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ISBN 978-987-1354-14-6
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Editorial Teseo
Printed in Argentina
Hecho el depósito que previene la ley 11.723
www.editorialteseo.com
Índice
AgrAdecimientos.........................................................................................................11
AbreviAturAs............................................................................................................... 15
introducción...............................................................................................................17
La Historia y conocimiento histórico en el siglo xix........................................19
Alternativas en la construcción de un nuevo orden: el Río de la Plata
entre 1830 y 1860........................................................................................ 24
El historicismo romántico rioplatense y su historiografía................................ 31
Delimitación del objeto, metodología y estrategia expositiva......................... 35
Un presente de ausencias.................................................................................. 75
La escritura del pasado..................................................................................... 76
Sobre el historiador futuro, el caótico presente y el pasado incierto.................... 79
conclusiones............................................................................................................243
las personas que me ayudaron de muy diverso modo, algunas incluso sin saberlo.
En ese sentido quiero agradecer a todos aquellos con quienes compartí la investiga-
ción, la enseñanza y la discusión: los docentes de la Cátedra de Historia Argentina
I “A” de la Facultad de Filosofía y Letras de la ubA y los miembros de los Progra-
mas de Historia Argentina del siglo XIX y de Historia de las ideas y de la cultura argentina,
ambos con sede en el Instituto Ravignani. También quiero agradecer al personal
de las siguientes bibliotecas y archivos: Instituto Ravignani, Academia Nacional de
Historia, Facultad de Filosofía y Letras de la ubA, Museo Mitre y Archivo General
de la Nación.
A riesgo de ser injusto y pecar por omisión quisiera referirme a algunas personas
en particular, empezando por José Carlos Chiaramonte, quien en medio de sus ocu-
paciones supo dirigirme respetando siempre mis intereses e inclinaciones intelectuales.
Fabiana Arbía y Susana Yazbek se encargaron de solucionar todo tipo de problemas,
facilitando la labor de quienes trabajamos en el Instituto Ravignani al igual que Mar-
celina Jarma, Abel Roth y Margarita Sampietro lo hicieron desde su biblioteca. Noemí
Goldman, que acompañó mi formación desde sus inicios, me ayudó de muchas ma-
neras, pero especialmente decisivas fueron las lecturas de algunos capítulos. También
fue importante la información aportada, los comentarios que me hicieron y el aliento
que me brindaron Carlos Cansanello, Gabriel di Meglio, Nora Souto, Julio Vezub e
Isabela Cosse, todos ellos amigos y colegas a la vez. Algunos avances de la tesis fueron
discutidos en diversos ámbitos en los que también recibí aportes informativos, obser-
vaciones y críticas que me llevaron a precisar mejor los argumentos, a replantearlos
e, incluso en algunos casos, a desecharlos. En varias de esas ocasiones intervino Jorge
Myers, a quien le quiero agradecer sus críticas, pero más aún la agudeza, generosidad
y calidad con que las hizo y que evidencian la posibilidad de disentir en un medio que
no siempre se muestra proclive a soportar las diferencias.
En estos años desarrollé también otro tipo de actividades y proyectos que me
permitieron salir del siglo xix y volver al presente. Quiero agradecer por eso a Javier
Trímboli y a mis compañeros de La Escena Contemporánea Guillermo Korn, María Pía
López, Matías Molle, Verónica Gago y Diego Sztulwark.
María Victoria Murillo y Mario Pecheny son dos amigos que siempre me ayu-
daron y alentaron para que pudiera concluir la tesis. Vicky fue en verdad la que
hace muchos años me dio el empujón inicial para que me dedicara a esta actividad,
y a pesar de la distancia siempre estuvo interesada en saber cómo seguía mi trabajo.
Mario intentó infructuosamente que la redacción de la tesis fuera más clara y precisa.
Aparte hizo gala de su reconocida generosidad prestándome su casa para que pueda
escribir con tranquilidad, como lo estoy haciendo en este preciso momento (mientras
sigue intentando en vano que mejore mi estilo). Aprovecho para agradecerle también
la música de Portishead que me acompañó estos últimos dos años.
La investigación que dio lugar a esta tesis la comencé a realizar poco antes que
naciera Federico. Tiempo después nació Martín, y mis hijos crecieron acostumbra-
dos a ver a su padre sentado en la computadora “haciendo la tesis”, mientras ellos
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también querían sentarse pero a jugar. Hace unos meses, desde que les prometí que
estaba cerca de terminar, comenzaron a ofrecerme su ayuda para “corregir la tesis”
quizás alentados por la secreta esperanza de que esa promesa por fin pudiera cum-
plirse. A ellos y a mi esposa Paula, más que agradecerles su constante apoyo, quiero
dedicarles este trabajo por la paciencia que me tuvieron, pero más aún por el amor
que me tienen.
La historia, pues, de las sociedades humanas es hoy para las ciencias sociales lo que
la geología para las ciencias naturales. [...] El historiador sigue el mismo rumbo;
en los tiempos pasados, en la sucesión de naciones que han habitado el globo, en
las revoluciones que las han agitado, transformado o hecho desaparecer, busca la
explicación de los fenómenos sociales que hoy se presentan a su vista, y con el auxilio
de los antecedentes históricos, se da cuenta de lo que es, por lo que ve que ha sido en
todos los tiempos y lugares. El estudio de la historia ha asumido, por tanto, el rango
de estudio preparatorio, con más título que la lógica, la retórica y los demás estudios
llamados clásicos.
Domingo F. Sarmiento, 18431
[…] en esta ciencia está envuelta nada ménos qe la revelacion de la naturaleza del
ombre i de la sociedad [...] En la época en qe vivimos tenemos todos una necesidad
indispensable de estudios istóricos. Todos somos ciudadanos capaces de obtener un puesto
eminente en la direccion de los Estados, i nada ai mas necesario, para dirijirlos bien, qe
conocer su naturaleza, para no violentarla ni permitirle estravíos peligrosos. Así, pues, el
establecimiento del Gobierno Representativo a echo qe la historia, qe ántes no era sino la
ciencia de los príncipes, sea oi la ciencia de los ciudadanos; la ciencia de todos los qe tienen
el deber de conocer la naturaleza de la sociedad, para dirijir bien sus movimientos.
Vicente F. López, Curso de Bellas Letras, 1845
Durante la primera mitad del siglo xix cobraron cuerpo en Europa y sus áreas
de influencia un conjunto de corrientes doctrinarias, políticas, científicas y estéticas
de raigambre historicista. Aunque sus objetos, propósitos y enfoques podían ser muy
diversos, coincidían en sostener que los acontecimientos, fenómenos, estructuras y
procesos sociales sólo podían adquirir consistencia e inteligibilidad a través de su re-
1
D. F. Sarmiento, “Apertura de un curso de historia en el Colegio de Santiago”, OCS, t. IV, pp. 288/9 [El
Progreso, Santiago de Chile, 10/4/1843]; V. F. López, Curso de Bellas Letras, pp. 215 y 215/6. En éstas y en todas
las citas se respetó la ortografía y la sintaxis de la fuente de donde se las extrajo. Del mismo modo, y salvo
en los epígrafes, todos los destacados en cursiva o los subrayados son del original citado. Las referencias
completas de las fuentes utilizadas así como también la de los libros y artículos citados, se encuentran en la
bibliografía final.
18 Fabio Wasserman
sabido, las representaciones del pasado constituyen un material valioso para examinar
a quienes las producen o las hacen suyas, particularmente en lo que hace a la confor-
mación de sus identidades. En ese sentido este examen pretende realizar también un
aporte que permita alcanzar una mejor comprensión de la vida pública posrevolucio-
naria, sumándose así a los esfuerzos realizados en los últimos años por numerosos
investigadores que procuran dotarla de un nuevo marco de inteligibilidad.
Pero antes de exponer los resultados quisiera realizar algunas precisiones de ca-
rácter histórico, historiográfico, conceptual y metodológico, que no pretenden ser un
exhaustivo estado de la cuestión sino un intento por precisar mejor el objeto de estu-
dio y por situar esta investigación dentro del campo disciplinar.
3
Como advirtió M. Foucault, durante el siglo xix la Historia se constituyó en “[...] el modo fundamental de
ser de las empiricidades, aquello a partir de lo cual son afirmadas, puestas, dispuestas y repartidas en el es-
pacio del saber para conocimientos eventuales y ciencias posibles”. Es por eso que tenía la función de definir
“[...] el lugar de nacimiento de lo empírico, aquello en lo cual, más allá de cualquier cronología establecida,
toma el ser que le es propio.”, M. Foucault, Las palabras y las cosas, p. 215.
20 Fabio Wasserman
4
Al respecto me remito a los trabajos clásicos de R. Collingwood, Idea de la Historia; B. Croce, La historia como
hazaña de la libertad, 2da. parte; F. Meinecke, El historicismo y su génesis. Un examen conciso de las definiciones
más usuales en A. Waismann, “¿Qué es el historicismo?”.
5
Estas cuestiones, que aquí retomo en forma parcial y esquemática, han sido desarrolladas por Reinhart Kos-
selleck en una serie de investigaciones semánticas y conceptuales centradas en el área de habla alemana. Me
remito a su ya clásicos historia/Historia y Futuro Pasado. Para una semántica de los tiempos históricos. Otros trabajos
en los que se tratan estas cuestiones puede encontrarse en el apartado 1.2 de la bibliografía.
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