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Es un movimiento que comienza siendo una corriente filosófica. Dentro de lo psicológico uno
de sus mayores exponentes es V. Frankl, con su discípulo Längle.
Es un movimiento que no surge de un líder, de un solo personaje, más bien, surge por
generación espontánea, más que nada en los ámbitos filosóficos en Europa, a fines del siglo XIX. Sin
oponerse a otras escuelas, denuncian una realidad que era acuciante, que luego se trasladará al siglo
XX: la crudeza de lo que hará en el mundo las dos GM; con todas sus secuelas.
Las características que comienza a tener es que empiezan a haber psiquiatra y psicólogos que
llevan esto filosófico al ámbito psicológico, como son: Jaspers, Biswanger, Frankl. La denuncia que
hace el existencialismo, no es solo cultural o social por los ribetes bélicos que se avizoran; sino que
comienza a haber un debate sobre la relación entre sujeto y objeto. Es una crítica que comienza a
hacerse a ese modelo escindido, buscando una integración, una relación más flexible y dinámica que
tenga en cuenta ambos aspectos y no solo uno o el otro. Se intenta superar la dicotomía sujeto-objeto.
La superación de esta dicotomía, el existencialismo lo plantea con el abordaje de la persona, en la
cual convive esa doble capacidad o habilidad que solamente tiene el hombre de posicionarse como
sujeto y objeto, donde hay una vivencia pero al mismo tiempo la posibilidad de distanciarse y
pensarse a sí mismo.
La capacidad de poder vivenciarse como sujeto y objeto frente a una misma situación es única
de las personas. El hombre tiene una estructura distinta, diferente; la naturaleza de la dimensión
psíquica es totalmente distinta de lo físico y lo cultural, pero aun así nos sentimos uno, aun teniendo
aspectos muy distintos y diferentes entre sí.
Otro elemento que también toma el existencialismo es el pensar al hombre como un ser finito,
un ser para la muerte, donde la única certeza que tiene es que se va a morir; es una paradoja, puesto
que nunca nos hemos muerto pero sabemos que vamos a morir. El ser que tiene una vida acotada en
el tiempo. Es un ser doliente, puesto que todos los seres humanos tenemos conciencia de qué es el
dolor; es el ser que se angustia. La angustia nace, vive y muere con el hombre, es ontológica, nos
acompaña durante toda nuestra existencia. Es una llamada de atención a que nuestra vida no va bien.
Comienza a darse cuenta de que el hombre, entre otras cosas, además de tener una angustia
ontológica, también nace sin nada. La palabra existencia hace referencia a ser arrojado, sin una
previa elección. Es un ser arrojado, expulsado al mundo. Nos toca algo que no elegimos, la
existencia, y además venimos desprovistos de instintos que nos guíen. La gran pregunta es qué se va
a hacer con esa vida. Se comienza a tallar así el concepto de libertad: solo yo dentro de mis
posibilidades únicas e irrepetibles voy a poder construir o recrear mi propia existencia. Estamos
condenados a ser libres. El hombre se halla solo con su existencia.
A raíz de las guerras empieza a verse que había una modalidad tradicional en la psiquiatría de
manejarse con tres grandes ejes psicopatológicos. El existencialismo comienza a ver que, a partir del
caos surgido por la guerra, que hay nuevas formas de enfermar. Huno la necesidad de agrandar el
abanico, para incluir otros tipos de cuadros que estaban pero no sabían dónde ubicarlo, como es el
suicido. Se estaba reduciendo a la persona a un modelo muy pequeño. Piensa la psicopatología de
una manera más amplia.
En función de todo esto podemos pensar un concepto, a grandes rasgos, sobre qué se entiende
por existencia: proviene del latín existere, que significa emerger, aflorar, salir, ser arrojado, es lo que
aparece, nacer, venir al mundo, dar a luz, arrojar luz a algo que está oscuro o que no era. El concepto
de existir es dinámico, lleva en sí mismo un movimiento. Otro elemento importante es que se existe
en un mundo, no podemos ser fuera del mundo, puesto que nuestra existencia se va a enraizar en esta
tierra. Somos arrojados a un mundo que no nos necesita, estuvo antes de nosotros y seguirá estando
después de nosotros. Pero aun sabiendo que vamos a morir, necesitamos como motivación dejar algo
que diga que nuestra vida no fue en vano, trascender. Biswanger nos habla de ser-en-el-mundo:
dasein-im-der-welt.
Esta corriente nace en Austria, y es la tercera fuerza en psicología: la primera es el
Psicoanálisis, la segunda es la psicología individual de Adler y la tercera será la Logoterapia y el
existencialismo.
A la palabra ser (Seint), le aguregan una proposición Da (ahí), esto es, el ser es siempre da,
por ende, se es siempre ahí y ahora, aquí como eterno presente. Solo tenemos el hoy, el aquí y ahora,
somos siempre un eterno presente. El hombre tiene un pasado y un futuro pero solo tiene la libertad
para poder modificar y moverse en el aquí y ahora.
Si hay un problema en el pasado, no hace falta volver ahí para elaborarlas y resolverlas ya que
se actualizan. Los problemas se actualizan de un mal modo y llegan hasta nuestro presente y aparece.
Si bien se hace hincapié en el ser, se trabaja mucho con los contextos culturales, ya que se es
en el mundo. Entonces, el ser tiene tres dimensiones:
Aun siendo tan diferentes estas dimensiones, nos percibimos como algo integrado, no
podemos pensarnos fuera de alguna de estas tres dimensiones.
Se trabaja sobre la consciencia, que es el aquí y ahora, la interacción entre sujeto y objeto, es
algo ontológico del hombre.
Al igual que otros movimientos o paradigmas epistemológicos, este movimiento también tuvo
sus críticas o resistencias.
La primera gran resistencia, es que le decían que no era más que un aporte general, un relleno
de detalles. Otra crítica es el que se basaba mucho en la filosofía, era como una intrusión de la
filosofía en la psicología. También se le criticaba el tomar un paradigma más amplio, es decir,
apuntaba a algo más vivencial, de trabajar más con lo profundo, saliéndose con los modelos
tradicionales que tenían tres formas o estructuras para ver al sujeto. Es un abordaje empírico que
incluye en la psicopatología más cuadros de los que se venían dando, por ende, no se amolda a las
tres estructuras que eran la neurosis, la psicosis y la perversión. El existencialismo toma grados de
libertad, contrario al psicoanálisis que plantea lo determinante por estructura. Se abre a la mirada
determinista en lo psicopatológico.
Trabajará desde la psicopatología con el CIE 10 y el DSM V, donde hay un abanico más
grande para poder diagnosticar. Si bien hay una suerte de etiquetamiento, se trabaja desde lo
personal, donde hay perfiles y rasgos. Y agregan nuevos cuadros de enfermar del hombre de hoy,
como son las adicciones problemáticas, trastornos de personalidad, depresiones, ludopatía, etc.
Hablamos de grados de libertad porque hay cosas que no puedo elegir de mi propia existencia, ni
siquiera elegí mi existencia, ni el lugar donde vivo, etc. Es por ello que hay que construirse, tiene un
grado de libertad. Es algo superador, el qué hacer con aquello que no elegí.
Hay cuatro grandes temas que abordan el existencialismo o también llamados supuestos
básicos de la existencia, estos son:
17/8/17
El método fenomenológico tiene su origen en Bretano, quien fue un pensador que por
primera vez presenta este método. La palabra fenómeno proviene del griego fainomen, y significa
algo que aparece en el cielo, como una estrella fugaz, un rayo. Es algo que en medio de la quietud
acontece, y así como aparece se va.
Husserl dirá que la fenomenología es una descripción de las esencias intelectivas que
permiten organizar de manera coherente una experiencia, pero, más generalmente, se la puede
entender como una fiel descripción de las experiencias conscientes.
Heidegger propone una actitud fenomenológica que es la de apertura al otro, a su ser, respetar
tal cual presenta lo que cuenta, es aquietarse, quedarse en un silencio de apertura hacia lo que el ser
del otro relata, sin modificarlo. Es decir, se parte de una casi presencia, una presencia ingenua,
inocente, un despojo, un recibir sin interpretar, sin prejuicios, sin etiquetas. Una actitud de no saber.
Implica, a su vez, una actitud de estar dispuesto a escuchar. Quien tiene algo para contar es falible, al
igual que quien escucha. Su idea es ver al otro tal cual es, lo más real posible. Propone volver a mirar
las cosas prescindiendo de preconceptos, creencias, interpretaciones previas. Presenta a su método
fenomenológico como un salto hacia atrás, hacia lo pre-lógico, hacia lo que estaba antes del
lenguaje, hacia un plano pre-reflexivo, para llegar al aspecto más original y genuino del ser
humano, a lo vivencial, a lo afectivo.
Dirá Heidegger que la razón es muy importante pero tapa, y hay que sacar el velo racional,
des-cubrir, ir a la vivencia original: el dolor, la angustia, la alegría, las experiencias de afecto, sostén,
etc. El dasein será en tanto sienta el mundo, comprendo al mundo y me dispongo a hablar, a dialogar.
En psicología, esta vuelta hacia atrás significa incorporar todos aquellos fenómenos que la
racionalidad ha dejado de lado, como es la emocionalidad, la afectividad, la imaginación, las
vivencias, los mitos, el sentir.
Husserl solo se preocupaba por entender, desde la razón lógica; mientras que Heidegger se
preocupa en comprender, es decir, hay la razón pero se capta empáticamente lo afectivo de esa
persona.
Heidegger aplicará el método hermenéutico, es decir, es dialéctico. Dirá que no todo lo que
conocemos lo comprendemos, a veces solo lo entendemos. Comprender implica entrar al mundo de
los afectos. La condición para trabajar es la intuición, es decir, percibir más allá, no es ver. Ante todo
la sospecha de que el lenguaje no dice todo lo que dice. Es dejar ser lo que es. Cuando miro
fenomenológicamente amplio mi visión. Es un método de la percepción. Es ver para mirar, en donde
hay una captación integral del otro, un componente afectivo.
1- Apertura: Es el silencio, el respeto, dar espacio al otro, tener una presencia ingenua, de
no saber, actitud de estar dispuesto a encontrarme con el otro.
2- Algo sucede: Aparece el fenómeno, es el momento de epoché, palabra que proviene del
griego y significa poner entre paréntesis. Es no suponer, no juzgar, no interpretar sacar las
preconcepciones. Solo enfocarse en la experiencia que narra la persona.
3- Tratar de describir el fenómeno tal cual aparece: Se pueden hacer preguntas, para
poder describir el fenómeno, no para torcer la experiencia, sino ahondar más en la
descripción. Describir aquello que se nos presenta lo más detallado posible. El terapeuta
se enfoca en las impresiones afectivas más inmediatas, y no tanto en las explicaciones
dadas. La tarea es ayudar al otro a que describa lo más precisamente posible lo
acontecido.
4- Ecualización u horizontalidad: Es no darle a una vivencia afectiva más importancia que
a la otra, no jerarquizar las vivencias. Es poner en igualdad de condiciones a todas las
vivencias de la persona y no categorizarlas. La etapa final es la devolución, leerle lo
descrito al paciente.
El dilema lo resuelve una capacidad propia del hombre: la consciencia. Es la capacidad del
hombre que le permite enfrentar el dilema, puesto que, al igual que el dilema, la consciencia tiene
dos componentes: un pilar afectivo (subjetivo, vivencial) y un pilar racional (lógico, analítico,
verbal). Entre la posibilidad de vivirme y sentirme como persona pero también pensarme es que
emerge algo que hace que ese hombre sea una persona, es decir, que adquiera una dimensión
existencial por encima de los vivientes de esta tierra: la capacidad de vivenciarse como sujeto y
objeto, de ser y pensarse como consciente. Es una dinámica que se realiza hasta sin darse cuenta.
Es una doble estructura que permite poder vivir y desdoblarse y pensarse desde afuera, de
manera objetiva en una determinada situación.
La modernidad permite objetivarse más fácilmente, con todos los medios de registro como las
fotos, videos, grabadoras, etc.
La consciencia es lo que nos va a permitir cuando se tiene un dilema poder enfrentarlo. Nos
confronta con la libertad de elección y la responsabilidad. Solo la consciencia integrada nos permite
confrontar con el dilema.
El dilema es presentado por las circunstancias del mundo externo y la postura propia. El
tiempo, el mundo y las circunstancias te llevan a tomar una decisión, a confrontarse con las propias
circunstancias.
La conciencia tiene un componente físico en el cerebro, y se puede hacer con ella cualquier
cosa, como drogarla. Materialmente la conciencia está en el cerebro. Y tiene también una
construcción anímica, psicológica y social interna.
24/08/17
Viktor Frankl
Nace en Austria, Viena en 1905 y muere en 1997 en el mismo lugar. Se dice que es un hijo
del s. XX. Provenía de una familia judía. Su padre trabajaba en el poder judicial y su madre era ama
de casa. Tenía dos hermanos.
Nació en un lugar muy humilde, y con mucho esfuerzo estudió medicina, para luego estudiar
psiquiatría-neurología.
Fue alumno de Freud, además de ser de la misma colectividad. Tenían muchas cosas en
común.
Decide quedarse y vivir la experiencia de ser prisionero en un campo de concentración nazi.
No fue algo fácil ni rápido, más bien, tuvo un gran proceso de duelo y dilemas.
El gran dilema que enfrenta es el advenimiento de la guerra. De chico vivió las consecuencias
de la primera gran guerra mundial; donde había una Europoa desbastada por la crisis. Recibió una
beca para irse a EEUU, pero ve que su familia era perseguida por los nazis. El dilema era si huir o
quedarse con su familia.
El análisis personal, afectivo, subjetivo que hace de su dilema es qué va a ser más angustiante
para mí: salvarme y no saber qué le pasó a mi familia, o morir y saber qué le pasó a mi familia y
raza. Pero también estaba la única posibilidad de sobrevivir, hay una duda y opta por ella puesto que
no iba a soportar la carga de la culpa. Le llevó 5 años definir el dilema, tomar una posición.
En este quedarse hay un sentido que tiene que ver con su familia y con un proyecto que tiene,
el cual veía trabajando con Adler y se trunca con la guerra. Quería ver cómo es la vida del estar
preso, una mirada acerca del sentido de la vida frente a una adversidad como estar detenido. Tiene
una visión objetiva como psiquiatra, médico y subjetiva como persona (va él y su familia).
El concepto logos en esta corriente tiene que ver con la búsqueda de un sentido. En eso
consiste la teoría que desarrollará.
Hace un salto en el sentido teórico. Una de las críticas que se le hace es que es un barniz
general, una pintura que no trabaja temas de fondos y apunta a encontrar un sentido macro a la vida
pero no aborda temas particulares.
Tiene una ética basada en Kant, y una antropología de Max Scheller con los valores
axiológicos y la ubicación del hombre en el cosmos. Toma de la filosofía cláisca a Aristóteles.
1- Libertad de la voluntad:
2- La voluntad de sentido:
3- El sentido de la vida: Lo subdivide en los tres elementos que sostienen a la vida.
a. Sentido al amor: Haber amado es un gran sentido a la vida. Es un valor de tipo
vivencial.
b. Sentido al trabajo: Es algo inherente a la vida del hombre. El hombre es el único
viviente que puede trabajar y dejar lo que ha hecho a las otras generaciones. Es un
valor del tipo creativo, se deja un sello personal en lo que se hace. Se halla la
misión y la visión del sentido del trabajo o negocio.
c. Sentido al dolor: Hay una triada trágica. El valor es el actitudinal. En los
anteriores valores se tiene toda la libertad de poder hacer lo que se quiera. Los
elementos de la triada son el dolor, la culpa y la muerte (no solamente la física).
En el sentido al dolor está el valor actitudinal, donde no se tiene la flexibilidad de
libertad que se gozaba. El mundo me apela, me pregunta y yo debo responder. Es
la libertad última. Uno puede elegir qué aspecto ver aún en el peor de los
sufrimientos.
El consumo de todo tipo, ya que atonta a la conciencia, se siente desde afuera. Cuando el
sentir va en contra de lo racional es un disvalor. El consumo es un mientrastanto, me atonta porque
mi vida no tiene un verdadero objetivo.
31/08/17
Una de las características de los valores es que tocan la interioridad del hombre. Por lo cual,
es algo que me afecta y me llega, es decir, me conmueve, me toca. Por ejemplo: la vida, el amor, la
educación, la justicia, etc.
Los valores tienen el poder de mover, es decir, en su interior cada valor posee una fuerza
vital. La primera condición de la persona es poder percibirlo, ver al valor. En consecuencia, los
valores tienen una primera cuota de sensible. Los valores son sensibles al propio ser.
Una vez que percibo e identifico al valor, paso a un segundo momento: sentirlo. Esto permite
vincularme, relacionarme con ese valor. Cuando menos me conecto con las cosas se empeiza a
perder fuerza y vitalidad.
Los tres pilares que van a sostener al valor son: 1- Descubrirlo, percibirlo. El que esté ahí no
quiere decir que conmueva a la persona, es necesario descubrirlo. Tiene que haber una capacidad
interna en la persona para descubrir valores. No es ver sino mirar. 2- Aquello que me genera, una
vivencia en el sentir. En general se describe como un imán que atrae: “me gusta”. Tiene una fuerza
interior que me atrae, siento que el tiempo se va rápido. No se siente que haya que poner la voluntad
si es valioso. Necesita ser tocado, sentido, conmovido. 3- Tiene que ver si decido darle una
continuidad a ese valor, si me acerco o no.
Los valores son magnitudes dinámicas en donde se concentra y se potencia la fuerza vital. Los
valores tocan o hacen pie en la persona en su intencionalidad. Nuestro interior tiene una
correspondencia con un valor o con una parte de un objeto externo que remite al valor. Se apoderan
de mi afectividad, me sobrecogen y me afectan. Es el hombre quien se oriente hacia ellos. Primero
hay una sensación de sentirse afecta y luego hay una intencionalidad.
Los valores no están afuera, yo soy el que los ilumina. Los valores crean vida, se trata de una
apertura al mundo. Producen en el hombre una transformación, por eso son tan importantes. Por cada
valor que una persona descubre entra un trozo del mundo en ella, y se recrea el mundo en el interior.
Son el alimento psíquico de una persona. Es lo movilizante de la vida. Le dan a la persona una
realidad vital; van a ser parte de su personalidad y constituyen su historicidad.
Sin la experiencia del valor no hay experiencia de tiempo, y sin ésta no hay biografía.
La significación existencial de los valores reside en que, una vez descubiertos, ellos hacen
algo conmigo, me transforman, desarrolla una acción que me mueve como hombre. Las cosas son
valiosas para una sola persona que lo siente. El sentimiento del valor es una conmoción interior. Un
ser sobretocado, sobrecogido en el que claramente el valor me toca a mí, me apela, se trata de mí. Y
como se trata de mí es un valor personal, subjetivo, particular
Entre una persona y otra, el valor por excelencia es el amor, la afectividad. El valor entre el
hombre y las cosas o animales se llama vivencias, como un libro, un auto, etc. El sentimiento del
valor reclama relación y genera intimidad.
Donde no hay vivencia del valor falta relación. La vivencia del valor es expresión del hecho
de que estamos en relación o vinculados.
La intimidad del valor es intransferible. Una madre comunica lo valioso del amor con su hijo,
dialoga; pero no puede convidarle al otro lo que fue llevar a ese hijo en su propio vientre. La
intimidad no puede ser transportada ni trasplantada. Lo íntimo del valor solo puede ser puesto en
palabras.
Lo que el otro comunica no es el valor sino el efecto de la cosa que es vivenciada como
valiosa. Para Frankl no es posible hablar, comunicar o decir el valor, solo se pueden denominar sus
efectos.
Los valores presentan dos tipos de estructuras: una estructura piramidal o una estructura
paralela.
En la estructura piramidal hay un valor cardinal por encima del resto de los valores, por
ejemplo el trabajo, el deporte a nivel profesional. Hay también otros valores pero a la sombra de ese
primero. Si alguno de los valores pequeños se pierde puede generar tristeza, pero no se llega a la
angustia o desesperanza, puesto que sigue funcionando el primer valor. Por el contrario, si el primer
valor se pierde, queda el vacío existencial, la desesperación (que es peor que el sufrimiento físico).
En una estructura de valores paralelos, a cada uno se le otorga la misma magnitud afectiva. Se
tiene una diversidad de valores que sostienen la vida. Esto va a permitir una vida más rica a nivel
vivencial, más variado. Si se pierde uno o dos valores no se cae en el vacío existencial, aunque sí la
angustia y la ansiedad, pero no la desesperación.
El valor tiene dos componentes, uno racional y uno afectivo. Ambos van juntos. Lo primero
que impacta de un valor es lo afectivo, pero puedo explicarlo, halar de él.
El hombre tiene tres estructuras que funcionan de manera distinta: 1- El cuerpo, lo que me
sostiene en el mundo. 2- La mente o psique, está incluida en el cuerpo también. 3- El mundo de lo
social. Nos vemos como una unidad. La capacidad antropológica que tiene el hombre para verse
unido es un aspecto de la razón que se llama consciente. La consciencia hecha luz, que al mismo
tiempo deja una sombra.
7/9/17
No se descarta lo instintivo, pero no se puede explicar al hombre desde ellos, porque en las
experiencias que vivió, puntualmente, la existencia desnuda, ve que no hay lugar para los instintos.
Ante el suicidio reflexiona acerca de por qué hay otros que no se suicidan.
1- Libertad de voluntad:
Había autores que planteaban al hombre como dividido por partes, pero Frankl lo ve como un
todo que tiene dimensiones.
Hartman lo plantea como divido, como en tres dimensiones jerárquicas, donde cada una
guarda una relación. Estas son la corporal, la mental y la espiritual.
Scheler toma también estos tres estratos pero los piensa en forma concéntrica que se
relacionan entre sí.
La crítica que hace Frankl es que pueden separarse, pero no se pueden pensar una de las
dimensiones si no es en relación con las otras. Pensará al hombre como una unidad en la diversidad,
y no dividida como en estratos.
El ser humano como ser irrepetible es otra característica de este pilar. El hombre descubre
que no es un objeto reemplazable, algo que se produce en serie, un número más. Cada quien tiene un
proyecto propio, elegido libremente y nos tenemos que hacer cargo del mismo. Es la misión propia.
Cada uno debe hacer con su persona lo que puede y lo que debe, lo que decide y se deben hacer
cargo.
Otra característica de este pilar es que el ser humano está llamado a la libertad. A diferencia
de Freud, el hombre tiene la capacidad de afrontar las situaciones, los acontecimientos, tomando una
postura personal. Frente a todos los condicionamientos (biológicos, psicológicos, ambientales, etc.),
hay la posibilidad de tomar una actitud frente a ellos. El hombre es libre porque tiene la actitud de
posicionarse frente a lo que acontece.
Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo la última de las libertades: la capacidad de tomar
una postura, una actitud personal.
1- Libertad de: Tiene que ver con la capacidad de ejercer mi libertad frente a los
condicionamientos. Es algo que se me impone y yo tengo que decidir qué hacer con eso.
Son cosas que no puedo obviar, obstáculos inevitables para lograr mis objetivos.
2- Libertad para: Es una libertad que yo conquisto, que voy a cuidar cada día, a desarrollar.
Libertad para decidir cuál es mi proyecto de vida, algo sumamente personal, único,
irrepetible.
Otra característica de este primer pilar es que el hombre es llamado a la responsabilidad.
Libertad y responsabilidad constituyen la esencia de la persona. La responsabilidad es la habilidad de
responder ante aquellas decisiones que tomé de manera libre. El hombre es responsable de él mismo,
de su propia vida, de sus acciones libres.
Es responsable ante sí mismo, ante los otros y ante dios (o aquello que lo reemplace,
dimensión metafísica).
El lugar donde se encuentra esta habilidad para hacerse cargo es la consciencia, esta
dimensión de diálogo interno con migo mismo, de intimidad.
Como característica principal plantea que el ser humano es llamado a buscar un sentido. Se
relaciona con el concepto de autotrascendencia, que será fundamental en este pilar, dice que el ser
humano está orientado a no quedarse en sí mismo, sino a salir al encuentro de alguien o de algo que
está más allá de mí mismo, que es diferente y que no por eso voy a dejar de ser yo. No voy a dejar de
ser yo por estar orientado a algo diferente.
Solo cuando soy capaz de salir de mi mismo sin dejar de ser yo mismo, cuando voy al
encuentro de las cosas y de lo humano, de lo otro puedo experimentar ser feliz. Es una dirección
intencional libremente opada.
Necesitamos un mínimo de tensión, algo que nos impulse para buscar este sentido, algo que
nos dé una fuerza, poder descubrir algo que crear, de hacer, alguien con quien compartir, siempre
habrá algo que me impulse. Somos atraídos por valores, aquello que atrae y da sentido, que toca el
propio ser, aquello que varía de persona en persona, lo que da vitalidad, que me llena de afectividad,
emoción, me conmueve como persona.
No todos le damos la misma importancia al mismo valor, siempre estará en función de las
vivencias que se tiene.
También habla de los bienes, que son aquellos objetos que portan la idea de valor. El sentido
tiene que ver con la vivencia. Le doy sentido al valor a través de la experiencia que tengo en el día a
día.
3- El sentido de la vida:
Algo que nos planteamos a lo largo de toda la existencia y se presenta fundamentalmente en
las situaciones límites de la vida, la muerte, la culpa, algo que sobre pase nuestras posibilidades, etc.
Varía de persona en persona. Hay tres caminos:
1- Valores de creación: Generar algo nuevo, transformar, crear, ofrecer algo al mundo a
través de mis creaciones. El más importante es el sentido del trabajo, es la dimensión del
hacer, del ofrecer, de transformar y crear el mundo; me ofrece la posibilidad de verme
como un ser único al poder aportar algo que ningún otro puede aportar.
2- Valores de experiencia o vivencial: Aparecen cuando descubro que soy capaz de dar
(creación) algo al mundo pero también de recibir algo del mundo. Por ejemplo el amor, el
cariño del encuentro con el otro, la música, el arte. Tiene que ver con la gratuidad. El
amor es la meta más alta de la vida, no hay otro igual; es necesario encontrarse a sí
mismo, valorarse, saber quién es para poder amar. Tenemos que tener la posibilidad de
amarnos para poder amar a otros.
3- Valores de actitud: tiene que ver con una postura activa del hombre ante situaciones que
me confrontan, que van más allá de mí mismo. Habla de una triada trágica: el sufrimiento
o dolor, la culpa y la muerte. Son situaciones ante las cuales debo tomar una postura
activa, son inevitables, no sirven los otros dos tipos de valores. Se debe afrontar por medio
de la libertad y la responsabilidad.
El sufrimiento o dolor es algo por lo que todos atravesamos en algún momento; pero
puede hacer las veces de motor, algo que impulsa. Se debe descubrir el sentido del
sufrimiento. Es algo irreversible, irreparable, nadie puede hacerse cargo de mi
sufrimiento, solo yo, es algo intransferible. Es tomar una actitud frente a algo que se me
presenta como una carga, como un peso.
La culpa es el haber obrado de manera incongruente con mi consciencia, haber ido en
contra de mis valores.
El sentido de la muerte es la que muestra nuestra finitud. Nuestra vida termina en algún
momento y debemos afrontarlo, tomar una actitud ante ello. Lo importante es cómo vivir
nuestros años, no importa la cantidad sino la calidad. La finitud nos viene a dar un sentido
a nuestra vida, de lo contrario no encontraríamos sentido o menta.
14/09/17
No hay una antítesis entre salud y enfermedad. La salud tiene aspectos de enfermedad y a su
vez la enfermedad incluye aspectos de salud. No está la salud opuesta a la enfermedad para el
existencialismo, sino que se encuentran dentro de un proceso que, así como el ser incluye al no ser,
la salud incluye aspectos de vulnerabilidad.
La salud incluye muchos aspectos, varias dimensiones. Es un estado de bienestar tanto físico,
como mental, emocional, social, etc.
Otro aspecto es que la salud está relacionada con una mayor cantidad de recursos, la
capacidad de flexibilidad para adaptarse al medio.
Etimológicamente la palabra salud viene del latín salus-utis, y tiene varios significados. Este
concepto se utilizó en el imperio Romano. El primer significado tiene que ver con el bienestar físico,
es decir, ausencia de síntoma. También es un deseo, a modo de brindis, se desea bienestar. Una
tercera acpeción tiene que ver con lo salvador, con un criterio de salvación. Un cuarto aspecto tiene
que ver con la salubridad, es decir, los aspectos que potencian la salud.
El concepto de cura tiene que ver con lo divino, lo religioso, lo mágico, el chamanismo en
América, lo esotérico, el concepto de salvador a modo de mesías, alguien que viene a solucionar
todos los problemas. El sujeto no es el protagonista, tiene un rol pasivo, el otro tiene el poder de
curarme y salvarme.
En la Edad Media este concepto se desglosa. Se divide en cura física, de la mano del médico,
el físico y la cura espiritual, que la realizan los sacerdotes. Sin embargo, se sigue manteniendo aquél
criterio salvador.
Nunca se pudo precisar bien qué es la salud, puesto que siempre estaba vinculada al aspecto
de enfermedad. Actualmente se habla de promoción, donde no se habla de enfermedad sino de una
calidad de vida, respecto a lo social, lo físico, etc. Se trata de promover la salud antes de prevenir una
enfermedad. La promoción de la salud pertenece al nuevo paradigma.
Re dirá que ser sano es mucho más que no estar enfermo. Salud no es ausencia de…, sino
contenido y protagonismo de la persona. Es decir, yo soy el agente activo de mi propia salud. La
salud no es solo la ausencia de un síntoma físico, sino que en la actualidad se abre a lo corporal, lo
mental, lo social, lo histórico, las relaciones y las instituciones. La salud es la vivencia armónica,
gozosa, responsable e interactiva de: la herencia, de la realidad social, las condiciones de vida, la
psiquis, la calidad de las instituciones y del comportamiento personal; en todas y cada una de las
dimensiones de la persona; en todas y cada una de las etapas de la vida. Salud es un equilibrio y una
flexibilidad entre la persona y su medio ambiente. La salud es un derecho pero también es un deber
inalienable del ser humano. Es la más clara afirmación a la vida.
Desde Frankl la salud es un valor supremo, cardinal, la afirmación a la vida. Son grados de
libertad que permiten los valores vivenciales y actitudinales. Hay responsabildiad, puedo dar una
respuesta, soy activo y flexible. Es la relación con sí mismo, con el otro y con el mundo. La salud
implica el desarrollo del ser en su esencia y sentido. Es el poder escribir mi propia historia. Es
trasnformar y transformarme. Es comprometerse con algo o con alguien, ya que el compromiso es un
signo de salud mental. Es el participar y el entrablar vínculos afectivos.
- Criterio subjetivo: “me siento bien”. Tiene que ver con la sensación interna más que con
la presencia real, ya sea de la salud o la enfermedad. Puedo estar enfermo sin
subjetivamente saberlo, o puedo en apareicia estar sano y estar enfermo. Es decir, tiene
que ver con una vivencia óptima propia.
- Criterio objetivo o anatómico: Puede ser psiquiátrico o físico. Es algo biológico. Tiene
que ver con la comprobación cuántitativa de ciertas lesiones anatómicas, ya sean macro o
micro, que fundamentan un diagnóstico. En el caso de la salud mental aparecen signos y
síntomas.
- Funcional: La persona objetivamente está sana y subjetivamente se siente bien, pero, por
ejemplo, no camina. Tiene que ver con el dinamismo, hace referencia a las funciones
vitales. Subjetivamente se siente bien, y objetivamente no hay problemas aparente, pero
no hay una funcionalidad en la persona, falla en el dinamismo, se halla trabado.
- Criterio biográfico, social y existencial: Es un criterio de salud en relación a mi
rendimiento, es decir, a lo funcional, en relación al ajuste social, en relación a la
capacidad de trabajo para crear o producir algo valioso, y en relación a la época en la que
me tocó vivir. Por ejemplo Kant nació con un problema físico y lo trascendió. Que haya
un problema no queire decir que no se pueda llevar una vida saludable.
- Criterio personalista: Arranca con el romaticismo en Francia en el s. XIX. Tanto la salud
como la enfermedad son un criterio de elección propia. Se pone en juego la libertad de
elección. El hombre toma la decisión de la salud o no.
- Criteri cuantitativo: Incluye el criterio de norma y el estadístico o escalista. Como todos lo
tienen es algo normal, porque lo vive la mayoría.
Vulnerabilidad:
El término vulnerar proviene del latín vulnerare. Tiene que ver con la posibilidad de quedar
expuesto, lastimado o herido ante una situación problemática. Hay etapas vulnerables en la vida, ya
sea por razones físicas o psicológicas. La primera infancia, sobre todo el primer año, la adolescencia,
la vejez, etc., son edades vulnerables.
Crisis:
Hay dos conceptos. El primero es griego y tiene un matiz más negativo, es el de Krinein que
significa separar, rasgar, herir, discernir, demarcar. Frente a la crisis nos hallamos ante la herida, la
puerta de la enfermedad.
El concepto chino de crisis tiene un doble matiz, donde hay el peligro pero se ofrece la
oportunidad. Se ve una última oportunidad de cambio para no caer en la enfermedad. Es la antesala
de la enfermedad, pero hay la oportunidad de no entrar, de cambiar. Se piensa la crisis como un
proceso, donde se empieza con una amenaza y puede tener un desenlace positivo o negativo
dependiendo la reacción.
Lo que caracteriza a una crisis, desde Längle, que es un proceso, que demanda
acompañamiento y comprensión para transitarlo. Hay una pérdida de orientación ante esto
desconocido que pone a la persona en un estado de shock. Luego la persona no sabe qué puede hacer,
siente que no tiene los medios, puesto que siente que los recursos que tenía ahora son inservibles,
inoperantes.
Re dirá que toda crisis tiene una dinámica, un inicio y una salida. Tiene un origen, una causa,
como la muerte de un ser querido. Después le sigue la entrada en la crisis, que puede ser emocional,
mental, físico, es decir, los síntomas que hace esto en la persona. Teniendo en cuenta el momento de
vulnerabilidad será la permanencia de la crisis y cómo lo podrá ir llevando si es que puede.
Dependiendo cómo pueda sostener o no esta crisis será la resolución, la salida de este proceso, la
cual puede ser positiva o negativa.
Hay tres escenarios posibles para la resolución: 1- Vivencia plena y sana resolución: la
persona acepta aquello que le pasó, salir de la negación y ver qué implicancia tiene la persona en lo
que le pasó. 2- Sobrevivencia y sin plenitud: es una resolución negativa, hay un agotamiento
emocional y la persona nuca vuelve a funcionar correctamente luego de la crisis. 3- Irresolución o
falsa resolución: es cuando la crisis vuelve varias veces porque no se terminó de resolver
correctamente.
La crisis tiene intensidad y duración. La intensidad puede ser leve, moderada, aguda y grave.
La duración puede ser pasajera, dilatada, crónica, y dentro de éste último aparece lo recurrente.
Enfermedad:
Este concepto es también una forma de ser y estar en el mundo, una forma de darle una
respuesta al mundo desde la enfermedad. No me enfermo de lo que quiero, sino de lo que puedo. La
enfermedad es desde mi ser, desde lo que puedo ser. La enfermedad no tiene un grado de libertad, es
determinista. No hay libertad ni decisión. Tiene que ver con una respuesta al mundo geográfico.
A las enfermedades hay que pensarlas a la luz de la situación y momento histórico que vive la
persona. Hay una disposición y posibilidad.
La esencia de la persona aparece en los acontecimientos que dependen de esa persona. Son los
acontecimientos desencadenados a partir de la decisión de la persona, ya sea que decida hacer o no
hacer. Todo, siempre y cuando haya actuado de manera libre, que no haya estado coaccionado u
obligado por alguien más, que conocía realmente lo que hacía y sus consecuencias. Ahí es cuando
aparece ante sí mismo y los demás. Decimos que aparece porque pone su sello.
No hay peor decisión que cuando uno la toma apurado, presionado u obligado. La posibilidad
de elegir es propia de la persona, de su libertad. Ahora bien, la libertad es una decisión que tiene el
hombre por dos componentes: no venimos determinados por naturaleza y tampoco estamos
determinados socialmente. Frente a la falta de sostén externo y al poco piso biológico emerge la
dimensión de la libertad.
Si la persona le pone su sello propio se puede hacer responsable, sabe que nadie más es
responsable de ese acontecimiento, ya sean positivas o negativas.
Ahora bien, ¿qué es ser responsable? Es meterse en el juego, entre lo que viene de afuera y lo
que quiero yo, y las presiones de los demás y lo que yo necesito. Es un juego de fuerza. Es una
respuesta de manera consciente frente a lo que la vida me pregunta. Para ello es necesario que haya
un compromiso de la persona, tanto consigo mismo con lo que es valioso para esa persona. Es obrar
en consecuencia con lo valioso para uno.
Este ser responsable presupone la libertad de la persona. La libertad consiste en decidir uno
mismo y ser causante de un efecto. El sentido que tiene la libertad es el compromiso, de lo contrario
se cae en un libertinaje.
Hay una diferencia entre libre de y libre para. La importancia de porqué decido esto, para qué.
Mi decisión va a tener un causante, sea positivo o negativo. Cuando lo que decido lleva a un
fracaso, aparece la culpa; una impotencia frente a lo inmodificable de lo acontecido. Pero frente a esa
culpa puedo resignarme, reprocharme o reprochar a los demás, o ver cómo puedo mejorar a raíz del
error.
Con una enfermedad se pierden grados de libertad, porque hay un determinismo biológico, y
toda la libertad irá estar marcada por esa limitación. Por ejemplo: una persona que nace ciega. Hay
más actitud que libertad, puesto que se está marcado por el determinismo de la enfermedad, hay
menos luz de posibilidad de opción.