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Oración:

Performance: La Anunciación
Al Concluir nos pondremos en la presencia de Dios
En nombre del Padre…
Coordinador (a): Señor Jesús, Divino Redentor, aquí estamos, somos jóvenes de diferentes Pueblo
y ciudades, a quienes llego tu Mensaje. Señor, Tu, necesitabas que una joven, que de forma libre y
consiente, aceptara ser esclava tuya, y así llegar a ser Tu Madre. Que tu Santo Espíritu, recupere para los
jóvenes la verdadera libertad, que descubran la verdadera felicidad, que vivan verdaderamente como Hijos
de Dios. Que los jóvenes se muestreen tal cual son, que no compren una imagen de alguien que no son.
Asumiendo tu despojo en el camino de la Cruz, los jóvenes, con tu gracia, aprendan las maneras de
evangelizar el "continente digital" y se mantengan atentos a posibles adicciones o confusiones entre lo real
y lo virtual, así, no corran el riesgo de alejarse del encuentro con el prójimo.
Seminarista. Religiosa. Señor Jesús, Divino Redentor, aquí estamos, y queremos hallar gracia
delante de tus ojos, esos ojos que nos miran con amor, esperanza y fe. Tú, le presentaste a María un nuevo
plan, distinto y mejor al que ella concebía para sí misma. Llama con tu mirada de amor a tantos y a tantas
jóvenes que viven en las dificultades del mundo de hoy, abre sus mentes para oír entre tantas voces que
resuenan a su alrededor, tu voz inconfundible, suave y potente, que dice: “No temas, porque has hallado
gracia delante de mí”. Que los novicios, novicias y seminaristas, perseveren en la Oración y en el trabajo
pastoral, para que lleguen a ser pastores según tu corazón.
Chica: Señor Jesús Divino Redentor, aquí estamos, porque sabemos que eres el Dios-con-
nosotros, Tu, que en el vientre de una joven, se encero el misterio de tu Divinidad, y se gestó el Emmanuel
prometido. Bendice a la juventud para que persevere en el camino de la fe y te conozca tal cual eres.
Seduce el corazón de los jóvenes inmersos en un mundo secular hacia la conversión evangélica, capaz de
revelar al hombre moderno las inmensas riquezas de tu caridad, de un Dios que no está muerto, que ama
y salva. ¡Llámalos con tu bondad! ¡Préndelos con tu dulzura! ¡Envíalos con tu verdad al mundo y
engrandécelos, para conservarlos en Ti!
Chico: Señor Jesús Divino Redentor, aquí estamos, porque has tocado nuestras vidas, y no
podemos ser ya los mismos. Tú, irrumpiste en la vida de María cuando ella era joven, cuando apenas
empieza a abrirse al mundo, cuando su corazón estaba lleno de ilusiones, de proyectos y de ideales
grandes. Libra a la juventud de la desilusión y la resignación al ver la violencia, el miedo y la inseguridad.
Mueve sus corazones a la generosidad y hazla sensible a las esperanzas de los hermanos que piden
solidaridad, paz, verdad y amor. Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepan
ser promotores de justicia y de paz, para que en ti, nuestra patria tenga vida digna.
Voluntario/Voluntaria: Señor Jesús Divino Redentor, aquí estamos, pues sabemos que “Nada es
Imposible para ti”. Tú, debías ser recibido y engendrado en un corazón joven, nuevo y no desgastado.
Concédenos guías sapientes y generosos, ya que la juventud es frágil y vulnerable, ante las asechanzas
del maligno. El que sabe que es amado, ama y el que es amado lo consigue todo, especialmente de los
jóvenes. Que no falte el compañerismo de los Padres, Maestros, pero sobre todo de los Sacerdotes, pues
sabemos que la juventud es el futuro y presente de la Iglesia.
(Música de fondo para orar)
TODOS: Señor Jesús Divino Redentor, aquí estamos, Gracias porque sabemos que tú siempre nos
escuchas, Gracias porque nos diste a tu Madre, Gracias por nuestra juventud, Gracias por Año de la
Juventud, Gracias por el don de la Vocación, Gracias por el don de la Fe.
Padre nuestro…
Ave María…

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