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Parroquia de la Divina Providencia.

Pastoral Familiar.
Camino al Sacramento del Matrimonio

BIENVENIDA
“Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca,
Sino con obras y según la verdad.” I Juan 3,18

Queridos novios:

Están comenzando la última etapa de preparación al matrimonio sacramental. Van a emprender


juntos una aventura apasionante pero, a la vez, compleja. Conviene que se sienten a reflexionar
juntos para elaborar lo que debería ser su proyecto de vida en común. Los invitamos, por eso, a
pensar en qué principios, metas, acuerdos y resguardos asumirán libremente para orientar su
matrimonio. Con ese fin, conviene que examinen primero la originalidad de cada uno y la manera
de complementarse. La pregunta que está detrás de cómo mantener y cultivar el amor que hoy
día los une para que sea fuente de felicidad para siempre; a través de la alianza de amor
santificada por el sacramento del matrimonio.

En este proceso queremos proporcionarles, una pauta para reflexionar sobre las condiciones que
se requieren para llegar al matrimonio bien preparados, con plena conciencia de lo que significa
vivir una vida matrimonial armónica, estable y llena de amor.

Tendrán un espacio para la reflexión personal y para el diálogo entre ustedes. La finalidad es
ayudarles a elaborar en común su proyecto de vida, en el cual puedan vivir una alianza de amor fiel
y fecundo, fomentando la mutua donación de sí mismos.

REGLAMENTO
1. Asistir los dos a la misma sesión. SIN EXCEPCIONES.
2. Llegar puntualmente. No se les permitirá entrar si llegan tarde.

3. Acudir solos, SIN NIÑOS y sin invitados.

4. Permanecer en la plática de principio a fin.

5. Presentarse exclusivamente en el lugar asignado durante la inscripción.

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6. No usar celulares durante la plática.

7. Acudir desayunados (en caso de iniciar por la mañana)

8. Consumir alimentos solo durante los recesos.

INTRODUCCIÓN
La frecuencia de la disolubilidad del compromiso matrimonial, genera un estado de alarma en
relación a la familia, se considera que los cónyuges como fundamento de la institución familiar no
están llegando al matrimonio conscientes de lo que implica este vínculo afectivo, legal y
sacramental. Por lo anterior es importante que los futuros esposos dediquen un tiempo
razonable a la preparación de su matrimonio, en dónde se les transmitirá información relevante,
testimonios valiosos y reflexiones apropiadas en orden a establecer vínculos matrimoniales
sólidos, que a largo plazo se traduzcan en familias funcionales que vivan su vocación y su misión
como familia, fomentando así el bien común en la Iglesia y en la sociedad.

En México ha ido en aumento el número de divorcios por cada 100 matrimonios. Observa la
gráfica:

Relación divorcios-matrimonios
(1980-2011)

FUENTE: INEGI/Estadística/Población, Hogares y Vivienda/ Nupcialidad/ Divorcios/ Relación divorcios-


matrimonios, 1980 a 2011. Consultar

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En 1980 por cada 100 matrimonios había 4 divorcios; en 1990 y 2000 esta cifra se
elevó a poco más de 7 divorcios, para 2005 el número de divorcios por cada 100
matrimonios fue de casi 12 y al 2011 fue de 16 divorcios.

En Toluca se registraron 3756 matrimonios en 2011 y 1111 divorcios en el


mismo año, que representan el 29.57%.

A lo largo de la vida, se recibe instrucción y capacitación para responder con eficiencia a las
diferentes tareas que la modernidad demanda en el ser humano. Se han diseñado planes y
programas educativos para instruir a científicos, abogados, carpinteros, maestros, médicos,
cocineros, herreros, diseñadores de moda y demás. Sin embargo, difícilmente encontramos en
estos programas cursos o clases que enseñe la tarea de ser esposo o esposa. La familia ha sido
encargada de modelar esta función y producir personas que a su vez conformen nuevas familias.
La disfuncionalidad familiar y la falta de educación sobre la interacción humana en el vínculo
matrimonial, aunado a los estilos de vida que en la actualidad existen, han debilitado el
matrimonio y los casos de divorcio se han mantenido en una frecuencia significativa. El ser
humano se caracteriza por tener la necesidad de amar y de ser amado y en algún momento de su
trayectoria se enfrenta ante el deseo de compartir su vida con alguien más. Esta decisión se verá
influenciada por todo el conocimiento teórico y práctico que tiene en cuanto a la familia y a lo que
debe ser. La vida sigue su curso trayendo momentos alegres, tristes, sensaciones de éxito, fracaso,
de indiferencia, o de gran plenitud por mencionar algunos, y es a lo largo de este caminar que los
cambios individuales, afectan positiva o negativamente la relación matrimonial. De tal manera es
indispensable que la pareja desarrolle habilidades de convivencia matrimonial a través de la
adquisición de información pertinente y el desarrollo consciente y premeditado de un sistema
familiar propio. Éste debe ser resistente, fuerte y perseverante en el transcurso del tiempo, en el
cual el individuo pueda en reciprocidad sentirse y hacer sentir a su cónyuge seguridad, amor y
libertad. Estas pláticas pretenden reforzar el vínculo matrimonial ofreciendo un espacio de
reflexión e información sobre las motivaciones que impulsan a contraer matrimonio, empezando
por conocerse a sí mismo para después conocer más al futuro esposo o esposa y lo que juntos
aportan para iniciar un nuevo estilo de vida; la importancia de crear un Proyecto de Vida a partir
del "nosotros", la importancia vital de la comunicación y del manejo de las finanzas; la relación
compartida con las familias de origen; el amor conyugal y la espiritualidad matrimonial, conocer el
significado del sacramento del matrimonio y finalmente ser partícipes en la preparación de la
celebración de su matrimonio.

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HORARIO

SÁBADO
8:30 a 9:00 horas Registro

9:00 a 11:15 horasMódulo I. Conocerse a sí mismo

11:15 a 11:30 horas Descanso

11:30 a 13:00 horas Módulo II. Comunicarse a corazón abierto

13:00 a 14:00 horas Módulo III. Amor Conyugal

14:00 a 15:00 horas Comida

15:00 a 15:45 horas Módulo IV. Finanzas

15:45 a 16:30 horas Módulo V. Familia Política ¿amiga o rival?

16:30 a 16:45 horas Descanso

DOMINGO
9:00 a 11:00 horas Módulo VI. Elaboremos nuestro Proyecto de Vida

11:00 a 12:00 horas Módulo VII. El Sacramento del Matrimonio

12:00 a 13:00 horas Módulo VIIIa. Preparemos la celebración del


matrimonio

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Módulo VIIIb. Rol de papás y padrinos

13:00 a 13:30 Entrega de cartas de novios a papás

13:30 a 14:30 Celebración eucarística

CONTENIDO

Página

Módulo I. Conocerse a sí mismo 6

Módulo II. Comunicarse a corazón abierto 12

Módulo III. Amor Conyugal 15

Módulo IV. Finanzas 20

Módulo V. Familia Política ¿amiga o rival? 25

Módulo VI. Elaboremos nuestro Proyecto de Vida 27

Módulo VII. El Sacramento del Matrimonio 32

Módulo VIII. Preparemos la celebración del matrimonio 35

Reflexiones 41

Bibliografía Sugerida 46

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MÓDULO I. Conocerse a sí mismo


Objetivo: Favorecer mediante preguntas de reflexión personal el
autoconocimiento de cada participante, reconociendo su historia, sus
cualidades y aspectos negativos y como se descubre ahora, como punto de
partida en ésta nueva etapa de su vida.

1. Comencemos por analizar nuestra realidad


Para que una persona pueda entregarse sin reserva a otra, primero debe conocerse y aceptarse a sí
misma y luego tiene que conocer y aceptar a la otra. Muchas veces creemos que nos conocemos
bien, sin darnos cuenta que en nuestro mundo interior quedan muchas zonas desconocidas. Más
aún, creemos conocer bien a nuestro futuro cónyuge y sólo hemos captado sus rasgos exteriores.
Más tarde, a lo largo de la vida matrimonial, pueden aparecer sorpresas que nos desconcierten.
Por esa razón los invitamos a que cada uno haga un recuento de su realidad, que traten de
profundizar su conocimiento del otro, para que la aceptación mutua tenga un fundamento sólido y
no sea sólo romanticismo. Para que un matrimonio funcione bien, cada uno de los cónyuges
tiene que aceptar al otro como persona concreta con sus aspectos positivos y negativos. Es
preciso que, antes de llegar al matrimonio, sean asumidos aquellos aspectos que más tarde
puedan llegar a ser fuente de conflictos.

A. ¿Cómo me veo a mí mismo?


Cada persona es original en su personalidad, en sus experiencias, en sus cualidades y
defectos. Estas características personales son determinantes para la vida en común. Por
eso, invitamos a cada uno a hacer un recuento objetivo de su realidad.

a) Cada uno conserva las huellas de su historia.


Las experiencias positivas y negativas lo marcan profundamente. Son parte
importante de su realidad; por eso hay que conocer y asumir sus huellas en la vida
personal.

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 ¿Cómo ha sido mi vida? ¿Estoy en paz con mi historia?


 ¿Cuáles han sido las experiencias que más me han marcado, positivas y
negativas?
 ¿Qué herencia he recibido de mi hogar en cariño, educación, alegrías,
desengaños, frustraciones, etc.?
 ¿Cómo se manifiestan los efectos positivos y negativos que han dejado
estas experiencias en mí?
 Todo esto refleja mi personalidad, pero ¿de qué manera? ¿Tengo
traumas, inhibiciones, complejos, represiones, amarguras, etc.?
 ¿Hay cosas que tengo que superar?

b) Cada persona tiene cualidades positivas.


Es importante conocer, reconocer, agradecer y asumir los aspectos positivos con
que Dios nos ha dotado.

 ¿Cuáles son mis rasgos espirituales positivos en cuanto a inteligencia,


sensibilidad, voluntad, carácter, etc.?
 ¿En el plano moral, qué virtudes siento mías?
 ¿En el ámbito cultural, cómo me he formado y enriquecido?
 ¿Qué cualidades tengo?
 ¿Cuáles de estas cualidades puedo aportar a mi matrimonio?
 ¿Cuáles son mis principales metas en éste momento?

c) Cada persona tiene aspectos negativos.


Cada uno tiene también características que no son positivas, pero que
corresponden a su realidad. Algunas se pueden superar a través de la auto
educación y otras, en cambio, tendrán simplemente que ser asumidas.

 ¿Cuáles son mis defectos más visibles?


 ¿Cuáles son mis carencias en el plano de la formación, del carácter,
ético, de salud, económico, físico?
 ¿Qué cosas pueden dificultar nuestra relación matrimonial?
 ¿Tengo puntos débiles que pueden complicar mi convivencia
matrimonial?

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d) Cada persona tiene sus normas de conducta.


Cada uno, para orientarse en la vida, reconoce ciertos valores y normas éticas,
tiene metas, y deposita su confianza en un orden que reconoce como superior. El
conjunto de convicciones.

 ¿Cuáles son mis convicciones de fondo?


 ¿En qué deposito mi confianza?
 ¿Con qué valores me siento comprometido?
 ¿Cuáles son las normas éticas y principios que he incorporado en mi
personalidad?
 ¿Creo en Dios? ¿He descubierto a Cristo, la Virgen y la Iglesia?
 ¿Qué espero de la vida? ¿Qué pienso del final de ella?
 ¿Es éste el momento adecuado de contraer matrimonio? ¿Porqué?

DINÁMICA I. LA BANDERA

Leer las preguntas y se contestarán sobre el esquema de una bandera con dibujos o frases cortas.
La bandera te representa y explica tu historia.

 ¿Cuál piensas que ha sido tu máximo logro hasta ahora?


 Nombra 3 cosas o actividades en las que eres bueno
 ¿Qué te gustaría mejorar de ti mismo?
 ¿Qué es lo que más valoras en la vida?
 ¿Cuál es tu sueño o aspiración más alta?

Retroalimentación: Cuando te conoces eres capaz de saber qué es lo que más te gusta hacer, en
que quisieras desempeñarte, cómo afrontar tus debilidades y cómo fortalecerte para alcanzar tus
metas. La forma en que te sientes contigo mismo, influye en lo que haces con tu vida. La forma en
que te sientes contigo mismo, influye en cómo te ven los demás. Cuando estás bien contigo mismo,
puedes actuar mejor y lograr más. Tú tienes cualidades únicas y habilidades especiales, es por esto
que actúas diferente a los demás. Siempre debes buscar ser tú mismo.

Tarea: Después que cada uno de ustedes ha reflexionado acerca de su propia realidad,
conviene poner en común los resultados obtenidos, con toda la franqueza posible, esto es,
sin forzar el ámbito de la intimidad personal. Tengan presente que los aspectos principales
de la personalidad de cada uno, tarde o temprano, influirán en la vida en común.

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B. ¿Cómo te veo yo a ti?
La alianza matrimonial supone una elección mutua y toda elección implica reconocer y
aceptar los valores de la persona que se ha elegido. Se dice que el amor es ciego, pero eso
no es exacto. Para que haya una verdadera elección mutua, cada uno tiene que conocer y
admirar los valores del otro y asumir conscientemente sus carencias. Es conveniente, por
eso, hacer un recuento de todos los valores, aspectos positivos, negativos, carencias, etc.
de lo que cada uno percibe de su futuro cónyuge y compartirlo con él. Un conocimiento
superficial sólo engendra un amor superficial. Sabemos que sólo se ama lo amable, lo
conocido y en la forma cómo se conoce. Por eso conviene conocernos plenamente.

a) Tú tienes cualidades positivas.

 ¿Qué admiro de ti, de tu formación, carácter, espiritualidad, religiosidad,


virtudes, cultura, costumbres, estilo de vida, experiencias, capacidades
profesionales, belleza, etc.?
 ¿Qué es lo que más admiro y me atrae de ti?
 ¿Qué descubro como positivo en tu familia, tus amistades y el ambiente
que te rodea?

b) La persona a quien amo también tiene defectos.

 ¿Qué defectos y carencias percibo yo en ti: en tu carácter, formación,


estilo de vida, etc.?
 ¿Percibo si tienes mañas, vacíos de educación, limitaciones físicas,
intelectuales, afectivas, hereditarias o como consecuencia de tu historia,
etc.?
 ¿Qué es lo que más me hace dudar sobre nuestra relación; qué es lo que
más me cuesta de ti; qué cosas podrían dificultar nuestras relaciones en
el futuro?
 ¿Qué cosas tuyas me irritan o me desconciertan?

c) Cada uno tiene expectativas frente al otro.

 ¿Qué espero de ti, en lo afectivo, espiritual y físico?


 ¿Qué ilusiones tengo sobre mi vida compartida contigo?
 ¿Mis expectativas son fáciles de cumplir o son irreales?

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DINÁMICA II. "BIOGRAFÍA DE MI PROMETIDO (A)"

El facilitador pedirá a los participantes que supongan que van a escribir una biografía sobre su
futuro (a) esposo (a). ¿Qué dirías acerca de él o ella?. Les pedirá que en pareja ella le platique todo
lo que sabe de él y compartan sus respuestas. Pueden incluir datos como: Edad, educación,
empleo/ocupación, ingreso, estado marital de los padres, número de hermanos en su familia de
origen, rasgos de personalidad, momentos más felices, mejores amigos, lugares favoritos,
pasatiempos, intereses y gustos, metas en la vida. Se da un tiempo para que cada uno conteste y
se hace un cierre refiriéndose a la importancia de conocerse.

C. ¿Qué tenemos para compartir?

Dinámica.III. "EL CARRO".


Se distribuye papel y lápiz a los participantes para responder a las siguientes pistas de trabajo en
forma individual:

 Pinte un carro que usted va a llamar: El carro de la vida.


Ahora indique las siguientes especificaciones de su carro:
 Lugar donde sale su carro y placa. (lugar y fecha de su nacimiento).
 Identidad del carro: nombre y apellidos.
 ¿Quién maneja el carro: Usted o sus padres, la novia (o), un amigo(a)?
 ¿Qué personas importantes viajan con Usted?
 ¿En qué puesto: adelante, atrás, a un lado? ¿A qué velocidad marcha su carro?
 ¿Para dónde va su carro? (¿Qué ideal pretende alcanzar?)
 ¿Hay obstáculos en la carretera? (dificultades para alcanzar su objetivo)
 ¿Cómo está el tráfico en la carretera? Los semáforos están en rojo (prohibición de seguir),
en amarillo (¡alerta!), en verde (orden de continuar la marcha)
 ¿Qué elementos (valores humanos) importantes llevará Usted para estar bien equipado
para la carrera en la vida?

Diálogo en pareja. Hecho el anterior diagnóstico, las parejas intercambiarán la descripción de su


propio carro para mostrarse mutuamente el carro que han pintado. Ellos podrán comparar sus
propios proyectos de vida y determinarán qué tan compatibles son. Dependiendo de esto,
identificarán puntos en los que coinciden y en los cuales difieren para trabajar en ellos y llegar a un
punto en común.

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La vida matrimonial que iniciaremos supone que nos hemos elegido mutuamente para
compartirlo todo. Ya no habrá “tú y yo”, sino “nosotros”. Eso cambiará nuestra antigua
manera de pensar, ya que debemos comenzar a idear en común nuestros proyectos.

a) Hagamos un balance de lo positivo con que contamos.

 ¿Qué razones tenemos para pensar que somos el uno para el otro y
podemos vivir juntos para siempre?
 ¿Cuáles son los aspectos de nuestras vidas en que coincidimos? ¿Cuáles
son los principios, aspiraciones, metas, estilos de vida, en que nos
complementamos?
 ¿Qué realidades nuestras pueden facilitar un proyecto de vida
compartido entre tú y yo? Es decir, ¿cuáles son nuestras creencias,
nuestros principios, nuestras fuentes culturales y estilos de vida que
podemos compartir fácilmente? ¿Qué aspectos de nuestros caracteres
se complementan?
 ¿Cómo nos tratamos mutuamente?

b) Examinemos nuestras zonas de conflicto.

 ¿Cuáles son los aspectos difíciles que podrían transformarse en


obstáculos en nuestra relación mutua?
 ¿Por qué cosas peleamos?
 ¿Cómo nos reconciliamos? ¿Te ofrezco mis disculpas, te pido que me
perdones? ¿Acepto tus disculpas, soy capaz de perdonarte?
 ¿Podemos discutir sin herirnos, sin agredirnos ni guardar rencor?
 ¿Qué cosas tuyas me irritan o desconciertan y cuáles son las mías que te
molestan a ti?
 ¿Cómo podemos compatibilizar y armonizar nuestras maneras de ser
diferentes?

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Módulo II. Comunicarse a corazón abierto

Objetivo: Descubrir la importancia de la comunicación efectiva dentro de la


relación matrimonial y que los participantes descubran como la
comunicación conlleva a una intimidad conyugal.

Se dice que el matrimonio es una conversación que dura toda una vida. Pero, ¿qué pasa con todos
aquellos que se aburren a mitad de plática o que no pueden seguir la conversación del otro?
Sencillo, deciden terminar la conversación antes de que se les acabe la vida. No es sorprendente
descubrir que unas de las principales causas de separaciones y divorcios se reporten por una falla
en la comunicación.

La pareja, al conversar, intercambia significados continuamente, de hecho, lo hace durante toda la


vida. Estos significados iniciaron el día en que se conocieron: palabras y silencios que sumados,
construyen o destruyen la relación. Cuando se discute, una persona se vuelve histórica, además de
histérica, recordando cada agravio desde que inició la relación. Las palabras exactas pueden
olvidarse, más el significado de ellas queda registrado en la mente y en el corazón para siempre. El
perdón, esencial en las relaciones conyugales, fortalece a la pareja pero no borra el significado del
agravio.

¿Cómo puede una conversación mal llevada destruir una relación? ¿Será que la palabra es más
fuerte que el amor? No necesariamente, pero la palabra es una de las expresiones de amor. Por
medio de la palabra se comunican sentimientos, pensamientos, acciones, y por supuesto, amor. La
falla en la comunicación es sólo un síntoma de una relación dañada. La comunicación es solo la
punta del iceberg; la raíz del problema es más profunda. En realidad, la mayoría de las
separaciones, son causadas por falta de intimidad. El Dr. Gary Chapman, especialista en relaciones
de pareja, afirma que un matrimonio no lo constituyen dos personas que comparten un techo, sino
un hombre y una mujer cuyos corazones y vidas están entrelazados por una profunda intimidad.
Aquí la clave para que la conversación de calidad dure la vida entera.

¿Cómo lograr la intimidad conyugal?

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La intimidad conyugal se refiere a los sentimientos de amor, ayuda mutua y confianza que
permiten la conexión, el vínculo entre personas. Para lograr esta intimidad, eso que distingue a las
personas que “hacen una bonita pareja”, es necesario revelarse al otro, desnudarse. No se trata de
una desnudez de cuerpo, sino una de alma. Abrirse no es fácil cuando se siente que el otro juzga o
manipula. Además, ¿qué pasaría si al revelarse al otro se acaba el encanto de lo que se imaginaba
que sería? Miedo, es el miedo a decir cómo soy lo que impide tener una conversación íntima que
dure toda la vida.

Por este miedo se discute señalando lo que “Tú me haces” en lugar de hablar de lo que “Yo siento”.
Por este miedo uno se cubre con una máscara que protege hablando del Tú y no del Yo. Un patrón
común es que el marido no presente a la esposa a un conocido suyo en alguna fiesta. Los dos
hombres conversan sin percatarse de la presencia de la mujer. Tan pronto como se despiden, la
mujer reclama a su marido: “Tú no me presentaste”, “Tú me ignoraste”, en lugar de expresar su
sentimiento de rechazo: “Yo me sentí rechazada, juzgue que no te importaba”. Abrirse al otro
implica hablar de lo que se siente y no de lo que se imagina que el otro piensa o siente.

Aprender el arte de desnudar el alma es aprender a hablar de uno mismo, esto es, de comunicarse
efectivamente. El Dr. Chapman habla de cuatro elementos claves de la comunicación que permiten
el desarrollo de la intimidad conyugal: aclarar las interpretaciones, expresar los sentimientos,
revelar los deseos, e informar de las acciones.

1. Aclarar las interpretaciones

Las interpretaciones no siempre reflejan la realidad pues se basan en una experiencia individual.
Muchas personas no hablan de lo que piensan sino que, sin discutir el punto, saltan a conclusiones.
No hay filtro en la conversación. Entonces, en una relación así, existe una misma realidad con dos
significados distintos, y por tanto una falla en la comunicación. Una sonrisa cuando se ha discutido
puede interpretarse como una reconciliación; una mala cara o el no saludo,
como un agravio. Sin embargo, estos actos pueden tener muchos otros significados: distracción,
amabilidad o el simple hecho de estar pensando en otra cosa. La interpretación de las
experiencias puede llevar a una lectura incorrecta de la realidad. Es imposible conocer y asegurar
lo que ocurre en la mente del otro. Una buena técnica de comunicación es aclarar la interpretación
de los hechos preguntando, por ejemplo, si la sonrisa significa que se ha obtenido el perdón.

2. Expresar los sentimientos

Existe una diferencia enorme entre expresar los sentimientos y manifestarlos. Lo primero
comunica efectivamente y, lo segundo da pie a malos entendidos. El ceño fruncido, el silencio, el
llanto, la falta de paciencia son maneras de manifestar un sentimiento, pero ¿cuál sentimiento?
Una misma conducta, el llanto, por ejemplo, puede tener varios significados: tristeza, alegría,
enojo, desesperación. Esperar que la pareja adivine un fracaso posible en el trabajo, un pleito con
una amiga o el mal humor es peligroso. Expresar los sentimientos correctamente al otro es
desnudar el corazón, es comunicarse efectivamente y crea intimidad conyugal.

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3. Revelar los deseos

Muchas frustraciones entre las parejas se dan porque no se expresan correctamente aquello que
desean. , no demandar, lo que se desea tenemos mayor oportunidad de que el deseo se convierta
en realidad.

4. Informar de nuestras acciones

Una pareja que por lo general descansa los sábados por la tarde, puede tener conflictos por una
falta de comunicación si, él ha planeado, sin expresarlo, el ir al juego del clásico con sus amigos;
mientras que ella, pensaba aprovechar la tarde para elegir el escritorio para su hijo. Es común que
se olvide expresar lo que se planea hacer, con frecuencia se piensa que el otro, “debe” observar el
comportamiento y deducir las acciones propias. Parejas reportan una gran satisfacción y confianza
al sentirse informadas de las actividades de su cónyuge.

Por más que se diga que el matrimonio es una institución en crisis, ésta sigue siendo el modo
habitual de consolidar el amor de pareja y es ahí en donde las personas encuentran un testigo de
su existencia. El matrimonio es una conversación que si está cargada de intimidad durará toda la
vida.

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Módulo III. Amor Conyugal

Objetivo: Enfatizar el significado, naturaleza, características y fines del amor


conyugal; para que el participante descubra como se vive en el sacramento
del matrimonio el amor conyugal.

El amor conyugal es un amor plenamente humano, sensible y espiritual al mismo tiempo; un amor
total, fiel y exclusivo hasta la muerte y, además, un amor fecundo, que no se agota en la comunión
de los esposos, sino que está destinado a prolongarse suscitando nuevas vidas (Humane Vitae).

No se ama algo, sino a alguien. El amor, si es auténtico, mira a toda la persona y a todo en la
persona: cuerpo y alma, con virtudes y defectos, coincidencias y divergencias. El buen amor, el
amor plenamente humano, es un amor de todo el ser humano, en sus tres dimensiones: física,
afectiva y espiritual.

1. El Amor Físico. En el matrimonio tiene una posición adecuada la dimensión del amor físico,
porque solamente en él alcanza el sexo su integridad natural, unido como está a los demás
elementos del amor humano. El amor físico, en cierto modo, término del amor afectivo, no
sólo es lícito sino también noble y bueno, necesario para la unión perfecta de los cónyuges; y
expresión de la entrega total, de la que se elimina toda reserva y egoísmo. En este ámbito se
sitúa mejor la sexualidad humana considerada como algo eminentemente positivo,
enriquecedora de la conducta en los esposos y canal de una gracia divina que santifica su
unión.

2. Amor Emocional. La convivencia de los esposos está basada normalmente en una comunidad
afectiva, con detalles amables que hacen del hogar un sitio de paz duradera, de felicidad y de
alegría. El corazón humano necesita sentirse querido, estimado. Si los esposos logran tratarse
de manera que brote entre ellos esa satisfacción, conseguirán un ambiente tal que los hará
ciertamente dichosos. Pero es necesario saber querer, saber expresar amor, y para ello debe
tenerse presente dos elementos del amor: delicadeza en el trato, y olvido de sí mismo.

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 Delicadeza en el trato, una caricia, un regalo, una llamada oportuna, una palabra de
estímulo, de disculpa, de perdón, delicadeza es un hondo respeto, casi veneración que
debe mostrarse a cada instante; es esmero, es cuidado, es cortesía sin servilismo; una
atención diligente en las relaciones mutuas. Es penetración de espíritu, sensibilidad,
confianza y sencillez; ánimo de servicio; pudor y modestia. En una palabra: la
delicadeza en el trato mutuo supone atención, finura en obras y en palabras.

 El olvido de sí mismo es también amor, y esto pide la superación del horizonte


meramente personal y la disposición de amar, en cierto sentido, sin límites. Cada uno
tiene que ser capaz de ir más allá de sus sentimientos y de su sentirse bien. Este rasgo
supone un concepto del amor que va más allá de la propia gratificación. Un buen
matrimonio será siempre la combinación de estas dos cualidades, que son como dos
alas con las cuales el amor puede volar. Cuando cada quien se esfuerza por ser
delicado con la otra persona y generosa en el olvido de sí mismo, entonces tenemos el
material de un matrimonio para siempre.

Todo esto exige mucha generosidad, entrega y sencillez; requiere humildad y espíritu de sacrificio.
Pero conduce a la felicidad, a la paz, a la alegría. Y, sobre todo, a algo más importante y definitivo:
la santidad. Los esposos deben tener presente en todo momento que su matrimonio es un camino
hacia la santidad y la plenitud de vida cristiana. Por ello, debe ser realidad esa llamada: sed
perfectos, que Dios hace perfectos a quienes han recibido el bautismo.

3. Amor Espiritual. Si se quiere ser feliz y hacer feliz, cada uno de los esposos debe esforzarse por
dar acogida a los ideales del otro, para formar con ellos un tesoro común. Esta tercera
dimensión del amor matrimonial es la que lleva a la comprensión mutua, a la integración de la
inteligencia y voluntad en la unidad de ideales, la aceptación de los mismos principios que han
de guiar sus vidas.
4. Amor Sobrenatural. Cuando se habló de la delicadeza y del olvido de sí mismo, se hizo
referencia a la virtud de la caridad –amor a Dios y amor al prójimo- como la virtud que debe
presionar la relación de los esposos, pero esta reflexión sólo alcanza su sentido completo en la
corriente de gracia que brinda el sacramento al hombre y a la mujer. Es el amor de Dios el
punto definitivo para proporcionar a los esposos un instrumento de unidad. La caridad
sobrenatural dirige las relaciones de esposos para apoyarse el uno en el otro, a sacrificarse
juntos, a marchar siempre unidos por la vida.

No se trata solamente de ser feliz aquí en la tierra (cosa que sí hay que intentar y se puede
conseguir), sino también santificar el hogar, moverse sin cesar en la presencia de Dios. Amar
al otro, en cuanto persona, es querer para él, el Bien Absoluto y la Felicidad Absoluta que
logramos vislumbrar gracias a nuestro espíritu. Este es el rasgo divino del amor, es querer a
Dios para el ser amado, porque sólo Dios puede colmar de bien al hombre.

Naturaleza del amor conyugal

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 Amar es un acto de voluntad. Es buscar el bien de la persona amada, en cuanto tal.
Es decir, buscar su bien porque es persona.
 El amor es darse, es entrega, es generosidad.
 Amar es el acto más sublime del ser humano. Es actuar como Dios mismo actúa.
 El amor conyugal es recíproco y es fecundo, abarca la totalidad de la persona: alma,
sentimientos y cuerpo.
 La máxima expresión del amor conyugal se encuentra en la intimidad corporal de
los esposos.
 Con la intimidad corporal, los esposos plasman en su matrimonio la entrega total.
El don de sí adquiere su plenitud.

Características del amor conyugal


Finalidad:

1. La unión de los esposos para su propio bien, es decir, la ayuda mutua: es el


empeño constante por desarrollar una auténtica comunidad de personas, para
hacer frente a todas las eventualidades, vencer los innumerables obstáculos que
surgen inevitablemente en el transcurso de toda existencia humana, por más
afortunada que sea, y para construir la felicidad.
2. La procreación: el amor conyugal está al servicio de la vida. Cooperar con el amor
de Dios Creador.

Propiedades:

1. La unidad: es la donación mutua de Un hombre con Una mujer.


2. La indisolubilidad: para poder cumplir con sus fines plenamente, el amor conyugal
exige la permanencia. Cuando hay verdadera donación, no se puede retractar.
Para los cristianos, por el sacramento del matrimonio, su amor conyugal se
convierte en signo del amor absolutamente fiel que Dios tiene al hombre y que
Jesús vive hacia su Iglesia.

Bienes:
1. La mutua fidelidad: por tratarse de una donación completa, total, esta fidelidad es
de corazón, de mente y de cuerpo.
2. Los hijos: son la “materialización, la concreción” del amor total y fecundo de los
esposos.
3. El vínculo: es decir, la estabilidad de la relación, fruto de la unidad e indisolubilidad
del amor conyugal.

La unión sexual de los esposos


Es la expresión más profunda y completa de amor conyugal, y por lo tanto, tiene los mismos fines:

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a) El fin unitivo: expresión de la entrega total del don de sí mismo al otro y de la
búsqueda de su bien.
b) El fin procreativo: expresión total, plena y generosa del amor fecundo.

En cuanto al fin unitivo

a) El placer de la unión sexual es un medio bueno y lícito para favorecer la unión de los
esposos, pero no es el fin de la unión sexual.

b) Las reglas del encuentro sexual son:


 El contenido interior: el auténtico amor, que es ante todo la entrega u oblación
total de los cónyuges.
 El dominio de sí, para transformar el impulso sexual en auténtica manifestación
de amor.
 La ternura, la delicadeza del corazón se traduce en delicadeza de gestos.
 Los gestos amorosos deben:

 reflejar la dignidad de personas de los esposos y su espontaneidad


amorosa;
 respetar los fines del acto conyugal;
 esto significa que dentro de la realización natural y normal de la unión
amorosa (que la eyaculación se lleve a cabo dentro de la vagina), todos los
actos de amor, todas las caricias, cualesquiera que sean, cuando se
aceptan de común acuerdo, son perfectamente legítimos.

En cuanto al fin pro creativo del acto conyugal

Apertura a la vida significa:

 Reconocer que uno de los fines de la unión conyugal es la procreación. Los hijos no
sólo forman parte de la familia, sino que son la “materialización o concreción” del
amor profundo que se tienen los esposos.
 Dios te hace partícipe de su poder creador. Colaboras a crear hombres  seres para la
eternidad. El acto conyugal, hace a los esposos co-creadores con Dios, mostrando en
cada criatura la nueva acción de Dios; es una historificación de Dios, un permitirle
hacerse nuevamente presente en el mundo como creador.

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Procreación responsable:

 Uso de la inteligencia y libertad para usar responsablemente la capacidad procreadora.


(Responsabilidad  responder ante Dios del don que me ha dado).
 Pueden existir razones válidas para posponer temporalmente un nuevo nacimiento,
pero hay que juzgar con rectitud, evitando sobre todo el egoísmo.
 Los criterios:
 Análisis de los deberes con Dios y con la familia.
 Procrear es comunicar la vida en plenitud: lo material, lo humano y lo
espiritual.
 Análisis de las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales.
 Uso de los medios morales para ejercer la procreación responsable. Son los medios
que respetan los fines del acto conyugal.

Aceptación del designio de Dios sobre mi matrimonio en cuanto a la fecundidad:

 El dueño de la vida es Dios, no el hombre.


 Los hijos son un don, no un derecho.
 Usar los medios morales para procurar la fecundidad. Son los medios que respetan la
dignidad de las personas involucradas: los esposos y el hijo y los fines del acto
conyugal.
 Aceptar la esterilidad si estos medios no la resuelven.
 Otras formas de fecundidad: la adopción, el dedicarse al apostolado, a la ayuda del
prójimo, etc.

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Módulo IV. Finanzas

Objetivo: Reflexionar sobre el manejo adecuado de las finanzas y que los


participantes valoren la importancia de la planeación, comunicación,
confianza y apertura en esta área, como futuro matrimonio.

El tema de finanzas personales ha sido causal tanto de contraer matrimonio como de divorcio.
Cada uno ha aprendido a administrar el dinero de acuerdo a sus propias historias de vida. Ya sea en
casa, en la escuela o en el trabajo se adquieren herramientas para usarlo. Sin embargo, al contraer
matrimonio surge el dilema de ¿De quién es el dinero?, ¿Cómo lo gastaremos?, ¿Qué es tuyo y que
es mío?. Existen diversos sistemas de administración del dinero, aquí sólo se mencionarán tres:

Cuando el ingreso de ambos se junta y se divide en un 50% y 50%. " Tú tu parte y yo mi parte".
En este sistema, cada quien administra su parte y se llegan a acuerdos en cuanto a los pagos de los
recibos de vivienda y alimentación. "Tú pagas esto y Yo aquello".

Cuando el ingreso de cada quien es de cada quien en un 100%. Tu dinero y mi dinero. Este
sistema, es muy similar al anterior, la diferencia es en cuanto a la cantidad administrada por cada
uno de los miembros, ya que no comparte sus ingresos y estos difieren en cantidad. Los conflictos
surgen cuando uno gana más que el otro y al momento de hacer acuerdos pueden surgir
sentimientos de injusticia y resentimiento. Se dificulta la planeación a futuro y cada uno es
responsable de satisfacer sus propias necesidades de ropa, gastos de transporte, higiene personal,
etc.

Cuando el ingreso de ambos se unifica y es de ambos. Nuestro dinero. Este sistema unifica el
ingreso o si solo uno trabaja sigue siendo de ambos. Se conceptualiza como una sola fuente para
suplir las necesidades del matrimonio y posteriormente de la descendencia. Se basa en la
priorización de necesidades y deseos de cada miembro. Teniendo en cuenta que la adecuada
administración financiera es una causal constante del divorcio, es conveniente invertir el tiempo y
la asesoría (ya sea familiar o profesional) suficiente para estructurar las finanzas personales. Estas
deben incluir acuerdos sobre los hábitos de gastos, pago de deudas, ahorros, pago de recibos y la
planeación de compras significativas, tales como casa, algún terreno, la educación propia o de los
futuros hijos, etc. Se puede contestar las siguientes preguntas:

¿Quién va a trabajar?
¿Cuánto tiempo?
¿En qué trabajará (ya que esto determinará el tipo de ingreso)?
¿Quién administrará el dinero (independientemente de que las decisiones deban ser de común
acuerdo)?
Incluso ¿En dónde se comprarán los alimentos, la frecuencia y la calidad?
¿Se comprarán artículos usados o nuevos?

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¿Cuánto dinero a la semana o al mes se invertirá en entretenimiento?
¿Se dará dinero a los padres o tutores, con qué frecuencia en qué cantidad?

Las finanzas familiares debiesen estar al servicio de la pareja no la pareja al servicio de las finanzas
o pagos o deudas. Conviene esforzarse por mantener una actitud de libertad y disciplina, sí así se
requiere, para mantener una calidad de vida satisfactoria para ambos que dé la oportunidad de
disfrutar y no solo de vivir para pagar.

Dinámica. Técnica para aplicar el presupuesto

PRESUPUESTO FAMILIAR

FECHA:
PRESUPUESTO REAL DIFERENCIA
INGRESOS:
Salario 1
Salario2
Otro ingreso
Otro ingreso
INGRESOS TOTALES
GASTOS:
Gastos Fijos:
Pago Casa/Renta
Pago del carro
Pago de deudas
Seguros de carro
Seguros de vida
Obras de caridad
Cuidado de hijos
Otro
Otro
Otro
TOTAL DE GASTOS FIJOS
Gastos Variables:
Luz
Gas

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Teléfono de casa
Telefonía celular
Cable
Internet
Alimentos
Gasolina
Gastos médicos
Cuidado Personal
Otros
Otros
Otros
TOTAL DE GASTOS VARIABLES
Gastos muy variables:
Entretenimiento
Regalos
Ropa
Vacaciones
Otros
TOTAL DE GASTOS MUY VARIABLES
GASTOS TOTALES
AHORRO
Ahorro 1
Ahorro 2
TOTAL AHORRO
INGRESO NETO

¿Quieren tener una Economía Familiar sana?


Existen 7 principios que nos guían a este tipo de Economía:

1º. ACTITUD CORRECTA: La actitud de la persona respecto al dinero es una evidencia de su vida
espiritual. Si pensamos que el dinero lo es todo en nuestra vida, entonces es el dinero el que nos
controla. Dice una máxima: “Rico no es el que tiene mucho, sino el que menos necesita”. Es
importante preguntarnos: ¿Qué es lo que realmente necesitamos? El consumismo y la
competencia que domina nuestro entorno nos llevan a pensar que todo es necesario, cuando la

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realidad es otra. Yo no necesito para vivir feliz un auto nuevo, ni ropa de marca, ni estudiar en la
Universidad más cara.

“He aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé andar escaso y sobrado. A todo estoy
acostumbrado, a la saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece”. Filipenses 4,11-13. “No se puede servir a dos amos porque se amará a uno y se
odiará al otro, no se puede servir a Dios y al dinero”. Lucas 16,13. Al consumismo se le vence con el
mismo consumismo: con su mismo carro, con su misma ropa, con su misma casa, etc.

2º. DIOS ES EL DUEÑO DE TODAS LAS COSAS. Todo lo que podemos atesorar es terrenal. Nada nos
vamos a llevar. Llegamos a este mundo sin nada y así nos vamos a ir. Los recursos materiales son
temporales. El dinero es un medio para satisfacer las necesidades pero no debe ser un fin en sí mismo.
De hecho podemos darnos cuenta que existen personas que tienen muy pocas posesiones y viven
más tranquilas que aquellos quienes tienen bienes materiales y viven angustiados por cuidarlos. Un
sabio dijo en una ocasión: “Me encanta ir a los grandes almacenes y ver tantas cosas que no necesito”.
Dice la palabra que no se puede servir a dos amos, o sirves a Dios o al dinero.

3°. EL HOMBRE RECIBE SUS INGRESOS A TRAVÉS DEL TRABAJO. Los recursos económicos que
sostienen una familia deben provenir del trabajo honesto y dedicado de los miembros de la
familia. El trabajo es una bendición de Dios. Debemos trabajar para el Señor y no para los
hombres. San Pablo escribió en Colosenses 3; 23: "Todo cuanto hagas hazlo de corazón, como para
el Señor, y no para los hombres”. Es importante que nos demos cuenta que no trabajamos para
nuestro jefe de la oficina, trabajamos para nuestra familia y para Dios. Si piensas así, serás más
eficiente en tus resultados. No confíes en la suerte, mejor trabaja.

4°. PARA TENER MAYORES INGRESOS SE REQUIERE APRENDER A DAR. Uno de los principios
espirituales más ilógicos a la mente del hombre es éste. ¿Cómo puedo tener más dando?. No
tengo argumentos lógicos para convencerte de este concepto, lo que te pido es que lo pongas a
prueba y constates sus resultados. Ve a tu closet y saca la ropa que no has usado en los últimos 6
meses y que esté en buen estado. Seguramente tú ya no la vas a volver a usar y esa ropa les será
necesaria a muchas personas. “Dios ama al que da con alegría”. 2ª Corintios 9,7.

5°. SER ORDENADOS EN NUESTROS GASTOS, NO TE ENDEUDES MÁS DE TU CAPACIDAD DE


PAGO. Debemos analizar detenidamente nuestros gastos familiares y ordenarlos por prioridades
para no excedernos de los ingresos. Piensa en lo que es realmente necesario, dice San Francisco de
Asís : “Necesito pocas cosas y las pocas cosas que necesito las necesito poco”. Haz una lista de tus
ingresos y egresos para tener control. Quita los gastos innecesarios y trata de mejorar tus ingresos.
Solo toma las deudas que puedas pagar con tu presupuesto. Cuidado con las tarjetas de crédito,
solo debes gastar lo que puedas pagar el mes siguiente. No pagues intereses, son carísimos.

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6°. DEBEMOS SER PREVISORES. Debemos ahorrar para el futuro sin llegar al extremo de ser
avaros. "Hay seres, los más pequeños de la tierra pero que son más sabios que los sabios: las
hormigas, multitud sin fuerza, que prepara en el verano su alimento". Proverbios 30; 24-25. Un
principio del ahorro dice que si nosotros ahorramos un 10 % de nuestros ingresos no tendremos
problemas en nuestra vejez.

7°. EN UNA FAMILIA EL INGRESO ES COMÚN. casa de dos”.

DECÁLOGO Para mantener la Fidelidad Financiera

I. No tendrás tarjetas de crédito o cuentas bancarias ocultas o separadas.


II. No derrocharás los recursos de la familia.
III. Consultarás a tu cónyuge sobre tus gastos mayores.
IV. No jugarás tu dinero a la suerte, sin avisarle a tu cónyuge.
V. Evitarás los hábitos personales ocultos que impliquen gastos (y los que no, también, si estos
perjudican la relación).
VI. Usarás la caja chica, si requieres algo de dinero.
VII. Compartirás con tu cónyuge un registro de los gastos.
IX. No desearás los gastos ocultos de tu prójimo.
X. Recordarás siempre “No hay secreto que dure mil años”.

Módulo V. Familia Política ¿amiga o rival?

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Objetivo: Propiciar que los participantes analicen su vinculación con la
familia política, reconociendo la situación actual, para determinar acciones
concretas, sobre lo que esperan de la familia política y su futura
convivencia.

A. ¿Sabías que la relación con la familia política es uno de los temas que más
conflictos causan en los matrimonios?

Lo primero que te invitamos a reflexionar es: ¿Te quieren tus suegros? Si tu respuesta es que no te
quieren, permíteme decirte que eres una persona normal.

B. ¿Cómo te ven tus suegros?


Para ellos, el yerno es un rufián que viene a robarse a la princesa más valiosa del universo (su hija) y la
nuera es una vieja lagartona que engatusó al joven más bueno que hay en el mundo (su hijo). Se le
llama nuera porque “no era” la esposa que la suegra quería para su hijo. Y “novio” porque “no vio” los
defectos de la chica. Por ejemplo: Mi esposa dice que a sus hijos simplemente “nadie los merece”.

¿Por qué no te quiere tu familia política? Porque ellos no te escogieron, tú eres un intruso que llega a
la familia sin su consentimiento. Tú aún no has conquistado, ni enamorado a tus suegros.

¿Qué puedo hacer para mejorar la relación con mis suegros?

1) Acepta la realidad. Si tus suegros no te quieren, tú necesitas ganarte su cariño. Nótese


que ellos no necesitan quererte, tú eres quién necesita primero su aceptación y luego su
cariño.
2) Demuestra amor por tu cónyuge. La mejor manera de ganarte su cariño es logrando que
ellos vean cuánto amas a su hijo (a).
3) Hagan una alianza entre ustedes, esposos, para apoyarse y lograr que a cada uno lo quiera
su familia política.
4) Habla bien de tu cónyuge en tu casa paterna. Lo mejor que puedes hacer es decir todo lo
bueno que tu esposo (a) hace por ti, No hables mal de tu cónyuge delante de tus papás.
Nunca te quejes con ellos de tu cónyuge. Este es un error grave que muchos cometemos,
cuando tenemos un problema corremos a la casa de nuestros
5) Independízate de tu familia. Al dejar la casa paterna ahora tú formas una nueva familia
junto a tu cónyuge, de la cual solo ustedes son los responsables. Esta independencia debe
darse en el área emocional, económica y en la toma de decisiones, tanto de ustedes hacia sus
padres, así como de sus padres hacia ustedes.
6) Cierra la boca en la casa de tus suegros. En la casa de los suegros, el que opina es el hijo, el
yerno o la nuera es mejor que no hablen de los asuntos de parte de los dos.

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7) Toma acciones concretas para acercarte a tus suegros. Llámale a tu suegra solo para
saludarla. Lleva algo de comida cuando te inviten a comer, no llegues de gorrón. Invítalos a
comer a tu casa o fuera, pagando tú al menos tu parte o si puedes toda la cuenta.
8) Decídete a amarlos como son. Pensar en que tú puedes cambiar la manera de ser de tus
suegros está fuera de la realidad. Acéptalos y ámalos con sus virtudes y sus defectos.
9) Se agradecido con ellos. Te regalaron una parte de sí mismos. Ellos formaron, le dieron
alimento, vestido y educación a tu cónyuge durante 20 o 30 años, y ahora tú disfrutas el
resultado al unirte a esta persona, acaso ¿no merecen tu gratitud?
10) Haz oración. Nosotros sabemos que no es fácil hacer lo que sugerimos. Se requiere un poder
espiritual para lograrlo, ese poder viene de Dios que es quien puede ayudarnos a amar
incondicionalmente a nuestros suegros.

Dinámica:

Compartir entre Ustedes las siguientes preguntas:


 ¿Cómo esperan que sea su relación con la familia política?
 ¿Qué esperan de ellos?
 ¿Qué están dispuestos a hacer para que la familia política sea un
amigo y no un rival?

Escribir una carta de agradecimiento a sus padres por todo lo que han recibido de ellos y
también mencionar ¿Qué esperan de ellos en esta nueva etapa en su vida?

Módulo VI. Elaboremos nuestro proyecto de vida

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Objetivo: Valorar por parte de los asistentes, la importancia de proyectar su
futuro próximo mediante acuerdos comunes, de lo que esperan sea su vida
matrimonial.

A. ¿Por qué principios nos vamos a orientar?


Entendemos por principios el conjunto de normas éticas objetivas que ordenan la
convivencia. Sobre la base de principios aceptados por ambos es posible tener confianza
mutua y vivir en paz. Si no se respetan estos principios aceptados por ambos, a la larga la
convivencia se hace caótica.

Por ejemplo:

a) Respeto: No nos agredimos mutuamente ni de palabra ni físicamente.


b) Veracidad: Nunca nos engañaremos. Trataremos de decirnos la verdad, aunque
sea dolorosa.
c) Fidelidad: Mantendremos la mutua fidelidad, respetando la exclusividad de
nuestro amor.
d) Lealtad: Nunca comentaremos hacia fuera las debilidades y errores del otro.
e) Privacidad: Cuidaremos de conservar nuestra intimidad sin dejar que otras
personas se interioricen de lo que es sólo nuestro.
f) Espiritualidad. Cultivaremos una espiritualidad (cristiana católica) conyugal y
familiar

B. ¿Qué metas nos pondremos?


Antes de tomar los acuerdos de nuestro proyecto, conviene que dejemos volar libremente
la imaginación, para permitir que afloren los anhelos profundos del alma que tenemos con
relación a nuestra vida en común. Intercambiemos sobre cómo nos gustaría que fuera
nuestra vida conyugal y la familia que vamos a formar.

a) ¿Cómo nos gustaría que fuera nuestro hogar? ¿Cómo quisiéramos que fuera el
ambiente que reine en él?
b) ¿Cómo quisiéramos que fueran nuestras relaciones mutuas?
c) ¿Cuántos hijos quisiéramos tener?
d) ¿Cómo quisiéramos educarlos?
e) ¿Cómo quisiéramos que fueran nuestras relaciones con los parientes, amigos, etc.?
f) ¿Cómo queremos vivir nuestra fe?
g) ¿Cómo queremos administrar nuestros recursos económicos?

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h) ¿Cómo podríamos simbolizar nuestro matrimonio?

C. ¿Qué acuerdos queremos tomar?


Después de soñar un poco, conviene aterrizar para construir juntos el futuro. Con el
término “acuerdos” nos referimos a un cierto “rayado de cancha” práctico por el que los
novios se ponen de acuerdo como personas adultas en temas contingentes: p. ej: cultivo
de amistades, visitas a las familias de origen, administración de los bienes, decisiones
prácticas, formas de vida religiosa, etc.

Nuestra vida íntima

a) ¿Cómo queremos cultivar nuestra vida afectiva y sexual? ¿Caricias, regalos


delicadeza, agradecimientos, servicios, etc.?
b) ¿Cómo vamos a regular la fertilidad? ¿Conocemos los métodos que nos propone
la Iglesia? ¿Estamos de acuerdo en los principios básicos de la Iglesia para esta
regulación? ¿Necesitamos más información?
c) ¿Cómo vamos a educar a nuestros hijos?
d) ¿Qué vamos a hacer si Dios no nos regala hijos? ¿Vamos a adoptar?
e) ¿Cómo vamos a administrar los bienes económicos? ¿Vamos a ceñirnos a un
presupuesto familiar? ¿Cómo tomaremos las decisiones en ese campo?
f) ¿Cómo vamos a compartir las responsabilidades y tareas propias de un hogar?
g) ¿Qué fiestas vamos a celebrar y cómo nos gustaría hacerlo?
h) ¿Cómo vamos a solucionar nuestros conflictos?
i) ¿Cómo enfrentaremos nuestras divergencias en la manera de pensar, sentir y
actuar en el plano político, religioso, cultural o social?
j) ¿Qué importancia le vamos a dar al perdón, a la sinceridad?
k) ¿De qué manera compartiremos los diversos aspectos de nuestra vida, por
ejemplo nuestros problemas y sentimientos?
l) ¿Cómo vamos a tomar las decisiones que atañen al hogar y a la familia? En caso
de desacuerdo en un punto determinado, ¿quién de los dos tendrá la última
palabra y en qué materias ó a quien, con mayor experiencia, consultaremos?
m) ¿Qué rasgos quisiéramos acentuar en nuestro estilo de vida común, por ejemplo:
sencillez, orden, etc.?
n) ¿Dónde y cómo aspiramos vivir? ¿Nos interesa tener casa propia? ¿Qué tipo de
casa nos gustaría tener? ¿En qué ambiente nos gustaría vivir?
o) ¿Cómo nos gustaría que fuera nuestro tiempo de descanso? ¿Cómo nos
entretendremos? ¿Cómo nos gustaría que fuesen nuestras vacaciones?

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p) Qué lecturas haremos juntos y qué otros medios pondremos para seguir creciendo
culturalmente?

Nuestra experiencia de fe compartida

a) ¿Cómo queremos que sean nuestras expresiones comunes de vida religiosa?


¿Vamos a ir a misa juntos, vamos a rezar antes de las comidas y antes de dormir,
etc.?
b) ¿Cómo queremos que sea nuestra participación en la Iglesia? ¿Queremos
integrarnos a la parroquia o a un movimiento, o permaneceremos indiferentes a
todo eso?
c) ¿Vamos a colocar imágenes religiosas en la casa?

Nuestra vida laboral

a) ¿Vamos a trabajar ambos? ¿Cuánto tiempo le dedicaremos al trabajo, de manera


que no afecte nuestro tiempo para crecer en la relación conyugal y familiar ?
b) ¿Cuáles serán nuestras prioridades con respecto al trabajo remunerado, el cultivo
del hogar, la educación de los hijos y el tiempo para nosotros?

Nuestra vida social

c) ¿Cómo vamos a manejar nuestras relaciones sociales? ¿Qué criterios vamos a


utilizar para seleccionar a nuestros amigos? ¿Qué acuerdos tomaremos para
invitar gente a nuestra casa?
d) ¿Cuál va a ser nuestra relación con las familias de origen? ¿Cómo aseguraremos
nuestra autonomía?

D. ¿Qué resguardos tomaremos?


Bajo el término “resguardos” entendemos puntos básicos que se adoptan como
compromisos para garantizar aspectos esenciales de la vida en común: p. ej: el diálogo es
el seguro para alimentar el amor, la oración es el seguro para conservar la fe, la sinceridad
es el seguro para conservar la confianza, etc.

a) Amor conyugal y comunión de vida


¿Cómo asegurar el diálogo como alimento de nuestro amor? ¿Cómo
resguardaremos su calidad y frecuencia?

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b) Vida espiritual
¿Cómo asegurar nuestra vida espiritual, la oración y la Santa Misa?

c) Confianza mutua
¿Cómo asegurar la confianza mutua? ¿Cómo proteger la fidelidad?

d) Vida privada
¿Cómo resguardar la privacidad de nuestro hogar? ¿Qué acuerdos tomar con
relación a nuestros familiares y amigos?

e) Respeto mutuo
¿Cómo asegurar el respeto mutuo en todas las circunstancias de nuestra vida?
¿Qué límites pondremos?

Es bueno que todos los acuerdos y seguros que decidan asumir los escriban y los guarden.
Eso les ayudará a tener las bases para una convivencia armónica y plena.

Dinámica.

VISIÓN, MISIÓN Y VALORES

El facilitador entregará a los participantes un papel tamaño media carta y un lápiz y se les explica
que el matrimonio tal como una empresa, para ser productiva y rentable requiere de una cierta
dirección y políticas de acción.

Se les pide que juntos mediten y escriban su misión, visión y valores.

Se entiende como Visión al estado al cual ellos aspiran llegar como matrimonio.

Misión corresponde a la manera en que esa visión va a ser realizada, es decir, qué harán para
lograrlo.

Valores. Son aquellas virtudes que regirán la interacción matrimonial y que se relacionan a la visión
y al cumplimiento de la misión.

Ejemplo.

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Visión: Ser un matrimonio feliz y satisfactorio que produzca seres humanos alegres, seguros de sí
mismos y sensibles a las necesidades de los demás.

Misión: Responsabilizarnos de nuestras vidas en lo individual alimentando nuestro amor


comprometido día a día.

Valores: Amor, humildad, cooperación y responsabilidad.

NUESTRA CONSTITUCIÓN MATRIMONIAL.

El facilitador entregará a los participantes una hoja y un lápiz y se les explica que el matrimonio, al
igual que cualquier país, requiere ciertas reglas que regirán la convivencia diaria. Se les pide que
escriban un listado de reglas o principios bajo las cuales quieren construir su matrimonio y se les
dará un tiempo de 10 minutos máximo para completar el ejercicio y tener la oportunidad de
comentarlo. Una adaptación de esta técnica es que escriban los comportamientos que los
contrayentes acuerdan que corresponden a cada rol de esposo y esposa. Finalmente se reflexiona
sobre lo escrito.

Módulo VII. El Sacramento del Matrimonio

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Objetivo: Que los futuros esposos reconozcan el significado de ser
sacramento y cuál es su misión como esposos sacramentados.

Cristo no instituyó el matrimonio, lo que hizo fue‚ "convertir" el matrimonio (de los bautizados) en
una acción sagrada; se trata de características normales de todo amor conyugal natural, pero con
un significado nuevo que no sólo las purifica y consolida, sino que las eleva hasta el punto de hacer
de ellas la expresión de valores propiamente cristianos.

"El Espíritu que infunde el Señor renueva el corazón y hace al hombre y a la mujer
capaces de amarse como Cristo nos amó".

¿Cuál es el signo o señal sensible del Sacramento?

Jesucristo se limitó a tomar como signo del sacramento, el signo del matrimonio natural, que es un
signo de donación y aceptación mutua de los novios. Las apariencias de este signo pueden variar
desde un "Sí", en otras un beso al final de la ceremonia, o el mismo acto conyugal, pero la
sustancia del signo del matrimonio natural es siempre la misma: la manifestación de la mutua
donación y aceptación de los novios para vivir maritalmente.

¿Cuáles son las exigencias del sacramento?

La gracia sacramental fortalece el amor, pero también lo exige; la gracia sacramental puede
cristalizar el amor que liga a dos seres, puede fortalecerlo, pero no podría suplirlo. “El amor no es
sólo la gracia sino la actividad del hombre mismo”. La gracia del matrimonio exige de los esposos
voluntad de amor recíproco.

La exigencia de unidad, nace de un efecto del sacramento, un efecto intermedio entre el signo
sensible (manifestación de la mutua donación) y la gracia (Gracia de Unión), unidad tan interior y
tan íntima como su propio ser; por el intercambio de los consentimientos, se crea el lazo que une
para toda la vida, al nivel mismo de su ser íntimo, "son dos en uno", es un lazo inamovible,
inmutable. El sacramento del matrimonio exige que los esposos sepan de una manera consciente,
que no son ya ni lo serán nunca, los mismos después de su matrimonio, están ordenados el uno al
otro.

Una fuente nueva en el sacramento del matrimonio

"Para los padres cristianos la misión educativa, basada en su participación en la obra creadora de
Dios, tiene una fuente nueva y específica en el sacramento del matrimonio, que los consagra a la
educación propiamente cristiana de los hijos, es decir, los llama a participar de la misma autoridad
y del mismo amor de Dios Padre y Cristo pastor, así como del amor materno de la Iglesia, y los
enriquece en sabiduría, consejo, fortaleza y en los otros dones del espíritu Santo, para ayudar a los

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hijos en su crecimiento humano y cristiano". "La conciencia viva de la misión recibida con el
sacramento del matrimonio ayudará a los padres a ponerse con gran serenidad y confianza al
servicio educativo de los hijos y al mismo tiempo a sentirse responsables ante Dios que los llama y
los envía a edificar la Iglesia en los hijos".

Quienes se casan inician juntos una vida nueva que han de andar en compañía de Dios. El Señor
mismo los ha llamado para que vayan a Él por este camino, pues el matrimonio “es una auténtica
vocación sobrenatural. Sacramento grande en Cristo y en la Iglesia, dice San Pablo, signo sagrado
que santifica, acción de Jesús que invade el alma de los que se casan y les invita a seguirle,
transformando toda la vida matrimonial en un andar divino en la tierra”.

A. ¿Por qué queremos casarnos por la Iglesia?


El matrimonio sacramental es un regalo del Señor, pero, para recibirlo, hay que adecuarse
a sus requerimientos. No corresponde celebrar el sacramento sólo por razones sociales.
Recordemos que se trata de un paso que se dé a partir de la fe.

a. Miremos juntos al Señor Jesús.

i. ¿Qué significa Jesucristo para cada uno de nosotros?


ii. ¿Qué papel ha jugado hasta este momento en nuestras vidas?
iii. ¿Por qué deseamos que participe en nuestro matrimonio?

b. Examinemos nuestros conocimientos acerca del sacramento.

i. ¿Qué entendemos por un sacramento?


ii. ¿Cuántos sacramentos hemos recibido?
iii. ¿Qué significa para nosotros el sacramento del matrimonio?
iv. ¿Estamos dispuestos a asumir su significado?

Para profundizar los conocimientos que tienen en relación al sacramento del matrimonio,
es bueno que soliciten la ayuda de los monitores que los están acompañando.

c. Revisemos las características esenciales del matrimonio católico.


Recordemos que el matrimonio es válido sólo cuando se trata de una alianza de
amor indisoluble entre un hombre y una mujer que ha de estar abierta a la
procreación.

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i. ¿Estamos dispuestos a aceptar el hecho de que el matrimonio es


indisoluble?
¿Estamos conscientes de que, si alguno de los dos no aceptara la
indisolubilidad del matrimonio, éste sería inválido?

ii. ¿Estamos dispuestos a aceptar los hijos que Dios, utilizando nuestro
discernimiento, quiera mandarnos?
Los esposos pueden discernir y decidir cuándo y cuántos hijos van a
tener. ¿Estamos conscientes de que, si alguno de los dos se negara
definitivamente a la procreación, el matrimonio sería inválido?

iii. ¿Estamos dispuestos a cortar cualquier otra relación de tipo amoroso que
atente en contra de la unidad del matrimonio?
¿Estamos conscientes de que, si uno de los dos no estuviera dispuesto a
dar ese paso, el matrimonio como tal sería inválido?

d. Examinemos si existe algún impedimento.

i.¿Tenemos algún parentesco cercano que impida la unión matrimonial?


ii.¿Alguno de ustedes tiene un vínculo matrimonial anterior?
iii.¿Percibimos problemas graves de madurez?
iv. ¿Sufrimos algún tipo de presión psicológica o de otro tipo que nos impida
tomar la decisión libremente p. ej: estar esperando un hijo, necesitar salir
de la casa paterna, etc.?
v. ¿Alguno de los dos tiene algún factor grave de riesgo como afición a la
droga, al alcohol o problemas psiquiátricos, etc. que no haya informado al
otro?

Del recuento que han hecho, con certeza han brotado dudas, o bien, han constatado vacíos
en su discernimiento. Ahora es el momento de consultar con los monitores que los están
acompañando en la preparación al sacramento. Consulten sin temor.

Módulo VIII. Preparemos la celebración del matrimonio


Objetivo: Que los asistentes conozcan el sentido de la celebración del
matrimonio y participen en la planeación de su boda.

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(Nota: Los números de las citas corresponden a la introducción al Ritual del Matrimonio)

Los ministros del sacramento del matrimonio son los mismos novios. Por tanto, “la preparación y
celebración del matrimonio atañe en primer lugar a los mismos futuros cónyuges y a sus familias.
Y compete, por razón de la cura pastoral y litúrgica, a la comunidad eclesial” (12). Conviene, por
tanto, que los novios se preparen cuidadosamente, en coordinación con el sacerdote o diácono de
un modo activo, consciente y fructuoso, este es que produzca realmente frutos en la vida
matrimonial.

A. Sentido de la Celebración

“La alianza matrimonial, por la que el hombre y la mujer se unen entre sí para toda la vida,
recibe su fuerza y vigor de la creación, pero además para los fieles cristianos, se eleva a
una dignidad más alta, ya que se cuenta entre los Sacramentos de la nueva alianza” (1).

“El Matrimonio queda establecido por la alianza conyugal o consentimiento irrevocable de


los cónyuges, con el que uno y otro se entregan y se reciben mutua y libremente” (2).

La celebración de este sacramento se debe ceñir a las normas que fija la Iglesia. Se realiza
ante un testigo cualificado puesto por la Iglesia. Normalmente es el párroco de uno de los
novios u otro sacerdote o diácono al que se le ha delegado esa facultad.

“Los católicos que no hayan celebrado todavía el sacramento de la Confirmación, lo


recibirán antes de ser admitidos al Matrimonio, con el fin de completar la iniciación
cristiana, siempre que pueda hacerse sin dificultad grave. Se recomienda a los novios que
en la preparación del sacramento del Matrimonio celebren, si es necesario, el sacramento
de la Penitencia y se acerquen a la sagrada Eucaristía, principalmente en la misma
celebración del Matrimonio” (18).

“El matrimonio se celebrará en la parroquia de uno u otro de los novios, o en otro lugar
con licencia del propio Ordinario o del párroco” (27).

B. Elementos de la Celebración del Matrimonio

a) Los principales son los siguientes:


1. La liturgia de la Palabra, en la que se resalta la importancia del
Matrimonio cristiano en la historia de la salvación y sus funciones y
deberes de cara a la santificación de los cónyuges y de los hijos;

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2. El consentimiento de los contrayentes, que, el que legítimamente asiste al
Matrimonio como testigo cualificado, pide expresar públicamente y recibe
en nombre de la Iglesia.
3. Aquella venerable oración en la que se invoca la bendición de Dios sobre
la esposa y el esposo.
4. Y finalmente, la comunión eucarística de ambos esposos y de los demás
presentes, con la cual se nutre sobre todo su caridad y se elevan a la
comunión con el Señor y con el prójimo” (35).

b) Textos de la celebración
“De acuerdo con los mismos novios, si es oportuno, se escogerán las lecturas de la
Sagrada Escritura que serán explicadas en la homilía; la fórmula con que
expresarán el mutuo consentimiento; los formularios para la bendición de los
anillos, para la bendición nupcial, para las intenciones de la plegaria universal y
para los cantos. Conviene utilizar correctamente las variantes previstas en el rito y
las costumbres locales que puedan conservarse, si son oportunas” (29).

Señalamos algunos textos posibles:

1. Escrutinio:
P. N. y N., ¿vienen a contraer matrimonio sin ser obligados, libre y
voluntariamente?

N. Sí, vengo libremente.

P. Al elegir el estado matrimonial, ¿están dispuestos a amarse y


respetarse mutuamente durante toda la vida?

N. Sí, estamos dispuestos.

______________________________________________________

(Agregado optativo)

P. ¿Están dispuestos a conformar el hogar de ustedes como una


auténtica Iglesia doméstica, presencia viva del amor de Cristo por
su Iglesia?

N. Sí, estamos dispuestos.

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P. ¿Están dispuestos a que el hogar de ustedes, con la ayuda de Dios
y la intercesión de María Santísima, se convierta en un Santuario
del amor y de la vida donde ésta sea valorizada y protegida?

N. Sí, estamos dispuestos.

______________________________________________________

P. ¿Están dispuestos a recibir, con un amor responsable y generoso,


los hijos que Dios les quiera conceder y a educarlos de acuerdo al
Evangelio de Cristo y a las enseñanzas de su Iglesia?

N. Sí, estamos dispuestos.

P. Así pues, ya que quieren contraer santo matrimonio, dense la


mano y manifiesten su consentimiento antes Dios y la Iglesia.

______________________________________________________

(Variable posible)

P. Antes de manifestar su consentimiento, tomados de la mano, les


invito a implorar la ayuda del Espíritu Santo y en silencio tomar
conciencia de la seriedad de este compromiso.
(Silencio)

Canto: “Espíritu Santo, ven”.

______________________________________________________

2. Consentimiento:
La fórmula propia del sacramento es la expresión pública del
consentimiento matrimonial por el cual se entregan mutuamente para
siempre. Al expresar su consentimiento mutuo se realiza el misterio de fe
que los une en Cristo para ser signo de la unión que él tiene con su esposa,
la Iglesia. Reciben las gracias específicas que les ayudarán a santificarse

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mutuamente, a ser fieles y a constituirse como una Iglesia doméstica y un
Santuario de la vida y del amor.

Novio(s): Yo, N, te recibo a ti, _________, como esposa (esposo) y


prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en
salud o enfermedad, y amarte y respetarte todos los días
de mi vida.

______________________________________________________

(Fórmula más completa ad experimentum)

Novio(a): Yo, N, te recibo a ti, _________, como mi esposa (esposo)


y, con la ayuda del Espíritu Santo, prometo, ante Dios
Padre y su Iglesia, serte fiel y respetarte en la alegría y en
el dolor, en la pobreza y en la prosperidad, en la salud y
en la enfermedad, porque te amo y quiero entregarme a
ti, como Cristo amó a su Iglesia, todos los días de mi vida.
Amén.

______________________________________________________

3. Bendición y entrega de los anillos


Los anillos representan eslabones de una cadena que los atará para
siempre el uno al otro. El eslabón invisible que los une es Cristo, en quien
los esposos sellan su alianza de amor.

P. El Señor bendiga + estos anillos

Que van a entregarse uno al otro

En señal de amor y fidelidad.

N. Amén

______________________________________________________

(Variación posible)

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Esposo: Querida _________ (nombre de la esposa), desde ahora y


para siempre te pertenezco. Este anillo te recuerde que
estamos unidos por una alianza de amor sagrada. En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El esposo luego de poner el anillo en el dedo anular de la mano izquierda


le toma la mano y le besa el anillo.

______________________________________________________

4. Oración de los esposos


Dado que la celebración del Matrimonio está envuelta en muchos ajetreos
previos y los novios podrían dispersarse interiormente por preocupaciones
externas, conviene que previamente redacten en una oración lo que
realmente estiman importante en su matrimonio.

Esta oración puede incluir un agradecimiento o alabanza a Dios por la


historia vivida, y esbozar resumidamente a qué quieren comprometer los
futuros esposos su proyecto de vida matrimonial y también lo que sienten
necesidad de pedir para poder llevarlo a la práctica. Esta oración la
pueden leer en voz alta después de la comunión. Conviene que la guarden
para poder rezarla en sus aniversarios matrimoniales y también poderla
enriquecer con el tiempo, con nuevos aspectos, cuando, al venir los hijos
y nietos, vayan formulando el proyecto de su vida familiar.

5. Los testigos
En el sacramento del matrimonio no existen “padrinos”. Popularmente se
les dice así a los que van a ser testigos de la celebración. La Iglesia
solamente reconoce padrinos en el sacramento del Bautismo y de la
Confirmación, pues son signos de la Iglesia a la cual se han incorporado o
han reafirmado su incorporación a ella.

En el matrimonio se requieren testigos para la información matrimonial y


también de la celebración.

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Última recomendación: traten de llegar a la celebración con puntualidad y
lo más relajados posible.

¡Que Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, les bendiga


y acompañe siempre!

LECTURAS.
¡Ni un solo divorcio!
Fuente: Marian Observer
Autor: Sr. Emmanuel Traducción, Padre Jordi Rivero

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El pueblo de Siroki-Brijeg en Herzegovina tiene una maravillosa distinción:


¡Nadie recuerda que haya existido un solo divorcio entre sus 13,000
habitantes! ¡Tampoco se recuerda un solo caso de familia rota!

El secreto de Herzegovina es sencillo: Los habitantes croatas han mantenido


su fe católica soportando por ella persecución por siglos a manos de los
turcos y después de los comunistas. Su fe está fuertemente arraigada en el
conocimiento del poder salvador de la cruz de Jesucristo. Ellos saben que los
programas del mundo, aunque sean programas humanitarios, de desarme o
de paz, por si mismos solo proveen beneficios limitados. ¡La fuente de la
salvación es la cruz de Cristo!

Este pueblo posee una gran sabiduría que han sabido aplicar al matrimonio y
a la familia. Ellos saben que el matrimonio está indisolublemente unido a la
cruz de Cristo. Según la tradición croata, cuando una pareja se prepara para
casarse, no les dicen que han encontrado a la persona perfecta.

¡No!

En vez, el sacerdote dice: "has encontrado tu cruz. Es una cruz para amarla,
para llevarla contigo, una cruz que no se tira sino que se atesora"
En Herzegovina la Cruz representa el amor más grande y el crucifijo es el
tesoro de la casa.

Cuando los novios van a la iglesia traen el crucifijo con ellos. El sacerdote
bendice el crucifijo. Cuando llega el momento de intercambiar sus votos, la
novia pone su mano derecha sobre el crucifijo y el novio pone su mano sobre
la de ella, de manera que las dos manos están unidas a la cruz.

El sacerdote cubre las manos de ellos con su estola mientras proclaman sus
promesas, según el rito de la Iglesia, de ser fieles el uno al otro, en las alegrías
y en las penas, en la salud y en la enfermedad, hasta la muerte.

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Acto seguido los novios no se besan sino que ambos besan la cruz. Los que
contemplan el rito pueden comprender que si uno de los dos abandona al
otro, abandona a Cristo en la Cruz.

Después de la ceremonia, los recién casados llevan el crucifijo a su hogar y lo


ponen en un lugar de honor. Será para siempre el punto de referencia y el
lugar de oración familiar. En tiempo de dificultad no van al abogado ni al
psiquiatra sino que van juntos ante la cruz en busca de ayuda de Jesús.

Se arrodillaran y lloraran y abrirán sus corazones pidiendo perdón al Señor y


mutuamente. Van a dormir en paz en el Corazón porque han recibido perdón
del único que tiene poder para salvar. Ellos enseñaran a sus hijos a besar la
cruz cada día y no irse a dormir como los paganos, sin dar gracias primero a
Jesús. Saben que Jesús los sostiene en Sus brazos y no hay nada que temer.

MIEDO AL COMPROMISO

Un par de años atrás me invitaron a dar una conferencia acerca de las


diferentes expresiones del amor de pareja a un grupo de alumnos

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universitarios en su último semestre. Con el propósito de ganar su atención,
solté la pregunta: ¿cuántos de ustedes creen en el amor “hasta que la muerte
los separe”?. Me sorprendió notar menos de una decena de manos, en su
mayoría de mujer, levantadas en un grupo de casi 50 estudiantes. Lo que
inició como una pregunta rompe hielo terminó por convertirse en debate de
una de las dudas que más inquieta la mente de nuestros jóvenes adultos:
¿me comprometo o no?.

Un estudiante desde el último escritorio sacudió su tedio para debatir la gran


pregunta: “¿cómo saber si esa persona, la que creo mi pareja, es para toda la
vida?” “Lo mejor”, continuó, “es vivir algunos años con ella hasta estar seguro
de que la relación funcionará”. ¿Cómo alentar el compromiso y el riesgo de lo
ideal en medio de un ambiente de estadísticas y fracasos matrimoniales
reales?

Las estadísticas de divorcios demuestran que existen dos grandes baches en


el ciclo vital de la pareja: antes de los 5 años de matrimonio durante la
formación de contratos, y alrededor de los 20 años de matrimonio. No es en
la comezón del séptimo año en donde más matrimonios se disuelven, la
comezón solo da paso a la gran tregua que traen las ocupaciones en torno a
la crianza de los hijos. La mujer desahoga sus esfuerzos en amar, cuidar y
formar a sus hijos. El varón se da a la tarea de protegerlos y ganar el “pan de
cada día” que va más allá de la despensa, incluye las colegiaturas, el vestido,
las clases extras… y todo “aquello” que exige la sociedad actual.

Las parejas que estallarán alrededor de los 20 años de casados encuentran en


la época de la crianza de los hijos la excusa perfecta para “vivir en paz” una
relación de pareja con suficientes toques de indiferencia. Los hijos crecen y
llega la crisis de la edad madura con la gran pregunta: ¿quiero vivir así la
siguiente mitad de mi vida? Para muchos, la respuesta es NO.

Entonces, ¿cuántos años son necesarios para asegurar una relación estable?
Uno, cinco, veintidós, cuarenta. ¿Cuántos para comprometernos en una
relación de amor “hasta que la muerte nos separe”?

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Elección y Compromiso

Si bien es cierto que, en la actualidad los jóvenes necesitan más tiempo para
prepararse profesionalmente y para lograr una estabilidad económica que
permita su autonomía, también es cierto que estos factores funcionan como
un escudo contra el gran miedo al fracaso, contra el gran miedo a
comprometer la totalidad de nuestras personas en un proyecto de amor que
requiere un constante esfuerzo gozoso, pero al fin, un gran esfuerzo por
mantener un amor vivo que sólo pueda separar la muerte.

El miedo al fracaso existe también en relaciones menos fuertes como lo es el


noviazgo. Muchas parejas han encontrado nuevas opciones “light” para sus
relaciones permitiéndose una intimidad física que no involucre el
compromiso afectivo. Un nuevo calificativo usado en los Estados Unidos para
las relaciones de pareja, posiblemente pronto lo importaremos, es “the best
significant other” algo así como “el otro que más me concierne” para referirse
a un hombre, una mujer, un novio, un compañero, un esposo… cualquier
persona que en ese momento sea de nuestro interés. Una persona
desechable en cualquier momento de nuestras vidas, una persona con la que
el compromiso no vaya más allá del momento, lo utilizo y lo cambio, ya está.
¿Es sobre esta idea que el amor de pareja puede fundamentarse y sobrevivir
en el siglo veintiuno?

El amor maduro es un amor de decisión, de compromiso, es el amor que


trasciende las enfermedades, los fracasos económicos, los miedos; es el amor
que perdona, que respeta las diferencias de opiniones y tolera los defectos
personales. Es el amor que finalmente realiza nuestra capacidad y necesidad
de amar. Este amor requiere compromiso.

¿Qué tan amada se puede sentir una mujer que ha salido exclusivamente con
un hombre por años y es presentada como “una amiga”? ¿Qué soy para ti?
¿Qué significo en tu vida, hoy y después de hoy?

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Ya decía Freud que el amor nos hace vulnerables. Si me entrego a ti y me
comprometo a la relación, ya sea de amistad, de noviazgo o de matrimonio,
debo cumplir con los compromisos adecuados para la profundidad de la
relación. No más, no menos.

El miedo al compromiso reside en que al entregar nuestras personas


tomamos el riesgo de ser rechazados, burlados, heridos. Esto es la
vulnerabilidad del amor, ya que el amor de pareja exige correspondencia. No
se ama solo, se ama a alguien y ese alguien debe también comprometer su
amor. Confianza y compromiso, dos ingredientes básicos en la receta del
amor.

Regresando a la pregunta inicial, ¿cómo saber si la pareja ES para toda la


vida? No existe éxito sin riesgo o esfuerzo. Sin embargo, una clave es
reflexionar si mi novia o novio, me hace ser una mejor persona. Si eres mejor
con tu pareja que sin ella, si tienes la fortuna de ser correspondido; entonces,
compromete tu corazón decidiendo con tu cabeza a ser pareja hasta que la
muerte los separe.

BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA.

 “Los cinco lenguajes del amor”. Gary Chapman (2004)


 CD del P. Ángel Espinosa de los Monteros:
 El anillo es para siempre
 Amor conyugal
 Decir te quiero es decir quiero hacerte feliz.

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 Película Comprométete http:/es.gloria.tu/?media=281614

Señor y Padre nuestro,

te consagramos nuestra vida de esposos.

Queremos amarnos mutuamente así como Cristo

amó a su Iglesia

y ser así testigos del Evangelio.

Regálanos el Espíritu Santo, para que podamos permanecer en el amor hermoso y

engendrar y educar hijos que acrecienten tu reino.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

MATERIAL PARA EL PARTICIPANTE

Cuaderno de trabajo
Gafetes
Bolígrafo
Folder para material y reflexiones
Una cruz como obsequio

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MATERIAL PARA FACILITADORES

MÓDULO I.
o Dinámica La Bandera: 1/2 cartulina por cada participante,
marcadores, plumones de colores, crayolas.
o Dinámica Biografía: 1 hoja de color por cada participante
o Dinámica El carro: 1/2 cartulina por cada participante,
marcadores, plumones de colores, crayolas.
Módulo IV.
o Formato de presupuesto: 1 por pareja
Módulo V.
o Carta para papás: Una hoja por cada participante

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