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UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE

TABASCO
División Académica de ingeniería y arquitectura

ASIGNATURA:
LABORATORIO DE BLANCE DE MASA, ENERGÍA Y MEDICIÓN
CATEDRÁTICO:
MC. HERNÁNDEZ CARDEÑO YURIDIA EVELIN.
PRACTICA #3:
CONVERSIÓN DE MASA.
INTEGRANTES:
DE LA CRUZ PÉREZ YAXAIRA PAOLA.
ING. QUÍMICA.

Miércoles 20 de Septiembre del 2017. Cunduacán, Tabasco.

RESUMEN
En el presente reporte se analiza el tema en relación con la Ley de Conservación
de la Masa, desde el análisis del método experimental de la conservación de la
materia mediante el ciclo de reacciones del cobre. Con la finalidad de comprobar y
reconocer si existen cambios en la materia o se conserva.
Palabras claves: Conservación de la masa. Reacciones. Método experimental.

INTRODUCCION
La masa de un sistema permanece constante e independiente de la transformación
que ocurra en su interior.
¡Pero! ¿Qué es la masa? La masa es una medida física de la cantidad de materia o
sustancia que hay en un cuerpo. Fue Newton (1643-1727) quien sobre 1687 dio una
definición operativa de la masa de acuerdo con m = ρV. Sin embargo, el filósofo y
físico austriaco Ernst Mach (1838-1916) y otros científicos prefirieron definir la masa
a partir de la segunda ley de Newton m = F/a.

La masa de las sustancias que reaccionan es igual a la masa de los productos


obtenidos en la reacción. El primero en hacer notar esta regularidad en las
reacciones químicas fue el científico francés Antoine Laurent Lavoisier (1743 –
1794), quien con sus experimentos descubrió que en toda reacción química la masa
se conserva y propuso la ley de la conservación de la materia en 1789. Fue uno de
los pocos químicos de su tiempo que valoró plenamente la importancia de que el
peso de los productos de una reacción química debe ser igual al peso de los
reactantes, lo que coincide con los siguientes enunciados de la ley, “En cualquier
cambio de estado, la masa total se conserva” o “la materia ni se crea ni se
destruye en cualquier reacción química”. Se puede mencionar que la paternidad
de la ley de la conservación de la materia se atribuye generalmente a Lavoisier, era
bien conocida mucho antes que él la enunciara. Hay que retroceder hasta los
antiguos griegos. Anaxágoras lo expresaba de este modo en el año 450 a.C.: “Nada
se crea ni desaparece, sino que las cosas ya existentes se combinan y luego de
nuevo se separan. La versión de la ley “en cualquier cambio de estado, la masa total
se conserva” (excepto en las reacciones nucleares).
En el libro de Berry, Rice y Ross (1980) de Físico Química avanzada no se hace
mención a Lavoisier y, desde una posición positivista de las ciencias expresa en la
primera página del primer capítulo:

[…] Su objetivo [de la Química] era la construcción de teorías


para correlacionar y predecir las regularidades. La más
importante de estas regularidades fue la ley de Conservación
de la Masa que enuncia que la masa total […] presente es la
misma antes y después de una reacción química. Una vez que
esta ley fue reconocida uno puede rastrear las cantidades de
varias clases de materia involucradas en las reacciones, y así
determinar la composición de sustancias. (BERRY; RICE;
ROSS, 1980, p. 3, nuestra traducción).

OBJETIVOS
 Comprobar por el método experimental la Ley de la conservación de la
materia mediante el ciclo de reacciones del cobre.
 Preparar las soluciones de hidróxido de sodio 6M y ácido sulfúrico 6M.
 Reconocer los cambios asociados a las reacciones químicas
(desprendimiento de gases, formación de precipitados, cambio de color,
desprendimiento de calor, etc.).
 Recuperar el cobre.

APLICACIÓN EN EL CAMPO DEL INGENIERO QUÍMICO


La ley de la conservación de la masa a menudo se aplica a las reacciones químicas
básicas para explicar lo que pasa a nivel atómico durante una reacción, que cada
átomo presente al inicio de la reacción sigue presente al finalizar la misma y esta
información es usada mayormente en la industria química, como por ejemplo en el
estudio de los yacimientos de hidrocarburos, se utiliza para deducciones
cuantitativas y predicciones empleadas posteriormente en el análisis de los mismos;
es decir para la realización de balance materia.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS
La idea de la conservación de la materia ya estaba presente en los filósofos
presocráticos.
Sin embargo, fue a partir de la experimentación cuantitativa y meticulosa, de la
concepción de un sistema cerrado por parte de Lavoisier (BOIDO, 1989; GHINI;
SANTOS, 2011; HUDSON, 1993) que pudo enunciarse la Ley de Conservación de
la Masa (a mediados de la década de 1770), que coincide con los siguientes
enunciados de la ley, “En cualquier cambio de estado, la masa total se
conserva” o “la materia ni se crea ni se destruye en cualquier reacción
química”.
Todo cambio químico involucra una reacción entre diferentes sustancias
produciendo la formación de sustancias nuevas.
Partiendo de la idea de que toda sustancia, elemento o compuesto está formado
por átomos, los cuales se unen entre si formando moléculas, una reacción química
se puede definir como un proceso en que una o más sustancias se transforman en
otra u otras sustancias de diferente naturaleza.
En las reacciones químicas, ni se ganan ni se pierden átomos, debido a que el
cambio se debe a la ruptura de los enlaces de las moléculas de los reactivos, y el
consecuente reagrupamiento de los átomos resultantes mediante nuevos enlaces,
para formar moléculas distintas.

Hay diferentes tipos de reacciones químicas y varias formas de clasificarlas según el criterio
elegido. Los criterios que se siguen son generalmente cuatro: el energético, el cinético, la
transformación que se produce y la partícula intercambiada. Las cuales consisten en:
Criterio energético: Si la reacción desprende energía, la denominamos exotérmica
y cuando la absorbe decimos que es endotérmica. Estas las desarrollamos en el
apartado de energía.
Criterio cinético: Según la velocidad con la que se desarrolla la reacción.
Dependiendo del tiempo que tardan en consumirse los reactivos encontraremos
reacciones rápidas y lentas.
Según el sentido de la reacción: Si la reacción se da solo de reactivos a productos,
nos referimos a ella como irreversible. Si se da también de productos a reactivos
(en ambos sentidos), hablamos de reversible.
Reacciones de transferencia de protones o acido-base: Consideramos acido a
aquella sustancia capaz de ceder protones (H+ en Disolución, llamado más
correctamente ion ozono y representado por H3O+) y base a la que es capaz de
ceder iones hidróxido (OH- también llamado oxhidrilo).

Reacciones de transferencia de electrones o de oxidación-reducción: Son


aquellas en las que se verifica la transferencia de electrones entre los reactantes.
Para saber si ha tenido lugar, hay que observar el número de oxidación. En este
curso será suficiente con adoptar como tal la valencia iónica. Si gana electrones, su
número de oxidación disminuye y decimos que se reduce; si los pierde, dicho
número aumenta y hablamos de oxidación.

Estas reacciones poseen un rendimiento químico entre la cantidad de producto


obtenido en la reacción y la cantidad máxima del producto que se podría haber
obtenido si los reactivos se hubieran consumido completamente. El rendimiento
químico se expresa en porcentaje.
DESCRIPCIÓN DEL EQUIPO

Varilla agitadora. Es un fino


cilindro de vidrio macizo, que se
utiliza principalmente para mezclar o
Balanza analítica. Es una clase disolver sustancias con el fin de
de balanza de laboratorio diseñada homogenizar.
para medir pequeñas masas.
Vidrio de reloj. Es una lámina de
Vaso de precipitado. Es vidrio en forma circular cóncava-
un recipiente cilíndrico de vidrio convexa.
borosilicatado fino que se utiliza muy
comúnmente en el laboratorio.

Pipeta. Es un instrumento volumétrico


Placa calefactora. Es un pequeño de laboratorio que permite medir la
aparato de sobremesa, portátil y alícuota de un líquido con mucha
autónomo que posee uno o más precisión.
elementos de calefacción eléctrica,
que se emplea para calentar
recipientes con líquidos de forma
controlada.

Pipeta Pasteur. Es similar a un


utensilio de gotero, generalmente
formada por un tubo de vidrio cónico. Matraz aforado. Se emplea para
Sirve para hacer la transferencia de medir un volumen exacto de líquido
pequeñas cantidades de líquidos. con base a la capacidad del propio
matraz, que aparece indicada.
Perilla de seguridad. Es utilizado
Papel pH. Es utilizado para medir la para extraer con la pipeta sustancias
concentración de iones de Hidrogeno que son tóxicas.
contenido en una sustancia o
disolución.

Probeta. Es un instrumento
volumétrico que consiste en un
cilindro graduado de vidrio que
permite contener líquidos y
sirve para medir volúmenes de
forma aproximada. Espátula. Es un instrumento que
se utiliza para tomar pequeñas
cantidades de compuestos que
son, básicamente polvos.
DISEÑO DE LA PRÁCTICA

 Materiales Placa calefactora.


2 vidrios de reloj.
1 espátula.  Reactivos
2 vasos de precipitados de 250 ml. Cobre.
1 vaso de precipitados de 100 ml. Ácido nítrico concentrado.
1 probeta de 10 ml. 20 ml Hidróxido de sodio 6M.
1 pipeta de 10 ml. 20 ml Ácido sulfúrico 6M.
1 perilla de seguridad. 3 gr Zinc.
1 pipeta Pasteur con chupete. 10 ml Acetona.
1 varilla agitadora. Agua destilada.
3 matraces aforados con tapón.
Papel pH.  Instrumento de medición
Balanza analítica.

DESARROLLO DE LA PRÁCTICA
a) Prepare las soluciones de hidróxido de sodio 6 M y ácido sulfúrico 6 M.
1. Realice los cálculos correspondientes, para ello vea el anexo A5.2.

b) Preparación de nitrato de cobre (II)

Cobre + ácido nítrico nitrato de cobre (III) + óxido de nitrógeno (IV) + agua

1. Pesar con la mayor precisión posible, un vaso de 250 ml perfectamente limpio


y seco, y anotar la masa. Añadir al vaso una cantidad de 0.5 gr de cobre,
pesar de nuevo y anotar la masa.
2. Medir 3 ml de ácido nítrico concentrado y en una vitrina extractora, añadirlos
lentamente al vaso de precipitados con una pipeta Pasteur, cubriendo el vaso
con un vidrio de reloj.
3. Comprobar si se calienta al vaso, anote las observaciones.
4. Cuando termine la reacción, quitar el vidrio de reloj y mover el vaso
ligeramente para que salgan todos los gases generados, y luego añadir100
ml de agua destilada, anotar el color de la disolución (en el caso de que se
hubieran producido salpicaduras en el vidrio de reloj durante la reacción, el
agua añadida se debe pasar por el vidrio de reloj para recoger las
salpicaduras en el vaso de reacción).

c) Preparación de hidróxido de cobre (II)

Ácido nítrico + hidróxido de sodio nitrato de sodio + agua


Nitrato de cobre (II) + hidróxido de sodio hidróxido de cobre (II) + nitrato
de sodio

1. Mientras se agita la disolución de nitrato de cobre con una varilla de vidrio,


añadir lentamente 20 ml de disolución de hidróxido sódico 6 M. Antes de
reaccionar con el nitrato de Cobre (II), el hidróxido de sodio añadido
neutralizará el exceso de ácido nítrico procedente del paso b). Anotar las
observaciones.
2. Una vez sedimentado el hidróxido de cobre (II), tomar con la varilla una gota
del líquido sobrenadante y, con papel pH, comprobar que es alcalino.

d) Preparación de óxido de cobre (II)

Hidróxido de cobre (II) + calor óxido de cobre (II) + agua


1. Calentar el vaso de precipitados en una placa calefactora hasta casi
ebullición, mientras se agita la suspensión con una varilla de vidrio. La
transformación suele tardar alrededor de 10 minutos. Anotar las
observaciones.
2. Una vez completada la reacción, se seguirá agitando en caliente durante
otros 5 minutos y se dejara sedimentar el precipitado mientras se va
enfriando la disolución.
3. Una vez sedimentado el precipitado (no es necesario esperar a que la
disolución se enfríe a temperatura ambiente), extraer la mayor parte posible
del líquido sobrenadante sobre el precipitado de óxido de cobre (II), con una
pipeta Pasteur, sin eliminar nada de sólido, y transferir a otro vaso de
precipitados.
4. Añadir 50 ml de agua destilada a la suspensión de óxido de cobre (II) y agitar
con la varilla durante unos 30 segundos y dejar reposar.
5. Una vez sedimentado el precipitado, volver a extraer la mayor parte posible
del líquido sobrenadante, con la ayuda de la pipeta Pasteur, sin eliminar nada
de sólido.

e) Preparación de sulfato de cobre (II)

Óxido de cobre (II) + ácido sulfúrico sulfato de cobre (II) + agua

1. Mientras se agita con la varilla de vidrio, añadir lentamente 20 ml de ácido


sulfúrico 6 M. Anotar las observaciones. Con la ayuda de la varilla pasar el líquido
por las paredes para que se disuelva todo el óxido de cobre (II).

f) Recuperación del cobre metálico

Sulfato de cobre (II) + zinc cobre + sulfato de zinc (II)


Zinc + ácido sulfúrico sulfato de zinc (II) + hidrógeno.

1. Pesar 2 g de zinc en polvo y añadirlos rápidamente al vaso de precipitados


que contiene la disolución de sulfato de cobre, agitar vigorosamente con la
varilla de vidrio. Se recomienda realizar esta operación en la campana.
2. Además de la reacción principal entre sulfato de cobre (II) y zinc, también
tiene lugar la reacción secundaria indicada más arriba. Continuar agitando
vigorosamente hasta que cese el desprendimiento de gases.
3. Comprobar si se calienta la disolución y anotar todas las observaciones. Con
la varilla, pasar la disolución por el polvo de zinc que pudiera haber quedado
en las paredes del vaso hasta que todo el zinc se haya disuelto.
4. Si una vez disuelto el zinc, no ha desaparecido completamente el color azul
del Cu2+ de la disolución, añadir 0,5 gr adicionales de Zn y agitar la
disolución hasta que cese el desprendimiento de gases. Repetir si fuera
necesario.
5. Una vez decolorada la disolución, añadir 1 ml de ácido sulfúrico 6 M y agitar
mientras se calienta en la placa calefactora, sin llegar a ebullición, hasta que
cese la efervescencia.
6. Con papel pH, comprobar que es ácido. En caso contrario, añadir más ácido
y calentar nuevamente la solución.
7. Dejar sedimentar el cobre formado para decantar cuidadosamente la
disolución a un vaso de precipitados, evitando la pérdida de sólido. Luego
lavar el precipitado de cobre con agua destilada, pasando previamente el
chorro por las paredes del vaso, agitar la mezcla resultante.
8. Dejar sedimentar el precipitado y decantar cuidadosamente el líquido
sobrenadante. Repetir la operación otras dos veces. En cada uno de los
lavados, comprobar el pH del líquido decantado. El pH debería ser neutro
tras el último lavado.
9. Tras haber lavado con agua, lavar el precipitado de cobre con 10 ml de
acetona, y nuevamente se decantará cuidadosamente, para luego secar el
vaso de precipitados en la estufa a 110 ºC, durante 20 minutos. Una vez frío,
pesar el vaso de precipitados, anotar el resultado.
10. Colocar nuevamente el vaso de precipitados en la estufa durante otros 10
minutos para comprobar si se sigue perdiendo peso.

DESECHO DE PRODUCTOS Y SUBPRODUCTOS

El líquido decantado del primer lavado del paso 8 del inciso f), más rico en ZnSO4,
se vierte en el recipiente de residuos correspondiente, mientras que los líquidos
decantados de los últimos lavados se pueden tirar por la pila.
Debido a que la acetona es un líquido volátil, gran parte de éste se libera durante el
experimento, el remanente se puede guardar en un recipiente hermético para su
posterior uso.
BIBLIOGRAFIA
 BOIDO, G. Lavoisier: la madurez de la química. Ciencia Hoy, Buenos Aires,
v. 1, n. 3, p. 78-80, 1989.
 Ley de Conservación de la Materia. Abraham Tamir, Department of Chemical
Engineering, Ben-Gurion University of the Negev, Beer-Sheva, Israel.
Francisco Ruiz Beviá, Departamento de Ingeniería Química, Facultad de
Ciencias, Universidad de Alicante.
 BERRY; RICE; ROSS. (1980). Físico Química avanzada 1980, p. 3, nuestra
traducción.
 LEMKE, J. L. Aprender a hablar ciencia: lenguaje, aprendizaje y valores.
Barcelona: Paidós Ibérica, 1997.
 Sherman, A., Sherman, S. j., y Russikoff L. (2006). Conceptos básicos de
química (7a ed.). México: CECSA.
 Burns, R. A. (1996). Fundamentos de química (2da ed.). México: Prentice
Hall Hispanoamericana.
 W. L. Masterton, C. N. Hurley: Química Principios y Reacciones. 4a edición
Thompson Ed, 2003.

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