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REVISTA CUBANA DE PSICOLQBIA Vol. V, Na.

1, 198B

Definición y perspectiva de una orientación


materialista dialéctica en Psicología*
Jaime Samudío Díaz, Universidad INCCA de Colombia

R E S U M E N
Se intenta resolver las inquietudes más generalizadora entre los psicó-
logos americanos no marxistas acerca de las características de la Psicolo-
gía, -fundamentada y orientada por el Materialismo Dialéctico.

Primero, se señala que toda escuela cienti-Fica tiene f undamentaci ón -filo-


sófica, aunque a veces no se explicite. Se ejempli-fica con el análisis de
varias escuelas psicológicas evidenciando su separación metafísica del
sujeto de su objeto de conocimiento y su ahistoricismo. Se contrasta con la
formulación marxista de la unidad social histórica del sujeto y el objeto.
La dialéctica materialista es seleccionada como el instrumento de entendi-
miento de la historia y de todo desarrollo.

En segundo lugar, se da cuenta de las necesidades sociohistóricas y del


desarrollo del conocimiento, de su lógica, que dieron surgimiento a la
psicología marxista. El proceso autoconstructivo de la primera sociedad
socialista se contradecía con las concepciones del hombre como ser alienado
subyacentes a la psicología burguesa. Como su superación -fueron realizados
replanteamientos -fundamentales que sustentan un fructífero procesa
científico que abarca ya seis décadas.

Finalmente, se sintetizan los objetivos hacia los cuales se dirige el


trabajo de los psicólogos materialista-dialécticos.

* A partir de aquí se presenta un extenso extracto oe una conferencia


anterior del autor: Fundamentos teórico—metodológicos de las orientacio-
nes psicológicas materialistas científicas. Encuentro Critico Inaugural
de Psicología, Universidad INCCA de Colombia, Bogotá, 23 al 26 de octubre
de 1980.
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É^OSTFÍ^CIT
The purpose of this paper is to approximate a solution to the most
generalized questions among the non-marxist american psychologists in
relation to the characteristics o-f a Psychology, based and oriented on
dialectic materialism.
First, the issue is stressed on how every scientific movement has a
philosophical grounding though not always explicit. Examples are presen-
ted with the analysis o-f various psychological school showing the
metaphysic (isolation) o-f the subject -from its object o-f knowledge and its
ahistor icism. The contrast o-f this oosition with the marxist -formulation of
the socio-historic unity o-f subject and object is shown. Materialist
dialectic is used as the instrument -for the understanding o-f history and
all development.

In second place, the paper deals with socio-historical needs and the
development o-f knowledge, its logic, which were the basis -for the
appearance o-f marxist psychology. The sel-f constructive process o-f the
-first socialist society was in overt contradiction with the conception of
man as an alien being with underlines non-marxist psychology. This was
overcome with fundamental reformulations which support a rich scientific-
process which already lasts six decades.

Finally, the objectives which constitute the aim of the dialectic


materialist psychologists are synthesized.

Al intentar definir los rasgos esenciales de la Psicología fundamentada


y orientada por el Materialismo Dialéctico ante una audiencia americana, lo
primero que es necesario aclarar es por qué hace explícita una fundamenta-
ción filosófica y por qué es precisamente la misma que fundamenta la cosmo-
visión que orienta a las sociedades socialistas. Al respecto decíamos en un
trabajo anterior:

Es sabido que las relaciones entre la Filoso-fia y las ciencias particu-


lares han tenido en la historia un carácter muy complejo y contradictorio.
Frecuentemente el estudio filosófico entró en contradicción con los descu-
brimientos científicos, pues generalmente pretendían desarrollarse como un
supraconocimiento desligado de la ciencia*.

Desde luego, esta es una de las fuentes principales de la desconfianza


de los científicos hacia la Filosofía. No obstante, esta ha influido siem-
pre, independiente de la voluntad de los científicos, en sus aproximaciones
a sus objetos de conocimiento. Pues sólo ella puede afrontar los problemas
teóricos generales de las ciencias particulares como el mecanismo de la
actividad cognoscitiva, el carácter de la teoría y los procedimientos
utilizados para crearla, el análisis de la correlación entre el conoci-
miento empírico y el teórico, las nociones de partida de la ciencia y los
métodos para llegar a la v e r d a d " ' . Asimismo, ningún científico, sea
psicólogo o historiador, economista, físico, biólogo, crítico literario,
etcétera, puede prescindir de los conceptos más generales, es decir, las
categorías: ley, desarrollo. regularidad, contradicción, esencia y
fenómeno, causa y efecto, necesidad y casualidad, contenido y forma,
posibilidad y realidad, estructura y función, etcétera. Estos conceptas son
utilizados por el científico en su area. especifica de trabajo, pero no
pueden ser elaborados sólo a partir de ella, sino por el trabajo filosófico

* Conferencia presentada en el Simposio del mismo nombre, en el marco del


XXI Congreso Interamericano de Psicología, realizado en La Habana, del 29
de junio al 3 de julio de 1987.

'''Fundamentos de Filosofía Marxista-Leninista. Materialismo Dialéctico.


Moscú, Editorial Progreso.
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que intente captar las generalidades del conjunto de la realidad social,
natural o del pensamiento. Trabajo filosófico que debe por tanto basarse en
las conquistas de la ciencia moderna y de la práctica avanzada y desarro-
llarse y enriquecerse sin cesar a la par con el progreso de ambas. Lo cual
es, precisamente, la labor realiza por el Materialismo Científico. Entre
nosotros los psicólogos latinoamericanas esto no ha sido entendido debido
al predominio en el campo de la Psicología de determinadas concepciones,
inexorablemente de índole f i losá-f ica, de la naturaleza del conocimiento.
Entre ellas, destacaré algunas, breve y esquemáticamente.

La primera, de más pro-funda in-fluencia, está en la base de todas las


•formas de empirismo, particularmente influyentes en el conductismo. Su
esencia está en la suposición de un sujeto que intenta captar pasivamente
al objeto sensorial, es decir, tal como se presenta ante los órganos
sensoriales del hombre (naturales o prolongados por sus instrumentos).

Esta concepción prejuicia del papel de la teoría que en tanto va más


allá de lo dado por los sentidos, considera que no puede aportar un
conocimiento válido. Asimismo, se niega a reconocer en la realidad
existencia alguna a la que no capten nuestros sentidos v. gr. en nuestro
caso, la conciencia. De ahí que se reduzca el papel del científico a la
descripción de la realidad inmediatamente captada dejando de lado toda
explicación y que considere posible la verdad absoluta carente de toda
subjetividad. Y de ahí también, en última instancia, que desconozca el
papel de toda filosofía cuyos problemas no tienen sentido para ella, puesto
que no son referibles a lo inmediato.

La segunda, surgida en reacción ante la anterior, elaborada por los


psicólogos de la forma (Gestalt) parte de considerar que los fenómenos son
conjuntos autónomos y con leyes propias y que son estas leyes las que los
explican sin tener en cuenta la mayor o menor antigüedad de los diferentes
elementos sino, tan sólo sus relaciones actuales dentro de la estructura.
De ahí que considere que el hecho o fenómeno no conforma el conocimiento
científico por si mismo, sino por la organización que en él introduce el
investigador y con la cual le da sentido. Es la acción ordenadora del
investigador la que convierte a un hecho en hecho científico, al darle
sentido dentro de un contexto actual. La historia del fenómeno no es
relevante para explicarlo. Las limitaciones explicativas de la Psicología
Moderna (incluido el conductismo) provienen, para los gesta 1tistas, de la
absolutización del hecho o fenómeno y el consiguiente menosprecio de
teoría.

La tercera, el constructivismo, defendido por Píaget, según el cual el


conocimiento es producto de las acciones del sujeto. Es decir, mediante su
propia actividad el sujeto construye su conocimiento que es, por tanto, un
producto de la dialéctica del sujeto y la realidad. Pero de una dialéctica
ahistóríca en cuanto ella es entendida tan solo ontogénicamente, es decir,
en el desarrollo del sujeto visto aisladamente y no como heredero de la
historia social.

En cuanto reconstrucción del objeto por el sujeto, el conocimiento


atiende a determinaciones del sujeto y no puede pretender objetividad
absoluta; su objetividad está mediatizada por la asimilación de la realidad
en virtud de la propia acción del sujeto.

En estas tres concepciones de la relación de conocimiento, es decir,


entre el sujeto y el objeto, se entiende como dependiente únicamente de
determinaciones individuales, es decir, las de su organismo y/o las de su
historia individual. No se la plantea como una relación sociohistóricamente
determinada.

A diferencia de estas concepciones la que estamos exponiendo sintética-


mente, atiende a las determinaciones socíohistórícas de ese proceso, las
asume conscientemente y trata de asegurar su avance acogiendo las enseñan-
zas de la experiencia científica y filosófica previa para regular la
aproximación del sujeto al objeto del conocimiento. Se rompe la concepción
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metafísica, según la cual el método que permite esa aproximación se deter-
mina tan solo atendiendo a las características del objeto en estudio, con-
cepción que separa al sujeto y al objeto. Al contrario se entiende que el
conocimiento es una relación entre sujeto y objeto determinada tanto por la
experiencia social de la cual participa el sujeto como por las caracterís-
ticas del objeto. El objeto del conocimiento no es el objeto en si, sino el
objeto concebido por el sujeto de acuerdo con la orientación sociohistórica
de su conciencia. Es decir, el sujeto se relaciona con el objeto a través
de la teoria que en condensación de experiencia social anterior en la
aproximación a ese objeto. La teoria es resultado de la práctica social y
sólo en dependencia de ella se puede desarrollar como reflejo pro-fundo de
los nexos objetivos.

De ahí que hablemos de -fundamentos teórico—metodológicas. Sabemos de la


imposibilidad de un acercamiento ahistórico a la realidad de nuestro
estudio. Y que tal aspiración no entiende que el avance en el proceso del
conocimiento sólo es posible incorporando y superando la experiencia social
previa. Y, por fundamentos teórico-metodológicos entendemos al conjunto de
las preconcepciones acerca del objeto y de la relación sujeto-objeto que
explícita o implícitamente sirven de punto de partida para el desarrollo
del conocimiento. Preconcepciones sociohistóricamente determinadas que sub-
yacen a toda escuela científica, independientemente que de ello sea o no
consciente el científico. Los fundamentos teórico-metodológicos determinan
las posibilidades y limitaciones de una aproximación al objeto de estudio,
la profundidad y amplitud de su cubrimiento. Para el caso del conductismo
Watsoniano, por ejemplo, entendemos que esos fundamentos no sólo comprenden
al empirismo radical, que hace referencia a la relación de conocimiento,
sino también al mecanicismo y al asociacionismo que son preconcepciones
acerca del objeto estudiado; para la Psicología Genética de J. Piaget, por
otra parte, comprenden el constructivismo y el estructuralismo que se
refieren a la relación de conocimiento y al objeto de estudio, respectiva-
mente .

Asumir las determinaciones sociales del sujeto del conocimiento y, por


tanto, de la relación sujeto-objeto es reconocer la relatividad histórica
de ese conocimiento. Relatividad que no desconoce la objetividad absoluta
de las leyes que rigen al objeto. Pero que entiende el proceso de conoci-
miento como una aproximación socionístóricamente relativa a la realidad
absoluta de esas leyes. Una aproximación que, aunque cada vez más estrecha-
mente capta esa realidad, nunca puede entenderla por fuera de las posibili-
dades y limitaciones impuestas al conocimiento por el desarrollo histórico.

El materialismo dialéctico asume consecuentemente el proceso sociohis-


tórica. Pero aún más: el propio núcleo de la filosofía marxista, o sea, la
dialéctica es una concepción del movimiento, del cambio y desarrollo de lo
real, no sólo de sus cambios cuantitativos, sino de la relación de estos
con los cambios cualitativos y de las fuerzas que los determinan las con-
tradicciones inherentes a todo lo existente. Esta idea del desarrollo que
es la dialéctica la conforma como método del conocimiento que nos conduce a
la esencia de cualquier proceso y, en consecuencia, como guía para la
acción práctica que busca intervenir en él. Por esta razón no es casual que
el materialismo dialéctico sea la filosofía que fundamenta a las primeras
sociedades que se autoconstruyen conscientemente, apoyándose en la ciencia.
El proceso de construcción del socialismo se orienta por una concepción
científica del desarrollo de la persona, de la sociedad y de la naturaleza.

Hemos intentado responder, inevitablemente de forma breve, algunas


preguntas que ustedes pueden hacerse acerca de la psicología materialista-
dialéctica. Pero hay aún por resolver una, por lo menos, que nos conduce a
la esencia del proyecto científico que desarrolla la psicología con funda-
mento en el materialismo dialéctico. ¿Cuáles son las circunstancias del
desarrollo sociohistórico y las del desarrollo científico a las que
responde este proyecto?, o de otra forma? ¿Cuáles necesidades sociohistó-
ricas y cuáles del desarrollo del conocimiento psicológico intenta afrontar
este proyecto? He dicho proyecto porque, no obstante las más de seis
décadas recorridas desde sus primeros pasos y sin que consten sus grandes
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logros en las mas diversas áreas de investigación básica y de aplicación,
es en su esencia un procese abierto que se supera permanentemente a sí
mismo de acuerdo con las exigencias que le plantea la práctica social.
Debemos ubicarnos en la década de los años 20 para encontrar las
respuestas que buscamos. En la muy joven Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas se ha iniciado el proceso de construcción de las bases de la
nueva sociedad. A este proceso deben hacer su aporte todas las ciencias y,
entre ellas, por supuesto, la Psicología. Sin embargo, no está en condicio-
nes de hacerlo no sólo porque también es como ciencia muy joven, sino
porque sus -fundamentos teór ico-metodo lóg icos entran en contradicción con
los propósitos de la nueva sociedad. La construcción del socialismo no es
simplemente un proceso de justicia económica mediante la organización de la
economía y las estructuras políticas de una sociedad con base en la
eliminación de la propiedad privada sobre los medios de producción social,
sino que, además de esto, es y, esencialmente, el comienzo por la
humanidad de la elaboración consciente de su historia y con ello la auto-
construcción colectiva de si misma.

Por eso las concepciones del hombre como un ser alienado subyacentes al
psicoanálisis y al conductismo -predominantes en la mencionada década de
los 20- no podían ser aceptadas por los psicólogos puestos al servicio de
la construcción de la nueva sociedad. La re-f lexologí a como se sabe, tanto
en Pavlov como en Bekhterev no había con-formado una psicología del hombre,
aunque aportaba importantes elementos a esta labor.

La Psicología debía ser replanteada en sus -fundamentos teór ico-metodo-


lógicos puesto que no lograba dar cuenta del hombre real, un ser que
siempre ha construido su propia historia aún en el pasado cuando no le era
posible adquirir conciencia de ello.

En la URSS los psicólogos comprometidos con el socialismo se dieron a la


tarea de poner a la Psicología sobre bases marxistas. Básov, Kornilov,
Vígotsky, entre otros, dan los primeros pasos. Más tarde, aparecerán varias
orientaciones coincidentes en su esencia, pero con divergencias que dan
cuenta del dinamismo propio del desarrollo científico. Se destacarán las
concepciones de Vígotsky. Rubinstein, Uznadze. En Francia otros psicólogos
trabajan en el mismo sentido: G. Politzer, H. Wallon, se destacan entre
ellos. Los trabajos de todos ellos y de sus seguidores y continuadores en
muchos países -de los cuales hemos visto una maravillosa expresión en los
cubanos- se prolongan por más de 60 años, hasta nuestros días. A lo largo
de este tiempo los psicólogos materialistas dialécticos, marxistas o como
se les quiera llamar han tabajado sistemáticamente en la superación de una
serie de características de nuestro conocimiento que ya estaban presentes
en los años 20 y que sin variaciones esenciales se conservan en los
diferentes sistemas psicológicos del mundo no socialista de nuestros días.
Conjunto de características que desde los años 20 conformaron la gran cri-
sis de nuestro conocimiento en la que desde entonces está sumergido sin que
muchos de los afectados se percaten todavía de ello.

Las características que trata de superar la Psicología materialista


dialéctica y el objetivo hacia el cual se dirigen en cada caso son esquemá-
ticamente las siguientes:

- De tomar como objeta de estudio al hombre abstracto producto de las


ideologías a estudiar al hombre concreto, real, histórico y en la unidad
de su diversidad.

- De conceptual izar al hombre como pasivo y alienado a afirmar su desarro-


llo psíquico como producto de la propia práctica histórica.

De ser instrumento de la manipulación, el control y la adaptación del


hombre a serlo de su autoconstrucción y de su liberación.

- De conocimiento que, buscando una verdad absoluta, define su cientifici-


dad forma 1istamente (por el uso de una u otra técnica: experimentación,
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estadística, por la medición y la cuan ti-f icac ion , por el uso de instru-
mentos y laboratorios) a conocimiento que reconociendo su relatividad
histórica se caracteriza por expresar en cada momento el nivel más
avanzado de la -formulación y el entendimiento de lo psíquico.

- De conocimiento conformante de escuelas cerradas que no reconocen los


aportes de las demás a conocimiento que intenta integrar los diversos
aportes colocándolos sobre una misma base teór ico_rmetodológica: el
materialismo dialéctico, para evitar el colectivismo.

De conocimiento que -fragmenta al hombre en aspectos irreconciliables


imposibilitándose para -formular su unidad (por ejemplo: naturaleza y
cultura, teoria y práctica, comportamiento y conciencia, conciencia e
inconciente, a-fectividad y cognición) a conocimiento que entiende la
unidad contradictoria de lo real y la dinámica de su desarrollo.

- De conocimiento que pretende hallar la explicación del comportamiento


humano sin asumir su complejidad y mediante reduccionismos (psicolo-
gismo, sociologismo, biologismo), a conocimiento que busca en la unidad
de lo real y en su desarrollo esa explicación y que, por tanto, se
integra a una cosmovisión científica, a la que contribuyen el conjunto de
las ciencias.

A mi modo de ver, en estos objetivos puede hallarse esbozada, tanto la


definición como la -formulación de las perspectivas de la Psicología
materialista dialéctica. En esa definición y en esas perspectivas está en
esencia su propuesta para los psicólogos que quieran asumir concientemente
y como un compromiso vital sus responsabilidades, tanto en el desarrollo de
nuestra ciencia como al servicia de la sociedad en que han decidido vivir.

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