de conformacién de ‘cen una distincién fundament 20GIA. La primera se refiere a resin y representacién de | segunda contiene formas d conciencia que emergen de y Jaciones de dominacisn de ct Marx y Engels problematizan esl fantasma que acecha a t Sontemporéneos de la dindmia scxiste entre las ideas y las pra emergen de la prictica y estan sectadas con ella (entendiend actividad sensorial y conscie Bombres y mujeres producen y condiciones materiales y las rel 0 las que viven). La prictica d tura, la conciencia y Ia ideolo YL sobre Feuerbach, Marx ase da social ¢s esencialmente pra Seologia alemana delinea clan sign entre ideas y pricticas: «la ‘ideas, de concepciones, de cone Sstejida con la actividad mater fercambio material de los hom de Ia vida real». La ideologia « sentaciones ilusorias de la précts emerge del marco en el cual s Drictica en las sociedades capita se clases. Por el hecho de que 1 interés de la clase dominante, est fan las contradicciones sociales, ideologia se define en su relacicn tradicciones e intereses de clase, verdad, En El capital, Marx introduc sin doble de la prictica en el mos Jad implica un 3s, clasificacio- fen no todo se > ajusta se con- o, criminal. En za las concep- en relacién con 4: 1967; (1971), 3 una preocupa I: Ins reglas que lianas, Utilizan- interaccionismo esta Ifnea del enta a In socie- Juos atomizados actores que pre- a ls efectos de Los actores aspi- fiante el control ara rear impre~ traidas del dra- jgnos» (referen- ar su voluntad, os como estrate- tiempo, las inte- vida en el orden ladas, no inven- enfa Blumer), si- ndenadas (como jamente a lo que mente intencio- niento de Tos ac~ méscaras» de la po expresivo es- un conjunto de as interacciones jas que para ser lades culturales :STRUCTURAS WEBER Je Marx (Marus- por ejemplo), el Stasis esté puesto en Ia conciencia como un ise invertido de la realidad. Encontramos en tes en Marx preocupado por las mistificacio- ses que esconden el verdadero earécter de Ia sestdad social y as distorsiones culturales que scutan las coniradicciones societales. Su abor- Se del fendmeno religioso esté impregnado estas ideas: a religi6n es Ia conciencia in- seta del mundo, es la base general para la sessficacidn y la consolidacidn del mundo so- S21 En La ideologia alemana, donde Marx y Seeels dirigen nuestra atencién hacia la natura sexs de estas inversions y su impacto en los seoces0s de conformacién de las ideas, introdu- -=> una distincién fundamental: cultura ¢ 1DEO- . La primera se refiere a las formas de ex- sresiGn y representacidn de la vida social. La sezenda contiene formas distorsionadas de seciencia que emergen de y disimulan las re- seciones de dominacién de clase. En ese texto, Sacx y Engels problematizan una relaci6n que eal fantasma que acecha a todos los estudios estemporéneos de la dindmica cultural Ia que cexste entre las ideas y las pricticas. Las ideas eseergen de la préctica y estan internamente sectadas con ella (entendiendo por préctica Ia setividad sensorial y consciente por la cual sombres y mujeres producen y reproducen las adiciones materiales y las relaciones sociales as que viven). La prdctica determina la cul- la conciencia y la ideologia. En la tesis, WIIl sobre Feuerbach, Marx asegura que «la vi- ocial es esencialmente prictices, y en La Seologia alemana delinea claramente la rela- Sn entre ideas y pricticas: ela produccién de as, de concepeiones, de conciencia, esti en: ejida con la actividad material y con el in ambio material de los hombres, el lenguaje de Ia vida real». La ideologia significa repre seataciones ilusorias de la préetica, y la ilusién erge del marco en el cual se desarrolla la tica en las sociedades capitalistas: la lucha de clases, Por el hecho de que representan el nterés de la clase dominante, estas ideas ocul- an las contradicciones sociales, por 1o cual la deologia se define en su relacién con las con- adicciones e intereses de clase, y no con la erdad. En El capital, Marx introduce una dimen- sin doble de la prictica en el modo de produc- Cultura ign capitalist: relaciones sociales esenciales y formas fenoménicas. Ahora la determinacién de la conciencia por la practica esté mediada por el intercambio de mercaneias, razén por la cual el proceso de mistficacién es producto en- tonces no sélo de las relaciones de clase (como en La ideologta alemana), sino que esté conte- nido dentro de Ia misma forma mercanci. La categorfa del fetichismo de la mereancfa ~que implica el proceso de extrafiamiento de las mercancfas respecto de sus orfgenes humanos (lo que las tora misteriosas, opacas, objetos extrafios) y el surgimiento de un nuevo tipo de subjetividad, una subjetividad fetichizada— le vva a percibir Ia ideologfa como lo que impreg- na Ia totalidad de la cultura, la conciencia y to- das las esferas vitales, {Qué otra cosa sino un manifiesto cultural es La ética protestante y el espiritu del capita ‘usmo? All{Ta cultura aparece como el motor de las pricticas, en particular del comportamiento ‘econémico. La doctrina calvinista crea un mar- ‘co mental que alienta el comportamiento racio- nal y aseético; Ia doctrina de la predestinacién ccanaliza el deseo de salvacién en una bisqueda de la prueba de salvacién en la conducta terre- nal cotidiana, lo que produce el autoexamen y Ja autorreflexién constantes. Es en «La ética ‘econdmica de las grandes religiones» (Weber [1915}, 1996) donde Weber hace uno de los aportes fundamentales (y més controvertidas) & Ia reflexi6n cultural actual. Los seres humanos, dice, estén motivados por intereses materiales ¢ ideales. {Quién gobierna las précticas de los hombres y de las mujeres? No las ideas, no los valores, sino los intereses materiales e ideales (el deseo de salvaci6n). Sin embargo, las ideas determinan los canales por los cuales la accién se ve empujada por la dindmica del interés. sf, si bien los intereses constituyen el motor de la accién, las ideas definen las metas a las {que los hombres buscan llegar, y los medios para hacerlo, La dimensidn cultural es crucial cuando se trata de definir grlipos sociales. Las clases son definidas por la posieién de sus agentes en el mercado (posibilidades de Vida); pero en Ia de- finicidn de fos grupos de status, el prestgio so- cial y las evaluaciones sobre la posieién social (esTiLos DE Vina) constituyen un aspecto fun- ar

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