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FUNDAMENTOS DE BIOENERGÉTICA

Introducción

La terapia craneosacral fue mi primer contacto con la bioenergética y así, como


terapia bioenergética, es como la veo y como la siento. Sin embargo la terapia
craneosacral que aprendí en la escuela de osteopatía no hablaba de energía, solo
hablaba de relaciones neurológicas, tensiones de las membranas, liquido
cefalorraquídeo o bloqueos mecánicos de las suturas; pero la fuerza de esta terapia
empezó, sutilmente al principio y con mucha fuerza luego, a hablarme de energías.
Poniendo las manos para realizar las técnicas que había aprendido, empecé a sentir
algo que no estaba en los libros, algo que iba más allá del movimiento de los tejidos,
algo que iba incluso mucho más allá del cuerpo físico, algo incorpóreo, y este algo no
era otra cosa que el movimiento de la energía.

La energía está en movimiento, la vida es movimiento; la vida, la energía y el


movimiento son realidades inseparables; incluso en la enfermedad sigue
manteniéndose esta relación, aunque el movimiento de la energía se encuentre
alterado.

Cuando empecé a percibir que había algo más de las estructuras físicas y del
movimiento del cráneo me costó mucho entender lo que estaba percibiendo, porqué
no encontraba apoyos en los textos de osteopatía, así que tuve que sacar partido a
los conocimientos de bioenergética provenientes de la acupuntura y echar mucha
imaginación, inventar a cada día, con cada paciente, en un trabajo constante de
investigación y experimentación.

Es frecuente y normal diferenciar entre terapias energéticas y terapias físicas, pero


en este caso de podríamos afirmar que:

La terapia craneosacral es un puente entre la realidad material del cuerpo físico y el


sutil universo de las energías

El ser humano obedece a las leyes que gobiernan la materia, pero está mantenido en
vida por la energía universal; trabajando con el toque sutil de la terapia craneosacral
esto se hace evidente y palpable y será fácil e intuitivo percibir la “otra” realidad, a lo
poco que le prestemos atención.

Cuando se separan los aspectos materiales y los no-materiales del ser humano en
cualquier ámbito vital se crean obstáculos ficticios que dificultan el conocimiento y el
progreso: la terapia craneosacral, que está basada en gran medida en el movimiento
respiratorio primario (MRP) no puede explicar desde un punto de vista científico cual
es el origen de este movimiento. Sin embargo la existencia del MRP si se ha podido
comprobar científicamente; así tenemos un movimiento que realmente sabemos que

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existe, pero no podemos demostrar científicamente su origen, ni decir donde se
origina o porqué existe....
Estas paradojas que surgen en el enfoque tradicional de la medicina no existirían
aplicando determinados conceptos bioenergéticos, tanto en el estudio del ser
humano, como de la vida en general. Estos principios los podemos resumir en:

1. El hombre es un ser físico y energético a la vez.


2. La energía y la materia son aspectos diferente de una misma realidad.
3. La vida sin energía (bioenergía) no puede existir.
4. La energía se manifiesta en movimiento.

Aplicando estos principios llegamos a poder afirmar que:

El MRP es una manifestación del movimiento de la energía; cuando


palpamos el MRP percibimos la expresión física de la energía vital,
que late en nosotros.

El movimiento de la energía se manifiesta en ciclos de expansión y retracción,


actividad y pasividad, flujo y reflujo, que en Oriente desde tiempos inmemorables se
han llamado Yin y Yang; esta dualidad representa los aspectos alternos y
complementarios de la realidad de todo el universo, de todas las cosas, de todos los
seres vivos y el hombre no representa una excepción a esto. Así podemos observar
la dualidad Yin-Yang en la respiración pulmonar, en la sístole y diástole, en el
sistema nervioso autónomo (simpático y parasimpático), en las funciones celulares
de anabolismo y catabolismo y en muchísimas otras manifestaciones vitales.

También en el terreno de la terapia craneosacral existe dos fases alternas y


complementarias, llamadas fase de expansión, (Yang, activa, diurna, masculina,
simpática, catabólica) y fase de retracción, (Yin, pasiva, nocturna, femenina,
parasimpática, anabólica).

Ambas fases se suceden mutuamente y la una no podría existir sin la otra. Para ser
exactos, ambas fases son aspectos distintos de una misma realidad y la una es
consecuencia de la existencia de la otra. Por poner un ejemplo no podríamos pensar
que existe el día, si no existiera la noche: imagina por un momento que no existiera
la noche y el cielo siempre resplandeciera de luz solar, a cada momento,
eternamente sol y luminosidad; está claro que no podríamos decir que es de día,
puesto que no existe una noche para crear la dualidad, es decir que no tendríamos la
alternancia noche-día. Simplemente no pensaríamos en este aspecto de la realidad.
Entonces al no existir la noche dejaría de existir una polaridad para referenciar el día,
así tampoco existiría el día.

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El Yin y el Yang no son realidades independientes, puesto que son aspectos
diferentes y complementarios de la misma realidad; en la terapia craneosacral las
alternancias de expansión y retracción son manifestaciones de la energía en
movimiento; este movimiento abarca todo el cuerpo, desde los pies a la cabeza,
incluyendo todos los órganos internos, músculos, huesos y fluidos corporales. La
energía llega a cada célula del organismo sin excepciones, puesto que de no hacerlo
esta parte moriría, lo mismo que sucede cuando no llega flujo sanguíneo y las células
mueren por isquemia (falta de riego sanguíneo). Energía y materia forman cada
célula, cada átomo, cada electrón, protón, neutrón etc., puesto que las mismas
partículas son energía en movimiento, como nos enseña la física de las partículas.

Vemos que la energía vital no es algo externo, sino que constituye la estructura
material de todo la creación y la materia es solo energía muy, muy condensada. De
esta forma rompiendo los enlaces nucleares que mantienen la cohesión entre las
partículas, se liberan grandes cantidades de energía.

Así al acceder a la energía en movimiento, a través del MRP, accedemos de una


forma simple y directa a la percepción de la vida misma, al rítmico alternar del Yin y
del Yang, al milagro de la vida como espectadores privilegiados. Las personas que
trabajan con terapia craneosacral tienen la posibilidad de poder percibir la energía de
una forma directa e incuestionable, más acorde a nuestra forma de ver la realidad
basada (principalmente) en los cinco sentidos y esto probablemente explica porqué
la terapia craneosacral sea tan liberadora y agradable, bien sea de dar, como de
recibir.

Hoy en día estamos constantemente bombardeados por un sinfín de descubrimientos


científicos y pseudocientificos, terapias novedosas, y muchas veces este exceso de
información lo único que hace es generar confusión y frenar nuestro avance hacia el
saber verdadero: además genera un sinfín de expectativa que muchas veces no
encuentran respuesta. El método “Somos” es un camino de la experiencia directa.
Es una forma de acercamiento al paciente desde la capacidad intuitiva más que
desde la lógica. La inteligencia emocional y la intuición toman relevo sobre la lógica y
el análisis, para así disponer del espacio interior para establecer una conexión
autentica y profunda con la realidad más profunda de nuestros pacientes.

Por otro lado, el método “Somos” intenta estimular el desarrollo personal en los
que inician esta andadura y permite potenciar las facultades de sanación más
profundas y ancestrales que todos poseemos y que, de esta forma, podemos
despertar. Quizás solo tengamos que “desnudarnos” un poco, sincerarnos otro tanto
y sobretodo ser humildes y amorosos, para llegar a esa experiencia mágica llamada
sanación.

“Cuando el ego desaparece, entonces acontece la sanación” . Osho.

Un maestro de arte marciales fue a conocer un monje Zen, famoso por su sabiduría,
para que le enseñara el secreto de la vida. Finalmente en presencia del monje, el

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maestro de arte marciales quiso impresionar su interlocutor con un montón de relatos
y conocimientos, tratando de que el maestro Zen se diera cuenta de que el no era un
alumno cualquiera, sino un personaje muy popular y con mucha cultura......el monje
Zen escuchó durante un buen rato en silencio y cuando el maestro de arte marciales
terminó, el monje le ofreció una taza de té. Empezó a servir el té y llenó la taza, pero
luego continuó echando más y más, hasta derramar una buena cantidad de té. El
maestro de artes marciales se sorprendió y dijo: ”¿Monje, que haces, no ves que la
taza está llena?”
El monje le contestó: “Tu eres como esta taza de te, estás lleno; para que puedas
recibir mi sabiduría, primero tienes que vaciarte, porqué de lo contrario, nada podrá
entrar en tu interior”.

Este cuento explica a la perfección la tarea que nos espera: todos tenemos mucho
que aprender, pero para poder hacerlo es necesario tener la actitud de un niño; vivir
cada momento y observar el mundo como si fuera la primera vez.

“Los tejidos saben, solo debemos aprender a escucharlos....”.

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La energía vital

Existe una fuerza invisible en la naturaleza, invisible par la mayor parte de la


humanidad, que posee un rol fundamental en la vida y el mantenimiento de la salud.
Es la energía vital.

Dicha fuerza se ha llamado de distintas formas, según el contexto cultural y la época


histórica; “Chi” (Ki) en la China, “Prana” en la India, campo energético universal,
conciencia pura, energía universal, o más simplemente energía vital.

Yo suelo hacer referencia a esta fuerza como “energía vital”, porqué este término
expresa el concepto de “energía” como fuerza y la palabra “vital” hace referencia a su
importancia en el mantenimiento de la vida, en toda la creación y en todos los seres.
La energía vital crea y moldea todas las cosas y las impregna con el ”aura” que es
una de las manifestaciones más fácil de percibir de la energía universal.

En este capitulo se hará una introducción de los principios básicos que rigen la
bioenergética, que es la disciplina que estudia la energía vital, y cómo esta influencia
la vida sobre el planeta; es decir el conjunto de manifestaciones energéticas relativas
a los seres vivos.

En la actualidad existen varios textos que tratan sobre la existencia de la energía


como fuerza primordial que sustenta la vida, más allá de los aspectos puramente
materiales y de cómo ésta interactúa con el universo físico.

Simplificando mucho la fisiología


tradicional y el funcionamiento del
cuerpo humano, es por todos sabido
que el sistema nervioso gobierna todo
los demás sistemas y es considerado
entonces el vértice de la pirámide
biológica. Así el sistema nervioso, a
través del cerebro y de los sentidos
nos pone en comunicación con el
mundo exterior y coordina todas las
funciones vitales para permitirnos
mantener la homeostasis (equilibrio
interno), la reproducción y la vida
social. Además nos pone en condición
de pensar y reflexionar sobre la existencia: el cerebro humano es visto como un
órgano que se observa a si mismo y observa el universo que le rodea. El sistema
endocrino (hormonal) produce y pone en circulación los mediadores químicos
(hormonas y neurotrasmisores) que permiten realizar las funciones biológicas bajo la
dirección del sistema nervioso. Para realizar esta función se vale del sistema
circulatorio que llega a todas las células y así todo el cuerpo es gobernado,
controlado e informado en un proceso de retroalimentación constante.

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Sin duda este proceso (sin entrar en grandes detalles) es básicamente correcto, pero
incompleto, porqué no tiene en cuenta la existencia del sistema energético que se
relaciona tanto con el sistema nervioso, como con todas (o la mayoría) de las
funciones vitales del ser humano, incluidas las que solemos definir como
emocionales y espirituales. La concepción tradicional de la fisiología humana es un
poco como una mesa con tres patas.....falta la cuarta pata representada por el
sistema energético. El sistema energético, olvidado por la ciencia y la medicina,
permite entender muchos fenómenos que sostienen la vida.

Así la bioenergética tradicional (de la


China e la India) y los avances más
recientes nos llevan a representar una
pirámide biológica básicamente similar
a la anterior, pero más completa.

En este esquema, que representa de


forma simplificada la organización de
la vida en los seres humanos,
podríamos en un primer momento y
utilizando el esquema de la pirámide
biológica, colocar el sistema
energético por encima de todos los
demás, incluido el sistema nervioso.....

De esta forma afirmamos que existe algo que si bien no existe a nivel “material”, es
tan poderoso que gobierna, controla e interactúa con todas las funciones fisiológicas
del ser humano y también tiene una estrecha relación con los aspectos emocionales,
intelectuales y espirituales de la vida. He puesto entrecomillas la palabra “material”
porqué no es del todo correcto hablar en términos de materia y energía como
realidades separadas y diferentes, puesto que la separación entre materia y energía
es menos real de lo que aparenta ser. Encontrarán algunas explicaciones de este
concepto un poco más adelante en este mismo capitulo, donde se hace referencia a
la física de las partículas, la cual se encarga de hacernos comprender mejor la
relación entre materia y energía. De todas formas cuando expresamos la dualidad
“materia-energía” debemos recordar que es una convención lingüística que se
emplea por comodidad, aunque sepamos que la materia es solo una de las múltiples
manifestaciones de la energía y que en el fondo son la misma cosa.

El sistema energético reacciona al ambiente exterior, a los estímulos sensoriales, a


los acontecimientos de la vida, a los cambios de temperatura, a las condiciones
ambientales, a las influencias exteriores y en resumen a todo lo que pueda tener
importancia para el ser humano: a través de su mediación los sentidos y el cerebro
son informados y se realiza la retroalimentación que antes mencionábamos.

Todas las culturas tradicionales reconocen la existencia de un sistema energético,


que de una forma u otra preside la vida. Sin renegar de la fisiología medica
occidental (base de la medicina, la bioquímica, la biología, etc.), podemos
tranquilamente concluir que:

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El sistema energético de los seres vivos tiene una gran importancia en la regulación
de la vida y en la relación salud-enfermedad. Establece el medio de conexión entre
factores físicos, emocionales, sociales, mentales y espirituales

Tal vez, en lugar de colocar el sistema energético en el vértice de la pirámide


biológica, como en el esquema anterior, parece más correcto relacionarlo con todos
los sistemas corporales, porqué así es como funciona en la realidad.

El sistema energético es mucho más


que otro sistema fisiológico, puesto
que es la base misma de la realidad
material, el aliento vital que poseen
los seres vivo, la inteligencia universal
perfectamente presente en el ADN de
las células y sobretodo el principio y
motor de la vida.

Así el esquema más fiel a la realidad


es representar el sistema energético
como un circulo sin principio ni fin
que contiene a los demás sistemas
físicos, como se ilustra en el esquema
de la derecha.

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Y in y Y a n g
El Gran Principio del Yin y el Yang fue formulado en la China prehistórica como un
modo de explicar los fenómenos naturales los cuales habían sido formalmente
atribuidos al capricho de espíritus y demonios. Posiblemente sea la más temprana
instancia en la historia humana de que un principio empírico reemplace ciegas
creencias supersticiosas.

Observando que todos los fenómenos en la naturaleza ocurren en pares opuestos,


los antiguos Chinos dedujeron la ley natural de la polaridad complementaria. A través
de la contemplación del movimiento de los planetas y las estrellas, los ciclos rítmicos
de las estaciones y el tiempo, el comportamiento sexual de animales y humanos y los
patrones paralelos del día y de la noche, vida y muerte, crecimiento y decadencia,
ellos descubrieron que la polaridad crea el campo dinámico en el cual se mueve la
energía y transcurren los cambios.

Yin y Yang no son dos diferentes tipos de energía, sino los polos complementarios
de una única energía existente, como los polos positivos y negativos de un campo
eléctrico corriente o de un campo magnético. Yin y Yang son estados recíprocos de
cambios cíclicos, fases polares en las transformaciones rítmicas de la energía.
Dependiendo del fenómeno involucrado, la interacción de Yin y Yang se muestra de
varias maneras: activo y pasivo, abierto y cerrado, expansivo y contractivo, radiante y
concentrado, ascendente y descendente. Estas son fases de actividad, no entidades
estáticas.

Yin y Yang expresan la medida que determina todos los valores y cualidades.
Caliente (Yang) no es un grado de temperatura sin frío (Yin) para contrastarlo. La
belleza sin fealdad para compararla pasaría desapercibida, como ya se ha dicho
anteriormente.

Para llegar a comprender que la vida temporal sobre la tierra es siempre una
cuestión de equilibrio relativo, es mejor no tomar posiciones rígidas o puntos de vista
absolutos sobre cualquier tema mundano. Cada objeto e idea tiene su lado de
adelante y de atrás, su dirección superior o inferior, su aspecto positivo y negativo y
las fases relativas de Yin y Yang no tienen valores fijos. Esto contrasta con la
filosofía dualística de Occidente, la cual separa cada cosa en dos campos
mutuamente excluyentes, tales como dios y demonio, correcto y erróneo; en estos
términos, bueno y malo, correcto y equivocado, etc., funcionan como pares
complementarios y aspectos distintos de la misma realidad.

Es así muy importante la flexibilidad en pensamiento y conducta. Patrones rígidos de


pensamiento y adhesiones inflexibles a habituales formas de conducta van en contra
de las leyes del Yin y el Yang, creando conflictos entre personas y desarmonía entre
los humanos y su hábitat natural. Solamente la flexibilidad en pensamiento y
conducta permite una adaptación espontánea a los naturales cambios cíclicos de la
naturaleza y la vida. Esta adaptabilidad espontánea es el verdadero significado del
término de Darwin “supervivencia del más apto”. El más apto no es necesariamente
el más fuerte, al contrario, es aquél que se adapta mejor a las condiciones del

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entorno. El bambú ha sido siempre un símbolo de longevidad porque se flexiona sin
romperse en presencia de los fuertes vientos y así logra sobrevivir, mientras que las
plantas más rígidas se quiebran y mueren.

El principio femenino Yin es como el agua, se adapta en forma flexible a todas las
condiciones sin perder su naturaleza esencial. La mujer se adapta mucho mejor al
mundo y vive más años que el hombre por esta causa; mientras que permanece
internamente firme y resistente, se adapta rápidamente a los cambios externos.

El principio masculino Yang es como el fuego, energía en estado puro, que es


necesario controlar y regular para que no sea destructiva; así el fuego bien utilizado
permite moldear el metal, cocinar alimentos, dar calor cuando hace frío, generar
movimiento y energía. Si hay fuego sin control entonces este quemará todo y será
destructivo. El agua apaga el fuego, pero el fuego calienta el agua....

El principio de la polaridad Yin-Yang se puede aplicar a cualquier aspecto de la vida,


como la energía humana, la energía eléctrica, la circulación de la sangre en las
venas y el flujo del agua en los ríos, la rotación de los planetas alrededor del sol y de
los electrones alrededor del núcleo de un átomo. Esta es una ley sin escapatoria; una
regla sin excepciones y, por consiguiente, aquel que la comprende y aplica en su
vida disfruta de la ventaja de vivir en armonía con el universo entero y actuar en
concordancia con los patrones cíclicos naturales.

En la salud humana Yin y Yang tienen abundantes aplicaciones prácticas, puesto


que cada ser humano tiene su propio campo electromagnético microcósmico, con el
polo positivo en la cabeza y el negativo en el sacro y este campo interactúa con el
propio campo electromagnético terrestre. La energía celestial que proviene del cielo
entra al sistema energético humano principalmente por la cabeza, el séptimo chakra
(coronal), mientras que la energía terrestre entra principalmente a través del primer
chakra (radical) en el perineo.

Es fácil verificar la dualidad Yang-Yin en la fisiología y en la relación entre salud y


enfermedad. Pulmones: inspiración-exhalación; corazón: sístole-diástole; intestinos
delgado y grueso: repleción-evacuación, o sea, dilatación y contracción. Así como
esta ley rige a la mecánica funcional, también responden a ella los mediadores
químicos, que preceden el efecto mecánico: la adrenalina y la noradrenalina por un
lado y la acetilcolina, por otro, muestran propiedades opuestas frente al ritmo
cardiaco. Siguiendo la misma lógica, no existe hasta hoy en el sistema enzimático
una enzima que carezca de contraparte, la enzima inhibidora. Toda la bioquímica
celular opera de este modo. Y también lo hace el sistema nervioso autónomo, que
muestra un nítido ejemplo de antítesis funcional entre simpático y parasimpático,
según el cual el primero domina durante el día y el segundo durante la noche.

La acción comparada de los sistemas simpático y parasimpático, bien conocida,


muestra un nuevo elemento de oposición. El sistema simpático (Yang) activa los
órganos Yin (corazón, pulmón, circulación) e inhibe la actividad de los órganos Yang
(estómago, intestinos delgado y grueso, vejiga). El parasimpático (Yin) actúa en
forma contraria: inhibe los órganos Yin y activa los Yang. En el funcionamiento
antitético de ambos sistemas así como en el de otros ejemplos de antítesis en

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funciones vitales se encuentra el concepto de Yin y Yang que se aplica también a la
clasificación de órganos.

En la terapéutica (sobretodo en MTCh.) el diagnóstico se realiza frecuentemente en


términos de equilibrio Yin y Yang. Así como el mantenimiento del equilibrio óptimo
Yin-Yang es la clave de la salud, el correcto análisis del desequilibrio Yin-Yang es el
primer paso en el diagnóstico de una enfermedad.

El predominio Yang se puede percibir como una gran tensión a todos los niveles
(muscular, circulatorio, mental, etc.), estrés, demasiada actividad que no conduce
siempre a un resultado, insomnio, nerviosismo.

El predominio Yin se refleja en síntomas tales como debilidad y falta de tono vital a
muchos niveles (muscular, circulatorio, mental, etc.), frialdad tanto en el sentido de
temperatura como de sentimientos, respiración superficial, pulso lento, tez pálida....

Por ejemplo la hipertensión, tan frecuente en nuestros días, es una condición de


exceso de Yang originada por el estrés crónico. Un antídoto fácil y efectivo que no
requiere ni drogas ni doctores, es una simple práctica de pocos minutos de profunda
respiración abdominal y sentarse en calma y silencio durante un instante. Esto
automáticamente disminuye la actividad Yang del sistema nervioso simpático
llevando la persona hacia la calma, fase reconstituyente del sistema nervioso
parasimpático. Tomando fármacos, solo puede darse un alivio temporal de los
síntomas, pero el efecto tóxico de éstas drogas fomentan el deterioro de la capacidad
del cuerpo para restablecer el equilibrio entre el circuito simpático Yang y el circuito
parasimpático Yin, por consecuencia generan un círculo vicioso de dependencia a
las drogas. Este tipo de terapias, que prevalecen en la medicina alopática occidental,
causa más problemas de los que curan y van en contra de los principios
fundamentales de la salud humana.

El balance relativo de Yin y Yang en los seres humanos está estrechamente


relacionado a las emociones, las cuales desatan poderosas corrientes de energía
que tienen profundos efectos sobre la salud.

La palabra e-moción es entendida como energía en movimiento.

Cuando alguien se enfada mucho (por ejemplo), una energía muy fuerte recorre su
cuerpo en dirección ascendente, del tronco hacia la cabeza y esta es una condición
Yang fuerte. Esta energía necesita seguir su curso, porqué si no quedaría estancada
en el sujeto, dado que la energía no se crea ni se destruye, solo se trasforma. En
este ejemplo, la persona enfadada arremete contra el objeto de su enfado.

Cuando alguien está triste, sin embargo, está recorrido por una energía suave
descendente y esta es una condición medianamente Yin. La persona en este caso
llora tristemente o se queja, exteriorizando así su condición interior.

Las emociones extremas desordenan invariablemente el delicado balance de


energías dentro del sistema humano y en la bioenergética son reconocidas como

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orígenes de enfermedades y degeneración. Difícilmente se pueden eliminar así
como así (sé que soy colérico y voy a tratar de cambiar), pero si se pueden
comprender y superar, entendiendo las causas internas que las han provocado y
llegando a su origen (cuándo me enfado con alguien, ¿qué parte de mi naturaleza
está aflorando?).

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Física de las partículas

Después de esta breve introducción sobre bioenergética, podemos encontrar unos


paralelismos muy interesantes en la física moderna, cuando esta explica la esencia
de la materia y el principio de la vibración.

El postulado de que toda materia es energía constituye el fundamento para


comprender como el ser humano puede considerarse como un sistema dinámico de
energías.

Mediante su famosa ecuación E=mc2, Albert Einsten demostró científicamente que la


energía y la materia son expresión de una misma sustancia universal; esta sustancia
es la energía primaria o vibración que ha generado todo el universo.

La formula de la relatividad nos dice que la masa de cualquier sustancia es igual a la


energía, multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado y que no es más que una
forma de energía (la masa), o que la energía se puede encerrar en la masa de un
objeto. Cuando se liberan las partículas subatómicas, la energía en ellas contenida
se transforma en energía cinética, puesto que la energía total no varia, solo se
trasforma.

Así la física moderna nos dice que la materia ya no está hecha de partículas, es decir
que no existe el bloque de materia original que se ha estado buscando durante
milenios (por los científicos occidentales y griego-árabes). Ya no tenemos que
imaginar las partículas como bolas de billar o granitos de arena, sino más bien como
entes energéticos en constante cambio, en una danza que se realiza en fracciones
de millonésimas de segundo, a velocidades vertiginosas, muy próximas a la
velocidad de la luz (300.000 Km. por segundo).

Hemos dicho anteriormente que la partícula esencial ha sido buscada por los
científicos occidentales, porqué los místicos de la India, China y Japón y los
chamanes del nuevo mundo, desde varios miles de años sabían todo esto, lo habían
deducido de una forma intuitiva, basada en la observación de la naturaleza y en
estados de conciencia expandida por la practica de la meditación o el empleo de
sustancias psicoactivas como atestiguan numerosos libros y las tradiciones orales
donde se habla de la materia, de la relatividad del tiempo, de la intercambiabilidad de
estado entre la materia y la energía, etc. etc.

Hay una tremenda energía encerrada en las diminutas partículas subatómicas, que
son retenidas en sitio por la fuerza nuclear, que las hace mover en orbitas
infinitesimalmente diminutas a velocidades tremendamente elevadas: cuando las
partículas chocan entre sí, se libera dicha energía, como tristemente sabemos por la
bomba atómica......

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Física mecanicista newtoniana
Los principios de la física newtoniana representan la visión del universo en la que
la mayoría de nosotros hemos sido educados. Es algo que tenemos tan asumido,
que es difícil desprenderse totalmente (e incluso temporalmente) de una visión
mecanicista del universo. Por otro lado los principios de la física newtoniana siguen
siendo validos para muchas realidades de la vida diaria sobre la tierra, así que se
hace doblemente difícil llegar a entender de forma plena los principios de la física
moderna tan útiles y necesarios para entender las realidades energéticas del ser
humano y mucho de los aspectos de la bioenergética.

Los principales postulados por la física newtoniana son:

 El espacio es tridimensional, absoluto, inmóvil e inmutable


 El tiempo es una dimensión objetiva, absoluta, independiente de todo, en
flujo constante desde el pasado, hacia el presente y el futuro.
 Los elementos que se mueven en el espacio y tiempo absolutos, son
partículas materiales, sólidas e indestructibles.
 Distinción entre lleno y vacío, entre materia y espacio
 El movimiento es esencialmente el de los cuerpos materiales en el
espacio.
 La ley de gravedad gobierna el movimiento y rige la atracción mutua de las
partículas en base a su masa.
 El movimiento cósmico es asimilado a una gigantesca maquinaria y todo
puede ser previsto y anticipado.

Basta reflexionar un poco para darse cuenta de que todas estas aseveraciones
forman parte integrante de nuestra cultura, puesto que son las leyes fundamentales
que se nos han enseñado en las escuelas y los principios por medio de los cuales
medimos el mundo, el tiempo, el pasado, el presente y el futuro, las distancias y el
orden de los acontecimientos.

Estas referencias representan la medida de la vida en este planeta y en el sistema


solar.

Los límites de la física newtoniana empezaron a aparecer en el estudio de las


partículas subatómicas, es decir las partículas que conforman los átomos, los
electrones, neutrones y protones. Resultaba evidente que la física newtoniana podía
explicar los fenómenos de este sistema solar, pero no podía hacerlo con realidades
del universo y de las partículas subatómicas, lo infinitamente grande y lo
infinitamente pequeño.

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Física relativista einsteniana

La física mecanicista, que se había empleado para explicar todo, incluido el calor, el
movimiento de los fluidos y las vibraciones de los cuerpos elásticos, se había tomado
como una ley absoluta, sin excepciones. Pero a finales del siglo XIX empezaron las
investigaciones sobre el electromagnetismo (Maxwell y Faraday) que supusieron las
primeras grietas en la teoría de Newton:

 La interacción entre cargas eléctricas es debida a “campos de fuerza” y no


solo a fuerzas y estos campos son totalmente independientes de cualquier
cuerpo material.
 Los campos magnéticos generan fuerzas de atracción y de repulsión,
mientras el campo gravitacional solo genera fuerzas de atracción; ambos
campos son propiedades del espacio que afectan a otros cuerpos.
 La luz es un campo magnético, como las ondas de radio, rayos X,
etc.,como demuestra la ley de la electrodinámica.

Einstein adelantó mas todavía la comprensión del mundo en que vivimos,


presentando en 1905 la teoría de la relatividad, que afirma:

 El espacio no es tridimensional, el tiempo no es una entidad separada,


puesto que ambos están íntimamente relacionados y forman una
continuidad “cuatridimensional espacio-temporal”.
 El tiempo es dependiente de la velocidad, se ralentiza a velocidades
más elevadas.
 La fuerza de gravedad “curva” el espacio y el tiempo y la geometría
euclidiana deja de ser valida en tal espacio curvo. El espacio curvado
“es” el campo. La materia no está separada de su campo. Por
consiguiente materia y espacio son partes inseparables.
 Las unidades subatómicas aparecen a veces como partículas y otras como
ondas (dualidad), como la luz.
 Las partículas subatómicas no pueden existir independientemente del
universo, no existen como entidades aisladas, solo pueden entenderse
como interconexión entre ellas.
 El observador de un experimento lo altera, lo cual desmiente el ideal de
la observación objetiva de la naturaleza.
 La materia es un espacio vacío, donde se mueven diminutas partículas
de energía/materia.
 Es posible crear partículas a partir de la energía y viceversa.
 La longitud de un objeto depende de su movimiento con relación al
observador y cambia con la velocidad de ese movimiento.

Nuestro sistema actual de vida está regido por la gran superstición de la materia:
creemos que ésta es lo único que existe y que la conciencia es un subproducto de
ella. Sin embargo es mucho más acertado afirmar que:

La materia está formada por regiones del espacio en las cuales el campo se curva,
así que ni siquiera es posible hablar de materia, pues el campo es la única realidad.

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El átomo es la unidad más pequeña posible de un elemento químico. En la filosofía
de la antigua Grecia, esta palabra, se empleaba para referirse a la parte de materia
más pequeña que podía concebirse y se consideraba indestructible (de hecho, átomo
en griego significa “no-divisible”). El tamaño aproximado de un átomo es de 10 -10
metros; debido a su volumen se puede decir que aproximadamente en un centímetro
cúbico de materia, contiene 100.000 trillones (1 seguido de 23 ceros). Algo
inimaginable. Es tan pequeño que una sola gota de agua contiene mas de mil
trillones de átomos.

Los átomos están formados por protones (con carga positiva), neutrones
(eléctricamente neutro), en los límites externos del átomo encontramos lo electrones
(con carga negativa).

Estas partículas nucleares están formadas por tríos de partículas aún más básicas,
que son los quarks. La física todavía no puede decir con certeza de qué está hecho
un quark, pero decididamente no es un pedazo de materia sólida.

La física cuántica nos dice que cada átomo es en más del 99,99% espacio vacío y
que las partículas subatómicas que se mueven a fulgurante velocidad por ese
espacio son, en realidad, manojos de energía vibrante.

Sin embargo, estas vibraciones no se producen al azar y sin significado; portan


información. Así un grupo de vibraciones es codificado como átomo de hidrógeno,
otro como oxígeno, etc; cada elemento es, de hecho, su propio código único.

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La vibración
La materia es energía, la energía es movimiento, el movimiento es vibración,
alternancia, ida y vuelta entre fase activa y pasiva, complementariedad de Yin y
Yang; la luz, el calor, el magnetismo, la electricidad y la bioenergía no son mas que
formas de movimiento vibratorio.

Experimento de aceleración: es lo que ocurriría si a nivel experimental dotáramos


de movimiento a un objeto inanimado.

1. Empieza a girar lentamente y lo podremos ver fácilmente, aunque no sentimos


el menor ruido.
2. Aumentando gradualmente la velocidad en pocos momentos se hace tan
rápida que comenzamos a escuchar una nota muy grave y muy baja.
3. Conforme sigue aumentando la velocidad, la nota se va elevando en la escala
musical y así se van distinguiendo unas tras otras las diversas notas conforme
aumenta la velocidad de rotación. Finalmente, cuando el movimiento llega a
cierto límite, se llega a la última nota perceptible por el oído humano.
4. Si la velocidad aumenta aún más, sigue el mayor silencio, nada se oye ya,
pues la intensidad del movimiento es tan alta que el oído no puede registrar
sus vibraciones.
5. Entonces comienzan a percibirse poco a poco sucesivos grados de color.
Después de un tiempo el ojo comienza a percibir un oscuro color rojo. Este
rojo va haciéndose cada vez más brillante. Si la velocidad sigue aumentando
el rojo se convertirá en anaranjado, este en amarillo, después seguirán
sucesivamente matices verdes, azules y añil, finalmente aparecerá el matiz
violeta.
6. La velocidad se acrecienta mas aún; entonces desaparece todo color, porque
el ojo no lo puede ya registrar. Después comienzan a manifestarse los rayos
X.
7. Mas tarde empiezan a emanarse electricidad y magnetismo.
8. Cuando el objeto ha alcanzado cierto grado de vibración, sus moléculas se
desintegran, resolviéndose en sus elementos originales o átomos.
9. Después de los átomos, según el principio de vibración, se separaría en
innumerables corpúsculos o electrones.
10. Finalmente, hasta los corpúsculos desaparecen y podría decirse que el objeto
estaría compuesto por sustancia etérea.
11. La ciencia no se ha adentrado mas que matemáticamente mas allá, pero si las
vibraciones continuaran aumentando, el objeto pasaría sucesivamente por
estados de manifestación “superiores”, llegando al plano mental, después al
espiritual, hasta ser por último absorbido en el todo que es el espíritu
absoluto.

Esto es realmente asombroso, porqué este experimento afirma que la diferencia


entre todas las sustancias, energías y realidades en el universo es solo su
frecuencia de vibración. Debemos pensar que incluso las esferas celestiales más
elevadas, solo son frecuencias vibracionales de tamaño máximo.

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El ser humano, por otro lado, cuando se desenvuelve a nivel mental es porqué vibra
a un nivel inferior que cuando lo hace en un nivel espiritual; además, siempre según
este experimento......

.....si el Ser Humano fuera capaz de elevar su nivel vibratorio hasta el máximo, ¡¡¡se
uniría a la divinidad o espíritu absoluto!!!

En realidad esta afirmación no es nada nueva, porqué los místicos desde tiempos
inmemorables, han afirmado que el destino de la raza humana es volver al estado
primordial de perfección absoluta o estado de divinidad.

Toda manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad, deseo o cualquier


otro estado mental, va acompañada por vibraciones, de forma que estas afectarán
sin lugar a dudas la estructura subatómica del sujeto; así llegamos a deducir que
puedan tener una relación también con su estado de salud. Además, partes de estas
energías se emanan al exterior y tienden a afectar las mentes y los cuerpos sutiles
de los demás por resonancia.

La vibración personal de cada individuo se desencadena de acuerdo a la vibración


con la que nos conectemos, como las notas de un piano: una nota discordante creará
sonidos iguales. Un sonido armónico, traerá consigo una melodía armónica, una
onda sonora armónica.

Somos conscientes de lo que sentimos, de lo que pensamos, pero todavía no


llegamos a profundizar ese nivel de la conciencia como para poder percibir cómo
vibramos.

Esa vibración que conforma nuestra esencia, se puede percibir y sentir cuando
entramos en un estado de conciencia ampliada a través de la meditación, o las
terapias energéticas.

17
18
ANATOMÍA DEL CRÁNEO

Hay 28 huesos en el cráneo normal del adulto:

Grupo craneal (8)

- occipucio (1)
- esfenoides (1)
- temporales (2)
- parietales (2)
- frontal (1)
- etmoides (1)

Grupo facial (14)

- lagrimales (2)
- nasales (2)
- palatinos (2)
- maxilares (2)
- cigomáticos (2)
- cornetes inferiores (2)
- mandíbula (1)
- vómer (1)

Grupo de los huesillos (6)


- yunques (2)
- estribos (2)
- martillos (2)

(El grupo de los huesillos del oído, no son materia de estudio de la terapia
craneosacral ya que no tienen influencia alguna en le movimiento respiratorio
primario)

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22
Puntos de referencia del cráneo
Nasión: punto medio en la sutura frontonasal.
Glabela: área plana entre los arcos superciliares, en la parte inferior de la sutura
metópica.
Ofrión: punto situado encima de la glabela.
Bregma: punto de unión de la sutura sagital y la sutura coronaria.
Vértex: punto mas elevado del cráneo.
Lambda: punto de unión de las suturas sagital y lambdoidea.
Inión: protuberancia occipital externa.
Pterión: punto de convergencia de los huesos parietal, frontal, temporal y ala mayor
del esfenoides.
Asterión: punto de convergencia de los huesos parietal, occipital y porción
mastoidea del temporal.

23
Orbita ocular
Las paredes de la órbita ocular están formadas por siete huesos:

 frontal
 esfenoides
 maxilar superior
 lagrimal
 etmoides
 cigomático
 palatino

24
Fosa nasal
En la formación de la fosa nasal participan los huesos:

 etmoides
 esfenoides
 frontal
 maxilar superior
 palatino
 lagrimal
 concha nasal inferior

25
26
EL MOVIMIENTO RESPIRATORIO PRIMARIO
(MRP)

Descripción

La percepción del movimiento respiratorio primario (MRP) representa el punto de


partida del diagnóstico y del tratamiento en la terapia craneosacral. Este movimiento
es independiente de los otros ritmos corporales (latido cardiaco, respiración
pulmonar, etc.), es involuntario (no depende de la voluntad individual), es rítmico y
automático. Se supone que este ritmo independiente se inicia en el feto y se
mantiene hasta el final de la vida. Incluso minutos y horas después de la muerte
clínica, aún puede palparse este ritmo, al contrarío de lo que ocurre con los ritmos
respiratorio y cardiaco.

Es un ritmo corporal independiente de los ritmos respiratorio y cardiaco y presenta


una frecuencia de 6 a 12 ciclos por minuto.

Los niños tienen una frecuencia algo mayor que los adultos. Este ritmo se manifiesta
en todo el cuerpo en forma fases alternas de expansión y retracción muy sutiles.

La formación de este ritmo no se ha explicado de forma definitiva a pesar de los


numerosos estudios e investigaciones. Sin embargo, diferentes investigadores han
constatado separadamente la existencia de este ritmo. En numerosas ocasiones se
ha establecido también la importancia de este ritmo para el bienestar del cuerpo y su
relación con la salud y los mecanismos de regulación de esta.

Constituye un mecanismo de homeostasis (regulación) del cuerpo, participando en


el mantenimiento de la salud y la autocuración del organismo.

El MRP se manifiesta como:

 Fases alternas de mayor y menor tensión en el sistema de membranas y


fascias, lo que origina un movimiento de estas que se transmite a los huesos
del cráneo y de todo el cuerpo.
 Movimiento del sistema nervioso central (SNC).
 Movimiento de todas las estructuras del cuerpo, incluso de las más periféricas
y de los órganos, de las vísceras y en general de todo el cuerpo.
 Producción y reabsorción del LCR, a partir de la sangre, en los plexos
coroideos y en las vellosidades aracnoideas.
 Bombeo constante en la cabeza y en el sistema linfático, que provoca un
drenaje de líquidos que favorece la circulación de retorno.

27
A través de las membranas intracraneales, el MRP se trasmite a los huesos
craneales. La forma de las suturas craneales y de las membranas durales determina
aquí el movimiento de los huesos craneales.

A través de la duramadre espinal, que es la prolongación de las membranas


intracraneales, el movimiento se trasmite a la columna vertebral y al sacro.

A través de las fascias, el movimiento se trasmite a todo el cuerpo por medio de


estas estructuras de tejido conectivo que se extienden de forma continuada desde el
cráneo hasta las plantas de los pies y forman vainas, envolturas para cada órgano,
cada vaso, cada nervio, cada músculo del cuerpo.

Las fascias forman una estructura interrelacionada la cual une todas las estructuras
del cuerpo, sin solución de continuidad.

Las fascias en condiciones optimas disponen de un cierto grado de movilidad.


Gracias a ello, el ritmo craneosacro puede ser transmitido a través de las conexiones
fasciales y cadenas musculares desde el centro hacia la periferia, desde su origen
hasta su manifestación palpable externa, es decir a todo el cuerpo.

El MRP, que es una de las manifestaciones físicas de la energía vital oscila


constantemente entre fases alternas Yang e Yin y provoca un constante bombeo
sobre los fluidos del cuerpo, como la sangre, la linfa, los humores y sobretodo el
liquido cefalorraquídeo (LCR): este ultimo está en contacto con el líquido extracelular
a través de conexiones con los microtúbulos del tejido conectivo, con lo cual se
extiende por todo el cuerpo. Las características del LCR (que estudiaremos más
adelante), así como los procesos de intercambio entre el LCR y los líquidos
extracelulares, junto con la continuidad de las meninges en las fascias corporales,
permiten que este sutil movimiento represente una gran ayuda a la circulación
sanguínea, linfática y de los líquidos corporales en general. Todas las células, tejidos
y sistemas orgánicos son rítmicamente movidos y drenados de esta forma. Este sutil
movimiento rítmico contribuye de forma determinante a que se produzca un
intercambio rítmico de sustancias y líquidos entre las células.

28
Fases de inspiración y espiración del MRP

El ritmo craneosacral, al contrario de lo que ocurre con los ritmos cardiacos y


respiratorios, es relativamente constante y no se altera cuando se realiza un
ejercicio físico o se descansa.

El MRP, al igual que la respiración pulmonar, provoca un constante movimiento del


cuerpo.

En la respiración pulmonar el motor de estos movimientos es el diafragma, mientras


en el MRP lo es el rítmico pulsar energético entre fases Yang y Yin.

En la respiración pulmonar hablamos entonces de movilidad (con V) mientras en el


MRP de motilidad (con T).

 En la fase inspiratoria (que no debe confundirse con la fase de inspiración de


la respiración pulmonar) los ventrículos cerebrales se llenan. Esta fase
también se denomina de expansión.
En la fase de inspiración el cráneo se vuelve más ancho y plano.

 En la fase espiratoria, los ventrículos cerebrales se vacían. Esta fase también


se llama de contracción.

En la fase de espiración el cráneo se vuelve más estrecho y alto.

29
La fase de inspiración se denomina también flexión y la fase de espiración
extensión. Se emplean ambos términos indistintamente.

Inspiración es igual a flexión, espiración a extensión

 En la fase de inspiración del MRP, el cuerpo realiza una flexión y una


rotación externa: las estructuras de la línea media (como el esternón, la
columna vertebral, el occipital, los huesos impares, etc..) se flexionan y las
estructuras bilaterales (como los miembros, las costillas, los órganos alejados
de la línea media, etc..) realizan una rotación externa.

 En la fase de espiración, el cuerpo lleva a cabo una extensión y una rotación


interna: las estructuras de la línea media se colocan en extensión y las
estructuras bilaterales en rotación interna, es decir que todas las estructuras
realizan una vuelta a la posición inicial.

Para aclarar la terminología, se adjunta una tabla de las diferentes nomenclaturas


que pueden emplearse para las dos fases del MRP:

FLEXIÓN EXTENSIÓN
Inspiración Espiración
Rotación externa Rotación interna
Expansión Contracción
Yang Yin

30
El nombre de MRP

El término “movimiento respiratorio primario” se ha utilizado con un significado bien


preciso y que explica a la perfección la fuerza subyacente.

Se denomina "movimiento" porque esta es su característica esencial; el terapeuta


lo percibe, actúa sobre este y lo modifica. Es una expresión de vida, puesto que la
vida es energía en constante movimiento. La energía se puede comparar con el
agua, cuando se estanca se pudre.

Se denomina "respiratorio" por su similitud con la respiración pulmonar; de hecho,


al igual que esta, constituye un proceso rítmico con fases alternas de expansión y de
retracción, tiene un efecto en todo el organismo y contribuye a su bienestar
movilizando el LCR y generando una constante renovación de energía vital.

Se denomina "primario" porque está conectado directamente con la energía vital,


que es la expresión primaria de la capacidad vital de un organismo, manifestada a
través de la respiración celular, el movimiento energético y sobretodo la “conciencia”
individual, expresión superior del ser humano.
Además se inicia en la fase embrionaria, antes que la respiración pulmonar, que
inicia en el momento del parto y puede percibirse también durante algunos minutos o
hasta horas después de la muerte de la persona.

Sutherland compara el ritmo del MRP con los movimientos de las mareas. Las fases
tienen una constante relativamente invariable (marea alta y baja) y son influidas
sobre todo por la fuerza de gravedad de la luna y las otras fuerzas que se
interrelacionan con todos los seres vivos, como son los campos magnéticos del sol,
de la tierra (fuerzas cósmicas y telúricas) y otras distintas energías.

Sin embargo, la respiración secundaria es mucho más rápida y más influenciable por
los factores externos. Podrá compararse con las olas de los mares, que cambian
dependiendo del clima y, por ejemplo, dependen de la fuerza del viento.

El movimiento respiratorio primario forma el sustento para el ambiente interno del


organismo, mientras que respiración pulmonar actúa de nexo de unión entre el
entorno externo en constante cambio y el medio interno (relativamente) estable.

31
El cuerpo y el MRP
Poco a poco iremos viendo como todo el cuerpo participa del MRP puesto que todas
las estructuras, hasta las células más pequeñas, vibran al rítmico alternar de la
energía vital y son recorridas por un constante flujo energético que se expresa con
este movimiento (ya que sabemos que la energía es movimiento).

En el cráneo los pequeños movimientos de huesos, membranas, liquido


cefalorraquídeo y cerebro, serán objeto de estudio detallado por la gran importancia
que estos tienen en relación a la salud ya que controlan gran parte del sistema
nervioso central y los efectos de las técnicas son muy poderosos a este nivel.

Haremos un estudio detallado también del tronco, sobretodo de la columna vertebral


y de los órganos internos, porqué aquí es donde se desarrollan muchas alteraciones
energéticas, enfermedades y trastornos de la salud.

Para evitar confusión se empleará el término de motilidad (con T), cuando nos
referimos a los sutiles movimientos energéticos que pertenecen al MRP, mientras
hablaremos de movilidad (con V), cuando nos referimos a los movimientos
fisiológicos del cuerpo.

La motilidad (con t) se refiere a la capacidad de una sustancia para cambiar de


forma, en contraste con la movilidad (con v) que es la capacidad de desplazarse
con respeto a un punto fijo.

La motilidad del cerebro: El cerebro como todo órgano de un ser vivo, posee
un movimiento propio activo e inherente, la motilidad. Es un movimiento lento y
rítmico, de repliegue y despliegue, de los hemisferios cerebrales. Durante una fase
se acorta el diámetro longitudinal, mientras que se ensancha lateralmente; en la
segunda fase aumenta su diámetro longitudinal y se acorta el lateral, de acuerdo al
movimiento general del cráneo.

Algunas teorías postulan que este movimiento constituye una especie de repetición
rítmica del movimiento que realizan los tejidos y órganos durante el estado
embrionario.

En el embrión, el crecimiento de los hemisferios cerebrales hacia el frente es frenado


por el hueso frontal, de forma que se enrollan como si fueran unos cuernos: cuando
se forman, se mueven en dirección descendente (lóbulo frontal), en dirección
posterior (lóbulo parietal), en dirección ascendente (lóbulo occipital) y en dirección
anterolateral (lóbulo temporal). De esta forma se explicaría el movimiento de
repliegue y despliegue del cerebro, que es perceptible y recuerda los cuernos de un
carnero.

32
La fluctuación del LCR: El líquido cefalorraquídeo (LCR) circula al interior del
cráneo en los cuatro ventrículos y en el espacio subaracnoideo1 y de la misma forma
lo hace en la columna vertebral.

Se produce en los plexos coroideos2, especialmente en los ventrículos laterales,


siendo reabsorbido en las vellosidades aracnoideas por el sistema venoso. La
fluctuación del líquido cefalorraquídeo consiste en una fase de llenado y vaciado
rítmico de los ventrículos. El LCR se expande no solamente por el cerebro y la
médula espinal, sino también por los microtúbulos de las fascias corporales de todo
el cuerpo. Los microtúbulos son fibras huecas de colágeno con un diámetro de
aproximadamente 0,5 μm (micras).

Las membranas intracraneales e intraespinales se prolongan a través de los


numerosos orificios de salida de los nervios (en el cráneo y la columna vertebral), y
las vainas de los nervios que allí se originan. De esta forma el líquido cefalorraquídeo
entra en el sistema extracraneal a través de estas vainas nerviosas. Desde las
vainas, el líquido entra en contacto con los espacios extracelulares y la linfa a través
de microtúbulos.

1
Subaracnoideo significa por debajo de la aracnoides. Es el espacio comprendido entre la aracnoides
y la piamadre, que son dos de las tres capas que forman las meninges, las membranas que
envuelven el cerebro y la medula espinal. La otra capa es la duramadre, que es la más externa de
todas.
2
En el capitulo del LCR se analiza con más en detalle todo el ciclo.

33
La motilidad de las membranas: Estas membranas (hoz del cerebro y del
cerebelo, tienda del cerebelo, duramadre espinal) están formadas por fibras de
colágeno muy bastas y son en gran medida poco elásticas y muy fuertes. Sutherland
las denominó "membranas de tensión recíproca". Su principal función es la de
proteger el sistema nervioso.

Gracias a la tensión que ejercen sobre los huesos del cráneo y el sacro, hacen
posible la motilidad de los mismos. Las membranas reciben los impulsos rítmicos del
MRP, provenientes del interior del cuerpo "como las velas cazan el viento", los
transmiten hacia estos huesos y coordinan de esta forma su movimiento involuntario.
Cuando una membrana cualquiera es sometida a tracción se producen cambios de
adaptación en otras membranas, puesto que todas están conectadas, con un
elevado índice de dependencia entre ellas.

Este sistema de membranas es responsable de que los diferentes huesos del


cráneo, el sacro y todo el cuerpo se mueva de forma uniforme durante las fases de
inspiración y espiración del MRP.

La motilidad de los huesos del cráneo: El cráneo está formado por 22


huesos craneales (28 incluyendo los huesecillos del oído), que dan lugar a más de
100 uniones entre ellos. Las suturas entre los huesos permiten que exista una
pequeña posibilidad de movimiento y pueden separarse cuando están sometidas a
presión o tracción. Además de ello, cada uno de los huesos del cráneo de un ser vivo
cuenta con un cierto grado de flexibilidad y maleabilidad. Gracias a ello, cada hueso
tiene una motilidad mínima pero significativa que, dependiendo de cada persona, se
sitúa entre los 12 y 25 μm (micras, millonésima parte de un metro, es decir milésima
parte de un milímetro).

Las superficies articulares permiten esta motilidad de los huesos del cráneo. La
sincondrosis esfenobasilar3 puede considerarse el centro del esqueleto óseo del
cráneo. Los huesos craneales periféricos se adaptan de forma uniforme a los sutiles
movimientos del hueso occipital, esfenoides y etmoides.

En la fase de inspiración, se produce una flexión de los huesos en la línea central y


una rotación externa de los huesos de la periferia.
En la fase de espiración se observa una extensión de los huesos en la línea central
y una rotación interna de los huesos de la periferia.

Los leves movimientos de los huesos del cráneo pueden ser percibidos y valorados
mediante la palpación por el terapeuta craneosacral.

3
Sincondrosis esfeno-basilar (SEB) es la articulación entre el cuerpo del esfenoides y la apófisis
basilar del hueso occipital.

34
La motilidad del sacro: La duramadre espinal, que se origina en el agujero
occipital, se inserta a la altura de la primera o segunda vértebras sacras 4, en el
interior del canal del sacro. Debido a que la duramadre espinal constituye la
prolongación de la duramadre craneal, la motilidad craneal se transmite directamente
al sacro.

En la fase de inspiración del MRP, el agujero occipital se mueve en dirección


antero-superior, ejerciendo de esta forma una ligera tracción sobre la duramadre
espinal, que es impulsada hacia arriba. Este movimiento de la duramadre espinal,
causa un movimiento de flexión en el sacro:

En la fase de inspiración del MRP, la base del sacro (parte superior) se mueve en
dirección posterior y el vértice (parte inferior) en dirección anterior. El sacro se
endereza, verticalizandose.

En la fase de espiración del MRP ocurre todo lo contrario; el occipital retorna a su


posición original y la duramadre se mueve en dirección inferior provocando un
retorno del sacro a la posición de partida; la base del sacro se mueve en dirección
anterior, el vértice se mueve a una posición posterior.

Vemos como el sacro se mueve sincronizadamente con el hueso occipital y como


ambos se relacionan mutuamente. Esto provoca que las disfunciones del sacro
repercuten en el occipital y viceversa.

4
El sacro es el hueso que se sitúa en la base de la columna vertebral, por debajo de la 5ª vértebra
lumbar y entre los dos huesos iliacos; es un solo hueso, formado por la unión de 5 vértebras sacra,
que terminan de unirse por completo a la edad de 25 años. En personas por debajo de esta edad, las
vértebras sacras no están completamente unidas.

35
Todo movimiento que realiza la nuca (occipital) es seguido por el sacro.

Esta relación es importante para entender las disfunciones del cráneo


(especialmente de la región occipital y del hueso esfenoides) que puedan tener
efecto sobre el sacro y las disfunciones del sacro que puedan influir sobre el cráneo.
Por ejemplo, una torsión de la articulación situada entre el esfenoides y el hueso
occipital puede provocar también una torsión del sacro (que a su vez puede provocar
un dolor lumbar) y viceversa.

Todo el organismo está involucrado en el movimiento respiratorio primario, pero las


estructuras craneales, medulares y de la pelvis son las que más directamente se
relacionan con el MRP. Cada una de estas estructuras puede estar afectada e influir
negativamente sobre el rítmico e involuntario movimiento craneosacral. Una
restricción en alguna de estas estructuras tiende a frenar o alterar la libre expresión
energética del MRP, con repercusiones locales y a distancia. Cualquier trastorno de
cualquier parte del cuerpo puede alterar y modificar la fuerza, simetría o calidad de
las estructuras craneales.

Cada una de estas estructuras puede ser tratada y normalizada de forma específica.

El movimiento respiratorio primario, puede considerarse un mecanismo


homeostásico que interrelaciona y mejora el equilibrio entre las estructuras del
cuerpo y, por tanto, permite un funcionamiento óptimo de los órganos.

La motilidad de todos los órganos: No solamente el cerebro, sino todos los


órganos del cuerpo poseen una motilidad característica, bien definida por planos y
ejes de movimiento, que será estudiada en el apartado visceral. Conocer la motilidad
correcta nos permite comprobar cuando esta no se realiza de forma normal y
determinar si existe una patología o disfunción en el órgano considerado.

La motilidad es amplia, fuerte, simétrica, con buen ritmo y calidad cuando el órgano
en particular y todo el organismo en general, gozan de buena salud, mientras se
debilita (pierde fuerza) o manifiesta una calidad pobre cuando existe enfermedad
crónica, que tiende a debilitar todo el cuerpo. Por otro lado, aparecen alteraciones de
sus ejes fisiológicos de movimiento cuando existen adherencias o fijaciones del
órgano a las estructuras adyacentes, que frenan y desvían el movimiento normal.

Este ritmo vibratorio es otra manifestación del MRP y expresa la energía vital del
organismo.

36
La motilidad de todas las fascias: todas las fascias se mueve en este rítmico
alternar entre las dos fase de expansión y retracción, lo que hace que todo el cuerpo
esté bajo la influencia del MRP.

LA TCS utiliza el MRP para el tratamiento de todas las estructuras, como huesos,
músculos, articulaciones y fascias para valorar la libertad de movimiento de las
mismas y trabajar sobre tensiones o bloqueos que pudieran existir, conformándose
así la base para una terapia completa.

Así en cualquier estructura del cuerpo podemos emplear los mismos principios de
diagnostico y tratamiento del cráneo, basándonos en la información que trasmiten los
tejidos sobre la base del MRP; cualquier tejido que sufra de tensión anormal, por
ejemplo, lo reflejará en el MRP que se mostrará desequilibrado.

Con la palpación del MRP podremos realizar un diagnostico preciso de las áreas del
cuerpo debilitadas, dañadas o bloqueadas, independientemente de las causas,
percibiendo la mayor o menor fuerza del mismo. En algunas disfunciones
importantes, la motilidad desaparece casi por completo, siendo este un síntoma de
gravedad de la lesión.

Además con técnicas similares a las craneales, podremos realizar una corrección de
bloqueos, disfunciones y tensiones de distinta índole, restablecer la correcta
motilidad y favorecer el libre flujo energético que es la base de una salud plena y
completa.

El tratamiento integral de las fascias corporales representa un método para regular el


equilibrio nervioso, eliminar tensiones, relajar en un nivel profundo y de esta forma
mantener la salud.

37
Las 5 características del MRP

Al realizar una valoración del MRP, se deben tener en cuenta los 5 aspectos más
importantes, que son: frecuencia, amplitud, simetría, fuerza y calidad.

Frecuencia: La frecuencia es un estado fisiológico que normalmente no varía (6-


12 ciclos por minuto), pero que puede aumentar o reducirse en determinados
cuadros patológicos o a causa de determinados medicamentos.

La fiebre, la inhalación de oxígeno, así como determinados medicamentos (p. ej.,


anfetaminas) aumentan la frecuencia del MRP. Los casos de enfermedad
psiquiátrica, así como la inhalación de dióxido de carbono, provocan una
ralentización del ritmo. Cuando se producen experiencias emocionales intensas,
especialmente miedo, hay una interrupción del ritmo craneosacral durante 10 a 20
segundos. La falta de sueño, sobre todo si es producida por el dolor, ralentiza
ligeramente el ritmo.

Los niños tienen una frecuencia de ritmo algo superior a la de los adultos.

En cambio en las lesiones cerebrales traumáticas y en los neonatos después de un


parto difícil, así como en los niños con retrasos del crecimiento, se observa una
reducción de la frecuencia.

Los estados de coma y la existencia de lesiones neurológicas crónicas parece que


produzcan una fuerte ralentización del MRP y una disminución de su amplitud.

Amplitud: La amplitud se refiere a la extensión de los movimientos de flexión /


rotación externa y de extensión / rotación interna.

Una amplitud escasa en todo el cuerpo indica una disminución de la vitalidad, una
disminución del nivel energético del organismo. Su capacidad de defensa es menor,
con lo cual aumenta la predisposición a sufrir enfermedades.

A veces se observan ciertas áreas del cuerpo con una amplitud del MRP más
limitada en comparación con el resto del organismo. Ello puede constituir una
indicación de que existe un bloqueo o una adherencia en esa zona. El sistema
craneosacral, en estos casos, debe trabajar venciendo mayores obstáculos, dado
que la motilidad de las fascias está limitada y éstas no se pueden adaptar al ritmo. A
pesar de ello, el paciente puede presentar una vitalidad casi normal.

38
Simetría: Se puede hablar de simetría entre flexión y de extensión o simetría entre
estructuras pares.

La simetría entre fases alternas de flexión y extensión del MRP es la observación de


que el organismo no presenta predominancia de ninguna fase y que éstas están
equilibradas entre sí.

La simetría entre estructuras bilaterales significa que el movimiento que realiza (por
ejemplo) el hueso temporal derecho es igual al que realiza el izquierdo. Esta
característica es aprovechada para la detección de disfunciones de todo tipo en el
organismo.

Sin embargo hay que tener en cuenta que una asimetría observable en el MRP
indica que existe una lesión, pero no informa de ninguna manera sobre el tipo, la
causa o naturaleza de la disfunción. La eliminación de la asimetría puede constituir
un indicio de la desaparición de la disfunción en la zona afectada.

Fuerza: La mayor o menor fuerza que se percibe en la palpación del MRP


proporciona información acerca de la vitalidad general del paciente. Una mayor
fuerza indica más energía vital en circulación. Frecuentemente se observan personas
bastante sanas, con mucha energía en su organismo, con evidentes asimetrías en el
MRP. El tratamiento de estas personas es relativamente sencillo, ya que estar en
buenas condiciones energéticas, favorece el proceso de normalización.

Calidad: Es la facilidad con la que el MRP se despliega (independientemente de la


frecuencia, amplitud, simetría y potencia).

La calidad es sobretodo, una sensación sujetiva de libre flujo energético, de paz


interior y de tranquilidad, que trasmite el paciente; se percibe de forma intuitiva y no
analítica.

Si trasladáramos a una grafica el despliegue rítmico del MRP, tendríamos un


movimiento en el que la flexión y la extensión tendrían la misma forma de onda, sin
interrupciones, sin saltos y en las que el pico de subida y bajada es uniforme.

En imagen a la derecha se puede


apreciar una grafica del MRP de
buena calidad con simetría entre las
fases de flexión y extensión y sin
irregularidades en el trazado

39
En la siguiente imagen se observa
una irregularidad en el trazado,
entre el final de la fase de flexión y
el inicio de la fase de extensión.
Puede que el terapeuta perciba
algún temblor o anomalía entre sus
manos. Estos tipos de
irregularidades son causadas por
bloqueos que impiden el libre
movimiento.

En la siguiente imagen se puede


apreciar como la curva del MRP no
sigue una progresión lineal. En este
caso el terapeuta percibe el MRP de
una forma irregular, distorsionada,
no lineal. Las sensaciones pueden
ser muchas, pero en definitivas
todas trasmiten una impresión de
pobre calidad.

Finalmente se pueden percibir otras sensaciones, que no están directamente


relacionadas con aspectos físicos o mecánicos, y se reciben como impresiones
sujetivas, imagines o intuiciones. Al principio cuesta entenderlas, pero con la practica
vemos como es el lenguaje del cuerpo que nos habla y nos informa.

Con la practica aprendemos a escuchar e interpretar este lenguaje.

Es frecuente que la calidad del MRP vaya aumentando en el transcurso de una


sesión, a medida de que las restricciones del MRP se vayan eliminando, dejando
mayor espacio al fluir de las mareas energéticas.

40
Movilidad del cráneo

Los huesos impares, como el occipital, el esfenoides, el frontal, el etmoides y el


vómer, en las distintas fases del MRP, realizan movimientos opuestos de flexión y
extensión (flexo-extensión).

Los huesos pares, como el temporal, el maxilar, el palatino y el parietal, en las


distintas fases del MRP, realizan movimientos opuestos de rotación interna y
externa.

Las porciones laterales de los huesos impares como las alas mayores, menores y las
apófisis pterigoideas del esfenoides, las partes laterales del etmoides, las porciones
orbitales del frontal y las escamas del occipital, se comportan como huesos pares,
realizando movimientos opuestos de rotación interna y externa

Relaciones entre los huesos del cráneo

El esfenoides influye sobre los huesos etmoides, frontal, vómer, cigomático, maxilar
superior, palatino y lagrimal.
El occipital influye sobre los huesos temporal, parietal, maxilar inferior y sacro.

Por tanto, cuando se produce un movimiento de flexión del occipital, los huesos
temporales, parietal y maxilar inferior se mueven hacia la rotación externa.

Cuando el movimiento de flexión proviene del esfenoides, el hueso frontal y todos los
huesos faciales (a excepción del maxilar inferior) efectúan una rotación externa.

Durante el movimiento de extensión ocurre todo lo contrario.

41
Se describe la fase de flexión y rotación externa de todos
huesos del cráneo.

Hueso esfenoides
El hueso esfenoides se mueve alrededor
de un eje transversal situado delante de la
silla turca.

El esfenoides influye sobre la totalidad de


los huesos de la cara, a excepción del
maxilar inferior.

La porción posterior del cuerpo del


esfenoides se levanta, mientras que la
porción anterior desciende.

La silla turca, situada detrás del eje, se


desplaza en dirección anterosuperior.

Las apófisis pterigoides se mueven hacia


atrás y afuera.

Las alas mayores del esfenoides, realizan una rotación externa. Se mueven hacia
fuera, adelante y abajo.

42
Hueso etmoides

El hueso etmoides se mueve alrededor


de un eje transversal situado debajo de
la lámina cribosa, en el centro de la
lámina perpendicular. El hueso etmoides
está bajo la influencia del esfenoides,
especialmente de la espina etmoidal del
mismo.

La porción anterior con la crista galli se


mueve junto con la hoz del cerebro en
dirección posterior y superior.

La porción posterior de la lámina cribosa


se mueve junto con el esfenoides hacia
abajo.

La porción posterior del laberinto del etmoides, situado en la parte lateral, se mueve
lateralmente en la rotación externa (RE), lo cual abre las fosas nasales.

Este movimiento es controlado por el hueso frontal y el maxilar superior y provoca el


drenaje del laberinto del etmoides.

Hueso vómer
El vómer se mueve alrededor de un
eje transversal situado en su centro,
y está bajo el control de los huesos
esfenoides y etmoides. El vómer
realiza un movimiento circular.

El pico del esfenoides empuja


durante la fase de flexión el borde
superior del vómer hacia abajo.

La porción posterior del vómer


desciende en relación con la porción
anterior que asciende.

43
Hueso frontal

El frontal, en la zona medial efectúa una


flexión y extensión; en la periferia realiza una
rotación externa o interna. .

La rotación externa e interna del hueso frontal


se organiza alrededor de dos ejes verticales,
que atraviesan las dos tuberosidades
frontales.

El movimiento del hueso frontal está bajo la


influencia del hueso esfenoides y de la hoz del
cerebro.

La glabela, sometida a la tracción de la hoz del


cerebro, se mueve en dirección posterior e
inferior.

La apófisis cigomáticas se desplazan en dirección inferior y lateral.

La sutura metópica se aplana.

La escotadura etmoidal se ensancha en su porción


posterior y desciende.

Hueso maxilar superior

El movimiento del maxilar se organiza alrededor de


dos ejes verticales, que atraviesan las apófisis
frontales de aquellos. Realizan un movimiento de
rotación externa e interna.

El esfenoides, el vomer y el frontal son los


responsables del movimiento del maxilar superior
que se desplaza al mismo tiempo que aquellos.

La apófisis cigomática del maxilar superior se


mueve en dirección anterior y superior.

La sutura palatina media y la bóveda palatina


descienden

44
Hueso palatino

El hueso palatino realiza un movimiento de rotación


externa e interna, moviéndose en relación con los
huesos esfenoides, vómer y maxilar superior
La bóveda palatina desciende.

La sutura palatina mediana desciende y el diámetro


transversal se incrementa.

El esfenoides baja el hueso palatino por medio de la


apófisis pterigoides y el vómer.

Hueso cigomático
El hueso cigomático se mueve alrededor de dos
ejes: un eje oblicuo que se extiende de atrás
adelante y de fuera adentro. Otro eje vertical que se
extiende a través de la apófisis frontal.

El movimiento del hueso cigomático es inducido por


el esfenoides por medio de sus alas mayores y por el
temporal (apófisis zigomática).

La apófisis frontal se mueve junto con las alas


mayores del esfenoides en dirección anterior y
lateral.

La cara orbitaria se mueve bajo la influencia del


esfenoides hacia delante y afuera, favoreciendo el aumento de tamaño de la cavidad
ocular.

Hueso nasal

El hueso nasal se mueve alrededor de un eje vertical. Está bajo la influencia de los
huesos frontal y maxilar superior. En la fase de inspiración efectúa una rotación
ligeramente hacia fuera en relación con la apófisis frontal del maxilar superior. La
sutura internasal se mueve hacia atrás.

45
Hueso lagrimal

El hueso lagrimal se mueve alrededor de un eje vertical. Está influido por el


esfenoides. En la fase de inspiración efectúa una leve rotación hacia fuera en
relación con la apófisis frontal del maxilar superior. El conducto lagrimal aumenta de
tamaño.

Hueso occipital
El hueso occipital gira alrededor del eje
transversal por encima del agujero occipital
a la altura de la apófisis yugular.

El hueso occipital influye sobre el movimiento


de los huesos parietal y temporal.

La porción basilar se mueve en dirección


superior y anterior.

El agujero occipital se mueve en dirección


superior y anterior, levantándose el borde
anterior más que el posterior.

Las porciones laterales periféricas del


occipital se mueven en dirección lateral y
realizan una rotación externa.

Hueso temporal
La movilidad del temporal se puede
descomponer en dos movimientos:

1. Rotación postero-anterior alrededor


de un eje transversal que pasa por
el conducto auditivo externo.

2. Movimiento de flexo-extensión
alrededor de un eje oblicuo que
pasa por los puntos pivote PPE
(punto pivote esfenoescamoso) y

46
PPCEM (punto pivote condilo escamoso mastoideo)

Durante la fase de flexión de la SEB, la


apófisis basilar sube, lo que repercute
sobre la sutura petrobasilar, elevándola.

La escama del temporal, situada por


encima del eje formado por el
PPE/PPCEM, se mueve en dirección lateral
y ligeramente inferior.

La apófisis mastoides, localizada debajo


del eje formado por el PPE/PPCEM, se
mueven en dirección medial.

A causa del movimiento inferior de la hoz


del cerebro, se relaja y desciende la tienda
del cerebelo, de forma que su inserción en
el borde superior del hueso petroso permite
la rotación externa (RE) del hueso
temporal.

Hueso parietal

El hueso parietal se mueve alrededor de dos


ejes oblicuos.
El movimiento del hueso parietal está influido por
el occipital a través del hueso temporal.

Bregma y lambda descienden

La sutura sagital baja. Además, ambos bordes


se alejan uno de otro, en la parte posterior más
que en la anterior, dado que la sutura presenta
por detrás unos dientes más grandes que por
delante.

El borde escamoso, que contacta con la escama


del temporal, se mueve hacia fuera y en
dirección anterior

47
Hueso maxilar inferior

El hueso maxilar inferior se mueve alrededor de


dos ejes verticales, que se extienden
aproximadamente a través del primer molar. Está
bajo la influencia del occipital y los huesos
temporales.

Los cóndilos se mueven hacia dentro

El ángulo maxilar inferior se desplaza hacia fuera.

El mentón se mueve hacia atrás.

Gracias a la flexibilidad del hueso, los ángulos del maxilar inferior se mueven hacia
fuera, mientras que las apófisis articulares (cóndilos) lo hacen hacia dentro.

Hueso hioides

En la fase de flexión del MRP, la porción anterior


del hueso hioides se levanta, y las astas
posteriores descienden y se separan.

48
Palpación del MRP

La condición necesaria para que la palpación tenga éxito, no solamente se basa en


unos conocimientos anatómicos exactos y una practica consecuente, sino sobre todo
en la intención y actitud con la cual nos desenvolvemos.
Tocar con intención y cariño y mantener una concentración constante son
actitudes tan importantes, como dominar las técnicas de la palpación.
En este sentido, un tacto realizado con cariño puede incluso ser más curativo que un
tratamiento realizado de una forma puramente técnica, ya que en el primer caso la
intención y el esfuerzo van dirigidos al todo que constituye el otro, mientras que en el
segundo caso solamente se hace una "chapuza" mecánica.
Hay que entender que la TCS no va dirigida solamente al cuerpo físico, sino que
también constituye una vía de acceso al diagnóstico y a la terapia del ser interior,
para llegar al núcleo de la persona, al centro.

Un tacto realizado con atención transmite sensación de aceptación y de cariño.


Precisamente porque estos sentimientos no son muy frecuentes en esta sociedad en
la cual impera el rendimiento personal, es importante que durante el tratamiento se
construya un entorno y un campo de energía en el cual el paciente se sienta
protegido. Este entorno crea las condiciones necesarias para conseguir una curación
no solamente a un nivel estructural y material, sino también en sentido trascendente,
pudiéndose integrar todos los aspectos del paciente en el proceso de curación.

A través del tacto se transmiten y reciben grandes cantidades de sensaciones,


muchas de las cuales se perciben a nivel subconsciente.

Aprender a tocar significa, especialmente para nosotros los terapeutas


craneosacrales, escuchar, estar allí, esperar con cuidadosa atención a que llegue la
información.

No se trata de saber lo que necesita la persona, sino de escuchar, adaptarse y entrar


en contacto con esta, aprender a entender la historia que nos cuenta.

El organismo del paciente nos dice lo que necesita.

“Los tejidos saben, solo debemos aprender a escucharlos....”

49
Posibilidades de percepción de la mano

El calor es una de las múltiples formas de manifestación de la energía. El calor


corporal es el resultado final de distintos procesos metabólicos del cuerpo, siendo
especialmente el reflejo de la actividad del sistema nervioso simpático. Éste regula la
circulación sanguínea a través del tono vascular y, en consecuencia, la distribución
del calor en el organismo.

Aunque las personas tenemos una temperatura del cuerpo relativamente constante,
la temperatura de la piel varía en grado mínimo, dependiendo del tipo de órgano que
se encuentra debajo de la piel, así como también de la función o disfunción del
órgano o tejido en cuestión.

La temperatura de la piel refleja el estado "interior".

Las zonas cutáneas asociadas a órganos que sufren procesos patológicos agudos,
como inflamaciones o irritaciones, presentan una temperatura sensiblemente
superior a la de su entorno, mientras que los puntos donde se están desarrollando
procesos degenerativos frecuentemente están un poco más fríos que las zonas
circundantes. Sin embargo, los procesos degenerativos pueden provocar irritaciones
en el tejido adyacente que se reflejan en un aumento moderado de la irradiación de
calor.

Estas diferencias de temperatura se perciben incluso cuando todavía no han


aparecido los primeros síntomas clínicos. De esta forma también es posible descubrir
enfermedades que no se han manifestado todavía a nivel clínico.

La humedad puede ser un indicador de las disfunciones en determinados segmentos


simpáticos que a través de las vías nerviosas producen un aumento (o disminución)
de la actividad de las glándulas sudoríparas en las zonas reflejas correspondientes.
Las manos sudorosas son un claro ejemplo de lo anterior.

Finalmente la movilidad y la motilidad de los tejidos manifiestan una diferencia


decisiva en la palpación de tejido vivo o inerte. Vida significa flujo, movimiento,
cambio; cuando un tejido u órgano está débil la motilidad se ralentizará y finalmente
se parará. Como sabemos el movimiento es la expresión de la energía. El
movimiento se genera gracias a la energía. Energía que se manifiesta a través de
sutiles movimientos de los tejidos. También puede detectarse esta calidad del tejido.

Cuando el terapeuta entra en contacto con el paciente, no solamente lo hace con su


estructura física, sino también con sus estructuras energéticas que se manifiestan en
todo su potencial.

50
Estados emocionales.
Existe una íntima relación entre las emociones y la tensión de los tejidos. Los
pacientes que contienen constantemente sus emociones y no las expresan,
reflejarán esta contención también en su cuerpo. En los tejidos se reflejan los
múltiples aspectos del ser humano, como sus patrones muchas veces opuestos y
tendencias contradictorias.

La relación entre las emociones contenidas o reprimidas y las contracturas de los


tejidos es un hecho conocido hace tiempo; la experiencia demuestra que la
eliminación de estas contracturas, puede acompañarse de la solución de las
sensaciones inconscientes. En un paciente aparentemente feliz y rebosante de
alegría, debajo de la superficie puede encontrarse una espesa capa de tensiones y
tristeza, que podrían ser de importancia para los síntomas que le han llevado hasta el
terapeuta. La mayor parte de las personas no son conscientes de las tensiones,
frustraciones y sentimientos reprimidos que han almacenado en su cuerpo. El
terapeuta puede aprender a reconocer y localizar estas tensiones para tratar al
paciente de forma adecuada.

El estado emocional del paciente se proyecta hacia el exterior, como si de una nube
de emociones se tratara y puede ser percibido por el terapeuta de forma consciente o
inconsciente. Algunas personas nos hacen sentir incómodos, mientras con otras nos
sentimos totalmente relajados y a gusto. A veces la sola presencia de alguien nos
entristece, otras personas sin embargo nos trasmiten alegría. El elenco de
sensaciones es infinito, pero todas pueden ser percibidas a través del cuerpo
emocional y es útil aprender a descifrarlas.

Esta conexión, aparentemente inexplicable, en realidad se realiza a través del campo


unificado que es la matriz de todas las formas de la creación, incluida el hombre y
que las une con el resto del universo; dicha afirmación contrasta con los sentimientos
de individualidad y división creados por el Ego, que nos hacen sentir individuos
autónomos, separados de la totalidad de la creación.

La existencia del Ego es un producto de la mente individual que se opone al


sentimiento de unidad; de hecho cuando percibimos al Ego como separado del Ser,
entramos en mayor unión con la inteligencia universal y el resto de la creación y esta
división artificial desaparece en gran medida. Este proceso forma parte del desarrollo
personal que implica conocer y vivir desde una perspectiva más elevada que la
puramente material.

El “desarrollo personal” es muy importante para todos los terapeutas y en especial


lo es para la terapia craneosacral.

51
Practicas de palpación
Relájate. Antes de entrar en contacto con el paciente, cierra durante unos momentos
los ojos y ¡relájate! Relaja tu cuerpo y tu mente y permite que la respiración se haga
más tranquila, profunda y relajada. Toma conciencia de tu propio estado emocional.
Sobretodo prepárate para disfrutar.

Cuanto mayor sea la tensión para concentrarse y más te contraiga, más


interferencias empañarán tus percepciones. También el paciente reaccionará frente a
esa tensión con su propia tensión muscular y energética, lo cual dificulta aún más el
tratamiento.

Cuanto más relajado y libre de prejuicios estés, más impulsos y sutiles patrones de
movimiento y tensión del paciente podrás percibir, siendo el tratamiento mucho más
fácil. El terapeuta debe liberarse de las impresiones externas, vaciarse y abrirse a
nuevas experiencias; así será más fácil disfrutar y hacer que nuestro paciente
disfrute también.

Es conveniente para todos los terapeutas realizar ejercicios de relajación o practicas


de meditación a diario, para aumentar el nivel de sensibilidad, sobretodo para
aquellos a los que resulta difícil concentrase o relajarse.

Ayuda a tu paciente a relajarse. Pídele que se quite los zapatos, se desabroche el


cinturón, se suelte los sujetadores del pelo o similares, adopte una posición cómoda
y, en caso necesario, colócale un cojín debajo de la cabeza o las rodillas. Anima al
paciente a respirar profundamente un par de veces y pídele que se relaje. Pídele
que cierre los ojos y deje de lado cualquier pensamiento externo y haz que se centre
en sí mismo. El paciente puede, de esta forma, contribuir a un buen tratamiento.

Contacto. El primer paso en la palpación consiste en contactar suavemente con el


cuerpo del paciente, adaptándose a él. Cuando el terapeuta se adapta a las
diferentes características y percepciones, puede tener una idea de la organización
general y sus características, con su importancia para la personalidad en general.

Percepción. El segundo paso se basa en aumentar la percepción de la zona en


exploración, en incrementar su tamaño, en enfocar todo nuestro ser de una forma
total, relajada, sin prejuicios. Se trata, dicho de otra forma, de escuchar al tejido,
como si de una persona que nos habla se tratara. Al igual que cuando alguien nos
cuenta algo realmente interesante, solo estamos pendientes de este “relato”, solo
que en vez de escuchar con los oídos, lo hacemos con las manos y el corazón.

Interpretación. Finalmente hay que interpretar lo que se ha percibido. La


interpretación de lo palpado le confiere significado, traduce lo percibido y establece
relaciones anatómicas, fisiológicas o patológicas. Pero esto se hará una vez
finalizado el acto de la escucha, nunca durante.

52
Esta secuencia se respetará siempre en la primera escucha en cada paciente,
siguiendo este orden:

1. relajarse
2. relajar el paciente
3. contacto
4. percepción
5. Interpretación

Sin embargo hay otros aspectos más sutiles que podemos tener en cuenta en la
escucha, sobretodo en el primer contacto con cada paciente, para entrar en relación
con su naturaleza físico-energética de forma más plena.

Estos aspectos los podemos resumir en:

1. No hacer- Ser
2. Visualizar.

No hacer - Ser. El no hacer es tal vez el aspecto más difícil de aprender y poner en
practica, porqué es un concepto muy alejado de nuestra mentalidad; podemos decir
que es estar allí de forma presente pero no-activa. Sin hacer nada podemos ser y el
Ser deja fluir la energía (fluye por si sola). Cuando la energía fluye el sistema
craneosacral se vuelve más activo, porqué se ve estimulado y ayudado por un plus
de energía que le proviene del campo energético del terapeuta, sobretodo cuando el
paciente está carente de ella (enfermedad).

Visualizar. La visualización es la forma de aportar energía en forma de atención


profunda, posiblemente desde nuestro campo energético mental. Recordemos que la
energía mental es una de las más poderosas que posee el ser humano. Visualizar
significa crear una imagen mental del cuerpo del paciente, sobretodo de las partes
que estamos escuchando o corrigiendo.

Es importante tener unos buenos conocimientos sobre las estructuras que se están
explorando y las relaciones que existen entre ellas. Intenta desarrollar una imagen
detallada y sintética de los tejidos que exploras, con las correspondientes cualidades
y características de los tejidos. Cuanto más exacta es la imagen del cuerpo que eres
capaz de visualizar, mayor lujo de detalles podrás percibir.

Algunos terapeutas llegan a visualizar el cuerpo entero palpando solo la cabeza,


como si este se manifestara a través de ella (o de los pies o de cualquier otra
parte...) y se percibiera en su totalidad a través de las manos.

A parte del cuerpo físico, podemos visualizar otras cosas, como los movimientos de
energía o ciertos bloqueos de la misma; en realidad la visualización, que es una
creación mental, no tiene limites.

53
¡Importante!

Conflictos. Cuando existan conflictos entre la razón y el sentimiento, confía en tu


intuición y en tus manos. Imagínate que aquello que sienten tus manos es verdad.
Sobre todo al principio, debes estar abierto a todo lo que percibes y no dudarlo
inmediatamente. El exceso de análisis suele ser un obstáculo al comienzo del
aprendizaje de la palpación para entrar en contacto con estas realidades tan sutiles.

Intuición. A pesar de nuestras enseñanzas y lecciones, o precisamente a causa de


ellas, las cuales dan un peso mucho mayor a la formación de procesos de
pensamiento abstractos y lógico-analíticos, es necesario y conveniente, sobre todo al
principio de la formación, reservar un espacio a la capacidad de comprensión intuitiva
con el fin de acumular experiencias sin que sean cuestionadas constantemente. Más
tarde tendrá tiempo suficiente, si has acumulado la experiencia necesaria, para
comprenderlas también desde un punto de vista lógico y analítico. Porque en la
terapia craneosacral trabajan conjuntamente los procesos de asimilación intuitivos
con los analíticos, lo cual permite alcanzar los mejores resultados.

Confía en ti mismo, resérvate un espacio para acumular experiencias y haz tuyo todo
aquello que llegue hasta tu conciencia.

54
Palpación del cráneo de Sutherland

Siempre que sea posible, siéntate con la espalda recta y las rodillas flexionadas 90°.
Ambos pies deben estar en perfecto contacto con el suelo.

Terapeuta
Detrás de la cabeza del paciente.
Codos apoyados sobre la mesa de
tratamiento.

Posición de las manos


A ambos lados del cráneo.
Dedos índices a la altura de las
alas mayores del esfenoides,
detrás del ángulo exterior del ojo.
Dedos medios apoyados sobre los
huesos temporales, delante de las
orejas.
Dedos anulares apoyados sobre
los huesos temporales, detrás de
las orejas.
Meñiques a ambos lados a la
altura del occipital.
Pulgares en la bóveda craneal,
apoyados en los parietales.

En primer lugar, se siente la


expansión y retracción del cráneo
siguiendo el ritmo del MRP. En la
fase de inspiración, el diámetro
transversal del cráneo aumenta, en la fase de espiración disminuye y la cubierta
craneal se eleva.

Si no estás seguro de si el movimiento percibido en el paciente corresponde al ritmo


respiratorio o al craneosacro, pide al paciente que contenga la respiración un
momento.

El movimiento rítmico y suave que ahora se nota, que aumenta y reduce el diámetro
transversal del cráneo, está producido por el ritmo craneosacro.

55
Palpación occipito-esfenoidal de Upledger

Posición de las manos


Pulgares a ambos lados de las alas mayores del esfenoides.
Los demás dedos se sitúan detrás de las orejas, alcanzando de esta forma los
temporales y el occipital..

Durante la fase de inspiración se percibe un claro aumento de la presión y del


diámetro transversal del cráneo, sobretodo con los pulgares apoyados sobre las alas
mayores de esfenoides. Los restantes dedos perciben sobretodo una presión
postero-lateral.

En extensión disminuye el diámetro transversal y la presión.

56
Palpación occipito-esfenoidal de Magoun

Terapeuta
Detrás de la cabeza del paciente desplazado ¾ lateralmente.

Posición de las manos


Los pulgares y dedos medios (o índices) de la mano superior rodean lateralmente las
alas mayores del esfenoides.
La mano inferior sujeta el occipital en su palma, los dedos indican en dirección
lateral.

Durante la fase de inspiración:


Los pulgares y el dedo medio apoyados sobre las alas mayores del esfenoides se
mueven en dirección anterior y externa. La palma de la mano situada en la escama
del occipital percibe el aumento de la presión intracraneal.

En la fase de espiración, se perciben movimientos contrarios y sobretodo una


sensación de disminución de la presión.

57
Palpación fronto-occipital de Sutherland

Terapeuta
Detrás de la cabeza del paciente.

Posición de las manos


La mano superior sobre el hueso frontal; los dedos en dirección caudal.
Dedo medio sobre la sutura metópica, la yema en el entrecejo. Los otros dedos están
situados a los lados.
La mano inferior sujeta el occipital en la palma; los dedos se orientan en dirección
caudal.

Durante la realización de esta técnica se percibe el aumento y la disminución de la


presión intracraneal, al igual que en las otras formas de palpación.

Esta técnica es ideal para percibir los movimientos de la hoz del cerebro.

Posibilidad alternativa
Terapeuta al lado de la cabeza del paciente.
La mano superior se apoya sobre el hueso frontal desde un lado; los dedos se
orientan en dirección lateral.
La mano inferior se coloca debajo del occipital; los dedos en dirección lateral.

58
Palpación del sacro

Paciente
En decúbito supino, relajado, al ser posible con un cojín debajo de los pies.

Terapeuta
Colocado al lado del paciente, a la
altura del sacro.

Posición de las manos


Mano plana encima del sacro, con los
dedos situados en dirección craneal y
la palma de la mano en el extremo del
sacro. Las apófisis espinosas del
sacro se localizan entre los dedos
medio y anular.

Durante la fase de inspiración del


MRP, el extremo inferior del sacro (ápex) se mueve en dirección anterior y la base
(parte superior) en dirección posterior; en la fase de espiración del MRP ocurre todo
lo contrario.

¡Advertencia!
Con frecuencia el movimiento del sacro se realiza de forma anormal, por la
presencia de lesiones en torsión, en las que se percibe (además de la flexo-
extensión) una inclinación lateral y una rotación.

Palpación de los pies


El terapeuta, sentado a los pies del paciente,
coloca sus manos debajo de los talones y percibe
la rotación interna y externa del MRP, en ausencia
de lesiones, o cualquier tipo de tensión de los
tejidos.

59
Aprender a trabajar con el “vacío mental”
En la palpación se llega a “sintonizar” de una forma muy especial con los pacientes, y
se abre frecuentemente la puerta a la percepción intuitiva, es decir a la obtención
de datos por medio de la intuición, sin que medien procesos analíticos.

La intuición es una facultad que existe de forma natural en los seres humanos, así
como en los animales y que es posible desarrollar de una forma simple; de hecho es
una facultad que a pesar de existir se ha ido “olvidando” en la evolución y en el
desarrollo del niño hacia la edad adulta. Es bien sabido que los animales y los niños
de corta edad intuyen o adivinan cosas espontáneamente, de una forma
sorprendente. En el tsunami ocurrido en las navidades del 2004 en Asia, los
numerosos elefante de la región pudieron ponerse a salvo escapando de las granjas,
antes de que llegaran las olas destructoras, porqué “sintieron” el peligro inminente.

Los seres humanos en cambio hemos ido relegando esta forma de conocimiento,
que es dominio del hemisferio derecho del cerebro, a favor del conocimiento
analítico-deductivo, que es dominio del hemisferio izquierdo. Hemos preferido el
conocimiento científico y relegado el conocimiento intuitivo, por considerar el primero
más fiable, hasta el punto de desconfiar totalmente de la intuición.

Sin duda el conocimiento científico ha aportado logros enormes al desarrollo de la


raza humana, pero ha sido a la vez un lastre, porqué para eso hemos tenido que
perder capacidades que nos habían sido concedidas en nuestra propia naturaleza,
como si de una “mutilación” se tratara.

Gracias a la terapia craneosacral podemos recuperar esta faceta y reintegrar el


aspecto intuitivo en el ámbito de la terapia; para ello es suficiente hacer el “vacío
mental” y escuchar. El vacío mental es una técnica que se aplica comúnmente en la
meditación y es una forma de dejar la mente libre de pensamientos parásitos.

Aplicada a la TCS es la forma de salir del plano mental de ondas cerebrales tipo
“Beta” por un momento, para permitir que nuestra intuición puede expresarse, libre
de ruidos proveniente de la actividad mental.

De hecho es la mente uno de los principales obstáculos a los que debe enfrentarse el
terapeuta, en el sentido de aprender a calmar la hiperactividad mental, para
aumentar al máximo la capacidad de concentración.

Solo cuando estamos totalmente en paz, libres de preocupaciones, relajados y


serenos, solo entonces nuestros dedos, nuestras manos, nuestra conciencia,
alcanzan el máximo grado de perfección en la realización de la terapia. En cambio
cuando hay una actividad mental alta y desordenada, que se escapa a nuestro
control, en estos momentos la capacidad de realizar una TCS optima disminuye de
forma notable, casi como si no estuviéramos totalmente con el paciente.
Cuando estamos relajados nuestro cerebro emite ondas del tipo “Alfa” y este estado
favorece enormemente las capacidades como la intuición o la percepción.

60
Realización: sentados a la cabecera del paciente, con los ojos cerrados y sin tocar
el paciente, realizamos unas cuantas respiraciones profundas y relajantes, y pedimos
al paciente que haga lo mismo.

Una vez que nos sentimos relajados, tranquilos, serenos, tomamos la cabeza del
paciente entre nuestras manos, con un contacto extremadamente ligero y no
realizamos ninguna técnica, ningún movimiento, ninguna acción.

La suavidad y la dulzura son muy importantes, para que el paciente se sienta querido
y protegido, y se abra tanto físicamente como emocionalmente. La mayoría de los
bloqueos profundos tienen un origen emocional, debido a trauma o situaciones no
aceptadas, que han hecho encerrar la persona en una coraza defensiva.

En definitiva, facilitamos que el paciente llegue a un estado de relajación, en


sintonía al nuestro.

Este punto es crucial; la trasmisión del estado de relajación del terapeuta al paciente
permite que ambos conecten en un nivel superior. Si no se crea este estado de
complicidad, aceptación e intercambio energético, bien difícilmente podremos
avanzar en la terapia.

El estado de vacío mental es precisamente la ausencia de intención, la falta


absoluta de deseos tanto hacia nuestro paciente, como a cualquier otro aspecto de la
vida. Cuando practicamos el vacío mental eliminamos los deseos, las expectativas,
las actividades y dejamos que la conciencia fluya libremente.....es una rendición total
hacia la Inteligencia Superior a la cual todos los seres estamos conectados.

61
62
PRINCIPIOS DE DIAGNOSTICO Y
NORMALIZACIÓN

Lesión

Cuando el profano oye esta palabra, automáticamente piensa en heridas o


enfermedades y este es el empleo común de la palabra lesión, pero en la
terminología de la terapia craneosacral esta palabra asume otro significado:

Lesión es cualquier anomalía de los tejidos, tensión anormal o bloqueo en el


movimiento del MRP, que se percibe en la palpación, tanto si es un “movimiento
facilitado” o un “bloqueo”.

Movimiento facilitado: es la dirección en la que se mueve un tejido en lesión y el


movimiento contrario está limitado o ausente.

Sentido de la lesión: la lesión se define en el sentido en el que el movimiento es


mayor, es decir en sentido contrario al bloqueo. Si un hueso se mueve hacia la
flexión y no lo hace hacia la extensión, se define como lesión en flexión.

Recordemos que el MRP se expresa en fases alternas de flexión y extensión, que


también se denominan rotación externa y rotación interna, o inspiración y expiración
craneosacral.
Este ciclo de movimiento se repite entre 6 y 10 veces por minuto y debería tener una
buena amplitud, ser simétrico, manifestar una cierta fuerza subyacente y además
trasmitir una sensación de calidad: todo lo que se aleja de estos parámetros puede
ser considerado una lesión.

Así existen los siguientes tipos de lesiones:

1. ejes alterados con respecto a la fisiología normal, bien por la acción de


fuerzas desequilibradas, tensiones fasciales o lesiones y bloqueos en
estructuras relacionadas. Es el tipo de lesión más evidente y el menos
indicativo de disfunciones importantes, si no está acompañado de otras
lesiones de frecuencia, amplitud, simetría y fuerza.
2. frecuencia alterada, normalmente por causas muy profundas y que se deben
eliminar para obtener una curación completa.
3. poca amplitud, por falta de energía y sobretodo por bloqueos de estructuras
que frenan el rítmico despliegue del sistema craneosacral.
4. falta de simetría, que expresa una lesión de las estructuras pares o alejadas
de la línea media del cuerpo, o predominio de una fase (flexión o extensión)
sobre la otra.
5. poca fuerza subyacente, claro indicio de una condición general debilitada y
con bajo nivel de energía, que normalmente se observa en ancianos,
personas convalecientes, enfermos crónicos, etc.

63
Las lesiones del sistema craneosacral pueden ser debidas a infinitas causas, porqué
el más mínimo desajuste en cualquier músculo, fascia, órgano, víscera, hueso,
articulación, etc., puede alterar de forma apreciable la normal función del MRP.

Por otro lado los trastornos emocionales, mentales y energéticos pueden tener
poderosos efectos (no siempre tan evidentes) sobre el cuerpo y a su vez alterar el
MRP.

No debemos olvidar que el ser humano es un sistema holográfico donde cada


parte, por insignificante que sea, contiene la información de la totalidad.

El modelo holográfico es valido a todos los niveles de la existencia, desde el plano


físico hasta el espiritual. El MRP no representa ninguna excepción y contiene la
información del todo, expresa la totalidad del ser y permite acceder a todos los
planos de la existencia.

La lesión se debe situar en el contexto de la persona que la padece y no ser


considerada como una entidad en sí misma, porqué de lo contrario haremos
tratamientos mecánicos que solo pueden reportar un beneficio momentáneo, pero de
ninguna forma pueden sanar en profundidad. Así al realizar la palpación diagnostica
debemos enfocar nuestra percepción en todos los aspectos y llegar a tener un
cuadro general de la persona, desde un punto de vista general y abierto. Los
aspectos locales serán considerados a la par que la perspectiva general de la
persona, para llegar al porqué de sus dolencias, estableciendo prioridades y líneas
maestras de tratamiento.

Ejemplo: Un señor de cuarenta años que acude a consulta por migrañas y episodios
de mareos. No tiene antecedentes importantes de enfermedades o trastornos
mentales, emocionales ni accidentes traumáticos; ha nacido con parto natural, a
termino. El medico le ha realizado una resonancia magnética nuclear (RMN) y no
padece alteraciones de la cabeza. El diagnostico tendrá que aclarar cual es el factor
principal de las migrañas (evidentemente), además de las alteraciones del MRP: así
tendremos que explorar todo el cuerpo y adentrarnos en aspectos emocional del
sujeto. Sus palabras, sus gestos, su aspecto físico, su forma de andar, el tono de la
voz, todo puede ser revelador e importante....

La migraña podría manifestar aspectos emocionales de falta de armonía vital; puede


ser una respuesta del cuerpo-mente a un ritmo de vida estresante o indicar
demasiadas cargas y responsabilidades; podrían existir problemas circulatorios,
alimentarios, digestivos, sexuales, hormonales y a lo mejor no es la cabeza la que se
debe tratar....

Al reflexionar sobre estos aspectos y al realizar la terapia craneosacral de la forma


que nos indiquen los tejidos del paciente, podemos enviar señales sutiles al
individuo, cuando encontramos las áreas bloqueadas físicamente, para que este las
asocie al problema subyácete. Desbloquear la cabeza será así más fácil, rápido y
efectivo, puesto que el paciente está colaborando en el proceso.

64
Los ejemplos son tan numerosos como las personas que entran en la consulta, así
que es imposible enumerarlos todos; será la experiencia personal del terapeuta, la
capacidad de conectar, sus preferencias personales, el tipo de pacientes que atienda
a definir las pautas de tratamiento.

La experiencia, como en todas las profesiones es la que marca la diferencia y es


insustituible, pero cuando se inicia un camino nuevo, debemos poseer unas bases
que nos guíen y la terapia craneosacral se rige por los principios que se exponen a
continuación.

El terapeuta tendrá que regirse por estos sencillos criterios:

1. No se deben hacer tratamiento mecánicos, estos no aportan una verdadera


curación.
2. Debemos acercarnos a cada paciente con humildad, interés y capacidad de
aprender con él.
3. Las mismas enfermedades, en diferentes personas, pueden tener causas
totalmente diferentes.
4. Hay personas que, hagas lo que hagas, no se curarán, porqué en el
subconsciente necesitan la enfermedad.
5. Nosotros no curamos, es el cuerpo el que lo hace.

“Los tejidos saben, solo debemos aprender a escucharlos....”

65
Técnicas de diagnostico
El diagnostico es la parte más importante de cualquier terapia.

Un diagnóstico correcto lleva a un tratamiento adecuado, mientras un diagnóstico


equivocado, lleva a un tratamiento erróneo.

Muchas veces no se realiza un diagnostico a fondo, por las prisas, por no haber
tenido la suficiente paciencia de escuchar el cuerpo o por suponer que ya
conocemos la raíz del problema.

Nunca, nunca, nunca debemos omitir una atenta escucha del cuerpo, siguiendo la
máxima que afirma:

.......Los tejidos saben, solo debemos escucharlos......

Aunque se utilice la palabra palpación, es más correcto pensar en termino de


contacto o acercamiento, porqué la sutileza que se emplea en esta terapia no es la
de una palpación corriente. Palpar es explorar con las manos, de una forma invasora
y activa, mientras en la terapia craneosacral se hace una escucha atenta, que
conviene que sea lo menos invasora posible, para no crear un “rechazo” defensivo
en el paciente.
“Acércate con la delicadeza con la que un colibrí se apoya en una flor...”, decía un
maestro de terapia craneosacral, en una expresión realmente afortunada. El contacto
es tan ligero que roza la piel muy levemente, de una forma que el paciente perciba
como una caricia.

Existen dos técnicas principales de diagnostico empleadas en la terapia


craneosacral, que son la escucha y la provocación.

A continuación serán descritas ambas, pero vale la pena recordar lo siguiente:

 El terapeuta debe estar relajado, concentrado, con la mente abierta y en


posición cómoda
 El paciente debe estar cómodo físicamente y sentirse respetado y protegido.
De lo contrario no se abrirá al proceso terapéutico.
 No debemos dejarnos absorber por la técnica, recordar que la técnica está al
servicio del terapeuta, nunca al revés.

Recordar también las 5 características principales del MRP que son

1. Frecuencia (numero de ciclos /min.)


2. Amplitud (cantidad de movimiento)
3. Simetría (flexión-extensión y lateralidad)
4. Fuerza (vitalidad)
5. Calidad (conjunto de sensaciones a veces sujetivas)

66
Técnica de “escucha”

Esta sin duda es la técnica más completa, fácil y sencilla de realizar, así que será la
que emplearemos habitualmente para percibir el MRP y sus 5 características de
frecuencia, amplitud, simetría, fuerza y calidad.

Se realiza tanto en el cráneo, como en todo el cuerpo. Consiste en una palpación en


la que no debemos realizar ningún movimiento, solamente debemos estar atentos a
las informaciones que nos trasmite el sistema del paciente y sobretodo estar
receptivos a todo lo que nos llegue.

Una buena escucha puede durar varios minutos y se puede dividir en distintas fases:

1. contacto: sirve para permitir al sistema energético del paciente de adaptarse al


terapeuta y volver a su ritmo. No olvidemos que cualquier contacto físico hace
reaccionar al paciente y en los primero instantes ambos (paciente y terapeuta)
pueden bloquearse. Esperar sin hacer nada, dejando que fluya la energía: es
un momento perfecto para repasar nuestra postura física, nuestros
pensamientos y para hacer 3 o 4 respiraciones profundas que nos ayudarán a
relajarnos. Cuando en el curso de una sesión de terapia desplazamos las
manos varias veces sobre el cuerpo del paciente, no es necesario repetir esta
fase de contacto en cada posición, porqué el contacto ya está establecido.
2. registro: cuando percibimos el sistema craneosacral y energético podemos
empezar a valorar el ritmo, la amplitud, la fuerza y la simetría. Es decir
tratamos de recabar información, de registrar datos de interés, pero no los
vamos a analizar, esto se hará más tarde.
3. escucha: terminado el registro de datos, nos quedamos un tiempo en la misma
postura, para escuchar el MRP y el sistema energético, para dejarnos inundar
por las sensaciones de la calidad, por la información subconsciente que
pudiera llegar, si es que llega y por sumergirnos en las profundidades del ser
que está con nosotros en estos momentos. Esta delicadeza y profundidad de
contacto puede surgir en cualquier momento, pero es especialmente
importante al empezar un tratamiento, cuando hacemos la toma del cráneo de
Sutherland, que normalmente es la primera que se realiza, o cuando
palpamos una parte del cuerpo particularmente importante para la terapia.

La escucha se realizará siempre como la técnica de diagnostico de primera elección,


y con un poco de practica se convierte en algo natural, espontáneo, que permite
acercarse al MRP de una forma fácil y directa.

67
Técnica de provocación

Esta técnica esta indicada para los casos en los que con la escucha no hemos
podido obtener la información que necesitamos, como por ejemplo distinguir ciertas
lesiones cuando el MRP está muy limitado y no permite percibir los movimientos con
claridad.

El terapeuta provoca o favorece el movimiento en la dirección que quiere


comprobar y lo sigue con atención pasiva hasta su punto final. Aparte del impulso
favorable, el movimiento no se debe alterar, solamente seguirlo y comprobar su
libertad y amplitud.

Cuando se trata de estructuras situadas en la línea central, el impulso debe ser hacia
la flexión o la extensión, luego hacia los movimientos laterales y finalmente hacia la
torsión; en otras palabras debemos provocar con las manos un movimiento hacia
delante, atrás, hacia los lados y de torsión

En caso de estructuras craneales bilaterales, el impulso puede darse hacia la


rotación externa e interna. El terapeuta percibe si el movimiento puede desarrollarse
o está limitado, con qué calidad, en qué dirección y de qué forma reacciona la
estructura frente al pequeño impulso de movimiento. Además, se concentrará en la
sensación inicial y final de la movilidad.

Consiste en provocar un movimiento determinado en una estructura, para luego


provocar el movimiento contrario, valorando si son simétricos o no y determinar en
que sentido existe una facilidad de desplazamiento.

Ejemplo: estamos analizando la SEB (sincondrosis esfenobasilar) y no percibimos el


movimiento con claridad para diferenciar si se mueve a flexión o extensión, tal vez
porqué la calidad del movimiento sea muy pobre, sin fuerza ni amplitud: en este caso
provocamos de forma intencional un movimiento de flexión y luego otro de extensión.
Resultado: si percibimos que la SEB se mueve libremente a flexión, pero es rígida en
el movimiento de extensión, tenemos una lesión de la SEB en flexión. (Recordar que
la lesión es un movimiento facilitado, más amplio de su opuesto, que está limitado o
ausente).

Esta técnica aporta información principalmente sobre los ejes de movimiento y la


simetría del mismo, pero menos sobre la fuerza, amplitud, frecuencia y calidad del
movimiento, que como hemos vistos se perciben con la técnica de escucha.

Por esta razón es una técnica que se emplea cuando el movimiento es tan pobre y
limitado que no se percibe claramente: sirve para luego realizar una técnica de
corrección y es conveniente realizar posteriormente la técnica de escucha para
valorar aspectos más amplios de la disfunción.

68
Técnicas de normalización

El objetivo de la TCS consiste en ayudar las fuerzas de curación inherentes del


organismo en la defensa y el mantenimiento de la homeostasis.

Ello se consigue normalizando las tensiones de los tejidos, de forma que los
procesos de intercambios de líquidos (sangre, linfa), la información nerviosa y
energética puedan restablecerse con normalidad. El ser humano posee fuerza y
capacidad para conservar o restablecer la salud.

En la terapia craneosacral el foco principal de atención no es la enfermedad en sí, ni


los síntomas de la misma. Por el contrario, el punto de mira del terapeuta es la
persona en su totalidad y su objetivo tratar de favorecer las condiciones para que
ésta pueda volver a un equilibrio optimo, sin el cual no existe la salud plena. La
desaparición de los síntomas o la curación de una enfermedad es solo una
consecuencia más del equilibrio pleno.

Técnica de exageración (indirecta)


Esta técnica constituye una herramienta de corrección de empleo frecuente, tanto a
nivel craneal, como visceral, como corporal.

La técnica consiste en inducir un movimiento de la estructura a corregir en la


dirección de la disfunción, hasta que se alcance un límite fisiológico de movimiento,
impidiendo al mismo tiempo la vuelta hacia atrás de la misma o, dicho de otra forma,
se provoca sutilmente un aumento del movimiento de los tejidos a tratar, en la
dirección de la lesión. Cuando se alcance una nueva barrera, se impide suavemente
que la estructura se mueva de vuelta a la posición de partida.

En el curso de la realización de la técnica de exageración puede aparecer


repentinamente un latido como si fuera una arteria, que indica que algo significativo
está ocurriendo: este proceso, llamado “pulso terapéutico” no se debe interrumpir.
En estos casos, mientras dure el “pulso terapéutico”, no cambiamos lo que estamos
haciendo, hasta que este fenómeno desaparezca espontáneamente.

También pueden aparecer movimientos repentinos diferentes a los anteriores que se


han de dejar expresar libremente; solo se impide la vuelta a la posición de partida. La
liberación de las estructuras que estamos tratando se percibe claramente, con una
disminución repentina de las tensiones que hemos ido creando en el curso de la
realización de la técnica.

De esta forma pueden eliminarse viejos patrones de movimiento y/o tensión del
tejido, el cual recupera mayor libertad de movimiento y reanuda su camino hacia una
nueva barrera.

69
Técnica de “point of balance”

Esta técnica está particularmente indicada para disfunciones de carácter crónico y


recidivantes.

En algunos casos es posible combinarlo con una técnica de exageración.

A partir de una escucha que nos haya indicado una disfunción, acompañaremos
atentamente las estructuras a normalizar, siguiéndolas pasivamente durantes
algunas fases de flexión y extensión del MRP. Debemos percibir en que punto del
movimiento existe una mayor relajación de las fascias, de las membranas y de
todas las estructuras implicadas. Este es el punto de equilibrio, o “point of balance”,
que no estará (en caso de disfunción) en el punto intermedio entre la flexión y la
extensión, sino más bien desplazado hacia uno de los dos parámetros. Este será el
punto de referencia a partir del cual mantendremos inmóviles las estructuras a
normalizar.

Se procurará encontrar el punto dinámico entre la flexión y la extensión de las


estructuras a normalizar en la cual las tensiones de tipo membranoso y ligamentario
se encuentren en el mejor equilibrio posible (balance)

Se mantienen las estructuras en la posición en la cual las membranas de tensión


recíproca y los componentes fluidos y energéticos se encuentran en equilibrio. Esto
provoca que el cuerpo inicie uno o varios ciclos de MRP a partir de una nueva
posición y deba adaptarse a un nuevo equilibrio; dicho de otra forma, es como si
informáramos al cuerpo de su situación real de desequilibrio y le impulsáramos a que
corrigiera esta situación, alterando el equilibrio anterior.

Dicha posición es mantenida durante unos ciclos, oponiendo una resistencia al


ritmos del MRP, lo que genera un aumento de las tensiones de las membranas; se
mantiene esta resistencia, hasta que se perciba claramente una relajación de las
tensiones, señal de que la disfunción se ha corregido.

La corrección se realiza por re-posicionamiento espontáneo.

La técnica de exageración se emplea de forma habitual como primera elección


La técnica de “point of balance” se puede emplear cuando el sistema craneosacral
tiene muy poca energía y no responde a la exageración, en personas con bajos
niveles de energía.

70
Técnica directa

El empleo de técnicas de normalización directas es indicado sobretodo en el


tratamiento de las suturas, las disfunciones del cráneo como “strain” vertical o
lateral, en las lesiones de compresión, en el tratamiento de los niños menores de 6
años y en los traumatismos agudos.

En estos casos (excepto en menores de 6 años), si después de una técnica indirecta


no se observa una mejoría satisfactoria de la lesión, se lleva a cabo una técnica
directa.

Partiendo desde un punto de equilibrio se induce un movimiento del segmento a


normalizar, en dirección de la limitación del movimiento, es decir en sentido
contrario a la lesión.

Se impide dulcemente que el cráneo pueda expresar el movimiento de la lesión,


durante algunos ciclos, tratando a la vez de llevar las estructuras directamente hacia
la corrección.

Se mantiene esta presión hasta que se perciba la desaparición de las limitaciones de


la movilidad de los tejidos restringidos.

En los niños menores de 6 años se emplean solo técnicas directas: hay que
emplear la máxima suavidad y delicadeza respetando en todo momento la integridad
del niño y de sus tejidos en desarrollo.

No se hacen técnicas indirectas o de “point of balance” para evitar que las


membranas, todavía no completamente formadas, se estiren sobremanera y se
lesionen. Así las técnicas directas son la única forma de tratamiento craneosacral
que se puede emplear.

Por otro lado, los menores de 6 años responden muy bien a las técnicas energéticas,
que se podrán emplear sin problema.

71
Técnica de separación

Esta técnica se emplea en muchas suturas craneales y requiere como condición


necesaria el conocimiento anatómico de las distintas uniones de los huesos
craneales entre sí, además de la dirección en la que se encuentran cada una de las
superficies articulares de los huesos craneales. De todas formas, en los huesos
externos las suturas se pueden palpar con los dedos y de este modo localizarlas con
la máxima precisión. La precisión es fundamental para que la fuerza con fines
terapéuticos sea dirigida correctamente y para que la sutura se libere con éxito.

Las suturas se pueden separar con ayuda de la técnica directa mediante una
tracción ejercida en sentido contrario sobre las uniones suturales afectadas.

Es bueno recordar que, aunque las técnicas se realizan en sentido corrector, no es


necesario aplicar mucha fuerza; la fuerza en los tratamientos de terapia craneosacral
siempre es muy reducida, del orden de entre 2 y 5 gramos. En caso de no conseguir
liberar una sutura, es preferible probar con otra técnica.

Hay que tener en cuenta la orientación de los biseles de las suturas y aprovechar su
dirección

Una regla general en caso de suturas muy bloqueadas es de no caer en la tentación


de realizar más fuerza; se debe mantener la misma fuerza por un tiempo más
prolongado.

Técnicas de “Still point” o punto de quietud


En estas técnica se produce una ralentización y finalmente una parada
momentánea del MRP, inducida de forma voluntaria y artificial en el sistema
craneosacral. Con la inducción del punto inmóvil también es posible detener toda la
fluctuación del MRP de forma que no sería perceptible en todo el organismo ningún
tipo de movimiento.

El punto inmóvil puede ser inducido desde cualquier punto del cuerpo, como los pies,
el sacro y más frecuentemente el occipital.

Se resiste el normal movimiento del MRP, frenando la fase de flexión/rotación


externa, impidiendo que el sistema craneosacral se expanda y se acompaña cada
vez más hacia la extensión/rotación interna, hasta que se perciba una parada
completa de toda la actividad del MRP.

El objetivo de las técnicas de Still point es inducir una calma artificial en todo el
sistema craneosacral, para permitir una reorganización espontánea del mismo y una
posterior mejoría de su fisiología. Es como el descanso de un enfermo para
recuperar fuerzas.

72
Técnica “V spread”

Como ya sabemos, los seres humano somos materia y energía vital. Esta fuerza
inherente en la persona puede ser aprovechada con ayuda de la técnica de “V
Spread” para eliminar de forma muy suave hasta las restricciones más persistentes.

La técnica del “V Spread” es una técnica puramente energética en la que se envía


energía de un lado a otro del cráneo (y también del cuerpo), con el fin de diagnosticar
o liberar suturas bloqueadas o áreas donde exista una acumulación de energía en
forma de “quiste energético”.

Posición de las manos


Los dedos índice y medio de una mano se
apoyan en forma de “V” sobre la sutura
craneal restringida o que debe ser sometida a
exploración.

La otra mano se coloca en el punto


diametralmente opuesto.

Realización

Diagnostico: Desde el lado contrario, el


terapeuta envía una corriente energética hacia
la sutura que quiere testar. La energía, al
llegar a la sutura, la mueve suavemente y
parece penetrar entre la “V” de los dedos; la
sutura está abierta.

Por el contrario, es posible que los dedos


apoyados en “V” no perciban ninguna apertura
en la sutura, la onda energética choca contra
la sutura restringida; la sutura está bloqueada.
La sensación es parecida a las olas del mar
cuando rompen contra una roca, generando un
movimiento de ida y vuelta.

Corrección
73
El terapeuta envía energía desde el lado contrario a la sutura, visualizando el
recorrido de la energía a través del cráneo: los dos dedos situados en la sutura,
realizan una ligera presión de separación de los huesos que la forman, esperando a
que la sutura se abra.

Cuando finalmente se produce la liberación, se percibe una clara sensación de cómo


la energía pasa por la sutura, de una forma parecida a como las olas del mar rompen
en una playa, dulcemente y sin golpes.

Esta técnica no está reservada solo para las suturas. Cualquier parte del cuerpo
puede ser tratada con este método. La finalidad se encuentra en dinamizar la zona
afectada con el aumento del movimiento de la respiración primaria (MRP).

Variante
Es posible realizar esta técnica con las palmas de las manos, en lugar de usar los
dedos, para enviar energía de un lado a otro del cráneo o del cuerpo: la ventaja
estriba en que las palmas de las manos son centros energéticos muy importantes,
debido a la existencia de “chakras” en ellas.

Realizando la técnica del “V Spread de esta forma, se consigue una transmisión de


energía más amplia que empleando los dedos, aunque la precisión para liberar
suturas sea menor debido a la mayor superficie de contacto.

Realizaremos la técnica en esta forma cuando sea preciso liberar bloqueos


energéticos importantes, tanto en las suturas, como fuera de estas y también cuando
estemos trabajando cualquier parte del cuerpo.

Realización

74
Una vez localizado el punto a tratar, situar la palma de una mano sobre esta zona y
la otra mano en el lugar diametralmente opuesto, tanto del cráneo, como de cualquier
otro lugar del cuerpo.

Con ambas manos creamos una circulación energética entre ellas, empleando la
mano en contacto de la lesión como receptora y la que se encuentra en el lugar
opuesto como trasmisora, hasta percibir que no hay obstáculos al flujo de energía
entre las dos manos. Cuando esto sucede percibimos una relajación de los tejidos y
la reequilibración de las estructuras tratadas. Además es posible percibir una oleada
de calor que pasa por las manos y el cuerpo del paciente.

Esta técnica esta basada en el principio de polaridad que afirma que entre un polo
positivo y otro negativo se crea una circulación de corrientes eléctrica (es decir un
flujo de electrones); además se necesita un medio neutro y conductor que en este
caso es el cuerpo del paciente.

Técnica Indicada No indicada


Exageración Casi siempre Poca energía, menores de
6 o 7 años
Point of balance Poca energía Mucha energía, menores
6/7 años
Directa Menores de 6 o 7 años, SEB, Mucha energía
maxilar superior, membranas.
Separación Suturas
Still point 4º ventrículo, sacro, piernas Personas muy debilitadas
V Spread Suturas, cualquier parte del No tiene
cuerpo

75
76
LAS MENINGES

Las meninges rodean y soportan el sistema nervioso central (el encéfalo y la médula)
y tienen una estructura concéntrica en capas superpuestas que sustancialmente es
la misma desde el cráneo hasta la columna vertebral.

Están formadas por tres capas:

 Piamadre: es la capa más interna, en contacto con el cerebro y la medula


 Aracnoides: es una capa intermedia.
 Duramadre: es la capa más externa, la cual se sitúa en la cara interna del
cráneo óseo y del conducto vertebral.

Las tres capas a su vez están separadas por dos espacios:

 espacio subaracnoideo: entre la piamadre y la aracnoides


 espacio subdural: entre la duramadre y la aracnoides.

El liquido cefalorraquídeo (LCR) circula en el espacio subaracnoideo.

77
Membranas craneales

Piamadre: es la membrana que contiene los vasos sanguíneos, encontrándose en el


plano mas profundo. Está formada por una capa fina de tejido conectivo con
numerosas fibras elásticas y, se ajusta perfectamente a la sustancia cerebral,
aunque sin estar unida a ella.

Desde ella se extienden los vasos hacia el interior del encéfalo formando espacios
cada vez más reducidos llamados espacios perivasculares; además de ello, forma
unas redes de venas en forma de vellosidades, los plexos coroideos, que penetran
en los ventrículos del cerebro y forman el líquido cefalorraquídeo (LCR).

Aracnoides: es una estructura esponjosa y translúcida. En ella pueden diferenciarse


una capa externa, separada de la duramadre por el espacio subdural, en el cual se
extienden venas y nervios y una capa interna, formada por muchas pequeñas
trabéculas que la conectan con la piamadre, de la cual la separa el espacio
subaracnoideo.

Espacio subaracnoideo: está situado entre la aracnoides y la piamadre. Este


espacio contiene líquido cefalorraquídeo y forma espacios de mayor tamaño llenos
de líquido cefalorraquídeo, denominados “cisternas” que son como depósitos de
almacenamiento temporal del mismo.

Duramadre: está formada por un tejido conectivo muy firme, compacto e irregular,
con numerosas fibras de colágeno. Tiene el espesor aproximado de una uña, muy
tensada y no permite la penetración del líquido cefalorraquídeo. Se distingue entre
una hoja perióstica y una hoja meníngea, entre las cuales se sitúa el denominado
espacio subdural que permite los deslizamiento entre la duramadre y las capas más
internas.

La duramadre es muy importante en la terapia craneosacral porqué es la más rígida


de las tres meninges y es la que permite y guía los movimientos de los huesos, así
que existen numerosos técnicas de movilización de la duramadre que serán
estudiadas en este capitulo.

Las tensiones de la misma o de los huesos afectan el conjunto del cuerpo y en


particular el sistema craneosacral, precisamente porqué la duramadre no tiene
elasticidad y trasmite las tensiones a distancia.

78
Tabiques craneales

La duramadre es una única membrana continua, que envuelve el sistema nervioso


central desde la cabeza hasta el sacro; sin embargo a nivel craneal, a causa de su
diversa localización y la dirección en la cual se extienden, se divide en tres tabique
que están conectados entre sí y se influyen mutuamente.

Los 3 tabiques son:

 Hoz del cerebro


 Hoz del cerebelo
 Tienda del cerebelo

79
Hoz del cerebro

La hoz del cerebro separa los dos hemisferios cerebrales, derecho e izquierdo. El
borde anteroinferior de la hoz se inserta en la “crista galli” del hueso etmoides; se
extiende sobre el agujero ciego, la cresta frontal y los bordes del surco del seno
sagital superior del hueso frontal; sobre la cresta parietal de los huesos parietales; el
surco sagital del occipital hasta la protuberancia occipital interna. Allí la hoz participa
en la formación del seno recto. En el seno recto se separan los dos tabiques de la
hoz del cerebro y se convierten en la tienda del cerebelo.
En los huesos temporales se forma el seno transverso. El borde inferior libre forma el
seno sagital inferior

Tienda del cerebelo

La tienda del cerebelo separa el cerebro del cerebelo y se tensa en forma de tienda
sobre el cerebelo.

Por encima de la tienda se encuentran no solamente los hemisferios del encéfalo,


sino también los núcleos subcorticales (hipotálamo, hipófisis, epífisis y tálamo)

Al igual que las hoces del cerebro y del cerebelo, la tienda se origina en el seno
recto, con el cual también está unida. En la parte posterior, la tienda del cerebelo
está unida a la protuberancia occipital interna y a ambos lados con las crestas
oblicuas del occipital, donde forma el seno transverso. A los lados se extiende a lo
largo del seno y de la sutura parietomastoidea insertándose en el ángulo
inferoposterior del hueso temporal y en la apófisis mastoides del temporal.

80
En la parte anterior, las capas inferiores laterales de la tienda se insertan en la
apófisis clinoides del cuerpo del esfenoides

Sus fibras horizontales son reforzadas en su inserción superior por las fibras
verticales de la hoz del cerebro. Como consecuencia la tienda es un lugar donde se
cruzan fibras que se extienden en dos direcciones

Hoz del cerebelo


La hoz del cerebelo divide los dos hemisferios del cerebelo

Se inserta en la cara inferior de la tienda y se extiende desde la protuberancia


occipital interna a lo largo de la cresta occipital hasta el agujero occipital.

Allí participa en la forma del anillo fibroso que rodea el agujero occipital y se prolonga
como duramadre en la médula espinal

81
Membranas espinales

En la columna vertebral las meninges siguen la misma estructura de tres capas


concéntricas superpuestas que hemos visto a nivel craneal, así existe una piamadre
espinal, una aracnoides espinal y una duramadre espinal. Además existe el mismo
espacio subaracnoideo que contiene LCR y el espacio subdural que permite los
movimientos entre la duramadre y las otras capas meníngeas.

Todas las tensiones que puedan existir en las meninges, pero sobretodo en la
duramadre, pueden afectar negativamente el equilibrio mecánico, energético o
neurológico de estas importantes estructuras. Además como vemos en la imagen
superior, también los nervios espinales (raquídeos) que son prolongaciones de la
médula espinal, están recubierto por las meninges, que salen por el agujero de
conjunción y recubren los nervios en su recorrido por el cuerpo. Así los pinzamientos
o las irritaciones de estos nervios pueden afectar el MRP, el LCR, la columna
vertebral y el cráneo.

82
Piamadre espinal

En ella se extienden vasos y


nervios.

A ambos lados de la piamadre se


extiende una placa de tejido
conectivo, el “ligamento
dentado”, hacia la duramadre
espinal. Este fija la médula
espinal y separa la raíz anterior
de la posterior.

La piamadre baja hasta el sacro.

Aracnoides espinal
Es extremadamente pobre en
capilares y nervios.

Junto con la duramadre


acompaña a las raíces de los
nervios espinales, que por ello
son bañadas con LCR.

Las membranas siguen a los nervios hacia los orificios intervertebrales, donde
rodean el ganglio espinal.

La aracnoides se convierte entonces en el perineurio y la duramadre en el epineurio


de los nervios espinales.

Duramadre espinal
La duramadre espinal es muy importante en el equilibrio energético, neurológico y
mecánico de la columna vertebral, por ser la envoltura que protege la médula espinal
y los nervios raquídeos.

En ella se pueden distinguir dos capas: una externa (perióstica) y otra interna, que
es la duramadre espinal verdadera. Entre ambas se encuentra un espacio que
permite el movimiento de deslizamiento de la duramadre en esta zona de la columna
vertebral, la más móvil.

La duramadre espinal está separada del conducto vertebral por medio del espacio
subdural y se mueve con relativa libertad. Gracias a ello, puede transmitir los sutiles
movimientos del MRP desde el cráneo hasta el sacro y a los nervios espinales.

83
Se inserta firmemente en el agujero occipital como prolongación de la hoz del
cerebelo y de la duramadre craneal y en la cara posterior de C2. Luego recorre toda
la columna vertebral sin insertarse en ninguna vértebra y finalmente se adhiere al
sacro a nivel del 2º segmento y al cóccix formando el hilio terminal.

Esta conexión directa entre el


cráneo y el sacro, pero
prácticamente libre en la columna
vertebral (la dura solo se inserta en
C2), explica como cualquier
movimiento o tensión en el cráneo
será reflejado en el sacro y en la
pelvis y viceversa.

Las uniones de la duramadre al


agujero de salida de los nervios
espinales son lugares de anclaje al
esqueleto óseo y cuando existe una
disfunción de un nervio, como puede
ser el nervio ciático o un nervio del
plexo braquial, se genera una
tracción que afecta la medula y la
duramadre en su totalidad y la
vértebra correspondiente.

Así con las técnicas de liberación de


la duramadre espinal (técnica de
balanceo de la duramadre) tendremos la posibilidad de mejorar dichas disfunciones.

Las limitaciones de la movilidad del sacro y del cóccix afectan negativamente la


movilidad del occipital y por su parte las disfunciones del occipital afectan
negativamente el sacro con los correspondientes síntomas.
Toda tensión en la duramadre espinal genera tensión en el orificio de salida de los
nervios espinales en los agujeros intervertebrales

84
Membranas de tensión reciproca

La duramadre constituye el aparato ligamentario


del cráneo óseo, considerándose las dos capas
de dura juntas como una unidad funcional
mecánica.
El sistema horizontal representado por la tienda
del cerebelo actúa como tensor de la base del
cráneo, mientras que el sistema vertical (hoz del
cerebro y hoz del cerebelo) lo hace como tensor
de la bóveda craneal.
Sutherland denominó a este sistema “membranas de tensión recíproca”. Con ello
quería explicar la unidad funcional de estas membranas.

Las membranas, a través de la unión estructural, pueden actuar sobre las tensiones
en cualquier parte de este sistema. Gracias a su inserción en el cráneo, el sacro y en
los agujeros de conjunción, las membranas de la duramadre regulan el movimiento
articular involuntario de los distintos huesos craneales y del sacro en el ritmo
craneosacro. Estas membranas, que se mueven unas contra otras de forma
recíproca, están constantemente buscando un equilibrio óptimo.
Por la inserción de la duramadre en los huesos del cráneo, estos no solo se mueven
de acuerdo con las condiciones de tensión de la duramadre, sino que también
pueden transmitirse las tracciones hacia fuera, hacia sistemas orgánicos extradurales
y extra craneales.

Toda tracción en un punto de la membrana, altera toda la unidad y conduce hacia un


nuevo equilibrio.

A través de los numerosos orificios craneales en la base del cráneo y de las


inserciones de las fascias en el mismo, las fascias intracraneales están directamente
conectadas con las fascias extracraneales.

De la misma forma se transmiten las tensiones extracraneales hacia el interior del


cráneo, provocando allí disfunciones craneales.

Fulcro de Sutherland: es un punto situado en el


seno recto y que está formado por la coincidencia de
la hoz del cerebro con la tienda del cerebelo y con la
hoz del cerebelo. En este punto, las fuerzas
dinámicas que actúan sobre la membrana son
mantenidas en equilibrio moviéndose y
organizándose la totalidad de la membrana de tensión
de la duramadre y en consecuencia el movimiento
involuntario y articular de los huesos del cráneo así
como también las influencias que provienen del
exterior del sistema craneosacral.

85
Relaciones patológicas
Existe una estrecha relación entre las distintas membranas (en particular la tienda del
cerebelo) y la buena función de nervios y vasos sanguíneos que se deben tener en
cuenta en el tratamiento de varias patologías. Los nervios craneales y las arterias en
su recorrido desde el cerebro hacia el exterior deben atravesar las distintas capas
meníngeas: las tensiones de las mismas pueden afectar su buena función.

Por otro lado la duramadre forma los senos venosos (retorno de la sangre venosa) y
el drenaje linfático de la cabeza y en caso de tensión de las membranas estas
funciones pueden verse afectadas.

Tienda del cerebelo

 Par II, n. óptico, nervio para la visión


 Par III, n. oculomotor, que rige diversas funciones relacionadas con el
movimiento del ojo, de la pupila y del párpado
 Par IV, n. troclear interviene en le movimiento lateral del bulbo raquídeo.
 Par V, n. trigémino, es un nervio que aporta sensibilidad a la cara, a los senos
nasales, dientes y duramadre. Es motor de varios músculos masticatorios.
Tensiones musculares de los nervios masticatorios.
 Par VI, n. abducens, también relacionado con el movimiento del globo ocular.
 Arteria meníngea media, que aporta sangre a las meninges.

Hoz del cerebro

 Seno sagital superior e inferior y seno recto.


 Par I, n. olfativo, para el olfato.

Duramadre en general

 Reducción del drenaje sanguíneo de la cabeza a través de los senos venosos.


 Alteraciones de la irrigación vascular de los tejidos cerebrales
 Dolor en la cabeza por irritación de las fibras nerviosas que inervan las
meninges.

86
Movimiento de las membranas

Se describe la fase de flexión de todas las membranas. En la extensión el


movimiento es el contrario.

Hoz del cerebro


En la fase de flexión del MRP desciende la hoz
del cerebro y se acorta (poco) su diámetro
anteroposterior.

En su punto de inserción en la “crista galli” se


mueve en dirección posterior.

Entre el agujero ciego y la espina frontal se


mueve en dirección anterior.

En la sutura sagital se desplaza hacia abajo.

Este movimiento aparece como consecuencia


de su movimiento en los huesos etmoides,
frontal y occipital y produce la rotación externa
de los huesos parietales.

Tienda del cerebelo


Desciende en la flexión del MRP y se mueve
hacia delante y lateralmente. Su movimiento
es inducido por el descenso de la hoz del
cerebro y el desplazamiento de los huesos esfenoides, temporales y occipital, en los
cuales se inserta

Hoz del cerebelo


En su inserción en el hueso occipital se mueve en dirección anterior y superior.

87
Duramadre espinal

Todas la columna vertebral, como el


cráneo, realiza un constante movimiento
al ritmo del MRP.

En la fase de flexión del MRP la


duramadre asciende y tracciona del sacro
que se verticaliza. Esto provoca un
estiramiento vertical de la columna
vertebral, movimiento que reduce las
curvas fisiológicas, causando el
enderezamiento de todo el conjunto de la
espalda.

El movimiento hacia arriba de las


meninges y de la médula estira las raíces
de los nervios espinales que son
traccionados en el agujero de conjunción,
en dirección centrípeta. Como los nervios
espinales se ramifican en todo el cuerpo,
este movimiento tendrá efectos a
distancia, por fuera del sistema
craneosacral.

En caso de pinzamiento o bloqueo de


algún nervio, este movimiento de ascenso de la medula y de las meninges se verá
limitado y habrá dolor.

La tensión del sistema craneosacral que se genera en la fase de flexión, se verá


reflejada también en la musculatura paravertebral y en todos los músculos del
cuerpo, que aumentan ligeramente de tono.

88
Tratamiento de las membranas

El tratamiento de todas las membranas se realiza siempre movilizando los huesos


del cráneo o el sacro en los cuales se insertan.

Se realizará siempre en dos fases:

Primero relajando las tensiones acercando sus extremos (“Spread”)


Después estirando las membranas por técnica directa de levantamiento (“Lift”)

La hoz del cerebro se inserta a lo largo del surco sagital en dirección descendente
hacia la protuberancia occipital interna. Se relaciona con el frontal, el etmoides, los
parietales y el occipital.

La tienda del cerebelo se inserta sobre el cerebelo, entre el borde superior de la


porción petrosa del temporal y el seno transverso, en la apófisis clinoides del hueso
esfenoides y en el occipital.

La hoz del cerebelo se inserta en la cara inferior de la tienda y se extiende desde la


protuberancia occipital interna a lo largo de la cresta occipital hasta el agujero
occipital. Forma un anillo de fibras muy fuerte que rodea el agujero occipital, único
hueso con el que se relaciona.

La duramadre espinal: se extiende desde el agujero occipital hasta el hueso sacro

89
Expansión y levantamiento (Spread y Lift) del frontal

Indicaciones: Estirar en sentido anterior la hoz del cerebro para normalizar las
tensiones membranosas y normalizar sus disfunciones.
Mejorar el retorno venoso y la función del par craneal I (olfativo)

Posición de las manos: Los dedos


anulares se apoyan firmemente sobre la
apófisis cigomática del hueso frontal y la
utilizan como punto fijo.
Los dedos medio e índice se sitúan a los
lados de la línea central del hueso frontal.
Los pulgares se tocan o se cruzan hacia
atrás.

Compresión: En la fase de flexión del


MRP llevamos cada vez más el frontal a
flexión, impidiendo la extensión. A causa
de ello, el diámetro anteroposterior de la
hoz se reduce y disminuye su tensión
membranosa.
Cuando ya no se percibe mas tensión o
cuando la fluctuación del LCR se ha
detenido, se pasa a la siguiente fase, de
levantamiento.

Levantamiento:
En la fase de extensión del MRP,
realizamos una suave presión en
dirección medial de los bordes laterales
del hueso frontal, lo que hace que este se
mueva en rotación interna separándose
del esfenoides.
En cuanto el hueso frontal comienza a
moverse hacia delante, realizamos una
tracción hacia delante. Esta tracción es
muy suave; debería ser suficiente para
estirar dulcemente las membranas.

Puede ser que el hueso frontal se desplace y realice todo tipo de movimientos; se
permitirán sin reducir la tracción

90
Expansión y levantamiento (Spread y Lift) del parietal

Indicaciones: Estirar en sentido vertical la hoz del


cerebro y eliminar disfunciones o tensiones de la
misma.
Mejorar el retorno venoso y el n. olfativo.

Posición de las manos:


Los dedos índice, anular y meñique se sitúan
encima de la sutura parietoescamosa o
parietomastoidea sobre los huesos parietales.
Los pulgares están cruzados y se sitúan en el
lado contrario del hueso parietal

Compresión:
En la fase de flexión del MRP, las yemas de los
pulgares ejercen una ligera presión en sentido
caudal, de forma que la sutura sagital desciende y
se reduce la tensión membranosa de la hoz.

La técnica de separación puede darse por finalizada


cuando no se percibe ninguna nueva relajación.

Levantamiento:
En la fase extensión del MRP, los dedos índice,
medio, anular y los meñiques ejercen una ligera
presión en dirección medial sobre el borde
inferior de los huesos parietales (ver imagen).

Ello hace que estos se separen de los huesos


temporales.

A continuación, los huesos parietales se


someten a una tracción vertical en dirección
craneal.

91
Expansión y levantamiento (Spread y Lift) del esfenoides

Indicaciones: estirar la tienda del cerebelo en dirección anterior, en todos los casos
en los que exista tensión en la misma y en los bloqueos crónicos de la SEB. Tiene
efectos reguladores sobre la hipófisis y el hipotálamo.
Tratamiento de los nervios craneales relacionados.

Posición de las manos:


Los pulgares se apoyan sobre las alas mayores del esfenoides, en la parte posterior
del borde lateral de los ojos.
Los dedos anular y meñique tocan las superficies
laterales del occipital.

Compresión:
En la fase de extensión del MRP, los pulgares
ejercen una tracción en dirección posterior e
interna; esta tracción se transmite hacia el cuerpo
del esfenoides, de forma que éste se mueve cada
vez más hacia la extensión.

Levantamiento:
En la fase de flexión del MRP, los pulgares llevan a
tracción anterior (hacia el techo) las alas mayores
del esfenoides, que estiran hacia delante la tienda
del cerebelo.

Vigilar la uniformidad de las tensiones de cada lado


de las alas mayores.

Normalmente se percibe primero la resistencia de


las suturas, que podría calificarse de dura y
después la resistencia de las membranas, que
podría calificarse de viscosa.

Cuando todas las resistencias han cedido, se percibe la fluidez de los movimientos
craneales.

92
Compresión y estiramiento del temporal (Ear pull)

Indicaciones: estirar la tienda del cerebelo en sentido transversal, para mejorar la


flexibilidad de la base del cráneo, mejorar el movimiento de los temporales y mejorar
el drenaje venoso de retorno, en el seno recto.
Tratamiento de los nervios craneales relacionados.

Posición de las manos para la compresión:


Se coloca la región tenar de ambas manos
sobre las porciones mastoideas del temporal.
Los pulgares se sitúan a ambos lados sobre el
extremo anterior de las apófisis mastoides de los
huesos temporales.

Realización de la compresión:
En la fase de extensión del MRP, se favorece el
movimiento posterior e interno de las porciones
mastoideas del temporal, impidiendo la rotación
externa. De esta forma se relaja la tensión de la
tienda del cerebelo.

Posición de las manos para el estiramiento:


El pulgar y el índice de cada mano toman,
muy cerca de la entrada del conducto
auditivo externo, el lóbulo de la oreja.
Debido a este agarre, la técnica se denomina
también “tirón de orejas”.

Realización del estiramiento:


En la fase de flexión del MRP, se tira
suavemente hacia afuera y ligeramente hacia
atrás, manteniendo una tensión constante
sobre los lóbulos.

Mientras se realiza la tracción se puede modificar un poco la dirección de ésta de


acuerdo con los patrones de tensión de la tienda o de las suturas.

Gracias a esta tracción, todas las superficies articulares entre el temporal y el


esfenoides se liberan, generando un movimiento libre que permite estirar la tienda
del cerebelo; al final se percibe una sensación de elasticidad en la tienda del
cerebelo.

93
Técnica energética de la hoz del cerebro

Cualquier tensión de la hoz puede dificultar el retorno venoso a través del seno
sagital. Recordar que los senos venosos del cráneo están formados por
desdoblamientos de la duramadre en cuyo interior pasa la sangre venosa de regreso
al corazón.

Desde el punto de vista energético la hoz del cerebro está relacionada con el
meridiano de acupuntura “Du Mai” o Vaso Gobernador” que trasporta la energía
Yang desde el periné hasta la cabeza.

Indicaciones: eliminar tensiones de la hoz del cerebro y problemas mecánicos de la


misma, mejorar la circulación sanguínea de retorno, dolores de cabeza, problemas
de columna vertebral y siempre que deseamos aumentar los niveles de energía en la
zona de la cabeza.

Realización:
Se sitúan las manos según la toma del cráneo “fronto-occipital de Sutherland”, con la
derecha en contacto del hueso occipital y la izquierda en el frontal, manteniendo
ambas manos en la vertical de la hoz del cerebro. Es una posición un poco forzada y
si no estamos cómodos podemos girar un poco las manos.

Es importante “visualizar” la hoz mientras realizamos la movilización con las manos.

94
Extensión: En una primera fase exageramos durante algunos ciclos del MRP el
movimiento de extensión de la hoz del cerebro: este movimiento es básicamente una
rotación hacia atrás de la misma, que además está acompañado de un aumento
vertical de su altura. Al mismo tiempo frenamos el movimiento contrario de flexión.
Terminamos esta fase cuando percibimos una relajación importante de las tensiones
membranosas.

Flexión: en la siguiente fase invertimos los parámetros y aumentamos el movimiento


de flexión, que es un movimiento hacia adelante de la hoz del cerebro, con perdida
de altura y disminución del diámetro antero-posterior del cráneo. Al mismo tiempo
frenamos el movimiento contrario de extensión Mantenemos esta tensión durante
varios ciclos del MRP, en los cuales percibiremos primero un aumento progresivo de
las tensiones que finalmente nos llevará a una normalización de las mismas.

Energetización: La posición de manos


“fronto-occipital de Sutherland” además de
ser la mejor para la movilización de la hoz
del cerebro, favorece la creación de una
corriente de polaridad entre las manos del
terapeuta y el cráneo del paciente; por esta
razón existe un fuerte efecto energético
sobre la hoz del cerebro.

Se dejan las manos relajadas y se visualiza


una corriente de energía que recorre
nuestras manos y la hoz del cerebro; de esta
forma se crea una corriente energética que
se mueve desde la mano activa hacia la
mano receptora del terapeuta. Podemos
“visualizar” o “sentir” como la hoz del cerebro
es penetrada por esta energía y como se ablanda y activa gracias a ella. Sin
embargo podemos recibir también otras impresiones que pueden variar de caso a
caso.

Es aconsejable en definitiva dejar la mente libre de expectativas concretas y


permanecer atentos y relajados, dejando fluir energía entre nuestras manos y por
nuestro cuerpo.

95
Liberación de la base del occipital

Los numerosos músculos en la base del cráneo son con frecuencia los responsables
de los bloqueos del occipital o de los temporales: además pueden dificultar el MRP,
así que liberar la base del cráneo es siempre importante. Para liberar la base del
cráneo tenemos que relajar los músculos y descomprimir las articulaciones.

Indicaciones:

Bloqueos musculares de la base del cráneo, por tensión muscular.


Bloqueos de los cóndilos occipitales con el atlas (la primera vértebra cervical).
Favorecer la movilización de la duramadre espinal a través del hueso occipital.

Realización:
El terapeuta toma el occipital en la
palma de sus manos y con la yema de
los dedos imprime un movimiento de
tracción progresivo del occipital en
dirección craneal.

En la fase de flexión del MRP percibe


un aumento de la tensión, la cual
resiste de forma delicada pero firme.
En la fase de extensión del MRP
percibe una mayor relajación de las
tensiones, momento que es
aprovechado para traccionar en
dirección superior, con un ligero
movimiento de los dedos.

Se mantiene esta tensión hasta percibir una descompresión del occipital con respeto
a las vértebras cervicales.

96
Liberación de la charnela lumbosacra

Realización:
Colocar la palma de una mano debajo del
sacro con las puntas de los dedos en dirección
craneal, mientras las otra mano fija las
vértebras lumbares; los codos están apoyados
sobre la superficie de tratamiento.

Aplicar una suave tracción descendente sobre


el sacro, hasta que se perciba un
descompresión con respecto a L5.

Liberación de la articulación sacroiliaca

Para liberar la articulación sacroiliaca es útil


traccionar el sacro de la forma descrita en la
técnica anterior ayudándose de una suave
compresión medial de las espinas iliacas
anterosuperiores (EIAS), con el brazo y la
mano craneal apoyados en las mismas.

La compresión medial de las EIAS tiende a


abrir las articulaciones sacroiliacas. Mientras
están abiertas se desliza el sacro más
fácilmente hacia arriba.

Esta técnica se realiza en dos tiempos:

1. Cuando percibamos un ligero deslizamiento del sacro en dirección superior,


mantenemos esta tracción un tiempo, durante varios ciclos del MRP hasta
percibir una liberación con respecto a los huesos iliacos.

2. Luego haremos el movimiento contrario, deslizando el sacro en dirección


inferior, durante algunos ciclos del MRP.

Se termina cuando el sacro se encuentra perfectamente libre.

97
Balanceo de la duramadre
Esta es una técnica energética muy
potente, porqué actúa sobre la
duramadre y la médula espinal.

Se puede realizar en decúbito lateral


con las piernas flexionadas, en
decúbito supino o en prono.

Indicaciones: Libera las adherencias


y mejora el flujo energético a lo largo
de toda la columna vertebral.
Alivia el dolor de la hernia discal,
liberando parcialmente la presión del
disco sobre el canal medular.

Escucha: como primer paso antes de


la técnica de corrección, es necesario
hacer una buena escucha del MRP
entre el occipital y el sacro y percibir
su sincronicidad, la existencias de
zona de restricción en cualquier punto
de la duramadre y la fluidez
energética de toda la CV.

Movilización: Ejercer una suave


tracción regular y divergente sobre el
hueso occipital y el sacro. Sin reducir
la tracción, realiza movimientos de
lateroflexión, rotación y estiramiento
entre el sacro y el occipital,
percibiendo como la duramadre se
vuelve cada vez más móvil. Estos movimientos pueden ser realizados de forma
contraria o en el mismo sentido.
Mantener la tracción divergente tanto tiempo como sea necesario para percibir una
relajación del tubo de la duramadre. A continuación seguir el occipital y el sacro en
su movimiento de flexo-extensión mediante una especie de movimiento de balanceo
de ambos huesos.

Energetización: una vez liberadas las restricciones al movimiento es importante


mantener las manos inmóviles y crear un vínculo energético entre el occipital y el
sacro, visualizando toda la CV y favoreciendo el flujo energético entre sus extremos,
normalmente en dirección ascendente, desde el sacro hacia la cabeza.

98
LOS DIAFRAGMAS

Generalidades

Los diafragmas craneal, cervical, torácico, pélvico


y el hueso hioides, representan un sistema de
fascias transversales que se diferencia de la
organización longitudinal preferente del cuerpo y
que realizan diversas funciones, como separar
estructuras adyacentes, absorber tensiones y a su
vez pueden padecer el estrés acumulado en el
interior del sistema de las fascias siendo sede de
disfunciones del tejido conjuntivo.

El diafragma cervical, u orificio superior del


tórax, está constituido por un sistema
aponeurótico-muscular (fascias cervicales,
músculos del cuello) y por las fijaciones
ligamentarias del pulmón y del corazón.
En realidad se trata de dos diafragmas, uno a
cada lado, porqué por el medio transcurre el
mediastino.

El diafragma torácico es el músculo principal de


la respiración, soporte transversal del tronco al
cual equilibra verticalmente y es zona de paso
obligatorio de todos los ejes de la estática.

El diafragma pélvico está constituido por los músculos del suelo pélvico y la
aponeurosis pélvica con todas las capas de todos los ligamentos de la pelvis
situados entre sacro, cóccix e iliacos. Su función es importante para el equilibrio de
los huesos de la pelvis.

El hueso hioides, aunque no sea un diafragma en el sentido anatómico, lo es desde


el punto de vista funcional, ya que es el punto de anclaje de los relevos fasciales
entre la cabeza y el cinturón escapular.

El diafragma craneal, formado por la tienda del cerebelo, se estudia en la parte


craneal.

Todos los diafragmas se mueven en sincronía regulados por el MRP, así que en la
fase de inspiración del MRP descienden y se tensan, mientras en la extensión del
MRP suben y se relajan.

99
La dirección preferente de las fascias
en el cuerpo es longitudinal, mientras
los diafragmas son estructuras
transversales y cualquier anomalía de
estos puede alterar de forma
importante la movilidad de las fascias.

Con el tratamiento de los diafragmas


no solamente se recupera la sutil
movilidad de las fascias, sino que
también se tratan indirectamente los
órganos que tienen alguna relación
con los mencionados diafragmas, que
en el caso del diafragma respiratorio
son muchos e importantes.

En un tratamiento craneosacral, la equilibración de los diafragmas y la restauración


de su interdependencia funcional es indispensable.

100
Diafragma torácico (músculo diafragma)

El diafragma es un tabique
músculo-aponeurótico, que forma
el suelo de la cavidad torácica y el
techo de la cavidad abdominal.

Es un ensamblaje de pequeños
músculos digástricos, cuyos
tendones intermedios se
entrecruzan a nivel aponeurótico,
en el “centro frénico”.

Se puede descomponer en una


parte horizontal, que forma dos
cúpulas y una parte vertical, que
corresponde a los pilares y a las
arcadas del diafragma.

Es el motor indispensable en todas


las grandes funciones del cuerpo
humano:

Función respiratoria, por sí mismo


aumenta todos los diámetros del
tórax.

Función hemodinámica, el buen funcionamiento del diafragma es esencial para


favorecer la circulación de retorno ya que actúa como una bomba, a nivel de las
vísceras abdominales, ayudándolas a eliminar la sangre venosa.

Función digestiva, la dilatación y contracción del diafragma moviliza los órganos y


vísceras de la cavidad abdominal, facilitando el drenaje natural de los mismos.

Función de la fonación, es el principal productor del soplo respiratorio que atraviesa


la laringe y las cavidades de resonancia.

Otras funciones, parto, defecación, etc.

El diafragma es inervado por el nervio frénico, que se origina en el plexo cervical de


las raíces C3, C4, C5 y las ramas ventrales del 9º al 12º nervios torácicos.

101
El diafragma torácico está en relación directa con la mayoría de los órganos
abdominales, con todos los órganos del tórax y con varios músculos y huesos.

 Órganos: el pericardio y el corazón, los pulmones y la pleura, el mediastino, el


hígado, el estomago, los riñones, el colon ascendente, transverso y
descendente y los ángulos cólicos derecho e izquierdo, el duodeno, el
páncreas y el bazo.

 Aparato músculo-esquelético: la caja torácica en las 6 costillas inferiores y el


apéndice xifoides del esternón; moviliza estas estructuras en la respiración y
las ayuda a mantener una buena flexibilidad. Forma unión fascial con el
psoas, que es un músculo muy importante en el equilibrio de la columna
lumbar y de la pelvis y con el m. cuadrado lumbar. Se inserta en la columna
vertebral en las vértebras L1, L2 Y L3.

Es importante señalar que conecta entre sí a los diafragmas pélvico y cervical. De


hecho el movimiento de los tres diafragmas en condiciones normales se realiza al
unísono. Cuando existen diferencias entre los tres diafragmas, se deben investigar
las causas.

102
El diafragma tiene conexiones indirectas con la mayoría de las estructuras
corporales, con las que se relaciona de una forma u otra.

 La vejiga (ligamento falciforme del hígado conectado con el uraco), el cráneo


(por medio de la vaina de la carótida que se inserta en el pericardio, los
ligamentos vertebro-pericardicos, las inserciones del diafragma en el
ligamento vertebral común anterior que va desde el occipital hasta el cóccix),
la pelvis y los miembros inferiores, sobretodo por medio del músculo psoas,
cuadrado lumbar y línea alba. Se relaciona con la columna cervical, por medio
de los ligamentos vertebro-pericardicos.

Moviliza las vísceras y ayuda en la circulación de retorno.

 La función de movilización de las vísceras es muy importante para la buena


salud de estas, ya que de esta forma se mantienen libre de adherencias y los
tejidos se mantienen elásticos. Además esta movilización constante de las
vísceras favorece la circulación sanguínea de retorno, impulsando la sangre
de vuelta hacia el corazón.

El diafragma tiene mucha importancia en el ámbito emocional por medio de la


función respiratoria

 La respiración significa mucho más que proveer oxígeno al cuerpo y eliminar


residuos. Sabemos que nuestra respiración revela nuestros estados de ánimo.
La reacción más común a las experiencias emocionales fuertes es restringir la
respiración. Actuando sobre el diafragma y liberándolo de tensiones, podemos
ayudar la persona a superar los bloqueos emocionales.

1. El diafragma puede verse afectado en las siguientes enfermedades:


inflamaciones de la pleura (pleuritis), del pericardio (pericarditis), de la
vesícula biliar, hepatitis, artritis o artrosis de la columna cervical
(irritación del nervio frénico), problemas mecánicos de los miembros
inferiores (por el psoas), aumento de la presión intra-abdominal que
empuja el diafragma hacia arriba en inspiración o, a la inversa, ptosis
de las vísceras que le sirven de apoyo.

2. Es sensible a los problemas emocionales y psicoafectivos, donde se


inhibe de forma inconsciente la amplitud respiratoria.

3. El sedentarismo es otra causa de limitación de su función y tiende a


crear adherencias en los fondos de sacos pleurales.

4. Finalmente puede verse alterado por cirugía torácica y/o abdominal.

103
Diafragma cervical o estrecho superior del tórax

Está formado por las fascias cervicales, los músculos del cuello y las fijaciones
ligamentarias del pulmón y del corazón.

Está implicado en las siguientes dolencias: Cefaleas, trastornos de la deglución,


dolencias viscerales, trastornos simpaticotónicos, circulatorios, respiratorios y de la
visión. Dolencias vasculares en las extremidades superiores y el cráneo.
Trastornos de la circulación linfática: p.ej. hinchazón en las extremidades superiores
y el abdomen. Contracturas en la región del cuello. Trastornos vertebrobasilares:
vértigo, nauseas, cefaleas, pérdida de visión. Dolores en la charnela cervicotorácica,
cervicobraquialgia, con dolores que irradian hacia las articulaciones del hombro y
brazos, síndrome de los escalenos.

Puede trasmitir tensión al cráneo, por medio de los músculos o de las fascias y
bloquear el MRP, sobretodo en la zona de los temporales y del occipital.

Está en relación con las siguientes estructuras nerviosas:

Simpático: C1-C4 ganglio cervical superior, C5-C6 ganglio cervical medio,


C7-D2 ganglio cervical inferior o ganglio estrellado
Parasimpático: C0-C1-C2 - X par craneal (nervio vago)
Nervio frénico (C4), que es el nervio del diafragma

104
Está en relación con los chakras cardiaco y laringeo (4º y 5º). Se verá involucrado y
limitado cuando existen problemas en el aspecto de la comunicación, bien sea por
falta de libertad de expresión en los sentimientos, incapacidad de hacerlo por
educación represiva o sentimientos de negatividad hacia las personas de nuestro
entorno (5º chakra). Cuando el bloqueo está en el 4º chakra las causas están
relacionado con la capacidad de amar o ser amado, dar o recibir, miedo al amor y a
los cambios que este implica o tal vez sentimientos de aislamiento del entorno.

105
Diafragma pélvico

El diafragma pélvico está formado por los músculos del suelo de la pelvis (m.
elevador del ano y m. coccígeo), las fascias de la pelvis y los músculos esfínteres de
la uretra y transverso profundo del periné.

El diafragma pélvico músculo-fascial soporta las vísceras abdominopelvianas (p.ej.


colon sigmoideo y recto). Está suspendido como si fuera una hamaca entre el pubis
por delante, y el cóccix por detrás. Lateralmente se inserta en un engrosamiento de
la fascia obturatriz conocida como “arco tendinoso”.

Está en relación con las siguientes dolencias orgánicas: Cistitis recidivantes,


incontinencia, estreñimiento, dolencias ginecológicas, descenso (ptosis) de los
órganos de la pelvis y de los órganos abdominales y/o trastornos funcionales de los
mismos, problemas circulatorios en las extremidades inferiores.

106
Está en relación con las siguientes dolencias en el aparato locomotor: Dolores y
sensaciones de contractura en la charnela lumbosacra, en las nalgas, en la región
del perineo y coccigodinia.

Está a su vez en relación con las siguientes partes del sistema nervioso: Simpático,
D10-L2 nervio esplácnico mayor y menor, parasimpático, S2-S4, nervios pélvicos,
nervio pudendo, S2-S4.

Está en relación con los chakras radical y sexual (1º y 2º) y todas las funciones
asociadas a estos, como son la fuerza física y los miembros inferiores (1º) y los
aspectos relativos a sexualidad, reproducción y creatividad (2º).

Muchas tensiones o bloqueos a este nivel pueden estar relacionados en origen con
los aspectos psicosomáticos descritos anteriormente y el tratamiento de la parte
física puede ayudar a liberarlos. Sin embargo es necesario ser cautelosos y proceder
de acuerdo a las necesidades y posibilidades de la persona, sin forzar cambios para
la que no está preparada.

107
El hioides

Es un pequeño hueso en forma de herradura que se extiende oblicuamente en el


punto de flexión del ángulo formado por la base del paladar y el cuello, a la altura de
la 3ª vértebra cervical.

No forma ninguna articulación con la estructura ósea, pero recibe numerosas


inserciones musculares (por parte de músculos suprahioideos e infrahioideos) y
fasciales (aponeurosis perifaringea); se encuentra de esta forma, completamente
suspendido por estas conexiones músculo-fasciales. Estas fascias lo conectan con la
mandíbula, la apófisis mastoides, la apófisis estiloides, el omoplato y el cartílago
tiroides.

La importancia de este hueso en la terapia craneosacral radica en el hecho de que


es un relevo de tensiones entre la fascia central del cuerpo y la cadena cervical
superficial; la aponeurosis perifaringea (que es parte de la cadena fascial central del
cuerpo) al insertarse en el hueso esfenoides, podría trasmitirse al cráneo las
tensiones aponeuróticas provenientes de abajo (pericardio, diafragma, estomago,
faringe, etc...) e interferir en el MRP. Sin embargo estas tensiones cuando llegan al
hueso hioides, son desviadas hacia la aponeurosis cervical superficial, que presenta
más mecanismos de compensación para amortiguarlas.

Por otro lado está relacionado con el sistema endocrino, gracias a las glándulas
tiroides y paratiroides.

108
Técnicas de tratamiento de los diafragmas

Diafragma torácico

Indicaciones:
Esta técnica actúa sobre el diafragma y los órganos adyacentes (hígado, estomago,
riñones colon ascendente, transverso y descendente y los órganos abdominales en
general), sobre L1 y L2, sobre las molestias en las costillas inferiores, sobre el
músculo psoas-ilíaco y sobre el músculo cuadrado lumbar.

Muchas dolencias de espalda son debidas a tracción de las inserciones de los pilares
del diafragma, lo que causa tensión compensatoria en los músculos paravertebrales.

Paciente:
En decúbito supino.
Terapeuta del lado del paciente a
la altura del diafragma.

Posición de las manos:


La mano anterior se sitúa sobre la
apófisis xifoides del esternón, los
bordes inferiores de las costillas y
el epigastrio.
La otra mano se apoya
posteriormente sobre la charnela
toracolumbar, entre D12 y L2

Realización:
La mano anterior ejerce una ligera
presión hacia la parte posterior del
cuerpo, hasta que el tejido
reaccione.
A continuación sigue al tejido de acuerdo con la descripción de la técnica.

Algunos terapeutas prefieren emplear la técnica de exageración mientras otros


prefieren la de “point of balance”: como siempre elegir entre una y otra es más una
cuestión de preferencias personales y de tipo de paciente, que de efectividad o
superioridad de una técnica sobre la otra.

109
Diafragma cervical

El cinturón escapular, muy relacionado con el diafragma cervical, forma una


importante zona de absorción de las tensiones musculares y fasciales ascendentes
(procedentes del tórax, abdomen pelvis y miembros inferiores) o descendentes (del
cráneo o del cuello). Aquí se forman adaptaciones que tienen la función principal de
aislar el cráneo de las influencias negativas subyacentes (principalmente) o de
permitir que las tensiones superiores (secundariamente) se distribuyan y no afecten
el tórax.
El diafragma cervical está estrechamente relacionado con el cráneo, principalmente
por los músculos esternocleidomastoideo y trapecio, que se insertan en la escápula,
en la clavícula y el cráneo; además existen numerosos músculos y fascias que
relacionan el cinturón escapular con el cráneo.

Se deberá tratar en todas las disfunciones del cuello, de la cabeza y del tronco.

Indicaciones:
Trastornos del cráneo de cualquier naturaleza.
Molestias o restricciones de la cintura
escapular, la clavícula, la 1ª costilla y C7.
Problemas de circulación venosa, arterial y
linfática entre el cráneo y la cavidad torácica.
Dolores de los brazos de origen cervical o
craneal.

Posición de las manos:


Una mano se coloca a la altura de la apófisis
espinosa de C7 y la otra se apoya
oblicuamente sobre la mitad superior del tórax,
en contacto con las clavículas y el manubrio del
esternón.

Posición alternativa:
Ambas manos a los lados del cuello, con los
pulgares apoyados en la parte posterior de los
hombros, muy próximos entre si, como si
rodearan el cuello.

Realización:
Independientemente de la posición adoptada,
se debe percibir el grado de tensión de los tejidos y adaptarse a ellos, durante algún
tiempo, percibiendo los pequeños (o grandes) desequilibrios de los mismos. Se
puede emplear la técnica de exageración o la de “point of balance”.

110
Diafragma pélvico

Como hemos visto el diafragma pélvico está relacionado con los órganos pélvicos,
como ovarios, útero, testículos, próstata, intestino delgado y colon. Las tensiones del
mismo pueden afectar estos órganos y reducir el aporte sanguíneo y energético;
además pueden generar problemas de la columna vertebral en su zona lumbo-sacra
y afectar negativamente los miembros inferiores. Los partos y las operaciones
quirúrgicas dejan adherencias que también afectan negativamente la libre motilidad
del diafragma pélvico.

Además el diafragma pélvico está relacionado con la esfera de la sexualidad y de la


maternidad y los conflictos en estos terrenos.

Indicaciones:
La técnica tiene un efecto sobre la pelvis y los
órganos pélvicos, el sacro y sus superficies
articulares, sobre L4, L5 y las extremidades
inferiores así como las glándulas suprarrenales y
las reproductoras.

Posición de las manos:


Una mano se sitúa transversalmente debajo del
sacro.
La otra mano se sitúa con el lado cubital sobre el
pubis, de forma que el resto de la palma cubra el
hipogastrio del paciente.

Realización:
La mano superior ejerce una ligera presión
descendiente hasta que el tejido reaccione.
Esta mano sigue al tejido de acuerdo con la
descripción de la técnica.
La mano inferior sirve de resistencia y punto fijo.
Cuando se tiene suficiente experiencia, es posible
seguir los patrones de tensión fascial con esta
mano.

111
Hioides

Indicaciones:
El tratamiento del hioides se realiza cuando existen tensiones cervicales,
mandibulares y endocrinas (tiroides y paratiroides).
También conviene normalizar el MRP de este hueso cuando los otros diafragmas
presenten alteraciones de su motilidad.

Posición de las manos:


Una mano se coloca dorsalmente sobre la columna cervical y la otra rodea el hioides
con los dedos índice y pulgar.
Es importante tener cuidado de no provocar molestias o sensación de ahogo, debido
a la extrema sensibilidad de esta zona del cuerpo.

Realización:
Se trata de forma similar a los otros diafragmas, aunque con una presión inferior. Se
mantiene fija la mano posterior, mientras la mano superior, en contacto con el
hioides, realiza una escucha para percibir el movimiento de las fascias de acuerdo al
MRP. La mano debe sujetar solo el hioides, tratando de dejar libres las fascias y
músculos de la región.

Cuando se perciben tensiones, se procede de acuerdo a las técnicas de exageración


o “point of balance”, para normalizarlas.

112
Técnicas de arcos de diagnostico

Se utiliza para localizar bloqueos o quistes energéticos.

A lo largo de la vida podemos sufrir diversas influencias que afectan el sistema


craneosacral, como traumatismos físicos, trastornos emocionales, mala alimentación,
hábitos tóxicos, operaciones quirúrgicas, etc.

Todos estos problemas crean contracturas y bloqueos protectores en los tejidos que
pueden permanecer ocultas durante mucho tiempo, siempre que la capacidad de
homeostasis del organismo pueda hacer frente a ellos; de hecho el organismo tiende
a mantener y retener los bloqueos, tratando de adaptarse a ellos.

Estas zonas con el tiempo se convierte en “quistes energéticos” que crean un campo
de distorsión a su alrededor y que tiran hacia sí los tejidos más próximos, de la
misma forma que un remolino de agua crea un campo de atracción que hace que
toda acabe girando alrededor de él.

Esto es así porqué cada vez que recibimos un traumatismo físico, un choque
emocional o una enfermedad, la fuerza agresora es tratada por el cuerpo como un
cuerpo extraño, formando una contractura o una fijación en los tejidos circundantes,
con el objeto de aislar el área afectada del resto del cuerpo, reduciendo al mínimo las
consecuencias patológicas

Con el tiempo los tejidos se


organizan permanentemente con
relación al “quiste energético”,
adoptando un patrón de
contracción habitual.

Este proceso lo encontramos a


múltiples niveles; por ejemplo
cuando existe una infección en una
serosa, como la pleura de los
pulmones, el pericardio del
corazón, el peritoneo abdominal,
etc. se forma una adherencia entre
serosas adyacentes, para evitar
que la infección se propague a
distancia, poniendo en peligro el
organismo entero.

A nivel emocional, los recuerdos desagradables son desplazados al subconsciente y


al plano físico, para no tener recuerdo conciente de ellos y evitar el sufrimiento que la
memoria de estos pudiera provocar.
113
En caso de golpes físicos, el organismo puede mantener la energía atrapada, si no
es capaz de liberarse de forma natural, incluso durante años.

En todos los ejemplos anteriores el denominador común es el intento del organismo


de minimizar las consecuencias de los sucesos desagradables; en todos estos casos
vemos también que se aísla o desplaza el problema, pero este no desaparece,
simplemente se hace oculto.

Los “quistes energéticos” pueden dar lugar a adherencias en los tejidos, mala
circulación o acumulación de toxicidad e irritación nerviosa; incluso pueden
relacionarse con la formación de tumores.

Los quistes energéticos irradian patrones de energía en forma de ondas


concéntricas, cuyo centro es el quiste energético.

Son como las ondas que vemos en un estanque cuando tiramos una piedra al agua.
El MRP y la circulación energética del cuerpo se ven distorsionados por el vector de
fuerza atrapada y se desvían de sus patrones fisiológicos, formando arcos
concéntricos que se superponen al movimiento normal.

De la misma forma que podemos decir donde ha caído una piedra en un estanque
viendo las ondas que se forman en el agua, así podemos determinar el asiento de un
quiste energético, percibiendo las ondas por él formadas.

Esta es una técnica muy importante para localizar el origen de los múltiples
problemas ocultos, puesto que en muchos casos cuando se crea una lesión, el
cuerpo realiza sucesivas compensaciones por medio de las fascias y desplaza el
problema hacia otro lugar del cuerpo, que es el que normalmente duele o presenta
síntomas.

114
Técnica de arcos de diagnostico en supino
Hay que situar las manos de forma suave y simétricas primero sobre la cabeza,
luego sobre el estrecho superior del tórax, sobre el diafragma o las costillas bajas,
sobre la pelvis, sobre los muslos y finalmente sobre los pies.

En cada punto a examinar las manos perciben un desplazamiento sutil de los tejidos
del paciente o una sensación de tensión física o energética; si estos movimientos son
normales o simetricos, no hay ningún problema. En cambio si se forman arcos de
circunferencia, hay que visualizar el centro de los mismos. Este punto, que
representa el centro de la circunferencia descrita por los arcos, es el lugar de la
disfunción, el quiste energético, el lugar del bloqueo.

Para determinar el problema con precisión, se deben apoyar las manos en todos los
puntos que se consideren necesarios; veremos como existen un numero infinito de
círculos concéntricos alrededor de la lesión y cuanto más nos aproximamos al foco,
estos se hacen cada vez más pequeños y con más energía.

Si existen dos o más fulcros, normalmente se percibe primero el más próximo a las
manos del examinador, mientras no se percibirá el que esté más alejado; cuando
hayamos eliminado el primer problema, al volver a desplazar las manos por el
cuerpo, entonces aparecerán los otros fulcros.

La fuerza con la que se percibe un arco es proporcional a la gravedad de la lesión e


inversamente proporcional a la distancia del fulcro.

GRAVEDAD DE LA LESIÓN
FUERZA DEL ARCO =
DISTANCIA ENTRE LAS MANOS Y LA LESIÓN

115
Técnica de arcos de diagnostico en sedestación
Con el paciente en sedestación, se pone una mano en la región parietal y la otra en
la columna vertebral a la altura de la charnela dorsolumbar (entre D11 y L1).

Realizar una compresión ligera y progresiva sobre la cabeza del paciente, de forma
que la columna cervical y dorsal sean comprimidas hacia abajo.

Hay que permitir al cuerpo del paciente realizar todos los movimientos que surjan
espontáneamente; observaremos entonces como el movimiento del cuerpo se
organiza alrededor de un punto y parece como si se doblara por medio de una
bisagra.

El punto alrededor del cual se dobla el cuerpo es el lugar de la tensión mayor, es el


fulcro que desvía el normal fluir del MRP y es allí donde tendremos que trabajar para
eliminar el foco de tensión.

Algunas veces el cuerpo se dobla hacia


delante, como si se replegara sobre algún
órgano o víscera: probablemente este
órgano tendrá adherencias o fijaciones o
estará muy deteriorado energéticamente.

Otras veces el cuerpo se inclina hacia


atrás, como si realizara una extensión; en
estos caso la lesión o tensión primaria se
encuentra a nivel de una vértebra o de
algún músculo de la espalda. Sea lo que
fuere, es allí donde tendremos que tratar
las tensiones.

En muchos otros casos el cuerpo realiza


movimientos combinados de flexo-
extensión más lateralización y rotación; en
cualquier caso siempre apunta hacia el
lugar donde se encuentra la restricción de
movimiento o el bloqueo energético más
problemático.

Realizando esta técnica debemos estar abiertos a la percepción total de la estructura


corporal y de cómo esta se organiza en la verticalidad.

116
Técnica de arcos diagnostico para el cráneo

Para poder localizar las restricciones del


cráneo, se utiliza la palpación del cráneo de
“Sutherland”, sin realizar ninguna acción que
modifique el movimiento craneal.

Es suficiente establecer un contacto muy ligero


y prestar atención a las asimetrías, es decir
cuanta desviación existe con respeto a un
movimiento ideal de expansión y retracción
que tenga como epicentro el Fulcro de
Sutherland.

Resulta de ayuda visualizar las estructuras


craneales, tratando de averiguar donde se
encuentra el fulcro del movimiento percibido y
si está desviado.

La “visualización” de las estructuras que estamos tratando siempre es de gran ayuda,


tanto a nivel diagnostico, como para aumentar la eficacia terapéutica de la técnica
que estamos realizando, independientemente de la parte del organismo que estemos
trabajando.

“Visualizar” significa dirigir nuestra energía mental hacia el objeto del tratamiento,
como si realmente lo estuviéramos viendo.

Recordemos que el centro del movimiento de


todo el cráneo es el “fulcro de Sutherland”, que
se encuentra a nivel del seno recto, en la
unión de la hoz del cerebro, la tienda del
cerebelo y la hoz del cerebelo, exactamente
en el punto más anterior (más interno) del
seno recto.

Con las manos tratamos de seguir los


movimientos de la superficie del cráneo, como
si realizaran arcos de circunferencia sobre una
esfera, y tratamos de visualizar el punto donde
se cruzan los radios de dichas circunferencias,
punto que representa el lugar de la lesión.
Se pueden desplazar las manos sobre la
superficie craneal en infinitas posiciones para
descubrir los distintos arcos con sus respetivos
radios.

117
Muchas veces existen múltiples lesiones y al desplazar las manos iremos viendo
distintos arcos de circunferencia según el punto de la cabeza que estemos
explorando; recordar que la fuerza con la que se percibe la lesión es directamente
proporcional a la gravedad de la lesión e inversamente proporcional a la distancia
entre la misma y nuestras manos. Esta situación (dos o más lesiones) suele
confundir el terapeuta, hasta que localiza las distintas lesiones.

Cuando todas las lesiones se corrigen, el movimiento global del cráneo aparece
simétrico y más fuerte.

En algunos casos las lesiones se pueden localizar en la línea media; esta


circunstancia hace difícil su localización. Si apoyamos nuestras manos sobre la línea
media observaremos como el fulcro del MRP no se localiza a nivel del fulcro de
Sutherland, situándose en otro lugar. Esta característica, unida a la perdida de
movilidad de todo el cráneo, serán suficientes para hacer sospechar de una lesión.

No olvidemos que las lesiones del cráneo y del cuerpo obstaculizan el flujo de la
energía manifestada en el MRP y el objetivo de la terapia es suprimir todos los
obstáculos existentes, permitiendo la libre circulación de la energía en todo el cuerpo.

118
Desenroscamiento
Como hemos visto anteriormente los patrones de fuerza atrapados en los tejidos
representan obstáculos para la expresión del MRP y la técnica de arcos de
diagnostico sirve precisamente para su localización.

Una técnica sencilla para eliminar cualquier restricción de los miembros inferiores,
superiores o del cuello es la llamada técnica de desenroscamiento, que permite
informar el cuerpo de su situación y abrir una posibilidad de liberación.

Se trata de un movimiento fisiológico correctivo inherente, que puede ser inducido


desde el sistema nervioso, a través de diferentes cambios de posición de la parte
tratada: hay que aprender a “escuchar” la tendencia del cuerpo a doblarse o girar y
trabajar según dichas tendencias.

El principio fundamental del proceso de desenroscamiento es proyectar la


palpación, a medida de que se producen movimientos espontáneos, con al fin de
poder relacionar la parte que estamos tratando con el resto del cuerpo.

Como ya comentado el desenroscamiento se realiza en los miembros (piernas y


brazos) y en el cuello, siempre sujetando la parte más alejada, es decir las manos,
los pies o la cabeza. Lo más importante no es la posición de las manos o del cuerpo,
que puede ser ampliamente modificada, cuanto “escuchar” las tendencias intrínsecas
del paciente y “proyectar la visualización” hacia el punto desde donde se originan,
por muy alejadas que estén de la parte que estamos manipulando. Por ejemplo si
sujetando la cabeza percibimos un movimiento de tracción inferior procedente desde
la zona del hígado, es allí donde debemos proyectar nuestra mente y nuestra
energía.

Técnica de desenroscamiento

Indicaciones: liberar las tensiones del sistema craneosacral y de las fascias


corporales de cualquier tensión, quiste y bloqueo energético o memoria de los
tejidos. Eliminar patrones de tensión crónicos con tendencia a la repetición.
Aumentar el flujo energético local y general.
Reequilibrar el cuerpo.
Restaurar la correcta información propioceptiva entre el SNC y el cuerpo

Contraindicaciones: no tiene

Posición del paciente: normalmente en supino, por razones de comodidad, pero se


puede realizar también en prono o en sedestación (sentado).

119
Desenroscamiento desde la cabeza

Indicaciones: relajar las fascias y músculos cervicales, eliminar contracturas y


tortícolis, mejorar el equilibrio postural. Por medio de esta técnica se alivia la presión
sobre los discos en caso de hernias de los mismos.

El terapeuta se sienta a la cabeza del paciente


y la sujeta con ambas manos en la parte
posterior, de forma que pueda tener un buen
control de la misma sin cansarse.

Palpar el MRP durante algunos instante, hasta


conectar profundamente con este ritmo. Una
vez entrados en conexión, realizar una
tracción muy leve en dirección craneal, para
poner en ligera tensión (muy, muy ligera) todo
el sistema de fascias y meninges que terminan
en la cabeza. Esta ligera tracción hará más
evidentes el estado de las fascias corporales,
y hará que el cuerpo reaccione tratando de
volver a su anterior estado de equilibrio.

Visualizar de forma tridimensional el resto del


cuerpo como una extensión del cuello y de la
cabeza, haciendo hincapié en el recorrido de
las tensiones y de cómo estas llegan hasta nuestras manos. Visualizar y proyectar
nuestra acción desde la cabeza hasta el resto del cuerpo es lo que permite llegar
hasta el lugar del bloqueo y neutralizarlo.

Resistir de forma suave pero firme el principal patrón de tensión que se percibe,
obligando el SNC y el cuerpo a reorganizar en otra dirección la tensión de las fascias.
Si por ejemplo al sujetar la cabeza percibimos una tracción que se origina en el
hombro izquierdo y que desplaza la cabeza hacia ese lado, resistiremos firme y
suavemente esta tendencia hasta que desaparezca espontáneamente.

Una vez eliminado el principal patrón de tensión, fácilmente pueden aparece otros
menores; habrá que repetir el proceso todas las veces que sea necesario, hasta que
no exista ya ninguna tensión. Se puede dar por finalizado el desenroscamiento
cuando se han eliminado por lo menos el 80% de las tensiones existentes.

Al trabajar desde la cabeza frecuentemente aparecerán tensiones en la musculatura


cervical, desde la zona más próxima hasta la más alejada; suelen ser músculos
contraídos. Otras veces la tensión se percibe en el interior del tubo dural, bien sea
como torsión del mismo o tracción caudal; sea como sea, siempre resistiremos firme
y suavemente todas estas tensiones del sistema de las fascias hasta percibir que
han desaparecido o se han reducido sustancialmente.

120
Desenroscamiento desde las piernas.

El terapeuta puede permanecer de pies o sentado a la altura de los pies del paciente,
según su comodidad.

La técnica de desenroscamiento desde


los pies no es muy diferente de la
cabeza. En sustancia la realización es
la misma, es decir se sujetan los
miembros inferiores elevándolos un
poquito desde el plano de la camilla,
para dejarlos libres de contactos y
poder percibir mejor el estado de las
fascias. Se ponen ambos en ligera
tensión y se “escucha” la respuesta del
cuerpo.

Seguidamente se visualiza de forma


tridimensional el cuerpo, empezando
por las piernas, la pelvis y la zona
abdominal, siguiendo el estado de los tejidos hasta el lugar que parece ser el “foco”
de la tensión percibida.

Se resiste firme y suavemente dicha tensión, obligando el SNC y el cuerpo a


readaptarse de forma nueva, es decir liberando la energía bloqueada en la parte
tensa y reorganizando el sistema de las fascias.

Los miembros (piernas y brazos) se trabajan de ambos lados, porqué así es más fácil
comparar su estado general; hay que tener en cuenta que estos trabajan en
sincronía y no se pueden separar como si fueran partes independientes. Sin
embargo si en una palpación bilateral apareciera una pierna notablemente tensa o
“enroscada” y otra libre de tensiones, se puede trabajar inicialmente la más afectada,
para luego volver a “escuchar” de forma bilateral y seguir avanzando en el
desenroscamiento.

La diferencia principal existente entre el desenroscamiento desde la cabeza o los


pies es la anatomía. La cabeza está en conexión con el sistema de las meninges
espinales, pero también con las fascias del sistema músculo-esquelético: además
está íntimamente relacionada con el pericardio, el estomago, los pulmones, el hígado
y la caja torácica. El quiste energético, el bloqueo, la tensión, puede originarse en
cualquiera de estos lugares.
Los miembros inferiores están más relacionado con el sistema músculo esquelético y
presentan restricciones, bloqueos, lesiones y tensiones de la musculatura de las
piernas o de la pelvis; frecuentemente aparecen focos de tensión en las rodillas y
otras veces en los órganos pélvicos. También la columna vertebral lumbar está
frecuentemente relacionada con problemas de los miembros inferiores.

121
Desenroscamiento desde los brazos.

El terapeuta tiene que estar de pie a un


lado del paciente, sujetando cada mano
del paciente con las suyas.

La realización y los aspectos prácticos


son similares a los descritos por las
piernas, aunque las diferencias
anatómicas son considerables, puesto
que los miembros superior se relacionan
sobretodo con la caja torácica y el cuello.
Frecuentemente el desenroscamiento
desde la cabeza nos conduce hacia un
brazo y entonces vale la pena seguir
trabajando desde este punto.

Si decidimos trabajar desde los brazos,


seguiremos las tensiones visualizando el cuerpo de forma tridimensional como en la
cabeza y las piernas, de forma bilateral al inicio, para comparar una miembro con el
otro. Si este es el caso, trabajaremos desde un solo miembro, con la ventaja de
poder sentarnos en este caso.

En todos los casos


Es fundamental como ya se ha explicado “visualizar de forma tridimensional” el
cuerpo y “entrar mentalmente” el él, para aumentar la eficacia terapéutica.
Al escuchar el cuerpo del paciente hay que estar pendiente de sus necesidades y de
los movimientos de energía, fluyendo con él, como si fuéramos un barco que se deja
mecer por las olas......Idealmente y con la practica, las manos del terapeuta hace
poco o casi nada, siendo el MRP el que guía. La eficacia de esta técnica entonces se
hace realmente enorme.

Si se perciben momentos de parada del MRP es un indicio de un reajuste importante


del sistema: en estos casos no se debe cambiar lo que se está haciendo, al igual que
cuando percibimos el “latido terapéutico” que es similar a una vena palpitando muy
rápidamente debajo de nuestras manos.

Frecuentemente se perciben movimientos de energía desplazándose de un lado al


otro; podemos ayudar este proceso haciendo que nuestras manos sean “neutras” y
visualizando una corriente energética entre ambas.

122
EL LIQUIDO CEFALORRAQUÍDEO (LCR)

El sistema nervioso está rodeado por un líquido claro, incoloro y con alto contenido
en proteínas, el líquido cefalorraquídeo (LCR). Este líquido no solamente recoge los
productos de desecho del metabolismo nervioso, sino que también es responsable
de la nutrición de todo el sistema nervioso central.

La composición del LCR depende de la composición de la sangre. El líquido llena los


huecos en el interior del cerebro (los ventrículos cerebrales) y se encuentra en la
cavidad subaracnoidea y en las cisternas del cerebro y la médula espinal.

Sutherland descubrió hace ya más de 60 años la importancia del líquido


cefalorraquídeo no solamente para el sistema nervioso central, sino también para el
equilibrio bioquímico de todo el organismo, dado que participa principalmente en el
movimiento y control del mecanismo respiratorio primario.

A continuación se recogen los fundamentos anatómicos y fisiológicos de la


circulación del LCR, así como su gran influencia sobre todo el organismo con el fin
de hacer más comprensible su especial significación para la terapia craneosacral.

Los ventrículos craneales


Estas cavidades llenas de líquido cefalorraquídeo se dividen en cuatro ventrículos

 dos ventrículos laterales en el encéfalo


 el III ventrículo en el mesencéfalo
 el IV ventrículo entre puente, cerebelo y médula espinal.

Los ventrículos laterales están unidos entre sí a través del agujero interventricular
(agujero de Monro). El III ventrículo se comunica con el IV ventrículo a través del
acueducto cerebral (de Silvio), un estrecho conducto en el mesencefalo.

123
124
125
EL LCR en la columna vertebral.

En la cavidad subaracnoidea, el líquido cefalorraquídeo rodea también la médula


espinal desde el agujero occipital hasta la segunda vértebra sacra. En la parte
anterior de la medula espinal se encuentran los nervios eferentes (motores), en la
posterior los aferentes (sensitivos) y desde la primera vértebra lumbar hasta la
segunda vértebra sacra flota en el LCR la cola de caballo (parte terminal de la
medula espinal).

El saco dural espinal en la parte inferior de la columna vertebral cuenta con una
elasticidad que le permite aumentar o disminuir de tamaño de acuerdo con las
condiciones de presión existentes. Por ejemplo, cuando se produce una reducción
del volumen del líquido cefalorraquídeo o de la sangre intracraneal, se encoge en
parte.

El saco dural sirve de reserva para el líquido cefalorraquídeo y desempeña un papel


fundamental en la dinámica de los cambios de presión del líquido cefalorraquídeo.

Producción del LCR

La mayor parte del LCR (aproximadamente dos tercios) se produce en los plexos
coroideos, una red vascular parecida a vellosidades. Estos capilares de la piamadre
penetran en los ventrículos. En las paredes de los lados de los ventrículos laterales
los plexos son más fuertes, pero también aparecen en la cubierta de los ventrículos
III y IV.

La producción del LCR en los plexos coroideos se regula principalmente a través del
sistema nervioso autónomo.

En menor medida, el LCR es producido también en los capilares de la cavidad


subaracnoidea del cráneo y la médula espinal, así como perivascularmente en el
epéndimo (capa epitelial que cubre las paredes del sistema ventricular).

La cantidad secretada es de unos 20 a 40 ml/hora. En total Son 500-1000 ml/día, de


forma que se produce un recambio total del líquido cefalorraquídeo entre tres y seis
veces al día. Alrededor de 140 ml de líquido cefalorraquídeo se encuentran en las
cavidades internas y externas, de los cuales menos de 20 ml lo hacen en la médula
espinal.

126
Reabsorción del LCR
El LCR es reabsorbido en su mayor parte por las vellosidades aracnoideas que son
prolongaciones de la aracnoides en el seno sagital de la duramadre: estas permiten
que el LCR fluya hacia los senos venosos, especialmente en el seno sagital
superior. La reabsorción del LCR depende de las condiciones de presión en el
líquido cefalorraquídeo; a mayor presión aumenta la reabsorción.

Además de ello, el LCR es reabsorbido en la piamadre en menor medida por las


paredes de los vasos capilares que conducen hacia las venas peridurales.

En las vainas durales de los nervios cerebrales y medulares se produce una


penetración del LCR a través de las paredes de los vasos capilares. Desde estas
vainas nerviosas periféricas, el líquido cefalorraquídeo entra en contacto con todos
los tejidos del cuerpo a través de los denominados microtúbulos de las fibras de
colágeno.

127
Circulación del LCR
Después de que el líquido cefalorraquídeo haya salido del plexo coroideo en la
cavidad subaracnoidea, circula desde los ventrículos laterales a través de los
agujeros interventriculares (Monro) hacia el tercer ventrículo y desde allí a través
del acueducto mesencefálico (de Silvio), hacia el cuarto ventrículo.
Aquí el LCR fluye a través de los agujeros laterales y mediales (de Luschka y
Magendie) hacia las cavidades exteriores y la cavidad subaracnoidea en el cráneo y
la columna vertebral. Hay que mencionar que la circulación es posible en ambos
sentidos, es decir también desde la cavidad subaracnoidea en la columna vertebral y
el cráneo en dirección a los ventrículos laterales.

Cuando ha sido reabsorbido por las vellosidades aracnoideas, el LCR fluye hacia el
seno sagitral. Desde la cavidad subaracnoidea cerca de las vainas nerviosas
periféricas de los nervios espinosos, el LCR fluye en los microtúbulos del tejido
conectivo colágeno y, desde allí, hacia el líquido intracelular que se acumula en la
linfa. La linfa fluye a través del conducto torácico hacia el ángulo venoso izquierdo y
el corazón.

La sangre arterial fluye hacia el cráneo, donde de nuevo se produce y absorbe LCR a
través del plexo coroideo.

128
El tercer ventrículo

Se cree que el LCR asimila la energía vital, principalmente en el tercer ventrículo.


Aquí es donde las fuerzas bioenergéticas son captadas por los fluidos. No es
ninguna coincidencia que las paredes del tercer ventrículo contengan algunos de los
centros nerviosos cruciales para el equilibrio fisiológico corporal.

El tercer ventrículo está estrechamente relacionado con:

 El tálamo que es la zona del encéfalo que actúa procesando y clasificando toda
la información sensitiva (a excepción de la vía olfativa) procedente de la medula
espinal y mandando después información a los músculos. Nos hace conscientes
de la sensación de dolor.
 El hipotálamo, estructura muy
compleja del cerebro que
regula muchas reacciones
químicas importantes del
mismo. Suele considerarse el
centro integrador del sistema
nervioso vegetativo o
autónomo, dentro del sistema
nervioso central. También se
encarga de realizar funciones
de integración somato-
vegetativa.
 La hipófisis (glándula
pituitaria), tal vez sea la
glándula endocrina más
importante ya que regula la
mayor parte de los procesos biológicos del organismo y es el centro alrededor del
cual gira buena parte del metabolismo a pesar de que no es mas que un pequeño
órgano que pesa poco más de medio gramo. Responde a los mensajes recibidos
del hipotálamo, liberando hormonas que gobiernan el crecimiento, el desarrollo
sexual, la reproducción, el nivel de azúcar en sangre y la respuesta en
situaciones de tensión.
 La epífisis (glándula pineal), que se activa y produce melatonina (a partir de la
serotonina cuando no hay luz. La epífisis está relacionada con la regulación de
los ciclos de vigilia y sueño. Se ha comprobado que esta hormona sirve para
contrarrestar los efectos del síndrome de diferencia de zonas horarias. Es
también un poderoso antioxidante y participa en la apoptosis5 de células
cancerosas en el timo. Es también un hecho que controla el inicio de la pubertad
y que podría influir en los ritmos circadianos.

EL tercer ventrículo regula el movimiento respiratorio del cráneo (MRP), en


contraposición del cuarto ventrículo, que regula la respiración pulmonar.

5
Muerte de una célula de manera controlada.

129
Los rítmicos movimientos del MRP, así como la adecuada tensión membranosa de
las meninges, desempeñan una función fundamental en la regulación
neuroendocrina y energética.

El LCR recién formado entra en el tercer ventrículo y a continuación tiende a circular


en torno al centro del mismo, en un movimiento comparable al de una dinamo; se
cree que es en este movimiento cuando el LCR incorpora la energía vital, quizás en
un proceso similar a la “dinamización” de los remedios homeopáticos, que se agitan
para que absorban el principio energético de las sustancias presentes.

El cuarto ventrículo

Esta situado debajo del tercer ventrículo y está conectado con este por un largo y
estrecho canal llamado “acueducto de Silvio”.

Tiene forma de rombo y es una cavidad siempre llena de LCR.

Es otro centro muy importante, puesto que sus paredes contienen muchos de los
principales centros nerviosos corporales, incluyendo los que controlan la respiración
pulmonar, la circulación de la sangre, la digestión, la eliminación, la homeostasis y 10
de los 12 nervios craneales.

EL cuarto ventrículo interviene en la regulación de la respiración pulmonar, en


contraposición con el tercer ventrículo que regula el MRP.

Además está en contacto con el cerebelo, que resulta vital para el control de
actividades musculares rápidas como correr, escribir a maquina, tocar el piano y
hablar. Vigila y establece ajustes correctores de las actividades motoras
desencadenadas por otras partes del encéfalo. Recibe continuamente información
actual de las partes periféricas del cuerpo, para determinar el estado instantáneo de
cada uno de sus áreas, como posición, ritmo de movimiento, fuerzas que actúan
sobre él, etc. El cerebelo compara el estado físico actual de cada parte del cuerpo
según indica la información sensorial, con el estado que intenta producir el sistema
motor. Si los dos no se comparan favorablemente, de manera instantánea se
trasmiten señales correctoras adecuadas hacia el sistema motor, para aumentar o
disminuir la actividad de músculos específicos.. Ejemplo: si el cortex transmite una
señal para mover la mano hacia un punto particular, pero la mano empieza a
moverse demasiado deprisa, la mano irá mas allá del punto deseado; entonces el
cerebelo activa los músculos antagonistas que frenan el movimiento de la mano y la
detienen en el punto preciso.

Todos estos tejidos en contacto con el tercer y cuarto ventrículos, son bañados por
LCR recién formado y potenciado con la energía vital.

130
Funciones del LCR

Protección del cerebro y la médula espina ("parachoques").


Nutrición y drenaje del cerebro, de la piamadre y de la aracnoides.
Retirada de los productos de desecho del cerebro (función linfógena).
Transporte de sustancias hipotalámicas y neurohipofisarias.
Regulación de la composición química del entorno de los centros cerebrales. A
través de la alteración de la composición electrolítica y del nivel de pH del LCR,
puede influir sobre el flujo de sangre cerebral y determinadas funciones vitales.
Funciones inmunológicas: el LCR mantiene el cerebro libre de bacterias y virus. En
el cerebro desempeña una función similar a la de la linfa.
Parcial control bioquímico de todo el organismo a través de la circulación en los
microtúbulos de las fascias colágenas.
Influencia bioeléctrica: la conductibilidad de microcorrientes en los líquidos y tejidos
del cuerpo se ha convertido en uno de los principales objetos de investigación y se
utiliza, por ejemplo, en la electroacupuntura con finalidad diagnóstica y terapéutica.
El LCR influye sobra la conductibilidad eléctrica por medio de la concentración de
iones sodio, que cambia en las distintas fases.

Los microtúbulos son fibras de colágeno huecas (con un diámetro alrededor de


0,005 mm) que se encuentran en las fascias. Desde las vainas nerviosas, el LCR
entra en contacto con los espacios extracelulares y la linfa a través de estos túbulos.
De esta forma, el LCR se reparte por todo el cuerpo e influye sobre todas las partes
del organismo.

La expansión por todo el cuerpo pudo demostrarse científicamente con oro coloidal
inyectado en la cavidad subaracnoidea. En pocas horas el marcador se había
extendido por todo el cuerpo.

Se le atribuye una gran importancia en la terapia craneosacral no solamente para el


sistema nervioso, sino también para la inmunidad del cuerpo. En vista de los
resultados de algunas investigaciones se ha podido demostrar al menos que existen
vías de comunicación con la linfa, que el flujo del líquido cefalorraquídeo en la linfa
aparentemente tiene más envergadura de lo que se había supuesto durante largo
tiempo, de forma que ahora se puede plantear la pregunta de si las ideas actuales
acerca de la circulación del LCR requieren algunas revisiones.

Es importante que las fluctuaciones rítmicas del LCR se extiendan libremente por el
cráneo y el cuerpo. Los bloqueos que limitan el flujo de este líquido pueden provocar
trastornos y disfunciones en todo el cuerpo.

131
Técnicas para el LCR y el MRP

Compresión del cuarto ventrículo. (C4V)

Es una técnica de punto parado que también provoca una fluctuación longitudinal
del LCR a lo largo de todo el sistema nervioso central (SNC).

La compresión sobre los lados del occipucio disminuye la adaptación de la escama


occipital a los cambios de presión del líquido intracraneal, lo que provoca que la
presión intracraneal aumente, lo cual a su vez produce un aumento del movimiento y
el intercambio de líquidos. De esta forma el LCR no solo fluye a través de los
grandes orificios, sino también a través de las más pequeñas vías, en los
microtúbulos de las fascias hasta llegar a las cavidades extra e intracelulares.

Ello suele dar lugar a un mejor suministro de LCR hacia las células, un mayor
movimiento linfático y una regeneración de los tejidos, así como una estimulación de
los centros nerviosos del cerebro en el IV ventrículo; gracias a las características
biodinámicas, bioeléctricas y bioquímicas del LCR se estimulan todos los procesos
de intercambio del cuerpo

Esta técnica produce efectos sobre el MRP en todo el cuerpo, aunque estemos
actuando sobre un solo hueso: cuando inducimos el occipital a extensión, todo el
cuerpo sigue este movimiento y se coloca en extensión y la parada del MRP
asimismo se produce en todo el cuerpo.

Efectos:
Disminución del tono del sistema nervioso simpático, lo cual tiene un efecto positivo
sobre los síntomas de estrés, estados de ansiedad, presión arterial e insomnio.
Regulación de la respiración que se vuelve más profunda y regular.
Disminución del tono de todo el tejido conectivo, por lo que está indicado en las
contracturas y en los dolores articulares.
Disminución de la fiebre hasta en 2º C en un espacio de 30-60 minutos.
Profundamente relajante.
Alivio de los dolores menstruales.
Antiinflamatorio.

Indicaciones:
Hipertensión, taquicardia, edemas producidos por congestiones venosas y por otros
problemas de retención de líquidos, infecciones e inflamaciones.
Mala calcificación de los huesos (osteoporosis).
Depresiones, trastornos neuroendocrinos, hipertiroidismo
Ayuda a las contracciones uterinas y, por lo tanto, al parto
Pueden desaparecer leves disfunciones secundarias de la columna vertebral y del
cráneo.

132
Actúa como bomba linfática
Técnica universal, siempre puede utilizarse cuando el proceso terapéutico se ha
estancado y el terapeuta ya no sabe lo que debe hacer.
También se puede utilizar para compensar los efectos negativos de otra técnica.
Los estudios de Magoun demuestran claramente el efecto de reducción de los
niveles de azúcar que tiene esta técnica, así como la disminución del número de
leucocitos y de la actividad de las glándulas sudoríparas

Contraindicaciones:
Peligro de derrames cerebrales, apoplejía aguda, aneurismas, hipertensión maligna.
Fracturas de la base del cráneo, lesiones de la cabeza, especialmente fractura del
hueso occipital.
Embarazos a partir del 7º mes, ya que en
determinadas circunstancias pueden comenzar
las contracciones.

Posición de las manos:


Las manos juntas, entrelazadas o superpuestas
formando una copa; las puntas de los pulgares
se tocan y forman una “V” y se sitúan,
aproximadamente, a la altura de la 2ª o 3ª
espinosa cervical.

Las eminencias tenares entran en contacto con


los ángulos laterales del occipital.

No apoyar las manos sobre la sutura occipitomastoidea

Realización:
Durante la fase de extensión (rotación
interna) del MRP, el terapeuta acompaña
con las eminencias tenares el
estrechamiento de la escama occipital

En la fase de flexión (rotación externa),


frena la rotación externa o el
ensanchamiento de la escama occipital

En la nueva fase de extensión, las manos


acompañan al occipital aún mas hacia la
rotación interna y ejercen resistencia a su
ensanchamiento durante la fase de
inspiración.

133
Al cabo de varios ciclos, la presión ejercida sobre las eminencias tenares de las
manos durante la fase de inspiración disminuye progresivamente y poco a poco se
para; el movimiento de flexo/extensión se ha detenido; se ha llegado al “still point”.

Frecuentemente antes de la parada se perciben diversos cambios en el MRP y/o en


el cráneo:

 Pulso terapéutico, es una sensación repentina de una arteriola latiendo bajo


nuestras manos.
 Tirones, procedentes desde el resto del cuerpo que antes no se percibían.
 Reajustes del movimiento del cráneo.

No se debe cambiar lo que se está haciendo en estos momentos, porqué estas


variaciones representan indicadores de cambios significativos. Dicho de otra forma
es el cuerpo que está en plena fase de reajuste y no se debe interrumpir este
proceso, porqué sería traumatizante.

Mientras dure la parada del MRP (de algunos segundos a varios minutos), las manos
permanecen apoyadas sobre el occipital, siguiendo los posibles micromovimientos
que aparecen en la musculatura de la nuca, que actúan como eliminadores de nudos
y tensiones en las fascias, los músculos y los huesos.

Algunas señales indicadoras que se ha conseguido el punto inmóvil pueden ser:


profundización de la respiración, ligera sudoración en la frente, disminución del tono
muscular, el paciente se duerme, etc.

Final del punto inmóvil: el terapeuta percibe una presión fuerte y regular a ambos
lados del occipital en dirección a la rotación externa. El terapeuta sigue este impulso
de forma pasiva y centra su atención en la calidad del ritmo, acompañando el MRP
hacia la flexión.

134
Compresión del 3º ventrículo (C3V)

Es una técnica de punto parado, con importantes repercusiones endocrinas y


sobre el MRP de todo el cuerpo.

Efectos:
esta técnica, aparentemente similar a la anterior (C4V), es sin embargo
sustancialmente diferente, ya que aquí no se llega a realizar una presión directa
sobre el 3º ventrículo, que se halla al centro del cráneo: sin embargo es una técnica a
tener en cuenta cuando se desea normalizar la zona del hipotálamo y de la hipófisis,
por la importancia que estos centros tienen sobre el organismo entero. Como ya
explicado, el tercer ventrículo regula la respiración craneal (MRP), así que esta
técnica puede regular este movimiento.

Indicaciones:
disfunciones del tálamo, hipotálamo, hipófisis y epífisis y en general del sistema
hormonal. Disfunciones profundas del MRP, como falta de ritmo, poca fuerza,
debilidad general del sistema craneosacral, secuelas y/o tratamiento de
enfermedades del sistema nervioso como esclerosis múltiple y lateral, meningitis,
enfermedad cerebro-vascular (ictus), desmielinización, temblores, corea
(movimientos involuntarios, breves y espasmódicos, semejantes al baile), Parkinson,
miastenia, polineuropatia, parálisis facial, etc....

Contraindicaciones:
tumores cerebrales, enfermedades infecciosas en fase aguda, enfermedad bipolar.

Realización:
Dedos índice y medio sobre las alas mayores del esfenoides y pulgares apoyados
sobre la sutura coronaria
Durante la fase de espiración se acompañan las
alas mayores del esfenoides en dirección
superior y medial, impidiendo los movimientos
contrarios en la fase de flexión. Se mantiene
este movimiento hacia la extensión durante
varios ciclos, hasta llegar a la parada del MRP.

La atención debe de estar centrada siempre en


el 3º ventrículo

Cuando las tensiones han desaparecido y el


terapeuta nota una fuerte y regular tracción en
dirección a la rotación externa, seguirá este
movimiento

135
Inducción del punto inmóvil en el sacro

Técnica de punto parado que también provoca una fluctuación longitudinal del
LCR a lo largo de toda la columna vertebral.

Esta técnica es muy importante porqué permite actuar sobre el polo negativo del
sistema energético humano - polo Yin – representado por el sacro. Siendo la cabeza
el polo Yang (más activo) en la producción y circulación del LCR, el sacro tiene un
papel pasivo en este sistema: así que su importancia radica en el hecho de que
contribuye a equilibrar las tensiones y fuerzas de la cabeza, sobretodo del occipital,
que es el hueso con el cual está en contacto a través de la duramadre.

Así el eje sacro-occipital debe estar siempre equilibrado por varias razones:

 Es el principal eje energético del cuerpo humano.


 La tensión o desequilibrio de un extremo afecta el otro.
 La columna vertebral depende en gran medida de su base de apoyo,
representada por el sacro.
 Los bloqueos del sacro son responsables de muchas lumbalgias y dolores en
la región lumbosacra.

Efectos:

El objetivo de todas las técnicas de Still point es inducir una calma artificial en todo el
sistema craneosacral, para permitir una reorganización espontánea del mismo, y una
posterior mejoría de su fisiología. Es como el descanso de un enfermo para
recuperar fuerzas. Al realizar esta técnica desde el sacro, el efecto será más directo
y potente sobre la zona en cuestión, que es donde inicia la columna vertebral,
generando una analgesia (disminución del dolor) y revitalización muy importantes.

Permite además liberar todas las tensiones que se acumulan a nivel óseo,
membranoso y fascial en esta zona, sujeta frecuentemente a estrés mecánico.

Favorece y potencia el MRP del sacro, que es uno de los principales factores del
ascenso de la energía vital por la columna vertebral.

Indicaciones:

La principal indicación de esta técnica es eliminar los bloqueos mecánicos o


energéticos del hueso sacro. Es frecuente que los bloqueos energéticos causen dolor
o malestar lumbo-sacro, lumbalgias, sacrálgias y problemas de toda la columna
vertebral.
Relajar la pelvis y mejorar y potenciar el MRP en esta zona del cuerpo.

136
Energetizar todo el plexo sacro, plexo nervioso del sistema vegetativo parasimpático
que controla las funciones de los órganos reproductores, la vejiga y los esfínteres:
relaja todos estos órganos.
Eliminar espasmos y cólicos de las vísceras pélvicas huecas (vejiga, recto, útero...).
Favorecer el ascenso de la energía espinal por toda la columna vertebral.
Calmar dolores en esta zona.

Contraindicaciones:

Hernia discal lumbar con rotura del anillo fibrosos, L4-L5 o L5-S1.
Últimos dos meses de embarazo.

Posición de las manos:

La palma de la mano se coloca sobre el


sacro, con las puntas de los dedos en
dirección craneal
Las apófisis espinosas del sacro están
situadas entre los dedos medio e índice, todo
el brazo está muy relajado.

Realización:
El terapeuta sigue el movimiento de
extensión anteriorizando la base del sacro y
dejando que se posteriorize el vértice del
mismo

En la fase de inspiración, resiste el empuje


del sacro

Se seguirá procediendo de igual forma


durante varios ciclos del MRP, hasta percibir
la parada del mismo.

Esta técnica es de mucha efectividad en todas las dolencias que impliquen la


columna lumbar baja y el hueso sacro y tiene además poderosos efectos sobre el
plexo hipogástrico inferior (plexo sacro), perteneciente al sistema nervioso
parasimpático.

137
Rodamiento de los temporales

Técnica de fluctuación transversal del LCR, que además ayuda a normalizar las
disfunciones en torsión de la SEB.

Esta es una técnica de uso muy frecuente, puesto que la nuca y los temporales
reciben las inserciones musculares de varios músculos y es muy frecuente el
bloqueo de uno o ambos temporales y del occipital.

Además el hueso temporal se articula con el maxilar inferior, formando la articulación


temporomandibular (ATM) y cualquier problema de los dientes o de la mordida,
afectará estos huesos trasmitiéndole tensiones anormales

Por medio de esta técnica el lado del cráneo correspondiente al temporal que es
llevado a rotación externa sigue el mismo comportamiento, es decir va a rotación
externa, mientras la otra mitad va a rotación interna. De esta forma desbloqueando
los temporales favorecemos una mayor libertad de movimiento del cráneo.

Efectos:

Esta técnica tiene un efecto sobre las membranas intracraneales: el temporal en


rotación externa tira hacia sí la tienda del cerebelo, desplazándose hacia ese lado el
seno recto y la hoz del cerebro y haciendo fluir de un lado a otro del cráneo el LCR,
como si escurriéramos una esponja.

Se emplea también para


ayudar en la
normalización de las
torsiones crónicas de
la SEB, que inducen un
temporal a rotación
interna y el otro a
rotación externa, ya que
provoca un movimiento
alterno de torsión de
todo el cráneo.

Indicaciones:

Esta técnica se emplea para armonizar el movimiento de los temporales.


Ayudar a eliminar bloqueos de la SEB en torsión.
Favorecer el movimiento del LCR al interior del cráneo.
Eliminar un exceso de tensión de la musculatura de la nuca en los músculos
suboccipitales.

138
Contraindicaciones:
No tiene

Posición de las manos:


Se colocan las yemas de ambos pulgares
en contacto con la parte anterior e inferior
de las dos apófisis mastoideas y las
eminencias tenares detrás de la oreja, algo
por encima de la parte mastoidea, sobre la
escama de los dos temporales.
Los restantes dedos de ambas manos se
colocan en forma de copa debajo del
occipital.

En la realización de esta técnica se presionan los huesos temporales (de la forma


que se explica a continuación), siempre en la fase correspondiente del MRP. Se
trabaja siempre de acuerdo al movimiento del MRP, que es el que marca cuando
tenemos que ir a rotación externa y cuando debemos hacerlo en rotación interna.
No debemos producir movimientos de forma anticipada o a destiempo del MRP,
porqué esto causaría un desajuste en las fuerzas internas del cráneo.

Realización:
1. Al inicio de la fase de flexión del MRP se exagera la rotación externa de un
temporal, por ejemplo el derecho, a la misma vez que se frena el normal
movimiento del otro temporal (izquierdo) impidiéndole realizar el movimiento
fisiológico de rotación externa.
2. Cuando inicia la fase de extensión del MRP se exagera la rotación interna del
temporal izquierdo, a la vez que se frena al derecho manteniéndolo en
rotación externa.
3. En el siguiente ciclo de flexión del MRP se ampliará aún más la rotación
externa del temporal derecho frenándola en el temporal izquierdo; luego, en la
fase de extensión, se aumentará aún más la rotación interna del temporal
izquierdo, frenándola en el derecho.
4. Se repite este ciclo tres o cuatro veces.
5. Luego de algunos ciclos, el terapeuta invierte el movimiento de ambos
temporales, es decir el que antes iba a rotación interna (izquierdo) es inducido
hacia la rotación externa y viceversa.

Se hará rotación externa de un temporal presionando suavemente el pulgar en


dirección postero-interna y la rotación interna moviendo la eminencia tenar en
dirección postero-interna.

139
Técnicas de ampliación del MRP.

Gracias a esta técnica de modificación del MRP, es posible generar una respuesta
fisiológica positiva por medio de determinadas funciones corporales relacionadas
principalmente con la actividad cerebral, el sistema hormonal y los sistemas
nerviosos simpático y parasimpático.

El fundamento fisiológico de esta técnica radica en el hecho de que el Movimiento


Respiratorio Primario es un sistema de homeostasis del cuerpo, por lo tanto está
relacionado con los demás sistemas implicados en esta función, principalmente el
sistema nervioso y el sistema hormonal.

Si estimulamos el MRP para que trabaje con más ritmo, esta acción tendrá una
repercusión a nivel nervioso y hormonal, repercutiendo en cascada sobre todo el
cuerpo, mientras si realizamos la acción contraria, es decir inhibir el MRP, podemos
inhibir estas funciones corporales.

La ampliación del MRP se hace por medio de los temporales, de la misma forma que
se realiza el rodamiento de los temporales descrita con anterioridad, pero
imprimiendo un ritmo determinado al MRP según nuestras intenciones.

Ritmo: esta palabra indica la frecuencia de trabajo que imprimimos al MRP: para
tonificar se facilita un poco el MRP cada vez que inicia la fase de flexión y se acelera
otro tanto.

Indicaciones:
MRP débil. Técnica que permite estimular y activar muchas funciones corporales a
través de la estimulación del MRP, en paciente hipotónicos, deprimidos, laxos y en
general en predominio parasimpático. Permite normalizar la presión sanguínea
cuando esta se encuentra por debajo de la norma, elevar el tono muscular, aumentar
la actividad cerebral y las onda de tipo alpha y la coordinación entre hemisferios.
Ayuda a normalizar la hipófisis y la tiroides en casos de disfunción.

Contraindicaciones:
Pacientes hipertónicos en general, en los cuales una estimulación de sus funciones
corporales sería contraproducente (hipertensos, hipertiroideos, espasmos
musculares, espasmofilia, insomnio, simpaticotonia, etc....)

Realización:
En las mismas posiciones de las manos y del paciente que para la técnica de
rodamiento de los temporales, se imprime un ligero impulso al MRP cada vez que el
sistema craneosacral inicia una nueva fase de flexión, alternativamente en un lado y
luego en el otro, para facilitar la apertura hacia la flexión de todo el cráneo y de todo
el cuerpo.

Este impulso se trasmite con la yema del pulgar derecho en contacto con la parte
anterior de la apófisis mastoides del temporal derecho, al inicio de la fase de
flexión del MRP, como si empujáramos un columpio. No se debe empujar el

140
temporal durante toda la fase de flexión,
solamente se debe “lanzar” al inicio y luego
seguir el movimiento durante el resto del
ciclo del MRP. En el lado izquierdo se
sigue el MRP sin realizar ninguna acción.

En la fase de extensión, ambas manos


siguen el movimiento de forma atenta pero
pasiva.

En la siguiente fase de flexión, haremos


lo mismo en el lado contrario, es decir en el
izquierdo, que será “lanzado” para
aumentar su movimiento, mientras en el
lado derecho nos limitamos a seguir el
MRP de forma pasiva.

Luego en los siguientes ciclos del MRP volveremos a lanzar el derecho, luego el
izquierdo y así durante varios ciclos, hasta percibir mayor “fuerza” y “ calidad” en el
sistema craneosacral.

Podríamos imaginar esta técnica como algo parecido a ir en bicicleta por una
pendiente muy poco pronunciada: la pendiente hace que la bici se mueva sola (MRP)
pero muy lentamente, así nosotros podemos pedalear para ir un poco más rápido. No
será como pedalear en una cuesta en la que hay que realizar un esfuerzo notable
constantemente; será un pedaleo muy suave, un toque ligero sobre los pedales,
suficiente para aumentar un poco la velocidad.

141
Fase del Rodamiento Ampliación
temporales MRP
MRP Izquierdo Derecho Izquierdo Derecho
1 Flexión x + 0 +
Extensión - x 0 0
2 Flexión x ++ + 0
Extensión -- x 0 0
3 Flexión x +++ 0 +
Extensión --- x 0 0
4 Flexión 0 0 + 0
Extensión 0 0 0 0
5 Flexión + x 0 +
Extensión x - 0 0
6 Flexión ++ x + 0
Extensión x -- 0 0
7 Flexión +++ x 0 +
Extensión x --- 0 0
8 Flexión 0 0 + 0
Extensión 0 0 0 0
9 Flexión x + 0 +
Extensión - x 0 0
10 Flexión x ++ + 0
Extensión -- x 0 0
11 Flexión 0 0 0 +
Extensión 0 0 0 0
12 Flexión + x + 0
Extensión x - 0 0
13 Flexión ++ x 0 +
Extensión x --
14 Flexión 0 0
Extensión 0 0
15 Flexión x +
Extensión - x
16 Flexión 0 0
Extensión 0 0
17 Flexión + x
Extensión x -

Leyenda de símbolos
+ aumentar la rotación externa (RE), en la fase de flexión del MRP.
- aumentar la rotación interna (RI), en la fase de extensión del MRP.
x frenar el MRP, tanto en RE como en RI.
0 ninguna acción, manos pasivas.

142
SUTURAS CRANEALES

La sutura constituye la unión entre dos huesos craneales adyacentes.

Las suturas permiten:

 Motilidad del cráneo en el MRP.


 Crecimiento del cráneo.
 Unión y sujeción de los diferentes huesos del cráneo, junto con la duramadre
intracraneal.
 Resistencia y protección frente a las influencias mecánicas, como golpes,
caídas, compresiones, etc.
 Parto: junto a las fontanelas, permiten el paso a través del canal del parto
durante el nacimiento, gracias a su movilidad.

Las suturas están formadas:


Cada sutura está formada por los estratos de unión y varias capas intermedias.

La capa fibrosa externa del periostio se divide en dos estratos a la altura de la


sutura.
El estrato externo conjuntivo del periostio une la fuga sutural en la superficie interna y
externa del cráneo y forma así los estratos de unión en dichas caras.

En el interior de la sutura, se observa una zona central que está llena de un


esponjoso tejido conectivo que sirve para permitir pequeños movimientos entre los
huesos del cráneo. Además posee vasos sanguíneos con sus correspondientes
nervios para el control vasomotor. Estos vasos todavía son numerosos en el
momento del nacimiento y durante los primeros años de vida, disminuyendo su

143
número a lo largo del periodo de crecimiento. También el tejido de esta zona
aumenta en rigidez con el paso del tiempo.

Hasta el 6º año de vida, el tejido intrasutural6 todavía es muy esponjoso y móvil. Su


desarrollo aún no ha finalizado. En este estadio, la estabilidad e integridad del cráneo
se mantienen en su mayor parte gracias a las membranas intracraneales. A partir de
los 6 ó 7 años de edad, el tejido intrasutural es lo suficientemente rígido como para
desempeñar una función de estabilidad y al mismo tiempo, de movilidad y adaptación
de los huesos del cráneo. En este estadio la sutura se mantiene hasta edad muy
avanzada.

Disfunción de las suturas


Las disfunciones craneales dan lugar a una compresión de los vasos sanguíneos,
fibras nerviosas y terminaciones nerviosas intrasuturales. Por tanto, las
compresiones suturales producen una isquemia de las suturas y éstas, a su vez,
dolores a través de las fibras nerviosas.

Además de ello, las disfunciones de las suturas alteran la circulación energética y


en la cabeza existe un gran numero de meridianos de acupuntura, que representan
un sistema muy sensible a cualquier pequeño trastorno. ¡Así se explican muchos
dolores de cabeza, migrañas y cefaleas!.

No debemos olvidar que la cabeza es el polo Yang del ser humano, es decir un lugar
muy activo bajo el punto de vista energético, como sabemos por el elevado aporte
sanguíneo que precisa: las técnicas de descompresión de las suturas ayudan de
forma notable a regular la circulación energética.

En el aspecto biomecánico, una restricción de una sutura representa un freno para


el MRP y un obstáculo que esta fuerza debe vencer, de la misma forma que ¡si
tuviéramos que abrir y cerrar varias veces una puerta cuyas bisagras están oxidadas!
Una sutura bloqueada obliga todo el cuerpo a realizar un trabajo suplementario.

Palpando el cráneo, en presencia de suturas bloqueadas, se aprecia una clara


limitación del MRP en los huesos implicados y una sensación de falta de vitalidad.

Desde el punto de vista emocional y fuera de casos traumáticos, el bloqueo de las


suturas está asociado a depresiones o estados de falta de interés vital, como si el
propio organismo quisiera expresar de forma material algo que vive en sus
emociones o sentimientos personales.

6
Intrasutural: que está en el interior de la sutura.

144
Tipos de articulaciones craneales
Las articulaciones craneales varían mucho en forma y estructura.

El estudio de los distintos tipos de suturas, sirve para entender mejor su movilidad,
puesto que la forma de la estructura determina su función.

Sincondrosis: Es una unión cartilaginosa entre dos huesos, como la sincondrosis


esfenobasilar (SEB) o las uniones condrocostales (costillas y cartílago).

Sutura escamosa: En esta sutura, los anchos bordes inclinados de los huesos se
sobreponen en forma de escama. En caso de presión o compresión permite un
movimiento de deslizamiento de una superficie sutural sobre la otra, como la sutura
parietoescamosa

145
Sutura serrada: (dentada) Es una sutura con encajes recíprocos. Las suturas
con los dientes de mayor tamaño constituyen las zonas de crecimiento más activas.
Esta actividad parece estar en relación con la movilidad de las suturas, ya que
cuanto mayor son los dientes, mayor es la posibilidad de movimiento. Un ejemplo es
la sutura sagital. Esta sutura permite un mínimo movimiento de rotación como en una
articulación en charnela.

Sutura escamoserrata: Encaje con una superficie articular inclinada, de forma


que los huesos no solamente se ensamblan, sino que también se superponen.
Ejemplos: sutura lambdoidea, sutura coronaria.

Sindesis: Una sutura en la cual una superficie del hueso craneal encaja en el
reborde del adyacente. Por ejemplo la sutura esfenovomeriana.

Sutura plana: Sutura que, al igual que la sutura escamosa, permite una especie de
movimiento deslizante y de separación. Ejemplo: sutura nasomaxilar.

146
Gomfosis: Una unión en forma de taco, en la cual un extremo óseo en forma de
cono encaja en el hueso craneal vecino. Ejemplos: fijación dentaria en las apófisis
alveolares.

Sinfis: Es una unión de dos huesos por medio de un fibrocartílago y con presencia
de un menisco intrarticular, como por ejemplo la sinfis del pubis.

147
148
Puntos pivote
Los puntos pivote indican el lugar en
el cual se encuentran los bordes
articulares internos y externos, o
bien el punto en el que cambia la
dirección de la inclinación de los
bordes articulares.

Estos puntos constituyen posibles


ejes para los movimientos de los
huesos del cráneo.

El conocimiento de la dirección de
los bordes de las suturas es
importante para la aplicación de las
técnicas craneosacrales.

149
Diagnostico y tratamiento de las suturas

Las causas de las restricciones suturales pueden ser de naturaleza traumática así
como provocadas por tensiones musculares crónicas o estados emocionales; las
disfunciones, cuanto más antiguas, más difíciles son de normalizar, sobretodo las
que se originan en el nacimiento.

Una anamnesis7 realizada con detalle aporta con frecuencia la explicación de la


existencia de restricciones especialmente graves de origen traumático primario.

Diagnostico
No existen técnicas especificas para el diagnostico de las suturas, cuyas
disfunciones irán apareciendo en el curso del tratamiento, ya que una sutura
bloqueada siempre impedirá el libre movimiento craneal. Hay un centenar de suturas
en el cráneo así que no se pueden comprobar todas; sin embargo los bloqueos de
las suturas se pueden apreciar como punto fijos alrededor de los cuales se mueven
los huesos del cráneo.

Normalmente basta con realizar una escucha atenta para percibir la existencia de
disfunciones, que se perciben como puntos de mayor tensión y también como ejes
patológicos. Cuando el punto fijo alrededor del cual se organiza el movimiento de
todos los huesos craneales no se encuentra en el “fulcro de Sutherland”, existirá una
tensión de las suturas o de las membranas.

Ejemplo: sabemos que el occipital se mueve hacia delante y atrás sobre un eje
transversal que pasa por encima del agujero magno: si al realizar la escucha del
occipital percibimos que se mueve oblicuamente y parece estar “clavado” al temporal
derecho, podemos sospechar un bloqueo de alguna sutura entre estos dos huesos.
Pondremos entonces una mano en el occipital y otra en el temporal derecho para
comprobar si es así y cual de las suturas está en disfunción (hay 3 suturas entre
estos dos huesos).

Cuando la simple escucha por medio de la palpación de Sutherland no aporta


información clara, podemos realizar el test de “arcos de diagnósticos” que pondrá
en evidencia los puntos que necesitan tratamiento.

Todas las técnicas de membranas estudiadas anteriormente representan también


una posible forma de diagnosticar las suturas porqué si existen restricciones veremos
como es casi imposible poder estirar una membrana puesto que el hueso parecerá
estar “clavado” con otro adyacente.

Finalmente cualquier técnica craneosacral ya estudiada puede evidenciar una


disfunción de alguna sutura, percibiéndose como una restricción importante.

7
Anamnesis: recopilación de datos sobre el estado de salud del paciente.

150
Por otro lado, en caso de restricciones de las suturas, se deben comprobar las
estructuras que tienen acción directa sobre estas, como las membranas
intracraneales o los músculos.

Tratamiento

El tratamiento de las suturas se hará de inmediato siempre que se evidencie alguna


disfunción en la realización de cualquier otra técnica.

Todas las suturas craneales pueden ser normalizadas mediante dos técnicas
generales:

1. La técnica de “V-spread”, donde se separan las suturas con ayuda de las


fluctuaciones del LCR o con la energía. Recordemos que esta técnica consiste
en enviar energía, con uno o dos dedeos, desde un punto diametralmente
opuesto a la sutura que se desea tratar, donde se sitúan los dedos índice y
medio abiertos en “V”.
2. La técnica de separación, donde se actúa directamente sobre la sutura.
Especialmente indicada cuando éstas presentan disfunciones traumáticas y
fuertes restricciones crónicas.

Existen técnicas especificas que se estudiarán en cada caso.

Se describirán algunas técnicas especificas para las suturas, aunque todas


pueden ser liberada por medio de la técnica “V Spread”

Localización de las suturas


Las suturas de la bóveda craneal son accesible a la palpación y es importante
aprender a localizarlas con precisión, para poder saber exactamente donde está
situada cada una y realizar la técnica de la forma más exacta posible. Personas
diferentes pueden presentar variaciones notables en la forma del cráneo y de las
suturas; así debemos aprender a posicionar las manos exactamente al borde de la
sutura.

Estas se localizan a la palpación como un pequeño surco que interrumpe la


superficie lisa del hueso craneal, como una hendidura que puede ser más o menos
profunda o marcada.

Se recorre entonces toda la sutura haciendo una ligera presión sobre la misma: la
presión no será dolorosa, excepto en los casos donde exista una compresión de la
sutura, lo cual será además un indicador de su disfunción.

151
Tratamiento de las suturas entre el temporal y el occipital.
Existen tres suturas entre el temporal y el occipital y forman, junto con el esfenoides
la base de sustento y apoyo del cráneo.

Esta tres suturas son:

 sutura occipito-mastoidea, situada entre la porción condílea del occipital y la


porción mastoidea del temporal. Frecuentemente sujeta a tensiones del
músculo ECM (esternocleidomastoideo) y trapecio.
 sutura petro-yugular, formada por la apófisis basilar del occipital a la altura del
agujero yugular y la porción petrosa del hueso temporal. Aquí es donde se
forma el agujero yugular, muy importante por el drenaje venoso de la cabeza.
 sutura petro-basilar, formada por la porción anterior de la apófisis basilar y la
parte petrosa del temporal. Puede crear disfunciones en la SEB debido a su
proximidad (es la más interna de las tres suturas).

Estas tres suturas frecuentemente sufren disfunciones debido a tensiones


musculares, tensiones viscerales y otros problemas craneales: es conveniente
revisarlas de forma rutinaria en los tratamientos de terapia craneosacral.

Permitir el libre movimiento de los huesos temporales, occipital y esfenoides (huesos,


suturas y membranas), es la clave de una buena movilidad de todo el cráneo y sin
ella el MRP se ve limitado de forma importante.

Patología
La sutura occipto-mastoidea es la más posterior y externa de las tres y se ve
afectada sobretodo por las tensiones de la musculatura cervical y de la tienda del
cerebelo, lo cual repercute de forma negativa sobre la movilidad de los huesos
temporales y occipital. El trapecio y el ECM son músculos posturales que se insertan
en la parte posterior del cráneo, justo a la altura de la sutura, están frecuentemente
tensos cuando existe cualquier desequilibrio postural ya que tienen la función de
equilibrar la cabeza y los hombros en bipedestación o sedestación.

La sutura petro-yugular es la intermedia y está implicada en la buena función del


agujero yugular que es el lugar de salida de los nervios craneales gloso-faríngeo (IX),
n. vago (X), n. espinal accesorio (XI) y de la vena yugular.

Una presión sobre la vena yugular a nivel del agujero yugular provoca una restricción
en el retorno venoso, así como un aumento del volumen sanguíneo en el cráneo
(drena el 95% de la sangre del cráneo). Esto provocará dolores de cabeza, presión
detrás de los ojos, incapacidad de concentrarse y memorizar y acúfenos (ruidos en
los oídos).

152
La irritación e hiperexcitacibilidad del nervio gloso-faríngeo puede causar dolor del
oído, lengua, pared posterior de la faringe y también una pérdida del gusto.

El nervio vago puede producir una variedad de síntomas desagradables tales como
dolores de cabeza, pérdidas de conocimiento, palpitaciones cardíacas, dificultades
respiratorias, exceso de acidez estomacal, disfunciones del píloro y del colon, etc.
Este nervio controla la función parasimpática de buena parte de los órganos del
cuerpo, en el tórax y abdomen. Recordemos que el sistema nervioso parasimpático
(nocturno) es antagonista del sistema nervioso simpático (diurno) y es necesaria una
buena funcionalidad de ambos. Se estudia en el apartado visceral.

El nervio accesorio puede acarrear contracturas de los músculos que inerva,


provocando además problemas de fonación y de deglución. Las contracturas del
esternocleidomastoideo (ECM) y de los trapecios, debido a sus inserciones, van
también a mantener y agravar la disfunción del agujero rasgado posterior.

La sutura petro-basilar es la más interna de las tres y la que con más frecuencia
pasa desapercibida: como ya comentado está muy próxima a la SEB y puede
acarrear problemas en esta zona.

Además es a través de esta sutura


que el movimiento ascendente de
la apófisis basilar (flexión del MRP)
es trasmitido a los temporales,
para que estos realicen la rotación
externa: si esta sutura está
bloqueada, el temporal realizará un
movimiento anómalo.

Test de las suturas


En cualquier tratamiento de terapia craneosacral conviene siempre comprobar estas
suturas, porqué casi siempre presentan disfunciones.

Una buena forma de comprobarlas es realizando la técnica del tirón de orejas, que
separa los temporales del occipital y estira la tienda del cerebro: si una o varias de
estas suturas están bloqueadas, tendremos una sensación de hueso temporal
“clavado”, es decir duro y sin movilidad. Entonces tendremos que realizar el
desbloqueo de estas suturas.

Otra forma de valorar las suturas es realizando una “escucha” localizada sobre las
mismas. Se apoya una mano plana en el occipital y la otra en el temporal fijando la
percepción sobre la respetiva motilidad de ambos huesos.

Finalmente es de saber que en la fase de flexión del MRP el occipital realiza un


pequeño movimiento hacia delante, mientras el temporal (en su rotación anterior) a la
altura de la porción mastoidea se mueve hacia atrás. Imagina una rueda girando
hacia delante, cuya parte inferior, la que está en contacto con el suelo, gira hacia
153
atrás. Este movimiento en “cizallamiento” entre el temporal y el occipital necesita de
la libertad de la sutura occipito-mastoidea, para poder efectuarse. Cuando esta
sutura está bloqueada, en la fase de flexión del MRP, el temporal hará una rotación
posterior en lugar de anterior.

Entonces este hecho será una indicación de disfunción de la sutura occipito-


mastoidea.

Indicaciones:
Bloqueos de las suturas occipitomastoidea, petrobasilar y petroyugular, tensión de la
base del cráneo y falta de movilidad de la misma.
Dolores de cabeza y cefalea de origen vascular o tensional, migraña, vértigos y
mareos, dolores de oídos y acúfenos, problemas de memoria y concentración,
presión ocular, perdida del gusto, acidez estomacal, disfunciones digestivas,
palpitaciones cardiacas, contracturas del trapecio y del ECM.
Secuelas de traumatismos cervicales, tipo “latigazo”.

Contraindicaciones:
Se debe interrumpir si el paciente manifiesta dolor o mareos durante el tratamiento: a
veces bastan unos minutos de descanso, pero otras veces se debe interrumpir la
sesión o realizar otras técnicas.

Posición de las manos:


El pulgar de la mano derecha se apoya en la
parte anterior de la apófisis mastoides
(derecha), muy cerca de la mandíbula.
La eminencia tenar de la misma mano contacta
con la escama del temporal, detrás de la oreja.
La otra mano se sitúa sobre el hueso occipital
de forma plana.

Con la yema del pulgar (flecha color negro), al


presionar hacia atrás, se favorece la rotación
externa del temporal, mientras con la eminencia
tenar (flecha de color blanco), realizando una
presión anterior, se favorece la rotación interna.

1º Tiempo - Rotación Externa


La yema del pulgar derecho ejerce presión sobre la apófisis mastoides en dirección
posterior, provocando una rotación externa del temporal.
La mano izquierda induce el occipital en dirección lateral, hacia la izquierda,
descomprimiendo la sutura y hacia delante en flexión.

154
2º Tiempo – Rotación Interna
Con la eminencia tenar del pulgar derecho se ejerce presión en dirección posterior
sobre la porción mastoidea, es decir se lleva el temporal a rotación interna.
La mano izquierda resiste el MRP del occipital manteniéndolo fijo en la fase de
flexión y lo induce hacia atrás y arriba en la fase de extensión; es decir lleva el
occipital a extensión.

Tirón de oreja (Ear pull) y “V” Spread


Estas dos técnicas ya descritas, son
también muy indicadas para liberar las
suturas entre el temporal y el occipital,
sobretodo el “tirón de orejas” que en la
mayoría de los casos es suficiente para
eliminar las restricciones suturales, incluso
las más resistentes.

De hecho para poder llegar al estiramiento


de la tienda del cerebelo que es el objetivo
de esta técnica, es necesario que las
suturas estén libres; en caso contrario no
se puede estirar dicha membrana.

La técnica de “V Spread” es una técnica


energética que a pesar de lo que pueda
parecer, es muy efectiva. Se ha
comprobado que de esta forma se liberan
la mayoría de los bloqueos de las suturas.
Tal vez la única particularidad del “V
Spread” es que su eficacia depende en
cierta medida de la capacidad del terapeuta
de enviar energía, más que de una correcta
ejecución manual.

155
Sutura coronaria (ej. izquierda)
Indicaciones:
Traumatismos (frecuentes) en los parietales y el
frontal, dolores de cabeza, sensación de pesadez
y falta de coordinación.

Posición de las manos:


Mano izquierda en el hueso parietal, muy cerca de
la sutura coronaria.
Mano derecha en el frontal, muy próxima a la
sutura.

Corrección:
Con las dos manos se ejerce una ligera tracción contraria, para separar los huesos
entre sí, cada vez que inicia la fase de flexión del MRP, aprovechando la fuerza del
mismo.
Además se realiza un movimiento de bascula de los dos huesos, de acuerdo a la
forma de los biseles suturales.

Ojo: Cuando no recordamos de memoria la orientación de los biseles de las suturas,


se puede realizar una escucha de las mismas o una técnica de provocación antes de
iniciar la corrección: de esta forma se puede percibir la orientación de las mismas.

Variante
Se puede realizar esta técnica modificando la posición de las manos que se sitúan de
forma paralela, con los dedos índices de cada mano muy cerca de la sutura
coronaria, cada uno en contacto con un hueso.

De esta forma es más fácil percibir las sutiles variaciones de los biseles y dirigir de
forma más adecuada la presión correctora.

156
LA SINCONDROSIS ESFENOBASILAR (SEB)

Los huesos esfenoides y occipital, forman la mayor parte de la base del cráneo. Se
unen en una articulación cartilaginosa llamada “sincondrosis”, que conserva
siempre una cierta movilidad.

Las articulaciones cartilaginosas no mantienen las lesiones, a diferencia de las


fibrosas que sí lo hacen.

La motilidad de la sincondrosis esfenobasilar (SEB) sigue las fases de flexión y


extensión del MRP y se denomina de la misma forma: flexión y extensión.

La SEB es la piedra angular del cráneo, la articulación central del mecanismo


craneal, dado que el occipital y el esfenoides son huesos que se relacionan con
todos los otros huesos del cráneo.

Cuando esta articulación se encuentra libre de lesiones y con buena movilidad,


significa que el cráneo entero no sufre alteraciones de importancia, mientras
cualquier alteración del MRP, de otros huesos del cráneo y muchas disfunciones del
resto del cuerpo, fácilmente pueden alterar el buen funcionamiento de la SEB.

157
Movimiento del occipital:

Su movilidad se realiza alrededor de un eje horizontal y transverso que se sitúa


algo por encima del agujero magno.

Se mueve en un movimiento de
flexo-extensión según el movimiento
de flexo-extensión de la SEB.

La flexión dirige la apófisis basilar


hacia delante y arriba y la escama
hacia delante y abajo.

La extensión dirige la apófisis


basilar hacia atrás y abajo y la
escama hacia atrás y arriba.

Movimiento del esfenoides:

Hueso de la línea central del cráneo, se


mueve alrededor de un eje horizontal y
transverso que pasa por el cuerpo del
esfenoides un poco por delante de la
silla turca.

Se mueve con un movimiento de flexo-


extensión.

En la fase de flexión la apófisis basilar


del occipital, como acabamos de
describir, realiza un movimiento antero-
superior que, debido a la unión de la
sincondrosis esfenobasilar (SEB),
arrastra consigo la parte posterior del
esfenoides (lado derecho en la imagen).

La flexión de la SEB sitúa la parte posterior del cuerpo del esfenoides hacia arriba,
mientras la parte anterior (del cuerpo del esfenoides) se mueve hacia abajo. Las alas
menores y mayores van hacia delante y abajo y las apófisis pterigoides hacia atrás y
afuera.

158
Disfunciones de la SEB

Clases de lesiones
1. Torsión (derecha-izquierda).
2. Flexión lateral y rotación (derecha-izquierda).
3. Strain vertical (alto-bajo) y lateral (derecho-izquierdo).
4. Compresión.

La torsión es un tipo de lesión que frecuentemente es fisiológicas, es decir que


compensa otras disfunciones dentro o fuera del sistema craneosacral, mientras que
las tres restantes (flexión lateral y rotación, strain y compresión) surgen
mayoritariamente a consecuencia de la exposición a una tensión máxima, con la
correspondiente sintomatología más acusada.

No es infrecuente que aparezcan varias disfunciones simultáneamente y se


superpongan mutuamente.

La torsión tiene poca influencia sobre el estado general del paciente y requiere
tratamiento solamente en determinadas circunstancias. Fácilmente desaparece
cuando los trastornos originales o las disfunciones primarias han sido eliminados.

Las otras disfunciones tienen una influencia mayor.

Influencias sobre el resto del cráneo


Para comprender las disfunciones de la SEB es importante conocer la influencia que
tienen el occipital y el esfenoides sobre el resto de los huesos del cráneo:

El occipital ejerce su influencia directa sobre los huesos temporal, parietal, maxilar
inferior y sacro. Forma el cuadrante posterior.

El esfenoides influye sobre todos los restantes huesos. Forma el cuadrante anterior.

159
Lesión en torsión derecha

La lesión en torsión implica que el movimiento de la SEB


se realiza sobre un eje patológico, que es
anteroposterior y cruza por el centro de la SEB, desde el
extremo anterior del cuerpo del esfenoides, hacia el
extremo posterior de la escama del occipital.

Alrededor de este eje, el esfenoides y el occipital hacen


una rotación contraria entre sí. El conjunto de los dos
movimientos, crea la torsión de la SEB.

(ver imagen al lado)

El lado derecho al cual se atribuye la lesión, es el lado en el cual el esfenoides se


encuentra en posición de flexión.

Así en una torsión derecha, el esfenoides se


mueve en flexión (hacia arriba) en el lado
derecho, mientras que el occipital se mueve en
flexión (hacia arriba) del lado contrario
(izquierdo).

Indicadores diagnósticos

En la torsión derecha la apófisis basilar del


occipital, que está baja a la derecha,
determina una rotación interna del temporal y
un cuadrante posterior derecho en rotación
interna.

La apófisis basilar, que sube a la izquierda,


determina una rotación externa del temporal y
un cuadrante posterior izquierdo en rotación
externa.

160
La maleabilidad de la escama del occipital y las resistencias periféricas hacen que:

Del lado derecho, donde la apófisis basilar


desciende, la escama del occipital, sobre todo
en su parte lateral, desciende pero menos,
cerrándose en rotación interna,

Del lado izquierdo, donde la apófisis basilar


sube, la escama del occipital, sobre todo en su
parte lateral, sube - pero menos - abriéndose en
rotación externa.

La parte posterior del cuerpo del esfenoides


sube a la derecha: el ala menor sigue de
manera solidaria el cuerpo del esfenoides
mientras el ala mayor, por su maleabilidad y
resistencias periféricas, se dirige hacia fuera y
un poco hacia abajo, colocándose en rotación
externa.

La parte posterior del cuerpo del esfenoides


desciende a la izquierda: el ala menor sigue de
manera solidaria al cuerpo mientras el ala
mayor, por su maleabilidad y resistencias
periféricas, se dirige hacia dentro y arriba,
colocándose en rotación interna.

Generalmente las lesiones en torsión obedecen a causas adaptativas, por


alteración del sistema de fascias musculares, viscerales u otro. Rara vez son de
origen traumático primario

Los síntomas asociados a estas lesiones son leves y van desde cefaleas, problemas
oculares, trastornos endocrinos, sinusitis, alergias, trastornos del equilibrio, hasta
síndromes dolorosos del sistema musculoesquelético y escoliosis.

Lesión en torsión izquierda


Los signos diagnósticos para una lesión en torsión izquierda son los contrarios a
los descritos para una lesión en torsión derecha.

161
Lesión en flexión lateral y rotación derecha
En este tipo de lesión, al igual que en las torsiones, los ejes de los movimientos de la
SEB se alteran con respeto al normal movimiento de flexo-extensión.

El movimiento global de la SEB se puede desglosar a nivel didáctico en dos


movimientos distintos: un movimiento de flexión lateral del occipital y del esfenoides
que convergen hacia un lado, también denominado de inclinación o flexión lateral y
un movimiento asociado de rotación de ambos huesos hacia el lado contrario.

El movimiento de flexión lateral, se efectúa alrededor de dos ejes verticales: uno


pasa por el centro de la silla turca en el esfenoides y el otro por el centro del agujero
occipital.

El movimiento de rotación se realiza alrededor de un eje anteroposterior que se


extiende a través de la SEB.

La disfunción se denomina por el lado hacia el cual el ala mayor del esfenoides y la
escama del occipital efectúan la rotación.

162
Indicadores diagnósticos
Esta disfunción indica la existencia de una flexión lateral izquierda de la SEB, lo cual
hace que ésta realice una rotación del lado derecho.

El ala mayor izquierda del esfenoides y el ángulo


lateral izquierdo de la escama occipital se
aproximan entre sí. La SEB se coloca en flexión a
la izquierda.

El ala mayor derecha del esfenoides y el ángulo


lateral derecho de la escama occipital se alejan
entre sí. La SEB se coloca en extensión a la
derecha.

Este movimiento de latero-flexión izquierda hace


que se produzca una rotación de la SEB a la
derecha.

El ala mayor del esfenoides y el occipital a la


derecha descienden y a la izquierda suben.

La observación del cráneo, nos permite distinguir un


hemicráneo8 izquierdo corto y grande en rotación
externa-flexión y un hemicráneo derecho largo y
estrecho en rotación interna-extensión: el paciente
presentará un rostro de plátano.

El lado derecho será: alto y estrecho (convexo) con


el ojo mas hundido, la oreja más pegada a la
cabeza y los maxilares en rotación interna.

El lado izquierdo será: grande y menos alto


(cóncavo), ojo meno hundido, oreja despegada y
los maxilares en rotación externa. La congruencia
dental está respetada.

8
Una mitad del cráneo.

163
Las causas de esta lesión son adaptativas y compensatorias en casos de trastornos
del sistema de fascias de los músculos esqueléticos, y viscerales cuando se trata de
otros trastornos.

Los síntomas son mas graves que en los casos de lesión en torsión

Lesión en flexión lateral y rotación izquierda


En esta lesión, los signos diagnósticos son los contrarios que en la lesión derecha.

164
Lesión en “strain” vertical alto - Flexión

La palabra “strain” significa tensión y esta es


precisamente la causa de los “strain”, tanto
vertical alto, como bajo o lateral: esta lesión
es provocada por tensiones muy fuertes y
desequilibradas del sistema craneosacral.

El movimiento del esfenoides y del occipital


se realiza sobre los ejes normales de flexo-
extensión de estos huesos, pero el
esfenoides se mueve en flexión con relación
al occipital, relativamente en extensión.

La disfunción recibe su denominación de


acuerdo al movimiento y posición del
esfenoides, que en este caso está en flexión,
alto en la parte posterior del cuerpo y bajo en
la parte anterior y alas mayores.

Indicadores diagnósticos
Las alas mayores del esfenoides se mueven con mayor amplitud en dirección
anterior e inferior, mientras la escama occipital se mueve con mayor amplitud en
dirección posterior e superior.

La frente tiende a estar aplanada y ancha, los ojos algo prominentes y las orejas
están más pegadas al cráneo.

La congruencia dental no
se respeta, debido a que el
esfenoides (en flexión) que
rige sobre todos los
huesos de la cara, induce
el maxilar superior a
rotación externa, mientras
el occipital (en extensión)
que rige sobre la
mandíbula, la induce a
rotación interna.

165
Lesión en “strain” vertical bajo - Extensión

Esta lesión es la contraria a la anterior, aquí la


parte posterior del cuerpo del esfenoides se
encuentra relativamente bajo (en extensión), con
respeto a la apófisis basilar del occipital que se
encuentra relativamente alta (en flexión).

El esfenoides se mueve más a extensión, en


relación con el occipital que lo hace hacia la
flexión.

La disfunción recibe la denominación de acuerdo


con la superficie posterior del cuerpo del
esfenoides, en este caso baja, o al movimiento,
extensión.

Indicadores diagnósticos
Las alas mayores del esfenoides se mueven con mayor amplitud en dirección
posterosuperior, mientras la escama del occipital se mueve con mayor amplitud en
dirección anteroinferior.
La frente es alta y estrecha, los ojos están hundidos v las orejas están despegadas
del cráneo.
La congruencia dental es asimétrica, no coincidiendo las superficies dentales de
maxilar superior con las de la mandíbula.

Las causas del “strain” bajo, son similares al “strain” alto, es decir: fuerza ejercida
desde arriba sobre la base del esfenoides o desde delante sobre el hueso frontal.
Caída sobre la pelvis o los talones, trastornos viscerales o del desarrollo embrionario
de la lengua.

La sintomatología de los “strain” verticales (tanto alto como bajo) es más grave que
en las lesiones anteriores. Conduce con mayor frecuencia hacia una incapacidad
laboral, así como a otras disfunciones: trastornos endocrinos, problemas de
masticación, disfunciones de la ATM, trastornos de la visión, cefaleas y migrañas que
aparecen con periodicidad, estados depresivos o esquizoides.
En caso de “strain” bajo se sufre con mayor frecuencia sinusitis, rinitis y alergias.
En caso de “strain” alto se suelen producir trastornos de la audición

166
Lesión en “strain” lateral

Lesión bastante frecuente cuyos movimientos se


realizan sobre dos ejes verticales: uno que pasa a
través del centro de la silla turca del esfenoides y otro
a través del centro del agujero occipital.

El esfenoides y el occipital efectúan una rotación en


la misma dirección alrededor de estos dos ejes
hipotéticos. El lado del “strain” lateral recibe su
nombre de acuerdo con el lado en el cual la porción
posterior del cuerpo del esfenoides se ha desplazado
con referencia al occipital.

Cuando se soportan fuertes influencias traumáticas


laterales sobre las alas mayores del esfenoides, la
SEB no se mueve alrededor de los dos ejes
verticales, sino que el esfenoides es desplazado
lateralmente con respecto a la superficie articular del occipital.

Indicadores diagnósticos (ej. lesión derecha)


Existe una deformación global en
paralelogramo del cráneo, con el
hemicráneo derecho mas hacia delante
en relación con el hemicráneo izquierdo.

El conjunto del maxilar inferior está


desplazado a la izquierda.

El ala mayor izquierda del esfenoides se


mueve hacia atrás, mientras el ala mayor
derecha del esfenoides se mueve hacia delante.

El lado izquierdo del occipital se desplaza hacia atrás y el derecho hacia delante.

El cuerpo del esfenoides está desplazado hacia la derecha con respecto a la base
occipital.

Las causas de “strain” lateral, así como de casi todas las lesiones de la SEB, son las
tensiones del sistema craneosacral, con fuerzas de vector lateral, que han actuado
lateralmente sobre una de las dos alas mayores del esfenoides, lateralmente sobre el
occipital o frontalmente y de forma unilateral sobre el hueso occipital y/o frontal.

En otros casos hay que remontar al nacimiento, contracciones uterinas o fuerzas


soportadas durante el parto.
167
Traumatismos del temporal o del occipital.

Tratamientos dentales o de ortopedia maxilar.

Los síntomas son variados: trastornos en los ojos y/o visuales, fuertes cefaleas y/o
migrañas; trastornos endocrinos, del equilibrio, del aprendizaje, llegando incluso a
producir trastornos psíquicos.

168
Lesión por compresión

La cara posterior del cuerpo del esfenoides y la base del


occipital están comprimidas, lo cual provoca una
limitación de la movilidad rítmica del la SEB de flexión y
extensión o su casi completo bloqueo.

Esta lesión es muy perjudicial porqué el bombeo de LCR


y el retorno sanguíneos se ven seriamente disminuidos,
puede existir compresión de membranas, estructuras
neurológicas y sobretodo la persona ve gravemente
limitado su potencial energético.

La compresión de origen traumático dará lugar a una


frente y un occipital vertical.

Indicadores diagnósticos
Reducción de los movimientos de flexo-extensión de la
SEB. En algunos casos, disminución de la frecuencia del
MRP (especialmente en caso de génesis psíquica), con
movimiento visiblemente más intenso de la cubierta del
cráneo en relación con su base.

Las causas son las restricciones de las membranas


durales o de las suturas craneales como consecuencia
de fuertes contracciones uterinas, así como
traumatismos sufridos durante el parto o la utilización de
fórceps y los traumatismos craneales severos. Los
problemas psíquicos son causa frecuente. A nivel
articular, las causas pueden ser la compresión de la
charnela lumbosacra, las lesiones del cóccix y la
compresión de los cóndilos del occipital.

La sintomatología es grave y variada y va desde


trastornos metabólicos, depresiones profundas,
tendencia al suicidio, autismo etc.
Todos los síntomas de las otras lesiones de la SEB,
pueden manifestarse con mayor gravedad.

169
Diagnostico y tratamiento de la SEB

Diagnostico de la SEB
Test de escucha:
El terapeuta sigue el movimiento de flexo-extensión de la SEB de forma pasiva, con
una de las posiciones de las manos sobre el cráneo ya descritas en el capitulo de la
palpación. Está particularmente indicada la palpación occipito-esfenoidal de Magoun.

Al realizar una escucha de la SEB, además de diferenciar las distintas lesiones, se


debe valorar la amplitud, fuerza, simetría y calidad de movimiento, lo que nos aporta
una visión amplia del estado del cráneo y del organismo.

No olvidemos que el occipital controla los huesos del cuadrante posterior del cráneo
y el esfenoides todos los demás, así que el estado de la SEB, clave de bóveda de
toda la estructura ósea craneal, permite valorar la movilidad general del cráneo y
además percibir las fuerzas que están actuando cuando existen lesiones.

Diferenciar las lesiones entre sí no es difícil si el movimiento es amplio: en caso de


que el MRP sea muy limitado conviene normalizarlo previamente.

Test de provocación:
Se realiza con la toma del cráneo de Upledger o la occipito-esfenoidal de Magoun.

El terapeuta ejerce un pequeño impulso sobre las alas mayores del esfenoides y
sobre la escama del occipital en la dirección que se somete a test: luego sigue el
movimiento provocado de forma pasiva y atenta, en esa dirección.

Se debe realizar el test en todos los movimientos de la SEB, es decir: flexión y


extensión - torsión izquierda y derecha - flexión lateral izquierda y derecha -
movimiento vertical superior e inferior - movimiento lateral izquierdo y derecho.

Si al realizar algunos de estos movimientos se aprecia una fuerte resistencia, una


sensación de “barrera”, significa que existe un bloqueo, que lo dificulta; por otro lado
el movimiento contrario probablemente resultará muy amplio. Tendremos entonces
una lesión en el sentido facilitado, el más amplio.

Si existen varios movimientos con sensación de “barrera”, probablemente se trate de


una lesión de la SEB de compresión, un caso de bloqueo muy fuerte.

170
Tratamiento de la SEB
Cuando se somete a tratamiento la SEB se emplean normalmente las técnicas de
exageración o de “point of balance”, excepto en algunas ocasiones en las que se
emplean técnicas directas.

Depende de la sensibilidad del terapeuta elegir una forma de tratamiento o la otra, en


función de las percepciones que vaya notando y teniendo en cuenta que la técnica
de “point of balance” es más sutil que la técnica de exageración. De todas formas
ambas son igualmente efectivas, relajantes, no perjudiciales y sumamente
agradables. En la terapia craneosacral no existen técnicas que provoquen rechazo,
dolor o molestias.

La técnica de exageración es muy indicada cuando el MRP es muy fuerte y “tira” con
energía, la cual es aprovechada para la corrección; en caso de que el MRP sea más
débil, es cuando iremos empleando el método de “point of balance”.

Lo mejor es dejarse guiar por la intuición y por las sensaciones percibidas.

Advertencias:

A veces el paciente puede experimentar molestias pasajeras, nauseas, malestar o


síntomas neurovegetativos, de duración limitada y absolutamente normales: no hay
que preocuparse y es oportuno parar diez minutos, pasados los cuales se puede
reanudar la sesión sin problemas. En algunos casos estas reacciones son debidas a
la estimulación del sistema nervioso por efecto de la manipulación, lo que hace
prever una reacción curativa importante.

Las técnicas directas están indicadas sobretodo en las disfunciones del cráneo como
“strain” vertical o lateral, en las lesiones de compresión, en el tratamiento de los
niños menores de 6 años y en los traumatismos agudos.

Cuando existen traumatismos agudos o en niños menores de 6 años está indicada la


técnica directa.

Recomendaciones:

En caso de que las disfunciones de la SEB estén provocadas o mantenidas por las
limitaciones de la movilidad del sacro, los trastornos periféricos del resto de los
huesos craneales, el sistema visceral, etc., el terapeuta debe someter siempre a
tratamiento las disfunciones primarias.

En todas las técnicas de tratamiento de la SEB, el paciente se situará en decúbito


supino y el terapeuta se sentará en la cabecera de la camilla.

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Existen distintas tomas del cráneo para realizar la palpación o el tratamiento de la
SEB, ya descrita con anterioridad: la de Sutherland, de Upledger y de Magoun: el
empleo de una u otra depende de los gustos personales.

Quizás las forma más fácil para corregir la


SEB sea empleando la toma esfeno-
occipital de Magoun, por ser la única en la
que cada mano se encuentra en contacto
con un solo hueso, lo que permite percibir
claramente el comportamiento individual de
estos. Para los diestros, la mano derecha
sujeta las alas mayores del esfenoides entre
el pulgar y el índice o el medio, mientras la
izquierda se mantiene en contacto con la
escama del occipital. En este caso el
terapeuta se sitúa al lado derecho del
paciente.

Si el terapeuta tiene las manos pequeñas y


no alcanza a realizar la técnica de Magoun,
puede emplear la toma de Upledger, que es
perfectamente valida tanto para diagnosticar
como para tratar la SEB.

Realización:
Terapeuta sentado en la cabecera de la
camilla, con un ángulo de los brazos que
permita la máxima comodidad: la posición
cómoda y relajada del terapeuta es
fundamental en todas las fases del trabajo craneosacral, la incomodidad
desconcentra el terapeuta y le impide desarrolla la sensibilidad y niveles de atención
requeridos.

Todas las lesiones se tratan por técnica de exageración o por “point of balance”,
excepto la lesión de compresión (técnica directa).

Independientemente de la técnica empleada, una vez corregida la lesión, se debe


volver a comprobar el resultado. Es frecuente que una vez corregida una lesión,
pueda aparecer otra, como si existieran distintas lesiones superpuestas una a otra.
En este caso se corrigen cuantas lesiones existieran, hasta comprobar que el cráneo
se mueve de forma normal.

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