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ANALISIS “EL HOMBRE MEDIOCRE”

EL HOMBRE MEDIOCRE

CAPITULO I.

I. ¿AUREA MEDIOCRITAS?

Su admiración primitiva es simple estupor. La poesía natural que le rodea al reflejarse en su


imaginación, no se convierte en poema.

Para concebir una perfección se requiere cierto nivel ético y es indispensable alguna educación
intelectual. Sin ellos puede tenerse fanatismos y supersticiones; ideales, jamás!

El estrecho horizonte de su experiencia constituye el límite forzoso de su mente, no puede formarse


un ideal.

Hay hombres mentalmente inferiores al término medio de su raza, de su tiempo y de su clase social;
también los hay superiores.Entre unos y otros fluctúan una gran masa imposible de caracterizan por
inferioridades o excelencias.

Su existencia es, sin embargo, natural y necesaria. En todo lo que ofrece grados hay mediocridad, en
la escala de la inteligencia humana ella representa el claros curo entre el talento y la estulticia.

Otro fue el placer del poeta: poniendo en la tranquilidad y en la independencia el mayor bienestar del
hombre, enalteció los goces de un vivir sencillo que dista por igual de la opulencia y la miseria,
llamando Áurea a esa mediocridad material. En cierto sentido epicúreo, su sentencia es verdadera y
confirma el remoto proverbio árabe:”Un mediano bienestar tranquilo es preferible a la opulencia llena
de preocupaciones”.

No concebimos el perfeccionismo social como un productote la uniformidad de todos los individuos,


sino como la combinación armónica de originalidades incesantemente multiplicadas. El sentido común
es colectivo, eminentemente retrogrado y dogmatista; el buen sentido es individual, siempre innovador
y libertario .Las costumbres y las leyes pueden establecer derechos y deberes comunes a todos los
hombres; pero estos serán siempre tan desiguales como las olas que erizan la superficie de un
océano.

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