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I
TRADUCIDO DEL FRANCES ALTTALIÁX^ \ :
SACERDOTE TU^JljgS;
TOMO NONO.
INDICE '
Meditaciónes.
i
CCXLI. Jesus vuelve alTemplo el Lu
nes... Maldice la higuera Pág- i.
CCXLII. Jesus hecha por la tercera
vez, los que vendian en el Templo. 10
CCXLIII. Jesus todos los dias vuelve
al Templo hasta el dia de su Pasion. 20
CCXLIV. Jesus vuelve al Templo en
el Martes 29
CCXLV. Jesus es preguntado , en vir
tud de qué autoridad él obre 39
CCXLVI. Parábola de los dos hijos
que desobedecen á su padre 43
CCXLVII. Parábola de los cultiva
dores de la viña que mataron los Sier
vos , y despues al hijo de su Señor 67
CCXLVIII. De la piedra angular 8*
CCXLIX. Parábola de los convidados
á las bodas del hijo del Rey 95
CCL. Jesus es tentado sobre pagar el
tributo al Cesar.... 11$
CCLI. Jesus es tentado sobre el dogma
.*de tfrRe-swifccilfh«*Mfa 1S°
CCLII. Jesus es preguntado de un Es
criba sobre el precepto de la Ley 147
CCLIII. Jesus pregunta á los Escri
bas y Fariseos sobre el Christo,y so
bre el Salmo 109 • i59
CCLIV. Carácter de los Escribas y .:
Fariseos , - $78
CCLV. De hs quatro primeros ana-
themas contra el falso zeh delos Es
cribas y de. Jos Fariseos 191
CCLV l. De hs quatro últimos anathe-
mat contra la falsa Religion de los
Escribas y de los Fariseos.., ;.. 202
CCLV1I. Prediccion delas persecu- .O
ciones y su <fistigo .. 215
CClViII. Oferta de la viuda en el
Gazofilazio* 229
CCLIX. Profecia de Jesu-Christo so
bre la ruina de Jerusalen , y sobre
7 el último Juicio... 239
CCLX. Continuacion de la Profecia de
Jesu-Christo .. 257
CCLXI. Continuacion de la Profecia
de Jesu-Christo - 272
CCLXII. Continuacion de la Profecia^. .
de Jeso£hristo - 188
CCLXIII. Continuacion de la Profe-
- -- lia de Jesu-Christo 304
CCLXIV. Continuacion de la Profecia
de Jesu-Christo . • 3*0
CCLXV. Parábola del padre de fa
milia , que velaria si supiese en qué
hora debe venir el ladron. De la muer
te del Christiano tibio..... 332
CCLXVI. Parábola del Siervo bueno
• que vela : dela muerte del Christia
no fervoroso-.. <. ,'. 341
CCLXVII. Parábola del Siervo malo
; que no vela : de la muerte del pe
cador 350
CCLXVIII. Parábola del Portero.
Exercicio del amor de Dios.... 360
CCLXIX. Parábola del Lazo; Prácti
ca de la vigilancia.... 373
CCLXX. Parábola de las diez Vírgenes. 384
I N D I C E
San Matheo.
Sa» Marcos.
Sa» Lucas. - y
PUNTO PRIMERO.. 2
\ .
Meditad* CCLXXh o
aprobacion, y estrf alabanzas ¡O y qué
abundantemente resarcirán al siervo fiel de
las que los horrores le han negado, y que
él ha desechado j y tambien de los dichos,
de las sátiras , de las calumnias , y de los
insultos, que han usado con él, por su fi
delidad, y por su zelo! 2. Los siervos fie
les reciben de su Señor grandes promesas...
*fTe haré Señor de mucho"... Esta pro
mesa lo mira todo en un punto. La vida
presente, en que aquel que se sirve bien
de las primeras gracias, recibe otras mayo
res; y el que cumple bien sus primeros
empleos , recibe otros mas importantes ; y
la vida futura, en que cada uno es recom
pensado á proporcion de su trabajo , y
siempre de manera , que la recompensa es
infinitamente superior al trabajo... Final- #
mente , los siervos fieles reciben de su Señor
la entrada en el Cielo... "Entra en el goz6
« de tu Señor".. ¡O qué entrada para un
pobre mortal, que-sale de esta vida! ¡En-* .
trar en el Cielo; ver á Dios intuitivamen
te, gozar de él; poseerlo; amarlo; entrar
en la participacion de su eterna, y esen
cial felicidad! ¡Ah! si nosotros tuviésemos
presente á nuestro espísitu lá idea de
í
« I
io El EvangeCo meditado:
aquella infinita felicicUl. ^Con qué árdor
trabajariamos! Todo lo i«e hacemos, to
do lo que padecemos, y iun el martirió
mas largo , y mas cruel ,. nos pareceria po
co en comparacion de la gloria futura,
que se manifestará en nosotros.
. '..« '" TO', f .
III. xv. v . i.:''
« x » i * » * *
Del siervo , que esconde su talento.
y ' .. ' . :rir .
i. La injusticia de su conducta... "Pe-
« ro aquel , que habia recibido uno , fué;
«hizo un hoyo en tierra, y escondió el
«dinero de su Señor11... La injusticia de
este siervo nos indica... r. La injusticia de
de aquellos, que por pereza, no hacen to-
4 do aquel bien, que podrian haeer, y que
estan obligados á hacer, segun su talento,
y por su estado: de aquellos, que no obe
decen á su vocacion , y - rehusan entrar. en
un estado, ó de acceptar un puesto, en
que habrian de trabajar; bien- que para
esto tengan cL-talénto necesario, y sean
llamados por Díosí de aquellos, que siem-*
pre buscan una vida de reposo , y final
mente de iodos aquellos que temen las pe?
Meditacion CCLXX1. n
ms de la virtud, y del zelo, y que por es
to abandonan su práctica... Esto es escon
der el dinero del Señor... 2. La mayor in
justicia de aquellos que por motivo de
aficiones terrenas , en vez de hacer valer
el talento, que han recibido, para las uti
lidades de su Señor, le hacen servir úni
camente á su ambicion, á su avaricia, y á
sus placeres ; que solamente atentos á ob
jetos terrenos , se consagran á ellos,
consagran sus trabajos, sus vigilias, su
cuerpo, su espíritu, su empleo, su auto
ridad , y hasta su misma virtud... Esto es
esconder su talento debaxo de tierra..»
3. La intolerable injusticia de aquellos qus
por motivo de disolucion , ó de impiedad,
emplean el talento recibido de Dios, en
engañar las almas; en corromper las cos
tumbres; en inspirar el error; en combatir
Ja Iglesia, y la Religion. Aun quando la
presente parábola no mire á estos directa
mente , ¿no nos dá ella misma á conocer,
quánto mas abominable sea su conducta á
los. ojos de su Señor, quando se valen
contra él desus prqprios beneficios?- ,
'2 El absurdo de sus discursos... "Pre-
«sentándose , pues , tambien el que habia
12 El Evangelió meditado.
«recibido un talento, dixo, Señor ; se que
«sois un hombre austero ; siegas , donde
« no siembras y recoges donde no esparcis-
« te ; y temeroso , ma. fui , y escondí tu ta-
« lento debaxo de tierra; he.aquí tienes lo
«que es tuyo: Respondiendo su Señor le
«dixo; siervo malvado, y floxo, tu sabias,
«que siego donde no siembro; y recojo
«donde no he esparcido , debias pues, dar
«mi dinero á los Banqueros , y á mi vuel-
ta, habriayo cogido lo mio con interés..."
La malvada excusa de este siervo perezoso
era de sumo ultrage al Señor, y de conde
nacion para él mismo. Y con todo eso,
este es el modelo, sobre que los pecado
res procuran aun justificarse, y la conclu
sion se vuelve siempre contra ellos mismos...
La salud , van diciendo ellos , es un nego
cio muy dificiL.de&ff» pues aplicarse á ellá'.
Pocos son los que se salvan... deben puej se
guir el número pequeño , y no la multi
tud. Mis pasiones son vivas al samo... de
beis pues trabajar para domarlas, y evi
tar todo lo que las puede irritar. El mundo
está tan corrompido; es tan engañoso..
beis pues huirlo , y comparecer solo en él
por Necesidad , y con toda suerte de pre->
. Meditación CCLXXL 13
cauciones. El Infierno , la muerte , la eter
nidad , y el juicio , son verdades las mas
terribles... debeispues meditarlas, y sin aca
lorar vuestra imaginacion hasta el puntode
trastornarla, debeis hacerles servir de con
trapeso á vuestras pasiones, y á la vanidad
del mundo , y evitar con esto lo que ellas
tienen de terrible , y no ya alejare! pensa
miento para precipitaros como ciegos, y
aseguraros una miseria , cuyo solo pensa
miento hace temblar á todo ente racional.
¿Es posible; que se discurra tan mal en un
negocio de tanta conseqüencia , y que dis
cursos tan necios procuren la tranquilidad
á un gran número de personas que se creen
sabias?
3. La severidad de su castigo.. s, Qui
etadle, pues , el talento que tiene , y dad»
»selo al que tiene diez talentos , porque ai
«que tiene se le dará, y se. hallará en la
«abundancia; y al que no tiene, se le quitará
« aun aquellos que parece que tiene. Y al sier-
«vo inútil arrojadlo en las tinieblas exte
riores; allí habrá llanto, y cruxir de dien-
wtes..." El primer suplició de los pecadores,
en el juicio de Diós será la vergüenza de
verse convencidos por sus propios razona?
14 El Evangelio meditado.
micntos. El segundo, el despecho de ver, que
las gracias , que se les habían concedido, y
deque no sacaron provecho, se las hanqui-
tado, y dado a los que se aprovechaban
mejor de ellas ; y que aquellos que ellos
mas despreciaban , se han enriquezido i
su costa, con sus mismos despojos... El ter--
cero , la desesperacion de verse condenados
sin apelacion , y por culpa suya á padecer
en los suplicios eternos todo el rigor de la
justicia de Dios... He aquí las terribles ver
dades que Jesu-Christo , nuestro Divino
Maestro nos ha revelado, y que ha embuel-
to debaxo de las parábolas , justamente
para hacérnoslas mas perceptibles , y mas
familiares. ¡Ay de nosotros! si las olvida
mos , y no sacamos de ellas provecho....
-Llanto, y cruxir de dientes; pesemos bien
estas expresiones , de que el Salvador se ha
servido tan freqüentemehte para declarar
los sentimientos amargos de los réprobos.
/. Peticion y coloquio.
P.NTO PRIMERO.
II.
III.
Peticion y coloquio.
DE LA EXECUCION DE LA SENTENCIA
DEL JUICIO FINAL.
PUNTO PRIMERO.
1
32 El Evangelio meditado.
compartíanlo presente, lo venidero, su cuer
po , su alma , el Cielo , los Santos, Dios
mismo. Suplicio sin mezcla de bien, sin
interrupcion, sin diminucion, y que pone
á todo el colmo sin fin... ¡Quién podrá pen
sar en un estado tan terrible sin quedar pe
netrado de espanto! Suplicio para todos los
pecadores , Angeles y hombres; para todos
aquellos que no han querido creer á la pa
labra de Dios , ni obedecer á sus precep
tos en toda la continuacion de los siglos, y
de las generaciones.. Y ¡ó quál será el nú
mero horrible de pecadores que caerán en el
suplicio! ¡Qué terrible execucion! ¡Si tem
blamos solo al pensar en ella , qué será ver
la , estar presentes, y ser testigos! ¡Ah!
¿Qué será su objeto? Misericordia , ó Dios
mio ; tened piedad de mí; salvadme; quiero
serviros fielmente.
3. La suerte de los Justos... "Y los jus-
«tos, irán á la vida eterna..." ¿A la vida?
Esta palabra lo dice todo. Vida en Dios;
vida con Dios; vida de Dios; vida de amor,
que contiene todas las delicias , todas las
bendiciones del Ser Supremo, del Ser esen
cial é infinito. Para ellos ya no hay otra
cosa que vida ; todo para ellos es amor , y
Meditacion CCLXXUI. 33
delicias ; el lugar, la compañia, lo presen»
te , lo pasado , y lo venidero; el cuerpo, el
alma , el infierno mismo de que han esca
pado, y los réprobos, de quienes estan sepa
rados ; y mas que todo el Autor de su li
bertad, y de su salvacion; su Dios, su Sal
vador. Vida pura sin mezcla, sin sombra
de mal , de fastidió, de disgusto, ó de te
mor, sin la mas mínima interrupcion, ó di
minucion de delicias; y con la certidumbre
de que jamas se acabará una vida tan bien
aventurada. Vida para todos los justos
Angeles y hombres, para todos aquellos que
habrán conservado la fé , y observado la
ley en toda la continuacion de los siglos,
y de las generaciones. ¿Y quál será, pues,
el número de estos bienaventurados que
irán á la vida? Si se comparan con el núme
ro de los réprobos , es el rebaño escogido,
es el pueblo de eleccion , es la nacion san
ta, es el pequeño número; pero sí se consi
dera en sí mismo es una multitd innume
rable; aquellos hijos verdaderos de Abrahan ,
comparables por su número á las arenas del
mar y á las estrellas del firmamento...
Trabajemos, pues, con valor para ser d»
este número; esperemos serlo, y esta cs-
Tom. IX. ' C
34 El Evangelio meditado.
peranza nos anime á merecerlo.
3. La suerte de los unos y de los otros
por la eternidad. Suplicio eterno, vida eter
na j no hay mas mutacion ; no hay varia
cion ; ya no hay conversion ; ya no hay caí
da. Todo está fixo ; todo está firme para
siempre. ¿Para siempre? ¡O qué grande pa
labra! ¡Ser infeliz para siempre! ¡Ser biena
venturado para siempre! ¡Hé aquí lo que
debe sostener nuestro fervor, y nuestra pa
ciencia, y responder á todas las sugestiones
del demonio.! ¿Y qué? nos va él diciendo, ha
cerse siempre violencia ; siempre comba
tir; siempre sufrir? ¡Ah! ¡Engañador! A nues
tra breve vida sobre la tierra la llamas siem
pre j ¿y qué cosa es nuestra vida en com
paracion de la duracion del mundo? ¿Y qué
cosa será toda la duracion del mundo en
comparacion de aquella eternidad , ó de
suplicio ó de delicias que no se acabará
jamas? ¡Dios eterno! A Vos solo pertenece
la eternidad á Vos solo conviene dar la
eternidad ; ninguna otra cosa os conviene
dar que la eternidad. Una recompensa que
no fuese eterna , seria indigna de Vos , y
no satisfaría los designios de vuestro amor
infinito: un castigo que no fuese eterno, no
Meditacion CCLXXIlL 35
diria bien á Vos , ni satisfaria la idea de
vuestra infinita justicia. Vos nos habeis her
cho; Vos habeis hecho nuestro corazon.
Una recompensa que debiera acabarse no
nos traeria á Vos: Un castigo que debiera
acabarse , no nos haria temer. Pero en vues
tra eternidad , Vos teneis , con que some
ternos , y domarnos; con que hacernos te
mer, adorar, servir y amar. ¿Porque quién
no amará un Dios tan grande, tan podero
so, tan justo, tan magnifico; un Dios tan
bueno que nos manifiesta el rigor de sus cas
tigos, solo para hacérnoslos evitar, y para ha
cernos merecer mas seguramente la grandeza
de sus recompensas?
II.
III.
44 El Evangelio meditada.
de las recompensas comunes á todos los
pueblos. ¿Qué cosa pues , es este triunfo
que jactan los impíos sobre el silencio
de la Ley de Moyses ? Fiaos ahora de
las luces , de las pesquisas , y de la sa
gacidad de estos espíritus sublimes , que
se dicen fuertes por excelencia, y que en
efecto son tan débiles, que en ninguna co
sa se internan ; que no penetran cosa al
guna ; que todo 16 ven , y todo lo pre
sentan en un aspecto falso.
3. El número de los incrédulos... Se
ria una cosa bien extraña, que la incre
dulidad de los impíos fuese para noso
tros un escándalo , é hiciese caer la fir
meza de nuestra fé. Antes debe conso
lidarla y hacernos conocer su excelen
cia. ¿Qué hombres son estos incrédulos;
qué obras dan á luz? Sueños , quineras,
absurdos , sofismas , dudas , inceptidüm-
bres , contradicciones ; estos son los par
tos de su espíritu ; en órdeu pues , á
las costumbres , no hay mas que con
fusion , y alteracion de todos los princi
pios , y de todas las leyes. Por todas par
tes se manifiesta la corrupcion ; ninguna
hay de todas sus obras, que no venga con
Meditacion CCLXXIll. 45
la marca y con el sello de la licencia y
de la obscenidad. ;Y serán estos los maes
tros que yo seguiré , cuya autoridad ha
ga vacilar en mi espíritu la del Evangelio,
la de los Santos Apóstoles , la de los Doc
tores de la Iglesia , y de todos los fieles
que sirven á Dios en santidad y pure
za? No, no : nada me mueve , ni me sor-
prehende su incredulidad , ni su número:
yo veo su origen inficionado. El Christia-
nismo ha sido siempre, y será combatido
desemejantes adversarios, y siempre triun
fará de ellos. ¿Y qué? Para creer una
verdad demostrada , es por ventura , ne
cesario que todo el mundo la crea, y que
ninguno se le oponga? Sigan pues los in
crédulos adelante , no obstante las luces
que se les presentan , no obstante los
exemplos de aquellos que la fé santifica;
sigan los incrédulos la corrupcion de su
corazon , ciéguense , piensen , digan, es
criban todo lo que les agrade en este mun
do ; pero al fin del mundo , la cosa irá
bien diversamente. "Estos irán al su-
«plicio eterno , y ios justos á la vida
h eterna."
46 El Evangelio meditado.
Peticion y coloquio.
;
47
MEDITACION CCLXXIV.
L
REFLExÍONES SOBRE LAS DISPOSICIONES
DEL CORAZON, EN QUE SE HALLA--
BAN LOS JUDIOS.
PUNTO PRIMERO.
i - ; IT .. .
III,
56 El Evangelio meditado.
«var al mundo..." Jesus es la luz esen
cial , increada y eterna; él ha venido al
mundo, para sacarnos de las tinieblas de
la ignorancia y del pecado ; de las obras,
y de la potestad de las tinieblas. No
ha venido al mundo para juzgarnos , y
condenarnos ; • sino al contrario para
salvarnos , mostrándonos el camino , y
los medios de salud ; lo que noso
tros debiamos hacer ; lo que . debia
mos hui? , y lo que habiamos de te
mer y esperar, ¡Qué reconocimiento no
debemos nosotros tener para un Dios
tan caritativo! ¡Qué empeño no debe
mos tener para meditar su palabra, para
practicarla, y para aprovecharnos de tan
tas , y tan diversas luces como nos ha
comunicado. . j . .
3. Del juicio final... "El que me des
hecha á mí, y no recibe mis palabras,
«tiene quien lo juzgue; la palabra que he
« hablado, ella le juzgará en el diaúltimo.."
El que recibe el Evangelio , y no lo prac
tica ; el que lo desecha y rehusa recibirlo,
serán igualmente juzgados y condenados de
este mismo Evangelio en el último dia....
;0 Ley .divina, qué juicio harás de aquellos
Meditacion CCLXXW. 57
que te habrán quebrantado, que te habrán
despreciado, desechado y puesto en irri
sion, y7 en burla! ¡Ay de mí! ¡á qué pena
los condenaras! Nosotros lo sabemos: tu
nos lo enseñas ; los condenarás al fuego
eterno. Pero nos enseñas tambien que los
grandes pecadores pueden aquí en la tierra
ántes de aquel gran dia , obtener el perdon
de sus pecados, si vuelven á entrar en el
camino de la justicia, y viven despues se
gun lo que tú les prescribes. Esto es, ó Dios
mio, lo que estoy resuelto á hacer con todo
mi corazon.
4. Ds la divinidad de su doctrina..*
tr Porque yo no he hablado de mí mismo;
«sino el Padre que me ha enviado , el
«oie prescribiólo que he de decir, y lo
«que he de hablar .." La doctrina Evangé
lica no es de modo alguno , una invencion
humana, un sistema filosófico; ella viene
de Dios ; es la palabra de Dios mismo , de
aquel que ha hecho el hombre y el universo.
Jesu-Christo, anunciándonosla , no ha he
cho otra cosa que executar los órdenes de
Dios su Padre : No nos ha dicho ni nos ha
ensenado, ni revelado otra cosa que lo que
Dios su Padre le ha ordenado decirnos, en -
58 El Evangelió meditado.
señarnos, y revelarnos. Con que esta ce
lestial doctrina exige de nososros todasuer-
te de respeto, de atencion, de reconoci
miento, y de fidelidad. ¡Feliz el que la prac
tica ; el que sostiene sus intereses , y to
ma su defensa; el que sedeclara; el que pa
dece; y el que muere por ella!
5. Del fruto de su doctrina... "Y sé,
« que su mandamiento es vida eterna: Las
« cosas, pues, que yo digo, las digo de
« aquel modo que me las ha dicho, el Pa-
«dre\." ¿Esta grande palabra, vida eterna...
no hará sobre nosotros impresion alguna?
¿Unavida miserable, y de un momento so
bre la tierra, nos ocupará siempre de tal
' suerte, que nos haga olvidar una vida bien
aventurada y eterna en el Cielo? ¿O ce
guedad de los hombres , hasta quando te
seguiré yo mismo?
. Peticion y coloquió.
MEDITACION CCLXXV.
PUNTO PRIMERO.
Meditacion CCLXW. 63
fué oida , sin remordimiento... "El Hijo
j, del Hombre será entregado..." Esto de-
bia suceder de dos maneras. Debian los
Judios entregarlo á los Gentiles , para
obtener del Gobernador Romano una sen
tencia solemne , como se requeria para el
suplicio de la Cruz , que no podian dar los
Judios , á lo menos en el tiempo Pas-
qual: (1) y ántes debia ser eutregado á
los Judios por una traycíqn; debia ser en
tregado por uno de sus discípulos. Acaso,
Judas no estaba aun enteramente determi
nado á cometer su atentado; pero á lo
menos , desde entonces debia ya estar su
espíritu ocupado de las ideas de la traycion:
esta palabra del Salvador habria debido
turbarlo y hacerle entrar en sí mismo.
¡Ah! Aquel , á quien no inspira horror el
pensamiento del delito está muy próximo
á cometerlo. Jesus debia ser entregado,
para ser crucificado en la fiesta de la Pas
cua. ¿Y no es por ventura , en esta santa
II.
Peticion y coloquio.
PUNTO PRIMEItO.
- ... II.
III.
Peticion y coloquio.
t .
«6
MEDITACION CCLXXVII.
PUNTO PRIMERO.
II.
l
Meditación CCLXXVU. 99
una alma pecadora, é hipócrita, confun
dida con las almas santas, y fervorosas?
Piensa en su Pasion , en los medios de sa
tisfacerla , y de esconderla. Piensa en esto
en la calle , en el Tem pío , en el reposo , ea
el trabajo, en la conversacion, y en la
oracion... Está siempre aplicada á este ob
jeto : no tiene otros pensamientos en su es
píritu : no concibe otros deseos en su cora
ron; no forma otros proyectos, en su ima
ginacion ; no llama por otra cosa á su me
moria lo pasado; ni extiende para otra
cosa sus miras sobre lo venidero, que en
lo que tiene relacion, con la pasion, qu»
la predomina. .t.. coi ..:i ..
.t-.í* . -
Peticion y coloquió.
II.
III. i 1 '
:. . Peticion y coloquio, i
- MEDITACION CCLXXIX. Z
•• -PUNTO PRIMERO. \i
1 .
Amor generoso.
(
Meditación CCLXXIXr ísf
IV.
Amor ardiente, •
tiJ . . . . . . ¡ V i '. 'j
v . ' Puesto Jesus á la mesa con los doce,-
*Ies dixo; Ardientemente he deseado co-
«iner esta Pascua con vosotros , antes que
u padezca..." ¡Ah! ¿De donde derivaba en
Vos , ó Señor , este deseo ardiente , sino
del ardor de vuestro amor? Y ciertamen
te Vos sabeis , que luego inmediatamente
despues , debeis ser entregado á vuestros
enemigos , y sufrir los mas horribles su-
Meditacion CCLXXIX. 1 19
plicios; y esta vista no resfria el. ardor de
vuestros deseos; antes esto es lo que os
anima, y os inflama. ¡O corazon mio!
puedes tú quedarte aun insensible á tanto
amor, y ser de hielo entre tantos ardores?
Jesus desea ardientemente venir á tí
jbusca acaso su bien , y sus ventajas? Y
tú; tú no lo deseas; tú facilmente te dis
pensas ; tú lo difieres lo mas que puedes;
y quando finalmente vas á él , lo haces con
una frialdad , y con una lauguidez insu
fribles!.. ¡Ay de mi! ¡Señor; me aver
güenzo de mí mismo; tened compasion
de mí; arrojad á mi corazon alguna cen
tella de aquel ardiente amor que en-..
ciende el vuestro en favor de un in
grato.
VI.
Amor tierno.
NOTA.
II.
III.
L
138 El Evangelio meditado.
NOTA
DE LA IMITACION DE CHRISTO.
PUNTO PRIMERO.
III.
Peticion y coloquió. :
PUNTO PRIMERO.
II.
Tom. X.
i6z El Evangelio meditado.
III. •
S L.
i68 El Evangelio meditado.
Peticion y coloquio.
MEDITACION CCLXXXIII.
PUNTO PRIMERO.
II.
M 4
1S4 El Evangelio meditado,
Teticion y coloquio.
T
JLJa institucion de la Eucharistía se hizo
o ácia el fin de la Cena Pasqual ó legal , ha
biendo ya algunos acabado de cenar , y ce
nando ó comiendo todavia otros algun poco,
como de ordinario sucede al fin de uri convite.
El Salvador era del número de los que ya
habian acabado de cenar, como lo dicen ex
presamente San Lucas y San Pablo. Judas
era de los que aun comian , como aparece
de San Juan c. 13. v. 26. Medit. 285. De
aquí .deriban las expresiones de San Matheo
y de San Marcos Ccenantibus , manducan-
tibus.
Si San Lucas y San Pablo no dicen , que
Jesus había cenado , sino quando hablan de
la Consagracion del Cáliz , esto no impi
de , que también se deba entender de la
Consagracion del Pan , no habiendo habi
do interrupcion entre la una y la otra.
Esta palabra de San Matheo , „Bebed de
«esto todos,,, era para advertir á los prime
ros que bebieron , que dexárán para los úl
timos. Iban , pues , dirigidas estas palabras á
'
i86 El Evangelio meditado.
solos los Apóstoles , que estaban allí pre
sentes , por esto dice San Marcos expresa
mente, que todos bebiéron de él. Si San Mar
cos dice , que todos bebiéron de él , antes de
haber puesto las palabras de 'la Con,agracion,
esta es una anticipacion de poco momento, qua
fácilmente se advierte , y no tiene dificultad
alguna.
'«7
MEDITACION CCLXXXIV.
PUNTO PRIMERO.
Turbacion de Jesus.
II.
* L
. . Amenaza de Jesus. ,
III. }
Peticion y coloquio.
MEDITACION CCLXXXV.
- PUNTO PR IME R O.
I I.
III.
1. Se confirma en su resolucion... VY
«despues del bocado entró dentro de
«él Satanás..." Que Jesu-Christo mismo
diese á Judas un bocado preparado , y ba
ñado con su mano era un favor y una dis
tincion. Los nueve Apóstoles que no sa
bían el secreto así lo entendiéron, y tal
era en efecto la intencion del Salvador aun
quando tuviese otra mira. Judas no po
dia mirarlo de otro modo ; y por poco
sentimiento que hubiese tenido deberia ha
berse confundido y conmovido de esta
nueva demonstracion de bondad, que le
daba su Maestro. Pero no: ni las ocultas
reprehensiones ; ni las señales sensibles de
su benevolencia pudiéron ablandar aquel
corazon abominable. Antes se obstina mas
entonces ; mas se confirma en su execrable
designio; se abandona al demonio; y el
demonio entra deutro de él , y se hace úl
timamente dueño de su corazon... ¿Y no
es esto lo que sucede al pecador; que abu
202 El Evangelio meditada.
sando de la bondad de Dios tanto masgra»
j veniente Je ofende quanto mayores bene-
ficios recibe de él; empleando en el peca
do la sanidad, las fuerzas ¡que Dios le dá,
los bienes de fortuna , la prosperidad que
Díos le procura ; y que á la medida que
Dios multiplica sobre él sus favores mul
tiplica él mismo contra Dios sus ofensas;
se obstina en el pecado ; y siempre mas se
confirma en el olvido de su bienhechor?
2. Judas no siente su última desgra
cia... "Y Jesus le dixo; lo que haces haz-
mIo presto..." jY no es esto puntualmente
lo que el Angel del Apocalipsis dice á los
pecadores de parte de Dios (i) "El que
«está en las inmundicias , contamínese
«aun mas...." Vé Judas; andad pecadores,
pues que nada puede vencer vuestra obs
tinacion; andad, continuad vuestras infi
delidades, vuestras injusticias , vuestras ra
piñas, vuestras violencias, vuestras impu
rezas , vuestras impiedades, vuestras blas
femias; executad vuestros depravados in
tentos; poned el colmo á vuestros pecado»
y el sello á vuestra reprobacion... Despa-
Peticion y coloquio.
> - :
i .
MEDITACION CCLXXXVI.
• - .ti
CONTIENDA DE LOS APOSTOLES SOBRE;
LA PREEMINENCIA.
PUNTO PRIMERO. ¿
<r Y
JL nació entre ellos contienda, sobre
n quien de ellos pareciese ser el mayor-.??i
Tres cosas particularmente habia que re-.
prehender en esta contienda.
1. La circunstancia del tiempo... Jesu-
Chcisto no ha hablado coa sus Apóstoles
ioS El Evangelio meditado.
de otra cosa sitio de la muerte que debe
padecer; de la sangre que debe derramar;
de la traycion que uno de ellos urdia con
tra él : un momento ha estaban en la tris
teza y en la consternacion ; ahora todo de
un golpe se borran de su espíritu estas ideas,
y ya no tienen otra inquietud que la de saber
quién entre ellos será el primero , y el ma
yor baxo del Reyno próximo que esperan.
Ya varias veces habia nacido entre ellos esta
contienda, y siempre en ocasion de la muer-
re de su Maestro; quando les ha habla
do de ella (l)- Hemos visto en una de es
tas contiendas que San Pedro no .se metió
en ella. Es tambien verosímil que ni S. Pe
dro ni San Juan , que conocían al tray-
dor, y que estaban fixos en el pensamien
to del delito que iba á cometer, y de los
funestos efectos que deberia tener , tam
poco entrasen en ella... Sea como se fue
se, nosotros vemos aquí los Apóstoles siem
pre muy imperfectos , y que nosotros los
imitamos muy' bien ^ocupándonos en cosas
muy diversas de las que nos deberian ocu-
ni.
Peticion y coloquio.
PUNTO PRIMERO.
(1) Ad Cor. c. 1.
222 El Evangelio meditado.
dio de una pronta Resurreccion , de una-
gloriosa Ascension , y haciéndolo sentar á
su diestra... Esta es la doble gloria que
Dios dá á sus siervos fieles: En este mun
do la estima de las personas buenas, y tat
vez los honores de un culto religioso ; y
en el otro una gloria eterna. Gloria en
Dios; gloria sin límites, sin término, sin
fin ; cuya memoria jamas debe apartarse
de nuestro Espíritu, y cuya esperanza debe
siempre sostenernos en todo* nuestros tra
bajos. De esta doble gloria empezó Jesu-
Christo su discurso ; y este es el punto de
vista , baxo del que quiere que sus Após
toles miren las humillaciones que está para
sufrir, para que este recuerdo los sostenga
tambien á ellos en la prueba, y en la cons
ternacion, en que los arrojarán sus supli
cios. ¡Qué bondad! ¡Qué sabiduria! ¡Qué
misterios!
3, En la separacion del Salvador dé
SUS discípulos..." Hijitos; por poco tiempo
«estoy aun con vosotros. Me buscareis.' y
«así comodixeá lo>i Judios, donde voy yo,
«rio podeisvenir vosotros;. fambien lo digo)
«auoraá vosotros..." jQué tiernas eXpresio—
neJ ¡Qué manerasde hablar llenas de pon-'
Meditacion CCLXXXVIh 223
dad! Jesu-Christo no les habla ya , como
otras veces de Cruz, de sufrimientos, de
oprobrios. Exprime su cruel muerte; solo
con estas palabras , me buscareis; esto es,
yo no estaré ya con vosotros ; seré quita
do de vuestro lado; con esto debo acabar
de procurar la gloria de mi Padre , y en
trar en la suya , volviendo á su seno....
¡Desgraciados Judios para quienes esta glo
ria está para ser perdida para siempre, por
su infidelidad! ¡Afortunados Apóstoles para
quienes esta glória solamente se ha diferi
do! ¿De qué número somos nosotros?
¡Quál es nuestra fé ; quál es nuestra espe
ranza ; quál es nuestro amor para con
Dios Salvador; Salvador á un tan grande
precio; Salvador tan lleno de ternura par*
cpn nosotros!
II.
III.
Peticion y coloquió.
*3+
MEDITACION CCLXXXVffl.
PUNTO PRIMERO.
II.
Objeción de SantaTomas.
Pregunta de S. Felipe. . ;
Peticion y coloquio.
.-• .. - . -..•-:i -.i
]Ah! Señor, reconozco, y confieso que
hasta ahora no os he conocido , pues no
han hecho en mí una habitual impresion
vuestras palabras, vuestras acciones; vues
tros misterios, y vuestros beneficios. Ilumi
nadme, pues, Vos mismoí ócSalvador. mio
que sois Verdad: santificadme Vos que
sois el principio de híddy para cjue cami
nando por Vos que sois el camino, llegue
á la felicidad, que me habeis preparad**...
Amen. ¡-
MEDITACION CCLXXXIX,
ri , - PUNTO PRIMERO, . . . -
" » - ;; . ; ( a
- Pruebas dela divinidad de Jesu-Christo. .';
> j '
Del Espíritu Santo.
I V.
V.
- Peticion y coloquio.
PUNTO PRIMERO.
Pregunta de S. Judas.
(1) Psalm.93. v. 3.
*7? Evangelió meditado.
2. De la potestad del demonió sobre
Jesu-Christo... No hablaré ya mucho con
« vosotros: porque viene el Principe de
«este mundo, y no tiene que hacer nada
«conmigo..." ¡Ah! Por qué, pues, ó Señor,
exercitará él sobre Vos un poder tan ty-
ránico , y tan cruel? ¡Ah! Es, porque Vos
lo quereis; porque Vos le dais la potestad;
porque vuestro amor y el deseo de res
catarnos , os dá á la discrecion de su
furor , y de la rabia de todos aquellos que
él armará contra Vos. Venid, pues, minis
tros, y. diputados de Satanás ; venid; vues
tra víctima está pronta, y Jesus os espera*,
pero dándose en poder de vuestro furor,
sabrá todavia triunfar aun despues de ha
ber exhalado el último espíritu debaxo de
vuestros golpes. ,
3. Del deseo y voluntad que Jesu- Christo
tiene de morir,.. "Y para que el mundo
éi conozca que amo al Padre, y que como
ji el Padre me ha ordenado, asi hago. Le -
,) yantaos , y partamos de aquí..." Dios ha
querido que su justicia quedase satisfecha.
No pudiendo los hombres satisfacerle , les
ha dado él su Hijo, y ha dado un precep
to á este su Hijo amado de morir por no
' : Meditacion CCXC. 279
■otros , si quería rescatarnos, y el Hijo ha
aceptado la muerte para salvarnos , y mos
trar en esto á su Padre su obediencia y su
amor. He aquí lo que deben saber los hom
bres ; lo que se les debe anunciar ; lo que
debe santificarlos , y llenarlos de amor y
de reconocimiento. He aquí por otra par
te lo que debemos imitar : mostrar á Dios
nuestro amor , siguiendo los órdenes que
él nos ha dado j aun quando sean severos.
¿ Se trata de nuestra fortuna ; de un placer
nuestro , de nuestra gloria ; de nuestra vi
da misma? A esta palabra de mandamien
to de Dios; de voluntad de Dios ; de gusto
de Dios , todo debe ceder. Debemos decir
á todas las facultades de nuestra alma , y
á todas las fuerzas de nuestro cuerpo, co
mo el Salvador á sus discípulos ::: Alzaos:
partamos de aquí... Vamos , salgamos de
este lugar sospechoso ; de esta ocasion pe
ligrosa ; de aquella pereza ; del estado de
reposo y de indolencia: Partamos ; corra
mos donde el orden que Dios nos ha da
do ; donde el precepto que Dios nos ha
hecho ; donde su santa voluntad y la obe
diencia nos llaman.
aSo Ei Evangelio meditado,
¡ .*
Petición y coloquio. ii
S. Juan c. 15. Vi 1. 8.
* i i ' f \r
HISeURSO DE JESU-CHRISTO a sus
APOSTOLES DESPUES DE LA
III. ; - .
MEDITACION CCXCII.
SERMON DE LA CENA.
PUNTO PRIMERO.
t
Meditacion CCXCIt. aof
2. De la conservacion de este amor
t. Esta conservacion es importante., "man
teneos en mi caridad..." Manteneos en
la posesion de mi amor, y de mis gracias.
En este amor tenemos nosotros todos los
bienes del tiempo, y de la eternidad; es
tamos libres de todos los males, y seguros
de todo temor. Sin este amor estamos en
poder de todos nuestros enemigos; nues
tro corazon está arrastrado; nuestra alma
envilecida ; nos rodean los peligros de la
muerte; y el infierno espera solo la hora
de nuestro tránsito para tragarnos... 2. Ella
es difícil... Pide cuidado grande y aten
cion. No basta haber vuelto á entrar en
gracia de Dios por la penitencia, conviene
continuar en ella , y mantenernos... Es
fácil empezar; pero es difícil perseverar.. El
demonio, la carne, el mundo, nos solici
tan continuamente para apartarnos de este
amor , pero con todo eso, es necesario
perseverar en él hasta la muerte. Trayga-
mos, pues, freqüentemente á la memoria,
y principalmente en el tiempo de la ten
tacion, esta palabra de nuestro Salvador....
"Manteneos en mi caridad..." Y• fortifica
dos con este dulce convite resistamos vale-
T4
iq6 El Evangelio meditado.
rosamente á todo... 3. Ella depende Hela ob
servancia de la ley de Dios..." Si observareis
m mis mandamientos os mantendreis en mi
«amor;así como yo tambien he observado
« los mandamientos de mi Padre, y perma
nezco en su amor.." Este es medioseguro;
nos lodá Jesu-Christomismo.Noesasícon
losgrandesde la tierra. La injusticia, el ca-
' pricho, la cabala nos hacen muchas veces
perder su favor en el tiempo mismoquenos
aplicamos á executar mas exacta, y pun
tualmente su voluntad , y su querer....
Medio único... En vano nos consumire
mos en ayunos , en penitencias, en oracio
nes, en el zelo, en los trabajos por la salvacion
de lasalmas: todo es inútil; sino observamos
la iey de Dios, caeremos de su gracia ydesu
amor... jAh! No nos engañemos; á esto de
ben enderezarse todas nuestras acciones....
Medio dulcísimo; principalmente despues
que Jesu-Christo nos ha dado el exem-
plo. ¿Y qué cosa puede haber mas racio
nal, y mas justa que el observarlos man
damientos que nuestro Criador nos ha dado,
y nos ha renovado nuestro Salvador? ¿Qué
cosa puede ser mas dulce que observarlos
á exemplo de nuestro* Salvador, que él
Meditacion CCXCIL 207
mismo ha observado con tanta exactitud,
y á tan grande costa los mandamientos de
su Padre ; y que por eso se ha mantenido
en su amor? ¡Ah! ¡Qué vergüenza, qué pe
cado para nosotros , si á este precio no se
guimos un tan grande exemplo!
3. Del fruto de este amor... "Estas
m cosas os he dicho para que mi gozo
«esté en vosotros, y vuestro gozo sea com-
jipleto..." ¿Y quién no se colmaria de gozo,
oyendo decir á Jesu-Christo que él nos
ama como su Padre lo ha amado? jPero
1. cómo está en nosotros él gozo de Jesu-
Christo? El gozo de Jesu-Christo está de
dos maneras en un alma, que es fiel en
observar su ley... Primeramente el gozo se
halla en ella en quanto que esta alma no
tiene otro gozo sino es en Jesu-Christo,
que es el solo objeto de su amor: en quan
to que no siente otro placer que el que
siente Jesu-Christo. Ella se alegra con él
de sus grandezas, y de todos sus misterios;
de su misma muerte, y de su cruz, por la
gloria que de todo esto le ha resultado. Se
alegra de procurarla gloria de Dios , la
salvacion de las almas, el aumento y exal
tacion de la Santa Iglesia. Se alegra de te
ao8- El Evangelió meditado.
ner alguna parte en los sufrimientos de Je-
su-Christo y en las buenas obras que se ha
cen por su gioria. En segundo lugar el
gozo de Jesu Cbristo está en esta alma , en
tjuanto que Jesu-Christo se complace en
ella; se gloria de su amor , y de su fi
delidad en servirlo; en quanto que tiene
con ella sus delicias', y pone sn compla
cencia en iluminarla, en purgarla, en ade
lantarla, y en purificarla. jO qué gran di
cha! ¿Y por qué no me hago yo digno de
ella, por medio de una práctica fiel de la
Ley de Dios?... 2. En qué modo puede
ser cumplido nuestro gozo? Lo es prime
ramente en esta vida. El gozo de una alma,
que sirve á Dios con fidelidad, es cumpli
do, y perfecto; y se perfecciona cada dia,
porque viene de Dios; porque está en el
fondo de nuestra alma; porque llena toda
su capacidad ; porque no dexa en ella al
gun vacio , ó alguna entrada á qualquiera
otra cosa, que la pueda turbar; porque está
independiente de todos los accidentes hu
manos, porque todo lo nutre; todo lo man
tiene, todo lo aumenta. La penitencia, las
lágrimas, las cruces, las tribulaciones son
¡>u alimento. En segundo lugar; en la otra
MeditacionCCLXCIL 299
vida. A llá el gozo de una alma fiel se
rá lleno , perfecto , y cumplido con
Jesus en Dios. ¡A.h! Señor , será ver
dad, que mi corazon se este siempre insen
sible á tan grandes objetos! ¿Qué diferen
cia entre este gozo santo , sólido, y eter
no, y los gozos de la carne, y del muado!
Estos están siempre llenos de tumulto , de
temores, de inquietudes, de remordimien
tos, de sospechas, de contradicciones , de
trayciones , de disgustos, y de desespera
cion en esta vida: y despues se les sigue un
suplicio eterno enlaotta.Muy mal entien
den su interes propio los que se apartan de
Jesu-Christo: los que temen dedicarse á él,
y consagrarse á su amor. Dios quiere,
que yo tenga este gozo; por esto, justa
mente ha dicho todas estas cosas. ¿Seré yo,
pues, tan ciego que lo deseche, y no lo
quiera?
II.
De la caridad fraterna.
III. ;
Peticion y coloquió.
MEDITACION CCXCHI. 7
* , ' • > - •i -i
Del odio, que el mundo tiene á los buenos*
' .'••,-:: v - -.Ib .
'1. Eífe odio contra las personas buenas es un
motivo de consolacion, i . Es para el mwu
do un motivo: de condenacion. 3. Es para
. la Iglesia un motivo de triunfo, . . •¡
PUWDO. PRIMERO.
. .- . II. , ..
y
MeditacionCCXClíl 317
to no son tan raros, como podriamos creer.*
lo: guardémonos, que no participe de
ellos nuestro corazon : por esto tomemos
en todas las ocasiones la defensa de la reli
gion, de la Iglesia, y de la virtud.
3. Porque es contrarió á las primeras
reglas de la equidád natural... "Mas para
« que se cumpla la palabra, que está escrita
«en su ley; me aborreciéron sin motivo...'*
¡Desventurados Judíos , en quienes se ha
cumplido esta palabra! Mundo desventura
do , en que cada dia aun se está cumplien
do! ¿Que te han hecho aquellas personas
inocentes , á quienes tu muerdes con tanta
crueldad? Ellas te aman, y no te desean
sino tu bien. ¿Que te han hecho aquellos
pastores; aquellos hombres Apostólicos,
contra quienes tu te desencadenas? Estan
todos consagrados para ti, y están dispusst.
tos á servirte en la vida , y en la muerte
¿Que te han hecho aquellos órdenes Reli
giosos, que tu aborreces, y que tu vas ca
lumniando? Jesu-Christo los ha sacado de
enmedio de ti; del seno de tus familias,
para conservarselos: Ruegan por ti; por
ti emplean toda su vida. ¿Que te han he
cho aquellas almas piadosas , y devotas,
318 El Evangelio meditado.
eterno objeto de tus censuras , y de
tus burlas? Ellas cumplen su deber; no-
te responden, sino con su paciencia; coa
sus exeraplos te muestran , y te facilitan
el camino , que deberias seguir. Pero si las
aborreces sin motivo , no esperes aborre
cerlas impunemente... El Salmo ( i ) que
cita aquí Jesu-Christo , contiene las mal
diciones fulminadas contra estos enemigos
de Dios, y de los hombres, y la historia
del mundo contiene su cumplimiento.
v III.
Peticion y coloquio.
/i -. vi t }' q r í"íí;j-i
.J3EL SERMON DE LA CENA.; :t :
S. Juan c ió.v. i. n.
PUNTO PRIMERO.
II.
II t
Peticion y coloquio.
MEDITACION CCXCV.
.' '-i
DEL SERMON DE LA CENA.
17
1. / Espíritu Santo es Diós , la ter~
tera Persona de la Santísima Trinidad) y
Y 3
I
(1) S. Juanc. 1. v. 1.
346 El Evangelio meditado.
el Hijo mismo recibe del Padre por sa
eterna generacion? Así lo ha revelado el
Espíritu Santo mismo á la Iglesia : así la
Iglesia lo enseña á nososros.
3. Procede del Pudre , y del Hijo , y
nos revela el misterio inefable de un sola
Dios en tres Personas... "Todo lo que tie--
«ne el Padre es mío. Por esto os he di-
jjcho, que él recibirá de lo mio , y os lo
«anunciará..." Habia ya dicho el Salval-
vador, que el Espíritu Santo procede del
Padre, y en el versículo precedente nos ha
dicho que procede de él mismo tambien.
Aquí confirma lo uno, y lo otro, y reune
todo quanto pertenece al grande misterio
de la Trinidad, que el Espíritu Santo ha
anunciado á• los Apóstoles, y de que les ha
dado la inteligencia conveniente á esta vida,
suficiente para nuestra fé , y para nuestra
adoracion; y bien circunstanciada para
desechar todos los errores con que la de
bilidad de nuestro espíritu la habria po
dido obscurecer. De aquí proceden aque
llos símbolos que la Iglesia ha opuesto á
los hereges, y conque ha armado la fédelos
.fieles. Creamos, pues, nosotros un solo Dios,
y tres personas en Dios realmente distia
Med¡tacionCCXCV. 347
tas, é iguales en todas las cosas; que tienen
todas tres la misma naturaleza ; la misma
esencia, la misma divinidad^ la misma eter
nidad, la misma sabiduria, la misma. pÓT
tencia, en una palabra, todas las mismas
perfecciones inseparables de la naturaleza
divina lo que. hace, que ellas son un soló
Dios; pero sin tener las mismas propiedad
des personales, que son incomunicables; y
esto es lo que hace tres personas distin
tas. El Padre no tiene principio, y esel prin
cipio del. Hijo, y del Espíritu Santo. El
Hijo es engendrado del Padre; y todo lo
que tiene el Padre,. exceptuada la patern¡4
dad , lo tiene el Hijo : El Hijo , pues , es
tambien principio del Espíritu Santo; pues
esta no es una propiedad de la paterni
dad. El Espíritu Santo procede del Pa4
dre, y del Hijo , como de un principio úni
co, é indivisible, y no es principio de al-í
guna otra persona, siendo él el término in
finito de las divinas emanaciones. En este
sentido, el Espíritu Santo recibe lo que es
de el Hijo; estoes, la naturaleza divina,
porque todo lo que es del Padre, es del
Hijo. De aquí se sigue , que el Padre solo
ha enviado al Hijo; y que el Padre , y el
348 El Evangelió meditado.
Hijo han enviado al Espíritu Santo... Eh
esta adorable, é incomprehensible Trini*
dad, todo es eterno , é igual. El Hijo ha
ciéndose hombre, nada haperdido de lo
que era; él es Dios, y es hombre. En nues-i
tro Señor Jesu-Christo-¿ que es Dios , y
hombre, hay una sola Persona, un Hijo, un
Cbristo bien que en él haysi dos naturale
zas... ¿Qué podemos , pues, hacer nosotros
pensando en este inefable 'misterio dela
Santísima Trinidáo1; sino postrarnos, abis
marnos, y anonadarnos delante de esta su
prema Magestad? ¡Y ó qué bondad infinita,
habernos -querido revelar la profundidad
de su Ser divino. ¡Qué caridad sin límites,
habernos querido comunicar , y hacernos
entrar á la participacion de sus bienes in-*
finitos! ¿No es, por ventura, para esto, ef
que el Padre haya enviado su Hijo; que
el Hijo nos haya rescatado, que el Espí
ritu Santo enviado del Padre y del Hijo nos
haya santificado? ¡O hombres si pensarais
lo que Diós ha hecho por vosotros , y á
lo que os destina, quánto mas desprecia
ríais la tierra ; y con qué paciencia sufri
riais todas las penas á exemplo , y sobre
las huellas del Hijo de Diós; nuestro Sal
vador!
.Meditación CCXCV.\ 349
.... Ir-
III.
Peticion y coloquio.
MEDITACION CCXCVI.
1. De la oracion. 2. De lafé.
PUNTO PRIMERO.
De la oración.
Peticion y coloquio.
Aa 4
37^
MEDITACION CCXCVH
' , . *' / . *
DEL SERMON DE LA CENA» .
S. Juan c. 17, v. 1. 5.
PUNTO PRIMERO.
it
III.
I V.
y .
Peticion y coloquio.
Bb %
388
MEDITACION CCXCVffl.
S. Juan. c. 17. v. 6. n.
PUNTO PRIMERO.
De los dos primeros títulos de recomenda
cion que Jesu-Christo presenta á su Padre
en favor de los Apóstoles.
. III.
PUNTO PRIMERO.
> III.
MEDITACION CCC.
. '.: L II. . .. V .-