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Salo, 120 días de Sodoma o los tres días de Pasolini

“1944-1945. En el norte de Italia, durante la ocupación nazifascista”

Salo o 120 días de Sodoma es una película de culto, dirigida por Pier Paolo Pasolini (5 de
marzo de 1922 - 2 de noviembre de 1975), la cual narra tres días dentro de la Republica de
Saló al norte de Italia. Sin embargo para aseverar que esta película recibe esta categoría (de
culto), es menester no verla una sola vez, pues hacerlo de esta forma no permite al
espectador contemplar la amalgama de simbolismos de la que está plagada y que al final, en
un todo, son una crítica concreta al régimen del Duce, de Mussolini.

Saló no es una película creada con el fin de entretener (aunque en cierta medida, el
propósito del cine es precisamente entretener) sino más bien, a modo de crítica, expresar los
sentimientos, los pensamientos y la ideología del director. No se puede ver Saló esperando
ver un blockbuster como en su momento lo fue El Sexto Sentido, El Exorcista, El Cisne
Negro o Las Edades de Lulú; Saló, si bien es cierto que es una película clasificada como de
suspenso, terror, drama y erótica, lleva mucho más allá los elementos que la componen, de
forma inteligente en críticas a la moral, al sistema económico y político, a la estratificación
social y a la sociedad misma.

Muy probablemente por lo anterior, Saló es catalogada como una película polémica, hecho
que la ha llevado a ser considerada una película de culto, aunque no sea ésta realmente la
razón por la que realmente entre en esta selecta categoría y cabe destacar que por su misma
naturaleza, también es catalogado por la crítica como un Exploitation film gracias a su
contenido y su realización. Esta película, mas que la catalogación de la crítica, reúne
perfectamente las cualidades preferidas y más explotadas de Pasolini tal como lo describe
La Vanguardia: católico, marxista, escandaloso, pederasta, homosexual, pornógrafo. Saló
fue probablemente la cúspide, su magnum opus y su final: Pasolini sería brutalmente
asesinado en 1975. Decir que murió por esta obra es arriesgadamente falso, aunque muy
probablemente murió martirizado a consecuente causa de su obra.

Al ser considerada como un Exploitation film, la película ha sufrido fuerte censura en


diferentes partes del mundo, en primer lugar con una versión unrated y posteriormente con
una clasificación para mayores de dieciocho o veintiun años, como por ejemplo, en
Venezuela y Australia; este ultimo siendo tajante y vetándola completamente por años.
Probablemente esta misma reputación que se encuentra subyugada a su publicación, ha
contribuido a las calificaciones dadas por la crítica: IMDB le otorga una calificación de 6.0
sobre 10, Filmaffinity le clasifica a 6.3 de 10, mientras que Rotten Tomatoes le otorga una
calificación del 73% sobre 100.

Hasta aquí, se puede decir que Saló es una película inteligente en el aspecto que la misma
sabe romper tabúes que, seguramente en 1975, eran muchísimo más arraigados, polémicos
y delicados. Esta película, en muy resumidas cuentas, está llena de diversos tópicos que van
principalmente desde la homosexualidad, la pederastia, el onanismo, la violencia, la
coprofagia y la endogamia, hasta tópicos más profundos como el desmesurado abuso del
poder, la estratificación social, el ateísmo, la represión y el sistema económico. Muy
probablemente la crítica agresiva a los últimos puntos también proporcionó insumos para la
censura y la consecuente clasificación.

Pero, ¿de donde Pasolini se inventó Saló? Gallardo (2007) menciona en su crítica el origen
de la República Social Italiana y en la que Pasolini vería transcurrir su juventud:

La República de Salò o República Social Italiana son dos de los nombres con los
que se conoce al estado creado por Mussolini una vez que el sur de Italia cayó en
manos de los aliados. Por lo tanto, su existencia fue breve: desde 1943 hasta 1945.

Sin embargo Pasolini se auxilia de metáforas que han sido extraídas del libro Les Cent
Vingt Journées de Sodome, ou l'École du libertinage, publicado en 1785 por el Marqués de
Sade, conocido autor de literatura erótica fuertemente cargada de parafilias. Pasolini,
encontraría en esta novela la personificación de su película, al realizar inteligentemente una
caracterización de personajes que en función de sus rasgos personales y sus motivaciones.
Esto, además de su adaptación a la contemporaneidad de Saló, brindan al espectador un
panorama concreto de esta región italiana por parte de su autor.

Pasolini no solo se auxilia del Marques de Sade para la elaboración de su obra; también
Dante Alighieri junto a su Divina Comedia contribuyen especialmente al desarrollo de la
trama, planteando cuatro estados, cuatro etapas o círculos con una capacidad potencial de
incomodar al espectador, de hacer descender como la obra de Alighieri, a los estratos más
bajos y oscuros de la sociedad misma. La película se desarrolla en cuatro actos
Anteinfierno, Círculo de las manías, Círculo de la mierda y Círculo de la sangre. El
objetivo es claramente que, con cada acto, demostrar el detrimento de la sociedad
consecuente de accidentes históricos, los cuales son determinados por las prostitutas a
beneficio del desarrollo de la trama.

Sin embargo, gracias a la influencia del mismo Marqués de Sade en Pasolini, Saló se
encuentra aderezada con diferentes parafilias, recopiladas por Montejo (2010) y que son
los siguientes: Exhibicionismo: excitación sexual por exhibir el cuerpo o parte de éste;
arsornetría: sexo anal, anomeatia: sexo anal con una mujer, escop(t)ofilia: excitación sexual
por mirar abiertamente un acto sexual, coprofemia: excitación sexual por narrar
obscenidades en público, jaccitación: excitación sexual por narrar las propias hazañas
eróticas, melolagnia: excitación sexual por escuchar música, narratofilia: excitación sexual
por escuchar narraciones eróticas, anofelorastia: excitación sexual por profanación dé lo
considerado sagrado, Sodomía, omolagnia: excitación sexual por la desnudez,
urolagnia/urofilia: excitación sexual por utilización de la orina en el sexo, sadismo:
excitación sexual por el dolor o la humillación ajenos, dacrifilia: excitación sexual por el
llanto, nafefilia: excitación sexual por tocar o ser tocado, autofilia/ipsación:
autosatisfacción masturbatoria, coprofilia: excitación sexual por el uso de excrementos en
el sexo, coreofilia: excitación sexual por el baile erótico, ondinismo: utilización de la orina
en el sexo, analismo: concentración del interés erótico en la región anorrectal, eonismo:
excitación sexual por ponerse ropa del otro sexo y pigotripsis: excitación sexual por rozar o
masajcar las nalgas.

Luego de esta ligera introducción, es necesario saber porqué Saló es polémica, tan
polémica como rica en elementos simbólicos críticos.

La trama de los días de Saló

“En una mansión, cuatro señores se reúnen con cuatro exprostitutas y con un grupo
de jóvenes de ambos sexos, partisanos o hijos de partisanos, que han sido hechos
prisioneros. Nadie en la casa puede eludir las reglas del juego establecidas por los
señores; toda transgresión se castiga con la muerte. Además, ellos gozan de la
facultad de disponer a su antojo de la vida de los cautivos” (La Vanguardia, 2018).

Como una pequeña sociedad fascista, Saló cuenta con una estratificación social propuesta
por cuatro mandatarios de Saló: sobre ellos recae todo atisbo de poder. Este selecto grupo
social está compuesto por el Presidente, el Duque, el Obispo y el Magistrado, siendo ellos
la élite sobre el cual recae el poder soberano - ejecutivo del Estado, el poder Económico, el
poder Religioso y el poder Judicial. Sobre estos cuatro personajes gira la trama; sería
imposible plantear Saló sin ellos pues son las victimas las que proporcionen placer a los
poderosos. Es decir, tampoco podría haber Saló sin plantear seriamente al estrato más bajo,
las victimas de los que se hablará posteriormente.

Sin embargo, ¿por qué cuatro? Montejo (2010) menciona que el número cuatro contiene
connotaciones especiales, como por ejemplo, el orden del universo: cuatro estaciones,
cuatro elementos, cuatro puntos cardinales, cuatro fases de la luna o cuatro humores, pero
que a la vez es un numero de infortunio en países como China o en las revelaciones de Juan
en el apocalipsis, siendo cuatro jinetes que simbolizan el caos. Este número no se ve
representado precisamente en los cuatro poderes dominantes, cuatro ex prostitutas, cuatro
jóvenes superdotados sexualmente y cuatro colaboradores y cuatro círculos

La metáfora que ocupa Pasolini para la consolidación del Estado es particular: para haber
una unión de los cuatro poderes predominantes, se practica un matrimonio colectivo con
tintes pederastas; una consolidación de castas con el objetivo de no permitir otro poder al
mando de la República y fundamentar sus bases. Una vez definidas las cláusulas del
acuerdo de fundación, se procede a la formulación de un libro de reglas, una libreta
simbolizando una Constitución Republicana, la cual es un instrumento de cohesión y
represión, paradójicamente, tal como sucede en los actuales sistemas democráticos: los
funcionarios, al ser ellos formuladores de las leyes, son inmunes a las mismas, pero
aplicables a los demás ciudadanos de la Republica, principalmente a las victimas. Entonces,
se entendería que las leyes son formuladas para el proletariado, a beneficio propio de los
altos mandos sin la importancia de sus consecuencias a las victimas, a los habitantes.
El Presidente se casará con Tatiana, la hija de su Excelencia, el Duque se casará
con Susy, la hija del Presidente, y las 2 hijas del Duque, Liana y Giuliana se
casarán respectivamente con su Excelencia y el hermano del Duque, Monseñor.
Fragmento extraído del guión de Salo o 120 días de Sodoma (1975)

El Palacio en el cual se desarrolla la película se encuentra a los alrededores de Marzabotto y


simboliza particularmente la extensión y soberanía de la Republica. Todos los habitantes de
la misma son sujetos de la Ley y los castigos que ella otorga como consecuencia de la
infracción. Por sobre ello, la Ley establece peculiaridades que sólo tienen como objetivo
favorecer directa o indirectamente a los mandatarios: por ejemplo, está terminantemente
prohibido la manifestación cristiana dentro de Saló, muy probablemente planteada bajo su
pensamiento dogmático. Esto no es nuevo, ya que Pasolini realiza diferentes críticas a la
religión católica en muchos de sus filmes; su película Regopag, fue el detonante para la
acusación de un tribunal romano con el delito de insulto a la iglesia católica.
Indudablemente, este repudio por la religión está fundamentado en su marxismo. Otra de
las principales normas es que no se permiten actos de fornicación entre las victimas y los
colaboradores o criados, aunque si gozan de relativa libertad los militares, reflejando
metafóricamente la desigualdad de clases propiciada por los altos mandos.

Como la sociedad contemporánea, los mandatarios tienen la libertad irrestricta de


privilegios como el uso de recursos para su beneficio, la ingesta de alimentos, alcohol y
tabaco, la inmunidad diplomática pero sobre todas las cosas, la libertad sexual para dar
rienda suelta a sus parafilias, representadas a partir de violaciones, pedofilia y pederastia.
La desnudez es un tópico frecuente en las victimas, representadas principalmente en la
vulnerabilidad y represión que ejercen los mandatarios en el pueblo. La desnudez es
símbolo de superioridad, tomando en cuenta que los cuatro personajes principales solo
visten con indumentaria formal, trajes ceremoniales y vestidos de mujer, haciendo
referencia a su libertad impulsiva por medio de mecanismos que en la sociedad
contemporánea podrían ser considerados amorales, contraria a Saló.

Además de los altos mandos descritos, subsecuentes a ellos se encuentran jerárquicamente


ubicados cuatro militares, cuatro colaboradores, cuatro mujeres y la criada negra, siendo los
últimos nueve mencionados considerados la servidumbre y teniendo una única pero clara
ventaja sobre las victimas: la servidumbre, si bien está sujeta a la Ley de Saló, no sirve
exclusivamente a los placeres lascivos de los mandatarios, sino que toman un rol mas
operativo dentro de la República, aunque esto no los exime de castigos al final del film.

Los relatos históricos de la Señora Castelli, Señora Maggi y Señora Vaccari

Si bien es cierto que Saló gira principalmente bajo la figura de los cuatro mandatarios, hay
tres personajes que jerárquicamente son segundas al mando y que tienen un rol fundamental
dentro de la trama: las prostitutas, Señora Castelli, Señora Maggi y Señora Vaccari son las
encargadas de brindar fluidez a la historia, su participación es de vital importancia pues
gracias a sus relatos, marcan la ruta del desarrollo de la trama. Es decir, en ellas se cumple
una especie de particularismo histórico planteado por Boas, especialmente con un un
enfoque histórico de individuación. (Kottak, 2011). Por ejemplo, en el segundo circulo, el
circulo de las manías, del cual participa activamente la Señora Vaccari, cuenta relatos
acerca como se prostituía para el placer de los adultos.

Es aquí donde se muestra en cierta parte la acción de la historia en los mandatarios, pues
son constantes las interrupciones de los mismos para cometer entre las victimas sus
vejaciones, principalmente las más sugestivas de los relatos. En otro punto y a raíz de uno
de los relator de la mencionada, los mismos mandatarios obligan a las victimas a una
especie de aprendizaje del cual se espera un beneficio unilateral, hacia ellos: los niños
secuestrados aprenden a masturbar a un muñeco de madera. Una escena curiosa del circulo
de las manías es la escena en la que las victimas, desnudas y acompañadas solo de correas
de perro, son paseados y alimentados por los mandatarios con carne a algunos, lo cual
simboliza precisamente el abuso de poder económico pues la carne es un alimento
Premium, siendo míseramente alimentados económicamente en el suelo, desnudos,
racionados y desiguales, como expuestos al capitalismo mismo.

Por otro lado, en el tercer círculo, el círculo de la mierda, que la película se torna
moralmente más escabrosa al plantear el matricidio, objeto de un retorcido debate a
consecuencia de muchos de las víctimas, los cuales fueron separados de sus madres e
inclusive fueron asesinadas; la madre y su ausencia tienen una connotación particularmente
dolorosa y relevante a la trama. Este matrifocalismo no solo se ve planteada en Saló, sino
aparece reflejadas en otras películas como Il Vangelo secondo Matteo (1964), la madre de
Pasolini, Susana Pasolini, personifica a María, siendo metafóricamente la madre del
salvador. Probablemente Pasolini explica que según la lógica autoritaria, la respuesta del
Estado frente al dolor es el mismo consumismo, al obligar a la victima a comer las heces
del Duque. Esto daría paso al cenit del capítulo, como más adelante se observa,
probablemente la escena mas perturbadora del film, estéticamente hablando.

El bufet de excrementos humanos

Y es aquí donde muchos críticos y espectadores coinciden en catalogar esta escena como la
más grotesca pero a la vez memorable de todas: en un acto completo de coprofagia, los
habitantes de Saló son obligados a comer sus propios excrementos, producto de la
prohibición de excretar por un día. El origen del hecho vuelve a tener su origen en un
accidente histórico: la señora Maggi relata historias relacionadas a la salirofilia, urolagnia y
la coprofagia, siendo esta última el punto de atracción para los cuatro mandatarios quienes,
extasiados, dan rienda suelta a sus parafilias más bajas.

Muchos textos no indexados y blogs aficionados al cine concuerdan que esta parte de la
película es una crítica a los alimentos de consumo en masa (según el mismo Pasolini); sin
embargo este punto también es capaz de referenciar al mismo consumismo y el capitalismo,
el cual es diseñado por los altos mandos a su voluntad y beneficio (parafilias) para
reproducir alimentos, servicios y bienes en masa, aunque estas mismas sean perjudiciales a
la población (la alimentación con heces en las víctimas). Cabe destacar que, para los
mandatarios y demás colaboradores, representa una cena exquisita acorde a sus parafilias,
no así para las víctimas que con desagrado desaprueban consumir propiamente heces
humanas. De una u otra forma, la escena está fuertemente cargada con simbología visual
que, a la vez de impactante, metafóricamente es bastante reflexiva.

Este círculo eclipsa con el relato del trasero más hermoso, el cual lo cuenta de nuevo la
señora Maggi y que da paso a un concurso de traseros que otorga como premio la muerte
inmediata. O al menos esa es la promesa, pues el ganador no recibe la recompensa de morir
y librarse de Saló, al ser uno de los preferidos del Obispo.
Las víctimas de Saló y su inminente final

Un punto importante dentro de la trama de Saló, tan importante como el de los mandatarios,
las exprostitutas, los militares y los operativos, es el de las víctimas. Estas víctimas con
obviedad representan al proletariado, al pueblo, al subyugado directamente por los
mandatarios. Aquí destaca un punto estético a favor de Saló y del porqué ya no se podrían
hacer nuevamente este tipo de películas: la película tiene un gran contenido de efebofilia y
esto la convierte, en cierta medida una película erótica. Resulta difícil realizar una
delimitación clara entre si es erótica o pornográfica, sin embargo tomando en cuenta que en
la película no se muestran escenas sexuales sino sólo sugerentes, la película puede tener a
bien ser considerada erótica.

En el caso de las victimas, Pasolini no escatima en restricciones y los muestra desnudos,


siendo torturados, vejados y corrompidos sin ningún tipo de miramiento; causa de la
censura. El secuestro de los personajes puede ser interpretado precisamente como la
adaptación coercitiva de las personas al sistema capitalista que no necesariamente les
conviene y del cual no pueden salir una vez dentro, siendo castigados por los altos mandos
con la muerte; Saló en su esencia, es represión pura.

La conclusión de la película llega al Circulo de la Sangre, en la que básicamente el autor


plantea que no hay escapatoria del sistema una vez dentro. Posteriormente las victimas son
castigadas por romper el tabú del sexo, un derecho reservado sólo para los mandatarios; el
castigo para la infracción, es la muerte como tal. La escena en crudeza muestra a
adolescentes marcados como si fueran bovinos, torturas como el arrancado del cuero
cabelludo, desmembramiento y descuartización, quemaduras y muerte. Todo esto ante la
mirada lasciva y placentera de los mandatarios, con quienes finaliza la película sin ningún
tipo de catarsis (a excepción de saber, históricamente, que su caída está ligada a la de
Mussolini y el fascismo).

Esto conlleva al último debate: ¿Esta película tiene un final pesimista o realista? El origen
primordial de Pasolini es hacer una crítica cruda al fascismo con el objetivo de no volver a
repetir a la historia; sin embargo el director lo tenía muy claro: no hay elemento que grite
más fuerte y que haga hueco en la psiquis humana que la polémica. FINE
Bibliografía

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Gallardo Saborido, E. (2007). El huevo de la serpiente echa a rodar: la teatralidad de Salò


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Kottak, C. (2011), Antropología Cultural. España, McGraw Hill.

La Vanguardia Ediciones S.L. (1963). Pasolini acusado de insulto a la Iglesia Católica.

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Anexos: 1. Estratificación social de Saló o 120 días de Sodoma

Altos mandos

Prostitutas y guardias

Servidumbre

Victimas

2. Afiches de cartelera de Saló o 120 días de Sodoma


3. Ficha técnica

Salò o le 120 giornate di Sodoma


Saló o los 120 días de Sodoma Año: 1975
Nacionalidad Italia/Francia.
Director Pier Paolo Pasolini
Productor Alberto Grimaldi.
Música Ennio Morricone.
Reparto Paolo Bonacelli (El Duque), Giorgio
Cataldi (El Obispo), Umberto Paolo
Quintavalle (El Magistrado), Aldo Valletti
(El Presidente).

Caterina Boratto (Señora Castelli), Elsa De


Giorgi (Señora Maggi), Hélène Surgére
(Señora Vaccari), Sonia Saviange (La
pianista).

Sergio Fascetti, Bruno Musso, Antonio


Orlando, Claudio Cicchetti, Franco Merli,
Umberto Chessari, Lamberto Book y
Gaspare Di Jenno (Víctimas varones),
Giuliana Melis, Faridah Malik, Graziella
Aniceto, Renata Moar, Dorit Henke,
Antiniska Nemour, Benedetta Gaetani y
Olga Andreis (Víctimas hembras)

Tatiana Mogilansky, Susanna Radaelli,


Giuliana Orlandi y Liana Acquaviva
(Hijas),

Rinaldo Missaglia, Giuseppe Patruno,


Guido Galletti y Efisio Etzi (Militares)

Claudio Troccoli, Fabrizio Menichini,


Maurizio Valaguzza y Ezio Manni
(Colaboradores)

Paola Pieracci, Carla Terlizzi, Anna Maria


Dossena y Anna Recchimuzzi (Rufianas) e
Ines Pellegrini (La criada negra).

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