Professional Documents
Culture Documents
IZTAPALAPA, CDMX
Por lo tanto, la presente investigación está dedicada al acoso sexual callejero, ya que
este tipo de situaciones van aumentando, considerando que es difícil que se realice una
denuncia por parte de las mujeres que sufren o sufrieron de dicho acoso, principalmente
porque la identidad del acosador es desconocida. Además, hay que tener en cuenta que el
acosador no considera la edad, la condición social, la actividad que se realice o el lugar.
Puede ser con un halago, piropo de tipo verbal o directamente con una agresión sexual
física y que además, no existe mujer en México, que no haya sido violentada por un
desconocido, sola o acompañada, en una calle, en el transporte público, a la salida del
trabajo o de la escuela, en una plaza o en cualquier lugar en el que nos encontramos.
Mencionando que, el acoso callejero, como una forma de violencia contra las
mujeres. Evidenciando que el acoso callejero es un problema social grave que afecta a más
de la población mexicana, en nuestro país comenzó el tema a nivel público y ha ido
cobrando importancia social en los últimos años del siglo XXI. Sin embargo, la situación
parece no cambiar porque la naturalización de la violencia contra las mujeres está tan
arraigada que hasta los medios puede permitírsele usar las agresiones contra las mujeres
como estrategia de ventas sin importar el daño psicológico que puede causar sobre la
sociedad y sobre el impacto ejercido en las mujeres y a la cultura, pero parece ser algo que
resulta normal en nuestra sociedad, en la que las mujeres que son agredidas en espacio
público nos vulnerables y violentadas.
Por un lado, se encuentra la agresión, ya sea en aspectos verbales o en la violencia
ejercida de tipo física, que deja estragos irremediables, no porque la vida de la persona no
continúe de forma normal, sino porque la preocupación y el miedo a que se repita
permanece a flor de piel. Las personas que realizan la acción de acoso no toman en cuenta
las características de las mujeres y las acosan de igual manera. Sea en el día o en la noche
todas las mujeres están propensas al acoso. En definitiva, pensar la idea implica pensar,
necesariamente, el fenómeno de la dominación en las relaciones sociales, especialmente su
eficacia, su modo de funcionamiento, el fundamento que la hace posible. El análisis de la
aceptación tóxica del mundo, que resulta del acuerdo inmediato de las estructuras objetivas
con las estructuras cognoscitivas, es el verdadero fundamento de una teoría realista de la
dominación y de la política. De todas las formas de persuasión clandestina, la más
implacable es la ejercida simplemente por el orden de las cosas.
Esto, como ya se ha ido mencionando hace uso de las diferencias patriarcales entre
hombres y mujeres. Como menciona Gaytán (2009), en primer lugar, se ubica a la mujer
sumisa y el hombre machista que lleva el control, sobre todo. Y en el segundo aspecto se
puede ejercer sobre todo en la educación recibida en el hogar que hará influencia sobre lo
familiar y laboral, así como en el impacto social.
Además, Calderón (citado de Bourdie, 1970) nos refiere que las nociones de
dominación, poder, violencia y lucha han estado casi desde siempre presentes en el
vocabulario de la sociología y, en general, en el de las ciencias sociales. Esta pertenencia
habla de una problemática que es constitutiva de lo social, en tanto la conflictividad es
inherente al entramado social, espacio de relaciones de dominación, de poder, de
enfrentamientos y que los agentes sociales se encuentran en una relación de percepción y
reconocimiento.
Bill (2015) refiere que el acoso sexual callejero es toda practica o connotación
sexual implícita que proviene de un desconocido, que posee un carácter unidireccional, que
ocurre en espacios públicos y tiene potencial de provocar malestar en el/la acosador(a), es
decir, tiene origen sexual que hace referencia de forma implícita, como:
Bill (2015) también menciona que existe una diferencia significativa entre lo masculino
y lo femenino ya que con el tiempo se ha hecho una estructura social que ha llegado a
naturalizarse, inculcado en cada persona la idea que es biológicamente fundada siendo que
es justificada por la construcción social. Por lo que, la culturalización tiene efectos sobre la
educación y trato que se le proporciona al hombre y a la mujer, haciendo uso indebido de
los derechos humanos entre ambos, además es claro que socialmente ya se hizo un
dividendo para que la mujer se perciba como un objeto sexual, como en los múltiples
medios de comunicación por décadas lo ha hecho ver. Y como sociedad lo hemos
aprendido.
Para Espinoza (2014) menciona que El orden social no les deja lugar a las mujeres,
asignándole tareas inferiores y enseñándoles cómo comportarse como una dama. Tanto para
Espinoza como para Bill, el acoso sexual callejero se ve influido por la división entre lo que
es masculino y lo que es femenino y que es toda práctica insensibiliza a la población
iztapalapense ya que se asume el rol social de ambas personas, sin embargo, en dicho
municipio es una población en la que sus costumbres y tradiciones están en hincapié y
deben seguirse como lo han hecho sus antepasados por siglos.
Además, Baró (2014), menciona que el acoso sexual callejero es un tipo de violencia
física, psicológica y sexual que comprende todas las prácticas habituadas o aceptadas como
naturales por la población.
El acoso sexual en los lugares públicos constituye una situación cotidiana en las
distintas partes del mundo (Gaytán, 2007). Tal como ya lo hemos mencionado, el acoso se
ve influenciado por la sensibilización a dichos actos como algo normal y cotidiano, y en
algunos casos hasta resulta gracioso. Tomando en cuenta que las mujeres por diversas
cuestiones, tales como el tiempo, no pueden poner un alto a los acosadores que día tras día
están en las calles de la CDMX, debido a que las autoridades lo consideran como algo no
alarmante.
Existiendo así una contingencia, es decir, algo no previsto durante la realización del
experimento era la imparcialidad del clima, hacia demasiado frío por lo que hubo un
cambio de vestimenta casi al finalizar el experimento. Teniendo como consecuencia una
situación desfavorable en que la población presente llevaba un paso rápido era poco
probable que voltearan a verme. También debido a que algunas personas llegaron a notar la
compañía de cómplices, obstaculizo la experimentación. Otra situación que impidió que se
realice con éxito el experimento fue que en esos momentos eran vacaciones, por tanto,
conforme pasaban las horas la población disminuida. Y las personas que caminaban por las
calles de las diferentes estaciones de la red del sistema de trasporte colectivo.
En conclusión de dicha investigación se realizó con el fin de identificar como se
presentaba el acoso sexual callejero, el cual es representación de cualquier acto con una
connotación sexual, en la cual durante la realización del experimento se comprobó que
existe en hombres y mujeres, ya que durante el experimento se observó que un par de
mujeres comenzaron a mirar de una forma agresiva y observando de pies a cabezas la
forma en que en ese momento me encontraba vestida, además de que su mirada fue tan
insistente que me hizo girar hacia donde estas mujeres se encontraban, ocurriendo lo mismo
con un grupo de personas de edad adulta quienes se encontraban de espaldas en la calle y
que se giraron hacia donde me encontraba con la finalidad de observarme, y que durante
varios minutos permanecieron con esa mirada, hasta que comencé a caminar por otro sitio,
siendo esto una situación incómoda y que consideremos que es lo que se vive día a día.
Y si bien es cierto, son actos que si son identificables en cualquier lugar, y que son
agentes que generan enojo, impotencia, miedo y ansiedad desde el hecho que personas que
bien sean conocidas o no, realicen de forma verbal o no verbal estas acciones.
Referencias
Baró, T. (2014) El comportamiento no verbal de acoso sexual en espacios públicos.
Recuperado de:http://www.teresabaro.com/tag/acoso-sexual-callejero/