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Propósito del texto - Reflexionar sobre la filosofía de la educación en América Latina. Situación
variada, compleja y dinámica. Es variada porque los desarrollos del campo en nuestros
diversos países (y dentro) tienen conflictos específicos en relación a su lugar en la formación
de los pedagogos y tradiciones distintas, entre las que se señala:
- La relación de la filosofía de la educación con los pensadores del campo en América Latina.
Vínculo entre la educación con la política y los proyectos históricos libertarios.
-Hay estatus académicos, se notan en los planes de estudio de las carreras de Ciencias de la
Educación, Pedagogía o Filosofía.
Sugiere algunas ideas que puedan ayudar a diseñar “sentidos y tareas” a una filosofía de la
educación en América Latina. Tres preguntas para esto:
Puede entenderse como una forma de resistencia que denuncie las crecientes estrategias
depotenciadoras de la crítica que tienden a dar una visión fragmentaria del sujeto de la
educación. Instrumental a las instituciones, apolítica de los procesos de enseñanza y
aprendizaje y una estrategia mercantil en las evaluaciones y acreditaciones.
1- La relación de la teoría con la práctica. Momento dialéctico. Hay que contar con los
supuestos de que es posible representar conceptualmente las prácticas educativas y
que es posible realizar la teoría.
2- La relación de los discursos “dialécticos” con las tradiciones y las comunidades de
interpretación. Momento hermenéutico. Requiere los supuestos de la necesidad de
deconstruir nunca puede hacerse acabadamente y que el reconocimiento del ámbito
de la microfísica del poder puede transformar al “dominio” en poder libre o dirigir
hacia una estetización de la política.
3- La interpelación del otro que es siempre una exterioridad. Momento ético. Hay dos
consecuencias: la dimensión ético-política es constitutiva de la educación misma.
Los educadores necesitamos hoy aumentar nuestra “potencia de actuar”. Para construirnos en
agentes, debemos entender críticamente lo que acontece. Tres problemas en el campo
educativo en América Latina:
1- La urgente redefinición de lo público.
El lugar del conocimiento en la educación. Existe una confusión creciente entre ambas.
En el mejor de los casos, estamos en una sociedad de la información. “Fetichismo de la
mercancía”. “Consumo” de la información. Relación y conocimiento se confunden
entre sí. El desarrollo tecnológico permite producir y circular información. Sin
embargo, la información es más que datos, es un objeto complejo que no se observa,
con este se opera.
La información está del lado de lo que tenemos que conocer, de lo que da que pensar,
y es el resultado más el proceso de complejas operaciones de en-formación (haber
puesto fuera).
Hacer Filosofía de la Educación conlleva resistirse a todas las formas de producir una
“borradura” del sujeto que debilitan la “potencia de actuar”. Lo reflexionado sobre lo
público y lo crítico son insistencias críticas en dos aspectos fundamentales de la
subjetividad y la educación: el ciudadano y el cognoscente, y en un tercero, el sujeto
moral. En los comienzos de la filosofía el ideal de madurez moral fue pensado como
prudencia, luego, en el mundo moderno, como autonomía y finalmente hoy como
responsabilidad.
La prudencia es una virtud de la razón práctica. Es un trabajo de discernimiento entre
lo correcto y lo incorrecto. La fuerte convicción de que nuestras vidas pueden ser
acompañadas de razones.
Autonomía del juicio moral. Cómo usar bien la razón. Constricciones de la ética. La
razón práctica va a limitarse, en su uso moral, a cierto disciplinamiento normativo y
crítico de la libertad. Somos libres para actuar de acuerdo a las máximas que
queramos, pero esta libertad está restringida, si pretendemos dotar a estas normas de
validez moral. El método científico y las obligaciones morales responden al uso
correcto de la razón pura. La ciencia y la moral se fundan en la naturaleza misma de
nuestra razón.
Lo importante de la autonomía, para la educación, radica en sostener la posibilidad de
ser agentes libres, en tanto no estén sujetados a ninguna otra ley que no sea la de la
razón misma en su uso puro práctico.
Educar para la autonomía es educar para la libertad al actuar. Profundiza el ideal de
prudencia.