Observación aúlica. (Fragmento extraído del texto: “La vida en las aulas” de Philip W.

Jackson).

“La señora Theresa Henzi fue mi profesora de álgebra del primer año del colegio
secundario, en el año 1942 (…) Era una mujer corpulenta, más baja que el promedio, de
apariencia casi regordeta y de vestir poco distinguido (…) Tenía tobillos gruesos y
llevaba unos anteojos octogonales sin marco cuyos cristales reflejaban la luz la mayor
parte del tiempo, lo cual hacía difícil leer la expresión de su mirada (…)
Lo que recuerdo más vívidamente de la tempranas clases matutinas de la señora
Henzi es el modo que tenía de revisar las tareas para el hogar (…) Normalmente se
trataba de ejercicios de ecuaciones extraídos del libro de texto en los que se pedía
simplificar las operaciones y despejar el valor de x.
La señora Henzi revisaba cuidadosamente cada solución (como lo hacíamos
todos los demás que nos hallábamos sentados), y prestaba atención no sólo al resultado
sino también a cada paso dado para llegar a él (…)
La parte más memorable de esta rutina diaria habitualmente ocurría en medio de
cada una de esas rondas de cálculos en la pizarra antes de que ni siquiera el más veloz
de los alumnos hubiera terminado su trabajo. En algún momento, la señora Henzi
ladraba una orden que ya se había convertido en hábito. Sin embargo, el instante preciso
en que la daría siempre era inesperado, además el volumen de esa exclamación hacía
que toda la clase reaccionara con un sobresalto: ¡Mucho ojo!, tronaba (…) el efecto de
cada una de esas exclamaciones, además de sobresaltar a todos, era impulsar a quienes
permanecíamos sentados a examinar con renovado fervor la pizarra en busca del error
que la señora Henzi con su mirada de rayos X parecía haber captado casi antes de que se
cometiera.
(…) Esa era la manera en que se enseñaba álgebra por aquellos días o por lo
menos esa era la manera en que la aprendíamos. No se hacía ningún esfuerzo por
inculcarnos el entendimiento que hoy procuran los profesores de matemática.
Aprendíamos a resolver ecuaciones y punto. Y lo hacíamos aplicando reglas (…) En el
término de unos pocos meses logré convertirme en un conductor bastante bueno de la
máquina de “averiguar el valor de x”, salí de aquella experiencia con el firme deseo de
continuar estudiando matemática (…) ¿Qué más, aparte de las reglas de álgebra, aprendí
durante su tutela?(…) Tal vez una comprensión más esencial tenía algo que ver con el
hecho de darse cuenta de que las cosas difíciles pueden llegar a ser fáciles si uno las va
dominando paso a paso (…).
Modelo curricular abierto
- Se concede importancia a las
diferencias individuales y al contexto
socio cultural integrando las
influencias externas en el desarrollo
del programa educativo que esta
abierto a continua revisión y
reorganización.
- Énfasis en el proceso.
- No hay una separación estricta entre
el que elabora el programa y el que lo
aplica
- Profesor como profesional
Currículum Prescripto
- Documento escrito, oficial (CBC)
- Responde a una política educativa
propuesta de principios generales,
mínimos que serán moldeados en la
institución y luego en el aula.
Currículum Oculto
- Latente, implícito o tácito.
- Aquellos valores, creencias,
conductas que subyacen a los
mensajes que se transmiten en la
escuela, relacionados a una
determinada ideología.
Modelo curricular cerrado
- Enseñanza lineal, acumulativa,
idéntica para todos los alumnos.
- Se centra en los resultados.
- Reparto de funciones entre los
responsables de elaboración y
responsables de su aplicación
- Docente como técnico
Currículum Real
- En acción, vivido.
- Lo que ocurre en el aula frente a
situaciones cotidianas. Concretado por
los agente educativos
Currículum Nulo
- Lo que no se enseña, no aparece, no
está escrito.
- ‘.