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del término evidenciando si antes de que Freud lo tomara para el psicoanálisis, hubo un uso
anterior de dicho término, por otra parte, la inquietud me lleva a pensar como fue concebido
dicho desarrollo teórico, y si el autor pudo mantener en el tiempo dicha postura o fue
cambiando a lo largo del acontecer de sus obras. Y que lleva al autor intentar poner en palabras
aquello que veía en su experiencia con los analizantes que lo motivó a darle un sentido a dicho
término.
edición impresa (22ª, 2001), bajo la siguiente, escueta, entrada: Pulsión (del lat. tardío pulsio-
onis). s.f. “En psicoanálisis, energía psíquica profunda que orienta el comportamiento hacia un
En la lengua francesa, por el contrario, dicha palabra queda registrada desde mucho antes:
Pulsión, n.f. XVI e siècle. Tomado del latín pulsio, "acción de empujar, impeler" (pousser),
mouvement, pousser). Algunas escritos hacen referencia a un antiguo diccionario francés del
s. XIX pues es el único que refiere directamente "pulsión" a "pulso", sin pasar por la palabra
del latín tardío. Si bien sus definiciones se aplican a una lengua francesa que varió mucho en
los últimos ciento cincuenta años, sirve para ilustrar esta breve historia del término “pulsión”
La etimología de la palabra pulsión se trata de una forma tardía, de la época del bajo latín,
absorbida por la forma pulsus o pulsatio a lo largo de muchos siglos, de tal modo que,
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en formación. El francés, idioma tradicional por naturaleza, la retomó en el siglo XVI siempre
Ahora bien tratando de dar inicio al recorrido que hace el autor del término pulsión,
comenzaré considerando su obra Volumen XIV Trabajos sobre metapsicología, y otras obras
y destinos de pulsión (1915), es allí donde se comienza a esbozar dicho término en la página
117, Freud define a la “pulsión como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático,
como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y
alcanzan el alma”.
En dos oportunidades anteriores la había definido casi en los mismos términos. Unos pocos
años antes, hacia el final de la sección III de su estudio del caso Schreber (1911), AE, 12, pág.
68, definió a la pulsión como “…el concepto fronterizo de lo somático respecto de lo anímico,
meses antes que el presente artículo y agregado a la tercera edición (publicada en 1915, pero
con un prólogo fechado en octubre de 1914) de sus Tres ensayos de teoría sexual (1905J), AE,
7, pág. 153, la definió como “la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos
intrasomática en continuo fluir, uno de los conceptos del deslinde de lo anímico respecto de lo
corporal”. Considerando estas tres caracterizaciones pareciera que Freud no trazaba distinción
pulsión misma como el representante psíquico de fuerzas somáticas. Sin embargo, si nos
volvemos ahora a los artículos posteriores de esta serie, parecería que Freud traza allí una
distinción muy neta entre la pulsión y su representante psíquico. El ejemplo más claro es quizás
un pasaje de lo inconsciente, pág. 173: “Una pulsión anímica puede pasar a ser objeto de la
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Freud durante el avance de sus obras no tomo de la misma manera al término, lo que lo llevo a
había él mismo quejado de la total inexistencia de una doctrina de las pulsiones que de algún
modo nos oriente. Más tarde, en Más allá del principio de placer (1920), aludió a las pulsiones
para la Encyclopaedia Britannica (1926) confesó que la doctrina de las pulsiones es para el
psicoanálisis, sin duda, un ámbito oscuro. En el texto donde aborda la pulsiones y destino de
pulsión intenta de abordar el tema con amplitud, por dicho motivo intentare dar cuenta de ello
estímulo, como la fuerza que opera de un solo golpe, y a la pulsión, aquello que actúa como
una fuerza constante. Esta precisa distinción había sido trazada por él veinte años antes, sólo
En dicha investigación intentare dar cuenta de que es la pulsión considerando los inicios de
dicho término para el autor, y considerando el recorrido que hace el mismo para dar cuenta de
ello. En sus inicios Freud aborda el término desde diversos puntos de vista, por una parte,
reflejo, de acuerdo con el cual un estímulo aportado al tejido vivo (a la sustancia nerviosa)
Freud se pregunta qué relación existía entre dichos términos, y deja ver que los mismos no
se podrían equiparar ya que en primer lugar: El estímulo pulsional no proviene del mundo
exterior, sino del interior del propio organismo. Por eso también opera diversamente sobre el
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alma y se requieren diferentes acciones para eliminarlo. Además: Todo lo esencial respecto del
estímulo está dicho si suponemos que opera de un solo golpe; por tanto, se lo puede despachar
mediante una única acción adecuada, cuyo tipo ha de discernirse en la huida motriz ante la
fuente de estímulo. Desde luego que tales golpes pueden también repetirse y sumarse, pero esto
en nada modifica la concepción del hecho ni las condiciones que presiden la supresión del
estímulo.
La pulsión, en cambio, no actúa como una fuerza de choque momentánea, sino siempre
como una fuerza constante por lo que no ataca desde afuera, sino desde el interior del cuerpo,
nervioso es un aparato al que le está deparada la función de librarse de los estímulos que le
llegan, de rebajarlos al nivel mínimo posible; dicho de otro modo: es un aparato que, de ser
psíquico, de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una
con lo corporal.
Así partiendo de dicha diferenciación el autor va a considerar que la pulsión está asociada
Por esfuerzo de una pulsión se entiende su factor motor, la suma de fuerza o la medida de
la exigencia de trabajo que ella representa. Ese carácter esforzante es una propiedad universal
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de las pulsiones, y aun su esencia misma. La meta de una pulsión es en todos los casos la
pulsión. Pero si bien es cierto que esta meta última permanece invariable para toda pulsión, los
caminos que llevan a ella pueden ser diversos, de suerte que para una pulsión se presenten
múltiples metas más próximas o intermediarias, que se combinan entre sí o se permutan unas
por otras. En cuanto al objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta.
Es lo más variable en la pulsión; no está enlazado originariamente con ella, sino que se le
pulsión se entiende aquel proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo
autoconservación y las pulsiones sexuales. El mayor aparte lo hace a las pulsiones sexuales ya
que en sus observaciones a neuróticas pudo dar cuenta de ello, por lo que puede decirse que
son numerosas, brotan de múltiples fuentes orgánicas, al comienzo actúan con independencia
unas de otras y sólo después se reúnen en una síntesis más o menos acabada. La meta a que
aspira cada una de ellas es el logro del placer de órgano; sólo tras haber alcanzado una síntesis
A modo de dar un cierre a dicho tema abordado podría concluir que el autor en su recorrido y
en particular el apartado de pulsión, tomó relevancia el hecho de separar la pulsión del estímulo,
ya que ambos son sentimientos del aparato anímico del primero no podemos huir como el lo
menciona ya que se debe satisfacer, es por ello que toma en cuenta los elementos a los que la
pulsión esta relacionada, esta tiene una meta que debe ser satisfecha a través de un objeto y que
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tiene una fuente somática en el cuerpo, esto es lo que me llamó la atención, que es algo que no
podemos controlar, es algo que necesita salir de una u otra manera, escapa al estado de
conciencia que tenemos como humanos. Considero que lo recorrido en dicho apartado es solo
una parte de las obras del autor lo que hace que el término sea amplio y divergente en diversas
aristas que lo complejizan de tal manera que es atrapante poder seguir un hilo conductor, ya
que se produce un entramado, una matriz que deja en evidencia la psiquis humana, tan compleja
Bibliografía
• https://www.alcmeon.com.ar/19/08_pulsion_obligado.pdf
• Amarrortu editores (2007), Sigmund Freud obras completas, Volumen XIV Trabajos
movimiento psicoanalítico.