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Llevaba saliendo con Helena hacía 2 y todo era genial entre nosotros. Ella
era una ricura de chica: 1,65, delgadita pero con curvas, unas tetas talla 95
y riquísimas, un culo bien puesto, una cara Linda…En fin, que me tenía casi
siempre excitado.
Nuestro primer polvete llegó a los 3 días de conocernos, pues ella al igual
que yo había empezado jovencita y no perdía el tiempo.
Ese año la Semana Santa fue calurosa y Helena llevaba siempre ropa muy
“suelta”. Solía ponerse camisetas de tirantes holgadas, con mucha abertura
por todos lados, por lo que su sujetador siempre estaba a la vista. Abajo se
ponía o pantalones cortitos o minifaldas. A ella le encantaba enseñar y a mí
no me importaba, es más, me daba morbo.
En la primera parada que hicimos con el coche me dijo que mientras dormía
(o lo intentaba), había visto a Toni más de una vez mirándola con descaro,
pues se había tumbado en el asiento de atrás y llevaba minifalda. A mí me
hizo gracia y le dije que era lo más natural del mundo mirar las delicias de
una ricura como ella.
La primera noche fuimos por turnos al baño, para no dejar las cosas solas, y
la última en ir fue Helena. Cuando entró y se quitó la sudadera y el pantalón
de chándal que llevaba (por la noche refrescaba) a Toni casi se le salen los
ojos pues debajo llevaba un pijama de dos piezas: un super-mini
pantaloncito y una camiseta de tirantes bien ajustadita, y como iba a dormir
sin sujetador, se le marcaban las tetas que era una delicia. Por el frío, los
pezones los tenía superduros y se le notaba el contorno de la aureola.
Otra vez risas, pero lo que dijo Helena nos dejó callados:
-No seas tonto y mira lo que quieras, total, si no quisiera que me vieras o a
Javi no le molase, no iría así. Y no hace falta que te vayas fuera, te metes
en el saco y te la meneas, que no me voy a escandalizar, nene.
- Pues la verdad es que sí –dije yo-, y a lo mejor eso hace que nosotros
entremos en calor. Aunque viendo a Helena como está no me hace falta
mucho, jajaja.
- Que no nene –dijo Helena- que lo que vas a oír ya lo has oído antes y el
saco es suficientemente grande para darnos intimidad.
- Javi, ¿tan escandalosa voy como para que Toni se haya puesto así?
- Pues mira, cariño, algo influirá que lleve tiempo sin meterla en caliente,
pero te puedo asegurar que la vista que ofreces es de lo más sugerente.
Y diciendo esto empecé a arrimarme a ella y a acariciarle las tetas por
encima de la camiseta.
Dicho esto empezó a tocarme la polla por encima del pantalón. Yo miraba
de reojo a Toni y con la poca luz que entraba me pareció que miraba hacia
nosotros. Se lo comenté a mi chica y me dijo: No sé si es buena idea que
sigamos, el pobre lo va a pasar mal oyéndonos y teniéndose que conformar
con una paja.
- ¿Mala idea? Ojalá que siempre que me he tenido que hacer una paja
hubiese tenido una pareja dándose el lote a mi lado.
- ¿Te puedo confesar algo? –me decía mientras ya había metido la mano
por debajo del pantalón y del bóxer.
Dejé de comerle las tetazas para decirle lo bien que se le daba utilizar los
pies (con los que me daban un magreo salvaje en los huevos y en la polla
por encima del bóxer). Entonces ella me dijo: No te lo parecía, cariño, Toni
está mirando para nosotros.
- ¿Y te ha visto mirarle?
- No solo eso, sino que mientras me comías las tetas nos hemos mirado sin
apartar la vista, menos cuando me era difícil controlarme y cerraba los ojos
por lo bien que lo haces.
- ¡La leche! O sea, ¿qué te ha visto poner cara de placer?
Esta vez miré con descaro a Toni y vi que, efectivamente miraba para
nosotros. Me sonrió y me hizo un expresión como diciendo: “menudo show”.
Y entonces vi unos movimientos que indicaban sin lugar a dudas que se
estaba haciendo un buen pajote.
Tanto Toni como yo usamos bóxers clásicos, de esos que te dejan suelto el
paquete. Yo ya sabía que a mi chica le ponen mucho ese tipo de ropa
interior masculina. Y encima cuando estás empalmado la cosa resulta
mucho más evidente e incontrolable.
Ella se rió nerviosamente, pero siguió sin hacer nada. Bueno, sí hizo: giró la
cabeza y miró a Toni, que entonces dijo:
- No te jode –dije riéndome yo- Con la vista que tienes para que te la
quitemos.
- Toni, ¿porqué no te sales del saco y así te será más fácil meneártela?
Casi no me creía que dijera eso pero ante tal situación, no era extraño que
la cosa pudiese desmadrarse.
- Hombre, ¿no me estás viendo tú las tetas hace rato? Pero de verdad, que
ahí estás muy estrecho, y te será más cómodo.
No hizo falta que se lo repitiese, se salió del saco y se puso sobre él.
- Vaya, sí que estás contento, jajaja –le dijo ella- Y tú, Javi, ¿porqué no
sigues lo que estabas haciendo que me estaba encantando?
En ese momento advertí que la veda estaba levantada. Así que me bajé de
nuevo a seguir comiéndole su coñito que estaba ya inundado. Sin contar
conmigo, cogió el saco y lo echó para atrás, dejándose a la vista
completamente desnuda y a mí entre sus piernas. Ella se excusó diciendo:
anda, así mejor, que si no te vas a asfixiar.
Yo pensaba que con Toni al lado se iba a cortar un poco, pero nada de
nada, la muy perra gimió casi más que nunca y se arqueó tanto que parecía
que se iba a romper.
El espectáculo fue tal que Toni, con los primeros gemidos de ella, también
se corrió.
- Joder tíos. Muchas gracias, ha sido genial –dijo nuestro amigo, mientras
no dejaba de tener la polla en la mano.
Toni no se perdió detalle, entre otras cosas porque Helena lo hizo de tal
forma que parecía que fuese una película y él tuviese la cámara. Su polla,
que parecía que había perdido un poco de fuerza se puso otra vez tiesa a
tope.
- Joder, Javi vaya suerte que tienes. Se ve que Helena, a parte de estar
como un queso, no le hace ascos a nada.
- ¿Qué pasa? –dijo ella- ¿qué las tías con las que has estado han sido unas
mojigatas?
- No, casi todas me la han chupado, pero no logré que ninguna me dejase
que me corriese en su boca.
A todo esto, ella se había puesto sentada sobre mí y poco a poco iba
moviendo su culito, por lo que el roce de su chocho todo mojado sobre mi
polla, hizo que ésta volviese a ponerse dura como una piedra.
- Vaya Javi –me dijo con cara de viciosa- veo que aquí nadie pierde fuerza.
Entonces, Helena dio otro paso más, y me susurró al oído con voz melosa
¿quieres que le demos una ayudita?
- Joder, Helena, como me gustan tus tetas, tía –dijo, mientras se ponía de
lado para magrearla mejor, y con su mano izquierda seguía pelándosela.
- Javi, por favor –me dijo ella- métemela ya, la necesito dentro.
Cuando se calmó un poco, se volvió hacia Toni y le dijo: ¿me dejas que te
eche una mano?. Toni dejó por un momento de babearle la teta y se quedó
otra vez mirándome. Yo no le hice caso y seguí follándome a Helena sin
parar. Entonces ella dijo que le sacase la polla un momento y se puso de
lado, dándome la espalda y mirando a Toni. Levantó un poco la pierna
derecha, me cogió la polla por detrás y la dirigió otra vez a su coño. Yo
empecé otra vez un mete-saca salvaje. Ahora ella bajó su mano derecha y
le cogió la polla a Toni, mientras que su con su mano izquierda le dirigió la
cabeza a sus tetas. Él no se hizo de rogar y comenzó a chuparle las tetas
como si fueran las primeras que se comía.
Helena movía su culo como ella sabía, mientras le hacía una paja
espectacular a Toni; ahora su mano izquierda se dedicaba a acariciarle los
huevos, por lo que la cara de nuestro amigo era todo un poema. Entre
susurros le dijo (parecía que yo ya no existiese): Helena, ¿te puedo pedir
un favor?
Y fue decirlo y Toni se puso de rodillas puso la punta del capullo rozando
una teta y otra y le lanzó varios chorros de semen, embadurnando casi por
completo sus dos tetas.
- Vaya Toni –dijo ella- y eso que te has corrido hace poco. Vaya manera de
soltar leche.
Y dicho eso le cogió la cabeza con ambas manos y le dio un señor morreo.
Yo viendo todo lo que pasó estaba a mil, y sin pensarlo, le pasé los brazos
por delante y le cogí las dos tetas, sintiendo toda la leche de Toni. Se las
masajeé como si tuviera crema hidratante. La sensación fue tan excitante
que en ese momento empecé a correrme, llenando de leche el chocho de
Helena. Ella al sentir como se ponía mi polla más gorda y notar como la
llenaba, también empezó a correrse, gritando como nunca. Estaba claro que
todo esto hizo que llegase al séptimo cielo.
Y ahí nos quedamos los tres, Toni boca arriba sin dejar de mirarnos (bueno,
más bien sin dejar de mirar a Helena), y Helena y yo de lado, siguiendo
enganchados y con un mete-saca ya muy suave, disfrutando del orgasmo
tan tremendo que tuvimos.
Y así empezaron unas vacaciones que fueron bien calientes, y que si les
apetece, seguiré contando.
Con mis toqueteos ella se fue despertando poco a poco, y me dijo: “como
me gusta que me despiertes así, cariño”. Y me dio un beso de buenos días
que me supo a gloria.
- Claro, ¡pobrecita mía!, que tuvo que trabajar el doble –le dije mientras le
cojía su culo con ambas manos y la atraía hacia mí.
- ¡Vaya!, veo que te gusta recordarlo –esto lo dijo porque notó lo dura que
tenía la polla.
- Sí, pero me he levantado unas cuantas veces a tu lado como para saber
que está más dura de lo normal –dijo mientras me la cojía con una mano.
- Ya se nota, ya.
- Anda ya, tío. Somos ya mayorcitos, y no pasó nada que ninguno de los
tres no quisiera que pasase.
- Tranqui, Toni. Es normal, estando los tres en un sitio tan pequeño, y con
Helena que estaba tan cachonda, es normal que pasase lo que pasó.
Además, lo pasamos genial, ¿no?
- Pues mira, ya que lo dices, hace que no me excitaba tanto hace años, y
las dos corridas que tuve fueron tremendas.
- Por cierto, Javi, espero que no te moleste lo que te voy a decir, pero tiene
unas peras deliciosas.
En eso que entró Helena, ya duchadita, y como siempre con una sonrisa en
la boca.
- Nada cariño –le dije- estábamos hablando del buen par de tetas que
tienes.
Entonces, Toni salió del saco y cogió las cosas para irse a duchar. Claro,
que salió en pelota picada, y con una erección tremenda. Helena se le
quedó mirando con descaro a la polla.
- Nene (me llama así a veces cuando estamos solos) me dio mucho morbo
anoche y encima Toni la tiene como tu y sabes que eso me pone.
Ella se refería a que Toni usaba bóxers clásicos y que las medidas del rabo
eran parecidas -si no iguales- a las mías, con dos espléndidos huevos que le
colgaban y eso a mi novia la pone mucho (cuando veíamos juntos alguna
porno se fijaba mucho en los huevos de los actores y sin rebotaban en la tía
al penetrarla).
- Ya, pero bien que se la meneaste anoche, perra –dije yo, que ya me
estaba poniendo cardíaco, pues me hacia un sube-baja riquísimo.
Yo quise meterle las manos por la camiseta para tocarle las tetas, pero no
me dejó.
¡Y vaya q si disfruté! Me hizo una paja riquísima que hizo que le rebosase la
leche de sus manos.
Cuando se estaba limpiando las manos con unos kleenex entró Toni, que
sonrió y dijo: “creo que me he perdido algo muy interesante”.
Nos despertó el ruido de la lluvia sobre la tienda. Total, que la playa tendría
que seguir esperando.
Nos fuimos a la zonas comunes a jugar con videojuegos y a ver la tele, pero
tras unas cuantas cervezas decidimos volver a la tienda, pues aquello
estaba insoportable de gente.
Cuando estábamos dentro Toni propuso jugar a las cartas y elegimos jugar
al tute. Helena dijo que por qué no lo hacíamos más divertido y jugábamos
al tute-prendas (se notaba que las cervezas hacían efecto). Toni y yo
pusimos cara de no entender, por lo que ella nos lo explicó:
- Pues el que gane le pone una penitencia al que pierda –dijo ella.
El siguiente en perder fui yo, por lo que me quedé totalmente desnudo y fue
hacerlo y mi polla empezó a crecer poco a poco.
- No sabía que jugabas tan bien, tía –dijo Toni- A este paso nos vamos a
quedar con las ganas de verte algo más.
Pero ella fue la siguiente y mirando para arriba con cara pensativa decía: “a
ver, ¿pantalones o sujetador? ¿pantalones o sujetador?
Y no lo hizo como Toni y yo, sino que se puso de rodillas y se lo quitó poco
a poco, con movimientos sugerentes. Así que cuando terminó yo ya tenía la
polla totalmente empalmada y los bóxers de Toni parecían otra tienda de
campaña más del camping. Además, al ser calzoncillos clásicos y tener las
rodillas levantadas por el hueco le observaba la polla dura y los huevos.
Helena por aquel entonces aún no era muy de usar tangas, pero las
braguitas blancas que llevaba eran muy pequeñitas, por lo que tapaban lo
justo.
- Venga sigamos jugando –dijo ella con toda la naturalidad del mundo.
- De verdad Helena –dijo Toni- que ver unas tetas más bonitas que éstas es
difícil.
- ¡Buenas tardes a Ud. también señora! –le dijo ella como si hablase con su
polla.
Toni tenía una erección de caballo e incluso me pareció ver que tenía el
capullo totalmente mojado de la excitación. El ambiente ya estaba más que
caldeado.
- A ver que piense… -dijo ella-. Tienes que meneártela durante dos minutos.
- Las reglas son las reglas –dije yo- Total, ya te vimos anoche hacerlo.
Y se la cogió y cumplió con lo mandado por Helena (que por cierto casi ni
pestañeó mientras le miraba).
El siguiente en perder fui yo, y quien ganó Toni, quien dijo:
- A ver, quiero un poco de cine gratis. Javi cómele durante dos minutos las
tetas a Helena.
-Esta penitencia me gusta –dijo Helena riendo- Vamos a hacerlo para que
puedas verlo bien. Tú Javi, túmbate bocabajo.
Toni se puso a escasos 20 cm. y por la cara que ponía, su deseo se cumplía
de maravilla. Por mi parte estaba ya con unas ganas de follar tremendas, y
todas mis dudas de la mañana se fueron al carajo.
- Cariño –me dijo Helena-, me estaba encantando, pero las reglas son para
todos, y hay que ser legales.
Ella de nuevo se puso de rodillas, entre Toni y yo, y nos dijo: “tirad para
abajo cada uno de un lado”.
Cuando llegamos a sus rodillas ella se tumbó y alzó las piernas para arriba,
separándolas un poco para que le quitásemos las bragas más fácilmente.
Así que cuando terminamos, se le veía el coño perfectamente, y se veía que
estaba mojadito.
- Pues que no sois los únicos que estáis excitados, listillo –me dijo,
quitándome la mano.
-Para que ésto sea justo –dijo Helena- ya que yo os veo perfectamente las
pollas, voy a sentarme así para que me podáis ver –y diciendo esto se sentó
al estilo “indio”, por lo que la vista era tremenda, ya que incluso (supongo
que por lo excitada que estaba) tenía ligeramente abiertos los labios
mayores.
Esta vez perdió Toni y ganó Helena. Lo que le mandó nos dejó a Toni y a mí
mirándonos alucinados:
- Para que haya justicia, esta vez serás tú quien disfrute de mis tetas, y
tienes 5 minutos para que hagas con ellas lo que quieras.
- ¡No vale! –dije yo, simulando enfado-, ¡yo sólo he tenido 2 minutos!
- Ya cariño –replicó ella- pero tú mismo has dicho que querías más. Toni,
como es más tiempo me voy a poner más cómoda.
Y se tumbó. Menos mal que por lo menos tiene las piernas juntas (pensé
para mí).
Sin esperar más instrucciones Toni se puso encima de ella, pero con el culo
levantado, procurando no tocarla con la polla. Y se puso a magrearle las
tetas a Helena. Ésta le cogió el culo con las dos manos y lo atrajo hacia ella,
por lo que pude ver claramente como rozaba su polla con el pubis de ella.
No daba abasto: se las estrujaba, le mordía los pezones, las lamía de arriba
abajo, mientras ella tenía la cabeza ladeada hacia mí, con los ojos cerrados
y con una cara señal de estar pasándolo en grande.
- Mirad, hay dos motivos –nos dijo- Primero que tengo unas ganas locas de
que Javi me la meta ya. Y segundo, que si seguimos, a lo mejor no
sabemos parar y nos podemos arrepentir alguno.
Toni se quedó con la cara un poco seria y nos dijo “es verdad; me
apetecería seguir, pero vosotros decidís”. Y se dio media vuelta.
- ¡Eh, tú! –dijo Helena dirigiéndose a él- ¿Te crees que te vamos a dejar
así? – y mirándome a mí continuó- ¿a que no, cariño?
Sin dejar de saltar con mi polla dentro, atrajo a Toni hacia ella y le dio un
morreo de los que quitan el hipo. Toni, que se estaba haciendo una paja
hacía rato, lo dejó por un momento y, sin dejar de comerle la boca, con una
mano le empezó a sobar las tetas y con la otra el culo.
- ¡Que ganas tenía de tocar este culito tan rico, Helena! –le dijo.
-Toni -dijo ella-, cómeme las tetas como hiciste antes, que me encantó.
- Espera cielo –me dijo mientras dejaba de lado por un momento a Toni.
Y sin sacar mi polla de su coño me susurró al oído: “no voy a follar con
Toni, pero deja que acabe con él, creo que es justo”.
Y sin saber bien que se proponía le dije: “no te puedo negar nada,
preciosa”.
- Ven, entonces.
- Pues pon la polla entre mis dos cachetes y restriégate hasta que te corras,
nene. Pero no te olvides de mí y utiliza tus manos para magrearme las tetas
y hacerme una paja, que yo también necesito correrme.
Toni se puso bien pegado a ella, le pasó las manos por delante y empezó a
menearse como si se la estuviese follando, mientras que una mano daba
buena cuenta de sus tetas y la otra se dedicaba a acariciarle el clítoris y
meterle dos dedos.
- Toni –le dijo ella- deja que Javi me coma las tetas y tu emplea tus dos
manos en darle placer a mi coño.
Y así se hizo. Yo me dediqué a ese par de peras que tanto me gustaban, sin
importarme que se las hubiese babeado antes Toni, y éste , a juzgar por la
cara de Helena, estaba haciendo un trabajo fino, fino. Ella por su parte se
escupió en las manos y con una me hacía una paja deliciosa mientras que la
otra me acariciaba los huevos.
- Helena –le dijo Toni-, creo que no puedo aguantar más, me voy a correr
ya.
- Adelante, mi niño, embadúrname con tu leche, pero por lo que más
quieras, no dejes de mover esos dedos como lo estás haciendo, que me
está encantando, y a mí tampoco me falta mucho.
Toni se pegó aún más a ella y por los bufidos que dio me di cuenta de que
estaba descargando su semen en el culo de Helena. Pero fiel a su palabra,
no dejó de mover sus dedos, mientras le mordía el cuello, y poco después
fue ella la que empezó a gritar y a convulsionarse, señal de que su orgasmo
estaba siendo tremendo.
Era curioso, pero yo, que siempre creí que me daría asco tocar el semen de
otro tío, era la segunda vez que lo hacía en dos días.
Nos quedamos un rato así, sin decir palabra, disfrutando del relax que
queda después de un buen orgasmo (dos en mi caso).
Luego, más tarde, salimos a cenar al pueblo de al lado y vimos que durante
el tiempo que habíamos estado en la tienda el tiempo había mejorado, y se
podía ver un cielo estrellado precioso, lo que indicaba que al día siguiente a
lo mejor podíamos ir a la playa.
Tal y como intuí, el día se levantó precioso. Lo supimos porque nos lo dijo
Toni, que se había despertado antes y estaba asomado de rodillas por la
puerta de la tienda.
- ¡Buena vista para despertar por la mañana! –dijo Helena que le miraba el
culo con descaro (y es que Toni seguía desnudo).
- Anda, tía, que me vas a sacar los colores –le contestó Toni riéndose.
- ¿Pero te apetecía?
- No te enfades... pero sí. Por eso dije de parar y quise que me follases tú.
- Pues la verdad, creí que iba a pasar, y creo que tal como estaba el
ambiente no me hubiera importado. ¡Eso sí!, siempre y cuando yo también
hubiese podido meter. Jajaja.
Y entonces ella se puso más tensa, apretó las paredes de su coño y nos
corrimos a la vez en un orgasmo riquísimo, tras lo cual, nos quedamos
abrazados con cara de relax.
- Vaya, otra vez que aprovecháis que me voy a las duchas para montar una
fiestecita.
Toni que no se perdió detalle le dijo a ella : y esmérate ahí abajo, que veo
que te sale algo (y puso cara de sátiro)
- Pero eso es porque juegas con el bruto de Javi. Verás que yo soy más
tranquilo. ¡Venga, solo un peloteo, que te vas a quemar ahí quieta!
- Anda quejica, que solo has jugado diez minutillos –le dijo Toni.
- Anda éste. Ahora resulta que es entrenador de tenis –le replicó ella con
cara de cachondeo.
- No te rías, Helena –intervine yo- Que el padre de Toni es fisio del Real
Madrid y él ha dado algún cursillo de fisioterapia aplicada al deporte.
- Mira Javi –me dijo ella- si me quita el dolor, que toque lo que quiera, no
sabes lo que es esto. Además…, estoy muy mal de pasta y de alguna
manera le tengo que pagar, ¿no? –dijo con una cara entre inocente y
perversa que me encantaba.
Cuando nos metimos los tres en la tienda Helena le preguntó a Toni: ¿cómo
me pongo, doctor?
- Bueno, la mejor forma es que dejes la espalda al aire, claro –dijo Toni.
- Ya lo sabes, cariño. Pero de todas formas es que así estoy más cómoda, y
quiero disfrutar del masaje.
- Es una pena no haberlo sabido, porque tengo un aceite que para estos
casos va fenomenal –dijo Toni- ¿Helena, tienes body-milk?
- ¿Te importa que me ponga encima de ti, a horcajadas? –le preguntó Toni.
- Estupendo –dijo él- Para estar yo también más cómodo me voy a quedar
en gayumbos, así me moveré con más facilidad.
Toni empezó con el masaje, y aunque a veces Helena hacía gestos de dolor,
sabía que estaba en buenas manos y que le aliviaría el dolor de espalda.
- Ahora ponte algo debajo de la cabeza y pon los brazos extendidos hacia
arriba – le dijo Toni.
Ella lo hizo y Toni siguió. Pero esta vez el masaje lo dio también por el
cuello de una forma muy suave, y cuando pasaba por los costados bajaba
algo más la mano, por lo que podía ver con toda claridad como de vez en
cuando le rozaba las tetas.
- Ya, por eso antes le has tocado las tetas, ¿no? –dije yo.
- Javi –se dirigió a mi Helena- ya te dije antes que de alguna forma se tiene
que cobrar sus servicios. Y como estoy un poco pelada de dinero tendré que
pagarle en especie.
Lo siguiente que dijo Helena dejó claro que la cosa iba a terminar como las
veces anteriores: Toni, ¿los masajes también son buenos para mantener el
culito firme?
- ¡Claro, sin duda! –dijo él, que aunque no fuese verdad es lo que iba a
decir de todas formas.
- Pues ya que estás puesto házmelo, que no quiero tener de mayor el culito
caído.
- Para eso vas a tener que quitarte las braguitas –lanzó él con toda la
intención.
Y sin pensárselo dos veces, Helena se apoyó en los codos, levantó el culo y
le dijo a Toni: pues procede, anda, que a ti te pilla mejor.
Al poco, Helena abrió los ojos y me vio mientras me pajeaba: Vaya Javi,
veo que el masaje te gusta casi tanto como a mí, jajaja.
- ¿Es que tú crees que me puedo contener viendo el magreo que te está
dando? –le dije yo.
Toni, entonces se agachó y le dijo con voz sugerente a Helena: creo que te
voy a pedir el pago del que has hablado antes.
Ella que gemía sin parar, se dio la vuelta inmediatamente y se tumbó boca
arriba, pero al ver los calzoncillos de Toni y su erección le dijo: “espera, así
estarás más cómodo”. Y de un tirón se los bajó saltando su polla como un
resorte. Hecho esto, se volvió a tumbar, dejando las piernas bien abiertas.
Empezó por sus hombros, moviendo los dedos despacio, y fue bajando por
su costado. Cuando estuvo a la altura de las tetas subió ambas manos y se
las cogió, dedicándoles un sobeteo alucinante. Entonces se echó sobre ella,
pegando su polla en su coño, lo que hizo que ella le abrazase con ambas
piernas.
- Por favor, no pares –dijo ella mirándole a los ojos con una cara de lascivia
que me alucinó.
Tras un buen rato babeándole sus tetas, continuó bajando, hasta que llegó
a su coño, que vi claramente que estaba empapado. Como si en ello le
fuese la vida se lo empezó a chupar, a comer, cosa que hizo que Helena
empezase arquearse como una posesa y a gemir sin parar.
- Porfa, deja de hablar y métemela ya, joder –le respondió ella entre
jadeos.
- Me gustaría oírte decir que quieres que te folle –le dijo él.
- ¡Fóllame! ¡Fóllame ya cabrón! ¡Fóllame con todas tus gana! ¡Méteme esa
polla tan dura!
- Helena –dijo Toni- como sigamos así me voy a correr enseguida, follas
delicioso.
- Ummmmmmm ¡qué rico! –dijo ella- noto tu leche. ¡Me encanta! ¡Pero no
pares, cielo, que me falta poco para correrme yo también!
Por fin repararon en mí, y Toni me dijo: “Javi, tienes una novia que es la
hostia. Aunque me lo imaginaba, no sabía lo delicioso que es follar con ella,
y encima “a pelo”.
- Anda Toni, sácala –le dijo ella dándole un beso en la boca-, que le toca a
mi chico.
Nada más apartarse Toni, me puse encima de ella y sin ningún preámbulo
se la metí de golpe. La sensación de sentir el coño con la corrida de Toni era
extraña, pero me gustaba y, claro, mi polla entraba y salía con gran
facilidad.
Helena no dejaba de jadear y decir que no parara. Toni por su parte volvía a
tener la polla tiesa y se la meneaba tocándose a la vez los huevos.
Helena miró hacia donde estaba él y le dijo: “quieres que te ayude con mi
boquita?”.
- ¿De verdad que me la chuparías? –dijo alucinando Toni.
- ¡Estoy deseando!
Toni se acercó y le puso la polla al lado de su boca. Ella se la cogió con una
mano y empezó a darle lengüetazos en el capullo. Después, mojándose los
labios se los puso despacito, y poco a poco fue bajando por todo el tronco
de la polla.
Toni estaba con una cara de estar pasándolo fenomenal, y no era para
menos. Yo, que ya estaba súper excitado, al ver la escenita, no pude resistir
más y me corrí dentro del coño de Helena. Ella lo notó y se metió de una
vez casi toda la polla de Toni en la boca, empezó a moverse como una loca
y se corrió escandalosamente (yo creo que se oyó en medio camping).
Sin soltar con una mano la polla de Toni se puso de rodillas y le indicó que
se tumbase. Así lo hizo él, y ella procedió a seguir con la mamada.
- ¿Quieres que me la meta toda? –le dijo con cara de vicio puro.
-¡ Joder tía!, eres una caja de sorpresas –le contestó él-. Me encantaría,
preciosa.
Toni que jadeaba y se movía sin parar le dijo: “Helena, la comes de cine,
creo que me voy a correr en breve”
- Ummmmmmmm, ¡qué bien nene! –dijo ella- ¿No nos dijiste el otro día
que nunca te habías corrido dentro de una boca?
- Ummmmm, ¡qué leche tan rica! –dijo ella- . ¿Te ha gustado, Toni?
- Claro –dijo ella-. Yo hago las cosas bien hechas, y ya tienes tu pollita
limpia y reluciente, jajajajajajajajajajajaja.
Y ahí nos quedamos los tres, desnudos y con la respiración agitada después
de la sesión de sexo tan especial que tuvimos.