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GENERACIO DE 1837
BIBLIOGRAFIA
GENERACION DE 1852
La <Yenera · ' d
n eion e 1852 está formad a por los n aciclos de 1815 a 1829
E s l a Sco-unda G
d ~ ' cnerac1·ó n R omantica
, · .,
cuya gestac10n h.1st6nca
· se.
e arrollo entre 1845 y 18'59 en activa participación con los hom.
bre d e 1a generación anterior. Su vigencia se extendió entre 1860
Y 1874. Es esta una generación eminentemente cumulativa en la
cua_l e prolongan las principales preferencias literarias ele la gene-
ración anterior. Dentro de ellas, sin embargo, se amplía la varie-
d ad de los asuntos y aumenta considerablemente el cultivo de la
novela con una mayor cantidad de novelistas y de obras. Para mu-
chos países del continente a esta generación pertenecen sus prime-
ros novelistas. Junto con señalarse la tardía asunción del género en
algunas partes, debe destacarse la continuidad y la cohesión de la
literatura que a partir de esta generación se alcanza y acentúa.
La característica saliente de esta generación es su Romanticismo
Social. Esta tendencia generacional pone un matiz más agresivo y
exigente en la perspectiva ideológica con que se ve la realidad en
la representación literaria. Los principios liberales se convierten en
el elemento iluminador de la realidad, en una visión del mundo
restrictivamente política que lo representa escindido radicalmente
en dos extremos polarizados. Esta perspectiva ideológica alcanza a
todas las variedades novelísticas que encontramos con máxima uni-
versalidad caracterizando a la novela histórica, que adquiere par-
ticular relieve en esta generación, pero también a la novela de cos-
tumbres o a la novela alegórica.
La novela histórica se mostraba particularmente adecuada para
la tendencia romántico social que pretendía a la vez representar
las condiciones de un mundo cambiante e inducir el progreso o el
perfeccionamiento de las formas de vida republicana. Los modelos
europeos de Sir Walter Scott, Bulwer-Lytton, Alejandro Dumas,
Alejandro Manzoni, favorecieron la consolidación popular del gé-
nero y despertaron una generalizada emulación.
Como expresión romántica, la novela histórica, estaba en la
línea de la inclinación pasatista y nacionalista del romanticismo
europeo. El culto a las formas más remotas de la nacionalidad, en
TERAGI V1 ... UL I U ,J..,
[,f. N ,
77
nsac-fo conclu so como la Fd ·,cl M . ¡·.
11n l · · . J ' u 1·1, n o p odía en ont ra r 11na
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r, 1 ·ca ronscc_
ucnt c en
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s litc'i··,ttit·
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111·sp a 110;11ncr ican,1.c;. El pasa-
1,.\ttlO rond nt Ko d e los curo¡>cos y •su<'· ¡>,·<.< . 1. •
• J - , om ,tn ll co- ceo no
p()dL1 . cn r ~n t~·;ir ron:_ SJ>?ll,<! 11 ci;1 c11 111~ rn1111cl o en d ond e 1;i hi sp;-i -
11 ( ,íohi :1. 1.• xcn. ofo b1.1 luutcnH·11t
. .. c· estin-u,J
.· ,·,<1 ·,,, y I·., 1c. p111s1>•{ n por
todo,. )os ;i~pcc tos d . l p ,1s.1cl o po lít ic·o y •soc Í't, I y >or s11s s11 pcrv1- .
1
\·cnria.'- :1c1 ualcs d o•m111aban
.•
viva111e11t • PíJr c·st·, .• ,
r·,zt 1
, . >11 , < C: 11 11 m O·
do genera l Y ma utlic sto, la incJin aci<'m ro rrdn t ic;1 c;1rt1cterfs1ica-
n1c11t r hispa noam ericana fu e de progresivismo y de ,1c1 ivismo bien
definidos.
. .
Lo cu r10so pareoera se r qu e p ese a ell o se esc.:ribi era un a seri e
considera ble de nove las históricas que I ornaron por as un lo el pa-
sado colon ial. El pasado, po r cierto, no fu e compre nd id o en la ori-
gin¡.¡Jidad de su conforma ción, faltaba 1m mínimo de simpatía y
de distanci¡.¡ para qu e así ocurriera, sino q11e se Jo in t rp rctó a la
luz el e Ja ideología libe ral. La representación del p,1sado toma ba
la forma <le una suma d e vicios p olíticos de un vi j o cst;1d o d e co-
sas superado o n ecesit;1do d e su p era cdm cuyas ca rac: teríst icas ge-
nerales se h;1da n palpa bles en la a c.: tuali<lad de los propios narra-
dores romántí os.
Pero esto, q ue impli ca m a n ificstam cnte un a l imi tac i{,n historio-
gráfica, defin e esen cialmente la p ersp ectiva rom;ínti c:1 y el m odo ro-
mántico de representar el tiempo hi stórico sin a uténtica in viven-
cía en ti pa sa do qu e representa. Esta Jimitaciún - en tod a perspec-
ti va hay limitación, estamos caracte riza nd o la perspecti va rom{m-
tíctJ - consti tuye sin emba rgo , la fo rma interior de la novela his-
tórica y a p a rtir d e ella d e toda Ja n o vela roni :'m ti ca. Es uu a ley
de.: csp ,1cia Jidad es qu e ord ena el mundo en una contra posición di a-
Jlctíca q ue cara te rizó Sir W altcr Sc.:oll cotn o esen cial111 cn lc rond n-
tica y q ue el sa íntsimoní smo y el positivismo hicieron suya y con
dJos tod a tendcn cír1 progrcsíví sta h ,tsla nu estros día s. T ra t;íhasc de
la contra po.~ici/rn d e 11n viejo estad o d e ·osas en d csro mposiriún y
d<: la aparíci6n vehemente de un nuevo rég imen qu <' sin d c~plazar
1<>davfa )al) form as jmpues tas dcl;1ta sus vicios y propo11e la rco rga-
niz,Jci/m social. A la ]uz de s 11 id eolog ía reformi sta ('sla r on1 ra po -
1iición <:r<~ah;~ t i impul .i,o ílnÍm ,Hlor d e la 11a1T,H iú11 (·11tera . Esta ley
d<: t .~tnu,1.ur;:1 del mundo n ;1rrativo, ele st·111ido político · id eolc'1gico,
pr ·,;frie uni v •r s;dmcnl.c la rc pr('sc nt :1ric)11 d <'I t·.., pa r io <·11 la uo vela
~ vi<:n · a sati 1ifa c:c.:r pcrfcct:1m <:11t c la s m·c·c·sidad cs íu11c ío11 :d C's qu t· la
1dt ologh1, t n r,uyo contexto se orig i11ab:1 , cifraba t ·11 C"lla . No hubo
BIIlLIOGRAFIA
GENERACION DE 1867
,.,-
L:l llO\ · •
·cl·i se convirtió en obra de observación
. .
inm,•u ·_
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cu 1u:l< i os.,
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• •
documental.
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La prec1s1ón del mo mentoYh·de
, .· • elco-ido se hizo cuesuón relevante para asegurar la h.·
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.,el cie los más diversos aspectos del mundo. Entonces' un acon tec.- -
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mi en to histórico contemporáneo y memorable, de fácil re e~-
. . 1 . ., f.. . , conoc1-
m i en to y referenoa universa, suv10 para 1pr 1nequivocam,,
. , . . . _ _ . -...nte la
filiación histonca de acontecun1entos, ;ostumbr ;s,_ vestimentas, ti-
IJO y e cenarios. De este modo, .
se logro una max1ma precisión
. o~
nanlental, arquitectónica e 1ndumentana para cada época. El na-
rrador alcanzó las características que Balzac quería para sí: ser el
albacea de su tiempo y fijar los elementos históricos de la sociedad
con la sensibilidad exacta y refinada de un anticuario.
Todo ello venía a poner términos más exactos y adecuados al na-
cionalismo literario renovado por esta generación y en general a
la representación de la realidad. Incluso es posible advertir esta
tendencia en la novela histórica de asunto colonial, en la novela in-
dianista y en la novela sentimental. En todas estas formas se pro-
duce un desplazamiento de lo mítico o fantástico en favor de lo real
y verdadero.
El narrador alcanza con los rasgos señalados una apreciable es-
tatura personal. Ejerce un dominio muy marcado sobre la narra-
ción, que dirige del modo tradicional con claras apelaciones al lec-
tor y cambios de mirada en el espacio y de un personaje a otro. Es,
sin embargo, notoriamente más discreto y su narración aparece más
objetiva y menos abundante en resúmenes, comentarios o digresio-
nes, que la novela de las generaciones anteriores. Aumenta signifi-
cativamente el conocimiento que el narrador tiene de la interiori-
dad de los personajes. La novela adquiere cierta riqueza psicoló_gica
apoyada en el conocimiento y en el análisis de los estados de ánuno.
La interiorización que la narración alcanza en este momento corres-
ponde al nivel de los pensamientos o razones que los personajes des-
envuelven sobre su comprensión o sentimiento actual de las cosas.
No se representa esto por vía directa sino con la decisiva mediaci~n
del narrador en un modo narrativo indirecto. Este aspecto es sig·
nifi_cativo en cuan_to expresa una opción definida del narrador -!
define su perspectiva de interpretación de la realidad. La esenci
• , . . . ,, '
87
de ésr a se tr;i sbcl;i ·1sf de lo e 1 1 ·
. . , 'o-· . ,. ., c e ern11n antcs cx Lcrnos y el e los
m,,s icl ( olo0 1ros operant es en el rom - l. . . . esque-
. ,tn iri smo socia], para convertir
;1 ;1 q11 e11 os en unos elementos entr • O 1 . •
., · e ros en una compl e1a represen-
t;icwn d el mund o, y rcs:ilt;1r J;i sio-nif" .. ,·' 1 1 · ·
. · .-, ic.tu on ( e os valores hu manos
escn nalrs que forma n ] ;1 i11te rioric.hd el ·l h 1 • .
. . .. . . , . .· , e om )re y permiten d1s-
t m g t111 Ll ,1ur cnL1udac.l de Jo hunnn l 1 r ·
, • < o e e as ormr1 s gregarias que
Jo cn :q enan . ,
La representación de la interioriclacl de lo ·
• , . s persona Jes encuentra
e
la confu maCión
., de sus raso-os
o en las palabras
e e
q u e em1·t en en e1 a·/.
1a-
Jogo. El dial,ogo . erá el gran modo de presentación directa que
cumpla la mas .eficaz función caracterizadora de los personajes, así
de los protagonistas como de las figuras pintorescas y ele los tipos
locale .
Uno de los elementos realistas más determinantes lo constituye
la motivación de caracteres y acontecimientos. Y entre éstos tal vez
el más notable ea la d esidealización de la mujer. Sobre la diviniza-
ción romántica de la mujer o de su tipología contrastada de ángeles
y demonios, queda configurada la caracterización de motivaciones
111orbosas o patológicas o de caracteres psicológicamente bien obser-
vados, que superan la simplista caracterización de las generaciones
románticas anteriores. Los personajes dej an de ser de una sola pieza,
se llenan de sorpresa y se someten ordinariamente a una visión llena
de cambios o de posibilidades de transformación. Caracterizaciones
en relieve y evolutivas desplazan a las antigu as caracterizaciones
planas y sin misterio.
La ambición, la codicia, la pasión, el interés son las nuevas mo-
tivaciones femeninas. La visión de la belleza perfecta es rara y en
su lugar la más pura y hermosa caracterización lleva los atributos
de su belleza manchados por la enfermedad o por una pasión que
la afea. Si aquélla se da aparece en un lugar secundario marginada
del mundo imperfecto. Pero, en general, lo que viene a encontrarse
son caracteres reales dominados por contradicciones o creencias en-
gañosas, movidos por sus prejuicios o sus aspiraciones y sometidos
con variado grado de libertad o sumisión a las condiciones de clase
u origen y a las limitaciones que la sociedad pone, su general, a sus
destinos.
La representación de la sociedad como una realidad compleja
donde juegan múltiples factores y ya no solamente los políticos es
otro de los cambios importantes que experimenta la representación
literaria. Sin embargo, todavía la representación está muy apegada
al color local y el determinismo político gravita significativamente.
88 UJ5TORTA DZ: LA l\OVELA HISPA .
~OAM t ll1c
. . A;-,.¡,\
Pero ya entr;m en juego g rupos socia les dominados por .
. . , .· .· · .·, 1 . intere
or as¡Jirac10ncs qu e dan a l<t 'iswn soo,, Cierta m •¡· ~e, y
P ov1 idad
fcnr>menos J e la m od a, del progreso, del entorno cultural . lo~
. · b · I ,delur¡ ·
tarismo brutal y del el mero, son o ser vat os con precisión ',.
tu ycn el objeto de la crítica, la sátira o la edificación morii consti.
La nu e,·a forma interior d e la novela realista opond 1. ~
riencia a la realidad de verdad. El mundo narrativo irá ra ª apa.
. . ., d. . reveianc1
,.,(Tra dua1mente, baJO la opm10n or mana
, Y 1a . apariencia
. , Ia supen.
0
89
), ·Julio Calcaño (184-0-19 19) . Mé .
. · - · ' en x ico destaca ¡
tórica me11an1sta Iren eo Paz ( 1836 _1 · ' n en a nove]a his-
e
924
1S93) : en la nueva novela ele cost l . ) y ~ligio An cona ( 1836-
.
nurano, . uan
J Dí um 11 es realistas p é .
az Covarrubias ( l 837 _18i . . · , r J~1mo a Alta-
(] 830-1894), Facundo, el autor del .
. .
59
c1c1o de La Lmter
'!'
) ' José 0 mas de Cuéllar
"', .
el folktm csco VICente Riva Pal . ( na lviagica, y
. ac10 1832-1896) Se .
o·c11era c1ón con sus incursiones e 1 · SUmcm a esta
" n a novela algunas f •
o-iosas del ensayo y el pensamiento h . . iguras prest1-
º
;\[:iría de Hostos (1839-190 3)
1spanoamencano com 0 E
. .
·
ugen10
) . ~ , con L a Peregrinación ele Ba oán
(1863) , portornqueno y ciudadano d A , · y
1\1on talvo (1832-1889). e men ea, Y el propio Juan
Alberto Blest
, Gana (San tiago de Chile , 1830-1920) es e1 nove 1·1sta
chileno 1nas destacado de la época moderna y uno de los narradores
más im~or~antes Y acaso :1
más _completo de los novelistas del perío-
do romant1co Y del. realismo hispanoamericano. Es el novelista de
~'oca_ción -revelada de improviso por la lectura de Balzac- que ha
mspirado su obra en una conciencia definida de la literatura y de
las formas de la novela de su tiempo. Esta conciencia, de claro nacio-
nalismo literario, quedó expuesta en dos de sus ensayos literarios:
De los trabajos literarios en Chile (1859) y en sus consideraciones
sobre La Literatura Chilena (1861) . Estas últimas, sobre todo, orien-
tan con precisión sobre su concepto de la novela y las funciones de
conocimiento y edificación que le asignaba. La popularidad del gé-
nero se le aparece como eminentemente útil para extender la civili-
zación hasta las clases m enos cultas de la sociedad. De entre las
formas de la novela romántica que considera ninguna le parece más
adecuada para definir el carácter nacional de una literatura y satis-
facer las funciones que le parecen propias, que la novela de costum-
bres, vigilada por la exactitud de la observación y por el r espeto a
la moralidad.
En la extensa obra de Blest Gana, destaca en particular un grupo
de novelas - las más importantes- que en conjunto configuran un
extenso ciclo de la historia del país y d el des:1 rrollo de las costum-
bres y de la sociedad chilenas. Abarcando un extenso lapso, sus
asuntos comprenden aproximadamente desde_ 1814, con la recon-
quista española, hasta el últir:no cuarto d el, siglo x~x con la repre-
sentación de los hispanoam en canos en Pan s en chsf~ute ~anal d:
una bonanza económica fugaz. Cada novela de este Ciclo fi p el hi-
to histórico a que corresponde con la clara referencia a un aconte-
cimiento histórico de relieve. Este ciclo comprende, fund
.
mente fas novelas Durantr: l a R r:con r¡uz.sla, ' . Ideal de un amentaI·
El
. . , Rw
El /oro l '.s/t:ro) ktm lm.
. n.s) f j l A nlrndzca
. .; . en el amorcalavera,
trnn ,plantrulrH Al marg-e n de estas novelas, Blest Can· Y Los
· •• ' • . · · ' · c1, escrih"(;
1
1111 :i doccn;i de obr:1s de vanaclo mérito y menor cxtensi<'>n >
. · ¡ · . . · _ , ·
m en cwn ~Hlas que rev iste n e 1ve1 Sd 1mport.mc ia dentro del
9 ue .
las
. cons1de-
r:.1 blc yoJumcn de su obr;i . Nuestro novelista fue uno de 1
. os tnás
fec undos n:irr:1dorcs del siglo XIX.
La Aritm ética en el anior (1860) 1narca el comienzo de la
ma-
durez en la novela de Blest Gana con los rasgos definidos de u
1nodo de representación de la realidad que acentúa las motivaci:
ncs del interés codicioso y del dinero en la sociedad. Pero será
1,1art!n R ivas (1862) la obra que desarrol1ará con mayor propie-
dad los rasgos distintivos de la narración blestganiana. Es también la
noYela que le ha valido la mayor popularidad y la única novela chi-
lena que ha alcanzado cosa de treinta ediciones. El interés que esta
obra despertó desde un comienzo no ha decrecido y se ofrece cier-
tamente como un caso de observación para la sociología de la li-
teratura.
A1artín R ivas narra la historia de un joven provinciano que lle-
ga a 1a ca pi tal, a casa de un antiguo conocido de su padre. Despro-
visto de medios de fortuna, Martín, estudia para la profesión de
abogado y ayuda a su protector en la ordenación de sus negocios.
El joven aparece en una primera situación como un extraño en
el mundo que ha de sufrir la burla y el desdén de una sociedad que
viendo en él a un provinciano castiga su falta de elegancia y su
pobreza. Asimilado a las modas dominantes en la sociedad santia-
guina 1a efectividad de este motivo desaparece y queda relegada a
la dimensión interior del personaje, cuyos valores de inteligencia,
dignidad y generosidad, permanecen hasta el final y modifican, en
la mejor tradición del realismo hispanoamericano, la imagen ex-
terior hasta hermoseada y perfeccionar el mundo a su alrededor.
Martín se enamora de la bella hija de su protector. Es un amor
sin esperanzas, un amor imposible si se atiende a las condiciones
de la sociedad para la cual las diferencias sociales y económicas im-
piden la unión de un joven pobre y una doncella rica. El joven
deberá sufrir el desdén de Leonor quien no deja de sorprenderse
-:esentida y turbadoramente conmovida a la vez- por la altiva dig-
nidad del provinciano.
Andando el tiempo la situación se ve alterada. La familia de
don Dámaso Encina, el comerciante que le ha acogido en su casa,
tiene ocasión d e comprobar las 91
virtudes del . ove .
tunidades resolviendo dificultJ des f T J n en vanas opor-
te a su tutor. Esa imagen e d . ami iares Y ayudando eficazmen-
etenora repenf
yoco que obliga al muchacho b m amente por un equí-
. .
tiempo 1nv1erte la situación in· .
ª a andonar la p
ca a. ero al mismo
ic1a1 cuando Le
ra7Ón que e tá enamorada de M , onor nota en su co-
apa ren temen te desdeñada por 1 . art1n y que ade
e: mas, est á celosa y
e Joven.
Entretanto Martín desesperad 0 . .
. por su s1 tuac1ón 1
huestes liberales y p articipa e e enro a en las
1
1851. Derrotada la revolución :u a ahson_adda contra. el gobierno en
·
1os E nona a- donde h a llegado an tye 1 en ° a refugiarse en casa de
es ª carta en que Martín confiesa
su amor a Leonor. El encuentro d l .ó .
e os J venes permite que se de-
el aren su amor. P ero Martín es detenido , d
. y mas tar e condenado a
m u erte. Sin embargo consigue huir d · ·, · · · ·
vamente a Leonor. , e su pns10n y unirse defin1t1-
i/1
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r,
2 •¡; ~ ..i•
__ ., ( t.. i._
.\'\
\\ \
1
fatal que en el fondo no ·es tal. Los votos vulnerables de Atala que
la llevan a la muerte creyéndolos inmodificables, son semejantes ª
s
la férrea decisión del padre de Efraín que separa a los enam 0radº '
, 'd amente mas
superad a rap1 , tard e pero mcapaz
· de modificar. su
A tala uene
efecto fatal. El padre del joven cumple el pape I que en lo-
T la co1
el padre Aubry. La situación elegida pone de mani ieStü llí
5
rosa constricción impuesta a la felicidad ele los enamorado , .:1a
ser la not
donde la plenitud de la vida y del mundo parecen ·a in·
vigente. El único y fatal resquebrajamiento brota de la precart
f.EN ERACION DE J867
101
tegr~d;1el ~ e- lo humano, bello, honesto, delicado, pero mortal; de
la s nnpos1c1 ones del deber y d e la incapacidad humana de prever
los efectos d e sus d ecisiones y su verdadero alcance.
L~ his~o1~ia de Nay y Sinar cumple, en su oportunidad, una
función s11n1lar a la lectura de Chateaubriand. Como en A tala
fij_a la triste_condición de la mujer que muere en tierra extranjer~
leJOS de quien ama. El exotismo del episodio amplía y universa-
liza la significación del motivo. Su narración se articula en la no-
vela como evocación del pasado africano de la negra Feliciana y
pone su justa resonancia al motivo central de la separación fu-
nesta. Otras resonancias no originadas por el contexto de la novela
provienen de Paul et Virginie y ordenan un mundo de motivos
que confirma la extensa perduración de la sensibilidad romántica
exotista y sentimental.
La estética del autor del Genio del Cristianismo, obra de dilec-
ción de los amantes, proporciona más de una información definida
sobre la configuración del mundo en la novela y la razón última
del quiebre de la unidad y la plenitud del mundo del amor y la
visión de la naturaleza del Valle del Cauca, el escenario requerido
por la perfección del todo.
La historia no queda así despegada del sentido espacial de la
obra, sino que viene a agregar los signos -enfermedad, muerte-
que manchan la belleza, de otro modo perfecta, del mundo en la
idealizada visión del primer amor: "diálogo de inmortal amor dic-
tado por la esperanza e interrumpido por la muerte".
La acechanza de esa fatalidad encontrará réplica adecuada en la
visión del paisaje en los capítulos en que se narra la navegación
del río Dagua, cuadro de las ominosidades de la naturaleza y pasaje
de pruebas de terror y miedosa prevención para Efraín. Condicio-
nan el clima atemperado al estado de ánimo del joven: selva y no-
che inciertas para los temores y terrores de una carrera contra la
muerte. Esta visión de la naturaleza es precursora de la catedra•
licia visión de Rivera en La Vorágine y de la visión naturalista del
Mundonovismo. Ninguna novela de la tradición decimonónica an•
ticipa más claramente esa exaltación americanista como María.
Esta exaltación es multidimension al en la novela de lsaacs Y está
fuertemente particularizada por la sen sibilid~d rom~intica Y, cha-
teaubriandesca y ajena, por tanto, al naturalismo y a la agonia ro-
mántica de la obra de Rivera.
La dimensión espacial con todo su pintoresquismo del_ color
local, magnificado y teñido sentimentalmente en la evocaoón, se
l iJ~
. to m o·aico que lo, '• ia je: " p a ;eos de Efr:ün <!~--
ar 1e u .1 en u n ' a . ~ · --
b no edad del hwar o el recuerdo d~ ~
1 1 :i. Y t r:1 za n co n • . . ·
·_ d oción inter ior. El ·amor p J tno. a m or a ~- t 0
mo; 1en o::, e conn1 . ..
•. d . d i·e, e, b p nmera emouon al r~.rr t-~ d~ Ef .,j
o re _10n e 1o~ pa -· · · ·
. '- en z., r la n o,·
0 b . L :i b::llez:i. n 2· ira del Cau:2 e:xoo .
·111to on con1 " • .. •
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. · , er b o~J.t - ll "'Il tP l., emoción d el pa i5-aje. La Yi.ita a la 30 ~
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a J o: ·: e Yi~je a la haciendJ. _de Emi'?~i_o :· _~ _ ?o;iderac ·ón de
· ora '" faun:i : el p :iisJ.j e eden1co : a en 1ca e1, 1hzador:1 de campo
co ornbi:1..no. a u e :incicip:i b tod3., ·fa r.ím id :i m anifrs,:ición e.e ~~:e
aspe ro en Pe~ ¡:a del Yen ezo :in o R o :1::To-G ncia, el mi:mo que r t-
12. :i.r:1.. en D 01- (,- B .1·b,-, 1·· '- G..,l
.:, • l - cro,· •• •.;-
e- · · -' 1rr •m 'll· '-· ..,,n.f'-( p. ,....-. ·m, ·
0
u ü 1 r - r.:.
..i...: v : .u a
--~ 1~ Yaio ·es· ; u e se h:-i ·in sensib les en b contr3.posición de~ c::.moo
, b ci 1d:id ...\-p:ir e de b s b urb s y ridicilo:s d el motiYo del e..xrraco
~n e m~mdo -c:i.rnpesino en la ciu da o c:t:ictino en e· c:>.m?O-
J re ~e d es::-nn .eh·::-n en h noYe 3.. h 3.y b
•
cer ·eza poder ~ uc- c.~
or ::l p:i is.1 je cJ. p:iz d e 3. ner a h ombr :: :· a la muj e.r de h ci::d:?.c:.
..\!í lo nnn ifiest:i E frJ.in :i. CJ.rlo:s e n n d o este tcllle que ~br.i.!dc..
b mujer :i. q ue :i.spir:i. . no tolere el c3.m po: ··_\ demis -d;ce Err:ún-.
esta llanuras. estos b osques. estos ·íos. ::son p or Yenrun cos35 que
ella ha Yi:sro: : on p:i.n Yerse y n o 3.111:i.r:sc: ...
Desde Europ:i.. brot:i. en el joYen u n sent im iento n osti lgico que:
es b p rimera m:in ifest:i.ción d el d oloroso desarr:ügo d d su.?lo ~uné'-
rican o en la n oYeb hisp:i.1103.meric"!n :i.. que :surg e como d c:-n""' ,e
paisa je americ:mo en el dest ierro g r is y h cbdo d e b ciud:i.d d~
Londres.
L a claYe ameriCJ.na recibe b:s corresponden ci:i.s sentimf nr:i.les qut
d om inan la Yi:sión nocturn:i. dur:i.nt e · b n:i.Yeg-:i.ción <.frl D:ig u :
" Pronto nos rodeó b noche con tod:i. su pomp:1~ 3.lllé'ricm :t : b ~ 1~~
che d el Ca uca , bs d e Londres, b s p:i.s.., das en :i.lta nur. :?<-w q:tt'
no eran tan m ajestuosam ente trist es como a qudb·· .
Como narrador. Efraín . se au toc uact eri z:1 en :su n :nr:lÓt)tl :i:-i
como eYoca' r-'- 1110non:ic· l·,llnent e :su pnmer . , · · , t , tit
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GENERACION DE ] 867
103
mundo. La e.m oción lacrimosa pone la novela en la línea senti-
m ental del Ron1anticismo para debtar no sólo la emoción de la
b_elleza , sino tan1bién la nostalgia de la klici(lad perdida, la por-
CIÓn de dolor y n1uerte que yacen en la experiencia temprana de
la vida .
}VIaría es vista, evocada, en imágenes, verdaderos retratos minia-
turizados, en la perfección de su belleza; unas veces, con el encan-
tamiento sensual de sus formas delicadas, como hija de Israel; otras,
con la pureza de la doncella cristiana. Evocada en una serie de
imágenes reminiscentes expresa siempre su delicadeza sensible, su
timidez virginal y su enamorado afán.
El padre ele Efraín es la figura de irrevocables decisiones que
se alza, por 1nomentos, terrible ante María y Efraín. Su carácter
le convierte en detenninante del destino funesto de los amores y
en el involuntario cercenador de la vida de María.
Un coro de personajes pintorescos completa la caracterización
en esta novela. Los campesinos de las haciendas vecinas y los ne-
gros llenan un momento de brillante color local con sus notas ale-
gres, dicharacheras, y su música. Todas estas caracterizaciones res-
ponden al tipicismo edénico del mundo, a la patriarcal perfección
del régimen de la vida, donde la caridad, la piedad, el amor y la
justicia reinan por doquier.
El período romántico y el realismo de esta generación no pue-
den cerrarse mejor, tal vez, que con esta novela que realiza algunos
ideales del americanismo literario en forma inigualada hasta en-
tonces y que anticipa futuros logros de pr~ a--· · Los signos
del período marcarán la visión de la l),~ á ieYa' ctSn ,~ . tributos
animadores que el romanticismo habíJY¿~~ ~- ~---~:~.-l_e~ri\ : >