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Tipo oficial
País Guatemala
Ámbito de
General
distribución
Fundación 1880
Difusión Nacional
Circulación Nacional
Orígenes
Una sociedad por acciones de capital inicial de veinticinco mil pesos fundó el Diario de
Centro América en 1880, durante el gobierno liberal del general Justo Rufino Barrios,
quien tenía como meta principal conseguir la Unión Centroamericana. La mayor parte del
capital fue aportado por Marco J. Kelly, ciudadano inglés y funcionario de la empresa de
ferrocarriles, mientras que los periodistas originales fueron José Milla y Vidaurre, Eugenio
Dubassassay, Franciso E. Galindo, Julio Rossignon y José Esteban Sánchez. El primer
ejemplar circuló el 2 de agosto de 1880. El nombre de Centro América surgió del deseo de
dar a conocer las noticias de los acontecimientos importantes en los Estados de
Centroamérica.1
En los primeros años se publicaron muchas de las obras de José Milla y Vidaurre, pero con
la muerte del escritor en 1882 se produjo la primera crisis del rotativo: la oración fúnebre
que pronunció Francisco G. Galindo -uno de los directores del Diario- durante el seperio
molestó a ciertos personajes influyentes de la vida política de Guatemala. Esto forzó a que
el periódico fuera vendido al español Gregorio Carrión Martínez de la Rosa, quien llevó el
periódico a un prematuro declive. A pesar de los intentos del licenciado Francisco
Lainfiesta de recuperar a la institución, ésta tuvo que dejar de circular por unos meses
cuando tanto Lainfiesta como su amigo, el licenciado Lorenzo Montúfar marchaban al
exilio tras oponerse abiertamente a los tratados por los cuales el gobierno de Barrios cedía
los territorios guatemaltecos de Chiapas y Soconusco a México.2
En 1900, dos años después de haber tomado posesión como presidente, el licenciado
Manuel Estrada Cabrera compró al periódico y a la Tipografía La Unión, con lo que la
publicación pasó a ser semi-oficial. En ese época era director del periódico el periodista
Víctor Miguel Díaz -conocido como «El viejo Reporter» por ser el autor de numerosos
artículos para los principales periódicos y revistas de Guatemala3- y quien por su profundo
sentimiento religioso escribió notas de expectación y crónica de las procesiones de Semana
Santa; en estos artículos aparecen datos históricos de las esculturas y las procesiones de
Pasión, así como los estrenos de parafernalia que se iban a presentar en las procesiones de
esos años.3
Por fin, luego de días de incertidumbre, Rufina Roca de Monzón les proporcionó refugio en
el segundo piso de su casa, en el número 29 del callejón del Judío de la ciudad de
Guatemala, pero un espía los delató, de tal suerte que a las tres de la mañana del 20 de
mayo la casa fue rodeada por un fuerte destacamento de soldados. La tropa derribó a
culatazos la puerta de la casa e intentó subir por las escaleras al segundo piso. En ese
momento se inició el intercambio de fuego. Hacia las seis de la mañana los conspiradores
se encontraban agotados y sin cartuchos. Entonces decidieron cumplir su pacto y morir
antes de ser atrapados por el Gobierno: se formaron en línea y se suicidaron dándose cada
uno un disparo en la sien.6 El diario oficial, Diario de Centro América, llegó incluso a
publicar el informe de la detallada autopsia hecha a los autores del malogrado magnicidio.7
Al mismo tiempo que los perpetradores del atentado intentaban huir, se producían muestras
de adhesión al presidente, provenientes de todos los clubes liberales del país y de cuanta
entidad gubernamental existía. Estas fueron publicadas en las primeras planas de los
periódicos oficiales El Guatemalteco y Diario de Centro América. Fue tal la cantidad de
estos manifiestos que no terminaron de publicarse sino hasta finales de junio de 1907,
aunque fueron enviados el mismo día del atentado.