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La notificación en la cesión de créditos de consumo.

El cambio al sistema de publicidad registral del Código Civil y Comercial.

Introducción.

La crisis de diciembre de 2001 que ha sufrido nuestro país, crisis social y colapso del sistema
financiero, supuso un incremento alarmante en la cantidad de créditos en situación de impagos
(definidos en inglés non-performing loans) que registraban todas las entidades financieras por
aquellos años.

Ante este panorama, de crisis financiera e inestabilidad política, surge un nuevo negocio para las
entidades bancarias instrumentado a través de la figura de la “Cesión de Créditos”. Con esto no
negamos la utilización previa por parte de alguna institución de este contrato, sin embargo,
corresponde destacar que el quiebre económico del año 2001 ha sido el momento de nacimiento
de las denominadas “ventas de cartera” en masa.

Las primeras instituciones confeccionaron bloques de créditos en situación de mora de diversas


naturalezas como lo pueden ser los saldos impagos de cuentas corrientes, deudas originadas por
consumos de tarjetas de crédito, préstamos hipotecarios y créditos para el consumo. Todo ello de
forma improvisada.

Se buscaba disminuir el impacto negativo en los índices financieros y de morosidad y al mismo


tiempo hacerse de la liquidez necesaria para continuar la operatoria en épocas de crisis. Por otro
lado, se abrió un negocio para los denominados “estudios de cobranzas” y los fideicomisos
financieros que encontraron una rentabilidad mas que interesante.

Con el correr de los tiempos y la flexibilidad que presenta el derecho mercantil, se ha hecho cada
vez mas habitual que entidades financieras y no financieras recurran a la cesión de créditos en masa
ya no en busca de la oportunidad de limpiar sus ratios de mora, si no como una verdadera
oportunidad de hacerse con fondos líquidos.

Las denominadas ventas de cartera en sus modalidades “sin recurso” o “con recurso” resultan ser
verdaderas cesiones de crédito o cesiones en garantía que permiten a las instituciones conseguir el
dinero necesario para continuar desarrollando el negocio de crédito. Tal relevancia tiene este
negocio para el financiamiento de las instituciones que se han ido perfeccionado hasta tal punto en
que se han instrumentado mediante la compleja estructura de Fideicomisos Financieros.

Por otro lado, las numerosas dificultades que nos plantea el recupero judicial de deudas y la
irrupción de la colocación de créditos por medios digitales y carentes de todo instrumento ejecutivo
hacen aun mas atractivo este negocio que en la practica no es tan sencillo como parece.

La notificación en el régimen del Código Civil.

En efecto, la cesión de los créditos se encontraba regulada en el Código Civil de Vélez a través del
articulo 1434 el cual establecía que habría cesión de créditos cuando una parte (Cedente) se obligara
a transferir a otra (cesionario) el derecho que poseía contra su deudor, entregándose el titulo del
crédito, si este último existiere.
A su vez, el Código de Comercio aceptaba la prenda de títulos de crédito negociables en el comercio
mediante su artículo 583, otorgando la posibilidad de generar una garantía derivada de la propia
colocación habitual de los créditos de la entidad.

En la práctica para realizar la cesión de créditos entre partes o a través de un negocio fiduciario y
que esta no resultara nula debía ser realizada por escrito, en instrumento público o privado “con
fecha cierta” (Art. 1454).

A su vez, se lograba la oponibilidad de la cesión frente al deudor cedido mediante la notificación y


la aceptación expresa o tácita de este o mediante presunciones legales (art 1459, 1462,1463), sin
embargo, en cuanto a la oponibilidad erga omnes, es decir contra todo tercero con un interés
legítimo como pueden ser los acreedores del cedente o cesionario, la cesión será oponible si la
notificación al deudor cedido se hubiera realizado por “acto público”. (art. 1457).

Los analistas más rígidos, entendían que el acto público solo podía ser aquel instrumentado por Acta
Notarial, Telegrama Colacionado o Carta Documento.

Ante este panorama, la doctrina dividió sus opiniones, entre quienes consideraron que siempre
resultaba necesaria la “escritura pública” o el “instrumento público”; mientras que otros autores y
fallos de los tribunales, con mayor sentido práctico, entendieron que bastaba con acreditar la “fecha
cierta”, tal como lo sostuvieran Colin y Capitant en la más alta jerarquía de la doctrina francesa. [1]

Fue labor de la doctrina especializada y jurisprudencia del fuero comercial diseñar algunas
alternativas para sortear las dificultades que suponía la exigencia de la notificación por acto público.
Sin establecer orden de preferencia algunas de las soluciones usuales fueron: a) Notificación por
Instrumento Privado; b) Notificación por telegrama colacionado o carta documento; c) Notificación
por edictos; d) Notificaciones mediante leyenda de facturas, tickets o carteles. [2]

La notificación en el Nuevo Código Civil y Comercial.

El actual Código Civil y Comercial ha puesto fin a la notificación por acto público en las cesiones de
derechos crediticios y con ello a las controversias surgidas a partir de la efectividad real del sistema
establecido por el código derogado. Pues es improbable que la notificación por acto publico al
deudor diera real notificación a todos los terceros interesados, y no era más que una simple ficción
del derecho.

Es mediante el artículo 1620 que se estableció que la notificación puede ser realizada mediante
instrumento público o privado con “fecha cierta”. De esta forma el legislador ha acertado en
mantener un criterio amplio respecto a la cuestión, por cuanto mantiene el sistema de publicidad a
terceros permitiendo su vez la viabilidad económica y práctica del negocio.

Explica Lorenzetti que la notificación es un acto unilateral recepticio por medio del cual se comunica
al deudor la existencia de la cesión. El código la adopta como un sistema de publicidad de la
transmisión de derechos – básicamente crediticios - frente a todos los terceros.

Se mantiene el criterio seguido por el código derogado, el que fuera criticado en virtud de que
respecto a los restantes terceros la notificación al deudor no es más que una ficción que nada
garantiza que ellos tengan conocimiento del negocio por esta vía.
Ante las críticas el ministro de la corte responde que en los hechos la notificación no cumple la
función practica de anoticiar a los terceros interesados distintos del deudor, aunque se utilice la
escritura pública, es por ello que se ha propuesto la utilización de un sistema de publicidad registral
sobre todo en cuestiones de transferencia de cartea de créditos en donde pueden encontrarse
involucrados consumidores. [3]

Resulta viable la aplicación de un sistema de publicidad registral, criterio ya aceptado por la


jurisprudencia toda vez que el Decreto 659/1947 en su articulo 6 establece la autenticidad de los
documentos publicados en el Boletín Oficial. [4]

En otras palabras, la autenticidad y publicidad que le Boletín Oficial les otorga a los avisos les da a
estos, además, la fecha cierta necesaria para cumplir con los requisitos de la notificación de la venta
de cartera.

La información al consumidor y el contenido mínimo de la publicación.

No cabe dudas de que el sistema de publicidad registral resulta ser el mas efectivo en torno a la
problemática de la notificación sobre la cesión de carteras y otros negocios fiduciarios, sin embargo,
no deja de estar ajeno a las críticas desde la óptica del régimen de consumo.

Si tenemos en cuenta que los destinatarios de la notificación resultan ser los terceros interesados,
acreedores del banco cedente y del banco cesionario (y el propio cesionario que pasara a ser titular
del derecho una vez realizada la notificación), esto no presentaría mayores complicaciones ya que
podríamos suponer que resultan ser terceros institucionalizados, expertos en las practicas bancarias
y con solvencia suficiente para realizar o encomendar un seguimiento de los negocios de las partes.

Sin embargo, el concepto de terceros incluye al deudor cedido, deudores mancomunados si existiera
pluralidad de deudores, garantes y avalistas de la obligación, tal como se ha establecido
jurisprudencialmente. [5]

Teniendo en cuenta que el consumidor puede ser tercero interesado y que debe ser notificado
debemos definir el contenido mínimo de la notificación, armonizando la legislación ya analizada con
el “deber de información” al consumidor del artículo 4 de la ley 24.240, sus modificatorias y
receptado por el art. 1100 del Código Civil y Comercial.

En este sentido corresponde establecer que no es necesario que el consumidor tome conocimiento
peno de todas las cuestiones referidas al negocio de las partes, negocio que por otro lado es entre
privados, y que quizás no logre comprender en su totalidad por resultarle extraño. La información
que debe ponerse en la orbita de conocimiento del consumidor es aquella que le permita
representarse que su obligación ha sido objeto de una cesión, con el fin de identificar a su nuevo
acreedor. Por cuanto estimamos que debe ser suministrada solo aquella información relevante para
el contrato como lo es la identificación del acreedor o el lugar de pago.

La información proporcionada debe ser cierta, detallada, suficiente y gratuita, con la claridad
necesaria que permita al consumidor comprender los efectos de la cesión notificada.

Dicho esto, pareciera que continúa siendo aplicable la solución ofrecida por el articulo 1460 del
antiguo código, en cuanto no obligaba la transcripción literal del contenido de la cesión, tan solo se
se limitaba a enunciar que debía hacerse conocer la cesión y la sustancia de ella.
Podríamos definir que dentro de los datos a proporcionar en la notificación resultarían
imprescindibles los siguientes datos: a) Partes; b) Negocio; c) Fecha de contrato; d) Fechas de
originacion de los créditos cedidos e) Nómina de deudores cedidos. f) Lugar de pago.

A la luz de las normas analizadas comprendemos que no se requiere que la notificación publicada
enumere de los datos personales de cada uno de los deudores cedidos. La publicación de avisos
comerciales que destaquen nombres y apellidos, DNI, o CUIL de los deudores cedidos pareciera ser
innecesaria y por demás onerosa para las partes en la negociación.

El espíritu de la norma apunta a que se le permita al consumidor representarse que una obligación
de la que resulte deudor ha sido objeto de una cesión de derechos modificando aspectos
fundamentales del contrato de consumo. En otras palabras, debe darse la posibilidad de que este
pudiera ubicarse dentro de la masa de deudores a través de definiciones claras acerca del tipo de
productos cedidos, fechas en que se originaron, localidades de los deudores, o cualquier otro dato
de relevancia y fácil comprensión.

En cuanto a la nomina de créditos cedidos, esta debe ser detallada y puesta a disposición del
consumidor interesado de forma simple, sencilla y gratuita a través de una consulta mediante la
web institucional de la entidad, correo electrónico, consulta telefónica o bien en las oficinas
comerciales del cedente donde ha realizado la contratación del servicio financiero.

Modelo de Edicto Aplicable:

Se hace saber que mediante el Contrato de Cesión de Créditos de Fecha 16 de enero de 2018, El
Banco A (El “CEDENTE”) a cedido al Banco B (El “CESIONARIO”) los prestamos personales detallados
en dicho contrato, correspondientes a créditos originados por el cedente entre las fechas 01/04/17
y 31/08/17 en todo el territorio de la República Argentina. Nomina de créditos y deudores cedidos a
disposición en de los interesados al numero 0810-235-6655 o en las oficinas del Cedente sitas en
calle San Martin n° 200, cp 1002, de la Ciudad de Buenos Aires. El presente importa notificación a
los deudores cedidos y terceros con un interés legítimo en los términos del articulo 1620 y
concordantes del Código Civil y Comercial de la Nación.

Conclusión:

La evolución de los negocios, los grandes volúmenes y las nuevas formas de contratación nos obligan
a mantener una interpretación amplia y flexible acerca de las cuestiones de derecho comercial. Por
su naturaleza resulta ser la rama de derecho mas viva, y en constante evolución por ir detrás de los
negocios regulando la actividad con un sentido práctico.

Las dificultades acerca de la notificación por “acto público” en las cesiones de crédito eran producto
del contexto en el cual Vélez Sarfield había redactado su Código Civil y a un defecto de traducción
en sus fuentes. Al parecer el jurista tuvo errores de aplicación sobre los términos “Acte
Authentique”, “Acte Significatif” y “Acte Publique” enunciados en el Código Civil Frances obra de
Arbry y Rau. [6]

Es por ello que celebramos la interpretación amplia que ha tenido el legislador al redactar el actual
Código Civil y Comercial de la Nación que permitirá una alternativa de fondeo institucional rápida y
eficaz con menores costos de notificación.
La legislación analizada es producto de elaboraciones doctrinarias y jurisprudenciales, y debe ser
analizada juntamente con las normas de derecho de consumo reafirmadas por el compendio
normativo vigente, pues seria un error desconocer al consumidor deudor como primer tercero
interesado en el negocio.

En conclusión, la cesión de créditos como negocio jurídico ha mantenido el requisito de la


notificación al deudor y a los terceros con un interés legítimo, pasando de un sistema de notificación
por “Acto Público” a un sistema de “Publicidad Registral” que reduce los costos operativos y cumple
con los objetivos evitar maniobras fraudulentas y reafirma la obligación de información al
consumidor.

Referencias Bibliográficas:

[1] COMPAGNUCCI DE CASO, RUBEN. La cesión de derechos en el nuevo Código Civil y Comercial.
Numero extraordinario de la revista Anales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales UNLP 2015.

[2] BERNACIAK SOFIA. La notificación mediante acto público en la cesión de créditos en masa.
Revista Argentina de Derecho Comercial y de los Negocios – Numero 7 – IJ Editores– Julio 2013.

[3] LORENZETTI RICARDO LUIS. Código Civil y Comercial de la Nación Comentado / dirigido por
Ricardo Luis Lorenzetti- 1era edición – Santa Fe – Rubinzal Culzoni, 2015 – Tomo VIII.

[4] JURISPRUDENCIA: Voto del Dr. Cuartero en CCom, Sala D, 09/04/1991, ED-145-400.

[5] JURISPRUDENCIA: Fallo, en pleno, CCom, 18/04/1975, LA LEY – 1975-B-675.

[6] COMPAGNUCCI DE CASO, RUBEN. Cesión de Créditos. LA LEY – Año 2002 - Pag 147.

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