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Estiramientos

Un estiramiento es una elongación de un músculo o producido por la separación de las facias (fibras
por las que están compuestos los músculos) o la elongación de las mismas.

Aporta a la zona tratada mayor flexibilidad, mejor rendimiento y un gran aporte de oxígeno, por lo
que es un buen ejercicio para personas encamadas durante el tiempo de convalecencia o para
personas con movilidad reducida (personas mayores, proceso de rehabilitación muscular después de
un accidente...).

Todos los estiramientos que aquí presentamos son estiramientos pasivos, es decir, el paciente se
queda quieto mientras que el terapeuta es quien realiza la elongación muscular a tratar.

 Estiramiento activo: es el que realiza el paciente sin intervención del terapeuta.


 Estiramiento pasivo: es el que realiza el terapeuta al paciente sin que éste ponga resistencia
ni haga nada.
 Estiramiento contrarresistido: lo realiza el terapeuta al paciente, pero éste pone resistencia
con contracción opuesta al movimiento.
Estiramientos piernas, cadera y pies

Con el paciente en decúbito supino (boca arriba)

– Isquiotibial: Levantamos una pierna del paciente con nuestras manos, y sin que doble la
rodilla.
– Sóleo: Con la pierna en la posición anterior, tiramos de la punta del pie (en este caso no
importa si dobla un poco la rodilla)
– Rotadores internos de cadera: con el paciente en posición inicial, vamos rotando la pierna
hacia fuera poco a poco, comenzando desde el tobillo hacia la cadera.
Otra forma: abrimos la pierna distalmente del cuerpo, paralelamente al mismo, mientras
sujetamos la cadera contraria.
– Rotadores externos de cadera: con el paciente en posición inicial, vamos rotando la pierna
hacia dentro poco a poco, comenzando desde el tobillo hacia la cadera.
Otra forma: subimos una pierna por encima de la otra y, paralelamente al cuerpo, vamos
estirando sujetando la cadera del mismo lado.
– Abductores: doblamos una pierna, colocando el pie pegado al muslo, y vamos bajando la
rodilla sujetando ese pie.
– -Ilíaco y psoas: colocando al paciente al borde de la camilla por la parte de los pies,
estiramos una pierna hacia abajo, mientras la otra, doblada, la sujetamos con nuestro pecho.

Con el paciente en decúbito prono (boca abajo)

– Cuádriceps: hacemos llegar el talón al glúteo flexionando la pierna hacia atrás por la
rodilla.
– Pie: sujetándolo por el tobillo, realizamos flexión, extensión, lateralizaciones y rotaciones
parciales y completas del mismo.
Estiramientos de brazos y manos
Con el paciente en decúbito supino,

– Estiramiento del deltoides: hacia delante: sujetamos el brazo del paciente sin que éste
haga fuerza y lo cruzamos por delante del cuerpo hacia el otro brazo. Tiramos del brazo
sujetando el hombro del mismo lado.
– Estiramiento del deltoides hacia arriba: sujetando el brazo del paciente, lo llevamos hacia
el lado contrario pasándolo por detrás de su cuello. Sujetamos por la zona de la axila.
– Estiramiento del bíceps: con el brazo extendido y sujetando por el codo, tiramos del brazo
hacia abajo, quedando éste por fuera de la camilla.
– Estiramiento del tríceps: doblándole al paciente el brazo por la articulación del codo,
tiramos del codo hacia arriba.
– Estiramiento de la muñeca: realizamos flexión (llevando la palma de la mano hacia
dentro), extensión (llevando el dorso de la mano hacia detrás) y rotaciones completas hacia
ambos lados).
– Estiramiento de los dedos: tiramos despacio de cada uno de los dedos.
Estiramientos de cuello y espalda

Pruebas de elongación o test de acortamiento muscular: se realizan para medir el nivel de


acortamiento de los músculos implicados.

Con el paciente en sedestación, le pedimos que realice estiramientos activos, e iremos anotando los
puntos de dolor al realizar cada movimiento. Estas pruebas nos darán las señas de cómo se
encuentra la musculatura implicada (flexora, extensora, lateralizadora y rotadora).

Estiramiento de las fascias del cuello: con el paciente en decúbito supino, colocamos los dedos de
las dos manos excepto los pulgares en su cuello, y vamos traccionando desde las cervicales bajas
hacia arriba.

Tracción del occipital: con el paciente en decúbito supino, localizamos el hueso occipital (situado
en el final del cráneo) y colocamos los dedos de las dos manos excepto los pulgares en la cavidad
inferior de este hueso. Traccionamos hacia nosotros sin levantar las manos de la camilla, y estando
apoyada la cabeza del paciente sobre nuestras manos. Realizamos este estiramiento durante 30
segundos.

Técnica de Jones: con el paciente en decúbito supino, y colocando las manos en la misma posición
del punto anterior, realizamos una presión arriba durante 90 segundos.

Técnica de la toalla: con el paciente en decúbito supino, colocamos una toalla larga doblada bajo
su cabeza, dejando libre el cuello. Sujetando fuertemente la toalla, vamos movilizando el cuello,
realizando todos los estiramientos posibles.

 Supino: sujetamos el hombro derecho de nuestro paciente con la mano derecha, y


arrastramos hacia la izquierda de forma muy suave la cabeza del paciente, estirando los
músculos extensores del cuello hasta que llegue al tope (el tope lo pone el paciente, es decir,
si comenzamos a estirar y el paciente se queja de
dolor, ese es el momento de parar ahí y mantener esa postura una 10 segundos (en la siguiente
sesión de masaje iremos alargando la musculatura del cuello poco a poco, a medida que sus
músculos y el mismo paciente lo permita)).
Hacemos lo mismo, pero ahora hacia el otro lado, manteniendo el hombro sujeto y
deslizando la cabeza suavemente.
Continuamos estirando el cuello y lo hacemos ahora llevando la cabeza del paciente hacia atrás y
sujetando la barbilla.
Para llevar la cabeza hacia delante, apoyaremos las 2 manos sobre sus hombros, y con nuestros
antebrazos subimos la cabeza.
A continuación, haremos rotaciones del cuello hacia un lado y otro, llevando la cabeza hacia la
derecha y hacia la izquierda, sujetando el hombro contrario del paciente del lado que estemos
tratando, sujetando exactamente por encima del pecho, con la mano abierta o de canto (según si es
hombre o mujer).
Giramos 360º la cabeza de nuestro paciente, hacia un lado y otro, teniendo mucho cuidado y
haciéndolo muy muy despacio, ya que se podría marear.

Para hacer todos estos estiramientos del cuello, tenemos otra opción: cogemos una toalla y la
doblamos dejándola estrecha y manteniendo el largo de la misma. La sujetamos por los extremos y
la colocamos debajo de la cabeza del paciente, colocando la cabeza en el centro de la misma.
Aguantamos fuertemente por los extremos y elevamos unos cuantos centímetros la cabeza de la
camilla. Vamos girando y movilizando la cabeza poco a poco en todos sus movimientos.

Estiramiento de los trapecios: de forma unilateral, fijamos con una mano en el centro de la
columna vertebral y con la otra estiramos primero un lado y luego el otro con la zona tenar. De
forma bilateral, realizaremos estiramientos contrariados con las dos manos. En el siguiente punto se
describe.

Estiramientos contrariados: con el paciente en decúbito prono, colocamos las manos cruzadas en
dirección opuesta, y estiramos toda la musculatura de la espalda con la zona tenar de nuestras
manos (trapecios, paravertebrales, …).

Estiramiento musculatura paravertebral: con el paciente en decúbito prono, colocamos todos los
dedos de las 2 manos a ambos lados de los paravertebrales, y estiramos hacia fuera. Tendremos en
cuenta la presión que ejercemos con los dedos para no hacernos daño.

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