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Hace muchísimos años, allá por 1816, en una provincia muy pequeñita, la más

chiquita de Argentina, ocurrió algo muy, pero muy importante.


Los representantes de cada provincia se reunirían allí para firmar un Acta
donde declaraban la Independencia, querían ser libres del rey de España. Ya
se habían dado los primeros pasos el 25 de mayo de 1810.
Los representantes de cada provincia, tuvieron que viajar muchísimo para
llegar a Tucumán, en esa época no había aviones ni autos veloces y cómodos
como los hay ahora.
Los diputados, viajaban en diligencias, carretas, y a caballo. El viaje era muy
cansador, pasaban frío, y debían comer a la orilla del camino o llegar hasta
unas posadas, a descansar un rato y comer allí también. Era un enorme
sacrificio pero ellos, estaban felices de poder hacer algo tan importante por su
patria y por el pueblo argentino que estaba cansado de depender de un rey de
otro país.
En Tucumán todo el pueblo los estaba esperando, prepararon la casa más
grande de la ciudad que era la casa de la señora Francisca Bazán de Laguna,
todos los vecinos ayudaban, ¡que orgullosos estaban de que vendría gente tan
importante!
En esa época no había hoteles, entonces los vecinos se ofrecieron a recibir a
los diputados en sus casas, y ellos aceptaron gustosos.
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La ciudad de San Miguel de Tucumán en aquella época era un poblado de


unos 5000 habitantes, con edificios públicos, templos y conventos en
deplorable estado. Por eso se tuvo que buscar una casa de familia para reunir
el Congreso.

La casa de la señora Francisca Bazán de Laguna, era una casa amplia, en muy
buen estado y la más grande en ese momento de la ciudad de Tucumán.

Ella mandó a ampliar la sala para que pudieran entrar todos los representantes
de las provincias. La sala quedó de 15 metros de largo por 5 metros de ancho.

Pidieron prestadas las sillas de las Iglesias de Santo Domingo y San Francisco.
En el frente de la casa se destacaban dos típicas columnas en espiral llamadas
Salomónicas. Todos sus cuartos daban a un patio central, donde se podía
observar un gran aljibe. El techo tenía tejas rojas. Al frente de la casa se
encontraban dos grandes ventanas con rejas.

Los muebles que se usaron los prestaron los vecinos, se buscaron los mejores
muebles, todo el pueblo quería colaborar. Don Bernabé Araos, gobernador de
Tucumán, prestó los muebles de escritorio y el tintero.
Nuestra Patria tenía su gobierno, algunas leyes, moneda propia, bandera,
escarapela, himno nacional sin embargo, todavía no era "independiente".
¿Qué es ser independiente? Es lavarse los dientes solitos, peinarse sin ayuda,
atarse los cordones, lavarse la cara y secarse bien, es quedarse en el jardín sin
llorar. Eso es ser poquito a poco independiente.
Nuestro país no tenía que aprender a lavarse los dientes, ni atarse los cordones, lo
que sucedía era que todavía no podía decidir qué hacer, porque dependía de los
reyes de España. Pero como quería ser "independiente", es decir que nadie lo
mandara, personas muy importantes de todos los lugares del país viajaron desde
muy lejos en carretas, caballos, diligencias, para reunirse en una casa en la ciudad
de Tucumán.
Después de mucho conversar decidieron declarar a nuestra Patria libre e
independiente, lo escribieron en un libro y lo firmaron para asegurarse que iban a
trabajar juntos para lograrlo.

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Un 25 de Mayo de 1810 los criollos, que así se llamaban las personas nacidas en
la Argentina, decidieron que querían tener un gobierno propio y liberarse de
España. ¿Se acuerdan de Belgrano, que creó la bandera argentina y luchó por la
libertad de nuestro país? Bueno, esta historia tiene que ver con los criollos, con
Belgrano y con nuestra Patria… ¿Saben por qué? Porque los criollos, aunque eran
personas grandes, no eran totalmente independientes, todavía había otras
personas que les decían todo lo que debían hacer, todavía estaban gobernados
por otro país, España. Y aunque luchaban mucho, faltaba algo muy importante,
¡ponerse de acuerdo entre todos! Y entonces, sucedió lo que ahora van a
escuchar:
Hace muchísimos años, allá por 1816, en una provincia muy pequeñita, la más
chiquita de Argentina, ocurrió algo muy, pero muy importante. Los representantes
de cada provincia se iban a reunir allí para firmar un Acta donde declararían la
Independencia, ya que querían ser libres del rey de España.

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