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"El Libro de Mariel"

de Miguel Corsi

PROLOGO

Escribir las primeras palabras de este libro representa un desafío personal inexcusable, por mi condición de ciudadana,
mi amor por los libros, mi pasión por la historia y por las verdades, y sobre todo un compromiso en la búsqueda de las
frases precisas para expresar claramente lo que debo presentar.

El “Libro de Mariel” es una Historia de Vida en la que Miguel Corsi ha logrado plasmar la tragedia que, tan
desoladoramente, golpeó miles de hogares argentinos durante los aciagos años de la última dictadura militar que
sumergió a nuestro país en el terror. Nos traslada al universo generado por las incertidumbres de las ausencias que
permanecen hoy latentes, a pesar del cansancio y del tiempo, en lo que Adolfo Perez Esquivel ha llamado “duelo en
suspenso”. Desde el anonimato al que fueron sometidos todos nuestros desaparecidos nos están dando su memoria, en
la certeza de que hay caminos que debemos clausurar sin olvidar. No creo que sea justo para con ellos decir que sus
destinos nos han servido para aprender. Aún a riesgo de no ofrecer consuelo sigo considerando que no se puede
justificar ni con el mejor propósito tanta irracionalidad, tanta negación de la vida cualesquiera sean las motivaciones
esgrimidas. Esto fue un genocidio.

Mariel Corsi es una joven desaparecida. Secuestrada de su hogar por los efectivos de las fuerzas de seguridad, pasó a
integrar la tétrica lista de miles de personas que dejaron de tener presencia civil dando inicio al drama que cubriría a las
víctimas y a sus seres queridos. Es evidente que las pérdidas sufridas son para siempre y el dolor generado por ellas
insuperable, pero en su reconocimiento y en la condena está la capacidad de asumirlas y la posibilidad de esperanzas.

Que Miguel haya podido sortear la angustia paralizante por su hermana Mariel para hacer frente a este libro, que haya
podido permitirse perderla un poco más, como su recuerdo privado, íntimo, e iniciado el camino para transferírnosla
como parte de nuestra historia común, es ya un camino a la esperanza. A través de estas páginas la cotidianeidad de su
familia se nos va descubriendo para hacernos evidente la vulnerabilidad, la parte que nos toca de la historia, la
impotencia de los hombres comunes y la marca siniestra que dejó el gobierno militar en tantas almas, imponiendo el
efecto de tortura permanente. Quienes vivimos este período de nuestra historia fuimos testigos de la forma en que se
fue modelando una cultura, que tuvo sus raíces en el poder y se plasmó sobre los valores existentes. Sufrimos así la
imposición de la desigualdad de los hombres, las voces de los que mandan callando todas las otras voces,
considerándolas infrahumanas, inferiores, sin existencia.

La historia de vida que se abre aquí es en realidad muchas otras historias. Ese es uno de los aportes más valiosos. No se
lee sobre lo extraordinario, insólito, excepcional o diferente, leemos sobre el desenvolvimiento de una verdad
compartida que, mediante el relato subjetivo, nos queda develada. En la lectura de estas páginas vamos descubriendo
una faceta de los crímenes de lesa humanidad. La calidad de testimonio histórico en el marco de una historia de vida
posibilita al lector penetrar en las vivencias profundas de alguien a quien no le contaron las cosas, de alguien que las
vivió. Es este libro un valioso relato de lo cotidiano a través de las experiencias de su autor. Con él recreamos intimidad,
percepción, angustia, sentimientos, que con indiscutible coraje Miguel es capaz de transmitirnos. Una narración
espontánea, cautivante, nos permite captar imágenes claras a la vez que dramáticas de los últimos 25 años en una vida
como la del autor: primero estudiante secundario, luego universitario y más adelante como un hombre buscando su
realización en lo imprevisible de la vida.

A todos nos cabe una responsabilidad social, acciones como esta, escribir para todos, dan el espacio para la
concientización respecto a los derechos humanos y a la necesidad de protegerlos y prevenir las violaciones. La difusión
de vivencias de esta tragedia de nuestra historia contemporánea es un deber social para con nuestros jóvenes. Este libro
es un paso hacia la cimentación de nuestro pasado, a través del reconocimiento, sin duda doloroso porque la trama de
esas vidas destruidas, de ese número obsceno de personas aún se sigue hilvanando, aún hace catarsis, aún plantea la
necesidad de una evaluación. Se impone contar con la fortaleza necesaria para recuperar la solidaridad como principio
fundante de la humanidad, y sobre todo recuperar la sensibilidad social que nos impida olvidar, que retenga la memoria,
porque olvidar significaría negar el protagonismo de la historia en el proceso de conformación de nuestras identidades.
Creo posible que a través de la lectura del “Libro de Mariel” se consoliden más los lazos de solidaridad y pertenencia de
nuestra sociedad, y se concrete el objetivo de Miguel, un homenaje a Mariel, para que los jóvenes puedan saber y los
adultos reflexionar.
Al que lea esto:

Me llevo mucho tiempo, casi cinco años, decidirme poner en circulación este manuscrito. Quizás la razón que me
detenía, al menos en forma racional, era el costo de impresión de un libro de éxito incierto. Pero la razón verdadera,
sospecho, era el miedo al ridículo, a las palabras ácidas acerca del valor estético de la obra. Superé ese temor al
recordar que las razones que me llevaron a escribirlo no fueron precisamente ser evaluado en un certamen literario o
buscar convertirlo best seller de lectura liviana.

Quise aportar un testimonio directo de la historia reciente Argentina. Para aquellos que eran muy jóvenes, o para
aquellos que estuvieron lejos del "teatro de operaciones" ya sea física o actitudinalmente. Y también para todos
aquellos que nos reconocemos, con lagrimas en los ojos, en ese pasado doloroso.

Por expreso pedido de mi madre, aclaro que ella no estaba tan ignorante de los acontecimientos, al menos como
sugiero en algunos pasajes; vaya en mi descargo que esa era mi percepcion en esos meses.

Es inevitable caer en un lugar común, pero realmente me sale del corazón:

Dedico este libro a mi hermana María Elina Corsi, desaparecida bajo el ultimo régimen militar que (des)gobernó a mi
querida Argentina durante 1976 -1983. A ella y a los 30.000 desaparecidos. Donde quiera que estén, descansen en paz

Miguel Corsi.

Villa Regina - Rio Negro - Argentina.

Septiembre 1997

Capítulo 1

Primavera austral de 1975 Hice un ultimo pasaje de términos y me precipite ansioso sobre el final de la guía de T.P.
Acorde con la tendencia de toda la tarde, otro resultado erróneo marcaba mi escasa predisposición para las ciencias
exactas. Miré por la ventana entreabierta con una mezcla de hastio y desencanto.La brisa calida traía una invitación
difícil de ignorar.Aparté con cuidado los apuntes, menos por prolijo que por estar elucubrando una renuncia
momentánea a la física. A pesar de mi condición de estudiante de primer año de ingeniería, la natación competitiva me
atraía de una forma cada vez mas intensa.Había empezado a nadar dos años antes por prescripción medica. El tono del
profesional, al aconsejar a mamá, no permitió ninguna duda:

- Señora, este jovencito tiene que hacer deporte, natación por ejemplo...y dejar de fumar.

Recuerdo la mirada fulminante de mi madre, hasta ese momento ignorante de mis secretas predilecciones tabaquicas.
No me olvido, tampoco, que tuve que aceptar a regañadientes ir a nadar.Los comienzos fueron duros. Las primeras
semanas mis padres tuvieron que luchar para que preparase el bolso y saliera rumbo a la pileta.Luego, sin darme
cuenta, empece a depender de la natacion.Para poder entrenar diariamente hasta habia normalizado el rendimiento en
el secundario.Al empezar ese año la facultad, ya tenia el fanatismo de los conversos .Las peleas con mis padres eran
entonces por el exceso de energias puestas en la competencia,en desmedro de la actividad academica.

Preparé el bolso y llame por telefono a Alejandro, mi incondicional amigo.Combinamos el punto de encuentro y media
hora mas tarde estabamos a bordo del colectivo, rumbo al entrenamiento. El club al cual representabamos en esa epoca
no tenia pileta cubierta, de modo que era necesario alquilar alguna.Ese invierno habiamos conseguido una que no era
de lo más adecuada para la natacion competitiva.Los torneos de natacion se desarrollan en pileta de 25 mts y la pileta
en cuestion tenia una extraña longitud de 33,33 .Sumado a esto, solamente el equipo masculino podia ingresar en ella.
Llegamos a nuestro destino a horario.El profesor y el resto de los nadadores esperaba en la puerta.El contrato de uso de
las instalaciones era claro al respecto.Entrabamos y saliamos todos juntos a la hora pactada.Si alguien llegaba luego del
ingreso del grupo, sencillamente no entraba.Si alguien terminaba antes, debia esperar para salir cuando lo hicieran
todos. Dejamos los documentos en la guardia y seguimos la senda entre los arboles.Eramos habituales en ese lugar a
fuerza de ir tres veces a la semana; y sin embargo los jovenes de azul siempre nos miraban con la curiosidad de la
primera vez.Yo tambien miraba el lugar con atencion.Parecia mentira que en plena ciudad, oculto a la mirada del
transito, hubiera eucaliptus tan grandes.Llegamos luego de rodear varios edificios, donde estaba la pileta. Disfrutamos,
si cabe el termino, una sesion de entrenamiento.Nos cambiamos y salimos del ambiente calido del natatorio.El viento
que soplaba del cercano Rio de La Plata se sentia frio en nuestras humedas cabezas.Los jovenes de azul se preparaban
para la cena. Recuperamos nuestros documentos en la garita de vigilancia y , ya en la vereda, nos despedimos del
grupo.Mientras esperabamos con Alejandro para cruzar la avenida, giré y mire por un instante los edificios blancos y los
arboles. En ese momento no lo sabia, pero las siglas inscriptas en el frontispicio serian, diez años más tarde, sinonimo de
muerte. Habiamos nadado en la ESMA.

Capitulo 2

Mi familia, como la de la mayoría de los habitantes de este país, es una combinación de inmigrantes europeos.El
apellido materno Barrionuevo, si bien de origen español, quizás oculte algunas gotas semitas. Cuando la diáspora se
acercó a los pueblos del viejo continente se agrupó en villorrios periféricos, formando nuevos barrios; Barrionuevo,
Castelnuovo o Neustdat llevan implícito un origen común sospechoso para los partidarios de la solución final. Mi abuelo
paterno, Corsi, decidió dejar Italia y venir a América luego de eludir fortuitamente una visita hecha entre gallos y
medianoche por los acólitos del Duce. Los Barrionuevo tuvieron tres hijos, dos varones y una mujer.Los Corsi, un solo
varón.Ambas familias, con gran esfuerzo, lograron darle una educación a sus descendientes.Fue así que la maestra de
sordos María Antonia Barrionuevo conoció al futuro ingeniero Aldo Corsi en la pileta del Racing Club de Villa Del
Parque.De ese matrimonio nacimos cuatro hijos, dos varones y dos mujeres.La mayor, María Elina, nació en 1955; yo en
1957.Myriam y Mariano vinieron en el '64 y el '69 , respectivamente.

En febrero de 1963, yendo en auto de Necochea a Mar del Plata, tuvimos un accidente serio.Papá estaba en Buenos
Aires y viajábamos con mamá y Marielina.La imprudencia de un distraído camionero o, quizás, un movimiento
exagerado de volante, hizo que el volkswagen diera dos tumbos y nos dejara diseminados sobre el asfalto estival.Mi
madre perdió un embarazo de cinco meses y se fracturó la cadera y el fémur, dejándole una secuela que se agravó con
los años;nosotros dos, fractura de cráneo.En ese momento tuve una experiencia a la que durante mucho tiempo no le
presté atención, hasta que un día leí algo al respecto.Me refiero a la gente que estuvo a punto de morir y "regresó"; la
llamada experiencia OOBE-iniciales de las palabras inglesas out of the body experience:experiencia fuera del
cuerpo.Recuerdo que a pesar de tener el cráneo fracturado y aplastado, todo bañado en sangre, nadie reparaba en
mi.No sentía miedo ni nada parecido, solo miraba el cuadro.Uno o dos automóviles cruzados en la ruta, mucha gente
alrededor y dos hombres llevando a mi madre inconsciente.La cabeza le colgaba hacia un costado mientras los brazos
acompañaban en un movimiento de vaivén el paso de los socorristas.Y sobre todo esa sensación de que nadie estaba a
mi lado. Todavía es posible encontrar en el álbum familiar fotos del comienzo de clases de ese año: mi hermana y yo,
ambos con la cabeza vendada, miramos a la cámara desde la acera del colegio.

Quizás por el accidente y una pequeña secuela motora, de niño fui mas bien retraído y tímido, reacio a integrarme a los
demás compañeros de escuela.Marielina, creo recordarla de esta forma, era mas segura de si, tenía su grupo de amigas.
Pocos años después del accidente,en 1966 y merced de una antojadiza pero para nosotros benéfica resolución del
Ministerio de Educación, mamá se pudo jubilar relativamente joven. Mi hermana y yo, cada uno en su colegio religioso,
teníamos nuestro grupo de amigos.Dado el carácter confesional y el criterio imperante en esos años en dichos colegios,
el mio era exclusivo de varones y el de ella, lógica elemental, para niñas y señoritas.

Pasaron los años.Empecé el secundario junto con la década del '70.Mi pequeño grupo de amigos de la escuela primaria
se disolvió y a pesar de seguir en el mismo colegio me encontré con caras nuevas,no necesariamente amigables.Siempre
a alguien le toca ser el centro de las burlas; y me tocó a mi. A mi hermana le gustaba ir a bailar con su grupo. Yo por
temor a quedar excluido del mio , aceptaba ir a regañadientes a los bailes.Esto significaba quedarme sentado cavilando
acerca de cual era la mejor táctica para invitar alguna niña a bailar.De esta forma, pasada la medianoche comenzaba a
dormirme y a proponer a mis acompañantes el retorno a casa. En los veranos íbamos de vacaciones a Mar de Ajó, a la
casa que mis abuelos habían comprado hacia tiempo. A veces salíamos de caza nocturna quebrando toda ética del
deporte de reyes.Mi padre manejaba, mi hermana alumbraba con un reflector el costado del camino mientras que yo,
sentado en el capot con mi escopeta, buscaba alguna pieza para abatir.Cuando aparecía algo en el haz de luz golpeaba
la carrocería, mi padre detenía el coche y Marielina cerraba los ojos porque no soportaba el desenlace.Algunas veces,
por no mirar , se escapaba la afortunada liebre , lo cual provocaba un rápido intercambio de mutuas recriminaciones.

Quizás por ese impreciso antepasado marrano o tal vez por la sugerencia que los camisas pardas de Benito Mussolini le
hicieron al nono, lo cierto fue que mis padres rehuyeron en su juventud al tufillo fascistoide de los dos primeros
gobiernos de Juan Peron. Si había que definirlos politicamente, podrían haber sido adjetivados tibiamente de no-
peronistas.Esto no era incompatible con su esfuerzos por inculcarnos sentimientos altruistas.Así se explica nuestra
inscripcion en escuelas religiosas, como forma de crecer en un ambiente de caridad cristiana. Mi colegio tenía una
metodología algo distinta al de mi hermana, en lo referido a la formación de generaciones de creyentes.Quizás por ser
exclusivo para varones, el aglutinante primario de las actividades extra escolares eran los campamentos o los torneos
deportivos.El de ella, en cambio, escogió como camino la visita a hospitales y villas de emergencia.Recuerdo algunos
almuerzo de domingo, cuando Marielina volvía impresionada por las cosas que veía en sus visitas de
caridad.Posiblemente eso era algo demasiado difícil de digerir para una adolescente de clase media. Ella termino el
secundario en 1972 y se inscribió en la facultad de veterinaria.Yo, mientras tanto, pasaba a cuarto año y aún no tenía
bien en claro que carrera deseaba seguir.Mi interés en el funcionamiento de las armas me sugería que ingeniería quizás
fuese mi vocación,pero todavía tenía dos años mas para decidirme.

En el verano de 1973 presencié por primera vez en forma consciente, al igual que muchos otros jóvenes, lo que una
campaña electoral representaba.Aun hoy después de tantos años recuerdo los slogans.Escuchar por radio "...ganaremos
la primera y no habrá segunda vuelta" me parecía una impudicia;no era posible que los peronistas ganaran.¿sabia
realmente la gente a lo que se exponía? Llegaron por fin las elecciones y en casa el triunfo de Campora-Solano Lima fue
tomado como una derrota.Pasó Marzo y mi hermana empezó sus estudios universitarios en un clima de euforia
estudiantil ya que la aplastante victoria garantizaba la total libertad de los centros de estudiantes.A principio de mayo
bajo prescripción medica comencé a nadar para superar un problema asmático.

El país se iba preparando para el cambio de gobierno.Un profesor mio de filosofía, Jordan Bruno Genta, sostenía que
semejante mayoría podía ser explicada únicamente bajo la inspiración diabólica.El 25 de mayo, mientras la multitud les
gritaba "se van, se van y nunca volverán" un grupo de militares abandonaba la Plaza de Mayo.Hacia la tarde de ese día
la atención de los argentinos se dirigió a la calle Bermudez, de Villa Devoto donde ahora se cantaba "primera ley
vigente, libertad a los combatientes" y se recibía en libertad al grupo de amnistiados que abandonaban la cárcel. El año
fue pasando. Cada vez más me fui entusiasmando con la actividad acuática. Mariel empezó a militar en el centro de
estudiantes de veterinaria.La participación popular es la llave para promover cambios profundos en la sociedad, según
se decía entonces.Cuando fue a manifestar a la histórica plaza en contra del golpe de Pinochet, me pidió prestada una
campera que tenía capucha, según ella para evitar ser fotografiada por la C.I.A.; en mi opinión una excusa cualquiera
para usarla. En ese tiempo, contiguos a nuestra casa, teníamos dos departamentos que estaban alquilados.El más
antiguo de los inquilinos, un pacifico oficial del ejercito, gozaba de cierta confianza con nosotros y se permitió bromear
acerca de la fantasía de mi hermana.

Al iniciarse el periodo lectivo en el '74 nos encontramos en el colegio con la novedad tener que armar una versión
actualizada de la Unión de Estudiantes Secundarios.Como estábamos en el ultimo año, nos sentimos importantes por la
responsabilidad encomendada. Aunque queríamos aparentar un gran dominio dialéctico, la mayoría de nosotros repetía
lo que los padres decían.Asi, el que provenía de una familia peronista, se proclamaba defensor incondicional de todos
los actos de gobierno.En el caso mio, si bien de tendencia radical, mi familia y yo recibíamos el mote de "gorilas",
categoría vaga en la que se incluía desde el tímido no-peronista hasta el furioso antiperonista. Mientras tanto yo iba
progresando en mis marcas.A instancias de mi entrenadora y superando mi temor acepté participar en los Inter
colegiales que se iban a realizar en octubre.Si bien no terminaba de alcanzar los tiempos mínimos como para
representar en forma oficial al club, mi desempeño permitía abrigar alguna posibilidad de éxito.No lo podía creer, que
alguien me tuviera confianza era un elemento más que motivante.Se acercaba el ultimo fin de semana de octubre y la
posibilidad de obtener mi primer medalla me impedía dormir .Me repetía que el lunes , después de izar la bandera,
seguramente se iba a comentar algo delante de todo el colegio.Llegó el torneo y como era previsible ese sábado gane
dos pruebas, con medallita y todo.En casa me felicitaron.El domingo a la tarde mientras fantaseaba acerca de la gloria
inminente, llamó un compañero para avisar que al día siguiente no iba a haber clase:Habían asesinado al profesor Genta
y teníamos que ir al velorio.Colgué el teléfono aturdido.¿Genta muerto? ¿porque? Lo que más recuerdo del velorio
fueron los detalles del atentado, contados por los celadores. Acorde con su fervor religioso, repitió ese domingo por
ultima vez, y sin saberlo, la tradición de ir a misa de nueve.Al terminar esta y en la misma vereda de la iglesia, se le
acerco un muchacho joven.Sin pronunciar ninguna arenga revolucionaria, sin ninguna emoción visible, apuntó con
cuidado y a menos de tres metros hizo fuego.No disparo una vez, sino varias.Genta, ya acribillado y sabiendo que lo
separaban segundos de la eternidad, hizo un esfuerzo y alcanzo a persignarse. Quede doblemente impresionado, por la
muerte violenta y por la valentía de la fe.Me pregunte que haría yo si alguien me acribilla.

Ya cerca de fin de año Marielina había empezado a cuestionar el ideario político familiar.Al principio eran preguntas
acerca de la coyuntura nacional.Luego fueron cambiando hacia una mezcla de discusiones domesticas y replanteos de
un sinnúmero de legados de la generación anterior.Si me tocaba presenciar este tipo de situaciones por lo general
aprobaba la postura de papá, más por una cuestión afectiva que por una razón intelectual. Esto la alteraba.No podía
entender como su hermano fuera intelectualmente un perezoso que adaptara las ideas paternas para no analizar las
propias .Cuando el enojo se le pasaba, nos contábamos cosas que nada tenían que ver con la política y pasaban mas por
lo pequeños proyectos de cada uno.

Llegó 1975 y mi ingreso a ingeniería.Para entonces Marielina ya pertenecía a la Juventud Universitaria Peronista,
quebrando la tradición de la familia.En mi facultad aprendí a caminar por los pasillos esquivando cartelones de las
agrupaciones político-estudiantiles. Estas, a pesar de las insistentes invitaciones a luchar por el cambio, no lograban
seducirme.Yo trataba de permanecer el menor tiempo posible ahí.Encontrarme con una exigencia de estudio a la que
no terminaba de adaptarme, y el hecho de no profundizar ninguna amistad, me hacia sentir particularmente
incomodo.Mariel se daba cuenta de la diferente actitud mia a ir a "paseo Colon" y la de ella de ir a "la facu".Yo lo
percibía como un calvario difícil de aceptar Los domingos al atardecer, cuando volvíamos del club, sentía yo algo
indefinido al prever los deberes de la semana venidera.Así como yo no tenía amigos o compañeros de estudio en la
facultad, ella no los tenía en el club.Y si durante años fue una tradición el asado en el club los domingos al mediodía, ese
año Mariel empezó a comer sola en casa, aduciendo que era el único día de la semana en que podía estudiar tranquila
con los compañeros. Mis padres empezaron a molestarse con nosotros, aunque por diferentes motivos.Mi
hermana,según mi madre, tomaba la casa como una pensión: solamente aparecía para comer y dormir.Y ademas había
empezado a fumar delante de ellos. En mi, caso el rendimiento académico no era de los mejores. Mi padre dijo que era
por culpa de la natación y marcó un horario restringido de entrenamiento.Yo empece a añorar los días en que era
estudiante secundario, cuando todo estaba bien y las peleas en casa eran por quien ponía la mesa. El paisaje porteño
también había cambiado; no era raro ver pasar coches a gran velocidad, con sirenas pidiendo paso.El 21 de septiembre,
Día del Estudiante, la confitería de enfrente de casa se llenó de chicos festejando.Corrí la cortina del comedor y los mire
pensando que ya nunca mas iba a poder festejar esa fecha. Un día, nuestro inquilino militar se acercó a hablar con
papá.Gracias a que la relación era más de buenos vecinos que de locador-locatario, le hizo una confidencia.Mientras
estaba revisando cierto fichero con otro compañero surgió la dirección de nuestra casa y el nombre de Marielina.Con
cierto riesgo para su carrera pudo hacer desaparecer esos datos, pero venia a darle un consejo:que Mariel no apareciera
tanto por la facultad, a menos que fuese para estudiar.

- Por las dudas ¿vio?

Para esa época ya se había cumplido un año de lo de Genta y se publicó una solicitada en su memoria.Recorté el
panegírico y lo archivé en un cajón. Luego de la charla con el inquilino aquel, mi padre fue probando distintos
argumentos para que mi hermana militara menos y estudiara más.Finalmente cambió de táctica y compró una modesta
hectárea de tierra en la zona de Pilar, para criar animales. Algunos cerdos y una docena de ponedoras fue el patrimonio
inicial de ese albur empresarial. Al principio la idea surtió el efecto buscado ya que viajar dos o tres veces semanales
para atender la explotación,si bien producía un deterioro en el estudio , disminuía el carácter participativo en la
facultad. Lamentablemente, la cosa no funcionó económicamente como se esperaba. En diciembre Mariel empezó a
trabajar como empleada en un comercio cerca de casa, haciendo juegos malabares para poder preparar alguna
materia.Si bien ese cambio ella lo tomaba en cierta medida como un retroceso , ser empleada en una casa de artículos
para el hogar le traía menos responsabilidades y cierto ingreso mínimo para sus gastos personales. La relación de ella
con mis padres y conmigo iba gradualmente tornandose difícil;en ocasiones discutía con ellos insistiendo en seguir
trabajando, a pesar de que en casa no faltaba dinero.Otras veces me cuestionaba, diciendo que con dieciocho años era
más útil a la familia trabajando, en vez de entretenerme en la pileta.Cuando a veces volvíamos temprano del club, mi
madre se quejaba del olor a cigarrillo que ella y sus amigos dejaban, amen de la pila de platos para lavar.En lo personal,
eran contados los compañeros de mi hermana que me caían medianamente soportables. Quizás por la molicie que se
adivinaba debajo de la ropa, quizás porque los intuía cómplices de Marielina en la actitud contestataria hacia los
mayores, el hecho era que mis forzados saludos rayaban con la descortesía

En el verano de 1976 Marielelina que se quedó a trabajar y fuimos a Mar de Ajó sin ella.Como solía hacer cada verano,
aprovechaba cuando el mar se presentaba calmo y, con un exhibicionismo mal disimulado, gustaba de internarme mar
adentro.A fines de enero había tomado confianza y trataba todos los días de llegar un poco mas allá.Una mañana ,
cuando estaba a 300 metros de la costa, me encontré de improviso con un tiburón.Durante una eternidad contemplé
paralizado la amenazante aleta .Por esas jugadas de la mente, pensé que prefería el ataque de un puma; al menos
podría adivinar la dirección del zarpazo mortal. El escualo describió un circulo a mi alrededor y desapareció de la
superficie.El corazón se me hizo pequeño temiendo el desenlace. Después de un tiempo indefinido, me di cuenta que
volvía a estar solo en medio del mar.Nadé hacia la costa como si fuera la ultima carrera de mi vida.Al tocar la arena
salvadora, me prometí nunca más tentar al destino yendo tan lejos ni tan profundo.

A medida que los días transcurrían en la playa, yo sentía un disgusto creciente por la cuenta regresiva para empezar a
preparar los exámenes de marzo.Marielina, sumergida en el verano porteño,arregló en su nuevo empleo cinco días de
vacaciones para disfrutar el distendido ambiente familiar. Pero como sucede cuando se comparte la casa de veraneo
con los suegros de la nuera, al llegar en el colectivo de las seis de la mañana entró en lo mejor de la tradicional pelea
estival.Como resultado de esta escaramuza, los Corsi-Barrionuevo emprendimos a las tres de la tarde un anticipado
retorno a la Reina del Plata.En el camino de regreso, por unanimidad, la familia determinó que el próximo verano no lo
compartiríamos con los abuelos ;trataríamos de combinar las vacaciones para estar los seis juntos, aunque solo fuese
una semana.

Empezó Marzo,el mes más triste de todos.Que termine el verano,significa otra temporada en que muchos nadadores
abandonan para siempre la actividad.Y sabia que algún día yo también tendría que imitarlos .Ademas, enfrentarme con
el periodo lectivo intacto era algo difícil de digerir.Estaba preparando Física con un circunstancial compañero del cual no
retengo ni el rostro, ni el nombre.Previendo que nos costaría prepararla, nos anotamos en el ultimo llamado, el
27.Cuando faltaban cuatro o cinco días para rendir, la incertidumbre sobre la suerte del examen desapareció y se instalo
en mi la certeza del aplazo.Le pregunte a Marielina su parecer acerca de la reacción paterna ante lo inevitable.Entre
divertida al verme tan asustado y molesta ante mi temor por la opinión de los demas, volvió a preguntarme si realmente
estaba convencido de estudiar la carrera de nuestro padre.A veces me gustaba la indiferencia que tenía cuando papá se
enojaba; en ese momento quise tener aunque sea la mitad de su seguridad.

El 24 de marzo cuando baje a la cocina a desayunar, "La Nación" mostraba en la portada la foto de un helicóptero
abandonando la Casa Rosada.Lo primero que se me ocurrió fue ¡que bueno! por fin la echaron.Luego, un pensamiento
especulativo ganó mi mente ¿suspenderían el examen?.Al mediodía el tema central en la mesa familiar fue el golpe.Mi
hermana se mostraba particularmente satisfecha con la intervención de las fuerzas armadas.Esto me desconcertó

- ¿Pero, no eras peronista vos?


- Si, pero esta tipa era una inútil. Asi el país no iba.

Durante los días siguientes toda la gente con la que hable estaba contenta con el cambio.Recuerdo que me pare frente
a un quiosco y vi que una revista luego de loar al "gobierno del pueblo" durante tres años, se había apresurado a editar
una edición "especial" sintetizando los mil días de la vergüenza, o algo así.Fui a la facultad a rendir el examen y me
encontré con una pulcritud desconocida.Las pancartas que antes incomodaban el paso, habían desaparecido.Un sobrio
cartel anunciaba lacónicamente que las nuevas autoridades habían suspendido hasta nuevo aviso toda actividad política
en la facultad.

Capítulo 3

Acaso el recuerdo más inmediato que asocio a la fatídica fecha del 24 de marzo de 1976, son los acordes iniciales de una
marcha militar, seguidos por la lectura del comunicado numero uno. Una sensación de alivio remplazó el descontento
de la mayoría de nuestros conocidos. Inclusive los peronistas, mascullando contra los militares, admitían que eso ya no
iba más. Empezaron a conocerse una cantidad enorme de irregularidades del depuesto gobierno. Los favoritismos
políticos desaparecieron de la noche a la mañana. El accionar de la banda terrorista de derecha llamada triple A cesó
abruptamente. Buen comienzo, dijimos. Ver por televisión a un acicalado General de la Nación suponía que las cosas
iban a mejorar. Las frases grandilocuentes fueron desplazadas por el lenguaje mesurado de las Fuerzas Armadas. Yo
percibía esto como una repetición de la historia de mi padre; un gobierno peronista que era depuesto, esta vez sin
derramamiento de sangre. Si antes se los había sacado y había sido lícito, no veía ahora diferencia alguna. Volvieron a
contar en casa la anécdota de papá cuando quedó atrapado unas horas en la Plaza de Mayo durante el bombardeo del
'55, y la incertidumbre de mi madre al no saber la suerte por el corrida. Para cuando el llamado Proceso tomó el poder,
el era jefe de sección en la municipalidad de Buenos Aires. En su carácter de ingeniero electromecánico, la mayoría de
los problemas a resolver eran eminentemente técnicos; ocasionalmente atendía algún reclamo gremial. A la mesa
familiar llegaba la versión humorística de esas reivindicaciones, ya sea por lo insólito del pedido o por la forma de
hacerlo. Después del golpe, el anecdotario fue paulatinamente desapareciendo, según se acotaba la actividad de los
dirigentes. Empezaron a circular chistes acerca de que nadie se hacía responsable de haberlos votado. Súbitamente se
puso de moda tener un amigo o, al menos, una influencia en el gobierno castrense . Un primo político de mi madre,
para regocijo nuestro, aceptó una subsecretaría a nivel nacional.

Empecé la Facultad en abril y, a los pocos días, formé con compañeros nuevos un grupo de estudio que prometía ser
bueno. La mayoría vivía en Belgrano. Uno de ellos provenía de una familia de militares, de modo que acaparaba todas
las preguntas referidas al gobierno. Escuchar relatos de primera mano sobre enfrentamientos entre amigos de el,
militares de carrera, con guerrilleros en el monte tucumano, me erizaba la piel Un ex compañero suyo , del Liceo Militar,
se encontraba de patrulla junto a otro oficial. Habían estado caminando toda la mañana aplicando una táctica que los
norteamericanos usaron en Vietnam. Se llama búsqueda y destrucción y consiste en buscar depósitos de armas o
alimentos, y destruirlos. Sin darse cuenta se fueron alejando del grueso del grupo. En un momento se encontraron en
medio de una picada que no figuraba en la cartografía levantada por la Inteligencia Militar. Eso les indicó la posibilidad
de encontrarse con algún elemento insurgente. En lugar de reportar al comando de la partida, que en realidad no sabían
con certeza donde estaba, prefirieron hacer contacto con el enemigo. Siguieron andando por la vereda, latiéndoles el
combate inminente en los oídos. Se separaron unas decenas de metros, para dificultar la puntería de los probables
tiradores . El que encabezaba la partida siguió el trazado de la huella y desapareció momentáneamente de la mirada del
compañero. Cuando el segundo empezaba a tomar el recodo, se escuchó un disparo. Saltó hacia delante. Al doblar la
curva vio al compañero caído y a su lado, el autor del disparo que se preparaba a terminar la faena . Sin detener la
carrera, hizo fuego dos o tres veces desde la cintura. Los escopetazos destrozaron la espalda del guerrillero. Cuando
llegó al lado de su amigo, comprendió de una vez que el tiro de gracia no hubiera sido necesario. Solo entre los dos
cuerpos, rompió a llorar.

Al empezar a reunirnos la mayor parte de las veces en Belgrano puse más cuidado en mi vestimenta. Los buzos, tan
prácticos para ir a la pileta, fueron reemplazados por puloveres acordes con la moda de entonces. Descubrí también
que, para nadar, el cabello bien corto era mejor que los gorros de goma. Algunas veces mi casa era el punto de
encuentro. Cuando esto ocurría, soportaba estoicamente las bromas y los pedidos de mano respecto de mi hermana.
Quizás lo que más alborotaba a mis compañeros no era tanto la parte estética, sino mas bien cierto aire de misterio. El
paso fugaz de ella por la cocina, tradicional centro de estudio, provocaba una repentina distracción que remataba
invariablemente en alguna broma monotemática. Yo tomaba nota mental, para retribuir la cortesía con las hermanas de
algunos de ellos. El diario,mejor dicho,las noticias que traía, empezaron a ser motivo de disputa entre Mariel y yo. Era
frecuente que en los enfrentamientos armados, la peor parte la llevaran los subversivos; de hecho casi nunca se
informaba de bajas en las fuerzas regulares. Los medios de comunicación se referían a los insurgentes como el
declarado ilegal en primer ó segundo termino. Me alegraba enterarme de las contundentes respuestas de los militares
frente a los ataques de los guerrilleros y lo hacia saber ruidosamente al ver los titulares durante el desayuno. Ella me
arrebataba el diario y, luego de leer cuidadosamente la noticia, se quedaba mirando algún punto sombrío del espacio.

Paralelamente a mi vida de nadador llevaba otra, algo menos apasionada, dedicada a las artes marciales. En medio de
ese ambiente de patadas y roturas de ladrillos, conocí a Marta. Si bien no podría ser incluida en la lista de amores a
primera vista, descubrir que reparaba en mi logró despertar sensaciones largo tiempo ausentes. Cauteloso como
era_(consecuencia natural de anteriores despechos) decidí tomar mi tiempo para pisar terreno firme. La primera señal
cierta de que la cosa iba en la senda correcta, ocurrió cuando vino a alentarme a la llegada de las Fiestas Mayas,una
prueba atlética tradicional. Ese 25 de Mayo de 1976 el trazado fue desde la Plaza histórica hasta la cancha de River. A la
noche, después de la carrera, la acompañé hasta su casa. Cuando me despedí de ella con un beso en la mejilla, estaba
doblemente contento; a la alegría de haber llegado en el puesto 463 se sumaba que, por fin, alguien del sexo opuesto
me ponía buena cara. Al entrar a casa mi padre preguntó porque llegaba a esa hora, si en la televisión decían que el
primero de la prueba había terminado hacía rato. Actué como si no me hubiera dado cuenta de la ironia, respondiendo
con un comentario técnico. El, insistente, agregó una ultima pregunta para redondear la chanza

- ¿No habrás hecho recorrido de más?

Ignorando la pulla fui a la cocina donde mi madre, más compresiva, mientras me recalentaba la comida alabó mi
esfuerzo y enumeró las amigas y parientas que habían llamado para enterarse del resultado. Estaba terminando la cena
cuando llegó Marielina que venía de estudiar con algunos compañeros. Nos quedamos solos en la cocina y, eufórico
como estaba, le conté que Marta me había ido a ver. Charlamos un rato del tema, que yo consideraba algo vergonzoso o
no apto para menores. Myriam y Mariano bajaron a la cocina, a tomar el ultimo vaso de agua antes de acostarse. Mariel
sentó a Mariano en su regazo y sentenció

- Te va a venir bien que te metas con Marta, te va ayudar a que sepas mejor que queres.

Mi hermano, con sus siete años preguntó:

- ¿Quien es Marta?.
Myriam, que estaba en séptimo grado y ya algo de eso entendía, me miró a través de sus anteojos fondo-de-botella y
canturreó:

- Tiene novia.
Al día siguiente de la carrera le conté al entrenador pormenores de la misma. El me escucho atentamente y deslizó la
sugerencia de que podría cambiar la natación por el atletismo. Durante una fracción de segundo no entendí que quería
decir. Muchas veces no queremos comprender lo que nos puede lastimar. Cuando descubrí el verdadero sentido de sus
palabras, me ruboricé de furia. Respondí, tratando de ocultar mi indignación, que aunque fuera un perro nadando lo
mío era el agua. Durante una semana estuve pensando la sugerencia: ¿Y si realmente no servía para nadar?. Me costaba
decidirme por una respuesta definitiva y no me atrevía a pedir consejo a nadie, ya que las respuestas eran previsibles.
Mi padre diría que me dedicara a estudiar, Marielina que estudiara y trabajara y Alejandro que siguiera nadando.

Mientras tanto, ya había tomado a la Facultad como un mal necesario y mis visitas a Paseo Colon no eran tan
estresantes como lo habían sido el año anterior. La subida por las escalinatas y posterior palpación de armas, hechas por
dos policías de civil, eran un hecho rutinario. Lo tomaba como una señal de que a la facultad se va a estudiar y no a
perder el tiempo. En la Facultad donde estudiaba Marielina las medidas de seguridad eran similares. A diferencia mia,
ella protestaba por el atropello. En casa aceptábamos ese tipo de restricciones que, en realidad, no nos parecían tan
graves y daban cierta tranquilidad. Ya estábamos en junio y yo alternaba la lectura de las noticias de algún
enfrentamiento, con las que informaban los últimos preparativos de los Juegos Olímpicos de Montreal. El susto de no
tener condiciones como nadador se iba diluyendo a medida que aumentaba la cobertura sobre los juegos; fantaseaba
que luego de estos, cuando se hicieran los de Moscú '80 , iba yo a vestir el buzo del Comité Olímpico Argentino.

Las vacaciones de invierno se acercaban y empezamos a prepararnos para un viaje a la zona de Cuyo. Como había
sucedido en el verano, Marielina no sería de la partida. Argumentó razones de estudio y laborales. Mis padres insistían
todos los días un poco para que se dejara de embromar con tanta responsabilidad y se tomara un respiro de Buenos
Aires. A pesar de no haberlo explicitado ella nunca, se notaba un cierto desapego hacia la familia. Había algo que a mi se
me escapaba en las cada vez mas duras discusiones padres- hija mayor. Ya no pasaban por los tópicos conocidos. Era
algo mas trascendente, a juzgar por los rostros de mis padres. Algo indefinido, situado en un limbo metapolitico que les
dejaba un sabor amargo. Así como el paisaje urbano había mutado de cierto tipo de vehículos, las peleas hogareñas
también eran distintas respecto del año anterior. Era curiosa la analogía. En casa antes se discutía a la usanza itálica, con
gritos y portazos. Ese invierno,sin embargo, habíamos adoptado una forma un poco mas civilizada; si querían enterarse
de nuestros puntos de vista, los vecinos tendrían que aguzar el oído . Tomaron un cariz aparentemente más cordial, casi
como si fuera un agradable ejercicio dialéctico. En realidad eran una sórdida toma de irreductibles posiciones, en las
que mutuamente lamentábamos la estulticia del otro para comprender las nuestras .

- Reaccionario. -
- Yo también tuve veintidós años, ya vas a cambiar...

Los vehículos que antes se abrían paso estruendosamente, ahora circulaban sin apuro. Era fácil identificarlos, ya que a
pesar de ser comunes y corrientes, los ocupantes tenían cierto aire de alerta; o quizás la forma de vestirse los hacia
claramente distinguibles en medio del transito porteño. De cualquier manera, verlos pasar inspiraba una mezcla extraña
entre seguridad e indefensión, que nos motivaba a llevar encima algún tipo de identificación para el hipotético caso que
se nos pidiera documentos.

Faltaba ya poco para iniciar el viaje de vacaciones, y yo terminaba de rendir los últimos exámenes. Se realizó en Buenos
Aires la seleccion de los nadadores para viajar a Montreal representando a la Argentina. La sección deportiva informó la
nomina de atletas a participar en los juegos. El equipo de natación era reducido: un varón y cuatro mujeres. Siempre el
nivel de las nadadoras había sido superior al de los hombres. El cronista destacaba la inclusión de Susana Coppo, que a
pesar de vivir en Bahia Blanca y estar alejada de los centros de competencia, había hecho méritos suficientes como para
ganarse un puesto en la delegación. Leí y volví a leer la nota. Me pregunté si algún día serian escritas unas lineas
similares dedicadas a mi. El entonces presidente Videla despidió a la delegación, pidiéndoles que, cualquiera fuera el
resultado deportivo, dejaran bien alto el nombre de Argentina en el extranjero.

Salimos finalmente de viaje sin olvidar, por supuesto, mi escopeta. Cualquier oportunidad era buena para cazar y, si bien
los controles en la ruta se habían intensificado, al tener toda la documentación en regla no había de que preocuparse. El
viaje en si careció de episodios interesantes y no fatigaré al lector con detalles turísticos. Rescato como característico
que, al llegar por la noche a los hoteles, disfrutaba viendo por televisión el resumen diario de las Olimpiadas. Luego de
casi dos semanas regresamos a Buenos Aires a seguir cada cual con su rutina.

Retome los estudios esperando mantener el decoroso desempeño del cuatrimestre anterior. A las reuniones en las
casas de los compañeros, ya una cosa habitual y beneficiosa, se incorporo la costumbre del grupo de reunirnos en un
bar cercano a la Facultad. Esas reuniones por lo general no eran de estudio, sino mas bien de distracción entre clases. Se
charlaba de cualquier tema e incluso de deportes; claro que decir deportes significaba rugby o yachting. Cuando refería
algo sobre natación todos me preguntaban sorprendidos, que le encontraba de entretenido a un deporte, en su opinión,
tan monótono. Como la mayoría estaba cerca de los veinte años, muy pocos aceptaban la humillación de pedir dinero a
los padres para los gastos mínimos. Algunos trabajaban medio día y el resto del tiempo lo dedicaban al estudio. También
se daba el caso de compañeros que querían trabajar y no conseguían donde. Esto daba pie a jugosas anécdotas
contadas por el protagonista que, vistiendo riguroso saco y corbata, acudía a pedidos que aparecían en los diarios.
Cierta vez uno de ellos malinterpretó un aviso y fue al Departamento de Policía a una oficina equivocada. En esa oficina
también se confundieron y le dijeron que esa noche se presentara para tomar servicio. La cosa no pasó de ahí, ya que el
preguntó si el trabajo de oficina se hacia de noche y de esta forma se aclaró el mal entendido. Cuando contó el caso en
la mesa del bar, remató la anecdota diciendo

- ¿Se imaginan a mi, pateando puertas a media noche?

Todos festejamos la ocurrencia con una carcajada. Ya estabamos en agosto y me dí cuenta que el asunto Marta lo
estaba desatendiendo. En un entrenamiento convenimos con Alejandro que si ella estaba dispuesta a salir con una
amiga, el me iba a acompañar, de modo que no fuera tan aburrida la salida. La llamé por teléfono y ese sábado pasamos
por la casa para ir a tomar algo los cuatro. La madre, poniendo las cosas en claro, fijó una hora máxima de retorno: la
una de la madrugada. Aclaró que siendo ella una menor de diecisiete años, no era prudente que estuviera tanto tiempo
fuera de noche. Los argumentos por ella esgrimidos no podían ser tildados de novedosos, pero tratándose de la primera
salida no era aconsejable sugerir ninguna flexibilizacion. Fuimos a un bar acorde con la ocasión, de esos llamados para
parejas. Alejandro, dispuesto a facilitar mi tarea, se ubicó con la amiga de Marta en unos sillones alejados. Pedimos una
gaseosa y estuvimos charlando un rato largo. Yo no me decidía en declararme y trataba de hablar distintos temas para
romper cierto nerviosismo mutuo. Se acercó un hombre y farfulló algo que yo interpreté como si íbamos a tomar algo
más. Le agradecí y le dije que no. El insistió con su pedido y recién entonces presté atención.

- Documentos, por favor.

Esa noche terminamos acompañando a las niñas a la Comisaria, frustrada mi acometida donjuanesca y temiendo que la
madre se enojara conmigo. Después que los padres vinieron a buscarlas, quedamos Alejandro y yo sin saber que hacer.
Tomamos un taxi hasta Primera Junta, donde pasan toda la noche medios de transporte mas económicos. Mientras
esperábamos el colectivo, hablamos de la falta de oportunidad del pedido de documentos. Bajo la luz anaranjada de la
avenida Rivadavia, vimos pasearse en la fría madrugada varios patrulleros que irían quien sabe donde. Sentí una
sensación incomoda al comprobar que de ahora en mas salir sin documentos seria impensable. Y con lo olvidadizo que
yo era.

A la semana siguiente la frustrada salida fue la comidilla del grupo de estudio. Tuve que contar la anécdota en la
Facultad, en el bar y en la casa de ese compañero de familia castrense. Cuando estaba terminando el relato, apareció
para despedirse un tío de el, coronel retirado. Escuchó el relato semi divertido, pero acotó que ese tipo de controles era
necesario por los tiempos que se estaban viviendo. Mientras se iba colocando el abrigo, la esposa le alcanzó
disimuladamente un revolver que guardo entre la ropa. Se despidió y nos quedamos un instante en un incomodo
silencio. Finalmente, el anfitrión explicó en un tono de disculpa que era una orden del Ejercito: nadie podía salir
desarmado, ni siquiera el personal retirado. La conversación tomó un cariz técnico; algunos estaban de acuerdo con el
revolver, ya que si bien tienen un numero limitado de balas está prácticamente exento de fallas, algo crucial en medio
del combate. Algunos, los menos,preferían a las pistolas por su velocidad de fuego si bien reconocían lo riesgoso de que
se trabe un casquillo en la recámara. Volví a casa esa noche, pensando en vender mi guitarra eléctrica. Arrumbada
desde hacía mucho en el placard, podría darme el dinero necesario para comprarme un arma de puño, ya sea un
revolver o una pistola.

Comenzaba septiembre, y la fecha de mi cumpleaños estaba próxima. Luego de un trabajo de ablandamiento, obtuve el
permiso de mis padres para vender la guitarra y comprar una pistola calibre 22. El mismo día que la compre,fui al Tiro
Federal en Nuñez. Gasté una cantidad enorme de munición probando diferentes posiciones de tiro y en diferentes
modalidades: blanco fijo, silueta metálica, tiro defensa etc. Volví a casa y la limpié con minuciosidad. Estaba dándole las
ultimas gotas de aceite antes de ponerla en el armero al lado de la escopeta, cuando entró Marielina. Tomó el arma con
curiosidad y me preguntó de donde había sacado el dinero.

- Vendí la guitarra. Total ya no la usaba.


- ¿Y papá que dijo?
- Ya sabía... Hace como una semana que lo estaba convenciendo. ¿Vos no sabias?
- No... o si. ¡Ah! ¿Era esto lo que iban a comprar?
- ¿Te gusta?
- Es linda... ¿Como se usa?

La miré un instante pensando que me estaba tomando el pelo. Después, me di cuenta de que ignoraba por completo el
tema armas. Así pues, con cierto aire de experto, le expliqué rápidamente como se cargaba y se apuntaba. Hubiera
seguido yo hablando de las bondades de mi adquisición, pero la atención de ella decayó abruptamente. Atacó en
dirección a mi regalo de cumpleaños, mejor dicho, a la imposibilidad de materializarlo. Deudas previas, argumentó. Me
sorprendió que sacara el tema, ya que nunca nos habíamos regalado nada; todos los regalos venían vía familiar. En
retribución a su delicadeza, le confié que esperaba la presencia de Marta en la reunión que iba a hacer en casa.

- Quiero que vengas- agregué


- Lo que pasa es que el sábado vengo tarde de estudiar y después seguro que salgo. -Hizo una pausa y agregó- Bueno. . .
un rato me quedo para ver como es. Pero un rato ¿Si?

Ese sábado la reunión fue un éxito. No vinieron muchos amigos, pero si los que más apreciaba; aparte de Marta, claro. A
ultimo momento decidí no invitar a nadie de la Facultad. No me sentía muy seguro de la compatibilidad de gustos de los
diferentes grupos. Cerca de medianoche, cumpliendo su promesa, Mariel apareció un minuto por el comedor. Me
indagó con la mirada para saber quien era mi simpatía. Una vez identificada, me hizo un guiño aprobatorio, se despidió
y se fue. Esa noche tuve la certeza de que estaba todo dispuesto para una declaración formal. Me pareció de mal gusto
abusar de mi condición de local, así que en un aparte con Marta combinamos para una salida a algún baile. Esta vez con
documentos.

Los días fueron pasando y, a medida que descontaba el tiempo para la acordada cita, más me desconcentraba del
estudio. A pesar de todos los indicios auspiciosos, no me sentía totalmente seguro de la respuesta. Le pregunté a
Alejandro al respecto y el me respondió con una amplia sonrisa que, por sus dimensiones,confirmaba el apodo de
bocón. Mi inseguridad era motivo de risa, aparentemente. Mientras nadaba en un entrenamiento se me ocurrió que
Marielina podría darme una opinión medianamente imparcial. Volví a casa pensando en preguntarle durante la cena, ya
que por lo tarde que regresaba de la pileta, el resto de la familia había tomado como costumbre no esperarnos. La
soledad de la cocina seria adecuada para cuestión tan delicada. Sin embargo esa noche, el tema dominante fue otro.
Cuando mamá abrió la puerta adiviné que algún asunto candente estaba siendo tratado. La seriedad del rostro de mis
padres y lo tensa que se la veía a mi hermana fue suficiente para concluir que esa charla no registraba antecedentes. Se
intuía en las respuestas de ella la solemnidad propia de las decisiones trascendentes, de las decisiones tomadas. En el
momento en que entraba a la cocina papá le decía

- Esta bien. Toman el poder. ¿Y después que?


- Tenemos gente.
- ¡Gente!¿Que gente? Ni los peronistas pudieron. Mirá lo que les esta costando a estos arreglar la economía y vos me
venis con que tienen gente. . . por favor.
- Ya vas a ver...
- ¿Que cosa?¿Que a vos te llevan presa?
- No me va a pasar nada. Ya vas a ver.
- ¡Pero no seas...! -se detuvo. Luego de una trabajosa pausa completó- ... tonta.

Yo, prudentemente, me serví arroz y fui al comedor a hojear un numero viejo del Selecciones del reader's digest.
Mientras leía Humorismo militar decidí dejar para otra ocasión mi consulta.

La fecha convenida llegó. No hubo más remedio que pasar a buscar a Marta, llegar al baile y, luego de respirar hondo,
apurar el estudiado discurso. No hubo, afortunadamente, sorpresas desagradables. Sorprendido y contento de que todo
saliera como lo esperaba, nos dejamos llevar por Alejandro a la casa de ella. Mientras me despedía como un caballero
en el zaguán, Alejandro esperaba en el auto concentrándose minuciosamente en algún detalle del tablero. Luego,
haciendo las veces de taxista me llevo a casa. Durante el viaje festejamos ruidosamente el acontecimiento. Cuando por
fin me acosté, hice un balance de mi situación: la Facultad empezaba a andar y me había metido con Marta, lo único que
faltaba era federarme.

Octubre fue pasando y me acostumbré a verla a Marta día por medio. Cuando no era posible encontrarnos,
engrosábamos la cuenta telefónica con llamados en que disfrutábamos escuchando la voz del otro. Era más común que
yo estuviera en la casa de ella, que el caso inverso. La madre se maravillaba del apetito que traía yo después de
entrenar. El tiempo me empezó a rendir mas. Para verla a ella me fijaba rígidos horarios de entrenamiento y de estudio.
En el agua tuve un avance espectacular y por primera vez el entrenador me adelanto la posibilidad de federarme, es
decir, representar en forma oficial al club. Un día se me ocurrió la frase "tener las cosas bajo control". Me gustó y la
repetía mentalmente. Me ayudaba mucho para superar el tedio del estudio y alguna flaqueza en la parte mas dura del
entrenamiento. En casa la situación entre Mariel y mis padres se mantenía en una relación no exactamente tensa, pero
si con pequeñas colisiones que ambas partes trataban de superar de inmediato. Uno de sus amigos , Miguel Lucero, era
el que mas ascendiente tenía sobre ella y el que trataba de minimizar la seriedad de las discusiones generacionales.
También estudiaba veterinaria y trabajaba en las oficinas de la Escuela de Mecánica de la Armada, como personal civil.
Cuando venía a casa, mamá hablaba con el en privado para que convenciera a Mariel de que dejara de perder tiempo en
la Facultad en cosas raras. El la escuchaba pacientemente y le respondía que no se preocupara, que le iba a hablar.
Quizás algún día lo hizo.

Capítulo 4

- ¿Que es ser feliz? -le pregunté a Marta.


- ¿Que cosa? -indagó ella- La felicidad. Para vos...¿Que es?
Miró por la ventanilla del colectivo. Luego de algunos segundos volteó la cabeza, alineó sus ojos con los míos y, con voz
dulce, susurró:
- Estar con vos.
- No, no digo eso -me corregí-...aparte de eso,¿como serias feliz el resto de tu vida? ¿Que te gustaría ser...? Defraudada
por mi aclaración, desvió su interés a los peatones de la Avenida Rivadavia:
- No se, recibirme, casarme, que se yo...

El colectivo siguió su ruta. Me recriminé mentalmente por el poco cuidado en la elección del tema y traté de distraer la
incipiente pelea con algún otro menos conflictivo;por ejemplo, como se sentía ella a punto de terminar el
secundario.Este tópico la tenía bastante movilizada.El termino movilizar y sus desinencias, lo habíamos descubierto con
Alejandro en una revista "para mujeres" e incorporado a nuestro acervo lingüístico. Valga la aclaración, que era mucho
lo que nos divertía usar términos femeninos al explicar o narrar asuntos sentimentales.Cuando invocaba el tema fin del
secundario, aparecían una cantidad de nombres de compañeras de colegio que me costaba esfuerzos retener.Al
parecer, a las chicas lo que mas las reconfortaba era que uno pudiera aprenderse de memoria toda la historia amorosa,
los gustos, los dramas familiares y el nombre de los novios de media docena de amigas intimas, a las cuales en mi vida
había visto.

Desde principios de noviembre Buenos Aires suele convertirse en una gigantesca olla, donde los transeúntes son cocidos
al vapor.Nunca nadie pudo explicarme en forma convincente por que don Pedro de Mendoza escogió estos lares para su
asentamiento.¿No hubiera sido mejor, acaso, la costa atlántica?.Mientras esto pensaba y Marta seguía con su catarata
verbal descriptiva de los pormenores de sus amigas llegamos a nuestro destino, Primera Junta. Caminamos bajo el sol
del mediodía porteño, mientras por sobre el ruido del transito se escuchaban los cánticos de los estudiantes que
festejaban anticipadamente el fin del año escolar.Acompañé a Marta hasta la casa y volví a la avenida a tomar un
colectivo hasta mi casa.Mientras esperaba, miré los grupos de jóvenes que aullaban su alegría.Lo que menos sentía era
contagio de esa euforia. En mi caso, que se aproximara diciembre, significaba que tenía que sortear toda la tortura de
los exámenes, que nada garantizaba fuera a aprobar. Me quedaba como consuelo saber que en enero iba a poder nadar
en doble turno, a la mañana y a la tarde.Esto, desde el punto de vista técnico, era muy importante. Ese mediodía llegué
a casa un poco tarde.Habían demorado el almuerzo por esperarme.Me disculpé y empezamos.Myriam, que terminaba
la escuela primaria, acaparaba últimamente los almuerzos y cenas con sus comentarios acerca de los planes de las
compañeras para el inminente secundario.Sorprendido, descubrí que el núcleo de su monologo era llamativamente
similar al de Marta.Evidentemente, era ese un problema femenino congénito. Estábamos discutiendo acerca de la falta
de criterio de mi madre de incluir sopa en el menú de un día caluroso, cuando sonó el teléfono.Como estaba sentado
cerca de la puerta de la cocina, fui el perdedor al cual le tocaba responder. Levanté el tubo y una voz de una mujer de
edad preguntó.

- ¿Familia Corsi?
- ¿Si...?
- Buenas tardes. Soy la mamá de Miguel Lucero ¿Está ahí el?
- No, no esta. ¿Quiere que la llame a Mariel?
- No... preguntale si sabe donde puede estar. Decile que ayer lo llamaron del trabajo para que vaya a cobrar y no volvió.
- A ver. Espere que mejor la llamo.
- Apoyé el tubo y grité: ¡Mariel! Teléfono. Cuando acudió le dije: La vieja de Miguel Lucero. Quiere saber donde anda.

No dijo nada y levantó el tubo.Me senté a la mesa, donde la discusión había girado hacia el porque no compraban
gaseosas, si en todas las demás casas lo hacían. Volvió Mariel a la mesa.Nadie se dio cuenta, pero había
empalidecido.Retomó la comida taciturna. Estaba sentada frente a mi y pude mirarla con detenimiento. El ligero
temblor de sus manos se magnificaba en el extremo de los cubiertos.Nos miramos un instante fijamente y pensé que iba
a decir algo.Sin embargo, volvió la mirada al plato y durante el resto del almuerzo apenas habló.

Terminamos de comer y me acosté a dormir una reparadora siesta.Cuando me levanté, dos horas mas tarde, Marielina
ya se había ido al trabajo.Preparé el bolso y me senté a estudiar un rato, menos por interés genuino que por ganarme
ante mis padres el derecho de ir a la pileta.Esa noche después de entrenar, acepté una invitación de Alejandro para
cenar en su casa.La madre de el, a diferencia de la de Marta, no se asombraba por nuestro apetito.No solo no se
asombraba, sino que insistía en otro plato, y otro, y otro más... Eran tres hermanos: Alejandro el mayor , luego una
hermana y finalmente otro varón.Esa noche Estela, la hermana, había ido a un retiro espiritual, de modo que una cama
estaba disponible.Mi amigo insistió en que me quedara a dormir, cosa que me gustaba ya que podíamos hablar a gusto
sobre nuestros temas favoritos: natación y últimamente, chicas.Llamé a casa para avisar que me quedaba a dormir
ahí.Atendió mi padre.

- Hola,¿pa?
- ¿Si?¿Donde andás?
- Acá en lo de Alejandro.Me voy a quedar a dormir, así que pongan el pasador a la puerta.
No era una situación novedosa y nunca habían puesto ningún reparo, de modo que la respuesta de papá me sorprendió.
-¡Vos también! Marielina, vos...¿Se puede saber que tiene esta casa que vos y tu hermana no quieren dormir acá?
- Pero viejo... -balbuceé- Bueno, quedate. Pero mañana al mediodía estas acá. ¿Oíste?
- Ta bien...chau. Miré a Alejandro, que algo había escuchado y me consoló.
- No le hagas caso. Seguro que se peleó con tu hermana.

Me deje convencer de la inutilidad de amargarme por una pelea ajena y, mientras preparábamos el cuarto para dormir,
surgió el tema de mi segura federación.Era ya un hecho que dado mis adelantos podía representar al club como
federado. La frialdad de los cronómetros, que durante muchos meses se negaron a estar de mi lado, finalmente
atestiguaban mi progreso . Alejandro apagó la luz. Quedamos un rato en silencio.Cuando empezaba a dormirme, me
dijo.

- ¿Viste? tanto tiempo diciendo cuando iba a ser el día en que te federaras, y ya está.
- Claro -respondí- lo decís vos porque hace un año que te federaste. Pero a mi me costó bastante.
- Que increíble -siguió diciendo el, usando su muletilla característica- Vos te federas a los 19.
- ¿Y...?
- No,digo...que a la edad en que vos te federas, la mayoría de los nadadores argentinos hace tiempo que dejaron de
nadar.
- Por eso estamos como estamos...
- Cierto...bueno, chau.
- Chau -respondí-.

Giré buscando una mejor posición en esa cama amigable pero, en definitiva extraña. Antes de sumergirme en la
inconsciencia se me ocurrió que Marielina también estaría durmiendo en otra cama extraña.¿Que habría querido decir
papá?. Al día siguiente, después de desayunar a media mañana, fui para casa deseando que ya hubiera pasado lo peor
de la pelea. Me abrió la puerta mamá, la cual, como siempre ocurría a esa hora, sufría una mini crisis nerviosa. Subía y
bajaba las escaleras controlando en planta alta el funcionamiento del lavarropas, la limpieza de la terraza siempre
poluta a causa de las necesidades básicas de "Pirata", nuestra perra de raza incógnita, y el tendido de las camas. En la
incursión por la planta baja vigilaba que lo que estuviera en el horno no se calcinase, el barrido de la alfombra del
comedor y la atención de algún llamado telefónico. Mientras me abría la puerta y volvía presurosa a la vorágine
domestica, me disparó sin solución de continuidad:

- Poné la mesa mientras yo voy a ver como esta la maquina. Tu padre esta fulo con tu hermana. Platos para cinco poné.
Se fue a una pensión. Hay sopa, así que pone plato hondo y cuchara.¡Pirata!¡Vaya afuera!
La perra que, curiosa, había asomado la cabeza para ver quien era el recién llegado, adivinó que no era una mañana de
perros; o quizás si, por eso obedeció velozmente y desapareció por la curva de la escalera. Mamá subió lo más rápido
que le permitía su renguera. Donde veía pelos del can en la alfombra, se agachaba, los recogía y se quejaba.
- Esta perra...No se porque no la rapamos con el calor que hace.

Terminé de poner la mesa y me fui al cuarto a pasar desapercibido hasta la hora de comer. Cerré la puerta y empece a
repasar algunos ejercicios de física, una materia que consideraba de las menos áridas de las que estaba cursando. Me
entretuve un rato con la tarea hasta que sentí el timbre. Fui a abrir la puerta y era papá. Me saludó con cara seria y fue
derecho al teléfono a hacer algunos llamados de trabajo. Luego de algunos minutos apareció en mi cuarto y me
preguntó

- ¿Ya te dijo mamá lo de Mariel?


- Si...más o menos
- Bueno.Tu hermana se fue a vivir a una pensión. Dice que ya es una mujer, que tiene 22 años.
- Ah...- fue cuanto atiné a comentar-
- ...Va a mantenerse sola con el trabajo.Y va a seguir estudiando.
Yo escuchaba con atención. Realmente era una situación inédita. Ni mis padres ni yo conocíamos a alguien que hubiera
hecho algo así. Papá tenía una mano en el picaporte de la puerta y la otra en el marco. Me miró fijo a los ojos y finalizó
el discurso lapidariamente:
- ¡Que imbécil!

Cerró la puerta despacio con un rictus en la cara, mezcla de indignación y tristeza. Desde lo mas profundo de mi
consternación, sentí que prefería una pelea de esas memorables. Que idiota mi hermana. ¿Por que había hecho
semejante estupidez?

A la hora del almuerzo mis hermanos menores, que ya habían regresado del colegio, preguntaron por Marielina. La
respuesta fue que dormiría algunos días fuera de casa porque estaba preparando unas materias con algunos
compañeros. Pero tal vez vendría algunos días a comer. Esa noche en el entrenamiento nadé muy desconcentrado. Me
costaba prestar atención a las sutilezas técnicas. Codo en alto, rolido del cuerpo, vueltas veloces, todo parecía
relativizarse y subordinarse a otra escala de valores. Esto si que era un disgusto grande para los viejos. Si ella supiera
como estaban papá y mamá volvería. Federarse estaba bien, pero gustoso esperaría otro año a cambio de que viviera en
casa de nuevo. Volvíamos en el colectivo y Alejandro me preguntó que pasaba.

- ...Mariel se fue a vivir a una pensión


- Ah...¿Por eso la bronca de tu viejo ayer?
- Si...¿Sabes como están?. También ella...
- No seas gil.Ya va a volver.
- Como se ve que no es tu hermana. Ademas no conoces a mis viejos.
- Claro que los conozco....y ojalá que mi hermana también se vaya. Esta cada día mas rayada.
- No, en serio te digo. Me siento remal
- Bueno, ya se te va a pasar. Después de todo ¿que tiene de malo que viva sola?...Es grande ¿No?

Me quedé pensando. Cierto.¿por que tanto alboroto?. Después de todo tenía 22 años . Algunas compañeras de ella del
secundario ya estaban casadas y con hijos, y nadie se había muerto por eso. Al día siguiente, a la salida de la facultad,
pase por lo de Marta y lo primero que le conté fue la ida de mi hermana a la pensión. No le pareció tan grave el suceso y
lanzó una hipótesis: ¿no seria que se fue a vivir con el novio? Abrí la boca para rechazar de plano la posibilidad, pero no
pude articular ningún sonido. Busqué una razón para refutar la sugerencia.Me pasé la mano por la frente y arranqué con
un tímido no. A medida que conseguía darle forma a la defensa, me fui tranquilizando. La posibilidad de que ella fuera a
vivir con el novio no existía simplemente porque no estaba de novia con nadie. El ultimo pretendiente conocido hacia
más de un año que no aparecía por casa . Miguel Lucero era solamente un compañero de la facultad. Por lo tanto, era
verdad que se había ido a una pensión. Ademas, y esto me lo reservé, mi hermana podría tener un carácter peculiar
pero nunca haría una cosa así. Me fui de la casa de Marta disgustado conmigo mismo.¿Porque no considere esa
posibilidad?. Ademas, si bien Marta había aceptado mis razones, yo no estaba tan seguro de la verdad de mis
argumentos. Empecé a sospechar que gran parte de la amargura de mis padres se debía a que posiblemente ellos se
adelantaban a los eventuales comentarios de los conocidos. Que la hija de los Corsi viviera con el novio era algo
impensable. Sin embargo no encajaba el pequeño detalle de la ausencia de novio.Quizás había algo reservado entre mi
hermana y mis padres que a mi no me habían dicho. Llegue a casa cuando ya estaba oscureciendo y las luces de la
Avenida Juan B. Justo empezaban a encenderse. La pizzeria de enfrente de casa aprovechaba la temperatura y servia
cerveza en las mesas de la vereda.Toque timbre y apoye la espalda en la puerta, mientras miraba los parroquianos que
desde el otro lado de la calle disfrutaban enormes chopps.Se abrió la puerta y me quede gratamente
sorprendido.Marielina me recibía con una sonrisa. No habían pasado mas de 48 horas desde la ultima vez que la había
visto y sentía como si hubiera transcurrido mucho más tiempo. En una mezcla de saludo y pregunta dije:

-¿Que haces?
-Vine a buscar algunas cosas y después de comer papá me lleva a la pensión.
-Ah, que bueno.
En tanto Marielina iba a su cuarto a preparar las cosas que tenía que llevar, fui a la cocina a ver como estaba el
ambiente. Mientras ayudaba a mama a preparar unos sandwichs le pregunté:
- ¿Y papá?
- Fue a la estación de servicio a hablar por teléfono. Se viene a quedar sin tono justo ahora que es cuando mas llama la
gente.

Cuando ya estaba la mesa lista, papá volvió con gaseosas , cerveza y alguna que otra cosa que denotaba cierta alegría
por la presencia de la hija. Mientras la cena se desarrollaba en un clima afable, sin tocar el tema pensión, fui eliminando
la posibilidad propuesta por Marta.Recién sobre el final hubo un momento de tensión cuando alguien pregunto cuanto
tiempo Marielina seguiría viviendo ahí. Mamá solucionó la situación diciendo que ya era hora que papa la llevase. Se
despidió diciendo que durante el fin de semana no podría venir. Pensaba aprovechar para estudiar. Fui a mi cuarto. Mi
hermano Mariano, a pesar de lo avanzado de la hora, hacia disputar carreras a sus autitos en la cama. Me acosté y le
dije:

- Enano, apagá la luz que tengo sueño.

Un onomatopéyico rugir de motores fue la respuesta. Esforzandome en el rol de hermano comprensivo le permití jugar
un poco más. Luego de una paciente espera, al ver que la cosa iba para largo, apagué la luz .En medio de la oscuridad le
escuché rezongar que Mariel siempre lo dejaba jugar. Era cierto, ella le tenía mas paciencia que yo. También era cierto
que únicamente con el no peleaba, porque con el resto de la familia siempre algún roce existía. Pensé que quizás fuera
bueno para todos que viviera un tiempo en la pensión. Al día siguiente, cuando volvi de la facultad, mamá estaba
hablando por teléfono con una prima. Le contaba que estaban disgustados por lo de Mariel.

- ...siempre fue así ella. Yo creo que va a estar ahí hasta que nos vayamos a Mar de Ajó y después viene para acá. Esta
fumando mucho, esta muy nerviosa; y no le vayas a decir nada porque vieras como se pone...
Del otro lado del aparato sugirieron una pausa. Mamá asintió:
- Bueno, bueno.Yo también tengo que cocinar. Después te llamo. Chau.
Cortó y me dijo:
- Lo arreglaron, pero me parece que esta ligado. Argentina potencia...

Levante el auricular para llamar a Marta. Quería contarle que mi hermana estaba realmente en una pensión. En vez del
tono normal, algo extraño se percibía. No era que estuviera ligado, en un nivel apenas audible se escuchaba una radio.
Mamá tenía razón; en este país las cosas las arreglan siempre por la mitad. Disqué el numero correspondiente. Me
atendió la madre y me dijo que hasta la noche no volvía porque había ido a la casa de la abuela. Colgué y postergué mi
ansiedad para más tarde. Ese fin de semana lo distribuí entre una salida con Marta, donde pude contarle acerca de la
situación de Mariel, un asado en el club con mi familia y la tarde del domingo con Alejandro. Cuando me desperté ese
lunes, tenía toda la ansiedad por cumplimentar lo antes posible los formularios de la Federación de Natación de Buenos
Aires.Sentía que pasar a formar parte del grupo de federados me elevaba de categoría, no solo en lo deportivo, sino
también en la valorización como persona. Fijarse un objetivo, trabajar duro para eso y, fundamentalmente, alcanzarlo
era algo que se aproximaba bastante a mi definición de la felicidad. Pero la felicidad difícilmente es completa. Por
ejemplo, cuando me ponía a preparar un examen, las horas de estudio no eran coronadas con un éxito académico, sino
por rotundos aplazos la mayoría de las veces. Por eso, ver la tan ansiada federación al alcance de la mano, era para mi
como conseguir el certificado de la dicha perdurable;al menos en natación. Pasaron el lunes y el martes y recién el
miércoles me acordé de lo mal que me había puesto cuando Mariel se marchó. Si bien ella no venia a casa desde esa
cena, papá todos los mediodías al venir del centro pasaba por el negocio donde ella trabajaba y se mantenía en
contacto.Ese miércoles el llegó a almorzar un poco mas tarde porque había hablado con Mariel. Aparentemente estaba
dispuesta a volver.Se habían aclarado algunos puntos conflictivos y en principio no existían motivos para que siguiera en
la pensión.

- ¿Viene hoy?- preguntó mamá-.


- No, tiene pago hasta el viernes.Yo paso por ahí para buscar las cosas y la traigo a la noche.
Al día siguiente, jueves, al finalizar la practica el entrenador me entregó los papeles que debía llenar y llevar a la
Federación.
-Te confieso -me dijo- que no creía que fueras a mejorar tanto, sobre todo porque empezaste tarde a nadar. Te felicito.
-Gracias.
-Y acordate que el domingo tenemos el torneo interno en el club nuestro. Ahora que empieza el verano vamos a usar la
pileta todo el tiempo que haga falta.

El viernes a la tarde no fui a entrenar para llevar la documentación a las oficinas de la Federación en la calle Lavalle al
1500. El empleado pegó mi foto en el carnet con una pulcritud delatora de ser ese acto lo único trascendente en su día.
Con el mismo esmero y parsimonia, asentó en un pesado registro mis datos. Me acodé en el escritorio y entretuve la
espera contemplando los banderines y trofeos que intentaban justificar la permanencia de los dirigentes en sus puestos.
- Firmá acá.
Salí de mi aburrimiento.A partir de ese momento era federado. Caminé lentamente por Callao hacia Rivadavia para
tomar el subte. Estaba contento y quería disfrutarlo conmigo mismo primero, antes de compartirlo con alguien mas.
Dirigí mi atención a los ruidos del transito, a la gente, a las vidrieras. Tanto tiempo había anhelado ese momento que
quería recordar todo lo relacionado con ese hecho. Fui a la casa de Marta para contarle el trascendente evento. La
charla de dos minutos se convirtió en una invitación a cenar, con la posterior sobremesa y audición de discos. Como
resultado de esa hospitalidad, llegue a casa pasada la medianoche. Fui a la cocina y encontré un cartelito con letra de
mamá diciéndome que había comida para recalentar en el horno. Mientras guardaba los platos que no iba a usar,
descubrí una colilla de cigarrillo dentro de un vaso. Esto indicaba que Mariel había vuelto. Fui a la pieza de las chicas y,
entre las sombras, adiviné su presencia. El sábado me levanté temprano, justo para desayunar e intercambiar unas
pocas palabras con ella. Antes de que saliera para el trabajo alcance a decirle, orgulloso, que me había federado. Me
miró con cierta intriga, como si fuera la primera vez que escuchara esa palabra. Resignado, y con algo de mártir, empece
a creer que nadie en mi familia valoraba mis esfuerzos. Estaba especulando acerca del porque de tamaña ignorancia,
cuando se acerco mamá y me preguntó

- ¿Vos vas a venir a la comunión de mañana?


- ¿De quien...?
- De la hija del amigo de papá...ese del club
- No, mañana hay torneo en el club. Si la hacen ahí voy un rato
- ¿Y vos fuiste a colegio católico? -exclamó ella- ¿Vos fuiste a Santa Rita? ¿Desde cuando se hace una comunión en un
club?
- Quise enmendar mi distracción.
- No...yo decía la fiesta.
- La comunión se hace en una iglesia de Villa del Parque. La reunión la hacen después en la casa. ¿Vas a ir o no?

Pensé en lo aburrido que puede ser una comunión y la posterior reunión con desconocidos. Ademas,
fundamentalmente, no me quería perder por nada del mundo la competencia. Así que contesté con una negativa que,
por supuesto, no fue de su agrado. Esa noche le pedí a Marta no salir para poder acostarme temprano y competir lo mas
descansado posible.Ella lo entendió y quedamos en encontrarnos al otro día en el club. Al día siguiente, domingo, luego
de estar todo el tiempo en casa, fui a la tarde a la pileta .Nadé tal cual estaba previsto y, ademas, mejoré discretamente
mis tiempos. Luego de la carrera los miembros del equipo nos reunimos a tomar una gaseosa.Pasamos un largo rato
hablando de natación y contando algunos chistes que, como suele ocurrir, hacían ruborizar al elemento femenino. Cerca
de las nueve de la noche regresé a casa y encontré solamente a Mariel.Mis padres y mis hermanos todavía estaban en
esa reunión. Ella se había bañado y , a pesar de no ser muy tarde, se estaba preparando para ir a dormir.

- ¿A que hora te levantás mañana?- me preguntó-.


- No se, a las siete, ocho.
- Entonces dame el despertador a mi, que me levanto seis y media.

Se lo alcancé y me preparé yo también para acostarme. Se empezaba a ir la excitación de la competencia y me sentía


cansado. Apagué la luz y caí inmediatamente en el ansiado sueño.

LUNES 22 DE NOVIEMBRE DE 1976. DOS DE LA MADRUGADA

Abrí los ojos. En la quietud nocturna de mi cuarto me pregunté por que me había despertado. La respiración profunda y
pausada de mi hermano indicaba que hacia tiempo que estaba durmiendo. La perra empezó a ladrar en la terraza. Dudé
en levantarme. ¿Que hora seria?. De repente, lo oí de nuevo. Desde el techo, ruidos de pasos y maderas que se corrían
provocaban los ladridos de Pirata. Salí de la habitación y me asomé al hall. Junto a los canteros del jardín, mirando hacia
el tanque de agua, la perra ladraba con toda su furia. Una sombra humana se proyectó sobre la claraboya del hall. Las
piernas me flaquearon y una ansiedad indecible trepó desde mi estomago hasta la boca. Pensé que era un ladrón. Giré y
me precipité a la habitación de mis padres. Me senti confundido al verlos profundamente dormidos, como si no
hubieran escuchado ni los pasos ni los ladridos .Me pregunte si realmente estaba ocurriendo. A partir de ese momento
mis pensamientos y movimientos cambiaron la dimensión temporal. A un mismo tiempo se retardaron y adquirieron
una velocidad fantástica. Como en un relato onírico, todo era extraordinariamente veloz y exasperantemente lento.
Quería pensar rápido. De hecho lo hacía, pero eran tantas las posibles acciones a seguir que no terminaba de escoger la
mas adecuada. En dos saltos bajé los cinco escalones hasta mi pieza. Más rápido, más rápido, me acicateaba mientras
abría el armero. Tomé la escopeta y de un manotazo aparté los cartuchos con munición más liviana.Recordé los
consejos de las revistas de caza:cuanto más pesada sea la posta, mayor el poder de detención.Escogí aquellos con
perdigones mas gruesos. Con una lucidez que me sorprendió, me encontré pensando que cuatro serian suficientes.
Deseché el saca cartuchos, seguro que no se irían a trabar. Me pregunté: ¿Como?¿No es que bajo presión es imposible
pensar con claridad?¿Porque estoy reaccionando así?. Volví a subir los escalones con la máxima velocidad que me
permitían las piernas. Mientras descontaba los tres o cuatro metros hasta la puerta de la terraza cargue el arma. La
perra seguía ladrando.Esta vez, el combate inminente latía en mis oídos. Salí a la terraza, giré y miré hacia el tanque de
agua. Cerré la escopeta y me apresté a hacer fuego. En el techo de la casa alguien había puesto un recipiente
transparente, similar a un balón de destilación. Montado sobre un trípode, dejaba ver un liquido amarillo en su interior.
A pocos metros de ese artefacto, un hombre se ocultaba con la espalda apoyada en el tanque. Imitando la inflexión de
la voz y el léxico castrense grité:

- ¡Identifiquese o disparo!

Giró, apoyando el hombro derecho en la columna de cemento.Con una ametralladora, hasta ese momento invisible, me
apuntaba. Al instante reconocí el modelo y el calibre; recordé también sus efectos a tan corta distancia. Yo tenía mi
escopeta apoyada en la cintura y sabia que si tocaba el gatillo, mi blanco caería fuera de combate. Nos medimos un
instante, o una eternidad.Con la misma cautela que me había apuntado, el hombre dirigió la boca de su arma al cielo
nocturno y volvió a parapetarse detrás del tanque. Perplejo, entré al hall y llamé a la perra. Suponía yo que los ladrones,
al ser enfrentados con resolución, escapaban o en el peor de los supuestos, hacían fuego; para sorpresa mia, nada de
eso había pasado.Trabé la puerta y desandé el camino hacia el armero. Empezaba a intuir una alternativa inédita.
Descargué el arma y la puse en su lugar.Volví al hall al tiempo que mis padres, somnolientos, salian de su dormitorio
.Papá preguntó

- ¿Que pasa?
- No se. Entré a Pirata porque hay un tipo afuera.
- ¿Un tipo?¿Donde?
- Arriba, al lado del tanque....¡Mirá! -grité- ¡Ahí va de nuevo! Otra vez, la sombra amenazante se proyectaba sobre la
claraboya. La voz de papá sonó nítida.
- ¡Sacá la perra afuera! Si es un ladrón que no baje.
Pirata, ajena a todo, salió meneando la cola a cumplir con su deber. Trabé la puerta y volví al hall. Mamá preguntó:
- ¿Que hacemos, Aldo?
Ignoro si papá tenía respuesta alguna para dar. Con toda la sorpresa que esto provoca, una explosión atroz quebró
cualquier pensamiento lucido. En un instante, y al unísono, nos echamos cuerpo a tierra. Desde la calle un megáfono
ordenó claramente:
- A los ocupantes de Juan B.Justo cinco-ocho-tres-tres, salgan con las manos en alto, o en treinta segundos abrimos
fuego.
Mamá o papá, no recuerdo con certeza, dijo:
- ¡Quedate acá! ¡Que Mariel no salga de la pieza!

Bajaron, corrieron, por la escalera mientras yo, reptando hacia el cuarto de mi hermana, me repetía que no era contra
nosotros. A pesar que la numeración gritada había sido la nuestra, me negaba a admitirlo. Arrastrándose sobre su
vientre, Mariel vino hacia mi. Susurró conteniendo el pánico:

- ¿Que pasa?¿Que pasa?


- No pasa nada, no es contra vos. Es un operativo en la casa de al lado. Quedate acá que ahora vengo.

Bajé presuroso, tratando de llegar a la puerta antes que los fatídicos treinta segundos se agotaran. En una patética
procesión, Papá encabezaba nuestra entrega levantando las manos hacia lo alto.Mamá, en camisón, lo secundaba. Salí
detrás de ella, estirando los brazos al máximo. La avenida, sugestivamente silenciosa, había sido cortada al transito. Dos
camionetas verdes en los extremos opuestos de la cuadra desviaban los escasos vehículos. El bar de la esquina se
presentaba desierto. En la vereda opuesta, detrás de un auto clásico en esos días, nos apuntaban con armas largas tres
hombres. El megáfono, imperativo, gritó:

- ¡Las manos contra la pared y las piernas separadas!

Obedecimos la orden. La distorsionada voz se dirigió a los vecinos de todo el barrio:


- Este es un operativo de las fuerzas armadas. No salgan de las casas y no se asomen a las ventanas.

Apoyado contra la reja de casa, miré hacia atrás. Detras de otro de los vehículos se desprendieron corriendo hacia
nosotros dos hombres armados. Durante la serpenteante carrera, que juzgué inútil, descubrí que vestían ropa de civil.
Me sofocó un fatídico temor; quizás no eran fuerzas regulares, quizás eran de la letal triple A. La temperatura era
agradable, pero sin embargo eché a temblar; un terror monstruoso, que se corporizaba en un temblor casi convulsivo.
Se detuvieron a escasos metros y quedamos encañonados bajo su custodia. Nos ordenaron clavar la mirada en el piso.
Advertí que entraban corriendo en la casa dos o tres efectivos. Les grité:

-¡Tengo dos armas declaradas!


Los que entraban ignoraron mi advertencia. Uno de nuestros guardianes me dijo:
- Bueno, tranquilo.
Pasaron algunos minutos.
Papá intentaba convencerlos que no habla ningún peligro. Usaba el mismo tono amistoso que alguna vez le escuché
emplear con algún policía de transito:
-...pero muchachos,¿porque este circo?. No hay ningún terrorista acá...

Yo lo escuchaba y no podía creer que no valorara en su justa medida la situación. ¿No entendía o fingía no entender?
Mamá, encerrada en un mutismo indescifrable, me parecía excepcionalmente diminuta. La llamé por lo bajo:

- Mamá...mamá...
Me interrogó con una mirada triste, como quien sabe que la suerte estuviera echada
- Mamá...memorizá las caras...acordate de las caras....son de las tres A...

El que parecía comandar el operativo me escuchó. Se acercó y encañonadome con una ametralladora, me espetó:
- ¿Que dijiste, vos?
- Que memorice las caras, porque no sabemos quienes son ustedes.
Evidentemente molesto por la pregunta, extrajo una credencial que puso delante de mis ojos. Mientras hacia esto,
improvisó una pequeña arenga:
- Para que sepas, yo soy el (dijo el grado) fulano y...

Era tanto el miedo que tenía, que no podía entender una sola palabra de lo que decía. Concentré mi esfuerzo, estéril de
todas formas, en memorizar el numero de la credencial.Terminó su monologo y le ordenó a un subalterno:
- Esposelo a la reja y que no se mueva.

Docil, tratando de facilitar la tarea de mi custodio, mostré mi muñeca izquierda. Sin mirarme siquiera, extrajo unas
esposas y en un segundo quede anclado a la reja. Se retiro unos pasos y me apuntó. Hicieron entrar a mis padres con las
manos detrás de la nuca. Pasaron, imprecisos, algunos minutos. Mi mente quedó en blanco, sin saber que pensar o si
debía hacerlo. Salió alguien y trasmitió una orden. Me soltaron y me encadenaron las manos detrás de la espalda.
- Entrá -dijo el guardia-.
Me sentaron en el sofá del comedor, al lado de papá; yo esposado, el sentado sobre sus manos. Le pregunté:
- ¿Y mamá?
-Arriba...
Uno de los efectivos que nos vigilaba, sin dejar de encañonarnos,comenzó a revisar los planos que había sobre la mesa.
Papá le quiso explicar:
-...Son planos de electricidad...de instalaciones eléctricas. Los tengo que presentar mañana en la municipalidad.
Con estudiada indiferencia, y ajeno a las reiteraciones de papá, el hombre siguió desparramando las copias
heliográficas. Pasó otro rato y el que parecía jefe del grupo se apersonó en el comedor. Detrás de el apareció mamá, con
un custodio.Le habían permitido ponerse un salto de cama. Antes de que papá pudiera preguntar nada, ella dijo:
- Pasé a Myriam a la pieza de los chicos; está durmiendo con Mariano.
El jefe se dirigió a mi:
-¿Para que tenes las armas?
Espontáneamente, por lo obvio de la respuesta, me encogí de hombros:
- Y...para cazar.
- ¿Para cazar?¿Donde?-
- En Mar de Ajó...tenemos casa ahí.
Miró fugazmente a Mamá y me mostró algo:
- ¿Porque tenés este recorte?
Presté atención y lo reconocí. Era el recordatorio que había sido publicado en el diario al año del asesinato de Jordan
Bruno Genta. Había estado olvidado en uno de los cajones del cuarto.
- Ah...lo de Genta -dije-
- Si...¿Porque lo tenés?
- Porque era un profesor mio que lo mataron los del ERP.
Me miró a los ojos, buscando mas detalles:
- ¿Y con eso, que?
- Quería tener un recuerdo...no se...

Me detuve ignorando si la respuesta había sido de su agrado. De arriba se escuchaban ruidos de cosas que se estaban
tirando al piso. Por la dirección deduje que venían de la pieza de Mariel. El hombre volvió a mirar a Mamá.Un poco mas
distendido ordenó:
- Saquenle las esposas.
Sin cruzarse en la linea de fuego de uno de los que estaba vigilandonos, alguien se acercó y me soltó. Le ordenaron a
Mamá sentarse en el sofá. La puerta de calle estaba abierta para permitir la entrada y salida del personal. Nos
alcanzaron una frazada y, taciturnos, nos cubrimos. Pasó otro rato.Cada tanto se escuchaba el ruido del transito que era
desviado por las calles laterales.
Desde algún lugar alguien daba ordenes, que se recibían en los transmisores del grupo. De repente el ir y venir de
personal cesó. Empezaron a dejar la casa, replegándose.Volvió el líder al comedor impartiendo las ultimas directivas a
sus subalternos. Nos dijo:

- Bueno, ya esta. Nos llevamos a su hija para interrogarla.


Papá se derrumbó:
- ¿Interrogarla? ¿Adonde?
- Mire -sacudió una libretita-. Le leo lo que esta acá...
Buscó en las primeras hojas:
-"Ver zona Almagro. ¿Jodida o piola?"
Miró a papá desafiante:
-¿Le parece poco? Ademas, le encontramos panfletos de la Juventud Universitaria Peronista... A propósito señora... -se
dirigió a Mamá- ¿Cuanto hace que su hija no va a la facultad?
Mamá, realmente sorprendida, dudó:
-¿A la facultad?...no, si estaba yendo...
Tajante, le informó:
- No señora. Su hija desde Junio que por la facultad no se la ve.
Papá insistió, respetuoso:
- Digame, ¿adonde la llevan?
-Al departamento central de policía...ahí en la calle Moreno.
Papá se atrevió un poco más.
- Pero ¿para interrogarla todo este movimiento?...¿No podían haberla citado en la comisaria? ... ¿O haber mandado a
alguien de día?
Le respondió:
- ¿No leyó los diarios?...El otro día a dos policías que tocaron timbre en una casa, les tiraron una granada. Resultó que
había Montoneros que pensaban que los querían detener...
Papá levantó levemente la voz:
- Pero no acá...
-Eso no lo sabíamos.
Se dirigió a mi y con aire de amistosa reprimenda me aconsejo:
- Nunca más reacciones así.
- ¿Así?¿Como?
- Los subversivos tienen una clave que, cuando los detienen, alguien dice "canta el numero".¿Entendes?
- No.
- Claro...cuentan mentalmente y cuando llegan al numero clave salen corriendo uno para cada lado. Así por lo menos
uno se salva y avisa al resto de la célula.
Ingenioso, pensé.
- Ademas, reaccionaste bastante frío.
- Si supiera el susto que tenía opinaría de otra manera -me dije-.

Ya estábamos llegando a la puerta.Se escucharon ruidos de pasos en la escalera. Apareció Marielina, vestida con un jean
y un pullover mio. La traían con las manos esposadas detrás de la espalda.
Pasó al lado nuestro y, con la mirada serena, le dijo a mamá:
- Quedate tranquila, que no me va a pasar nada.

Salimos a la vereda. Los vehículos empezaron a ponerse en marcha. Desde el bar de enfrente, algunos empleados no
querían perderse el más mínimo detalle del gratuito espectáculo. Arrancó el primer coche, luego el que llevaba a mi
hermana y por ultimo los dos restantes. Juan B.Justo quedó vacia en el amanecer porteño. Entramos a casa. Cerré la
puerta con cuidado, como si fuera un rito funerario. Entre al comedor a sentarme al lado de mis padres. Al que veía en
peor estado era a papá. Realmente lucia como un hombre deshecho. Estuvimos unos segundos en recogimiento. Papa
finalmente dijo:

-Toda una vida destruida... que vergüenza... presa...


Mamá, un poco más dura, agregó:
- Mi vida no termina aquí. Ella se lo buscó.
No se si papá la escucho, pero siguió:
- Que tonta..."a mi no me va a pasar nada"...
Alguien preguntó la hora; casi las cuatro.
-Vamos a dormir
- Fui a mi cuarto. Para no despertar a Mariano y a Myriam, busqué a tientas mi lugar.Trepé a la cama marinera y me
acosté. ¡Que vergüenza -me dije- mi hermana presa!

Capítulo 5

Desde la mañana siguiente al operativo, una congoja enorme descendió sobre mi familia. Ese lunes al levantarme, papá
ya se había ido al Departamento de Policía;quería saber donde estaba detenida Marielina.Yo me quedé, ordenando la
pieza de ella. La búsqueda de elementos probatorios de su culpabilidad había sido exhaustiva, como lo indicaban a las
claras los cajones dados vuelta y el contenido de la biblioteca en el suelo. A medida que iba colocando las cosas en su
lugar, empezaba a tomar conciencia del episodio. Me repetía mentalmente:

- Detenida, en cana. No es chiste.¿Mi hermana detenida?...¿sabes lo que significa estar detenida?...que vergüenza...en
cana...

El ruido del transito en la avenida era el mismo que el de todos los días.El mundo seguía su rutina;nadie mas que a
nosotros nos importara lo ocurrido. En el fondo entendía esta indiferencia ya que a mi mismo hechos más violentos
apenas me habían conmovido.Cuatro o cinco meses atrás la policía había intentado detener a un ladrón a una cuadra de
casa. Fueron dos patrulleros al aguantadero, pero no quiso entregarse.

- Antes que preso, muerto -dijo el hombre-.


Después de un tiroteo de media hora, su deseo se cumplió. Yo estudiaba en mi cuarto. Cuando me entere el desenlace
pregunté desapasionadamente:
- Ah...¿lo bajaron?

Ahora estaba experimentando en el alma, el dolor y la vergüenza que debieron haber sufrido sus deudos y la certeza
que a los ojos del barrio, el y mi hermana estaban en la misma categoría.
Dejé la pieza en condiciones aceptables y fui a la terraza.A la luz del día parecía inofensiva.Pirata, bajo la sombra del
quincho, roía un hueso.Trepé por la escalera marinera hasta el tanque de agua.Tenía un interés morboso en encontrar
alguna prueba tangible de esa pesadilla;mi angustia quería constatar la realidad del hecho. Había trozos de plástico
transparente diseminados por el techo. Deduje que esos eran los restos del balón de destilación de la noche anterior, en
realidad una bomba de estruendo. Huellas de zapatillas alrededor del tanque indicaban la ubicación exacta del
francotirador. Asintiendo con la cabeza murmuré:

-Así que es cierto.

Me acuclillé y tomé un pedazo de ese plástico. Mientras lo sopesaba, pasee la mirada por el teatro de operaciones.De
un lado, indiferente, el transito. Del otro, la terraza.A dos o tres casas una vecina tendía la ropa . Me pregunte como se
vería mi casa desde otra perspectiva. Me erguí y ubiqué mis pies sobre las huellas, al lado del tanque.Apoyé el hombro
derecho en la viga de cemento y gire, apuntando una imaginaria ametralladora hacia abajo. Si alguien hubiera estado
ahí, con una ráfaga corta...¿Porque no lo hizo?. Gire de nuevo, resguardandome en el tanque. Pensé, si a mi me dicen
que hay Montoneros y sale alguien con una escopeta, yo tiro. Miré hacia la terraza vecina.La señora había notado mi
presencia, pero fingía no verme. ¿Que le voy a decir a Marta?¿Y a Alejandro? Decidí que ahí arriba no había nada más
que ver y me vino a la mente una canción de Manal, un grupo de rock que me gustaba escuchar en el secundario.Con
cierta melancolía, bajé por la escalera marinera tarareando blues. Llegué hasta el comedor y empecé a desempolvar
discos viejos.Quería escuchar todos a un tiempo, pero no me decidía por ninguno.Leía en la cubierta el titulo de la
canción y evocaba la melodía y su letra. Pase un rato largo poniendo y sacando placas, sin escuchar un tema completo.
Finalmente apareció mamá y me dijo

-¿Que me contás de Mariel? -sin darme tiempo a responder, siguió- Que tonta...mirá que nosotros le dijimos, abrite que
están llevando gente. Pero no, ella dale con que a mi no me va a pasar nada. Ahora anda a saber cuanto tiempo va a
estar detenida...y la Facultad, olvidate. Cuando salga, dentro de tres o cuatro años, ya va haber perdido el ritmo de
estudio.Y ponerse a trabajar...¿Quien le va a dar trabajo a una persona que haya estado presa? Y los abuelos cuando se
enteren...Vos viste como es tu abuela. Hacen una tragedia griega cuando se inunda Juan B. Justo, así que ahora van a
poner el grito en el cielo.Van a decir que a la pobre chica no la hemos cuidado...que desastre, se arruino la vida por
tonta. Y tu padre ni te cuento. Ayer, digo, hoy cuando se fueron se acostó pero no durmió nada. Se movió en la cama
todo el tiempo. Hoy a la mañana estaba amargadisimo, apenas tomo un mate cocido, no pudo comer nada...

Yo solo escuchaba. Me costaba mirarla a los ojos. Noté cierto brillo que ella quería disimular y preferí darle un mínimo
de dignidad a su congoja. Después nos quedamos sin decir nada. Luego de un tiempo prudencial me levante y fui a mi
cuarto.Saqué un diario intimo que en ese entonces llevaba. Escribí prolijamente la fecha y me quede dudando que frase
trascendente legar para la posteridad. A medida que pasaban los minutos más me atraía el edificio vecino, con sus
paredes chorreadas de hollín. Me descubrí sosteniendo mi cara con las dos manos y la hoja todavía en blanco.
Al mediodía llegó papá sin novedades. La policía no sabia nada. Había estado también en la comisaria de nuestra zona,
la 50°. En el registro de esa madrugada no figuraba ninguna anotación al respecto. Mamá exclamó:

- ¡Como que no hay nada!¿Cortaron el transito y nadie anotó nada?


Papá coincidió con ella:
- Es lo que les dije, cortan una avenida y nadie sabe nada -agregó el -. De acá de la cuadra, por lo menos tres vecinos me
dijeron que llamaron a la comisaria o al comando radioeléctrico.Y de la estación de servicio también
- Si, a mi me dijo don Flaminio, el gallego de la esquina, que el llamó porque pensó que eran guerrilleros y le dijeron que
se quedara tranquilo que no lo eran.
Estaban por llegar mis dos hermanos menores del colegio. Le pregunte a mamá:
- ¿Y ayer, cuando estuvieron acá,que hicieron los chicos?
- Me hicieron llevar a Myriam a tu pieza. Mariano ni se despertó, pero Myriam estuvo todo el tiempo con los ojos
abiertos...no entendía nada...temblaba y miraba. Recién al rato se le pasó...pobre. La mande al colegio con una nota
para la maestra. Le dije que tenía dolor de oídos que por eso llegó tarde.
- ¿Y Mariano?
- ¿No te digo?.Durmió todo el tiempo
- ¿Me tocaron las armas?
- Si.Había uno que las miro, las olio y se fijaba en el caño. ¿Para que las pudó haber olido?
- Y...debe ser para ver si las había usado hace poco...
Mama se quedó pensando.Asintió levemente con la cabeza, como si hubiera llegado a alguna conclusión. Me dijo:
- Cuando vieron las armas me empezaron a preguntar de quien eran, para que las tenias, si ibas seguido a cazar...yo
temblaba pensando que habías salido con la escopeta a la terraza y que estabas abajo esposado. Pensé que te iban a
hacer cualquier cosa...
Recordé el cuadro y me di cuenta que salir armado no fue una actitud muy inteligente de parte mía. Mamá siguió:
- Te revisaron los cajones, uno por uno. No se que estarían buscando. Yo rezaba porque no tengas nada raro...con
Marielina suficiente.
Picado por la curiosidad, le pregunté:
- ¿Y porque me soltaron?
- Mira, vos que te reís siempre cuando digo Santa Rita abogada de imposibles...
- ¿Que tiene que ver eso ahora?
- Que encontraron el recorte de Genta. El que mandaba me preguntó porque lo tenias y yo le dije que era un profesor
tuyo del secundario al que querías mucho. Que cuando lo mataron te pusiste muy mal. Parece que Genta era muy
conocido porque el hombre este dijo que había sido buenísimo y cuando paso eso el se puso muy triste.

Sin querer, evoqué algunas escenas del velatorio. A excepción de mis compañeros, el resto de la gente tenía el cabello
bien corto y cierta actitud que los caracterizaba como católicos fervientes. Se habían escuchado comentarios acerca de
su inmolación por la causa de Cristo y la Patria. A nosotros ese tipo de diálogos nos llamó la atención, pero como nunca
habíamos estado en el velatorio de un asesinado por causas políticas, supusimos que así debían ser.
Mamá fue a poner la mesa y yo me quedé guardando los discos. Papá al lado del teléfono hacia llamados de trabajo.
Sonó la campanilla y atendió el.

- ¿Si?...un momento. Para vos, es Marta


Levanté la mirada al techo y estuve a punto de hacerme negar. Lo que menos tenía era ganas de fingir un estado de
animo inexistente. Aclaré un poco la voz, previendo alguna excusa para evitar salir.
-¿Hola?
Del otro lado del tubo, la blanda voz de Marta me contesto:
- Hola, mi campeón...
¿Campeón de que? pensé.
- Que tal...
- ¿Estas contento por el tiempo de ayer? Supongo que te habrás acostado temprano...como dijiste que estabas cansado
y me dejaste a las ocho...no te habrás ido a bailar ¿no?
Casi le contesto que el baile lo tuvimos en casa, pero me contuve:
- No...pero dormí mal...hoy me quiero acostar temprano de nuevo...
- Ah, que lastima.Porque mamá te quería invitar a cenar...¿y si faltas a entrenamiento y venís acá?...dale...
- Sabia que si aparecía por la casa iba a terminar contando lo que había pasado; y no quería hacerlo.
- No...no te enojes pero quiero ir a nadar...a la noche te llamo¿si?

Del otro extremo de la linea se notó cierto desencanto. Aceptó de no muy buen grado, pero mucho no podía hacer. Era
la primera vez en esos dos meses de noviazgo que me negaba a verla. Colgué el aparato sabiendo que a la noche
tampoco iba a tener ganas de hablar con ella. Ese entrenamiento lo nadé como cualquier otro, ni mejor ni peor. La
conversación con Alejandro durante el viaje de retorno también fue rutinaria. En un momento dado casi le cuento lo
sucedido, pero me callé. Llegué a casa y mientras esperaba que me abrieran la puerta mire la avenida, con sus luces
blancas. El bar de la esquina tenía, como todas las noches, mesas en la vereda con gente disfrutando la brisa leve luego
de un día calido. Menos de veinticuatro horas atrás el cuadro había sido bastante distinto. Me abrió papá y me dijo:

- Todavía no se sabe nada. A Mariano y a los abuelos les vamos a decir que se fue a Rosario, a la casa de unas primas de
mamá.
- ¿Mamá tiene primas en Rosario?
- Si, unas que vinieron para nuestro casamiento y para la primera comunión de Mariel. ¿No te acordas que hace dos
años fuimos al casamiento de una de las hijas?
- ¡Ah!...yo no fui porque me quedé para un torneo, cierto.

Con mamá nos pusimos de acuerdo: no se lo vamos a decir a nadie. Mamá habló con Beba para ver si el Negro puede
hacer algo. Beba era una prima de mamá cuyo esposo, el negro de marras, tenía un cargo de jerarquía en el
gobierno.Todos habíamos sentido orgullo cuando aceptó el puesto ofrecido por la junta militar. Terminamos de cenar y
fui a la terraza a cumplir la rutina de colgar la malla y la toalla húmedas para que se secara. Apoyé el bolso sobre el
lavarropas, separé las ojotas y las antiparras de nado y me coloqué al hombro las cosas a secar. Al salir miré la semi
oscuridad de los canteros. Mi corazón se sobresaltó un instante al recordar lo vivido la noche anterior. ¿Donde estaría
mi hermana?. No se que pasaba en mi cabeza: desde la mañana cuando había bajado del tanque, todo recuerdo del
operativo lo asociaba con alguna canción.En ese momento me acorde del bolero "La ultima noche". Aunque pareciera
algo cínico me era difícil dominar ese tipo de asociaciones."...quisiera olvidarla pero no he podido..." Termine el ritual
del nadador-prolijo y fui a mi cuarto. Mi hermano Mariano ya dormía. Como pasaba a menudo, el lograba conciliar el
sueño con la luz prendida y los ojos entreabiertos.

- Que suerte que tiene que no sabe nada -pensé-.

Le cerré los ojos y me puse el pijama. Estaba por apagar la luz cuando me acorde de la pistola.Abrí el armero y la
tome.Recordé el armamento que apenas la noche anterior se había adueñado de casa. Escopetas Itaka, ametralladoras
PAM, pistolas de calibre pesado... ¿Que podría haber hecho mi modesta 22?. Tenía razón papá, tanto despliegue era
innecesario. Guardé el arma en su lugar y me acosté. A poco de estar en la cama me inquiete recordando lo sucedido: ¿Y
si vuelven?.¿Que hago? Empecé a sugestionarme y a prestar atención a los sonidos, aquellos que pudieran indicarme
que algo estaba mal. La posibilidad del retorno de esos hombres aceleró la respiración. Con los ojos abiertos en la
oscuridad esperé oir ruido de pasos o los ladridos de la perra. Volví a preguntarme que haría.Llegué a una pavorosa
conclusión: Nada podría hacer. Hundido en mi cama me sentí en un estado de indefensión absoluto. La contundencia
del armamento desplegado tenía un mensaje.No me llevaron porque no quisieron.No era yo al que buscaban sino a mi
hermana. Por suerte yo nunca me había mezclado en política, porque sino también a mi me hubieran arrestado.Pobre
ella. A medida que nada ocurría, que ningún sonido extraño se percibía, me fui relajando. Cuando empezaba a
quedarme dormido, Mariano se despertó gritando que escuchaba pasos en la terraza .Me agite pensando que
volvían.Encendí la luz y me quede parado en medio de la habitación escuchando. El armero me invitaba a sacar la
escopeta, pero me negué tentar al destino nuevamente.Mariano se sentó en la cama y me pidió que apagara la luz, que
quería dormir.Entonces me di cuenta que había estado soñando. Apagué la luz, y me acosté. Esa noche se repitieron las
pesadillas de mi hermano dos o tres veces más.

No recuerdo con precisión los días que siguieron. De esos momentos iniciales solo rescato los graves silencios de mis
padres durante los almuerzos o las cenas. Si bien Myriam sabia de la detención, no le impedía mantener las rencillas
tradicionales con Mariano. Llego el primer sábado después del operativo.Ibamos a almorzar en la casa de mis abuelos
paternos, en el barrio de Devoto. Papá se había preparado para contarles, casi como al descuido, del viaje a Rosario de
Marielina. Era algo riesgoso porque si alguno de ellos venia de visita y hablaba con los vecinos, la reacción podría ser
dramática.Ya estaban por ir de veraneo a Mar de Ajó,de modo que mis padres especulaban con manejar la situación
hasta marzo. Suponían que para esa fecha se iba a poder saber con certeza donde estaba detenida. O quizás la hubieran
soltado. Mientras esperaba que la mañana se convirtiera en mediodía para salir, pensé en lo paradójico que era
almorzar a cuatro cuadras de la cárcel. En esos días asociaba la palabra "presa" con "Devoto", como si todos los
delincuentes del país estuvieran concentrados en ese sitio.¿La habrían llevado ahí?.Pero no, no había pabellón para
mujeres. Ya cerca de la hora de salir, y viendo que no había ninguna noticia al respecto, decidí bajar a la cocina. Mariano
estaba haciendo equilibrio sobre una silla buscando las galletitas que se ponían siempre lejos de su alcance.Myriam,
indiferente a la probable caída del menor de nosotros, se enfrascaba en un Billiken con la hoja a diez centímetros de su
miopía. Papá y Mamá estaban en el sillón del comedor, hablando en voz baja. Me quedé en la puerta, sin saber si podía
escuchar o no. Mamá paró de hablar e hizo un ademan invitandome a acercarme.Me dijo:

- LLamó Mariel.
Papá miró a través del ventanal con una mirada que yo conocía. Ya sabia qué iba a contarme mamá y -mentalidad de
ingeniero- aprovechaba esos instantes en pensar posibles alternativas a algún problema de difícil solución.
- ¿Que dijo?
- Que estaba bien y que iba a estar un tiempo guardada...dijo que mucho no podía hablar, pero que no nos
preocupemos...fue cortito...

Guardada era sinónimo de detenida, lo cual confirmaba todos nuestros temores. Salimos en el auto rumbo a Villa
Devoto.Papa, encerrado en un incomodo mutismo, se abocaba a conducir.Mamá trataba de romper el hielo hablando
de cualquier tema con mis dos hermanos.Yo, inexplicablemente tenso, sentía que era parte del blanco de la furia de
papá.Creía entender esto a causa de mi pobre desempeño académico.A semejanza de Mariel, había hecho caso omiso
de los consejos primero y de las advertencias después. En el caso de ella, referidas a su frenesí laboral y militancia
estudiantil. En el mío , simplemente, al afán de ser el mejor nadador del país. Papá abreviaba el planteo diciendo:
- Vas a las olimpiadas...¿Y con eso que?
Yo tartamudeaba intentando hacerle comprender el ideario olímpico "Lo mas importante en los Juegos Olímpicos no es
ganar sino participar, así como en la vida no es el triunfo sino la lucha. Lo esencial es...haber luchado bien". El se
mantenía refractario a estos principios y los demolía con ejemplos cotidianos. Acostumbraba esgrimir:
-Suponete que estás en una reunión de trabajo con tres o cuatro ingenieros. Sale el tema deportes y vos, todo contento,
contás que fuiste campeón de natación...¿cuanto tiempo decís que se va a hablar de tu dichosa medallita?...¡Ni cinco
minutos!...haceme el favor y ponete a estudiar de una buena vez. Recibite y después si te gusta, haces como yo con el
basquet. Vas los domingos y despuntas el vicio...es por tu bien que te lo digo.

No, el nunca lo entendería. Llegamos a la casita humilde de mis abuelos.Como siempre, nos esperaban en la
vereda.Mariano se lanzo corriendo a los brazos del abuelo, agitando su autito nuevo:
- ¡Nono! ¡Mirá lo que me regalaron!
Con su itálico acento, a pesar de medio siglo de permanencia en la Argentina, coincidió:
- ¡Ma...!Porca miseria... e' belisimo...
Myriam, disimulando apenas su latente glotonería, le preguntó a la abuela:
- Nonita, ¿Que hiciste hoy?
- Sentate, que ya sirvo.
Paseó la mirada por el grupo, haciendo el conteo de los nietos. Papá se adelantó y le explicó:
- Marielina se fue unos días a Rosario, a ver si conseguía trabajo...
- Uhhh... si sabia no hacia tanta comida...¿y cuando ritorna?...
Mamá intervino en italiano:
- Una o due settimana...¿Mangiamo?...

Nos sentamos a la pantagruelica mesa. Paulatinamente nos fuimos animando en la conversación .Se evaluaba la
posibilidad de que Mariano y Myriam fueran desde principios de Enero a Mar de Ajó. Papá y Mamá irían después del 15.
Quizás yo fuera unos días, pero me atraía más la idea de quedarme a entrenar. Por encima de la mesa se cruzaban las
conversaciones, ruidos de platos y pedidos de bebidas. Yo miraba al abuelo que, a pesar de estar contento con nuestra
visita, hablaba poco. La abuela decía que yo era parecido a el, siempre taciturno.¿Seria así realmente?.Me pareció
oportuno sacar un tema de conversación para que el hiciera oir un poco su voz. Quizás alguna anécdota de Italia.

- Nono, ¿como fue esa vez que te estaban buscando los camisas pardas?
Mamá siguió comiendo como si nada hubiera pasado. Papá me fulminó con la mirada.¿Que había de impropio en mi
pregunta?
- Ah...Il Duce...
Mariano gritó gozoso:
-¡Dulce de leche!¡Yo quiero!
La carcajada de la abuela cortó el relato:
-Ma no, Marianito. Il duce...Benito Mussolini.
Vaya a saber que recuerdo le ensombreció el rostro.
Repitió sin la sonoridad anterior:
-Il Duce...

Volvimos a dormir la siesta a casa. En un momento dado, y cuidándose por Mariano, Mamá se dirigió a Myriam y a mi.
- Mucho cuidado con el asunto Mariel. A nadie.
Con esa frase quedaban sobrentendidas una serie de cosas, a las cuales deberíamos prestarle mucha atención. A nadie.
Cuando ese sábado a la noche fui a la casa de Marta, había hecho la promesa de no contarle nada. Mamá había dicho a
nadie, y nadie abarcaba a todos. Llegué tenso a la casa. La invitación a cenar había quedado pendiente desde el
comienzo de la semana. Me recibió la madre. Al tiempo que me explicaba que Marta daba los últimos retoques a su
arreglo, me invitó a acomodar mi osamenta en los profundos sillones, cerca del equipo de audio. Mientras esperaba la
aparición de mi novia, analizaba las posibles reacciones de mi probable suegra por el asunto de mi hermana. Creía
percibir de su parte cierta resignación por la elección de la "nena". Tal vez pensaba que "ya se le iba a pasar". Si
compartía las aspiraciones profesionales de mis padres, y mis resultados académicos no eran precisamente brillantes,
mi imagen seria paupérrima.¿Y si me convertía en el mejor nadador del país? ¿Ese presunto bajo concepto se
mantendría?. Otra vez esa pregunta sin respuesta ¿que es ser feliz?. Si en parte pasa por el éxito profesional ¿cual es la
diferencia entre un universitario exitoso y un campeón de natación?. Quizás mi elección había sido incorrecta. Tal vez si
hubiera elegido futbol en lugar de natación, el pobre concepto quedase diluido por la avalancha de fama e ingresos
económicos. Pero la realidad era otra: me gustaba mas nadar que cualquier otra actividad. Si a mis gustos, que yo intuía
no coincidentes con los de ella, agregaba que tenía una hermana detenida, el resultado seria catastrófico. Era necesario
guardar el secreto. Ahora, ¿seria capaz? ¿por cuanto tiempo? En la radio se escuchaba una melodía entonces de moda;
melancolicamente disfruté la letra "Quisiera saber, como estas mi amor, desde aquí quisiera estar muy pronto junto a
ti".
- Hola.

La voz de Marta cortó mi asociación de ideas. Parada en el dintel de la puerta mirandome con sus ojos oscuros,
esperaba mi aprobación;y, realmente, lucía esplendida. La madre, comprensiva , nos permitió unos minutos de
privacidad fingiendo dar los últimos toques a la cena. Abrace a Marta con un sentimiento extraño. El perfume de su pelo
me rescató unos segundos del mundo;si hasta casi parecía que todo estaba bien.Se me turbó la visión y prolongue el
abrazo para no delatar mi congoja. Me sopló al oído

-¿Viste?...la canción que te regalé.


Nos miramos fijamente.Si tan solo pudiera contarte.
-¿Que pasa? -preguntó-.
- Te extrañé -mentí-.
- Yo también.

Me sentí incomodo. Ocultar la verdad, mentir, eran cosas que sabia que no debía hacer. Desde chico me habían
inculcado el valor de la verdad, aun a riesgo de consecuencias adversas. Sin embargo, yo coincidía con mis padres en la
excepcionalidad de esta mentira.¿seria piadosa? Me sorprendió que Marta no sospechara ningún otra posibilidad.Tal
vez lo hierático de mi rostro ayudara a su confusión.Si yo me permitía el mas mínimo atisbo sentimental, se hubiera
hecho difícil ocultar lo sucedido. La madre de Marta estaba separada desde hacia tiempo. Yo al padre apenas lo había
visto una vez. De esta forma, los comensales eramos Marta, sus dos hermanas, la madre y yo.No fue lo que se dice una
comida divertida, pero tratando de remontar el puntaje adverso fui lo mas educado posible. Repartí en dosis calculadas
conversaciones pueriles con la hermanita de siete años, problemáticas comunes con la hermana mayor, estudiante de
Arquitectura e hice, por supuesto, una apología de las artes culinarias de Doña Mercedes .Un chico encantador. Ya
durante la sobremesa mi potencial enemiga, la madre de Marta, había cambiado en parte el concepto sobre mi. Algunas
acotaciones oportunas la habían hecho reír de buen grado y la notaba con una cortesía inusual en ella . Mientras
encendía un cigarrillo me dijo:

- A vos te gustan las armas ¿no?


- Si, y también cazar.
- Te voy a dar unas balas que tenemos desde hace tiempo y nadie las usa¿queres, no?
- ¿De que calibre?
- ¡Ay,que se yo!...esperá que te muestro.

Fue a traerlas. Marta aprovechó para tomarme de la mano y guiñarme un ojo. Significaba algo así como que había
conquistado a la madre. Volvió con una caja de zapatos, que se adivinaba pesada. La apoyó sobre la mesa y la abrió.
Miré en su interior. La cantidad de munición que había ahí significaba una pequeña fortuna.

-Permiso...¿puedo? -pregunté al tiempo que sumergía la mano en la caja-.


Desde el pusilánime calibre 22 hasta la gruesa 45 de las Fuerzas Armadas, pasando por 32, 9 mm y cartuchos 7 mm
Lefauchex de comienzos de siglo, el pequeño arsenal me asombró. Incrédulo, dije tímidamente:
- ¿Para mi?
- Si,para eso lo traje. Espera que lo envuelvo con diarios así te lo llevas ahora.

Me quede embelesado con semejante obsequio. Se traduciría en un considerable numero de excursiones cinegéticas,
sin preocuparse del costo de cada disparo. Un verdadero ahorro. Me quede un par de horas mas. Cerca de las tres de la
madrugada me despedí y, con mi paquete a cuestas, fui a padecer la resignada espera del colectivo 53.
Pasó otra semana sin novedades sobre Mariel. En casa se empezaba a respirar un aire más normal. Yo, previniendo
alguna posible pelea con papá, preparaba por segunda vez mi examen final de Física 1. Quería rendirlo bien por varias
razones, entre ellas minimizar cualquier reclamo paterno referido a mis estudios. Sumada a esta ansiedad, los primeros
días de diciembre iba a debutar compitiendo como federado. Me costaba concentrarme en los libros. Cada vez que
tomaba la calculadora para resolver algún ejercicio de física, invariablemente terminaba haciendo especulaciones
matemáticas sobre los parciales de los 100 metros libres, la carrera en cuestión. Una tarde, harto ya de estudiar, fui a la
Facultad con la excusa de anotarme para el examen. Durante el tedioso viaje hacia Paseo Colon, me entretuve haciendo
una práctica de concentración. Conocia los rudimentos del ejercicio mental que realizan los campeones olímpicos y
trataba de repetirlo. Me veía en el cubo de partida, seguro de mi, sin nervios. Luego me imaginaba nadando rápido,
técnicamente perfecto, sin cansancio. Oía el griterío ininteligible del publico y el ruido del agua chocando contra mi
cuerpo.Repetí el ejercicio varias veces en el colectivo y en el subte. Incluso las ocho cuadras desde Plaza de Mayo hasta
la Facultad las caminé en un estado semihipnotico, repitiendo mis fantasías.Subia la escalinata de entrada inmerso en
los 100 libres, cuando alguien me llamó:
- ¡Miguel!
Un miembro del grupo de estudio de Belgrano me saludaba. Me di cuenta que en todo el segundo cuatrimestre no lo
había visto.
- ¿Que hacés?
- ¿Como andás? No pude cursar este cuatrimestre.Vine a anotarme para dar Introducción a la Matemática,que me
quedó colgada.¿Y vos?
- Yo vengo para Física...voy a ver cuando tengo fecha.
- ¿La estas preparando con alguien?
- No, solo.Vos sabes que me desconecte del grupo.
- ¿Te acordas que bien que andábamos?
- Cierto...
- Nos podíamos reunir para preparar algo juntos.
-Si, pero ahora estoy con Física...
-Aunque sea para tomar algo...lo pasábamos bárbaro...¿Te acordas como te cargábamos con tu hermana?
La sonrisa social que exhibía hasta ese momento se congeló en mi rostro. No contesté nada.El otro insistió:
- ¿Como anda?, tu hermana digo..
- Bien, ahí anda...
- ¿Como le va en Agronomía?...estudiaba agronomía ¿no?
- Veterinaria.
- ¡Cierto!Veterinaria...¿y como le va?
- Y... descuidó un poco la facultad ahora. Andaba con ganas de cambiar de trabajo. Capaz que se va a Rosario.
-¿A Rosario? ah...bueno mandale saludos de parte mia.
Miró el reloj y exclamó:
- Me voy, me escapé del laburo para venir acá y se me hace tarde. ¡Chau, che!.

Bajó deprisa la escalinata, mientras yo me alegraba de haber finiquitado tan incomodo encuentro. Entré al fresco y
umbrío hall del edificio. El personal de seguridad ignoraba a los estudiantes. Dos sostenían una charla ligera, a juzgar por
los rostros y las bromas.Un tercero había apoyado ostentosamente su 9 mm en un pupitre diseñado otrora para fines
mas pedagógicos y se concentraba en la sección deportiva de "Crónica". Pasé junto a ellos mostrando innecesariamente
la libreta universitaria. Si hubiera exhibido cualquier otra cosa el efecto probablemente hubiera sido el mismo. Eso me
molestaba más que si el pedido de libreta se cumpliera siempre. Darme cuenta de mi olvido a mitad de camino entre
casa y la Facultad, me angustiaba terriblemente. La incertidumbre de sortear o no la entrada, en ocasiones alcanzaba
limites exasperantes. Cumplí con el tramite administrativo de inscripcion. A partir del instante en que me anotaba para
cualquier examen, ya fuera parcial o final, mi vida entraba en una cuenta regresiva. Comparaba mi actitud con la de
otros estudiantes y notaba que era radicalmente diferente.No pasaba esta por el mayor o menor grado de
conocimiento, sino mas bien por la ansiedad que depositaba en el evento. A veces lo asociaba con una competencia
deportiva, donde el día crucial se hace publico el talento del atleta; o su ausencia. Otras veces me recordaba a esas
películas de Hollywood donde el héroe es capturado por los nazis y aguarda ser rescatado por sus compañeros antes de
ser pasado por las armas. En esa oportunidad salí de la facultad preguntándome si mis conocimientos me iban a rescatar
a tiempo antes de que el jefe de cátedra asentara en la libreta, cual certificado de defunción, desaprobado (dos). Llegué
a casa y me apoltroné en el sofá del comedor. El paseo a la Facultad combinado con el húmedo calor porteño me había
demolido. Pensaba¿Como puede ser que nadara cinco mil metros, que corra quince kilómetros y me destruía el caminar
unas cuadras?. Sonó el teléfono y atendí

-¿Hola?
- Hola, che.Alejandro.
- ¿Como andas, Ale?
- Bien. Me dijo tu vieja que fuiste a la Facultad.
- Si, me anote para dar Física.
- Si, yo también estoy estudiando...¿vas a nadar hoy?
- No, hoy no...mañana creo que si.¿vos vas hoy?
- No, pero mañana seguro que si.-Hizo una pausa y siguió- Te llamo porque mi vieja me esta pidiendo el bolso rojo, ese
que te preste.Si vas mañana, ¿me lo podes traer?
- Bueno, si no lo rompió la perra como hizo con tu malla el año pasado -bromee-.
Del otro lado de la linea me aturdió la carcajada de Alejandro.
- No, que mi vieja me mata. Ese bolso es nuevo... Acordate de llevarlo cuando vayas al club.
- Decile a tu mamá que mañana te lo devuelvo.Chau.

Colgué y me quede pensando donde podía estar el bolso en cuestion. Hacia más de un mes que me lo había prestado y
no lo había visto desde entonces. Siempre que desaparecía algo en casa, seguro que mamá lo encontraba. El único
inconveniente de preguntarle era soportar las fundadas acusaciones de desordenado y descuidado. Pero era el tramite
más rápido. Fui hasta la terraza donde estaba regando los canteros y preparé el terreno con voz amistosa.

- Ma...
- ¿Que queres?
- ¿Vos viste el bolso rojo?
- ¿Cual bolso rojo?
- El de Alejandro...me dijo que la madre lo quiere...¿donde esta?
- ¿Y a mi me preguntas donde están tus cosas de natación? buscalo.
- Ya lo busque en el placard del antebaño, en la pieza de servicio y no está.
Con gesto de fastidio cerró la canilla y me dijo:
-Bueno, ya voy.Vos anda a la verduleria que esta la bolsa muy pesada y yo con mi pierna no puedo traerla...y apurate
que tengo que cocinar todavía.

Fuí a la verduleria y volví tan rápido como pude. Cuando regrese mama estaba en la pieza de las chicas revisando los
placares. Me preguntó:

- ¿Como era el bolso?


Separé las manos.
- Así de grande, con tres cierres.
Movio lentamente la cabeza en un gesto negativo.
- Se lo llevó Mariel a la pension...
- ¿Y que?¿no lo trajo de vuelta?
- Me parece que no...
- ¿Y ahora que le digo a Alejandro?
- Y...no se, que lo perdiste...que le vamos a comprar otro.

Chasquee la lengua contrariado.Ya le había mentido a Marta y no me gustaba, mentirle a Alejandro era demasiado.
Recorrí todos los lugares posibles de la casa, pero a medida que el bolso seguía negándose a aparecer, mas me
convencía de contarles la verdad a Alejandro y a Marta, a pesar de la indicación en contrario de mamá. Pasados los
primeros momentos de ofuscación y conforme temía el rechazo de la madre de Marta, quizás también el de ella,
empece a considerar una situación intermedia.Se lo contaría solamente a Alejandro. Tomé esta determinación y le di un
respiro al tema, aunque mas no fuera hasta dentro de 24 horas. Al día siguiente regresando del club, momento en que
había previsto contarle la verdad a Alejandro, surgió un imponderable.Gustavo, otro compañero de natacion, compartio
ese viaje con nosotros. Evadí como pude de los reclamos de Alejandro, usando respuestas ambiguas y comentarios
histrionicos; no quería contarselo delante de Gustavo. Sin embargo, cuando bajamos los tres para hacer una
combinación de colectivos, se puso firme y reclamó:

-Miguel,¿me decís que paso con el bolso?


Estábamos en la avenida San Martin al lado del puente. Con mi bolso colgando del hombro mire hacia la acera opuesta.
Mientras miraba las frondosidades de Agronomía busqué las palabras apropiadas a tan trascendente revelación.
- ...pasa que Marielina, se había ido a una pension, bueno , resulta que no lo trajo y...
Alejandro me interrumpió:
- Ya se, se peleo con tu viejo y no aparece por tu casa.
- No.
Volví a buscar coraje en la impenetrable oscuridad del parque. Mi rostro manifestaba, supongo, una seriedad inédita. Se
agolparon, desordenadas, explicaciones,justificaciones y disculpas. Me di cuenta de que nada de lo que pensaba y temía
guardaba relación con el reclamo del bolso. Concluí:
- Esta en cana.
-¿Que cosa? -la voz de Gustavo sonó incrédula. Alejandro me estudiaba sospechando otra prueba de mi sentido del
humor-.
- En serio.Vinieron la semana pasada y se la llevaron. A mi casi me limpian. Subí con la escopeta a la terraza porque creí
que había un chorro -Alejandro preguntó el porque de la detención- Que se yo. Es zurda. Le encontraron una libretita.
Mamá dijo que están llevando gente.
Gustavo confirmo lo dicho por mamá con una lúgubre acotación.
- En mi barrio se llevaron a un muchacho.
Dejamos pasar un colectivo para compartir un reflexivo silencio. Me dirigí a Alejandro:
- Así que decile a tu vieja que me disculpe...le vamos a comprar otro.
Nos miramos. Súbitamente se echó a reír. Sin entender muy bien el porque, respondí con una sonrisa. Gustavo también
se reia. Alejandro se disculpó:
- Perdoná, pero la cara que ponés para contar que saliste a la terraza con la escopeta...que queres que te diga. Perdoná,
pero es cómica...no te enojes -se puso serio y continuó- ¿Y donde esta?

Les conté lo que sabíamos y amplie los detalles del operativo. Estuvimos casi media hora hablando del tema hasta que
finalmente tomamos el colectivo. Llegue a casa con la sensación de que uno de los dos estaba equivocado. Para mi era
una tragedia. Alejandro, en cambio, minimizaba el asunto. Quizás era más amigo de lo que yo suponía y no quería
ahondar en mi preocupación.Quien sabe.
Faltaban unos pocos días para mi debut en la natacion federada. Si bien me había desahogado contando a Alejandro y a
Gustavo lo sucedido, no terminaba de decidirme a confiarle el secreto a Marta.
Quizás el amor es algo incondicional que no se deteriora con situaciones de ese calibre. O quizás lo que era
condicionado a ciertas realidades era mi relación con Marta. Tal vez cierto prejuicio misógino me influía para subestimar
la receptividad de ella ante la detención de Mariel. Esta indecisión me inducia a reducir el contacto con Marta a un
breve llamado telefónico diario. Supuse que una vez que pasara la ansiedad del examen y de la carrera, me seria más
fácil contarle la verdad y resistir mejor cualquier reacción adversa. Llegué al día de la carrera con pocas horas de sueño.
La excitación por pertenecer a esa pequeña elite había dificultado el descanso. El club organizador del torneo estaba en
el barrio de Congreso, en la calle Riobamba, y pertenecía, creo, a la Universidad Catolica Argentina, o algo así. Habia
competidores de todo el país, de Brasil y de Uruguay. En el acto inaugural el rector de la Universidad, Monseñor Octavio
Derisi, exalto las virtudes del deporte para rescatar a la juventud de una sociedad en crisis.Se explayó ad libitum en el
tema y luego bendijo las aguas de la pileta.Me pregunté que pasaría con los dos o tres nadadores de la Sociedad
Hebraica Argentina que participaban:¿La bendición era valida también para ellos? Competí decorosamente, por ser mi
primera carrera oficial. Salí satisfecho del club recordando una y otra vez cada detalle de la prueba. Tomé el subte y
decidí que pasaría por la casa de Marta. Si salía el tema de Mariel se lo contaría. Me recibió genuinamente halagada por
la inesperada visita. Sin darle tiempo a sentarse le relate eufórico todo el torneo. Ella, hacia un esfuerzo por participar
de mi alegría, pero era notorio que no tenía una idea cabal de la trascendencia de ese día. Me di cuenta que era el
momento propicio para aclarar la delicada situación en que estaba envuelta mi hermana. Probablemente, y como
ocurría con la natacion, no comprendiera en toda su magnitud el problema y , de esta forma, yo me sacaría el secreto de
encima sin mayor conflicto. Prepare la confesión intercalando silencios mas prolongados. Ella había empezado a hablar
de algún tema intranscendente y no entendía lo que yo quería transmitir. De a poco comenzó a escudriñarme con sus
ojos negros, como si se diera cuenta que algo andaba mal. Me tomó de las manos y preguntó:

- ¿Que pasa?
Hice una pausa, tratando de darle a entender lo difícil que era para mi decirselo.
- Marta..
Desde la cocina se oyó la voz de Doña Mercedes:
- ¡Marta!... Preguntale a Miguel si se queda a almorzar.
Negué con la cabeza y ella trasmitió el mensaje:
- Dice que no -la madre insistió-.
- Decile que hice asado al horno.
Marta me miro incomoda ante la persistencia materna. Volví a negarme.
Otra vez ella oficio de interprete:
- No ma, dice que no.
- Como quiera...esta riquísimo.
Retomé la confesión interrumpida:
- Marta, hay algo que hace tiempo te quiero decir.
Se le dilataron las pupilas y volcó toda su atención hacia mi. Proseguí:
- ¿Notaste que hace como dos semanas que te veo poco, que no te llamo?
- Si...¿que pasa?- preguntó al tiempo que le temblaba la voz.
- Bueno, resulta que a Marielina la metieron presa.
- ¿Que?
- Si...vinieron y se la llevaron, a mi casi me limpian.
Hice una pausa en el relato para sondear la reacción inicial. La expresión de angustia desapareció de su rostro. Exclamó
aliviada:
-¡Que susto!...pensé que te gustaba otra chica.

Aflojé la presión con que sostenía sus manos. No había nada que hacerle, las mujeres nunca entienden nada. Ofuscado
por la frivolidad de su comentario, decidí castigarla contándole lo menos posible del operativo.De hecho apenas se lo
describí y ella no preguntó los detalles. Me despedí recomendandole que se lo contara a la menor cantidad de gente
posible. Quedé bastante contrariado por su reaccion. Por un lado mi autoestima se había fortalecido al ver lo
importante que era yo para ella. Pero, al mismo tiempo, el concepto que tenía acerca de su presunta madurez había
sido severamente dañado.Trataba de justificarla pensando que su aparente frivolidad, era una incapacidad
comprensible y momentánea y que, en cuanto pensara un poco acerca del tema, captaría su importancia.

Diciembre continuo su calurosa marcha hacia las fiestas. La temida fecha del examen se aproximaba vertiginosa e
inexorablemente. Alrededor del día 20 Anselmo, nuestro vecino militar que un año atrás había advertido a papá sobre la
inclusión de Mariel en una lista, trajo una noticia. Estábamos a la tarde en la cocina y llamó por la ventana.

- Tengo novedades...
- Vengase para aca.

Fortuitamente había dado con el exiguo expediente en algún escritorio del edificio Libertador, sede del Comando en
Jefe del Ejercito. Fue esa la primera información concreta acerca de ella ya que hasta ese momento los "habeas corpus"
presentados habían sido respondidos con el leitmotiv "no se encuentra en ninguna dependencia de las fuerzas
armadas". Papá le alcanzo un vaso de cerveza mientras mamá y yo nos apoyábamos expectantes en la mesa.

- Bueno...vi el expediente y parece que no está muy metida. Tiene apenas cuatro carillas y media. Se ve que la
sopapearon un poco, se debe haber asustado y cantó todo.
Papá empezó una pregunta, pero mamá se le adelantó.
- ¿Pero que cosa cantó? ¿Que hizo?
- Parece que tiene algunos amigos Montos...

El nombre sonó mas terrible que la palabra Montoneros completa. Los medios de comunicación se referían a la
agrupación declarada ilegal en primer o segundo termino. Para el lenguaje oficial eran innombrables, como si de esa
forma evitaran invocar algún autóctono Leviatan. La mayoría de la gente los llamaba montoneros, sin eufemismos.
Aplicar el termino Montos, en cambio, implicaba una peligrosa militancia de armas llevar y actos decididamente
violentos. Los que estaban realmente imbuidos en el tema aplicaban ese termino en casos muy particulares.Como el
caso de Mariel. Papa fijó la mirada en el piso de la cocina mientras que nuestro informante, incomodo por la situación,
hacía girar el vaso entre las manos. Se me ocurrió que la cerveza iba a perder fuerza.

-...también que hizo de campana en algún robo...ademas de andar en un coche robado... nada más.

Papá y mamá se miraron. El preguntó:


- ¿Y que va a pasar ahora?
- Y..un tiempo a la sombra va a estar. No es tanto lo que hizo. En algunos casos si demuestran arrepentimiento los
tienen con arresto domiciliario,o en libertad restringida.
- ¿Y cuando la juzgan?
- No, parece que con este asunto de la guerrilla los jueces civiles no pueden actuar... mucho no pude leer porque no
estaba en mi oficina, pero me parece que ya esta juzgada por un tribunal militar secreto, para que los subversivos no los
puedan identificar...por eso es que ustedes no la encuentran por ningún lado.
- Que desastre...-acotó papá-. La gente que se la llevó no es del Ejercito, son de la Marina. La tienen detenida ahí.
- ¿Ahí, donde?
- Ahí, en Mecanica...en la ESMA, en la avenida Del Libertador, cerca de River.
Mis padres parecían desconocer la ubicación, pero yo me sorprendí ya que era una dirección familiar para mi. Exclamé:
- ¡Claro, Mecanica de la Armada! si entrenábamos ahí el año pasado, una porquería, pileta de 33 metros...-me detuve
con mi apreciación técnica.
El vecino pareció no entender mi comentario y prosiguió:
- En Capital el Ejercito tiene a la gente detenida en varios cuarteles, pero por lo que se los de la Marina concentran a
todos ahí.
Papá y Mamá le agradecieron y valoraron el riesgo que significaba para el conseguir información restringida. El
respondió:
- Sabe lo que pasa, y disculpeme que se lo diga así, su hija fue una tonta que se dejó calentar la cabeza.
Yo los escuchaba desde el departamento como discutían con ella...fue una cabezona. Pero la conozco desde que era
chica y no es mala, es difícil pero no mala. Ademas hay cosas que veo en el comando que no me gustan, las están
haciendo mal. Yo no puedo hacer nada, pero por lo menos quiero que ustedes sepan donde está.

Saber que estaba en la ESMA me tranquilizo parcialmente. Era una vergüenza que estuviera presa, un desastre como
decía papa. Pero sabíamos donde estaba y ademas yo conocía como era por dentro. A diferencia de la cárcel de Devoto
que se yergue imponente sobre las casitas circundantes, la ESMA era estéticamente agradable. Adornada de canteros
pulcramente cuidados, toda la circulación interna estaba en contacto con la naturaleza. Añosos eucaliptos le daban un
aire campero difícil de encontrar en la metropoli. La vista del río con los veleros navegando completaba un paisaje
bucólico, solo sacudido de vez en vez por los aviones que aterrizaban en el aeroparque próximo. Contra todos los
pronósticos, sortee Física 1 con un ajustado aprobado (4) y quede exonerado de la tortura del estudio hasta la primera
semana de febrero. A partir de ese momento pensaba dedicarme a nadar y a Marta. Para no despertar suspicacias entre
nuestros parientes, que a excepción de Beba y el Negro no sabían nada, la Nochebuena la celebraríamos en casa igual
que años anteriores. Como era previsible, a medida que iban llegando a casa preguntaban acerca de Mariel. Y a medida
que respondíamos íbamos adquiriendo mayor naturalidad en la respuesta. Casi parecía genuina. En ese momento lo
importante era salir del paso. Más adelante, de regreso de Mar de Ajó veríamos con mas claridad la situación. El
tradicional brindis navideño tiene la peculiaridad de marcar hitos en la vida de cada familia. Esa noche ninguno de
nosotros exteriorizo nada que pudiera delatar esa combinación de pena y angustia que nos oprimía.Me pregunté si
Mariel estaría brindando y si el año próximo podríamos estar juntos para las fiestas los seis nuevamente. Pero ese año
ya no.

Al día siguiente papá quiso hacer un asado. Hacía mucho tiempo que no se ordenaban los placares de la terraza, y
mientras el vigilaba la carne en la parrilla, yo descartaba las cosas fuera de uso en esos muebles. Manteníamos una
conversación ligera y yo de vez en cuando le preguntaba el destino de algunos elementos. Entraban en dos categorías:
para tirar o para guardar. Ya con la mitad de un placar ordenado tropecé con un paquete de regulares dimensiones,
envuelto en papel de diario y no muy pesado. Dije en voz alta:

-¿Y esto?
Papá atizaba las brasas y preguntó rutinariamente
- ¿A ver?

Rasgué la envoltura y apareció un frasquito de tinta de imprenta. Algo no me gustó. Seguí desenvolviendo y encontré
una almohadilla entintada junto a un hisopo también oscurecido. Abrí un paquetito más pequeño y descubrí una
veintena de panfletos. Hechos con ese rudimento de imprenta, reproducían el ovalo con las dos cañas tacuaras
cruzadas, símbolo de los Montoneros. Papa me sacó todo de las manos y me dijo:
- Llamala a mamá.
Ella estaba en la cocina preparando la ensalada. Cuando se lo conté, cerro la canilla y sin siquiera secarse las manos,
subió con la máxima premura que le permitía su cadera. Papá ya había distribuido los papeles en cuestión, separándolo
en dos o tres grupos, según era la consigna impresa. Acoté:
- Menos mal que no buscaron acá.
Dado lo obvio de mi comentario, no replicaron nada. Sin mediar palabra mamá abrió el frasco y vació el contenido en la
pileta. Luego removió la basura del tacho con las manos, lo colocó en el fondo y con el cabo de la escoba lo redujo a
fragmentos. Papá mientras tanto hacía a un lado un montoncito de brasas , para que el asado no tomara feo sabor y,
empujándolos con el tridente de cocinero, arrimó la almohadilla y los panfletos. Hubo que avivar el fuego pero
finalmente no quedó nada. Me pregunte si habría mas cosas ocultas en algún rincón de la casa.
Tal como me lo había propuesto, empecé a nadar mañana y tarde. Iba al club temprano, me entrenaba, volvía a casa a
dormir la siesta y a las cinco salía nuevamente para la pileta. A la noche después de entrenar cenaba en la casa de Marta
y me quedaba hasta bien entrada la noche. Como resultado de ese desorden mis tiempos en natacion empeoraron. El
31 de diciembre por la mañana cuando concluyo la única sesión del día, el entrenador me llamó aparte y me recrimino:

- Se que estas de novio y eso esta muy bien a tu edad. Pero estas andando cada vez peor en el agua...decime ¿cuantas
horas dormís a la noche?
- Y ...a veces ocho...
- ¿En serio?
- Bueno...en general tres o cuatro...es que me quedo en lo de Marta y se me pasa la hora; llego a casa a las cuatro o
cinco y a las ocho me levanto para venir acá...
- Así no podes entrenar bien. Tratá de verla más temprano o hacé algo al respecto.¿De acuerdo?
- Esta bien.
Acepté a regañadientes.

Ese fin de año escogimos con mis padres el anonimato de un restaurant. Lo más adecuado para evitar la tensión de
nochebuena. Después del brindis pase a buscar a mi novia que también recibía el año nuevo fuera de la casa. Habían
cenado en el Club Hípico Argentino. Cuando llegué, cerca de las tres de la madrugada, la madre estaba impaciente por
irse a la casa. Me confió a su hija con una recomendación clásica:
- No vengan tarde...y sobre todo, juicio.
Que significaba esa palabra, no lo sabia, pero por supuesto asentí:
- Quedese tranquila que en un rato la acompaño.
Marta protestó:
-¿Como en un rato? Vamos a ver el amanecer al río, estamos cerca.

Me sorprendí por el programa, pero si ella quería no podría poner objeción alguna. Bailamos un rato largo y luego nos
fuimos caminando. Apenas se tocó el tema de Mariel; no queríamos arruinar el clima romántico de ese primero de año.
Llegamos a la costanera cuando empezaba a clarear. Parados frente al río teníamos el aeroparque a la derecha. A la
izquierda se veía la Ciudad Universitaria. Recordé que cuando competíamos en aguas abiertas, que la tomábamos como
punto de referencia. Yo era uno de los pocos habitantes de la ciudad que podía jactarse de haberla visto desde el río, y
no desde un bote. El sol ya empezaba a asomarse. Por fin empezaba el primer día de 1977. Marta me besó y dijo:
- Feliz año, amor.
- Feliz año.
Nos abrazamos con fuerza y nos quedamos viendo como las débiles olas apenas salpicaban la costa. Me acarició la
espalda y preguntó:
- ¿Estas bien?
Con mi cara apoyada en su mejilla miré nuevamente a la Ciudad Universitaria. Sabia que los edificios ocultaban la
Escuela de Mecánica de la Armada. Volví a mentir:
- Si gorda, estoy bien.

Me quedé entrenandome la primera quincena de enero. Mis hermanos viajaron a Mar de Ajó junto con mis abuelos y
mamá aprovechó esos días para tratar de obtener alguna comunicación oficial respecto de Mariel. En todas las oficinas
del Ministerio del Interior obtenía la misma estéril respuesta. En algunos casos la indiferencia de los empleados era
pasmosa. Cierto día uno le insinuó que mi hermana había fingido su secuestro para pasar a la clandestinidad. Mamá
llegó a casa demasiado cansada como para indignarse con fuerza. Apenas se lamentó delante nuestro:

-¡Autosecuestro...! Dios mío, esta gente es increíble. Sivieran ustedes la cantidad de personas que están pidiendo por lo
mismo. La mayoría son señoras de mi edad. A algunas ya las conozco de otras colas...
Aunque adivinando la respuesta, papá inquirió:
- ¿Y que? ¿Se sabe algo?
- No, nada de nada..., dicen que están soltando gente. Nadie sabe muy bien a quienes ni por que, pero ya desde la
semana pasada que entre los que estamos siempre se comenta eso.
- ¿No dijo Anselmo que no estaba muy metida...? en una de esas capaz que la sueltan.
- Ojalá -continuó mamá-. Dicen que como agarraron a tantos no tienen lugar ni en los cuarteles ni en la ESMA...y como
no los juzgan los jueces civiles a las cárceles comunes no pueden ir... por eso los largan...
- ¿Y como los largan, cuando?
- De noche, los miércoles y sábados...
Papá insistió:
- ¿Pero como los largan?...habrá que ir a buscarla allá.
- No, no. Los largan solamente... y que se arreglen.
- ¡Pero mira vos...! sin documentos, sin plata para el colectivo siquiera, ...a ver si la agarra la policía a esa hora de la
madrugada...que barbaros...
Mamá me miró y me dijo:
-Yo venia pensando en el colectivo que cuando vuelvas de Mar de Ajó, vas a tener que venir más temprano de
entrenamiento los miércoles, y los sábados no vas a poder salir.
Me pareció justo. Pregunté:
- Si yo no salgo los sábados...¿puede venir Marta acá?
- ¿Pero vos estas loco, Marta aca cuando no hay nadie?...ubicate, ¡por favor!
- No, claro. Ademas la madre nunca la dejaría.
Estuve unos días en Mar de Ajó y de regreso en Buenos Aires le conté a Marta la restricción de los miércoles y sábados.
Su primera reacción fue de comprensión y me alegre de su madurez. Pero a los dos o tres días cambió de parecer. Me
dijo:
- Estuve hablando con mamá y le conté lo de tu hermana... y de que te tenes que quedar los sabados en tu casa...
- ¿Y que dijo?
- Le dio mucha lastima...
Había algo más. Me di cuenta que mi temor por la reaccion de Doña Mercedes no fue infundado.
-¿Y...?
-Y no, dice que si yo quiero ir a bailar con mis amigas no tiene nada de malo...que te pregunte si te molesta.
La verdad era que me molestaba, y mucho. No tanto porque dudase de ella sino porque era evidente la nefasta
influencia materna. Respondí que no me molestaba y di por concluido el tema.

El verano transcurría sin mayores alteraciones. El primer miércoles me quede despierto hasta pasada la medianoche.
Miraba cada tanto en direccion al hall esperando ver la silueta de mi hermana tocando el timbre. Nada sucedió. Por ser
Alejandro y Gustavo los únicos del equipo que estaban al corriente de la situación, se convirtieron en mis confesores. El
primer sabado que me iba a quedar en casa les pedí opinión acerca de la actitud de Marta. Ninguno de los dos la
censuró directamente pero comprendí que no les caía bien. Me fui del vestuario con cierta melancolía. Me costaba
admitirlo pero empezaba a dudar de la incondicionalidad de Marta hacia mi. Llegue a casa y dormí una siesta colosal, no
tanto por el cansancio físico sino más bien por ocupar las horas ociosas. Me desperté cerca de las seis de la tarde, con
una rara sensación de angustia.Una pregunta recurrente me incomodaba.¿Para que nadar?¿Para que tanto esfuerzo?
Quise persuadirme de que era un truco de mi cuerpo, destruido después de una semana de entrenamiento durisimo. El
silencio de la casa me llevaba nuevamente a esa idea.¿para que preocuparme tanto por la natación? Si, de cualquier
modo, dentro de cien años estaremos todos muertos. Y a nadie le va a importar, de la misma forma que nadie se
conmueve cuando se proyectan esos documentales color sepia de principios de siglo. Todas esas gentes desplazandose
en cámara rápida, esos niños hoy muertos o convertidos en gerontes decrépitos trabajaron, amaron y sufrieron.¿Para
que?.Si alguien nos filma, ¿significaremos algo dentro de un siglo?. Salí a la terraza, en un intento de recobrar la
cordura. Ni siquiera la perra estaba, ya que la habían llevado al mar. Hay que hacer algo, me dije. Regresé a mi cuarto
Revise en algún estante sin saber concretamente que buscaba. Quizás alguna revista cómica, aunque releer chistes no
me complacia.En un rincón y ordenados cronológicamente había varios "Selecciones". Busque algún articulo que me
motivara lo suficiente como para olvidarme de pensamientos tan fúnebres. Después de una búsqueda que ya de por si
tenía fines terapéuticos, encontré el articulo perfecto para mi interrogante: La autobiografía de un campeón olímpico de
natación, Don Schollander. Leí con fruición toda la historia y me quede con ganas de leer más, ya que ese era el
resumen del libro "Deep water" , Aguas Profundas. Me propuse conseguirlo, aunque fuera en ingles. Con el espíritu un
poco más tranquilo me senté a ver televisión, dispuesto a una vigilia prolongada. Las horas pasaron y el timbre no sonó.
Cené y me acosté, sin pensar en nada.

Participé en uno que otro torneo. Mi relación con Marta si bien un poco más apocada seguía sin grandes novedades; mi
familia volvió de las vacaciones. Terminaba febrero y de Mariel ninguna noticia. Empece a preparar otra materia. La
primera semana de marzo se acabaron los torneos y había que empezar a trotar y hacer pesas. El abuelo me había
hecho unas pesas caseras, de modo que yo hacia mi rutina de fortificación en la terraza y me ahorraba un tiempo
valioso sin ir al club. A mediados de marzo me llamó Alejandro:

- Che, se pudrió todo.


- ¿Que cosa?
- El entrenador renunció; se peleó con la subcomisión y están buscando a otro.
- ¿Que hacemos?
- Con Gustavo decíamos de cambiarnos de club.
- ¿Por cual?
- No sabemos todavía.
- ¿Y quienes seriamos?.
- Los más grandes, vos, yo,Gustavo, la novia y Gabriela.
- ¿También ella?
- Y bueno, no le podemos decir que no...es fea pero no para tanto.
- En fin...
- ¿Vos que vas a hacer?
- Me paso con ustedes, claro.
- Bueno, quería saber eso.
- Otro problema más, pensé.
Capítulo 6

Poco despues de Semana Santa Alejandro consiguió un club que nos aceptara. Me sorprendio la casualidad que fuera
aquel en que yo habia hecho mi debut como federado, el Ateneo de la Universidad Catolica Argentina. Si bien yo estaba
inseguro por el cambio, al profundizar el trato con el entrenador le di la razon a Alejandro. Osvaldo, tal era el nombre
del profesor, nos llevaba cinco o seis años.Habia demostrado meritos suficientes como para ser designado entrenador
de la seleccion argentina en un torneo sudamericano en Peru. Alejandro y yo, que proveniamos de un club con un nivel
competitivo pobre, creimos tocar el cielo con las manos. Nos habian aceptado en un equipo que ademas de tener pileta
todo el año, estaba dirigido por un tecnico de nivel internacional.¿Que más se podia pedir? Empecé a cursar algunas
materias más especificas de la carrera, lo cual logro motivarme ligera y efimeramente en el estudio; pero mi redencion
como estudiante quedó ahí.La natación cobraba una importancia cada vez mayor en mi vida. Marta tambien comenzó
su carrera . La asiduidad de encuentros que teniamos durante el verano disminuyo abruptamente, sin embargo los
sabados los seguiamos compartiendo con la misma alegria. Los domingos a la mañana yo iba al club con mi familia. El
cambio a Ateneo no me impedia ir a "Muni" a correr. En ese entonces hacía un recorrido en mi entrenamiento pedestre
que me permitia tener el Rio de la Plata a la vista la mayor parte del tiempo. Salia por la Avenida del Libertador rumbo al
norte y al llegar a la avenida Gral. Paz doblaba hacia la costa, siguiendo la autopista hasta el Aeroparque. Este paseito,
como lo denominaba pomposamente, me obligaba a pasar dos veces frente a la ESMA, primero por la avenida del
Libertador y pocos minutos mas tarde por la autopista Lugones. El personal de guardia, dentro de los puestos de
vigilancia, seguia atentamente cualquier movimiento que se producia en el exterior contiguo a la verja.Con la misma
atencion que ellos , escudriñaba los distintos edificios sin saber con exactitud que era lo que esperaba descubrir.A las
nueve de la mañana solo se veian distendidos aspirantes a marinos, que iban y venian de los baños colectivos. Un balon
de futbol proveia una forma deportiva de ocupar el franco. Ocasionalmente algun guardia celoso de su mision, o tal vez
por entretener su hastio, me ordenó correr por el lado opuesto de la autopista. Si en ese momento no habia transito lo
complacia, caso contrario fingia no decodificar los exagerados ademanes y continuaba mi rutina. Siempre que pasaba
por ahi me prometia preguntarle a mi hermana, cuando saliera, si me habia visto correr algun domingo a la mañana.

Ya estabamos en la segunda semana de abril y el cumpleaños de Mariel se acercaba. Esto planteaba una situacion
problematica: la de justificar su ausencia ante los abuelos el dia del festejo, si es que se podia festejar algo. Desde el
regreso de las vacaciones, mi madre estaba en contacto con un grupo de personas, la mayoria mujeres mayores. A
fuerza de reiterar preguntas en despachos oficiales, trabó relacion con otras madres cuyos hijos tambien habian sido
secuestrados.Todas compartian la angustia de saber donde estaban detenidos. Alguien de ese grupo le sugirio
aprovechar la raigambre itáliana, ya que el consulado de Italia consideraba ciudadanos a los hijos y nietos de
inmigrantes. Empezabamos a darnos cuenta de la diferencia de trato hacia sus propios ciudadanos, entre un Estado
Europeo y una republica sudamericana. Para acceder a ese beneficio se necesitaba cierta documentacion minima que
tenian mis abuelos paternos. Se aproximaba, entonces, el momento de blanquear la situacion planteada desde el
instante mismo del secuestro. Cuando este se produjo, sentimos esa amalgama de verguenza y lastima por Mariel. A
pesar de lo serio de la situacion, las palabras del jefe del operativo referidas a recabar informacion al dia siguiente en el
Departamento de Policia, no nos hicieron sospechar que alguna variante fuera posible. Enterarnos fortuitamente que
ella no estaba en dependencia policial alguna, sino en la ESMA nos parecio simplemente un error burocratico al cual
estabamos acostumbrados los argentinos. Si bien en un primer momento no nos habia parecido censurable la
interrupcion constitucional ya en abril de 1977, a casi cinco meses de la infausta noche de la detencion de Mariel y a
mas de un año del golpe de Estado, nuestra posicion estaba en franco proceso de cambio. Cada vez que mamá volvia de
su trabajosa recorrida, relataba nuevos casos de secuestros.Ademas del maltrato y burla que soportaba ella durante los
itinerarios en busqueda de respuesta, papá encontraba que en la Municipalidad de Buenos Aires seguia intacta la
requisitoria de "pagos extras" para agilizar tramites de cualquier tipo. El se indignaba por el doble discurso de los
funcionarios que se jactaban de ser la reserva moral de la Nacion cuando - el lo comprobaba casi a diario - eran más
venales que la anterior administracion. En suma, en ese lapso habiamos acumulado una sorda furia hacia los militares,
que nos hacia ver la situacion desde otra optica. No estabamos de acuerdo con las ideas politicas de Marielina.
Estabamos convencidos que, haberse relacionado a partir de su militancia universitaria peronista con algun "Monto",
habia sido una actitud idealista en exceso y, sobre todo, algo absolutamente irresponsable.Pero eso no justificaba en
modo alguno la falta de consideracion de los funcionarios del Proceso hacia con nosotros.Queriamos conocer el fallo de
esos tribunales secretos para, por lo menos, saber cuantos años iba a estar presa. Si por razones de seguridad no era
posible verla, que permitieran mantener algun contacto epistolar. Considerando toda esta situacion fue que mis padres
se decidieron a confiarles la cruda verdad a mis abuelos. Para sorpresa nuestra la abuela escuchó el relato atentamente
y, con cierto orgullo, comentó

-Y bueno...Balbin estuvo preso con Peron y despues salio -


Quizas con esa sencilla acotación, nuestra ya evanescente verguenza se transmuto en intima dignidad.Cuando Mariel
estuviera con nosotros nuevamente ya mis padres hablarian con ella acerca de su actitud contestataria y altanera y los
problemas que eso acarrea.Para que eso fuera posible habia que concentrar todos los esfuerzos primero en encontrarla
y luego en conseguir su libertad. A medida que pasaban las semanas y casi sin proponernoslo, desarrollamos una
habilidad, un cierto olfato para detectar a quien se le podia confiar el problema; aunque más no fuera para mitigar la
pena al compartirla.No eran tantos los que coincidían en nuestro juicio respecto del gobierno.Cuando fortuitamente
escuchaba comentarios laudatorios hacia los militares, ni siquiera me esforzaba en mantener los dientes apretados.El
desamparo era tal que me inmovilizaba el habla.Mantenía la conversación con tibias acotaciones y posturas anodinas.
La primera mitad de ese triste invierno fue un rosario de vagas noticias, desmentidas parcialmente a los pocos días.Iba a
la facultad preguntandome el porqué estudiar si en realidad no me apasionaba la carrera.Mis salidas con Marta
mantenian su frecuencia semanal, pero en ocasiones intuia cierta distancia en su trato hacia mi.Extrañamente, el tema
de mi hermana parecia inexistente, lo cual me producia un alivio contradictorio.Al no tocarlo me permitia olvidarme del
mismo, al menos por una tarde.Sin embargo me molestaba que no le diera mayor trascendencia al asunto.No me sentia
tan seguro de sus sentimientos como para hablar con franqueza de la falta de interes. Un día Alejandro vino con una
noticia que empezaba a ser comun.Un primo segundo de el habia desaparecido.

- Hacia mucho que yo no lo veia, pero mamá si.Estaba


con la novia y lo levantaron...
-¿Cuando?
-La semana pasada...mamá le conto a la madre de el lo de tu hermana.
Parece que era la novia la que andaba
en algo...-
-¿Y saben algo?-
-No, estan como ustedes.-

Le referí el caso a mamá.Movio tristemente la cabeza y se compadeció

-No la conozco pero...pobre señora.

A medida que intentaba sortear los parciales y fallaba en el intento, más me refugiaba en la natación.En el agua era
inmensamente feliz.Incluso en el dolor fisico del entrenamiento intenso hallaba un placer sicologico: yo tenia la
capacidad mental para resistirlo. A diferencia de la realidad que encontraba en la facultad, en el Ateneo me sentia
contenido. La actitud del entrenador, que priorizaba a mi persona mas que a mis marcas, y la espontanea amistad del
resto de los nadadores, todo ayudaba a que en ese ambiente me sintiera a gusto. No era ningun misterio para mi, y asi
se lo repetia regularmente a Alejandro, que cuanto más mejoraba en natacion menos atencion ponia en el estudio.Esto
provocaba, previsiblemente, un nuevo fracaso academico lo cual iniciaba a su vez, un estado animico particular que lo
remediaba entrenando más intensamente para demostrarme que al menos en natacion estaba en ascenso... No
solamente nosotros nos dimos cuenta de que el Ateneo iba a ser el mejor club de la Argentina.Tambien algunos
nadadores del interior en fugaz visita a Buenos Aires preferian nadar esos dias ahi.Esto me gustaba ya que confirmaba la
validez de nuestra eleccion, pero al mismo tiempo me daba celos ya que queria tener la exclusividad del
descubrimiento.Una tarde al salir del vestuario rumbo a la pileta, descubri que ya estaba entrenando una nadadora
ajena al club.Era dificil adivinar la identidad, oculta debajo del gorro y con las antiparras complicando las
facciones.Cuando la reconoci tuve un ataque de celos fugaz e inexplicable.

- ¿Susana Coppo?, ¿que hace acá?

me dije Durante el entrenamiento la observe con admiracion deportiva.Nunca habia compartido un andarivel con una
representante olimpica argentina. Dos o tres dias más tarde, al salir a tomar un café con Marta, le comente emocionado
el trascendente suceso

- ¿Sabes quien esta nadando con nosotros? Coppo


- ¿Y quien ese?
- No, es una chica.Susana Coppo fue a Montreal el año
pasado a las olimpiadas.
- ¿Y que?¿Te gusta?
En vez de sorprenderme por la pregunta, que por otro lado ya la habia previsto, me desconcerto lo poco que parecia
conocerme Marta.Una cosa era natacion y otra las caracteristicas esteticas del sexo opuesto. Siguio la conversacion por
otros carriles y luego llego la replica de ella, casi una venganza doble.

- Estuve en la casa de Haydee (una compañera de estudio).


- ¿Si?
- Y habia un muchacho policia...
- ¿Tenias documentos?
Ella pretendio ignorarme y siguió con el relato, mientras yo trataba de no perder la calma.
- Vieras que interesante lo que contaba...Esta haciendo un curso de guerrilla urbana,
les enseñan como desarmar bombas, como infiltrar a los terroristas, barbaro, tendrias que haber estado...
-¿Y que más te contó?
- A ver...¡ah! que los activistas detectan a los que tienen ideas raras en las fiestas o reuniones.
Sacan un tema medio dificil y se van fijando en los que mas se prenden en las discusiones.
Despues se ponen en contacto con esos y los van reclutando. Al principio no les dicen que van a poner bombas. Les
hablan de las injusticias y despues, de a poquito,
los van enganchando...

La imagen de Marielina discutiendo con los amigos en casa me vino a la mente, pero no le iba a dar el gusto a Marta.
Mantuve el rostro inmutable mientras los argumentos luchaban dentro mío por salir.Espere unos minutos más y,
cuando la devolucion de cortesias llego a su fin, me despedí invocando el remanido pretexto de la falta de sueño. El
regreso a casa esa noche fue, para mi, bastante triste.El acido comentario de Marta habia tocado un area, hasta ese
momento inexplorada, de mi depresion innata.No era la sutil revancha o el recordar que ignorabamos el paradero de mi
hermana.Ese comentario punzante habia sido el detonador de algo nunca temido por mi. No la culpaba por su crueldad
inconciente;conocia eso de que, los que mas daño nos hacen son aquellos que queremos más.Su anecdota,
fortuitamente, habia dado lugar que se manifestara una herida latente. No podia precisar con exactitud cuando habia
comenzado ese proceso,ni tampoco que cosa era pero ahi estaba. Para desentrañar ese intringulis sicologico, abordé
mis sentimientos como un problema matematico, el cual es necesario descomponer en sus ecuaciones mas simples. Sin
embargo, al acercarme a la incognita principal, mi mente se distraia con otro asunto. Intente varias veces dilucidar que
sucedia dentro mío.Despues de varios intentos fallidos abandone la indagatoria y confie en que los dias subsiguientes
surgiria la respuesta en forma espontanea.Segun fueron pasando los dias nada ocurrio y esa sensacion de angustia, sin
llegar a desaparecer por completo, se atenuo

.Durante la semana mantuve mi rutina de cursar a la mañana en la facultad, volver a casa a almorzar, dormir siestas
cada vez más prolongadas y a las seis de la tarde salir para el club.Cuando la vi a Marta el sabado siguiente, casi ni me
acordaba del suceso y ella actuo de una manera normal.Pense si yo no habia exagerado el asunto. Las semanas
siguieron su rutina y a medida que ese invierno transcurria nos fuimos acostumbrando a la ausencia de Mariel.La pieza
de las chicas no cambio su rotulo y más de una vez nos olvidamos y pusimos la mesa para seis personas.El olor a tabaco
se extrañaba en la casa y los libros de veterinaria mantenian su lugar en la biblioteca.Buscando alguna respuesta a mis
cada vez mas numerosos interrogantes deportivos, consultaba su "Fisiologia" de Houssay.Los jueves al mediodia mamá
no comia con nosotros.Junto con otras madres daba vueltas en circulo alrededor de la Plaza de Mayo, quizas
simbolizando que la busqueda de respuesta era inutil y siempre eran arrojadas al punto de partida .Sus dolores de
cadera, fracturada y mal recuperada, eran inferiores al dolor sicologico, acicate motivador para hallar a su hija.Recuerdo
que yo volvia de entrenar cerca de las diez de la noche y ella estaba recostada en la cama, con las piernas sobre un
almohadon y el rostro grave.

Papá tomó una actitud más estricta hacia mi.Lo que antes eran preguntas casi rutinarias referidas a la facultad,
cambiaron a interrogatorios mas extensos y profundos.Esto me ponia ante una disyuntiva crucial.Mi prontuario
estudiantil no era precisamente un dechado de virtudes academicas.Para mejorarlo era necesario hurtarle tiempo al
deporte, cosa que no estaba dentro de mis prioridades.A diferencia de la escuela secundaria, en la cual existe el boletin
de calificaciones para el padre o tutor, el anonimato de la facultad me permitia cierta impunidad ante la requisitoria
paterna.Si fallaba en algun parcial no me consideraba obligado a informarlo en casa; siempre habia algun recuperatorio
que me daba una segunda oportunidad. Esta actitud de ocultar mi desempeño universitario, me colocaba en una
situacion limite de contestar con evasivas o verdades a medias.Sabia que no era lo correcto pero, despues de ansiar
durante tanto tiempo aproximarme a la elite de la natacion argentina, no estaba dispuesto a malograr semejante
oportunidad. Empece a depositar todas mis esperanzas en el futuro.Una vez que llegara a la cima de mi rendimiento
deportivo ya tendria tiempo de estudiar.Claro que esta actitud era la antitesis de los deseos de papá. Un sabado, a fines
de junio, salimos con Marta a tomar un cafe.Llegue un poco tarde a la cita y ella me retaceó un beso.Supuse,
erroneamente, que eso era por mi demora. Nos sentamos en una confiteria y trabajosamente se fue dando un dialogo
crucial.Sus ojos huidizos querian llegar rapidamente al punto.Yo no entendia cual era el motivo de su angustia e intenté
un par de comentarios jocosos, que no tuvieron el festejo esperado.Senti que estaba haciendo un papel ridiculo y me
quede en silencio mientras el corazón me empezaba a latir con fuerza.Recorde la desazon que experimentaba al
aproximarme a la cartelera de las catedras en la facultad, en busca del resultado de algun parcial.Siempre abrigaba
alguna remota esperanza, pensamiento magico, sobre la fortuna que me aguardaba.Los instantes previos, era el
termino acuñado por mi al tratar de sintetizar esa situacion.En ese momento se estaban produciendo los fatidicos
instantes previos.Desee equivocarme con todas mis fuerzas.Fué en vano.

- Miguel...no se que me pasa ultimamente.

comenzó ella Quedé sin aliento. Las piernas me flaquearon ante la firmeza de su decisión.Mis debiles argumentos, mis
ruegos por otra oportunidad no fueron escuchados.Recuerdo imprecisamente que nos despedimos en la misma vereda
del bar. Todavia confuso insinue

-¿Te acompaño a tu casa?

Su mirada de fastidio confirmó que entre nosotros ya no existia nada. Camine hacia Rivadavia con una pregunta amarga
en la boca.¿Por que?No entendia en que habia fallado, ni tampoco que haria sin tener alguien que dijera que me
amaba.Quise llegar pronto a mi cuarto.Queria acostarme y dormirme en seguida.Dormir y al levantarme decirme que
eso habia sido un mal sueño.Me dormi, pero al levantarme la realidad estaba ahi.¿Que haria sin ella ahora? Ese
domingo a la tarde fuí a la casa de Alejandro en busca de consuelo.Al contarle la infausta novedad respondio
instantaneamente

- ¡Te felicito!
Lo mire perplejo
- ¿Como "te felicito"?...si me pateo ella...-
- No, igual te felicito...esa mina no te queria-
- Pero yo si.
- ¿Y que tiene que ver eso? ¿O te olvidaste de lo que pasó en el verano?-
- ¿Que cosa?
- Que mientras vos te quedabas esperando que apareciera tu hermana ella se iba a bailar!

Silencioso, baje la mirada mientras el enumeraba las ventajas de ese final. Como yo no lucia muy convencido de sus
razones, me llevo a una reunion de unos amigos suyos, de la parroquia San Jose de Flores. Ya desde la puerta de
entrada, Alejandro anunció el motivo de mi desgracia. Explicó:

- Aca traigo a Miguel, un amigo de natacion que esta deprimido porque la novia lo colgo.
Aunque era la primera vez que los veia me trataron con afecto. No escuche condolencias sino bromas, una forma de
mitigar las penas.
Uno dijo:
- Bueno no es para tanto que te deje tu novia. Nadie se murio por eso...¿o estaba tan buena?
Intervino Alejandro:
- No, si era un bagallo.
Me reí de buen grado y le dije:
- Vos si que sabes ayudar a la gente...

Disfrute de esa reunion.Una novedad para mi era los temas tratados.Se hablaban en un lenguaje sencillo cuestiones
trascendentes del hombre.Al provenir ese grupo de una parroquia, la coordinacion del debate estaba a cargo de un
seminarista, cosa que me parecio de lo mas natural.Cuando llegamos, estaban discutiendo con fervor el porque Dios nos
habia puesto en el mundo.Algunos defendian la postura que el solo hecho de ser, era motivo suficiente de regocijo
frente a la posibilidad del no-ser.Otros, sin llegar a rechazar totalmente ese punto de vista, preguntaban que derecho
tenia el Creador de hacernos incompletos, ya que lo de imagen y semejanza era una falacia, y abandonarnos solos en
este mundo lleno de dolor y espanto.Creian justificar su posicion en el holocausto sufrido por los judios durante la
segunda guerra.¿Como puede-indagaban-un ser infinitamente misericordioso permitir las cosas que pasaron en
Auschwitz y Treblinka? Los germanofilos, previsiblemente, creyeron rebatir el argumento devolviendo la pregunta ¿Y
quien tiro la bomba atomica sobre Hiroshima? La discusion teologica derivo en un pandemonium dialectico, en el cual
no se sabia muy bien que se estaba discutiendo. Alejandro y yo, que habiamos estado escuchando, nos miramos
divertidos por el desorden. El, con mas experiencia en reuniones de ese tipo, me aclaro

- Pasa siempre lo mismo. En un rato se tranquilizan.

Efectivamente, el seminarista llamo a la concordia y recordo el tema original.Para ir cerrando la charla aporto su
posicion que, aclaró, era la de la Iglesia:
- Quizas el Hombre en su imperfeccion no alcanza a comprender el porque Dios nos ha creado.Todos somos hijos del
mismo padre y, al igual que sufren nuestros padres al vernos discutir con nuestros hermanos, El sufre con las guerras y
el hambre.Uno de ustedes preguntaba porque venimos a sufrir.Yo les digo esto, tampoco yo pedi nacer.Fruto del amor
de mis padres fui concebido y tambien sufro y a veces me pregunto si tengo vocacion de sacerdote, si realmente tengo
vocacion de servicio.Yo, ustedes lo saben, tengo una tia que es religiosa y otra que es laica consagrada.Mi familia es
creyente, pero nos planteamos a veces porque las cosas son como son y no pueden ser de otra manera.Cuando veo a
los viejitos morir solos en las salas de los hospitales, digo ¿Porque no vienen los hijos a acompañarlos en su camino
hacia Dios?¿Tanta verguenza les da verlos consumirse, llenos de llagas, haciendose encima? Reconozco que peco
maldiciendo mentalmente a esos desagradecidos, a esos malos hijos.Despues me confieso y digo ¿quien soy yo para
juzgarlos? Recuerden, chicos, lo del libre albedrio.El solamente nos creó, el resto esta en nosotros, en nuestros
pensamientos, palabras y obras.Hay que honrar a Dios ayudando al projimo, no seamos egoistas.Tratemos de traer a la
buena senda a la oveja descarriada, como decia Jesus.Si hay hombres perversos, dejemos que lo juzgue la justicia
divina.Nosotros no tenemos capacidad para juzgar los actos de los demas.Una de las cosas que me hace no temer a la
muerte es que en la vida eterna, si soy digno de entrar al reino de los cielos, voy a encontrar todas las respuestas que
aqui nadie me puede dar.

Calló y quedo en recogimiento. Se habia creado un clima singular.Yo, al igual que los demas, habia puesto mucha
atencion.Una chica luchaba por no hacer publica su emocion. Luego de unos minutos dijo - Para terminar esta reunion,
recemos un Padre Nuestro.
Descubri la falta que me hacia rezarlo, con ese sentimiento tan profundo, olvidado desde hacia tiempo.

Durante la semana deslice en casa el fin del noviazgo.Mamá me consolo superficialmente diciendo:
- Bueno, ya vas a conocer a otra chica.
Papa fue más duro y apelo al lunfardo:
- Y claro, como no te iba a colgar la galleta. Si pareces un cafisho, lo unico que te interesa es nadar. A ver si te despabilas
de una vez por todas y te das cuenta que a las chicas les gustan los que laburan y no los que estan todo el dia panza
arriba en la catrera.

Me dolio el concepto que papá tenia sobre mi.T ambien me dolio su explicacion del porque de la ruptura.No habia sido
por las razones por el esgrimidas, a pesar de la seguridad con que las largo.La juventud tiene otros parametros. Sin
embargo no me explicaba el porque del fin.Empecé a abrigar la fantasia de que un dia me iba a llamar por telefono para
vernos y recomenzar.Yo, por supuesto, iba a aceptar. Seria lindisimo, volver a caminar juntos, tomados de la mano y
susurrandonos cosas tiernas.Yo cambiaria un poco mi forma de ser, le preguntaria que era lo que le molestaba de mi
persona y haria lo imposible por complacerla. ¿Porque no me queria más? ¿Volveria algun dia?

Pasaron los dias, el telefono sonaba para los demas y yo cada vez me sentia peor. Un viernes llego al club a entrenar esa
nadadora de Bahia Blanca.Susana Coppo venia por el fin de semana a Buenos Aires y seguia honrando el agua del
Ateneo con su presencia.En mitad del entrenamiento me tuve que pasar a su andarivel.Al empezar un ejercicio
estabamos disponiendo el orden de salida.Le pregunte

- ¿Salis primero vos


Se acomodo las antiparras de nado, me miro indiferente, y respondio con voz neutra:
- No, salí vos.
Empecé a nadar conmocionado.
- ¡Que ojos! - pensé - ¡Por Dios, que bellos son!
Ese azul profundo me elevó al cielo.El simple hecho de haber descubierto semejante belleza me puso euforico.¿Como
podia ser que recien entonces me haya dado cuenta de su perfeccion? En los breves intervalos de descanso, Osvaldo
habia dicho no más de treinta segundos, me regocijaba a hurtadillas con la armonia de sus facciones.Me di cuenta de
que Marta habia estado en lo cierto.Susana me gustaba, y mucho. Despues del entrenamiento, al pasar por Primera
Junta, me acorde de Marta.Seguia teniendo una herida abierta con su ausencia, la extrañaba profundamente y abrigaba
la esperanza de que algun dia me dijera nuevamente de reanudar nuestra relacion. Pero desde esa noche habia
incorporado a Susana a mi vida. Paso ese fin de semana y Susana volvio a Bahia Blanca.Esa dias la pileta no me parecio
tan alegre.Sabia que en el verano se iba a radicar en Buenos Aires, pero era tanto lo que faltaba que me angustiaba la
espera.Ademas, ¿que era lo que yo estaba fantaseando?.Ella solo sabia mi nombre, y no era yo el unico admirador que
tenia dentro del equipo.Volvi a pensar en Marta y su regreso.

En casa, mientras tanto, la situacion de Mariel era tratada con paciencia.Poco era lo que estaba en nuestras manos para
ayudarla.El desamparo juridico era enorme.La palabra Habeas Corpus se incorporó al acervo linguistico familiar como
sinonimo de las escasas acciones que se permitian hacer a los familiares, sin correr el albur de ser ellos los proximos
desaparecidos.El maximo logro para esa fecha fue que el gobierno de Italia consideraba a Mariel ciudadana de ese pais y
reclamaba informes sobre su destino.Paralelamente a la parte legal, mis padres contactaban a cualquiera que pudiera
ayudarlos.Uno de ellos fue ese primo politico de mamá, el Negro.Se reunia periodicamente con el presidente por
razones de trabajo.En su cargo de Sub Secretario era una figura conocida dentro del gobierno.El tambien tenia un hijo
con ideas un poco distintas a las aceptadas por entonces, y poniendose en el lugar de mis padres trataba de ayudarles
.En una ocasion y habiendo agotado practicamente todas sus influencias hablo directamente con el General
Videla.Palabra más o menos, ante su pedido, este le respondio tajante.

- ¡Pero ingeniero, no sea estupido! ¡No me venga con esas cosas!

Al llegar a este punto, la falta de noticias ya no era atribuible a la imposibilidades de acceder a canales informativos
importantes. Se habia recorrido toda la escala jerarquica, desde un suboficial del Ejercito hasta el mismisimo Presidente.
La situacion empezaba a tomar un perfil más definido.Existia una intencionalidad politica en negar informacion acerca
de los desaparecidos.Nosotros teniamos la duda de si el motivo era la actividad de la guerrilla, que no permitia un jucio
publico o por algun motivo de seguridad todavia no esclarecido.En casa se distribuyeron los roles: unicamente mamá se
ocuparia del tema. Papá, con su cargo de mediana importancia en la Municipalidad, estaba mas atado a horarios y, por
sobre todo al haber interventores militares si trascendía que tenia una hija desaparecida seria tachado de marxista y el
puesto correria peligro.En cuanto a mi, entrenando en un club depediente de la Universidad Catolica, seria conveniente
que callara el asunto.

A principios de Agosto, inesperadamente, Marta me llamó por telefono.Incredulo, escuche que me invitaba a tomar
algo. Acudi a la cita emocionado y nervioso.Que suerte que nos ibamos a arreglar. Empezamos una conversacion
animada y yo esperaba en cualquier momento su propuesta de reconciliacion.Cuando se habia creado un clima
apropiado ella comenzo con su voz sensual.

-Te tengo que decir algo...


Seguro que me confiesa que se arrepintió -pensé-...estoy de novia con un compañero de la facultad-
Otra vez las piernas me fallaron. Un ardor en los ojos me anuló cualquier comentario inteligente.
Jugaba ella nerviosamente con una servilleta de papel. Insegura, preguntó:
- ¿No decis nada?
Me recosté hacia atras, como tomando impulso ante la desilusión.
Timidamente pregunte:
- ¿Y para que me llamaste?
- Es que a veces me acuerdo de vos...bien.
La esperanza retornó a mi corazon. Apuré la pregunta:
- ¿Nos arreglamos entonces?

Movio la cabeza confundida.Sin decir palabra, me tomo de la mano y nos quedamos mirandonos un rato largo.Dentro
mio algo me decia que al instante siguiente un beso sellaria la reconciliacion.En sus labios, la repuesta se hizo lenta.

-Miguel, no se que siento por vos...ahora estoy bien y me gustaria bes.arte.


- Yo tambien -dije, y me senti feliz un instante.
- Pero no se bien que es lo que quiero...

Salimos del bar y caminamos tomados de la mano.Algun beso, alguna caricia me confundieron aun más.Estabamos en
silencio y no queria hablar, temor de romper esa debil esperanza. La acompañe hasta la casa.En la puerta nos
despedimos, ella con pasion, yo confundido.Me saludó con una sonrisa

- Un dia de estos te llamo.


Volvi a casa sin respuesta ¿Nos habiamos arreglado o no?. Esperé en vano su llamado.Comencé a darme cuenta del
error que habia cometido.Trabajosamente habia formado una caparazon a mis sentimientos y ella, con pocas palabras,
lo habia destrozado.Nuevamente tenia mi herida al descubierto.Ella era el filoso estilete que hurgaba en mi melancolia,
pero al mismo tiempo traia el balsamo reparador.¿Olvidar o resistir el dolor? Alejandro emitio su veredicto

-No viejo, esa mina esta jugando con vos...mira como estas. Si hasta en entrenamiento estas andando mal.
- ¿Te parece que estoy nadando mal?
- ¡Pero más bien!.Tomate el entrenamiento en serio y a Marta no la veas mas... si se cortó, se cortó.
Ya está. Hacete a la idea de que en tu vida la vas a volver a ver. Hay otras minas mucho mejores que esa.
- Mi vieja dice lo mismo...-
- ¿Viste?.Mirá a mi me pasó una vez. Estuve no se cuanto tiempo llorando hasta que me convenci que no la iba a ver
mas...¡chau! santo remedio... no penses más en ella.

Fui descubriendo de a poco que, si anestesiaba mis sentimientos, al menos no sufria.No era feliz, pero al menos estaba a
salvo de cualquier flaqueza de espiritu. Sin embargo me costaba olvidarme de ella. A veces pensaba que Marta estaba
realmente confundida, pero era cuestion de saber esperarla.Otras veces me enojaba conmigo mismo, ya que faltaba a la
promesa de pasarla a la tiniebla del olvido. Un par de veces me llamó por telefono y en ambas se repitio el dialogo de
indefinicion. La primera semana de septiembre viajamos a Montevideo a un torneo de natacion.Alejandro y yo, por
motivos administrativos de la federacion, no podiamos participar y fuimos en calidad de acompañantes del equipo.
Susana iba a representar a su club de Bahia Blanca, pero ya la considerabamos del Ateneo. El club anfitrion, Banco
Republica, era dirigido por el que habia sido profesor nuestro.Aparentemente del otro lado del Rio de la Plata las
condiciones eran mejores para el. Al llegar al club fuimos directamente al natatorio a saludarlo.Nos pidio que lo
esperararamos en el bar y a los treinta minutos se sento a la mesa, a compartir una gaseosa.Visiblemente contento por
vernos, nos pregunto por nuestras marcas y se asombro de nuestro progreso.

-Claro, con pileta propia es otra cosa.¿Vieron que distinto es?. Yo tambien aqui trabajo diez puntos. No me arrepiento
de haber venido. Ademas Buenos Aires...
- ¿Y como apareció aca?
- Un amigo, tambien profesor, hizo de contacto. El sueldo estaba bien, asi que... bueno ya son casi cuatro meses que las
cosas estan saliendo bien.
Alejandro siguio la indagatoria:
-¿Y quien estaba antes? ¿Renunció como usted o lo echaron?
Sin borrarsele la sonrisa del rostro miro a las mesas contiguas. Hizo un ligero ademan para que nos acercaramos.Con voz
mas cauta dijo:
- Se lo llevaron.
Estar hablando de natacion y escuchar un termino de ese tipo me sobresaltó. El amplió los detalles:
- Fue un drama que hoy los chicos todavia se acuerdan. Estaban en la mitad del entrenamiento y entró el ejercito en la
pileta. Le pusieron un fusil en la espalda y lo sacaron a empujones ¡Hasta apuntaron a los chicos que estaban en el
agua!...terrible.
Se dirigio a mi:
- ¿Y tus cosas como estan?
Sin saber exactamente a que se referia, y todavia imaginando la escena, respondi:
- Mal, me pateo Marta.
Con el rostro serio insistió:
- No me refiero a eso...
Si no se referia a Marta...¿preguntaria por Mariel? yo me habia cuidado muy bien de contarle, a menos que... Miré a
Alejandro. Asintio con la cabeza, confirmando mi sospecha.
- No, no sabemos nada. Está o estuvo en Mecanica. Habra que esperar un tiempo más que se tranquilizen las cosas.No
se...
-Y tus padres,¿que dicen?
-Y...que se yo. Papá no habla mucho. Mi vieja va a la plaza con otras mujeres.

La conversacion se interrumpio con la llegada de sus nadadores que, con el pelo mojado y en ropa de calle, venian a
ultimar los detalles de las pruebas.Se disculpo con nosotros

- Cuidense chicos, despues los veo.

Salimos del club con Alejandro. En tono de pregunta, más que de reproche pregunté:
- ¿Porque se lo contaste?
- No te enojes, pero con Gustavo en el verano te veiamos muy mal, estabas como desconcentrado y el profesor tambien
veia que algo no iba. Nos agarro una vez a los dos y nos pregunto si sabiamos que te pasaba. Primero le dijimos que
estabas peleado con Marta pero no se la tragó. Bueno...insistio tanto que al final le contamos.
-¿Y que dijo?
-Si vieras como se puso...no los puede ver a los milicos. Nos conto la cantidad de gente que el conoce que esta
chupada...gente que nunca anduvo en nada...

Habiamos llegado a la playa. Me acuclille y empece a arrojar piedras con desgano. Ale se sentó y jugaba con la arena.
Tomaba un puñado y lo dejaba caer pensativamente en la palma de la mano, luego repetia la operacion. Pedi su
consejo:

-¿Que hago?
Detuvo su entretenimiento, y preguntó:
-¿Con Osvaldo?

Era increible como me conocia. El sabia lo que habia estado pensando, y yo no necesitaba confirmacion de este hecho.
Apoyó las manos en la arena, como si estuviera tomando sol.
- Me parece que es piola...creo que lo va a entender.
Evaluamos las posibles reacciones y concluimos que era mas probable una actitud comprensiva, que cualquier otra.
Horas mas tarde empezo el torneo y tuve que esperar al almuerzo del otro dia para pedir hablarle a solas. Junto con
Osvaldo habia viajado otro profesor, apodado el turco, que era muy amigo de el. Despues de la comida hice lo imposible
por hablar solamente con Osvaldo, pero el turco no se separaba ni un minuto de su lado. Me dije que ya que eran tan
amigos, se iba a enterar , asi que, encare la conversacion tomando como interlocutores a ambos. Luego de algunos
rodeos, pronuncie la triste palabra:

- ...esta desaparecida
Se miraron entre ellos y no acusaron ninguna sorpresa. Osvaldo inquirio:
- ¿Y cuando la levantaron?
Me tranquilizo el termino usado, lo reconoci a el como uno de los nuestros.
- En noviembre.
Intervino Eduardo, el turco
- ¿Saben quienes fueron?
- Si, gente de la Armada
Inicio un insulto, parcialmente audible por el ruido de un avion despegando del aeropuerto de Carrasco.
Pregunté:
- ¿Que? ¿conocen a alguien desaparecido?
Osvaldo cedio la respuesta al turco:
- El hermano de mi señora...
- ¿Que era?
- ¡Nada era...! pensaba, solamente eso.

Luego de deambular un rato volvimos al torneo. Me acerque a Alejandro y un guiño complice explico todo. Al terminar
esa jornada acompañe a Alejandro a un telefono publico, ya que el queria saludar a los padres. Delante nuestro estaba
hablando Susana. Al verla Ale me clavó el codo en las costillas y yo le di un puntapie en el tobillo, pidiendole un poco de
discrecion. Al poner atencion a la conversacion que ella sostenia, cai en la cuenta que hablaba en un ingles fluido, como
si fuera nativa de algun pais anglofono. Mientras Alejandro tomaba su turno y ella se alejaba bajo mi atenta mirada,
encontre otro motivo más de admiracion ¡Hablaba ingles!

Al dia siguiente, terminado el torneo, volvimos a Buenos Aires en barco. Durante la navegacion fuimos a un pequeño
salon de baile.Pasada la medianoche los nadadores más chicos se habian ido a dormir y nos quedamos una escasa
media docena de los mayores. Durante todo ese tiempo me dedique a controlar cada movimiento que ella hacia.Si se
dirigia a mi, lo hacia con la misma actitud que tenia con el resto del grupo, es decir apenas me tenia en cuenta.Las luces
rojas, tenues y sugestivas, y la musica romantica actuaron como musa inspiradora para una profunda melancolia. Pense
en Marta.A mitad de la travesia del rio color de leon, descubri que tambien estaba en la mitad de un doloroso periplo.Ya
no me podia engañar, Marta no volveria y Susana apenas sabia de mi existencia.Me senti terriblemente desdichado.
Encima de todo eso, me recriminaba penar por Marta mientras que quizas a Mariel iba a pasar mucho tiempo antes de
volver a verla. Menos que por haber tomado coraje, mi romantica tristeza me ubico de repente delante de Susana y la
invite a bailar.Aceptó. Al llegar a la pista me di cuenta de la jugada que me habia hecho mi inconsciente. Temas
apropiados facilitaban bailar abrazados.Los temidos y esperados lentos. Abrace a Susana y sentir el contacto de su
mejilla me provoco esa picazon en los lagrimales, que se estaba haciendo rutina. No sabia bien que era lo que añoraba.
Me faltaba algo y ella en ese instante lo completaba.Sabia perfectamente bien que ese sentimiento no era
correspondido pero aceptaba derrotado la desigualdad. El contacto fue, para mis sentidos, efimero.Ella volvio a su lugar
y yo subi a cubierta, a flagelar mi soledad. Al romper el amanecer, la reina del plata se adivinaba en el horizonte. Los
pasajeros fueron saliendo de los camarotes.Querian ver la ciudad desde una perspectiva poco usual. Con el sol un poco
más alto, el perfil edilicio se recortaba nitido.Por encima del paisaje urbano una sombra grisacea cubria la escena.Nunca
me habia dado cuenta del smog que habia en mi terruño. Desde la distancia, todas esa particulas que cotidianamente
invadian los pulmones y no nos dabamos cuenta, eran puestas en evidencia.¿Porque la llamarian Buenos Aires?.Pensar
que todavia habia porteños de la guardia vieja, que insistian en definirla como una de las mejores ciudades del mundo
para vivir.Si hubieran visto lo que vi yo, seguramente habrian cambiado su opinion.

Capitulo 7

21 de Enero de 1978. Pileta de Gimnasia y Esgrima de Santa Fe. Acto inaugural de un torneo de natación.

Las delegaciones de los clubes participantes habiamos sido concentradas a un costado del natatorio.Los organizadores
del torneo, siguiendo la moda de entonces, no encontraban mejor manera de deleitar al publico y autoridades
presentes que hacernos desfilar por el costado de la pileta encolumnados detras de la insignia representativa de cada
club.En otros torneos, este remedo castrense era acompañado con los acordes de la marcha del deporte, de letra
siempre ininteligible.Esta apertura, sin embargo, fue musicalizada con la cancion oficial del mundial. No habia argentino
biennacido que ignorara la importancia de tamaña justa deportiva para cambiar la alicaida imagen de nuestra amada
Republica. A medida que ingresabamos de a dos en fondo, un par de conscriptos nos entregaban unos pequeñas
pelotitas de futbol, que cabian en la palma de la mano y tenian las siglas EAM '78 estampadas.Nos explicaron que era
una atencion del Ente Autartico Mundial '78 . Mientras trataba de descifrar la criptica palabra "Autarquico" esperamos a
que todos los demas clubes se formaran alrededor del escenario de competencias.Luego de entonar las estrofas del
Himno Nacional, nos aprestamos a soportar el abuso de la palabra de un coronel o brigadier, no es exacto mi
recuerdo.Mientras los minutos se sucedian languidos, los nadadores ensayaban diversas posturas esperando la ansiada
desconcentracion.Todo nuestro equipo habia fijado los ojos en el favorito local, el cual estaba indudablemente
nervioso.Teniamos la certeza que uno de los nuestros, hasta entonces apenas conocido para el resto del pais, iba a
derrotarlo en los 1500 metros libres.El divertimento fue doblemente provechoso, ya que por un lado apenas se tuvo en
cuenta la pieza oratoria y, por el otro, ayudamos en la guerra sicologica .No solo nuestro compañero ganó, sino que
establecio un record argentino, algo que el Ateneo no tenia desde el retiro de Luis Alberto Nicolao.

Toda esta euforia deportiva malograba cada día más mi perfomance estudiantil. Terminaron las competencias y se
suponia que tendria que preparar alguna materia.Fui la ultima semana de febrero a pasar unos dias con mi familia a Mar
de Ajó. Mis padres iban temprano a la playa y yo me quedaba en la casa estudiando.Cerca del mediodia, esperaba a que
el diariero trajera "La Nación" y se la alcanzaba a mamá ,que estaba siempre leyendo un libro en la carpa. Me
preguntaba

-¿Alguna novedad?-
-No, no salio nada-
Invariablemente, la lista de gente detenida que pasaba a disposicion del PEN era reacia a incluirla a Mariel.El ansiado
blanqueo para mi hermana no se producia, y el tiempo empezaba a acumularse. Luego de esta primera lectura del
diario, mamá acudia a una seccion que yo encontraba de mal gusto leer, siquiera superficialmente. Deslizaba ella
cuidadosamente el indice de aviso en aviso.A veces la busqueda era provechosa .Le comentaba a papá

-¿Sabes quien se murió...?-

El invierno llegó y el comienzo del Mundial se aproximaba.El deporte que algun comentarista calificara entusiasmado de
"pasion de multitudes", en lo que a mi concernia no provocaba el más palido sentimiento.En casa teniamos conciencia
cabal del manejo propagandistico del evento.A pesar de esto Papá, en sus años mozos ferviente practicante de esa
diciplina, disfrutaba de antemano el inminente festin de buen futbol. Me ponia de pesimo talante escuchar las
declaraciones que hacian, en las cuales, con hipocrita humildad, hablaban del sacrificio que era entrenar.¿Como la gente
valoraba más a esos jugadores rentados y no al amateurismo?¿Como era posible que creyeran todo lo que decian los
medios?. En este aspecto, como en el de Mariel, yo sabia que la mayoria estaba siendo manipulada. De cualquier
manera, y abdicando de mis pruritos deportivos, me parecia que era mas positivo para nuestra incertidumbre una
buena colocacion en el campeonato.Mamá tenía la consigna acordada con el resto de las madres, que extranjero que
encontrara, extranjero que deberia conocer por boca directa la realidad argentina. Ademas, y esto era opinion de
nuestra familia, quizas los militares con un triunfo deportivo abandonaran esa postura y dijeran donde estan.Quizas. Los
dias que duró el campeonato todo Buenos Aires se condiciono al cronograma de eventos.Hubo excepciones, entre las
que jactanciosamente me incluyo. El 2 de junio, en el momento en que Argentina jugaba su primer partido, Alejandro y
yo estabamos entrenando en la solitaria pileta.Compartiendo nuestra acuatica protesta, Osvaldo cronometraba el
trabajo.De esa sesion de trabajo, extraigo el inefable recuerdo de haber sido ajeno a la masificacion de esos dias. Susana
Coppo se habia radicado en Buenos Aires.La UCA la habia becado para que estudiara en sus aulas y la
representara.Alejandro y yo en ocasiones entrenabamos en doble sesion, es decir a la mañana y a la tarde.Luego de las
sesiones matinales nos quedabamos hablando con ella acerca de sus experiencias como nadadora internacional.El tema
obligado era su participacion en los juegos olimpicos de Montreal. Siempre surgia alguna anecdota nueva. En una de
esas ocasiones refirio cuando todos los atletas fueron a la Casa Rosada para despedirse del presidente. A pesar de que
habian transcurrido ya dos años de ese suceso retenia detalles minimos.Le pregunte

-¿Y lo viste personalmente a Videla?-

-Por supuesto, si hasta me dio la mano-


-¿En serio? ¿Y que te parecio?-
-Una persona muy correcta...pero muy inquieto.Estuvimos poco tiempo
asi que mucho no te puedo decir-
En el vestuario le comenté a Alejandro
-¿Viste? no dijo nada del tipo ese..."muy inquieto"
¿sera así porque la madre es norteamericana o yo estoy loco?-
-No, que la madre sea norteamericana no tiene nada que ver.Ademas que
hace como diez años que está en la Argentina...me parece
que no sabe bien que esta pasando.Y no te olvides que es de Bahia Blanca-
-¿Y con eso, que?-
-Que esta lleno de milicos.Vos viste que siempre cuenta que
nadaba en la pileta de 50 metros de Punta Alta-
-No entiendo...nadar en pileta de 50 es mejor que en pileta de 25,
ya lo se...¿que tiene que ver?-
-Que es la pileta de la Base Naval...de la Marina-
-Ah...ahora entiendo-
Permaneci un rato en silencio.Despues agregué
-Mirá, se de cuenta o no, igual me tiene loco...
creo que la voy a invitar a tomar algo...no se-
Mi bravuconada quedó en eso, un exceso verbal.
Pasaban los días y yo, recordando el fracaso de Marta, no queria remover un aspecto de mi vida que aparentemente
tenia bajo control. Un día papá se canso de mis evasivas respecto a la facultad y quiso una definicion mas exacta. No
supe bien porque, pero le menti. Dije que tenia aprobada una cantidad de materias que ni remotamente se
aproximaban a la realidad. Su expresion de alivio me hizo sentir como un traidor. Habia descubierto lo facil que era
mentir, pero no podia disfrutar de ese hallazgo. Una sensacion de culpa me atenazaba el corazon y me era dificil mirar a
mis padres a los ojos sin pensar en lo desleal que era mi proceder.Sin embargo era mas dificil blanquear la
situacion.Quizas en el futuro mediato podria aprobar alguna materia libre y, ya con los estudios un poco más
encaminados , podria aclarar las cosas. Mientras dudaba sobre que hacer, pasaba el tiempo y las mentiras del gobierno
me hacia sentir un poco menos culpable. En la Argentina el tema de los desaparecidos habia llegado, aparentemente, a
un punto muerto. Mama junto con las cada vez más conocidas Madres de Plaza de Mayo peregrinaba esterilmente por
la plaza y los despachos.La consigna era insistir, hacer oir la voz, que la gente tomara conciencia.En una actitud
deplorable de la influenciada opinion publica de entonces, se las motejaba de "Locas". Nadar en el Ateneo, lugar
aglutinante de la derecha catolica, me sometia al vejamen de soportar comentarios despectivos respecto a todo lo que
fueran derechos humanos, Madres y desaparecidos. Para el asociado medio del Ateneo, todas eran "zurdas" y
justificaban el comentario paragubernamental. Si no les preocupaba hace unos años con quien andaban los hijos...¿para
que andan llorando ahora? Algun socio se confundia con mi corte de pelo y me llamaba aparte.

-Miguel, a usted se lo ve como un muchacho serio.Seria bueno que se junte con gente joven, de su edad, y que
empiecen a charlar del futuro del pais...pero en forma sana, no como esos...bueno usted sabe...para que despues ud.
mismo no sea un desaparecido.Tienen que hacer algo, yo ya estoy viejo, pero siempre hay gente con ganas de guiar a
los jovenes.Si usted quiere yo le presento algun sacerdote...pero pienselo, no hay que ser indiferente...-

Yo no entendia como podia ser tan credulo ante mi ficticio interes.No bien daba la vuelta yo retornaba a mi trabajo de
concentracion antes de entrenar. Politica...suficiente con mi hermana.

Con Susana , admito que asesorado por Osvaldo, habia cambiado de tactica. Explotando la soledad que siente cualquier
chica de dieciocho años en la capital, me habia limitado a estar cerca de ella. Sin explicitarlo con palabras, le hacia llegar
señales claras de mis afectos. Simplemente estaba ahi. Desde hacia unos meses toda mi carga de ansiedad se habia
transformado en esperanza. Me decia que quizas el mañana fuera más benigno con mi corazon y, sencillamente,
aguardaba. Un viernes a la noche, luego de entrenar, quise pasear mi melancolia por la calle Corrientes.Con el pelo
humedo y mi bolso al hombro arrastraba los pies disfrutando ese momento.Escuche su voz

-¿Donde vas?-
Sorprendido, gratamente sorprendido,le devolvi la sonrisa.
-¿Con vos...?-
Asintio divertida con la cabeza y caminamos unas cuadras, apenas hablando.Nos sentamos en un local de comidas
rapidas, en Corrientes y Callao.De natacion, apenas una ligera acotacion.Queriamos saber más del otro.Yo deseaba
contarle lo de Mariel, un secreto revelado solamente a los que me inspiraban confianza. Le pregunte como era su
familia.

-Somos mi hermano y yo...-


-¿Y hablan ingles en tu casa?-
-Con mi mamá si, pero con mi hermano en español, digo, en castellano-
-¿Y con tu papá...?-
Enmudecio y parecio ponerse tensa.Luego de algunas vacilaciones dijo
-Te voy a decir algo que solamente lo sabe Osvaldo, nadie más en el equipo...
ahora te lo cuento a vos, pero te pido que guardes el secreto...-
Hice un gesto afirmativo
-...they are divorced, sorry,quiero decir que estan separados,
bueno papá viene cada tres o cuatro meses a casa
pero desde hace mucho que vive en La Pampa...
Me conto detalles de la situacion, que no es el caso referir. Llego luego mi turno con lo de Mariel. Creo que se puso mas
tensa ella con esa revelacion que yo con lo de sus padres. Comentó al fin

-Te entiendo, pero los terroristas son...a Papá cuando estaba en la Universidad lo amenazaron muchas veces, hicieron
pintadas...

Empece a explicarle la diferencia entre los terroristas que ponian bombas y hacian atentados, y la militancia de mi
hermana.Creo que ella fue una de las primeras personas que, sin tener un familiar o un conocido desaparecido,
entendio mi situacion. La acompañe a la pension de la calle Mexico y volvi alegre como hacia tiempo que no lo
estaba.Hay una posibilidad, pensaba y analizaba cual seria mi proximo paso. El tres a dos de la final Argentina-Holanda,
fue recibido en casa con beneplacito.A la genuina satisfaccion deportiva, exteriorizada como cualquier otro argentino ,
agregabamos una tenue especulacion sobre la liberacion de Mariel.Las semanas subsiguientes se deslizaron
trascendidos, que nadie podia indicar con precision donde se originaban, acerca de la opcion para salir del pais.Se
citaban relatos de estudiantes centro americanos que, detenidos en La Plata, habian estado en lugares con montañas y
mucho frio.Suponiamos que eran los campos de concentracion que existian en la Patagonia.Los estudiantes en cuestion
habian sido liberados con la condicion de no volver a la Argentina.Contaban que quedaba mucha gente todavia en esos
lugares.¿Estaria mi hermana ahi? El 24 de agosto fuimos a un torneo en la Escuela Naval en Rio Santiago. Mientras nos
cruzaban en una lancha hacia nuestro destino, pensaba que podria ocurrir si alguien sabia lo de Mariel. Fuimos recibidos
cordialmente por los anfitriones, que nos acompañaron desde el muelle hasta los vestuarios. Luego del torneo nos
agasajaron en una mesa especialmente dispuesta, con una prolijidad digna de destacar. La pulcritud de sus uniformes, lo
ameno de las conversaciones, demostraba una solida formacion en la parte de relaciones publicas.En ningun momento
se hablo de politica o de algun tema urticante.Viendolos tan afables y amistosos, me pregunte si todos los miltares eran
asi .Si hasta casi parecian incapaces de hacer algo violento. Me vino a la memoria el comentario de Susana respecto de
Videla. Habia algo que no entendia. ¿Como gente tan educada podía permitir que existieran campos de concentracion?
Quizas Videla habia dado la orden de combatir a los suvbersivos y despues la situacion se le fue de las manos.Claro, los
que vinieron a casa no parecian tan pulidos, tal vez era sargentos o cabos y estaban apañados por algun general un poco
bruto y no sabrian como decirle al Presidente la cantidad de gente que metieron presa.El lio que se les iba a armar
cuando se descubra todo.Pero...¿por que Videla no quiso escucharlo al Negro? ¿Porque a las Madres no les daban
audiencia?

A mediados de septiembre papá me hizo una invitacion.

-Te doy una noticia. Vos, mamá y yo vamos en el verano a Europa-


¿Y dejar de entrenar? pensé.No gracias.
Depues de una conversacion no muy amigable, me dijo
-¿Sabes una cosa? vos y tu natacion me tienen un poco cansado.
Va Myriam en lugar tuyo-
En noviembre descubri espantado una realidad.Le conté a Alejandro.

-Si ahora en diciembre no apruebo por lo menos una materia quedo


libre en la facultad...mi viejo me mata-
-Eso te pasa por no charlar con el...por no querer ver la realidad,
si a vos te gusta nadar ¿porque no se lo decis?.
Vivis engañandote...ya te paso con Marta, pateas siempre la solucion
para adelante, como si en la proxima fecha de examen las cosas fueran
a ponerse mejor...¿o vos te pensas que los profesores
te van a aprobar porque si?...Habla con el, decile-
-No, ni loco...voy a ver como me arreglo-
No hice nada.Solamente nadaba y no pensaba en lo que se avecinaba.Llego diciembre, y el peligro de un
enfrentamiento armado con Chile.Uno de los profesores del Ateneo, el que llamaban el turco, fue convocado a un
periodo de re-instruccion militar.Con sus 26 años y su opinion acerca de los militares, tuvo que tolerar un trato
humillante, por el solo hecho de ser "civilacho".Pasado el pico maximo de tension volvio al club y a unos pocos nos
confio la rabia y la impotencia de escuchar crueles comentarios sobre los desaparecidos y "las locas de la plaza"

El 30 de diciembre mis padres, junto con Myriam, viajaron a Europa.Ese 31 lo pase con mis abuelos y Mariano.Pocas
veces desee tanto que llegara la hora del brindis.Hecho este, me acosté; desde la cama los festejos me llegaban
distantes y ajenos a mi humor. Mis abuelos se llevaron a Mariano a Mar de Ajó y me quede solo en Buenos Aires. El dos
de enero, al empezar a entrenar extrañe la ausencia de dos personas. Susana, que habia viajado a Bahia para pasar el fin
de año con su familia, no habia regresado aun. Me llamo la atencion este hecho, ya que ella detestaba perder alguna
sesion de entrenamiento. Pero más extraño todavia me parecio la no concurrencia de Alejandro.Al mediodia y
aprovechando que nadie me esperaba en casa, me autoinvite a almorzar con los Echeverria.Me abrio la puerta la
hermana, que se encontraba discutiendo con la madre. Alejandro estaba hablando por telefono con una flamante novia,
y se negaba a interrumpir las mutuas confesiones de amor para tender la mesa.Ya que me consideraban de confianza,
madre e hija no interrumpieron sus argumentaciones y me brindaron la confirmacion de que no solamente en mi casa
Marielina discutia a los gritos .Como si nada sucediera, me senté cerca de Alejandro a burlarme un poco de su rol de
novio .El no resistio la presion y apresuro la despedida. Le pregunté

-¿Que te pasó? ¿comiste mucho pan dulce y te sentis mal?- -Veni a mi cuarto...- Con aire de misterio me invito a pasar y
cerro la puerta. Anunció grave -Dejé de nadar- Ni por un instante pense en una broma.Cuando el usaba esa inflexion de
voz, era decision tomada.Continuó -...lo estuve pensando.Ya tengo casi veintiuno y estoy atrasado en la facultad.Estoy
tercero en la Argentina y esto no es futbol que te pagan.No se si algun dia sere el mejor...-

-Pero si con Osvaldo vas a andar bien...-

-Suponete que hago record...¿Y despues que?-

Me di cuenta que usaba la misma argumentacion que papa.El le decia a Mariel "Llegan al poder...¿y despues que?" Con
natacion el mismo caso."Sos el mejor en el agua...¿y que haces con eso?" Prosiguio con la enumeracion de argumentos.

-En la facultad estoy re-atrasado.Si me quiero casar tengo que recibirme antes- Me tomo de improviso.Inquirí -¿Pero
que? ¿va en serio con Graciela?- Con la resignacion e hidalguia que tienen los varones al descubrirse flechados por
Cupido, asintio con timidez. Me mordi divertido el labio inferior mientras sacudia la cabeza. -Pero vas a ir en cana...si le
llevas cuatro años.- -Si, pero de aqui hasta que me reciba van a pasar como tres años- Me extrañaba lo repentino de su
determinacion. -No entiendo, si la semana pasada estabas entrenando fuerte- -¿Sabes cuando lo decidi? el 31 a la
noche.Un tio me dijo "El que nada, nada" Y si sigo en el agua no voy a ser nada.- -¿Que tio te lo dijo? ¿Fue..?- Me
interrumpió -No importa quien lo dijo.Hay un momento en que tenes que hacer un analisis de tu vida, de la realidad.No
podes vivir engañandote siempre.Hay que ser realista, para la natacion argentina ya somos viejos.No es como los
yanquis que a los mejores nadadores se los beca en la universidad.Aca, si queres ser algo, tenes que ser un futbolista o
tener un titulo universitario.Yo no puedo ver que mi viejo se esté rompiendo para que yo nade.Si el quiere que yo no
trabaje, es para que termine la carrera, no para que tenga el record argentino de los 100 pecho.- -Si, pero si fueras un
futbolero que te pagan...- -Tenes razon, "si fuera".Pero no lo soy.¿Vos te pensas que fue facil reconocer que todos estos
años me estuve engañando? Hay muchos "si fuera". Si tuviera condiciones y estuviera en la universidad de California
seria campeon olimpico.Pero no es esa la realidad.Me dije "basta, la realidad de este pais es asi ¿que hago entonces?"-
Me vino a la memoria un comentario recurrente de Osvaldo. -Tenes razon. Osvaldo siempre lo cita a Ortega y Gasset.
"Yo soy yo y mi circunstancias".- -Entonces ¿tengo o no tengo razon?.Yo ya me decidi...y no sabes lo aliviado que me
siento.Ahora me puedo concentrar con todo en el estudio.Te digo...vos tambien deberias pensarlo- A pesar que
entendia perfectamente sus razones, me parecia que mi caso era distinto.Contesté -No...sabes lo que pasa...me gusta
nadar...ademas vengo mejorando- Alejandro se dio una sonora palmada en la pierna. -¡Pero no! ¿ves como te engañas,
ves?. Reconocelo: nunca vas a ser el mejor de la Argentina.Vivis en una nube.Acordate a que edad te federaste ¡a los
19!.A esa edad la gente en este pais deja de nadar.¿Porque no queres ver la realidad? No va, la natacion no va...Y lo
peor de todo que tambien vivis engañado en la facultad.Si no te gusta ingenieria, deciselo a tu viejo.Te lo vengo
repitiendo desde hace mucho...¿a ver? ¡claro! Desde que te federaste.Me acuerdo que vos te federaste en noviembre
del '76 y en diciembre te fue mal en una materia ¿te acordas? nos dijiste a Gustavo y a mi que seguro que en marzo la
ibas a sacar, que tenias el palpito.Y tambien te reventaron.¿Sabes lo que dijo Gustavo? Que vos creias en los Reyes
Magos.Nos parecio que creias en soluciones magicas, que un dia te iban a llamar de la facultad para decirte que habias
aprobado por el solo hecho de insistir.No es asi.La realidad es otra, durisima-

Sus razones, y la seguridad con que las habia expuesto, me habian demolido.Era como si, en un chispazo de lucidez, me
hubiera asomado al infierno del Dante.Una realidad previamente intuida, se plasmaba en un termino acuñado por
Osvaldo, los "monstruos mentales".Esa charla con Alejandro me hizo tomar conciencia cabal de mis actitudes
escapistas.Nadaba porque me gustaba el deporte.Pero al mismo tiempo nadaba porque esa actividad rutinaria y
exigente mantenia la mente ocupada de los problemas originados justamente por la natacion.El agua generaba el
conflicto y a la vez prodigaba un consuelo efimero e incompleto.

Como si hubiera probado el fruto del arbol del bien y del mal, volvi al dia siguiente a la pileta.Me arroje al agua con la
tristeza de saber que, a partir de entonces, cada entrenamiento seria un entrenamiento menos;cada minuto, un minuto
menos.Llegaria algun dia en que fuera el ultimo como nadador.¿que vendria entonces?.No queria pensar en el mas alla
despues de ese dia.Nadé a desgano, sintiendo que todos mis ideales deportivos se relativizaban ante la inminente vida
de adulto.Si no aceptaba los hechos, seguiria un tiempo más en ese mundo ajeno al verdadero.Pero dar paso tan
trascendente me angustiaba.Me preguntaba porque no me habia percatado de la realidad tal cual lo habia hecho
Alejandro.¿Habria otras cosas que yo no queria saber?. Promediando la mañana Osvaldo detuvo el
entrenamiento.Parada a su lado estaba Susana.Me alegre de verla y le dije desde el borde de la pileta

-Desde el año pasado que no te veia-


Me sonrio tristemente.Osvaldo empezo a hablar.
-Susana viene a despedirse...-
La mire deseando que no fuera verdad
-...se pasa a otro club.Yo respeto su decision
y le deseo la mejor de las suertes-
Crei morir.Primero se habia ido Alejandro.Ahora Susana.Me iba quedando solo en el club.Si no habia concretado nada
siendo compañeros de equipo, de nada valdria abrigar algun tipo de esperanza.Algunos salimos del agua para darle un
beso de despedida.Prolonge el humedo contacto en su mejilla.¿Volveria a verla?.Sus ojos azules se alinearon con los
mios.

-Adios-
Nunca odie tanto esa palabra. No permitia ningun
tipo de reencuentro, algo que yo deseaba con todo mi corazon.
Conteste en ingles
-See you later-
Verla más tarde era toda mi esperanza.
Esa noche en casa, mientras compartia con mi soledad una insipida comida me senti terriblemente desamparado.Mis
padres en Europa, Marielina Dios sabia donde, Susana alejandose de mi...¿que seria de mi con toda esa angustia?.Los
caminos del Señor son inescrutables, nos repetian en el colegio.Mi futuro era incierto y si algo podia aventurar, eran
funestas predicciones.Me acosté angustiado...¿Que seria de mi vida? Pasó esa semana y se aproximaba el lunes 15 de
enero.Me habia fijado esa fecha para empezar a preparar alguna materia para rendirla como alumno libre.Era conciente
que si como alumno regular habia sido dificil aprobar alguna, en esa situacion de libre la tarea seria mucho mas
dificil.Confirmando el analisis de Alejandro, confiaba en alguna solucion magica.Quizas preparandola con tiempo tendria
exito. Ese lunes a las ocho de la mañana sono el telefono.Al reconocer la voz me puse nervioso.Susana me decía del otro
extremo

-Te llamé para recordarte tu promesa de empezar hoy a estudiar-

Todavía habia una esperanza, me dije.Era obvio que habia una razon oculta detras del recordatorio.Tome coraje y la
invite a salir y para dicha mia aceptó. Hasta que se hizo la noche, me repetia a mi mismo: "¿viste que nunca hay que
abandonar las esperanzas?". Estaba casi seguro que las cosas iban a salir bien, pero siempre existe ese atisbo de
inseguridad, que hace que la vida no sea rutinaria. Llego la noche, la cita y su respuesta favorable.Hasta que no sellamos
nuestro compromiso con un beso, no podia creerlo.¡Eramos novios! La dejé en la pension y fui directo a la casa de
Alejandro, a comunicarle la buena nueva.Despues de calmar mi euforia contandole con lujo de detalles el dialogo
previo, me acomode en el sillon.

-Ale, ¿te acordas de esa frase "El placer de desear


es más intenso que el placer de poseer"?-
-Si...-
-Vos sabes que me siento mejor ahora que poseo, que cuando deseaba -
-Y vos te reis cuando hablo por telefono con mi novia-
-Ahora te entiendo...soy feliz...nunca me habia pasado esto.-
Luego de una pausa, agregué
-¿Sabes que? Estoy enamorado-
Su estrepitosa carcajada rompio el encantamiento que traia. Fingiendo estar ofendido, lo acuse de bestia insensible, lo
cual acentuo su hilaridad.Finalmente, tambien yo rompi a reir. Esos primeros dias de noviazgo fueron un paraiso.La
palabra amor, tantas veces pronunciada y otras tantas escuchadas de otros labios, cambió.Amor significaba Susana, y
pensar en ella me inundaba de una delectacion nunca antes conocida.Despues de la ruptura con Marta habia estado
buscando alguien en quien refugiarme, que llenara los vacios cada vez mayores que se iban agrandando dentro mio.La
espera habia sido larga, a tal punto que casi habia abandonado toda esperanza de conquistarla.Le agradecia a Dios
semejante bendicion.En ocasiones me asombraba de lo impredecible que es la vida.Recordaba cuando leer su nombre
en los diarios no me provocaba mas admiracion que el de cualquier otro campeon.Y luego, sin sentirme digno de su
afecto, caminabamos en silencio tomados de la mano

."Ojala - deseaba - que las otras sorpresas que me esperan en el porvenir sean asi de agradables".

La primera semana de febrero mis padres volvieron de Europa.Al ir a Ezeiza a recibirlos descubri que no eran los unicos
argentinos que hacian uso del cambio favorable.¿Serian correctas las medidas economicas como para permitir que
tantos compatriotas viajaran por ahi?.Quizas los militares fueran lo que eran, pero yo no recordaba que en el pasado
viajara tanta gente al extranjero.Tal vez con la economia saneada, y al disminuir la agitacion social, la guerrilla se veria
fuera de lugar con sus reclamos y tendria que replegarse. Entonces "los recuperables" serian liberados.Marielina nunca
habia sido violenta, podiamos abrigar algun tipo de expectativa sobre su liberacion. Durante el viaje de regreso el auto
era un ejemplo movil de nuestros antecedentes italianos.Todos nos contabamos a gritos las novedades y, muy
contentos, pensabamos que el resto de la familia entendia algo de nuestras ansiedades.Llegamos a casa y descargamos
el equipaje.Me hicieron una primera entrega de los regalos:dos mallas, unos anteojitos de nado y un
cronometro.Despues de desordenar el comedor, Mamá no se contuvo y se abalanzo sobre el telefono a comunicarle a
las amigas su retorno.Mientras estaba en esa tarea, papa me llamó con un gesto complice.Me entrego una revista
diciendo

-Tomá, pero que no se entere tu madre-


Un ejemplar de la "Playboy" edicion española se asomaba entre la ropa.
-Sos un genio, viejo-
Era ese un trofeo invalorable.Conseguir una revista de ese tipo en los kioskos de Buenos Aires, era imposible.Estaban,
sencillamente, prohibidas por atentatorias contra la moral y las buenas costumbres.No se admitian ya que eran
disolventes de la familia, celula base de nuestra sociedad.La desaparicion de personas era otra cosa. Pasadas las
primeras horas post-retorno y acercandonos paulatinamente a un nivel de conversacion mas ordenado surgio el tema
de los parientes en Italia.Mamá, más fluida en el idioma que papá, habia sido la que mayor informacion intercambió con
ellos. Empezo a contarme

-Estuvimos en Roma con la hermana de la nonna, la zia Rossina.¡Que manera de comer!Conocimos a los primos de
papa, son un amor...tipicamente tanos, gritones, comilones, haciendo chistes todo el tiempo.- Abundó en pormenores
acerca del encuentro.Luego, como siempre sucedia cuando se acercaba al tema, la alegria que tenia en el rostro se fue
desvaneciendo.Continuó el relato, pero sin los matices chispeantes anteriores. -Le contamos lo de Mariel...¿vos sabes
que no los tomo de sorpresa?...Yo nunca les conte nada, pero empezaron a sospechar algo.Nos dijeron que como no la
nombrabamos en las cartas y con la informacion que les llega de la Argentina, presentian la desaparicion- Pregunté
incredulo -¿Que, saben lo que pasa acá?- -¡No te imaginas como! Y no solamente en Italia.Cuando estuvimos en Paris y
hablabamos con la gente, sabes el concepto que tienen de Videla...- -¿Y como hiciste para hablar en Paris?- Con aire de
mancillada dignidad respondio -Querido, ¿te olvidas que tu santa madre tiene seis años en la Alianza Francesa?- -Que
verguenza vieja, siempre sospeche que eras poliglota... y me vengo a enterar de esta manera- Retomamos el hilo serio
de la conversacion.Segun se iba deduciendo de los encuentros que habia tenido mamá, la imagen que tenian de
nosotros era equiparable a la de cualquier pais bananero centroamericano;y nos creiamos la avanzada europea en
Sudamerica. Le preguntaban a mamá, en su condicion de madre de una desaparecida, cuanto tiempo más iban a
soportar semejante dictadura.En el lenguaje del ambiente, nos contestabamos que mientras "ellos" tuvieran los fierros,
poco era lo se podia hacer, salvo caminar los jueves en la plaza e insistir por que los paises europeos y los Estados
Unidos presionaran en busqueda de una solucion.Ni siquiera el embargo de armas dispuesto por el presidente James
Carter habia conseguido algun efecto.

Terminó otro verano y volvi a fallar en el examen. Sin atreverme a decirle a mis padres la verdadera razon, empeze a
cursar otra carrera.Intuitivamente me di cuenta de que mi vocacion no pasaba por las ciencias exactas y me inscribi en
el Instituto Nacional de Deportes.Queria ser entrenador de natacion.Alejandro y Susana, mis maximos confidentes,
aplaudieron mi decisión, pero coincidian que era insuficiente.Segun ellos no podia seguir mintiendo mi situacion en
casa.Alejandro sostenia que mi padre me iba a perdonar sin amargarse mucho;yo creia que no.Susana, que empezaba a
pasar más tiempo en casa que en la pension, no queria ser complice del engaño.Decia ella que suficiente tragedia era la
ausencia de Mariel como para que yo los engañara.Mis padres no merecian traicion semejante de un hijo.Yo sabia que
tenia razon, pero no me atrevia a hablar, el desenlace de esa fabula me aterrorizaba.

Mientras pasara el tiempo quizas alguna solucion surgiria. Paulatinamente, mientras más disfrutaba los estudios de
entrenador, más desubicado me sentia en mi rol de nadador, el más veterano del equipo.Cada vez sentia más
repugnancia por el dolor fisico en los entrenamientos.Un día, un tiron en hombro me hizo detenerme en la mitad del
trabajo y sali del agua.Descubri lo secillo que puede ser sustraerse a la tortura deportiva con solo desearlo.Mientras
miraba al resto del equipo como se flagelaba en busqueda de la excelencia deportiva, recorde algunos parrafos del libro
de Ernesto Sabato "Abbadon el exterminador".Los detalles de las sesiones de tortura me provocaban un deleite
malsano.¿Como el ser humano puede concebir y llevar a cabo semejantes aberraciones?.A mi me habia molestado un
poco el deltoides y con el solo hecho de interrumpir la natacion, la solucion estaba.¿Como podria resistir lo que Sabato
relataba? Ratas abriendose paso entre los intestinos de la victima, sopletes destruyendo testiculos, violaciones, golpes
en los genitales...¡Dios! ¿Por que?. Ese tipo de pensamientos me empezo a obsesionar. Cada semana que pasaba,
menos tolerancia al dolor tenia. Trataba de recordar las tecnicas mentales para no sufrir pero el esfuerzo resultaba
esteril. Empeze a hablar del tema con Osvaldo.Mi restringida capacidad psicologica me impedia entrenar, de modo que
tratamos de disminuir la presion de los trabajos.Tampoco obtuvimos resultados.Un dia, el fue directamente al
problema.

-Lo que pasa es que perdiste el gusto por la natacion.Se nota que tenes otra cosa en la cabeza...¿Todavia no le dijiste a
tu viejo lo de la facultad?- Sacudi la cabeza -Claro, entonces asi no vas a poder seguir. Digo, podras seguir yendo y
viniendo por el andarivel, pero ni sueñes con repetir tus marcas- -Lo que pasa que tengo, eso que vos decis...monstruos
mentales.Ese libro me puso mal.- -Si, es terrible...pero me parece que hay otra cosa.Estas en la disyuntiva de seguir
nadando o no, mientras que tu hermana sigue desaparecida.Yo no soy sicologo, y vos sabes lo que pienso de algunos
sicologos, pero estas con un complejo de culpa más grande que una casa.¿Queres que te agrande tus rayes con
disyuntivas reales?...te pregunto ¿que preferis, perder un brazo o que aparezca tu hermana? ¿pelearte con Susana o
que se divorcien tus viejos? ¿que se quede paralitica tu mamá o ...? Si queres te hago una lista asi de grande de
monstruos mentales. Pero torturarte de esa manera te destruye, te vuelve loco. Tenes que tomar una decision sobre
cosas que podes manejar...Lo de tu hermana, mira vos sabes lo que se dice...que algunos estan vivos, que otros ya son
boleta...Mientras estos tipos esten no se va a poder hacer nada.Deja que tu vieja se ocupe del asunto y vos hace algo
por vos mismo.Pensalo...-
No solamente a mi me estaba yendo mal en natacion.Susana en su nuevo club estaba cada vez mas lejos de sus
tiempos.Pero con una diferencia, ella nadaba, estudiaba y habia empezado a dar clases de ingles en una escuela
primaria.Esta diferencia de actitudes la ponia cada vez más tensa.Ella me queria, pero no soportaba mi hipocresia
referida a mi situacion universitaria.Temi que con mi actitud tambien ella me dejara, como en su momento lo habia
hecho Marta. En septiembre, la Comision Interamericana de Derechos Humanos dependiente de la OEA visito la
Argentina para investigar in situ la situacion de los derechos humanos.Los dias previos habian aparecido unas
calcomanias gratuitas que se pegaban en cualquier lugar visible;"Los argentinos somos derechos y humanos". El dia que
la comision iba a empezar a atender las denuncias, se disputaba la final de futbol juvenil en Tokio. Estabamos tomando
un cafe con Susana en un bar de la calle Corrientes, cuando la gente empezo a aglutinarse frente al obelisco para
festejar el triunfo.Un exaltado relator deportivo incitaba por la radio a demostrarle a "estos señores" que somos
derechos y humanos. Mientras miraba el entusiasmo ajeno me queje amargamente -Que bien que les salio a estos
tipos...- Ella me tomo de la mano y me dijo -No penses.Dios no dice no, dice más tarde-

Tambien por esa fecha mamá fue a consultar a un sacerdote.El padre Mario empezaba a ser nombrado con insistencia
entre el grupo de las Madres de Plaza de Mayo.No era tanto por el consuelo espiritual, o para satisfacer algun pedido
concreto, sino porque estaba reputado como parapsicologo.No era de los que se aprovechan del dolor o de la
ignorancia para conseguir algun beneficio, sino que ayudaba a encontrar alguna pista sobre el destino de los
desaparecidos. Mamá se sento a esperar que la atendiera.Paso un rato largo y el sacerdote apenas le dirigio la mirada
mientras iba y venia atendiendo las necesidades de la parroquia.Por fin, mamá levanto la vista y se encontro con que le
preguntaba -¿Trajo alguna foto?- Se la entregó. Tomo la fotografia de mi hermana y empezo a deslizar la mano por la
superficie.Mamá no habia abierto la boca siquiera. Dijo con certeza -Esta chica tuvo problemas de higado.Esta viva pero
está sufriendo mucho...en un lugar muy feo...oscuro...frio.Va a pasar mucho tiempo pero va a volver...viva.- Mamá
quedo conmocionada.Era cierto que Mariel habia tenido problemas de higado, pero cuando habia sido niña...¿como lo
habia adivinado? Cuando lo conto en casa todos nos pusimos mal.¿Seria cierto?¿Cuando sabriamos algo con
certeza?¿Cuando terminaria la incertidumbre?

El año siguio transcurriendo y llegaron las fiestas.Otro 31 de diciembre sin Mariel. Repitiendo mi costumbre de años
anteriores, me quede en Buenos Aires a entrenar.Alejandro directamente no entendia mi tozudez.En cada oportunidad
que nos veiamos insistia en que hablara con mi padre. El 5 y 6 de enero hubo un torneo en el club San Fernando. A mi
me fue mal, pero a Susana le fue peor..No supe como, pero de repente estabamos discutiendo ferozmente el porque de
mi actitud.Esa fue la primera pelea que tuvimos.Pasaron dos o tres dias y una noche al volver del entrenamiento, la
encontre sentada en la puerta de casa. Sospechando algo desagradable pregunte -¿Que hacés aca?- Por toda respuesta
dijo -Llevame a Constitucion.Me vuelvo a Bahia- Una situacion tensa, desagradablemente salpicada de monosilabos, nos
acompaño hasta la estacion. Detuve el coche y esperé la fatal descarga. -Dejo de nadar y voy a seguir estudiando
alla.Eso por un lado.Por el otro creo que no sos una buena persona al mentirles asi a tus padres, con el drama que
tienen vos seguis nadando... y ni siquiera sos bueno en el agua...- Durante casi diez minutos permanecimos callados.Era
duro lo que ella decia pero era cierto.Tragué saliva y susurré -Entonces...¿no somos más novios?- Otro mudo y
prolongado parentesis -No.- Dicho esto abrio la puerta del auto y se bajo.Hice un gesto para ayudarla pero me contuvo
con la mirada. -Dejá que puedo sola- Mientras terminaba de bajar sus bolsos yo la miraba tratando de retener su
rostro.La iluminacion amarillenta de la calle me hizo recordar por un instante el operativo.Terminada la tarea, cerro
despacio la puerta y dijo. -Ahora si.Adios- Tomé por Independencia hacia casa.Mientras viajaba en la onda verde,
repetia la letra de una cancion."Alone again, naturally"

Capitulo 8

Me levante tarde, deseando que la recurrente silueta de Susana alejandose hubiera sido una pesadilla.Reconstrui los
pasos para explicarme porque habia despertado en la cama de mis padres.Traté de engañarme un poco, pero termine
recordando la razon. Hacía apenas doce horas ella se había ido a Bahia Blanca.Yo me habia derrumbado en el lecho
paterno y me habia dormido sin siquiera cambiarme la ropa. Seguramente a esa hora, la noticia de su decision habria
recibido el apoyo materno. Mis padres estarian disfrutando de la mañana a orillas del mar, sin sospechar mi mentira.
Con Marta mi noviazgo habia durado apenas diez meses;con Susana no habia completado el año. ¿Seria ese el limite
tolerable hacia mi persona?. Bajé al comedor, solamente para cambiar el lugar de reflexion. Malgasté la mañana,
mirando desde el sillon como el transito de la avenida era insensible a mi tragedia.La vida, para los demas,
continuaba.1980, año olimpico, empezaba de la peor forma posible. Almorce y volví a la cama. Me sentia impotente
para cambiar mi destino. La situacion de la facultad se me habia escapado de las manos, para colmo, o
fundamentalmente, engañando a mis padres. Agravando esto, la desaparicion de Susana de mi vida.Demasiado para mi
integridad mental. Me acorde de esa frase petulante que siempre tienen los karatecas a flor de labios; cualquiera
soporta lo soportable, menos nosotros que soportamos lo insoportable.Yo sabia como dominar el dolor fisico,
simplemente desconectando el cuerpo de la mente pero, ¿como hacer cuando el dolor esta en esa elusiva zona, que es
el alma?. Pasaron los dias, pero no mi dolor. Hubiera deseado hablar con Alejandro pero no estaba en la ciudad por las
vacaciones. No veia salida a la situacion y tenia que encontrar alguna respuesta a la mentira de la
facultad.Paulatinamente fui tomando conciencia de lo abominable de mi actitud. A diferencia de Marta, Susana habia
sido clara. Que ella siguiera estudiando en Bahia Blanca, a 700 km, no era el obstaculo para nuestro noviazgo. La piedra
obstaculizante era yo mismo, yo y mi actitud. Elucubré esta hipotesis y un debil destello de esperanza se encendió
dentro mío.¿Que pasaria si yo blanqueaba la situacion en casa?. Casi instantaneamente podria sacarme el lastre que me
impedia sincerame con mis padres y existia, ademas, la posibilidad de una reconciliación con mi bienamada.Claro que,
hay un abismo entre una decision y su ejecucion. Durante los ultimos años habia descubierto lo facil que es mentir, lo
sencillo que es engañarse y engañar a los demas. Falsear la verdad, sin embargo, no se podia hacer indefinidamente.En
algun momento habia que tener un coraje mucho mayor para ser sincero y asumir la responsabilidad de dicha
actitud.¿Estaria capacitado para ello?.Por otro lado, la previsible reaccion de mis padres ante la realidad, me llenaba de
dudas. Seguramente sufririan un desencanto mayusculo. La tentacion de seguir en esa dulce irrealidad era grande, pero
los tiempos se habian agotado y era ineludible hablar claro. ¿Pero como?

Transcurrieron dos semanas lentisimas, en las cuales los mejores momentos fueron cuando dormia.Sentia un
insoportable fastidio conmigo mismo, fruto de haber arribado al descubrimiento de la verdadera calidad de persona que
era. Sabia cual era el camino, pero necesitaba alguien que me ayudara a dar el primer paso. No habia abandonado el
entrenamiento, aunque intuia que ese iba a ser el ultimo verano como nadador. Justamente, por saber que mi fin
deportivo estaba proximo, me arrojaba al agua con una amargura insondable, cuestionandome cada vez con mayor
intensidad el porque de persistir en tan esteril esfuerzo.Una noche, en un torneo, estaba esperando mi turno para
competir. Alejado del grupo, con la toalla colgada del cuello jugaba con los anteojitos de nado, sin ningun pensamiento
en particular. Años anteriores la espera antes de las competencias me embriagaba de excitacion frente a la alegre
incertidumbre del desempeño. En cambio, desde que no estaba Susana, competir apenas me inquietaba. Menos por
experiencia, que por haber llegado a considerar a la natacion como una actividad sin sentido, apenas disimulaba un
bostezo ante el aburrimiento de la espera. Movi el cuello para desentumecerme y me quedé sin aliento.No podia dar
credito a mis ojos.Caminando felinamente, con esa mirada que solamente ella tenia, Susana se aproximaba.Me
incorpore y quedamos a medio metro uno del otro.Dirigio sus ojos a mis pies descalzos y como si fuera una suerte de
beso, coloco la punta de su zapatilla junto a mis dedos.Se puso las manos en los bolsillos y me saludo timidamente.

-Hola...-
Lo que no habia conseguido la inminencia de la carrera, lo hizo su voz.
Mi corazon empezo a bombear toda mi esperanza. -Volviste...-
-Tenemos que hablar-
-Lo que quieras...-
-Te extrañe-
-Y yo..-
-Pero si no hablas con tus padres no se si te voy a
poder aceptar-
-Pensaba hablar con ellos-
-¿Pero cuando?...desde que empezamos a salir que estas con lo mismo-
En el momento en que iba a contestarle, por los altoparlantes
llamaron para mi prueba.
-"...primer llamado.Andarivel cinco Miguel Corsi..."-
Me preguntó
-¿Que corres?-
-Los docientos libre-
-Anda y despues seguimos-
Titubeé un poco y respondi
-No dejá, no voy-
-Pero es tu mejor distancia, anda-
Otra vez el anunciador hizo escuchar su voz.
-"...segundo llamado..." Miré hacia donde estaba el equipo.
Osvaldo en puntas de pie me hizo un gesto interrogativo con la mano.
Suspiré aliviado por la eleccion. Me saqué el gorro y negué con la
cabeza.
El entendió y mando a comunicar a la mesa organizadora."Cancha cinco no va".
Tomé a Susana de la mano y compartí el hito con ella
-Acabo de dejar de nadar-
Subimos al auto sin destino cierto. La necesidad de alejarnos del ambiente de natación nos hizo deambular por algunas
calles sin prestar atencion hacia donde nos dirigiamos realmente.Tomamos por Rivadavia y al pasar por Plaza Once
Susana dijo con seguridad.

-Pará acá-
-¿Adonde vas?-
-A sacar pasaje para Mar de Ajó-
-¿Como?-
-Claro, vamos a decirselo a tus padres...¿o no estas seguro?-
Yo estaba seguro, pero no preparado mentalmente para hacerlo en ese instante.Sin embargo el tono de voz de ella
tenia un peculiar matiz, dejando entrever que la continuidad de nuestro noviazgo dependia de esa determinacion.En un
instante recorde las ultimas dos semanas y lo desdichado que me habia sentido.Era esa una oportunidad para
reencaminarme en la vida y no podia malgastarla.Conteste con firmeza.

-Por supuesto que estoy seguro-

Sacó los pasajes, hicimos una rapida incursion por la pension para que Susana tomara algo de ropa y, en menos de una
hora, estabamos viajando hacia destino.Antes de salir de la ciudad ella se preocupo de traerme a la realidad.

-Lo que estas por decirle a tus padres se que te cuesta.Va a ser duro, para vos y sobre todo para ellos.Los traicionaste, y
feo.Sentite mal, porque vos fuiste el culpable de esta hipocresia.Si no lo haces no vas a cambiar lo que te dije cuando
me fui.Y si esto te cuesta, ponerte al dia con la carrera, aprender a estudiar, tomar disciplina de estudiante va a ser
mucho peor-

Realmente, pensé, un panorama alentador. Transcurrieron los kilometros y ella seguia verbalizando todos sus
sentimientos hacia mi.Aceptaba yo su catarsis, ya que me sentia culpable por los pecados de obra y omision.Finalizo
diciendo -...y para que descanses un poco te digo lo ultimo, una frase de Churchill."Esto no es el fin, ni siquiera el
principio del fin, sino mas bien, el fin del principio"- En la semipenumbra del micro, quede solitario pensando en todas
las verdades que ella habia volcado en mis oidos.Desee que ese viaje nunca llegara a destino.Pobres mis padres cuando
supieran la joya de hijo que tenian. No quisiera abundar en detalles de aquella mañana desayunando con ellos.El
espantoso recuerdo de haberme sentido entonces el peor de los mortales, me hace sortear rapidamente dicho
evento.De esa confesion, ha dejado su impronta indeleble la palabra que, con amargura, dijo mi padre

-Felonía-

Nos quedamos Susana y yo dos o tres días en Mar de Ajó.Yo no podia mirar limpidamente ni a papá ni a mamá.Sentía la
misma sensacion de perdida que experimentamos en los velatorios.Nada se puede hacer, solo tratar de volver, luego de
una muerte, al curso de la vida.Me echaba de bruces en la arena y dormitaba bajo el sol del mediodia.Susana hablaba
con mamá en la carpa acerca de mi irresponsabilidad, mientras que papá jugaba al voley playero, quizas para evitar
detenerse en pensamientos sombrios.Alguna vez soltó -...primero Mariel, ahora vos con esto...¿que hemos hecho tu
madre y yo?...- Cuando me hastiaba de calcinarme caminaba lentamente hasta la orilla.Recordaba cuando en el pasado
me internaba,brazada tras brazada, mar adentro.Descubri entonces otro atractivo del agua.Me colocaba en la
rompiente y me dejaba golpear por la fuerza de las olas.Reflexionaba sobre lo impotente que somos ante el impetu de
la naturaleza y lo inutil que es resistirse ante energias superiores a la propia.En ese juego de ser golpeado y arrastrado
por la arena perdia nocion del tiempo.Sentia que era transportado a otro universo, un universo ludico donde la accion
no tenia un fin, sino que se satisfacia en si misma.

Comenzó el invierno.En la facultad me reincorporaron en forma condicional.Se me permitio cursar materias, supeditado
a la decision final del Decanato, en un tramite que llevaria algunos meses.Tambien empecé el segundo y ultimo año del
curso de entrenadores de natación. Susana, por su parte, estudiaba el traductorado publico de Ingles y seguia
trabajando en el colegio.Era más el tiempo que pasaba en casa que en la pension.Desde que Marielina no estaba
sobraba una cama, de modo que ella dormia ahi. El tema de los desaparecidos y de las Madres de Plaza de Mayo era
apenas mencionado en los medios de comunicacion .Para la gran mayoria era un asunto terminado.Solamente para
algun transeunte que desprevenidamente cruzara cerca de la casa de gobierno los jueves por la tarde, el grupo de
señoras de edad con pañuelos blancos en la cabeza le recordaba incomoda y efimeramente un problema no resuelto del
todo. En casa nos sentiamos sumergidos en una historia sin final. Cuatro años con un gobierno militar de ese tipo era
demasiado.A decir verdad, mas que los años transcurridos, nos angustiaba saber cuando iria a terminar eso.En
ocasiones temiamos que el autodenominado Proceso se eternizara en el poder. A la gente parecia no importarle
demasiado.Muy timidamente, sabiendo que el riesgo era altisimo, se escuchaba o leia alguna critica disfrazada de chiste
politico.Muy pocos periodistas tomaban distancia del gobierno.Entre todo ese paramo de principios eticos, habiamos
descubierto una revista casi subversiva para el criterio por entonces imperante."Humor" simbolizaba una oposicion
inteligente, que no dejaba pasar acto de gobierno injusto sin denunciarlo.Myriam ya tenia 16 años y era ella la que la
traia apenas llegaba al kiosco.Todos en casa practicamente memorizabamos cada palabra ahi impresa.La avidez
informativa era tal, que nos parecia una publicacion con pocas paginas.Nos reiamos de los punzantes comentarios, para
despues preguntarnos que habia de hilarante en semejante locura.Saber que habia gente compartiendo dicha lectura
nos reconfortaba parcialmente ya que, nos hacia sentir que no eramos los unicos sobrevivientes del hundimiento del
pais.

Con tropiezos, empezaba a acomodarme al ritmo de estudio universitario. Me asombraba el espectacular cambio en mi
estado animico, al haber dado un corte a la mentira que habia sostenido durante años.Espontaneamente me surgia la
necesidad de quedarme los fines de semana estudiando, sin tener que fabricar excusas para salir a ningun lado.Con los
ojos puestos en la decisiva reunion con el Secretario Academico de la facultad, aprovechaba cualquier minuto en un
ansioso esfuerzo por recuperar meses mal empleados. Un fin de semana Susana tuvo que viajar al casamiento de una
compañera de pension. Si bien ella estaba viviendo en la Capital, se casaba en Villa Regina, su pueblo natal en la
provincia de Rio Negro.Lamente no poder acompañarla, pero habia sentado otras prioridades y no me permitia el
menor de los flaqueos.

Llegó por fin el día de la entrevista con el reponsable en decidir mi continuidad o no en Ingenieria. En los pasillos de la
facultad era un secreto a voces que unicamente por razones muy fundadas se otorgaba la gracia. Las horas previas al
encuentro mis nervios me tenian alterado.La cita era a las 19. No pude almorzar y a pesar que de queria concentrarme
en algunos apuntes para entretener la espera, me fué imposible.Me calce unos viejos guantes de box y sali a la
terraza.Colgué la bolsa de arena, resabio de mi paso por las artes marciales, y empeze a martillar con puños y pies sobre
esta.Despues de un rato, ligeramente más civilizado, me prepare con pulcritud y salí rumbo a Paseo Colon.Durante el
viaje maneje hablando solo. Me burlaba de mi flaqueza.

-¿Asi que estas nervioso?¡Aguantatela!...si vos solito creaste esta situacion...y mejor que te reincorporen, si no vas a ver
la que se arma en casa...-

Llegué puntualmente al aseptico despacho y me anuncie. Mientras acomodaba por enesima vez la corbata, invoque la
ayuda de Santa Rita, abogada de imposibles .Despues de una calculada y sugestiva espera, me permitieron sentarme
frente a frente con el funcionario. A mensajes subliminales no me iban a ganar, me dije.Apoye casi como al descuido un
grueso libro de quimica, tratando de crear la imagen de estudiante-estudioso.El secretario parecio no reparar en mi
estudiado gesto y levantó una delgada carpeta.

-¿El señor Miguel Corsi?-


-Correcto-
-Usted pido ser reincorporado... -
-Si señor-
-¿Y en base a que quiere continuar sus estudios?-
-¿Perdon?-
-Digo,porque piensa usted que deberiamos permitirle quedarse en esta
casa de altos estudios. Aca tengo su historial academico y realmente su
promedio es bastante bajo-
Miré la hoja impresa, donde prolijamente la computadora habia desnudado
mi intimidad.
Maldecí mentalmente esas maquinas e invoque, sin mucha conviccion, mis
razones
-Si, es cierto. Me presenté a algunos finales y ...bueno
no pude aprobarlos.-
-Quizas deberia replantearse si su carrera es ingenieria u otra similar,
incluso no seria el primer caso que cambie a Abogacia.
Digo esto porque casos como el suyo hay muchisimos,lo veo a diario en este
mismo lugar-
-No, esta carrera me gusta. Mi padre es ingeniero y me gusta lo que hace...
la verdad es que no pude dedicarme como hay que hacerlo...
tuve problemas-
A pesar que mi entrevistador trataba de mantener un rostro imperturbable,
no pudo disimular un gesto de fastidio al escuchar la palabra "problemas".
Supuse que era el remanido argumento de todos los que me habian
precedido en esa silla.
Fingio interes.
-¿Problemas serios dice usted?-
-Si la verdad que si-
Siguió con la parodia
-Familiares me imagino...¿o quizas tenga que trabajar?-
-No, no, trabajar no tengo que hacerlo...por suerte-
-Claro,claro...entonces ¿tiene que cuidar a alguien enfermo
en su familia y no se puede dedicar a estudiar?-
Baje la cabeza.Me encontre en una situacion sin salida.
Toda mi euforia por la entrevista se habia esfumado.
Mis argumentos para que me reincorporaran se derrumbaban inexorablemente.
A decir verdad,no tenia mi posicion mayores meritos que la de los demas
como para ser readmitido.
Imaginé la desazon de papá cuando le contara que me habia quedado
fuera de la carrera. Seguramente diria "...primero Mariel,despues
vos ¿que hemos hecho tu madre y yo?".
Se me llenaron los ojos de lagrimas y tuve verguenza.
Quizas si le explicara que en realidad la desaparicion de Marielina me llenó
de dudas acerca de mi vocacion entenderia la magnitud del problema,
pero ¿se podria confiar en algun funcionario del Proceso?. Volvio a
preguntar
-Entonces su problema ¿cual es?-
-Es que tengo una hermana desaparecida...-
Detras de su rostro hieratico se advirtio un cambio.
Se inclino hacia delante y preguntó
-¿Como dijo?-
-Mi hermana esta desaparecida y eso nos puso mal a
todos.Yo en vez de estudiar me puse a nadar, por eso me fue tan mal...
por eso, creo-
-¿Que edad tenia su hermana cuando desapareció?-
-Veintidós-
Tomo la carpeta y parecio pensar algo muy serio.
Incomodo, cortó la entrevista.
-Bueno, Corsi, suficiente.Su caso va ser estudiado.
La respuesta a todas los pedidos tardara unos dias y va a ponerse
en la cartelera del decanato.Puede irse-
Los días empezaron a pasar y la repuesta se demoraba. Trataba de no abrigar ninguna esperanza.A la noche iba al curso
de entrenadores pero la incertidumbre me desconcentraba. Por momentos deseaba más que una respuesta favorable,
una confirmacion inmediata. La ansiedad era dificil de sobrellevar.Durante diez dias entraba a la facultad y me
encaminaba temeroso a la cartelera.Si no habia respuesta todavia, existia una posibilidad.El drama estallaria cuando
llegara la confirmacion definitiva. Una mañana doblé el pasillo y adivine a la distancia que habian puesto varias
hojas.Seguramente estaba lista la resolucion.Me dije que mientras me mantuviera alejado de la cartelera podria ser
medianamente feliz, ya que ignorar la respuesta implica mantener viva la ilusion. Sonrei amargamente. Igual que
siempre, pense. Una sensación de cosa ya vivida, de pasos similares que me acercaban a una nueva desilusión,
acompañó el desganado andar. Me paré frente a las listas y recorde como mamá pasaba el indice en esa seccion del
diario. Me encontré.Lei mi nombre y pensé "Se equivocaron". Volvi a leer y me senti sin fuerzas .Me habian
reincorporado y no era capaz de creerlo. Me precipité al telefono y llamé a casa. Del otro extremo de la linea, mamá dió
un grito de alegria.

-¡Que suerte! El domingo tenes que ir a misa a Santa Rita-

Esa resolucion del decanato actuó como disparador para mi contenida motivacion.Di lo mejor de mi para el estudio y los
primeros resultados, sin llegar a ser todo lo exitosos que podrian ser, fueron alentadores. Susana estaba contenta ya
que empezaba a parecerme a su hermano, el cual estudiaba ingenieria en Bahia Blanca y, ademas, trabajaba en la base
naval de Puerto Belgrano.Justamente por ese trabajo fue comisionado por dos años a perfeccionarse en Holanda en
algo asi como telecontrol de tiro de los buques de guerra. En agosto partio a destino y fuimos a despedirlo a Ezeiza.
Mientras desaparecia hacia la zona de embarque, ticket de KLM en mano, Susana le dijo en ingles

-I gonna miss you-


-So do I-
Si bien mis conocimientos del idioma se
habian incrementado, no entendi el significado exacto y pedi la traduccion.
-¿Que le dijiste?-
-Que lo iba a extrañar-
Estaba emocionada y no insisti.Salimos en direccion al estacionamiento.
Agregó.
-Me dijo que el tambien-
Esperamos unos minutos y puse el coche en marcha.Mientras empezabamos a irnos, el avion se ubicó esperando la
autorizacion de la torre de control.Desde la autopista lo vimos tomar altura y desaparecer entre las nubes. A velocidad
de crucero del Citroen fuimos para casa.Despues de andar algunos kilometros, ella dijo.

-Lo voy a extrañar...dos años es mucho tiempo...


¿sabes lo que es estar sin verlo durante dos años?-
Hubiera deseado callar el comentario, pero fué espontaneo
-No, se lo que es estar sin ver a mi hermana durante cuatro-
Pasaron algunos meses y a fines de octubre la madre de Susana llamo a casa y pidio hablar con ella.Dado que la charla
era en ingles me fué dificil entender los detalles, pero a juzgar por los saltitos que daba mi novia y el brillo de sus ojos
eran buenas noticias.Dejó el tubo en su lugar y colgandose de mi cuello me conto, radiante de felicidad.

-¡Ricardo me invito a pasar el verano alla! ¡Ya llegó el pasaje a Bahia!-

En casa todos festejaron la nueva.Sabian lo duro que era para ella la vida en Buenos Aires y lo justo de esa recompensa.
Transcurrieron algunos días.Una noche, al volver del Curso de Entrenadores, me esperaban en la cocina mis padres y
Susana.Un aire de complicidad en el ambiente me adelantaba buenas noticias. Mamá preguntó

-¿Como estas con el ingles?- Mire a Susana, piedra de toque de ese tema. Indulgente, mientras disimulaba una sonrisa
dijo -Y...se defiende el chico- Mamá continuó -Vas a tener que estudiar más, entonces- -¿Porque?- Papá tomó la palabra
-¿Te gustaria ir a Europa?- -¡Más bien!- -Bueno, salis el 22 de Enero- -¡Que bueno viejo!...¿y porque?- -Hay que
aprovechar que el cambio esta bajo, sino más adelante va a ser imposible.Ademas con mamá decimos que te va ayudar
a que madures...estas un poco verde todavia y golpearte alla solito te va a hacer bien...¿te parece?- Por respuesta me
colgué del cuello de papá y mamá y les estampé un sonoro beso.

Terminado el ciclo lectivo, le llego a Susana el turno de viajar. Eran los primeros dias de diciembre y serian casi ocho
semanas sin vernos. Le dije -Mira que nivel, te paso a buscar por Holanda- -Cierto, que nivel.Y ademas yo voy a tener
una Navidad blanca, no como vos, porteñito, que te vas estar cocinando aca para fin de año.- Me figuré pasando las
fiestas sin ella y me puse melancolico. Repliqué -Envidia de la gente del interior por no ser de la elite-

En esa oportunidad volvi solo del aeropuerto.Me repetia ¿sabes lo que es ocho semanas sin ver a mi novia? Termine
decorosamente los examenes en ingenieria y me recibi de entrenador nacional de natacion.Fui a pasar unos dias a Mar
de Ajó con mis abuelos.Me programe para pescar todo el tiempo, una actividad que hacia mucho no disfrutaba. Hicimos
un buen equipo.El nonno se levantaba al amanecer y traia almejas frescas para usar de carnada.Yo pasaba la mañana
pescando y la nonna limpiaba las corvinas y las preparaba.Sin la presion de la facultad y la conciencia más tranquila que
veranos anteriores, empezaba a relajarme. Una tarde me encontraba en la casa ultimando el equipo para la sesion de
pesca vespertina.El nonno estaba en la reposera dormitando al sol mientras la nonna se ocupaba de sacar algunas
malezas del jardin.Desde el exterior me llegaba el monologo en italiano de ella.Su costumbre era acompañar toda las
tareas contandole algo al marido.El, luego de medio siglo de matrimonio, habia desarrollado anticuerpos ante
semejante avalancha verbal.Periodicamente respondía si o no, ya sea la respuesta que le exigia ella.Yo tambien me
habia acostumbrado a no prestarle atencion, de modo que me hallaba abocado a la tarea.Subitamente me
desconcentre.Habia algo en el tono de voz de la nonna que me llamó la atención.

-¡Sandro! ¿non dice niente cosa e detto?...¡Sandro!¿cosa faí?...-


Hubo una pausa de algunos segundos. Luego, los gritos de la nonna -¡Aiuto!...michele...vení...¡Sandro!- Al instante
llegue al lado de mi abuelo. Inconciente, los brazos le colgaban flaccidos fuera de la reposera. Otra vez los sucesos en
camara lenta. De todos los posibles diagnosticos que en rapida secuencia evalue, el unico que medianamente podia
controlar era un paro cardiaco.Ausculte el pulso en la muñeca y no me parecieron normales los latidos.Le pegue con el
puño en el esternon para hacer reaccionar la bomba.Acomode la cabeza, le tape la nariz con los dedos y comenze la
respiracion artificial. Repeti la maniobra de golpe al pecho y respiracion boca a boca. Movio torpemente la mano y me
separó. Los gritos de mi abuela habian conseguido que se acercaran los vecinos y lo cargamos en un vehiculo. Lo
llevamos a una clinica privada y quedo en terapia intensiva. El derrame cerebral lo llevo a un coma profundo. Luego de
tres dias, fallecio. Lo trasladamos a Buenos Aires y lo velamos ahí. Durante la reunion funeraria mire el cuerpo en el
ataud y pensé.

-Pobre nonno.Se fue sin volver a ver a su nieta.Pero ahora el tiene todas las respuestas.Ojala que esten juntos.-

Estrené mi flamante titulo de entrenador trabajando algunas horas semanales como profesor de nivel elemental en el
club River. Deseaba llevarme algun dinero extra a Europa, ademas de probarme en natacion "desde el borde". A
principios de enero me acerque a la pileta del Ateneo. Queria tener noticias de Osvaldo y de mis ex-compañeros de
equipo. Durante esa visita me entere que Osvaldo y Alejandro Lecot, entonces poseedor de varios records argentinos,
viajaban a Hamburgo y a Paris a un circuito de torneos internacionales. Hicimos los arreglos para encontrarnos en el
Viejo Mundo. La ultima semana de enero de 1981 llegué al aeropuerto de Barajas.Ese atardecer, no podia creer lo que
estaba viviendo.Pisaba suelo europeo y sin embargo me parecia un sueño.Cumpli los tramites de visado y me las arregle
para llegar al centro de la ciudad.

Facil, me dije.Esperá salir de España, me conteste.

La noche madrileña empezaba y las calles no estaban muy concurridas.Tome el subterraneo, similar a nuestra linea "A".
Cuando salí de la estacion en busqueda del Albergue para la juventud, pasó un automovil a baja velocidad.Llevaba un
altoparlante y lanzaba panfletos invitando a una reunion del partido comunista.Durante un instante me acorde de la
campaña proselitista de 1974, durante la cual Buenos Aires habia sido pintada, empapelada y transitada por vehiculos
similares.Siete años desde la ultima eleccion.Yo, con veintitres años, nunca habia votado en mi vida.Ver, entonces, la
indiferencia de las escasas personas ante la convocatoria comunista me produjo una sensacion extraña de
temor.Esperaba en cualquier momento la intervencion de la guardia de infanteria, reprimiendo a los "zurdos".El coche
se alejo sin problemas.¿Sería eso la famosa democracia?. Pase dos noches en la ciudad del oso y el madroño.La mañana
del tercer día me levanté con una determinacion; queria verla a Susana, de modo que alteraria todo el recorrido.Tome
el tren a Paris.Al llegar a Irun y antes de cruzar hacia Francia, trabe amistad momentanea con un argentino que
dominaba el idioma. Oficio de interprete ante las preguntas rutinarias del oficial galo.Seguimos juntos hasta nuestro
destino y al llegar a la ciudad luz nos separamos.Solo con mi mochila deambule por la estacion Gare d'Austerlitz hasta
poder decifrar la combinacion de Metro para abordar el tren a Holanda.Todavia no habia pronunciado una palabra en
ingles y ya dudaba de mis habilidades lingüísticas. Recordé que años atras, la descortesia del parisino hacia los visitantes
extranjeros llevó a las autoridades a implementar una campaña llamada "Sonriale al turista". Dos o tres fallidos pedidos
de ayuda me hicieron añorar esa campaña. Al amanecer, finalmente, llegue a Amsterdam.Los tramites de visado se
habian facilitado por la buena predisposicion de los aduaneros, pero la hora de fuego habia llegado.De ahi tenia que
viajar a Delden, el pequeño pueblito donde estaba Susana y su hermano.Vagamente sabia que se encontraba cien
kilometros hacia el norte. Desplegue el mapa que entregaban con el Eurailpass y me dirigi a la oficina de informes.
Saludé en ingles, tratando de imitar la seguridad de Humprey Bogart en "Casablanca" -Good morning- El amable rostro
femenino me devolvio el saludo con una sonrisa -Good morning, sir.Can I help you?- Me asaltaron ganas de decir "repite
la pregunta de nuevo, Sam... y más despacio". Quizas por mi desesperacion, en pocos minutos fui adquiriendo una
soltura idiomatica, para mi, inesperada. Entendi las explicaciones y llegue al pueblo.Pase dos dias en Delden con Susana
y Ricardo y luego fui a Hamburgo, a encontrarme con Osvaldo. Durante el torneo nos acercamos al equipo sovietico.Con
sus buzos azules y las siglas CCCP en la espalda, no parecian tan malos como se decia en la Argentina. Desde que el
avion se habia detenido en Barajas habia empezado a considerar las analogias y las diferencias entre los europeos y
nosotros.Ver que los rusos comunistas eran más parecidos a los seres humanos de lo que decian los militares,
confirmaba el aislamiento al cual estabamos sometidos.Conseguimos una foto valiosisima. El poseedor del record
mundial de los 1500, Vladimir Salnikov, acepto de buen grado posar con nosotros. Terminado el torneo pasé la noche en
la estacion ferroviaria. Al acercarse las 7 de la mañana, hora de partida de mi tren hacia Amsterdam, el bar se llenó de
trabajadores.Salvando las diferencias de idioma y de conformacion fisica, parecia un bar de la zona de Plaza
Once.Incluso la similitud de bebidas fuertes para combatir el frio, los hacia más cercanos. En Buenos Aires, el "vasito" de
vino blanco y soda.Ahí, unos descomunales chop de medio litro de cerveza .Abordé el tren y busque algun
compartimento libre de argentinos.Gracias a la magia de la economia, era contados los lugares tradicionales para el
turismo donde no se escuchara a algun compatriota gritar "¡Cacho!, mirá de que año es esto...".Cuando detectaba a
algun coterraneo, me abstenia de delatar mi nacionalidad.Las pocas veces que habia entablado conversacion con algun
argentino, habian sido, para mi, incomodas. La mayoria de los que disfrutaban del viaje, y eran muchos, atribuian el
elevado numero de turistas argentinos a la habilidad del Proceso en reencausarnos en los principios occidentales y
cristianos.Claro que, no atinaban a comprender el bajo concepto que de nosotros tenian.Nombrar a Videla, Pinochet o
algun genocida africano era, para los europeos, diferentes modos del salvajismo tercermundista. Nunca pensé en que a
tantos kilometros de Ateneo tuviera que caer en la farsa del desinformado-desinteresado.Incluso en una oportunidad,
sospeche de mi ocasional interlocutor cierta relacion con los "Servicios".

Cuando llegue a Amsterdam, ya tenia planificada mi recorrida por los lugares clasicos.Durante el viaje habia subrayado
en el grueso ejemplar de "Europe on u$d 25 a day" algunos items clasicos.Recuerdo haber visto en un museo de nombre
dificil de deletrar, "La ronda nocturna".Al tiempo que el guia de habla hispana lograba tocar la sensibilidad artistica de
los turistas llevando su atencion a las partes más destacadas de la obra, yo trataba de descubrir cual habia sido la falla
de mi madre al no haberme trasmitido ni siquiera una pizca de percepcion estética. Terminada la recorrida salí del
museo y taché su nombre en la guia.Recordé una vieja pelicula "Si es martes debe ser Belgica".Caminé hasta un bar de
comidas rapidas.Mientras me intoxicaba lentamente con las fritangas, y trataba de no manchar con condimentos mi
libraco, escogia la proxima atraccion.Dudé un rato entre otros museos, lugares historicos o paradigmas de arquitectura
moderna.De entre la minuscula grafía un nombre vagamente familiar me llamó la atencion.Anna Frank's
Museum.Recordé la historia de esa familia judia que durante la segunda guerra habia permanecido oculta de los
alemanes durante dos años.Habia leido el libro cuando era adolescente e incluso habia visto la pelicula en blanco y
negro, pero siempre supuse que la tragedia transcurria en Alemania.Consulté el esquematico plano de la ciudad y decidi
ir a visitarla.Mientras iba de a pie, alguna razón no tan misteriosa me alteró el humor.Los ultimos dias habia estado de
excelente animo, tratando de ver todas las situaciones desde una optica graciosa.Queria traer de regreso la mayor
cantidad de anecdotas risueñas posibles; a todo le hallaba su lado positivo.Pero esa visita, a pesar de no tener la menor
idea acerca de que podria encontrar en el museo, habia tocado un area triste

. Llegue a destino y miré con respeto las empinadas escaleras.Lo angosto del acceso preparaba al animo para lo que se
hallaria arriba, al final.Subí.En los habitaciones, escenario real de lo acontecido, profusas ilustraciones intentaban
transmitir el ambiente de esa época durante la ocupacion Nazi.¿Como puede haber sobrevivido una familia durante
tantos años? era la pregunta obligada para el visitante.La historia de la ciudad explica en parte la conformacion del
edificio.Durante el florecimento de la marina Holandesa, el acceso a los atracaderos era algo valiosisimo.De ahi que
poseer una trozo, aunque sea minimo, de contacto con los canales era el objetivo de todo comerciante. Por esa razon la
mayoria de las construcciones que dan sobre algun curso de agua son mucho más largas que anchas, poco frente y
mucha profundidad.Esa es la caracteristica de la casa de Anna Frank, y fué por eso que las habitaciones más alejadas
pasaron desapercibidas durante mucho tiempo. En las paredes, caricaturas burlandose de los rasgos semitas, daban una
idea de la maquinaria de propaganda montada por los nazis para advertir a la opinion publica acerca del enemigo
sionista. Una estrella de David de genero amarillo mostraba lo veridico de esa epoca.Y yo conocia gente en mi pais que
sostenia que aquello era un invento judio. Protegido con un vidrio, los dibujos pegados por Anna enfatizaban el caracter
de humana inocencia de esas victimas.Previsiblemente, me pregunte si las fotos pegadas por Mariel en su cuarto algún
día serian vistas como las estaba viendo yo entonces. Al terminar el recorrido, asenté mi paso en el libro de
visitantes.Los comentarios mas dolidos que se leian en las paginas precedentes eran, invariablemente, de otros
latinoamericanos. Volví a la realidad a orillas de uno de los tantos canales.El empedrado de la calle evocaba en cierta
forma al de mi barrio porteño. Genocidio. Una de esas citas detestables, con las que uno topa ocasionalmente, me
hablaba del cinismo de esos actos: "Una muerte es una desgracia; cien, una tragedia;un millon, un dato estadistico".
Nuevamente el empedrado me trajo nostalgias rioplatenses.Desee ser europeo.Para ellos todo ese infierno habia
concluido casi cuatro decadas atras.¿Que nos aguardaria a los argentinos?.Los campos de concentracion que habia en la
Patagonia,¿tendrian hornos crematorios?. Como similitud, la tragedia.Como diferencia, la que existe entre la
irreversibilidad de la muerte y la esperanza de algo sin confirmar.

Dejé Amsterdam rumbo a Italia.En Roma tuve oportunidad de conocer a mis parientes de parte de mi abuela
paterna.Durante esos tres dias de visitas y comidas en casas diferentes, nunca dejó de asombrarme la similitud de los
gestos de la Zia Rossina y los que le conocia a la nonna.A pesar de la separacion de más de cincuenta años, durante la
cual nunca se habian vuelto a ver, la forma de moverse, de gesticular e incluso de reirse era notablemente
parecida.Durante el curso de entrenadores nos habian enseñado a referirnos a esa caracteristica como patrones
motores similares.Me parecia correcta esa definicion aplicada a un gesto deportivo, mas no en esa circunstancia.Creia
descubrir cierta comunicacion, cierta memoria de su infancia que mantenia el vinculo mediante esa exteriorizacion
corporal, aun despues de tantos años. Durante uno de esas comidas, donde fui autorizado a cortar los tallarines a
cuchillo, escuche la version - en lengua original - de una historia que la nonna contaba a menudo

.Durante la primera guerra mundial, uno de los hermanos fué reclutado por el ejercito.Dado que al momento del
llamado era joven y con escasa instruccion militar, los primeros meses sirvio en la parte de suministros, algo sin mucho
riesgo.A medida que la guerra seguia su curso y la maquinaria belica necesitaba más sangre joven, fué movilizado al
frente.Participo en batallas cuerpo a cuerpo, soporto el fuego de artilleria enemigo, padecio hambre y frio, pero fue
sobreviviendo.Cada dia que transcurria era considerado como una victoria, como si desarrollara un halo protector que
lo hacía casi indestructible.Pasaron semanas, meses y se convirtio, a pesar de su juventud, en un genuino veterano.Las
cartas que llegaban, cuando las circunstancias lo permitian, expresaban su seguridad creciente en llegar vivo al ultimo
día de batalla.El fin de la gran guerra se vislumbraba.El cese de fuego llegó, para el alivio de todos los
combatientes.Horas despues del anuncio, ordenaron a su compania volver a casa.Sin embargo las comunicaciones de la
epoca no tenian la fluidez deseable.Un avion, seguramente sin saber que la paz empezaba a reinar, decidio descargar su
metralla antes de volver a la base.Escogio el camion donde viajaba el.Hizo una sola, pero exacta pasada . El chofer,
herido o muerto, perdió el control y el transporte se desbarranco. No hubo sobrevivientes.

Deje Roma sin saber exactamente adonde ir.Gracias al abono de tren que me permitia viajar sin limites, decidi ir a
Madrid a reservar el pasaje de regreso;despues de ahi pensaba conocer Paris ya que mi primer contacto habia sido
fugaz. Llegué a la estacion Atocha, con mi mochila cada vez mas pesada de recuerdos.Pase por las oficinas de la
aerolinea y una vez confirmado el regreso para dos semanas más tarde, me prepare para ir a Paris.Durante el viaje, sin
proponermelo, comparti el camarote con unos alemanes que sin ser descorteses, casi podria decir que me ignoraron.
Pasaban aburridas las horas y quise calentarme con una taza de café.Fuí al salon comedor.Noté en el ambiente cierto
nerviosimo ;Desde la cocina una radio portatil convocaba la atencion de los mozos.Me atendieron rapidamente para
volver a la labor de atenta escucha.No repare demasiado en el hecho ya que tenia presente el servicio que nos habian
propinado durante el viaje de egresados a Bariloche.Comparado con aquellos, los mozos españoles eran de primera
categoria. Mantuve mi atencion dispersa hasta el momento en que entraron al salon comedor dos pasajeros hablando
excitados en un castellano tipicamente español.Uno le comentaba a otro -...¡hombre!...la gente estaba
acojonadisma...una cosa increible- -¿Acojonadisima?, pensé.Me parecia un termino no muy educado. Sonaba como
apesadumbradisima, o preocupadisima.¿Que habria pasado?.Seguramente un terremoto o algo asi.Llegamos a Irun,
nuevamente, y el tramite aduanero para salir de España fué excepcionalmente riguroso.Me hicieron abrir mi equipaje,
controlaron minuciosamente el pasaporte.Finalizado el tramite conmigo, concentraron la atencion en otros
españoles.Aborde la combinacion del lado frances sospechando algun atentado terrorista o algo parecido.Al llega a Paris
horas más tarde me entere del porque del alboroto.En la portada de todos los diarios aparecia la foto de un militar de
bigotes, con un extraño sombrero en la cabeza y esgrimiendo una pistola.En el epigrafe la unica palabra que conocia con
certeza era "Coup d'etat".Tejero, el apellido del militar.

Se terminaba el invierno europeo, y con el, mi viaje.Los primeros dias de Marzo me encontraron nuevamente en Madrid
preparandome para el regreso. Agoté mis ultimos dolares en "El corte ingles", tratando de balancear correctamente la
calidad y cantidad de presentes, para evitar celos familiares.Susana habia regresado a la Argentina a fines de febrero y
tenia muchos deseos de reencontrarme con ella.Mientras acomodaba con lentitud los regalos me preguntaba cuando
volveria a Europa.Habia tirado una cantidad importante de monedas en la Fontana del Tritone, en Roma. Era este,
decian, un artilugio seguro para volver. Fuí a la sala de espera del albergue, a llenar las horas que faltaban para el
vuelo.Apretado como estaba de dinero, me parecio el lugar mas economico. Revisando entre una pila de revistas
descubrí un ejemplar del diario "Clarin", hecho casi habitual con tantos argentinos yendo y
viniendo.Sorprendentemente, era del dia anterior.Más sorprendente aun fue encontrar en la seccion deportes una
extensa nota sobre el "duelo" entre dos nadadoras en el campeonato Argentino de la especialidad. Una era petisa,
cordobesa y con temperamento.La otra, alta, porteña y más cerebral.Con ambas, algun saludo habia intercambiado en
su momento.¿Era este un mensaje de los dioses del olimpo?¿Porque mi primer contacto con la realidad argentina se
plasmaba en una noticia de natacion? Para evitar los controles de aduana, viaje a Santiago de Chile. De ahi a
aeroparque, donde la vigilancia era menos estricta.Con mi mejor cara de ingenuo, la mochila y un bolso, pasé una
filmadora, whisky y otros trofeos turisticos.Siempre era una victoria moral burlar a algun uniforme.Tomé un taxi y llegue
a casa cerca de las nueve de la noche. El recibimiento fue emocionante.Myriam se abalanzo corriendo hacia la puerta,
me abrazo y volvio corriendo más rapido aun al televisor.Papá y mamá, sin levantarse del sillon me saludaron a gritos -
¡Llegaste!¡Vení pronto que esta "Polemica en el bar"!- Tuve que aguardar al corte comercial para el saludo
formal.Siempre que cuento esto papá dice que exagero, pero fué asi.

Iniciado el curso lectivo 1981 tomé una actitud ligeramente distinta en la facultad.Debido al regimen de correlatividades
podia cursar solamente dos materias, de modo que tenia suficiente tiempo disponible para otras actividades.Empece a
tomar los trabajos que los dibujantes de mi padre por alguna causa no podian hacer.Ademas, continue con mi trabajo
en River, pero ya como ayudante de la entrenadora del equipo.Me fascino descubrir que podia perpetuarme en la
natacion;el deterioro fisico, la presion mental por mejorar mis marcas podian en el futuro ser evitados.Mis pupilos,
cualesquiera que fueran, serian los encargados de borrar mi frustracion por no haber llegado a campeon. El noviazgo
con Susana mejoraba sensiblemente.Estabamos los dos empeñados en una tarea comun, estudiabamos y trabajabamos
al mismo nivel de esfuerzo.Mi madre estaba encantada con ella. Decia que yo, mas que un diamante en bruto, era un
bruto a secas y Susana se encargaba de pulirme. La version inversa de Pigmalion. Dentro de ese plan cultural llevado a
cabo por mi novia y que incluia lecturas recomendadas, conciertos y visitas a galerias de arte no podia estar ausente el
teatro. Un viernes me anuncio lo planificado para el dia siguiente.

-Mañana vamos al San Martin a ver una obra de Beckett.-


La miré confundido y pregunté
-¿Y desde cuando exhiben cuadros ahi?-
Con la paciencia que tienen las docentes con un primer grado "lento"
me aclaró.
-No, mi pequeño troglodita. Beckett es un dramaturgo...
¿sabes lo que es un dramaturgo, no?-
Timidamente inquirí
-¿Una persona que se hace mucha mala sangre?-
Que su paciencia habia llegado al limite quedo demostrado en un cariñoso
cachetazo.
-Gracioso...Nos esperan a las 7 en la puerta-
-¿Como que nos esperan?¿Quienes?-
-¿No te dije?...Clarisa y el novio...-
La sociabilidad no era precisamente uno de mis fuertes.A esa tal Clarisa la habia visto media docena de veces en mi
vida.Al novio, en cambio, nunca.Seguro que en su condicion de estudiante de Fisica seria aburridisimo.Paciencia, me
dije. Al día siguiente, mientras esperabamos en la puerta del teatro, Susana se esforzaba en persuadirme de que la iba a
pasar bien. Puntualmente a las siete, llegaron Clarisa y el novio. La saludé y cuando ella empezaba a presentarme a su
prometido, el y yo nos quedamos de una pieza. Resulto ser ese argentino que me habia ayudado a cruzar la frontera
francesa. Hasta que entramos en la sala ignoramos a nuestras respectivas novias y conversamos animadamente de la
experiencia europea. Una vez acomodado en mi butaca caí en la cuenta que ni siquiera sabia el nombre de la obra a
representar.Le pedi el programa a Susana y rapidamente me interiorice de la intencionalidad del autor. "Esperando a
Godot" ya desde su nombre insinua la esperanza humana en el devenir.Oculto en ese nombre aparece la palabra "God",
dios, en ingles.Las primeras palabras dichas por uno de los personajes son una pregunta "¿Seguro que era aqui la
cita?".A lo largo de toda la pieza interrogantes sin respuesta enfatizan la incertidumbre de la condicion del hombre, la
ansiedad por el mañana, que nos esperara cuando ingresemos a la oscuridad sin fin.Quizas si Dios este del otro lado, la
luz pueda guiar hacia la verdad. Aparecen y desaparecen personajes extraños, cada uno haciendo su aporte, pero
ninguno es Godot. Termina como empezó, esperando que mañana acuda a la cita. Mis acompañantes disfrutaron del
trabajo de los actores.A mi, en cambio, me movilizo el mensaje de esperanza e incertidumbre.En la vida habia que
aprender a esperar, quizas en el futuro fueran las circunstancias más favorables para encontrar la verdad.

Desde hacia unos meses teniamos un nuevo Presidente, pero no un cambio en la situacion de los derechos
humanos.Corrian rumores entre los parientes de los desaparecidos.Mucha gente habia sido liberada con la condicion de
marcharse del pais, al menos hasta que las instituciones hubieran recuperado su tradicion democratica.De algunos se
decian que estaban en Europa, tratando de reconstruir su vida.De otros, que recibian instruccion militar en Cuba y
participaban de luchas por la liberacion en Angola u otro pais Africano.¿En que grupo se incluiria a Mariel? Si habia sido
liberada ¿porque no mandaba una carta o hacia un llamado telefonico? Quizas para no comprometernos.O tal vez
siguiera detenida, vaya a saber donde.Me acordaba de esos artesanos argentinos que habia visto en Firenze, en el Ponte
Vecchio.Cuando me identificaron como argentino se habian puesto tensos, como si yo fuera sospechoso de pertenecer
al proceso.Quizas ella estuviera llevando una vida similar y se avergonzara de lo que habia pasado.Pero ¿que le costaria
enviar una postal minima diciendo "estoy bien"?

Lentamente, el idilio entre ingenieria y mi vocacion empezo a deteriorarse.Los alentadores resultados que habia
obtenido despues de mi reincorporacion empezaban a escasear.Los parciales aplazados superaban a los aprobados.Me
di cuenta que en realidad las ciencias exactas no eran mi fuerte.Queria ser bueno en algo, pero ya estaba seguro que no
lo conseguiria por el lado de los numeros.En octubre de ese año decidi dejar de estudiar.Otra minicrisis familiar, aunque
no tan extensa ni profunda como la anterior.Papá, resignado a medias, pregunto -¿Y que pensas hacer?- -Dedicarme a
mi carrera de entrenador.- Llegó el verano de 1982.Trabajaba entrenando en River y como dibujante con mi padre.Al
terminar la temporada viaje unos dias a Bahia Blanca a compartirlos con Susana.Ya eran varias las visitas hechas a su
ciudad natal.Con los humildes ahorros que habia logrado empecé a pagar un terreno.No se habia hablado
concretamente de matrimonio, pero se podia ir haciendo algo al respecto.

Nuestro inconciente colectivo tiene fresco el 2 de abril .

Tambien en casa festejamos la recuperacion de nuestras Malvinas. Durante los primeros dias del conflicto estabamos
totalmente de acuerdo con la decision.Nos dolia admitirlo, pero reconociamos el coraje de los que en la tundra
malvinense esperaban el embate de la Task Force.Si esa entereza que demostraban en los primeros escarceos la
hubieran puesto de manifiesto durante la llamada guerra sucia, posiblemente Marielina estaria con nosotros.No
pudimos sustraernos a la manipulacion informativa.Seguimos ganando, nos engañaban los medios y queriamos mas
victorias. Empezamos a considerar que el resultado de la contienda, indudablemente a favor nuestro, le daria a los
militares cierto oxigeno politico para que entregaran el gobierno con honor y liberaran a todos los detenidos-
desaparecidos.Con suerte en unas semanas más mi hermana volveria a casa.

God kill the queen!

El 14 de junio, dia de la caida de Puerto Argentino, volvimos a la realidad.Empezaron a llegar las fotos de nuestros
conscriptos muertos, el cementerio de Darwin, los casos de pie de trinchera fruto de la negligencia de algunos
suboficiales.¿Como nos pudieron haber manejado de esa manera?. Destituyeron a Galtieri y asumio Bignone.Pasaron
algunas semanas y se empezo a hablar de elecciones. Por primera vez desde el secuestro habia una fecha concreta para
la definicion en el asunto desaparecidos. Desde ninguna esfera oficial se habia dicho que antes de entregar el Gobierno
a alguien elegido democraticamente, entregarian a los sobrevivientes.Pero, ovbiamente, al instante de asumir y con el
control de las carceles sabriamos a ciencia cierta donde habian "guardado" a Mariel durante tantos años.Al mismo
tiempo, vacilabamos ante una alternativa dificil de rechazar de plano.¿Y si no se encontraba en ninguna carcel? De una
forma o de otra, el irrefrenable retorno de la democracia insuflaba nuevas esperanzas a nuestra familia.

Desde que Alejandro habia dejado de nadar, a fines de 1978, nuestra amistad no habia disminuido un apice.La evolucion
comun de la adolecencia tardia hacia las incipientes responsabilidades de adulto, habia afianzado nuestros
lazos.Inclusive nuestras respectivas novias, sin llegar a ser amigas, hacian buenas migas. Una de esas reuniones del
grupo parroquial se hacia en la casa de el y, por supuesto, fui con Susana. Tambien el grupo habia evolucionado y la
mayoria de los asistentes estaba en pareja.Las discusiones teologicas se habian tornado politicas.A Susana este tipo de
batallas dialecticas no la entusiasmaban mucho, por lo que nos manteniamos en un sillon alejados del corrillo y trazando
informalmente proyectos comunes. La hermana de Alejandro, solicita y un poco olvidadiza con los nombres, se acerco
con una bandeja repleta de sandwichs. Parada frente a nosotros, ofrecio su carga.

-Miguel, Marta...¿un sandwich?-


Como si se hubiera invocado un demonio femenino,Susana abandonó un instante
la mitad anglosajona y adoptó una postura mas acorde con su apellido paterno. Bufó conteniendose.
-Susana,no Marta...y no tengo hambre-
Estela soltó una risita nerviosa y empeoró la situación
-¡Ay!...no se porque te digo Marta-
Hasta ese momento pensaba que Alejandro exageraba respecto de su hermana.Luego de ese convite modifique mi
punto de vista. Una vez que mi novia volvio a una actitud acorde con su femeneidad, retomamos el dialogo.
Hablabamos acerca de sus planes luego de terminar el traductorado de Ingles.

-Cuando lo termine me gustaría hacer un post grado, no se, un master


en interprete simultaneo...no hay muchos interpretes en la Argentina...-
-¿Y donde lo harias, en la UBA o en la UCA?-
-¡No, aca no hay¡.Tendria que ir a los Estados Unidos-
-¿Y cuanto dura eso?-
-Dos años-
Di un respingo y exclamé
-¡Dos años!...¿y nosotros?-
-Bueno...hay que sacrificarse un poco en la vida ¿no?-
Pense "¿sabes lo que es dos años sin ver a mi novia?" ¿donde habia escuchado esa frase? Me quede lastimado en
silencio.Algo no me gustaba.Reprimi cualquier avance en mis deducciones y repliqué en venganza.
-Esta bien, pero si me sale algun trabajo en el extranjero como
entrenador yo tambien tengo derecho a ir.-
Lo pensó y admitió
-Lo que es justo, es justo.-

Capitulo 9

En agosto de 1982, luego de esa reunion en la casa de Alejandro, me habia cuestionado nuevamente si era feliz con lo
que estaba haciendo.Cuando di por concluida la etapa de mis estudios universitarios, habia logrado cierta
descompresion sicologica al liberarme de esa forzada carga vocacional. El hecho de haberme enfrentado a la
disconformidad paterna habia sido duro, pero inevitable para continuar el camino hacia el libre albedrio.Luego de esa
meseta laboral sin mayores cuestionamientos existenciales, llegaba a un nuevo periodo de turbulencias
personales.¿Que seria de mi vida?.No queria pasar mi juventud y madurez como oscuro ayudante en un club que nunca
habia tenido entre sus prioridades a la natacion amateur.De la misma manera, llegar a mi adultez inclinado sobre un
tablero de dibujo, no estaba entre mis principales objetivos. Susana daba por sentado que iba a continuar su maestria
en el exterior.Yo sentia que ella, con esa actitud, en cierta forma me relegaba de sus proyectos. Empezé a fantasear con
la idea de trabajar como ayudante en algun club de Estados Unidos, en esos tiempos sinonimo de hegemonia mundial
en la natacion.

Algunas cosas no suceden por casualidad.Creo que es Ernesto Sabato el que dice que coincidencia es el seudonimo
utilizado por Dios cuando quiere que las cosas ocurran. Estaba en uno de esos torneos de invierno, donde las pruebas
transcurren exasperantemente lentas y uno tiene que aguardar que sus pupilos corran al final.Pensaba en que distinta
podia ser la espera si el torneo fuera en Paris o Hamburgo.Se acercó un entrenador, tambien ex-nadador y en alguna
ocasion compañero de seleccionado de mi novia.Me entregó una fotocopia diciendo. -Te doy esto, pero no le digas a
Susana que te lo di yo, porque me mata- -¿Que es?- -Una carta que llegó a la Confederacion Argentina de natacion.Es de
un club de Perú que esta buscando entrenador- Incredulo, tome el papel pensando como podia ser posible tanta
coincidencia. Me extrañó la falta de atraccion que tenia el pedido para el. -¿Y vos no vas a escribir alla?- -No, no me
interesa.En diciembre me recibo de odontologo y quiero empezar a trabajar con mi padre, asi que aprovechalo vos- Lei
avidamente los detalles y guarde con esmero mi salvacion. Llegue a casa.Susana, casi una habitante más, me abrio la
puerta.La llame aparte y le mostré la nota.Era eso todavia un secreto de los dos.La leyo con cuidado y movio la cabeza
con gesto afirmativo.Pensativamente dijo -No sera un pedido para el equipo olimpico americano, pero es algo mejor
que River ¿no?-

Tuve que esperar a que terminara el fin de semana para conectarme con algun dirigente. El lunes a la tarde fui a la
oficina de la Confederacion Argentina de natacion, en la calle Florida al 300.Con mucho tacto, el ingeniero Ordiz me
puso la mano en el hombro y aconsejó

-Mirá, Corsi, yo se que vas a ser bueno como entrenador,pero el Club


de Regatas Lima es muy bacan...es gente de guita.
Quieren alguien con antecedentes...si queres yo les doy tus datos
pero no creo que agarren viaje...-
Notó mi desazon.

-Se como te sentis, mi pibe tiene tu edad y tambien se muere


de hambre como entrenador, siempre esta buscando trabajo y ahi esta...-
Se me ocurrio que tal vez el ingeniero Corsi tambien estaria preocupado por el futuro economico de su hijo, pero vaya a
saber que bloqueo afectivo le impedia decirlo. Se rascó la nuca pensativo

-Ahora...si lo que vos queres es rajarte de Buenos Aires,


habria cierta posibilidad dentro de la Argentina...-
-¿En serio? ¿donde?-
-En Rio Negro, en Villa Regina...¿sabes donde queda?-
Recordé que ese era el pueblito de la amiga de Susana.Ignoraba que habia
natacion ahi.
-Si ya se donde queda, lo vi en un mapa.No sabia que tenian pileta
cubierta-
-No, no tienen.Hacen natacion de verano, pero estaban por
cubrir una...¿Te interesa?-
Di mi consentimiento y volvi a casa con el numero telefonico al cual llamar.Trague saliva, pensando que quizas se
concretase esa posibilidad.Realmente yo no me entendia.Habia deseado irme a Norteamerica y cuando existia una
posibilidad de instalarme a solamente mil kilometros de Buenos Aires me asustaba. ¿Solamente mil kilometros?...eso
era mas lejos que Bahia Blanca. Imitando a los servicios de inteligencia, coloque el grabador al lado del telefono para no
perderme ni una palabra de la comunicacion.Di vueltas, acomodando papeles para anotar las cifras a pedir y asentar las
posibles contraofertas.El fenomeno de la prelargada volcaba adrenalina al torrente sanguineo. Inconcientemente deseé
que las lineas estuvieran saturadas para que la comunicacion no se concretara.A despecho de mis contradicciones en el
primer intento ya consegui comunicacion y, ademas, atendio la persona con la cual tenia que hablar.Puse el grabador en
marcha. Me presenté y en menos de tres minutos pactamos que el siguiente fin de semana viajaba a Villa Regina a
hablar con mas profundidad.Para garantizar la seriedad de su interes me pagaban el pasaje y la estadia.Colgue el
telefono y detuve la grabacion.Estaba exitadisimo, habia sido más facil de lo que pensaba ;y ni siquiera habia
tartamudeado. Rebobine la cinta para confirmar la cifra inicial dada por mi interlocutor.No habia tenido en cuenta que
los escucha conectan el microfono al auricular; lo unico registrado fue mi voz. A la noche, antes de cenar, di la noticia
acerca de la nueva perspectiva de trabajo.

-¿Irte?, ¿por que?-

Sobre tener dificultades para entenderme a mi mismo tambien me costo interpretar la reaccion inicial de mis
padres.Habia dado por seguro su aprobacion y beneplacito, considerando sus frecuentes pedidos de mayor madurez e
independencia y ahora, como si yo hubiese planteado algo tragico, sus primeros comentarios no fueron tan entusiastas
que hubiera deseado como para llevar adelante el cambio. Durante la comida la ansiedad de ellos fué decayendo hasta
que, al llegar el momento del postre, concluyeron que lo mejor seria esperar mi retorno para evaluar si las perspectivas
eran tan promisorias como parecian.

El sabado 28 de agosto subi al micro preguntandome quien me mandaba hacer eso.En el nido paterno estaba comodo,
quizas un poco insatisfecho, era verdad, pero sin grandes sobresaltos.¿Que queria probar, entonces?. Viajamos toda la
noche y a media mañana del domingo aun faltaba un largo trecho para llegar a destino.La fertil geografia de la pampa
humeda se iba aproximando a la impresion inicial que tuvo Carlos Darwin "esta tierra está maldita".Soledades cada vez
más inhospitas, villorrios tristes, palidos de polvo y de frio....¡Dios! ¿esto es la Patagonia?.

Cuando llegué a Villa Regina averigué donde estaba el club y fui alli. Era mediodia estaban dando cuenta de una
tallarinada, en alta voz confirmando el origen italico de la colonia. Desde el momento en que comence la charla con la
gente del area de natacion, tuve la certeza de que me los habia puesto en el bolsillo .Esto me provocó dos sensaciones
encontradas; aumentaba mi seguridad de ser contratado y al mismo tiempo, me preguntaba si resistiria abandonar todo
lo que yo conocia, todo lo que me brindaba Buenos Aires. El domingo a la noche volvi a la Capital con la promesa de los
dirigentes de responderme dentro de los siguientes quince dias. Si cuando habia pedido la reincorporacion en la
Facultad habia estado ansioso, esos dias previos a la respuesta fueron desgastantes .Agregado a la ansiedad por la
respuesta, tenia que luchar para rebatir los argumentos afectivos que empleaba mi padre para evitar mi partida.
Trataba de disuadirme preguntandome.

-¿Y porque te vas a ir? ¿no estas comodo acá?-


-No, viejo...siento que en River no puedo crecer como
entrenador, ademas que es poco dinero...-
-Pero si es por el dinero podemos encarar algo juntos,
en la parte de construcciones o refacciones de casas...y si es por natacion,
no se...quizas podes conseguir algun otro club...fijate que el primer
contacto que hiciste ya les caiste bien...¿porque no lo pensas mejor
y te quedas con nosotros?-
Yo sabia lo que queria decir, aunque quizas el no se daba cuenta.

-"...primero Mariel, ahora vos..."-

Esa invocacion tragica, no pronunciada pero intuible, se convertia en un lastre que me impedia juzgar objetivamente si
mi decisión era acertada o no .Asi como yo tendria que haber dejado de nadar cuando el me lo habia pedido, quizas
estuviera otra vez en lo cierto.Pero tambien existia la posibilidad de que no me llamaran y me veria excusado de infligir
una nueva perdida a mi familia. Mamá asumio esos dias una actitud diferente a la de papá
-Yo pienso distinto que tu padre-

Cuando ella usaba la palabra "padre" en vez de "papá", significaba que el tema era serio. -Me parece que desde que
dejaste la facultad, y te repito que fue por culpa tuya porque no te gusta estudiar, estas más maduro pero te falta.A mi
ya me lo dijo la maestra tuya de quinto, que cuando encuentres algo que te guste le vas a dedicar todo el dia.Y a vos te
gusta entrenar...te vamos a extrañar pero va a ser lo mejor para vos-

-Pará, pará que todavia no me contestaron-

-Pero vas a ver que te van a llamar.Yo rezo todas las noches por ustedes cuatro y cuando rezo por vos le pido a Santa
Rita que te otorge ese trabajo...ademas vos sos muy buen chico y seguro que se dieron cuenta de eso-

-Vieja, tu objetividad me fascina-

A mediados de septiembre me contestaron favorablemente.Esperaban mi llegada para despues del veinte. Me senté en
el sillón del comedor, el mismo en el cual nos habian sentado la noche del operativo.Era mediodia. Miré hacia la puerta
de calle y la recorde nocturna y abierta de par en par.

-Ya está-

¿Que ocurrio con Mariel despues de cruzar por ultima vez el dintel esa puerta? Una llamada telefonica y algunas noticias
vagas y contradictorias, luego el silencio. Tenia casi diez dias por delante para hablar cosas nunca charladas y llenar mi
bolso de nostalgias porteñas. Inventando alguna compra, deambulé por la calle Corrientes.Me iba y a la ciudad no le
importaba. "En Buenos Aires no hay habitantes sino supervivientes" y con mi partida uno menos.¿Nadie me iba a echar
de menos? ¿Y mi novia, que decia a todo eso? Con raciocino estadounidense me tranquilizó.

-Decime, ¿vos no querias irte? entonces, ¿porque tanto bajon animico?.


Te pusiste una meta y la conseguiste ¿que mas queres?-
Las situaciones se repetian en mi vida, aunque con variantes.
Volvi a preguntar
-¿Y nosotros? ¿seguimos siendo novios?-
-Pero por supuesto que si-
Seguí esos dias seleccionando la bibliografia deportiva a llevar.Grabe de la radio la mayor cantidad de canciones
posibles, como si la musica pudiera protejerme del desamparo.En ese tiempo empezaban a sonar nuevamente temas
durante muchos años censurados.Musicos que habian figurado en listas siempre desmentidas, comenzaban a sacudir la
somnolencia impuesta por el Proceso.

El 21 de septiembre a la tarde salimos de casa a tomar el micro.Eché una ultima mirada a lo que habia sido mi
cuarto.¿Porque tanto miedo, porque tanta tristeza? En un gesto inutil, cerré la puerta de la habitacion y dije en voz alta

-Quedate tranquilo que no te va a pasar nada-

Fui a la terraza a despedirme de la perra. Mientras mis dedos se impregaban de olor canino, la acaricié detras de las
orejas.Se la habian regalado a Mariel y Pirata ni siquiera la extrañaba.¿Me extrañaria a mi?.Crei recordar que Ulises
estuvo veinte años fuera de su patria. Cuando finalmente regresó del exilio, unicamente su perro lo reconoció.Ojalá que
la perra estuviera viva cuando mi hermana regresara.

La despedida desde la estacion fué todo lo lacrimosa que puede esperarse en esas ocasiones.La unica que conservo la
calma, Susana, me repetió varias veces que habia estado acertado con mi decision. Los dos primeros dias en mi nuevo
destino se pasaron de reunion en reunion, declaraciones en la radio local y primeros entrenamientos con los escasos
nadadores.Debiamos desplazarnos 50 kilometros hasta la pileta cubierta más cercana.Las dos primeras noches dormí en
un hotel a la espera de la habilitacion de la casa asignada para mi.En la soledad de la impersonal habitacion y fuera de la
euforia que demostraban mis nuevos nadadores, flaquee en mis convicciones.Queria averiguar de inmediato si mi
eleccion habia sido tan sabia como lo habia asegurado mi entonces distante novia. Me acomodaron en la casa, que con
sus tres ambientes demostro ser excesivamente grande para mis bienes.La primera semana no cené ni una vez
solo.Pareceria que todas las familias de natacion se hubieran puesto de acuerdo y alternaban las invitaciones una noche
cada una.No supe si porque trascendio mi capacidad estomacal, o porque ya todos habian compartido la mesa con la
novedad en el pueblo, pero lo cierto fué que las invitaciones empezaron a escasear.Paulatinamente me fui adaptando a
la rutina.La luna de miel se estaba terminando. Hablaba regularmente a casa y trasmitia un optimismo a toda
prueba.Por una causa u otra paso casi todo octubre con los fines de semana ocupados;cuando no fué un torneo, fué un
entrenamiento, pero el hecho de estar siempre acompañado me mantenia alejado de cualquier monstruo mental.

Finalmente, un viernes a la noche y luego del entrenamiento me quedé solo en la casa.Hasta el lunes a la tarde no
tendria ningun compromiso, ni laboral ni social. Solo. Solo como un perro,diria la nonna. Pobre la nonna, ella si que
estaba sola.Desde la muerte del nonno no habia hecho otra cosa que lamentar su viudez.Nosotros jamas habiamos
podido mitigar su pena.Pena que, por otro lado, es parte de la ley de la vida.Nacer, crecer, dejar descendencia,
languidecer y morir. Preparé mi cena de soltero, arroz y salchichas.Terminé la comida y menos por pulcro que para
entretener la noche, lavé y seque los escasos utensillos.Afuera estaba helando.Me subi el cierre de la campera y
mientras el aliento dejaba su rastro de vapor en el ambiente, comprobé lo que puede hacer la falta de calefaccion. Sin
sueño, me acoste vestido en la cama.Me acurruque buscando la posicion fetal, de modo que la disipacion de calor fuera
menor.Cualquiera soporta lo soportable...¿tendria frio Marielina en su celda?.Si era cierto que habia campos de
concentracion en la Patagonia, los inviernos para ella deberian haber sido durisimos.Y pensar que yo estaba triste
porque extrañaba Buenos Aires.Tenia una ventaja que ella no podia aprovechar.Si la presion sicologica era muy grande,
podria decir "no juego más" y emprender el regreso.Igual que aquella lejana lesion en el hombro, que con el sencillo
tramite de suspender el entrenamiento desaparecia el dolor, podia volver y eliminar mi depresion.En cambio ella no
podia hacer desaparecer nada; en realidad, ella misma habia desaparecido. ¿Donde se ubica el dolor?¿Porque una
fractura duele y el dolor del parto se olvida al ver la criatura?. Mire el reloj fosforescente.Casi medianoche, la hora de las
brujas.La hora de los vampiros.Dracula, en realidad Dracul, heroe medieval en la lucha contra los turcos.Famoso por su
proclividad a empalar a sus enemigos.Otro monstruo mental.Me imagine, o traté de imaginar, el martirio de las
victimas.Una madera aguzada penetrando desde los intestinos, tratando de no afectar ningun organo vital para
prolongar la agonia .El extremo emergia por la parte superior de la espalda.¿Como el ser humano puede haber sido tan
cruel? Luche por no seguir con semejante asociacion libre. ¿Haber sido? ¿Acaso me olvidaba del horror
contemporaneo? Le pedi a Dios un deseo.Que viajara hacia atras en el tiempo, hasta el momento del desenlace.Que mi
hermana no haya muerto en la mesa de torturas.Por favor.Un solo balazo, uno solo y en la nuca.En un instante viva y de
rodillas.Al siguiente, presentandose ante El para ser juzgada. ¿Como habria muerto Marielina? ¿Habria muerto? No
soporte más esos juegos de mi mente. Me levante y me puse a tomar mate.Con una temperatura externa de varios
grados bajo cero, lentamente retome el control de mis angustias.Cerca de las cuatro pude volver a la cama con cierta
tranquilidad.

Me desperté a media mañana sabiendo que lo de la noche anterior habia sido solo el comienzo.A menos que hiciera
algo al respecto mis monstruos se iban a extender por todo mi interior, me iban a hacer la vida muy dificil. Abrí la
ventana y me encontre con el dilatado descampado de lo que seria, en un futuro impreciso, la cancha de futbol.Un
salitral salpicado de arbustos xerofilos, que el viento se encargaba de hacer rodar, me preparaba para otra sesion de
depresion.Aunque los pajonales del sudeste asiatico no tienen ninguna semejanza con la estepa patagonica, me vino a
la mente esa palabra pronunciada por Susana con entonacion americana, Viet-Nam.Los pobres conscriptos que habian
caminado con el agua hasta la cintura y a los cuales los "charlies", el vietcong, habian disparado y torturado, me hacian
recordar a mi hermana.Ellos habian sido enviados a una guerra equivocada en el lugar equivocado.Ella tambien habia
sido un "perejil", un dato estadistico más. Basta. Con acento de serie portorriqueña dije en voz alta. -Corre por tu vida,
chico- Me calcé las zapatillas y empece el terapeutico ejercicio.A mi no me vas a ganar.

A medida que empezaba a profundizar el trato con los dirigentes, fui comprobando una ley empirica de la natacion. En
Buenos Aires los que comandan la Federacion y los clubes son personas de clase media sin mucho poder de decisión en
sus trabajos y que quieren algun tipo de figuracion. En el interior, en cambio, los que estan al frente del deporte son
fuertes comerciantes, profesionales o empresarios. Una de las cosas que más me habian llamado la atencion era el
desinteres economico en la dirigencia. Todos querian hacer algo por la comunidad, por tratar de generar algun cambio
positivo, sin pedir nada más que la satisfaccion de trascender mediante obras.No existian diferencias partidarias,
peronistas y radicales trabajaban juntos como si la ideologia no fuera un obstaculo.Aunque, en realidad, era muy poco
lo que se podia hacer en politica. Quizas la militancia habia quedado disimulada en la actividad de las organizaciones
civiles, lo unico aceptado por aquel entonces. A nadie le habia confiado lo de Mariel.No terminaba de conocer la forma
de pensar de mi nuevo grupo y no queria malograr la relacion.

Una noche uno de los padres de mis nadadores me invito a cenar a la casa, ya que la familia habia salido de viaje por ese
fin de semana.Cocinó el hombre un asado memorable. Durante la comida, acompañada por un "vinito" abundante,
saltamos del tema natacion a los chismes del pueblo y ya despues hablabamos de cualquier cosa.Mi anfitrion me llevaba
media damajuana de ventaja y lucia alegre y verborragico.Me pregunto
-¿Asi que usted estuvo en Europa?-
-Si, en el '81...-
-¿Y...? ¿lindo?-
Le describi rapidamente mi impresion del viaje, alternando con los comentarios de los torneos de natacion que habia
presenciado.Mientras yo hablaba el movia la cabeza en gesto aprobatorio.Me detuve y espere que apurara otro trago
para escuchar su comentario.Dijo pensativo

-Yo,en cambio, estuve en Canada-


-¿Ah, si? ¿estuvo en Montreal?-
-No, no, estuve en Canada, en cana...-
Me miro fijamente esperando mi reaccion.Esa percepcion que habiamos desarrollado en mi familia, evidentemente el
tambien la tenia.No hubiera hecho, sino, semejante confesion.¿que actitud mia le habia hecho confiar?. Lo anime a que
continuara.

-¿En que año?-

-Del '76 al '78- Me quede en silencio. -...me levantaron en Viedma.Los chicos eran chiquitos.Me acuerdo que estabamos
almorzando y tocaron el timbre.Le dije a mi señora "Son ellos, traeme los documentos".Fue al dia siguiente del golpe,
como eramos gobierno yo sabia que me iban a ir a buscar.Me dieron vuelta la casa, buscando armas, papeles, cualquier
cosa.Me esposaron delante de mi familia.Me acuerdo que la nena tenia dos años y se puso a llorar; mi esposa la tuvo
que llevar al baño para que no viera lo que estaba pasando.Me subieron a un camion del ejercito y me tabicaron, me
pusieron una capucha.En el camion habia unos cuantos, todos esposados y tirados boca abajo.Hicieron algunas
detenciones más y empezo a andar.No sabiamos que nos llevaban a Bahia Blanca.En un momento el camion se paro y
bajaron a dos o tres.No se si los cambiaron de vehiculo, pero no volvieron a subir.-

Guardamos un silencio respetuoso y significativo.El alcohol tambien me habia aflojado los pruritos de seguridad. Clavé
la vista en el vaso y me solidaricé

-Yo tengo una hermana que esta desaparecida- La invocacion tragica lo puso en alerta, un alerta que seguramente era
recuerdo de sus compañeros, quizas compartiendo la misma suerte que Marielina. -¿Que era?- -De la JUP, la Juventud
Universitaria Peronista.-

Los vapores etilicos se esfumaron ante la seriedad del intercambio de informacion.Nos quedamos mucho tiempo
hablando sobre su detencion y sobre mi hermana.Muy tarde, no recuerdo la hora, me despedi y me fui.Camine
sintiendo que el dolor compartido es más facil de aceptar.Durante esa caminata, mientras escuchaba los ladridos de los
perros de las chacras, la sensacion de pena comulgada se fue trastocando en certeza de algo que nunca iba a volver.Me
habia sentido acompañado y comprendido en la angustia.Pero yo habia hablado con el y no con Mariel.Que distinto
seria si pudiera hablar con ella de sus años en prision.Seria tan distinto.

La primera semana de noviembre se empezo a notar la proximidad del verano.Los frutales preparaban su actividad ante
el estio inminente.Terminaba el ciclo lectivo y por las sesiones de gimnasia se acercaban nadadores que luego de haber
invernado alejados del deporte, querian retomarlo.Comenze a creer que mis bajones depresivos se alejarian
definitivamente.Desde mi llegada en septiembre, habia recibido dos cartas de Susana contra seis de mi
familia.Seguramente tenia mucho trabajo y le costaba encontrar tiempo libre para escribirme.En una de las charlas
telefonicas semanales con Buenos Aires, mamá me dio una agradable sorpresa:Vendrian a Regina para el 20 de ese
mes.Quizas viajara Susana con ellos. Espere ansiosamente ese fin de semana.Sin embargo cuando llego el coche me
pude alegrar solo parcialmente, ya que mi novia tenia una entrevista laboral en Bahia Blanca y le resulto imposible
acompañar a mis padres. Los pasee por toda la zona.Me sentia feliz al poder compartir la alegria de mi nueva vida y a
ellos se los veia orgullosos de que al hijo se lo apreciara en el pueblo.Todo fué armonioso hasta que el lunes a la mañana
preparaban las cosas para el regreso.Me llamo la atencion el cambio de humor de mamá.La noche anterior la habia visto
feliz, en cambio esa mañana estaba con una tristeza inocultable.Le pregunte a papá -¿Que le pasa a la vieja?...tiene una
cara de velorio...si se va asi me voy a poner muy mal yo tambien.El mes que viene voy a pasar el fin de año a casa, decile
que la corte que ya nos vamos a ver pronto...- Papa me escuchaba en silencio mientras acomodaba las valijas en el
baul.Miro en direccion a la casa para cerciorarse de que mamá no escuchara su comentario.Tratando de que la voz
sonara neutra me pregunto. -¿Sabes que dia es hoy?...veintidos...hoy se cumplen seis años que se la llevaron a
Mariel.Hace seis años se llevaban a una hija, hoy deja solo a otro hijo...- Chasquee la lengua contrariado conmigo mismo
por el olvido.Habia estado tan euforico por la visita que el aniversario fue borrado de mi mente.Quise relativizar la
perdida. -Pero pa, no es lo mismo.Yo no desapareci, estoy bien, tengo trabajo...- -Si ya sabemos que no es lo mismo,
gracias a Dios que no es lo mismo...pero no podemos dejar de pensar que antes eran cuatro los hijos que teniamos en
casa y hoy nos quedan solamente dos...- Iba a continuar con mis argumentaciones pero la voz de mamá me interrumpio.
-¡Aldo o Michel!...alguno que venga a ayudarme que esta muy pesada... A media mañana nos despedimos y me quedé
nuevamente solo. -No, me dije, adelantate a los bajones- Al rato, el ritmico ruido de mis pasos en el pavimento me
indicaba que la vida continuaba, al menos la mia.Hasta que no llegara el desenlace tenia que mantenerme integro
mentalmente.Recordé a un personaje de historieta, Boogie "el aceitoso".Siempre aconsejaba que para olvidar un dolor
hay que procurarse uno más grande. No sabia donde estaba mi hermana, pero si donde estaba mi novia.Sabia porque la
habian llevado a Marielina, pero no porque Susana no habia venido.El destino final de mi hermana se podia intuir
funesto...¿no estaba corriendo para evitar pensar? Eso era más grave de lo que creia.Antes correr era la unica solucion
para diluir los monstruos mentales.Sorpresivamente ese ambito privado comenzaba a ser invadido por las angustias que
creia no me podian dar alcance. Di la vuelta y emprendi el regreso.Incremente la velocidad, tratando de emplear menos
tiempo que a la ida.Quizas con esa motivacion podria disimular la tortura mental.¿Que es el infierno?.Estar sufriendo y
no poder evitarlo, ni siquiera muriendose.Por eso los torturadores vigilan los signos vitales, para evitar que se les escape
la victima mediante la estratagema de morir.Castigo eterno, para expiar los pecados cometidos en vida.Hitler deberia
estar toda la eternidad en la rotiseria.¿Y si habia sido simplemente un loco, sin real conciencia de sus actos? ¿Quien es
culpable en esta vida? Hasta lo que yo sabia, los enajenados son recluidos en pabellones psiquiatricos, no como castigo
sino para evitar que hagan daño a la sociedad, por más que crean que hacen un bien.¿Y mi hermana?¿No decia ella que
queria una sociedad mejor?¿Era culpable de algo? Llegue de vuelta a casa, mejorando el tiempo.Objetivo cumplido.¿Y
con eso que habia querido demostrar?¿En que habia ayudado a la sociedad mi hazaña personal?

Me bañe, almorce y me acosté.Faltaba bastante para ir al club.Di vueltas en la cama y me vino a la memoria un
interrogante largo tiempo olvidado.¿Donde lo habia escuchado?.Genta, Jordan Bruno Genta.Aquel profesor al que
habian asesinado y cuyo recordatorio, quizas, habia cambiado mi destino. Planteaba en esas clases insoportables de
filosofia: ¿Que es más importante, hacer el bien o no hacer el mal?.En su momento no entendi el significado.En ese
momento tampoco, pero intui que se podia aplicar al caso de mi hermana y mio.Yo no habia hecho el mal; ella,
pensando que hacia el bien, tal vez habria obrado en forma incorrecta.Dios juzgaria quien era más justo para ingresar al
reino de los cielos.Posiblemente yo habia pecado por omision al despreocuparme de las injusticias terrenas, pero no
habia hecho daño a nadie ¿o si?.En un instante recorde mis años de nadador, durante los cuales mentia mi situacion en
la facultad.No solo no habia hecho el bien, sino que habia cometido un acto imperdonable, felonia, en palabras de papá.
Estaba claro, entonces.Habia pecado y todos mis monstruos mentales no eran otra cosa que una forma de expiar mis
faltas.Mientras mi hermana se habia estado pudriendo en algun agujero abyecto, yo habia estado paseando mi acuatica
frivolidad de un extremo a otro del natatorio, confiando toda la busqueda a mis padres.¿Podria haber actuado
diferente? Ese era mi infierno, me lo tenia merecido. El pasado ya estaba.Lo unico que podia hacer entonces era
recomponer, en la medida de lo posible, tantos años tirados a la basura.Trataria de aceptar todas las depresiones con
cristiana resignacion y haria lo imposible por tener una conducta intachable.Unicamente ese seria el camino para volver
a la senda correcta.Trataria de no mentir mas en el futuro. ¿Seria capaz de alcanzar semejante paradigma?

Comenzo diciembre y se habilito la pileta .Los niños contentos de estar en el club todo el dia. Las madres más contentas
aun. Me empece a cocinar mañana y tarde al borde del natatorio.El equipo aumento en numero y mejoraba a ojos
vista.Se comenzo a contemplar la posibilidad de ganar el campeonato provincial.Todo volvia a estar bajo control.El unico
punto negro era la relacion con Susana.Las cartas que mandaba ella, eran pocas, neutras y breves.Me habia propuesto
no pensar en el fin de nuestro noviazgo.Directamente no lo soportaria.Buscaba razones para explicarme su
actitud.Demasiado era haber aceptado que tenia que sufrir la soledad de la casa como una cuenta pendiente.Tenia la
compañía de su recuerdo.Si el destino me quitaba ese motor, seguramente moriria de pena. Una mañana, corporizando
una agradable sorpresa, Susana se presento en la pileta.Una cosa totalmente inesperada.Me saludo muy dulcemente, y
volvi a tener mi vida feliz.O casi.Paso un fin de semana en la casa de su amiga y luego volvio a Bahia Blanca.Todo
perfecto. La Navidad la comparti con Susana y su familia en Bahia.Volvi a Regina y el fin de año fui a pasarlo a Buenos
Aires.Mi novia se quedo en su ciudad; tenia mucho trabajo me explicó. Volvi al que habia sido mi cuarto.Tres meses
desde la ultima vez que habia dormido en el, y sin embargo parecia mucho más tiempo.Acostado en la cama pasee la
mirada reencontrandome con mis recuerdos.Mi casa no era más mi casa.Esos objetos, irrelevantes algunos, ya no me
pertenecian.El fluir del tiempo tenia una sola direccion, hacia delante.Poco o nada podia hacer por impedirlo.¿Que
porvenir tendria allá en el sur?.¿Soportaria otro invierno?.

El 31 a la tarde Alejandro vino a saludarme.Se entusiasmó por los resultados deportivos que se perfilaban.Luego le
conte la parte dura de mi nueva vida.Mis dudas respecto a Susana, mis depresiones y sobre todo, el convencimiento de
que todas mis angustias eran el castigo merecido por mis deslealtades.Escucho el monologo con atencion.Finalmente,
asintiendo con la cabeza, subrayó. -Nunca vi un tipo tan imbecil- -¿Como?- -Ya esta, ya se sabe que estuviste mal en
mentirle a tus viejos.No podes seguir con esa historia toda la vida.Es como la confesion, una vez que salis del
confesionario y cumplis la penitencia que te dice el cura, lo que tenes que hacer es proposito de enmienda y nunca más
volver a hacerlo.- -...es que todavia no cumpli mi penitencia...- -No, no es asi...¿o te olvidas lo mal que te sentias por la
situacion?...en el pecado esta la penitencia.Lo que tenes que hacer ahora es tomar el trabajo con alegria y hacerlo lo
mejor que puedas.Esa es la forma que la iglesia quiere que se hagan las buenas obras, con amor.La otra, la del complejo
de culpa es del siglo pasado.No digo que estuviste diez puntos con la mentira, pero basta con eso...¿entendes?- Entendi
su mensaje a medias.Comprendi que un poco de culpa estaba bien, pero mucha podia ser nociva.Pero, ¿quien daba la
pauta de lo que era poco o mucho?

Volvi a Regina. Magicamente el pais, como habia sucedido una decada atras, tomaba las primeras bocanadas de aire
democratico.Leyendo los diarios y alguna de las pocas revistas de oposicion, aparecia cada vez más claro que, para
algunos, el barco de la impunidad y las prebendas empezaba a hacer agua.Volveriamos a elegir a nuestros
representantes.Pero faltando tanto tiempo hasta octubre no queria hacerme demasiadas ilusiones.Tal vez la fecha se
postergara o directamente se anulara el llamado a elecciones.Con la experiencia que teniamos en mi familia, no seria
esa la primera desilusion con que nos lastimara el gobierno castrense. Mis padres se habian ido a Mar de Ajo, donde era
dificil hablar por telefono .De modo que , a menos que hubiera alguna urgencia, habiamos postergado hasta fines de
febrero cualquier contacto por ese medio.A Susana la llamaba una vez por semana, con resultados erraticos.A veces se
alegraba de oir mi voz; otras, la suya se acercaba al cero absoluto. Tome conciencia de que la depresion no es propiedad
absoluta de los dias lluviosos y los lunes.Incluso en medio del vertigo del entrenamiento en pleno verano, tenia
capacidad para autoflagelarme.

No es bueno que el hombre este solo. El encuentro con Alejandro me habia ayudado a realizar un parentesis en mis
elucubraciones acerca del paradero de Mariel. Habiamos aguardado tantos años que, entonces, con la fecha de las
elecciones a la vista, parecia que la solucion seria inminente.Como en los ultimos metros de las pruebas de largo aliento,
lo más aconsejable era no pensar cuanto faltaba.Si se habia resistido hasta entonces, seria una pena desmayar tan cerca
de la meta.Hay que desconectar las sensaciones dolorosas, entretener la mente en cosas diferentes y aguardar a que el
cuerpo fisico arribe a destino.Facil y dificil a la vez. Sin embargo me sentia desdichadamente desamparado.El bullicioso
ambiente deportivo no podia suplir un vacio interno, que crecia cuando me encontraba solo. Sin poder decir
exactamente cuando, unos ojos color miel se empezaron a cruzar con los mios.Quise creer en coincidencias
recurrentes.Recorde que me habia prometido una conducta intachable.Todo fue inutil.La mejor manera de vencer a las
tentaciones es sucumbir a ellas.Ya desde el comienzo sabia que ese seria un amor imposible, sin embargo en la mejor de
las involuciones, volvi a pensar en el hoy, ignorando el devenir.Quede profundamente confundido.Otra vez habia
traicionado a un ser querido ¿Es que nunca cambiaria?.

A fines de enero, o principios de febrero, fuimos a un torneo en Cipolletti, a 100 km de Regina.En una de esas
maratonicas jornadas, cuando los espectadores empiezan a ralear de las tribunas, anunciaron por altoparlantes la
prueba siguiente. -...1500 libre...se disputan tres series...- Como si se hubiera dado una alarma antiaerea, el publico
emigró en masa a la confiteria; tres series equivalian a por lo menos una hora y cuarto de aburrimiento, por lo previsible
del resultado.En el natatorio quedamos los entrenadores, los cronometristas y algun que otro padre estoico. Con
resignacion, tome un diario y comenze la dilatada lectura.Un dirigente del club se sento al lado mio y compartia el
aburrimiento.Al dar vuelta una pagina, una noticia llamo mi atencion.Un grupo de las Madres de la Plaza de Mayo se
encontraba en Europa, haciendo conocer la realidad de la Argentina. El ocasional acompañante se granjeo mi desprecio
al comentar. -Que cosa esas madres ¿No?...si realmente tuvieran a sus hijos desaparecidos no andarian paseando por
ahi- Quizas por el enojo que llevaba conmigo mismo por mi infidelidad, o tal vez porque pensé que el peligro militar se
empezaba a alejar, abandone mi compostura y en el limite de la descortesia repliqué -Lo que pasa que cuando en un
pais no existe la justicia, el unico camino que queda es pedir ayuda afuera...y le puedo asegurar que hay mucha gente
desaparecida que esto tipos nunca reconocieron que secuestraron.- -Si, pero igual...la imagen que dan del pais afuera,
realmente...- Dudé si no me estaba queriendo sacar algo de lo de Mariel.Pero al verlo tan honestamente ignorante del
asunto, preferi dar vuelta la hoja y terminar el tema.Sin embargo el insistió. -Yo no se en Buenos Aires, de donde venis
vos, pero aca en el valle no se llevaron a nadie.A algun loquito lo detuvieron en La Plata, pero era comunista o algo asi.-
Frunci el ceño y pregunté -¿Esta es la primera serie, no?- -Si- -¿Me averigua, por favor, en que cancha van los nuestros?-
-Ahora vengo- Pobre infeliz, pensé.Si con ese truco elemental le corté la conversación, como no pretender que creyera
todo lo que diga el gobierno.

Se aproximaba el torneo y el fin de la temporada.En Regina la joven de los ojos color miel me preguntó -¿Y por mi, que
sentis?- Viaje un fin de semana a Bahia y crei encontrar la respuesta. Volvi y le dije -A vos te quiero, pero a Susana la
amo.- A pesar de una respuesta tan objetiva, fuimos a escuchar a un musico en gira por la region, Litto Nebbia.Me deje
invadir por el caracter romantico de las canciones.Como si fuera un observador desapasionado me pregunte que rol
estaba jugando, sentado ahi con una compañia no legitima.En dinamica de grupos nos aconsejaban hacer cambio de
roles para entender al otro.¿El rol de quien deberia tomar?.Alarmado, evalue por primera vez la posibilidad de que
Susana me quisiera pero no me amase.

El ultimo fin de semana de febrero ganamos el torneo, lo cual se constituyo en mi primer logro de importancia como
entrenador.Lo que no pude conseguir dentro del agua, lo alcanze fuera;ley de compensaciones.Me quede esa semana
en Regina, luego me tomaria todo marzo de vacaciones en Buenos Aires,junto a mi familia y a Susana.Pase por Bahia
para un torneo amistoso y el domingo a la noche viajamos con mi novia a la Capital.Cuando llegamos a Constitucion
Susana me dijo -¿Vamos a tomar un cafe?- Nos acomodamos en un bar al lado de la ventana.Mientras ella terminaba de
pasar algunas cosas de una valija a otra, me entretuve contando los mosaicos de la mesa;con dudoso gusto habian sido
distribuidos en ocho por lado, imitando un tablero de ajedrez. Empezo ella -Quiero que me escuches con atencion, pero
no te enojes por lo que te voy a decir- Me vino a la mente una apertura clasica, peon-cuatro-rey -¿Si?- -No se si estoy
tan segura de lo que siento por vos- Recorde el ultimo cafe con Marta y se me aflojaron las piernas. Improvise una
defensa -Si claro, te entiendo desde que me fui en septiembre nos vimos poco, pero me quedo todo el mes aqui, asi que
nos vamos a ver todos los dias...¿no?- -No, no me entendes...en realidad no estoy tan convencida de casarme con
vos...no se...ya no estoy enamorada- Terco, dispuesto a no dejar ir tan facilmente al amor de mi vida, no me amilané -
Mirá, Susana, yo tambien durante el verano dude si te queria o si te amaba, pero se que te amo...lo que te pasa es que
estuviste trabajando tan duro que apenas tuviste tiempo de pensar en mi...¿no?- Quedo en silencio, destrozando
minuciosamente una servilleta de papel.Me felicite por mi oratoria y capacidad de persuacion. -Miguel...pense que lo
ibas a entender más facilmente...no te quiero herir pero parece que no te das cuenta...esta vez va en serio...me quiero
casar con otro chico...- Jaque mate Nos despedimos en la vereda.Sentia ganas de gritar, de gritarle ¿porque a
mi?.Cualquier cosa menos eso.Otra mujer en mi vida que se iba, esa vez para siempre.Me beso con tristeza en la boca,
el beso mas amargo que nunca nadie me habia dado. Subi al colectivo con mi mochila, esa mochila que me habia
acompañado por todo Europa, en tiempos más felices.En el pecado esta la penitencia.Mi traicion estaba empezando a
ser saldada, pero que duro era.Asi como tres años antes abrigé alguna remota esperanza de recuperarla, y con un acto
mio pude hacerlo, en ese triste retorno a mi hogar tuve la absoluta certeza de que no solo no habia nada que hacer, sino
que tambien nunca más volveria a verla.Con Marielina todavia quedaba una esperanza para despues de las elecciones;
con mi ex-novia, rotulo apenas estrenado, era un asunto finiquitado. Desconecte mis pensamientos hasta llegar a
casa.Estaba a punto de romper a llorar y no queria hacerlo en publico.Me acorde de quien me aguardaba, inutilmente,
en Regina.Recorde ese espectaculo musical.Que bello puede ser el dolor cuando encontramos una poesia o una cancion
que refleje nuestro universo interno.Decia la letra "...en mi almanaque hay una fecha vacia, es la del dia que dijiste que
tenias que partir..." Toque el timbre de casa, mi verdadera casa.Queria algun hombro sincero en donde descargar mi
desamparo afectivo. La familia entera, los que quedaban, me recibió.

-Me largó Susana...-

Ahora si. A salvo de personas ajenas e indiferentes, mi dolor se hizo acuoso.

Capitulo 10

Otra vez marzo.Y volver a empezar. Hasta ese momento habia tenido un proyecto que involucraba a otra persona. De
buenas a primera me encontraba ante un descampado, oscuro e incierto, que debia cruzar a la carrera.Invierno sinuoso
y con derrumbes, solo ahi abajo...¿resistiria?. Mis nadadores en la Patagonia tendrian todo el mes de descanso, como
premio y como recuperacion sicologica luego del esfuerzo. En mi caso el esfuerzo estaba por venir.Debia atrincherarme
en mi integridad siquica, so pena de dejar inconclusa mi independencia. Hice una lista de las cosas que, de una forma u
otra, habia postergado u omitido por no contrariar a Susana.Ver cine, por ejemplo. A mi siempre me fascino; ella, en
cambio, se inclinaba por asistir a conciertos o funciones de ballet. Me puse al dia, entonces, con muchas de las peliculas
que hacia tiempo queria ver. Otra de las cosas que le provocaban escozor era la politica. Aprovechando la novisima y
acotada campaña electoral, analice declaraciones partidarias y me interiorice de las propuestas de la mayoria de los
partidos.Siguiendo la interna de los radicales, escuche en un acto a uno de los candidatos, el Dr. Raul Alfonsin. A
mediados de marzo, cuando aun restaban dos semanas para que volviera a Villa Regina, le conte a Alejandro mi reciente
entusiasmo filopolitico. Mientras hablabamos en la cocina de su casa, Estela, la hermana no resistio la tentacion de
meter baza.

-¿Fuiste a verlo a Alfonsin? ¿Te gustan los radicales? yo estoy afiliada al partido. Milito en "Lealtad y lucha".Apoyamos a
De la Rua.¿Porque no venis al Luna Park que va a hablar?.Dale, nos encontramos en el Obelisco.Te va a gustar.Con la
cana no hay problema porque esta autorizado.¿Venis?-

-¡Pará!- la interrumpio Alejandro -Dejalo pensar -


Yo la habia escuchado doblemente sorprendido.Por un lado siempre habia creido que el norte de la hermana de
Alejandro habia sido terminar con su solteria.Por el otro nunca nadie me habia hablado con la volubilidad de un relator
de futbol cuando hay peligro de gol. Nos encontramos en el gigantesco indice porteño.Previsoramente, yo habia
acudido a la cita calzado con zapatillas; nunca se sabe de donde vendra la Guardia de Infanteria.Un grupo de veinte
jovenes desplegaron banderas rojas y blancas.La consigna era marchar al estadio - donde iba a hablar el candidato -
desde diferentes puntos de la ciudad.Estela se acerco y me tranquilizo -No hace falta que vengas con el grupo, camina
un poco más atras- El acto estaba autorizado y era parte de la necesaria campaña politica.A despecho de esta licencia ,
una sensacion de aventura me golpeó en el estomago ; pense que lo mismo debio experimentar Marielina en alguna
pintada. Empezamos a caminar por Lavalle.Un bombo anunciaba el fin de un ciclo.Pasamos frente a la comisaria que
esta al 500 de esa calle.El grupo, sin llegar a detenerse, camino más lentamente y empezo a gritar

-Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar-

Me sumé al coro.Mientras gritaba con bronca y con miedo empece a entender porque diez años atras mi hermana se
sintio participe de la historia. Algunos policias salieron curiosos a ver quienes gritaban.Para nosotros era una situacion
novedosa, manifestar sin tener que huir ante la presencia de la policia.Para ellos, supuse, que unos pelilargos les
vociferaran en las narices y no hacer nada, tambien era algo inedito.La Argentina estaba cambiando. Luego del acto
Estela se fue con sus compañeros al comite, a evaluar los resultados, mientras que yo volvi a casa. Me sacudio haber
visto tanta gente reunida por una razon politica.Cuando me encontraba saltando en la tribuna del estadio al son de una
consigna ya olvidada, tome conciencia de que el sentido de pertenencia a un grupo no es cualidad exclusiva del deporte.

Terminaba mi descanso y se acercaba la fecha de regreso al valle. Sentimientos antagonicos luchaban por tener el
control de mi estado animico.Volvia a mi club con renombre.Volvia, tambien, a esa inhospita vivienda que nunca podria
llamar casa. Desde el punto de vista amoroso, estaba absolutamente desamparado. En otro campo, más tragico y más
terrible, a la salida de ese invierno aguardaba un final incierto.

Regrese a Villa Regina la primera semana de abril. Mi primer otoño patagonico. En mis extensos ratos libres, fruto de la
ausencia de pileta de invierno, gustaba de mirar por la ventana de la cocina;me sentia alguno de los personajes de las
peliculas recien vistas.Los alamos habian cambiado el profundo verde estival por una agradable combinacion de
ocres.Compare mis dos llegadas a la zona.La primera, llena de expectativas y planes idealistas, en la primavera. Todo por
delante, el futuro era mio. La otoñal, maduro realismo, sugeria que algo se acababa.Los arboles tarde o temprano
perderian las hojas, como carne corrompida. El esqueleto de las ramas se aletargaria esperando la resurreccion del
estio.Pero ya no seria el mismo arbol.Otra vida, pero nunca los arboles que yo habia conocido.

Me hice adicto a un ritual. Obsesionado por el film "Apocalipsis now", de Francis Ford Coppola, cuando me levantaba a
la mañana me apostaba en la ventana y miraba el descampado.Mate tras mate, recordaba las primeras imagenes, con
los helicopteros volando en camara lenta, recortandose sobre la jungla.La cancion de "The Doors" repitiendo " ...this is
the end...".Martin Sheen mirando por la ventana:"Saigon...shit, I'm still on in Saigon" This is the end. Este es el fin. ¿Cual
fin? ...¿Susana?...¿Marielina? Regina, todavia estoy en Regina...¿donde querria estar?

Se empezo a hablar de un pacto militar-sindical de inquietantes implicaciones.Faltaba mucho todavia para las elecciones
y el previsible triunfo peronista respaldado por el mentado acuerdo, no era propicio para pensamientos optimistas.Me
propuse no pensar. Algun jerarca de la iglesia sugirio un piadoso manto de olvido. Amar a Dios sobre todas las cosas. No
matar. No mentir. El gobierno militar decretó un engendro juridico llamado Ley de Olvido.Pretendia ignorar todos los
secuestros y desapariciones.En un gesto magnanimo aceptaba algunos excesos de los subordinados, nada más que eso.
Paulatinamente el otoño se transformo en invierno.Las noticias que durante años ni se habian sugerido siquiera, fueron
más y más extensas.Las organizaciones de derechos humanos exigian cada vez con más firmeza definiciones por los
ausentes forzados.El grado de cinismo de los que aun quedaban en el barco exasperaba a los que conociamos la
tragedia desde dentro.En agosto una palabra se incorporo al vocabulario descriptivo de esa etapa. N.N. No name. Sin
nombre para calificar la masacre.Mamá habia entregado hacia tiempo ya las radiografias maxilares de Marielina a Las
Madres de Plaza de Mayo.En el supuesto caso que hubiera sido asesinada, y su cadaver encontrado, las piezas dentales
ayudarian a la identificacion del cuerpo.Si, en cambio, habia sido arrojada al Rio de la Plata, dichas placas ocupaban un
fichero inutil. Tambien podria ser el caso que estuviera exilada, o que siguiera prisionera.Se comentaba que todavia
existian campos de concentracion y por eso los militares estaban en contacto con los peronistas para ultimar los detalles
de la entrega de los sobrevivientes.Por supuesto esa entrega no seria gratuita; algo a cambio los seguros ganadores de
los comicios deberian ofrecer. Nunca podria votar por ningun partido que convalidara semejante pasado.
Creo que separé en dos compartimentos perfectamente diferenciados ese ultimo tramo del gobierno militar.Durante el
dia era el entrenador exito, uno de los que más sabía de natación en toda la provincia. Al anochecer, compraba los
matutinos de capital que llegaban a esa hora y me recluia a analizar en detalle todo lo relacionado con desaparecidos,
NN, detenidos a disposicion del PEN.Los dias corrian, para bien o para mal;menos tiempo para las elecciones, menos
tiempo para las esperanzas.Mi muletilla, los dias previos, me empezo a fastidiar.No tenia la alegria de una competencia,
que lo peor que puede suceder es nadar lento.Tampoco la seriedad de ser aplazado recurrentemente en la facultad.Ni la
tristeza, aun no aceptada, de la ida de Susana. Mi hermana muerta. En medicina, como en amor, no digas ni siempre ni
nunca.Osvaldo,mi acido entrenador en el Ateneo, habia modificado el dicho reemplazando amor por natacion;la rima se
mantenia, pero el significado cambiaba radicalmente: los campeones no son para siempre, y los más lentos algun dia
dan la sorpresa.Quizas la incertidumbre del amor podia ser permutada por la incertidumbre de una ausencia.Quizas
algun dia, alla en Buenos Aires, una mujer de mediana edad con un rictus amargo en el rostro cruzaria lentamente Juan
B.Justo y dudaria un instante antes de oprimir el timbre.Seguramente seria de noche y al abrirse la puerta diria con voz
queda -Me soltaron- Nosotros llorariamos de alegria y diriamos que por un instante la creimos muerta.Habriamos
soñado que soñabamos una pesadilla y ese timbrazo nos habia rescatado del dolor.Seria tan distinto.

A mediados de agosto fuimos a un torneo de nivel nacional en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa.Tozudamente, habia
personas de la estructura que se derrumbaba que insistian en aparecer en publico.Toda mi carrera de nadador, cuando
participaba de algun torneo importante, encontraba a alguien uniformado.Me parecio irreal, aquel enero de 1978 con
militares en el palco oficial y ese invierno pampeano repitiendo lo mismo.Por suerte ya se sentia la primavera en el
aire.En el acto inagural se acerco aquel dirigente que habia estado en Canada.Me susurro al oido, en medio del discurso
de bienvenida. -Miguel, ¿ve aquel que esta sentado ahi, en la tercera silla?- -Si...que cara de pocos amigos que tiene...- -
¿Y cuando ha visto a un director de prision con buena cara?- ¿Hasta cuando los tendriamos que soportar?¿Se irian para
siempre o en algun recodo del camino nos asaltarian nuevamente? Ya que no teniamos pileta en la localidad, la forma
de mantener un estado fisico aceptable era mediante el trote y los ejercicios con pesas .Realmente me gustaba correr
con mis chicos; sus previsibles bromas de adolescente me recordaban mis dias en Ateneo.Corria con ellos y tambien
solo.Al hacerlo solitario era como una forma de meditacion.Subia a la altiplanicie y perdia nocion del tiempo.Cuando
habia viajado a Mar de Ajo para blanquear la situacion con mis padres me habia abandonado a la fuerza de las olas
.Corriendo por la estepa patagonica, sentia que era dueño de mis actos.Quizas una busqueda irracional, sin muchos
puntos de referencia.Correr, correr como loco.Todo monotono, hasta que en el retorno se veia el valle .Tenia entonces
una vision distinta, completa, simultanea de lo que pasaba ahi abajo.El sonido del pueblo llegaba perfectamente
audible. Dios,que todo lo ve y todo lo oye, sabria donde se encontraba Marielina.

El cinco de septiembre me preparaba para viajar a la capital para festejar con los mios mi cumpleaños.Pasé por la
secretaria del club a buscar el sueldo.Abria la puerta para irme cuando la empleada me detuvo -Hace un rato llego esto
para vos- Me entrego un telegrama.Mientras despegaba los extremos del papel me pregunte de quien podria ser.Lei el
mensaje -Feliz cumple.Te recuerdo bien.Besos.Susana.- -¡God! ¿sera posible?- Me senti confundido y esperanzado.Ella
habia dicho adios seis meses atras.¿Habria alguna esperanza? Tal vez lo habia pensado y se habia dado cuenta cuanto
significaba yo para ella.Tambien podria pasar que era solamente un saludo.Aunque tomarse la molestia de ir a la oficina
de correos, pensar y asi y todo mandar una señal significaba algo.Claro, me seguia queriendo y queria volver a
empezar.¿O no? Viaje practicamente sin poder dormir.Por favor que nos arreglemos.Me habia acostumbrado a estar sin
ella, habia pensado que ya pertenecia al pasado.Ese telegrama me habia dejado sin aliento.Las cosas del pasado, si no
tienen arreglo, es mejor no removerlas.Durante la noche mis pensamientos se burlaron de mis sentimientos. Al llegar a
Buenos Aires la llame por telefono.Me dijo algo asi como que un beso es solamente un beso;un saludo solamente
eso.Realmente enojado le dije que no queria saber nunca más nada de ella.Colgue el telefono ofuscado.¿Como habia
fantaseado con una reconciliacion?.La logica indicaba desde ese ultimo cafe en Constitucion que Susana pertenecia al
pasado.¿Porque me habia engañado?Conocia muchos casos de ruptura de noviazgos en las cuales ambas partes lo
daban como algo definitivamente superado.Sin embargo yo seguia repitiendo la misma actitud mental que tuve con
Marta y con la facultad; siempre pensar en que una solucion magica cambiaria la incertidumbre en felicidad. Volvi a Villa
Regina con un problema menos.Ya sabia que yo pertenecia al pasado, al menos para Susana.

Llegamos a octubre, mes de las elecciones.La noche del comicio, mientras las proyecciones indicaban un inesperado
triunfo de la Union Civica Radical, suspire aliviado.El pacto militar - sindical habia sido derrotado.Podiamos creer en
respuestas serias sobre los desaparecidos. El presidente electo escogio el 10 de diciembre, Dia Internacional de los
Derechos Humanos, para asumir el cargo.Se comentaba en las semanas previas que aun quedaban desaparecidos con
vida. Las circunstancias hicieron que el dia de la asuncion, mis padres estuvieran en Villa Regina. Disfrutamos viendo por
television la fiesta popular.Estabamos nuevamente en democracia. ¿Seria un retorno definitivo o un nuevo parentesis
entre dictaduras?. Las imagenes a color se me antojaron identicas a aquellas en blanco y negro del '73;ese 25 de Mayo
al asumir Hector J. Campora, presidente peronista, la multitud liberaba años de silencio gritandole a los militares "Se
van, se van y nunca volveran". Fallida expresion de deseos, refutada tres años más tarde con treinta mil voluntades
suprimidas.Quizas esa vez fuera para siempre.

Casi al finalizar diciembre, Alejandro cambió de estado civil. Para demostrar el grado de aprecio hacia mi, me eligió
como testigo de la ceremonia ante el juez de paz.La testigo femenina fue su hermana.Durante el brindis posterior
intercambie algunas frases comunes con Estela. -Mira vos.Soy mayor que tu hermano y aun sigo dando vueltas- -Y que,
yo tambien tengo mis años y aun no pierdo las esperanzas- Rimó esperanzas con amenazas, ante lo cual emprendí un
prudente repliegue tactico. Sin embargo al dia siguiente, luego de la ceremonia religiosa, me las ingenie para compartir
la mesa con ella. Me interrogué en que momento la hermana de Alejandro habia dejado de serlo y se habia convertido
simplemente en Estela. Nuevamente al borde de la pileta en Villa Regina, ocasionalmente pensaba en Estela. No
habiamos concretado nada pero nos habiamos descubierto mutuamente. De cualquier manera, separados mil
kilometros, no tenia mucha logica empezar y mucho menos mantener un noviazgo.

Ese primer verano democratico lo recuerdo abundante de exhumaciones y osarios atroces.Tanto verano, tanto verde
patagonico, y saber, sin embargo, que en algun lugar, seis pies de tierra contenian una tragedia; y nosotros sin poder
hallarlo. Dio la sensacion que la gente recien entonces otorgaba credito a lo repetido por Las Madres de Plaza de
Mayo.La tan denostada campaña antiargentina, demostro no ser tal.El "...en algo deberia andar..." se transformo en
"...no sabiamos que habia sido así..." Pateticamente, aquel dirigente que sacudia la cabeza preguntandose como Las
Madres podian pasear, ahora bramaba en contra de los militares.Repetia a quien quisiera oirlo, en una bravuconada
gratuita -Si a mi hija le hacen algo asi, yo salgo con una ametralladora y mato a cuanto uniforme se me cruce-

A fines de febrero, en un torneo a nivel nacional en Buenos Aires, una de mis dirigidas consiguio un segundo puesto.Pico
maximo, hasta ese momento, en mi carrera profesional.La gente de la provincia presente en el torneo compartió,
genuinamente, mi satisfaccion.Incluso un dirigente de Bahia Blanca se acercó. -Lo felicito- -Gracias- -Le dejo mi
telefono.Si tiene intenciones de cambiar de club, llameme- ¿Cambiar de club? ¿Y por que? Guarde la tarjeta suponiendo
una descortesia arrojarla al piso delante de el. Control, triunfo y desprecio.Aquel resultado, en vez de afianzar mi
vocacion como tecnico de natacion, fue el disparador de una serie de replanteos existenciales.Ya esta, me repetia.Habia
probado que era bueno como entrenador.Sabia como detectar talentos y acompañarlos a la cima...¿y despues
que?.Argumentos para persistir en el agon deportivo tenia de sobra.Desde el desarrollo individual, hasta el valor
sociologico de la actividad ludica para alejar a los jovenes de la calle, conocia al dedillo todas las razones.Pero no atinaba
a encontrar un motivo genuino que me autorizara a presionar a mis nadadores tan cerca del limite.Dolor,angustia,
agonia, terminos que los padeci en musculo propio sin pedir compasion, entonces empezaban a repugnarme
exigirlos.Por momentos el silbato y el cronometro se me antojaban elementos de tortura.¿Que derecho tenia yo sobre
el tiempo libre o la alegria de un adolecente como para acotarlos? Habia una cosa que no me terminaba de convencer
en este cambio de actitud.Cuando yo era nadador me entregaba gustoso a los rigores del entrenamiento, y mis
nadadores aparentemente tambien.¿Habria sido yo un idiota util de mi vanidad?.¿Y ellos? ¿Sabrian realmente,
genuinamente, el porque de tanto cansancio?.

Una de las primeras medidas que habia tomado el gobierno democratico al asumir en diciembre habia sido el
juzgamiento de las juntas militares y de los lideres terroristas, dos actores ubicados en los extremos de el espectro
politico, pero reponsables ambos de la violencia politica de la decada del '70. Para investigar el accionar represivo del
gobierno castrense se habia creado la Comision Nacional sobre Desaparicion de Personas.Se exhumaban tumbas N.N.
casi a diario, se visitaban lugares que habian funcionado como centros clandestinos de detencion.Decir ESMA, Club
Atletico, Automotores Orletti, El Olimpo, etc. es evocar espacios fisicos reales que aun hoy me hacen tragar saliva y
musitar un "pensar que fue cierto". Hablé de lugares. ¿Sera necesario recordar a los actores de reparto? Colores, El
turco Julian, Alfredo Astiz (a) Niño, Mayor Guastavino. Sin jactarnos, eran escenarios y personajes que conociamos
desde mucho antes del derrumbe del Proceso.Simplemente en esos dias eran presentados en sociedad. Ese marzo fue
distinto al del año anterior.Ya no habia incertidumbres.Analizabamos las noticias que daban los medios de
comunicacion masiva. Aclarabamos algun detalle puntual con informacion que traia mamá de Las Madres, referido a los
reconocimientos de lugares de detencion y a rastrear con mayor exactitud los posibles centros clandestinos donde
podia haber estado Mariel.Mama hizo su exposicion en la CONADEP.A medida que se cruzaban datos la siniestra palabra
"traslado" cobraba más peso.

Volvi a Villa Regina con tres temas diferentes.Natacion, un posible noviazgo con Estela y el ultimo -que me negaba a
aceptar- era cambiar el rotulo de desaparecida por otro definitivo. En abril profundice la amistad con un matrimonio,
que habia descubierto unos meses antes.El era medico y ella enfermera. Habian venido del litoral poco antes del golpe y
tenian dos hijos de 6 y 8 años.Si bien hace mucho de esto y al momento de escribir estas lineas aun los frecuento,
prefiero omitir los nombres. Ese pasado comun, años preteritos de incertidumbre y miedo, fue lo que nos acerco al
principio.Sin rencores, escuché que la hermana del medico habia sido liberada poco antes de las elecciones. Ningun
perejil: metida y bien metida. Militaba, junto con su pareja, en el Ejercito Revolucionario del Pueblo, el ERP. Pocos dias
despues del golpe, fuerzas regulares fueron a prenderlos.Resistieron a tiros el intento.Como resultado, su compañero
fue abatido y a ella un balazo de FAL le obsequió una reduccion de 7 cm en el femur.Fue juzgada y condenada a
prision.Ya en el '83 y en vista de su rehabilitacion social, etc. fue puesta en libertad. Ya esta. ¿Como que ya esta? ¿Y mi
hermana? Esa si que era un perejil, es más, el que habia salido con la escopeta habia sido yo.¿Como era la cosa acá? Por
supuesto que nunca se los dije.Quizas alguna vez lo tratamos y solo a titulo de ejemplo ilustrativo, de lo mal que se
habia hecho la represion en esta bendita tierra.

Empezó el entrenamiento invernal.Otra vez a correr y a mendigar que algun padre pusiera el vehiculo para nadar dos
veces por semana a 50 kilometros.Algo empezo a no gustarme.Al principio lo atribui a mi locura innata, pero luego,
algunos datos objetivos confirmaron mi fastidio.Con las instituciones democraticas funcionando a pleno, empezando
por el Congreso Nacional, pasando por la Legislatura provincial y terminando con el Consejo deliberante de Villa Regina,
toda la energia puesta en la natacion por los padres que me habian contratado, habia sido desviada a la actividad
partidaria o de gobierno.Solo habian quedado algunos pocos, cuyos hijos descollaban por encima de la media y
necesitaban un entrenamiento personalizado.Intentaron consolarme diciendo que todos los inviernos habia sido asi.No
me convencieron. A fines de abril, en una rapida incursion por Buenos Aires, termine de definir el tema Estela. O quizas
sea más apropiado decir,empecé con Estela. No pude contenerme y le repeti a Alejandro un viejo chiste referido al
tema. El, con la experiencia de un hombre que lleva cuatro meses de matrimonio sobre sus hombros, dijo -Realmente,
pase lo que pase entre ustedes, vas a seguir siendo mi amigo-

En la Patagonia el invierno transcurria lento.Las heladas que antes me fascinaban empezaron a calarme hasta los
huesos. Hacía dos llamadas telefonicas semanales. Una a casa; la otra, obviamente, a la casa de Estela.Como en una
novela decimononica, estrechamos lazos epistolares. El exiguo presupuesto potenciaba ese romanticismo, quizas
pasado de moda.En una de las misivas, mi ya asumida media naranja, suspiró "...si tan solo estuvieras más cerca, un
poco más cerca..." Claro, yo soy yo y mis circunstancias.Mi realidad era Villa Regina. El frio arreciaba y nos vimos
obligados a realizar el trote en gimnasio cubierto.Yo trataba de aprovechar las horas del mediodia para mi entrenamieto
personal, pero empecé a tener un dolor persistente en el pie. A medida que pasaban las semanas y a pesar que reducia
el metraje el dolor aumentaba. Finalmente, al ver que eso solo no se iba a reparar, consulte a mi amigo medico.
Mientras que con destreza deslizaba sus dedos por la zona afectada, escuchaba mi descripcion de los sintomas.Una vez
que termino la exploracion me tranquilizo. -¿Sabes lo que tenes? Fractura por tension, una patologia comun entre los
atletas- Juntando los cinco dedos de la mano derecha y agitandolos en forma de interrogante, espete con toda la
confianza que le tenia -¿Fractura? ¿De donde fractura si no me golpee contra nada?- -Cuando corres muchos kilometros
sobre una superficie dura los tendones reaccionan de una manera especial y empiezan a desgarrar la insercion en el
hueso...¿entendes?- -O sea... vos corres, corres y un dia ¡clac! ... yeso para uno - -No.Cada paso es un
microtraumatismo, cada golpecito te va provocando una pequeña fractura.Si esperas te leo algo que salio el año pasado
en el "Medical Review"- Me termine de calzar y el volvio con la publicacion en cuestion. -¿Ves? usan el termino
"process", proceso- -¿Proceso?...que palabrita fea- -Si, escuchá "...la fractura por tension no es un evento, sino un
proceso..." - tradujo correctamente -¿Entonces?- -Y... lo mejor seria que por un mes te dediques a mejorar tu ajedrez,
que te vengo vapuleando con alevosia...- Segui su consejo y suprimi mi entrenamiento fisico.Fractura por tension.Un
proceso y no un evento. Algo que va ocurriendo de a poco hasta que un dia te dicen que no podes correr más; al menos
por un tiempo.Pensaba y trataba de recordar si en el pasado habia tenido alguna lesion similar.A pesar que siempre
recordaba mis interrupciones forzadas, y de ese tipo nunca habia tenido, una sensacion renuente a ser definida, de cosa
ya vivida me molestaba.Yo habia tenido, asi lo creia entonces, una lesion similar, de otra forma no le encontraba logica a
la frase "un proceso y no un evento". ¿O seria que el Proceso de Reorganizacion Nacional habia vaciado de contenido
esa palabra? No, ciertamente no era esa asociacion. De repente caí en la cuenta del porque me resonaba.Asumir,
admitir que Marielina no iba a estar más con nosotros, no fué una cosa instantanea .No la mataron delante nuestro, no
entregaron su cadaver, nunca la pudimos velar.Todo el ritual mortuorio, toda la simbologia que implica un velatorio, el
repetido y cursi "ultimo adios", a nosotros se nos habia negado.Es duro el fallecimiento de un familiar. Pero si en vez de
fallecido el termino es asesinado, la desgracia se convierte en injusticia.¿Quien acepta una injusticia?. Y más allá del acto
vil y cobarde de matar a sangre fria y en total estado de indefension, más alla de esto, encima nos negaron llorar sobre
los restos acribillados y sanguinolentos de mi hermana...¡Dios!...¿porque no lo vi antes?. Bebiendo un mate amargo en
la soledad de la cocina, extrañe mis afectos.¿Que han hecho, que han hecho con mi hermana? ¿Que hago aqui, solo,
sufriendo y extrañando? Estela habia dicho: "que bueno seria estar un poco más cerca".Pero las cosas eran asi, de Villa
Regina no me podia mover. Apoyé la pava y el mate y fui a la habitacion.¿Porque no se me habia ocurrido antes?.
Hurgue entre el desorden de soltero y la halle, oculta entre banderines y calcomanias.Un numero telefonico esperaba
mi llamado. A los pocos dias viaje a Bahia Blanca a ultimar detalles de la nueva oferta laboral.Me parecio tentador el
sueldo y las facilidades de pileta.En Buenos Aires me apoyaron, entre otras cosas por la mayor proximidad a Capital.
Renuncie en Villa Regina, no sin antes provocar unas escenas de reproches, tipicas de los gringos.Asi y todo supe que los
iba a extrañar.

En agosto empecé en Bahia Blanca.Un grupo reducido de nadadores, con el compromiso de hacerse más numeroso en
el verano, comenzo a trabajar bajo mis ordenes.El Ejercito nos habia alquilado la pileta del Batallon en el barrio de La
Floresta.Los sabados usabamos la pileta de 50 metros de Infanteria de Marina, Baterias, en Punta Alta.Este batallon
habia tenido participacion en Malvinas.Los nadadores mayores, menos de media docena, iban a un gimnasio para
fortificarse.Sin llegar a trabar amistad con el dueño, un bioquimico de nombre Raul, pasabamos largos ratos hablando
de deporte y politica. A semejanza de mis primeros dias en Regina, me acomodaron en una casa deshabitada, propiedad
del señor que habia sido mi contacto inicial.Desocupada desde hacia mucho tiempo, contrataron un pintor para que la
pusiera en condiciones. El hombre, con una filosofia de trabajo peculiar, solia despertarme bien temprano en la
mañana.Trabajaba intensamente dos o tres horas en silencio y luego se acomodaba cerca de mi escritorio y me
alcanzaba un primer mate, tanto como para empezar alguna charla ligera.Yo trataba de concentrarme en mis libros de
natacion, contestando con esos monosilabos que sabia emplear para abortar una conversacion no querida.
Invariablemente el me seducia y me terminaba compenetrando de las anecdotas nimias. Luego de compartir una
decena de mañanas relativamente intracendentes, mi interlocutor impuesto, desgranó imprevistamente un hecho que
me descompuso. Luego de arribar a los años del proceso en esa ciudad, empezo

-No, si aca la guerrilla fue brava.Mire, yo una vez estaba pintando, no me acuerdo si era una pared, o un tanque de
agua, por aca cerca...bueno en Bahia todo es cerca.Serian las dos o tres de la tarde porque hacia poco que habia
terminado de comer, cuando escuche unos gritos y gente que corria.Dos o tres casas más alla, habia una casita que
tenia una escalera que subia a la terraza.Estaba justo al lado de un edificio de departamentos.Por la escalerita subio,
casi si tocar los escalones un muchacho, joven.Me acuerdo que estaba de pantalones vaqueros y tenia una camisa a
cuadros roja y blanca.La tenia casi toda desabrochada.Lo que más me llamo la atencion era que estaba descalzo.Me
acuerdo que no bien termino de subir el caracol, porque la escalera era de caracol, se topo con la pared del edificio y
quiso pegar la vuelta...para que...justo,justo llegaron dos verdes, dos del ejercito.Uno tenia un FAL, el otro una
pistola.Los dos le gritaron que no se moviera y que levantara las manos.No quiero mentir, pero me parece que ninguno
de los tres me habia visto. El que tenia la pistola le dijo algo al del FAL. Casi me tiro al piso del susto.El del fusil empezo a
disparar en abanico hacia la pared del edificio, el otro le empezo a disparar en el pecho, mucho no le pudo tirar porque
al segundo o tercer tiro el tipo se cayo al patio de la casa- Mientras hacia una pausa para tomar mate, me di cuenta que
yo estaba temblando, como si estuviera viendo el operativo. Prosiguio con el relato -Se dieron vuelta y me vieron con la
brocha en la mano.Me dijeron que ya que era pintor que fuera que tenia trabajo.Me imagine que querian decir.Agarre
el balde con la cal, un rodillo y me fui para la casa.Cuando llegue ahi era un enjambre de milicos.Entraban, salian con
cosas, papeles, no se.Fui pidiendo permiso, y al llegar al pie de la escalera vi el cuerpo.Estaba boca abajo y empezaba a
salir sangre.Como estaba cerca de una rejilla de tormenta mucho enchastre no habia hecho.De repente, no se como,
despues de semejante caida y los chumbazos, el tipo medio como que se quiso parar.En el patio todos se quedaron
mudos.Yo estaba a dos o tres metros y lo escuche clarito...dijo "Mamá". Tambien escuché que un sargento le dijo
"Ahora te acordas de tu mamá, tomá" y le pegó una patada ...ahi se quedo,no se levantó más.-

Algunas noches despues de ese relato me despertaron unos ruidos.Sabia que no habia peligro y posiblemente fuera
algun vecino o un animal nocturno.Sin explicacion, sin explicarme bien el porque lo hacia me deslize fuera de la
cama.Tantee en la oscuridad la escopeta y la cargué.Sabia que era una especie de juego, pero me sorprendia que
despues de tantos años no pudiera separar claramente un juego de un terror nocturno.Me sente en el piso con la
espalda en la pared y recorde una y otra vez la macabra anecdota.¿Seria cierta tanta crueldad?Esperando la irrupcion de
una fuerza de tareas imaginaria, me vino a la memoria ese preterito comentario de Alejandro "Bahia está llena de
milicos". Volví a verla a Estela recien el 12 de octubre.Aprovechando el feriado, mis padres y ella viajaron a Mar de
Ajó.Punto más cercano que Capital hice una primera evaluacion de mi realidad en Bahia.Objetivamente las cosas no
estaban saliendo bien.El numero de nadadores estaba muy por debajo de las estimaciones iniciales.A diferencia de
Regina, en esa ciudad era un perfecto desconocido.No sabia si influia en mi incomodidad, pero la gran mayoria de la
gente con la cual tenia trato, estaba absolutamente de acuerdo con lo actuado por el Proceso.Muy pocos sabian de la
desaparicion de Mariel.Y en esos casos la ausencia de comentarios era por demas sugerente.No queria admitirlo, pero
empezaba a preguntarme si mi cambio de ciudad habia sido acertado.

La Argentina de esos primeros meses en democracia soporto muchisimos ataques de grupos de derecha.Llamados a
sosiego en cuanto a la violencia, subyacian en algunos medios de comunicacion. Bajo el argumento de la defensa de la
soberania territorial cuestionaban la decisión gubernamental de someter a un plesbicito el diferendo territorial con
Chile en el canal de Beagle. Yo, como la mayoria de los ciudadanos, apoyaba una solucion pacifica al conflicto. Raul, el
dueño del gimnasio, aun despues del veredicto popular seguia dudando de la sabiduria del pueblo. En una oportunidad,
alla por los primeros dias de diciembre, habiamos estado exponiendo argumentos defendiendo cada uno su postura.Si
bien el sabia la desaparicion de mi hermana, trajo un desafortunado ejemplo para reforzar su postura.

-Es como la guerrilla, habia que combatirla y llegó un momento en que las palabras no alcanzaron y hubo que reprimir.-
A lo cual contesté -Si, reprimir a los movimientos insurgentes puede ser entendible,pero nunca secuestrar gente,
torturar y matarla.- -Mirá yo hable con gente que estuvo metida y me dieron otra version. Me dijeron "Mirá Raul, yo
estuve tiroteandome con terroristas, de calle a calle.Tenia que matar o morir.Maté en combate, pero de ahi a secuestrar
y matar, son todas mentiras de los zurdos" - Lo mire sorprendido.Pregunté -¿Y quien te lo dijo?- Mientras se atuzaba el
bigote, evaluó su respuesta. -Astiz- Por un instante me pregunté si no habia estado confiando demasiado en la gente -¿Y
de donde lo conoces?- -¿No sabias?...viene al gimnasio-

El anunciado y esperado incremento de nadadores en el verano no se producia.A mediados de diciembre fuimos a un


torneo en capital con pauperrimos resultados.De regreso a Bahia una determinacion empezó a germinar. Como en todo
el pais, la cercania del fin de año era una excusa en Bahia para reunirse y despedir el año.De esa forma, uno profundiza
las amistades y engrosa el talle un par de kilos.Tambien el gimnasio donde se fortificaban mis nadadores organizo un
asado.El sabado 22 de diciembre al mediodia estaba cerca de la parrilla tratando de reservar la mejor porcion de
carne.Un grupo de jovenes y no tan jovenes, con abultada musculatura, presionaba al asador para que apurase el
almuerzo.Algunos iban llegando sobre la hora mientras que otros ponian la mesa.De entre las conversaciones triviales
que se escuchaban alrededor de la parrilla, una en particular me inquietó.Alguien a mis espaldas le contaba en tono
jovial al anfitrion. -...yo tenia un cuchillo identico a este, ¿sabes como cortaba?, pero cuando me capturaron los ingleses
me lo sacaron...que piratas que son estos tipos...- Antes de darme vuelta tuve la certeza de quien era.De mediana
estatura, buena complexion fisica y rostro agradable, Astiz completaba la anecdota. Me pregunté que hacer.Traté de
volver a mi rostro hieratico. El corazon latia indecisión.Tontamente pense que habia pagado el almuerzo y tenia derecho
a quedarme.Ademas, si me hubiera ido en ese preciso momento, seria evidente el porque.Los demas parecian no darse
cuenta de su presencia. Anunciaron que ya estaba listo el asado.No se si fue casualidad, o queria estar más cerca del
horror, lo cierto fué que me sente casi enfrente de el; si estiraba la mano podia tocarlo.Me dieron un cuchillo de tamaño
descomunal.Dada la longitud de la mesa, las conversaciones se parcelaron.Astiz empezó a hablar de su aficcion al
golf.Yo, tratando de disimular mi bloqueo emocional, asentia con leves movimientos de cabeza.Seguramente el no
habia asesinado a Marielina, pero no seria improbable que hubiera caminado cerca de ella.Mientras cortaba otro
bocado, me acorde del cuento de Borges, "El otro duelo". Una sajadura vistosa es la señal de partida para una carrera
efimera y sangrienta, en la cual dos gauchos corren degollados. Justicia terrena, justicia divina, falibilidad. Crucé los
cubiertos sobre el plato y metodicamente empece a comer pan. Antes que trajeran la fruta, Astiz se despidio en voz alta
y se fue.El grupo distraidamente contesto el saludo y siguio con la charla.Pasado apenas algunos segundos desde que
cruzo la puerta, un ruidoso reclamo, casi unanime, se descargó sobre Raul. -¿Porque lo invitaste?- -¡Si sabia que venia
me quedaba en casa!- -¡Se me atragantó la comida! El grupo estaba francamente enojado.El dueño se disculpó como
pudo.Estire las piernas debajo de la mesa y escuche las anecdotas que desgranaron algunos de los presentes. El fin de
año lo pase en Buenos Aires.Al momento de brindar y a semejanza de lo hecho por Alejandro años atras, me dije "el que
nada, nada".Volvi a Bahia para recoger mis pertenencias y renunciar. Quizas la natacion habia cumplido una etapa
definitiva, en su momento como nadador, luego como entrenador.Quizas haberme ido de Regina habia sido un error
historico, pero ciertos hechos son poco menos que imposibles de remontar. Empece a trabajar con mi padre.Si bien ese
genero musical caracteristico de la calle Corrientes no es mi debilidad, me tarareaba derrotado, volviendo a la casita de
mis viejos. En abril la revista norteamericana Newsweek mostraba en su portada una foto de Las Madres de Plaza de
Mayo con un gran interrogante:

"Will justice be done?"

¿Se hara justicia?. El 22 de abril de 1985, en un hecho inedito en America Latina, los maximos responsables de la
desaparicion de 30.000 personas eran sometidos a juicio.Juicio oral y publico, el cual ellos habian negado conceder a sus
victimas. Todo ese largo invierno encontro nuestra atencion centrada en la evolucion del proceso juridico.Amarga
victoria.Marielina nunca volveria, pero alguien, en algun lugar de la cadena de mando deberia dar explicaciones.O por lo
menos eso era lo que esperabamos. Siempre se vuelve al primer amor.Ademas de trabajar con mi padre, consegui
algunas horas de natacion elemental en una oscura pileta privada.La conexion con el que habia sido el grupo de Ateneo
no la habia perdido.Con la excusa de actualizarme tecnicamente, una vez por semana me daba una vuelta por la calle
Riobamba, sede del Ateneo.Curiosamente, a pesar de haber transcurrido los mejores años del Proceso en el riñon de la
derecha catolica, el grupo de 10 o 12 nadadores que se mantenia con Osvaldo no se habia contaminado en absoluto de
todos los prejuicios que abundaban en ese ambiente.De hecho tenia una clara posicion respecto a lo que a derechos
humanos se referia.Uno de mis ex-compañeros de equipo, para el cual tambien los años habian transcurrido, me confio
un rumor. En algun lugar del gran Buenos Aires, habia aparecido una mujer de aproximadamente 35 o 40 años.No tenia
ningun diente, aparentemente habian sido cuidadosamente extraidos.Tampoco las huellas dactilares eran aptas para la
identificacion: con la misma macabra prolijidad habian sido borradas.Recordaba, o decia recordar, haber sido arrojada
de un tren en movimiento.Era ese el unico recuerdo lucido, todo lo demas eran incoherencias, refugio contra algun
recuerdo atroz. Claudio completó la informacion. -Lo unico que puede ayudar a identificarla es la voz.El registro es lo
unico que practicamente no cambia con los años- Vovi a casa ansioso y se lo conte a mamá.Ella sacudio la cabeza
tristemente y me desengañó. -Si, ya sabia eso.Las Madres no lo pudieron confirmar todavia.- -¿Y si Marielina esta
completamente ida?...Quizas esté en algun manicomio y nadie la pudo identificar...¿no?...- -Yo ya recorri la mayoria de
los neurosiquiatricos de la Capital y el Gran Buenos Aires...y nada.Fuimos en grupo con otras madres.No te lo
recomiendo...es terrible...es otro mundo.Cuando estudiamos "La Divina Comedia" en la Dante, nos decian que parte de
las escenas del Infierno fueron inspiradas en las visitas que hacia el Dante a los manicomios de Florencia.No vayas
porque no tiene sentido... te va a hacer mal...- No tenia sentido, pero al dia siguiente fuimos con Estela al Instituto
"Melchor Romero" cerca de la ciudad de La Plata.Estela en su caracter de estudiante de canto, me explico las razones de
porque la voz no cambia, o cambia muy poco con los años.¿Recordaria la voz de mi hermana despues de nueve años? El
rostro se empezaba a desdibujar, a pesar que la foto que estaba arriba del piano nos miraba sonriente todos los
dias.Con su guardapolvo blanco, se despedia de su ultimo dia de estudiante secundaria a fines del '72. Confirmando las
escepticas predicciones de mamá, nada pude hallar.Ni siquiera pase de la oficina.Consulte el fichero: N.N. de antes del
'76 habia unas cuantas.Las ingresadas despues del golpe ya habian sido identificadas.Con mucho respeto los empleados
nos dijeron que ya eran muchos los que habian venido "por lo mismo"'.Echaban la culpa a ese rumor del cual nadie
habia confirmado su veracidad. Volvi taciturno.Soluciones magicas.Siempre esperando que un conjuro trajera la
respuesta.Mientras hay vida hay esperanza.De esa ecuacion deberia despejar una incognita para saber a que atenerme.
Luego de ese visita me parecio un sinsentido, silbar siquiera, "Todavia cantamos". Nuestros seres queridos nunca
volverian al nido. Y la justicia habia designado defensor oficial.¿Como alguien puede intentar excusar tamaña
aberracion?

Llegó diciembre y el esperado fallo.Homicidio calificado, privacion de la libertad, aplicacion de tormento. Amarga
victoria.No volveria Marielina con vida.Pero los reponsables no verian la luz del sol durante mucho tiempo. Papá, con un
extraño olfato advirtio a la familia. -Paren,paren.Estamos en Sudamerica... no se si van a estar todo el tiempo que se
merecen- No aceptamos tan injusta prediccion y ruidosamente lo acusamos de pesimista.Volvio a la carga -No soporto
las injusticias, pero como ingeniero soy objetivo.Mientras tengan los fierros, nuestra justicia bananera no va a ser
efectiva en un ciento por ciento.Pienso que se van a chupar unos años a la sombra y despues los sueltan ¿O se olvidan
del indulto de Campora?-

Pocas veces desee tanto que papá estuviera equivocado.

Capitulo 11

Caminaba a paso rapido menos por necesidad, que por sentirme arrastrado dentro del flujo peatonal de la calle Florida.
Esta se percibe distinta, segun uno sea turista o superviviente de la megalopolis. Me distraje un instante en una vidriera
de electrodomesticos.Entre los grabadores, heladeras y demas prodigios tecnologicos, los televisores color trasmitían
sincronizadamente la misma imagen. El constante rumor del gentio daba cierto toque de absurdo al movimiento de
labios del locutor en pantalla.La paleta de colores se fundio en un anacronico blanco y negro y aparecio la imagen del
General Videla leyendo el acta de defuncion de la democracia.Letras amarillas tranquilizaban al televidente con el
recordatorio "1976 - 24 de Marzo - 1986. A 10 años del golpe de estado". ¿Diez años ya?. Me reintegre a la masa
itinerante haciendo un amargo repaso de los ultimos dos lustros.La vida continuaba.Recorde el comentario de unos
desconocidos parientes de mi ya lejanisima Susana. Desde la comodidad de su casa en la gran nacion del norte, le
preguntaban como se vivia "allá abajo". Para ellos, cualquier pais al sur del Rio Grande era una curiosidad que ni valia la
pena intentar comprender.Paises bananeros, amenazados entre el marxismo y generales al estilo Idi Amin. Si la madurez
de una republica se mide por el respeto a la justicia, por más que intentaba defender a mi pais las cosas no estaban todo
lo claras que uno hubiera deseado .Comparada la situacion con lo omnipotente que habian sido las juntas militares, el
hecho que estuvieran purgando condenas era un avance encomiable. Pero confirmando un axioma revolucionario, más
apropiado para la decada del '60 que para los '80, quien detentara la fuerza de las armas, tendria la ultima palabra .En el
lenguaje corriente, los que tenian los fierros eran "ellos".Y si bien la presion y el contexto internacional fueron
importantes para el juicio a las juntas, los ejecutores materiales, los que tiraron fisicamente del gatillo, no estaban
dispuestos a ser vecinos del nuevo lugar de residencia de las cupulas genocidas. Los movimientos de izquierda más
radicalizados pedian "paredon, paredon, a todos los milicos que vendieron la nacion". Aquellos circulos de poder que de
una forma u otra apoyaron al Proceso, exigian una reivindicacion publica a los vencedores de la guerra antisubversiva.
Repetian "Ahora se olvidan de lo que pasaba en el pais entonces, pero..." En el caso de mi familia no nos olvidabamos.
Quizas en algun cajon, un manuscrito reservado explique lo que pasaba entonces.Quizas algun historiador del siglo
veintiuno edite una enciclopedia en treinta capitulos coleccionables, en la que se explique porque se empezo a hablar
del "Punto final". Lo cierto, lo injustamente cierto, fue que comenzaron a filtrarse trascendidos y su posterior y
predecible desmentida.

Arrepentido de haberme ido de Regina casi dos años antes, estaba trabajando como entrenador en una pileta
municipal.Mi estado animico no era de los mejores. Trabajando a media maquina y con un noviazgo que crecia, mi
generoso tiempo libre lo ocupaba corriendo, estando con Estela o yendo al cine.En una de esas salidas vimos "La historia
oficial", ganadora de un oscar de la Academia.Sabiamos el argumento y estabamos atentos a una escena en particular
que nos habian anticipado. Sobre el final del film se insertan unas imagenes documentales de una marcha en Plaza de
Mayo.Aparece en pantalla un par de segundos un manifestante, que nunca supimos quien fue, portando una foto
ampliada para nosotros harto conocida.Una joven de pelo lacio insinuando una sonrisa.Al pie de la pancarta, la
identificacion:Maria Elina Corsi. 22-11-76 La aparicion fugaz de Marielina en un film premiado internacionalmente, la
tomamos como un reconocimiento a nuestra historia familiar.Ese invierno otras peliculas tambien me movilizaron y
recordaron todo lo vivido. Trabajando en esa pileta me mantenia en contacto con el grupo de Ateneo.Tanto tiempo
habia pasado desde esos años en que fatigabamos el agua yendo y viniendo, y sin embargo Osvaldo seguia siendo el
aglutinante. El siempre sostenia que los nadadores pasan y los entrenadores quedan. Desde el borde, formaba nuevas
camadas de nadadores.Esa posicion privilegiada le permitia juzgar el avance de la natacion argentina.Nosotros,
nadadores de fines de la decada del '70, habiamos manejado menos volumen de carga, menos metraje y usado tecnicas
de entrenamiento que entonces se podrian tachar de obsoletas.Los jovenes de mediados de los '80 se sometian, en
cambio, a unas exigencias fisicas para nosotros impensadadas.Eran, a todas luces, superiores.Al menos en el agua. Esos
nadadores,en lo esencial igual a cualquier otro joven de su generacion, eran completamente diferentes a como
habiamos sido nosotros;eran la generacion del Proceso. Para ellos el golpe del 24 de marzo era casi lo mismo que el
cruce de los andes del General San Martin, es decir un hecho historico. Del pasado inmediato, pero historia al fin. La
desinformacion de los gobiernos militares habia dado sus frutos. Osvaldo queria poner en contacto a esos adolecentes
con personas que habian sufrido directamente el accionar represivo.Tal cual dice el informe de la CONADEP, para que
nunca más debamos padecer a una dictadura sangrienta. Dede el comienzo del año, el y otros profesores del club,
habian estado coordinando unas reuniones con ese fin. Nos invitaron a Estela y a mi a uno de esos encuentros de
esclarecimiento, destinada a los nadadores mas grandes.Al llegar al lugar de reunion, ya estaban los ex nadadores, los
nadadores activos y tres sobrevivientes convocados a contar su experiencia. Un matrimonio y una mujer joven, de la
cual no recuerdo el nombre.Del matrimonio, quizas la más conocida para el gran publico sea la esposa. En la pelicula "La
Noche de los lapices" aparece una embarazada en el calabozo a punto de dar a luz.Ella es Calvo Laborde y dio detalles
de esa escena.

-Por el tiempo que tenia de embarazo, sabia que en cualquier momento podia nacer la criatura.En esos dias en que
estaba "chupada" lo unico que deseaba es hubiera algun medico cerca.Cuando empezaron las contracciones grite que
alguien fuera a buscar ayuda.Lo unico que hicieron fue ponerme arriba de una chapa de zinc y sacarme fuera del
calabozo.Me llevaron a un patio y los cuatro o cinco escalones me los hicieron bajar como venia.Acostada en la chapa
esa, reboté en cada uno de los desniveles.Me parecio que muy bien no sabian lo que tenian que hacer, yo queria un
medico, o alguien que me ayudara con el bebe, porque sentia que ya nacia.Me pusieron en el asiento de atras de un
Falcon y me dejaron sola.Asi sola como estaba nacio la criatura.Era de noche y yo la ponia cerca mio para que no tuviera
frio.Al rato vino uno y se puso a gritar porque habia manchado el asiento.Lo unico que hizo fue ligar el cordon
umbilical.-

De los que estabamos ahi, nadie abrio la boca.Prosiguio la otra mujer.

-A mi me secuestraron junto con mi hermano.Despues de 10 dias nos largaron.Pero a los tres meses a el lo levantaron
de nuevo y nunca volvio a aparecer- Tomo luego la palabra el marido de Calvo Laborde.Refiriendose a su esposa
empezo. -A ella la fajaron, pero a mi apenas me tocaron.Eso fue realmente una locura, no sabian lo que tenian que
averiguar ni como conducir un interrogatorio.A mi, por ejemplo me pusieron en calzoncillos y me acostaron en la
parrilla.El que tenia la picana en la mano, me dijo "Canta..¿estuviste en Chile en el '72?" Yo me quede de una pieza.Claro
que habia estado.Me habian hecho un reportaje en la universidad de Santiago para una revista de izquierda.Les dije que
si y les conte con lujo de detalles todo el viaje y el reportaje.Despues me preguntaron acerca de gente que conocia, que
militaba y les dije todo lo que sabia.Me tuvieron un rato largo preguntandome cosas y despues me dejaron vestir y me
llevaron al calabozo.-

Uno de los profesores de Ateneo,sicologo, comenzo con la bateria de preguntas. Dirigiendose a Calvo Laborde le
pregunto -Vos estuviste declarando en el juicio a los Comandantes...¿pensas que se va a sancionar la ley de punto final?-
El panorama que pintó fue desalentador.Advirtio sobre los riesgos de la impunidad y el resurgimiento del militarismo en
el pais.Mientras ella exponia metodicamente su punto de vista, yo tragaba saliva.Coincidian sus oscuros pronosticos con
los que habia dado papá.Uno de los nadadores jovenes intento defender a los legisladores.

-Pero si el congreso lo aprueba es ley...y la ley hay que respetarla-


-En la antigua Grecia la esclavitud era ley...¿podemos decir que esa ley
era justa?-
Alguien pregunto si los diputados estarian de acuerdo con lo actuado por las juntas.En forma unanime coincidimos en
que habia algo que no salia a la prensa, grupos de presion ocultos que no iban a aceptar avanzar más alla de lo
conseguido hasta entonces. Argentina se ubicaba, de acuerdo a ese analisis, como el menos bananero de los paises
sudamericanos;pero subdesarrollado juridicamente al fin. Volvimos Estela y yo con una sensacion de impotencia, que se
tradujo en un triste mutismo.Me quiso consolar.

-Dios los juzgara...-


-Si, mientras tanto ellos preparan el proximo golpe.
La posibilidad de que los verdugos quedaran impunes nos conducia a un estado animico cambiante.Por momentos
teniamos la certeza que en lo medular, la situacion no diferia mucho de la vivida durante el proceso. Apenas
hablabamos de la burla de los represores, pero en forma latente, al leer el diario o ver los noticiosos, cada uno a su
manera bufaba o se deprimia.

Ya casi me habia acostumbrado a correr delante de la ESMA, sin pensar en las cosas atroces que se habian llevado a
cabo ahi dentro.Al trotar mirando el Rio de la Plata, sentia que estaba mirando tambien la dilatada e imprecisa tumba
de Marielina, fruto de algun traslado.En noviembre se cumplirian diez años desde la ultima vez que la habiamos visto
con vida.En algun momento habiamos sido niños. Luego alguien, que tambien tuvo su niñez, habria apoyado en la nuca
el caño de un fusil y borrado con una llamarada a la primogenita de los Corsi. ¿Se habrian imaginado mis padres en la
sala de partos el final de su primer hija? ¿Que habran sentido cuando esa noche arranco el ultimo coche? ¿Que es tener
un hijo, que es perderlo? No matar. Otra vez ese mandamiento que en la Argentina habia tenido tantas excepciones.
Una aporia, una situacion sin salida.Una injusticia por imperio de las armas.La muerte de los ejecutores no traeria a mi
hermana de vuelta.Ademas que como catolico no podria matar a un ser humano.¿Como entonces ellos podian haber
matado a semejante cantidad de personas y en esas circunstancias de indefension? En el caso de enfrentamiento con un
enemigo definido, donde lo que esta directamente amenazado es la propia vida, seria al menos entendible el hecho de
matar un semejante.Pero a personas con nombre y apellido, con las cuales uno ha hablado, escuchado su voz, sus
pedidos de misericordia me parecia fuera de mi alcance racional.

Otra de las peliculas que en ese triste 1986 logró llamarme la atencion, bien podria ser calificada como de
entretenimiento para el gran publico.Arnold Schwarzeneger, la mole de musculos austriaca, es la estrella de
"Terminator".Fui a verla dispuesto a pasar una hora y media de entretenimiento ligero y me fui del cine con el esbozo
del porque paso lo que pasó.Schwarzeneger encarna, si cabe el termino, a un robot del futuro que viene a nuestros dias
a matar a una mujer, Sarah Connor.Porque tiene esa mision no es el caso referir.Una frase perdida en medio de las
persecusiones fué lo que me impactó.Dice el muchacho asignado a defenderla "Huelen como Humanos, parecen
humanos,pero no lo son.No es posible hablar con ellos o intentar razonar.Tienen una mision que cumplir y es eliminarte,
Sarah.No tienen sentimientos ni remordimientos, estan programados para la aniquilacion, son Terminators, y la unica
forma de detenerlos es destruyendolos." No se los mata, se los elimina porque son maquinas.No hay muerte, no hay
asesinato, luego no hay pecado. Unicamete asi pude empezar a entender el porque de tanta aberracion.Los represores
habran supuesto que todos los sospechados de "pensar raro" eran maquinas del mal, pasibles de ser
desconectadas.Recordé que en la facultad nos enseñaban el caracter de igualdad entre los miembros de una ecuacion,
es decir si a=b luego b=a.Si alguien pone una bomba y mueren inocentes, es una maquina, un Terminator y hay que
eliminarlo.Si alguien justifica la muerte de cien inocentes (y esta justificacion fue hecha)¿No estaria actuando de la
misma manera? ¿Que rotulo mereceria? Unos dias antes de navidad se aprobo finalmente la llamada ley de punto final,
y a continuacion se fijo fecha para la prescripcion de las causas.El brindis de fin de año no pudo ser más superficial, con
el unico consuelo de la condena moral de la sociedad; al menos las cupulas purgarian las penas.

En enero del '87 casi habia abandonado las esperanzas de volver a ser entrenador de natacion.La palabra casamiento
empezaba a repetirse, para ser refutada por la inestabilidad laboral.Casi al terminar ese primer mes del año, atendi
distraidamente un llamado telefonico.Sentado frente al televisor, maldeci al que interrumpia mi entretenimiento

-¿Familia Corsi?-
-¿Si?-
-Quisiera hablar con Miguel-
Cambie de un salto mi posicion en el sillon y mientras trataba de
identificar esa voz ligeramente familiar contesté
-Soy yo...¿quien es?-
-¡Que haces pibe!... Sesto, el presidente de Circulo, desde Regina-
Extraño gesto en mi, cerré los ojos y volvi a recordar esos
dos veranos al borde de la pileta reginense.
Antes de devolver el saludo, adivine un cambio positivo
en mi vida. Prosiguio la invitacion
-Nos quedamos sin tecnico y se nos vienen encima los torneos,
mira vos, justo en medio de la temporada...¿te venis para aca?-
Cuarenta y ocho horas más tarde estaba viajando rumbo a mi nuevo destino.A diferencia de la primera vez, entonces fui
sobre seguro, a retomar mi crecimento en el lugar donde lo habia dejado.Estela tardaria unos dias en ir para alla,
supeditado a encontrarle trabajo y alojamiento. Desde el punto de vista deportivo, poco fue lo que se pudo hacer a
escasas tres semanas del torneo.Desde el punto de vista laboral, todo salio a pedir de boca, para mi y para Estela.A la
semana de mi arribo ella tambien estaba en Regina y con trabajo. Los niños que habia dejado ya me miraban desde lo
alto.El sabor de aventura habia desaparecido,pero era feliz.Un simple llamado telefonico habia cambiado mi humor de
la noche a la mañana. Termino el verano, y mientras preparaban la pileta cubierta, volvimos a Buenos Aires a buscar
más cosas, dejadas en la ansiosa carrera.Luego de dos semanas, más serenos, viajamos nuevamente a Regina.Esa vez la
despedida fue multitudinaria. Las dos familias reunidas en la terminal, eran prodigas en recomendaciones y consejos.Ya
antes de subir habiamos planificado volver para Semana Santa, una veintena de dias más tarde.Sin embargo, no creo
que los consejos recibidos por mis abuelos, cuando subieron al barco para hacer la America, hayan sido tantos. La
abuela materna de Estela me miró fijo a los ojos y en tono admonitorio disparó

-Miguel...juicio-
No pude menos que reirme y le conteste, con cierta precognicion politica.
-Juicio y castigo es lo que falta-
Mi futuro suegro,que sabia lo que es padecerla como madre politica, festejó recatadamente la respuesta.

Empezamos la natacion invernal. Por primera vez desde que era entrenador, disponia de pileta cubierta con libertad
absoluta de tiempo y espacio.Todo marchaba bajo control y, si las cosas seguian de esa manera, ese invierno seria el
ultimo como soltero. Tal como habiamos planificado, reservamos pasaje para celebrar semana Santa en Buenos Aires.
Un sorpresivo paro de micros, nos obligo a viajar en tren.Cuando a la medianoche del miercoles subimos a nuestro
medio de transporte, yo ya estaba malhumorado .La ultima vez que habia hecho viajes de larga distancia en tren habia
sido en Europa. No creo ser un mal argentino si digo que prefiero los ferrocarriles del viejo continente a los nuestros A
media mañana, lejos aun de nuestro destino, mi novia daba rienda suelta a su sociabilidad.Recorria los vagones
hablando con nuestros circunstanciales compañeros de infortunio. Yo, trataba de entender porque no le molestaba
semejante viaje.En una de esas idas y venidas, su rostro perdio brillo.Haciendose oir por encima del traqueteo de los
vagones me dijo alarmada

-Hay problemas con los milicos-


-¿Que problemas?-
-No se, no se sabe muy bien que, pero parece que es serio-
Subitamente, acompañando unas imagenes de trenes europeos, la palabra "acojonados" me estalló en el pecho.Entendí
con lucido espanto lo que significa perder la libertad. Nos ubicamos cerca de las radios, reprimiendo malamente la
ansiedad por terminar el viaje.Cerca de la medianoche llegamos a Constitucion donde papá nos esperaba. Llevamos a
Estela a su casa. Al llegar a la nuestra me di cuenta lo que nos pesaba que mamá fuera Madre de Plaza de Mayo. Nadie
lo decia, pero recordabamos la amenaza de cambiar el rotulo de N.N. por M.M., muchos más. No habia que tener
mucha imaginacion para pensar en los primeros pasos de una posible junta militar: tomarian metodicamente la lista de
las Madres y, por orden alfabetico, harian el operativo de limpieza. Bien entrada la madrugada, con un compas de
espera en las noticias, nos fuimos a dormir. El viernes Santo lo pasamos pegados al televisor.Ya de noche, fuimos con
Estela y algunos de sus primos a la Plaza de Mayo.Queriamos estar cerca del teatro de operaciones.Uno de los del grupo
se encontro en la plaza con un periodista conocido de el.Charlo unos minutos y luego, con rostro grave, describio el
estado de la situacion. En esas horas,tan serio aparecia el futuro proximo, que pensé que no volveria a Villa Regina. No
voy a narrar hechos que, por conocidos, seria redundante enumerar. La tarde del domingo de Pascuas nos encontro
formando parte de la multitud solidarizada en la Plaza, que reafirmo su nunca más al autoritarismo .Al concluir el
episodio, mientras nos desconcentrabamos aliviados, sentí que habiamos crecido como país.La imagen de Tejero en las
Cortes españolas y la de nuestros deplorables carapintadas, se me antojaban pateticamente similares.El anacronico
grotesco de los iluminados por la verdad absoluta, parecia haber fenecido para siempre.
Volvimos a Regina. Se fué el invierno. Poco antes de la primavera nos casamos .Nuestra luna de miel la pasamos en San
Pablo, Brasil. Pareceria ocioso describir un viaje de este tipo, no tanto por la privacidad, sino por la falta de originalidad
de estos eventos.Una familia amiga de mi flamante esposa actuó como guia turistica de la noche paulista. En una de
esas salidas, conocimos a un norteamericano radicado temporalmente en la ciudad.Cuando fuimos presentados ya
llevaba una cantidad apreciable de caipirinha en su haber sanguineo.No solamente el idioma ingles salva los obstaculos
lingüísticos entre los hombres.Tambien el alcohol etilico. En una mezcla de ingles,portugues, y buena voluntad nos
fuimos entendiendo.Resultó ser que Bill, Tim, o Jim, quizas el nombre sea lo de menos, jugaba golf todos los fines de
semana con uno de los hermanos Born. El operativo "mellizas" llevado a cabo por el lider montonero Firmenich en 1975,
consistio en el secuestro de dichos hermanos.A doce años de haberse pagado el rescate y ser liberados, Born se
lamentaba que los que terminaron con la subversion estuvieran presos.El americano, con palabras doblemente
dificultosas, hilvanó terminos como "marxismo", "contrainsurgencia" y "lideres socialdemocratas". Me decidi por otra
cerveza. Mientras escuchaba su explicacion acerca de la injusticia que se cometia en la Argentina, me pregunté cuanto
sabia yo sobre el pasado reciente de Angola, o de Finlandia por ejemplo

. En enero del '88 tuvo lugar otro pronunciamiento militar, el de Monte Caseros. Si bien no estuvimos tranquilos durante
esas horas, la ansiedad fué inferior a la alcanzada en Semana Santa. Pasó otro verano de natacion. Empezé a darme
cuenta que me detenia cada vez con mayor frecuencia a acariciar la cabecita de los niños. Los padres de mis nadadores
bromeaban y preguntaban cuando ibamos a hacer nuestro aporte a la natacion reginense. En mayo, en una de las
comunicaciones telefonicas con Buenos Aires, mamá me dijo -¡Hay!...¿sabes que? soñe que Estela estaba embarazada
de una nena...era divina, gorda, con rulitos...hermosa- -No vieja, vos sos bruja, pero quedate piola que por ahora no
pensamos encargar- Colgué el tubo tragandome la interpretacion sicologica.Marielina, si hubiera estado viva, tendria 33
años.Edad más que prudente para que mis padres hayan sido abuelos.Posiblemente a mamá se le mezclaban los dos
sentimientos, el de que mi hermana estuviera todavia en este mundo y el de la alegria de tener un nieto.Pobre
mamá.Yo habia perdido a una hermana.¿que sera perder a un hijo?Ojala que nunca lo supiera. A pesar de mi seguridad
le pregunté a Estela.

-Vos no estas, ¿no?-


-No, que voy a estar. Que suerte, pense.
¿o que lastima?
Pasaron quince dias. Una noche, al volver de entrenamiento, mi esposa me esperaba parada al lado del equipo de
audio. Mientras volcaba al cuaderno de entrenamiento el metraje y detalles de la sesion de ese dia, Estela puso la 9°
sinfonia de Beethoven.Molesto porque no encontraba el porque de un desempeño pobre de uno de los nadadores le
dije

-Bajá eso que esta muy fuerte-


-Fuí al medico..-
-Si, me parece que este tambien va a tener que ir porque los tiempos
que está haciendo dan lastima-
-...dio positivo-
-¿Que cosa?-
-Los estudios-
-¿Estudios de que?- La emoción le enrojeció los ojos.
Me alcanzó el sobre con los analisis, al tiempo que decia
-Vas a ser papá-
Pensé ¿Padre?, ¿yo?...¿y como?.
En realidad esa pregunta retorica, de respuesta obvia, planteaba una miríada de cosas que, en una fraccion de segundo,
no tenian respuesta.

Se sucedieron los días primero, luego las semanas. Estela empezó a engrosar el talle.Nuestro retoño hacía sentir su
presencia pateando en el liquido amniotico.Un interrogante que siempre habia tenido, lo supe entonces, volvio por su
respuesta.¿Que es la vida?, luego ¿que es la muerte?.Mi casi olvidada experiencia OOBE, cuando fue el accidente, me
habia llevado cerca, muy cerca, de trasponer el limite entre nuestra realidad y lo inconmensurable.Podia suponer que
nuestra alma va a algun destino de luz o tinieblas.No podia, ni tenia deseos de entender la vida eterna de otra manera
tal cual nos la habian enseñado en el colegio. Marielina estaria en algun lugar imposible de entender en palabras
temporoespaciales. Pero estaria ahi. ¿Y el hijo por nosotros engendrado? Su alma, ¿de donde vendria?En un instante la
nada, al siguiente, un ser humano, alguien que va a amar, a sufrir, dejar a su vez otros hijos y, luego, morir.¿Que
derecho teniamos en crear vida, en traerla a este lugar de egoismo?.Mis padres, cuando nació Marielina, nunca
imaginaron que pasara lo que luego ocurrió.¿Como haria yo para evitar que a ese hijo, todavia desconocido, nada le
haga daño? Finalmente, o quizas, de nuevo ¿porque estamos aqui? El medico que vigilaba la evolucion del embarazo
arriesgó una fecha probable para el parto, fines de diciembre.En el consultorio deslize un deseo

-Ojala que nazca en enero-


Mi esposa y el profesional me miraron extrañados
Agregé
-Asi agarra la categoria del año siguiente...digo,
mas posibilidades en natacion...-
La mirada extrañada se convirtio en piadosa.
Conclui mi intervencion
-Fué un chiste...je...-
En Buenos Aires, no podia ser de otro modo, los futuros abuelos estaban alborotados.Desde recomedaciones
telefonicas a la primipara, hasta avalancha de nombres sugeridos, trataban de no olvidar detalle. Se aproximaba
diciembre y en el club aumentaban los preparativos para la proxima temporada estival. El dos de diciembre a las seis de
la mañana Estela se levantó. Adormecido desde la cama, escuche que algo me decia.A las primerizas hay que tenerle
paciencia, asi que le contesté

-Yo tambien te quiero-


-No, te digo que rompi bolsa-
-¿Cual bolsa, la que compramos hace poco?-
-Llamá al ginecologo que me parece que se viene-
De un salto me di cuenta que mi deseo por que compita en la otra categoria no iba a ser posible. A media mañana
estaba internada esperando que se produzca el nacimiento.Llamé a Buenos Aires para comunicar el inminente
arribo.Atendio papá.Me dio las recomendaciones y felicitaciones pertinentes y antes de colgar me dijo

-Que dia que se eligieron-


-¿Porque?-
-¿No escuchaste la radio?.
Otra vez los carapintadas, esta vez en Villa Martelli.-
Me lleve la radio y me instale al lado de Estela.El medico, como se hace con los niños molestos, me dio la tarea de
anotar la frecuencia de las contracciones.Como si fueran los tiempos parciales de una competencia de natacion,
minuciosamente fui anotando la frecuencia y duracion.A la ansiedad del evento como padre, le sumaba la ansiedad
como argentino.Tratando de no importunar a la parturienta, pegaba el oido al aparato y palpitaba por la doble
emocion.Cuando no aguantaba la presion de las informaciones, me refugiaba en la marcha del parto.A la inversa,
cuando temia por alguna complicacion, volvia a barrer el dial en busqueda de noticias frescas. Finalmente a las once de
la noche, ingresamos a la sala de partos.Le tome la mano a Estela y mientras el medico hacía el corte quirurgico me
pregunté que seria, ¿varon o nena? Para tranquilizarnos, el profesional iba relatando lo que estaba haciendo.La cabecita
emergió un poco.Pidio a Estela el ultimo pujo. Empezó a salir la criatura.Mantuvo la incognita un instante

-Me parece...que es... un...a ¡nena!-

Mamá habia tenido tenido razon.Mientras la enfermera la higienizaba y vestia, me acerqué y acaricie la cabecita de la
recien nacida.Como un tonto, con los ojos llenos de lagrimas, repetí varias veces

-Hija...mi hija...-

Otro fin de año en Buenos Aires. Hay vacios que no se pueden llenar nunca, perdidas que son para siempre.Pero por fin,
despues de muchisimo tiempo, podiamos brindar porque habia alguien nuevo en la familia.Quedaba en algun lugar de
nuestra historia una mancha de dolor.Reparada parcialmente con el castigo a los responsables, era un infimo consuelo.
Mis hermanos no cabian de gozo en su condicion de tios.Mis padres no cumplian un papel muy decoroso en el rol de
abuelos.Del lado de mi familia politica, parecia que se habian contagiado del mismo mal que habia en casa.A decir
verdad, Estela y yo tambien estabamos chochos. Al volver a Regina, recien entonces, comprendi la responsabilidad que
era manejar grupos de niños y adolecentes.Empeze a preguntarme cual seria el criterio a usar para elegir el docente,
para mi hija. Maria Carolina, ese verano apenas una beba, se me antojaba fragil en extremo.Al darle el biberon la miraba
con detenimiento y me preguntaba como seria cuando llege a los veinte años.Con cada llanto nocturno, con cada
pequeño resfrio, fui comprendiendo la frase que dice que la paternidad es una esperanzada angustia. Tan indefensa ella
y tanto maldad ahi afuera. Estela me preguntaba en ocasiones que pensaba y yo le mentia que en nada.Nunca pude
engañarla y sin embargo ella perdono mis monstruos mentales.Eran mios, y no debia empañar su alegria de madre.
Alguien, alguna vez, me habia dicho que ser padre es una experiencia inefable.Empeze a transitar mentalmente el dolor
que podian haber sentido mis padres esa noche.Esos años.Quizas aun entonces.Dios, eso no.Por favor que nunca
suceda eso.¿Como lo podian haber soportado?.Sin ninguna estridencia, sin ningun chispazo trascendente, fui
conociendo la entereza de papá y mamá.Durante el gobierno militar no habian sucumbido ni a la depresion ni a la
locura.Sin olvidarse de Marielina nos guiaron a nosotros, y aun lo seguian haciendo.Heroes cotidianos, anonimos, a los
cuales nunca nadie los pondrá en el bronce. Nietzsche dijo "Lo que no nos destruye nos fortalece".Quizas peque de
parcial si digo que mis padres soportaron cosas que no cualquiera podia resistir.Soportaron lo insoportable y salieron
integros de ese infierno.

A fines de enero de 1989 viajé con uno de mis nadadores a un torneo nacional en Mendoza.La vispera del viaje fue el
copamiento del batallon de La Tablada, uno de los hechos mas notorios en la historia de la guerrilla urbana en nuestro
pais. A pesar que en los torneos de natacion usualmente me gustaba hablar con otros tecnicos acerca de nuestro
deporte, ese campeonato de la Republica estuve distante.Pensé en el retroceso ante la opinion publica que las
agrupaciones de derechos humanos podrian sufrir.Desde la recuperacion de la democracia, la llamada "cria del proceso"
habia aprovechado cualquier oportunidad para tachar de izquierdistas a dichos organismos.Todavia entonces decir
izquierda era casi sinonimo de subversivos.Uno de los implicados en el ataque era el sacerdote Puijane.Durante un
festival musical de beneficencia , en el cual habia cantado Estela, le habia estrechado la mano y lo habia felicitado por su
militancia por los derechos humanos.Habia sido en el '85 u '86.Luego de enterarme de su participacion, me sentia como
un idiota util, como la carne de cañon de los '70.Hable por telefono con mamá y me contó espantada

. -¿Vos viste? Ese muchacho, Jorge Baños, llevaba el juicio de Mariel, un encanto de chico, vieras que atento que
era...hacer eso...que terrible...-

Me quede pensando en lo desafortunado de ese ataque.La derecha tendria motivos para meter a todo el zurdaje en la
misma bolsa. Se aproximaban las elecciones presidenciales.En marzo Angeloz, candidato del Radicalismo, vino a
Cipolletti, a 100 km de Regina.Casi igual que seis años atras fuimos a verlo con Estela.La unica diferencia con ese lejano
Luna Park fue que llevamos a nuestra hija con nosotros;una genuina radical de cuna. Seis años atras se hablaba de un
pacto militar-sindical.La palabra indulto aparecio timidamente en algun medio grafico. Me quise tranquilizar. Vox pouli,
Vox dei.El pueblo nunca se equivoca. El resultado electoral hizo notoria mi falibilidad en pronosticos politicos.Esa noche,
mientras me amargaba frente a la contundencia de los graficos de torta, temí por el futuro de la justicia en esta parte
del planeta. Cambió el gobierno y pasaron los meses. No podiamos dar credito a lo que se insinuaba. Indulto. Lisa y
llanamente un "aqui no paso nada". Papá habia tenido razon.Los ex-comandantes tarde o temprano iban a salir.Para
algunos una reparacion historica.Para nosotros una confirmacion de somos una republiqueta bananera. La burla a la
justicia, al verdadero sentido etico de la palabra justicia, se iba a realizar en dos etapas. Primero, para los genocidas
menos encumbrados, o heroes en la lucha antisubversiva. Luego, si no se armaba mucho revuelo, serian devueltos a las
calles que alguna vez asolaron, los ideologos de la solucion final argentina.

A despecho que el error presidencial era una decisión tomada, los organismos de Derechos Humanos se abocaron a una
campaña para oponerse a tamaña burla.Me puse en contacto con la gente que en Villa Regina estaba trabajando con
esa finalidad. Menos de una decena de personas, catalogadas en la localidad como "los zurditos" parecian haberse
percatado de lo que iba a suceder. Nos distribuimos para juntar firmas en lugares estrategicos del pueblo:salidas de los
bancos, paradas importantes de colectivos, grandes supermercados, etc. Yo monté guardia a la entrada de un
supermercado, destinado a la gente de clase media o media-baja.Sentado a la mesa, identificado con un cartel
manuscrito, veia pasar a gente que parecia no verme.Conocidos que, quizas inconcientemente, torcian el rumbo y
escogian otra puerta, otra salida. La gente por la cual mi hermana habia luchado, equivocadamente o no, fue la que más
me defraudó.No supe si debia atribuirlo a un vaciamiento de principios, fruto de la propaganda oficial, o quizas a una
indiferencia lisa y llana de nuestro pasado reciente.Educar al soberano. Desinformarlo o manipulearlo.En algunos casos,
y no tan aislados, escuche ese lugar comun, tan frivolo como indiferente:"con los milicos estabamos mejor". No lo podia
admitir, estaba mucho más allá de mi raciocinio.A ellos, el proletariado en terminos marxistas, les daba lo mismo que
gente como la que habia hecho semejantes atrocidades quedara libre.Pan y circo.Un Boca-River sucitaba mas interes
que un indulto. ¿Y si el que estaba equivocado era yo? ¿Y si la clave para subsistir era no pensar, no questionar, aceptar
la historia oficial a pie juntillas?

Esa noche tuve un sueño, cargado de una simbologia clara. Estabamos reunidos los cuatro hermanos en el estadio
olimpico de Munich, donde se realizaron los juegos en 1972 , el año en que Marielina termino el secundario.Ibamos a
correr la final de atletismo de la posta 4 x 100 llanos.Las finales siempre se corren de noche.La iluminacion del estadio
era mortecina, tal cual lucia la avenida Juan B. Justo la noche del operativo. Yo era el segundo relevo.Mariel venia con
una sonrisa serena y me alcazaba el "testimonio" ese tubo que se entrega al atleta al hacer el cambio.El sentido era
evidente:la lucha continua.

Salieron.

Diciembre del '90.Tramos finales del indulto

Viajamos a Capital para pasar las fiestas.Balance forzoso, el de ese año nos remitia al fin de año del '76.La justicia habia
dictaminado que eran asesinos y sin embargo los asesinos serian liberados antes que dieran las doce campanadas del
ultimo dia del año.Igual que el primer fin de año sin Mariel, los matadores caminarian nuevamente por la reina del
Plata. La confesion y el perdon implican un arrepentimiento por los pecados.Proposito de enmienda, me habian
inculcado en el colegio, para estar en gracia de Dios. Pero ellos no se arrepentian de nada.Es decir, en circunstancias
similares obrarian exactamente igual. Semejante perspectiva era, al menos, inquietante. Las entidades defensoras de
Derechos humanos convocaron a una jornada de duelo en la Plaza de Mayo.Fuimos mamá, Myriam y yo. Salimos de la
estacion de subte con la congoja de saber que ese iba a ser el ultimo acto al que concurririamos. Myriam y yo nos
colocamos una cinta negra alrededor del brazo. Mamá, con delicado esmero, se puso el pañuelo blanco en la
cabeza.Nos ubicamos uno a cada lado de mamá y caminamos hacia la plaza. Pasee la mirada por la gente reunida.Me
sorprendio descubrir que la gran mayoria eran de un nivel sociocultural elevado.Rostros graves, como si estuvieramos
en un velatorio .Nada para gritar, ninguna consigna.Nada, solo el vacio de sentirse burlado. Un poco más atras de donde
estabamos vi al ex-grupo de Ateneo.Me acerque y nos saludamos quedamente.Pasó una columna de manifestantes
peronistas insultando al presidente.La tarde iba cayendo, junto con el manto de vergüenza. Le comenté a uno de mis
antiguos camaradas de agua.

-Si fuera director de cine, terminaria la pelicula con una vista de


la plaza y mientras la pantalla se va poniendo negra, una leyenda en letras
blancas que dijera:
"en la Argentina el crimen, a veces queda impune"...
¿que te parece?-
Reflexionó un poco y me corrigió
-No, mejor esta..."en la Argentina el crimen, casi siempre queda impune"-

Volvi con mamá y Myriam.Las miré y dije

-Ya está-
Myriam, conteniendo el llanto, casi gritó
-¿Como que ya está?...¿Asi queda todo?-
Sin encontrar una respuesta atinada, sacudí derrotado la cabeza y repetí
-Ya está-
Mamá permanecia en silencio.Se sacó el pañuelo
blanco, lo besó y lo guardo.Preguntó
-¿Vamos?-
Nos volvimos a agarrar los tres y bajamos, con tristeza, las escaleras del subte.

Fin

Post scriptum

Luego de terminar de escribir el presente trabajo, hablamos mucho del tema con mis padres y mis hermanos. Mi madre
me sugirió agregar unas líneas, escritas por ella. A continuación transcribo lo que ella escribió

Siempre me ha costado hablar de este tema, trato de contenerme y me escucho hablar pausadamente, casi sin revelar
emoción, como si estuviera contando algo que no me tocó a mi; más difícil aun es escribirlo. Cuando se escribe, se
bucea buscando lo más hondo, lo que se tiene pudor en revelar a los demás, porque es algo profundo, intimo. No
quiero, ni puedo tampoco, borrar de mi memoria la madrugada en que se llevaron a Mariel; recuerdo que se puso una
camisa nueva y unas sandalias nuevas también, supongo para estar mejor; se arregló, aparentemente, tranquila ; no
fueron las cosas así cuando subí a su pieza a buscarla: se encontraba boca abajo en el piso, esperando tal vez un disparo.
ya había temblado la casa cuando estallaron bombas de estruendo en la terraza. temblaba y sus ojos tan grandes y
tristes me parecieron los de un animal herido que sufre y tiene miedo.

- Te quieren interrogar - le dije

Detrás de mi, bien pegaditos, entraron los hombres que habían asaltado mi casa. No se cuanto tiempo pasó, una hora,
quizás dos. Uno de los tipos salió y me dijo con voz airada

- ¡Mire, mire lo que encontré en la bota de su hija! -


Era una oblea blanca en la que se leía
"Abajo los canas, abajo los milicos"
Estaba manuscrita pero no era letra de ella. Ese pedacito de papel
seria, según esos intrusos, algo terrible y comprometedor
- Se tiene que vestir y acompañar- agregó
-¿Por que?- les pregunté
- Porque tenemos que interrogarla -
Nada, ni una palabra se me ocurrió decir. Era la inseguridad ante una cosa nunca vivida. Ahora me doy cuenta que todos
mis sentimientos estaban paralizados por la incertidumbre, por el miedo de lo que podría ocurrir con Mariel. La vi
atravesar la avenida esposada entre quienes la llevaban, pero serena y firme. Luego mi llanto, mi inconformidad, mi
dolor. Me tiré en la cama. Solo quería llorar

-Mary, la vida sigue, acá hay otros para atender - me dijo mi marido.
Horas después, como si nada hubiera pasado, comencé mis tareas normales.
-¿Que pasó en su casa? - me preguntó el librero del barrio
-¿Que sabe Ud.? - le respondí desconcertada
-¡Pero señora! ...media república se enteró que se llevaron a su
hija...cortaron el transito de Juan B. Justo y el de Nazca también.-
No nos habíamos dado cuenta y allí comenzó la historia de nuestras mentiras para que los familiares, para que los
amigos, no supieran que se habían llevado de casa a mi hija por "subversiva" Nos sentíamos doloridos, inermes y
avergonzados ¿Que hacer? ¿como podríamos salvarla? A la semana un llamado telefónico

- Soy yo, Mariel -


- ¿Como estas? -
- Bien -
- ¿Que necesitas? ¿que podemos hacer? -
- Nada, voy a estar un tiempo más aquí -
- ¿Queres hablar con Marianito? -
- No, no...-
Marianito era su hermano menor, catorce años de diferencia con ella. Siempre creí que se negó porque no quería
quebrarse. Luego de ese llamado tan corto, el silencio total. Estabamos al garete, no sabíamos que hacer. Una amiga,
Nina Vinstock, a la que meses antes también le habían arrebatado el hijo me conectó con un grupo de gente con el
mismo dolor. Nos reunimos la primera vez en una iglesia que creo se llamaba Nuestra Sra. de Betania, allí por la calle
Medrano. Todos hablaban de sus ausentes, por lo general chicos y chicas muy jóvenes, algunos, la mayoría estudiantes,
otros empleados, obreros, toda gente ocupada. Poco a poco fui conociendo más personas en la misma situación y
también encontré antiguos amigos que tenían el mismo dolor, Hebe Serna, con su marido secuestrado, padre de siete
hijos, contador y profesor en la facultad. Sirita Villalain con varios hijos ausentes, Teresa Berra con su hija sicóloga y su
yerno sin saber nada de ellos... Firmábamos solicitadas, entrevistábamos politicos, escribiamos cada cual a algun
sacerdote, obispo y hasta yo escribí al Papa. Me dijeron que un pariente de Paulo VI residente en Santa Fe también
había sido secuestrado. Yo recibía notas de solidaridad de la Nunciatura, de algun sacerdote pero también recibí una
nota muy desacertada de un obispo de La Rioja. Personaje que transitara por nuestro país no se libraba de nuestro
asedio. Conservo la nota de respuesta de Sandro Pertini y la nota que enviamos en ocasión de la visita a la Argentina de
los Reyes de España. De tanto firmar con mi nombre tantos reclamos, el secreto del secuestro de mi hija ya no se podía
ocultar. Figuraba tambien en algunas solicitadas el nombre de Maria Elina Corsi, reclamando por su aparición. Los
amigos y parientes nos expresaban su apoyo, sin embargo los unicos ajenos al suceso eran mis suegros que creian que
ella estaba trabajando en Rosario. Un día, una vecina oficiosa le preguntó a mi suegra

- ¿Y su nieta? -
- Está trabajando en Rosario -
- ¿Eso cree? No, su nieta fue secuestrada por los militares -
Esa mujer hirió a los viejos, hizo algo que a nosotros nos costaba decirles, pero nos allanó el camino para pedirles sus
pasaportes italianos y acreditar a mi hija como ciudadana italiana ¡Cuanto tengo que agradecer a los "tanos"! Ellos
aceptaron asumir la defensa porque, como me dijeron en la embajada italiana

- En Italia hemos combatido con la fuerza de la Ley y este gobierno la unica razon que tiene es la de las metralletas -

Pusieron a mi disposicion un abogado gratis y cumplimenté todas las cosas que me sugirieron. Luego la Democracia. La
CONADEP hizo lo suyo, pero lamentablemente no pudo esclarecer nuestro caso, mi hija era una desaparecida y no se
sabia nada más. Yo siempre conserve mi esperanza, sobre todo alentada por las palabras del Padre Mario, al que acudi
por consejo de personas muy bien intencionadas

- Su hija vuelve despues de muchos años-

Esas palabras las pronuncio despues que me habló de mi hija, como si la hubiese conocido; me puntualizó todas las
enfermedades que tuvo (que no fueron pocas) Era tan acertado lo que me dijo que provocó mis lagrimas. El padre
Mario no fue el unico parasicologo al que acudí, ninguno tampoco la dio por muerta; sigo rezando como lo hice siempre,
no como muerta, solo pido que tenga paz, donde esté. Alguien me pregunto una vez

- Si vieras a Massera o a Videla o a Suarez Mason en un callejon oscuro y pudieras hacerlo desaparecer sin que nadie se
enterara ¿lo harias? -

Nunca lo haria porque yo no soy como ellos. Ese gobierno autoritario y despótico no tuvo ni claridad moral ni política
para hacer lo que hicieron; fueron los dueños del terror, la soberbia y la injusticia. Fueron tremendamente cobardes, no
se hicieron responsables de sus crimenes, lo ocultaron con mentiras. Todavia recuerdo sus respuestas. No asumieron su
responsabilidad, desconocen sus errores y aun mas, se ufanan de sus crimenes. Estoy segura que las personas rectas los
desprecian. No supieron poner en ejecucion las leyespor miedo. El terror los transformó en asesinos, fueron
hombrecitos abominables que no estuvieron al servicio de sus ciudadanos. La labor militar la reservaron para pasear en
desfiles militares sin entender jamas que habia caminos legales para actuar.

Maria Antonia Barrionuevo de Corsi

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