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CIENCIA FICCION: EL HUMANISMO DE HOY* La ciencia y los origenes de la CF a ciencia ficcién —dicen los teéri- cos del género Robert Scholes y L=: S. Rabkin- s6lo pudo empezar a existir como forma literaria cuando al ser humano le resulté conce- bible un futuro diferente. Antes de Newton, de Darwin y de Marx, tal modo de encarar Ja realidad era poco menos que inconcebible. El primero demostré que las leyes que rigen en el Universo rigen también en la Tierra y de ese modo faci- 1it6 el trabajo de extrapolacién cientifica propio de la ciencia ficcién; el segundo afirmé que las especics animales no han sido siempre las mismas y el tercero, que las formas de organizacién social han cambiado con el tiempo, con to cual pro- porcionaron fundamentos a la concepeién evolucionista que es también parte de la estructura del género. Quienes han definido esta modalidad literaria toman en cuenta esta particulari- dad sefialada. David Ketterer sostiene que toda CF sugiere una realidad nueva y a menudo visionaria;' para Michel Buttor la CF es “ta literatura que explora el campo de lo posible tal y como Ia ciencia nos permite vislumbrarlo”;? para Umberto Eco la CF es la narrativa de la conjetura y * Ensayo de Antonio Mora Vélez Publicado en el Suplemento de Et Herald de Barranquilla el dia 8 de octubre de 1989. ' Ketterer David. Apocalipsis. Utopia, CF. Edic. Las paralelas. Buenos Aires, 1976. 2 Buttor Michel. La crisis de desurratio de ia CF.1953, 37 ¢s realizada “mediante la extrapolacién de ciertas tendencias del mundo actual, que constituyen la posibilidad misma de un mundo futurizable;? y para Amit Goswani la CF “es el género de Ia literatura que se ocupa de los cambios que se producen en la ciencia y en la sociedad” * Esta visién dialéctica, cambiante, histérica, del mundo no fue posible sino hasta c! adve~ nimiento de la ciencia modema. No es casual que varios de los tratadistas arriba citados sefialen como precursores del género a narradores del siglo XIX. Para Gattegno la ciencia fic- cién data de 1895, afio en el que Herbert G. Wells publicé La maquina de! tiempo; segiin Umberto Eco, quien iden- lifica los conceptos CF y Anticipacién, el precursor es Julio Verne con 20 000 leguas de viaje submarino (1870); en cambio los citados Scholes y Rabkin sefialan la obra Frankestein (1818) de Mary Shelley, como la primera del género. basados en que en ella “la cien- cia hace plausible lo fantastico” y en que el prefacio del libro, escrito por Percy Bysshe Shelley, sostiene que “algunos tatadistas alemanes de fisiologfa han supuesto que no es del todo imposible el} hecho en que se fundamenta esta no- vela...".5 3 Eco Umberto, “La CF: el arte de la conjetu- 1a", Suplemento Intermedio, Barranquilla, 1985, agosto 4 * Goswani Amit. “CF: una doble expenencia de la realidad”, £! correo de la Unescu, noviembre de (84 $ Scholes y Rabkin, CF: Hixtoria-Ciencia- Prospectiva, Taurus, Mads Antes de la CF existié la literatura fantdstica, que se distingue de la realista en que su mundo posible es estructural- mente distinto del real, ya que existe una oposicién entre ambos, que no permite franquear las barreras que los separan. En la CF, como dice Gattegno, exigimos la raz6n de ser cientifica, Iégica, del argumento; en tanto que en la literatura fantéstica aceptamos su trama sin dis- cusién. “La verdadera esencia de lo fan- tustico ~dicen Scholes y Rabkin- no tiene nada que ver con lo real" La CF, por el contrario, si, puesto que se ocupa de Ia realidad en lo ms especificamente humano de ella: tratando cl tema del Progreso de nuesiros conocimientos sobre el Universo y ¢] lugar que ocu- pamos en él, que es tanto como decir, la condicidén misma del hombre sobre la tierra. La anterior dicotomia existente entre las literaturas realista y fantistica s¢ acabé con el surgimiento de lu ciencia moderna y la aparicién en escena de la ciencia ficcién. La raz6n es que Ia cien- cia es de suyo fantdstica y que ha justifi- cado y hecho posible la realizacién en el mundo real de sus fantasias. La teoria de Ja relatividad de Einstein es no sélo una teoria cientifica sino una fuente de fan- tasias que excede los limites de la imagi- nacién cotidiana. Hoy, con base en Jo anterior, los escritores de CF sostenemos que ella es la literatura realista y fantastica de nues- tra era y no existe contradiccién en ta afirmacién. Carlo Frabetti dice que la CF es “por su propia naturaleza, a la vez ® Scholes y Rabkin. op. cit 58 fantéstica y cientifica"? y para Marcos Winocur es “lo magico con pasaporte de legalidad ciemifica™* Estructura del género: papel de Ia ciencia en é La ciencia juega un papel determinante en la aparicidn y en la esctructura de la CF, pero no la define totalmente. Para quienes manejan el criterio de la untici- pacidn cientifica como elemento medu- lar del género, es esencial que el relato se sujete a los cénones de la ciencia y que la prospeccién sea posible desde e! punto de vista de la légica cientifica. Es la llamada CF “dura”, caracterizada por su rigor cientifico. Pero no todos los narradores del género pensamos de ese modo. En Ia actualidad hay otras va- riantes que estiman que la CF ha desplazado su centro de interés hacia la influencia social y sicolégica de las ciencias y que aceptan la validez de una obra de CF, independientemente de que manejen teor{as cientificas 0 no. siem- pre que reflejen el espiritu de la época generado por el caracter revolucionario, transformador, de Jas ciencias, Evgueni Brandis, critico soviético, dice: “La tendencia divulgadora no es fundamen- tal en la CF de nuestro tiempo. En primer plano se colocan los problemas sociales, psicoligicos, éticos o filoséfi- 7 Frobetti Carlo, Ciencia Fiecivin. 6a. colec- ‘ei6n, Bruguera, Barcelona, 1972 © Winocur Marcos. CF “;lmaginactén creadora 0 evasién”", revista Plural, México, DF niim, 163, abril de 1985. cos”.* Tal desplazamiento ha ampliado el papel de la imaginacién en el género y orientado su norte hacia el humanismo. Ademas del espi renovador, la ciencia le aporta al género su léxico y su método, Hamado “de Ia conjetura” por Umberto Eco. Sélo que ta CF procede al reves. Mientras las ciencias explican un resultado real mediante una ley posible que luego verifican o descartan, la CF imagina una realidad y Ia fundamenta en una ley real o imaginaria, en un pre- supuesto cientifico, y no se preocupa por verificar el resultado imaginado, sino que lo deja a la historia o a la eternidad, como dice Eco, Cabe sefialar aqui que la CF utiliza también como presupuesto a la llamada seudociencia y que ¢n muchos autores, al lado de términos y teorfas cientfficas, figuran otros de su total inventiva. Pero en ambos casos el escritor debe con- vencer al lector de que sus fantasias cicntificas son posibles en otro tiempo o en otros mundos. Los grandes temas de la CF Los tres grandes temas de lu ciencia fic- cién son: los viajes a través del tiempo, Jos viajes a través del espacio, los proble- mas originados por las ciencias y por la evolucién del hombre y de la sociedad. Al primer gran tema pertenecen las novelas de anticipacién de Julio Verne y Jas que tratan de la Hamada “conquista 9 Brandis Evgeni. “En el mundo de la fanta- ciencia”, revista Literanura Soviética iim. 1 (403) de 1982, del tiempo”, de la cual Isaac Asimov, con su novela El fin de la erernidad es uno de sus mejores cultores. Al segundo tema pertenecen las Hamadas “odiseas espaciales” y aquellas novelas que manejan la tesis de los mundos parale- los, de las dimensiones cocxistentes. Al tercer gran tema pertenecen las utopias y la llamada CF apocaliptica. La CF contemporinea sigue viajan- do a través del tiempo y del espacio y explorando los temores producidos por las ciencias, pero con el criterio realista de estudiar las posibilidades de super- vivencia del hombre. centrando el andli. sis en su capacidad moral ¢ intelectual. Miis que Ia prediccién de méquinas ma- ravillosas y de mundos ex6ticos, al hom- bre le interesa saber si el imperio de la 1az6n resistird la prueba de los siglos. El humanismo de nuestra época En la CF actual —afirma Brandis~ domi- na cl psicologismo que es inseparable de Ja ética. La raz6n estriba en que de Ja ciencia depende el destino de la civi- lizacién y como aquéila es, de suyo. ajena al problema moral o politico, su manejo, la orientacién que las naciones Je den, ha pasado a ocupar un primer lugar en el catilogo de las grandes preo- cupaciones humanas. Dado que la cien- cia ocupa un lugar en la estructura del género, como hemos visto, éste es ¢! nico que puede examinar las tendencias del desarrollo y sefialar salidas 0 correc- tivos para los problemas que aquélla oca- sione. La CF es medularmente evolutiva, ‘no entiende la sociedad en forma estéu-

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