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FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE

PSICOLOGÍA

RESILIENCIA EN ADOLESCENTES INFRACTORES

PRIVADOS DE LIBERTAD

TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL

DE LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

AUTOR:

EDGAR JESÚS DÁVALOS LOO

ASESORES:

Dr. JOSÉ VALLEJOS SALDARRIAGA

Mg. LUIS ALBERTO BARBOZA ZELADA

LIMA - PERÚ

2013
II

Este trabajo está dedicado a mi padre Edgar

por apoyarme con sus palabras y ejemplo,

a mi novia Katherine por animarme a continuar y aliviar

mi preocupación y a mi familia materna que me motivaba siempre

a lograrme como profesional y se alegraba con mis logros.


III

Agradezco a la ONG Cometa que gracias a

ellos me abrieron las puertas de los Centros Juveniles

y sin ellos no hubiera podido realizar este trabajo,

a mis asesores por darse el tiempo de estar ahí

cuando los necesitaba para darme la certeza de

saber que voy por buen camino y debía seguir,

a mis amigos que me animaban a seguir y creyeron

que podría lograrlo a pesar de todo.

IV
PRESENTACIÓN

La adolescencia es una etapa que inicia con cambios físicos, en donde, de forma
gradual, se van produciendo otros, del tipo psicológico y social. Este proceso de
transformación en el adolescente, puede provocar diversas conductas antisociales
que en conjunto con factores de riesgo, tales como el consumo de drogas,
deserción escolar, delincuencia, pobreza, y un entorno social conflictivo, aumenta
las probabilidades de verse envuelto en actos delictivos.

El adolescente sentenciado a la privación de su libertad por realizar actos en


contra de la ley en Perú, puede ser trasladado a uno de los nueve Centros
Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación (CJDR). En estos centros, el
adolescente se incorpora al Sistema de Reinserción Social del Adolescente en
Conflicto con la Ley Penal (SRSALP), en donde por medio de los programas I,II,III
y IV iniciará su rehabilitación.

Bajo estas circunstancias el adolescente infractor necesita de medidas que le


permitan adaptarse y superar las dificultades, ya que se ve afectado por su estado
de reclusión, y las adversidades típicas de su edad, tal como lo es la resiliencia,
que según Guillén (2005) puede definirse como la habilidad para recomponer los
mecanismos de adaptación frente a la adversidad, recurriendo a todas las
posibilidades, para así lograr un equilibrio y evidenciar las fortalezas y aspectos
positivos que posibilitan un desarrollo más saludable.

Esta investigación busca comparar el nivel de resiliencia en adolescentes


infractores de ambos sexos, privados de libertad en los Centros Juveniles de
Diagnóstico y Rehabilitación Lima y Santa Margarita, teniendo en cuenta el sexo y
programa en que se encuentran, así como los factores mencionados en la Escala
de Resiliencia de Wagnild y Young (1993).

V
ÍNDICE

Agradecimientos III

Presentación IV

Resumen X

Abstract XI

1 INTRODUCCIÓN XII

1.1 PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1.1 Realidad problemática 14

1.1.2 Formulación del problema 16

1.1.3 Justificación 16

1.1.4 Antecedentes 17

1.1.5 Objetivos 23

1.1.5.1 General 23

1.1.5.2 Especifico 23

1.2 MARCO REFERENCIAL

1.2.1 Marco teórico 23

1.2.1.1 Definición de resiliencia 23

1.2.1.1.1 Dimensiones de resiliencia 25

1.2.1.1.2 Factores de resiliencia 26

1.2.1.1.3 Características del sujeto resiliente 27

1.2.1.1.4 Enfoques de la resiliencia 28

VI
1.2.1.2 Definición de adolescente 33

1.2.1.2.1 Desarrollo físico del adolescente 34

1.2.1.2.2 Desarrollo del cerebro adolescente 35

1.2.1.2.3 Características del comportamiento en la adolesencia 36

1.2.1.2.4 Factores de riesgo en la adolescencia 37

1.2.1.3 Adolescentes y resiliencia 43

1.2.1.3.1 Resiliencia según sexo 44

1.2.1.4 Definición de adolescente infractor 45

1.2.1.4.1 Privación de libertad 46

1.2.1.4.2 Adolescente infractor en el Estado Peruano 48

1.2.1.4.3 Tratamiento del adolescente infractor 49

A) Programa I: inducción y diagnóstico

B) Programa II: preparación para el cambio

C) Programa III: desarrollo personal y social

D) Programa IV: autonomía e inserción

1.2.2 Marco Conceptual 51

1.2.2.1 Resiliencia 51

1.2.2.2 Adolescente infractor 51

2 MARCO METODOLÓGICO

2.1 Hipótesis 52

2.2 Variables 52

VII
2.2.1 Operacionalización de las variables 52

2.3 Metodología 53

2.3.1 Tipo de estudio 53

2.3.2 Diseño de investigación 53

2.4 Población muestra y muestreo 53

2.5 Método de investigación 54

2.6 Técnica e instrumento de recolección de datos 54

2.7 Método de análisis de datos 55

3 RESULTADOS 56

4 DISCUSIÓN 79

5 CONCLUSIÓNES 83

6 SUGERENCIAS 85

7 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 86

8 ANEXOS 96

VIII
ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1: Muestra según sexo 56

Tabla 2: Muestra según programa 57

Tabla 3: Análisis descriptivos de la muestra total 59

Tabla 4: Análisis descriptivos de las dimensiones de resiliencia por sexo 60

Tabla 5: Nivel de resiliencia general en ambos CJDR 61

Tabla 6: Nivel de resiliencia general CJDR Lima 62

Tabla 7: Nivel de resiliencia general CJDR Santa Margarita 62

Tabla 8: Nivel satisfacción personal ambos CJDR 63

Tabla 9: Satisfacción personal CJDR Lima 63

Tabla 10: Satisfacción personal CJDR Santa Margarita 64

Tabla 11: Nivel ecuanimidad ambos CJDR 64

Tabla 12: Ecuanimidad CJDR Lima 65

Tabla 13: Ecuanimidad CJDR Santa Margarita 65

Tabla 14: Nivel Sentirse bien solo ambos CJDR 66

Tabla 15: Sentirse bien solo CJDR Lima 66

Tabla 16: Sentirse bien solo CJDR Santa Margarita 67

Tabla 17: Nivel Confianza en sí mismo ambos CJDR 67

Tabla 18: Confianza en sí mismo CJDR Lima 68

Tabla 19: Confianza en sí mismo CJDR Santa Margarita 68

Tabla 20: Nivel Perseverancia ambos CJDR 69

IX
Tabla 21: Perseverancia CJDR Lima 69

Tabla 22: Perseverancia CJDR Santa Margarita 70

Tabla 23: Resiliencia – Programa I 70

Tabla 24: Nivel resiliencia general – Programa I 71

Tabla 25: Nivel resiliencia general Programa I - CJDR Lima 71

Tabla 26: Nivel resiliencia general Programa I – CJDR Santa Margarita 72

Tabla 27: Resiliencia – Programa II 72

Tabla 28: Nivel resiliencia general – Programa II 73

Tabla 29: Nivel resiliencia general Programa II – CJDR Lima 73

Tabla 30: Nivel resiliencia general Programa II – CJDR Santa Margarita 74

Tabla 31: Resiliencia - Programa III 74

Tabla 32: Nivel resiliencia general - Programa III 75

Tabla 33: Nivel resiliencia general Programa III – CJDR Lima 75

Tabla 34: Nivel resiliencia general Programa III – CJDR Santa Margarita 76

Tabla 35: Resiliencia – Programa IV 76

Tabla 36: Nivel resiliencia general – Programa IV 77

Tabla 37: Nivel resiliencia general Programa IV – CJDR Lima 77

Tabla 38: Nivel resiliencia general Programa IV – CJDR Santa Margarita 78

ÍNDICE FIGURAS

Figura 1: Distribución de porcentajes según programa de varones 57

Figura 2: Distribución de porcentajes según programa de mujeres 58

X
RESUMEN

Esta investigación tuvo como objetivo determinar el nivel de resiliencia de los


adolescentes entre 14 a 21 años, infractores y privados de libertad en los Centros
de Diagnóstico y Rehabilitación (CJDR) Lima y Santa Margarita por sexo y por los
cuatro programas de tratamiento del Sistema de Reinserción Social del
Adolescente en Conflicto con la Ley Penal (SRSALP). El diseño es descriptivo no
experimental-transversal con un muestreo probabilístico, aplicando la Escala de
Resiliencia de Wagnild & Young (1993) con adaptación peruana de Novella (2002)
en donde se halló que el 37,4% de los varones y el 40% de las mujeres tienen un
nivel bajo de resiliencia. Por otro lado, se esperaba que los adolescentes
infractores que estén en el último programa de tratamiento tengan un mejor nivel
de resiliencia pero no hubo diferencia significativa con relación a los otros
programas ya que en el caso de los varones sólo un 20% y en las mujeres un
10% tenían un nivel Alto.

Palabras clave: resiliencia, adolescente infractor.

XI
ABSTRACT

This research aims to determine the level of resilience of adolescents between 14


to 21 years old, including offenders and those who are deprived from freedom at
the Diagnostic and Rehabilitation Juvenile Center (CJDR) Lima and Santa
Margarita according to their sex and four treatment programs of System Social
Reintegration of Teenagers in Conflict with the Law (SRSALP). The design is
descriptive non experimental-transversal with probabilistic sampling. This applies
the Resilience Scale Wagnild & Young (1993) with peruvian adaptation of Novella
(2002), where it was found that 37.4% of men and 40% of women have a low level
of resilience. In fact, it was expected that young offenders who were in the last
stage of treatment had a higher level of resilience, but no significant difference
with other stages. This is due to the fact that only 20% of men and 10% of women
had a High level. Also, it was found that men and women have the same low level
of resilience

Keywords: resilience, teenager ofender

XII
INTRODUCCIÓN

El ser humano en el transcurso de su vida se ve enfrentado a numerosas


adversidades, que son difíciles de superar. La adolescencia se constituye como el
periodo más conflictivo en este desarrollo, ya que el adolescente se enfrenta a
diversos cambios que le afectan de forma física, psicológica y social a la vez.

Así también, los adolescentes se ven expuestos a múltiples riesgos: abusos,


consumo de drogas, violencia, pobreza, delincuencia, entre otros. Estos factores
de riesgo, en conjunto con factores individuales del adolescente y su medio,
pueden provocar comportamientos delictivos, los cuales pueden llevarlos a
cometer actos en contra de la ley, y en consecuencia ser recluidos y privados de
su libertad.

Las conductas delictivas de los adolescentes infractores afectan no sólo a las


víctimas, sino también a sus familiares, comunidad, así mismos y a su nación, ya
que su reclusión aumenta los costos de servicio de salud, reduciendo la
productividad y causando el deterioro de la estructura social (Pattishall, 1994 en
Morales, 2008).

En referencia a la reclusión de los adolescentes infractores, actualmente en Perú


existen nueve Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación (CJDR), ocho
albergan a varones y uno a mujeres de todo el país. En estos Centros Juveniles
se utiliza el Sistema de Reinserción Social del Adolescente en Conflicto con la Ley
Penal (SRSALP) el cual consiste en una serie de programas, métodos y técnicas
para tratar al adolescente infractor. Los Programas del SRSALP están divididos
de la siguiente forma: Programa I, Programa II, Programa III y Programa IV, en los
cuales se desarrollan las actividades mencionadas.

Dadas las circunstancias en que se encuentra el adolescente infractor (privación


de su libertad) sumada las problemáticas referentes a su edad es necesario
promover un modelo de superación de dificultades ante las adversidades, para así
promover su rehabilitación, tal como la resiliencia, la cual se define como la

XIII
capacidad de las personas, que a pesar de situaciones difíciles, construyen
alternativas tanto de sí mismas, como de los procesos relacionales y de las
condiciones de sus entornos en donde se desenvuelven. (Quiñonez, 2007) Por su
parte, Guillén (2005) afirma que la resiliencia es una habilidad de recomposición y
adaptabilidad, frente a las dificultades, ya que permite evidenciar fortalezas y
aspectos positivos de las personas.

La resiliencia en los adolescentes infractores, puede promover habilidades para


enfrentar adversidades. Al respecto, González, Valez, Oudhof y Escobar (2012)
comprueban que los adolescentes infractores con un nivel bajo de resiliencia
manifiesta mayor devaluación social y muestran más aspectos negativos de su
autoestima y seguridad.

Para tomar medidas que promuevan la aplicación y desarrollo de la resiliencia en


los Programas del SRSALP, esta investigación busca comparar el nivel de
resiliencia en adolescentes infractores de ambos sexos, privados de libertad en
los Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación Lima y Santa Margarita.
Teniendo en cuenta el sexo, programa en el que se encuentran los adolescentes
infractores y los factores que mencionan la Escala de Resiliencia (ER) de Wagnild
y Young (1993), utilizando dicho instrumento.

La presente investigación está distribuida en capítulos, en la primera parte se


encuentra el planteamiento y formulación del problema, así como el objetivo
general, específicos y la justificación. En la segunda parte se hace referencia al
marco teórico y conceptual, en donde se encuentran los modelos teóricos y
generalidades de resiliencia y adolescentes infractores. En la tercera parte se
plantean las hipótesis, y se detalla la metodología empleada, tipo y diseño de
estudio, la población y muestra, así como los métodos y técnicas utilizados en la
investigación. En la cuarta parte se describen los resultados obtenidos en figuras
y tablas, se realiza la discusión de los resultados y por último se detallan las
conclusiones, sugerencias y referencias bibliográficas de esta investigación.
1.1 Problema de investigación

1.1.1 Realidad problemática

Quiñonez (2007) describe a la resiliencia como una capacidad que permite


a las personas enfrentar situaciones difíciles, por medio de la construcción de
alternativas, y diferentes formas de percibir y actuar en un mundo que ha sido
transformado o destruido por eventos traumáticos o adversos. Por su parte, la
adolescencia sabemos que es una etapa no solo de grandes cambios sino de
experiencias de vida que obligan a tomar decisiones trascendentales para el
desarrollo futuro y que por lo tanto, nos exige poner a prueba nuestra capacidad
de sobreponernos a situaciones difíciles con el propósito de adquirir el grado de
autonomía requerido para un estatus adulto.

Es por ello que en la actualidad las organizaciones a nivel mundial, así


como diversos autores están dando importancia al tema de la Resiliencia en
adolescentes, ya que según investigaciones, esta variable puede influir en su
desarrollo.

A lo largo del desarrollo humano, las situaciones conflictivas pueden


presentarse de diversas maneras, pero es en la adolescencia donde las
transiciones físicas y cognitivas exigen a una persona madurar y actuar según las
normas culturales que le son propias. Maddaleno (1994) afirma que en la
adolescencia los sujetos enfrentan más riesgos de padecer crisis de distinto
orden, que en otras etapas del desarrollo, ya que los adolescentes están
expuestos a conductas de riesgo, en distintos niveles, como socioeconómicos,
físicos, psíquicos, de maduración y sexuales.

Además de los problemas característicos de la adolescencia, en la


actualidad los jóvenes se ven enfrentados a una realidad social poco favorable
para su desarrollo, en conjunto a diferentes factores de riesgo tales como el
consumo de drogas, familia disfuncionales, violencia, maltratos, pobreza, entre
otras. Según UNICEF (2003) en el Perú existen algo más de 3,600,000
adolescentes, de los cuales se estima que en el campo, el 74% son pobres,

14
mientras que en la ciudad el porcentaje es de 39% adolescentes en situación de
pobreza. Así mismo, un 49% son golpeados por sus padres y un 33% trabajan.

La exposición a los factores de riesgos mencionados, puede generar en el


adolescente un comportamiento antisocial y delictivo. Según el informe N° 157 de
la Defensoría del Pueblo (2012) los adolescentes privados de libertad en los
diferentes Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación (CJDR) presentaban
las siguientes características: el 85% vivía en circunstancias difíciles y provenía
de sectores en extrema pobreza, el 62% procedía de un grupo familiar
desintegrado, siendo frecuente la ausencia de la figura paterna y mecanismos de
control familiar, el 71% estaba constituido por sujetos que antes de ser detenidos,
realizaban actividades laborales informales.

Bajo este contexto, esta investigación busca establecer los niveles de


resiliencia en adolescentes infractores, ya que como sujetos expuestos a diversos
riesgos, adversidades y conflictos (antes y durante su internación) el desarrollo de
resiliencia, puede investigarse con mayor claridad. Se tiene especial interés en el
creciente número de adolescentes que cometen infracciones (según la Oficina de
las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito , 2003) especialmente en los
varones, debido a que las estadísticas indican que es abrumadoramente mayor la
cantidad de adolescentes varones que infringen la ley con respecto a las mujeres,
tal es así que actualmente existen ocho Centros Juveniles de Diagnóstico y
Rehabilitación (CJDR) de medio cerrado para varones pero sólo uno centro para
mujeres.

De acuerdo con Poder Judicial (2013), actualmente, el CJDR de Lima tiene


una población de 709 varones mientras que en el CJDR Santa Margarita hay una
población de 45 mujeres. Dentro de los centros, se aplica el programa SRSALP –
Sistema de Reinserción Social del Adolescente en Conflicto con la Ley Penal, el
cual mediante programas, métodos, técnicas e instrumentos de carácter
educativo, promueve la rehabilitación de los adolescentes infractores. En este
programa (SRSALP) no se aprecia la fomentación de la resiliencia como área de
trabajo con los adolescentes y es justamente este ejercicio de resiliencia el que
promueve un positivo desarrollo del adolescente, pero que, como toda cualidad,
necesita ser desarrollada para que de esta forma se obtenga como resultado una

15
buena habilidad de cómo manejar los problemas, la flexibilidad para adaptarse a
los problemas, la autonomía para desarrollarse, entre otras. La inclusión del
desarrollo de la resiliencia en este programa (SRSALP) puede ayudarnos a
identificar factor protectores para la valoración de riesgo de una posible recaída.
Además que la situación del adolescente infractor en los diferentes centros,
responden a una necesidad de cambio, así como lo plantea Fernando Vidal
Fernández: “… recobrar una forma de nuevo equilibrio tras haber sido deformados
por un impacto” (Pan y Rosas, 2009, pp: 378).

Teniendo en cuenta, la importancia de la resiliencia en los diferentes CJDR


para los adolescentes infractores, planteamos la siguiente pregunta de
investigación.

1.1.2 Formulación del problema

 ¿Cuál es el nivel de resiliencia en adolescentes de ambos sexos de 14 a


21 años infractores, privados de libertad en los diferentes Centros
Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación ubicados en la ciudad de Lima?

1.1.3 Justificación

La presente investigación es de importancia, ya que su desarrollo y


aplicación se dará en Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación para
adolescentes infractores, y permitirá conocer mejor la variable de la resiliencia,
para incorporar mejoras en las estrategias de reinserción social y familiar que se
viene trabajando por medio del programa SRSALP con esta población. Por lo
tanto, los resultados obtenidos serán de beneficio y utilidad para los mismos,
como para las instituciones que trabajen con esta población y así proveer
mayores cuidados, apoyo y sobre todo, herramientas para que el menor infractor
afronte su situación.

Se justifica con su valor teórico, pues aporta al campo investigativo ya que


los resultados facilitan conocer los niveles de resiliencia en adolescentes
infractores de ambos sexos. Esta población, es una de las menos trabajadas, y se
cuenta con poca información al respecto, en nuestro país.

16
Así también tiene implicancia práctica ya que permite confrontar un
problema real (adolescencia infractora) difícil de erradicar y que a su vez,
repercute con severas secuelas. Los delitos no son sólo un problema legal del
cual el Estado deba hacerse cargo, es un problema que surge a lo largo del
desarrollo, que genera otros problemas (al adolescente, a la víctima, a su familia y
al estado). Actualmente la resiliencia en esta población no es debidamente
tomada en cuenta por los programas de tratamiento que implementa el Estado
peruano para trabajar con esta población pese a las evidencias de su importancia
para atender este tipo de problemática por lo que necesita ser considerada.

De igual forma se justifica por su utilidad metodológica ya que sugiere


nuevos temas para investigar tomando como referencia la presente investigación
y generar proyectos para seguir trabajando con los y las adolescentes infractores,
brindándoles así, otras oportunidades.

Se cuenta también con la población adecuada, además de la existencia de


instrumentos que facilitarán la investigación, así como también información
confiable.

1.1.4 Antecedentes

Antecedentes nacionales

Velásquez y Montgomery (2009) en Lima, Perú, realizaron el estudio


Resiliencia y depresión en estudiantes de secundaria de Lima Metropolitana con
y sin participación en actos violentos, de muestreo probabilístico con diseño
descriptivo correlacional y comparativo. El estudio se realizó en 29 instituciones
educativas de los Conos Norte, Este y Sur de Lima Cercado y Callao, con una
muestra de 1309 alumnos, de los cuales 641 estaban clasificados como no
participantes de actos violentos y 668 como participantes de actos violentos, de
ambos sexos y con una edad media de 16 años. El objetivo de la investigación
fue esclarecer si es que existe, diferencias en la resiliencia y en la depresión de
los alumnos con y sin participación en actos violentos, en función a la edad, el
sexo, el grado de instrucción y el lugar de residencia. Para ello, utilizaron la

17
Escala de Resiliencia de Wagnild y Young (1993) (cinco factores: confianza en sí
mismo, ecuanimidad, satisfacción, sentirse bien solo y preseverancia) así como
el Inventario de Depresión en la Adolescencia (IDA). Se concluyó que en cuanto
al factor confianza en sí mismo de la Escala de Resiliencia, este es mayor en
sujetos no violentos en comparación con los sujetos violentos, así también los
sujetos violentos son autocráticos y presentan ideas suicidas, en comparación
con los no violentos. No es evidente que la edad y el grado de instrucción,
influyan en las escalas. Al contrario en cuanto a las diferencias del lugar de
residencia de los sujetos, en los factores confianza en sí mismo, perseverancia y
optimismo.

Peña (2009) Lima-Arequipa, Perú, realizó el estudio Fuentes de


resiliencia en estudiantes de Lima y Arequipa, en donde utilizó un muestreo no
intencional conformado por 652 estudiantes de colegios nacionales, con un
rango de edad entre 9 a 11 años de edad, 311 de la ciudad de Lima y 341 de la
ciudad de Arequipa, con sujetos de ambos sexos. Se utilizó el instrumento
Inventario de Fuentes de Resiliencia (INFRES) el cual posee tres factores:
apoyo del entorno social, fortalezas personales y habilidades interpersonales.
Se concluyó que ambos grupos (Lima y Arequipa) reflejan un nivel medio-alto de
fuentes de resiliencia. Así mismo, la pobreza como variable actuó como
generadora de resiliencia, sobre todo en el factor de fortalezas personales. En el
nivel factorial, el 54% de los niños poseen altos niveles de fortalezas personales,
el 41% posee altos niveles de apoyo del entorno, mientras sólo el 32% posee
altos niveles en habilidades interpersonales. Los resultados apuntan la
inexistente diferencia significativa entre los niveles de fuentes de resiliencia en
los grupos de estudiantes de la ciudad de Lima y Arequipa. Así mismo, se
encuentran diferencias entre los niveles de fuentes de resiliencia en el grupo de
varones y el grupo de mujeres, siendo las mujeres las poseedoras de un puntaje
más alto.

Prado, Del Águila (2000) Lima, Perú, investigaron la Diferencia en la


resiliencia según género y nivel socioeconómico en adolescentes. Se utilizó una
población de 240 adolescentes de 12 a 14 años de edad, de tres centros
educativos, correspondientes a las clases alta, media y baja de la ciudad de

18
Lima, de ambos sexos. Se utilizó la Escala de Resiliencia para Adolescentes
(ERA) la cual evalúa las áreas: creatividad, interacción, iniciativa, moralidad,
humor e independencia. Se concluye, que respecto a la relación de géneros, no
existen diferencias significativas. Así mismo, se encontró que en las clases
sociales de clase baja, el área de Creatividad es la más significativa, la cual usa
como mecanismo resiliente por excelencia. A diferencia de la variable Iniciativa,
a favor de la clase alta.

Chamorro (2010) en Lima, Perú, realizó un estudio descriptivo acerca del


Nivel de Resiliencia en Adolescentes Infractoras del Centro Juvenil de Mujeres
en Lima, con una población de 49 adolescentes infractoras de la Ley Penal en el
rango de edad de 14 a 20 años. Se utilizó un muestreo no probabilístico, y como
instrumento la Escala de Resiliencia (ER) de Wagnild y Young adaptada al Perú
por Novella (2002). El objetivo de la investigación fue determinar el nivel de
resiliencia según dimensiones de la Escala, grupo de edad, maternidad,
programa de readaptación, lugar de procedencia, lugar de residencia de
procedencia previo al internamiento, tiempo de sentencia y grado de instrucción.
En el estudio se concluyó, que las adolescentes infractoras del Centro Juvenil
de Mujeres de Lima, se encuentran en un Nivel Medio Bajo de Resiliencia,
según la ER de Wagnild y Young. En cuanto al nivel de resiliencia en los
Programas, las adolescentes en el programa 3 y 2 se ubican en el Nivel Medio
de resiliencia y en el programa 1 se encuentran en un Nivel Medio Bajo de
resiliencia. En cuanto a la edad, las adolescentes infractoras del grupo de 15 a
17 años presentan un nivel Medio Bajo de Resiliencia, y las adolescentes entre
18 a 20 años se encuentran en un nivel Medio de resiliencia.

Antecedentes internacionales

González-Arratia y Váldez (2013) en México, realizaron el estudio de


Resiliencia: Diferencias por Edad en Hombres y Mujres Mexicanos, compuesta
por 607 participantes en cuatro grupos de edad (niños, adolescentes, adultos
jóvenes y adultez media). Se utilizó el Cuestionario de Resiliencia de González
Arratia (2011). Los resultados indican que las dimensiones de la resiliencia
(Factores protectores internos, Factores protectores externos y Empatía) siguen

19
patrones distintos según edad. Así también, se encontraron diferencias por sexo,
en donde las mujeres puntuaron más alto en las tres dimensiones de resiliencia
propuestas por Gonzáles Arratia (2011).

González, Valdez, Oudhof, Escobar (2012) en Toluca, México realizaron


un estudio de Resiliencia y factores protectores en menores infractores y en
situación de calle, en donde trabajaron con una muestra de tipo no intencional,
de 64 sujetos de sexo masculino, con edades de entre 11 y 23 años, 32 de ellos
en situación de calle sin vínculo con la familia de origen, y otro grupo de riesgo
de 32 adolescentes que se encontraban recluidos en una institución de
readaptación para menores de edad. El objeto de la investigación fue identificar
factores de personalidad con los que cuentan los jóvenes para vivir en
circunstancias de riesgo. Los instrumentos utilizados, fueron: Cuestionario de
Resiliencia de González-Arratia (2007), Prueba Multidimensional y
Multisituacional de Góngora (2000), Escala de Locus de Control de Andrade
(1984) y Escala de Relaciones Intrafamiliares de Rivera (1999). En el estudio se
comprueban las diferencias; respecto al nivel de resiliencia, se encuentra que
los adolescentes que muestran un nivel bajo de resiliencia, manifiestan mayor
devaluación social y muestran más aspectos negativos de su autoestima y
seguridad. A diferencia de los adolescentes que muestran alta resiliencia, ya que
poseen en mayor medida factores protectores tales como la unión y expresión.
Se evidenció que los jóvenes de la calle consideran como uno de sus recursos
psicológicos la unión y la expresión en mayor medida, refiriendo el elemento
familiar como parte de su autoestima. Por otro lado los menores infractores
muestran puntajes menores en las dimensiones de unión, expresión y aspectos
positivos de la familia.

Morales y Díaz (2011) en México, desarrollaron la investigación de


Estudio comparativo de la resiliencia en adolescentes: el papel del género, la
escolaridad y la procedencia, en donde utilizaron una muestra de 779
adolescentes de ambos sexos, en el rango de edad de 11 a 25 años. El estudio
se basó en un enfoque cuantitativo, con un diseño no experimental, descriptivo,
de corte transversal. Se utilizó la Escala de Resiliencia mexicana de Palomar-
Lever y Gómez- Valdez (2010), la cual consta de cinco dimensiones: fortaleza y

20
confianza en uno mismo, competencia social, apoyo familiar, apoyo social y
estructura. El objetivo del estudio, fue identificar si existen diferencias en la
resiliencia en adolescentes a partir de género, edad y procedencia. Se concluye
que en relación al análisis comparativo, se encuentran diferencias de género,
destacando que son las mujeres quienes perciben mayor apoyo familiar y social.
Son las mujeres las que logran ser resilientes cuando existe un mayor apoyo
externo. Con respecto a las diferencias de escolaridad, se encuentra que los
adolescentes que cursan el nivel medio superior destacan con mayor fortaleza y
confianza en sí mismos, esto en relación a quienes cuentan con estudios
superiores y de manera más clara con quienes cuentan con estudios de nivel
básico.

Rodríguez, Pérez y Díaz (2002) en México realizaron un estudio no


probabilístico sobre Factores de resiliencia y consumo de drogas entre
estudiantes de educación media básica, de ambos sexos. El estudio se basó en
la muestra de 87 sujetos usuarios de drogas y 253 sujetos no usuarios de
drogas, con una media de edad de 14 años. El objetivo del estudio fue el de
comparar la presencia de factores de resiliencia entre los estudiantes de
secundaria usuarios y no usuarios de drogas ilegales. Se elaboró una escala
compuesta por seis dominios (control de impulsos, asertividad, autoestima,
actitudes prosociales, expresión de afectos y actitud prospectiva). Los
resultados muestran índices de resiliencia más bajos entre los usuarios de
drogas. Así mismo, la dificultad en el control de los impulsos es más evidente en
sujetos que consumen drogas, especialmente en los hombres. Los resultados
obtenidos muestran que las áreas donde los adolescentes tienen mayores
habilidades, son las relaciones con la capacidad para interactuar y establecer
vínculos socialmente significativos. Por el contrario, se aprecia una capacidad
más limitada tanto para controlar impulsos como para tolerar la frustración.

Cordini (2005) en Brasil, realizó el estudio La resiliencia en adolescentes


del Brasil. Se usó la muestra de 160 adolescentes entre los 14 a 18 años, de
ambos sexos y quienes habían tenido experiencias traumáticas y de alto estrés,
llevándolas positivamente. Se aplicó el cuestionario adaptado de la Escala
Intercultural del Sentido de la Coherencia de Antonovsky. También se utilizó

21
técnicas cualitativas de grupo focal para estudiar las percepciones de los
adolescentes sobre lo que entendían por resiliencia. Se concluyó que los
adolescentes en los estratos menos favorecidos tienden a desarrollar más la
resiliencia que los de la clase media alta. Así también, las mujeres presentaron
los puntajes más elevados de resiliencia, a excepción de los adolescentes en las
ciudades más violentas, donde se verificó que los varones presentan un puntaje
más alto de resiliencia. De igual forma, se indica que la familia y en especial la
madre, tiene un papel fundamental en la construcción de la resiliencia. Por
último se concluye que los adolescentes con más edad se muestran más
resilientes que los menores. Esto indicaría que la resiliencia es un proceso
acumulativo en el desarrollo de una identidad con sentido de confianza y
seguridad.

González, López y Valdez (2008) en México, utilizaron un muestreo no


probabilístico en su estudio sobre Resiliencia en adolescentes mexicanos. El
objetivo del estudio, fue conocer los factores de la resiliencia. Para conocer
estos factores, se aplicó el Cuestionario de Resiliencia a 200 adolescentes de
ambos sexos, estudiantes de secundaria y preparatoria entre 14 y 18 años de
edad. En el análisis factorial se obtuvieron seis factores: autoestima, afiliación,
seguridad personal, baja autoestima, familia y altruismo. En las diferencias de
género del estudio, se concluyó que los hombres muestran mayor resiliencia,
con rasgos a ser más independientes, mientras que las mujeres logran ser
resilientes siempre y cuando exista un mayor apoyo externo significativo.

Cardozo y Aderete (2009) en Argentina – Córdoba, utilizaron un muestreo


no probabilístico en su estudio Adolescentes en riesgo psicosocial y resiliencia,
conformado por 210 sujetos entre 12 y 18 años de edad, de ambos sexos, de
escuelas públicas ubicadas en asentamientos marginales de la ciudad de
Córdoba. El objetivo de la investigación fue detectar las variables individuales y
sociales que contribuyen al fortalecimiento del proceso de resiliencia. Se
concluye que los jóvenes expuestos a circunstancias adversas del entorno
presentan una mala adaptación social, así como presencia de síntomas de salud
mental. A pesar de ello, el 19% de los jóvenes que se encuentran en las mismas
adversidades, presentan competencias sociales y una adaptación positiva.

22
Además, el estudio indica que los recursos internos (como el autoconcepto,
autorregulación de habilidades cognitivas-emocionales) con los que cuenta un
individuo y el soporte social (monitoreo parental y escolar) son buenos
predictores de la resiliencia.

1.1.5 Objetivos

1.1.5.1 General

Comparar el nivel de resiliencia en adolescentes de ambos sexos de 14 a 21


años infractores, privados de libertad en los diferentes Centros Juveniles de
Diagnóstico y Rehabilitación ubicados en la ciudad de Lima

1.1.5.2 Específicos

 Determinar el nivel de resiliencia en adolescentes varones de 14 a 21


años infractores, privados de libertad en los diferentes Centros
Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación ubicados en la ciudad de
Lima
 Determinar el nivel de resiliencia en adolescentes mujeres de 14 a 21
años infractores, privados de libertad en los diferentes Centros
Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación ubicados en la ciudad de
Lima

1.2 MARCO REFERENCIAL

1.2.1 Marco Teórico

1.2.1.1Definición de resiliencia

La resiliencia es usada actualmente como una palabra común en la


cotidianidad, sin embargo no existe un acuerdo sobre su definición absoluta, ya
que muchos autores la definen e incorporan en sus trabajos.

Para Guillén (2005) la resiliencia es la “habilidad de recomposición y


mantenimiento de los mecanismos de adaptación frente a la adversidad,

23
recurriendo a todas las posibilidades para lograr un equilibrio entre factores
protectores y de riesgo, al mismo tiempo que pone en evidencia fortalezas y
aspectos positivos que posibilitan un desarrollo más saludable.” La personalidad
del sujeto se ve influenciada por la personalidad y el ambiente.

Quiñonez (2007) define la resiliencia como “la capacidad del sujeto, que a
partir de situaciones adversas, construye o reconstruye alternativas tanto de sí
mismo como sujeto, como de los procesos relacionales y de las condiciones de
los entornos particulares de convivencia en que se desenvuelve.” La autora
plantea que por la resiliencia el sujeto es capaz de adquirir nuevas miradas y
posibilidades a las situaciones que enfrenta, mediante una fluidez de
pensamientos, sentimientos y acciones de manera creativa.

Para Ballesteros y García (2005) la resiliencia es la capacidad que tienen


los sistemas humanos: individuos, familias, grupos y comunidades para superar
exitosamente las adversidades, salir mejorados de ellas y aprender de las
experiencias.

Grotberg (1996) por su parte, define la resiliencia como la capacidad que


permite a las personas, familias, grupos o comunidades prevenir, minimizar o
sobreponerse ante los efectos de las adversidades.

Según la UNICEF (2013) la resiliencia se define como” la habilidad de un


individuo, comunidad, sociedad o sistema expuestos a una amenaza para resistir,
absorver, adaptarse y recuperarse de sus efectos de manera oportuna y eficaz.”

Rutter (1993) & Werner (2003) refieren que en los años 60 fue adoptado el
término resiliencia, el cual describe la capacidad y forma de desarrollo sano que
las personas a pesar del contexto de alto riesgo, obtienen. Estos contextos
pueden ser entre otros: pobreza extrema, problemática familiar, estrés continúo y
prolongado, abandono, lugares de internamiento, etcétera. Este término puede
referirse tanto a los grupos como a los individuos que por al disminuir el problema
se sobreponen a las dificultades envueltas en contextos desfavorecedores. Las
experiencias son traumáticas. (Citados por Uriarte, 2005)

24
Scheier y Carver (1992) Una personalidad resiliente se define como un
desarrollo personal y social hecho capacidad para sobreponerse aún ante un
contexto de alto riesgo. Dicho ajuste, involucra un desarrollo de resistencia a las
dificultades, optimismo y visión positiva de la existencia. (Citado de Uriarte, 2005).

Wagnild y Young (1993), definen la resiliencia como una característica de la


personalidad, la cual moderada en el efecto negativo del estrés, fomenta la
adaptación. El término se ha utilizado para describir a personas que muestran
adaptabilidad y valentía ante las dificultades de la vida.

Pese a las adversidades, la resiliencia es una capacidad que permite


resistir la presión, superar los obstáculos, aun cuando todo parece actuar en
contra. Aplicada a la psicología puede entenderse como la capacidad de una
persona para hacer bien las cosas, a pesar de las situaciones y condiciones de
vida adversas, superando frustraciones y saliendo de ellas además de fortalecido,
incluso transformado.

1.2.1.1.1 Dimensiones de la resiliencia

Para Wagnlid y Young (1993) las dimensiones de la resiliencia son las siguientes:

1. Ecuanimidad: Denota una perspectiva balanceada de la propia vida y


experiencias, tomar las cosas tranquilamente y moderando sus actitudes
ante la adversidad.
2. Perseverancia: Persistencia ante la adversidad o el desaliento, tener un
fuerte deseo del logro y autodisciplina.
3. Confianza en sí mismo: Habilidad para creer en sí mismo, en sus
capacidades.
4. Satisfacción personal: Comprender el significado de la vida y cómo se
contribuye a esta.
5. Sentirse bien sólo: Nos da el significado de libertad y que somos únicos y
muy importantes.

1.2.1.1.2 Factores de la resiliencia


Para Werner (1982) y Garmezy (1993) (citado en Kotliarenco, Cáceres,
Fontecilla, 2007) en los adolescentes y niños comúnmente se hacen evidentes

25
factores, que estando expuestos a situaciones adversas, se desenvuelven hasta
transformarse en resilientes. De acuerdo a los autores, se distinguen cuatro
aspectos que suelen repetirse, estos son vitales para promover los
comportamientos resilientes. El primero, describe a las características del
temperamento, en donde se observan diferentes manifestaciones, como lo son,
responsabilidad frente a otras personas, capacidad reflexiva y un adecuado nivel
de actividad. El segundo aspecto se refiere a la capacidad intelectual y la forma
en que es utilizada.

El tercer aspecto, apunta a la familia y su naturaleza, atributos como la


cohesión, preocupación por el bienestar de los hijos y ternura. El cuarto aspecto
describe a la disponibilidad de fuentes de apoyo externo, tales como un profesor,
una madrastra, padrastro o bien instituciones como lo son agencias sociales, la
escuela, y otros. (Citados por Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla, 1997)

Rutter (1981) describe los factores de la resiliencia como un sistema o


conjunto de procesos personales y sociales que en el desarrollo del tiempo, dan
combinaciones de atributos en el niño o adolescente junto al ambiente familiar,
social y cultural.

Eisenstein y Pagnocelli (1997) definen los factores de resiliencia como


aquellos que ayudarán a sobrellevar los efectos negativos de los factores de
riesgo y a su vez, también permitirán superarlos. Estos factores de resiliencia,
están asentados en componentes propios del sujeto (individuales y familiares) y
externos (comunitarios o sociales).

Grotberg (2003) en sus investigaciones, describe e identifica cuatro


categorías de factores resilientes: la primera, “yo tengo” define el apoyo externo
que el sujeto puede tener, dentro de su grupo familiar, la segunda “yo soy” es la
categoría que relaciona aspectos internos del sujeto, la tercera categoría describe
el “yo estoy” en donde se observan los factores del desarrollo de la fortaleza
intrapsíquica del sujeto y la última categoría describe el “yo puedo” que identifica
a la adquisición de las habilidades interpersonales y de resolución de conflictos.
Para la investigadora, estos factores resilientes pueden promoverse y
desarrollarse por separado, sin embargo, cuando el sujeto se enfrenta a una

26
situación conflictiva y difícil, se combinan todos los factores de cada categoría
según sean necesarios.

1.2.1.1.3 Características del sujeto resiliente

Fonagy (1994) señala que en niños y adolescentes resilientes se desarrolla


un funcionamiento psicológico como protección, con las siguientes características:
mejores estilos de enfrentamiento, empatía, conocimiento y manejo adecuado de
relaciones interpersonales, voluntad y capacidad de planificación, autonomía,
locus de control interno y una motivación al logro autogestionada, un mayor
Coeficiente Intelectual y habilidades de resolución de problemas así como un
sentido del humor positivo. (Citado por Kotliarenco, et al, 1997)

Para Rimari (2008) los niños y adultos resilientes son paralelos en su


desarrollo y respuesta a las dificultades, conflictos y riesgos que afrontan. La
autora señala que los niños resilientes como sujetos competentes y sociales,
poseen habilidades para enfrentar la vida, tales como la capacidad de resolver
problemas, tomar iniciativa, y pensamiento crítico, además, agrega que son firmes
en sus propósitos y con una visión positiva acerca del futuro. En cuanto a los
adultos y adolescentes resilientes, los describe como personas capaces de
establecer relaciones positivas, de resolver problemas y dueños de una gran
automotivación para superarse y superar los problemas que se les presenten.

1.2.1.1.4 Enfoques de la resiliencia

La resiliencia es un tema que ha tomado importancia desde los inicios de


su investigación y desarrollo, diferentes autores la han descrito y desde diferentes
puntos de vista. Es por ello, que también han desglosado este tema, para
conceptualizarlo dentro de su propia área de investigación.

Teoría del desarrollo Psicosocial

27
Teoría realizada por Grotberg (1996), en donde indica que el componente
dinámico de ser resiliente o no serlo, va a depender de la interacción que se
produzca entre los factores y el papel de cada factor en los distintos espacios en
que el sujeto se desenvuelva.

Menciona cuatro categorías principales, que involucran características


genéticas y temperamentales, así también reúnen aspectos como la fisiología y
la neuroquímica, aspectos que influyen en la vulnerabilidad del sujeto frente a
las situaciones de riesgo y adversidad.

 “YO TENGO”: se refiere al ambiente favorable, relacionado a las fuentes


externas de defensa y protección, como lo son la familia, la comunidad o la
nación, que ayudan a refuerzar la resiliencia y brindan un modelo
adecuado de conducta.

 YO ESTOY/SOY: se refiere a los aspectos internos del sujeto y su fuerza


intra psíquica, que incluye un sentido de autonomía, control de impulsos,
autoestima, sentimientos de afecto y empatía.

 YO PUEDO: describe las habilidades adquiridas y orientadas a la acción,


las cuales son propicias para la interacción y expresividad social, así como
el manejo del estrés y de la angustia, la capacidad de resolución de
problemas, y la selección de opciones adecuadas.

Grotberg (1996) puntualiza que la resiliencia no es un atributo con el que


se nace o se adquiere, sino más bien la define como “un proceso que
caracteriza un complejo sistema social en un momento determinado del tiempo.
Una combinación de factores que permite hacer frente, superar y fortalecerse de
las adversidades.”

Teoría Psicoanalítica

Para Melillo y Suárez (2005) esta teoría describe a la autoestima como la


base del desarrollo de la resiliencia, que adjunta otros factores, designados
“Pilares de la Resiliencia” en donde los más importantes son: Autoestima,

28
Creatividad, Confianza, Introspección, Independencia, Moralidad, Capacidad de
Relacionarse y Humor.

La Autoestima, es descrita como la base de los demás pilares de esta


teoría. Amarse, respetarse y aceptarse, admitiendo y superando las cualidades
negativas, según los autores, son características de una autoestima sólida que
puede impulsar el desarrollo de la resiliencia. La Creatividad se define como
necesaria para proveer de diferentes perspectivas y tonalidades a la vida,
especialmente a las dificultades y adversidades, ya que fomenta el orden y la
belleza. En la adolescencia se observa en el moldeamiento y el uso de la
disciplina para producir arte.

La Confianza, integra aspectos positivos del individuo, que le permite


creer en los demás y en sí mismo. En cuanto a la Introspección los autores se
refieren a la “habilidad de autoexaminarse a sí mismo de forma honesta”. En la
adolescencia es visible en la capacidad de saber, conocer y comprender las
situaciones que suceden alrededor.

La Independencia se define como la capacidad de generar límites entre


uno mismo y los ambientes, especialmente los nocivos. En la adolescencia se
expresa en el hecho de no involucrarse en situaciones problemáticas. Por su
parte, Moralidad es descrita como la capacidad de entender y actuar bajo
valores y el deseo personal de bienestar a los semejantes. Se expresa en la
adolescencia, cuando se es capaz de realizar juicios morales
independientemente de los padres.

La Capacidad de Relacionarse es descrita como la habilidad para


establecer lazos y confianza con otras personas. Por último, el Humor describe
la comprensión de la tragedia, por medio de una perspectiva cómica, esta
habilidad ayuda a sobreponerse de forma transitoria a los sentimientos
negativos, generados por las situaciones difíciles.

La síntesis de estos pilares o factores, desarrolla la capacidad de


Pensamiento Crítico, el cual es necesario para analizar las causas de las
dificultades que se sufren, evolucionando en la resiliencia del individuo.

29
Enfoque Social

Ballesteros y García (2005), en sus estudios relacionan la resiliencia en el


trabajo social con la promoción de factores protectores y el fortalecimiento de
características resilientes en los sujetos. Definen la resiliencia como una
estrategia de enriquecimiento a la acción profesional de los trabajadores
sociales, ya que centra la visión en la identificación de los recursos personales y
sociales de los sistemas humanos.

Según Villalba (2003) es importante la orientación social basada en


resiliencia para los niños, adolescentes, adultos y familias en alto riesgo ya que
mediante la resiliencia, estos individuos o grupos son capaces de afrontar
riesgos y adversidades mediante los factores de protección y las cualidades de
la resiliencia.

Teoría del Modelo del Desafío

Esta teoría presentada por Wolin y Wolin (1993), los autores expresan
que frente a adversidades o fuerzas negativas expresadas en daños, estos
(daños), no actúan de forma directa y lineal en las personas, sino que
encuentran un escudo de resiliencia en los niños, adolescentes o comunidad,
que no permitirá a estos factores adversos dañar, sino al contrario rebotarán
para transformarlos positivamente.

Los autores se han apoyado en la creación de una figura, para explicar su


teoría, la cual denominan como “Mandala de las Resiliencias”, la cual pose
diferentes “fuerzas” denominados como los pilares de la resiliencia.

Estos pilares, son constituidos por “Siete resiliencias”: Introspección,


Independencia, Interacción, Iniciativa, Creatividad, Humor y Moral. Para los
autores, estos pilares evolucionan progresivamente a la vez que las etapas del
desarrollo de una persona, adoptándose ante diferentes manifestaciones en
cada una de las etapas. Los autores afirman que en la adolescencia, estos
pilares se agudizan y llegan a ser deliberados. Y en la edad adulta se
ensanchan y profundizan, hasta llegar a ser una parte perdurable de la
personalidad.

30
Teoría sistémica

Cyrulnik (2001) nos menciona que la resiliencia es el producto del individuo


afectado por el trauma o el contexto de alto riesgo, y el entorno social en su
ayuda. Como mínimo la relación de dos sujetos, en donde el sistema debe ser
funcional. Ante esta posibilidad se construye la resiliencia. (Citado por Bouche e
Hidalgo, 2006).
Bouche e Hidalgo (2008) destacan que es la organización del medio lo
que pone en marcha un rasgo de estabilidad interna en el adolescente, ya que
este aprende a ser vulnerable. Agrega que los mecanismos de Resiliencia
dependen del discurso que el adolescente haya hecho sobre sí mismo y
consecuencias del efecto del discurso social. Así la interacción permanente
entre factores intrínsecos y extrínsecos teje el destino de vida de las personas.

Por otro lado, para Salgado (2005) en su investigación sobre resiliencia considera
5 dimensiones principales de la resiliencia:

Empatía
La autonomía ha sido conceptualizada muchas veces por Hoffman (1975,
1981, 1982, 1983) como la experiencia que involucra el afecto vicario de los
sentimientos de otra persona. Se le considera como el resultado de una
evolución interactiva en donde interviene componentes cognitivos y afectivos
que se desarrollan con el tiempo. (Citado por Fuentes et al., 1993)

También ha sido definida como la capacidad que posee la persona de


inferir los pensamientos y sentimientos del resto, lo que causa sentimientos de
simpatía, comprensión y ternura. (Citado por Batson et al., 1997)

Autonomía
La Regional Training (1999) define como la capacidad para tomar
decisiones de forma impediente, así como sus acciones. Estas acciones y
decisiones están relacionadas con sus intereses en conformidad al momento del
desarrollo. (Citado por Pánez, 2002)

31
Humor
Según Wolin & Wolin (1993) Humor es la habilidad que permite disponer
de un espíritu alegre, positivo y que se aleja de un foco de tensión. Es encontrar
alegría en medio de la dificultad. (Citado por Lara et al, 2000)

Creatividad
Para Wolin & Wolin (1993) durante la niñez y la adolescencia la creatividad
es la capacidad de creación reflejada en los juegos, que permiten alejarse del
miedo, la soledad y diferentes emociones negativas. En la adolescencia se refiere
al desarrollo de las habilidades artísticas que pueden ser bailar, escribir, dibujar,
etcétera. En la adultez se puede reflejar en las personas que componen y
construyen. Creatividad es, la capacidad que a través de la belleza y el orden,
obtiene un propósito en las situaciones de dificultad. (Citado por Salgado, 2005)

Autoestima
La Regional Training (1999) describe la autoestima como la evaluación y
valoración que se tiene sobre sí mismo, por medio de sentimientos e ideas que
proceden de el autoconocimiento, al igual que de su entorno socio-cultural y de
los mensajes que reciben de personas a su alrededor. De igual forma es un
sentimiento valorativo del sujeto, de cómo se identifica, en totalidad de un
conjunto de rasgos corporales, psicológicos y espirituales que establecen la
personalidad. (Citado por Pánez, 2000)

1.2.1.2 Definición de adolescente

Según la Organización Mundial de la salud (2007) la adolescencia se


define como la “etapa que transcurre entre los 11 y 19 años, considerándose dos
fases, adolescencia temprana de 12 a 14 años y la adolescencia tardía de 15 a
19 años.”

Así mismo, según legislación peruana (Ley N° 27337) ubica al


adolescente entre los 12 a 18 años de edad, lo que coincide con las edades
aproximadas en que se inician las modificaciones sexuales y la culminación del
crecimiento.

32
Para El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, (2011)
el intervalo de edad en el que se considera adolescentes a las personas, es
entre los 10 a 19 años de edad.

Ardila (2007) indica la dificultad de precisar el concepto de adolescencia.


Afirma que las definiciones pueden ir desde la cultura, condicionamiento, hasta
definirla como la etapa natural del desarrollo humano. La autora describe el
intervalo de la adolescencia alrededor de los 13 a 19 años.

Lutte (1991) fija los límites de la adolescencia en el intervalo de 10 a 20


años de edad. El autor también indica la dificultad de precisar la definición de
adolescencia, ya que existen diversas perspectivas, que desde su investigación,
describe tres categorías en función a tres orientaciones diferentes: orientación
biológica que considera la adolescencia como una fase universal y natural del
desarrollo humano; orientación cultural que la interpreta como una invención
necesaria para el pleno desenvolvimiento de la personalidad y la supervivencia.
Y la orientación histórica que analiza la adolescencia como un período de
marginación y de subordinación que deriva de estructuras socio económicas
basadas en el provecho y el poder de minorías privilegiadas.

Pineda y Aliño (1999), definen a la adolescencia como “una etapa entre la


niñez y la edad adulta, que cronológicamente se inicia por los cambios
puberales y que se caracteriza por profundas transformaciones biológicas,
psicológicas y sociales, muchas de ellas generadoras de crisis, conflictos y
contradicciones.” Las autoras agregan que la adolescencia, no es sólo un
periodo de adaptación a los cambios corporales, sino también es una fase de
grandes determinaciones hacia una mayor independencia psicológica y social.

Para Papalia, Wendkos y Duskin (2009) la adolescencia es una transición


de la infancia a la adultez, que conjuntamente al desarrollo físico, incluye
aspectos cognitivos y emocionales, en donde el adolescente es capaz de asumir
diferentes entornos sociales, culturales y económicos.

Peñaherrera (1998) por su parte, define la adolescencia desde una


perspectiva biopsicosocial, en donde ésta es vista como un proceso complejo en
donde los sujetos transforman el estatus de niño al estatus de persona joven.

33
Monks (1987) define la adolescencia como un período durante el cual el sujeto
en crecimiento, se enfrenta a diferentes formas de vida, situaciones sociales y
opiniones significativas, en conjunto al desarrollo de un repertorio propio de
comportamientos.

1.2.1.2.1 Desarrollo físico del adolescente

En los adolescentes, los cambios más notables se producen en el área


física, que en forma general pueden suceder dentro del intérvalo de 10 a 20 años
de edad. Según Morla (1998) la adolescencia puede subdividirse en adolescencia
temprana (10 a 14 años), adolescencia media (15 a 16 años) y adolescencia
tardía (17 a 20 años). Según el autor, la iniciación de estos cambios físicos donde
hay una maduración sexual, se le define como pubertad.

Para Gutiérrez, Berdasco, Esquivel, Jiménez y Posada (1999) el


desarrollo físico del adolescente, puede iniciar desde los 8 años, hasta los 19
años de edad. Los autores afirman que dentro de estos cambios de la
adolescencia, ambos sexos experimentan la aparición del llamado “estirón del
crecimiento” que es una aceleración del crecimiento en diferentes dimensiones,
tales como las esqueléticas, las de los órganos internos,. También se producen
cambios en la composición corporal: modificaciones en la cantidad y distribución
de la grasa y el desarrollo del tejido muscular.

Para Ballano y Esteban (2009) los cambios físicos en el proceso del


desarrollo de la etapa de la adolescencia, son principalmente biológicos y
endocrinos, los cuales que culminan en la madurez sexual. Se describe la
importancia de la transformación respecto al crecimiento en la altura y estructura
del cuerpo.

Delval (1995) separa la definición y desarrollo de adolescencia con el


término de pubertad. Los cambios en la pubertad son iniciados mediante la
aceleración del crecimiento, en talla y peso, que se había ido desacelerando
después del nacimiento. Los cambios en la etapa de la adolescencia son
iniciados por el cambio de hormonas, las cuales algunas aparecen por primera
vez mientras que otras simplemente producen cantidades mayores que en
etapas anteriores del desarrollo del niño. Dentro de estos cambios, cada

34
hormona actúa sobre diversos receptores en donde, de forma gradual, afectan
el aumento de la longitud del cuerpo, a su forma y a las relaciones entre las
partes, al desarrollo de los órganos reproductivos y a los caracteres sexuales.
Pd el autor, muchos de estos cambios del crecimiento son semejantes en
hombres y mujeres.

Papalia, Wendkos y Duskin (2009) describen estos cambios como el


resultado del aumento en la producción de las hormonas relacionadas
mayormente con el sexo y crecimiento. Estos cambios hormonales ocurren en
dos etapas: adrenarquia, que es la maduración de las glándulas suprarrenales,
seguida de algunos años después por la gonadarquia, la maduración de los
órganos sexuales. El aumento de la actividad hormonal depende de una
cantidad de grasa, la cual se debe alcanzar para que la reproducción hormonal
sea exitosa. Para las autoras, los cambios pueden comenzar a los 8 años en las
niñas y a los 9 años en los niños.

1.2.1.2.2 Desarrollo del cerebro adolescente

Anteriormente se creía que la mitad de las conexiones cerebrales se


encontraban ya establecidas después del desarrollo primario del niño según. El
orden cronológico de este desarrollo se sitúa cuando el niño entraba en el jardín
de infancia (6-7 años de edad), creyéndose que la única tarea del desarrollo
cerebral restante era asegurar estas conexiones. Según UNICEF (2002)
estudios recientes muestran que el continuo ciclo de crecimiento, se da cada
pocos años, en donde a partir de los 11 años de edad, se produce una explosión
de actividad eléctrica y fisiológica en donde se reorganizan millones de redes
neuronales que afectan las aptitudes emocionales, las habilidades físicas y
mentales. Durante el inicio de la adolescencia también se produce un avance en
el pensamiento abstracto. El córtex prefrontal cerebral, desarrolla nuevas
funciones y no madura hasta la edad de 18 años.

Oliva (2007) explica que según estudios recientes con técnicas de


neuroimagen, se ha estudiado que la corteza pre frontal del cerebro, continua
desarrollándose hasta entrada la adolescencia, incluso durante la adultez
temprana. Otros cambios repercuten al circuito meso límbico, relacionado con la

35
búsqueda de recompensas y con la motivación. Este circuito se ve influido por
alteraciones hormonales asociadas a la pubertad. Como consecuencia, durante
los primeros años de la adolescencia se produce un desequilibrio entre ambos
circuitos cerebrales, el cognitivo y motivacional. Este desequilibro genera cierta
vulnerabilidad y justifica el aumento de la impulsividad y las conductas las
conductas de asunción de riesgos.

Para Papalia, Wendkos y Duskin (2009) en la etapa de la adolescencia el


cerebro no se encuentra totalmente desarrollado, ya que según estudios, los
adolescentes procesan la información sobre las emociones con la amígdala, en
tanto que los adultos utilizan el lóbulo frontal. En consecuencia, los adolescentes
realizan juicios menos precisos y razonados. Estos estudios fortalecen las
razones, del por qué los constantes riesgos tomados por los individuos dentro
de la adolescencia.

1.2.1.2.3 Características del comportamiento en la adolescencia

En la adolescencia se experimentan diferentes cambios, pero el


comportamiento es uno de los más característicos de esta etapa. El niño
experimenta un cambio radical, que puede ser definido como “rebelde” o
“riesgoso”. Los cambios de comportamiento se desarrollan en conjunto a los
cambios físicos, y pueden encajar dentro de las características típicas que
experimentan los adolescentes.

Monks (1987) describe seis características típicas del comportamiento en


la adolescencia: apego, autonomía, amistad, sexualidad, logro e identidad. El
apego está vinculado a un cambio profundo en la relación con los padres,
específicamente el desligue, produciéndose en consecuencia nuevos vínculos
con otras personas. La autonomía se define como el poder de confianza en sí
mismo, se relaciona a la independencia y la capacidad en la toma de decisiones.
La característica de la amistad evoluciona en esta etapa, ya que se construyen
fuertes lazos de amistad junto al crecimiento de la autoreflexión que permite la
posibilidad de divisar el propio mundo y el de los demás. El comportamiento
sexual a través de los cambios biológicos recibe nuevas dimensiones hasta
alcanzar una transformación. El logro, está relacionado a la capacidad individual

36
y al progresivo aumento de las obligaciones. La identidad es la transformación
de la propia imagen en la identificación del YO, que se evidencia y estabiliza
aumentando la confianza en la estabilidad interior.

Para Pineda y Aliño (1999) el comportamiento adolescente, observado


desde una perspectiva psicosocial, reúne las siguientes características: “la
búsqueda de sí mismo, y de su identidad, la tendencia grupal promovida por la
necesidad de pertenencia, manifestaciones y conductas sexuales debido a la
maduración sexual, relaciones conflictivas con los padres que oscilan entre la
dependencia y la necesidad de separación de los mismos y por último la
necesidad de formulación y respuesta para un proyecto de vida.”

1.2.1.2.4 Factores de riesgo en la adolescencia

La Organización Mundial de la Salud, define los factores de riesgo como


“cualquier rasgo, característica o exposición de un individuo que aumenta su
probabilidad de sufrir una enfermedad o una lesión”. En América Latina alrededor
de un 25 - 32% de la población de 12 a 24 años de edad viven con factores de
riesgo, tales como la adicción de drogas, deserción escolar, maternidad
adolescente y problemas con las autoridades (UNICEF).

Maddaleno (1994) afirma que en la adolescencia los sujetos enfrentan más


riesgos de padecer crisis de distinto orden, que en otras etapas del desarrollo, ya
que los adolescentes están expuestos a conductas de riesgo, en distintos niveles,
como socioeconómicos, físicos, psíquicos, de maduración y sexuales.

Existen diversos factores de riesgo en la adolescencia, esta investigación


toma los más conflictivos en su desarrollo y los que conllevan a actividades
delincuenciales:

Contexto Sociocultural
En 1998 la Defensoría del Pueblo en conjunto con el Instituto
Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el
Tratamiento del Delincuente (ILANUD) entrevistaron a 467 adolescentes (438
hombres y 29 mujeres) internos en los Centros Juveniles del Perú, con la finalidad
de conocer y realizar un perfil personal, social, jurídico y económico del

37
adolescente infractor peruano. Los resultados del estudio indican que el 85% de
los adolescentes viven en circunstancias sociales y económicas difíciles y
proceden de sectores de la población que viven en extrema pobreza. (Defensoría
del Pueblo, 2000).
Para Sanabria y Uribe (2010) el factor sociocultural influye en el
comportamiento antisocial y delictivo del adolescente. Según el autor, es
recurrente observar que las personas con comportamientos delictivos habitan en
contextos sociales desfavorecidos, deteriorados, desorganizados, con baja
supervisión policial, y con frecuente venta de drogas ilegales y alcohol.

Consumo de drogas
Cruz, Bandera y Gútierrez (1999) definen el concepto de droga como una
“sustancia introducida en el organismo vivo, que puede modificar una o más de
sus funciones normales.” Éstas sustancias pueden ser adictivas o psicoativas, en
donde las adictivas producen un estado de dependencia psíquica, física o ambos.
Y la droga psicoactiva puede alterar el funcionamiento mental. Para Papalia,
Wendkos y Duskin (2009) el abuso de sustancias como lo es el alcohol u otras
drogas, puede conducir a la dependencia (adicción) de drogas más peligrosas, las
cuales en la adolescencia pueden estimular partes del cerebro que se encuentran
cambiando en esta etapa.
Rossi (2008) considera que es fundamental tomar en cuenta las
necesidades no satisfechas en el tema del consumo de drogas, frente a los
adolescentes, ya que las respuestas más frecuentes ante la pregunta “¿por qué
tomas drogas?” son curiosidad, búsqueda de experiencias placenteras,
pertenencia y aceptación de un grupo, demostración de rebeldía, deseos de
independencia, experimentación de emociones violentas o peligrosas y el evadir
una realidad conflictiva. Para la autora también es esencial tomar en cuenta los
factores familiares en el consumo de drogas, ya que las malas relaciones entre
padres e hijos, la incapacidad de comprensión e indiferencia en conjunto a la
ausencia de comunicación y conflictos conyugales entre los padres, se marcan
pautas claras de comportamientos que pueden en consecuencia desembocar en
el consumo y adicción de drogas.

38
Por su parte Peñaherrera (1998) interpreta los comportamientos de riesgo
de consumo de drogas como un intento para lograr la aceptación y respeto de un
grupo específico. El autor afirma que este comportamiento de riesgo en los
adolescentes brinda la ilusión de autonomía frente a los padres, y la búsqueda de
un paso hacia un estatus más adulto.

Grupos de iguales
Según Melendro (2000) la mayor causa de la importancia de los grupos de
iguales en los adolescentes, es la desvinculación de los padres y el hogar, lo que
genera en el adolescente un vacío emocional que en la mayoría de los casos es
llenado por un grupo de compañeros. Este grupo de iguales satisface un conjunto
de necesidades en los adolescentes, y a su vez desarrolla procesos de
socialización y creación de identidad, el cual ya ha sido iniciado en la familia y la
escuela.
Sánchez, Moreno, Muñoz y Pérez (2007) relacionan el grupo de iguales con
el consumo de drogas, debido a que en el proceso de la adolescencia, se
disminuye paulatinamente el control conductual de los padres sobre sus hijos. De
igual manera, la nueva independencia experimentada por los adolescentes,
convierten a los grupos de iguales en un contexto idóneo para comenzar a
consumir drogas.

Lutte (1991) señala que el grupo de iguales concede un estado autónomo


en los adolescentes, ya que se diferencia de la sociedad y los adultos, “creando
así un lazo estructural entre los grupos de adolescentes y la conducta desviada.”

Familia disfuncional

Puede considerarse como factor de riesgo, una familia disfuncional o que


presente un desarrollo y funcionamiento inadecuado. Ya que obtiene y propicia la
aparición de síntomas y enfermedades en sus integrantes. (UNICEF, 2004, United
Nations International Children’s Emergency Fund).

Las tres funciones principales de la familia son las siguientes: la


económica, la biológica, y la educativa, cultural y espiritual. El funcionamiento
familiar se puede valorar dentro de estos indicadores. Si la familia es capaz de
satisfacer las funciones principales (materiales y espirituales) de sus integrantes.

39
Pero, para poder efectuar un análisis del funcionamiento familiar, es primordial
verlo desde una perspectiva sistemática, ya que la familia es un sistema
compuesto por subsistemas (integrantes) y a la vez integrado por un sistema
mayor: la sociedad. (Ministerio de Promoción de la mujer y del desarrollo humano,
2000, Promudeh).

En el funcionamiento familiar no existe un criterio único de los indicadores


que lo miden. Algunos autores plantean que la familia se hace disfuncional
cuando no se tiene la capacitad de asumir cambios, es decir, sus miembros. Otros
autores señalan como características disfuncionales la incompetencia intrafamiliar
y el incumplimiento de sus funciones básicas.

De manera general se pueden considerar como indicadores para medir


funcionamiento familiar los siguientes:

 Cumplimiento eficaz de sus funciones: (económica, biológica y cultural-


espiritual).

 Que el sistema familiar permita el desarrollo de la identidad personal y la


autonomía de sus miembros.

 Otra condición necesaria para que funcione adecuadamente la familia es


que exista flexibilidad o complementariedad de rol, es decir, que los
miembros se complementen recíprocamente en el cumplimiento de las
funciones asignadas y éstas no se vean de manera rígida. También debe
tenerse en cuenta la jerarquía o distancia generacional que puede darse de
una manera horizontal (cuando se tiene el mismo poder) o de una manera
vertical (cuando hay diferentes niveles de jerarquía). La familia se hace
disfuncional cuando no se respeta la distancia generacional, cuando se
invierte la jerarquía, (por ejemplo: la madre que pide autorización al hijo
para volverse a casar) y cuando la jerarquía se confunde con el
autoritarismo.

 Que en el sistema familiar se dé una comunicación clara, coherente y


afectiva que permita compartir los problemas entre los integrantes.

40
 Que el sistema familiar sea capaz de adaptarse a los cambios: La familia
funciona adecuadamente cuando no hay rigidez y puede adaptarse
fácilmente a los cambios. La familia es un continuo de equilibrio-cambio.
Para lograr la adaptación al cambio, la familia tiene que tener la posibilidad
de modificar sus límites, sus sistemas jerárquicos, sus roles y reglas, en fin,
de modificar todos sus vínculos familiares.

Violencia o maltrato familiar


La familia es una de las instituciones sociales más difícil de identificar en
violencia. Los adolescentes encuentran muchas dificultades en reconocer que sus
padres practiquen violencia contra ellos. Esta violencia puede expresarse de
muchas formas: abuso físico, psicológico, sexual, abandono físico y emocional,
negligencia y explotación del trabajo infanto-juvenil. Cruz, Bandera, Gútierrez
(1999)
El abuso de los otros con menos poder, es ejercido por alguien con mayor
poder, en la violencia familiar. Se define la violencia familiar como a todas las
formas de abuso, dentro del hogar en donde afecta a las relaciones entre los
miembros de la familia. Esta relación de abuso se ocasiona en donde una de las
partes proporciona daño psicológico y/o físico a otro integrante. El daño puede ser
por acción u omisión, en donde el contexto es el desequilibrio de poder.

La relación del abuso debe ser crónica, para establecer un caso de


violencia familiar. En este caso, los miembros se relacionan rígidamente, deben
actuar como el sistema familiar les impone y su propia identidad no es aportada,
esto se identifica como “familias disfuncionales”.

Las principales características de una familia que sufre violencia familiar son:

 Las familias tienen una organización fija de forma jerárquica. Sus miembros
interactúan de forma rígida, sin aportar su identidad. Los sujetos actúan
como la familia o el poder impone.
 Algunas personas muestran una disminución en su rendimiento laboral. Y
así mismo los niños y adolescentes tienen problemas de aprendizaje y
trastornos de la personalidad.

41
 De forma general, las personas que son afectadas, se criaron dentro de
éste mismo contexto (violencia) dándose una reproducción del mismo
patrón en sus relaciones futuras.

En la violencia doméstica los más afectados son los niños, adolescentes y las
mujeres. Una gran parte de los padres consideran la violencia doméstica como
método educativo o correctivo, esto asociado con la pobreza y un deficiente nivel
educativo. (Unicef, 2004).

Tipos de maltrato
Según (Promudeh, 2001) los tipos de maltrato directo o indirecto son:
 Maltrato Físico: se refiere a cualquier lesión infligida, que no es
accidental y que provoca un daño físico o enfermedad. Puede ser el
resultado de uno o dos incidentes aislados, o puede ser una situación
crónica de abuso.

 Maltrato Sexual: se refiere a cualquier implicación de niños,


adolescentes o adultos, dependientes o inmaduros en cuanto a su
desarrollo, en actividades sexuales que no comprenden plenamente y
para los cuales son incapaces de dar un consentimiento informado. En
el caso de los niños y adolescentes es el tipo de contacto sexual por
parte de un adulto o mayor, con el objetivo de lograr excitación y/o
gratificación sexual. La intensidad del abuso puede variar de la
exhibición sexual a la violación. De todas las formas de abuso, el abuso
sexual es el más difícil de reconocer y aceptar.
 Abuso y Abandono Emocional: el abuso emocional generalmente se
presenta bajo las formas de hostilidad verbal, como por ejemplo
insultos, burlas, desprecio, críticas o amenazas de abandono. También
aparece en la forma constante bloqueo de las iniciativas infantiles por
parte de algún miembro de la familia. Provoca graves trastornos
psicológicos. El abandono emocional puede expresarse de modo
pasivo, sin brindar afecto, apoyo y la valoración que todo adolescente
necesita para crecer psicológicamente sano.
 Abandono material o físico: es un maltrato pasivo y se presenta cuando
las necesidades físicas del adolescente como alimentación,

42
abrigo, higiene y protección no son atendidas en forma temporaria o
permanentemente por ningún miembro del grupo que convive con el
adolescente.
 Adolescentes testigos de violencia familiar: se refiere cuando los
adolescente presencian situaciones crónicas de violencia entre sus
padres. Estos adolescentes presentan trastornos emocionales muy
similares a quienes son víctimas de abuso.

Principalmente de estas formas, directa o indirectamente se causa un


abandono, sea que el adolescente huya por ser víctima de abusos sexuales o
físicos y no sea luego buscado por sus padres o tutores o por el mismo abandono
en sí.

1.2.1.3 Adolescentes y resiliencia

Como anteriormente se ha descrito, la adolescencia es una etapa de


transición: en un corto lapso el sujeto pasa de la infancia a la edad adulta. Estos
cambios fisiológicos y cognitivos se van manifestando en conjunto a los nuevos
retos y obstáculos típicos de esta etapa: el deseo de independencia de la familia,
la necesidad de la búsqueda de identidad, el cumplimiento de roles sociales con
sus compañeros y con el género opuesto, a la vez que se les exige tomar
decisiones sobre su futuro.

Vinaccia, Quiceno, y Moreno (2007) refieren que los adolescentes en esta


etapa, perciben que no pueden enfrentar sus problemas de forma eficaz: “su
comportamiento puede tener efectos negativos no sólo en su propia vida sino
también en el funcionamiento de sus familias y la sociedad.”

Guillén (2005) por su parte, explica que no todos los adolescentes corren
los mismos riesgos, ya que algunos están más expuestos que otros a las
limitaciones y adversidades que pueden impedirles llegar a ser adultos
responsables y constructivos. La autora aclara, que “la estigmatización del
periodo adolescente no favorece a la resiliencia, haciendo que las capacidades
resilientes se bloqueen, se obstaculicen y se impida su expresión, en donde la
invisibilidad y la exclusión hacen que se construya de modo confuso e incompleto
la identidad del adolescente, aumentando su vulnerabilidad y la propensión a

43
adoptar conductas riesgosas.” También aclara, que en la adolescencia existe una
necesidad de ser reconocido, que en consecuencia puede llevar a que el
adolescente prefiera ser alguien temido o detestado, a verse como alguien no
reconocido o “no ser nadie”. Estas conductas pueden generar riesgos graves, que
en conjunto con otros factores (individuales o de sus círculos sociales) producen
una conducta antisocial y baja autoestima. Esto para la autora, bloquea
severamente el desarrollo de la resiliencia.

1.2.3.1 Resiliencia según sexo

Grotberg (1996) (citado de Peña, 2009) indica que el género es una


variable de resiliencia. Señala que los varones se perciben con dificultades en la
comunicación e inseguros, en su contraparte las mujeres que son vistas como
más flexibles , con más habilidades personales y dependientes de las figuras de
apego. En la resolución de conflictos, los varones tienden a ser más pragmáticos,
en tanto que las mujres tienden a contar con más fortalezas internas. En la
interacción con el ambiente, los varones desarrollan con mayor facilidad
perturbaciones emocionales y de conducta que las mujeres, cuando son
expuestos a discordia familiar, los varones reaccionan de forma más frecuente
con conductas de oposición disociadora en lugar de reaccionar con dolor
emocional.

1.2.1.4 Definición de adolescente infractor

El concepto “adolescente infractor” es difícil de definir. De forma jurídica,


en esta etapa el menor carece de capacidad de ejercicio frente a las leyes
peruanas, hasta la edad de 18 años. Es por ello, que hasta antes de adquirir la
mayoría de edad el menor no puede considerarse como un sujeto activo de un
delito, aunque su conducta se adecue a la infracción. Por esta razón, dentro de la
ley se utilizan instrumentos jurídicos muy distintos de los aplicados a los
delincuentes adultos.

Para Cruz (2007) los adolescentes infractores, pueden definirse como


“aquellas personas menores de 18 años que realizan conductas tipificadas como
delitos por las leyes penales vigentes, no siendo aplicable en el caso del menor,
la noción de la “pena” como consecuencia del acto ilícito, por no poderse

44
acreditar su conducta antijurídica como delito”, ante esto para la autora, surge la
necesidad de someterles a un régimen especial de atención, uno especial que
busque protegerlos y tutelarlos. Germán y Ocáriz (2009) describen el concepto
de “menor infractor” como a los adolescentes mayores de 14 años y menores de
18 años, con comportamientos contrarios a la ley.

Angenent y De Mann (1996) definen la conducta antisocial del tipo


delincuencial en adolescentes, como aquellas actividades consideradas
indeseables o inaceptables ante las normas y costumbres de la sociedad. Para
los autores las formas más graves de conductas delincuenciales se llaman
trastornos de conducta, por lo que concluyen que la delincuencia juvenil es un
trastorno del comportamiento penado por la ley.

Los comportamientos fuera de la ley de los adolescentes, es interpretada


por Lutte (1991) como un “comportamiento patológico que surge en las
sociedades industriales y que deriva de causas familiares, individuales y
sociales.”

1.2.1.4.1 Privación de libertad

Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) (2008)


la privación de libertad se define como “Cualquier forma de detención,
encarcelamiento, institucionalización, o custodia de una persona, por razones de
asistencia humanitaria, tratamiento, tutela, protección, o por delitos e
infracciones a la ley, ordenada por o bajo el control de facto de una autoridad
judicial o administrativa o cualquier otra autoridad, ya sea en una institución
pública o privada, en la cual no pueda disponer de su libertad ambulatoria…”

En El Código de Niños y Adolescentes en el Perú (2000), la privación de


libertad tiene un sentido de alcance en donde los derechos como ser humano
del adolescente son conservados y a su vez la sanción aplicada, reviste
aspectos organizativos, educativos y de rehabilitación. Según el artículo 235 de
dicho código, la internación se aplicará como último recurso.

45
Pattishall, (1994, en Morales, 2008) señala que la reclusión, perjudica el
incremento de costos de salud a una nación, causando el deterioro de una
estructura social y reduciendo la productividad.

Efectos de la privación de libertad

Para Vásquez (2011) la privación de libertad, tiene las siguientes


consecuencias en los adolescentes:

 Trastornos de la vivencia y expresión de la emocionalidad: indiferencia


afectiva, que les permite enfrentar y protegerse del sistema carcelario;
pero no les permite percibir reacciones emocionales tanto personales
como del sufrimiento ajeno.

 El adolescente aprende a desarrollar vínculos superficiales y


manipulativos con su medio.

 Pérdida de la individualidad y la autonomía del adolescente.

 Pérdida de noción del espacio temporal, lo que implica el deterioro de la


capacidad de desarrollar aspectos cognitivos relacionados con el
establecimiento de metas y la proyección de vida.

 Se favorece la impulsividad y la intolerancia.

 La pérdida de cercanía familiar y otras figuras adultas o pares


significativos, potencia en que el adolescente termine la construcción de
su identidad a partir del contexto carcelario.

 Se obstruye el desarrollo de construcción de identidad e integración


positiva.

 Reacciones de frustración con un aumento progresivo de conductas


violentas en el enfrentamiento con el entorno.

Por su parte, Font, Fernández, Escurriol, Roig, Leyton y Moreno (2006)


refieren que los efectos psicológicos del encarcelamiento dependerá de diversas
circunstancias (ubicación, régimen, condiciones de vida penitenciaria, etcétera)
pero que aun así, se puede hacer una relación genérica de efectos comunes:

46
 Alteraciones en la imagen de sí mismo: disminuye la autoestima,
devaluación de la autoimagen, incremento del egocentrismo y
autoaislamiento.

 Alteración en la capacidad volitiva y autonomía personal: pérdida de


sentido de la responsabilidad, incapacidad para organizar su vida,
creación de un estado de dependencia (disminución de
autodeterminación y la autonomía).

 Alteraciones en la imagen de la realidad exterior: pérdida del sentido de la


realidad, expectativas de futuro sobrevaloradas, falta de perspectiva de
futuro, formación de una imagen ilusoria del mundo exterior, sentimiento
de estigmatización social.

 Alteraciones psíquicas y del estado del ánimo: estados de ansiedad,


depresión, abatimiento, depresión e ideas de suicidio.

 Alteraciones de la efectividad y la sexualidad: alteraciones de la


sexualidad, sensación de desamparo y sobremanda afectiva.

 Alteraciones actitudinales: aumento de autoritarismo, incremento de


hostilidad, incremento en la posibilidad de reincidencia, demanda a la
institución porque se hace cargo de sus necesidades.

 Hábitos de comportamiento: falta de interés en la presentación personal,


inactividad en el tiempo libre, empobrecimiento general de conducta,
búsqueda de beneficio inmediato.

Basaldúa y Miranda (2011), por su parte, explican que “El encierro daña
al ser humano, en todas sus dimensiones, en lo físico, lo emocional, lo
intelectual, lo vincular. El encierro diluye las posibilidades de elección libre. El
encierro ciega la capacidad de percibir las fortalezas no descubiertas que posee
el ser humano. En definitiva, el encierro obtura la posibilidad de construir un
proyecto de vida.”

Tarrazza (1993) indica que la incorporación de un individuo en prisión,


facilita la pérdida de su identidad, ya que en la institución de reclusión, se
produce un proceso de construcción de una identidad institucional.

47
1.2.1.4.2 Adolescente Infractor en el Estado Peruano

Según el artículo 183 de El Código de los Niños y Adolescentes del Perú


(2000), se considera infractor al adolescente cuya responsabilidad ha sido
determinada como autor o partícipe de un hecho punible tipificado como delito o
falta en la Ley Penal. En el artículo 191 de dicho código, regula expresamente
que el sistema de justicia infractor se orienta a su rehabilitación y a encaminarlo
a su bienestar.

En la actualidad en Perú, existen nueve Centros Juveniles que atienden


en Sistema Cerrado y tres Servicios de Orientación al Adolescente para la
atención en el Sistema Abierto. De los nueve Centros Juveniles que atienden en
Sistema Cerrado, ocho albergan a varones y uno a mujeres que provienen de
distintas regiones del país. La población de Adolescentes Infractores hasta
septiembre de 2013 Según el Poder Judicial (2013) es de 1702 en Sistema
Cerrado y 941 en Sistema Abierto. De estos datos, 709 adolescentes infractores
pertenecen al Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación Lima y 45
adolescentes infractoras (mujeres) del Centro Juvenil de Diagnóstico y
Rehabilitación Santa Margarita.

1.2.1.4.3 Tratamiento del adolescente infractor

Según la Resolución Administrativa N° 129-2011-CE-PJ en el año 2011,


se aprueba el documento normativo denominado “Sistema de Reinserción
Social del Adolescente en Conflicto con la Ley Penal” (SRSALP) que consiste en
una serie de programas, métodos, técnicas e instrumentos de carácter
educativo, acorde a las leyes y normas compatibles con los derechos humanos.
(Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, 2011)

El Poder Judicial (2003) menciona que el SRSALP se basa en cuatro


principios: La razón, como pilar en el tratamiento del adolescente infractor,
basando el cambio de actitud a través del conocimiento y razonamiento, para
que perdure como motor de una conducta libre y responsable. La Fe como
canalizador de energía y convicción del adolescente, así como la adquisición de
valores espirituales y morales. El Respeto el cual debe inculcarse en el
adolescente mismo y hacia los demás. Y por último, El Afecto que significa

48
educar bajo una relación espontánea, sincera, madura, cálida y personalizada
entre el adolescente y el educador.

Según el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial (2011), en “este sistema se


utiliza una metodología pedagógica – preventiva por medio de un conjunto de
programas graduales, secuenciales e integrados que actúan de forma evolutiva
en el adolescente hasta conseguir el autogobierno como expresión de su
readaptación.” Estos programas son:

Programa I: Inducción y diagnóstico


En este programa el objetivo es acercarse positivamente al adolescente,
usando como base el respeto mutuo, instruyéndolo a aceptar el cambio en su
situación jurídica. En esta etapa se realiza la evaluación del adolescente, por
medio del Equipo Técnico para que así se pueda emitir un diagnóstico en el
informe Multidiciplinario Inicial. El el adolescente podrá permanecer como
máximo, 50 días, en este programa, salvo orden de externamiento del juzgado.

Programa II: Preparación para el cambio


El propósito principal de este programa es promover un cambio personal
por medio de la confianza, reflexión, convencimiento y compromiso. Así también
se promueve el buen uso de espacios, tiempo y un reforzamiento de hábitos
adecuados de convivencia y disciplina. Para orientar este proceso de cambio,
se refuerza la participación de la familia por medio de visitas domiciliarias, una
Escuela de Padres y talleres formativos básicos terapéuticos. El tiempo que
permanece el adolescente en este programa se determinará por el logro de
objetivos, la estadía es como mínimo de cinco meses.

Programa III: Desarrollo personal y social


En este programa el adolescente se incorpora en el proceso formativo
que incluye la internalización y fortalecimiento de valores, se promueve el
cambio de actitud contra la autoridad, su familia y la sociedad. Se busca
desarrollar potencialidades e incrementar hábitos adecuados de
comportamiento, por medio de técnicas de intervención y participación activa en
donde el adolescente irá adquiriendo mayor responsabilidad. El avance al

49
siguiente nivel, está determinado por el logro de objetivos, el tiempo mínimo es
de 12 meses de estadía.

Programa IV: Autonomía e Inserción


Este programa tiene carácter semiabierto, en donde se busca afianzar
competencias, habilidades y ocupaciones específicas en el adolescente. Se
incluyen procesos de capacitación técnico – ocupacional que le permitirán
incorporarse al mercado laboral. Uno de sus principales objetivos es promover el
acercamiento a la familia, a través de permanencia en el hogar en fechas
significativas y a la comunidad mediante actividades de proyección social. En
este programa los adolescentes se mantendrán hasta el término de su medida
socioeducativa.
Además de los programas mencionados, existen otros dentro del
SRSALP en ambiente cerrado, que tan sólo serán mencionados, debido a que
no son relevantes en esta investigación:

 Programa de intervención intensiva


 Programa para madres adolescentes
 Programa para el adolescente egresado

1.2.2 Marco conceptual

Los conceptos de resiliencia en adolescentes ha sido definidos de


diversas maneras, según los autores y sus estudios, existen múltiples definiciones
usadas en psicología.

1.2.2.1 Resiliencia

La resiliencia es la capacidad por la cual, las personas, pueden afrontar


numerosas situaciones adversas, que se presentan en el transcurrir del desarrollo
de la vida. La diferencia radica, en que el medio ambiente, al igual que el
problema suscitado, es también adverso, es decir, ser resiliente no sólo es
enfrentar y superar un problema negativo en un ambiente que no ayuda, sino
también es asimilar de forma asertiva dichas experiencias y con ello modificar

50
estructuras internas de nuestra personalidad. Es decir, que existe una factor de
superación a favor de nuestro desarrollo, además de una sensación de
satisfacción y logro personal.

1.2.2.2 Adolescente infractor

Se define como el adolescente que por diversos motivos -individuales,


sociales, familiares o psicológicos- cometió o se vio envuelto en una infracción y
fue recluido en un centro juvenil por determinado tiempo y convive en un
ambiente, frecuentemente, no favorable para él. Algunos adolescentes no reciben
el soporte emocional de sus familias ya que estos no los visitan con regularidad.

2 MARCO METODOLÓGICO

2.1 Hipótesis

El nivel de resiliencia es mayor en las adolescentes mujeres que en los


adolescentes varones, ambos de 14 a 21 años infractores, privados de libertad en
los diferentes Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación ubicados en la
ciudad de Lima
2.2 Variables

2.2.1 Operacionalización de las variables


Variable Definición Definición Indicadores Escala de
conceptual operacional medición

R La resiliencia sería Es la medición Escala de


E una característica de la resiliencia 1. Satisfacció Resiliencia.
S de la personalidad a través de la n Personal. Wagnild, G.
I que modera el escala de 16, 21, 22, & Young, H.
L efecto negativo del resiliencia de 25. 1993
2. Ecuanimida
I estrés y fomenta la Wagnild y Adaptación:
d. 7, 8, 11,
E adaptación. Ello Young (1993) Novella
12.
N connota vigor o Adaptación: (2002)
3. Sentirse
C fibra emocional y Novella (2002) Puntajes:
bien solo.

51
I se ha utilizado 5, 3, 19. 25-127 =
4. Confianza
A para describir a Baja.
en sí
personas que 128-140 =
mismo. 6,
muestran valentía Media Baja.
9, 10, 13,
y adaptabilidad 141-150 =
17, 18, 24.
ante los infortunios Media.
5. Perseveran
de la vida 151-157 =
cia. 1, 2, 4,
(Wagnild y Media Alta.
14, 15, 20,
Young, 1993). 158-175 =
23.
Alta.
2.3 Metodología

2.3.1 Tipo de estudio

El presente trabajo es Descriptivo porque “busca especificar las propiedad,


características y los perfiles de personas, grupos, comunidades, procesos, objetos
o cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis.” (Hernández, Fernández y
Baptista. 2010, p: 80), para el caso se describirá el nivel de resiliencia que
presentan adolescentes varones y mujeres de 14 a 21 años, infractores de
privados de libertad en los diferentes Centros Juveniles de Diagnóstico y
Rehabilitación ubicados en la ciudad de Lima.

2.3.2 Diseño de investigación

El presente trabajo es del tipo no experimental, ya que “está más cerca de


las variables formuladas hipotéticamente como “reales” y, en consecuencia,
tenemos mayor validez externa” (Hernández et al. 2010, p: 162), y es de tipo
transversal porque “recolecta datos de un solo momento en un tiempo único”
(Hernández et al. 2010, p: 151).

2.4 Población, muestra y muestreo

Población: Población está compuesta por 709 adolescentes infractores


varones en Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación Lima y 45 mujeres del
Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación Santa Margarita

52
Muestra: Constituida por 152 adolescentes, 107 de sexo masculino y 45
de sexo femenino, de 14 a 21 años.

Muestreo: En el presente trabajo el muestreo utilizado es el probabilístico,


ya que se elige un “subgrupo de una población en el que todos los elementos de
ésta tienen la misma posibilidad de ser elegidos.” (Hernández et al. 2010, p: 176)

2.5 Método de investigación

El presente trabajo es No experimental-Transversal ya que “su propósito es


describir variables y analizar su incidencia e interrelación en un momento dado.”
(Hernández et al. 2010, p: 151)

2.6 Técnicas e instrumento de recolección de datos

Nombre: Escala de Resiliencia.

Autores: Wagnild, G. Young, H. (1993).

Procedencia: Estado Unidos.

Adaptación peruana: Novella (2002).

Administración: individual o colectiva.

Duración: aproximadamente de 25 a 30 minutos.

Aplicación: para adolescentes y adultos.

Significación: la Escala evalúa las siguientes dimensiones

de la resiliencia: Ecuanimidad, Sentirse bien solo,

Confianza en sí mismo, Perseverancia, y Satisfacción.

Asimismo, considera una Escala Total.

53
Material: hoja de preguntas y respuestas.

Validación y confiabilidad del instrumento

Tipo de validez: Por criterio de Jueces

La validez concurrente se demuestra por los altos índices de correlación


de la ER con mediciones bien establecidas de constructos vinculados con la
resiliencia. Según el criterio de Kaiser, se identifican 5 factores.

La validez del contenido se da a priori, pues los ítems fueron


seleccionados acorde con aquellos que reflejaban las definiciones de resiliencia,
a cargo de los investigadores, dos psicometristas y dos enfermeras. Los ítems
tienen una redacción positiva. La validez concurrente se da al correlacionar
altamente con mediciones bien establecidas de constructos vinculados con la
resiliencia como: Depresión, con r = - 0.36, satisfacción de vida, r = 0.59; moral,
r = 0.54; salud, r = 0.50; autoestima, r = 0.57; y percepción al estrés, r = -0.67.
En cuanto a la validez, se utilizó en esta investigación el análisis factorial para
valorar la estructura interna del 11 cuestionario, con la técnica de componentes
principales y rotación oblimin, que nos mostró 5 factores que no están
correlacionados entre sí.

Confiabilidad: La prueba piloto tuvo una confiabilidad calculada por el


método de la consistencia interna con el coeficiente alfa de Cronbach de 0.89
(Novella, 2002). Los estudios citados por Wagnild y Young dieron confiabilidades
de 0.85 en una muestra de cuidadores de enfermos de Alzheimer; 0.86 y 0.85
en dos muestras de estudiantes femeninas graduadas; 0.90 en madres
primerizas post parto; y 0.76 en residentes de alojamientos públicos. Además,
con el método testretest la confiabilidad fue evaluada por los autores en un
estudio longitudinal en mujeres embarazadas antes y después del parto,
obteniéndose correlaciones de 0.67 a 0.84, las cuales son respetables.

El año 2004 se realiza una nueva adaptación de la Escala de Resiliencia


por un grupo de profesionales de la facultad de psicología Educativa de la
UNMSM realizada en una muestra de 400 estudiantes varones y mujeres entre
13 a 18 años de edad de tercer año de secundaria de la UGEL 03, obteniéndose

54
una confiabilidad calculada por el método de la consistencia interna con el
coeficiente alfa de Cronbach de 0.83.

2.7 Método de análisis de datos

Los datos recogidos luego de la aplicación de las pruebas, serán


introducidos al Programa Estadístico Statistical Package for the Social
Sciences(SPSS), para poder obtener los resultados de acuerdo a los
requerimientos de las preguntas de investigación, de los objetivos y de las
hipótesis de investigación y de esta manera poder graficar tablas y figuras que
nos permitirán interpretar los resultados.

Para el análisis se emplearán Tablas de Frecuencia y porcentajes, así como para


representar mejor los resultados se hará uso de tablas de contingencia.

3 RESULTADOS

A continuación se presenta la descripción de la muestra según CJDR y


género y según el programa en el que se encuentran.

En la tabla 1 se observa que la proporción de evaluados son hombres del


CJDR Lima, siendo el 70.4% (107), asimismo las mujeres del CJDR Santa
Margarita representan el 29.6% (45).

Tabla 1

Muestra según sexo

Sexo

Frecuencia Porcentaje

Masculino 107 70,4%


Femenino 45 29,6%
Total 152 100,0%

55
En la tabla 2 se observa que una proporción similar entre los programas 1,
2 y 3 representando el 26.3% (40), 28.9% (44) y 28.3% (43) respectivamente. De
otro lado, en el programa 4 se ubica la menor proporción representando el 16.4%
(25).

Tabla 2

Muestra según programa

Programa
Frecuencia Porcentaje
1 40 26,3%
2 44 28,9%
3 43 28,3%
4 25 16,4%
Total 152 100,0%

En la figura 1 se muestra la distribución de frecuencias y porcentajes de la


población del CJDR Lima según el programa en el que está; se presenta que el
24% de los adolescentes están en el programa I, el 30% en el programa II, el 32%
en el programa III y el 14% en el programa IV.

56
Figura 1.
Distribución de porcentajes según programa de varones.

En la figura 2 se muestra la distribución de frecuencias y porcentajes de la


población del CJDR Santa Margarita según el programa en el que está; se
presenta que el 31% de las adolescentes están en el programa I, el 27% en el
programa II, el 20% en el programa III y el 22% en el programa IV.

Figura 2.

Distribución de porcentajes según programa de mujeres.

57
Tabla 3

Análisis descriptivos de la muestra total

Estadísticos
Sentirse Confianza
Resiliencia Satisfacción
Ecuanimidad Bien en sí Perseverancia
General Personal
Solo mismo
Media 132,61 20,96 20,50 16,31 37,91 36,93
Mediana 135,00 22,00 21,00 16,50 39,00 38,00
Moda 137 22 20 18 41 39
Desv. típ. 18,661 3,897 3,860 3,129 6,807 6,415
Asimetría -,418 -,301 -,530 -,738 -,822 -,275
Curtosis -,273 -,735 ,333 ,875 ,696 -,628

En la Tabla N° 3 se observa que la media para resiliencia general


corresponde al nivel medio bajo, lo que nos indica que a nivel general los
evaluados presentan niveles de resiliencia por debajo del promedio, de la misma
manera las medias para todas las dimensiones satisfacción personal,
ecuanimidad, sentirse bien solo, confianza en sí mismo y perseverancia se ubican
también en el nivel medio bajo, todo lo cual indica a niveles bajos de resiliencia a
nivel general en la muestra evaluada.
Se encuentra una asimetría negativa en resiliencia general y en todas las
dimensiones, lo cual indica tendencia hacia la concentración en los puntajes que
se encuentran por encima del promedio, es decir en estas variables los evaluados
han presentado puntajes mayores al promedio, sin embargo dichos valores son
bajos (menores a 1) por lo cual no son significativos.
Asimismo, se observa una kurtosis negativa en resiliencia general y en las
dimensiones satisfacción personal y perseverancia, representando una kurtosis
platicurtica, esto nos indica que tiende a haber poca cantidad de puntajes cerca
del promedio, es decir que los puntajes tienden a distribuirse de forma equitativa a
lo largo de la distribución, sin embargo dichos valores son bajos (menores a 1) no
significativos. De otro lado se observa una kurtosis positiva en ecuanimidad,
sentirse bien solo y confianza en sí mismo, representando una curtosis
leptocurtica, es decir los puntajes tienden a distribuirse alrededor del promedio,

58
sin embargo dichos valores también son bajos (menores a 1) no siendo
significativa su interpretación.

Tabla 4
Se muestran los análisis descriptivos para las dimensiones de la resiliencia por
sexo

Estadísticos
Satisfacción Confianza en sí
Ecuanimidad Sentirse bien solo Perseverancia
personal mismo
Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres
Media 20,93 21,04 20,50 20,51 16,51 15,82 38,04 37,60 37,07 36,60
Mediana 21,00 22,00 21,00 20,00 17,00 16,00 39,00 38,00 38,00 37,00
Moda 22 25 22 19 17 14 41 41 39 42
Desv. típ. 4,011 3,655 3,925 3,745 3,243 2,815 7,307 5,500 6,636 5,914
Asimetría -,252 -,455 -,629 -,263 -,879 -,450 -,892 -,486 -,330 -,138
Curtosis -,650 -1,067 ,446 ,137 ,992 1,150 ,679 -,136 -,682 -,378

En la Tabla N° 4 se observa que la media para las dimensiones satisfacción


personal, ecuanimidad, sentirse bien solo y perseverancia, en ambos sexos
corresponden al nivel medio bajo, en el caso de la confianza en sí mismo, en el
caso de los varones se ubicó en el nivel medio bajo y en caso de las mujeres en
el nivel bajo.
Se encuentra una asimetría negativa en todas las dimensiones, en ambos
casos, hombres y mujeres, sin embargo dichos valores son bajos (menores a 1)
no siendo pertinente su interpretación. En el caso de la curtosis se observan dos
valores significativos, es el caso de satisfacción personal en las mujeres, siendo
una curtosis negativa, platicurtica, que nos indica que tiende a haber poca
cantidad de puntajes cerca del promedio, es decir que los puntajes tienden a
distribuirse de forma equitativa a lo largo de la distribución. Además en sentirse
bien solo en caso de las mujeres, se observa una curtosis positiva es decir mayor
cantidad de puntajes tienden a distribuirse alrededor del promedio .

59
A continuación vamos a describir los niveles de resiliencia de forma total y
por CJDR, según género y las dimensiones de la resiliencia, el cual se realizó
mediante la frecuencia y porcentaje tal como se muestran en las siguientes tablas.

Tabla 5

Nivel de resiliencia general de ambos CJDR según sexo

Nivel Resiliencia General


Media Total
Baja Media baja Media Alta
alta
Frecuencia 40 25 19 13 10 107
Masculino
% del total 26,3% 16,4% 12,5% 8,6% 6,6% 70,4%
Sexo
Frecuencia 18 15 6 3 3 45
Femenino
% del total 11,8% 9,9% 3,9% 2,0% 2,0% 29,6%
Frecuencia 58 40 25 16 13 152
Total
% del total 38,2% 26,3% 16,4% 10,5% 8,6% 100,0%

H: el nivel de resiliencia es mayor en las adolescentes mujeres que en los


adolescentes varones, ambos de 14 a 21 años infractores, privados de libertad en
los Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación ubicados en la ciudad de
Lima.

En la tabla N° 5 se rechaza la hipótesis en la cual se afirma que los niveles


de resiliencia de las adolescentes mujeres son más altos, ya que las mujeres
tienen un porcentaje de 11,8 % y los hombres un 26,3% en el nivel Bajo.

60
Tabla 6

Nivel de resiliencia general CJDR Lima

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado

Baja 40 37,4% 37,4 37,4

Media baja 25 23,4% 23,4 60,7

Media 19 17,8% 17,8 78,5


Válidos
Media alta 13 12,1% 12,1 90,7

Alta 10 9,3% 9,3 100,0

Total 107 100,0% 100,0

En la tabla N° 6 se observa que el mayor porcentaje (37,4%) se ubica


en el nivel bajo en cuanto a su resiliencia general.

Tabla 7

Nivel Resiliencia General – CJDR Santa Margarita

Porcentaje
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
acumulado

Baja 18 40,0% 40,0 40,0

Media baja 15 33,3% 33,3 73,3

Media 6 13,3% 13,3 86,7


Válidos
Media alta 3 6,7% 6,7 93,3

Alta 3 6,7% 6,7 100,0

Total 45 100,0% 100,0

61
En la tabla N° 7 se observa que el mayor porcentaje (40%) se ubica en
el nivel bajo en cuanto a su resiliencia general.

Tabla 8

Nivel Satisfacción Personal ambos CJDR

Nivel Satisfacción Personal Total

Baja Media baja Media Media alta Alta

Frecuencia 29 39 23 9 7 107
Masculino
% del total 19,1% 25,7% 15,1% 5,9% 4,6% 70,4%
Sexo
Frecuencia 12 14 17 2 0 45
Femenino
% del total 7,9% 9,2% 11,2% 1,3% 0,0% 29,6%

Frecuencia 41 53 40 11 7 152
Total
% del total 27,0% 34,9% 26,3% 7,2% 4,6% 100,0%

En la tabla N° 8 se observa que tanto en los hombres y mujeres el mayor


porcentaje se ubica en el nivel medio bajo en cuanto a su satisfacción personal.

Tabla 9

Nivel Satisfacción Personal – CJR Lima

Porcentaje
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
acumulado

Baja 29 27,1% 27,1 27,1

Media baja 39 36,4% 36,4 63,6

Media 23 21,5% 21,5 85,0


Válidos
Media alta 9 8,4% 8,4 93,5

Alta 7 6,5% 6,5 100,0

Total 107 100,0% 100,0

En la tabla N° 9 se observa que en los varones el mayor porcentaje se


ubica en el nivel medio bajo en cuanto a su satisfacción personal.

62
Tabla 10

Nivel Satisfacción Personal – CJDR Santa Margarita

Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje


acumulado

Baja 12 26,7% 26,7 26,7

Media baja 14 31,1% 31,1 57,8

Válidos Media 17 37,8% 37,8 95,6

Media alta 2 4,4% 4,4 100,0

Total 45 100,0% 100,0

En la tabla N° 10 se observa que en las mujeres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Medio en cuanto a su Satisfacción Personal.

Tabla 11

Nivel Ecuanimidad ambos CJDR

Nivel Ecuanimidad
Total
Baja Media baja Media Media alta Alta
Frecuencia 36 23 37 8 3 107
Masculino
% del total 23,7% 15,1% 24,3% 5,3% 2,0% 70,4%
Sexo
Frecuencia 19 8 13 3 2 45
Femenino
% del total 12,5% 5,3% 8,6% 2,0% 1,3% 29,6%
Frecuencia 55 31 50 11 5 152
Total
% del total 36,2% 20,4% 32,9% 7,2% 3,3% 100,0%

En la tabla N° 11 se observa que tanto en los hombres y mujeres el mayor


porcentaje se ubica en el nivel Bajo en cuanto a su Ecuanimidad.

63
Tabla 12

Nivel Ecuanimidad – CJDR Lima

Porcentaje
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
acumulado

Baja 36 33,6% 33,6 33,6

Media baja 23 21,5% 21,5 55,1

Media 37 34,6% 34,6 89,7


Válidos
Media alta 8 7,5% 7,5 97,2

Alta 3 2,8% 2,8 100,0

Total 107 100,0% 100,0

En la tabla N° 12 se observa que en los varones el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Medio en cuanto a su Ecuanimidad.

Tabla 13

Nivel Ecuanimidad – CJDR Santa Margarita

Porcentaje
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
acumulado

Baja 19 42,2% 42,2 42,2

Media baja 8 17,8% 17,8 60,0

Media 13 28,9% 28,9 88,9


Válidos
Media alta 3 6,7% 6,7 95,6

Alta 2 4,4% 4,4 100,0

Total 45 100,0% 100,0

En la tabla N° 13 se observa que en las mujeres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Bajo en cuanto a su Ecuanimidad.

64
Tabla 14

Nivel Sentirse Bien Solo

Nivel Sentirse Bien Solo


Total
Baja Media baja Media Media alta Alta
Frecuencia 22 43 21 8 13 107
Masculino
% del total 14,5% 28,3% 13,8% 5,3% 8,6% 70,4%
Sexo
Frecuencia 15 16 11 0 3 45
Femenino
% del total 9,9% 10,5% 7,2% 0,0% 2,0% 29,6%
Frecuencia 37 59 32 8 16 152
Total
% del total 24,3% 38,8% 21,1% 5,3% 10,5% 100,0%

En la tabla N° 14 se observa que tanto en los hombres y mujeres el mayor


porcentaje se ubica en el nivel Medio Bajo en cuanto a sentirse bien solo.

Tabla 15

Nivel Sentirse Bien Solo – CJDR Lima

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 22 20,6% 20,6 20,6
Media baja 43 40,2% 40,2 60,7
Media 21 19,6% 19,6 80,4
Válidos
Media alta 8 7,5% 7,5 87,9
Alta 13 12,1% 12,1 100,0
Total 107 100,0% 100,0

En la tabla N° 15 se observa que en los varones el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Medio Bajo en cuanto a Sentirse Bien Solo.

65
Tabla 16

Nivel Sentirse Bien Solo – CJDR Santa Margarita

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 15 33,3% 33,3 33,3
Media baja 16 35,6% 35,6 68,9
Válidos Media 11 24,4% 24,4 93,3
Alta 3 6,7% 6,7 100,0
Total 45 100,0% 100,0

En la tabla N° 16 se observa que en las mujeres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Medio Bajo en cuanto a Sentirse Bien Solo.

Tabla 17

Nivel Confianza en sí mismo ambos CJDR

Nivel Confianza en sí mismo


Total
Baja Media baja Media Media alta Alta
Frecuencia 42 19 23 13 10 107
Masculino
% del total 27,6% 12,5% 15,1% 8,6% 6,6% 70,4%
Sexo
Frecuencia 22 7 10 5 1 45
Femenino
% del total 14,5% 4,6% 6,6% 3,3% 0,7% 29,6%
Frecuencia 64 26 33 18 11 152
Total
% del total 42,1% 17,1% 21,7% 11,8% 7,2% 100,0%

En la tabla N° 17 se observa que tanto en los hombres y mujeres el mayor


porcentaje se ubica en el nivel Bajo en cuanto a Confianza en sí mismo.

66
Tabla 18

Nivel Confianza en sí mismo – CJDR Lima

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 42 39,3% 39,3 39,3
Media baja 19 17,8% 17,8 57,0
Media 23 21,5% 21,5 78,5
Válidos
Media alta 13 12,1% 12,1 90,7
Alta 10 9,3% 9,3 100,0
Total 107 100,0% 100,0

En la tabla N° 18 se observa que en los varones el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Bajo en cuanto a Confianza en sí mismo.

Tabla 19

Nivel Confianza en sí mismo – CJDR Santa Margarita

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 22 48,9% 48,9 48,9
Media baja 7 15,6% 15,6 64,4
Media 10 22,2% 22,2 86,7
Válidos
Media alta 5 11,1% 11,1 97,8
Alta 1 2,2% 2,2 100,0
Total 45 100,0% 100,0

En la tabla N° 19 se observa que en las mujeres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Bajo en cuanto a Confianza en sí mismo.

67
Tabla 20

Nivel Perseverancia ambos CJDR

Nivel Perseverancia
Total
Baja Media baja Media Media alta Alta
Frecuencia 39 17 24 10 17 107
Masculino
% del total 25,7% 11,2% 15,8% 6,6% 11,2% 70,4%
Sexo
Frecuencia 18 10 11 2 4 45
Femenino
% del total 11,8% 6,6% 7,2% 1,3% 2,6% 29,6%
Frecuencia 57 27 35 12 21 152
Total
% del total 37,5% 17,8% 23,0% 7,9% 13,8% 100,0%

En la tabla N° 20 se observa que tanto en los hombres y mujeres el mayor


porcentaje se ubica en el nivel bajo en cuanto a su nivel de Perseverancia.

Tabla 21

Nivel Perseverancia – CJDR Lima

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 39 36,4% 36,4 36,4
Media baja 17 15,9% 15,9 52,3
Media 24 22,4% 22,4 74,8
Válidos
Media alta 10 9,3% 9,3 84,1
Alta 17 15,9% 15,9 100,0
Total 107 100,0% 100,0

En la tabla N° 21 se observa que en los varones el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Bajo en cuanto a su nivel de Perseverancia.

68
Tabla 22

Nivel Perseverancia – CJDR Santa Margarita

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 18 40,0% 40,0 40,0
Media baja 10 22,2% 22,2 62,2
Media 11 24,4% 24,4 86,7
Válidos
Media alta 2 4,4% 4,4 91,1
Alta 4 8,9% 8,9 100,0
Total 45 100,0% 100,0

En la tabla N° 22 se observa que en los mujeres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Bajo en cuanto a su nivel de Perseverancia

A continuación vamos a describir los niveles de resiliencia por género y


programa en el que se encuentran, el cual se realizó mediante la frecuencia y
porcentaje tal como se muestran en las siguientes tablas.

Tabla 23

Resiliencia – Programa I

Varones Mujeres
Media 130,15 129,43
Mediana 130,00 132,00
Moda 117 122

En la tabla N° 23 se observa que las medias tanto para hombres y mujeres


corresponden al nivel medio bajo, no encontrándose diferencias en sus niveles
según sexo en el programa 1.

69
Tabla 24

Tabla Nivel Resiliencia General – Programa I

Nivel Resiliencia General


Media Media Total
Baja Media Alta
baja alta
Recuento 12 8 2 3 1 26
Masculino % del
30,0% 20,0% 5,0% 7,5% 2,5% 65,0%
total
Sexo
Recuento 5 6 2 0 1 14
Femenino % del
12,5% 15,0% 5,0% 0,0% 2,5% 35,0%
total
Recuento 17 14 4 3 2 40
Total % del
42,5% 35,0% 10,0% 7,5% 5,0% 100,0%
total

En la tabla N° 24 se observa que en los hombres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel bajo, mientras que en las mujeres el mayor porcentaje se ubica
en el nivel medio bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 1.

Tabla 25

Nivel Resiliencia General Programa I – CJDR Lima

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 12 46,2% 46,2 46,2
Media baja 8 30,8% 30,8 76,9
Media 2 7,7% 7,7 84,6
Válidos
Media alta 3 11,5% 11,5 96,2
Alta 1 3,8% 3,8 100,0
Total 26 100,0% 100,0

70
En la tabla N° 25 se observa que en los varones el mayor porcentaje se
ubica en el nivel Bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 1.

Tabla 26

Nivel de resiliencia general Programa I - CJDR Santa Margarita

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 5 35,7% 35,7 35,7
Media baja 6 42,9% 42,9 78,6
Válidos Media 2 14,3% 14,3 92,9
Alta 1 7,1% 7,1 100,0
Total 14 100,0% 100,0

En la tabla N° 26 se observa que las mujeres el mayor porcentaje se ubica


en el nivel Medio Bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 1.

Tabla 27

Resiliencia Programa II

Varones Mujeres
Media 131,78 128,67

Mediana 135,00 124,50

Moda 112b 123

En la tabla N° 27 se observa que las medias tanto para hombres y mujeres


corresponden al nivel medio bajo, no encontrándose diferencias en sus niveles
según sexo en el programa 2.

71
Tabla 28

Resiliencia General – Programa II

Nivel Resiliencia General


Media Media Total
Baja Media Alta
baja alta
Recuento 12 9 6 3 2 32
Masculino % del
27,3% 20,5% 13,6% 6,8% 4,5% 72,7%
total
Sexo
Recuento 7 3 1 1 0 12
Femenino % del
15,9% 6,8% 2,3% 2,3% 0,0% 27,3%
total
Recuento 19 12 7 4 2 44
Total % del
43,2% 27,3% 15,9% 9,1% 4,5% 100,0%
total

En la tabla N° 28 se observa que en el programa 2 tanto en hombres y


como en mujeres el mayor porcentaje se ubica en el nivel bajo en cuanto a la
resiliencia general.

Tabla 29

Resiliencia general Programa II –CDJR Lima

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 12 37,5% 37,5 37,5
Media baja 9 28,1% 28,1 65,6
Media 6 18,8% 18,8 84,4
Válidos
Media alta 3 9,4% 9,4 93,8
Alta 2 6,3% 6,3 100,0
Total 32 100,0% 100,0

72
En la tabla N° 29 se observa que en los varones el mayor porcentaje se
ubica en el nivel Bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 2.

Tabla 30

Resiliencia general Programa II – CDJR Santa Margarita

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 7 58,3% 58,3 58,3
Media baja 3 25,0% 25,0 83,3
Válidos Media 1 8,3% 8,3 91,7
Media alta 1 8,3% 8,3 100,0
Total 12 100,0% 100,0

En la tabla N° 30 se observa que en las mujeres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 2.

Tabla 31

Resiliencia Programa III

Varones Mujeres
Media 130,26 139,67
Mediana 134,00 137,00
Moda 125 117

En la tabla N° 31 se observa que las medias tanto para hombres y mujeres


corresponden al nivel medio bajo, no encontrándose diferencias en sus niveles
según sexo en el programa 3, sin embargo se observa una diferencia de 9 puntos
a favor de las mujeres.

73
Tabla 32

Resiliencia general Programa III

Nivel Resiliencia General


Total
Baja Media baja Media Media alta Alta
Recuento 14 5 9 2 4 34
Masculino
% del total 32,6% 11,6% 20,9% 4,7% 9,3% 79,1%
Sexo
Recuento 2 3 1 2 1 9
Femenino
% del total 4,7% 7,0% 2,3% 4,7% 2,3% 20,9%
Recuento 16 8 10 4 5 43
Total
% del total 37,2% 18,6% 23,3% 9,3% 11,6% 100,0%

En la tabla N° 32 precedente se observa que en los hombres el mayor


porcentaje se ubica en el nivel bajo, mientras que en las mujeres el mayor
porcentaje se ubica en el nivel medio bajo en cuanto a su resiliencia general en el
programa 3.

Tabla 33

Resiliencia Programa III – CDJR Lima

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 14 41,2% 41,2 41,2
Media baja 5 14,7% 14,7 55,9
Media 9 26,5% 26,5 82,4
Válidos
Media alta 2 5,9% 5,9 88,2
Alta 4 11,8% 11,8 100,0
Total 34 100,0% 100,0

74
En la tabla N° 33 se observa que en los varones el mayor porcentaje se
ubica en el nivel Bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 3.

Tabla 34

Resiliencia Programa III – CDJR Santa Margarita

Porcentaje
Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido
acumulado
Baja 2 22,2% 22,2 22,2
Media baja 3 33,3% 33,3 55,6
Media 1 11,1% 11,1 66,7
Válidos
Media alta 2 22,2% 22,2 88,9
Alta 1 11,1% 11,1 100,0
Total 9 100,0% 100,0

En la tabla N° 34 se observa que en las mujeres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel Medio Bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 3.

Tabla 35

Resiliencia Programa IV

Varones Mujeres

Media 147,07 130,80

Mediana 151,00 129,50

Moda 116 105

En la tabla N° 35 se observa que la media para los hombres corresponde


al nivel medio, mientras que la media para las mujeres corresponde al nivel medio
bajo, en ese sentido se encuentran diferencias en los niveles de resiliencia según
sexo en el programa 4, diferencia que indica que en dicho programa los hombres

75
presentan un nivel mayor en cuanto a su resiliencia en comparación con las
mujeres.

Tabla 36

Resiliencia general Programa IV

Nivel Resiliencia General


Total
Baja Media baja Media Media alta Alta
Recuento 2 3 2 5 3 15
Masculino
% del total 8,0% 12,0% 8,0% 20,0% 12,0% 60,0%
Sexo
Recuento 4 3 2 0 1 10
Femenino
% del total 16,0% 12,0% 8,0% 0,0% 4,0% 40,0%
Recuento 6 6 4 5 4 25
Total
% del total 24,0% 24,0% 16,0% 20,0% 16,0% 100,0%

En la tabla N° 36 se observa que en los hombres el mayor porcentaje se


ubica en el nivel alto, mientras que en las mujeres el mayor porcentaje se ubica
en el nivel bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 4.

Tabla 37

Resiliencia Programa IV –CDJR Lima

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 2 13,3% 13,3 13,3
Media baja 3 20,0% 20,0 33,3
Media 2 13,3% 13,3 46,7
Válidos
Media alta 5 33,3% 33,3 80,0
Alta 3 20,0% 20,0 100,0
Total 15 100,0% 100,0

76
En la tabla N° 37 se observa que en los varones el mayor porcentaje se
ubica en el nivel Medio Bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 4.

Tabla 38

Resiliencia Programa IV – CDJR Santa Margarita

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
Baja 4 40,0% 40,0 40,0
Media baja 3 30,0% 30,0 70,0
Válidos Media 2 20,0% 20,0 90,0
Alta 1 10,0% 10,0 100,0
Total 10 100,0% 100,0

En la tabla N° 38 se observa que en las mujeres el mayor porcentaje se ubica en


el nivel Bajo en cuanto a su resiliencia general en el programa 4.

77
4 DISCUSIÓN

En el presente trabajo de investigación el objetivo fue determinar el nivel de


resiliencia en adolescentes infractores privados de libertad de los Centros
Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación Lima y Santa Margarita.

Los resultados señalan que el nivel de resiliencia general de los y las


adolescentes infractoras, es Bajo con un 38,2% en este nivel (Tabla N° 5). Estos
resultados en nivel Bajo pueden deberse a diferentes motivos, pero esta
investigación menciona los que considera más importantes: privación de libertad,
hacinamiento y falta de contacto con los padres.

En cuanto al entorno de privación de libertad en el que se encuentran los


adolescentes, Basaldúa y Miranda (2011) explican que el encierro es dañino para
el ser humano en todas sus dimensiones, ya que “ciega la capacidad de percibir
las fortalezas no descubiertas y obstruye la posibilidad de construir un proyecto de
vida”.

Asimismo, en cuanto al hacinamiento como motivo del nivel Bajo de


resiliencia de los adolescentes infractores, esta se refiere CJDR Lima en donde
se encuentran los adolescentes varones. Según el Informe N° 157 de la
Defensoría del pueblo (2012) en el 2011 la cifra de jóvenes en el CJDR de Lima
era de 656 jóvenes, lo cual aumentó a 709 en 2013, esta sobrepoblación afecta a
los niveles de eficacia de tratamiento, en las condiciones de habitabilidad y la
sobrecarga al personal especializado del centro. Según la ONU (2013) el CJDR
de Lima fue diseñado para albergar a 250 internos en condiciones ideales, pero
está preparado para albergar a 370 como máximo y actualmente tiene 709
internos, este hacinamiento provoca sobrepoblación, así como un ambiente
caldeado por el malestar y descontento de los internos, lo que aumenta las
probabilidades para que se gesten motines. Grotberg (1996) en su teoría del
desarrollo psicosocial expone que uno de los principales factores para promover
la resiliencia es el “yo tengo” el cual se refiere a un ambiente favorable.

Por último, en cuanto a la falta de contacto con los padres, como motivo de
nivel Bajo de resiliencia, adolescentes y al distanciamiento que tienen con sus
familiares el Informe N° 157 de la Defensoría del Pueblo (2012) explica que en los

78
Centros Juveniles se cuenta con Escuela de Padres, así como visitas
domiciliarias, sin embargo estas visitas se ven limitadas ya que los trabajadores
sociales encargados de la labor de acompañamiento se ven saturados con altas
tasas de adolescentes a su cargo, sobrepasando su capacidad. Según la ONU
(2013) los adolescentes en los CJDR pueden ser visitados, y no existen quejas
contra algún trabajador por impedir que un adolescente reciba visitas familiares,
pero sin embargo existe una cantidad considerable de internos que no reciben
visitas de sus familiares, en la mayoría de los casos por la distancia, junto a la
falta de recursos económicos, así también hay jóvenes que no son visitados, a
pesar que los padres (al menos uno de ellos) están vivos, cuentan con los
recursos y residen en ciudades accesibles. Grotberg (1996) menciona que las
fuentes de defensa y protección como son la familia, es esencial para promover la
resiliencia En esta misma línea Werner (1982) y Garmezy (1993) (citado por
Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla, 2007) mencionan que uno de los factores que
promueven la resiliencia es la relación con la familia y los atributos que ésta le
brinda al adolescente.

En segundo plano, esta investigación establecía como hipótesis que el


nivel de resiliencia es mayor en las adolescentes mujeres que en los adolescentes
varones ambos de 14 a 21 años privado, infractores, privados de libertad en los
diferentes Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, lo cual se
ve refutado en los resultados, ya que se encontró que el nivel de resiliencia en
general es Baja, con un porcentaje de 37,4% para los varones (Tabla N° 6) y un
40% para las mujeres en este nivel (Tabla N° 7). Esto Lo cual resultaría
interesante de seguir comprobando, ya que en otras investigaciones se han
observado mayor grado de resiliencia en adolescentes mujeres (Peña, 2009) al
igual que en estudios, tales como el de Grotberg (1996) (citado de Peña, 2009)
quien hace énfasis en el género como variable que diferencia la resiliencia,
teniendo las mujeres mayores habilidades interpersonales y fortalezas internas
En cuanto a los resultados semejantes de resiliencia entre varones y mujeres,
estos concordarían con los encontrados por Prado y Del Aguila (2000).

Por otro lado, los niveles de resiliencia según las dimensiones de la Escala
de Resiliencia (ER) de Wagnild y Young (1993) se muestran de la siguiente

79
manera: Satisfacción personal se encuentra en un nivel Medio Bajo con un
porcentaje de 34,9% (Tabla N° 8)

En la dimensión Ecuanimidad se identificó un nivel de resiliencia Bajo con


un porcentaje de 36,2% (Tabla 11) en los adolescentes varones y mujeres. Así
como en la dimensión Sentirse Bien Solo en donde se encontró un nivel Medio
Bajo con 38,8% (Tabla N° 14). Al respecto del nivel Bajo de la dimensión Sentirse
Bien Solo, Font, Fernández, Escurriol, Roig, Leyton y Moreno (2006) explican que
en la condición de reclusión, los presos sufren diferentes alteraciones, una de
ellas es la alteración de la imagen de sí mismo, la disminución de autoestima y el
autoaislamiento.

En la dimensión Confianza en sí mismo los resultados indican un nivel


Bajo, en los adolescentes, con un 42,1% (Tabla N° 17). La principal razón para
este bajo porcentaje puede deberse a la visión de futuro y presente que posee el
adolescente infractor. Al respecto, Font, et al, (2006) en su investigación afirma
que en el entorno social, lo habitual es encontrar fenómenos de estigmatización,
esto conlleva a sufrir rechazo social y discriminatorio por parte de la sociedad
hacia el adolescente infractor. Esto altera de forma negativa la visión de sí mismo
del adolescente, restándole confianza.

Por último en la dimensión de Perseverancia los adolescentes presentan


un nivel Bajo, con 37,5% (Tabla N° 20). En relación al nivel Bajo de
perseverancia, esta se encuentra ligad a un fuerte deseo de logro, especialmente
en el área académica y laboral. En el caso de los adolescentes en estado de
reclusión, este deseo se ve disminuido por la estigmatización social y la falta de
oportunidades (laborales y académicas) que tendrán al salir del Centro Juvenil.
Según el informe 157 de La Defensoría del Pueblo (2012) la formación laboral que
reciben los adolescentes en los Talleres de los CJDR solo reciben una
certificación del mismo centro, en tanto no están instituidos como Centros de
Educación Técnico Productiva. Esto impide que la certificación que reciben en los
talleres del centro, no pueda ser utilizados cuando el adolescente recupere su
libertad y pretenda demostrar su capacitación laboral, generando discriminación.

80
En cuanto a la resiliencia de los adolescentes infractores según el
Programa en que se encuentran, el programa I muestra un nivel de resiliencia
Bajo con un 42,5% (Tabla N° 24). Este promedio Bajo de resiliencia en el
Programa I está relacionado con la adaptación de los adolescentes a su nuevo
entorno, ya que es la primera etapa en donde recientemente se desarrollan los
planes de rehabilitación.

En el Programa II el nivel de resiliencia es Bajo, con un 43,2% (Tabla N°


28). En el Programa III se encuentra que el nivel de resiliencia es Bajo con un
37,2% (Tabla N° 32). Y por último, en el Programa IV el nivel de resiliencia es
Bajo, con un 24% (Tabla N° 36).

Los resultados anteriormente descritos, nos muestran que no existe


diferencia significativa en los niveles de resiliencia según la comparación de los
cuatro programas del SRSALP en los CJDR de Lima y Santa Margarita. Esto
quiere decir que la promoción de un programa a otro no asegura un aumento
considerable de habilidades resilientes, según el Informe N° 157 de la Defensoría
del Pueblo, el avance de un programa a otro en muchos casos no tiene relación al
avance de la rehabilitación de los adolescentes, sino a un problema de
hacinamiento, en donde al acumularse jóvenes en cierto programa, son
trasladados al siguiente.

81
5 CONCLUSIONES

De acuerdo a la investigación se concluye lo siguiente:

- La presente investigación muestra como objetivo general comparar el nivel


de resiliencia de los adolescentes infractores, privados de libertad en los
diferentes Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación ubicados en la
ciudad de Lima, encontrándose la población en general en un nivel Bajo
general, representado con 38,2%.
- Con respecto a los objetivos específicos, en cuanto a determinar el nivel de
resiliencia de las adolescentes mujeres, estas se encuentran con 40,% es
Bajo, así como también se determinó el nivel de resiliencia de los
adolescentes varones con un 37,4% en el nivel Bajo, lo cual señala que la
hipótesis utilizada en esta investigación es negada por los resultados, ya
que se creía que las adolescentes mujeres tenían un mayor nivel de
resiliencia.

En cuanto a las dimensiones:


En Satisfacción personal el nivel encontrado es Medio Bajo con un
porcentaje de 34,9% de la población total.
- Ecuanimidad con un nivel Bajo, representado por un porcentaje de 36,2%
- Sentirse Bien Solo se encuentra en un nivel Medio Bajo con 38,8% de la
población total.
- En Confianza En Sí Mismo se encontró un nivel Bajo con un porcentaje de
42,1%.
- En Perseverancia, se determinó un nivel Bajo, con 37,5% de la población
total.

Con respecto a los programas I, II, III y IV:


- En el programa I el nivel de resiliencia general es Bajo, con un 43,2%.
- En el programa II el nivel de resiliencia es Bajo, con un 43,2% de la
población total.
- En el programa III nivel de resiliencia encontrado es Bajo con un 37,2%.

82
- Por último en el programa IV el resultado se posiciona en el nivel Bajo con
un porcentaje del 24%
- No se encontró una relación significativa entre el nivel de resiliencia y en el
programa en el que están los adolescentes infractores.

6 SUGERENCIAS

- Implementar de manera permanente un programa de Resiliencia desde los


programas I para que los adolescentes infractores cuenten desde el inicio
de su con herramientas que les permita afrontar su situación y progresen
notablemente, de igual forma, el ascenso a los otros programas será más
fluido y sin inconvenientes, evitando recaídas.

83
- Realizar otros estudios usando variables tales como Inteligencia
Emocional, Habilidades Sociales, Empatía, Depresión, etc ya que estos
temas son pocos trabajados.
- La población de los CJDR son de difícil acceso por lo que se requiere
trabajar conjuntamente con alguna organización que trabaje previamente
con esta población para que se pueda implementar o mejorar los proyectos
o talleres que se aplican a estas poblaciones.
- Al ser difícil el acceso a estos centros, existen pocos estudios con esta
población lo cual invita a iniciar investigaciones que favorezcan la
reinserción social del adolescente fortaleciendo su personalidad y
autoestima a través de muchas formas.
- Realizar investigaciones similares pero con el SOA – Servicio de
Orientación al Adolescente que son adolescentes infractores pero en
medios abiertos.
- Reforzar los talleres actuales y mejorándolos usando información reciente
de los nuevos estudios con esta población.
- Reforzar el trabajo con los y las Educadores(as) que son pieza
fundamental en el buen desarrollo de los adolescentes dentro del centro,
además que al estar en contacto permanente, entablan una relación de
confianza que contribuiría mucho a su correcto desenvolvimiento social.
- Trabajar con las familias de los adolescentes para que afronten mejor la
situación o tomen conciencia del estado de sus hijos y sean agentes
protectores para ellos durante y después de su internamiento.
- Se recomendaría a los Centros Juveniles de Diagnóstico y Rehabilitación
que sean más flexibles en cuanto a los permisos para evaluar a estas
poblaciones, para así poder mejorar su rehabilitación.

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94
ANEXOS

95
ESCALA DE RESILIENCIA (ER)

Ficha socio Demográfica

Nombres y apellidos (iniciales): ……………………………………………….….…

Edad: ……………..……….….….… Sexo:……………………………………………

Institución: ………………………………………………………………………………

Programa: …………………………………………………………………………………

INSTRUCCIONES

En el siguiente cuestionario marca con un aspa (X) en cada número según estés
de acuerdo o desacuerdo en función de cada pregunta

¡DE LA VUELTA A LA HOJA!

96
ÍTEM En desacuerdo De acuerdo

97
1. Cuando planeo algo lo realizo 1 2 3 4 5 6 7
2. Generalmente me las arreglo de una manera u otra 1 2 3 4 5 6 7
3. Dependo más de mí mismo(a) que de otras personas 1 2 3 4 5 6 7
4. Es importante para mí mantenerme interesado(a) en las
1 2 3 4 5 6 7
cosas
5. Puedo estar solo(a) si tengo que hacerlo 1 2 3 4 5 6 7
6. Me siento orgulloso(a) de haber logrado cosas en mi
1 2 3 4 5 6 7
vida
7. Usualmente veo las cosas a largo plazo 1 2 3 4 5 6 7
8. Soy amigo(a) de mí mismo(a) 1 2 3 4 5 6 7
9. Siento que puedo manejar varias cosas al mismo tiempo 1 2 3 4 5 6 7
10. Soy decidido(a) 1 2 3 4 5 6 7
11. Rara vez me pregunto cuál es la finalidad de todo 1 2 3 4 5 6 7
12. Tomo las cosas una por una 1 2 3 4 5 6 7
13. Puedo enfrentar las dificultades porque las he
1 2 3 4 5 6 7
experimentado anteriormente
14. Tengo autodisciplina 1 2 3 4 5 6 7
15. Me mantengo interesado(a) en los cosas 1 2 3 4 5 6 7
16. Por lo general, encuentro algo de qué reírme 1 2 3 4 5 6 7
17. El creer en mí mismo(a) me permite atravesar tiempos
1 2 3 4 5 6 7
difíciles
18. En una emergencia soy una persona en quien se puede
1 2 3 4 5 6 7
confiar
19. Generalmente puedo ver una situación de varias
1 2 3 4 5 6 7
Maneras

20. Algunas veces me obligo a hacer cosas aunque no quiera 1 2 3 4 5 6 7


21. Mi vida tiene significado 1 2 3 4 5 6 7
22. No me lamento de las cosas por las que no puedo hacer
1 2 3 4 5 6 7
nada
23. Cuando estoy en una situación difícil generalmente
1 2 3 4 5 6 7
encuentro una salida
24. Tengo la energía suficiente para hacer lo que debo hacer 1 2 3 4 5 6 7

25. Acepto que hay personas a las que yo no les agrado 1 2 3 4 5 6 7

¡FIN DE LA PRUEBA! GRACIAS

98
99
100

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