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Antecedentes de la psicología del méxico prehispánico y su relación y comparativa

con la psicología del méxico actual.


Artículo de Catalina Harrsch.
Ensayo por Cielo Sánchez Ortiz.
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Los antecedentes encontrados de la psicología prehispánica nos dan un vistazo a
cómo las civilizaciones de aquella época lidiaban con sus problemas, inquietudes y
trastornos en su propia forma. En los aztecas, por ejemplo, estos trastornos surgen
de la ruptura de la relación entre rostro-corazón. La existencia de la psicología ha
sido pues tan antigua como la existencia del hombre mismo: la búsqueda de
respuestas a comportamientos humanos, la necesidad de brindar ayuda a
semejantes, el encontrar un por qué y una solución a nuestros problemas
emocionales ha estado ahí siempre y siendo tratado con remedios terapéuticos y
medicinales, sólo en una forma distinta a como la conocemos hoy día.
La psicología es una de las ciencias más importantes de nuestra actualidad y de
antaño, en los aztecas y diversas civilizaciones antiguas; puesto que siempre ha
existido la necesidad de buscar respuestas a nuestros comportamientos y a la de
los demás.
Considero interesante la relación que Catalina Harrsch nos proporciona en su
artículo entre el psicólogo prehispánico y el actual, no sólo por las similitudes entre
ambos, sino porque hay algo muy interesante en cómo la sabiduría del tlamatinime
era consultada en diferencia de cómo la profesión de un psicólogo terapeuta actual
es un poco más reprochada.
Quiero discernir entonces en mi ensayo, sobre el papel o rol que tenía en ese
entonces el psicólogo prehispánico tlamatinime(también conocido como sabio) con
el rol que ahora tiene el psicólogo actual. Enfocandome sin embargo en la forma en
que la sociedad veía y acudía a éstas personas en búsqueda de respuestas a sus
condiciones en el méxico prehispánico a diferencia del méxico actual.
Me parece de mucho interés las características que tenían en común los
“psicólogos” prehispánicos a los actuales, éstos últimos asumian un rol importante
entre los aztecas pues eran quienes guiaban, conducían, iluminaban y curaban.
Confortaban a quienes acudían a ellos, compartían su sabiduría y su conocimiento
de manera altruista. En nuestra actualidad, hay muchas características del psicólogo
prehispánico que el psicólogo actual debe poseer, pero la gran diferencia que
encuentro entre unos y otros y en la sociedad actual es el hecho de cómo los
aztecas acudían por ayuda en ese entonces y en cómo los mexicanos no lo hacen
ahora.
Los aztecas tenían a una persona especial según la función que necesitara la
sociedad, a éstos expertos acudian según la problemática o necesidad que tuvieran,
ya fueran sacerdotes, médicos, o psicólogos. Está claro que eran necesarios en la
sociedad y el acudir a ellos, lejos de ser una vergüenza social o algo sin
importancia, era algo de lo más común y normal. Tanto el acudir con un sacerdote o
médico, como con el sabio o el psicólogo. La consulta y acercamiento a la sabiduría
de los tlamatinimes no era visto con un juicio negativo. En el méxico actual,
coincidimos en tener individuos que nos puedan ayudar en distintas índoles o con
distintos problemas en nuestra vida. Y lo hacemos. Acudimos a ellos. Con la
mayoría, sin embargo.
¿Por qué, entonces, es actualmente el hecho de acudir al psicólogo como algo
negativo? ¿Por qué nosotros, con toda la información a nuestro alcance, con el
conocimiento científico actual, no hemos salido como sociedad del estigma de asistir
al psicólogo y tratar nuestras enfermedades mentales y nuestros problemas
emocionales de la manera en que los aztecas lo hacían casi religiosamente? ¿Por
qué no le hemos dado la misma importancia a nuestra salud mental que a nuestra
salud física de la manera en que los aztecas lo hacían? En méxico la mayoría de las
personas no se toman el tiempo de tratar sus emociones y su salud mental, el
estigma viene quizá de los falsos psicólogos y la falsa creencia de que una
enfermedad que no se puede ver o detectar a simple vista es menos importante que
una que sí, los aztecas no pensaban así.
¿Qué debemos hacer como sociedad para cambiar esta forma de pensar? creo que
el cambio está en uno mismo, en empezar en tu pequeño círculo social, con tus
familiares o amigos, y transmitir la importancia de cuidar nuestras emociones y
nuestra mente de la misma manera que cuidarías tus ojos con unos lentes o tu
estómago con un antibiótico. Se tendrían que implementar campañas de
concientización e incluir psicólogos en las escuelas, de experiencia sé que nunca
tuve ayuda psicologica en mi entorno educativo hasta mi anterior ingreso a la
universidad. Se entiende muchas veces que son los problemas económicos los que
no permiten quizá a algunas personas el poder asistir con un psicólogo o con una
psicóloga, pero el tabú y los prejuicios que hay alrededor de la psicología (que
muchas veces confunden con psiquiatría) es muchas veces mayor y más
generalizado que la falta de recursos económicos. En mi caso, por ejemplo,
consideré en algún punto la necesidad de ayuda psicológica y no tenía la
comodidad económica para poder pagarme una consulta, pero sin embargo
encontré una solución gratuita por parte del gobierno que me pudo ayudar. Al
transmitir este conocimiento con familiares y amigos lo ignoraron por completo, aún
mencionando que la consulta era totalmente gratis. ¿Si los aztecas hubieran tomado
un vistazo a nuestro futuro y hubieran visto la cantidad de psicólogos actuales y su
relación con sus propios psicólogos en ese entonces, y la manera en que nuestra
sociedad los ignora y opta por dejar de lado sus conocimientos y el no sanar sus
emociones, qué hubieran pensado de nosotros como sociedad?

Es verdad que nuestra mente, espíritu y cuerpo están relacionados. Y creo que así
como los Aztecas, es importante que demos el debido cuidado a cada uno de ellos,
para mantener una buena armonía con nosotros mismos y con las personas que
tenemos alrededor, sobre todo nosotros, que aspiramos a ser psicólogos .

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