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Aunque los síntomas varían en forma e intensidad de acuerdo con el producto empleado y
el tiempo que lleva desarrollándose la dependencia, en todos los casos se deben a que se
ha alterado el funcionamiento normal del sistema nervioso e igualmente el sistema
respiratorio.
Causas
Pero, el uso frecuente de drogas, tabaco o alcohol exige cantidades cada vez mayores para
lograr el mismo efecto; a este hecho se le conoce como tolerancia, y ocurre porque las
sustancias adictivas sustituyen gradualmente la creación de neurotransmisores que
desencadenan sensaciones de bienestar. En consecuencia, el paciente pierde la capacidad
de experimentar gozo y tranquilidad de manera natural, y crea una dependencia o
consumo compulsivo para no sufrir una serie de malestares como ansiedad, nerviosismo,
alucinaciones, sudoración, temblores, escalofríos, dificultad para dormir, vómito y otros
que, en conjunto, forman el síndrome de abstinencia.
Cabe destacar que el abuso de sustancias no siempre crea dependencia física, sino
psicológica, la cual se basa en el deseo continuo de consumir un químico para hacer frente
a situaciones que generan malestar. Aunque también es muy difícil de superar, tiene la
peculiaridad de que cuando se deja de emplear la droga no se manifiestan cambios en el
organismo, es decir, no hay síndrome de abstinencia, sólo alteraciones emocionales y de
conducta.
Es importante mencionar que cada sustancia actúa en forma particular en el cerebro y que
no todas generan dependencia física ni síndrome de abstinencia. Para explicarlo mejor,
podemos recurrir a una clasificación general de dichos químicos en tres grupos:
Depresores: Dosis pequeñas generan euforia, pero cuando son altas relajan la
actividad del cerebro, produciendo aturdimiento y letargo, incluso la muerte al
paralizar la actividad nerviosa que controla al aparato respiratorio. Muchos de
estos químicos se utilizan con finalidades médicas, como tranquilizantes
(narcóticos) o inductores del sueño (hipnóticos). Los más conocidos en esta
clasificación son: alcohol, benzodiacepinas, fármacos calmantes, solventes y
adhesivos; los tres primeros generan dependencia física y psicológica, los dos
últimos sólo psicológica, según se ha comprobado hasta la fecha.
Estimulantes: Incrementan la actividad del sistema nervioso central. Suelen
generar mejoría del estado de ánimo, sensación de felicidad, aparente aumento de
la capacidad mental y física, falta de sueño y apetito, así como mayor actividad en
general. Este grupo incluye anfetaminas, metanfetamina (speed),
metilendioximetanfetamina (éxtasis o MDMA), metilfenidato, fenciclidina (PCP o
polvo de ángel), cocaína, nicotina, y cafeína; todas estas sustancias generan
dependencia física y/o psíquica en distinto grado, además de síndrome de
abstinencia.
Alucinógenos o psicodélicos: Producen la impresión de percibir imágenes o
sonidos que no pueden captarse ordinariamente con los sentidos, y son empleados
por algunas culturas en rituales. Producen aumento en la actividad de algunos
centros cerebrales, dilatación de las pupilas, frío en brazos y piernas, y sensación
de hormigueo en el estómago; así mismo, llegan a generar experiencias muy
placenteras o terroríficas. En esta categoría encontramos: dietilamida del ácido
lisérgico (LSD), mescalina (peyote) y psilocibina; existe discusión acerca de su
capacidad para generar dependencia psíquica, en tanto que la de tipo físico y el
síndrome de abstinencia parecen estar por completo ausentes, salvo en sustancias
específicas como la ketamina o la fenciclidina, cuya capacidad de provocar
dependencia, tanto física como psicológica, está comprobada.
Síntomas
Alcohol
Nicotina
Por regla general, cuanto más tiempo y más cigarrillos haya fumado una persona, mucho
mayor será la probabilidad de que presente síntomas al abandonar el consumo de tabaco;
los más comunes son: deseo irrefrenable de fumar, tensión, irritabilidad, dolor de cabeza,
dificultad para concentrarse, somnolencia o insomnio y aumento del apetito y de peso.
Narcóticos
Ansiolíticos e Hipnóticos
Anfetaminas
La adicción a estos estimulantes del sistema nervioso suele iniciar cuando se administran
como medicamentos para bajar de peso, aunque la metanfetamina y el MDMA o éxtasis
han alcanzado amplia difusión en el mercado ilegal. Cuando se interrumpe bruscamente
su consumo se generan cansancio y somnolencia extremas, si bien algunas personas se
muestran intensamente ansiosas e inquietas. Los consumidores que estaban deprimidos
al comenzar a usar las anfetaminas pueden incrementar su malestar cuando las dejan, al
grado de que adoptan tendencias suicidas. También experimentan delirios y
alucinaciones.
Cocaína
Es otro estimulante del sistema nervioso, sólo que más potente; puede inhalarse o
inyectarse, y cuando se hierve con bicarbonato sódico se obtiene el crack, que puede ser
fumado. La tolerancia se desarrolla rápidamente y las reacciones de abstinencia incluyen
cansancio, depresión, ansia de suicidio y cambios en el carácter a veces violento; en
ocasiones hay alucinaciones.
Fue desarrollado a mediados del siglo XX como anestésico, pero se suspendió su uso
porque los pacientes presentaban ansiedad, delirios y cuadros de psicosis temporal
(alteraciones profundas de la realidad y de la percepción sensorial); sin embargo, comenzó
a sintetizarse en laboratorios clandestinos para su uso como estimulante. Su abstinencia
genera depresión, ansia de consumir drogas, fatiga, dificultades para dormir o dormir
mucho, aumento del apetito y de peso, movimientos lentos o súbitos y sueños vívidos
desagradables. El carácter suele volverse violento y suicida.
Síndrome de Abstinencia Neonatal
Cuando una mujer embarazada es adicta, las sustancias que consume llegan al torrente
sanguíneo del feto a través de la placenta. Al nacer, la dependencia del bebé respecto a la
droga continúa, pero no su administración, por lo que padece diversos trastornos en su
sistema nervioso y en su organismo en general.
Crecimiento deficiente.
Nacimiento prematuro.
Convulsiones.
Defectos congénitos.
Llanto excesivo y muy fuerte.
Mala alimentación; pobre succión de leche materna.
Muertes prematuras.
Diagnóstico
Prevención
Tratamiento
La terapia de rehabilitación contra las adicciones tiene entre sus principales objetivos
ayudar a superar el síndrome de abstinencia. Nuevamente, en cada caso se debe
considerar cuál es la sustancia empleada por el paciente, ya que de ello dependerán las
medidas a seguir:
Abstinencia en recién nacidos: Los bebés con este problema son irritables y es difícil
consolarlos, por lo que envolverlos en una manta durante estos episodios puede ayudar.
Además, pueden requerir calorías adicionales debido a su mayor actividad, de modo que
se les proporcionan fórmulas lácteas que cubran sus exigencias. En caso de vómito o
diarrea, se administran líquidos por vía intravenosa para evitar deshidratación.
Referencias:
Químico
Alcohol:
-fermentado (vino, cerveza)
En algunos países, los cannabinoides son totalmente legales o con cierto nivel de
legalidad; por ejemplo, exclusivamente para estudio o uso médico.
Psicopatológico
Depresores
Son aquellos que atenúan o inhiben los mecanismos cerebrales de la vigilia
actuando como calmantes o sedantes. En este grupo se encuentran drogas
como el alcohol, la heroína y derivados de los opiáceos, las benzodiazepinas
y los inhalantes. Un depresor es una sustancia química que ralentiza la
actividad del sistema nervioso central. Los depresores son utilizados en
medicina como ansiolíticos, analgésicos, sedantes o somníferos. También
son utilizados con fines no terapéuticos como drogas lúdicas o de abuso.
Los depresores más comunes son el alcohol, los opioides, los barbitúricos y
las benzodiazepinas.
Efectos
Sus efectos inducen:
Sensación de calma y de bienestar lo que disminuye la ansiedad;
Somnolencia;
Euforia en pequeñas dosis;
Sensación de aturdimiento;
Relajación muscular;
Disminución de la velocidad de los movimientos y de los reflejos,
incluso pérdida de la coordinación motriz;
A veces náuseas.
Estimulantes
Un estimulante (del verbo latino stimulāre) o psicoestimulante o
psicotónico es, en general, una droga que aumenta los niveles de actividad
motriz y cognitiva, refuerza la vigilia, el estado de alerta y la atención.
A partir del siglo XIX, se sumaron a esta clase farmacológica las moléculas
aisladas del sustrato vegetal (fundamentalmente alcaloides) y, más tarde,
aquellas que surgieron como producto exclusivo de reacciones químicas
ensayadas por el hombre, es decir, las variantes sintéticas.
Actúan acelerando los procesos mentales, haciendo que la persona que las
consume se sienta más alerta y eufórica, aumentan la actividad motriz y se
estimula el sistema cardiovascular. Las más conocidas son: la cocaína, la
pasta base, las anfetaminas, el éxtasis, y el cigarrillo (en menor medida).
Alucinógenas
Son aquellas drogas que alteran la percepción, provocando sensaciones
irreales o distorsionadas a través de la vista, el tacto e incluso el gusto, el
olfato y la audición. Las más conocidas son el LSD y la mescalina. Otros son
los inhalantes y chamico que también son depresores, pensando también
en sustancias psicoactivas, al igual que cierto tipo de hongos.
El LSD (acrónimo del término alemán para la dietilamida del ácido lisérgico)
es la droga que se identifica más comúnmente con el término
"alucinógeno" y la más ampliamente usada de este tipo de drogas. Se
considera el alucinógeno típico y las características de sus acciones y
efectos se aplican a los otros alucinógenos, incluyendo a la mescalina, la
psilocibina y la ibogaína, aunque la experiencia con cada alucinógeno varía.
Entre los más utilizados están el LSD, los hongos psilocibios, la mescalina,
presente en el peyote y los cactos de la familia Trichocereus, y otros más.
Opiáceos
El término opiáceo se refiere a los alcaloides presentes en el opio, un
extracto de la exudación lechosa y blanca obtenida de la incisión de la
cápsula de la amapola o adormidera (Papaver somniferum L.). También se
ha utilizado tradicionalmente para referirse a los derivados naturales y
semi-sintéticos de la morfina. Este término se usa con frecuencia
incorrectamente para referirse a todas las drogas con acción farmacológica
similar al opio o a la morfina, las que pueden clasificarse más
apropiadamente bajo el término opioide.
Opioides
Un opioide es cualquier agente endógeno o exógeno que se une a
receptores opioides situados principalmente en el sistema nervioso central
y en el tracto gastrointestinal.
Grado de Dependencia
No todas producen dependencia. La dependencia que generan puede ser
psicológica o física.
Síndrome de Abstinencia
Conocido comúnmente como “el mono”, el síndrome de abstinencia consiste en una serie
de reacciones físicas que aparecen cuando una persona que sufre adicción a una sustancia
deja de consumirla.
Casi todas las drogas pasan del torrente sanguíneo de la madre al feto a través de la
placenta. Las sustancias ilícitas que causan la dependencia de drogas y adicciones en la
madre también pueden provocar que el feto se vuelva adicto. Al nacer, la dependencia del
bebé a la sustancia continúa. Sin embargo, como la droga ya no está disponible, el sistema
nervioso central del bebé se hiperestimula. lo cual provoca los síntomas de abstinencia.
Cuando una madre consume sustancias ilícitas, pone al bebé en riesgo de padecer muchos
problemas. Es menos probable que una madre que consume drogas busque atención
prenatal, lo cual puede aumentar los riesgos para ella y su bebé. Además, las mujeres que
consumen drogas son más propensas a tomar más de una, lo cual puede complicar el
tratamiento. También hay un mayor riesgo de contraer VIH y SIDA entre las personas que
usan drogas por vía intravenosa (IV).
Los síntomas del síndrome de abstinencia neonatal varían según el tipo de sustancia
utilizada, la última vez que se consumió y si el bebé nace a término o es prematuro. Los
síntomas pueden comenzar en apenas 24 a 28 horas después del nacimiento o después de
cinco a diez días.
Temblores
Irritabilidad (llanto excesivo)
Problemas para dormir
Llanto fuerte
Tono muscular rígido
Reflejos hiperactivos
Convulsiones
Bostezos, congestión nasal y estornudos
Mala alimentación y succión
Vómitos
Diarrea
Deshidratación
Sudor
Fiebre o temperatura inestable
Los bebés prematuros pueden tener un riesgo menor de sufrir síntomas de abstinencia o
tener síntomas menos graves y recuperarse más rápidamente.
Los síntomas del síndrome de abstinencia neonatal pueden ser similares a los de otras
afecciones o problemas médicos. Siempre debe consultar a su médico para obtener un
diagnóstico.
Los bebés con síndrome de abstinencia neonatal son irritables y muchas veces es difícil
consolarlos. Fajar o envolver al bebé ajustado en una manta puede ayudar a calmarlo.
Estos bebés además pueden necesitar calorías adicionales debido a su mayor actividad y
quizá necesiten una fórmula alta en calorías. A veces se necesita aplicar fluidos por vía
intravenosa (IV) si el bebé se deshidrata o sufre vómitos y diarrea graves.
Algunos bebés pueden necesitar medicación para tratar algunos síntomas graves de
abstinencia, como por ejemplo las convulsiones, y para ayudarlos a aliviar el malestar y los
problemas de la abstinencia. La droga para el tratamiento pertenece generalmente a la
misma familia que la sustancia por la que el bebé sufre abstinencia. Una vez que están
controlados los signos de la abstinencia, se disminuye gradualmente la dosis para ayudar
al bebé a independizarse de la droga. Consulte al médico de su bebé para saber qué
tratamientos pueden ser más eficaces para él.