Ensayito Final – Semiología

Cristian David Cárdenas Bandera

25 de may. de 18
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La semiología en un inicio era un campo del que yo tenía bastante interés tras una serie de
destellos o breves acercamientos que había tenido alrededor de este, pero al momento de ver
dicha materia incluida en el pensum de Historia se despertaron en mí ciertas dudas al momento
de relacionarlas en cuanto uno le aporta a la otra recíprocamente, principalmente en qué aporta la
semiología a la historia. Inicialmente al buscar el término de Semiología se encuentra definido
por la Real Academia de la Lengua Española (RAE) de la siguiente manera:
“Semiología
Del gr. σημεῖον sēmeîon 'signo' y -logía.
1. f. Estudio de los signos en la vida social.”
Esta definición deja abierto un abanico de posibilidades y de múltiples usos que demuestra la
multiplicidad de dicho campo que, aunque se pueda caer en el error de catalogarlo como una
ciencia, es una herramienta para entender e identificar los signos y símbolos del mundo como lo
escrito, los gestos, los tonos, los colores, entre otros que convierten todo en un texto susceptible a
ser leído.
Aunque claramente el signo es signo gracias al significado que le da el hombre, un hombre
influido y construido en base a una cultura y sociedad, que como lo postula Foucault, está
dominado bajo un discurso que determinará su mundo. Aquí es donde entra en juego la historia,
para entender como la creación de un signo tiene un recorrido histórico que fue el determinante
del significado de todo signo, un ejemplo de esto puede ser directamente en los números, un
trazo al que asociamos una cantidad numérica, pero claramente esto no fue siempre así, ya que
desde los sumerios mismos se designaba un signo para representar los números y con el tiempo
estos trazos fueron evolucionando a los números arábigos usados en gran parte del mundo en la
actualidad, y de igual manera podemos pensar en si esos signos que hoy llamamos números en
un futuro serán reemplazados por otros signos que obtendrán dicho significado.
De esta manera con la semiología también podemos entender como el signo se convierte de igual
manera en una restricción o en un factor dominante en el ser humano que, aunque pueda ser
dominado por estos, también los usa a su favor y conveniencia, ya sea por su deseo casi
instintivo de nombrar y clasificar todo lo que le rodea, hasta modificar o dominar un discurso
para imponerlo sobre otros que lo aceptarán como una verdad permitiendo a quien maneje dicho
discurso de cierta forma manejar la tan deseada “verdad”.
Fue así que tras entender dichas concepciones del mundo a partir de la semiología se empieza a
dudar y cuestionar todo lo material e inmaterial, cuestionando la realidad misma al pensar que
todo es una determinación del mundo en base a signos, que como lo decía Umberto Eco, todos
nos convertimos en sigma, aquel personaje cuya vida se basaba en interpretar los signos del
mundo, y es así, todo lo que nos rodea son signos que siempre estamos interpretando y que a
través de la historia podemos ir desentrañando para rastrear todo lo que convirtió aquello
desconocido y sin valor en un signo con una significancia intrínseca para el hombre que lo
interpreta.