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UN COLEGIO CON MUCHOS CAMBIOS

En febrero de 2010 fue creada la Institución Educativa Loyola para la Ciencia y la Innovación
a través de un convenio entre la Secretaría de Educación de Medellín, la Fundación Loyola
y el SENA.

Esta era nueva comunidad educativa con énfasis en las ciencias y la tecnología, en ambientes
de aprendizaje que propicien el avance del conocimiento, la integración con la investigación,
la innovación y el emprendimiento y con metodologías que garanticen la formación de
competencias básicas, la búsqueda de la excelencia y el fomento a la creatividad. Para sus
inicios, el colegio Loyola estuvo ubicado en la Carrera 64AA No 113A - 04 en el
barrio Toscana de Medellín, un lugar desconocido para la mayoría de los estudiantes que allí
se habían reunido, muchos pensaron “en qué me he metido, qué es esto” pues su planta física
no era muy deseable ni concordaba con toda la tecnología que prometía el colegio, no había
edificios ni nada moderno, al principio los estudiantes recibían sus clases en el suelo, hacían
falta recursos, pero sobraba motivación.

Desde su inicio concibió tener una tecno academia en sus instalaciones y es así como para el
2015 se beneficiaron no solo los 320 estudiantes del Colegio Loyola sino también otros 1.393
estudiantes de 35 instituciones educativas de los municipios de Medellín, Copacabana, Bello,
Itagüí y Envigado. Las instalaciones del SENA no fueron los únicos recursos que adquirió
el colegio, a medida que los años avanzaban diversas entidades hacían donaciones como
computadores, pantallas, video beams, entre otros, por ejemplo, para el año 2017 la
institución recibió una donación de un total de 13 nuevas mesas en aluminio, completamente
nuevas para nuestro restaurante gracias a la gestión de Jaime Zea, miembro de Junta Directiva
de la Fundación Loyola, además la Secretaría de Educación, en cabeza del Dr. Luis Guillermo
Patiño, gestionó y permitió que el colegio recibiere la totalidad de una donación aportada
por la empresa PROTECCIÖN S. A. que constaría de muebles para distintos lugares de la
institución, especialmente la nueva biblioteca.

Pero, fue durante ese mismo año 2017 que se hizo mucho más notable una oleada de
inconformidades con la planta física que era propiedad de la fundación Loyola, muchas de
las instalaciones presentaban grietas, humedades, problemas de energía, daños en los techos
y los pisos; por lo que el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres
(Dagrd) emitió un concepto de peligro inminente, por fallas estructurales y ante algún tipo
de fenómeno telúrico. Dado que los daños avanzaban rápidamente, todos se quejaban de la
situación y las posibilidades de reparación se hacían más pequeñas, la mejor salida a esta
situación era la reubicación de los estudiantes y personal de la institución en un mejor lugar.

El 9 de enero de 2018 se llegó al acuerdo entre el ITM y el municipio de Medellín, de que


los estudiantes del colegio Loyola compartirían la sede con quienes se benefician de los
programas de formación que allí se prestan. Ya los estudiantes acudirían a la nueva
instalación ubicada en la Cra. 65 #98 A-75, Medellín, Antioquia; con el fin de tener una
reunión informativa sobre lo que implicaba el cambio de sede. El horario de los estudiantes
ahora sería de 6:00 am o 2:00 pm, tendrían que pagar $5000 semanalmente para trasladarse
a Tecno Academia, entre otros aspectos que generaron malestar principalmente entre los
estudiantes y algunos docentes y padres.

Durante el principio del presente año escolar, las inconformidades se han hecho evidentes,
los estudiantes se sienten restringidos a una libertad que tenían en la instalación anterior, no
cuentan con espacios para realizar actividades lúdicas y deportivas, tampoco lugares
adecuados para realiza laboratorios, las sillas universitarias no se consideran como un
facilitador para el trabajo en equipo, la realidad es que los estudiantes se sienten en un lugar
que no les pertenece y al que ellos tampoco pertenecen, pues si bien es cierto en esta nueva
instalación hay muchos más recursos y comodidades, como el internet, salas de computación
y bibliotecas esas cosas no pueden hacer una historia como la que se había estado
construyendo en el lugar donde el Colegio Loyola inició.

Por el momento no está en mente reubicar a los estudiantes a otra sede diferente a la del ITM
Castilla. El subsecretario aseguró que los colegios que se están construyendo y se van a
construir en la ciudad ya fueron asignados de acuerdo a otras necesidades educativas. Solo
queda esperar a que la historia después del cambio de sede se escriba sola.

Por: Mariana Tamayo Álvarez

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