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Marco Teórico

La importancia de las matemáticas es incuestionable, su uso es constante en la


vida cotidiana, en cualquier actividad del ser humano, desde las tareas más
sencillas en el hogar, en cualquier ambiente laboral, en la producción y
comercialización de bienes y servicios hasta llegar a los estudios e investigaciones
científicas.

Empleamos las matemáticas todos los días y en ocasiones quizás sin darnos
cuenta, desde que nos levantamos calculamos nuestro tiempo disponible para
realizar las actividades del día, contamos calorías y nutrientes de nuestro
desayuno, realizamos pagos de transporte o gasolina para dirigirnos a nuestro
lugar de trabajo, contamos nuestros haberes y presupuestamos lo que nos falta,
medimos, pesamos, todo el tiempo, si quisiéramos hacer una lista de actividades y
como se relacionan con las matemáticas esta seria infinita.

Dada su importancia las matemáticas ocupan un lugar preponderante en la


formación de los niños y jóvenes durante su formación educativa, es indispensable
que el aprendizaje de las matemáticas se lleve a cabo de manera permanente, por
sus aplicaciones prácticas y además para desarrollar procesos lógicos de
pensamiento que permitan enfrentar y tomar decisiones para solucionar todo tipo
de problemas de cualquier área, no solo de matemáticas.

Actualmente en nuestro país enfrentamos deficiencias en el aprendizaje de las


matemáticas y en la comprensión lectora, así lo reflejan las evaluaciones
internacionales aplicadas a nuestros estudiantes, los resultados obtenidos en las
pruebas PISA, que nos permiten establecer comparaciones entre los países de la
OCDE, nos dejan ver que hay mucho por hacer, que enfrentamos un rezago
enorme en matemáticas y lectura, desafortunadamente concluimos que nuestros
estudiantes no tienen las habilidades básicas necesarias de matemáticas y de
comprensión lectora.

Las matemáticas son fundamentales en la formación de cualquier estudiante, sin


importar su área de especialidad, sin embargo, nunca ha sido una materia de
estudio fácil ni apreciada, la mayoría de los estudiantes expresa rechazo hacia su
aprendizaje, el alumno no entiende para que sirven, se les hacen difíciles de
entender o aburridas, no son fuente de satisfacción sino de ansiedad y temor,
estas actitudes negativas son el inicio de un círculo vicioso, que no permite
avanzar en su aprendizaje.

Es una paradoja que siendo las matemáticas imprescindibles en la vida del


hombre y en el desarrollo de las sociedades, su aprendizaje resulte a veces
inaccesible para muchos estudiantes, las matemáticas son causa de dificultades y
de fracasos escolares, su aprendizaje afecta no solo a alumnos menos
capacitados, sino incluso algunos con buenos resultados en otras materias
obtienen resultados negativos en matemáticas.

La solución a esta problemática no solo es de carácter puramente intelectual, las


emociones y la parte afectiva juegan un papel determinante en el éxito o fracaso
de los estudiantes y de los docentes, ambos son responsables de los bloqueos y
obstáculos que enfrenta el aprendizaje de las matemáticas. Las actitudes y
creencias no son innatas, estas pueden ser positivas, neutras o negativas y se
construyen principalmente dentro de las aulas.

La actitud y las creencias son parte de la afectividad de los estudiantes. Podemos


definir la actitud como la predisposición con que se enfrenta una situación, puede
ser positiva o negativa. Las creencias son aquellos juicios de valor que el
estudiante hace de sí mismo, esta afectividad es parte importante del proceso de
aprendizaje, actitudes y creencias positivas facilitan la asimilación de contenidos y
su aplicación práctica, por el contrario actitudes y creencias negativas son quizás
el principal obstáculo en el proceso de enseñanza–aprendizaje de las
matemáticas.

Los investigadores de este tema reconocen tres elementos en las actitudes:


cognitivo, afectivo y conductual.

El elemento cognitivo incluye hechos, opiniones, creencias, pensamientos, valores


y conocimientos acerca del objeto de estudio, en este caso de las matemáticas.

El elemento afectivo son los sentimientos, preferencias, estados de ánimo y


emociones que se manifiestan física o emocionalmente al enfrentar las
matemáticas, el alumno puede sentirse tenso o relajado, ansioso o feliz,
entusiasmado o intimidado.

El elemento conductual se refiere a la actuación que sigue el estudiante como


consecuencia de los elementos anteriores, es decir evidencia la aceptación o el
rechazo de las matemáticas.

Investigaciones acerca de las actitudes y el aprendizaje de las matemáticas


permiten establecer que los niños de primaria presentan actitudes positivas, se
entusiasman y les agrada resolver problemas matemáticos, sin embargo estas
actitudes positivas tienden a disminuir conforme avanzan en su formación, los
alumnos de secundaria ya presentan mayor rechazo a las matemáticas y este
aumenta considerablemente durante el bachillerato.

La secundaria y el bachillerato son dos etapas cruciales, ya que es en estas en las


que el estudiante define sus actitudes y creencias hacia las matemáticas, los
maestros se desesperan ante la apatía de sus alumnos, pero en ocasiones son los
mismos maestros los que provocan actitudes negativas, al carecer de
herramientas para motivar el gusto por su materia, el poco dominio de los temas y
contenidos, así como el abuso de una enseñanza tradicional, que no explora
nuevos métodos provoca tedio, aburrimiento y rechazo.

Otro factor importante en el aprendizaje de las matemáticas son los saltos que se
dan entre grados de dificultad y complejidad entre los temas, los maestros en
ocasiones olvidan que para los alumnos no es fácil asimilar estos saltos, esta
situación puede provocar la pérdida de interés del alumno.

La elección de una carrera profesional está en gran medida relacionada con las
actitudes hacia las matemáticas, es de hacer notar que aunque son mayores las
ofertas laborales en carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas,
muchos estudiantes no las eligen por requerir habilidades matemáticas, algunos
prefieren interrumpir sus estudios profesionales antes de elegir una de estas
opciones.

Las actitudes hacia las matemáticas tienen una relación directa con el rendimiento
escolar, con el éxito o el fracaso en el aprendizaje, las creencias y emociones
hacia las matemáticas influyen no solo en el logro académico, sino también en los
logros laborales, por lo tanto es necesario identificar las actitudes de los
estudiantes para poder intervenir y modificarlas positivamente con el fin de mejorar
su aprendizaje.

Los docentes tienen ante sí un reto y una oportunidad, por una parte muchas
veces son la causa de malas actitudes en sus alumnos, una preparación deficiente
puede provocar el rechazo del alumno por la materia, por el contrario una buena
preparación puede motivar y generar en el alumno el deseo de aprender y el gusto
por la materia.

Los profesores deben tener en cuenta la parte afectiva del alumno, las actitudes y
creencias pueden generar agrado o temor y rechazo, es más fácil el aprendizaje
cuando el objeto de estudio nos gusta y genera placer, el grado de atención
aumenta así como la eficacia del razonamiento, el docente que logra cambiar
positivamente las actitudes y creencias de sus alumnos, despierta la motivación,
es decir el impulso necesario para que los estudiantes modifiquen su conducta y
adquieran la confianza necesaria para el aprendizaje de las matemáticas.

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