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LA QUINTAESENCIA DEL MUNDO

Christian Kal Fulcanelli


1. Introducción
PARTE I: UN MUNDO OSCURO
2. La condición humana en el Siglo XXI
3. El conocimiento de sí mismo
4. De la utilidad de la filosofía
5. El camino del hombre y la mujer
6. El misterio del sexo
7. Eros y Tánatos
8. Estoicismo y salud mental
9. De la educación de los niños y jóvenes
10. Etimología del ocio
11. El sufrimiento humano
12. El cerebro nos engaña
PARTE II: UN PEQUEÑO FUEGO ENCIENDE OTROS FUEGOS
13. Los guías de la humanidad
14. La llave del poder
15. Disciplinas del Despertar
a) Relajación Progresiva de Jacobson
b) El YO Volitivo
c) Ejercicios de respiración
d) Ejercicio de relajación ocular
e) Disciplina mental de autodominio diario
16. La quintaesencia del mundo (La Alquimia del Espíritu Solar)

© 2018, todos los derechos reservados.


“¿No sabéis que Egipto es la imagen del cielo, ya para que quede más
claro, la colonia de todas las cosas que son gobernadas y ejercitadas
por el cielo?. A decir verdad, nuestra tierra es el templo del mundo,
pero, ay, vendrá el tiempo en que parecerá haber sido en vano la
piadosa admiración de la divinidad, volviendo al cielo, abandonará
Egipto al desierto, y ese trono de divinidad quedará huérfano de toda
religión, piedad, ley y credo”.
- Corpus Hermeticum
INTRODUCCIÓN

Los caminos del desarrollo humano son como los rayos de


una rueda; en la periferia se encuentran separados unos de otros, y
a medida que nos acercamos al centro, los rayos se van uniendo,
las relaciones se estrechan y a cada paso que damos, reconocemos
en otros caminos, valores y el material para enriquecer nuestra
búsqueda de la Verdad.
Podemos comprender entonces que las diferencias periféricas
son debidas a las particularidades de cada método; particularidad
que responderá al pueblo para quién tomó forma; a la época y
lugar especifico dentro de la obra teatral del homo-sapiens.
Apartadas las diferencias puntuales, o mejor dicho, el camino
escogido, podemos aventurar una sola meta común: Guiar al
buscador hacia su Esencia, hacia la comprensión del motivo de
su existencia en la gran trampa que es este planeta.
Así es como actualmente nos encontramos quizás en los
tiempos más oscuros a nivel global y podrían empeorar. Como
todo en un mundo de ilusión, esto es positivo por un aspecto y
negativo por otro.
Aquel que aprendió a nadar, cuando caiga en el mar
tempestuoso tendrá la oportunidad de poner a prueba sus
habilidades y mejorar. En cambio, aquel que no ha aprendido a
nadar (ya sea porque no quiso, por inercia y negligencia) será
arrastrado por sus impetuosas olas y se ahogará.
En otras palabras quizás menos simbólicas: hay que entrenar
el espíritu en tiempos de paz pensando en los tiempos de guerra.
Entonces, cuando llegue la guerra, el espíritu será la guía en las
noches más oscuras, mientras se recuerde a sí mismo, mientras
retenga su YO Soy: se fortalecerá.
El Alma es la que puede llegar a la Quintaesencia, nunca el
solo intelecto, confiar en la inteligencia cerebral es ingenuo.
Quien posea esta capacidad humana podrá aprovechar al máximo
la oportunidad dorada de crecer en tiempos críticos.
¿Y qué es la Quintaesencia? Es el llamado quinto elemento
por la filosofía antigua, puro y sutil, del que estaban formados los
cuerpos celestes. Para Aristóteles, la quintaesencia es el quinto en
la composición del universo, especie de éter sutil y purísimo,
cuyo movimiento propio era el circular y del cual estaba formado
el cuerpo celeste. Se aplica a lo más puro, fino y acendrado de una
cosa. En alquimia, el principio fundamental de la composición de
los cuerpos, por cuyo medio esperaban operar la transmutación de
los metales viles en oro.
La Quintaesencia era considerado un hipotético quinto
elemento de la naturaleza, junto a los cuatro elementos expuestos
por Empédocles: tierra, agua, fuego y aire. Mientras que todo el
ámbito sublunar está constituido por los cuatro elementos, los
objetos o entes del mundo por encima del mundo sublunar
estarían compuestos por tal quintaesencia.
Según la cosmología moderna, quintaesencia es una forma
hipotética de energía que se postula para explicar las
observaciones del universo en expansión acelerada. Es un tipo de
“energía del vacío”. Quintaesencia proviene del griego 'pemptê
ousia' traducido al latín por 'quinta essentia' que correspondía al
elemento invisible que llena el universo.
En síntesis, la quintaesencia es lo más fino de una cosa, lo
esencial y más puro. Para llegar a ella hay que poseer una mirada
profunda que llegue al significado oculto a través de las
apariencias.
Salomón advierte lo siguiente:
“Quinto ser de una cosa mixta… Como un alma muy sutil
extraída de su cuerpo y de la superfluidad de los cuatro
elementos por una muy sutil y muy perfecta destilación, y por ese
medio se espiritualiza, es decir, se vuelve muy espiritual, muy
sutil, muy pura, como incorruptible, astral y celestial”.
Desde un punto de vista cósmico, la Quintasesencia puede
ser denominada como materia oscura o antigravedad. Desde
luego, son pocos los científicos que se han logrado poner de
acuerdo en torno a la existencia de este “quinto elemento” y
como es algo que no se puede ver o tocar, resulta difícil que sea
aceptado desde escepticismo. Sin embargo, desde el punto de
vista que sea definida, la quintaesencia es una energía que reside
en todas las cosas y de una pureza imposible de igualar por
cualquier elemento terrestre. No obstante, son muchos los
misterios que el hombre no ha podido revelar posiblemente más
por el alcance de su mente más que porque aquello no pueda dar
evidencia.
Este libro está “dedicado a los pocos”, a aquellos que en su
fuero interno presienten que algo marcha mal y temen expresar
muchas veces esto abiertamente debido a la presión externa de
una muchedumbre alucinada, fiel reflejo de una cultura que
representa al lado oscuro de la fuerza, promotores del error y
perpetuadores del reino de la bestia representada por la parte
animal de la especie.
Dividido en dos partes, en la primera es una crítica y
vivisección de la situación humana en el siglo XXI, la cual, se
repite en diversos grados a través de nuestra historia conocida.
Cuando hablamos de un mundo oscuro, nos referimos a un mundo
interno y externo en la sombra, es decir, oculto a la consciencia.
Este es el significado de la palabra esotérico: algo oculto, que sin
embargo se encuentra a su vez presente para quien “tenga ojos
para ver”. Planteamos los problemas, reconocemos la
enfermedad. Ya en la segunda parte intentamos dar soluciones
prácticas y nos embarcamos en un ideal esperanzador y
unificador.
¿Qué ocurre en el mundo en este siglo?, ¿Qué hacer frente a
todo esto?, ¿Cómo enfrentarlo?, ¿Cuál es el sentido de la vida?,
Son algunas de las preguntas que intentaremos responder y
resolver en este volumen mediante un lenguaje directo, pero
muchas veces simbólico por motivos necesarios para llegar no tan
sólo al área intelectual del lector, descartando que muchos semi-
sabios, “ratones de biblioteca” o curiosos del intelecto no accedan
al conocimiento sin antes haberse despojado de la vanidad
mediante la prueba del fuego de la misma vida.
Por otro lado, el cuidado de la sensibilidad ajena no puede ser
tan importante como para ocultar la verdad y es el deber de todo
auténtico filósofo el denunciarla. No obstante, lograr ver la verdad
en este mundo es un imposible desde nuestra personalidad. Bajo
el principio de polaridad, en este mundo de ilusión, toda verdad es
semi-verdad, tal como nos dice El Kybalion. Por lo tanto,
debemos mantenernos humildes "con los pies en la Tierra y la
cabeza en el Cielo", simbólico significado de La Esfinge.
Pienso que un auténtico filósofo debe elevar su consciencia
más allá del bien y el mal, al plano de los efectos para ser
realmente objetivo, trascendiendo su parte animal o mecánica.
Para esto se necesita de una escuela, de un guía o maestro. Sobre
todo en soledad no hay nada más difícil pues el individuo lucha,
pero no por liberarse, sino por mantenerse esclavo. Ante todo
esto, un filósofo suele ser un visionario, una especie de profeta
adelantado a su época sin pretenderlo. Por ello a veces para un
pensador es mala señal ser comprendido en vida. No buscará ser
comprendido ahora, sino mucho tiempo después de su muerte,
siglos más adelante… ¡milenios para las arenas del tiempo!.
En síntesis, es deber del buscador de la verdad el no creer,
sino cuestionar y "criticarlo" todo. Sobre todo a sí mismo, ya que
todo auténtico filósofo debe necesariamente amar más la verdad
que a su falso yo (a diferencia de cómo promueve la “new age”
con el narcisismo de amarse a sí mismo o tomarse como objeto
erótico), cuando en realidad es a la imagen -tal como Dorian Grey
se enamoró de su retrato en la obra de Oscar Wilde-. Empero, acá
nos referimos a la Verdad, amar a Dios por sobre todas las cosas.
Pero no mi idea imaginaria de Dios, es una Verdad que quizás le
desagrade totalmente al falso yo, pero le agrade a lo que
realmente importa: el Ser, lo que somos realmente.
Para finalizar esta introducción, tomo las palabras de Henry
Durville de su obra Historia de la Ciencia Secreta:
“Este libro no contiene nada nuevo. Loca pretensión sería
imaginar que se renueva siguiendo a los sabios y a los iniciados.
¿No han expresado ellos en todos los tiempos las verdades
eternas siguiendo su propia naturaleza y su propia misión? Si
estas palabras sirven para expresarse, es necesario adaptarlas a
la vida moderna para que su fruto sea más abundante.”
PARTE I: UN MUNDO OSCURO
LA CONDICIÓN HUMANA EN EL SIGLO XXI
“El ser humano es un estigma en la naturaleza”.
– Arthur Schopenhauer

“El infierno es un paraíso sin amor”.


—Meister Eckhart

Toda época ha tenido sus enfermedades, la actual es una época


exacerbada en una condición narcisista, la cual, se ve
retroalimentada en un círculo vicioso entre una cultura narcisista
y un individuo narcisista. La cultura hace al enfermo, pero a su
vez, los enfermos hacen la cultura. He ahí una doble
responsabilidad, lamentablemente ninguna de ambas partes la
asume por inercia, salvo ciertos individuos alejados de la
muchedumbre que rompen con este esquema.
¿Puedo culpar a la cultura mientras yo soy parte de esa cultura?.
Por otro lado, hay sabios que han dicho que las decadencias
de las civilizaciones siempre han sido consecuencia de un
desequilibrio entre el ser y el saber. Por ejemplo Gurdjieff decía:
“el saber es una cosa, la comprensión es otra”.
Así vemos, cómo nos encontramos ante un caudal de información
y la gente pareciera dominar muchos aspectos técnicos pero a la
vez no comprender nada de lo que dice, pues si realmente lo
comprendiéramos actuaríamos en consecuencia con todo aquello
que sabemos. De lo contrario, ¿cómo se puede comprender que
casi todo el mundo diga palabras bonitas y amorosas pero muy a
menudo los actos muestren algo totalmente opuesto?. Si les
mostramos esta falta de coherencia se ofenderán, pues su
identidad se encuentra en lo que imaginan ser y no lo que son
realmente.
Para hablar de narcisismo debemos tomar como referencia al
mito de Narciso. Si recordamos bien, el pastor Narciso era el anti-
héroe por excelencia, castigado por los dioses a vivir una y otra
vez lo mismo hasta que llegara a conocerse a sí mismo. Narciso se
amaba mucho a sí mismo, parecía tener “mucha autoestima,”,
¿Por qué le castigaron?. Narciso era un joven de una apariencia
hermosa y llamativa. Las doncellas se enamoraban de él, pero este
las rechazaba. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la
ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta la había
condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le
dijera. Por tanto, era incapaz de hablarle a Narciso por su amor,
pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó
apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó “¿Hay
alguien aquí?”, Eco respondió: “Aquí, aquí”. Incapaz de verla
oculta entre los árboles, Narciso le gritó: “¡Ven!”. Después de
responder Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos.
Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa,
desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que solo
quedó su voz. Para castigar a Narciso por su engreimiento,
Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su
propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación
absorta, incapaz de separarse de su imagen, acabó arrojándose a
las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una
hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
Así, en forma resumida se desenvuelve el mito según la
mitología griega. Lo que nos interesa acá es la relación que existe
entre la situación humana y el mito de Narciso. Narciso es
castigado por despreciar a Eco, quien a su vez, fue condenada por
Hera a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera.
¿Por qué Hera castigó a Eco?, Se atribuye a que la esposa de
Zeus se indignó en aquella esencia que intentaba acercarse a un
homo-sapiens, y este, le rechazaba. Hay que convenir en pensar
que la esposa de Zeus representa a nada menos que a la
Naturaleza y el Universo, la cual, en sus leyes, debe mantener el
orden establecido, orden dentro del cual, según la Tradición, el
homo-sapiens en forma colectiva se encuentra totalmente
impedido de liberarse. Pero este, es otro asunto.
La ninfa fue una oréade (ninfa de la montaña) del monte
Helicón que amaba su propia voz (no su apariencia, hermosa, por
cierto). Fue criada por ninfas y educada por las Musas. Quizás
puede convenir en interpretar el hecho de que Eco al ser de origen
una oréade, estaba destinada a custodiar y proteger las grutas,
montañas y montes. De alguna forma, eran las que custodiaban,
por ejemplo, la sagrada entrada al Monte Olimpo, pináculo de la
superación humana donde dejamos atrás la condición animal
sapiens para sentarnos en la mesa de los dioses.
La hermosa y joven Eco era una ninfa de cuya boca salían las
palabras más bellas jamás pronunciadas. En cuanto a las palabras
ordinarias, se oían siempre de forma más placentera. Cuando Hera
la castigó, Eco debió apartarse del trato humano. ¿Puede la Voz
Interior más profunda ser la mismísima Eco enterrada detrás de la
personalidad?, Recordemos al Sócrates de Platón refiriéndose a
que todo su conocimiento lo buscaba desde su interior,
escuchando a lo que llamaba su daimón.
Eco representa a nuestro ser, nuestra chispa divina, que
tímidamente se asoma esperando ser aceptada. Como no es
aceptada, somos condenados a vivir en una ergástula llamada
“vida” hasta que logremos separarnos de la imagen, de lo que
creemos ser y no somos. Esta, en pocas palabras es la esclavitud
de la humanidad, auto-condenada a lo que Nietzsche llamara
“Eterno Retorno”. En más de los casos, esa chispa se consume
como Eco, desolada, mientras la imagen de la flor de Narciso
crece, estérilmente, enamorado de sí mismo.
En representación del Eterno Retorno tenemos al
“ouroboros”, la serpiente que se muerde la propia cola,
simbolizando cómo todo se repite a través de ciclos de precisión
matemática, ante lo cual, incontables sabios han podido predecir
con claridad meridiana y exclamar: - ¡Hombre conócete a ti
mismo!. En cuanto a nosotros, no nos interesa predecir el futuro,
sino conocernos. Quien se conoce puede predecir. No obstante, es
este “sin sentido con apariencia de sentido” lo que lleva al ser
humano a una existencia fantasiosa y estéril, que si se le tomara el
peso, es decir, se comprendiera esta situación, nos horrorizaría
con justa razón ya que se verá de repente desnudo empujando una
pesada roca a una punta de la montaña para que esta vuelva a
rodar abajo por la entropía, como en el mito de Sisifo de Camus.
Para bien y para mal, existen ciertos mecanismos de defensa que
impiden al individuo ver la realidad tal cual esta es.
Darío Salas Sommer menciona sobre la realidad humana lo
siguiente:
“Se objetará que el avance extraordinario de la ciencia,
prueba la inteligencia y capacidad del ser humano, y que la
civilización la demuestra. Sin embargo, esta impugnación se
justifica solamente por el hecho de que el sapiens tiene en
alta estima la inteligencia, considerándola como la más alta
manifestación humana. Se comprende entonces, que se
venere la acción y memoria de los grandes intelectuales,
superados en poder y prestigio solamente por los grandes
millonarios. Un genio será, de este modo, recordado
vigorosamente por la historia, aún cuando fuere el inventor
de un arma legal que destruyera a media humanidad.”
Es necesario aclarar, ya avanzados a esta parte en la lectura,
que al criticar la condición humana no estamos situándonos
pretensiosamente en una posición superior, por el contrario, es
deber de todo auténtico filósofo, de todo buscador de la Verdad el
no creer en nada y criticarlo todo. En sentido de cuestionar todo,
hasta el propio pensamiento, jamás dejándose arrastrar por las
apariencias, sino buscando el significado profundo. Por ello es
necesario cultivar el propio criterio para discernir la verdad del
error en un “mundo al revés”, en el cual, se suele ver como
deseable y positivo aquello que no lo es.
El ser humano se encuentra alienado por información externa
no subordinada a su Esencia. Y en esto ocurre que, por inercia se
deja arrastrar por la forma de pensar y conducta que una cultura
de turno promueve, tampoco es feliz. En apariencia puede
imaginarse feliz y actuar como si lo estuviera, llenando las redes
sociales de “selfies” y fotos de familiares donde da la impresión
de absoluta dicha, ¿Pero qué ocurre en su fuero interno?.
Ya hace más de un siglo, el visionario francés René Guenón
expresó que la civilización occidental moderna aparece en la
historia como una verdadera anomalía debido a que es la única
que se desarrolló en un sentido puramente materialista. Por otro
lado, también expresa lo siguiente:
“Parece que ya no sea apenas posible una detención a mitad de
camino, y que, según todas las indicaciones proporcionadas por
las doctrinas tradicionales, hayamos entrado verdaderamente en
la fase final del Kali-Yuga, en el período más sombrío de esta
«edad sombría», en ese estado de disolución del que nos es
posible salir más que por un cataclismo, porque ya no es un
simple enderezamiento el que entonces es necesario, sino una
renovación total. El desorden y la confusión reinan en todos los
dominios; han sido llevados hasta un punto que rebasa con
mucho todo lo que se había visto precedentemente, y, partiendo
del Occidente, amenazan ahora con invadir el mundo entero[…]”
Así observamos en gran parte como la generación actual, por
ejemplo, es tan infantil y narcisista, que actúa como el feto
subsistiendo y demandando en forma parasitaria en el claustro
materno –ahora especie de claustro representado por el mundo–,
que debe estar ahí disponible sólo para él y asegurarle su
existencia y por lo tanto, servirle sin pedir nada a cambio como si
el mundo debiese estar ahí para conspirar a favor de sus caprichos
y sin constatar merecimientos. Como no todo ocurre en la
realidad como se imaginan, se dedican a gastar sus energías en
quejas y exigen derechos por todo sin preguntarse por los deberes.
De este modo pretenden recibir sin dar nada equivalente a
cambio, violando la ley de equivalencia igualitaria, y en
consecuencia, incurriendo en un robo.
Principalmente la juventud en estos tiempos suele notarse
sobrepasada por sus pasiones, son sujetos casi totalmente
dormidos arrastrados por el inconsciente colectivo, en gran
medida quizás por culpa de la formación deficiente de padres
incompletos en lo que atañe a la condición realmente humana, a
menudo se crían por inercia. Esta juventud jura que al expresarse
son libres, pero muy posiblemente un ojo entrenado podrá ver sus
pasionales móviles ocultos (taras, complejos, defectos y, por qué
no, trastornos psiquiátricos) que son, en realidad, sus déspotas
carceleros, siendo, en estricto rigor: enemigos de ellos mismos.
"Yo os enseño el superhombre. El hombre es algo que debe
ser superado. ¿Qué habéis hecho para superarlo?" –decía el
Zaratustra de Nietzsche ante una audiencia alienada– y digamos
que actualmente en nuestra generalidad como especie, no hemos
sólo retrocedido al mono (pues estos son muy buenos), sino al
reptil: individualista, ritualista, frío, calculador, interesado por
tener poder sobre los demás y acumular objetos de status para
exhibir. La evolución de nuestra especie –tal cual han afirmado
muchos expertos–, no es lineal, existen avances y... Retrocesos.
Posiblemente el lector ha observado como en época de
Navidad la gente se muestra especialmente enajenada. Muchas
veces me he sentado en algún asiento de algún concurrido centro
comercial solo a observar que, en general, solo los niños
disfrutan, los adultos “compran porque tienen que comprar”. En
lo más profundo seguro que sufren, saben, de alguna forma, que
están totalmente perdidos, que eso no es lo que realmente quieren.
Quién se pregunta: ¿qué es lo que desea dentro de mi?, ¿Algún
día tendré el valor de escuchar a Eco?, ¿Puede Eco ser esta chispa
divina, la consciencia que muchos hemos asesinado?, Quizás
como expresara intuitivamente Nietzsche: “Dios ha muerto”.
La "muerte de Dios" para Nietzsche venía a significar, como
aclarara Heidegger, la muerte de toda idea sublime, de toda cosa
en sí, de toda trascendencia y, de todo ideal. Esto también fue
predicho por el filósofo Giovanni Reale al convenir en que
Nietzsche predijo que todos los males que afectarían a la
humanidad actual tendrían su origen en el nihilismo (Corriente
filosófica que sostiene la imposibilidad del conocimiento, y niega
la existencia y el valor de todas las cosas) males, según el, serían:
el cientifismo; las ideologías absolutizadas; el pragmatismo; el
bienestar material en lugar de la felicidad; la difusión de la
violencia; la perdida del sentido de la forma; la reducción de Eros
a la dimensión física; la limitación del hombre a una única
dimensión y el individualismo llevado al exceso; la pérdida del
sentido del cosmos y el materialismo.
La tentación de los jóvenes es “hacer tabla rasa” –dice
Reale–, el relativismo que el filósofo contempla como “una forma
enmascarada de nihilismo”. […] El mal reside en la ignorancia:
“se puede estar en desacuerdo con el cristianismo, pero no
ignorarlo”. Se ignora el cristianismo, pero también la cultura
clásica griega. “Algunos profesores en Italia han dejado de
explicar Dante a sus estudiantes y te topas con doctorados en
Letras que no han leído un solo diálogo de Platón”. El creador
del “mito de la caverna” puede explicar el universo virtual que
padecemos, dice Reale. Salir de la caverna, es la conversión que
significa en esencia cambiar el modo de pensar.
En su vindicación platónica, Reale toma las palabras de La
República el Estado que nace en el alma del hombre. “Si la
democracia sólo son leyes y libertad sin conciencia, el resultado
es el absolutismo. La verdadera libertad cesa cuando todo está
permitido…”. Cargar toda la culpa a los políticos sería
injusto…vuelve Platón: “El gobierno son nuestros ojos”.
En el siglo XIX el problema fue la muerte de Dios,
En el siglo XX el problema es la muerte del ser humano y,
En el siglo XXI el problema es que la objetividad ha muerto.
Donde todo es permitido, nada es sagrado.
Ya en su época, Sigmund Freud decía que es imposible
escapar de la impresión de los demás, pues comúnmente la gente
usa estándares de medición falsos que buscan el poder, el éxito y
la riqueza para sí mismos y, asimismo, esto admiran en otros, y
por lo tanto, subestiman lo que es de verdadero valor en la vida.
Así, el narcisista funciona en términos de búsqueda de control
y poder, pero un amor al poder y no un poder del amor porque no
sabe amar. El amor es expresión de la chispa divina humana, la
cual, brilla por su ausencia en el interior de la gente alucinada,
obsesionada con la riqueza material, poniéndola en una escala de
valores más alta que la sabiduría, por ejemplo; importándoles más
la notoriedad y exhibicionismo que la dignidad; considerando el
éxito social más importante que el respeto por uno mismo, pues a
menudo sólo por éxito el narciso puede ir contra lo que son sus
valores. En resumen, se mantienen más preocupados en cómo se
ven a cómo se sienten, más preocupados en el tener que en el ser.
Es significante notar en el mito cómo narciso es castigado con
enamorarse de su imagen por su incapacidad de amar.
Mucha gente comienza a darse cuenta que las civilizaciones de
las cuales nos hemos sentido orgullosos (debido a la historia que
cuentan en libros “autorizados”) han sido edificadas bajo las
pasiones más bajas humanas, vale decir: el deseo de poder sobre
los demás a menudo a través de la violencia. Estas características
de especie revelan a lo largo de la historia que internamente no
cambia la humanidad a pesar de una fachada de progreso o
aparente forma "civilizada" de actuar. Si una persona tiene un
"buen corazón" posiblemente se negará a matar, robar y someter a
otros por el sólo gusto de tener poder y preferirá mil veces –tal
como dijo Sócrates–, padecer una injusticia que cometerla.
Incluso cuestionará sus propias intenciones, intentando predecir
las consecuencias de ellas.
La mayoría de la gente se imagina muy buena persona, pero
es extraño aquel individuo que sin ser presionado no exaspere en
algún momento mostrando su parte más bestial aunque parezca
tan "bueno" y recto por fuera. Pienso que mientras no asumamos
nuestros defectos con extrema humildad, jamás habrá progreso
real y persistirá la violencia y guerra que caracteriza a nuestra
especie. Por eso quizás es absurdo esperar un cambio general, o
soñar que las nuevas generaciones son el "futuro" (quizás como
forma de depositar la responsabilidad sobre otros) pues todo
predice que seguirá igual como siempre ha sido: una gran
serpiente que se muerde su propia cola.
Ahora bien, la historia la escriben los vencedores, y en este
mundo quienes suelen vencer son los malvados, pues a los buenos
(los de "corazón limpio" y "cabezas claras") no les interesa el
poder sobre los demás, y si lo asumen, es muy a su pesar. Sólo en
las películas cinematográficas hay mayor claridad en quienes son
los "buenos" y los "malos", no así en la vida real.
Hasta ahora al parecer no ha sido suficiente con el lucrativo
negocio médico y farmacéutico de la quimioterapia. Para el
instinto de rapiña nunca es suficiente. El próximo paso ha sido el
negocio del cambio de sexo y la venta de hormonas sintéticas. El
siguiente puede ser quizás el del aborto (tráfico de órganos) a
nivel mundial. Nadie dice que sea malo acudir a estas medidas, en
muchos casos quizás es necesario. Lo que falta es pensar,
reflexionar, tener criterio para discernir. ¿Y qué criterio puede
haber cuando no existen regiones celestes a alcanzar?, ¿Qué árbol
puede crecer si sus raíces no se encuentran sanas y firmes?, ¿Qué
árbol puede dar buenos frutos si sus raíces se encuentran
arrancadas de la naturaleza y sus leyes?, ¿Qué corazón humano
puede ser noble cuando la luz del espíritu se encuentra ausente y
en cambio sólo anida en su corazón el egoísmo, la ceguera y
materialismo?.
Observemos a las nuevas generaciones, pueden ser gigantes
del intelecto a favor de las tecnologías de la comunicación, pero
al parecer, en muchos casos, ser pigmeos del espíritu. ¿Cuáles son
sus modelos imitados?, ¿Admiran acaso a Pitágoras, Sócrates,
Confucio, Miguel Ángel, Da Vinci, San Agustín, Shakespeare,
Cervantes, u otros?. Ciertamente no. Sus modelos de imitación
son, por lo general, sujetos débiles y adecuados, angustiados e
inseguros, carentes de valores superiores, verdaderos parásitos
sociales que nada valioso han aportado a la comunidad y mucho
menos a la humanidad.
Su desprecio hacia la espiritualidad se podría quizás atribuir al
desprecio que la gente en la actualidad muestra hacia las
religiones, principalmente el catolicismo, donde se han visto
destapados horribles delitos, pero no piensan que quienes los
cometen no representan al verdadero cristianismo. El verdadero
cristiano es quien vive los preceptos de Cristo en su manifestación
divina como un ideal a alcanzar. Hay gente que pienso necesita de
religión, debido a que al menos le puede dar una orientación, sin
consciencia quizás, pero les permite cumplir con lo básico que
sería en poseer ciertos valores que le conviertan en un aporte
constructivo a la comunidad. En cambio, aquel que carece de
religión, también sin consciencia, es más proclive a actuar como
bestia y como tal, ser una lacra a nivel de la sociedad.
Desde tiempos inmemoriales el ser humano comete
atrocidades en nombre de un “dios” y no es capaz de darse cuenta
de que necesita ciertos ideales para orientar su vida, algunos
pueden llevarles al cielo y otros al infierno. Se podría decir que ni
siquiera puede ser por algo elevado, sino algo muy bajo como el
cometer crímenes por dinero, y en este caso, el dinero es su dios.
Lo más fácil y cómodo, sin embargo, es no pensar y dejarse
arrastrar por ciertas muchedumbres. De este modo, se lava las
manos de toda responsabilidad. Y si, sueña con la libertad, es una
gran consigna acuñada sobre todo por grupos políticos. Empero
no desea ser responsable, incurriendo en una falta de coherencia
pues la verdadera libertad conlleva responsabilidad.
G. K. Chesterton nos decía que la mayor parte de la llamada
“libertad” moderna en el fondo es miedo. No es que somos
demasiado audaces para rechazar reglas: somos demasiado
cobardes para soportar responsabilidades. Por eso mismo Gustave
Lebon observó que muy pocos individuos son aquellos que no se
hayan consagrado, en realidad, a forjar cadenas. Y estas son las
cadenas de las cuales hablaba Platón en el Mito de la Caverna:
individuos que en realidad no quieren y/ó no pueden liberarse
principalmente porque ya se imaginan libres. Sus cadenas son sus
creencias pre-concebidas, junto con todas las fuerzas ocultas en su
psiquis. En este caso, podemos volver a citar a Lebon cuando
expresa que la libertad con frecuencia es en realidad la capacidad
del sujeto común de escoger su esclavitud.
Immanuel Kant dice: “Dormía y soñaba que la vida era bella;
desperté y advertí que la vida era deber”. En el hecho de soñar e
imaginar en que era bella, el individuo se encontraba conforme.
Un sujeto duerme ante el placer, pero despierta ante el dolor. El
deber suele ser mal visto, sin embargo pienso que tenemos dos
opciones en la vida: vivirla como esclavos dentro de la Caverna
de Platón o vivirla fuera de ella con las responsabilidades que esto
conlleva. Pero los sujetos pusilánimes no quieren ser
responsables, prefieren exigir derechos sin pensar en los deberes y
esperar que algo o alguien se encargue de sus necesidades, y más
de las veces, caprichos.
El Cuarto Camino que nos trajo Gurdjieff a Occidente
expresa que nosotros podemos ser esclavos de la Luna o
servidores del Sol. Sin entrar en una larga descripción de esta
idea, podemos quizás verla desde el punto de vista más
comprobable (a prueba de escépticos) de que un esclavo
simplemente se deja arrastrar por los vientos de sus pasiones, en
cambio el servidor se ha ido dominando a sí mismo, y por lo
tanto, está en una posición de poder entregar algo a la humanidad.
Mientras el primero exige, el otro entrega. Mientras el primero
puede ser hoja de árbol, el segundo es semilla y un día puede ser
un árbol que de frutos.
En lo personal pienso que la mayor virtud es la paciencia por
poseer una elevada cuota de impersonalidad, es decir, es una
actitud positiva mientras se soporta y se espera, estando muy
relacionada con el verdadero carácter. La paciencia justamente es
heroica porque no es evidente. Quienes han sido grandes
individuos que han entregado algo importante a la humanidad,
han sido a menudo incomprendidos, perseguidos, calumniados,
asesinados; y han soportado con paciencia, entregando su vida a
una “force mayeure”, quizás a su propia chispa divina, la cual se
encuentra más allá del bien y el mal. Se han mantenido en pie
temiendo morir con las flechas por la espalda y esperando hacerlo
con ellas sobre su pecho, así, fuertes y valientes han exclamado:
“No cambiaremos al mundo, no hay que hacerse ilusiones. No
somos nosotros los que vamos a cambiar el mundo, pero el
mundo no nos cambiará” (J. Mabire).
Por otra parte, ocurre con cualquier ideología que, aunque no
exista una deidad, ningún ser humano es capaz de vivir sin un
significado, sin un sentido superior al cual entregar su vida. El
individuo que dice no tener religión, por ejemplo, puede que se
sienta importante y muy libre, pero ser libre es imposible, al
menos en este mundo. Tal como hemos dicho: aquí somos
esclavos o servidores. Un individuo debe elegir y aunque no elija:
elige no elegir (al menos no elige conscientemente pero sí
“eligen” sus mecanismos).
Carl Jung advierte: “La idea de un ser divino y omnipotente
está por todas partes, si no con reconocimiento consciente,
entonces con aceptación inconsciente… Por eso, considero que es
más sabio reconocer conscientemente la idea de Dios, de lo
contrario, otra cosa llega a ser dios, generalmente algo muy
impropio y estúpido”.
Al hablar de Dios, no hablamos de un anciano sobre una nube
o ideas por el estilo. Puede usarse el nombre que se desee: el
Absoluto, Inteligencia Infinita, Supremo Creador, el Todo; etc. Lo
importante es que nosotros al expresarnos de Dios lo hacemos
como el significado profundo de todas las cosas, de la partícula
que une todo y que mantiene el orden y sentido universal: yo le
llamo la Quintaesencia. Por supuesto, mientras no conocemos ni
siquiera nuestra chispa divina será imposible comprender esta
idea. Sin embargo me pregunto: ¿Qué cosa puede ser más
necesaria y racional que intentar comprender quienes somos y
para qué realmente nos encontramos en un pequeño planeta en los
confines de un cosmos de miles de cosmos?.
Quizás lo brevemente expuesto pueda sonar desalentador para
muchos pero observo que lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá a
nivel de especie "debe funcionar así" y "no puede ser" de otra
forma.
Ahora regresando al problema del narcisismo, sigo insistiendo
en que es una “enfermedad” de esta época. Veamos por qué:
El individuo narcisista se identifica con su imagen. No pueden
distinguir entre la imagen que se imaginan ser (imagen viene de
imaginación) y aquello que realmente son. Las dos perspectivas
se han convertido en una. La tragedia es que el narcisista se
identifica con su imagen idealizada. En otras palabras, no
funcionan en términos de su auto-imagen, porque, por diversas
razones es inaceptable para ellos. Entonces “viven” ignorando y
negando su realidad, sin mirar sus sentimientos y sin mirar su ser.
La auto-imagen (ya sea grandiosa, idealizada o real)
necesariamente debe tener una relación estrecha con el ser.
Narciso debe tener una estrecha relación con Eco, pero esto no
ocurre. El narcisista no niega que posee un cuerpo físico, el
problema es que ve el cuerpo como un instrumento de la mente,
sujeto a los deseos de su imagen idealizada. Por lo tanto, opera
solo de acuerdo a sus imágenes y no por sentimiento. Nuestro
cuerpo sí puede operar como un instrumento, como una máquina
de altísimo rendimiento o incluso como una estatua; pero algo
falta… le falta “vida”. Esta vida en realidad es un ser que no se
encuentra expresándose a través de la línea espacio-temporal del
presente, entonces el individuo puede decirse que no es real, ni
nada entonces es verdadero.
Por lo antedicho, me atrevo a designar una nueva categoría de
alienación en este siglo, llamándola el “psicópata civilizado”. A
pesar de lo que podría entenderse, el psicópata civilizado no es un
asesino –en sentido de no atentar contra la integridad física–, pero
sí puede ser un “asesino de esencias”.
Este sujeto es simplemente un autómata, fanático del
exitismo, la “high performance” y, por lo tanto, del control y el
poder. No acepta el lado oscuro humano, negando todo aquello
que no corresponda a la imagen que tenga de sí mismo y los
demás, prefiriendo, por lo tanto, vivir de mentiras. Niega entonces
todo rasgo de vulnerabilidad, del cual se avergüenza. Muy a
menudo toda muestra de vulnerabilidad le perturba terriblemente
porque justamente la niega en sí mismo.
Por dar un ejemplo concreto, al saludar a los demás sólo
espera “buenas caras”, en cambio si ve a alguien triste puede que
le enoje y le intente cambiar ese estado diciéndole, por ejemplo:
“–no estés triste”. ¿Qué más se le puede pedir a quien sólo vive
desde su cabeza?, Simplemente no conecta, no se involucra
emocionalmente, no tiene corazón, no tiene humanidad. Por lo
antedicho es comprensible que frecuentemente la gente en estos
días se queje de sentir soledad, aún estando acompañados, están
solos. Y esto ocurre porque casi nadie sabe ponerse
emocionalmente en el lugar del otro, para que esto ocurra,
tendrían que sanarse de su exacerbado narcisismo.
A nivel humano nos encontramos en los tiempos de mayores
niveles de oscuridad, porque, a diferencia de las películas
cinematográficas, en la vida real ya es muy difícil saber quién es
el malo y quién es el bueno. Es decir, ya no se puede confiar en la
prensa, no se puede confiar en toda la información (y
desinformación) que abunda en las redes, no se puede confiar
totalmente en la ciencia (pues depende de dinero también para
cumplir con las investigaciones en las cuales invierten algunos,
sino todos los principales grupos de poder), no se puede confiar
en sólo una parte de la historia pues esta la escriben los
vencedores y los vencedores no necesariamente son los justos en
este mundo.
Sostengo que la única forma de discernir todo realmente es
despertando a niveles más elevados de vigilia, formando lo que la
Tradición Hermética llama “Yo Volitivo”. De lo contrario,
seremos agentes inertes del sistema, meros engranajes. No
pensaremos por nosotros mismos, sino con la “cabeza” del
inconsciente colectivo, sin responsabilidad alguna, cómplices
mostrando las peores características de la especie.
Como iremos viendo, la solución es individual, cada cual debe
buscar su liberación comenzando desde su interior, liberación de
la gran trampa de este planeta. Las críticas a nuestra condición
humana no son jamás efectuadas para menoscabar. Es totalmente
respetable un individuo quiera no pensar en nada, dejarse arrastrar
por la mayoría y mantener su cabeza bajo tierra como los
avestruces. No obstante, el deber de todo pensador o filósofo
siempre fue comunicar que existen otras posibilidades de
desarrollo.
DE LA UTILIDAD DE LA FILOSOFÍA

«Filosofía es, en realidad, nostalgia –dice Novalis–, el impulso a tener


el hogar en todas partes». “Por eso la filosofía, igual como forma de
vida que como determinadora formal y dadora de contenidos de la
poesía, es siempre un síntoma del desgarramiento entre lo interno y lo
externo, un signo de la diversidad esencial entre el yo y el mundo, un
signo de la incongruencia entre el alma y la acción. Por eso los tiempos
felices no tienen filosofía”.
– Georg Lukács

«La vida es una guerra y un exilio, la fama póstuma es olvido.


Entonces, ¿Qué es lo que puede escoltarnos? Sólo una cosa,la filosofía.
Esto es vigilar que el espíritu divino interior esté sin vejación, sin daño,
más fuerte que los placeres y los sufrimientos, que no haga nada al azar
ni con mentira o fingimiento, que no tenga necesidad de que otro haga
o deje de hacer algo. Y además que acepte lo que ocurre y lo que se le
ha asignado como algo que viene de allí de donde él vino. Por encima
de todo, aguardar la muerte con el pensamiento favorable de que no es
otra cosa sino disgregación de los elementos de los que está compuesto
cada ser vivo.»
– Marco Aurelio

La filosofía –nos dice Martín Heidegger– es una movilidad libre


en el pensamiento, es un acto creador que disuelve las ideologías.
En otras palabras, si poseemos creencias rígidas, no tendremos
libertad de pensamiento. En consecuencia, más que realizar el
ejercicio de pensar: somos pensados. Este “ser pensados” es en
realidad un funcionar compulsivamente bajo un programa
ideológico. Todos tenemos ideas, sin embargo la filosofía al
buscar acercarse a la realidad –única forma de ser sabios–,
requieren de objetividad y si nuestras creencias no nos permiten
ver, por ejemplo, que al salir a la calle un día de lluvia lo más
probable es que nos mojaremos, entonces esas ideas niegan una
parte de la realidad, y como tales son mentiras y deben ser
disueltas. Empero, si no las podemos cuestionar ni disolver,
entonces no amamos la verdad, amamos la mentira. En
consecuencia, hemos elegido quedarnos dentro de la Caverna de
Platón.
Etimológicamente, filosofía procede de los vocablos griegos
Phileo (amor) y Sophia (sabiduría). Significa pues, amor a la
sabiduría. El verbo fileo, además de amar, tiene el significado de
tender, aspirar.
Nos encontramos en tiempos de anti-filosofía donde en vez de
amar la sabiduría –como el conocimiento viviente que es: la
consciencia–, muchos se hacen fanáticos, más por inercia que otra
cosa, de una ideología. Mientras más popular, mejor.
El fanatismo es una sobre-compensación de la duda, es decir,
en el fondo el sujeto tiene miedo y no piensa, al no comprende
sólo queda sosteniéndose tercamente en creencias y por lo tanto,
se va al otro extremo como mecanismo de defensa.
Filosofía y fanatismo son totalmente incompatibles.
La filosofía, la que propiamente se le puede llamar tal, quizás
es el único medio que busca algo básico, noble y digno en el ser
humano que es el lograr pensar lo más clara y objetiva posible,
erradicando el pensamiento mágico y la subjetividad que nos lleva
al error.
Básico: porque debiese ser lo primero que deba aprender la
persona: conocerse a sí misma.
Digno: porque desde esta posición quizás ya podría ser
llamado humano y no un animal o máquina.
Noble: porque es una labor de amor. El amor no busca creer, ni
idealizar ni descalificar por gusto, el amor busca y honra la
verdad.
Sostengo que la filosofía es positiva para un acercamiento
hacia la realidad. La realidad es algo que pareciera pocos buscan,
somos más propensos a identificarnos con una fantasía o creencia
agradable pues tememos la verdad no nos guste. En este sentido
hay un miedo a la vida. Spinoza nos decía: “No creo que
cuestionar las cosas sea una enfermedad. La obediencia ciega sin
cuestionamientos, es la enfermedad”. A su vez, Jacques Lacan
nos decía que la primera virtud del conocimiento es la capacidad
de enfrentarnos ante aquello que no es evidente para nosotros.
La filosofía invita a tomarlo todo como es, todos tonos y
semi-tonos, felicidad, tristeza, dolor, placer, rabia, miedo; entrar
en las fauces de la existencia y ser tocado por ella. Sócrates decía
que una vida sin ser examinada no valía la pena ser vivida y es
que no parece sensato el pasar una oportunidad de vida, que pasa
tan rápido y es tan corta, moviéndonos en forma enajenada como
un caballo con anteojeras sin saber de dónde venimos, donde
estamos y hacia dónde vamos porque dependemos de un
conductor que nos dirige hacia donde ni siquiera sabemos.
La filosofía es una actitud interna del espíritu, de poco y nada
pienso sirve el llenar nuestro disco duro cerebral de teorías sin
comprender ninguna, pues la única forma de comprobarlas s
justamente experimentándolas en la realidad. Al ir
comprendiendo vamos creando una energía sutil que podemos
realmente llamar Sabiduría. El vulgo suele tildar de “sabio” a
aquel que sabe muchas cosas de memoria, como si su cerebro
hipertrofiado correspondiera a esto. Sospecho que esta
apreciación se basa principalmente en el desafortunado
descalabro, según mi opinión, de afirmar que la inteligencia es el
valor más importante del ser humano. Craso error ya que no
considera la diferencia entre una inteligencia muerta y una
inteligencia desprogramarse.
Veremos a lo largo del libro que el camino de liberación pasa,
necesariamente, por la necesidad de primero sacrificar muchas
cosas. Pero estas cosas no son necesariamente cosas que tenemos,
sino en su mayoría son cosas que imaginamos tener.
Así vemos como el ser humano imagina que tiene libertad,
consciencia, disciplina, voluntad, carácter, inteligencia,
importancia fundamental ante el universo, amor y sabiduría, sólo
por solo nombrar algunas. Pero profundizando en el significado,
veremos que en general, todo es imagen y no despega de ser sólo
palabras bonitas para vestir de seda al mono.
Hablar de filosofía es hablar de sabiduría. ¿Y qué es entonces,
sabiduría?. La palabra sabiduría viene del verbo “saber” y este del
latín sapere = tener buen gusto y tener inteligencia
(desprogramada). Se hace interesante reflexionar justamente en la
palabra “buen gusto”, porque ciertamente pienso la sabiduría, de
saber, tiene relación con sabor. Las palabras sabor, sabroso y
saborear provienen de sapere. Pero acá no nos referimos a un
sabor de la comida material, de forma simbólica nos referimos al
proceso de digestión mental, el cual, parecido al sistema digestivo
cumple con la función de extraer los nutrientes principales de los
alimentos para luego desechar los elementos nocivos y
manteniendo los benéficos. Este mecanismo ocurre en forma
automática en el organismo humano pero no ocurre igual a nivel
del cerebro, el cual, en el individuo programado sólo acepta
aquello que se encuentra ya contenido en él (aunque sea erróneo)
y no puede ver aquello que no se encuentra (aunque sea
verdadero). Esto sería como decir que el cerebro programado
podría perfectamente tomar un alimento pero mantener sus
toxinas y desechar su contenido nutricional. Parece muy absurdo,
pero es demasiado frecuente.
Por otro lado, la mente subconsciente que es como el niño
interior que llevamos dentro, es sumamente crédula y en ella
ingresa todo sin ser filtrada por la consciencia, lo que también de
alguna forma la programe y posteriormente el sujeto cree ser de
una manera porque piensa, siente y actúa de ciertas formas siendo
que todo se encuentra programado.
Este proceso es imposible ocurra en una inteligencia muerta,
refiriéndonos con ella a aquella fruto de una programación, toda
idea y creencia pre-concebida queda ahí, y entonces el sujeto vive
defendiendo algo que muy posiblemente vaya contra su propia
esencia, convirtiéndolo en un alienado en que la información que
lleva en su cerebro no posee criterio, en realidad el sujeto es como
el caballo con anteojeras esclavo del contenido en su cerebro que
ni siquiera comprende porque no se conoce a sí mismo. ¿Cómo
puede ser considerado realmente adulto alguien así cuando no es
responsable de actos que no comprende?.
Incluso en el caso en que un individuo pueda estar
programado a nivel cerebral con una serie ideas elevadas y
nobles, no por esto podrá actuar en consecuencia. Y es lo que
ocurre a los teóricos, la filosofía se encuentra entonces en la
acción, en la experimentación directa, sólo así se puede llegar a
comprender, siempre y cuando exista el proceso reflexivo en un
nivel de vigilia más elevado al normal.
Poseer mucha información teórica, una gran inteligencia, e
incluso, haber vivido muchas cosas en la vida no es sinónimo de
sabiduría. Es el procesamiento de la experiencia vital lo que
importa, es su calidad y no su cantidad o variedad. Esta calidad
depende única y exclusivamente del estado de vigilia acrecentado,
el cual nos permite llegar al mundo del significado para unir y
relacionar la parte al todo, lo particular a lo general, lo que es
posible en este nivel de consciencia superior que permite al
individuo crear una energía fina –quintaesencia– que le permite
concretamente: evolucionar.
La información es el cuerpo o la cáscara de algo; la
comprensión es el espíritu, la esencia o el verdadero contenido de
algo. La información sólo alimenta nuestras neuronas cerebrales;
el significado alimenta a nuestro propio ser.
Por esto mismo nos atrevemos a realizar una imaginaria
comparación entre el desarrollo muscular en el organismo
humano y el desarrollo de la sabiduría:
Para desarrollarse el músculo requiere:
1. Oposición de una fuerza contraria (como en el caso del
levantamiento de pesas).
2. Requiere posteriormente un descanso, detenerse para
repararse como consecuencia de:
3. Una alimentación nutritiva que repare los tejidos dañados.
4. En la medida de la calidad del entrenamiento, de la calidad
del descanso, la calidad del alimento ingerido y la capacidad
del cuerpo de procesar, el músculo crece.
En síntesis, el músculo para crecer debe, por así decirlo y de
forma simplificada, procesar correctamente los nutrientes. La
sabiduría para ir creciendo debe procesar correctamente la
vida, pero este proceso en este último caso no es automático.

Filosofía no es amor a la teoría, es amor a la sabiduría. Ahora


sabemos que entender y comprender son polos opuestos al igual
que la teoría y la sabiduría o la inteligencia muerta y la
desprogramada. La sabiduría es el saber desprogramado, la
esencia extraída de todas las cosas y lo que las une. Su utilidad es
fundamental para fines humanos, justamente para humanizar al
animal y haga honor a su calidad de sapiens, y logre manifestar su
espíritu –quien realmente es–, a través de su cerebro, entonces nos
encontramos ante un conocimiento viviente. Pero debemos
despertar, nuestra luz debe ampliarse y acceder a los oscuros
recovecos de nuestra psique, comenzando por las raíces y no por
las ramas: conocernos primero a nosotros mismos.
Carl Jung decía que pensar sobre la muerte, hace que nos
sintamos mejor. En esto hace eco sobre la idea de Sócrates de que
la filosofía es esencialmente “una meditación sobre la muerte”; la
muerte es la que da significado a nuestra vida y nos coloca en el
centro de la reflexión sobre la naturaleza humana.

EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO

“La sinceridad es la llave del conocimiento de sí mismo y ser


sincero con uno mismo trae muchísimo sufrimiento”.
– Gurdjieff

El camino espiritual o desarrollo humano es el camino del auto-


conocimiento. Este camino es para “desesperados”, son aquellos
que han perdido las ilusiones pero no la esperanza de encontrar
algo real dentro de un desierto lleno de espejismos que llamamos
“vida”.
Una vez pregunté a un hombre notable: “-cómo puedo saber
quién soy yo?”, y ante esto me respondió: “-debes saber primero
quién no eres”. Esta respuesta jamás la olvidé.
En nuestro estado habitual nos imaginamos de una manera que
sea agradable al autoestima. Debemos habernos desilusionado
incluso de nosotros, y en esta desesperación pienso que
momentáneamente el falso yo pierde su fuerza de control y el
individuo queda “en el aire”, sin saber a qué afirmarse y quizás,
encuentra algo real dentro que se espera jamás deje ir. Sin un
“estado de naufragio”, cualquier búsqueda de conocimiento será
quizás para aumentar más la vanidad y por curiosidad, jamás en el
estado de desesperación para tomarlo como lo más importante que
se pueda hacer en la vida. Y es que aquel que se encuentra
luchando por no ahogarse en el mar, tomará “por asalto” la tabla
que le ayude a salvarse y salir de esa tempestad.
En el estado normal de la civilización, es “irracional” buscarse
a sí mismo pues la tendencia natural es a buscar el placer y el
olvido de sí mismo. Por ello, la normalidad es un estado
mediocre, más bien tibio.
El individuo que comienza en el auto-conocimiento debe estar
quemándose, y debe velar porque esta llama nunca se apague.
Lamentamos de antemano defraudar a quienes imaginan que
el auto-conocimiento comienza por la base imaginaria de
identificarse con el “rayo violeta”, “el amor incondicional”, abrir
la glándula pineal o en abrir el “tercer ojo”. A su vez, es para
desconfiar de aquellos que intentan motivar al estudiante
mediante prácticas de “magia” consistentes en la telepatía, el
caminar sobre las aguas, la levitación, la clarividencia, la magia
sexual, etc. Si bien estos poderes son factibles para el ser humano,
pienso que esa magia se vuelve negra en manos de individuos que
sin ser “dos veces nacidos” emprenden una empresa así. Con lo
que sería incurrir en el grave error de “entregar dinamita a los
monos”.
Cuando nos referimos a los “dos veces nacidos” hablamos de
una etapa fundamental en el trabajo sobre nosotros mismos en la
cual la personalidad o parte animal “muere” simbólicamente, en
sentido de que deja de ser la identificación principal del
individuo, de este modo liberándose de ella, desprogramándose y
cortando ese cordón umbilical. De este modo se podría decir que
la personalidad se vuelve un elemento pasivo y ahora la Esencia
se torna en la realidad activa.
Cuando expresamos la siguiente idea: “sólo los árboles fuertes
como el roble y flexibles como el junco no tienen miedo a
romperse”, nos referimos a que aquel que comprende, aunque sea
un poco, no tendrá creencias rígidas, y por lo tanto; podrá
cuestionar todo, incluyéndose a sí mismo.
¿Qué podría romperse si su identificación no se encuentra en
la imagen o personalidad?, ¿Por qué temer morir si nunca muere?,
¿Qué teme morir entonces?.
El auto-conocimiento es una tarea difícil y engañosa, ya que:
¿Con qué instrumento deseamos conocer?, ¿Qué calidad tiene
nuestro instrumento cognitivo?. Pensamos conocernos, pero,
¿Puede un programa verse a sí mismo?, ¿O yo observo e
interpreto a través de mis mecanismos de defensa, complejos,
defectos, emociones de turno (yoes) o creencias pre-concebidas?
Las herramientas que se formaron por motivos de
sobrevivencia en la psiquis del individuo a temprana edad, es
decir, el programa de nuestra personalidad y sus mecanismos de
defensa; se convierten en pesadas cargas cuando el medio que las
hizo necesarias ha dejado de existir. En síntesis, seguimos
existiendo en un mundo ilusorio, como el Quijote que se
enfrentaba a molinos de viento que sólo existían en su
imaginación. Al encontrarse nuestros actos motivados por
motivos subconscientes, debemos decir que estamos soñando.
Mucho más adelante hablaremos sobre el subconsciente, por
el momento hablaremos un poco sobre los mecanismos de
defensa del yo. En nuestro interior existe un mundo de
pensamientos, sentimientos, deseos, emociones, defectos y
pasiones ocultos a la mirada de nuestra consciencia. El trabajo de
conocernos comienza por tomar consciencia de nuestro mundo
interno, el cual, vive en la subconsciencia regido por impulsos
animales, esto no es otra cosa que un programa que nos vemos
obligados a obedecer.
La mayoría de los grandes filósofos y sabios hablan de las
pasiones, actualmente utiliza esta palabra para designar algo
incluso positivo. Cuando nosotros nos referimos a “pasiones”, es
para designar todo lo relativo a pasivo. En otras palabras, estas
son todas las emociones, sentimientos y conductas afectivas de un
sujeto, que ocurren en forma automática, sin la intervención
voluntaria del mismo. Son los defectos y emociones compulsivas,
mecánicas del individuo. Por lo tanto, estas ocurren a pesar del
mismo y correspondiente a todo aquello que realizamos
compulsivamente y no podemos dejar de hacer. Por esto muchos
filósofos se referían a que sólo podía ser feliz y libre quien lograra
adueñarse de sí mismo, pero para esto debían ser sinceros y
reconocer por ejemplo sus defectos, trabajar para vencerlos y de
esta modo ser hombres realmente buenos, tal como decía
Diógenes de Sinope: “Los malvados obedecen a sus pasiones,
como los esclavos a sus dueños”. En este sentido, tal como
Sócrates mencionara, la maldad es en realidad ignorancia,
principalmente ignorancia sobre nosotros mismos.
Nuestro objetivo es ir creando una energía sutil, pero primero
debemos recuperar nuestra energía, la cual se encuentra
secuestrada por nuestros defectos y pasiones. Todos estos
problemas se ven representados a nivel físico en la capacidad
respiratoria y en lo que el psicoanalista y creador de la
Bioenergética, Alexander Lowen ha profundizado en lo que
Willhelm Reich llamó "corazas musculares".
En el caso del Dr. Reich, llegó a la hipótesis de que el cuerpo
tiene una coraza muscular y que existen diferentes zonas de
emociones o anillos en los cuales se acumula y se estanca. Reich
observó que el cuerpo se contrae en una posición de defensa para
evitar que algunos sentimientos no deseados entren en la
conciencia. Cuando tales comportamientos de defensa se
mantienen durante un periodo prolongado, esta contracción se
vuelve crónica y los músculos forman una coraza que sólo se
podría disolver mediante terapia.
A diferencia del psicoanálisis convencional, tanto Reich como
Lowen trabajó con los pacientes frente a frente; estudiaba la
expresión facial, el lenguaje de su cuerpo y sus gestos. Los alentó
para que articularan su movimiento con aquello que expresaban, a
fin de obtener una imagen más clara de los sentimientos
inconscientes que implican los movimientos, procurando integrar
estas técnicas dentro del marco psicoanalítico.
Ambos pensaban que la respiración era importante e influía en
la psiquis. Comprobaron que las primeras reacciones de defensa
para evitar un sentimiento perturbador consistían en bloquear la
respiración, cerrando la caja torácica y el diafragma. Por esto, el
primer paso era hacer que el paciente respirara con facilidad y
profundidad. El segundo paso era movilizar cualquier expresión
emocional que se exteriorizase más claramente en el rostro o en la
actitud del paciente. A partir de esto podría seguir liberando
sentimientos y memorias asociadas.
En lo personal he observado cómo las corazas musculares son
tensiones crónicas que contienen la energía (a la que Reich le
llamaba “Orgón”) y donde normalmente queda alojado un
conflicto emocional que no es consciente. Incluso el individuo se
ha acostumbrado a esta tensión muscular y ya no la siente, su
respiración deficiente le impide sentir. Llega un punto en que ha
perdido noción del ser y sólo vive como autómata. La razón de
todo este mecanismo ha sido por sobrevivencia, como el caso de
seguir adelante y olvidar experiencias sumamente traumáticas.
Pero el costo es la pérdida de la Esencia, atrapada su energía en
sus conflictos ha ido perdiendo entonces la humanidad.
También pienso que es muy difícil, sino imposible, acceder a
lo que es el llamado “momento presente”. Tanto la espiritualidad
como la pseudo-espiritualidad habla sobre la fundamental
importancia de dejar de pensar y entrar en lo que se llama el
“momento presente”. Sin duda alguna nuestra esencia se
manifiesta en el aquí y ahora, los niños cuando juegan lo hacen
con toda su concentración, es casi como que fuera lo más
importante en la vida, ellos están en el presente y con el paso del
tiempo van perdiendo este contacto en medida de sus
mecanismos.
¿Pero qué ocurre cuando crece?, Su Esencia se ve enterrada en
estos mecanismos que surgen por sobrevivencia, entonces pierde
el Cielo. Por ello sostengo que aquel que es sincero en sus
intereses de desarrollo, debe tomar contacto con su realidad
corporal y realizar actividad física durante toda su vida en esta
tierra. Por otro lado, debe realizar disciplinas físicas respiratorias
(algunas que nos permiten revelar se encuentran en este libro),
además es necesario llegar a desbloquear todas aquellas
emociones que se encuentran a nivel del cuerpo, de este modo
poder ir liberando esa energía, la cual puede ser usada en el
propio desarrollo espiritual.
Desde el punto de vista más elevado, este trabajo es pura
belleza, el proceso de transformación de larva a mariposa. Sin
embargo desde el punto de vista personal, es muy doloroso,
debido a que se trata de un proceso de sanación y cirugía del
alma. Pero un día el sujeto debe preguntarse si prefiere vivir una
existencia llena de dolores(y quizás muchas vidas exactamente
igual o peor), o pagar el precio de un gran sufrimiento, pero que
permite posteriormente una vida llena de paz y tranquilidad.
Si escoge la segunda opción, debe buscar ayuda y profundizar
en sí mismo. No obstante, pienso en muchos casos hacerse
consciente de los propios defectos no sirve para el cambio, es casi
como quedarse en la teoría, por eso hay que insistir en la
importancia de ir retomando obligadamente contacto con la
realidad corporal y todo lo que ella representa. Por otro lado, es
básico empezar a conocer en teoría cómo operan los mecanismos
de defensa del yo, lo cuales al ir viéndolos en los demás y
nosotros mismos, comprenderemos cómo efectivamente nos
impiden ver la realidad tal cual esta es.
Más de alguno podría preguntarse: ¿Por qué existen los
mecanismos de defensa si son tan perjudiciales para el desarrollo
humano?. La razón de su existencia es de índole evolutiva: el yo
infantil es demasiado débil para integrar y sintetizar las demandas
que se le hacen. Las defensas del yo se adoptan como medidas
protectoras. Del mismo modo que las corazas musculares
expuestas anteriormente, tienen la facultad de permitir que el
individuo siga viviendo con relativa sanidad mental, al menos
bien adaptado a una cultura. Pero su punto en contra es
justamente la perdida de humanidad, por ello el camino del auto-
conocimiento es “retomar el hilo de Ariadna” y desenterrar la
Esencia perdida. El individuo que ha crecido frente a experiencias
a menudo intolerables para su yo, va acorazándose de defensas
que se adoptan como medidas protectoras. En estos casos si el yo
no puede reducir la angustia por medios racionales, tiene que
utilizar tales medidas para negar el peligro (represión),
externalizar el peligro (proyección), esconder el peligro
(formación reactiva), permanecer en el mismo estado (fijación), o
retroceder (regresión). De este modo funcionamos realmente en
forma mecánica, y como todos estos mecanismos ocurren a nivel
del inconsciente, podemos decir que estamos durmiendo.
Existe un sueño hipnótico de carácter universal, el cual se
desplaza hacia abajo a partir el Absoluto (el Orden Absoluto)
hasta la unidad más baja que es la materia. Este sueño hipnótico
es ejercido desde afuera y desde dentro del ser humano, si el
individuo se libera desde dentro, podrá liberarse de afuera. Esta
hipnosis en la cual vivimos permanentemente expuestos, nuestra
inteligencia sigue operando automáticamente, pero la lógica y el
juicio desaparecen en el individuo, por lo tanto; puede estudiar,
trabajar, ganar dinero, formar una familia, pero se ve
imposibilitado mentalmente de acceder a un conocimiento
trascendental. Y es esta, la condición normal de nuestra especie
(de norma estadística).
En verdad somos esclavos de nuestra programación y el peso
de nuestra imagen, y somos libres sólo en medida de nuestra
verdad. Los grandes maestros de la humanidad han sostenido a lo
largo de los siglos de que existe una sola realidad, refiriéndose a
esta de diversas maneras, pero siempre siendo en esencia la
misma. Lo que es el vulgo, juzga la realidad según el color del
cristal por el que mira, sin cuestionar su cristal. En consecuencia,
observa a través del espejo de la imaginación, el cual se encuentra
teñido y trastocado por nuestras deshonestidades, defectos,
pasiones, taras, problemas psicológicos y fantasías, haciendo que
el contacto con la realidad esté alterado y disperso. Estos lastres
más los mecanismos de defensa nos apartan de nosotros mismos,
nos conducen al engaño y perturbación de la inteligencia,
separando al Yo esencial de lo real, actuando en su conjunto
como un sistema de amortiguación entre el individuo y el entorno.
Por otro lado, como bien afirma El Kybalion, en nuestro
mundo solo existen semi-sabios pero como consecuencia a que
nuestro mundo de ilusión se encuentra sometido a ciertas leyes, y
una de ellas es la de polaridad que nos impide aquí ver la realidad
pues esta se sitúa más allá de estas leyes, en el mundo de las
Causas, donde nuestra personalidad no tiene acceso.
Conocernos a nosotros mismos es el punto de partida,
debemos ser humildes en reconocer en que necesitamos ayuda,
necesitamos aprender de aquellos que ya recorrieron ese camino
tal como Virgilio sirvió de guía a Dante en La Divina Comedia.
En esta obra, Dante inicia el trabajo interior de ingreso en el
infierno de sus pasiones para salir limpio a las puertas del Cielo
donde le esperaba su amor perdido que era su propia Alma
personificada en Beatriz. Acá no nos dedicamos a imaginar
figuras de luz o ángeles que vengan a salvarnos, sino internarnos
en el laberinto interior hasta encontrar al minotauro que
representa nuestra parte animal que debe morir para dar
nacimiento al Iniciado, quien, es el “dos veces nacido”, nacido del
hombre, es decir: de sí mismo como la mítica ave fénix. En la
mitología de Teseo y el minotauro, Ariadna le entregó un hilo que
le ayudaría a encontrar la salida del Laberinto de Creta, una vez
vencida la bestia.
Según la mitología, el minotauro es un monstruo con cuerpo
humano y cabeza de toro para el cual el rey Minos hizo construir
el laberinto donde fue encerrado. Lo alimentaba periódicamente,
todos los años o cada tres años, con siete muchachos y siete
muchachas traídas desde Atenas en tributo. Teseo
voluntariamente se ofrece a ser uno de los tributos y mata al
minotauro, y gracias al hilo de Ariadna pudo volver a la luz. Este
monstruo simboliza el estado psíquico, el dominio perverso de
Minos, el “rey de ese mundo”. Reflexione sobre esta idea el
lector.
Todos necesitamos ayuda. A veces podemos enseñar pero
siempre estamos aprendiendo. Nos encontramos en el mismo
“buque planetario”, y hay individuos que en su nivel de ser están
bajo el nuestro, pero siempre, siempre hay individuos de mayor
nivel de desarrollo que nosotros ya que sea en el mundo material
o, sobre todo, en el mundo de la energía.
En relación al trabajo interno, pienso que no existe un
“manual”, cada individuo al ser diferente requiere diferentes
condiciones para su desarrollo. Así puede ser que un sujeto le sea
de ayuda un tipo u otro de psicoterapia, alguna creencia o religión
determinada. El consejo impulsivo sobre lo que otros deben hacer
para trabajar en si mismos es irresponsable, todos llevamos una
cruz y cada cual debe aprender a llevarla a su manera.
Es preciso enfrentar el hecho de que la energía de la cual
disponemos apenas nos alcanza para mantener nuestro cuerpo
físico con vida, el cual realiza un trabajo inmenso del cual no
somos conscientes para contrarrestar los nocivos efectos de la
contaminación ambiental, los alimentos procesados, los
transgénicos, el uso y abuso de fármacos, etc. –Y por solo
mencionar la parte biológica y no mental y emocional–.
Los esfuerzos laborales, los placeres del sexo, las envidias por
lo ajeno, el miedo al porvenir, la glotonería en las comidas, el
gusto al criticar a los demás, la agresividad de los insultos, la
rutina y monotonía de lo cotidiano, las posturas corporales
monótonas, la inercia en la forma de pensar impidiendo la
reflexión, los enredos de la política, la adicción a las tecnologías,
el sopor de las vacaciones; son sólo algunos ejemplos de cosas
capaces de dormirnos y forzarnos a abandonar nuestra tarea más
importante: el viaje para encontrarnos a nosotros mismos.
Todos los llamados Santos se les representaba con una aureola
sobre sus cabezas representando en este caso al Sol como la
iluminación, es decir, manifestar el espíritu a través de su propio
cerebro. Iluminar sus tres centros o tres cerebros: el complejo-R
(instinto), el sistema límbico (emocional) y neocortex (intelectual)
unidos. La palabra en hebreo “Kadosh” (santo) significa algo que
es “otro” (separado), exactamente lo opuesto de algo que es
común. La palabra refleja el sentido de santidad y consagración
del alma. Cuando Moisés pensó que palabra utilizar para describir
el lugar más importante del Tabernáculo, donde moraba su Dios,
dijo: “el Santo de los Santos”.
En el caso de la aureola, viene del latín “aureõla” que
significa círculo dorado o círculo luminoso. Esta palabra es algo
parecido a lo que se concibe como “aura”, que de hecho son
prácticamente lo mismo. Esta última es aquella que algunas
personas dicen percibir de manera visual, incluso por medio del
olfato ya que tienen una sensibilidad exquisita en percibir el
mundo de la energía. Esto también se puede mediante la intuición,
que es la percepción a través del inconsciente, y las personas más
sensibles tienen un contacto mayor con su inconsciente.
La aureola desde la antigüedad ha representado un símbolo de
divinidad. Se refería específicamente a los dioses desde épocas
antiguas. En muchos lugares como Persia o la India se utilizaba la
aureola con el mismo concepto. Aunque no necesariamente era
llamada o comprendida de la misma forma en todas las culturas.
El término de aura se dice que es de origen latino, en cambio el
término “halo” con el que también se relaciona o se llega a
identificar, es un término que se refiere a la “haloa” que es un
término griego y se refiere a una ceremonia religiosa. Consistía en
trazar un círculo en las épocas de cosecha. En el interior de ese
círculo se llevaban a cabo ceremonias religiosas. Este círculo, se
supone, era donde se encontraba la divinidad.
En sánscrito, raíz “sadh”, de donde deriva el término para un
individuo santo “sadhu” significa “ir directamente al blanco”. De
la misma manera el término Rju-ga significa “lo que acierta”, es
decir, una “flecha” recta. Se dice en el Mahjanaka Jataka, un
flechador al enderezar una flecha, la mira a todo lo largo y con
ojo cerrado, de esto se extrae la enseñanza de la visión unitaria.
Por otro lado, en los Vedas se hace hincapié sobre la rectitud del
rey, no será irrelevante señalar que las palabras sánscritas “rju”
significa “derecho”, pertenece a la raíz común que subyace en
“recto”, “rectificar” y “regio”. Podemos compararlo con el latín
regenere y “rex” y sánscrito “raja”.
Sumado a lo antedicho, Plutarco, quien fuese iniciado en los
misterios del dios griego Apolo, fue el mayor de los dos
sacerdotes de Apolo en el Oráculo de Delfos. En Isis y Osiris
expresa lo siguiente:
«Desde la época más remota, pasando a través de poetas y
pensadores, ha llegado hasta nosotros otra doctrina que se
remonta a los más antiguos teólogos y legisladores. Tiene
un principio absolutamente anónimo, pero su fuerza
indeleble se halla entre griegos y bárbaros, y no sólo en
tradiciones y discursos, sino que también se encuentran en
ceremonias iniciáticas y sacrificios. Según reza está
doctrina, el universo no está flotando en los aires
azarosamente, sin sentido, inteligencia, ni guía; declara que
no hay tampoco una razón única que lo conduzca como un
timón o lo frene, sino que los bienes y los males se
encuentran mezclados con él con la mayor frecuencia o, por
mejor decir, que todo aquello que el mundo provee lo hace
a partir de una mezcla. Cómo un tabernero, que teniendo
dos barriles, nos diera la mezcla del licor. Todo cuanto
llega a nosotros, es fruto de dos principios opuestos, uno
conduce diestramente y en línea recta, la otra crea un
círculo que nos hace dar la vuelta y volver atrás. Por
cuanto dicha mezcla es inherente a todo el cosmos, y si no
al cosmos, sí a nuestra esfera sublunar que está supeditada
a la irregularidad, la fluctuación y a toda clase de
variaciones. Pues si tiene necesidad de una causa, y si bien
no puede ser causa del mal, es del todo necesario que haya
en naturaleza un principio del mal que le dé su origen, tal y
como también hay uno para el bien.»
En relación al bien y el mal, la verdad y error –junto a todos
sus grados–, podemos ver en la teoría de las pulsiones de vida y
muerte propuestas por Sigmund Freud (más adelante un capítulo
completo sobre este tema). Estas son Eros y Tánatos.
En definitiva, no deja ser necesario recordar que la palabra
“pecado” en hebreo “jet” proviene de “leajti”, verbo que significa
“errar al blanco”, el llamado Santo, en este caso, sería aquel
contrario del pecador que se desvía del sendero. El santo es aquel
que va directamente a la meta, ¿Cuál meta?: La de conocerse a sí
mismo y cumplir con el supremo deber de encontrarse a sí mismo.
Es menester empezar el viaje de autoconocimiento, esta es la
propia iniciación que es la cirugía del alma, así, de esta forma,
podremos ir leyendo en el libro abierto de la Naturaleza,
siguiendo el aforismo de El libro egipcio de los muertos:
“… quienquiera que no esté iniciado no puede comprender las
cosas secretas…”
Por otro lado, tenemos a la teoría de Cuarto Camino que
expone dentro de la necesidad de conocer tres centros que operan
dentro de la máquina humana: el centro instintivo, el centro
emocional y el centro intelectual. Estos tres funcionan en forma
automática sin que sea necesariamente en forma coordinada, sino
cada cual trabaja sin el conocimiento del otro. Nuestra misión es
conocer cómo operan estos centros dentro nuestro para
eventualmente llegar a su dominio.
En todas las personas operan estos centros pero en algunas se
manifiesta constantemente más uno que otro. Desde este punto
podemos observar individuos más instintivos, individuos más
emocionales e individuos más intelectuales.
En la década de 1950, el neurocientífico norteamericano Paul
MacLean desarrolló la teoría del cerebro triuno. Las
investigaciones de MacLean sugieren que nuestro cerebro se
desarrolló incorporando cada vez funciones más complejas, sin
embargo en lugar de integrar las funciones más primitivas en el
resto del cerebro, estas funciones continuaron siendo gestionadas
por la estructura más antigua ya que era la que estaba altamente
especializada en gestionar dichas funciones. Algunos detractores
de esta teoría afirman que no se puede simplificar el
funcionamiento del cerebro a esta estructuración, debido a que,
por ejemplo, no se puede entender un cerebro cognitivo sin su
aspecto emocional y viceversa. Sin embargo, la teoría en ningún
momento afirma que una parte del cerebro
actúa independientemente de la otra, sino que es una forma de
estructurar el cerebro para poder entender su funcionamiento,
basada en su desarrollo evolutivo y en la complejidad de sus
funciones y que para nada excluye que el cerebro funcione en red
mediante la interacción de todas y cada una de sus estructuras.

La teoría de MacLean dice que el cerebro se puede dividir en tres


estructuras principales, según la complejidad de sus funciones:
El cerebro reptiliano o complejo-R, que compartimos
básicamente con el resto de los reptiles.
El sistema límbico o mamífero, que compartimos con la mayoría
de los mamíferos.
El neocórtex que, aunque lo poseen otros animales de forma
poco evolucionada, se puede decir que es el que nos hace
humanos por el desarrollo que alcanzó en el homo sapiens-
sapiens, hace unos 150.000 años, según los antropólogos.
Los tres cerebros se desarrollaron en forma de capa uno por
encima del otro.
El cerebro reptiliano:
Está compuesto por el tallo cerebral, los ganglios basales y el
sistema reticular y ocupa el 5% de la masa cerebral. Su función
principal, al igual que en el resto de las especies, es asegurar
nuestra supervivencia y la de la especie. Esta área cerebral no
entiende de pasado o futuro, sólo vive el presente y así
reacciona. Actúa como primer filtro de la información que
percibimos del medio ambiente. Su función es actuar y ante
posibles amenazas sólo tiene dos tipos de respuesta: ataque o
huida. Es el responsable de nuestra resistencia al cambio ya que
evalúa a lo conocido como seguro y a lo desconocido como
peligroso para la supervivencia.
El sistema límbico:
Está constituido por 6 estructuras y ocupa el 10% de la masa
cerebral:
El tálamo
La amígdala (emociones)
El hipotálamo
Los bulbos olfatorios
La región septal
Hipocampo (memoria)

Con la aparición de este cerebro, aparece la capacidad de aprender


y modelar las respuestas automáticas pro-supervivencia y por lo
tanto memorizar nuevas respuestas para poder utilizarlas en
situaciones futuras semejantes. Es decir procesa experiencias
presentes y pasadas.
Un reptil nace con todo lo necesario para sobrevivir y su
capacidad de aprendizaje es muy limitada. Sin embargo un gatito
nace sin saber cazar y es el aprendizaje lo que le permitirá
sobrevivir.
Funciona como segundo filtro de la información que ingresa a
nuestro cerebro evaluando los estímulos en dos grupos: Dolor o
placer, el dolor lo considera malo para la supervivencia y el placer
como bueno para la misma. A diferencia del cerebro reptiliano, el
sistema límbico es adaptable, y por lo tanto, acepta situaciones o
estímulos nuevos, a los que evalúa como placer o dolor. Cada vez
que experimentemos dolor o placer, nuestro sistema límbico
buscará la causa y la guardará en la memoria. Estos aprendizajes
no son nunca fijos o indelebles, aunque cuando se asocian a
dolores o placeres muy intensos son muy difíciles de modificar
y nos llevará a lo que llamamos conductas de acercamiento
cuando los estímulos estén relacionados con el placer y de
alejamiento o lucha cuando estén relacionados con el dolor. En
todos los casos, en términos de esta codificación en la memoria,
cuando hablamos de placer no hablamos de felicidad, sino de si es
garantía de supervivencia y en el caso del dolor, peligroso para la
supervivencia. La información percibida por nuestros sentidos
tarda 125 milisegundos en llegar a este sistema, recuerda este
dato porque será muy importante para comprender nuestras
reacciones emocionales.

El neocórtex:
Es la parte más desarrollada del cerebro y en los seres humanos es
la que nos diferencia del resto de los animales. Su función
cognitiva-ejecutiva hace referencia a la capacidad de procesar la
información de forma consciente. Ocupa el 85% de la masa
cerebral, no obstante el cerebro reptiliano y el sistema límbico, a
pesar de ocupar sólo un 15% de nuestro cerebro tienen una
influencia enorme en nuestra actividad cerebral debido a que son
los primeros en evaluar los estímulos percibidos –¿recuerdas los
125 milisegundos?-. El neocórtex, se enciende siempre después
de los cerebros anteriores, la información tarda 375 milisegundos
más en llegar a esta estructura cerebral, y es de acción lenta ya
que consume mucha energía.
Es donde se llevan a cabo los procesos intelectuales superiores, el
desarrollo social, el proceso racional de entendimiento y análisis,
la planificación y la habilidad de procesar experiencias futuras y
la creatividad mediante la imaginación.
En él se encuentra la parte que nos hace realmente humanos y ésta
son los lóbulos pre-frontales y está estructurado en dos
hemisferios, el hemisferio izquierdo está asociado con el
razonamiento lógico, el análisis, la descomposición de un todo en
partes y el lenguaje y el hemisferio derecho está asociado a la
creatividad, la imaginación, los procesos asociativos globales, las
relaciones espaciales y al proceso de las emociones.
Como iremos viendo, debemos llegar a conocer cada aspecto
de nosotros mismos iluminando con la consciencia hasta que un
día podamos acceder cada vez más al recuerdo de nosotros
mismos, después de haber creado lo que se le ha llamado el “Yo
Volitivo”, sin el cual, sostengo que todo intento de acceder a
mayores niveles de vigilia se torna un imposible, así como el
objetivo de manifestar el propio espíritu a través de nuestro
propio cerebro triuno. Esta sería la flecha en el blanco.
EL CAMINO DEL HOMBRE Y LA MUJER

Dentro del marco de la condición humana en el siglo XXI, no


podemos dejar de lado algo fundamental que es la objetividad
sobre todo en lo concerniente a algo que se ha convertido en una
completa ambigüedad como es el caso del género humano.
Todo en la naturaleza tiene género, desde la Luna y el Sol
hasta el óvulo y el espermio, pero estos son dos, y de ellos, nace
la vida en todas sus manifestaciones. Actualmente esto se niega,
pero poco se podría esperar de una especie totalmente alienada.
Estamos en la “Tierra de la Confusión”, escenario ideal para el
caos de nuestra especie. Hay muchos secretos relacionados con el
desarrollo humano que se encuentran vedados y solo se entregan
al buscador sincero después de años de aquilatar su templanza.
Sin embargo, la razón principal que me ha motivado a divulgar
algunas cosas, es que los tiempos son tan oscuros, que incluso el
entregar abiertamente preciosas semillas, estas caerán, en su
mayoría en suelos infértiles. No obstante, nunca sabremos si
alguna germine para brindar luz dentro de las tinieblas. Si alguien
tiene algo que puede brindar luz a algunos seres y no hace nada,
es una cobardía. Dicho esto, pienso que desde el punto de vista
del Rey de las Tinieblas, lo que ocurre hoy es “perfecto”, una
estrategia que se ha ido promoviendo lento pero segura a través de
décadas para corromper y esclavizar al sapiens.
Podemos decir, sin temor a la burla e ignorancia del vulgo que
existen unas “reglas del juego”, y algunas de ellas son:
1. El individuo ha sido creado incompleto y es su deber moral
el completarse mediante un trabajo interior.
2. El individuo es un animal, no simbólicamente, sino un
mamífero. Como tal, pertenece al alma colectiva animal. Se
podría decir que no tiene un alma propia a menos desarrolle
una no por “gracia divina” sino propio esfuerzo.
3. Todo desarrollo humano requiere un distanciamiento del
alma colectiva animal al sublimar su naturaleza inferior.
4. Según lo anterior, el verdadero y máximo logro para ser
completamente humano consiste en “destruir” su
individualidad animal igual que la larva rompe su crisálida
ahora convertida en mariposa.
Esto es necesario mencionarlo para recién concentrarnos en el
título de este capítulo. Podemos afirmar que no todos los hombres
y mujeres son tales, la parte biológica no es la totalidad pues
existe una “sexualidad magnética”. La coherencia ideal radica en
tener la parte biológica y magnética en armonía. En este sentido,
podemos diferenciar a muchos hombres como machos
(machistas) y mujeres como hembras (hembristas). Sin embargo,
quienes han trabajado en sí mismos recién se encuentran en vías
de ser verdaderas Mujeres y verdaderos Hombres (con
mayúscula).

666 = número de la bestia


999 = número del Ser Humano

Podemos afirmar que tanto machismo como hembrismo son


parte de la biología animal, pero la parte más oscura y bestial de
nuestra especie. No obstante, la virilidad y la feminidad es
alcanzada (disculpe la insistencia estimado lector) por un trabajo
interior que permite a la persona alejarse de estos niveles de bajos
instintos. Culturalmente esto casi nunca ha convenido esto se
conozca y el vulgo prefiere culpar a algo externo en vez de
hacerse responsable. Si nos hiciéramos responsables la mayor
parte de nosotros, pienso mejoraría todo, transmutando este
infierno que hemos creado por un Cielo en la Tierra.
Hay gente que en determinados momentos de sus vidas
(posiblemente por mecanismo de sobrevivencia), recurran a una
negación de los sentimientos mediante el "juego mental" de
"controlar" con pensamiento positivo. Lo cierto es que los
sentimientos no se pueden controlar, sí se pueden negar con la
imaginación de que se tienen "bajo control" (no está de más
recordar que los sentimientos no son lo mismo que las
emociones).
Negar los sentimientos es casi como entregar el alma al diablo
ya que desgasta energéticamente al individuo para mantener una
imagen ante si mismo y los demás. A muchos quizás esto les
puede ayudar a no caer en profunda depresión si se miran
realmente, "lujo" que quizás no pueden darse más por miedo a no
poder mantener su ritmo de vida y ver amenazada la imagen que
artificialmente han construido de ellos mismos.
Puede ser una imagen de éxito o incluso una de espiritualidad,
cuando en estricto rigor, pienso que espiritual es aquél que es
totalmente transparente para si mismo, y por lo tanto,
absolutamente vulnerable, algo que teme el individuo narcisista
ya que busca poder personal. De ahí que el machista busca
oprimir y someter a las mujeres especialmente, lo mismo la
hembrista, buscando oprimir y someter a los hombres. Son
características originadas desde el cerebro reptil y sistema límbico
que hacen al sapiens siempre buscar poder sobre otros,
compitiendo y siempre en guerra.
Obviamente no se dan cuenta del “lunático” mecanismo que
les motiva, a menudo racionalizando sus conductas, jamás
reconociendo sus instintos de rapiña.
También el individuo narciso se puede imaginar como un ser
luminoso y negará toda la sombra -uno de los principales
arquetipos del llamado inconsciente colectivo según la psicología
analítica de Carl Gustav Jung-. Se miente a si mismo y miente a
los demás, usándolos. Y así nos comunicamos, por así decirlo: de
falso yo a falso yo.
Así, es un círculo vicioso y la persona sigue funcionando
como autómata, los reconocerás como seres que suelen ser
altamente valorados socialmente debido a los logros materiales
que obtienen o su conducta (indigna por cierto) enajenada por la
vida sin incluso detenerse a respirar, sus cerebros computadora
son incapaces de empatía y en su interior tienen un desastre al
igual que el retrato de Dorian Gray (de la novela de Oscar Wilde
en gran medida influida por el mito de narciso). Este desastre
interior se busca constantemente esconderlo de los demás y sobre
todo de si mismo, -recordemos Dorian en la novela no quería
volver a mirar su retrato, y cuando finalmente fue a mirar luego
de años de negación, fue tal la impresión que no la soportó, y se
suicidó-.
Sostengo que este es uno de los motivos principales de la
alienación actual en que se pierde la humanidad para dar paso a la
maquinalidad que tristemente es valorada. Podemos observar
cómo la gente aplaude a los gigantes del intelecto, o niños que a
muy temprana edad ya se manejan mejor que los adultos en las
tecnologías de la información, niños que poseen una inteligencia
capaz de procesar datos y responder preguntas velozmente, pero
es información no subordinada al ser, no comprendida, por lo
tanto, “repiten como loros”.
Muchísima gente se queja de que falta amor en la humanidad
y pienso esta es la razón. Quien niega sus sentimientos no se ama,
y si no se ama a sí mismo imposible ame a los demás. Los
sentimientos deben ser aceptados como son, porque son parte de
nuestra esencia olvidada.
Sin embargo, la paradoja es que nuestra personalidad es útil a
la esencia, debemos grabarnos a fuego que “somos dos”. Todo lo
que tiene relación con nuestro cuerpo físico debe ser aceptado,
conociéndolo y eventualmente tomando control sobre el centro
intelectual, emocional e instintivo. Para todo esto existen algunos
ejercicios prácticos que aparecen más adelante. Nuestra
posibilidad de salvación está en tomar control sobre este vehículo
de protoplasma que puede desarrollar un alma al servicio del ser.
Debemos “comenzar con lo que hay”: si no aceptamos nuestro
cuerpo, estamos mal; si lo negamos e imaginamos que es
diferente a lo que es, estaremos aún peor.
Dentro de esta aceptación está la sombra y todo aquello
instintivo en nosotros, estas pasiones y defectos absorben nuestra
energía y terminan a un hombre haciéndole menos masculino y a
una mujer menos femenina. Esto, ante la Naturaleza y el Universo
no es aceptado como “moneda de cambio evolutivo”, nada es
gratis, menos la evolución. A la Naturaleza y el Universo no le
interesa para nada cuánto sabemos, ni cuánto tenemos; le
interesa sólo una cosa: cómo vibramos.
Por esta razón es menester que un hombre biológicamente
llegue a ser viril energéticamente y una mujer biológicamente
llegue a ser femenina energéticamente.
Aquí radica el misterio del sexo, la fuerza que puede
convertirnos en dioses o bestias.
El hombre y la mujer se necesitan mutuamente para una
correcta evolución espiritual: son los dos polos del ser humano y
por ello simbólicamente se les ha representado como el Sol y la
Luna, el Día y la Noche, el Caballero y la Doncella.
Ninguno de ellos es superior al otro sino que ambos se
complementan admirablemente y deben, de forma ideal, cultivar
el amor, el respeto, la amistad, la admiración y el trabajo común.
Por todo lo anterior, no es nada extraño que ciertas fuerzas
oscuras impulsen, especialmente hoy día, el enfrentamiento, el
desprecio y la rivalidad entre ambos géneros: eso que se ha
llamado “guerra de sexos” y cuyo único objetivo real consiste en
lograr mantener esclavizado al espíritu humano.
Sobre todo la literatura autoayuda, quizás sin malas
intenciones, suele sugerir que el corazón humano es sabio y es
nuestro deber seguirlo. La realidad es que casi todos siguen a su
corazón, en el sentido de “dejarse llevar” por lo que sienten, sin
muchas veces cuestionar si es correcto dejarse influir como tabla
de madera arrastrada por las olas del mar.
No obstante, debemos pensar que simbólicamente se
representa al corazón como la sede de las emociones. Con el
corazón sí se puede razonar, pero se debe desmitificar la idea de
que es naturalmente sabio. Sólo la consciencia es sabia, y esta
debe llegar a iluminar a nuestro corazón: educándolo.
En el libro La Ciencia del Amor, el Dr. Darío Salas Sommer nos
expresa cuáles son los defectos que deben ser trabajados y
sublimados, además profundiza en todo lo expuesto. Por ejemplo
este mismo autor ha sostenido que la mujer que ha asumido una
posición feminista para defender sus propios egoístas intereses, lo
hacen luchando contra el hombre, no contra sus propias
debilidades y carencias. En consecuencia, intentan poner límites a
la fuerza expansiva masculina en vez de desarrollar su propia
energía y poder como consecuencia de su nivel de consciencia.
Por lo tanto, este pienso es el verdadero “empoderamiento” y no
aquel enfocado en tener poder sobre los demás, cayendo en la
misma trampa del machismo contra el que luchan.
Actualmente al menos, los grupos más populares del nuevo
feminismo son radicales. Es comprensible que lo más popular sea
el más inconsciente, ya que la mayor parte de la gente duerme.
Por esta razón a través de la historia humana son poco numerosos
los grupos amorosos y más numerosos los grupos odiosos. Es más
fácil propagar epidemias de envidia y odio, que de amor y
gratitud. Empero, temo no habrá un acercamiento a la paz si tanto
el hombre como la mujer no se conocen a ellos mismos y se
intentan admirar en sus diferencias. Esta admiración será natural
cuando el corazón se encuentra limpio de todo lastre.
Los grupos feministas –en general en esta época, no todos–
siguen tan dependientes de los varones como el resto de sus
compañeras, puesto que las indicaciones direccionales que
motivan su actividad están radicadas en los hombres, a quienes
continúan tomando como punto de referencia para su lucha,
careciendo como antedicho, de una actividad auto-referida fruto
de un alma libre, dueña de sí misma.
Como crítica al hombre actual, al menos he observado en
Latinoamérica un sujeto inmaduro. Desconozco las estadísticas en
este caso pero todo parece apuntar de que la mayoría de los
hogares son llevados por madres que crían a sus hijos con padres
ausentes. Y este el problema del machismo, en el cual el hombre
actúa como animal inconsciente. Lo que actualmente se observa
es una lucha constante no entre mujeres y hombres, sino más
exacto: lucha entre hembras y machos como en el reino animal,
aunque peor pues al menos en el reino animal no existen malas
intenciones, un animal mata por sobrevivencia, no por gusto.
Asimismo el macho muchas veces protege a la hembra y rara vez
le ataca. Como se dan las cosas en las muchedumbres, todo es
más instintivo que racional, más emocional que intelectual.
En lo personal, pienso que el verdadero feminismo es el de la
hembra que trabaja por convertirse en Mujer –un verdadero
empoderamiento–, pero no en quedar en la misma condición a
nivel animal de hembra (como hemos observado), o aún peor,
como en los casos en que se agrupan para mostrar el trasero
desnudo dentro de una Iglesia, más bien parecen actos propios de
infantes. Además, como profundizaremos más adelante, difícil
pueda un grupo determinado se justo cuando utiliza como bandera
de consigna a la llamada “igualdad”, debido a que esta de por si
va contra la naturaleza y constituye una de las más graves
inmoralidades, provocando una tremenda confusión a nivel del
criterio y los valores. Nos guste o no, debemos aceptar que no
todo es igual y hay individuos con características más
sobresalientes que las nuestras y otros que no. La falta de
humildad provoca la ceguera en el corazón humano impidiendo
ver los méritos ajenos y esperando de alguna forma arrastrarlos a
la misma forma de ser y de pensar, mecanismo que ocurre muy a
menudo en forma involuntaria.
¿Podría decirse que está forma de proceder sea fruto del amor?.
Alexis Carrel nos dice que es imposible elevar a individuos
inferiores a nivel humano, el único medio de producir la igualdad
democrática es rebajarlos a todos al mismo nivel. Y esto ha
ocurrido en demasiados grupos, ahora le ocurre al feminismo
radical que busca “deconstruir” al hombre, eliminando su defecto
del machismo. A veces he pensado que son buenas estas
intenciones, nadie niega el machismo sea un defecto, pero debe
ser sublimado, no reprimido o en este caso, despolarizado,
conviertiendo al hombre no en machista, sino en un ente
asexuado. Como muestran las evidencias a nivel mundial, lejos de
erradicar este problema les está jugando en contra, como está
ocurriendo en países europeos como España en que el hombre ya
no desea acercarse a una mujer, no desea comprometerse, evita a
toda costa casarse porque las leyes sólo favorecen la mujer.
¿Puede eso ser justo?.
En este siglo nos encontramos en tiempos de amplia
ambigüedad, en que “todo vale”, sin darnos cuenta que esta
apariencia de libertad es la peor esclavitud a las propias pasiones,
defectos y problemas psicológicos que perturban nuestro nivel de
vigilia, convirtiéndonos en verdaderos zombies dirigidos por el
espíritu de las tinieblas, siendo entonces la muchedumbre el
instrumento del anticristo.
El sujeto debe comprender que “no se puede servir a dos
señores”, y debe un día decidir si desea actuar como servidor o
seguir siendo un esclavo. En el caso del servicio, el individuo
toma la responsabilidad de honrar a su chispa divina, sublimar sus
defectos, desprogramarse, acrecentar su ser para completarse y de
este modo, cumplir con el objetivo para el cual fue creado.
Muy por el contrario, quien acepta –sin reconocer esto, por
supuesto– ser un esclavo, se dejará llevar por sus pasiones, siendo
un engranaje inerte del inconsciente colectivo, renunciando a toda
responsabilidad individual, y como consecuencia de esto, cumplir
con el objetivo de dirigirse con los ojos vendados al matadero
para ser alimento de fuerzas que desconoce.
Ahora, sin temor a la risa o burla sarcástica de quienes
piensen todo lo planteado es fruto de mentes rígidas y cerradas
conservadoras, diremos lo que la Tradición, que se basa en el
humilde aprendizaje de la Naturaleza y el Cosmos considera:
¿Qué es ser hombre y qué es ser mujer?
La Tradición Hermética nos dice lo siguiente:
Un hombre debe ser 100÷ viril y una mujer ser 100÷ femenina.
¿Qué significa esto?, Significa que el hombre y la mujer
deben conocerse a ellos mismos y sublimar su naturaleza inferior,
en el sentido de el hombre vencer sus defectos femeninos y la
mujer vencer sus defectos masculinos.
En estos tiempos se nos dice que las diferencias que existen
entre hombres y mujeres son “constructos sociales” y esto es algo
que la ciencia no admite. Óscar Marín, director del Centro de
Trastornos del Neurodesarrollo en el King's College de Londres
menciona que hay ciertas estructuras a nivel cerebral que son más
grandes en el cerebro de la mujer que del hombre. En el
hipotálamo, por ejemplo, hay núcleos que controlan algunos de
nuestros comportamientos primarios que son diferentes. En las
amígdalas cerebrales también hay ciertas diferencias. Hay muchos
ejemplos de circuitos dimórficos en muchas especies de
mamíferos, lo cual no es ni mejor ni peor. Es simplemente como
es, igual que hombres y mujeres tenemos mamas, pero las
desarrollamos de modo distinto. A nuestro cerebro le ocurre un
poco lo mismo. Hay una base biológica que subyace a algunas de
nuestras diferencias.
Hay otros estudios científicos que afirman que los cerebros de
hombres y mujeres son iguales, esto es sospechoso debido a que
existe una campaña de ambigüedad a nivel mundial, no sabemos
si con estos fines se invierte dinero para financiar a ciertos
científicos a investigar y llegar a resultados que favorece a sus
inversores. Por el momento, debemos hacer caso al humilde
sentido común, el cual, brilla por su ausencia en la muchedumbre.
La neurociencia demuestra que las diferencias no son
culturales sino biológicas. Hacer una tesis completa sobre estas
diferencias es material para otro libro, mientras tanto, queda en
manos del sentido común de cada cual en qué creer en tiempos de
una vorágine de desinformación. Sólo recuerdo ante esto las
palabras de Rudolf Steiner: “
“La demostración de que una idea sea cierta o no depende
de lo que ésta produce: una idea que con el tiempo produce
daño y desconcierto, no puede ser verdad. Si en el lugar de
una idea florecen almas y se adquiere amor y esperanza
para el hombre y para el mundo, entonces esa idea es
definitivamente real”.
Cuando algo se masifica se ensucia como el agua de la fuente
que desciende desde la montaña, o como el llamado “juego del
teléfono”, que consiste en un reunir a un grupo de personas en un
un gran círculo para pasar un mensaje de oído a oído evitando a
toda costa el receptor siguiente escuche. Quienes han practicado
este juego siempre podrán ver cómo el mensaje inicial llega al
final totalmente deformado.
Toda ideología, religión o dogma se corrompe en la
muchedumbre. Esto, por ejemplo, está ocurriendo con
movimientos actuales que, aún con buenas intenciones, por culpa
de una mayoría trastornada, destruyen su verdadera esencia.
Esto ha ocurrido a todo lo largo de la historia humana que
conocemos, y poco se espera cambie pues para que esto suceda, el
nivel de contenido interno de toda la humanidad debe cambiar.
Así, la mayoría puede pasar miles de vidas esperando de brazos
cruzados, soñando toda una vida en que evolucionarán gratis.
Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que a lo largo de la
historia humana se ven en la forma de ser de la especie sapiens
unas conductas más humanas (o menos bestiales), podríamos
constatar frente a esto que la evolución no es lineal, sino que
existen avances y retrocesos.
Temo que ahora en siglo XXI estamos ante un gran retroceso,
no obstante ninguno de nosotros podemos controlar eso, pues
depende de la sumatoria de las partes del sistema. Lo que nosotros
sí podemos hacer, pues sí se encuentra en nuestro control, es el de
realizar el trabajo interno para desarrollar nuestra chispa divina.
Los misterios de la pareja humana los podemos explicar desde
el punto de vista de la energía y su representación en la
Naturaleza, la cual expone un Libro Abierto que casi nadie quiere
leer. Se dice que el hombre representa al Sol y la mujer a la Luna.
El Sol es el principio activo, el que da y conquista. La Luna es el
principio pasivo, la que recibe, como un útero concibe y entrega
la creación. Ninguno es más importante que el otro, pero podemos
imaginar que si la Luna quiere ser Sol y el Sol quiere ser Luna, el
descalabro podría ser de niveles cósmicos.
Afortunadamente la especie humana no es tan importante
como imagina, pero sí desempeñamos un rol necesario. Desde
este punto de vista, insistimos en decir que el hombre debe llegar
a ser energéticamente viril y la mujer energéticamente femenina.
Si observamos en estos tiempos al hombre se le ha ido
castrando, en vez de educar para sublimar la libido, se la castran,
ya su agresividad no le sirve más que volcarla sobre si mismo a
través de una depresión profunda, en actos destructivos consigo
mismo y desvirilizarse. ¿Qué motivación puede tener en llegar a
ser viril (virtuoso) y conquistar el mundo si no cuenta con la
necesaria admiración de la mujer?, sino todo lo contrario, cuenta
actualmente con un mayoritario desprecio por algo propio de su
naturaleza masculina. Sistemáticamente a la mujer le han ido
programando a nivel cerebral ideologías para que perciba lo viril
como indeseable y un hombre femenino y a menudo lleno de
vicios como deseable.
Como consecuencia de lo anterior, cada vez son más los
“hombres” que energéticamente y en actos actúan pasivamente,
entonces como la naturaleza busca el equilibrio, la mujer empieza
a asumir el rol activo. Observemos cuántas mujeres, sobre todo en
Latinoamérica mantienen por sí mismas el hogar y a sus hijos a
menudos siendo hasta un pilar donde pueda sostenerse el mismo
marido, son ellas entonces las que van hacia la conquista en
contraste con esos hombres que son un “tiro al aire”. Podríamos
encontrar miles de ejemplos sobre lo que está ocurriendo
actualmente, separando más y más a la pareja, llevando a una
inevitable despolarización que les transforma en verdaderos
esclavos.
Y como siempre, muchos podrán exclamar: -“¡Todos esos son
constructos sociales!”. Y les encuentro algo de razón, pero pocos
piensan realmente en pasar por el doloroso camino de echar abajo
una casa para construir algo sano, y no peor en su terreno.
Así como decía Rumi:
“Debes derribar partes de un edificio para restaurarlo y lo
mismo ocurre con una vida que no tiene espíritu”.
Esto equivaldría a completarse pero de acuerdo a las leyes de
la Naturaleza. Quizás en el fondo como que supieran que en este
caso si debieran quejarse ante algo debe ser ante el Supremo
Creador, quien les ha entregado una Chispa Divina que se han
dedicado a repudiar.
Cuando hablamos de una admiración en el caso de la mujer
hacia el hombre, hablamos de una basada en la realidad, no en la
imagen idealizada del otro. El amor es amigo de la Verdad, no del
Error. El hombre en cambio se arrodilla ante la mujer,
venerándola, pues representa la parte femenina del Todo. La
admiración de la mujer por el hombre es consecuencia natural del
amor. Esta se muestra a menudo en los relatos de los caballeros
que se inspiraban en sus conquistas por su mujer. El hombre,
según el hermetismo y muchos sabios, a diferencia de su
compañera, necesita de ella porque su camino espiritual pasa,
necesariamente, por comprenderla. Sin la mujer el hombre no
puede evolucionar y la mujer esto inconscientemente lo sabe, de
ahí su poder para elevar o hundir a un hombre. En otros términos,
la mujer representa la Naturaleza para el hombre y el Alma (el
Santo Grial).
Más allá de lo que pueda pensarse, la pareja realiza una danza
que puede ser armónica o desarmonica a nivel vibratorio, ambos
son responsables pues en esta danza hay causas y efectos que se
complementan. Los problemas que tenga el hombre no son culpa
de la mujer, ni los problemas de la mujer son culpa del hombre.
Estas son dinámicas en que ambos son responsables, y sospecho
que este conjunto de dinámicas a niveles del planeta, generan
efectos favorables o desfavorables a nivel del entorno.
La femineidad verdadera, de la cual nos habla la Tradición
Hermética, concilia fuerza y belleza en un solo ser (sin ser el
mismo concepto de fuerza exhibido por los varones). Lo que es la
actualidad, la hembra procura igualarse al macho combatiendo
energía Yang con Yang, sin asumir su posición Yin, la cual le
daría una suavidad receptivamente firme, persuasiva y
envolvente. Esta sería una individualidad armoniosamente
femenina y no una despolarización.
El Camino de la Mujer es el de conocerse a sí misma para
reconocerse como la “Madre del Mundo”. Ya tiene todo en su
interior uno necesita el permiso ni la aprobación de nadie. No
obstante, tal pareciera que a lo largo de la historia humana la
cultura predominante busca que ella piense lo opuesto,
posiblemente así evitar que pueda realmente empoderarse
tomando el dominio de su mundo interno, y por consiguiente, la
natural influencia sobre el mundo externo ayudando a la
humanidad a alcanzar niveles espirituales jamás soñados.
El Camino del Hombre es el de conocerse a sí mismo igual
que la Mujer, pero a diferencia de ella, debe además conocer el
Alma Femenina. Su camino pasa, necesariamente, a través de la
Mujer porque la Mujer es la Naturaleza, y como tal, sus leyes
deben ser respetadas y obedecidas. El Hombre al hacerse virtuoso,
sublimar su libido, desarrollar al máximo su carácter y voluntad
puede ser aceptado como un Servidor por la Naturaleza y ser un
Sol que enciende otros fuegos y anima a la doliente humanidad.

EL MISTERIO DEL SEXO


“La función sexual se halla estrechamente relacionada con la
salud física y mental, que también es la base para cultivar las
facultades espirituales superiores”.
– Tao

Hablar de sexualidad es hablar de la energía que da vida al


universo y que se encuentra contenida –secuestrada, por decirlo
así– en el ser humano en sus pasiones. Sublimar las pasiones es
transformarlas en virtudes, transformarlas en virtudes es
desarrollar un alma que pueda ser un puente perfecto hacia el
espíritu, manifestándolo, a través del propio cerebro.
Dice Weininger en su obra, Sexo y Carácter:
“Según la biología moderna el sexo tiene su sede no sólo en
las partes sexuales, sino en todo el cuerpo, en cada una de
sus células. Es más vasto que el cuerpo; no está en el
cuerpo, pero el cuerpo está en él”.
Tanto los defectos y las virtudes en nosotros son la misma
única energía, la única diferencia es su calidad. Es decir, una
misma energía puede ser más fina y otra más gruesa. La materia
que vemos directamente en este mundo es un tipo de energía,
dentro de las más gruesas. En una dimensión en que se
manifiesten los fantasmas, posiblemente para ellos nosotros lo
seamos y ellos se verían como reales.
A estas alturas es necesario comprender que a este mundo
hemos venido a pagar, aprender y crecer. ¿Pagar con dinero?,
¡No necesariamente!: Debemos pagar con todo aquello que
creímos ser, pagar con un esfuerzo arduo de vernos y vencernos,
pagar con nuestras fantasías y defectos. El Dr. Salas Sommer
sostiene que son nuestros defectos los que se interponen en el
camino al espíritu. El hombre debe trabajar en vencer sus defectos
femeninos y la mujer en vencer sus defectos masculinos, de esta
forma, y sólo de esta forma, podrá el alma esposarse con el
espíritu en el llamado Matrimonio Perfecto.
La Tradición Hermética nos dice que la mujer es lo pasivo, la
que recibe, la que fecunda la vida. El magnetismo que necesita lo
recibe del hombre por contacto físico o proximidad física, esto es
algo negativo sólo por el aspecto de que si no se encuentra
protegida mediante ciertos ejercicios específicos, puede recibir el
magnetismo de baja calidad de hombres de bajos niveles de ser.
En cambio, por supuesto, puede recibir el magnetismo de elevada
vibración de hombres con un trabajo interno. Además, por si fuera
poco, la Tradición nos dice que la primera experiencia sexual en
la mujer marca para bien o mal su destino, ya que al tener
relaciones sexuales con un hombre, recibirá parte de su alma, la
cual puede estar en un nivel elevado o bajo dependiendo de la
calidad humana y espiritual de ese hombre. Ante lo antedicho, se
hace necesario hacer la condenación de aquellos hombres que
pueden tener cierto trabajo interno pero se las ingenian para
tergiversar la enseñanza por ignorancia. Me refiero a aquellos
hombres que tienen relaciones sexuales con muchas mujeres con
la excusa de que les están ayudando espiritualmente. Esto es algo
inmoral ya que un hombre debe hacerse merecedor de sólo una
mujer y conocer profundamente sólo a esa mujer, con la cual,
puede realizar un intercambio magnético de polaridades. Se nos
dice que una mujer que no tuvo la fortuna de unirse en la primera
relación sexual con un hombre elevado, puede cambiar su alma
con el tiempo al unirse a un hombre de elevada naturaleza
humana y espiritual que le ame profundamente.
El hombre, en cambio, debe aprender a sublimar su libido,
principal punto débil debido a su necesidad física de una mujer.
La razón de su necesidad física se debe a que el intercambio
magnético se renueva en el hombre al compartir con otros pares,
pero muy principalmente en el acto sexual con la mujer,
precisamente en el coito ya que el mayor caudal magnético lo
entrega por el pene, y recibe magnetismo renovado de la mujer
sólo a través del coito. De ahí su principal necesidad instintiva, no
siendo esta necesidad comúnmente igual o mayor en la mujer,
siendo la necesidad de la mujer más de carácter emocional. El
hecho de usar los llamados preservativos o condones inhibe la
recepción magnética, al aislar eléctricamente, entonces siendo
como una mera masturbación que más daño hace al drenar las
energías, con mayor razón si existe eyaculación del fluido
seminal. En general, en el caso del hombre no se recomienda la
castidad salvo sea como consecuencia de no existir una pareja
unida por el amor.
Nos dice Jorge Adoum en La Zarza de Horeb:
«El sexo es el camino de la iluminación, pero la pasión
sexual es el querubín con la espada llameante quien, por sí
solo, impide al hombre impuro su entrada en el Edén. La
castidad alejada del sexo no tiene valor alguno. La
verdadera castidad debe hallarse en la pureza y en la
santidad del sexo. El casto de verdad es quien lleva la
Divinidad a su virilidad. Dios se hizo hombre por medio del
sexo, y el hombre se hizo Dios mediante el sexo. Huir del
sexo es tan nocivo como buscar en él solamente el placer.
Es incompleto el placer sexual fuera de la pureza sexual.»
La pareja bien constituida debe mantener relaciones sexuales
cada vez que la consciencia también lo permita, disciplinándose
para mantenerlas en periodos infértiles y sólo en fértiles si desean
procrear un hijo físico. Toda relación sexual procrea hijos
también en el mundo de la energía, constituyéndose en verdaderos
ángeles o demonios que influyen en el destino, como
consecuencia de la calidad vibratoria de esta unión.
Y hay más: se debe decir que la Ciencia Hermética descubrió
el hecho de que hay una diferenciación polar magnética en los
cerebros masculinos y femeninos. En el caso del hombre, su
cerebro es femenino (receptor) y su sexo masculino (dador). En
cambio, en la mujer su cerebro es masculino (dador) y su sexo
femenino (receptor). Quién pueda profundizar en lo antedicho
podrá descubrir incontables tesoros que se encontraban vedados a
la consciencia. Por sólo dar un ejemplo, la mujer siembra en el
cerebro del hombre y este ejecuta lo sembrado, la calidad de la
siembra de la mujer, a su vez, depende en buena medida de la
calidad del amor del hombre a su mujer, siendo al final una
dinámica que puede ser viciosa o virtuosa, dependiendo
totalmente del contenido interno del hombre y la mujer formando
la pareja.
Volviendo al asunto de la masturbación. El onanismo debe ser
totalmente disciplinado, el individuo no debe ceder al impulso de
masturbarse por el daño que puede hacer al ensuciar el espejo de
su imaginación, ensuciar sus emociones y profanar su cuerpo. Por
si esto fuera poco, al descargar el fluido seminal lo que hace es un
verdadero atentado que deprime las defensas orgánicas causando
una notable pérdida de energía.
El Dr. Darío Salas Sommer en su libro Moral para el Siglo
XXI realizó una serie de experimentos que temo hasta el día de
hoy no se le ha dado la suficiente importancia, salvo en países
como Rusia donde este libro especifico fue altamente valorado
por el presidente Vladimir Putin.
Grupos organizados que operan en las sombras buscan
esclavizar a la humanidad para que esta sea una especie que es
cultivadora y es cultivo a la vez en la Granja Humana, la cual da
valor a lo pervertido y desprecia lo que se encuentra recto. Todo
aquello que promueva la humanización de la especie es casi
totalmente prohibido, por lo que más de alguno ha vislumbrado o
intuido que este mundo se encuentra al revés. Por esta razón, la
muchedumbre instrumentalizada por la Gran Bestia, no es capaz
de valorar lo sublime, coronando a mediocres que se parezcan
más a la mayoría, aquellos en quienes pueden sentirse
identificados, y crucificando a sus salvadores y erigiendo
monumentos a sus victimarios.
Según el doctor Bodo Köhler en su libro Introducción a la
medicina cuántica, todos los procesos que ocurren en nuestro
universo pueden describirse desde el punto de vista material o
desde una perspectiva energética, pero en ningún caso puede
ignorarse el otro aspecto complementario. Por tanto, todas las
cosas tienen dos lados y para describir algo íntegramente y con
corrección científica siempre hay que tener cuenta el otro lado.
En los experimentos el Dr. Salas se basó en las técnicas de la
acupuntura de la medicina tradicional China, usando un equipo
llamado Vegatest, fabricado en Alemania por la empresa VEGA,
equipo diseñado para medir eléctricamente los puntos
(electroacupuntura). La energía electromagnética es la que
mantiene la coherencia en la materia, tal como lo expresa el físico
Heinz R. Pagels.
En el caso del experimento con la masturbación, se midió un
grupo de 10 hombres que la practicaban, en un periodo de 2 días,
dividido en 3 etapas.
En la primera etapa (por la mañana) se midió un punto
relacionado con el meridiano de la circulación y el sexo y un
punto relacionado con los riñones. El punto de los riñones se
eligió debido a que en ellos se produce la mayoría de la energía
que abastece al centro sexual.
Luego, en la segunda etapa, el paciente volvía dos horas
después de haberse masturbado, procediendo a recibir una
segunda medición. Finalmente, era citado al día siguiente,
también por la mañana, a la misma hora que la primera vez,
repitiendo el procedimiento de las dos primeras mediciones. En
las tres etapas de medición el terapeuta estaba provisto de guantes
quirúrgicos, con el objetivo de aislarse eléctricamente del
paciente, asegurándose con esto de no alterar las medidas.
Los resultados fueron claros en la disminución de la energía,
lo cual no ocurre al mantener relaciones sexuales normales ya que
en este caso se produce un intercambio de energía, aumentando la
energía en alrededor de un 2.8% con respecto a un valor inicial.
Por otro lado, también el Dr. Salas midió el coito anal, el cual
se ha popularizado en estos tiempos dándole una connotación de
“sólo una variación sexual”, como si fuera tan normal y deseable
como cualquier otra. En rigor de los datos demostrados
científicamente, esta “variación sexual” perjudica la
humanización y sólo bestializa más, degradando a niveles
energéticos más bajos que la misma masturbación. El asunto de la
energía es fundamental ya que en estricto rigor, la calidad de esta
energía depende nuestra evolución. Como dijimos en el capítulo
anterior: a la Naturaleza y el Universo no le interesan las buenas o
malas intenciones, sino cómo vibramos. Y esta vibración es
consecuencia de la sublimación de todos nuestros metales viles en
oro espiritual.
El Dr. Paul Le Moal expresa lo siguiente:
“Lo que le da valor especifico al acto sexual humano no es
ni la madurez sexual, ni la atracción heterosexual (las dos
condiciones se dan y existen entre los animales), sino la
maduración afectiva, implicando la electividad. En el
hombre y la mujer cuya madurez alcanzada es el impulso
sentimental, el amor oblativo, el que debe condicionar el
acto carnal, el simple lazo genital en los seres
evolucionados, no puede bastarse a sí mismo, porque
aislado no aporta mas que «placer», que no es ni sombra de
la alegría gozosa (en la que va incluida el placer) reservada
a los que aman plenamente.”
A lo largo de este libro, si digo que algo es positivo es en
relación al efecto beneficioso con respecto a lo que espero al
lector anhele: el desarrollo espiritual y humano.
Por el contrario, cuando digo algo es negativo, sólo me refiero
a esto en relación al efecto pernicioso con respecto a lo que
espero el lector desee evitar y vencer: la involución y subsecuente
bestialización humana.

EROS Y TÁNATOS

“La gema no puede ser pulida sin fricción, ningún


hombre puede perfeccionarse sin dificultades.”
–Confucio

Como expresamos anteriormente, no hay nada más desacralizado


que el sexo, el cual tiene diferentes vías de expresión en el ser
humano, pero que a nivel de la mayoría, se mantiene a nivel de
los animales. Nuestra condición humana no es solamente
mamífera, sino híbrida, es decir, tiene la posibilidad de
completarse o degenerarse. No existiría la poesía más sublime sin
el estímulo sexual, ni tampoco las más grandes obras creadas por
el hombre, no existe genio creador sin una gran sexualidad, la
cual, se expresa en este caso sublimada a través del arte o el
trabajo interno en el camino espiritual en las alas de Eros
dirigiendo su vuelo al Sol.
Asimismo, las conductas bestiales, individuos que declaran
guerras, que cometen atroces crímenes, son impulsados, en forma
pervertida por el mismo estímulo sexual. Este es el caso, por dar
un ejemplo, de los llamados “crímenes pasionales” en que el
asesino celoso o envidioso, tiene su sexualidad pervertida hacia
Tánatos.
Fue el famoso psicoanalista Sigmund Freud quien utilizó los
nombres de Eros y Tánatos para referirse a dos instintos básicos
que actúan en el individuo, nombres de la mitología griega. Estos
son los instintos de vida y muerte.
Eros es un instinto cuya característica es la tendencia a la
conservación de la vida, a la unión y a la integridad, a mantener
unido todo lo animado. Tánatos designa las pulsiones de muerte
que tienden hacia la autodestruccion con el fin de hacer que el
organismo vuelva a un estado inanimado, hacia la desintegración.
Ambos instintos son parte de todos los seres vivientes, y
comienzan a operar o están presentes desde que el individuo nace.
Entre ellos hay una permanente lucha que crea tensión.
Según la mitología griega, Eros era el dios del amor y la
sexualidad. La tradición más aceptada es que es el hijo de
Afrodita (diosa de la belleza) y Hermes (mensajero de los dioses),
sin embargo, existen otras versiones sobre su origen, como
considerarlo hijo de Afrodita y Ares (dios de la guerra), o nacido
en el inicio, junto con Gea y Caos. Para el psicoanálisis, y
también para nosotros, sin embargo, la versión de su origen que
propone Platón en El Banquete resulta más adecuada.
Cuando nació Afrodita, los dioses lo celebraron con un
banquete. Poros, el dios de la abundancia, estaba en el festejo y,
embriagado, fue al jardín de Zeus para quedarse dormido. Penosa,
la diosa de la pobreza, llega a mendigar al festejo y encontró a
Poros dormido. “Impulsada por su carencia de recursos”, según
dice el texto, Penia trama un plan para conseguir un hijo de Poros.
Se acuesta a su lado y concibe a Eros.
Bajo esta visión, Eros es el dios del amor por la influencia de
haber sido concebido en el banquete de Afrodita, pero conserva
las características de sus padres. Platón describe que es “[…]
siempre pobre, duro y compañero de la indigencia por tener la
naturaleza de su madre. Pero, por otra parte, de acuerdo con la
naturaleza de su padre, está de lo bello y de lo bueno… en el
mismo día unas veces florece y vive, cuando está en la
abundancia, y otras muere, pero recobra la vida de nuevo gracias
a la naturaleza de su padre.”
Tánatos, por otro lado, es el dios de la muerte (no confundir
con Hades, dios del inframundo). Es hijo de Erebo, el dios que
personifica la oscuridad, y Nyx, la diosa de la noche hija del caos
y hermano de Hipnosis, el sueño. A diferencia de las Keres, las
diosas de la muerte violenta, Tánatos representa un fallecimiento
tranquilo y sutil, igual que quedarse dormido, ergo el vínculo tan
estrecho entre Tánatos e Hipnos. Seguía las órdenes de las
Moiras, personificación del destino, y tenía la tarea de llevar a los
humanos al inframundo. Eros, dios del amor, fue elegido para
nombrar a una pulsión que comparte características con el
personaje del mito griego. La pulsión de vida tiende hacia la
integración y a la unificación, es aquella parte de nosotros que
busca vinculaciones más estrechas. El deseo de “formar uno con
la pareja”, estar más cercano de los seres amados, tener una
sociedad integrada, son todas manifestaciones de Eros.
Eros engloba en si las pulsiones sexuales y a las pulsiones
yoicas o de auto conservación. Las primeras, como su nombre lo
indica, están ligadas con funciones corporales que permiten al
individuo mantenerse con vida. Por ejemplo, el hambre. A
diferencia de los animales, cuya hambre es instintiva y no
pulsional, en las personas eso que satisface el hambre (comida)
puede ser relacionado con un momento de convivencia, o, por el
contrario, se puede rehusar ingerir alimentos, como en el caso de
la anorexia. Hay tantas concepciones del hambre y la comida
como hay personas pues la pulsión hace a las necesidades más
intrincadas que la mera satisfacción orgánica.
Las pulsiones yoicas están relacionadas con el principio de
realidad, esto significa que se rigen por lo que ocurre en la
realidad y están vinculadas con las normas sociales y culturales.
Considerémoslo como un policía que se incorpora en nuestra
psique para regular las pulsiones en base a las normas y
costumbres sociales, como por ejemplo el entrenamiento
higiénico y reglas de convivencia.
La otra parte que compone a Eros es la pulsión sexual,
relacionada con el principio del placer. Al hablar de sexualidad,
nos referimos salgo mucho más amplio que el acto sexual en sí o
la genitalidad. Podríamos definirla como más cercano al amor y,
de hecho, el amor expresado a personas que no son nuestra pareja.
En este sentido, Erich Fromm decía:
“Si una persona quiere solamente a una sola y es indiferente a
todas las demás, entonces su amor no es amor, sino un apego
simbiótico o egolatría dilatada”, aquí vemos un amor más
elevado, no utilitario. Se trata de esta pulsión con una meta-objeto
diferente. También es aquella que sublimada (con una
modificación en el objeto-meta sexual a uno no sexual) deriva en
creaciones culturalmente aceptadas, como el arte o la ciencia.
Eros como pulsión no solo comparte la cuestión del amor con
el dios griego, sino también otra característica: la pobreza
heredada de Penia. La pulsión puede seguir insistiendo, puede
seguir buscando, puede llevarnos a formar lazos con otras
personas, seguir estudiando, seguir investigando, seguir
trabajando en nosotros mismos, porque nunca se satisface
completamente.
En el año 1920, aparece el texto Más allá del principio del
placer donde Freud introduce un nuevo dualismo pulsional
interdependiente: Eros y la pulsión de muerte. Este punto de la
teoría psicoanalítica ha sido una fuente de discusión y
modificación, e incluso rechazo, entre diversos teóricos del
psicoanálisis.
Muchos de nosotros, pensamos que nuestra tendencia más
profunda es hacia encontrar nuestro bienestar y que, si no
removemos los obstáculos del camino, podremos lograr ser
plenos. Estos obstáculos usualmente se experimentan como algo
ajeno, de lo cual nos podemos desentender. ¿Qué pasaría si estas
barreras que nos causan conflictos y sufrimiento forman parte de
nuestra propia psique?. La pulsión de muerte tiende a la
destrucción, a la separación y la aniquilación, se satisface por
medio de destruir y cuando toma como objeto de satisfacción a la
propia persona, se convierte en una especie de autobomba. Es
aquella parte de nosotros que va contra la armonía y la salud.
Tánatos, como el dios, no siempre manifiesta de forma
escandalosa, sino en actos sutiles y silenciosos del día a día. Por
ejemplo, un enfermo de diabetes comiendo cosas azucaradas a
escondidas, sabiendo que le causa daño. Incurrir en conductas
riesgosas como conducir a exceso de velocidad y la
procrastinación en muchas actividades que son necesarias por el
propio bien. Por supuesto que existen ejemplos extremos como el
suicidio o casos de adicciones que atormentan a las personas en
forma severa. Para la mayoría, sin embargo, se da en pequeños
momentos silenciosos todos los días donde se realiza algo que va
en contra de nuestras propias concepciones de lo que es correcto
para nosotros.
Estas pulsiones ocurren en nuestro organismo de forma
mecánica, es decir, de forma compulsiva, manteniendo al ser
humano hipnotizado, dormido. Distinto es el caso del que
comienza a conocerse a sí mismo, eventualmente puede empezar
a adueñarse de su mundo interior para destinar todos sus recursos
interiores en la gran meta de la vida, que es la liberación y
conquista de la paz suprema. Cómo hemos mencionado varias
veces, hemos sido creados incompletos pero con el potencial para
completarnos, esto sólo depende de nosotros.
También a través de Tánatos se puede manifestar la depresión,
la cual es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS),
“patología con mayor causa de discapacidad en el mundo” (2018).
Por el año 2015, la institución señaló que el número de personas
depresivas era de alrededor de 322 millones. La cantidad aumentó
en un poco más del 18% desde la última medición, en el año
2005.
El psiquiatra David Viscott en su libro El Lenguaje de los
Sentimientos señala sobre la depresión:
«En la depresión la energía parece volverse contra el yo. En
lugar de permitir el libre flujo de sus sentimientos, la
persona deprimida ve cada sentimiento de enojo como
prueba de su poca valía y retrocede ante toda expresión de
dicho enojo. Aún en este caso, da la impresión de estar
enojada, porque sus defensas excesivamente cargadas dejan
escapar expresiones del enojo de aquí y allí.
Si bien estas personas se sienten a menudo tristes, la
depresión se diferencia de la tristeza. La tristeza es un
sentimiento de vacío que sigue a una herida o una perdida.
Cuando nos sentimos tristes y nos preguntamos: “¿Qué he
perdido?”, “¿De qué modo he sido herido?”, por lo general
tenemos una respuesta que tiene sentido. Podemos expresar
rabia por nuestra herida y dolor por nuestra pérdida.
Nuestro enojo no ha sido enterrado y si lo resolvemos, es
habitual que la tristeza desaparezca.
«Cuando un individuo permanece triste durante largo
tiempo, sin comprender qué significa está tristeza, a menudo
pierde contacto con el hecho que provocó la tristeza. El
resultado es la depresión.»
[…] El tratamiento de la depresión por la psicoterapia
involucra ayudar al paciente a liberar su enojo reprimido e
impedir que se acumule en mayor medida. A menudo el
terapeuta desempeña el papel de persona “segura” con
quién el paciente puede enojarse sin que aumente su
sentimiento de culpa.»
Prosigue el Dr. Viscott:
«[…] No ser lo mejor de nosotros mismos es doloroso.
Aceptar la responsabilidad de nuestros propios sentimientos
y decidir describir qué es lo mejor dentro de nosotros es el
legado más valioso que puede dejarnos una depresión.
«Ser lo mejor de nosotros mismos significa que somos
sinceros con nuestros sentimientos, que renunciamos a las
expectativas de que seamos perfectos y, por lo tanto, a la
necesidad de ocultar lo que sentimos, ya que lo que
sentimos es nuestro propio ser.
«Ser lo mejor de nuestro propio ser significa que la
combinación única de sentimientos que forman ese ser es lo
mejor que podemos ser, sean cuales fueren dichos
sentimientos.»
Ante todo es necesario ser sinceros con nosotros mismos, un
camino que también es doloroso, al menos en principio, pero el
grado del dolor pienso depende el grado de imagen o importancia
personal que nosotros tengamos. A mayor imagen idealizada, más
difícil aceptar la posibilidad de ser como no se creía ser o incluso
totalmente opuesto a aquella imagen. Pero lo heroico es eso,
enfrentar esa verdad en vez de dedicar estérilmente una vida para
defender una porquería que es la imagen. Nuestro ser, aún así,
puede cambiar. Pero es imposible algo cambie sin ser aceptado.
Imposible, si nos mantenemos enamorados de nuestro reflejo en
el lago, y rechazamos cruelmente a Eco.
Abarcando otro aspecto dentro de este capítulo, se le atribuye
a Aristóteles un fascinante texto sobre la melancolía llamado el
Problema XXX, el cual, posee una asombrosa actualidad. El
célebre filósofo afirma con una pregunta uno de los simbolismos
más grandes de su escrito: «¿Por qué razón todos aquellos que
han sido hombres de excepción […] resultan ser claramente
melancólicos?». Con esto el filósofo deja sentado que la
melancolía es un privilegio de seres humanos de elevada
condición. Aristóteles, como la mayoría de científicos que le
precedieron y los de su tiempo, atribuía las enfermedades a un
desbalance de alguno de los cuatro humores principales del
cuerpo, esto es, la bilis amarilla, la bilis negra, la sangre y la
flema.
En el caso de la bilis negra, que causaría la melancolía,
Aristóteles afirmaba que consistía en un sedimento, en un residuo
no procesado, inacabado, pendiente de ser diferido, con lo cual
también abrió la posibilidad de que la melancolía, capaz de llevar
a la perdición –si se depositaba en la cabeza– y a sufrir úlceras en
el cuerpo –si se abría paso hasta la piel–, también podía ser
procesada y digerida. Esto equivaldría a decir: Si hay melancolía
hay oportunidad.
En esta afirmación, de la línea final precedentes, también se
sostiene que, si hay melancolía hay conciencia, o más exacto: que
el sufrimiento es conciencia. Con esto nos podríamos adentrar en
otra problemata, la que encarna el asunto del sufrimiento humano
intrauterino y del sufrimiento humano al momento de nacer –que
tiene las variaciones biológicas propias de un llanto por trauma
importante estrés – con el asunto de vivir fuera del útero, en una
situación que cambió desfavorablemente, o por la imposibilidad
de volver a una situación anterior más confortable.
Volviendo a la bilis negra, esta como un sedimento no
procesado, asevera que por ello tiende a quedarse, a mantenerse
con persistencia en el cuerpo, con lo cual invita a procesarla o
digerir la bilis negra, que representa como sustancia
“perfectamente inestable”, con el potencial de ser –y hacer a la
persona– extremadamente fría o extremadamente caliente.
Aristóteles señala, entonces, implícitamente, la oportunidad de
procesar eso inacabado que puede enfermar, en algo mejor,
convertir la melancolía en una melancolía creativa.
Para los antiguos griegos, la vida era una constante lucha o
agón en la búsqueda del equilibrio de los humores internos y el
equilibrio frente a las inestabilidades de la naturaleza y de los
propios pobladores griegos, Aristóteles deja también implícito en
su problemata que la melancolía no tiene que ser, necesariamente,
una enfermedad, sino, como se ha dicho, una oportunidad para el
individuo melancólico para encontrar un feliz equilibrio en su
vida, y no necesariamente la locura o el sufrimiento perenne.
Aristóteles propuso, todo esto, veintidós siglos antes de que
Víctor Hugo nos regalara uno de sus más bellos aforismos: “La
melancolía es la felicidad de estar triste”.
Fyodor Dostoyevsky decía:
”El dolor y el sufrimiento son siempre inevitables para una
gran inteligencia y un corazón profundo. Los hombres
realmente grandes, creo, tienen una gran tristeza en la
tierra.”
Lamentablemente, en estos días se confunde la melancolía con
la depresión y se ha llegado a rotularla como enfermedad. En una
cultura narcisista lisiada espiritualmente, enfocada en el poder.
No es extraño se concentre mentalmente en la performance
mediante un obsesivo positivismo, donde la literatura autoayuda
mueve millones de dólares a nivel mundial, buscando ante todo,
negar todo aquello que pueda frenar el desempeño maquinal del
individuo.
Ken Wilber decía:
“Hemos aprendido a utilizar el pensamiento para
trascender el cuerpo, pero todavía no sabemos servirnos de
la consciencia para trascender el pensamiento”.
En este sentido, el melancólico quizás es más realista, más
consciente y frente a este realismo sufre en su justa medida. No se
comporta como aquellos que parecen incapaces de sentir tristeza,
pues parecieran preferir usar una máscara de la alegría. Acá en el
melancólico, su bilis negra le pareciera indicar desde adentro que
ya todo está perdido y ni siquiera vale la pena llorar. ¿Muy
trágico?, ¿Qué puede ser más trágico el negar la realidad o
aceptarla estoicamente?. Tener claridad en ciertas cosas, hace
valorar otras, quizás lo realmente importante. Quizás comprende
más cómo está constituida la existencia en este mundo, que a
todos nos aguarda la muerte y que existe muy pocas cosas bajo
nuestro control.
En el libro La Agonía del Eros, Byung-Chul Han observa lo
siguiente:
“Vivimos en una sociedad que se hace cada vez más
narcisista. La libido se invierte sobre todo en la propia
subjetividad. El narcisismo no es ningún amor propio. El
sujeto del amor propio emprende una delimitación negativa
frente al otro, a favor de sí mismo. En cambio, el sujeto
narcisista no puede fijar claramente sus límites. De esta
forma, se diluye el límite entre el y el otro. El mundo se le
presenta solo como proyecciones de sí mismo. No es capaz
de conocer al otro en su alteridad y de reconocerlo en esta
alteridad. Sólo hay significaciones allí donde él se reconoce
a sí mismo de algún modo. Deambula por todas partes como
una sombra de sí mismo, hasta que se ahoga en si mismo.
La depresión es una enfermedad narcisista. Conduce a ella
una relación consigo mismo exagerada y patológicamente
recargada. El sujeto narcisista-depresivo está agotado y
fatigado de sí mismo. Carece de mundo y está abandonado
por el otro. Eros y depresión son opuestos entre sí. El Eros
arranca al sujeto de sí mismo y lo conduce fuera, hacia el
otro. En cambio la depresión hace que se derrumbe en si
mismo.”
Muy lúcida observación sobre el fenómeno que hemos
también planteado desde el inicio de esta pequeña obra: estamos
ante una cultura enferma de narcisismo, enferma de importancia
personal. Como bien expresa Han también en el mismo libro”El
narcisismo y exhibicionismo exacerbado por la «sociedad
virtual» del siglo XXI amenazan con la desaparición del Eros”,
es decir, cada cual vive en un mundo subjetivo donde solo se
relaciona con quiénes puedan servir de espejo favorable, nadie se
pone emocionalmente en el lugar de los demás, solo les interesa
su imagen, por la cual piden “likes” y corazones. Estas endorfinas
que reciben es el efecto beneficioso de la droga natural del cuerpo
humano del mismo nombre, la “droga de la felicidad”. Pero en
este caso es un objeto desviado, e incluso absurdo como aquel
individuo que se compra un automóvil deportivo nuevo que
objetivamente, quizás, no le brinde muchos beneficios reales y en
cambio la “felicidad” que le brinda es el goce narcisista de
exhibirlo ante los amigos, los vecinos, redes sociales o incluso
imaginar aventuras que no existen, y quizás, sólo “existen” en las
películas de Hollywood y comerciales televisivos.
En estos tiempos la gente pareciera no tener sed, una sed de
un agua del conocimiento de la vida. En cambio, parecieran ya
contentos, sin interés alguno en mirar más profundo o incluso
valorar las cosas que parecen simples, como escuchar atentamente
el trino de los pájaros en las mañanas. Eros se ve agónico, y
Tánatos se muestra con dominancia en este estado hipnótico, casi
catatónico espiritualmente, individuos que son verdaderos
“muertos que entierran a sus muertos”, se exhiben pareciendo
muy vivos, pero es sólo eso: parecer y no ser.
En el ámbito de las relaciones de pareja hablan mucho de
amor pero no sienten nada, salvo nuevamente el goce narcisista de
exhibir o exhibirse con su pareja. Tristemente lo mismo ocurre
con los hijos, pareciera más este un mundo de farándula. El
hombre no intenta comprender a la mujer, no le alcanza la libido
para ir más allá de su egolatría. Asimismo, la mujer tampoco
intenta comprender al hombre. Para qué hablar del sexo, que es
percibido casi como comerse una hamburguesa en un local de
comida rápida. Se ha desacralizado, pero esto también caracteriza
la deshumanización generalizada.
En el terreno de la literatura rotulada como “espiritualidad”
abunda la “espiritualidad caramelo”, verdaderos placebos
emocionales que hacen al narcisista sentirse muy importante y
especial, acrecentando aún más su vanidad incurriendo en todo lo
opuesto que es el camino espiritual. Obviamente, la gente cae más
fácilmente en estas redes, donde le hacen creer que es un ser ya
iluminado que tiene al mundo como un gran claustro materno del
cual él es un feto cuya función es netamente parasitaria.
El narcisismo es aceptable en ciertos grados menores, el gran
problema se da cuando es exacerbado, pues todos tenemos cierto
grado de narcisismo. El narcisismo necesariamente va unido a la
personalidad y esta es necesaria como vehículo del espíritu en
este mundo. Pienso que sí vencemos nuestro narcisismo,
aceptando nuestro “lado oscuro”, podremos tratar mejor con la
sombra de los demás. Por ello, por ejemplo, el romanticismo
necio del positivismo pienso ha fallado terriblemente. Al negar la
realidad, niega la propia humanidad, y por ende, ha influido en
que mucha gente ya no sea capaz de comprenderse, con las
desoladoras consecuencias que esto representa.
El individuo, a menudo en forma inconsciente, tiene el
objetivo de vivir para la imagen y no para el ser. Entonces
manipula y controla la forma en que lo ven los demás, ocultando
de toda forma posible sus defectos o aquello que se distancie de
su imagen idealizada. Así, se siente poderoso. Pero es algo que
debe ser inflado constantemente, pues depende de los demás que
validen su imagen.
Esta necesidad de amor al poder, opuesta al poder del amor, el
individuo actual todo lo transforma en un objeto, se puede ver
cómo la preocupación incluso en el acto sexual no está en lo
realmente importante del acto que es el amor, sino en la
performance. Entonces, es bastante frecuente este narcisismo se
manifieste en las relaciones, ocurriendo que el individuo imagina
que en el futuro encontrará el amor en esa persona, justificando y
racionalizando de alguna forma lo que es sólo fruto de sus
pasiones. El amor como consecuencia del Eros no busca poder
sobre nada ni nadie, su amor es hacia la vida, por lo tanto es
flexible y fluye como un río cuando se encuentra elevado. En su
nivel más bajo, el Eros se ve reducido solo al aspecto físico y
materialista. Tánatos, en cambio, es como la roca: petrificada y
rígida. Simbolizando la muerte, busca el poder sobre los demás
rotulando y rigidizando. No quiere fluir con la vida, prefiere
mantenerse tan petrificado como una estatua.
El correcto manejo de ambas fuerzas nos puede ir permitiendo
despertar a la vida, accediendo al eterno presente como
consecuencia de dejar ir la rigidez de la personalidad, para
armarnos con la humildad de reconocer los límites, es decir, de
comprender por ejemplo que nuestro prójimo puede tener otras
necesidades, otros intereses, otros deseos, otro mundo interno. Y
reconocer todo aquello que está bajo nuestro control realmente, y
aquello que no lo está. Tal como nos decían los filósofos estoicos.

ESTOICISMO Y SALUD MENTAL

“Pitágoras ha dicho que la medicina es la más divina de las


artes. Si la medicina es la más divina de las artes, es menester
que el médico se ocupe del alma al mismo tiempo que del cuerpo.
¿Cómo podría hallarse sano un ser cuya parte más importante
estuviese enferma?.”
- Apolonio de Tyana
La salud mental es vista por la Organización Mundial de la
Salud como: “el estado de equilibrio entre una persona y su
entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral,
intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad
de vida”. Este significado me parece muy cómodo, y aunque sea
en términos generales, por un aspecto es cierto que la salud
mental se puede dilucidar de acuerdo a la capacidad de adaptación
de un individuo al medio ambiente que le rodea.
¿Pero qué ocurre si ese medio al que nos adaptamos se
encuentra corrupto?, ¿Qué ocurre si nos adaptamos a una
sociedad que se encuentra divorciada de la realidad, de la
Naturaleza, y en cambio, se encuentra totalmente alienada bajo
parámetros subjetivos?.
Muchos están de acuerdo en pensar que la salud mental es un
“estado de bienestar”, a la vez la mayoría concuerda en pensar
que este bienestar depende de factores externos, transformándose
en personas cambian de un estado a otro según las circunstancias,
a pesar de sí mismos. ¿Puede una persona estar sana sin un yo
maduro que mantenga un equilibrio entre las presiones internas
como externas?, ¿Puede ser sano alguien que no tiene control
sobre sí mismo?.
Es menester llegar a formar un YO sólido que pueda dirigir el
mundo interno para mantener el orden, pienso es realmente
imposible de otra forma. Ahora bien, el animal sapiens puede
pensar, imaginar, tener sentimientos, emociones y conductas
como consecuencia de lo anterior que dependen de la salud de
todas estas áreas descritas. La persona puede que mantenga una
alta higiene corporal, la cual es positiva, ¿Pero qué hay de la
higiene mental y emocional?, ¿Dónde se encuentra la sede de
estas inteligencias?. Los grandes guías de la humanidad nos han
indicado que en el Alma.
Antes de dar una definición del Alma, tenemos que decir que
poco nos importa la risa o burla sarcástica de aquellos
intelectuales que vanidosamente creen solo en lo que pueden ver
y tocar. Ya está más que demostrado que a nivel del universo la
parte material visible por nuestra vista es de apenas un 5%. Esto
se sabe, pero, por supuesto como muchas cosas que sabemos, no
¡e tomamos el peso que corresponde. El solo hecho de
comprender esto nos mataría la importancia personal haciéndonos
más humildes.
Ahora bien, el Alma no es, como se cree, un sinónimo de
Espíritu. Alma se tiene, Espíritu se es. El Alma es el sistema
magnético, inteligente, coordinado e integrado de las cuatro
inteligencias que forman el cuerpo humano.
Ellas son:
- Inteligencia del Aparato Respiratorio (incluye el
sistema nervioso) : Aire, pensamiento e imaginación.
- Inteligencia del Aparato Circulatorio: Agua,
Emociones.
- Inteligencia del Aparato Digestivo: Tierra, cuerpo
físico, nutrición.
- Inteligencia del Aparato Procreador: Fuego, instinto,
sexo.
Estas se corresponden a los cuatro elementos que constituyen
la naturaleza, según los antiguos alquimistas. El Alma nace de la
interrelación entre nuestro Espíritu y estas cuatro inteligencias, las
cuales, hay que dominar mediante el YO Volitivo y purificarlas
para hacerse digna del Espíritu y manifestar ese quinto elemento.
Esto es el dominio sobre sí mismo, el dominio de las pasiones
(de pasivo), la conquista de uno mismo para poder realmente ser
libre y al purificarse, lograr llegar a ver la realidad tal cual esta es,
¿Y cuál es esta realidad?, es Dios, el Supremo Creador o
Inteligencia Infinita.
En este sentido, podremos decir que los parámetros utilizados
para medir la sanidad de las personas se encuentran directamente
relacionadas con la cultura de turno, la cual juega en forma
arbitraria ya sea acercándose o alejándose de la naturaleza según
la época. Pero estos parámetros, por supuesto, no son para medir a
las personas en su relación con niveles más humanos, niveles que
se acerquen más a la naturaleza, al universo y al Creador.
Nosotros, que no somos más que “microbios cósmicos”, juramos
que el parámetro de realidad es un contexto mínimo, que además
se encuentra instaurado en un 5% del universo.
Como veremos a lo largo de este libro, estoy convencido que
el ser humano tiene en su interior en forma latente la llave de la
Suprema Felicidad, y no aquella caprichosa que surge
pasionalmente. Esta llave es su consciencia, la cual se encuentra
sepultada, encadenada por un enemigo que es él mismo, o lo que
ha creído ser toda la vida, pero si observamos objetivamente
veremos cómo, cual ángel caído, el ser humano ha desviado el
camino y ha terminado despreciando su Esencia para apreciar una
basura que es su propia imagen. Pero esto es por nuestra
ignorancia y falta de amor, el cual, en algunos casos abre sus
brazos como Eco para acercarse a Narciso, y quizás, tristemente
en la mayoría Eco muere, desolada y olvidada. Una verdadera
tragedia, un verdadero pacto con el demonio que la mayor parte
de nuestra especie realiza.
Si nuestra imagen, nuestra personalidad y parte animal es la
que más se defiende, si se dedica la vida para hacer crecer lo falso
y descuidar lo eterno, ¿Puede el ser humano en estas condiciones
ser realmente libre y feliz?. Me temo que no.
Llegados a este punto es necesario dar una breve definición de
lo que es la personalidad: un conjunto de mecanismos
intelectuales, emocionales e instintivos de un ser humano, que le
dan una falsa sensación de unidad e identidad y una conducta
característica, aportándole una explicación de sí mismo y de su
entorno, que lo mantiene hipnotizado y separado de la realidad.
La personalidad es lo adquirido en la cultura que nos tocó vivir,
opuesto a Esencia, ser o Espíritu; que es lo que realmente somos.
No es necesario profundizar en aspectos cruciales de la
personalidad, como son los mecanismos de defensa del yo al
menos en este libro debido a que se encuentra abundante
información académica sobre ellos. Lo que me interesa destacar
es que pienso que la razón principal de nuestras angustias,
depresiones y ansiedades, son consecuencia de la sensación vaga
que surge a veces, de un sin sentido. Esta crisis de sentido, este
vacío necesita ser llenado, pero la imagen jamás se llena, pues es
nada. Esta es la vanidad humana, poner la existencia en algo
efímero. En el fondo, el individuo se siente vulnerable y aterrado,
pone su vida en aquello que no tiene control, pero lejos de
escucharse y atender este sentimiento, realiza una auto-
compensación, identificándose totalmente con la personalidad
adquirida, la cual, muere junto al cuerpo físico mientras la
Esencia -si es que aún se mantuvo viva-, jamás creció y por lo
tanto fue una existencia estéril donde se retira igual como llegó,
repitiendo la misma vida, una y otra vez hasta que cambie su nivel
de ser.
¿Cómo una persona puede ser sana si no quiere escucharse?.
Pienso que inevitablemente aquél que padece depresión tiende a
(de golpe) ver un poco más la realidad. No porque haya
aumentado su nivel de vigilia o consciencia, sino lo contrario,
pero en este aspecto quizás sus mecanismos de defensa pierden
fuerza y el yo se ve afrontado desnudo frente al mundo, sin tantas
mentiras (recordemos los mecanismos de defensa según la
psicología, impiden al yo ver la realidad). Dependiendo el
contenido interno de una persona, pienso que sí de repente
apareciera un ángel y que con cierta magia le arrebate a esta
persona todos sus mecanismos de defensa, esta persona se ilumina
o se vuelve totalmente loca. Por eso es que el trabajo interno es
paulatino.
Parece no haber genio o sabio que no haya pasado alguna vez
por una profunda depresión de aquellas que casi les haya
arrastrado al suicidio, muchos, como Eckhart Tolle, lo han
reconocido. La depresión, si es aceptada y escuchada de forma
que queramos saber qué nos quiere decir, es quizás como la
muerte personificada que te toma de la mano, pero en vida, y te
arrastra al infierno para que mires tu interior. Igual que el infierno
de Dante, predispone al "afectado" a atravesarlo hasta purificarse
en las llamas y ser digno del Paraíso en vida, Paraíso interior que
él mismo debe conquistar. La odisea es “ingresar en el barro y
volver limpio como flor de Loto”.
Esta es al menos una forma alegórica de describir el proceso
del trabajo interior. La mayoría, por razones comprensibles no se
atreven y optan por atravesar la existencia tomando grandes
cantidades de fármacos o buscando experiencias externas que les
haga "entretenerse" y así poder "funcionar" en lo básico que
requiere una existencia de autómatas que miran pero no ven, oyen
pero no escuchan, hablan pero sin contenido. En esta cultura no
hay tiempo para "perder" en conocernos, sino sólo producir
bienes materiales, en una sociedad emergente y exigente,
expuesta a asociar la felicidad con el éxito y el consumo,
invirtiendo toda su energía en un parecer, máscara construida y
mantenida a costa del dolor de ir contra su Esencia. Es fácil auto-
engañarnos con placebos emocionales para lograr sobrellevar una
existencia de mentiras.
No obstante, es un camino muy duro y arduo el de desenterrar
la Esencia para llegar a niveles más humanos, pero es el único
camino si queremos realmente ser libres y alcanzar la paz. Nada
es gratis y por ello se debe sacrificar mucho, comenzando por ser
sinceros con nosotros mismos. En este sentido, simbólicamente
venimos a este mundo a “morir antes de morir”, pues aquello que
debe de dejar de operar activamente es la personalidad y en
cambio esta debe llegar a estar al servicio del ser.
¿Cómo discernir qué es beneficioso para hacernos más
virtuosos?.
¿Cómo saber vivir una existencia que se imagina pero no se
acepta tal cual es?
La vida, en todas sus formas es una lucha constante entre dos
polos buscando la homeostasis. La pérdida del equilibrio puede
significar la muerte. Quien aprende a vivir, aprende a soportar
estoicamente. He ahí el heroísmo, en aceptar con carácter la
realidad y nunca en cuentos de hadas y auto-engaños.
Si observamos la línea del tiempo, veremos que en el pasado
no hay quizás mucha diferencia con el presente en relación al
contenido interno de las personas. Aunque es muy posible antes la
salud mental era mayor que ahora, si bien habían más
enfermedades incurables, el individuo parecía tener mejor calidad
de vida interior, ya que no vivía bajo un stress crónico,
endeudados, ni con las ansias consumistas que nos caracterizan
ahora.
Pienso que la salud mental se puede más o menos deducir
según el grado de realidad que la persona es capaz de aceptar y
tolerar, en otras palabras, hay menor salud mental en el individuo
alienado que no tiene la humildad suficiente para vivir "con los
pies en la tierra", no puede estar en el momento presente y aceptar
aquello que está bajo su control y aquello que no. El individuo
alienado no tiene consciencia de que morirá e imagina que vivirá
para siempre, dándose el lujo de perder el tiempo y obrar en
forma incorrecta desconectado de su cuerpo que se encuentra en
el presente y con su mente alternando entre el pasado que ya no
existe y el futuro que aún no llega.
Por otro lado, según lo antedicho en occidente nos
encontramos con mayor grado de irrealidad debido a la
imaginación de que todos viviremos por siempre, la consciencia
de la muerte inevitable causa pavor a más de alguno y prefieren
taparse la vista frente a ella. Cuando frecuentamos los funerales,
por lo general quien suele más llorar la pérdida es aquella persona
que menos se preocupó del difunto en vida. De repente quizás se
da cuenta como con un balde de agua fría un poco de la realidad
negada, y más que sufrir por el otro sufre por si mismo, ya sea por
la falta del otro y la noción de que también así como el otro ha
muerto, a él o ella también les llamará la muerte. Con justicia
quizás frente a esto, el psiquiatra Carl Jung decía que “el ser
humano que no percibe el drama de su propio fin no está en la
normalidad sino en la patología, y tendría que tenderse en la
camilla y dejarse sanar”.
En otras palabras, aquél que no tiene la humildad para aceptar
la vulnerabilidad de la existencia junto con todas aquellas cosas
no que están bajo nuestro control y cuáles sí lo están, no puede
estar sano. ¿Puede estar sano quién niega la realidad y entonces
no vive?. Su temor a la realidad es un temor a la vida, y su temor
a la muerte irónicamente le impide realmente vivir.
Dice Diógenes Laercio en el libro segundo de La Vida de los
Filósofos que Sócrates y Anaxágoras, condenados a muerte,
cuando les leyeron la sentencia, respondieron con entereza:
“A nosotros y a nuestros jueces la Naturaleza nos ha leído
la misma sentencia”.
Un viejo proverbio dice:
“Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la
misma caja”.
En este sentido, y como la muerte inexorable, lo único que
puede servirnos ante esta realidad es “lo bien vivido”, en sentido
elevado, ¿Hemos consumado la vida haciendo todos los esfuerzos
por despertar?, Y a pesar de todos estos esfuerzos, ¿Hemos
logrado aterrizar, reconociendo las cosas que dependen y no
dependen de nosotros?.
En palabras de Epícteto de Frigia:
“De nosotros dependen nuestras acciones (opiniones,
inclinaciones, deseos y aversiones), de nosotros no
dependen lo que no es nuestra propia acción (cuerpo,
bienes, reputación, honra)” (…) “Las cosas que dependen
de nosotros son por naturaleza libres, nada puede
detenerlas, ni obstaculizarlas, las que no dependen de
nosotros son débiles, esclavas, dependientes, sujetas a mil
obstáculos y a mil inconvenientes, y enteramente ajenas”
Ahora bien, la filosofía estoica a mi parecer es sentido común
constante y sonante. Para tener sentido común hay que ser lo más
realista posible, algo que es evidente y nos une. Sin embargo,
como decía al parecer nadie pondrá en duda el hecho de que por
estos días el sentido común no es común y vemos como a nivel
mundial estamos llenos de terribles faltas de criterio. Frente a eso
podemos deducir que estamos ante una cultura profundamente
enferma mentalmente. Pero se nos olvida que la cultura la
hacemos nosotros, somos responsables de ella.
Según el estoicismo como concepción ética, el bien no está en los
objetos externos, sino en la sabiduría y dominio del alma, que
permite liberarse de las pasiones y deseos que perturban la
vida.Los estoicos dividieron la filosofía en tres partes: la lógica
(teoría del conocimiento y de la ciencia), la física (ciencia sobre el
mundo y sobre las cosas) y la moral (ciencia de la conducta).
Una de las características más significativas del estoicismo es la
idea de que todo cuanto sucede, lo hace de acuerdo a una
profunda necesidad y una inevitable finalidad que impide otro
rumbo. La influencia del estoicismo, por su carácter práctico y
alejado de fantasías, por su dignidad y transparencia, ha sido
extensa y persistente, sobre todo a partir de la época renacentista.
Características Principales.
1. Felicidad: el bien supremo es la felicidad, que consiste en
la tranquilidad del alma.
2. Sentido práctico: los hechos son de dos tipos: los que
dependen de nosotros y los que no.
3. Relación hombre - tiempo: relatividad el tiempo y cómo
lo utilizamos.
4. Cosmopolitismo: el Estado ideal es el Estado sin fronteras
ni nacionalidades, donde prime la idea de "ciudadano del
mundo".

La gente piensa que la felicidad es cumplir con sus caprichos,


pero a lo largo del libro veremos que estos caprichos provienen de
la personalidad, y la paz y tranquilidad proviene del ser, es decir,
de ser realmente nosotros mismos como seres divinos e
inmortales. En esta serenidad, que se opone a la borrachera y
alucinación colectiva encontramos la imperturbabilidad. Tal como
nos decía Séneca que “el que es prudente es moderado; el que es
moderado es constante; el que es constante es imperturbable; el
que es imperturbable vive sin tristeza; el que vive sin tristeza es
feliz; luego el prudente es feliz”.
La prudencia se ve reflejada en quien se mantiene humilde en
relación con sus expectativas, buscando que estas vayan de la
mano lo más estrechamente posible de la realidad. Mucha gente
fantasiosa tilda de pesimista o poco ambicioso a quien intenta
acercarse a la realidad, pues como vemos, aquel que intenta ver la
realidad tal cual esta es, será considerado un loco por locos.
Simplemente ocurre que este “loco” se ha ido haciendo
responsable de aquello que está en su interior, como el caso de lo
que se encuentra en su sombra, no culpando más a nadie.
Tomar responsabilidad de nuestros sufrimientos es tomar en
cuenta nuestras expectativas. Son estas las que determinan de qué
manera contemplamos por anticipado el mundo. La gente llena de
expectativas, por lo general está llena desilusiones. Por eso las
vidas más llenas de desesperación son aquellas vidas cuyas
expectativas carecen de realidad.
Y… ¿Quién sabe motivarse por realidades y no fantasías?
Cuando se nos dice que la verdad nos hará libres es que el
nivel de la realidad nos rompe las cadenas, pues somos
prisioneros de nuestras fantasías que nos hacen sufrir estérilmente
y nos impiden ser dueños de nosotros mismos, retener el yo, y
como consecuencia de lo anterior, ser realmente felices.
Para finalizar pienso que junto con todo lo antedicho, la
sanidad mental se puede medir en base a la congruencia entre
nuestra imagen, la realidad corporal y del ser.
DE LA EDUCACIÓN DE NIÑOS Y JÓVENES

“El camino al infierno está lleno de buenas intenciones”.


- Friedrich W. Nietzsche

Mucho se habla de la importancia de la educación, pero poco se


habla de la dirección de esta educación.
¿Hacia donde se encamina?, ¿Hacia la virtud o hacia la
corrupción?, ¿Hacia el cielo o hacia el infierno?, ¿hacia lo
humano o lo bestial?, ¿Hacia el dominio de las propias pasiones o
hacia el desenfreno?, ¿Hacia el autoconocimiento o hacia el
desconocimiento de sí mismo?.
Es momento de que hablemos más profundo sobre la virtud.
San Agustín define la virtud como “ardo amoris”, la ordenada
condición de los sentimientos en la que cada objeto se concede el
tipo de grado de amor apropiado a él. Por otro aspecto, virtud
vimos que proviene etimológicamente de “vir” (viril), se podría
decir que es una fuerza viril, activa, positiva, luminosa.
A su vez, Aristóteles dice que el propósito de la educación es
hacer que al pupilo le agraden y le desagradan las cosas
adecuadas. Cuando llega la edad del pensamiento reflexivo, el
alumno que ha sido formado en los “afectos ordenados” o
“sentimientos adecuados” encontrará fácilmente los primeros
principios de la ética; pero para el individuo corrupto serán
imposibles de ver y no podrá progresar en esa ciencia por dar
valor a todo lo vulgar.
El pequeño animal sapiens no tendrá de primeras las
respuestas correctas ante la vida. Habrá que educarlo para que
sienta placer, agrado, desagrado y aborrecimiento ante las cosas
que son placenteras, agradables, desagradables y aborrecibles.
En “La República” de Platón, la juventud correctamente
educada es aquella “que puede ver con más claridad lo que es
incorrecto en las obras mal hechas del hombre o en los productos
defectuosos de la naturaleza, y que con justo desagrado puede
despreciar lo carente de belleza aún en la más tierna edad y puede
deleitarse alabando la belleza, recibiéndola en su alma que se
forma, y nutriéndose de ella, de modo que lleguen a ser
individuos de noble corazón. Todo ello antes de entrar en la edad
de razonar; de modo de que cuando la razón y el criterio lleguen a
él o ella, entonces, habiéndose formado así, el joven reciba con
los brazos abiertos y la reconozca gracias a la afinidad que siente
por ella. Muchos padres, sin malas intenciones, enseñan lo que la
cultura les programa, bajo agendas políticas e ideológicas que
sirven a propósitos que muy rara vez han servido al bien común
en toda la historia conocida de la humanidad.
El padre no puede transmitir al hijo aquello que él carece,
debe cultivar en su propia alma primero aquello que desea en
ellos. Ser padre no es procrear o sólo mantener financieramente,
ser buen padre, en el sentido más técnico, es educar al niño y
joven para adquirir las virtudes necesarias para el arte de vivir en
este mundo.
La pediatra y psicoanalista francesa, Francoise Dolto advirtió
que educar a un niño sin padre no es tarea fácil, pero sí
sobrellevable a condición de que la madre diga la verdad y
continúe viviendo su vida sentimental y sexual de mujer adulta,
así como su vida social y laboral, sin encerrarse en la soledad.
Así, invitará al hijo a relacionarse con compañeros de su edad, sin
aprisionarlo en un amor inquieto y posesivo.
La madre –para Dolto–no puede reemplazar al padre. Ella sola
no puede responder por todo, y menos a lo que se refiere a la
emocionalidad de un varón. Si intentara hacerlo se enmiscuiria
demasiado en la sensibilidad del niño. De esta forma, Dolto
aconseja que cuando el niño haga preguntas de hombres a la
madre, ésta debe decirle "soy mujer, no sé contestarte, pero
puedes elegir a hombres que te aconsejen". Del mismo modo, una
niña que nunca vio a su madre con un varón, no podrá hablarle de
sus sentimientos hacia los varones, ya que sentirá a su madre
como frustrada, como una hermana mayor huérfana.
Ante el abandono paterno, Ledoux sostiene que Dolto invita
no decir reproches contra el progenitor, y a vivir sin sentimiento
sacrificial. Debe la madre hacerle entender al hijo que su padre
existió para ella en algún momento. El hecho de saber que su
madre lo concibió en un acto de deseo con un hombre coloca al
niño dentro de la verdad simbólica, lo aparta de una hemiplejía
afectiva y simbólica. Es necesario para la salud mental del niño
saber que nació del amor de sus padres, aunque ese vínculo se
haya disuelto.
¿Qué está ocurriendo hace tiempo en la educación de los
padres hacia los hijos y los resultados que vemos?
¿Qué esquizofrenia social veremos en los próximos años
debido a la negación filial, la ambigüedad en los roles y carácter
inespecífico de la relación con los padres?.
Si observamos a todas las edades, dentro de todo orden social,
veremos algo en común. Una distinción en contenido interno.
"Quiten a un hombre sus posesiones, ¿qué queda del hombre?".
Pues bien, existe ese algo en potencia dentro de nosotros que
en medida que crece, recién podríamos decir que somos más o
menos maduros. A esto que realmente somos le hemos llamado
espíritu, chispa divina, ser y esencia. Esta esencia se alimenta de
algo también, así como la personalidad de información teórica, la
esencia se alimenta de procesar y decodificar la vida:
Comprender.
Solemos pensar que la persona es madura en relación a la
edad y en relación a lo que posee en la vida. Quitémosle todo,
¿qué queda del "hombre"?. Así, hay personas que llegan a
avanzada edad y no tienen contenido interno, no hay sabiduría,
sólo información. Son un fidedigno recorte de la muchedumbre.
Asimismo, a veces personas que se ven jóvenes en edad
fisiológica pero ser como viejos sabios, individuos bastante
sensatos, de sentido común, capaces de ponerse emocionalmente
en el lugar de los demás, capaces de “poner ¡a otra mejilla” si es
necesario. ¿Cuál será la diferencia? En la manera de interpretar,
profundizar, procesar su propia vida. Es muy difícil discernir el
nivel de ser o contenido interno de alguien, la prueba de fuego es
como enfrenta la vida cuando esta aprieta, ¿en qué se afirma
cuando todo lo pierde?. En medida de esto, la persona puede
tener una esencia madura que sea una fuerza que nada ni nadie se
la pueda quitar aunque esté abandonado, perdido, con
absolutamente nada a qué afirmarse, siempre se tendrá a sí
mismo. La gran tragedia es poner la vida en algo efímero: la
personalidad.
Darío Salas Sommer menciona que la personalidad es sólo un
reflejo del alma común, la cual moldea con un poder
insospechado la psiquis del sujeto. Es nada más que una
“emanación del depósito común, la cual se incorpora y
personaliza en un individuo, quien llega así a tener, si es que se
puede usar esta expresión, «un alma animal de su propio
peculio», miniaturización y singularización de la gran alma
colectiva.”
De este modo, el sujeto recibe de sus padres una herencia
corporal y genética, y de la humanidad, el legado del poder y de la
inteligencia animal. En estas condiciones, ya es muy difícil que el
sujeto llegue a sobreponerse a esta compulsión arrolladora y
pueda llegar a formar su propia personalidad individual. Debe
conformarse con compartir el destino común de sus congéneres, a
no ser que tenga la “suerte” de llegar a una escuela hermética.
El autor sostiene que no puede haber un verdadero progreso
espiritual y moral si el individuo no corta el cordón umbilical del
sistema que lo une a la especie, el cual sustenta las características
“bestiales”, las cuales les impide al individuo amar.
Muchos padres imaginan que aman a sus hijos, pero mirando
profundamente quizás veremos que sólo se aman narcisistamente
a ellos mismos a través de ellos, entonces vemos casos de
aquellos que parecen muy buenos pero técnicamente son pésimo.
Les dan todo lo que desean y no les ponen límites por temor a no
ser queridos. Entonces ya estos padres no tienen control, en cierta
forma, los mismos infantes “educan” a sus propios padres,
generándose un sinnúmero de conflictos emocionales en este
pequeño, conflictos que le perseguirán toda su vida mientras
culpa a sus irresponsables progenitores. Nadie duda de las buenas
intenciones de los padres, en este mundo estamos llenos de
buenas intenciones, pero el problema radica en que si estamos
ante una sociedad narcisista compuesta -en su mayoría- por
individuos narcisos, difícil esperar una mejoría humana,
perpetuándose de esta forma el círculo vicioso de la gran miseria.
Perfeccionarnos a nosotros mismos es un deber moral, pero no
obligatorio. Nadie puede obligar a un otro a realizar un Trabajo
interior, en esto existe una cuota de libre albedrio. No obstante, si
un posible padre y madre nunca tomaron esa responsabilidad,
menos debiesen tener hijos. El futuro de la humanidad no son los
niños, en general ellos son más de lo mismo y a veces aún peor, la
idea de darles esa connotación fantasiosa es por un pensamiento
perezoso e irresponsable. Además que trasluce el narcisismo del
padre en el intento fantasioso de proyectar sobre sus hijos aquello
que no lograron para ellos mismos. Si un padre tiene una gran
imagen, de seguro la proyectará sobre sus hijos, ya no viéndoles
como realmente son, sino desde sus propias fantasías.
El futuro está en esos padres que crían, pero un padre que no
se ha perfeccionado internamente es casi imposible pueda criar un
futuro ser humano útil a la humanidad, sino como vemos, todo lo
contrario, y esto, debe ser advertido debido a la inmoralidad que
conlleva, ya que todos terminamos perjudicados por la suma de
estas partes y el “todos” no es sólo la especie humana.
Esta forma perezosa, y a menudo parasitaria de existir tiene
como consecuencia que las cosas no mejoren (pues nada mejora o
cambia sin una fuerza que se oponga). En otras palabras, la
mecanicidad de esta forma de existir es imposible pueda
significar un mejoramiento sino un paulatino empeoramiento,
igual que una casa que se deja sin realizar limpieza por mucho
tiempo, así es la parte interna humana de nuestra especie: sólo
mejora la fachada (la imagen) pero lo real (el ser) empeora. Es
como una casa que sólo se le pinta y arregla su fachada, pero
internamente jamás la ordena y limpia. He aquí una tremenda
falta de coherencia entre la imagen hermosa mostrada hacia
afuera y la realidad interior ocultada a sí mismo y sobre todo,
hacia los demás.
Esta bonita fechada representa a los avances tecnológicos e
intelectuales que nos hacen imaginarnos más "evolucionados", la
casa está pintada con pinturas de última generación y cuenta con
tecnología de punta externamente. Pero internamente, lo que
realmente importa, es posiblemente un lugar que no tiene nada de
hogareño, es un lugar frío y oscuro que quizás por tantos años de
nulo orden y limpieza hasta arañas debe tener como huéspedes. Y
es esta casa la que se deja como herencia a los hijos, de algún
modo traspasada incluso a través de los genes.
¿Y así esperamos que las cosas mejoren?, o quizás a
demasiados les da lo mismo, sólo les interesa ellos mismos, por
eso ni siquiera reflexionan antes de concebir y traer a este mundo
con violencia a alguien que posiblemente no lo pidió, que quizás
si nos pusiéramos en su lugar no querría venir o incluso tenernos
como sus padres.
¿Quién piensa en el ser que piensa traer?,
¿Tiene un hogar interno limpio y ordenado para recibirlo?.
La especie humana pienso que no sabe amar. "Ama" lo que le
conviene, entonces imagina que ama pero esto es posiblemente
una burda caricatura de lo que en realidad es el amor. El amor no
puede ser algo intrínseco sino que nace como consecuencia del
nivel de ser o de consciencia individual el cual es resultado del
propio trabajo interno.
Con claridad meridiana, el filósofo Dario Salas Sommer
expresa lo siguiente: «Esta es la verdadera génesis de la miseria
espiritual del mundo: en la inmensa mayoría, somos hijos de
"malos padres", en el sentido técnico. Padres moralmente
indefinidos, ambiguos, con escaso conocimiento para educar
adecuadamente a sus hijos ya que hasta el momento ellos han
sido ineptos para educarse a si mismos en lo que constituye el
supremo conocimiento humano: el adueñarse de la propia
persona para conducirla a niveles de comportamiento humano
superior en el sentido espiritual, ético y moral. Dominarse a si
mismo para evitar ser controlado por las pasiones animales.
«[…] El descalabro ético y espiritual del hombre es en realidad
el fracaso de los padres de familia, quienes por ser, por lo
general, insuficientemente desarrollados y, por lo tanto,
incompletos (a nivel humano) no logran transmitir a sus hijos los
valores espirituales necesarios, puesto que ellos mismos carecen
a su vez de estos.»
El vulgo confunde amor con necesidad, no tiene su corazón
ordenado en los afectos, entonces imagina que ama porque
necesita. Esto es egoísmo puro igual que el infante que dice amar
a sus padres, y sus padres lo piensan así, pero realmente ocurre
esto porque les necesita, depende de ellos para subsistir. Con
justicia se dice que una persona recién, quizás, podría amar a sus
padres cuando se independice y no les necesite para sobrevivir.
En ese mismo sentido, es difícil juzgar el carácter de una
persona por como nos trata cuando necesita algo de nosotros, se le
puede juzgar por como se comporta cuando no nos necesita.
Lamentablemente la palabra amor es una de las palabras más
prostituidas de todas, se justifica casi cualquier capricho en
nombre del amor, es un nombre bonito e irresponsablemente
utilizado porque permite disfrazar un defecto de virtud, de
disfrazar de ángel a un diablo. La palabra egoísmo, siendo
sincera, suena muy mal.
No obstante, pocos piensan en la posibilidad de un “sano
egoísmo”, aquel por ejemplo que surge en la necesidad de un
individuo de pensar en si mismo pero en el sentido de buscar su
perfeccionamiento moral y espiritual. Si bien esta necesidad de
encontrar el propio bienestar es objetivamente egoísta, el
resultado de ello es beneficioso ya que nada mejor para el mundo
que existan individuos que sean dueños de ellos mismos, capaces
de comprender a los demás, que no se ofenden fácilmente,
individuos muy sensatos y con criterio.
Actualmente podemos ver que a cualquier cosa se le dice
irresponsablemente que es amor ("love is love" dicen por ahí a
veces tratando de barnizar con colores lindos conductas bastante
cuestionables). Al llamar a todo caprichosamente “amor”, ya nada
será sagrado, y puede ser el amor una hamburguesa. Pienso que
realmente podemos amar en medida de que no necesitemos.
Como decía el psiquiatra Erich Fromm bajo la frase: es "te
necesito porque te amo y no te amo porque te necesito".
El Amor es la Verdad, la consciencia, la comprensión. Lo
opuesto es la Ilusión, la mentira, el error, la ignorancia, la vanidad
y narcisismo. Todos los defectos y pasiones son producto de la
debilidad del hombre, y tal como afirmara Richard Wagner:
“Únicamente los hombres fuertes conocen el amor,
solamente el amor incluye la belleza, solamente la belleza
produce el arte. El amor de los débiles entre si no puede
producir sino la satisfacción de sus apetencias lujuriosas, el
amor del débil hacia el fuerte es humillación y temor, el
amor del fuerte hacia el débil es compasión e indulgencia;
solamente el amor entre los fuertes es amor”.
Se nos ha hecho creer que al procrear hijos estos vienen como
una tabla rasa, es decir, con una especie de hándicap a favor que
es libre para ser grabado en él lo que se quiera. Lo cierto es que la
neurociencia y otras ramas de la ciencia como la epigenética no lo
perciben así, estos han considerado la posibilidad de una herencia
transmitida de padres a hijos en el momento de la concepción, la
cual influye directamente en el destino del vástago para bien o
para mal dependiendo de cómo sean los padres a nivel humano.
De aquí que “el pecado de los padres lo pagan los hijos”.
Al respecto, Ancelin Schutzenberg expresa lo siguiente:
“Entre las cuestiones que dejan en herencia los
antepasados no están solamente la sangre, el apellido, los
bienes o los parecidos físicos. También nos entregan sus
conflictos, a menudo no resueltos, y los dejan sin querer en
manos de sus descendientes, nosotros, que tampoco
sabemos bien qué hacer con ellos.”
¿Qué es la epigenética?, es una teoría que sostiene que el
estilo de vida –las influencias del medio ambiente– pueden
provocar cambios genéticos en nuestra descendencia y jugar un
papel importante en su desarrollo. Lo que se encuentra
científicamente comprobado es que la única forma de transmitir
información biológica entre las generaciones es a través de los
genes que están contenidos dentro del ADN.
No obstante, nuestros genes presentan cambios por la
influencia del ambiente mediante una especie de rotulación
química (el epigenoma) que se adhiere a nuestro ADN y que
funciona como un interruptor: modifica la expresión de los genes
activándolos o silenciándolos.
Rachel Yehuda, profesora de psiquiatría y neurociencia ha
liderado proyectos de investigación como por el ejemplo los
cambios genéticos asociados del trauma sufrido por los
sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial en la Alemania
Nazi. En este estudio, dicen sus autores, se presenta un ejemplo
claro en humanos de cómo puede afectar los genes de nuestros
hijos en incluso nuestros nietos, siendo, en palabras de Yehuda:
“la primera evidencia en humanos de una marca epigenética –de
la que tenemos conocimiento– en la descendencia basada en la
exposición de los padres, antes de la concepción”.
Steven Pinker, profesor de psicología de Harvard argumenta
que la mente infantil no es una vasija vacía que la sociedad puede
llenar con los valores y comportamientos que prefiera, sino que
más bien nacemos con ciertas predisposiciones genéticas.
Al respecto Pinker expresa lo siguiente en una entrevista:
«Considerar a las personas como organismos biológicos
puede resultar inquietante por varias razones. Una de ellas
es la posibilidad de la desigualdad. Si la naturaleza humana
es una tabla rasa, entonces todos somos iguales por
definición. Pero si consideramos que la naturaleza
determina nuestras cualidades, entonces algunas personas
pueden estar mejor dotadas que otras, o con cualidades
distintas a los demás. Quienes están preocupados por la
discriminación racial, de clase o sexista preferirían que la
mente fuese una tabla rasa, porque entonces sería imposible
decir, por ejemplo, que los hombres son significativamente
diferentes a las mujeres. Yo sostengo que no debemos
confundir nuestro legítimo rechazo moral y político a
prejuzgar a un individuo en función de una categoría con la
reclamación de que la gente es biológicamente
indistinguible o que la mente de un recién nacido es una
hoja en blanco.
«El segundo miedo es el de quebrar el sueño de la
capacidad de perfeccionamiento del género humano. Si los
niños fueran tablas rasas, podríamos modelarlos para que
fueren el tipo de gente que queremos que sean. Pero si
nacemos con ciertos instintos y rasgos innobles, como la
violencia y el egoísmo, entonces los intentos de reforma
social y mejora del ser humano podrían ser una perdida de
tiempo. Yo defiendo que la mente es un sistema muy
complejo con muchas partes, y que se puede hacer trabajar
a unas partes del cerebro en contra de las otras. Por
ejemplo, los lóbulos frontales, con su habilidad para tener
empatía y anticipar las consecuencias de nuestras
decisiones, pueden anular los impulsos egoístas o
antisociales.[…]
«Y en tercer lugar, está el temor al determinismo, a la
pérdida del libre albedrío y la responsabilidad personal.
Pero es un error considerarlo así. Porque incluso si no
existe un alma separada del cerebro que influye de algún
modo sobre el comportamiento –e incluso si no somos nada
más que nuestros cerebros–, es indudablemente cierto que
hay partes de la mente responsables de las consecuencias
potenciales de nuestros actos, es decir, responsables de las
normas sociales, para premiar, castigar, creer o culpar.»
En lo que a mí me parece, tenemos una cuota de libre albedrío
y otra cuota de esclavitud. Esa cuota de libre albedrío es sólo en
razón del nivel de autoconocimiento, y la parte esclava es aquella
en la sombra del desconocimiento. Todo aquello que ignoramos
sobre nosotros mismos, potencialmente nos puede hacer daño.
Podemos hablar de muchas influencias desconocidas en el
momento de la concepción y nacimiento como las influencias
planetarias, posición de los astros y el nivel vibratorio de la pareja
en el momento de la cúpula, la cual, considero también
sumamente relevante en el destino del ser que traerían a este
mundo, y en toda esta “ensalada” de diversas influencias, no
puede existir igualdad. Y es que si observamos atentamente a la
naturaleza y el universo, no veremos igualdad y en esto consiste
una cuota de libertad, paradójicamente en una condición de
desigualdad. En este sentido podemos decir que la utopía de la
igualdad es una búsqueda envidiosa, resentida e irrespetuosa por
alcanzar la destrucción del talento y mérito individual,
convirtiendo a todos en mediocres (un comportamiento medio,
tirando a malo).
Pero poco y nada se habla de equidad, que es la cualidad de
no favorecer el trato de una persona perjudicando a otra. Tiene
relación con la justicia, pues la igualdad no puede ser justa si
atenta contra la individualidad. Esta, la equidad, es la cualidad
que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus
méritos o condiciones. Guste o no, un delincuente no puede ser
que goce de los mismos méritos y condiciones –en algunos países
gozan de mayores méritos– que la gente honrada y justa. Por dar
sólo este ejemplo podemos ver que la utopía de la igualdad es una
de las más grandes formas de injusticias y por lo tanto, en su
práctica es inmoral. Ser justo, necesariamente requiere de
fortaleza.
Una fortaleza es la concentración, esta tiene relación con la
fortaleza, la atención. Por ejemplo, siempre se pide atención a los
alumnos en alguna clase, ¿Pero quienes enseñan dan atención a su
vez a los alumnos en forma individual? La atención es algo
bastante olvidado. En el idioma inglés se dice "pay attention", que
literalmente sería: "pagar atención". Nada es gratis, ni siquiera la
capacidad de atender. Se podría decir que si pongo mi atención,
debo "pagar" por ella, en sentido de concentrar mis fuerzas
mediante cierta disciplina que me permita dejar de identificarme
de mi minúsculo mundo al que tanta importancia le doy. La
atención, pienso tiene mucha relación con el amor, un bien escaso
estos días, pues para amar, debo aprender a extender mi atención
más allá de mi ego. Así, "he de llegar a ser capaz de amar al otro
aunque me odie", "he de ser capaz en interesarme en lo que al
otro le interesa, aunque a mí no me interese".
¿Cómo podría considerar externamente si paso considerando
interiormente?, ¿Cómo podría yo tener empatía si pienso que todo
gira alrededor mío?, ¿Cómo puedo ponerme emocionalmente en
el lugar de los demás si yo no me encuentro en contacto con mis
propios sentimientos, sino más bien, identificado con un falso
yo?.
No podemos dar lo que no tenemos.
Pensamos tener atención, pero esta se encuentra secuestrada
generalmente en mayor o menor medida por el propio egoísmo.
Por eso es un bien escaso, tener cierto dominio sobre la atención
es algo que nos va haciendo más humanos y menos máquinas.
Una máquina si pone atención será capaz de sólo ver lo que
está configurado en su programa pues su programa le hace
atender una cosa u otra, y nada más, y a menudo lo hará por algún
objetivo, como por ejemplo, por el interés de conseguir algo de un
otro. En cambio, un individuo más humano simplemente atiende
lo más profundo de un otro, lo que nos une a pesar de todas las
apariencias. Una máquina no es capaz de profundizar, un ser
humano -en toda la extensión de la palabra- puede llegar al
mundo del significado, en todo lo existente.
En síntesis, la capacidad de dar atención a un otro puede ser
una de las mayores muestras de amor debido a su impersonalidad
y es necesaria en la educación, de modo que también los niños al
recibir este amor, puedan estar preparados para entregarlo al
mundo.
Nathalie de Salzmann, discípula de Gurdjieff advierte:
«Educar y aprender no es tan sólo una parte de la vida sino
la vida misma. La meta de la educación debiera ser
preparar hombres y mujeres “inteligentes” y seguros de sí
mismos, que sean capaces de valorar los principios del
“ser”, que vienen dictados por una consciencia moral
sólida y bien formada, y debería comprenderse como un
proceso continuo desde el nacimiento para prolongarse
durante toda la vida.»

ETIMOLOGÍA DEL OCIO

"Mientras no seas consciente de la ley infinita del morir y del


volver a nacer, eres meramente un vago invitado a un mundo
oscuro."
– Goethe

La persona de genio requiere soledad y tiempo libre. Necesita


disfrutar de una esfera privada que brinde espacio y sosiego para
poder reflexionar, escribir y crear una obra de significativo valor
cultural y social.
El ocio, del latín Otium, es la actividad noble del individuo
que se dedica al estudio, las letras, las artes o el servicio público
que tiene como finalidad la búsqueda del bien, la verdad, la
belleza o la gloria.
Por otra lado, el ocio está en contraposición a la actividad
burguesa de Nec-otium o en castellano neg-ocio. La tarea
mecanizada, monótona, enajenante del individuo máquina que por
un sentido de obligación y obediencia produce mercancías en
busca de dinero y consumo.
En la antigüedad, el otium y el nec-otium eran la manera de
distinguir al hombre libre del esclavo. El filosofo alemán
Nietzsche dijo: “Quien no disponga de dos tercios partes de su
jornada para sí mismo es un esclavo, independiente de lo que sea
además: político, comerciante, funcionario o erudito”
Es curioso que la palabra trabajo viene de tripalium, en latín,
un instrumento de tortura usado en los tiempos antiguos. Por otra
parte, la palabra escuela viene del griego skolé o en latín schola
que significa ocio. La mayoría de los genios y sabios de la
antigüedad eran autodidactas, se enseñaban a si mismos a través
de la observación, auto-conocimiento y reflexión.
Cabe decir que no se está desaprobando el trabajo como la
actividad creadora y gratificante necesaria para satisfacer las
necesidades físicas y psicológicas del ser humano y la sociedad.
La critica va dirigida a la glorificación del trabajo burgués que
esclaviza y embrutece a la humanidad. El burgués nunca tiene
tiempo y siempre está de prisa. Solo tiene tiempo para los
negocios y el lucro. Francamente, es el peor trueque de todos. Su
vida por dinero. Su alma por consumo.
Como ya en su época dijo el escritor irlandés Oscar Wilde
“Vivimos en la época de los supertrabajadores y de los
infraeducados; en la época en que la gente se aplica tanto al
trabajo que se vuelve totalmente estúpida.“
El otium es la base de la cultura. El otium es el alimento del
artista creador. Esa persona que goza del acto mismo de crear.
Aquel personaje que mientras vive, la sociedad lo desprecia, pero
después de su muerte será aplaudido por sus aportes. La cultura
sería otra, si muchos de los artistas, filósofos, poetas,
intelectuales, escritores y músicos de nuestra historia universal
hubieran desperdiciado sus vidas trabajando de 8:00 a 20:00 de
lunes a viernes sin descanso, fabricando productos y obedeciendo
ciegamente los intereses de un mercado capitalista.
“Nunca he estado menos ocioso que cuando estoy ocioso, ni
mas acompañado que cuando estoy solo”. Esta es una célebre
frase del célebre romano Escipión, el Africano; extraída de los
escritos del filosofo y político romano Marco Tulio Cicerón.
El ocio, en síntesis, es una actitud ante la vida. Una forma de
vida que se apoya mayormente en el ser y no en el tener.
No obstante, no me malinterpreten. El trabajo es necesario, el
problema es que antes de lanzar al mundo al individuo no se le
enseña primero el arte de vivir. Todo exceso es un defecto y sólo
la consciencia puede advertir cuando se incurre en excesos, pues
todo en este mundo tiene consecuencias positivas para ciertos
aspectos, y negativas para otros. Nos falta sabiduría para poder
saber elegir y no actuar por inercia.
La Tradición nos dice que una forma de reconocer el avance
espiritual o humano de un individuo está en directa relación con
su dominio sobre la inercia.
¿Qué se entiende por inercia?
inercia
nombre femenino
1.
Incapacidad que tienen los cuerpos de modificar por sí
mismos el estado de reposo o movimiento en que se
encuentran.
Se refiere tanto a la incapacidad de efectuar cambios
deliberados entre un exceso de reposo o exceso de movimiento.
Por lo tanto, la equilibrada alternancia entre ocio y trabajo es
necesaria para vivir en este mundo.
El vulgo se ve arrastrado por la inercia de forma que su
conducta, emociones y pensamiento es compulsivo, mecánico. Se
mira a sí mismo en ciertas actividades y a los demás pensando
que son voluntarias pero mirando más profundo esto puede ser un
gran autoengaño. Todo es consecuencia de influencias que
desconoce, pero sus mecanismos de defensa se las arreglan lo más
bien para, por ejemplo, justificar y racionalizarlas. En realidad
sólo puede actuar o “hacer” algo realmente es aquel individuo
dueño de sí mismo capaz de tener cierto dominio sobre la inercia
de sus pasiones y mecanismos de defensa.
Volviendo a la ley del esfuerzo o trabajo, por siglos hemos
culpado a la cultura de turno de nuestra falta de libertad, con
cierta razón, pues incluso para tener "beneficios" (cosas básicas)
como salud y vivienda, debemos ser verdaderos autómatas dignos
de estar dentro del sistema. "El esclavo es aquel que espera ser
liberado" nos decía el poeta Ezra Pound, y ciertamente,
desperdiciamos tiempo valioso -la oportunidad de cada vida-
esperando que "llegue" algo o alguien a liberarnos.
Mientras tanto, si vivimos en el campo, culparemos quizás a
la Naturaleza porque debemos trabajar muy duro en verano para
abastecernos para el duro y frío invierno, con miedo a que alguno
de nuestros seres queridos no contraiga una terrible enfermedad.
La ley del trabajo en este sentido es esclavizante donde se mire.
Una ley para que sea tal, debe ser “obedecida”, por cualquier
sistema imaginable: cuerpos, ríos, máquinas, planetas, galaxias,
mundos internos y externos tal como propuso el ingeniero
estadounidense Adrian Bejan con su teoría de la ley constructal a
finales de los años 90.
Mantener el mismo cuerpo físico es una esclavitud - causante
del dolor, según Buda-, pero, ¿somos ese cuerpo?. En realidad,
bien decía Gurdjieff que la liberación debía ser interna, siempre
internamente primero, no al revés como la mayoría piensa. Quien
se libera desde adentro, eventualmente lo hará afuera. Pero
primero, debo yo un día comprender con cada órgano, caso
neurona y cada célula de mi vehículo físico, que estoy en una
prisión y que nada debe ser más importante que escapar de ella. El
Trabajo Interno es como "la cuchara" para cavar la salida.
Mi labor es administrar varias "cosas": tengo un microcosmos
a mi cuidado, he ido formando y limpiando un Alma y a la vez,
YO Soy. Esta es la Trinidad. Este es el Triángulo Soy "dos"
porque está el YO y está el cuerpo fisico a mi cuidado para cada
vida con el Alma auto-heredada de las anteriores. Ese YO está en
lo Alto, esperando a que mi Alma lo alcance.
Es mi Alma la que me empuja hacia el Cielo, es mi Alma la
que ama al Espíritu, y el Espíritu ama al Alma, este es el
Matrimonio Perfecto. Sin embargo, Alma no todos tenemos, el
Alma, nos dice la Tradición que debe ser creada como un hijo. En
efecto, nace del "hombre" y de su simiente espiritual
La Trinidad es: Padre, Hijo, Espíritu Santo.
Sólo se llega al Espíritu a través del Hijo.
Este es el espejo que te entrego. Un humilde espejo. Nada más
porque ya está todo en ti.
EL SUFRIMIENTO HUMANO

“Yo no soy lo que me sucedió. Yo soy lo que elegí ser.”


–Carl Jung
Anteriormente mencioné que la depresión me parecía una
especie de “oportunidad” de ver la realidad un poco más de cerca
debido a que los mecanismos de defensa podían dejar de operar al
menos tan activamente. No obstante, debo enfatizar en que el
resultado constructivo de esta experiencia vital, padeciendo este
trastorno afectivo, depende exclusiva y únicamente de la forma en
que enfrentamos este sufrimiento, es decir, de nuestra actitud
interna.
Es sensato que nuestros cimientos morales en este mundo
estén inspirados en el estoicismo (como también expuesto en
páginas anteriores). No existe en este mundo quien no sufra por
algo, ya sea rey o plebeyo, rico o pobre, hombres o mujeres;
todos compartimos el común denominador de la vulnerabilidad y
con esto, sea evidente en algunos casos o no, el miedo a lo
desconocido. Los defectos personales son inseparables del yo de
la personalidad, no obstante, en individuos virtuosos los defectos
son a menudo prácticamente invisibles al contrastar con su
elevado nivel humano.
Los sabios nos dicen que únicamente el sufrimiento verdadero
permite llegar a la llamada “temperatura de fusión”, de la cual
hablaban los antiguos alquimistas, que permite derretir la
programación y sublimar los metales viles (los defectos).
El filósofo Ramasse Radullá expresa lo siguiente:
“Una persona puede sufrir mucho y no aprender ni sacar
provecho de su sufrimiento, y esto sucede cuando se está en
un «falso» sufrimiento, el cual no toca la programación del
individuo y no produce, por lo tanto, ninguna purificación
espiritual. Es absolutamente necesario «desprenderse de
estos falsos sufrimientos», que nunca son provocados por
situaciones naturales, sino por el mismo individuo, y a los
cuales el ser humano vive tan apegado porque alimentan
muchas veces sus ambiciones desmedidas de manera
neurótica y llenan así en forma artificial sus vacías
existencias”
Así, mucha gente puede orientar su identidad en el
sufrimiento y no logra abandonarlo porque su identificación se
encuentra atrapada allí, si le quitan el sufrimiento sería como
matarles. Por ello debemos un día aceptar nuestra oscuridad y
nuestra luz, de modo de que la personalidad deje de ejercer la
mayor influencia en nuestras vidas y se convierta en un vehículo
pasivo del conductor activo que sería la Esencia Espiritual.
Todos en la humanidad sufrimos en diversos grados y además
de forma real o imaginaria. De forma real puede ser una
enfermedad física dolorosa, puede ser la pérdida de un ser
querido, la pérdida de un trabajo, los horrores de la guerra, la
bancarrota financiera, etc. Un sufrimiento imaginario pueden ser
cosas que se temen que ocurran pero no han ocurrido, y quizás,
jamás ocurran. Entonces la persona vive imaginando diversas
escenas de situaciones dolorosas y frente a esto sufre, por lo que
vive en un estado constante de stress y ansiedad. Ante esto
último, mucha gente vive deprimida, pues es tremendamente
desgastador, por lo que a menudo se sienten hasta agotados de sí
mismos y no es para menos, pues se ven incapaces de soportarse a
ellos mismos ya que no logran actuar de otra manera. Podrán
decir: “la vida no tiene sentido”, y tienen razón, no tiene más
sentido que aquel que ellos pueden darle al profundizar en ella,
para lo cual, necesariamente se requiere la energía que se ha
perdido en forma involuntaria.
Muchas veces la depresión es una crisis interior, aquella que
pide a gritos descanso. El depresivo al no poder jamás descansar,
a menudo puede pensar en quitarse la vida, esto es un llamado
simbólico, un llamado al inalcanzable descanso, una inalcanzable
paz. Por supuesto hay diferentes tipos y grados de depresión y hay
abundante información académica, acá hablamos de la depresión
en forma generalizada. No es de extrañarnos que en casi todos los
países la gente manifieste cuadros depresivos crónicos, pareciera
en muchos casos que el estilo de vida moderno, con las aparentes
comodidades no ayuden mucho, sino sea contraproducente. Cada
vez la gente se mantiene más hiper-conectada, usando múltiples
redes sociales para comunicarse y exhibirse en una gran vitrina
digital ante gente que ni siquiera le importa. Debe mantenerse
“online”, debe ser visible a modo de “mantenerse con vida”. Esta
idea a mucha gente le puede parecer risible, pero ya existen
incontables estudios en cómo existen millones de casos de gente
que ha dejado las redes sociales manifestando síntomas propios
de alguna adicción al alcohol, drogas o una perdida afectiva
significante.
No diremos sobre esto que las redes sociales sean el problema
ni que son negativas, todos los problemas del mundo no son
externos, sino internos. Todos los problemas del mundo son
problemas de consciencia. A falta de consciencia, cualquier
elemento que tengamos a nuestra disposición podría
eventualmente esclavizarnos.
Michel Foucault sostenía que los sistemas coercitivos explotaban
al ciudadano siguiendo el modelo del panóptico de Bentham
(controlando exteriormente su actividad, observando sin ser
observado), ahora han sido sustituidos por un sistema de
dominación que, en lugar de emplear un poder opresor, utiliza
uno seductor por el que la gente se somete por sí misma a la
observación. Si en el panóptico de Bentham los individuos
estaban aislados, en el digital se comunican entre sí.
El filósofo Byung-Chul Han expresa ante esto que estamos
ante un “enjambre digital”, que lejos de ampliar la participación,
implica una despolitización de la sociedad. Muchos saben cómo
después del caso Snowden en 2013, caso de denuncia del
espionaje masivo por las agencias de inteligencia de los Estados
Unidos, la idea de un panóptico digital parece bastante veraz.
Vivimos en un cierto tipo de sociedad en la que estamos al
borde de un embotamiento producido por el medio digital, y esto
trae nuevas formas de alienación y un tipo de incomunicación aún
mayor por irónico que parezca.
Para Karl Marx el trabajo conduce a la alienación. Pienso que
depende las condiciones del trabajo, después de todo cualquier
actividad humana en bajo nivel de consciencia pienso que
conduce a la alienación, cualquier actividad, incluso aquella que
nos apasiona realizada en bajo nivel de vigilia nos programa y
perdemos energía no recuperable. En cambio, incluso lavar platos
con total concentración en el momento presente nos llena de una
energía que se acumula en el tiempo. Pero mientras no dejemos
de culpar a algo externo, jamás podremos desarrollarnos.
Reflexionemos en el significado de la palabra “alienado” según la
RAE:
“1. Acción y efecto de alienar (‖ enajenar ). 2. f. Limitación
o condicionamiento de la personalidad , impuestos al
individuo o a la colectividad por factores externos sociales,
económicos o culturales.”
Muy clara descripción a la cual me gustaría agregar lo
siguiente para efectos de ser más precisos en cuanto a lo que
deseamos comunicar: nuestra personalidad, como hemos ya leído,
es un constructo alienado, por lo tanto es una limitación o
condicionamiento de la Esencia. No obstante, esta personalidad
crece en desmedro del ser mediante su programación como
consecuencia directa de nuestro escaso nivel de vigilia. El hecho
de que no se nos enseñe primero a aumentar nuestra consciencia
antes, y sólo antes, de comenzar a aprender cosas, no es de
dominio ni interés cultural por motivos de esclavitud humana que
más de alguno podría levemente sospechar.
Volviendo al trabajo, es Ley en este mundo lo queramos
aceptar o no. Nuestro mismo organismo trabaja día y noche por
mantener o recuperar la homeostasis, si un solo órgano decidiera
dejar de trabajar, podríamos morir. Por otro lado, quizás no nos
encontramos esclavizados en cadenas pero si muchos a través de
la deuda o la manutención de su nivel de vida.
Epicteto fue un esclavo en cadenas, obligado a dar su vida a
cambio de un plato de comida y sin embargo, allí en ese mismo
sufrimiento se venció a sí mismo y finalmente triunfó. Por ello
siempre decían sabios como Gurdjieff: “recuérdese a sí mismo
siempre y en todo momento”, pero no los escuchamos, no
queremos ser impecables. Como no no los escuchamos, insistimos
en siempre culpar a algo externo por nuestra incapacidad de
dominarnos.
No se puede negar que en estos tiempos, para la población
generalizada, las horas laborales son extenuantes, no dejándoles
casi espacio para la vida personal, mucho menos para el ocio.
Todo exceso es un defecto: ni demasiado trabajo, ni demasiado
ocio. ¿Pero quién puede discernir cuándo algo es un exceso?:la
consciencia. ¿Qué puede cambiar un estado de inercia por otro?:
La fuerza de voluntad. Pues ocurre que hay dos fuerzas que
chocan, y estas dos fuerzas son parte de todo en esta vida: una
fuerza activa y otra pasiva, una que afirma y otra que niega. Pero
como sostienen tantos sabios, la voluntad no es algo inherente a
nuestra condición, sino que debe ser una fuerza desarrollada a
través del trabajo consciente. En otras palabras, desarrollar
voluntad requiere disciplina, y esto es hacer muchas veces lo que
no se desea, pero constituye lo correcto para ciertos efectos.
En estos tiempos, es indudable en muchos casos cómo la
tecnología y avances de la ciencia permiten mayor comodidad al
ser humano. Fácilmente puede evitar el calor del verano en una
oficina o automóvil con aire acondicionado, fácilmente puede
evadir también el frío. No debe asumir la penosa tarea de recorrer
a pie largas distancias por poseer mejores medios de transporte.
No obstante, volvemos nuevamente a lo expresado anteriormente:
sin consciencia del bien y el mal es imposible saber a dónde nos
puede dirigir lo aparentemente positivo o lo aparentemente
negativo. Bien y mal son dos polos ilusorios, no obstante, es más
correcto quizás referirnos al la verdad y el error.
Reflexione el lector: ¿Quién puede potencialmente desarrollar
más carácter y voluntad, el individuo que conduce a su trabajo en
un automóvil de última generación o aquel que debe ir a pie a
menudo soportando diversas incomodidades?.
Destaquemos en lo anteriormente expuesto que puede
“potencialmente” desarrollar más fuerza, dependiendo de la
actitud interior que mantenga en estas condiciones aquel que debe
pasar por incomodidades. El lector debe comprender que este es
sólo un ejemplo aislado.
Cuando Nietzsche nos decía: “lo que no me mata me hace
más fuerte”, pienso que tenía razón pero que faltaba el
ingrediente de la actitud interna, es decir: cómo nos tomamos las
cosas, cómo las interpretamos, cómo las procesamos. De aquí
podríamos quizás deducir de un ejemplo imaginario (y que ocurre
realmente cambiando los eventos), de dos personas que
presencian una situación horrorosa, uno de ellos sale de esta
situación con fuerza y otro puede salir debilitado, con serios
traumas difíciles de disipar excepto quizás mediante el trabajo
terapéutico.
La razón de esta diferencia puede quizás encontrarse en el
contenido interno, por ello se hace énfasis en la urgencia de
recordarnos a nosotros mismos, en mantener la fijeza del YO. No
obstante para quienes no hayan aún creado un “Amo de Casa” o
YO Volitivo, estas palabras pueden significar nada. Por ello más
adelante en este mismo libro, expongo el método de creación de
un YO, método legado de tiempos inmemoriales, sólo así en el
futuro el estudiante podrá volver a leer este libro no en forma
memorista o vana curiosidad, sino digiriendo de una manera
nueva y efectiva. Esto es crucial para eventualmente aprender a
“poner la vida en el ser”.
El verdadero sentido de la vida en este planeta es el de hacer
crecer lo que realmente somos: el ser, la chispa divina. Esto lo
podemos interpretar como: “llegar a alimentarnos de la vida en
vez de que la vida se alimente de nosotros”. Sin embargo, para
llegar a ese “poco”, antes debemos saber mucho.
Nietzsche nos hablaba también del “Amor Fatis” (o amor al
destino), una forma sensata de vivir en el cual no se encuentra la
irracionalidad que caracteriza la neurosis moderna de buscar
controlarlo todo. Entonces, en esta condición enajenada prolifera
el interés casi obsesivo por adivinar lo que vaticina la astrología,
brotan como hongos los supuestos métodos del estilo “El Secreto”
para atraer a nuestra vida lo que deseamos caprichosamente,
proliferan los gurúes de autoayuda que hablan de pensamiento
positivo pero su método no es positivo, llenando más las páginas
y seminarios con relatos auto-referentes. El individuo se mantiene
muy lejos de su centro, vive constantemente perturbado, como
borracho lejos de su opuesto: la serenidad.
¡La serenidad!, ¡Qué bien más valioso para nuestra alma y sin
embargo, tan escaso!. Hay gente que no ha estado serena por
años, una vida entera absorbidos y triturados por el gran molino
de la existencia. El individuo ha olvidado que ese bien superior se
encuentra en su interior, se ha olvidado de sí mismo. Se ha
enfocado en poner su energía en cosas que encuentra valiosas y
que no están bajo su control, entonces, vive aterrado. Hay gente
que puede verse muy segura de sí misma, pareciera tener todo
muy resuelto, pero si profundizamos, encontraremos este temor
que tapan con una imagen. Esta condición es definitivamente
deprimente, es la Esencia que sufre muchas veces, esperando ser
escuchada. Pero lejos de escucharse, el hombre moderno más se
tapa los oídos, más repudia su chispa divina y en consecuencia,
más se aleja de el camino evolutivo al darle valor a una porquería
que es su imagen.
En El Silencio Habla, Eckhart Tolle nos expresa lo siguiente:
“(…) Si no hubieras sufrido como has sufrido, no tendrías
profundidad como ser humano, ni humildad, ni compasión.
No estarías leyendo esto. El sufrimiento abre el caparazón
del ego, pero llega un momento en que ya ha cumplido su
propósito. El sufrimiento es necesario hasta que te das
cuenta de que es innecesario.”
Discernir cuándo un sufrimiento es innecesario, estéril, es
clave. A veces se puede ser autoindulgente con sufrimientos
imaginarios y a la vez resistirse a lo que es el sufrimiento
inevitable. Así se vive sufriendo, es la resistencia lo que hace más
sufrir. Lo cierto es que la alternancia constante entre placer-dolor
nos conduce al sufrimiento, tenemos algo y tememos perderlo.
Luego, si lo perdemos, por supuesto, se sufre. De ahí que a mucha
gente le parece todo un absurdo. Pienso que a menudo el joven
adolescente presente este aparente sin sentido, y se rebela, pero a
menudo de formas nada de constructivas. Lamentablemente nos
encontramos en tiempos en que pareciera que emocionalmente
muchos individuos aún a avanzada edad persisten en la
adolescencia o estadios infantiles. Sufren terriblemente cuando
algo no lo obtienen como desean, tienen muy baja tolerancia a la
frustración y esto les hace proclives a todo tipo de vicios y el
buscar el camino de menor esfuerzo para obtener sus objetivos.
El rey filósofo Marco Aurelio nos decía:
“Un hombre se compara y se estima a sí mismo por una
idea que es superior a él, y un hombre malo, por una menor
que él. La primera produce una aspiración, y la otra
ambición, que es la forma en la que un hombre vulgar
aspira”.
Es por esta razón que siempre a través de la historia conocida
de la humanidad, la gran mayoría de la gente ambiciona a emular
a individuos mediocres o peores que ellos, porque es como que ya
se reconocieran muy por debajo y esto les molestará
profundamente en vez de motivarles, entonces en su incapacidad
de admirar a quienes sobresalen, les envidian, conformándose,
pues un objetivo mediocre jamás les obligará a salir de su
comodidad, esforzándose, sufriendo por un sentido superior y
realizando los sacrificios necesarios.
No ocurre igual con el individuo de nobles aspiraciones, que
está dispuesto a pagar el precio por alcanzar su ideal. Este último
es como el águila que mira al cielo, mientras el primero es quizás
como la lombriz apegada al suelo.
Por siglos hemos culpado a la cultura de turno de nuestro
sufrimiento, de nuestra falta de libertad, con cierta razón; pues
para gozar beneficios básicos como salud y vivienda en muchos
países hay que considerar una verdadera esclavitud.
EL CEREBRO NOS ENGAÑA

Hemos repetido una y otra vez, abusando quizás de la paciencia


del lector el hecho de que debemos conocernos a nosotros mismos
y vencernos a nosotros mismos. Se repite, de una y otra forma
porque esto es el espíritu de la obra: profundizar,
“quintaesenciar”. Frente a todo esto, el ser humano dentro de sus
orgullos imaginarios, piensa que lo más grande y sagrado que
posee es su cerebro. Como “animal pensante”, cree que este sólo
hecho le hace superior a todas las otras especies, así vemos a
notables científicos e intelectuales que defienden ciegamente sus
ideas, pero que jamás en su vida probablemente las han sometido
a un cuestionamiento en un nivel de vigilia más elevado. Al tener
menor consciencia, no se les ocurre ni por asomo al parecer,
pensar en si su gran inteligencia pueda servir para cuestionables
propósitos (como el inventor de armas de destrucción masiva).
Por fuera pueden ser individuos famosos, celebridades,
personas de gran prestigio social debido a sus logros valorados
culturalmente, con una gran inteligencia, pero quizás con un nivel
de consciencia menor que un modesto pescador que a los ojos del
vulgo pareciera “poca cosa,Así se ve a veces como un individuo
no muy inteligente, puede ser bastante consciente, modesto,
moderado, capaz de tener empatía y ser bastante sensato en sus
actitudes. En cambio, podemos frecuentemente ver lo contrario en
aquellos “genios del intelecto”.
Y no es que la capacidad intelectual sea negativa, es el uso de
esta capacidad. Por esta razón, el “animal pensante” puede en
potencia ser cercano a los dioses en su bondad y altruismo, o ser
un monstruo como consecuencia de la inercia de sus pasiones. El
problema del mundo se debe principalmente a esto último, la
mayoría de los países, por ejemplo, se encuentran gobernados por
verdaderos criminales. Lo natural es que en este mundo algo se
corrompa, en cambio el perfeccionamiento requiere un esfuerzo
titánico.
Lo mismo ocurre con todo aquello que sentimos atracción-
repulsión, perfectamente puede un defecto de mi personalidad
llevarme a sentir ciertas inclinaciones por una cosa y otra, pero no
nos cuestionamos. Por ejemplo, cuando una persona dice que está
siguiendo a su corazón, suena muy bonito, sin embargo en la
mayor parte de los casos es el sistema límbico el que anda
haciendo de las suyas. Cuando una persona busca posesiones para
sentirse segura, es altamente probable el cerebro reptil haciendo
de las suyas. El homo-sapiens. Aquel contradictorio mamífero
que se siente mayormente inclinado a simpatizar ciegamente con
ideologías que representen sus defectos y pasiones que aquellas
que sean fruto de sus virtudes. Es mucho más fácil reunir a la
gente en una cruzada de odio que de amor, de guerra que de
comprensión.
¡Si tan solo nos conociéramos primero a nosotros mismos
antes de caprichosa e irresponsablemente osar enarbolar bandera
alguna!.Y el auto-conocimiento no comienzan por la parte
“dulce” de conocer al YO Superior o el Amor Incondicional, sino
a conocer las pasiones, defectos, lo que se encuentra en nuestra
sombra. Es un camino doloroso a través de ese infierno para
recobrar el Alma. Mientras mayor importancia personal, más
doloroso y difícil es.
El principal componente de la mecanicidad en el individuo se
encuentra situado en el complejo-R de nuestro cerebro, o cerebro
reptil. Esta parte de nuestro cerebro ejerce principal influencia por
ejemplo en las conductas ritualistas.
Ritualismo:
Apego exagerado a los ritos y a las normas formales
establecidas.
Todos vemos cómo cultural y socialmente realizamos y/ó
celebramos cosas que ni siquiera nos hemos detenido a cuestionar
si quizás al menos tiene un sentido. No, se piensa y se realizan
cosas porque "casi todos los demás lo hacen". En el caso del
neocórtex, este rara vez se ve en la gente operando debido a que
tiene relación con la razón, parte del cerebro que se ve
sobrepasada por la emocionalidad ciega del sistema límbico.
Mientras el individuo no sea dueño de su propio cerebro,
jamás será libre aunque goce en lo externo de una vida
aparentemente feliz o "realizada", ya que podrá aceptar solo
aquello que está configurado en su programa, negando todo lo
demás. De ahí que cada cual vive en su diminuta cuadrícula de
realidad. Los animales tienen impulso, no racionalidad, según
Séneca. En cambio, el ser humano tiene razonamiento (en
potencia), que le permite reflexionar antes del impulso.
En tiempos de libertinaje o de ambigüedad, se ve abolida la
razón por completo, a nivel cerebral el neocórtex queda
sobrepasado por la condición netamente emocional del sistema
límbico y, por supuesto, la impulsividad del complejo-R o cerebro
reptil. Esta es la razón de por qué vemos tanta bestialidad y tanta
gente se horroriza ante la brutalidad expuesta en hechos
cotidianos a nivel mundial, no comprende que estamos en un
cuerpo animal (con todas sus letras), no le toma el peso, e imagina
que intrínsecamente ya por "obra y gracia" de la vida, son
naturalmente de condición humana. Si le tomáramos el peso
pondríamos "manos a la obra" en nuestro trabajo interno,
inmediatamente, sin excusas. Pero optamos por seguir soñando,
leyendo frases bonitas, que venga Jesús, los ángeles o los
extraterrestres a salvarnos, o nos salve una ideología de turno a
cargo de “los mismos poderosos de siempre” que tienen un gran
club al cual la mayoría de nosotros no estamos invitados.
Podríamos deducir, sin temor a equivocarnos, que sólo los
"corazones impuros" buscan el poder personal, entendido como
poder sobre los demás. Según lenguaje de Cuarto Camino
diríamos que esto emana del centro instintivo, o según
neurociencia hemos dicho que de el cerebro reptil (Complejo-R).
Entre victimas y victimarios, ninguno parece buscar la brecha
justa. Esto ocurre en la política en forma total y también en las
grandes corporaciones (sobre todo que son sociedades anónimas
nadie se hace responsable). Asimismo, en general toda ideología
que intenta imponerse a la fuerza (con aparentes buenas
intenciones) pero que también desean -en el fondo- poder sobre
otros.
A ti te pregunto querido lector: ¿cómo siendo un oprimido no
pasas a ser un opresor?, ¿cómo mantienes limpio el corazón libre
de resentimientos, odios y envidias?.
Todo los sabios hasta el cansancio nos han repetido que el
poder sobre nosotros mismos es el único poder real que muy
pocos buscan en un mundo que se habla mucho de amor pero
pocos comprenden qué es y usándolo como bandera de lucha
igual que los fanáticos "religiosos" (entre comillas porque
aquellos que eran intolerantes y cometieran toda suerte de
aberraciones no eran verdaderos apóstoles del amor) que
cometieron las más grandes atrocidades en la historia, pues jamás
comprendieron lo que era aquello que predicaban ni sabían en el
fondo qué móviles pasionales les hacían buscar hacer las cosas de
ese modo.
Es difícil la especie cambie en esto, a lo largo de la historia
sólo se ve guerra y nada de comprensión. Si queremos
comprender el presente debemos indagar también en el pasado.
Cual serie televisiva como Game of Thrones, es una lucha de
poderes y sólo unos pocos se niegan a jugar el juego o usar el
poder en forma justa.
Dicen que es algo inherente al diseño incompleto humano
que nos toca Trabajar para completar nosotros. El mayor
autoengaño es imaginar que ya estamos completos. Estamos en
una cultura de autoayuda en que nos dicen que debemos "ser
nosotros mismos", pero ese "ser uno mismo" podemos acceder
luego de un largo trabajo de auto-conocimiento en que primero
vayamos descubriendo lo que no somos. Veremos, quizás, que
hemos defendido toda una vida algo que no éramos con ideas y
emociones que no éramos y así, creíamos ser "libres".
Darío Salas Sommer en su libro ¿Cuánto Vale una Persona?
describe lo siguiente que nos sirve como ejemplo concreto para
un “darse cuenta”:
Conoceremos a una familia muy interesante y respetable
que posee admirables hábitos de conducta:

- Selección y preparación del hogar


- Establecimiento de un territorio
- Uso de todas las posibilidades del hogar
- Muestra preferencias de lugar
- Sabe rastrear y perseguir cuando es preciso
- Delimita muy bien su territorio
- Patrulla y vigilia su territorio
- Practica rituales de exhibición de poder para defender su
territorio
- Sabe establecer una lucha inespecífica para defender su
territorio
- Hace exhibiciones de triunfo cuando se defiende
exitosamente
- Asume posturas de sumisión cuando se rinde
- Sabe cazar
- Regresa siempre a su hogar
- Atesora y acumula cosas y alimentos
- Participa en la formación de grupos sociales
- Establece jerarquías sociales
- Saluda a sus semejantes
- Se acicala cuidadosamente
- Se aparea
- Cría a sus hijos
- Le gusta agruparse en rebaño
- Emigra a otro lugar cuando sus condiciones de vida no
son propicias

¿Se trata acaso de sus vecinos?


No, se habla de nuestros antecesores: son los reptiles, de
quienes heredamos uno de nuestros tres cerebros, que
corresponde a nuestra parte primitiva.
La fría realidad nos demuestra que el cerebro reptil es el
que ejerce control mayoritario de las funciones cerebrales,
aunque muchas veces es moderado por el neocortex. Por
supuesto, todo esto es automático en la máquina.
El cerebro reptiliano es responsable de la auto-
preservación y allí se desarrollan los mecanismos de
agresión y conductas repetitivas. Está siempre activo aún
durante el sueño y repite continuamente, de manera
mecánica, los mismos patrones de conducta. Nunca cambia
y no posee capacidad para aprender de la experiencia. Es
rígido, obsesivo, compulsivo, ritualista y paranoico, y es la
sede de la "memoria ancestral".

Quizás sea muy dificultoso digerir lo anteriormente expuesto,


pero reconocer y “tomar el peso” a todas las evidencias en nuestra
condición humana, es necesario para alcanzar la sanidad como
consecuencia de la propia completitud.
¿Cómo podemos sanarnos si negamos una enfermedad?,
¿Cómo podemos despertar si nos imaginamos despiertos por el
solo hecho de tener los ojos abiertos en el día?, ¿Cómo podemos
estar completos si negamos aspectos en nosotros mismos?.
Este es el verdadero camino del autoconocimiento, como
hemos dicho al comienzo: “dedicado a los pocos”. No obstante,
estoy convencido que estos “pocos” ayudan más que miles que
vienen a este mundo solo a entregar su cuerpo de abono al reino
vegetal, de alguna manera, los “pocos” son una “fina selección”,
individuos seleccionados por su propio ser, quienes, deben ayudar
en un balance necesario para la manutención de la vida en este
mundo.
La filosofía siempre ha existido como un método noble y
necesario para ayudar al ser humano a pensar correctamente,
limpiando el espejo teñido de su imaginación para lograr mirar la
realidad tal cual es, pues busca la verdad. Pensar es el
cuestionamiento del método e ideas preconcebidas. No obstante,
es más importante la consciencia, sin la cual, no existirá un
“conocimiento viviente” y esta inteligencia de la cual tanto se
enorgullece el ser humano, se encontrará al servicio de sus
pasiones. De ahí que lo sensato es que antes de llenar nuestro
cerebro de información, nos conozcamos a nosotros mismos.
VALLE DE ROSAS

Este, mi mundo no es un valle de lágrimas sino un valle de rosas,


Este, mi mundo pareciera tener más espinas,
Pero nada se compara a la flor más hermosa.

Algunos ven sólo el dolor del pinchazo que nos clava una espina,
Otros sólo ven sólo la hermosura y suave dignidad de la rosa ante la despejada vista.

Unos niegan las espinas,


Otros niegan la rosa.
Acompáñame al jardín y mira,
¡Esto se manifiesta en todas las cosas!.

Si, hermano mío, hay más espinas que rosas,


Es fácil ser herido al intentar llegar a tan augusta flor,
En este, nuestro mundo, es más fácil herir que sanar el dolor,
Es más fácil destruir que crear,
Es más fácil odiar que amar.

Esta es una trampa a nuestros sentidos y la rosa lo sabe en su idioma,


Por eso ella no mira con autocompasión sus espinas porque estas contrastan con su
belleza y aroma,
Tampoco se deleita con vanidad admirándose ella misma
Cual posesivo muérdago, ocupando su atención en sus aterciopelados pétalos.

Ella no cae en ninguna tentación,


Ella no canta esa canción,
¡Ella apunta siempre hacia el Sol!.

PARTE II: UN PEQUEÑO FUEGO


QUE ENCIENDE OTROS FUEGOS
LOS GUÍAS DE LA HUMANIDAD

“No despiertes nunca a aquel que profundamente duerme, pero haz


cuanto puedas por despertar a quien se remueve en el lecho”.
–Proverbio Sufí

Desde un comienzo debemos tener la humildad para reconocer


nuestra ignorancia y aprender de los que saben. En toda época
han existido ciertos seres que han comunicado el Fuego de la
Verdad, que eleva al purificado y destruye al corrupto apegado a
la materia. Todos los grandes Maestros de la humanidad, sin
excepción, estuvieron en alguna Escuela Iniciática o Escuela de
Misterios. No obstante, un día se independizaron, tomando esta
grave responsabilidad, siguieron su Camino. A menudo siglos
después de sus muertes físicas, se elaboraron dogmas o religiones
inspiradas en sus enseñanzas verbales, escritas u obras artísticas,
las cuales, nunca estuvieron en su interés crear más que el
objetivo de entregar un mensaje.
La Sabiduría es un Fuego Viviente que no puede ser
rigidizado en un dogma. Cada “Enviado de lo Alto”, cual
Prometeo, trae consigo el Fuego del Conocimiento adaptado a la
fachada sociocultural en que se encuentra. Fuego que, en esencia
es el que ha sido, es y siempre será. Esta es, la Quintaesencia.
En este contexto, cada guía de la humanidad ha tenido la
inclinación de entregar su vida por los demás en una causa
amarga pues rara vez son valorados, al menos en vida. Todo lo
contrario, es signo de la gran bestia el erigir monumentos a sus
victimarios y crucificar a sus salvadores. La muchedumbre en su
ceguera, sigue al pasional y descalifica al que es dueño de sí
mismo. Este último, pareciera ser como un espejo limpio que al
contrastar con la suciedad de aquel que le mira, descubre todas
sus imperfecciones y movido por su envidia y temor, reacciona
agresivamente con la belleza de la virtud.
Los guías de la humanidad han sido faros que iluminan el
camino en la tempestuosa noche, ayudan a recordarse, a despertar
a aquellos que se agitan en un mal sueño. Por eso es comprensible
que no todos deseen despertar, y quienes duermen profundamente
lucharán con todas sus fuerzas contra quienes intenten
despertarles. La mayor parte de la humanidad duerme
profundamente, luego vienen distintos grados de vigilia o
despertar. De aquí que el silencio debe ser ley, no se debe
imponer nada a nadie y así lo han hecho los Guías de la
Humanidad. Saben, de acuerdo a su consciencia cuando se debe
hablar y cuando guardar silencio.
Estos grandes iniciados, prefieren realizar su labor en forma
impersonal, y si deben ser conocidos ante la humanidad, lo hacen
por un fin superior pero muy a su pesar. Su “Reino no es de este
mundo”, por ende, pareciera que lo que atañe a este mundo, sus
corazones no se sientan atraídos. Todos sus afectos están
ordenados. Y no es que lo que encontramos en este mundo no sea
importante, pero comparado con la Verdad, lo que hay en este
mundo es “poca cosa”.
Ellos han vislumbrado La Gran Trampa, la serpiente que se
muerde la propia cola: el eterno retorno. Este círculo de la vida se
ve expresado en el auge y declinación de las especies,
civilizaciones, ideologías, religiones y sistemas de todo tipo.
Estas son las revoluciones: giros sobre un eje, dar vueltas siempre
sobre lo mismo aunque muchas veces en apariencia pareciera
diferente, esta es la trampa de nuestros sentidos.
Han reconocido este problema, y han reconocido la solución.
Pero esta solución no existe a nivel de especie, la cual según la
Tradición tiene prohibido la liberación, sino solo se presenta ante
ciertos individuos aislados de la muchedumbre alienada. Esta
solución es el camino evolutivo que es opuesto al camino
revolucionario.
Cuando Nietzsche hablaba del Superhombre era como cuando
Platón hablaba del mito de la caverna. Pasan siglos y nosotros
como humanidad no comprendemos nada de esto, quizás
probando muy a nuestro perjuicio, el nulo crecimiento interno. Si
hubiésemos comprendido, actuaríamos acorde a ello y se
eliminarían muchas divisiones, injusticias, luchas de poder y el
materialismo (adoración al becerro de oro en actos, pero en
palabras diciendo que se adora a Dios).
El Superhombre, a mi modo de ver representa simplemente a
la superación de la condición natural de la especie que es de
bestia. Es simplemente a través de un trabajo interior pasar de
bestia a ser realmente humano. Pero, ¿Quién va a querer ser
humano si ya se imagina como tal?, se mira a sí mismo y no se ve
cachos y pezuñas entonces se dice que es muy humano. Piensa
que sabe mucho sobre cultura, filosofía y sabe leer, escribir, ganar
dinero, entonces es automáticamente humano y no bestia. Nada
más lejos de la verdad.
No hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor enfermo
que no asuma su enfermedad para buscar las causas de ella.
Insisto en la idea de que si fuésemos tan humanos como decimos
ser, no estaría el mundo como está. Si fuésemos una especie
civilizada, no habrían guerras. Pero acá también muchos dirán que
la culpa no es de ellos, hay mucha maldad pero no la verán en
ellos mismos. Verán que algo anda mal afuera pero no pensarán
en qué tenemos nosotros mismos responsabilidad en ello. Tan
sólo para reflexionar, o somos parte de la solución o del
problema. Si decimos una cosa y hacemos otra como seguir las
pautas culturales, vivir para sólo comer, dormir, procrear, ganar
dinero, pasarlo "bien", velar por sólo los "nuestros", ¿Entonces?.
Vivimos como bestias, dirán quizás que vivimos como bestias
racionales pero tampoco es verdad pues muchos hacen más daño
que los mismos animales salvajes. Un perro es más leal que el
hombre.
Sólo seguimos como ovejas al rebaño y hacemos y pensamos
todo lo que los demás piensan. Eso no nos hace individuos, nos
hace verdaderos alienados.
Pero espero estas no sean tomadas como palabras duras, sino
que es sólo observar los actos individuales y a nivel de especie. El
objetivo no es la crítica estéril, sino el de mostrar hechos para
lograr darnos cuenta. ¿Alguna vez comprenderemos a los grandes
hombres que dieron su vida para comunicarnos algo a pesar de
saber que al igual que hoy no serían escuchados?.
Y el problema principal es que la comprensión requiere de un
cierto tipo de “energía fina”, llamémosla así, que es creada por el
laboratorio del cuerpo físico. En estado normal, el individuo solo
tiene energía disponible, apenas, para los quehaceres cotidianos,
no quedándole ningún excedente para acceder a ciertas verdades,
quintaesenciando la vida en este mundo.
¿Cómo podemos crear esa energía?, si bien los grandes
filósofos de todos los tiempos enfatizaban en la necesidad de
hacernos virtuosos, no era por vanidad y pretensión su búsqueda
de perfeccionamiento. La razón estaba en que la energía que
tenemos, se encuentra secuestrada por nuestros defectos, nuestras
pasiones, nuestros mecanismos. Esta energía es el bien más
preciado llamado energía consciencia y es, algo que una vez
creada en nosotros, nada ni nadie nos podría quitar. A medida que
el individuo se va conociendo a sí mismo, se empieza a aceptar,
se empieza a vencer, podrá llegar a encontrarse con si mismo y
tener listas las alas para el gran vuelo hacia el infinito. Más allá de
lo ambicioso que pueda parecer este anhelo, es el único que
realmente importa en este mundo donde todo lo demás pasa, y
nada permanece. “Oh, insensatos afanes de los mortales. Qué
débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro
vuelo de la Tierra”, decía Dante Alighieri en La Divina Comedia.
Poseer mucha información teórica, una gran inteligencia, e
incluso, haber pasado por muchas cosas en la vida no es sinónimo
de Sabiduría. Por supuesto, alguien que ha vivido mayor cantidad
de situaciones difíciles, tiene mayor potencialidad de plomo para
convertir en oro. Es el procesamiento de la experiencia vital lo
que nos importa, es su calidad y no su cantidad o variedad. Esta
calidad depende única y exclusivamente del estado de vigilia
acrecentado, el cual nos permite llegar al mundo del significado,
para unir y relacionar la parte con el todo, lo que es posible en
este nivel de consciencia superior que faculta al individuo crear
una energía fina –quintaesencia–, que le permite concretamente,:
evolucionar.
G. K. Chesterton decía algo que me parece sumamente
verídico y requiere cierta interpretación: "La Tradición es la
adoración del fuego y no la adoración de las cenizas" es una idea
que representa mi siguiente reflexión.
El "fuego viviente" es la Tradición y la Tradición es "el
fuego viviente". Un Maestro es un "portador del fuego" como
Prometeo. Sin embargo, es muy común para la gente promedio el
adorar las cenizas. Esto es: “lo que quedó", tal cual, a menudo
interpretado literal y hasta en mismo lenguaje y forma que lo
expresó algún Maestro por el cual sentimos predilección. A
menudo mientras más famoso mundialmente y popular sea un
Maestro, más se le "adora". Para qué decir si tuvo una muerte
dramática, más "llama la atención".
Pensar que existen, sí, existen, pero muy pocos Maestros en
este momento en el mundo pero no suelen ser tomados en cuenta
a pesar de que transmiten (de diferente forma) el mismo fuego. Y
es que la humanidad valora más aquello que no está, y por lo
tanto, lo que no está suele transformarse en algo mejor entendido
y más popular con el tiempo, a menudo siglos después de su paso
por el planeta. Por ejemplo, se suele decir que Jesús el Cristo no
fue reconocido mientras vivió, sino por muy pocos. ¿Qué debían
reconocer en él?, no la imagen sino el Fuego Crístico Solar, ¡era
el Hijo del Sol!.
Pero... ¿qué gran valor puede existir en adorar las cenizas?, Lo
valioso es reconocer que era un Maestro que transmitía el fuego
viviente, no las cenizas. Los pocos que podían darse cuenta,
tenían algo de ese fuego. Sólo un fuego reconoce otros fuegos y
enciende otros fuegos.
LA LLAVE DEL PODER

“El hombre propone y el subconsciente dispone”.

Si afirmamos que el ser humano se encuentra dormido o


hipnotizado no es metáfora, sino un fenómeno literal como
veremos lo más brevemente a continuación, debido a que existe
abundante literatura que ha explorado este aspecto crucial.
Gran parte de la bondad –decía Séneca– consiste en querer
ser bueno. Sin embargo, casi nadie duda de su propia bondad. Del
mismo modo, gran parte del despertar es querer estar despierto al
cuestionar nuestras facultades cognitivas. Esto casi nadie lo pone
en duda salvo en casos muy aislados quizás en toda una vida.
No podemos tener algo que imaginamos tener.
Ante todo es preciso saber que existen dos entidades mentales
en nosotros, absolutamente distintas las unas de la otra. Ambas
son inteligentes, pero, mientras una es consciente, la otra es
subconsciente. Generalmente se cree la mente trabaja únicamente
en líneas conscientes, sin embargo, gran parte de la actividad
humana es por medio de líneas subconscientes. Podemos ser
conscientes de algunos de nuestros pensamientos y acciones; pero
ser casi enteramente inconscientes de miles de pensamientos y
acciones expresados a cada instante.
Si comparamos la mente consciente con la mente
subconsciente, observaremos que la primera se encuentra provista
de una memoria muy deficiente e imperfecta; pero la segunda
demuestra todo lo contrario para nuestro beneficio o perjuicio: es
una memoria perfecta y nítida, que registra los menores hechos de
nuestra vida diaria. Además es crédula y aceptasin razonar todo lo
que se le dice. Es, pues, una curiosa mezcla de alto y bajo, de
sabiduría y necedad. Ella es pasiva, plástica e impresionable,
recibe, acepta, retiene y ejecuta todas las ideas que le son
transmitidas por la mente consciente, y desafortunadamente la
mayoría son aquellas que ingresan subliminalmente al encontrarse
el individuo en estado de duermevela. La razón de este fenómeno
es que la mente consciente se comunica con el mundo externo por
los cinco sentidos; pero la mente subconsciente adquiere
conocimientos del mundo material, independiente de los sentidos
físicos, y funciona por intuición, ya que es altamente susceptible
de ser controlada e influida sugestivamente por si misma, por otra
persona o entidad, como los mensajes publicitarios, tal como
sucede con el hipnotismo, programando al sujeto para que sea un
autómata que opere bajo intereses que no son de su Esencia.
La subconsciencia es la fuerza misteriosa que construye,
mantiene y gobierna el cuerpo humano: nunca duerme, no se
cansa, ni descansa. Incesantemente precede las funciones de
digestión, asimilación, nutrición y alimentación de cada nervio,
tejido y fibra del cuerpo humano. Fabrica la sangre con los
alimentos, el aire y el agua, que posteriormente lleva a todo el
organismo. El corazón palpita; el estómago digiere; el hígado y
los riñones llenan sus funciones, y todo ello de un modo
inconsciente. Sin embargo, toda la elaboración se ha hecho
precisa, propia y cuidadosamente bajo la dirección mental que ha
trabajado en el plano subconsciente, que constantemente está
vigilando y que, con toda fidelidad, desempeña sus deberes,
siempre que no se le perturbe con pensamientos discordantes,
pues ya se sabe que acepta todo lo que se le dice y lo incorpora en
el organismo como una realidad.
Por ejemplo, si se mantienen pensamientos como éstos: estoy
nervioso, me siento débil, estoy cansado, estoy enfermo, estoy
triste, tengo miedo, etc., y se repiten con insistencia, el
subconsciente los aceptará como realidades y, en tiempo más o
menos breve, hará realidad estas afirmaciones negativas.
Pero, sí por el contrario, se mantienen pensamientos
habituales de alegría, salud, paz, felicidad, etc., esa inteligencia
jugará a nuestro favor.
Esto nos prueba que depende de nosotros mismos escoger y
mantener solo pensamientos que querríamos ver realizados y nos
ayuden en nuestro camino espiritual. Según sean ellos, será
nuestra vida. Los pensamientos son semillas, y la mente
subconsciente, el terreno donde deben caer: la felicidad o la
desdicha será la cosecha que corresponda a lo sembrado.
Sin embargo, no es tan simple: es menester tener al
subconsciente de nuestro lado y esto ocurre, principalmente
cuando existe coherencia, es decir, cuando cumplimos con nuestra
palabra empeñada.
Debemos esforzarnos por cumplir con aquello que
expresamos a viva voz, por más insignificante que parezca.
Muchos de nuestros actos, que al principio solo podemos ejecutar
a fuerza de gran trabajo y cuidado, pronto, con paciencia y
tiempo, los realizaremos fácilmente. Todas nuestras conductas,
pensamientos e incluso emociones pertenecen al mundo del
subconsciente: automatismos que se configuraron y se afianzaron
en un bajo nivel de vigilia dando por resultado un tipo de
personalidad.
Nuestra labor ahora es alumbrar este mundo oculto con la Luz
de la Consciencia.
El plano subconsciente de la mente obra, pues, en gran
medida como resultado del pensamiento “consciente” anterior. A
propósito se pone está palabra entre comillas debido a que al
hablar de consciencia debemos hablar de diferentes niveles de
consciencia o vigilia. Igual que en un termómetro existen niveles
más bajos a más elevados, siendo el nivel más común del ser
humano un nivel “tibio” de duermevela, de mantenerse dormido
pero con los ojos abiertos.
La psicología atribuye que el sapiens se encuentra consciente
al tener los ojos abiertos y tener ciertas facultades mínimas
despiertas, pero no ha profundizado hasta ahora en las
posibilidades de que existan diversos niveles, lo cual
jerarquizaría, para bien y para mal, de alguna forma a las
personas. Por ejemplo, podría darse perfectamente el caso de un
modesto trabajador con un nivel consciente más elevado que un
importante alto ejecutivo de una gran corporación, individuo
poseedor de una gran altura de miras, sensatez y serenidad en
contraste con un sujeto vanidoso, petulante y narcisista.
La autosugestión es un excelente método para la
reconstrucción del carácter y el desenvolvimiento del individuo.
Significa la transmisión –consciente en este caso siendo una
Creación Mental– de una orden del plano consciente al
subconsciente, es decir, el envío de un pensamiento o de un deseo
que hemos meditado y que queremos que forme parte de nuestra
mentalidad. Como ya se ha dicho, la subconsciencia realiza todo
pensamiento, positivo o negativo, que con persistencia se ha
repetido. En una palabra, lo acepta, lo asimila, lo hace suyo.
Cómo con el fenómeno hipnótico, el operador en realidad
influencia al subconsciente del sujeto, ya que por efecto del sueño
hipnótico, el consciente del hipnotizado no está presente y, en
consecuencia, no tiene control sobre su subconsciente.
Lamentablemente hasta nuestros días, pese a los descubrimientos
en el campo de la hipnosis clínica, no relacionamos el
conocimiento adquirido con nuestra realidad, es decir, aún a pesar
de saber muchas cosas podemos ser capaces de no comprender
ninguna de ellas. Entonces, el científico investiga pero, ¿Quién lo
investiga a él?, ¿Desde qué nivel de consciencia realiza sus
investigaciones y descubrimientos?, Puede poseer todas las
competencias y prestigio académico, pero ¿Cuál es su nivel ante
la Naturaleza como consecuencia de su nivel de consciencia?.
Y es que el síntoma que se da en nuestro nivel “normal” de
consciencia es que nos podemos dividir entre sujetos dogmáticos
o sujetos escépticos. Los dogmáticos se aferran ciega y
rígidamente a alguna creencia, en cambio, los escépticos no creen
en nada. Ninguno es capaz de cuestionarse, mecánicamente
responden al entorno desde su programa. Pueden incluso ser
partícipes de un partido político y sólo apreciarán lo que tenga
relación con su ideología, aunque objetivamente esto que aprecian
pueda ser muy cuestionable como diversos delitos que son
evidentes pero el dogmático defenderá mediante el mecanismo de
disonancia cognitiva.
Fue el psicólogo Leon Festinger quien propuso esta teoría que
explica cómo las personas intentan mantener –artificialmente si es
necesario– su consistencia interna. El individuo al sentir
incomodidad, tensión o ansiedad cuando sus creencias o actitudes
entran en conflicto con lo que hacen, puede llevarles a un intento
compulsivo de cambio de conducta o a defender sus creencias o
actitudes (llegando al autoengaño y aceptando una mentira como
verdad) para reducir el malestar que produce cuando estas no son
coherentes con la realidad.
Por ello los grandes sabios nos dicen que todos los problemas
del mundo son problemas de consciencia, es nuestro nivel de
duermevela el que nos mantiene proclives a cualquier tipo de
esclavitud. Y es en este nivel, justamente, que la especie humana
se ha mantenido esclavizada bajo diferentes fuerzas ocultas. Y es
en este nivel en el que muchos padecen, y hacen padecer.
El subconsciente se manifiesta fisiológicamente a través del
hipotálamo, que es un centro nervioso ubicado debajo del cerebro
humano, actuando como su principal regulador. De él depende
todo el sistema simpático, y es el centro de las pulsiones emotivas
y subconscientes que en un instante dado viajan por medio de un
impulso eléctrico hacia el neocórtex, sede de la racionalidad.
No obstante, muchos impulsos no llegan al neocórtex debido a
la acción de diversos mecanismos de defensa como es el caso del
mecanismo de represión que actúa justamente reprimiendo un
impulso que sea reñido con la moral de la época, lo políticamente
correcto y la educación.
Este impulso se encuentra en su camino antes de llegar al
neocórtex con lo que Freud llamó el “super yo”, “imagen
idealizada” o “censura”, que es en cierto modo el programa moral
del individuo. Este super yo es una parte del programa o
personalidad constituido por la cultura de turno, la educación y
convencionalismos sociales. Esta pulsión, al no poderse expresar
en forma natural de forma consciente, se dirige entonces hacia el
sistema nervioso simpático, que al perturbarse da origen a la
angustia, stress, rabia, celos, envidia, que la persona no llega a ser
consciente del proceso, a no ser que en el acting-out por
compulsión exprese, a menudo violentamente, aquello reprimido.
El problema es que también a menudo, después de reaccionar el
individuo en vez de intentar comprender su conducta, suele verse
dominado por el mecanismo de defensa de negación y de
racionalización para de este modo, salvar la imagen del falso yo
ante sí mismo, siendo este un círculo vicioso, una cárcel en la cual
todos nos hemos encontrado encerrados.
Volviendo al subconsciente, según Ramasse Radullá: “[…]
ejerce un tremendo poder sobre nuestras vidas y está
representado por el Niño, al que debemos educar y disciplinar
para llegar a convertirnos n verdaderos adultos con una efectiva
maduración intelectual y emocional. En la medida en que con
nuestra Voluntad logremos mantener al niño en nosotros bajo
control, estaremos actuando directamente en el subconsciente.”
Llega el momento de acercarnos a las Disciplinas del
Despertar, piedra angular de lo que debe ser nuestra obra interna,
acercándonos así, a la creación mental del YO Volitivo, el cual,
empero, es obligatorio si nuestro deseo de alcanzar niveles más
humanos es verdadero.

DISCIPLINAS DEL DESPERTAR


«La evolución espiritual real es el producto de un trabajo
consciente, arduo, y de lucha honesta contra los defectos
personales. El vulgo cree que evolucionar es saber cosas,
tener información sobre algo, lo que es falso […]
«Para avanzar realmente en el Camino Espiritual, debemos
aprender a pensar con lo que verdaderamente somos.»
– Darío Salas Sommer

Idealmente, los siguientes ejercicios prácticos deben ser


realizados bajo cierta supervisión, no obstante, el estudiante
puede comenzar con el primero para ir desarrollando la voluntad
y el “gusto” para poder ir realizando los siguientes.
En general es muy difícil un individuo pueda mantener una
disciplina impecable en su realización, el estudiante debe recordar
siempre la siguiente idea: “es fácil hacerlo, pero también es fácil
no hacerlo”. La mayor parte de las escuelas esotéricas poseen
parte de estas disciplinas, sino todas, pero son letra muerta sin
ponerlas en práctica, la cual, se suele realizar en grupos dirigidos
por un instructor calificado.
Puede parecer extraño hablar de grupos de trabajo si
anteriormente hemos hablado de individualidad. La razón estriba
en la paradoja siguiente: para despertar, al menos en un
comienzo, hay que hacerlo en grupo.
Esto se debe a que en grupos organizados, todos se apoyan y
se motivan a realizar y persistir en las disciplinas y trabajos
asignados, además de ayudarse a descubrir “puntos ciegos” entre
unos y otros ya que en esta ayuda fraternal, todos son espejos.
Para quienes se encuentren en soledad, esta guía efectuada en
el orden y forma descrita será de invaluable ayuda. Existen
muchas otras técnicas que son reveladas en escuelas esotéricas
luego de probar la valía del buscador, pero como hemos
mencionado antes, estamos en tiempos tan oscuros que encuentro
necesario revelar, al menos, todo aquello que nos autorizan a
divulgar. Por otro lado, motivamos para que quienes deseen,
organicen sus grupos de trabajo basados en esta guía.
De cualquier forma, si el lector desea algún tipo de
orientación o desea aportar algo, puede escribir a mi E-Mail:
ckfulcanelli@gmail.com

a) La Relajación Progresiva de Jacobson


Esta técnica fue desarrollada en 1929 y hoy en día es una de
las más utilizadas. Consiste en aprender a tensar y relajar los
diferentes grupos musculares del cuerpo.
La Relajación Progresiva de Jacobson se basa en el hecho que
la respuesta de estrés genera una serie de pensamientos y
comportamientos que provocan tensión muscular en la persona.
Esta tensión aumenta la percepción subjetiva de ansiedad. La
relajación progresiva reduce esta tensión muscular, y con esto la
sensación de ansiedad.
A nivel procedimental, el entrenamiento se realiza a lo largo
de un mínimo de siete semanas. Durante este periodo, el
practicante tendrá que aprender a tensar y a relajar 16 grupos de
músculos en todo el cuerpo: manos, antebrazos, bíceps, hombros,
frente, ojos, mandíbula, garganta, labios, cuello, nuca, espalda,
pecho, abdomen, piernas (muslos y pantorrillas).
La fase de tensión se realiza para el practicante aprenda a
percibir las sensaciones asociadas a la aparición de la
ansiedad o tensión, siendo estas sensaciones las que indicarán a la
persona que tiene que relajarse. Esta tensión muscular permite a
los músculos relajarse todavía más que si se hubieran relajado
tensar previamente. Al final del entrenamiento, se aprenderá a
relajar los músculos directamente sin ponerlos previamente en
tensión.
Fases

En la Relajación Progresiva de Jacobson usualmente se siguen las


siguientes fases:

1. Durante las dos primeras semanas, se practicará cada día el


tensar y después el relajar los 16 grupos de músculos.
2. En la tercera semana, el tiempo para relajarse se reduce.
3. Durante la cuarta semana, se aprende a relajarse
directamente sin poner los músculos previamente en
tensión.
4. En la quinta y sexta semana se aprende a estar relajado
mientras se hacen varias actividades sentado y también
mientras se está de pie y andando.
5. En la última semana, se practica la relajación rápida muchas
veces al día en situaciones no estresantes.
6. Finalmente, se empieza a aplicar la relajación en situaciones
provocadoras de ansiedad empezando por aquellas
situaciones que provocan menos ansiedad. Una vez que se
consigue disminuir la ansiedad en esta situación, se pasa a la
siguiente.

Realización

Más concretamente, en cada ejercicio de tensión-distensión el


practicante debe tensar un grupo de músculos durante unos cinco
u ocho segundos. Posteriormente, focalizará la atención en la
sensación que está experimentando ante esta tensión muscular.
Pasados estos segundos, la persona relajará este grupo de
músculos durante diez o quince segundos, para concentrarse luego
en las sensaciones que experimenta en la zona relajada.
En cuanto a la postura a mantener durante la actividad, esta puede
realizarse en tres posiciones distintas:
1. Sentado en una silla cómoda, con la cabeza apoyada, así
como la espalda y los pies apoyados en el suelo. Los brazos
están relajados sobre los muslos.
2. Tumbado sobre una superficie dura, para tener apoyado todo
el cuerpo y la cabeza ligeramente elevada.
3. Postura del cochero, sentado en una silla, con el cuerpo
inclinado hacia adelante, la cabeza apoyada en el pecho y
los brazos sobre las piernas.

Aplicación de la Relajación Progresiva de Jacobson


La Relajación Progresiva de Jacobson se centra en enseñar a
la persona que lo practica a distinguir entre la sensación de
tensión y distensión en las diferentes partes del cuerpo en que se
distribuye el entrenamiento, en total 16 grupos musculares.
A partir de ese momento, el sujeto va a poder controlar de
forma óptima qué situaciones cotidianas provocan cada una de las
sensaciones de tensión-distensión y cómo debe proceder para
destensar los grupos musculares en caso de notar un exceso de
tensión. Las situaciones tensas usualmente, al relacionarse con
emociones menos agradables, van disminuyendo con el
entrenamiento, de forma que el estado de bienestar emocional y
psicológico del individuo tiende a aumentar progresivamente.

Ejemplo
Como ejemplificación de las instrucciones de aplicación
pueden utilizarse las siguientes fórmulas:
En un lugar cómodo, tranquilo y con escasa estimulación
distractora se introducen unas frases inductoras de calma como
“Estás cómodo y relajado, puedes oír tu respiración, no se
escuchan ruidos sólo el silencio...”. Posteriormente, empezando a
trabajar el primer grupo muscular, se siguen las siguientes
instrucciones:
1. Dirige la atención al brazo derecho, a la mano derecha en
particular, ciérrala, estréchala con fuerza, y observa la tensión que
se produce en la mano, y en el antebrazo (durante unos 5 u 8
segundos).
2. Deja de hacer fuerza, relaja la mano y déjala descansar donde
la tienes apoyada. Observa la diferencia que existe entre la tensión
y la relajación (10-15 segundos).
3. Cierra otra vez con fuerza el puño derecho y siente la tensión
en la mano y el antebrazo, obsérvalo detenidamente (10-15
segundos).
4. Y ahora afloja los músculos y deja de hacer fuerza permitiendo
que los dedos se distiendan relajados. Nota una vez más la
diferencia entre tensión muscular y relajación (10-15 segundos).
Y así sucesivamente con el resto de grupos musculares: manos,
antebrazos, bíceps, hombros, frente, ojos, mandíbula, garganta,
labios, cuello, nuca, espalda, pecho, abdomen, piernas (muslos y
pantorrillas) y al ir relajándose decirse a sí mismo:
“YO ESTOY DESPIERTO AQUÍ Y AHORA”, “YO ESTOY
DESPIERTO AQUÍ Y AHORA”, “YO ESTOY DESPIERTO
AQUÍ Y AHORA”.
En el día a día siempre está nuestro cuerpo recibiendo
distintos estímulos internos y externos causantes de tensión, y
estas tensiones musculares cuando son constantes, podemos
fácilmente dejar de sentirlas, en sentido de ya no ser conscientes
de su existencia, creando especies de “corazas musculares”
crónicas que impiden el libre flujo de la energía.
Uno de los puntos principales que recomiendo relajar más
atentamente es a los globos oculares, pues estos al no estar
relajados, fácilmente puede inducirnos en pensamientos no
deseados y sobre todo, imaginar cosas no deseadas. Se
recomienda tensarlos y luego mantenerlos cerrados y moverlos
hacia arriba, abajo, lado derecho e izquierdo cuántas veces se
desee hasta lograr, por contraste obtener una relajación de ellos lo
más completa posible.
Es menester tomar consciencia de la respiración, relajados y
aprender a realizar una respiración costo-diafragmática que
consiste en llenar el estómago y el diafragma, una respiración
completa y relajada que permita calmar el foco emocional en el
corazón.
En definitiva, el entrenamiento en la Relajación Progresiva de
Jacobson requiere, como ha podido observarse, la aplicación
sistemática, estructurada y bien secuenciada del conjunto de
procedimientos que se han expuesto con la finalidad de alcanzar
un nivel de eficacia adecuado. Se entiende, por tanto, que es la
práctica mantenida en el tiempo lo que va a permitir un mayor
perfeccionamiento en su realización, de tal modo que este tipo de
ejercicios se vayan interiorizando como un nuevo hábito diario
cotidiano.
A propósito he indicado este ejercicio como el primero ya que
para realizar los siguientes, su poder se amplifica si estamos
relajados a nivel físico, emocional y mental.

b) El Yo Volitivo

El punto de partida básico para lograr un estado de conciencia


superior reside en la posesión de un Yo crecido, adulto y maduro,
con cualidades y calidad constante, el que debe ser convertido en
el centro de referencia del flujo de nuestras percepciones. Este yo
debería ser el "espiritual" o "superior". No obstante es preciso
percatarse de que, por constituir este yo nuestra propia estructura
esencial, es muy dificultoso conectar nuestra conciencia con él de
manera directa, motivo por el que debemos crear, con nuestro
propio potencial psicológico, un yo hijo de nuestra mente, para
convertirlo en el directo auxiliar del "Yo espiritual", ente que será
denominado "Yo Volitivo".
Este es un Yo estable y consciente que permite la conexión y una
vía de comunicación, entre el Espíritu y el cerebro de un
individuo. Es una creación teúrgica del Iniciado, a través de la
voluntad y la consciencia para integrar y dirigir su mundo interno.
Darío Salas Sommer ha sido uno de los grandes hombres que tuvo
la humanidad y que legó este conocimiento trascendental en lo
que concierne a los tiempos modernos en occidente. Por lo cual,
se transcribe y se comparte lo que es la antorcha de su enseñanza:
El proceso de formación comienza usando el significante material
del "Yo Vigílico", que servirá de base para formar este ser, que no
existe en el común de los mortales, y que tal como un dios, será
creado en base del misterio de la teúrgia. El resto de su estructura
debe nacer del trabajo mental del practicante. El "Yo Volitivo"
debe constituirse paulatinamente en el intermediario entre el "Yo
Espiritual" y nuestra conciencia intelectual, siendo el poder que
nos permitirá coordinar y dirigir todos los actos conscientes y
voluntarios, y alcanzar también el dominio de nuestras pasiones.
Este "Yo Volitivo" no es una abstracción imaginativa, sino un
ente real dentro de nuestra estructura psíquica; un ser interno y
externo, es decir, que en primer lugar existe como punto céntrico
de nuestra estructura psíquica, y que desde allí efectúa una acción
centrípeta, mediante la cual va absorbiendo en su campo
gravitatorio la estructura compleja del material psíquico. También
posee vida independiente del sujeto, ya que por medio de la
teúrgia se le ha formado un cuerpo energético, el que existe como
un ente con cierto grado de autonomía; en su infancia (la infancia
del "Yo Volitivo"), se alimenta del individuo, pero en su mayoría
de edad se plasma como una especie de proyección o
desdoblamiento mental, que coexiste en una asociación de mutuo
provecho. Sin embargo, es más certero pensar en el "Yo Volitivo"
como "el ser en el cual llega a convertirse el sujeto" esto
significa, que asimila con el tiempo todo lo que el sujeto es en su
manifestación inferior.
Recordemos que nuestro objetivo consiste en tener un yo crecido,
adulto y maduro, de cualidades e identidad constante, es decir, un
centro de gravedad o anclaje psíquico, que se mantenga
invariablemente fijo en las mismas coordenadas de nuestro
mundo interior. Este punto de referencia y amarre es la puerta a
través de la cual logramos penetrar a nuestro universo interno
para comenzar allí el vuelo hacia la divinidad suprema; nuestra
propia chispa divina o espíritu.
¿Qué podemos encontrar allí? Una especie de "hoyo negro" a
través del cual es posible escapar para siempre con nuestra
conciencia del mundo de la ilusión, alcanzando aquellas
realidades que "siempre han sido, son y serán", las que no están
sujetas a la influencia onírica. Sostenemos, tal como lo afirman
los principios herméticos, que "el universo es una creación de la
mente de Dios", y que por lo tanto, "todo es mente", y vivimos en
un mundo mental. La realidad absoluta, por lo tanto, se encuentra
fuera de éste, en el pensamiento del que emana su creación.
Encontrarnos a nosotros mismos, de una manera verídicamente
superior, sólo es posible conociendo las coordenadas que puedan
llevarnos al lugar del universo donde está el Creador. Hablamos,
naturalmente, de nuestro universo interior; ya que según el
aforismo hermético que dice "como es arriba es abajo; como es
abajo es arriba", aquello que logremos dentro de nosotros
podremos también realizarlo en el exterior.
El "Yo Volitivo" es el navegante cósmico que puede conducirnos
de manera segura a la meta culminante que todos los seres
humanos anhelan inconscientemente, que consiste en reunirse son
la fuente de sus orígenes.
El "Yo Volitivo" tiene que constituirse en el amo de las cuatro
inteligencias (que componen el Alma), para subordinar estos
grandes sistemas a una dirección superior y consciente. Como ya
hemos dicho se pretende, a su debido tiempo, coronarlo como el
rey supremo del microcosmos, esto es, como la mano derecha de
nuestro propio espíritu. Es la fuerza que nos va a permitir manejar
toda nuestra estructura psíquica de la manera más eficiente
posible. Esto significa liberarla de lo hipnótico, alcanzar un grado
superior de conciencia, obtener la posesión de la inteligencia
integral, y alcanzar un desarrollo ilimitado a través del tiempo.
Se forma a partir de nuestro escuálido y subdesarrollado "Yo
Vigílico", agregando a este una suma de pequeños esfuerzos
efectuados con el deliberado propósito de liberarse de lo onírico.
Cualquier sacrificio que se haga voluntariamente, "dedicándolo" a
formar y nutrir lo volitivo, tendrá precisamente ese efecto.
Nuestros actos tienen el impulso direccional que les dan nuestros
deseos, y si hacemos muchas cosas con una motivación
deliberada, crearemos una energía que perseguirá invariablemente
la realización de aquello que queremos. Esto es lo que ocurre en
el caso del "Yo Volitivo"; debemos hacer esfuerzos y sacrificios
de autodominio y disciplina, ya sea consistan en privarnos de
cosas determinadas o en ejecutar otras que nos exijan esforzarnos
mucho más allá de lo normal.
Cada vez que realicemos esto es menester repetirnos mentalmente
que lo practicamos para formar el "Yo Volitivo". Con el tiempo
iremos concentrando allí todo trabajo penoso, de manera que
formaremos un sistema de retroalimentación entre lo volitivo y
nuestros esfuerzos; una cosa fortalecerá a la otra. Para esto es
menester, empero, que nuestros sacrificios o privaciones no nos
sean impuestos por el deber o la necesidad material, ya que en
este caso obraríamos sin tener otra alternativa, lo que no
constituiría un acto de voluntad sino un deber imperioso.
Precisamos hacer cosas difíciles, con el exclusivo designio de
formar y nutrir nuestro "Yo Volitivo".
Después de cierto tiempo, cada vez que nos empeñemos en algo
penoso, debemos imponernos sobre el cuerpo con nuestro poder
volitivo, entrenamiento que creará la fluidez necesaria para
manejarnos del modo más eficiente y adecuado.
Nuestra meta será un correcto autodominio, ya que esto involucra
un manejo consciente de nuestras capacidades y una adecuada
actuación del ser. Aprenderemos gradualmente a dirigir la
conciencia, de modo que su trabajo sea de una calidad y eficiencia
incomparablemente superior a lo común, pudiendo de esta
manera, vencer al poder onírico que mantiene sojuzgado al "Yo
Espiritual", constituyéndose el ser volitivo en el libertador o
"salvador".

Ejercicio Formación del "YO VOLITIVO"

Delante de un espejo es preciso repetir diariamente, del modo más


vehemente posible, y de viva voz, la siguiente fórmula, mirando
fijamente la propia imagen:
Yo soy voluntad; todo cuanto Yo quiera he de realizarlo.
Yo soy el poder, la fuerza y la vida.
Yo soy voluntad; Yo soy voluntad; Yo soy voluntad.
Concentro en mí la fuerza y poder de todas mis energías
para convertirme en un ser fuerte y poderoso.
Yo soy fuerte y poderoso: Yo soy fuerte y poderoso.
Mi voluntad tiene el poder de vencer todos los
obstáculos; mi voluntad es el poder de mi Yo y Yo soy el
poder de mi voluntad en acción.
Esto debe repetirse siete veces seguidas todos los días de la
manera más concentrada y enérgica, pronunciando muy
correctamente, y dándole a cada frase el énfasis adecuado. Al
pronunciar “Yo”, se sugiere decir “IO”, más que nada como una
especie de muletilla que ayude a ingresar este al subconsciente.
Es menester señalar que éste no es un ejercicio de autosugestión,
como algunos podrían creer, sino un sistema de creación mental,
mediante el que se le da vida a un ser nacido de nuestro
pensamiento, el que se constituirá, a medida que toma cuerpo, en
nuestro ser volitivo. Después de cierto tiempo podremos empezar
a operar en experiencias simples, que nos permitirán ir
fortaleciendo lo volitivo y la obtención de un adecuado manejo
del sistema.
Los ensayos que efectuaremos constituyen un adiestramiento en
el despertar, y su mecanismo operativo es el de sobreponernos a
la influencia de lo onírico para actuar en el plano de la vigilia.
Debemos prevenir que estas experiencias no son ejercicios que
sea posible ejecutar en la mañana para mantenerse despierto
durante todo el día, lo cual no es factible porque la condición
vigílica consume energía adicional, que debe ser proveída
continuamente durante el proceso.
Nuestra disciplina consiste en el manejo voluntario de la atención,
conducta que debemos observar durante la actividad diaria, ya
que el objetivo que se persigue es el de estar despierto en el
trascurso de la labor habitual y no en lapsos ideales de descanso.
No tiene relevancia el conseguir momentos de despertar en la paz
o tranquilidad de un monasterio, sino hacerlo en la vorágine de
la actividad acostumbrada, o en toda ocasión en que lo deseemos.
Se hace preciso explicar que el estado de vigilia superior no puede
mantenerse constantemente, ya que si no fuera sucedido por el
sueño, terminaríamos por perder la noción de lo que significa
estar despierto. Es el contraste el que nos permite apreciar los
cambios y la condición polar de cada cosa. Es por esta razón que,
solamente, debemos pretender despertar a estados de conciencia
superior por periodos limitados después de los cuales debemos
retornar a nuestro nivel inferior.
Con esta conducta es obligatorio adquirir también la facultad de
ser conscientes de estar dormidos, es decir, saber cuándo estamos
durmiendo. No es dañino el dormir cuando se trata de algo
deliberadamente permitido, con el objeto de descansar, y se
mantiene la capacidad de despertar a voluntad. Se persigue, en el
fondo, conseguir el manejo voluntario de todo el sistema de la
conciencia, para elevarla, cuando sea menester, a una vigilia
superior, o dejarla caer hasta el sueño profundo para restaurar las
energías perdidas.

c) Ejercicio de relajación ocular


Los ejercicios de gimnasia facial nos ayudan a humectar y oxigenar
el ojo, aliviando el estrés ocular y retrasando la vista cansada,
además de tonificar la zona. Además de relajar y calmar el
pensamiento y la imaginación que es lo que más nos importa.
Se puede probar de realizar los siguientes ejercicios para notar sus
beneficios.
1. Sin estirar sujeta la cola de tus cejas con el dedo índice
(empujando levemente hacia arriba) mientras que el dedo
pulgar lo apoyaremos en el pómulo (como si lleváramos un
antifaz) , cierra los ojos de golpe para hacer fuerza y
posiblemente notarás un temblor debido al trabajo muscular,
sostén 6 segundos y ábrelos. Efectuar el ejercicio 4 veces.

Beneficios. Notarás como este masaje relaja la zona, la


oxigena y activa la microcirculación, disipando la tensión y
despertando la musculatura.

2. Este ejercicio se utiliza en el yoga y resulta muy


efectivo, es el del reloj, lo combinaremos con la respiración.

Con los ojos abiertos imagina que miras un reloj, inhala y


sube los ojos hacia el techo como si miraras a las 12, ve
soltando el aire mientras mantienes esa posición y cuando lo
hayas soltado regresa con los ojos a la posición del centro,
vuelve a inhalar y dirige los ojos hacia la derecha como si
miraras a las 3 , ve soltando el aire mientras mantienes esa
posición y cuando lo hayas soltado regresa con los ojos a la
posición del centro, vuelve a inhalar y dirige los ojos hacia el
suelo como si miraras a las 6 y ve soltando el aire mientras
mantienes esa posición y cuando lo hayas soltado regresa con
los ojos a la posición del centro, vuelve a inhalar y dirige los
ojos hacia a las 9, ve soltando el aire mientras mantienes esa
posición y cuando lo hayas soltado regresa con los ojos a la
posición del centro. Repetiremos 5 veces.

Beneficios. Este ejercicio relaja las tensiones oculares,


hidrata el ojo y lo oxigena activando su microcirculación. El
ejercicio respiratorio nos aportará serenidad y un mayor
incremento de oxígeno que activará nuestras células.

Masaje:

1. Para relajar los ojos, ábrelos y ciérralos fuertemente


masajeándolos y sin marcar arrugas.

2. Realizaremos unas digito-presiones siguiendo el


orbicular para desembozar los canales energéticos.
Presionaremos un punto, contaremos hasta 6 y soltaremos de
golpe. El lagrimal es la zona de limpieza del ojo con lo que
finalizaremos allí las presiones ayudando a drenar la zona.

3. Acabaremos efectuando “palming” para relajar la vista


y transmitirle la energía de nuestras manos. Nos frotaremos
las manos hasta sentir calor y las colocaremos encima de los
ojos, manteniendo los ojos abiertos para recibir mejor esa
energía y mantendremos 10 segundos.
Como resultado notaremos una sensible mejoría de la carga ocular
diaria, con los ejercicios los ojos se mostraran más abiertos y más
vivaces, aumentando la serenidad y calma mental y emocional.

d) Ejercicios de Respiración
Según Dr. David Navarro C., el magnetismo solar (bio-
fotones) puede aumentar nuestra vitalidad fortaleciendo el centro
intelectual, emocional e instintivo.
Es preciso ponerse de pie, -idealmente después de realizada una
ronda de relajación progresiva muscular de Jacobson- con rostro
hacia el Sol y decir a viva voz al menos 7 veces lo siguiente:

"OH SEÑOR DEL SOL, YO OS PIDO,


QUE CON VUESTRAS VIBRACIONES BAÑES MI
ROSTRO Y MI CUERPO,
Y ME CONCEDAS BRILLO, BELLEZA, SALUD Y
JUVENTUD A MI ROSTRO Y A MI CUERPO".

Al decir YO es necesario sea desde el “Yo Volitivo”, es decir,


desde lo más profundo, lo que está detrás de la personalidad, la
consciencia. De nada sirve realizar ejercicios mecánicamente.
Es necesario, según el autor de El Ángel y el Brujo, realizarlo
completamente concentrado, utilizando constructivamente la
imaginación en visualizar la energía penetrando en cada célula de
nuestro cuerpo. Ideal frente a los primeros rayos de la mañana,
todos los días, y cuántas veces se desee en el día, con humildad y
reverancia ante el Dador de Vida en este mundo. De poco sirve
dar opiniones de quienes lo hemos practicado por años, cada cual
debe experimentar por si mismo.
Sobre el autor: su vida es bastante desconocida, así como muchos
iniciados, aparecen y desaparecen como tímidas estrellas en
algunas noches oscuras y su tenue luz ayuda a volver a casa
cuando nos hemos dado cuenta que nos perdimos. No sabemos
tampoco si su nombre es real, lo que nos importa es el contenido.
La primera edición del libro donde aparecen una serie de
ejercicios fue en el año 1976, y ha tenido cinco re-ediciones, la
ultima en 1994 impreso en Chile.
Otro ejercicio recomendado es todas las mañanas al levantarse, de
pie, mirando hacia el oriente con los brazos descansando a cada
lado y las palmas volteadas, hacer una inspiración lenta mientras
al mismo tiempo se levantan los brazos con las palmas abiertas
quedando hacia arriba en la postura de la “estrella de cinco
puntas”. Ya en esta postura retener el aire mientras se expresa
mentalmente:
“Me estoy cargando de energías positivas de amor, poder e
iluminación espiritual”.
Luego, ir soltando lentamente el aire mientras a la vez se van
bajando los brazos ahora con las palmas hacia abajo y decir
mentalmente:
“Expulso de mí todo lo negativo”.
Repetir esto al menos 3 veces, hacerlo concentradamente evitando
el apuro.
Una vez finalizados decir a viva voz: “Que así sea”.

e) Disciplina mental de autodominio diario (S.P.H.)


Esta técnica tiene relación práctica con el capítulo “La Llave del
Poder” en donde vimos cómo el ser humano vive su vida bajo el
dominio de un ser sin juicio y razón al que se le ha llamado
“subconsciente”. Este ser en cualquier instante se puede hacer
cargo de la dirección de nuestro cerebro. Puede enfermarnos,
puede hacernos recuperar la salud, puede cegarnos en un instante
de horror, puede impedirnos ganar dinero o impedirnos tener
pareja (por sólo dar algunos ejemplos). Si se interesa en nuestros
proyectos, con toda seguridad saldremos adelante pues posee
remos una fuerza descomunal, pero si se mantiene indiferente nos
quedaremos detenidos, y si se opone a su realización,
fracasaremos rotundamente.
El subconsciente es crédulo, maleable y sugestionable como
un niño. Es como una computadora que recibe información, la
ordena y por medio de impulsos de los que generalmente no nos
damos cuenta, influye sobre nuestra vida consciente.
El subconsciente se opone en todo aquello que nos
propongamos. Si aseguramos, por ejemplo, que a partir del día de
hoy nos mantendremos alegres y positivos por siempre,
reaccionará en forma violenta, intentando ponernos negativos.
Pero si afirmamos que seremos positivos solamente por un día, la
reacción será notoriamente menor, y tendrá por resultado que el
subconsciente se convenza, gradualmente, de ser positivo.
Basados en este razonamiento, exponemos estos ejercicios de
verbalización que idealmente se recomiendan frente al espejo, a
ser realizados de Lunes a Sábado ojalá a primera hora al
levantarse. Deben ser realizados a viva voz, intercalando una
respiración profunda entre una afirmación y la otra,
completamente posesionados de lo que estamos diciendo y
viviendo el instante presente segundo a segundo, para que estas
afirmaciones se conviertan así en una “practica mágica”.

S.P.H. = Solamente por hoy

Lunes
S.P.H. voy a trabajar por ser positivo

S.P.H. tengo la responsabilidad de pensar siempre positivamente.


Pensar negativamente sería como un suicidio mental.

S.P.H. voy a descubrir el oro que brilla en todas las cosas.

S.P.H. aceptaré y amaré todo lo que la vida me entregue, bueno o


malo, alegre o triste.

S.P.H. haré mía la siguiente máxima: “deja que el mañana arregle


el mañana, basta con los afanes de hoy”, es decir, aprenderé a
esperar, en todas las circunstancias de la vida.

S.P.H. no voy a permitir que ningún acontecimiento negativo del


pasado me toque o me moleste.

S.P.H. no voy a permitir que los problemas me apabullen, me


preocupen negativamente, o me angustien, y aprenderé a ser
optimista y a alegrarme de todo, minimizando los problemas en
vez de agrandarlos.
No me dejaré atemorizar por “los fantasmas” que la vida ponga en
mi camino.

S.P.H. tengo la obligación de pensar siempre positivamente, ya


que el pensamiento es creativo y tiende a convertirse en hechos
reales. Qué así sea.

Martes

S.P.H. voy a ponerme en el lugar del otro y estaré abierto para


descubrir sus puntos de vista, sus razones y sus motivaciones
internas.
S.P.H. voy a aprender a interesarme por los demás,
escuchándolos, comprendiéndolos y aceptándolos tal cual son.

S.P.H. voy a aprender a “dejar pasar por alto” las pequeñas


ofensas, las palabras hirientes y las incomodidades que me
ocasionan a veces.

S.P.H. voy a aprender a perdonar, y a pedir perdón por mis


errores, con humildad.

S.P.H. voy a aprender a aceptar los errores ajenos, dándome


cuenta de que deben haber tenido sus razones para cometerlos y
que yo también podría haberlos cometido.

S.P.H. voy a aprender a dar libertad a los demás, puesto que “cada
uno recorre por sí mismo el camino de su propia vida” y por esa
razón debo dejarlos ser.

S.P.H. voy a aprender a usar “la misma vara de medida” tanto


para los otros como para mí.

S.P.H. voy a aprender a ayudar a los demás en forma silenciosa y


desinteresada. Dando ayuda material, consuelo, enseñando, dando
apoyo moral, demostrando cariño, acompañando.

S.P.H. voy a aprender a buscar lo bueno en las demás personas, y


voy a dejar de estar a la pesca de los defectos. Si lo busco con
sinceridad, lo bueno en el otro siempre aparecerá.

S.P.H. voy a dejar de pretender que los otros sean iguales a mi,
que se amolden a mis gustos, mis costumbres, mis planes, mis
metas, mis motivaciones, y dejaré de forzarlos para que sean a mí
manera. Qué así sea.
Miércoles

S.P.H. no protestaré, no me quejaré, no haré reproches ni


rezongaré. Hablaré siempre calmado, dulce, alegre y
optimistamente.

S.P.H. no diré jamás “me va mal”, “me siento mal”, “tengo mala
suerte”, porque así me irá bien, me sentiré bien y tendré buena
suerte.

S.P.H. pensaré siempre antes de hablar y expresaré con firmeza lo


que pienso, en el momento oportuno.

S.P.H. no dañaré, no heriré, no criticaré, no juzgaré, ni hablaré


mal de otra persona.

S.P.H no hablaré de mí mismo (a menos que sea absolutamente


necesario) ni me pondré de ejemplo, ni me las daré de sabio.

S.P.H cumpliré siempre con mi palabra, haciéndome así respetar


por la Naturaleza.

S.P.H no hablaré más de lo necesario. No hablaré “por hablar”, en


forma compulsiva y superficial, puesto que la palabra es creadora.

S.P.H aprenderé que es mejor escuchar que hablar y que


quedarme en silencio no me desmerece.

S.P.H aprenderé a ser benevolente para con quien me habla


tratando así de escuchar tranquilo, con paciencia y expresando
admiración y elogio.

S.P.H tendré siempre presente que con lo que digo y en la forma


como lo digo estoy moldeando mi ser interno, modificando mi
entorno, uniéndome o desuniéndome a los otros y fabricando con
cada palabra felicidad o infelicidad. Que así sea.

Jueves

S.P.H aprenderé a tomar distancia frente a los problemas de la


vida cotidiana para observarlos objetivamente sin apego, en forma
impersonal, como si fuese el espectador.
S.P.H aprenderé a observar mis motivaciones profundas: celos,
envidia, afán competitivo, deseos de predominar, deseos de
ocultar mis propias deficiencias, sacándolas a la luz y
observándolas objetivamente antes de actuar.
S.P.H aprenderé a dejar la subjetividad de lado cuando practique
la auto-observación.
S.P.H aprenderé a reconocer y aceptar mis propios errores y mis
actitudes negativas, y aprenderé a trabajar para eliminarlos.
S.P.H aprenderé a agradecer a aquel que señala mis faltas.
Aunque no me de cuenta, me está ayudando a crecer.
S.P.H aprenderé a aceptarme tal cual soy, con todas mis virtudes
y defectos.
S.P.H aprenderé a quitarme las máscaras que uso y a dejar de
aparentar, tratando de ser realmente yo mismo.
S.P.H aprenderé a controlar la ambición de poder, de figuración,
de fama, de renombre, de dinero; lo que podré realizar si practico
con tesón la virtud del desapego, sabiendo que desapego no es
desinterés, es cortar los lazos internos que me atan a las cosas.
Desapego no es no poseer cosas, es que estas cosas no nos
posean.
S.P.H aprenderé a hacerme cargo de mí mismo dándome cuenta
de que “Yo Soy” responsable de mí mismo, de que “Yo Soy”
quien fabrica mi destino y recorre el camino de mi vida y dejaré
de echar la culpa de lo que sucede a los demás.
S.P.H dejaré de preocuparme por los qué dirán, qué pensaran de
mí, cómo lo tomarán, y trataré de ser espontáneo, actuando en
forma natural y libre frente a cada situación que se presente. Y no
quedar atrapado por el “debería”, debería actuar así, debería ser
de tal manera. Que así sea.

Viernes

S.P.H aprenderé a aceptar la idea de que nada es permanente, y de


que todo está sujeto a cambio. Aceptando la idea de que mi
cuerpo también tendrá enfermedades, envejecimiento y muerte.
S.P.H aprenderé a abandonar mis hábitos, que me tienen atados y
me impiden crecer.
S.P.H aprenderé a abandonar los falsos sufrimientos.
S.P.H aprenderé a simplificar mi vida, haciéndola sencilla y
simple, y evitando la complicación.
S.P.H aprenderé a desprenderme de todo lo superfluo.
S.P.H aprenderé a no dañar a nadie, ni con mi pensamiento,
palabra, ni acción.
S.P.H aprenderé a enfrentar la vida menos seriamente, con menos
solemnidad, tomando todo con humor y alegría. Aún lo malo.
S.P.H aprenderé a no autocompadecerme.

Sábado
S.P.H aprenderé a valorar lo que la vida me da, no lo que deja de
darme.
S.P.H aprenderé a evitar que nimiedades me cierren para ver las
cosas valiosas que me rodean.
S.P.H aprenderé a querer a todos, diciéndoles mentalmente “te
quiero”, desde el corazón, cada vez que me acerque a alguien.
S.P.H aprenderé a disfrutar con las cosas simples y pequeñas: una
flor, una paloma que va cruzando el cielo, la mano de mi pareja
que se apoya en la mía, el aroma del café, un gato que cruza el
camino.
S.P.H aprenderé a darme cuenta de que yo formo parte del
universo, y que me muevo gracias a la corriente de vida universal.
Que sólo soy una parte de un todo.
S.P.H respetaré todo lo creado, y aprenderé a no destruir nada sin
un motivo justificado. Respetando la vida en todas sus formas.
S.P.H abandonaré la violencia. Aprenderé a ser flexible y suave.
El agua termina horadando la piedra, sin ningún tipo de violencia,
sólo perseverancia.
S.P.H aprenderé a “querer”. Un deseo que nazca de lo más
profundo de nosotros mismos, es como una orden del destino, que
tiene que cumplirse.
S.P.H si me ocurren cosas que no puedo cambiar, no me opondré,
dejaré fluir la situación hasta que se agote por sí misma y las
cosas se acomoden solas, por su propio peso. Y si veo venir una
dificultad, esperaré relajado, suelto, sereno, y cuando llegue,
trataré de pasar por encima, como si saltara una valla. Que así sea.

A medida que practique los ejercicios, observará profundos


cambios en su forma de vida, y aún las cosas más simples
adquirirán un nuevo significado.
Se sentirá mejor físicamente: las molestias habituales de salud
(cansancio, dolores musculares, dolores de cabeza), se harán
menos frecuentes y llegarán a desaparecer. Se sentirá cada vez
con mayor capacidad física, y dueño de una sensación general de
bienestar. Además de mayor sensación de autodominio, calma en
la esfera de las emociones y paz mental.

LA QUINTAESENCIA DEL MUNDO


(La Alquimia del Espíritu Solar)
Según el premio Nobel de Física, Erwin Schrödinger, la vida
pareciera ser el "comportamiento ordenado y reglamentado de la
materia, que no está asentado exclusivamente en su tendencia en
pasar del orden al desorden, sino basado en parte en un orden
existente que es mantenido. Su propiedad más sorprendente es la
de desplazarse hacia arriba contra el flujo del tiempo". La vida,
según Schrödinger es una contradicción paradójica respecto a la
segunda ley de la termodinámica, que establece que todo está, ha
estado y estará moviéndose hacia abajo, hacia el equilibrio y la
muerte. Sin embargo, la vida evoluciona hacia una mayor
complejidad y se caracteriza por una improbabilidad
omnipresente. Es decir, la vida es un orden implícito que
mantiene y regula los procesos materiales. Entonces, vemos cómo
muchos teóricos de la física expresan que la vida en realidad es
orden, estructura y jerarquías. La vida no es anarquía,
desorganización, ambigüedad y confusión en ningún caso, siendo
estas tendencias condiciones de Tánatos como pulsión de muerte
y fuerza involutiva.
Por otro aspecto, quizás más contemporáneo, el físico alemán
Burkhard Heim trabajó por alrededor de 40 años en formular una
"Teoría del Todo". Amplió la teoría general de la relatividad a 12
dimensiones. Aquí propone que la materia o el mundo material
es la expresión visible de un orden implícito que está en
dimensiones superiores. Aquí Heim propone un mundo donde
predomina la energía (partículas sin masa) y como propone el
Kybalion con el Principio de Mentalismo, y cómo este "mundo
inmaterial" crearía nuestra realidad física y material.
En la comprensión del principio de polaridad, que es uno de
los regentes en este mundo, es que podemos encontrarnos con dos
afirmaciones que pueden ser igual de verdaderas: «todos somos
diferentes, todos somos iguales».
Reflexionemos juntos sobre esta idea:
Un termómetro puede indicar grados de calor y frío, pero estas
diferencias son parte de una misma única energía. En una escala
musical existen tonos y semi-tonos, a mayor altura, mayor
sutilidad y a mientras más bajo, mayor densidad. No obstante, en
algún punto, los extremos se tocan. Con nuestros defectos y
virtudes ocurre igual. Siendo los primeros una energía densa y los
segundos una energía sutil parte del mismo principio.
Imaginemos a la Verdad como un gran fuente en la montaña
más elevada de cual desciende el agua hasta la más baja planicie.
Será entendible que esta agua, pura desde su fuente vaya
ensuciándose y contaminándose al ir descendiendo. Sin embargo,
sigue siendo en esencia la misma agua. Por eso nuestra labor es
volver a ser como el agua de la fuente en la alta montaña que ha
eliminado de sí toda impureza.
El agua que ha regresado a la fuente en la montaña en su
sabiduría sabe reconocer lo diferente al haber descendido, sabe
que hay cosas que purifican y otras que ensucian, y que ciertas
notas igual que en una escala musical elevan y otras hacen
descender, ahora comprendiendo desde la altura, más allá de la
polaridad que, «todo es igual», pues desde aquí todo proviene.
Así, La Gran Fuente que es Dios: crece.
Es imposible ver las cosas de forma más objetiva y menos
subjetiva, imposible acceder al conocimiento viviente en estado
de vigilia carencial, hemos propuesto que este puede ser
incrementado mediante ciertas disciplinas. De lo contrario
estaremos a merced de una alucinación colectiva, impedidos
totalmente de alzar este vuelo. Nos encontramos en los tiempos
de mayores niveles de oscuridad porque, a diferencia de las
películas, en la vida real ya es muy difícil saber quién es el malo y
quién es el bueno. Es decir, ya no se puede confiar en la prensa,
no se puede confiar en toda la información que abunda en las
redes, no se puede confiar totalmente en la ciencia (pues depende
de dinero también para cumplir con las investigaciones en las
cuales invierten algunos siniestros grupos de poder), no se puede
confiar en sólo una parte de la historia pues esta la escriben los
vencedores (y los vencedores no necesariamente son los buenos).
La única forma de discernir todo realmente es despertando a
niveles más elevados de vigilia, formando un YO Volitivo. De lo
contrario, sólo seremos agentes inertes del sistema. No
pensaremos por nosotros mismos, sino con la "cabeza" del
inconsciente colectivo, sin responsabilidad alguna, cómplices,
mostrando las peores características de la especie.
En lo personal no me encuentro muy optimista respecto al
mundo civilizado, por lo que esta obra aspira principalmente en
ser un pequeño Faro que sirva de guía en la tempestad. Temo que
cercanos al fin de este siglo XXI, el mundo civilizado seguirá
siendo un gran manicomio. La diferencia es que ahora los
enfermos mentales andarán sueltos, y los sanos estarán con
camisa de fuerza. Hay grados de subjetividad y grados de
realidad, más allá de todo esto se encuentra la Verdad, pronto el
extremo del error y la subjetividad tocará fondo, y este será un fin
de un mundo. Es posible que incluso nuestra especie desaparezca
para siempre, esto no lo sabemos, pero conocemos esta
recurrencia que ocurre por inercia a nivel de la especie a través de
toda su historia. Nos encontramos frente a los grados más
marcados de subjetividad y llegará el día de la locura. Por esta
razón se puede observar cómo se va normalizando todo aquello
que durante siglos nunca lo fue, y no lo fue porque existen
incontables estudios en que se muestra con evidencia empírica el
hecho de que estas conductas son fruto no de la sanidad sino de
complejos y problemas psicológicos. Lo que es en época de
subjetividad, la ciencia es despreciada totalmente al igual que lo
que ha ocurrido a lo largo de la historia con el fanatismo
religioso, ingresando en el terreno de la psicosis. Aquí
encontramos a la superstición que se ve reflejada entre aquellos
que aceptan volublemente ciertas cosas sin siquiera razonar y
entre aquellos, que por el contrario, niegan tajantemente algo sin
tener la capacidad de ver otros ángulos pues ambos extremos son
rigideces mentales.
Por otro lado, declaramos que no existe la moral ni la virtud
mecánica, estas cualidades sólo se expresan naturalmente en
elevados niveles de vigilia producto de la disciplina,
autoconocimiento y autodominio. Antes de eso, es mejor seguir la
“Ley de Oro” al irreflexivo libertinaje. A Jesús los fariseos le
inquirieron: “–dinos cuál es el mayor mandamiento de la Ley”, a
lo que Jesús respondió: “–ama a Dios por sobre todas las cosas y
no le hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan, cumple
con esto y encontrarás la Ley y lo dicho por los profetas”.
Igualmente, muchos profetas a lo largo de la historia humana
decían que debíamos encontrar a Dios en el corazón,
simbolizando, de alguna manera que podíamos encontrar la
Verdad a través del centro emocional. Dios en realidad es a quien
debemos llegar a honrar y amar por sobre todas las cosas como
decía Jesús, es nuestra verdadera identidad, nuestra chispa divina
que es emanación del Absoluto en la Tierra. El gran problema es
que nos encontramos cojos y ciegos, moviéndonos entre la niebla
espesa de la vida. Ambas piernas no se encuentran coordinadas
debidamente y así no avanzamos en dirección alguna, más de las
veces tropezamos y erramos en el blanco, ¿Cómo avanzar y en
qué dirección a menos tengamos los ojos bien abiertos?.
Por plantear un ejemplo y de otra manera, las carreras
académicas humanistas y científicas son como agua y aceite.
Mientras la primera suele verse subjetiva, la segunda puede ser
más objetiva. Mientras la primera tiene corazón, la segunda tiene
intelecto. Mientras la primera tiene sentimiento, la segunda posee
la técnica. Ninguna por sí sola hace mucho, pues siempre
quedaremos cojos. La unión y coordinación de ambas, tal como
dos piernas, crea otra fuerza. Sin embargo, el agua y el aceite por
naturaleza no pueden unirse, lo único que puede unirles es la
fuerza del amor consciente (vinculum quippe vinculorum amore
est). Esta fuerza sutil es la espiral (spirit), el espíritu de todo, la
quintaesencia.
Dicho por Giordano Bruno: «En todas las cosas hay una
fuerza divina, esto es, el amor, el padre en sí mismo, la fuente, el
océano divino de todos los vínculos».
La quintaesencia es el Amor.
Una etimología de la palabra “amor” es que es una palabra
compuesta del latín, donde “a” significa “sin” y “mor” es una
contracción de la palabra “mortem” que significa “muerte”. En
consecuencia, amor quiere decir “sin muerte”, por lo tanto, según
este significado el amor es eterno y tal como decía Hermes
Trismegisto: “Sólo lo eterno es real”.
El amor es el Absoluto y nosotros poseemos una chispa del
Absoluto. Desde aquí nace todo y en todo esto el Universo se
sostiene. Así se puede ver desde todo lo que la teoría de El Rayo
de la Creación.
Según esta teoría existen siete cosmos:
1- Protocosmos
2- Ayocosmos
3- Macrocosmos
4- Deuterocosmos
5- Mesocosmos
6- Microcosmos
7- Tritocosmos
El Protocosmos estaría formado por múltiples Soles Espirituales.
Se ha hablado mucho sobre el Sol Absoluto o el Sol Negro, aquel
Sol invisible que se encuentra “detrás” del Sol visible.
Cuando los antiguos sabios egipcios se referían al Absoluto,
se referían con el nombre de Amón-Ra. Es un craso error
cometido por los historiadores, decir que los antiguos egipccios
eran politeístas, ellos eran monoteístas y su consideración de otros
dioses era solo basada en el respeto hacia diferentes fuerzas de la
naturaleza. Nuestra Chispa Divina es una emanación del Sol
Absoluto, por eso quienes vuelven a su Esencia, vuelven a ser
Hijos del Sol.
Según Friedrich Von Licht en El Fuego Secreto, Hiperbórea
(más allá del viento del norte), según la mitología griega, es el
lugar donde el dios Apolo permaneció inmediatamente después de
su nacimiento y en donde cada diecinueve años, período que
necesitan los astros para efectuar una revolución completa y
volver a su posición inicial, el dios celebraba sus fiestas durante la
noche de equinoccio de primavera. Por su parte, Atlántida, según
el mito, era la isla donde reinaba Atlante o Atlas, el titán que
sostenía en sus hombros la bóveda celeste. Von Licht dice que es
fácil, entonces, entender el mensaje de la leyenda. Hiperbórea es
la residencia del Sol, el dador de luz, calor y vida. Atlántida es el
hogar del Espíritu que "sostiene al firmamento". Por tanto, cuando
se afirma que la Alquimia proviene de Atlántida e Hiperbórea, a
los adeptos no les interesa señalar tanto su origen histórico o
geográfico como su fuente espiritual y energética: el Espíritu
Igneo que sostiene al universo y que “sólo puede verse desde el
interior”.
Quizás mucho se ha hablado sobre el Sagrado Sol Absoluto, y
es obvio que todo Sistema Solar está gobernado por uno de esos
espirituales soles. Esto quiere decir, que nuestro sistema de
mundos posee su Sagrado Sol Absoluto propio, al igual que los
otros sistemas solares del inalterable infinito.
El Segundo Orden de mundos estaría formado con todos los
soles y planetas que viajan a través del espacio.
El Tercer Orden está formado por nuestra galaxia, por esta
gran Vía Láctea que tiene como capital cósmica central al Sol
Sirio.
El Cuarto Orden está representado por nuestro Sistema Solar
de Ors.
El Quinto Orden corresponde a nuestro planeta Tierra.
El Sexto Orden es el Microcosmos Humano.
El Séptimo Orden está en los Mundos Infernales.
Sin desear ampliar excesivamente lo expuesto, podremos eso
sí darnos cuenta del hecho de que nuestra especie homo-sapiens
no es tan importante como se imagina. Son incontables los
autores e investigadores que exponen la teoría de que somos
alimento de otras fuerzas desconocidas y que poco menos nos
encontramos en una “Granja Humana”.
Ya dijimos dentro de los primeros capítulos que la especie
sapiens tiene prohibido evolucionar pero puede hacer este salto
cuántico de la consciencia en forma individual. Y es que,
justamente, como especie nos encontramos esclavizados y lo peor
es que no nos damos cuenta, es más, la mayor parte de la gente
ama sus cadenas. No obstante, algunos individuos poseen una
“intuición de la verdad”, la cual les hace buscarla al no poder
contentarse con el panorama ofrecido. Algo pareciera no calzar,
algo pareciera andar mal. En los últimos años se ha vuelto moda
en las teorías de conspiración hablar de seres annunaki o
reptilianos. No nos cabe duda de que este tipo de seres existen, y
muchos de ellos, quizás la mayoría, no ejercen influencia positiva
en el ser humano.
Gurdjieff mencionaba que la especie humana -compuesta por
seres "tricerebrales" a lo que la neurociencia actual comprueba
con la teoría del cerebro triuno propuesta por Paul McLean- fue
gratificada en el pasado con un órgano particular, situado en la
base de la cola (en la época en que teníamos una), el órgano que
llamó "kundabúffer".
La función de este órgano, en cuyo nombre creemos
reconocer la energía central del yoga, "Kundalini", era simple:
impedirnos ver la realidad tal cual esta es. Es decir, hacernos
tomar lo imaginario, o lo ilusorio, por lo real. Persuadirnos de que
lo que vemos, escuchamos, percibimos y comprendemos, ya se
trate de nosotros mismos o del resto del mundo, constituye la
única y verdadera realidad.
Posteriormente, por orden superior, cuenta Gurdjieff, este
órgano desapareció de nuestro cuerpo, pero por una especie de
"predisposición hereditaria", sus efectos aún se hacen sentir en la
casi totalidad de nuestros semejantes. Nosotros continuamos, a
pesar de las intervenciones benéficas pero rápidamente
distorsionadas de ciertos "Enviados de lo Alto", los fundadores de
nuestras religiones y Escuelas de Misterios, creyendo que el
mundo, tal como se nos aparece, es real.
Este órgano sigue ejerciendo sobre nosotros una fuerza
verdaderamente hipnótica que se traduce en una sugestión
profunda. Y estamos tan hondamente sepultados bajo nuestras
certidumbres engañosas que la idea misma de salir de allí nos
parece absurda. Dormimos y decimos: "Yo estoy despierto. ¿Por
qué tendríamos que despertar?".
Poder de la imaginación, dice Ouspensky, poder de la
fantasía, "que usurpa el lugar de una función real". Así que
continuamos creyendo, alentados por palabras seductoras
(Sócrates, Descartes, Jung), que podemos conocernos a nosotros
mismos y que, por consiguiente -pues es fácil dar el paso- nos
conocemos. Tan viva es nuestra vanidad, tan ligera nuestra
mentalidad, que vivimos encorsetados dentro de imágenes muy
precisas, nosotros que no somos más que niebla o “microbios
cósmicos”.
De esta manera escuchamos cada día, en una forma u otra, a
alguien que nos dice "Yo soy así, yo soy asá", y percibimos otra
cosa. O bien se equivoca, o bien miente. Sobre esto bien lo dice
Ouspensky, citando las palabras de Gurdjieff:
"Usted verá que puede pensar, sentir, actuar, hablar,
trabajar, sin ser consciente de ello, y si usted aprende a ver
en usted mismo los momentos de consciencia y los largos
periodos de mecanicidad, verá con la misma certeza en los
demás en qué momentos ellos están conscientes de lo que
hacen y en qué momentos no lo están" (...)
"¿Cuándo ustedes se recuerdan a sí mismos, qué es lo que
recuerdan exactamente?".
Todo esto puede unirse a muchas teorías, como el Mito de la
Caverna de Platón o también a la idea del "Depredador" , una
instalación foránea, especie de Kundabúffer presentada por Carlos
Castaneda y que es de la cual deseo comentar.
En Pases Mágicos, Castaneda escribió:
"Los seres humanos están en un viaje de conciencia, el cual
ha sido momentáneamente interrumpido por extrañas
fuerzas."
Y del libro El Lado Activo del Infinito cito:
"Los hechiceros creen que los depredadores nos han dado
nuestros sistemas de creencias, nuestras ideas del bien y el mal,
nuestras costumbres sociales.
Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y
expectativas y sueños de éxito o fracaso. Nos han dado la codicia,
la avaricia y la cobardía. Son los depredadores que nos hace
complacientes, seguidores de rutinas, y ególatras.
Para mantenernos obedientes y dóciles y débiles, los
depredadores se comprometieron en una maniobra estupenda;
estupenda, por supuesto, desde el punto de vista de un estratega
de la lucha. Una maniobra horrible desde el punto de vista de
aquellos que la padecen.
Ellos nos dieron su mente! ¿Me escucha?
Los depredadores nos dieron su mente, que se convierte en
nuestra mente. La mente del predador es barroca, contradictoria,
malhumorada, llena de temor de ser descubiertos en cualquier
momento.
Yo sé que a pesar de que usted nunca ha sufrido hambre tiene
ansiedad de alimentos, que no es otra cosa que la ansiedad del
depredador que teme que en cualquier momento ahora su
maniobra vaya a ser descubierta y su comida va a ser negada. A
través de la mente, que, después de todo, es su mente, los
depredadores inyectan en las vidas de los seres humanos lo que
es conveniente para ellos.
Y ellos aseguran, de esta manera, un grado de seguridad el
actuar como un amortiguador contra el miedo".
"Los depredadores nos dieron su mente - que se convierte en
nuestra mente". Un acto que se conoce como 'estupendo' desde el
punto de vista de una estrategia de lucha.”
Esta “mente” pienso se refiere al cerebro triuno que hemos
mencionado anteriormente, que tiene la particularidad de
mantener una “memoria ancestral” radicada en el complejo-R,
que hace a nuestra especie operar en forma mecánica, sumado al
sistema límbico que permite mantener una conexión hacia el reino
animal, haciéndonos ni animales ni reptiles, sino híbridos. El
neocórtex, a su vez, sería el programa de sociocultural
introyectado, además de una interpretación y aprendizaje en la
vida sin ser esto nada de sabiduría. Todo esto, en su conjunto,
presenta lo que comúnmente llamamos “personalidad”, la cual, en
realidad, es un injerto foráneo y llega el momento en que la
tomamos como la “verdadera” identidad.
La descripción de Osho de la iluminación viene a la mente con
respecto a este dilema en el que nos encontramos:
"La iluminación es un proceso destructivo. No tiene nada
que ver con ser mejor o estar más feliz. La iluminación es el
desmoronamiento de la falsedad. Es ver a través de la
fachada de la pretensión. Es la erradicación completa de
todo lo que imaginamos que es verdad."
Sólo liberándonos internamente podremos liberarnos afuera.
¿Afuera de qué?... De los mensajes publicitarios, del marketing,
de las modas e ideologías, de todo lavado de cerebro y
eventualmente, ¿Por qué no? Liberarnos de los dioses que nos
tienen esclavizados. Liberarnos del frío dominio de los Arcontes
del Destino sobre la humanidad. Escribir sobre estas fuerzas en
profundidad sería motivo para otro libro, sin embargo,
expondremos algunos aspectos pero debo confesar me abstengo
un poco de hacerlo y lo hago al final de este libro para evitar
incentivar en desmedida la imaginación del lector. Hay muchos
grupos que empiezan por las ramas del árbol y no por sus raíces,
la imaginación es más proclive a motivarnos a investigar sobre
supuestas magias, contactos con dioses o ángeles y evitar así
hacer el arduo y humilde trabajo de conocernos a nosotros
mismos.
Prosiguiendo con lo antedicho, el ovniólogo Salvador
Freixedo expresa en su libro Defendámonos de los Dioses:
“El que piense que todo lo que se refiere a los ovnis es una
alucinación, etc., etc., está completamente equivocado y, a
estas alturas, cuando el fenómeno ha sido investigado a
fondo y aireado por todos los medios de comunicación y
cuando se han publicado sobre él cientos de libros, los que
todavía siguen pidiendo pruebas demuestran tener una
cabeza bastante pequeña y bastante cerrada, por muchos
títulos académicos que posean.”
Eso que este libro fue escrito hace más de una década,
sabemos en la actualidad existen. Según Freixedo –quien ha
dedicado una vida entera a investigar este fenómeno–, los dioses
se manifiestan ante la humanidad sólo por dos razones: necesidad
o placer. Estos seres no nos aman ni nos odian, simplemente nos
tratan al igual como nosotros tratamos a los animales. Así vemos
cómo diversidad de gente se comporta de diversas formas con los
animales, muchas veces por afecto, a veces por crueldad o incluso
por deporte (como en la casa y las corridas de toros). En el caso
de los Arcontes, nos referimos a “Los Señores del Zodiaco”, es
decir, son las influencias de los astros y planetas que rigen sobre
nuestro destino, el cual, se encuentra a merced de estos fríos seres
que cumplen con la labor de mantener otro orden a nivel cósmico.
Pensemos que tal como el mensaje de Hermes: “como arriba es
abajo, como abajo es arriba”, nosotros no nos encontramos para
nada como imaginamos vanidosamente en el pináculo de la
especie, no somos los reyes del universo, tan sólo somos una
especie más de miles y miles. La humanidad como especie está
obligada, como hemos dicho, a cumplir con las reglas del juego
que se le ha asignado. Debe nacer, sufrir, amar, gozar,
reproducirse, construir civilizaciones, destruirlas, enfermar, y
morir, sólo para beneficio de potencias superiores invisibles,
quienes capitalizan el “producto vital”.
La evolución a nivel universal es infinita y opera en una mutua
cooperación. Dentro de este esquema, así como nos alimentamos
y capitalizamos de otras especies, también otras más elevadas a
nuestra escala evolutiva lo hacen con nosotros. Para ellos nuestra
especie es una “Granja Humana” y esta capitalización es negativa
para nosotros pero positiva para ellos. El mineral se alimenta de
los rayos solares, la planta se alimenta del mineral, el animal de la
planta e incluso otros animales, el sapiens de todos los anteriores
y las fuerzas superiores (podemos llamarles ángeles y arcángeles),
suelen alimentarse de las emanaciones de la especie, de su caldo
aurífero, su energía vital. Sólo liberándonos internamente
podemos escapar transitoriamente a estas leyes, y de este modo
evolucionar al disponer de la energía necesaria para alimentar a
nuestro ser.
Sólo diremos que no recomendamos para nada al buscador el
invocar a nadie, ni llamar a nadie para adorarle, ni postrarse ante
ningún dios-persona ni ante ningún dios-persona para rendirle
culto ni celebrarle ritos. Sólo rendir honor a la propia Chispa
Divina que es emanación incorruptible e indestructible del
Absoluto. Las razones de esto es que a menos el sujeto no haya
creado en si mismo un enorme centro magnético, puede ser objeto
de ser esclavizado por otras fuerzas que pueden ser malignas a
mediano o largo plazo y es lo que se ha visto en miles y miles de
casos incluyendo en la vida de muchos líderes de la humanidad
que han sido motivados a realizar tremendas injusticias en
nombre de su “dios”
Como hemos dicho, principalmente estos dioses se nos
manifiestan por “su” placer, no el nuestro. A cualquier persona
que le parezca descabellada esta idea es simplemente que se
encuentra profundamente dormida. Todo esto es un gran juego,
una gran trampa de la cual debemos liberarnos. Al poner la vida
en el ser, vamos aumentando la sabiduría y el poder espiritual
para ir liberándonos de ciertas leyes, y cumplir así, como
servidores del Sol Padre... Como Hijos del Sol Absoluto.
Sobre el autor
Christian K. Fulcanelli, pseudónimo literario de escritor de
nacionalidad chilena. Posee estudios de psicología. Actualmente
se dedica a desarrollar su sistema de desarrollo humano llamado
“Alquimia del Espíritu Solar”.
“La Quintaesencia del Mundo”
Santiago de Chile,
© 2018,
Todos los derechos reservados.

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