SERMÓN EN LA DORMICIÓN DE LA MÁS SANTA THEOTOKOS

"Aumenta mi alma, la honorable traducción de la Madre de Dios de la tierra al

cielo". (Estribillo para la Novena Oda del Canon)

Seamos felices, queridos hermanos y hermanas, que pertenezcamos a la Iglesia

Ortodoxa Santa, glorificando dignamente y con razón al Santísimo Soberano
Theotokos en este eminente día de todos los días del año con especial
solemnidad. Existen en la tierra muchas sociedades y gobiernos enteros que no
consideran la necesidad ni la obligación de invocar y glorificar a la Reina del
cielo y la tierra, la Madre de Nuestro Divino Señor Jesucristo, y otros santos y
ángeles; para servirla sumisamente, como la verdadera Madre de Dios.
Tristemente en Rusia hoy en día tenemos herejes (entre nosotros) que
deshonran activamente a la Madre de Dios, a los santos, a sus íconos, a sus
reliquias y a sus festivales. ¡Oh, si solo ellos, por unanimidad con nosotros,
glorificaran a la digna Reina del cielo y de la tierra!
Hoy la Santa Iglesia glorifica solemnemente a la Dormición honorable o la
traducción de la Madre de Dios de la tierra al cielo. Una maravillosa traducción:
murió sin una enfermedad grave, en paz. Su alma es llevada a las divinas manos
de su Hijo y llevada a la morada celestial, acompañada por el dulce canto de los
ángeles. Y luego, su cuerpo más puro es transferido por los apóstoles a
Getsemaní, donde es honradamente sepultado, y en el tercer día es resucitado y
llevado al cielo. Ves esto en el ícono de la Dormición de Theotokos. En él se
representa el cuerpo que lleva la vida del Theotokos que se sienta en un féretro,
rodeado por los apóstoles y jerarcas, y en el centro del icono, el Señor sostiene
en sus manos el alma más pura de Theotokos. La traducción de la Madre de Dios
es un paradigma de la traducción en general de las almas de los cristianos al
otro mundo.
Decimos que nuestros muertos se "han dormido" o "fallecido". ¿Qué significa
esto? Esto significa que para el verdadero cristiano no hay muerte. La muerte
fue conquistada por Cristo en la cruz. Pero hay una traducción, es decir, una
reorganización de su condición, es decir, su alma está en otro lugar, en otra
época, en otro mundo más allá de la tumba, eterna, sin fin, eso es lo que
significa "dormirse". Es como si fuera un sueño temporal después del cual, por
la voz del Señor y la temible pero maravillosa trompeta del Arcángel, todos los
muertos vivirán y vendrán cada uno a su lugar: o a la resurrección de la vida o a
la resurrección de condenación (Juan 5:29). Esto es lo que el cristiano quiere
decir por traducción. Debemos estar listos para esta traducción, para el día de la
resurrección general y el juicio, para este evento mundial indescriptible,
registrado en las Sagradas Escrituras.

Esta preparación para la reunión del Rey celestial ante el temible tribunal,
después de la muerte, es esencialmente la preparación de la persona a lo largo
de toda su vida. Esta preparación significa un cambio en todos sus
pensamientos y el cambio moral de todo su ser, de modo que el hombre
completo sería puro y blanco como la nieve, lavando todo lo que contamina el
cuerpo y el espíritu, para que esté adornado con toda virtud. : arrepentimiento,
mansedumbre, humildad, mansedumbre, sencillez, castidad, misericordia,
abstención, contemplación espiritual y ardiente amor por Dios y el prójimo.

Nuestra preparación para encontrar al Rey celestial, y para la herencia de la vida

eterna en el cielo, debe consistir en estas cosas. El Rey celestial desea almas
adornadas con virtud inmutable, almas preparadas para que el Mismo Señor
pueda morar en ellas. No te maravilles de que el Señor quiere vivir en nosotros.
De hecho, el alma humana es más espaciosa que los cielos y la tierra, porque
existe a imagen de Dios. Y si uno quita los pecados del alma, el Señor de todos
se establecerá en él y lo llenará consigo mismo. "Vendremos a él y haremos
morada con él" (Juan 14:23), dice el Señor acerca de las almas que lo aman.
Y entonces, ustedes participantes en las fiestas cristianas, y especialmente en la
presente fiesta de la Dormición de la Madre de Dios, ustedes que están
brillantemente adornadas con cada virtud y traducidas al reino celestial, a Su
Hijo y Dios, proclamen a todos y cada uno una acerca de preparar sus almas
para que sean la morada del Señor, sobre el arrepentimiento continuo y sobre
el adorno incorruptible de la virtud cristiana. Deje que su muerte también sea
desvergonzada y pacífica, sirviendo como prenda de una buena respuesta en el
temible tribunal de Cristo. Amén.

San Juan de Kronstadt