You are on page 1of 12

La rentabilidad del sector inmobiliario

Un análisis sobre la etapa reciente

Juan Pablo Costa, Eva Sacco y Gervasio Muñoz

Agosto 2018
La rentabilidad del sector inmobiliario.
Un análisis sobre la etapa reciente
En las últimas semanas reaparecieron noticias1 subrayando la escasa rentabilidad del sector
inmobiliario (real state). Sin embargo, existen ciertas imprecisiones y errores conceptuales que
llevan a esta conclusión. En el presente informe nos proponemos analizar la inversión inmobiliaria
y su rentabilidad, identificando algunas particularidades del sector. Específicamente, discutimos
el indicador que considera la relación entre el monto de los alquileres y el precio de las
propiedades. Dicho cálculo desconoce el incremento sistemático que vienen experimentando los
precios de los inmuebles en dólares. Si se incluye la ganancia por la revalorización de las
propiedades, el negocio de los alquileres demuestra ser sumamente atractivo indicando una
rentabilidad de 18,7% anual en dólares para el 2017. Muy por encima del 5%2 que informaron
publicaciones especializadas del sector. En los apartados que siguen desarrollaremos un análisis
de la rentabilidad del sector a partir de una metodología específica que se explica en el anexo del
informe.

La medición de la rentabilidad en el sector inmobiliario


En los mercados financieros existen dos tipos principales de inversión, diferenciados por la forma
en que es percibida la renta: las de renta fija y las de renta variable. En la primera, como por
ejemplo los bonos de deuda pública, el inversor conoce de antemano la rentabilidad que ya está
determinada a través de la cancelación de cupones (de intereses) a intervalos regulares de
tiempo, o directamente al vencimiento del activo. En las de renta variable, como las acciones, no
se conoce de antemano la rentabilidad ya que ella está influida por diversos factores, como los
dividendos a cobrar y el precio fluctuante de la acción. Las inversiones de renta fija se consideran
como menos riesgosas porque garantizan la ganancia. Las de renta variable se consideran más
riesgosas ya que no se garantiza la devolución del capital ni la rentabilidad de la inversión, y por
esa misma razón suelen tener mayores retornos.
Uno de las principales dificultades que tiene la medición tradicional del mercado es que considera
a la inversión inmobiliaria como de renta fija. Esto implica considerar que la única retribución de
la es la renta obtenida del cobro de alquileres. De esta forma, cuando un propietario firma un
contrato de alquiler queda estipulado el monto de renta que obtendrá por el plazo total del
contrato. Así, si a modo de ejemplo obtuviéramos una renta anual de 6000 dólares por el alquiler
de un departamento valuado en 130 mil dólares, la rentabilidad medida de la forma tradicional
sería del 4,61 % anual.
Pero, en realidad, cuando un inversionista estudia las posibilidades de inversión no sólo considera
los potenciales ingresos por los contratos de arriendo, sino también la expectativa de valorización
del metro cuadrado (o sea del capital invertido). Esta expectativa de es clave en el mercado
inmobiliario, ya que como veremos, es un sector que ha experimentado fuertes subas en dólares

1
http://www.ambito.com/925736-en-lo-que-va-del-ano-la-rentabilidad-en-dolares-de-los-alquileres-
cayo-un-10
2
http://www.zonaprop.com.ar/noticias/zonapropindex/marzo-2018-todos-los-numeros-del-mercado-
inmobiliario-en-buenos-aires/
durante los últimos años, incrementando su atractivo como activo de inversión y, por lo tanto,
sumando presión a la demanda, y contribuyendo así a consolidar una dinámica ascendente de los
precios del suelo urbano. Esta dinámica es la que se verificó en casos como la crisis inmobiliaria
española iniciada en 2008. Según un trabajo de José García Montalvo, de la catalana Universitat
Pompeu Fabra3:
“… el aumento de los precios de la vivienda no era compatible con la evolución
de los factores fundamentales sino el resultado de las expectativas de los
operadores y clientes en el mercado inmobiliario. Las elevadas tasas de
rentabilidad obtenidas en la compra-venta de viviendas habían generado un
ejército de inversores que, teniendo en cuenta los niveles de apalancamiento
habituales en las operaciones inmobiliarias, conseguían rentabilidades
superiores al 800%4. […] La evidencia indica que la facilidad en la concesión de
créditos y la relajación en las condiciones han causado el aumento de los
precios. Pero, ¿qué ha provocado que la demanda ‘latente’ se haya mantenido,
o haya aumentado? Sin duda las expectativas de revalorización del precio de
la vivienda ha sido una de las causas principales, en un proceso circular de
retroalimentación.”5
Recapitulando entonces, vemos que una inversión en el sector inmobiliario no puede catalogarse
como de renta fija, ya que deben considerarse las variaciones en los precios del suelo urbano que
producen fuertes valorizaciones en el valor del metro cuadrado. Es oportuno, entonces, corregir
las estimaciones de rentabilidad sumando a la renta obtenida por alquileres, la valorización de
capital consolidada en el inmueble. En este informe aplicaremos ambas medidas de rentabilidad
a la evolución del mercado inmobiliario de los últimos años en la Ciudad de Buenos Aires.
Otra de las particularidades del mercado inmobiliario a tener en cuenta al realizar estimaciones
de rentabilidad es su dolarización en el segmento de venta de inmuebles, combinado con el hecho
que los contratos de alquiler están nominados en pesos. Esta realidad produce que, ante el
escenario de una devaluación, la rentabilidad de renta fija caiga en proporción a la depreciación
de la moneda local. Sin embargo, es un fenómeno falaz porque lo que ocurre no es la reducción
de la renta obtenida, sino la apreciación del capital sobre el cual se calcula dicha renta. Es decir,
el aumento de las propiedades en pesos, en la misma proporción que el aumento del precio de la
divisa norteamericana. Esta caída de la rentabilidad renta fija se va revirtiendo en el mediano
plazo, al irse ajustando -inflación mediante- los contratos de alquiler a su término o renovación.
Ante este fenómeno, la medición alternativa de rentabilidad, que considera ingresos por alquiler
más la valorización del inmueble, se muestra como un indicador más robusto al incorporar un
componente dolarizado al cómputo de los ingresos devengados.

Rentabilidades inmobiliarias en la Ciudad de Buenos Aires


Con el objetivo de comparar las dos medidas de rentabilidad y su evolución se construyó una serie
con precios promedio de venta por m2, y precios promedio de alquiler, en ambos casos tomando

3
Revista económica de Castilla-La Mancha, Número 11, páginas 57-79.
4
Íbid, p. 61
5
Íbid, p. 68.
como referencia un departamento de dos ambientes de 43 m2. El intervalo de la serie es
trimestral, desde el primer trimestre de 2014 al primer trimestre de 2018.
En el Cuadro 1 se puede apreciar una aceleración en la suba del precio del m2 en dólares a partir
del tercer trimestre de 2016, posiblemente impulsado por el crecimiento de los créditos
hipotecarios UVA, llegando a incrementarse su precio un 20% en dólares en tan sólo siete
trimestres, hasta el primer trimestre de 2018. En ese mismo período, los alquileres en pesos
aumentaron un 47% en pesos, y un 12% en dólares, es decir por debajo del aumento de las
propiedades. La rentabilidad mensual en dólares (en medida de renta fija) cayó del 0,41 a 0,38%,
lo cual anualizado implica una reducción de la rentabilidad del 5% al 4,65 %.
Si analizamos las rentabilidades trimestrales con la medida tradicional, entre el tercer trimestre
de 2016 y el primer trimestre de 2018 nos encontramos con un panorama similar. Un
estancamiento del nivel de rentabilidad, con pequeñas subidas y bajadas. Entre puntas, desde el
tercer trimestre de 2016 hasta el primer trimestre de 2018 la rentabilidad pasó de 1,24% a 1,15%,
una reducción de 7,25%. Incluso analizando desde 2015 vemos que la caída de la rentabilidad es
aún mayor: de 1,59% a 1,15% tomando su punto más alto en el tercer trimestre de 2015.
Cuadro 1. Precio del m2 en miles de dólares, precio de alquileres en miles pesos, tipo de cambio. Intervalo
trimestral.

2014 2015 2016 2017 2018


It IIt IIIt IVt It IIt IIIt IVt It IIt IIIt IVt It IIt IIIt IVt It.
Precio
(promedio) del 2,3 2,3 2,3 2,4 2,4 2,5 2,5 2,5 2,6 2,6 2,7 2,8 2,8 2,8 2,9 3,2 3,2
m2 en US$
Precio
(promedio) del 3,2 3,5 3,7 3,9 4,1 4,7 5,1 5,4 6 6,4 7,1 7,4 7,8 8,5 9,1 9,8 10,5
alquiler en $
Cotización 17, 17,
7,6 8 8,3 8,5 8,7 8,9 9,2 10 14,4 14,2 14 15 15,7 15,7 19,7
dólar 3 5
Fuente: CEPA en base a DGEyC y BCRA.

Entonces, ¿por qué los inversores apostaron al sector del real estate si la rentabilidad mostraba
un deterioro? Esta aparente contradicción se zanja incorporando la valorización del inmueble a
la ecuación obteniendo un resultado muy distinto que permite entender el apetito inversor. La
fórmula de la rentabilidad corregida, por lo tanto, surge de sumar el monto de los alquileres
cobrados durante el período expresado en dólares y la valorización de la propiedad, también
expresada en dólares como porcentaje del valor de la propiedad en el período previo.
En el Gráfico 1 observamos la comparación entre dos mediciones alternativas. Así, podemos
observar las fuertes fluctuaciones de la rentabilidad corregida al incorporarle la valorización de la
propiedad. Dichas variaciones no responden a las subas y bajas registradas en la cotización del
metro cuadrado (ya que los mismos nunca decrecen como se muestra en la Tabla 1), sino a las
variaciones en el monto de los alquileres percibidos en dólares en los periodos subsiguientes a las
devaluaciones. Dada la estructura de los contratos de alquiler los ajustes de los montos no se dan
de manera automática, sino que tienen un rezago de hasta 2 años que es el tiempo de duración
de estos. Sin embargo, aun así, se pueden observar tres cuestiones:
i. Una tendencia ascendente en la evolución de la rentabilidad trimestral. Además,
sobre 17 trimestres en análisis, sólo en tres de ellos la medida de rentabilidad
tradicional fue consistentemente superior a la medida de rentabilidad alternativa
(segundo trimestre de 2014, y primer y tercer trimestres de 2015); en otros dos
trimestres se dio una situación de virtual paridad (tercer trimestre de 2014 y primer
trimestre de 2017); y en los doce restantes la medida de rentabilidad corregida fue
muy superior a la medida de renta fija.
ii. Los períodos subsiguientes a la disminución de la rentabilidad, compensan con
fuertes incrementos en los precios promedios del alquiler que aumentan la medida
de rentabilidad. Esto puede atribuirse a la estructura de los contratos de alquiler.
iii. A partir del primer trimestre de 2016, casi todas las rentabilidades corregidas son muy
superiores a las rentabilidades clásicas. (la excepción es el primer trimestre de 2017).
Esto se explica, por el incremento en el precio del metro cuadrado a partir del
surgimiento de los créditos UVA: desde el tercer trimestre de 2016 hasta el primer
trimestre de 2018, la renta trimestral promedio se ubicó en 4,54% con la medición
corregida, y en 1,23% con la medición tradicional.
Una primera conclusión, entonces, es la elevada rentabilidad del sector durante el período
analizado, al obtener una renta trimestral promedio de 3,36% desde el primer trimestre de 2014
hasta el primer trimestre de 2018, con la metodología corregida, y de 1,30% con la metodología
tradicional. E incluso una aún mayor, si se considera el período de fuerte aceleración del precio
del metro cuadrado: la rentabilidad trimestral promedio desde el tercer trimestre de 2016 al
primer trimestre de 2018, se ubicó en 4,54% con la metodología corregida, y en 1,23% con la
metodología tradicional.
Gráfico 1. Comparativa de rentabilidades tradicional y alternativa en dólares.

9,00
7,93
8,00
6,91
7,00
5,75
6,00 5,20 5,20
4,87
5,00
3,70 3,74
4,00 3,37 3,25
3,00 2,46 2,30
1,26 1,35 1,47 1,59
2,00 1,32 1,27 1,33 1,39 1,48
1,13 1,22 1,24 1,20 1,25 1,32 1,24 1,23 1,15
0,72 1,06
1,00 0,00
0,00
-1,00 -0,59
-2,00
1 trim 2 trim 3 trim 4 trim 1 trim 2 trim 3 trim 4 trim 1 trim 2 trim 3 trim 4 trim 1 trim 2 trim 3 trim 4 trim 1 trim
14 14 14 14 15 15 15 15 16 16 16 16 17 17 17 17 18

Medida de rentabilidad con ganancia de capital Medida de rentabilidad tradicional

Fuente: CEPA en base a DGEyC y BCRA.

La rentabilidad histórica del sector no disminuyó


Históricamente, el valor de los alquileres se fijaba como el 1% de la cotización de la propiedad.
Dicha relación es mucho menor en la actualidad, lo que pretende justificar la frase usualmente
acuñada por los representantes del mercado: “los alquileres son caros para el inquilino, pero la
ganancia es baja para el propietario”. La medida de rentabilidad tradicional parece dar la razón a
esta afirmación.
Un breve análisis de las medidas de rentabilidad puede ayudarnos a resolver esta aparente
contradicción (alquileres caros y ganancia baja) En primer lugar, si no hubiera fluctuación en los
precios de la propiedad, las medidas de rentabilidad tradicional y la alternativa serían
equivalentes. En este contexto, el 1% histórico de alquileres respecto del valor de la propiedad
reclamado por el mercado, resulta en 12% de rentabilidad anual. Pero sólo en el primer trimestre
de 2018 la rentabilidad corregida fue del 13,65% (1,65 p.p. por encima del reclamo histórico), y
llegó al 33,24% anual para el cuarto trimestre de 2017.
Si se realizara el ejercicio bajo las condiciones actuales de mercado, alquileres mensuales
equivalentes a 1% del valor de la propiedad ascenderían al 2018 a $39.000 (para un departamento
de 2 ambientes de 43 metros cuadrados y considerando un dólar de $28). La rentabilidad
considerando la valorización ascendería al 5,5% trimestral en dólares para el primer trimestre de
2018 (lo cual anualizado implica un 22,24% de rentabilidad). Es decir que en un contexto de
fuertes subas del valor del suelo urbano, igualar los precios de alquiler mensual con el 1% del valor
de la propiedad, resulta en una rentabilidad extraordinaria muy por encima del tradicional 12%
anual.

Rentabilidades comparadas
Es oportuno comparar la rentabilidad del sector bajo análisis con otros sectores de la economía.
De ese modo podremos contextualizar las utilidades del sector y analizar si son superiores o
inferiores a otros sectores representativos. Para posibilitar el cotejo, anualizamos ambas medidas
de rentabilidad del sector inmobiliario.
En el Gráfico 2 observamos que la brecha entre las dos medidas de rentabilidad anualizada en
dólares. Se mantiene estable durante 2014 y 2015, para luego ampliarse durante 2016 y 2017.
Entre puntas la brecha pasa de 4,27 puntos porcentuales en 2014 a 13,08 p.p. en 2017, mostrando
que, en un contexto de fuertes aumentos de los precios del suelo urbano, el diferencial entre
ambas mediciones puede ser significativo.
Gráfico 2. Rentabilidades anuales del sector inmobiliario.
20,00
18,00
16,00 18,11

14,00 15,42
12,00
10,00
8,00 9,53 9,77
6,00
4,00 5,92
5,26 4,79 5,03
2,00
0,00
2014 2015 2016 2017

Rentabilidad corregida anual en u$ Rentabilidad renta fija anual en u$

Fuente: CEPA en base a DGEyC y BCRA.

Asimismo, compararemos estos rendimientos con otras inversiones, en este caso con dos
inversiones típicas del mercado financiero: los bonos de deuda pública nominados en moneda
extranjera, y la evolución del índice bursátil Merval, que agrupa los resultados de las acciones de
las principales empresas que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Gráfico 3. Rentabilidades anuales de inversiones representativas (en US$).

51,44

21,6
17,6 18,15 18,7
9,7 8,75 10,3
5,92 7,88 5,69
5,26 4,79 5,19 5,03

-10,54

2014 2015 2016 2017

Rentabilidad anual c/ganancia de capital Rentabilidad tradicional anual


Merval Bonos nominados en moneda extranjera

Fuente: CEPA en base a DGEyC y BCRA.


En el Gráfico 3 observamos la evolución de las rentabilidades anuales de los distintos sectores.
Allí vemos que la medición tradicional de rentabilidad inmobiliaria es relativamente baja, aunque
muy estable, con muy pequeñas oscilaciones en los cuatro años bajo análisis. Los bonos
nominados en moneda extranjera obtuvieron un retorno algo mayor, aunque con una tendencia
descendente. De este modo pasó de 8,75% en 2014 a 5,69% en 2017, casi empardando la
rentabilidad inmobiliaria tradicional. En tanto, las inversiones bursátiles en el mercado de
acciones son las que muestran mayor volumen de renta, pero también una importante volatilidad.
De hecho, es el único sector con un año de rentabilidad negativa, con una significativa caída del
10,54% en 2015. Luego de ello se recuperó para terminar el 2017 con un crecimiento de 51,44%.
Es evidente que son inversiones que, a mediano plazo, están muy influenciadas por la evolución
del tipo de cambio, ya que su capitalización medida en dólares depende que no haya fuertes
devaluaciones que licúen la ganancia obtenida. La formidable rentabilidad obtenida en 2017
(51.44%) se diluyó en gran parte durante 2018 por la fuerte depreciación que sufrió el peso.
La medida alternativa del sector inmobiliario muestra una evolución ascendente. En cuatro años
duplicó su rentabilidad pasando del 9,7% en 2014, al 18,7% en 2017. De modo que es una
inversión con altas utilidades en dólares, con una tendencia al alza, y con baja volatilidad al ser un
mercado dolarizado donde las fluctuaciones del tipo de cambio tienen un impacto reducido.
Las inversiones en el sector del real estate se revelan, entonces, no sólo como un buen “refugio
de valor” sino también como una eficaz alternativa de inversión, apuntalada por el crecimiento
de la rentabilidad del sector producto del aumento de los precios del metro cuadrado, sumado a
las expectativas de valorización futuras. De esta forma, se refuerza la demanda y la tendencia
alcista de los precios, en un fenómeno de retroalimentación.
La rentabilidad del sector inmobiliario.
Un análisis sobre la etapa reciente
Conclusiones
• Desde el sector inmobiliario, se intentó instalar un discurso que da cuenta de una caída
en los índices de rentabilidad inmobiliaria, que habrían llegado además a niveles
sensiblemente bajos. Todos estos estudios se basan en considerar la rentabilidad como la
relación entre los alquileres cobrados y el precio de la propiedad (lo que se entiende en
finanzas como renta fija). Siguiendo este análisis, el alquiler, aunque caro para el inquilino,
es un mal negocio para el propietario y más aún en un contexto de devaluación, ya que,
al ser los contratos por un monto fijo o escalonado establecido con anterioridad durante
12 a 24 meses, no dan cuenta de la pérdida en dólares que se produce.
• Sin embargo, los datos que difunden las cámaras que representan a los grandes
propietarios, inmobiliarias y desarrolladores, desconoce el incremento sistemático que
vienen experimentando los precios de las propiedades para la venta en dólares,
subestimando la utilidad obtenida. Entre el primer trimestre de 2014 y el primer
trimestre de 2018 el precio del metro cuadrado de los inmuebles para la venta se
incrementó en dólares casi 39%, pasando el metro cuadrado promedio de 2.300 a 3.200
dólares.
• Los alquileres, medidos en dólares, se incrementaron un 25% entre primer trimestre de
2014 y primer trimestre de 2018. Mientras que alquilar un departamento de dos
ambientes en un barrio como Almagro costaba US$ 431 mensuales el primer trimestre de
2014, el primer trimestre de 2018 costaba US$ 521.
• Así entonces, la medida de rentabilidad tradicional indicaría una baja, pasando de 1,26%
a 1,15% trimestral en dólares (valores que anualizados representan un 5,1% y 4,75%)
entre el primer trimestre de 2014 y el primero de 2018. La dinámica muestra que, en los
períodos subsiguientes a las devaluaciones, esta medida de rentabilidad disminuye,
producto de ser un mercado dolarizado con alquileres en pesos, recuperándose en los
períodos subsiguientes en la medida que se van renegociando los contratos de alquiler.
• Ahora bien, si se utiliza la suma del monto de los alquileres cobrados y la valorización de
la propiedad respecto del valor inicial del inmueble surge un incremento de 2,46% a
3,25% trimestral (anualizados representan 10,20% y 13,65%).
• En definitiva, a pesar de las devaluaciones, el sector inmobiliario mantiene ganancias muy
altas. La revaloración sistemática de las propiedades le garantiza un piso extraordinario,
por encima de las ganancias promedio de otros sectores de la economía. En el año 2014,
2015 y 2016 la rentabilidad del sector superó a la de los bonos del tesoro en dólares y
el mercado de valores medido en dólares. Sólo en el año 2017 fue superada por la
rentabilidad del MERVAL, pero siguió superando a los bonos del tesoro en dólares.
• Para el período 2014-2017 la rentabilidad promedio anual del MERVAL fue del 20% en
dólares; la de bonos de deuda pública nominados en moneda extranjera, 6,87% en
dólares; y la rentabilidad inmobiliaria incorporando la valorización de la propiedad,
14,06%. Vale destacar que, a pesar de ser intrínsecamente mucho más riesgosas, las
inversiones en el mercado bursátil son apenas un 6% superior en promedio que la
rentabilidad inmobiliaria. La comparación con otros sectores revela que la inversión
inmobiliaria posee alta rentabilidad en dólares, y baja volatilidad. De este modo, refuerza
la demanda y el aumento de precios, en un proceso que se retroalimenta.
• La medida de rentabilidad corregida da cuenta de la revalorización del metro cuadrado a
partir de 2016 cuando se lanzan los créditos UVA, lo cual no es registrado por las medidas
clásicas. Desde el tercer trimestre de 2016 hasta el primer trimestre de 2018, la renta
trimestral promedio se ubicó en 4,54% con la medición corregida, y en 1,23% con la
medición tradicional. (valores que anualizados indican 19,4% y 5% respectivamente).
• Si no hubiera fluctuación en los precios de la propiedad, las medidas de rentabilidad
tradicional y la alternativa serían equivalentes. En este contexto, el reclamo histórico del
mercado, de establecer el precio del alquiler mensual en el 1% del valor de la propiedad,
resulta en 12% de rentabilidad anual si el valor de las propiedades no se incrementase.
Pero si se realiza el ejercicio bajo las condiciones actuales de mercado la rentabilidad
ascendería al 5,5% trimestral en dólares para el primer trimestre de 2018 (lo cual
anualizado implica un 22,24% de rentabilidad).
Anexo Metodológico
Series utilizadas
De la Dirección General de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
(DGEyC):
• Precio promedio del m2 (dólares) de departamentos en venta de 2 ambientes usados por
barrio. Ciudad de Buenos Aires. 4to. trimestre 2006/1er. trimestre 2018.
• Precio promedio mensual (pesos) de departamentos en alquiler de 2 ambientes usados y
a estrenar (en base a 43 m2) por barrio. Ciudad de Buenos Aires. Marzo 2010/mayo 2018.
• Distribución porcentual de departamentos en alquiler usados y a estrenar por cantidad
de ambientes y tipo. Ciudad de Buenos Aires. Marzo 2010/mayo 2018.
Del Banco Central de la República Argentina (BCRA):
• Tipo de Cambio Nominal Promedio Mensual (TCNPM).
• Variaciones del Índice Merval.
Del Ministerio de Finanzas de la Nación
• Títulos públicos, Letras del Tesoro y Pagarés emitidos en moneda extranjera al 31-12-2017

Aclaraciones metodológicas
• Se construyó un departamento testigo de 2 ambientes y 43 m2. Para el cálculo del valor
del mismo se utilizó la serie de la DGEyC correspondiente a departamentos usados de 2
ambientes. Para el cálculo del precio del alquiler se utilizó la serie de la DGEyC
correspondiente a departamentos de 2 ambientes a estrenar y usados.
• La serie de Distribución porcentual de departamentos en alquiler por tipo muestra que la
incidencia de los departamentos a estrenar en el total del stock de alquileres ofertado es
relativamente baja, promediando un 15% en todo el período trabajado. Esta distribución
también es favorecida por la prolongada vida útil de los bienes en cuestión, ya que
lógicamente sólo son considerados a estrenar en su primera salida al mercado
inmobiliario, pasando a engrosar luego el stock de viviendas usadas. De esta manera se
decidió conciliar las series de precios de venta y precios de alquiler, aunque la primera
sólo contempla las unidades usadas, y la segunda incluye sin desagregar unidades usadas
y a estrenar.
• Para simplificar el análisis se omite el pago de impuestos y otros gastos que puede
ocasionar la propiedad deteriorando su rentabilidad. En cualquier caso, de computarse
esos gastos, habría que contabilizarlos en cualquier medida de rentabilidad, por lo que su
incidencia se anula y puede prescindirse de ellos sin afectar el análisis.
• Para convertir el precio de los alquileres de pesos argentinos a dólares, y poder
compararlo con los precios de venta al ser un mercado dolarizado, se utilizó un promedio
trimestral de la serie del Tipo de Cambio Nominal Promedio Mensual del BCRA.
Se realizaron dos estimaciones de rentabilidad:
• Medición tradicional o Renta fija. Se estimó como único ingreso los importes recibidos en
concepto de alquiler.
• Medición alternativa incorporando valorización de capital. Se incorporaron a la renta
tanto los importes por alquiler, como la variación del precio del activo respecto al período
anterior.

You might also like