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CONCEPTOS GENERALES:
1.- Los delincuentes de naturaleza inertes; 2.- Los delincuentes prontos y vivos,
3.- Los delincuentes corrompidos y viciosos, y 4.-Los delincuentes calculadores
y feroces.
Se puede confirmar que cada una de las clases de delincuentes tiene sus
características específicas; pero aquí sólo interesa describir las características
de los delincuentes clasificados por Ferrus, porque consideramos que con
éstas basta para darle al lector la información necesaria para su aprendizaje
sobre la materia. Detallaremos las características de cada una de las clases de
delincuentes concebidas por Ferrus y sus seguidores.
Inmoderado, los hace vivir sin dignidad, sin respeto por sí mismos, y por tanto,
pertenecen a la mala vida delictuosa.
Esta clasificación ha sido tomada de la obra del profesor Ramos, quien nos ha
detallado las características, a pesar de que -según él- , las mismas figuran en
el libro El Hombre Delincuente, escrito por César Lombroso y publicado en
1876.
1.- Los criminales natos; 2.- Los criminales enajenados mentales o locos; 3.-
Los criminales habituales; 4.- Los criminales pasionales, y 5.- Los criminales
ocasionales. Según la mayoría de autores y criminalistas positivistas, ésta es
una de las clasificaciones más conocida y aceptada; y, según lo expresa
Leoncio Ramos, "se nota que la misma es una verdadera síntesis de anomalías
particulares manifestadas en cada una de las cinco categorías que contiene".
De estas cinco categorías, se han detallado en otra parte de este escrito, las
características del delincuente nato. Ahora daremos algunas características de
las demás categorías, pero de manera particular. Así, los criminales pasionales
están representados por individuos de "un temperamento sanguíneo y
nervioso", de una sensibilidad exagerada, y por ciertos desequilibrados
mentales o epileptoides, quienes aún han teñido una vida regular y hasta
irreprochable. Son muy apasionados y violentos y por eso, durante su juventud,
cometen actos agresivos contra las personas. Se confirma que ellos se
arrepienten inmediatamente después del hecho, que casi siempre cometen de
una manera súbita o sea sin ninguna clase de reflexión.
Así pues, entre el hombre sano y el demente, Lombroso o más bien, la escuela
positiva italiana, coloca a un grupo, de individuos intermedios, que no son
enteramente cuerdos ni enteramente locos, y los nombra con el término de
matoides o semi-locos, a quienes se les ubica en el plano de la semi
responsabilidad penal o más bien, en un grado de responsabilidad atenuada.
1.- Los Epileptiformes, de los que se derivan los epileptoides, los convulsivos
motriz y los convulsivos psíquicos; 2.-Los Histeriformes, y 3.-Los
Neurasteniformes, de los que se derivan los eretísticos y los depresivos.
También expresa Di Tulio, que "siendo tal equilibrio y tal resistencia los
elementos esenciales para su adaptación a la vida social, el individuo por
consiguiente, viene a encontrarse fácilmente expuesto al peligro de actuar bajo
la influencia prevalente de las fuerzas egoístas, y de cometer acciones
contrarias a los intereses de la sociedad y a las exigencias de las leyes, todas
las veces que, por causas varias, se debilitan tales elementos".
Agrega este autor, que según Ferri, "los delincuentes ocasionales, son aquellos
que, sin presentar una tendencia nativa al delito, caen más bien por el incentivo
de ofertas tentadoras para las condiciones personales y por el ambiente
externo, físico y social; y que, generalmente no existe recaída, si estas
tentaciones desaparecen". Expresa, que por eso, ellos no cometen en general
aquellos
Por otro lado, Vervaeck dice, según Di Tulio, que "es necesario admitir la
existencia de la delincuencia ocasional, como expresión de particulares
sucesos episódicos debidos a circunstancias excepcionales bien valorables, y
debidos a factores psicosociales de la delincuencia". Vervaeck, entre los
factores psico-sociales recuerda los sufrimientos en general, las pasiones, la
vida mundana, la literatura, los periódicos, el cinematógrafo, etc.". Además,
sostiene, que "la necesidad es un factor ocasional de muchos hurtos y delitos
por abuso de confianza, falsedad, etc., que vienen favorecidos también de
gastos inmotivados e injustificados; y que, entre las pasiones, son
especialmente el amor, los celos, la venganza, la cólera, el sentimiento del
honor mal comprendido, etc., que siendo favorecidos por una educación
sentimental y social errada, de un descenso del nivel moral, impulsan al
individuo a hacerse justicia por sí mismo".
Entiende el afamado autor, que estos mismos conceptos valen para los
adultos, por lo que dentro del grupo de delincuentes ocasionales adultos
podemos hallar tres tipos diferentes, que son: a 1.1 delincuente ocasional,
llevado al delito por circunstancias puramente accidentales; b.- El ocasional,
llevado al delito por formas variadas de extravíos, adquiridas a través de
condiciones higiénicas difíciles, malas compañías, hábitos dañosos, repetidas
sugestiones malsanas y otras; y c.- ocasional, que es impulsado al delito por
estados emotivos y pasionales. Así, citando a Falco, Di Tulio nos expresa, que
con respecto al primero de estos tipos, no existe duda que hay casos en que el
individuo es llevado al delito por circunstancias del todo accidentales, o también
por circunstancias imprevistas e imprevisibles. Expresa también, que entre
estos delincuentes llamados ocasionales puros, suelen hallarse aquellos que
se rinden culpables de particulares delitos de índole político- social, tales como
algunos contraventores, o quienes cometen delitos por ignorancia de la ley, o
por imprudencia, o por descuido, o por imprevisión.
Sostiene, que "los individuos indiferentes, son aquellos que forman la masa
gregaria del pueblo, que no protesta jamás por su propia iniciativa, sino que
acepta silenciosamente todas las nuevas vicisitudes político-sociales; que sigue
generalmente al más fuerte; conserva celosamente sus propios hábitos, de los
cuales no puede salir sin grave dificultad y gran sufrimiento; se contenta
fácilmente con la propia posición material y moral; que no está perturbada ni
por grandes ideales ni por tendencias perversas, y transcurre su propia jornada
y su propia vida en una atmósfera de gregaria monotonía y de modesta
tranquilidad".
Agrega, que "sobre tales individuos actúan, como freno al mal proceder, sean
las leyes con su acción intimidatriz, sea la conciencia moral con su particular
sentido de íntima repugnancia reprobación, o sea la religión con el temor de
sanciones espirituales ultraterrenas". También dice, "y todo esto porque
mientras falta en ellos, generalmente, una verdadera capacidad para delinquir,
existe sólo una más o menos fuerte tendencia a pecar y a cometer acciones
inmorales, que se resuelven por lo menos en un hecho psíquico que no supera
los confines de una simple intención, de un motivo sentimental, de un íntimo
deseo; y que es más bien, a lo que los criminólogos freudianos designan como
la expresión de una criminalidad fantástica o imaginaria , que "se trata de una
tendencia que no se traduce acción, la que habitualmente queda en estado de
latencia, sea por la escasa energía con que se desarrolla ósea por la presencia
de suficientes contra estímulos que permiten , a tales individuos controlarse,
dominar sus propios deseos, y por con siguiente ser capaces de actuar según
las normas establecidas por la moral común y las propias leyes, a excepción,
dice, cuando vienen a encontrarse frente a un estado de necesidad, o bajo la
influencia una momentánea desviación moral, o bajo un estado de extravió
adquirido, como consecuencia de condiciones ambientales particularmente
desfavorables, o en estado emocional y pasional de una cierta intensidad".
Agrega además, que "frente a tal masa de individuos indiferentes o
conformistas, que son los fieles conservadores de la tradición y de las varias
leyes biológicas y sociológicas indispensables al gobierno y a la vida de los
pueblos, existen los originales, o sea aquellos que se distinguen de la masa por
cualquiera de sus particulares caracteres, y quienes se dividen en dos grandes
grupos, que son:
El ilustre dominicano nos explica, que "no siendo el delincuente una clase
especial de hombre, debido a que en él se pueden hallar todos los tipos de
caracteres que existen en un pueblo dado, a lo más que se puede aspirar es, -
dice- a descubrir y señalar lo que sea característico para cada grupo
determinado y limitado de delincuentes", o como dice Exner, "señalar una suma
de peculiares características que pueden conducir a su portador, con toda
proba-bilidad, al delito"; pues, Exner emplea el término probabilidad, a fin de
expresar que no se trata de algo necesario y seguro, porque Según él, "el
carácter no puede concebirse como un mosaico, en el cual disposiciones y
estados se disponen para determinadas maneras de pensar, querer y
comportarse".
1.- Tipo según las Características del Delito cometido y su dirección hacia
el ataque:
Sobre esta clasificación, el profesor Ramos nos explica que "el motivo
fundamental por el cual ha sido realizada la acción delictiva recae casi
siempre sobre la propia personalidad del agente; y que por tanto, es
importante investigar, como ya lo ha señalado Enrico Ferri, los móviles del
hecho, y descubrir si el delito ha sido obra de la codicia, de la avidez sexual, de
la venganza, o por motivos políticos o pasionales".
Por otra parte, Di Tulio, a fin de darle mayor énfasis a la orientación psicopática
de su delincuente constitucional, ha reunido un conjunto de particulares
peculiaridades que le han servido para separar de los demás, al citado tipo de
delincuente. En su Antropología Criminal, este distinguido autor nos dice, que
"una tercera forma de delincuencia constitucional, bastante frecuente, es
aquella en que la predisposición al delito es sostenida principalmente por
particulares anomalías psíquicas, que se revelan de gran importancia,
especialmente en relación a la persistencia y a la exteriorización de las
diversas tendencias y actitudes delincuenciales". Expresa además, que
"existen psicópatas superiores, cuyas acciones pueden tener un alto valor
moral, y psicópatas inferiores, que en general, desarrollan una actividad
socialmente negativa". Es evidente, - dice-, que el crimmólogo se interese por
los últimos, y así entendida la figura del delincuente psicopático, se comprende
que como estudiosos de los mismos, han podido encontrar entre los
delincuentes reincidentes y habituales, porcentajes muy altos de delincuentes
psicopáticos; variando estos porcentajes, desde 40% (Riedl, Schell) al 63%
(Schiedt), o al 83% y 88% (Michell, Riss), o al 90% (Vervaeck), y hasta el 99%
(Stumpfl), entre los repetidamente reincidentes.
El afamado autor italiano nos expresa, que según Exner, "si se considera la
psicopatía como una anormalidad del carácter, todo delincuente condicional o
bien constitucional, puede considerarse como un psicópata, teniendo presente
que en algunos casos su anormalidad es tan débil que aparece solamente
como una variante caracterológica". También nos dice, que, "ahora es propio,
entre estos delincuentes psicopáticos, encontrar algunos tipos más
importantes, que recuerdan plenamente aquellos descriptos por nosotros, -
dice-, a propósito de las variadas orientaciones sintomatológicas de la
delincuencia constitucional". Además, que