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PODER ARMAMENTÍSTICO EN EL MUNDO

PRESENTADO POR:
ÁVILA VILLAREAL ANGIE LORENA
GALINDO LOZANO DANIELA
MURILLO ROSAS MARÍA CAMILA
VARÓN SEGURA KAREN NATALIA

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA


FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
PROGRAMA DE NEGOCIOS INTERNACIONALES
IBAGUÉ TOLIMA
2018
PODER ARMAMENTÍSTICO EN EL MUNDO

PRESENTADO POR:

ÁVILA ANGIE LORENA


GALINDO LOZANO DANIELA
MURILLO ROSAS MARÍA CAMILA
VARÓN SEGURA KAREN NATALIA

PRESENTADO A:
GUSTAVO FERRO NUÑEZ

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA


FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
PROGRAMA DE NEGOCIOS INTERNACIONALES
IBAGUÉ TOLIMA
2018
CONTENIDO

Pág.

INTRODUCCIÓN 7

JUSTIFICACIÓN 9

OBJETIVOS 10

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1. El armamentismo entre la primera y segunda guerra mundial.

1.2. Orígenes de la carrera armamentista en el periodo de la guerra


fría.
1.3. Los esfuerzos multilaterales por detener la carrera
armamentista. El papel de la Organización de la Naciones
Unidas.
1.4. Consecuencias económicas y sociales de la carrera
armamentista
2. MARCO TEÓRICO

3. FACTORES DE RIESGO DE DESESTABILIZACIÓN REVELANTES

4. APRECIACIÓN GEOPOLÍTICA

5. POSIBLES ESCENARIOS DE DESEMPEÑO DE LA

SITUACIÓN GEOPOLITICA

6. PROPUESTA DE SOLUCIONES

7. CONCLUSIONES

8. RECOMENDACIONES

9. BIBLIOGRAFIA
LISTA DE ILUSTRACIONES

Pág.

Ilustración 1. Gasto militar global

Ilustración 2. Gasto militar de África

Ilustración 3. Gasto militar de Algería

Ilustración 4. Gasto militar de América

Ilustración 5. Gasto militar de USA

Ilustración 6. Gasto militar de Asia y Oceanía

Ilustración 7. Gasto militar de China

Ilustración 8. Gasto militar de Europa

Ilustración 9. Gasto militar de Rusia

Ilustración 10. Gasto militar de Oriente medio

Ilustración 11. Gasto militar de Arabia Saudita


GLOSARIO

I. ARMAMENTOS

1. Arma nuclear: Artefacto nuclear explosivo para ser empleado con fines

bélicos. Se llama explosión nuclear a la que se basa en el empleo de

la energía que se desprende durante las transformaciones nucleares.

Los medios portadores pueden ser misiles o aviones. Los misiles

pueden ser lanzados desde tierra, aviones o submarinos.

a) Intercontinentales: Las que tienen un alcance superior a 5500

kilómetros.

b) De alcance medio: Las que tienen un alcance entre 1000 y

5500 kilómetros.

c) Tácticas: Las que tienen un alcance de hasta 1000 kilómetros.

2. Arma biológica: La que utiliza organismos vivos o sustancias

infecciosas derivadas de ellos, cuyo empleo causa enfermedad o

muerte en las personas, los animales y las plantas. Se le llama

indistintamente arma bacteriológica.

3. Arma convencional: Que no provoca destrucción masiva.

4. Arma de destrucción masiva: Armas nucleares u otras de efectos

comparables, tales como las biológicas y las químicas.

5. Arma química: La que emplea sustancias químicas gaseosas, líquidas

o sólidas que causan efectos tóxicos directos en las personas, los

animales y las plantas.


II. SIGLAS

1. ONU: Organización de las Naciones Unidas. El documento

constitutivo de la Organización, la Carta de las Naciones Unidas, fue

firmado el 26 de junio de 1945, y entró en vigor el 24 de octubre del

mismo año.

2. OTAN: Organización del Tratado del Atlántico del Norte. Alianza

político-militar establecida por Estados Unidos en abril de 1949.


INTRODUCCIÓN

La carrera armamentista es una relación de competitividad de armamentos y el

desarrollo tecnológico y tiene lugar cuando países rivalizan entre ellos para lograr

el desarrollo de armas poderosas y eficaces; sus primeros inicios fueron durante la

guerra fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos, la característica principal fue

el fortalecimiento de la carrera de armamentos además cada potencia se preocupó

de aumentar sus arsenales bélicos y especialmente nucleares.

A pesar de la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y del

Pacto de Varsovia, continúa su evolución, cuyo fenómeno surgió en la segunda

mitad del Siglo XX, y el cual es inherente al capitalismo en su fase imperialista, y

radica en la producción, desarrollo, diversificación, modernización y acumulación de

nuevos y cada vez más sofisticados sistemas de armas de todo tipo, pero en

particular de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva, que se

encuentran concentradas en un selecto grupo de Estados del actual sistema de

relaciones internacionales1 , las cuales son suficientes para acabar varias veces con

la vida sobre el planeta y toda la obra de la civilización.

En la investigación realizada se identifica que la carrera armamentista, así como su

desarrollo, orígenes y consecuencias, han sido objeto de estudio por diversas

1
Entendido como “el escenario, el ámbito, en que se desarrolla la política internacional, así como la
estructura resultante de la interrelación entre los Estados y otras entidades políticas independientes”.
Gonzáles, Roberto: Teoría de las Relaciones Políticas Internacionales. Editorial Pueblo y Educación, La
Habana, 1990, p .11.
organizaciones, además existe una abundante bibliografía sobre el tema; y son

varios los organismos e instituciones, tanto gubernamentales como no

gubernamentales, que se ocupan del asunto. Esto permitió comprender la

importancia del tema, debido al peligro que encierra para la supervivencia de la

humanidad y por sus consecuencias económicas y sociales


JUSTIFICACIÓN

La presente investigación se enfocará en estudiar el análisis de los factores

determinantes que han incurrido en el origen y desarrollo de la carrera

armamentística, así como el pensamiento estratégico y la política militar de los

actores principales que inciden y estimulan el desarrollo armamentístico, de esta

manera la importancia de esta investigación radica, finalmente en el impacto social

y económico que pudiera tener el poder armamentista en un futuro debido a que

este ha sido cada vez más un problema para la humanidad porque ha venido

aumentando drásticamente, por lo tanto se puede evidenciar que en la actualidad

los problemas sociales y económicos del desarme revisten un interés especial.

Tenemos presente no solamente el aumento de los recursos materiales que se

dedican anualmente a fines no productivos sino también la creciente gravedad de

los problemas de alimentación, materias primas y energía, la agravación de la

situación ecológica mundial, las necesidades sociales y económicas insatisfechas

de la mayoría de la población mundial, la posible aparición de tipos nuevos y más

terribles de armas de destrucción en masa, etc.2

2
Unesco, La carrera a armamentista y el desarme: consecuencias sociales y económicas, 1978, p. 7.
OBJETIVOS

Analizar la importancia del poder armamentístico en el sistema de las relaciones

internacionales, a partir del comportamiento de las principales potencias Estados

Unidos y Rusia.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Demostrar las consecuencias del poder armamentístico para la humanidad

en todos los ámbitos, incluyendo el social-económico,

 Definir los posibles escenarios que se pueden presentar respecto a esta

problemática.

 Determinar la influencia del poder armamentístico en el sistema de relaciones

internacionales.
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1 El armamentismo entre la primera y segunda guerra mundial.

Entre el período comprendido entre la primera y la segunda guerra mundial, se

puede identificar tres factores fundamentales en materia de control y limitación

de armamentos, que son abordadas en la investigación de manera general, pues

estos son importantes en la configuración del sistema de relaciones

internacionales de la época. Una estuvo dirigida hacia la prohibición de

determinados tipos de armamentos por la importancia que tenían en esa época,

en particular armamentos navales; y en esa dirección se destacaron las

Conferencias Navales de Washington de 1922, de Ginebra de 1927 y de Londres

de 1930 y 1935, que si bien arribaron a algunos acuerdos limitados, fracasaron

en su empeño general en los umbrales de la Segunda Guerra Mundial3.

En estas conferencias se trató de limitar los denominados “buques de línea”,

grandes barcos de guerra como acorazados y cruceros, con fuertes casos y

potentes cañones. La intención era detener la producción de esos medios,

destruir las existencias, pero no se arribó a ningún acuerdo concreto, en

3
El Pacto de la Sociedad de Naciones de 1919 estableció el desarme de las potencias; y el Consejo de Seguridad
diseñó planes para eso, que los Estados debían aceptar. En ese contexto se enmarcaron las conferencias
navales que se celebraron en las décadas de 1920 y 1930. La primera de esas conferencias, celebrada en
Washington en 1922, fue convocada por el gobierno norteamericano, al margen de la Liga de las Naciones. La
iniciativa fue adoptada con el objeto de permitir a ese país afianzar su nuevo papel como potencia marítima
de primer orden; a la vez que rediseñar sus intereses estratégicos en el Océano Pacífico frente a Japón, que
había salido beneficiado de la Primera Guerra Mundial. El gobierno norteamericano de la época atribuía
prioridad a la contención de los apetitos expansionistas japoneses, tanto en la esfera naval como en relación
a China; y eso marcó el tenor de las conferencias celebradas posteriormente en Ginebra y Londres
particular, por las objeciones de Japón a Inglaterra, importantes potencias

navales de la época.

En las reuniones se establecieron límites a la capacidad de desplazamiento de

los buques; y se diseñó una distribución del poderío naval entre las principales

potencias, Estados Unidos, Inglaterra, Japón, Francia e Italia, en virtud de la cual

se fijó una relación numérica que beneficiaba a los dos primeros países respecto

a los demás. Esta fue una de las causas que provocó la retirada de Japón de las

reuniones y el fracaso de las mismas.4

También se incluyen en este enfoque particular las negociaciones que tuvieron

lugar en el marco de la Sociedad de las Naciones, y que concluyeron con la

adopción del “Protocolo para la prohibición del uso en las guerras de gases

asfixiantes, venenosos y sus similares, y de los métodos bacteriólogos”, firmado

en Ginebra el 17 de junio de 1925. La adopción de esta prohibición, cuya

importancia es de reconocer, se vio facilitada por las preocupaciones que causó

en los gobiernos de la época el uso masivo de este tipo de sustancia en la

Primera Guerra Mundial.5

Este instrumento, conocido comúnmente “Protocolo de Ginebra 1925”, obligó a

los Estados partes a ratificar o asumir, según fuera el caso, los compromisos

adoptados en las conferencias celebradas en el Siglo XIX, ya apuntadas con

4
Ver Howarth, David: Sovereign of the Seas. The Story of British Sea Power, Book Club Associate, Londres,
1974.
5
Al término de la Primera Guerra Mundial se habían usado 124,000 toneladas de agentes químicos. Ver
Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW): “Fundamentos del desarme químico”, en
www.opcw.org/basic_facts/bf2k3_sp.htlm, 22 de noviembre 2017
anterioridad, en relación con la prohibición en las guerras del uso de ese tipo de

gases; a la vez que los comprometió a extender dicha prohibición a los métodos

bacteriológicos de guerra. No obstante, a pesar de su significado, el alcance

práctico que tuvo el protocolo fue muy reducido, debido a que no pudo incluir la

prohibición de la fabricación y el desarrollo de estas sustancias.6

En este mismo período se puso de manifiesto otra vertiente en materia de control

del armamentismo, también de carácter limitado, encaminada a impulsar los

esfuerzos de índole humanitaria que habían primado con anterioridad; y que

fueron retomados en 1923, en la propia ciudad de La Haya. , es oportuno señalar

que, debido a la particular atención que este enfoque representó para la

protección y reducción de los daños a los seres humanos involucrados en

conflictos bélicos; los resultados de esos esfuerzos fueron recogidos

posteriormente en los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos

al mejoramiento de las condiciones de los heridos en los conflictos terrestres y

navales, al tratamiento a los prisioneros de guerra, y a la protección a las

personas civiles; así como se reflejaron también en la adopción de los dos

Protocolos Adicionales a esos convenios, que se adoptaron el 8 de junio de

1977, en Ginebra, referidos a la protección a las víctimas de los conflictos

internos e internacionales7.

6
Aunque Estados Unidos firmó el protocolo el propio año 1925, el Senado de ese país no lo ratificó hasta
1975, es decir, 50 años después.
7
Una compilación de instrumentos sobre el tema puede encontrarse en Comité Internacional de la Cruz
Roja (CICR): Derecho Internacional Relativo a la Conducción de las Hostilidades, 1996.
Además de estos enfoques particulares, en el período entre las dos guerras

mundiales se destaca con fuerza una visión de carácter más amplio, surgida a

partir de varias propuestas de paz que realizó la Unión de Repúblicas Socialistas

Soviéticas, y que se orientaban hacia la promoción de un “desarme general y

completo”, con la finalidad de llegar a la prohibición de todos los armamentos.

En esta dirección se destaca la Conferencia Internacional sobre los problemas

económicos y financieros, conocida como Conferencia de Génova de 1922, que

se celebró en esa ciudad entre el 10 de abril y el 19 de mayo de ese año.

Ese comportamiento de las principales potencias capitalistas de la época, que

tenía al armamentismo como un medio fundamental en su política anticomunista,

caracterizó el sistema de relaciones internacionales entre la década de 1920 y

el estallido de la Segunda Guerra Mundial, aun cuando no había surgido la

comunidad socialista europea.

1.2 Orígenes de la carrera armamentista en el periodo de la guerra fría.

Estados Unidos quedó como acreedor de Europa concluida la Primera Guerra

Mundial. El país llevaba la delantera en la producción de importantes rubros

económicos, y su producción armamentista aún no tenía la dimensión que

alcanzaría después, pues todavía no se habían fusionado los intereses de

militares y empresarios, que dieron lugar al surgimiento del llamado Complejo

Militar Industrial8. Sin embargo, se ha podido constatar que la política

8
En su discurso de despedida, el 17 de enero de 1961, el Presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower,
alertó sobre el peligro de esta imbricación cuando señaló que en los diferentes consejos gubernamentales
anticomunista, que engendró la carrera armamentista en la segunda mitad del

Siglo XX, estuvo presente en los Estados Unidos desde el momento en que

triunfó la Revolución Socialista de Octubre en Rusia, lo que fue demostrado por

el historiador soviético Gueorgui Golikov, quien denunció todo el apoyo material

y financiero que el gobierno norteamericano dio a la contrarrevolución interna en

aquel país, que incluso llevó a que Estados Unidos desembarcara tropas en el

territorio soviético.

Golikov señala en un libro que los Estados Unidos de América fue el principal

organizador y participante activo de la intervención contra Rusia soviética en

1918-1920; e incluso, plantea que el pretexto aludido que utilizó fue el de

contrarrestar el imperialismo Alemán aunque el verdadero objetivo era el Estado

Soviético. Es importante destacar que, el propio Embajador Norteamericano en

Rusia, escribió al secretario de Estado de su país para notificarlo sobre los

planes y medidas dirigidas para acabar con los Bolcheviques.9

De igual forma se considera que eso es también lo que explica la tenaz oposición

de Estados Unidos a todas las propuestas de limitación y control de los

armamentos que se señaló con anterioridad; lo que evidencia que estaban

previstos los planes para evitar, por medio de la fuerza, la consolidación del

joven Estado soviético. Federico de Córdova condujo también una amplia

había que protegerse contra la acción de lo que calificó como una influencia injustificada por parte del
complejo militar-industrial, y que no se debía permitir que la entrada de esa agrupación pusiera en peligro las
libertades y los procesos democráticos. López Ibáñez, M: “Complejo militar-industrial estadounidense”, en
Rebelión, Red Voltaire, http: //www.rebelion.org, 26 de junio de 2005.
9
Golikov, Gueorgui: La Revolución Socialista de Octubre. Editorial Nacional de Cuba, 1963, p. 150.
investigación sobre este período en un trabajo que tituló “El Fariseísmo en la

Política Exterior Norteamericana” en el que ofrece argumentos contundentes al

respecto.10

Es de hacer notar también la influencia que la producción armamentista, como

elemento fundamental para el uso de la fuerza en las relaciones entre Estados,

tuvo en la reanimación de la economía norteamericana después de la crisis

económica de 1929 y la recesión de la década de 193011. En 1934, por ejemplo,

el presupuesto militar de Estados Unidos ascendía a 540 millones de dólares, lo

que equivalía al 8,1 por ciento del total del presupuesto federal; sin embargo, ya

en 1938 esa cifra se había casi duplicado y alcanzaba los 1030 millones de

dólares. En el año 1940, a pesar de la proclamada neutralidad norteamericana

de inicios de la Segunda Guerra Mundial, el presupuesto militar de Estados

Unidos era de 1498 millones de dólares, y representaba el 16,5 por ciento del

total del presupuesto federal; pero ya a finales de la guerra, en 1945, los gastos

militares norteamericanos alcanzaban la cifra de 81277 millones de dólares, y

equivalían al 82,7 por ciento del presupuesto federal12.

Se pudo constatar que en todo este período, la estrategia del gobierno

norteamericano estuvo dirigida a propiciar el rearme de la Alemania hitleriana; a

la vez que esperaba que la Unión Soviética y la propia Alemania se desangraran

en la guerra. El Doctor Carlos Rafael Rodríguez señaló cómo las dificultades

10
De Cordova, Federico: El Fariseísmo en la Política Exterior Norteamericana. Ediciones Unión. La Habana,
1966
11
Sobre la crisis ver Kindleberguer, Charles P: La Crisis Económica de 1929-1939. Grijalbo, Barcelona, 1985
12
Ver Julián, Claude: El Imperio Norteamericano. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1970
iniciales en la construcción del socialismo no fueron capaces de evitar el avance

de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que ya en 1932 adquiría más

de la mitad de las exportaciones de maquinarias de todo el mundo; por lo que la

política anticomunista ganó fuerza, y:

“Derrotar a la Unión Soviética, impedir que el socialismo avanzara mientras que el


capitalismo parecía desmoronarse, se convirtió en una obsesión de los dirigentes del
sistema imperialista13”

Palme Dutt, en el libro en que recogió varias de las conferencias que dictó en la

Universidad de Moscú en 1962, realizó un minucioso análisis de este período y

no deja dudas en relación con el contexto en que la carrera armamentista nuclear

se inició en los Estados Unidos. Sitúa el origen de la llamada guerra fría contra

la Unión Soviética en 1942, cuando el entonces Primer Ministro británico,

Winston Churchill, señaló en un memorando secreto que había que luchar contra

la barbarie rusa; y cuando en Estados Unidos se puso al General Groves al

frente del “Programa Manhatan” para la fabricación de la bomba atómica. Palme

explica cómo Churchill admitió en su memorando que su atención se dirigía:

“Al renacimiento de la gloria Europea, al continente madre de las naciones modernas y de


la civilización… sería un desastre inconmensurable que la barbarie rusa se extendiera
sobre la cultura y la independencia de los antiguos Estados europeos”14

13
Rodríguez, Carlos R: El XL Aniversario de la Derrota del Fascismo. Revista Cuba Socialista, No. 15, Mayo-
Junio, 1985, p.30.
14
Palme Dutt, R: Problemas de la Historia Contemporánea. Editorial Platina, Buenos Aires, 1964, p. 49.
Igualmente, resultan ilustrativas las declaraciones del propio General Groves al

comentar el “Programa Manhatan”, que Palme recoge en su libro:

“Considero importante declarar, pienso que es cosa bien sabida, que más o menos dos
semanas después de haberme hecho cargo del programa no existía el menor engaño
para mí de que Rusia era el enemigo y que el programa estaba dirigido sobre esa base. 15

Estas declaraciones pueden considerarse, unidas al comportamiento de los

representantes de Estados Unidos en los foros internacionales en que se intentó

adoptar alguna medida en contra del armamentismo, develan los verdaderos

planes y las intenciones políticas del stablishment estadounidense, que dieron

lugar al surgimiento de la carrera armamentista.16

El primer ensayo atómico norteamericano tuvo lugar el 16 de julio de 1945, es

decir, sólo 20 días después de firmada la Carta de las Naciones Unidas; y la

primera bomba atómica fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima 21

días después, el 6 de agosto de 1945, lo que constituyó un mensaje y una

demostración de su poderío militar hacia la Unión Soviética. El 9 de agosto, tres

días más tarde, una segunda bomba fue lanzada por Estados Unidos sobre

Nagasaki.

Es una práctica en las relaciones internacionales, que el Estado busque

defender su soberanía, independencia, integridad territorial, población, e

15
Ibidem, p.50.
16
El Doctor en Historia ruso, Valentín Falin, investigó en documentos hasta hace poco inéditos sobre la
segunda guerra mundial, que demuestran las verdaderas intenciones contra la Unión Soviética, en particular
por Estados Unidos y el Reino Unido. Ver Litovki, Victor: “Entrevista a Valentín Falin”, en Red Voltarie,
www.voltairenet.org/article.
instituciones en general; y el incremento del poderío militar se ha convertido en

uno de los medios más eficaces para preservar y conservar la unidad política.

En ese contexto, la seguridad o inseguridad de un Estado, también puede ser

considerada como una cuestión de percepción política, y está íntimamente

relacionada con la defensa nacional y el poderío militar en un momento

determinado.

1.3. Los esfuerzos multilaterales por detener la carrera armamentista. El

papel de la Organización de la Naciones Unidas.

La Organización de las Naciones Unidas fue creada en los finales de la Segunda

Guerra Mundial. Su antecedente inmediato puede ubicarse en la reunión que los

Ministros de Relaciones Exteriores llamadas “potencias aliadas”, en la guerra,

es decir, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Estados Unidos e

Inglaterra, celebraron en Moscú entre el 19 y el 30 de octubre de 1943, en la

que se reconoció la necesidad de que se estableciera una organización

internacional con autoridad suficiente para mantener la paz y la seguridad entre

las naciones, y abierta a la participación de todos los Estados en pie de

igualdad17.

17
En esa reunión se sentaron las bases para el surgimiento de la ONU. En ella participaron los representantes
de la URSS, Estados Unidos, Reino Unido, y China; quienes plantearon en la Declaración adoptada que
reconocían “La necesidad de establecer dentro del menor plazo posible, una organización general
internacional, basada en el principio de la igualdad soberana de todos los estados amantes de la paz, y a la
cual puedan asociarse tales estados, grandes y pequeños, para mantener la paz y la seguridad internacional”.
Ver Ocaña, Juan Carlos: Historia de las Relaciones Internacionales durante el Siglo XX, Centro Nacional de
Información y Comunicación Educativa, Madrid, 2003
La que se dio a llamar “Declaración de Moscú”, planteó las ideas iniciales de lo

que sería posteriormente la ONU, y señaló como uno de sus objetivos el logro

de acuerdos prácticos en relación con los armamentos en el período de

postguerra. Al año siguiente, en 1944, tuvieron lugar conversaciones sobre el

tema en Dumbarton Oaks, Estados Unidos18; las cuales fueron continuadas en

la Conferencia de Crimea, celebrada en febrero de 1945 con participación de los

aliados19.

Según se recoge en el texto de la Carta20, los países firmantes se mostraron

decididos “a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”; y

se comprometieron a respetar principios tales como de “mantener la paz y la

seguridad internacional”, y, “abstenerse en sus relaciones internacionales de

recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza”. Pero es importante tener en cuenta

que cuando se firmó la Carta de las Naciones Unidas, todavía Estados Unidos

no había ensayado con éxito la bomba atómica, por lo que tal vez por eso la

Carta no contiene suficientes referencias al concepto “desarme”, como tal si

enfocamos el mismo a la luz de los grandes arsenales de armas de destrucción

en masa, sobre todo armas nucleares, que se acumularían poco tiempo

18
La Conferencia Dumbarton Oaks (o Conversaciones de Washington de la Organización de Paz Internacional
y Seguridad) tuvo lugar en agosto de 1944 en la mansión Dumbarton Oaks de Washington DC. A la conferencia
asistieron representantes de Estados Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido, y la República de China. Las
conversaciones también incluyeron la formación del Consejo de Seguridad y el derecho al veto para los
miembros permanentes. Ibidem
19
La Conferencia de Yalta en Crimera, URSS, se celebró entre el 4 y el 11 de febrero de 1945. Finalizó con la
firma de dos Protocolos de Procedimientos. El primero relacionado con Alemania y los demás países europeos
y el segundo sobre un acuerdo relacionado con Japón. Ahí se decidió la celebración de una conferencia para
el establecimiento de la ONU, en abril de ese año en los Estados Unidos. Ibidem.
20
www.cinu.org.mx/onu/documentos/carta
después, y de la existencia de doctrinas militares que se basan claramente en el

primer uso de esas armas.

Esa fue la respuesta que la comunidad internacional dio en aquel momento a los

horrores de la segunda guerra mundial; y desde entonces ha servido de base

para el establecimiento de diferentes órganos deliberativos y de negociación en

materia de desarme, los cuales se fueron perfeccionando y tuvieron funciones

cada vez más específicas, en la medida en que los peligros de la era nuclear

fueron aumentando con el desarrollo de la carrera armamentista. Si los

propósitos de las Naciones Unidas en esta esfera no se han podido lograr hasta

ahora, no ha sido por la forma en que el tema del desarme se ha considerado,

sino por la falta de disposición y voluntad política, en particular por parte de los

Estados Unidos de América.

En lo adelante, la actuación de Estados Unidos dentro de las Naciones Unidas

en materia de desarme se orientó hacia el logro de la superioridad militar sobre

la Unión Soviética y los demás países socialistas de Europa. De ahí el

surgimiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, el propio

año 1949, como alianza militar enfilada hacia el naciente sistema socialista

mundial; y la creación por parte de Estados Unidos de un fuerte cinturón de

bases militares terrestres y navales alrededor de los países socialistas. Las

tensiones se dispararon. Estados Unidos actuaba en contra de la posibilidad de

que se llegara a algún acuerdo de desarme, cuando apenas se intentaba dar los

primeros pasos en esa dirección. Fue la época que el Secretario General de las
Naciones Unidas, el noruego Trygve Lee calificó como “momentos en los que la

paz del mundo y la existencia de la organización corrían graves peligros”.21

Los esfuerzos por detener la carrera armamentista, a partir de 1952, pasaron a

ser considerados en un nuevo órgano creado en el marco de las Naciones

Unidas, la Comisión de Desarme, con el objetivo de hacer propuestas para

reglamentar, limitar y reducir las fuerzas armadas y los armamentos de todos los

Estados22. Es interesante constatar, a los efectos de esta investigación, que

Estados Unidos se dedicó, en ese contexto, a realizar propuestas dirigidas a fijar

límites numéricos a los efectivos de las fuerzas armadas y a promover

principalmente la reducción de los llamados armamentos convencionales, con el

propósito de desviar la atención del armamento nuclear.

Es en ese escenario donde debe entenderse una propuesta hecha por Estados

Unidos y algunos de sus aliados en la OTAN, que junto a otra propuesta similar

presentada por la Unión Soviética, dio lugar a la adopción en 1963 de un tratado

que prohibió la realización de ensayos de armas nucleares en la atmósfera,

debajo del agua y en el espacio ultraterrestre, conocido como tratado parcial de

prohibición de ensayos nucleares. Era evidente que las presiones

internacionales comenzaban a rendir frutos. La prohibición de los ensayos

nucleares venía siendo exigida desde mucho antes por la opinión pública; y se

había convertido en un objetivo prioritario del Movimiento de Países No

Alineados, por lo que los miembros del movimiento que participaban en los

21
Naciones Unidas: Las Naciones Unidas y el Desarme, 1945-1970. Nueva York, 1970, p. 37
22
Ibidem.
trabajos del Comité de Desarme de Dieciocho Naciones habían presentado ante

ese órgano en 1962 un documento en que se reconocía, de manera abierta, la

posibilidad de establecer un sistema de puestos nacionales de observación para

el control y la verificación permanente de los ensayos nucleares, teniendo en

cuenta el desarrollo alcanzado en los métodos sísmicos. En la práctica, eso

significaba dejar a Estados Unidos sin argumentos para continuar oponiéndose

a la prohibición de los ensayos, por lo menos de manera parcial, por lo que a

ese país no le quedó otra alternativa que aceptar que los mismos se prohibieran

en la atmósfera, debajo del agua y en el espacio ultraterrestre; pero

asegurándose que podía continuar realizándolos de manera subterránea, con lo

que mantenía así la capacidad de producir nuevos y cada vez más sofisticados

armamentos, como efectivamente sucedió.

Cuando se analiza la política norteamericana de la época en materia de

armamentos, se concluye que Estados Unidos no tenía interés en la prohibición

total y completa de los ensayos nucleares en todos los medios. Cabe recordar

la campaña que desplegó Estados Unidos sobre una supuesta “brecha de

misiles” a favor de los soviéticos, cuando URRS puso en órbita el primer satélite

artificial de la tierra. Ese “pretexto” sirvió para romper una moratoria en la

realización de ensayos nucleares que Estados Unidos había observado junto a

la URSS, a partir de 1958, que había sido muy criticada por la Comisión de

Energía Atómica de Estados Unidos. Era la época, además, en que los sectores

más conservadores del gobierno norteamericano presionaban constantemente

para fomentar el armamentismo.


Como consideración general se puede sintetizar que los esfuerzos a favor del

desarme promovidos por la URSS, tanto en el plano bilateral con Estados

Unidos, como en el ámbito multilateral en los diferentes órganos de negociación,

con la exposición del papel de la Organización de las Naciones Unidas en este

empeño y de los obstáculos impuestos por Estados Unidos, dirigidos a evitar su

concreción.

Esto permite validar la parte de la hipótesis referida a que es a partir de 1945,

con el ensayo atómico norteamericano, que se concretan e inician las espirales

de la carrera armamentista, como componente del llamado conflicto Este-Oeste;

en el que fue un factor relevante, con marcada significación para el Sistema de

las Relaciones Internacionales. Ese fue el llamado período de la “guerra fría”,

que dio lugar a la división del mundo en dos grandes bloques político-militares

antagónicos: la OTAN establecida en 1949, y el Pacto de Varsovia creado en

1955. En el capítulo se demuestran también los esfuerzos y las acciones de

Estados Unidos por lograr su superioridad y hegemonía sobre la Unión Soviética,

a partir de los planes y las diferentes doctrinas político-militares que se

establecieron en el período, para lo que se valió de la obstrucción de las

negociaciones de desarme, tanto bilaterales como multilaterales, con miras a

garantizar sus planes militarista y su desarrollo armamentista.

1.4. Consecuencias económicas y sociales de la carrera armamentista

Las consecuencias económicas y sociales de la carrera armamentista, adversas

desde todos los puntos de vista para el sistema de relaciones internacionales,


también son utilizadas por Estados Unidos en su afán de superioridad y

hegemonía. Esta afirmación puede analizarse desde varias perspectivas;

incluidas las dificultades que el gobierno norteamericano logró imponer a la

Unión Soviética en el plano económico y social, al obligar a 126 país a desviar

cuantiosos recursos de su desarrollo pacífico para poder dar seguimiento a las

espirales armamentistas, según se analiza en las siguientes páginas, aún

después de alcanzada la igualdad militar aproximadamente en la década de

1970. Podrían agregarse al análisis las limitaciones que son impuestas a los

propios aliados norteamericanos para un desarrollo más independiente, al

obligarlos a incrementar sus gastos militares en contra del aumento del empleo,

la mejora de los sistemas de salud y educación, el crecimiento económico, la

mejora en las condiciones de vida de los trabajadores inmigrantes y sus

descendientes, y el desarrollo de la ciencia y la técnica con fines pacíficos. Sin

embargo, donde más se sienten las consecuencias negativas del derroche de

recursos financieros, materiales y humanos en el desarrollo armamentista, es en

los países en desarrollo; y es ese precisamente, el aspecto que Estados Unidos

insiste en ocultar, al negar la relación que existe entre el desarme y el desarrollo.

Sucesivos gobiernos norteamericanos se han opuesto, tanto en las Naciones

Unidas como en otros foros internacionales, a reconocer que existe un vínculo

muy estrecho entre el millón de millones de dólares que el mundo invierte cada

año en armamentos; y los millones de hambrientos, enfermos, desnutridos,

analfabetos, y víctimas de otros muchos males sociales y problemas como la

deuda externa que enfrentan los países en desarrollo, que podrían resolverse
con apenas una parte de esos recursos. El tema ha sido abordado desde hace

varios años por las Naciones Unidas23.

La realidad demuestra, sin embargo, que los principales recursos para promover

el desarrollo están en los crecientes gastos que se derrochan en armamentos,

fundamentalmente por parte de las principales potencias nucleares, por lo que

el vínculo entre el desarme y el desarrollo no puede negarse.

23
Ver Naciones Unidas: Relación entre Desarme y Desarrollo en el Contexto Internacional Contemporáneo,
2005.
2. MARCO TEORICO

2.1. Teoría de Clausewitz “La trinidad” y el “triangulo”

Un intento de abordar el proceso de elaboración de la estrategia de un modo

metódico24 es el estudio de la guerra como un fenómeno global marcado por

unas tendencias dominantes, que se materializan en la llamada «trinidad» de

Clausewitz:

1. Los sentimientos básicos de violencia, odio y enemistad.

2. El juego de la incertidumbre y la probabilidad, dentro del cual se debate

libremente el espíritu creativo.

3. Su componente de subordinación, como un instrumento de la política.

La primera de esas tres cuestiones afecta principalmente a la población; la

segunda al mando militar y sus fuerzas y la tercera al gobierno25. Las

pasiones que deben ser alimentadas en la guerra deben ser inherentes a la

población; el ámbito en el que se desarrollan la valentía y el talento en medio

de la incertidumbre del combate dependen del carácter particular del mando

militar y de su ejército; finalmente, los objetivos políticos son (o deben ser)

asunto exclusivo del gobierno.

24
El propio Clausewitz escribió sobre el carácter seudocientífico de lo que denomina el arte militar, cuando
afirma que: «Es una tarea difícil construir una teoría científica para el arte de la guerra… ya que trata de
cuestiones para las que no se pueden enunciar leyes permanentes. Se podría estar de acuerdo y abandonar
el intento, si no fuera por el hecho obvio de que hay muchas proposiciones teóricas al respecto que son
fácilmente demostrables.» CLAUSEWITZ, Carl von: On War, libro I, capítulo 1, p. 71, Princeton University Press,
1984.
25
CLAUSEWITZ, Carl von: Ibídem, libro I, capítulo 1, p. 89.
Así pues, población civil, fuerzas armadas y gobierno forman el triángulo

«clausewitziano» determinante en la guerra; así como en el nivel operacional

se estudian y planifican únicamente los enfrentamientos armados entre las

fuerzas militares, en el nivel estratégico se debe estudiar como un todo los

tres lados del triángulo y, muy especialmente, las relaciones entre ellos.

Comenzando por el estudio individual de cada uno de los componentes, en

el caso de las fuerzas armadas los factores determinantes son: la influencia

relativa de cada ejército (componentes terrestre, naval, aéreo y fuerzas

paramilitares), la proporción entre oficiales, suboficiales y tropa, el balance

entre fuerzas regulares y reservas movilizables, el adiestramiento, la

doctrina, los sistemas de armas, las cifras globales de efectivos, la moral y,

finalmente, si se trata de fuerzas convencionales o de insurgentes o

terroristas. Con respecto al pueblo, los principales factores son la

composición étnica y religiosa, las diferencias de clase, la riqueza y el

desarrollo económico, la proporción entre población urbana y rural, y el nivel

educativo. Por último, en el caso del gobierno son significativos: la estructura

ministerial y las rivalidades burocráticas, la estructura de partidos políticos y

la pugna entre facciones de los mismos, las ramas del gobierno y su poder

relativo, la efectividad del funcionariado, la fuerza o debilidad del gobierno

central, los servicios policiales y de inteligencia, y los líderes de las posibles

organizaciones clandestinas.

Las relaciones entre lados del «triángulo» de Clausewitz En todo caso, y una

vez estudiados de un modo aislado cada lado del triángulo, es mucho más
trascendente para la elaboración de la estrategia el estudio de cómo

interactúan entre ellos, es decir, las relaciones población-gobierno, gobierno-

fuerzas armadas, y población-fuerzas armadas, dado que es posible

encontrar modelos muy distintos para todas ellas. Comenzando por la

relación población-gobierno, en un extremo tendríamos un modelo abierto y

democrático, y en el otro un sistema cerrado y dictatorial, con todas las

variantes intermedias de sistemas combinados.

Con respecto a la relación gobierno-fuerzas armadas, en un extremo estaría

un modelo en el que existe una separación clara entre los líderes militares y

civiles, mientras que en el extremo opuesto el liderazgo militar y el civil están

en manos de los mismos mandatarios. Por último, la relación población-

fuerzas armadas estará principalmente condicionada por el modelo de

reclutamiento, desde el extremo de unas fuerzas armadas plenamente

compuestas de mercenarios y ajenas, por tanto, a la población, al concepto

de la «nación en armas». En este sentido, la Revolución Francesa representó

un hito histórico decisivo en la transformación de la guerra, como afirma

Clausewitz:

«En 1793 apareció una fuerza que superó todo lo imaginable. De repente, la guerra

se convirtió de nuevo en un asunto del pueblo, una población de 30 millones todos

los cuales se consideraban a sí mismos ciudadanos… el pueblo se convirtió en un

participante en la guerra; en lugar de sólo los gobiernos y los ejércitos, como hasta

entonces, el peso total de la nación se puso en juego, los nuevos recursos y

esfuerzos disponibles para su uso sobrepasaban todos los límites convencionales;


nada ahora limitaba el vigor con que la guerra podría ser conducida, y

consecuentemente los enemigos de Francia se enfrentaron a un peligro extremo…

este juggernaut de la guerra, basado en la fuerza de todo un pueblo, comenzó su

camino arrasador a través de Europa»26

En opinión de Mao no existe, por tanto, un atajo mágico hacia la victoria, sino un

camino difícil para el que se precisa: ganar batallas y reducir las fuerzas del

enemigo; movilizar a los obreros, campesinos, hombres de negocios, intelectuales

y otros sectores de la población; construir nuevos ejércitos y desarrollar nuevas

industrias de guerra; llevar a cabo una campaña internacional de propaganda para

asegurar el apoyo exterior y hacer llamamientos a la población enemiga.

El caso extremo de victoria es cuando se logra la rendición incondicional del

enemigo, al estilo de lo exigido a las potencias del Eje en la Segunda Guerra

Mundial, pero también es la situación que demanda una mayor planificación de la

posguerra/posconflicto, ya que por lo general conlleva las siguientes actividades,

agrupadas en el moderno concepto de nation building: 1. Cambio de régimen. 2.

Ocupación militar. 3. Juzgar crímenes de guerra. 4. Reeducar a la población

derrotada. 5. Implantar un sistema de gobierno democrático. 6. Desarme del país

derrotado. Para alcanzar ese objetivo ilimitado, la receta de Clausewitz se compone

de: una fuerza abrumadoramente superior, atacar directamente a las fuerzas

enemigas, dirigir el ataque hacia la capital enemiga con objeto de capturarla, y

actuar con la máxima velocidad posible27.

26
CLAUSEWITZ, Carl von: Ibídem, libro VIII, capítulo 3, p. 591.
27
CLAUSEWITZ, Carl von: Ibídem, libro VIII, capítulo 9, «El plan de una guerra destinada a conducir a la total
derrota del enemigo».
Gasto militar Mundial 2017

Ilustración 1 Gasto militar global

Ilustración 2 Gasto militar de África


Ilustración 3 Gasto militar de Algeria

Ilustración 4 Gasto militar de América


Ilustración 5 Gasto militar de USA

Ilustración 6 Gasto militar de Asia y Oceanía


Ilustración 7 Gasto militar de China

Ilustración 8 Gasto militar de Europa


Ilustración 9 Gasto militar de Rusia

Existe una amplia gama de factores que pueden explicar el gasto militar en Europa.

Esto incluye la percepción de que el mundo es un lugar incierto en general, los

estados europeos están involucrados en guerras en Medio Oriente, el uso del

ejército contra extremistas violentos y posiblemente también los esfuerzos de la

industria armamentista para vender sus productos.

Sin embargo, la creciente tensión entre Rusia y la mayor parte del resto de Europa

a menudo se menciona como una razón particularmente importante para la reciente

tendencia al aumento del gasto militar en Europa.

En comparación con 2016, el gasto militar de Rusia disminuyó en un 20% y fue de

$ 66.3 mil millones en 2017. Aunque, desde 2008, el gasto militar de Rusia aumentó
en un 36%. La economía rusa ha sufrido una serie de reveses desde 2014, incluida

una caída significativa en los ingresos de exportación de petróleo, y el gasto del

gobierno ha estado cayendo desde entonces. Sin embargo, el gasto militar siguió

aumentando hasta 2017, cuando cayó por primera vez desde 1998.

La OTAN es una organización formada por 25 países europeos más EE. UU.,

Canadá y Turquía. Estos países trabajan juntos en asuntos militares y han acordado

que un ataque contra uno o varios miembros de la OTAN se considera un ataque

contra todos los miembros de la OTAN.

Juntos, los miembros de la OTAN gastaron más de 13 veces más en el ejército en

2017 que Rusia.

Juntos, los miembros europeos de la OTAN gastaron más de 4 veces más en el

ejército en 2017 que Rusia. Las cifras sobre el gasto militar en Europa no cuentan

toda la historia porque no muestran qué capacidad militar real genera el gasto o

cómo se puede usar esta capacidad en diferentes contextos.

Por ejemplo, varios miembros de la OTAN despliegan sus fuerzas armadas en todo

el mundo y no solo en Europa, y Rusia todavía está reconstruyendo sus fuerzas

armadas después de años de decadencia. Sin embargo, los datos ayudan a plantear

preguntas sobre las percepciones de las amenazas y las políticas que los estados

desarrollan para tratarlas.


Ilustración 10 Gasto militar de Medio Oriente

Ilustración 11 Gasto militar de Arabia Saudita

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