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LA HISTORIA DE LOS BANQUETES.

La palabra banquete, tal y como hoy la entendemos, provendría según diversas fuentes del
término francés banquet, allá por el siglo XVI, que a su vez habría sido tomado del italiano
ban3-chetto, probablemente referido a los bancos que rodeaban las largas mesas en los
ágapes romanos en los que participaban un buen número de personas en los que además
todos ellos ostentaban una cierta categoría social. Algunos estudiosos afirman también que
el término ágape tendría su origen en la palabra griega agápe, que significa “amor”, a la que
simplemente se le cambió el acento para pasar a significar “fiesta gastronómica
multitudinaria”. Ya San Pablo, en sus cartas a los corintios se refiere al ágape como término
utilizado para las reuniones en las que los primeros cristianos acababan consagrando el pan
y el vino. Por otra parte, años después, los celtas –aunque sin ninguna alusión a estos
términos– celebraban también sus ceremonias culinarias sentados en el suelo, formando
un círculo sobre el animal cazado. Los más fuertes, los guerreros, de los que dependía la
subsistencia de toda la tribu, tomaban las mejores piezas de carne y a continuación comían
las mujeres y los niños.
HISTORIA DE LOS BANQUETES O DE LAS FIESTAS REFINADAS.
A partir del Renacimiento, los refinamientos de la gastronomía italiana fueron ganando
influencia en los círculos más privilegiados, que entre ellos organizaban sus fiestas culinarias
con cierta frecuencia.1 El tenedor, una pieza muy exclusiva reservada únicamente a las
clases más altas, comenzó a extenderse entre el pueblo, que hasta entonces comía ayudado
únicamente de las manos o como mucho de algo parecido a una cuchara para coger las
partes más blandas o deshechas. La costumbre de seguir reuniéndose para comer una gran
variedad de platos y cada vez más suculentos, se mantuvo hasta muy avanzado el siglo XVIII,
hasta que el francés Brillat-Savarín, autor del que se considera el primer tratado de
gastronomía, titulado “Fisiología del Gusto”, (1825) abogó por la moderación en beneficio
de la calidad, asegurando que “solamente el hombre de espíritu sabía comer”.
HACIA LA GASTRONOMÍA ACTUAL.
El acercamiento definitivo a la cultura gastronómica actual se produjo ya en el XIX, cuando
un crítico gastronómico llamado Alexandre Grimond de la Reynièree (para algunos
estudiosos el primero que se definió realmente como crítico de gastronomía) forzó a través
de sus escritos a que la costumbre de servir las comidas o cenas por grupos de varios platos
servidos a la vez fuera modificada. Grimond de la Reynièree impuso socialmente la fórmula
actual de servicio plato a plato, con la que se conseguían grandes ventajas culinarias como
la de asegurarse el hecho de comer los platos verdaderamente calientes o fríos, según sus
características y sobre todo que el comensal centrara toda su atención en un solo plato,
juzgándolo y valorándolo por sí mismo. Esta es la historia de los banquetes.
ARELI YAZMIN JIMENEZ RAMOS GASTRONOMIA 6to A

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