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ELIMINACION DE UN FARMACO

La excreción estudia las vías de expulsión de un fármaco y de sus metabolitos activos e inactivos
desde el organismo al exterior, así como los mecanismos presentes en cada órgano por el que el
fármaco es expulsado.

Vías de eliminación: Son todas las que contribuyen fisiológicamente a expulsar los líquidos y las
sustancias orgánicas.

1. Vía renal: La excreción renal es la vía más importante de excreción de los fármacos,
especialmente en el caso de los que se eliminan en forma inalterada o como metabolitos
activos. La unidad funcional del riñón, la nefrona, está formada por: Una red capilar y una
red tubular. Algunos medicamentos excretados por la orina son: Anfetamina, cloroquina,
morfina, nicotina, procaína, etc.
Tres son los mecanismos involucrados en la excreción renal: la filtración glomerular, la
secreción tubular y de la reabsorción tubular:

Filtración glomerular: Los capilares del glomérulo renal poseen abundantes poros
intracelulares por donde los solutos pasan por difusión, al ser la presión intracapilar mayor
que la presión del lumen tubular. Prácticamente todas las moléculas, excepto las de gran
tamaño y las unidas a las proteínas plasmáticas, atraviesan las paredes capilares. Los
medicamentos, en general, tienen un peso molecular bajo, por lo que se filtrarán sin
dificultad. Por lo tanto, la filtración aumentará cuando disminuya la unión de los fármacos
a las proteínas plasmáticas.
Secreción tubular: Puede ser activa o pasiva:
La secreción activa, que utiliza proteínas transportadoras, es diferente para aniones y para
cationes orgánicos. En los aniones, como la penicilina o el ácido úrico, el proceso puede
bloquearse mediante inhibidores metabólicos y también por elevadas concentraciones de
aniones; así, los diferentes compuestos aniónicos pueden competir entre sí en el proceso
de secreción. De la misma forma, los cationes orgánicos compiten entre sí y su secreción
también es bloqueada por inhibidores metabólicos, aunque para interferir es necesaria
una mayor concentración de éstos.
La secreción pasiva se realiza en la parte más proximal del túbulo renal, a favor de un
gradiente de concentración.
Reabsorción tubular: Se produce mayoritariamente por difusión pasiva, dado que debido
a la reabsorción de agua en el túbulo proximal, aumenta la concentración de fármaco,
invirtiéndose el gradiente de concentración. La reabsorción pasiva depende de la
liposolubilidad del fármaco: Los medicamentos con elevado coeficiente de partición
lípido/agua, se reabsorben fácilmente, mientras que los compuestos polares y los iones
son excretados. La reabsorción tubular también puede llevarse a cabo por transporte
activo, ya que los mecanismos de transporte son bidireccionales.
2. Vía hepática: El fármaco se metaboliza en el hígado, pasa al sistema biliar, luego al
intestino y sale por las heces. En algunas ocasiones parte del fármaco que va por el
intestino vuelve a reabsorberse y pasa como con secuencia de nuevo a la circulación
dando lugar a la circulación enterohepática (fármaco sale por la bilis, se reabsorbe en el
intestino, pasa por el sistema porta y de nuevo al hígado, produciéndose un círculo
vicioso). Por esta vía se eliminan fármacos como: Ampicilina, cefamandol, digoxina,
estradiol, nafcilina, etc.

3. Otras vías:
Excreción por leche materna: Esta excreción es importante porque ese fármaco puede
pasar al lactante y producir toxicidad. Suelen ser fármacos muy liposolubles. Por ejemplo:
La tetraciclina, que también se excreta por la leche materna, puede provocar depósitos de
este medicamento en los huesos del lactante.
Excreción pulmonar: Algunos fármacos se eliminan por la respiración, como por ejemplo
el alcohol y los anestésicos generales.
Excreción salival: Esta excreción es poco importante desde el punto de vista cuantitativo,
y además, la mayor parte del fármaco excretado por la saliva pasa al tubo digestivo desde
donde puede reabsorberse de nuevo. Los fármacos pasan a la saliva principalmente por
difusión pasiva, por lo que la concentración salival es parecida a la concentración libre del
fármaco en el plasma. Este hecho permite valorar la velocidad de eliminación de fármacos
como la antipirina o la cafeína, que sirven para valorar la función hepática.
Excreción sudoral: Que sigue también un mecanismo de difusión pasiva de la porción no
ionizada. Por esta vía se eliminan sustancias tales como el alcohol, la antipirina, la urea y
ácidos y bases débiles.

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