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La lectura enriquece la imaginación – Alejandro Heredia

“Si sales ileso de un libro es que nunca has entrado”, DirtyHarry, Calígrafo, diseñador y
sobre todo soñador. ¿Alguna vez se han preguntado que es la lectura?, según la Real
Academia Española: acción de leer, y leer es definido como comprender el sentido de
cualquier tipo de representación gráfica pero ¿de verdad esta frase es capaz de definir tan
grande expresión?, la lectura definitivamente significa más, mucho más que eso. La lectura
no se puede definir con tanta simpleza siendo la responsable de tantas maravillas del
mundo. Siendo la responsable de mundos paralelos, la culpable que aquel se haya
interesado por los animales y termine como veterinario, siendo la responsable de educar al
ignorante, y de sorprender al indiferente. La lectura logró que aquel niño conociera la luna,
o que alguien conociera el amor por primera vez. No, no es fácil definir la lectura.

Dicen por allí que no hay peor ciego que el que no quiere leer, y estoy completamente de
acuerdo con esa frase, pero jamás le negaré una mano al desafortunado que sufra según su
propio diagnóstico bibliofóbia, o mas bien, jamás le negaré un libro, porque si de algo estoy
convencido es que nosotros no encontramos la lectura, ella nos encuentra, y cuando digo
que nos encuentra, de verdad nos encuentra y nos atrapa y jamás nos dejará ir, a pesar de
que por momentos nos peleemos con la lectura, la arrinconemos o inclusive la desechemos,
es imposible separarnos, porque de verdad cuando un renglón es para uno, lo es, y cada
carácter, cada mancha de tinta o cada celda en el caso del braille, se convierten en parte de
ti, y fluyen junto al viento y llegan al cerebro de la mano del corazón.

La lectura enriquece la imaginación… Frase conocida, y hoy en día, salvando la extinción


de los lectores apasionados, pero, yendo en términos menos poéticos y embellecedores
¿Cómo es posible que podamos imaginar escenarios imposibles tras un agrupamiento de
sílabas?
Cuando pensamos en esto, lo más posible es que se nos venga a la mente una palabra que
todo lo puede, imaginación.
La imaginación es un proceso psicológico que vamos desarrollando desde pequeños, y que
con cada paso que damos en el mundo, crecerá la creatividad de esta si se va por un camino
correcto. La imaginación es completamente personal, y depende de cada uno de nosotros,
depende de nuestras experiencias y gustos que tengamos, pero es relativamente
impresionante la capacidad que tenemos para realizar esta acción. En serio.
Por cierto, ¿sabías que cuando imaginamos una escena oscura nuestra pupila se dilata y
cuando imaginamos el sol por ejemplo, se encoje?, impresionante ¿no?, ¿quien iba pensar
que imaginar nos produciría hasta cambios físicos?.
Ahora, regresemos a la lectura. Muchos de nosotros por convicción de la lógica pensaremos
que la lectura por naturaleza crea escenarios, y sí, en teoría sí, pero pongámonos a pensar, si
yo leo “hay un sol atrás del árbol”, posiblemente me pasará por la cabeza un sol tras un
árbol, pero si leo “Y allí se encontraba radiante aquel inmenso astro que sonrojado se
ocultaba tras un frondoso y verde árbol de manzanas”, posiblemente hasta me saboreé la
fruta mencionada. ¿Ahora me doy a entender? La imaginación profunda se la debemos al
autor, a aquel que posiblemente se pasó horas tras un escritorio, o en el camino a casa, o
que se yo, y que guardo sus sueños, sus ideas o sus preocupaciones tras una hoja de papel.
Se la debemos al dramaturgo de mentes, al director de aquella que por un momento se
convirtió en la película más triste jamás filmada pero si vista por miles, o la más graciosa
del siglo, se la debemos al artista, al que entrego su corazón lleno de sueños y lo compartió
y convirtió en miles de sueños más y los metió en otros tantos corazones.
Se la debemos a cada adjetivo que sin dudarlo, se escribió para formar una historia, que con
miedo o no a ser rechazada, se le dedico sangre y alma.
Pero no nos enredemos tanto en esos temas, porque me llevaría una eternidad hablar del
autor y sus caprichos como aventurero.
La lectura es capaz además de hacernos imaginar, cambiarnos, literal, cambia nuestra forma
de pensar, cambia nuestra forma de ver el mundo, de sonreír, de llorar, de vivir.
Alguna vez en alguna parte de Brasil, se hizo un proyecto llamado "remisión por la lectura"
que establecía que los presos podrían descontar hasta 48 días de sus sentencias cada año por
la lectura de un máximo de 12 obras, las que fueran, y al final el juez leería los ensayos y
por cada volumen descontaría 4 días de sentencia. Alguna vez Jorge Luis Borges dijo
“Hablar de la lectura obligatoria es como hablar de la felicidad obligatoria”, una frase para
reflexionar con detenimiento. Y sí, los presos terminaron cambiando su carácter y abriendo
los ojos al nuevo mundo que les deparaba, donde jamás, jamás sería lo mismo.
Y mucha gente se preguntaba ¿Cómo es posible que por leer un libro se le reste tiempo de
cárcel a un delincuente?, pero, por lo menos yo, no lo hubiera dudado ni un segundo si en
mis manos hubiera estado el implementar o no aquel sistema. ¿Por qué? Porque la lectura te
quita vendas y te da telescopios, porque la lectura te abre el alma y la rellena de nuevas
historias, y te hace reflexionar muchas cosas, porque la lectura hace en síntesis eso, más
humano.
Y ahora que abordamos este tema, creo que es importante remarcar que si la lectura mueve
delincuentes, que no hará por los niños. Hoy en día, la cifra de libros leídos al año por
mexicanos es de 5.3, decepcionante, demasiado decepcionante, pero me parece increíble y a
la vez más alarmante la conformidad que la gente tiene al escuchar este dato, pensando que
es una cantidad muy buena, y es cierto que no queremos crear filias, pero la lectura es un
pilar importante para la educación, para la formación de las personas. Bien dijo Edmundo
de Amicis, escritor italiano “El destino de muchos hombres dependió de tener o no una
biblioteca en su hogar paterno”, y sí, en si fue muy claro el mensaje, desde la niñez es
importante formar lectores.
Para finalizar, me encantaría agregar que la lectura nos da algo que nos hace crecer aún
más. Intelectualidad. Nos hace ignorar menos, como diría Sor Juana.
Y alguna vez me dijo bien un profesor “El intelectual y el artista siempre serán
indispensables para formar un pueblo de pie”.
Recuerden, la lectura es para crecer, formar, agrupar, reír, llorar, aprender, fortalecer,
educar, soñar, pero sobre todo, PARA VIVIR.
Gracias.

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