La cocina se caracteriza por su equipamiento, la bancada y los espacios de almacenamiento.

Puede incorporar mesas, sillas, taburetes, cómodas, vitrinas, etc. para adaptarse a otras
funciones y hacerla más acogedora. En cualquier caso, siempre dependerá del concepto de
cocina que queramos crear.

Una cocina bien planeada ahorra energía, reduce el tiempo de las tareas y permite más
tiempo para otros trabajos. Si no se dispone con orden, crea una molestia y una serie de
pasos inútiles. Obliga a tener que agacharse, levantarse o tener que desplazarse más de lo
necesario dentro de la misma para hacer uso de elementos mal situados.
La cocina, dentro de lo posible, deberá tener una buena ventilación natural, el material que se
coloque en el suelo deberá ser fácil de limpiar, habrá que tener muy en cuenta y prestar
atención a las instalaciones (puede que sea la estancia de la casa donde más hay que
contemplar este aspecto) y debemos saber cómo pueden condicionar el diseño final de la
cocina. Éstas pueden estar formadas por conducciones de agua y gas, ventilación forzada,
extracción de humos, enchufes, aire acondicionado, toma de TV, etc.

Deberá ser una estancia muy bien iluminada. Las ventanas deben proporcionar buena luz
natural y además es necesario complementar con luz artificial, generalmente la luz general
fluorescente blanca o natural y una luz de refuerzo opcional sobre la bancada. Si la cocina
tiene rincón comedor, escritorio, lavadero, etc., cada una de estas partes deberá tener una
iluminación independiente a la general.

Para lograr una cocina eficiente en la disposición de sus elementos: tendrán que ser
agrupados convenientemente buscando una mayor economía de espacio, dispuestos de
manera coordinada para que dejen amplias superficies de trabajo y faciliten poder guardar las
cosas, disponer todo a la altura conveniente y organizarlo para economizar el esfuerzo y crear
una mayor libertad de movimientos.

Hay diferentes formas de organizar una cocina, podríamos agruparlas en lineal, paralela, en L,
en U, con península o con isla. Elegiremos una u otra distribución dependiendo de gustos,
estética, espacio disponible, organización, aberturas, ubicación de las ventanas e
instalaciones…

Deberemos crear un espacio eficiente, manteniendo el espíritu acogedor, ya que es un

espacio en el que se pasan muchas horas activas.
Buscaremos colores, texturas, tiradores, acabados, electrodomésticos, etc. que formen un
conjunto que funcione y se adapte a lo que necesitamos.