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TENGAMOS LOS OJOS BIEN ABIERTOS

Textos Bíblicos: Génesis 3:1-24.


Introducción: El pecado tiene profundos efectos en nuestra relación con Dios y
con nuestro prójimo. Al leer la narración del pecado original podemos notar en
ella que todo pecado, sea grande o sea chico, lleva el mismo patrón: cuestionar,
desafiar y desobedecer los mandatos de Dios. Por ser el creador del universo,
Dios tiene plena autoridad para determinar qué es lo bueno y que es lo malo, el
pecado entonces es decidir por nosotros lo bueno y lo malo.
Tanto Adán como Eva cometieron aquel trágico error, que tuvo consecuencias
inmediatas. Pero la buena nueva es que Dios tenía un plan para resolver el
problema del pecado –un plan que culminaría en Jesucristo.
1. El pecado original: Desde el pecado original hasta nuestros días todos
los pecados tienen el mismo patrón: cuestionar a Dios (Génesis 3:1),
desafiar a Dios (Génesis 3:4) y desobedecer a Dios (Génesis 3:6).
2. Las consecuencias del pecado: Todo pecado tiene graves
consecuencias en nuestra relación con Dios (Génesis 3:10) y en nuestra
relación con otras personas (Génesis 4:1-8; 37:1-36).
3. La solución para el pecado: A pesar de que nuestros primeros padres
cayeron en pecado y que a diario toda la humanidad le da la espalda a
Dios al pecar, Dios tiene un plan de salvación para rescatar aquello que
se perdió. Su plan es Jesucristo (Juan 3:16; 1 Juan 2:2; 4:10).
Conclusión: Es necesario mantener los ojos bien abiertos porque nadie está
exento de caer en pecado. Como seres humanos tenemos una naturaleza caída
que lucha en nuestra contra para hacernos caer. Mantente firme. Y si haz caído
en pecado no te desanimes, recuerda que la solución de Dios para nuestro
pecado se llama Jesucristo. Nunca es tarde para decirle no al pecado y si a
Cristo. Amen.

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