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TRES CUENTOS HIPERBREVES

Mayda Bustamante

CUERDA PARA UN SINSONTE


Un hombre imaginó una flecha en el techo del salón de su casa mientras tomaba una taza de
café. No pudo evitar seguirla hasta la habitación contigua. Se detuvo frente a la ventana y
observó como desde su marco pendía una cuerda y al final de la misma colgaba un sinsonte.
Se giró y miró hacia la cama. Ella yacía sin voz.

ESTUPOR
Luna llegó temprano como no acostumbraba, llegó a ese café del Madrid de los Austria donde
en más de una ocasión se había encontrado con Adolfo a desnudar sus almas. Ocupó una
mesa, la de siempre, y por primera vez observó que estaba rodeada de espejos. Dirigió la vista
hacia uno, el de enfrente.

Luna sabía, ¿sabrá?, que no podía cumplir las expectativas de Adolfo. Era consciente de que
algo le tenía que decir esa noche. Amaba su brillantez, su energía, su inteligencia, su lucidez,
pero experimentaba la certeza de que su cuerpo no podría nunca encontrarse con el suyo.

Del estupor pasó al temblor porque mientras se miraba intensamente al espejo, deseó con
fuerza transformarse en eso que Adolfo necesitaba.

LA PERCHA
Transcurría el mes de octubre. Fernando siempre aparecía el día 28 de cada año y Florencia lo
aguardaba de forma invariable sobre el diván con un gin tonic y la caja de música de la que
salía una única melodía: “Yesterday”.

Ese día Fernando no llegó, ni al otro, ni al otro. Sencillamente no llegó.

Días después los aullidos de un perro alertaron que Florencia había muerto de espera. Los
vecinos se ocuparon de todo, incluso de enterrarla.

La vistieron con el viejo gabán de Fernando, que nadie nunca supo por qué estaba colgado de
la percha.

Esta edición limitada, firmada y numerada a mano ha sido realizada


por Ediciones COMOARTES, CIINOE/COMOARTES S. L. (ciinoe@hotmail.com)
en su Colección “Gaviotas de azogue” / 146, Julio de 2011, Madrid, España.
Se autoriza la difusión sin fines comerciales por cualquier medio.
Este ejemplar es el número: ____

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