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HORMIGÓN II
Unidad 2:
FILOSOFÍA DEL DISEÑO PARA ESTRUCTURAS
DE HORMIGÓN ARMADO.
CONTENIDO.
Lo primero y fundamental que hay que comprender es que tanto desde el punto
de vista de la funcionalidad, como de la seguridad y de la economía existe una
interacción y por ende dependencia directa entre el proyecto arquitectónico y el
diseño estructural.
I.1.2. FUNCIONALIDAD.
Con respecto a la funcionalidad es interesante meditar sobre lo que la ref. [1]
menciona: “el papel que la estructura técnica desempeña en la formación de la
Arquitectura se halla asociado íntimamente con la función de ésta: la creación de
espacio humanizado. Solamente mediante una estructura puede extenderse el
espacio, de forma que se pueda desarrollar en él la vida del individuo, la familia o la
sociedad; por medio de la estructura puede controlarse el espacio para que sea posible
vivir a salvo, moverse y trabajar; y también por medio de la estructura este espacio
puede enriquecerse y ser dotado de escala y de calidad estética. La estructura es pues
algo instrumental e integral para el espacio arquitectónico”. Por técnica se refiere a
cualquier estructura que produce y preserva una forma.
En forma tal vez muy resumida, se podría decir que el éxito de la arquitectura se
mide simplemente por el grado de calidad con que se puedan desarrollar las funciones
para las cuales la construcción fue proyectada. De esta aseveración podría inducirse
que en realidad lo importante y final es el funcionamiento, el servicio que se presta, lo
cual en cierta medida es correcto. Sin embargo, la misma ref.[1] indica que la
estructura es una necesidad para la arquitectura: sin estructura no hay arquitectura. En
definitiva, por una lado la estructura sirve a la arquitectura, pero por otro lado la
alimenta y la enriquece.
Estas reflexiones marcan lo que podría indicarse como una interacción funcional
entre arquitectura y estructura. Es válida y trascendente. Lo que sí es muy importante
destacar para los fines del diseño y análisis estructural es que la construcción en su
conjunto, y no simplemente su estructura o lo que hemos “pensado” que es la
estructura, es la que está sometida a acciones, sean fuerzas o desplazamientos. La
interacción excitación - respuesta se da entre el medio ambiente y todo lo adherido o
que toca la construcción.
La Figs. 1.1(a) y (b) muestran, como ejemplos, las fotografías de dos edificios ya
terminados y en funcionamiento en la ciudad de Mendoza. En ellos, a simple vista,
será difícil separar lo que es estructura de lo que no lo es. Existiría tal vez la tentación
de definir como elementos estructurales aquellos que contribuyen a darle rigidez y
4
resistencia al edificio. En este respecto, note la diferencia con lo que se muestra en la
Fig. 1.2(a) y (b), donde la identificación de los elementos estructurales asociados al
comportamiento global del edificio es más clara. Se debe distinguir entonces entre el
edificio y su estructura. Sin embargo, aquella definición de estructura podría ser muy
mezquina: un elemento de cierre como un vidrio de la fachada, por ejemplo, podría
tomarse como no estructural: esto sería cierto desde el punto de vista del diseño
global, ya que aporta peso pero no suma resistencia al edificio. Sin embargo, por sí
mismo el vidrio es una estructura, que se debe soportar a ella misma y que debe
transmitir las acciones que recibe (la presión del viento, por ejemplo) a sus soportes.
Más adelante se verá que también es necesario distinguir no solamente entre edificio y
estructura, sino también entre su modelación o representación para el análisis
estructural, interpretación de resultados y el producto final que es la construcción
misma.
I.1.3 SEGURIDAD.
La otra condición fundamental que deben satisfacer las construcciones es la
seguridad. Se podría aducir con respecto a este requisito que, dado cualquier proyecto
arquitectónico, siempre y cuando se satisfagan las condiciones de estabilidad, de
rigidez, resistencia, se apliquen los reglamentos pertinentes, se trabaje con los
coeficientes de seguridad adecuados y se ejecute la obra en forma adecuada, debería
resultar una construcción con riesgo cero o de muy baja probabilidad de falla.
La referencia citada indica que uno de los objetivos del diseño estructural es
impedir que las fuerzas se reúnan en una concentración destructiva. Es justamente
esta anomalía la que se está insinuando como potencial en la discontinuidad de Fig.
1.2(b) y la que seguramente produjo los colapsos de las Figs. 1.3. Las enseñanzas de
los últimos terremotos han demostrado en forma elocuente que un proyecto
arquitectónico con visibles falencias por tendencia a concentración de fuerzas y/o
deformaciones, no termina de ser eficazmente resuelto aunque se empleen métodos
sofisticados de análisis. En realidad éstos últimos pueden ser de muy dudosa validez, y
podrían aún más esconder las verdaderas causas de potenciales desastres. En
general, los diseños “enfermos” se detectan a simple vista.
7
I.1.4 ECONOMÍA.
Para que una construcción sea eficiente no basta que sea solamente funcional y
segura, sino que también debe tener un costo razonable. En la medida que el proyecto
de arquitectura pueda ser resuelto a través de una estructura simple, limpia y también
agradable a la vista, y que además permita que los conflictos antes mencionados ni
pongan en peligro la estabilidad del edificio ni provoquen daños ante sucesivos
movimientos sísmicos, la solución estructural será más predecible y resultará con un
factor de seguridad mayor y menores costos asociados. Es de hacer notar que en
diseño y construcción sismorresistente no sólo interesa el costo inicial, sino el costo
asociado a toda la vida útil de la construcción. Si por ejemplo, un edificio con
deficiencias de rigidez (muy flexible globalmente, con excentricidades, con
deformaciones localizadas, etc.) debe ser reparado varias veces ante sismos que
ocurren, digamos cada 10 años, podría suceder que el costo de dichos arreglos supere
ampliamente el costo inicial. Muchas veces esta condición no es contemplada y las
consecuencias, para el propietario, son muy desagradables.
Entre los años 1982 y 1987 se desarrolló entre Japón y Estados Unidos un Plan
Cooperativo de Investigación en Diseño Sismorresistente (PCIDS). El plan muy
ambicioso por cierto, incluía el diseño, análisis, construcción y ensayos de edificios de
acero y hormigón armado. En Japón el diseño y construcción se llevó a cabo en el
Instituto de Investigación de Edificios, Building Research Institute referido como BRI de
ahora en más. En este caso, dada la gran capacidad de aplicación de cargas que tiene
el BRI, se decidió por la construcción de los edificios de hormigón armado, de 7 pisos,
y de acero, 6 pisos, en escala 1:1, es decir en escala natural. La Fig. 1.4(a) muestra un
esquema de las dimensiones de las losas de anclajes y pared reactiva del BRI junto
con una posible disposición de un edificio a ensayar, dispositivos de carga
pseudodinámica e instrumentación de control y medición. La Fig. 1.4(b) y (c) muestra
fotografías recientes (Julio 2000) de las disponibilidades actuales.
Es obvio que sin los planos de planta es imposible comenzar a trabajar. Sin
embargo, en edificios de hormigón armado en zonas sísmicas y por las razones que
luego se verá, es imprescindible contar con los planos de elevación (cortes y
fachadas), pues tal cual se expresó en las secciones anteriores, el conflicto a resolver
en este caso es que las acciones predominantes son horizontales y la expansión del
edificio en altura es vertical por lo cual, lo que en altura se coloque, depende de cómo
y dónde, ayudará o perjudicará en la respuesta del edificio. En nuestro medio, tal cual
se muestra en la Fig. 1(a) y (b), ignorar la existencia y real configuración de los
cerramientos de mampostería, podría resultar fatal para la supervivencia del edificio
ante terremotos.
A los efectos de este estudio se va a suponer que los planos que se muestran
representan un planteo estructural que el arquitecto pone a consideración del
ingeniero, basado en las reuniones anteriormente mantenidas por ambos y donde el
diseñador estructural fijó pautas mínimas asociadas con el diseño sismorresistente. Se
supone que este planteo, por supuesto, es totalmente “potable” para el arquitecto. No
se entra ahora en la discusión si el diseño estructural es totalmente aceptable o no.
Esto es objeto de los estudios que se harán subsiguientemente. Por ahora basta con
identificar que, a los efectos de soportar cargas verticales y horizontales, la estructura
del edificio cuenta con:
Las acciones críticas son aquellas que determinan por un lado el sistema
estructural global del edificio (por ejemplo, tabiques acoplados de hormigón armado), y
12
por otro el diseño de cada uno de los elementos estructurales que lo componen
(tabiques y vigas de acople).
Lo importante en esta etapa del diseño es identificar los acciones críticas con
sus posibles combinaciones. Convengamos que para el edificio en estudio, por
ubicarse en zona de alta peligrosidad, las mayores demandas de resistencia y
ductilidad estarán asociadas a un terremoto severo, y lo que hay que decidir ahora es
qué nivel de respuesta se espera. El problema, tal cual se expresó antes y se lo
aclarará y enfatizará luego, es que la definición del input sísmico está llena de
incertidumbres. Más adelante, en la sección III donde se trata sobre las
particularidades del diseño sismorresistente, se ampliará el aspecto de la definición de
los terremotos de diseño.
(a) Estado Límite de Servicio: el hecho de que ocurran sismos frecuentes que
inducen solicitaciones relativamente pequeñas no tendría que interferir con el
normal funcionamiento del edificio. Esto significa que no deberían ocurrir
daños ni a la estructura ni a los componentes. Es un requerimiento
13
básicamente de rigidez, parámetro éste que quedará mejor definido en la
sección siguiente, pero convengamos por ahora que el objetivo es que los
desplazamientos y deformaciones resultantes se mantengan dentro de
límites muy bajos de manera que el daño prácticamente no exista y los
niveles de demandas de resistencia sean bajos comparados con las
capacidades. En general se está de acuerdo que para cada estado límite el
terremoto que se define está asociado a la importancia de la construcción.
Así entonces, para el estado límite de servicio y aplicado a edificios de uso
común, como oficinas o viviendas, que responde al caso particular de
nuestro edificio en estudio, el período de retorno podría estar comprendido
entre 30 y 50 años. Para un hospital, estación de bomberos, centro de
comunicaciones o una planta nuclear, donde se necesita mayor grado de
protección, el período de retorno a adoptar debería ser mayor.
(c) Estado Límite Último: para el caso de sismos muy severos, cuyos períodos
de retorno pueden ser grandes (entre 100 y 500 años) se puede admitir que
el edificio sufra daños generalizados pero no se admite que colapse, es
decir, que ponga en peligro la vida de sus ocupantes. Esto quiere decir que si
bien se alcanzó el nivel máximo de resistencia, la estructura cuenta con
suficiente ductilidad como para disipar la energía del sismo a través de daño,
es decir, de comportamiento francamente no lineal. Generalmente los
códigos modernos utilizan al menos este estado límite para el diseño.
Fig. 1.7(a) Plaza Central de Mendoza Fig. 1.7(b) Pintura que muestra los
antes del terremoto del 20-3-1861. daños en dicha zona por el sismo.
La tabla I muestra los doce eventos sísmicos más representativos que afectaron
a Mendoza desde 1782. Las magnitudes indicadas antes de 1967 son estimativas,
pues no corresponden a medidas instrumentales. La Fig. 1.8 muestra los epicentros de
dichos eventos. Se ha estimado para el sismo de 1861 una magnitud similar a la de los
terremotos de Kobe (Japón, 1995) y de Caucete (San Juan, 1977).
Para ampliar un poco más la metodología que se utiliza para definir los sismos
de diseños asociados a distintos estados límites, vale indicar en forma breve lo que
propone la Asociación de Ingenieros Estructurales de California, SEAOC (Structural
Engineers Association of California) [3]. El SEAOC propone cuatro (4) estados
límites, para los cuales define niveles de daños aceptables, que se resumen así:
p = 1 – [ 1 / etu/Tr ] (1a)
Tr = 1 / [1 – (1-p)1/tu ] (1b)
En la ref. [3] se dan como períodos de retorno los valores de 43 años, 72 años,
475 años y 970 años para los terremotos frecuentes, ocasionales, raros y muy raros
respectivamente. A su vez, define tres (3) tiempos de vida útil tu, 30 años, 50 años y
100 años, que aplicados en la ecuación (1a) resultan en las probabilidades de
excedencia que se indican en la tabla 2.
1
Tr = 0.02ln (1− PE50 )
(1.2)
1− e
C. Edificios Básicos: son todo el resto, incluyendo por supuesto los de viviendas,
oficinas, comercio, industria, etc. que excluyan las condiciones anteriores.
La Fig. 1.9 resume los objetivos de comportamiento que se espera que se cumplan
en función de los terremotos de diseño y los estados límites.
Un criterio similar utiliza el código de Nueva Zelanda NZS 4203:1992, ref. [6], que
en su sección C.4.6.2 indica que para el estado último se ha adoptado un espectro de
riesgo uniforme con un período de retorno asignado en 450 años (lo que también da
aproximadamente un 10 % de probabilidad de ser excedido en 50 años). Nótese que
en este caso la probabilidad anual de excedencia, que es la inversa del período de
recurrencia, es de aproximadamente el 0.2 %, o sea 0.002. La misma norma, para el
estado límite de servicio establece que las fuerzas de diseño están basadas en un
espectro de riesgo uniforme con una probabilidad anual de excedencia del 10 %, o sea
0.10. Esto implica para este estado límite un período de retorno de 10 años, lo cual le
da una probabilidad del 100 % de ser excedida en 50 años, del 95 % en 30 años y del
63 % en 10 años. La Fig. 1.10 muestra la relación entre el factor de importancia o
riesgo de la construcción y el período de retorno o su inversa la probabilidad anual de
20
excedencia. Se ve que, para un edificio esencial, para el cual la norma toma el factor
de riesgo R=1.3, resultaría una probabilidad anual de excedencia del orden de 10-3, es
decir un período de retorno de casi 1000 años. Si esto se relaciona con la tabla 2 que
da el SEAOC significaría que de acuerdo al NZS4203 el mismo nivel de daños se
espera en un edificio de uso común para el sismo que ocurre cada 500 años
(designado como raro) que en un edificio esencial para el sismo que ocurre cada 1000
años (designado como muy raro).
I.4.2.1 Rigidez.
Este parámetro relaciona directamente, por ejemplo en este caso, las fuerzas
con los desplazamientos, y sirve principalmente para verificar el estado límite de
servicio. En la rigidez global intervienen los módulos de elasticidad de los materiales,
las características geométricas de los elementos estructurales y la topología
(distribución y conexiones de los elementos) de la estructura en su conjunto. No debe
olvidarse de que la estructura no es algo plano sino tridimensional. En el caso de
estructuras de hormigón armado y de mampostería, la evaluación de la rigidez con
cierto grado de precisión no es tan simple, como lo podría ser para, por ejemplo, una
estructura metálica. Los fenómenos de fisuración, deformación diferida y la evaluación
de la contribución en tracción del hormigón y los mampuestos suele presentar
bastantes incertidumbres. Estos problemas se enfrentarán más adelante. Si en la Fig.
1.13 se toma como representativa cualquiera de las dos curvas bilineales, y se define
como ∆y el desplazamiento que corresponde a la “fluencia” de la estructura, y que está
asociado a una resistencia Sy, entonces la pendiente de dicha respuesta idealizada
como lineal y elástica y dada por K = Sy/∆y es utilizada para cuantificar la rigidez inicial
global del edificio en la dirección analizada.
Muchas son las discusiones que se han generado para definir el punto de
fluencia. No es objeto entrar ahora en detalle sobre los distintos criterios, sino
simplemente mencionar que en la ref.[2] se toma el concepto de rigidez secante
refiriéndola al valor de 0.75 Si, donde con Si se representa la resistencia “ideal” o de
fluencia de la estructura.
23
Al valor de K resultante se lo llama “rigidez efectiva” y será éste el que nos
interese cuando se verifiquen condiciones de estado límite de servicio. Una de las
condiciones más comunes a verificar es la de desplazamientos relativos entre pisos,
que deben permanecer dentro de ciertos valores, a los cuales los reglamentos
modernos de diseño imponen límites.
I.4.2.2 Resistencia.
La resistencia de una estructura está dada por la máxima carga, generalmente
expresada a través del esfuerzo de corte en la base, que ésta puede soportar bajo la
combinación de cargas verticales y horizontales.
I.4.2.3 Ductilidad.
Para asegurar que el edificio quede en pie después de un gran sismo, su
estructura debe ser capaz de sobrellevar grandes deformaciones sin que su resistencia
se vea seriamente afectada. Los desplazamientos a que se vería sometido el edificio
pueden estar bastante más allá del que corresponde a la fluencia, y que marcaría en
nuestro modelo el límite de comportamiento elástico. La habilidad de la estructura para
ofrecer resistencia en el rango no lineal de la respuesta se denomina ductilidad. Esta
implica sostener grandes deformaciones y capacidad para absorber y disipar energía
ante reversión de cargas y/o desplazamientos (comportamiento histerético) por lo que
representa, para muchos autores, la propiedad más importante que el diseñador debe
proveer al edificio que se vaya a construir en una zona de alto riesgo sísmico.
En la Fig. 1.13 se puede contrastar una falla dúctil contra tipos de falla frágil, las
que se representan con líneas de trazo descendentes. Fallas frágiles (brittle) implican
pérdidas completas de la resistencia. En el hormigón armado implican generalmente
desintegración del hormigón, y sobrevienen sin ningún tipo de aviso. Por razones
obvias, este tipo de comportamiento debe ser evitado y es el que ha causado la
mayoría de los colapsos durante terremotos, siendo responsable por lo tanto de las
pérdidas de vidas.
24
La Fig. 1.14(a) muestra cómo quedó el hospital Olive View después del terremoto
de San Fernando de 1971, Magnitud Richter ML = 6.4, en California. Lo importante a
mencionar de este edificio para el tema que se desarrolla, está en la comparación de
las Figs. 1.14(b) y 1.14(c), que muestran a dos columnas del mismo edificio pero con
un comportamiento totalmente diferente. La Fig. 1.14(b) muestra una respuesta
netamente dúctil de una de las columnas centrales de la fachada de 1.14(a) y que
evitó, junto a las otras columnas de similar respuesta, el colapso durante el sismo. El
desplazamiento del extremo superior respecto de la base fue cercano a 80 cm. Una de
las columnas esquinas del mismo edificio tuvo un comportamiento explosivo,
desintegrándose el hormigón tal cual se muestra en la Fig. 1.14(c): esto es
comportamiento frágil. Si ésta hubiera sido la respuesta de la mayoría de las columnas,
seguramente se hubiera producido un colapso similar al que se muestra en la Fig.
1.15(a) y (b), es decir falla total de planta baja provocando el mecanismo de piso, como
sucedió en el pabellón de psiquiatría del mismo hospital durante el mismo evento.
Fig. 1.15(a) Vista del Pabellón de Fig. 15(b) Causa del Colapso de Planta
Psiquiatría del Olive View. Sismo de 1971. Baja.
No es objeto por el momento entrar en más detalles sobre estos resultados. Existen
numerosos trabajos al respecto que pueden ser consultados [ref.7].
Dado que se utiliza en gran parte bibliografía en inglés como referencia, y como
reglamento de hormigón armado el ACI-318, en ocasiones se coloca también la
designación en inglés a los efectos de facilitar comparaciones, búsquedas de temas y
asociar la notación con la designación.
II. Cargas de Uso o Sobrecargas: son las que resultan del mismo uso o
función de la construcción. Pueden ser móviles y variar en intensidad. Los
máximos valores que dan los códigos están basados en estimaciones
probabilísticas. En la mayoría de los casos estas cargas son simuladas como
uniformemente distribuidas sobre el área total de piso. Sin embargo, en
varias ocasiones es necesario la consideración de cargas puntuales. En
edificios industriales ésta suele ser una situación muy común. La
probabilidad de que un área en forma completa esté sometida a la máxima
intensidad de carga accidental especificada disminuye cuando la dimensión
del área cargada aumenta. Los pisos utilizados para oficinas suelen ser
ejemplos de estos casos. Si bien es recomendable diseñar las losas para
que soporten la carga accidental total, las columnas y vigas que reciban
cargas de una gran área tributaria asociada, podrían ser diseñadas
suponiendo una reducción de aquellas. A tal efecto, la norma NZS:4203-
1992, propone la siguiente expresión:
Lr = r.l (1.4)
4.6
r = 0.50 + ≤1 (1.5.1)
A
II. Para otros usos:
2.7
r = 0.40 + ≤1 (1.5.2)
A
III. Fuerzas sísmicas: El método más empleado para evaluar el efecto sísmico
sobre los edificios es conocido como método de las fuerzas horizontales
estáticas equivalentes. Si bien su aplicación está limitado a cumplir ciertas
condiciones, se prefiere el mismo por su simplicidad, pues da buenos
resultados en particular para edificios simples y simétricos y además porque
es el método con el cual los diseñadores están más familiarizados.
La Fig. 1.17 muestra un esquema del modelo utilizado para determinar las
fuerzas sísmicas que se deben aplicar en cada nivel del edificio.
Primeramente se calcula la fuerza sísmica total, expresada como esfuerzo
de corte total en la base del edificio, y dada por:
Vb = C . Wt (1.7)
Wk hk
Fk = n
Vo
∑W h
i =1
i i
masas intermedias:
0.9Wk hk
Fk = n
Vo
∑W h
i =1
i i
última masa:
0.9Wk hk
Fk = n
Vo + 0.1Vo
∑W h
i =1
i i
Estas dos últimas expresiones tienden a incorporar, para el caso de edificios con
período elevado, la influencia de los períodos más altos que incrementan momentos y
cortes en los pisos más elevados.
La norma NZS:4203 establece para todos los casos, es decir sin tener en cuenta
período o altura del edificio en estudio, que para todos los niveles:
Wi h i
Fi = 0.92Vb (1.10)
∑ Wi h i
y para el último nivel se debe adicionar una fuerza horizontal equivalente a 0.08 Vb.
31
Esta norma aclara en sus comentarios que si bien se ha demostrado que la
magnitud del incremento de fuerza en el último nivel debería ser función del período
fundamental, se mantienen esos valores de 0.92 y 0.08 constantes para reducir la
complejidad en los análisis y porque da suficiente aproximación para períodos de hasta
2 segundos.
Otros efectos que se debe considerar son los de contracción y fluencia lenta del
hormigón, y los originados por diferencias de temperatura. La incidencia y posibles
efectos de estos fenómenos se verán cuando se estudien las propiedades del
hormigón.
Hasta hace unos años atrás era común que las verificaciones se hicieran
considerando el método de tensiones admisibles. En este caso las acciones no se
mayoraban y, para tener los márgenes de seguridad adecuados, se trabajaba con
tensiones admisibles de los materiales, es decir se aplicaban factores de seguridad a
los materiales. Sin embargo, tal cual luego se verá, en la actualidad los métodos
basados en resistencia y capacidad son los que prácticamente se usan en
exclusividad. Por ello, por ejemplo el ACI-318, ref. [12], establece que las estructuras y
los elementos estructurales deben ser diseñados para que tengan en cualquier sección
32
una resistencia que se debe comparar con las solicitaciones que resultan de las
acciones combinadas y mayoradas.
U = 1.40 D (1.12.2)
E = E H + EV
Ca
EV = γrD
2
33
siendo Ca un parámetro específico del espectro, ver tabla 3.1 del IC-103, parte I,
y γr el factor de riesgo. Por ejemplo, para un suelo espectral tipo 2 (típico), con Ca=0.40
y edificio de departamentos, γr=1.0, resulta:
Ca
EV = γ r D = 0.2 D
2
por lo cual, para por ejemplo f1 = 0.25, las combinaciones de acción con sismo
se transforman en:
U = 1.40 D + 0.25 L ± E H
U = 0.70 D ± E H
Sd = φ . Sn ≥ Sr (1.19)
** Compresión y flexo-compresión
(cuando εt está por debajo del valor 0.002)
para elementos zunchados......................................0.70
para otra forma de estribos .....................................0.65
sin embargo, se establece una transición entre 0.90 y estos valores en función
del valor de εt, según se verá luego.
Es importante notar que la norma NZS:3101, que antes adoptaba estos valores
para los factores de reducción de resistencia, los ha modificado (ver sección 3.4.2.2.
de dicho documento). Sobre ésto se discutirá más adelante.
So = φo . Sn (1.20)
(f) Resistencia Ideal: este nivel de resistencia (sugerido por Paulay & Priestley, ref
[2]), Si, está asociada a resultados experimentales y se refiere a la mejor predicción de
resistencia que se pueda realizar de una específica unidad de ensayo utilizando en los
análisis las características medidas de los materiales. Su uso fundamental está en
calibrar la validez de las ecuaciones que se utilizan para predecir resistencia.
La Fig. 1.18 muestra una clarificación de las relaciones entre los distintos niveles
de resistencias, a través de un típico gráfico de distribución de frecuencias de
resistencias.
Sn Sr 1.2S D + 1.6S L
≥ =
S D + S L φ(S D + S L ) 0.9(S D + S L )
36
Sn Sr 1.2S D + 1.6S L
≥ = = 1.56
S D + S L φ(S D + S L ) 0.9(S D + S L )
II. balcones.
37
En el área de balcones (exterior), la carga Permanente se adopta igual a D=0.40
t/m2 (no corresponde incluir tabiques de cierre) y como sobrecarga de uso, la ref [8],
sección 4.1.1, especifica que se debe tomar el valor de los locales a los cuales sirven,
L= 0.25 t/m2, y nunca menor a 0.05 t/m2.
2. CCSR-87 ref.[16]
Cx = 0.85 γdu = 0.85 Co = 0.30 CIx =0.22
Cy = 1.00 γdu = 1.00 Co = 0.30 CIy =0.30
3. PRONAM-97 ref.[17]
Sax = 0.95 ductilidad µ = 4.5 CIx = 0.21
Say = 1.05 ductilidad µ = 5.0 CIy = 0.21
resultan:
Ca=0.40 y Cv=0.708
Fig. 1.20 ERDE y ERDI para R=4. IC103-2013. Zona 4, SD. Se indica
además el espectro para control de desplazamientos.
Del análisis 3-D con Etabs, con las masas por nivel antes indicadas y utilizando
el espectro de respuesta elástica que corresponde al I-C 103 para suelo II, se
obtuvieron los siguientes cortantes Elásticos, VE, para las dos direcciones, X e Y, de
análisis:
VEx = 1147 ton VEy = 1326 ton
Si se usan las ecuaciones (1.7) del I-C 103, el factor α es 1.0 ya que para
ambas direcciones el valor 2xT2 supera al período fundamental. La siguiente tabla
muestra los resultados de la distribución en altura, y se incluyen los resultados que
arrojaría la aplicación de la norma NZS:4203, para que sirva como comparación.
d u = Cd d e / γ r
Para el control de las distorsiones se debe utilizar el espectro de diseño que fue
reducido por R, pero amplificado por el factor Cd, como el que se muestra en la Fig.
1.20.
42
Hola Carlos
también esta definido en el FEMA 759, es más nuevo que el que te mencione antes. Fijate en la parte 2, comentarios:
--
43
44
Ref. [22] especifica, sección 8.4.5, que cuando corresponda, se debe dejar una
adecuada separación entre edificios para evitar, por ejemplo, el martilleo entre los
mismos.
Yk ≥ 1.05d ubk
d ubk = Cd d ebk / γ r
Esto implica que la separación en el último nivel del edificio más bajo debería
ser de 21 cm.
Septiembre 2012
48
1.12 BIBLIOGRAFÍA.
[1] “Sistemas de Estructuras”, Heinrich Engel. H. Blume Ediciones. Madrid. 1979.
[2] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”, Tomas
Paulay & M.J.N. Priestley, John Wiley & Sons, Inc. 1992.
[3] “Vision 2000: Performance Based Seismic Engineering of Buildings”.
Structural Engineers Association of California. SEOAC. Abril 1975.
[4] ”Seismic Design of Concrete Structures. The Present Needs of Societies”.
Tomas Paulay. 4-EIPAC-99. Mendoza. Mayo 1999.
[5] ”Normas Argentinas para Construcciones Sismorresistentes”. INPRES-
CIRSOC 103. Parte I. General. INTI. Noviembre 1993.
[6] “Code of Practice for General Structural Design and Design Loading for
Buildings”. New Zealand Standard. NZS 4203:1992. Volume 1 Code of Practice and
Volume 2 Commentary.
[7] “US-Japan Cooperative Earthquake Research Program: Earthquake
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[8] “Cargas y Sobrecargas Gravitatorias para el Cálculo de las Estructuras de
Edificios”. Reglamento CIRSOC 101. INTI. Julio 1982.
[9] “NEHRP Guidelines for the Seismic Rehabilitation of Buildings”. Editado por
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INTI. Diciembre 1984.
[11] “Acción de la Nieve y del Hielo Sobre las Construcciones”. Reglamento
CIRSOC 104. INTI. Julio 1982.
[12] “Building Code Requirements for Reinforced Concrete”. ACI-318. 1995.
[13] “New Zealand Standard”, NZS, 3101:1995, Parte 1 (Código) y Parte 2.
[14] “Reglamento CIRSOC 201 y Anexos. Tomos 1 y 2. 1982.
[15] “ETBAS: Three Dimensional Analysis of Building Systems”. Computers &
Structures Inc. 1999. Versión 7.18.
[16] “Código de Construcciones Sismo Resistentes para la Provincia de
Mendoza”. Mendoza. 1987.
[17] “PRONAM: PROpuesta de Norma Antisísmica para la provincia de
Mendoza”. Mendoza. 1997.
[18] ”Refuerzo de un Edificio de 14 Pisos Ubicado en Zona Sísmica”. C. R.
Llopiz. XXX Jornadas Sud Americanas de Ingeniería Estructural. TRB630. 27 a 31
Mayo 2002. Universidad de Brasilia. Brasil.