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Los pilares del judaísmo:

El Dios vivo - Israel - La T orá - La Tierra de Israel

El Dios vivo eligió un pueblo y estableció una alianza con él: Abraham, Isaac y Jacob
(Israel) .
De la existencia de otros creyentes en el verdadero Dios antes de Abraham, la propia
Biblia da testimonio. Baste recordar a Noé, salvado del Diluvio (19), así como a Melquise-
dec (20), que bendijo a Abraham.
Pero con Abraham , ese jefe de origen pagano de un grupo emigrante de Mesopota-
mia, Dios deja de ser conocido solamente como el Altísimo, el Creador (21), para serlo
también como Dios vivo , al que hay que escuchar como a la Persona-Una que habla aquí
y ahora (hic et nunc) , cuyos mandatos imponen obediencia absoluta y cuyas promesas son
dignas de confianza absoluta. Con Abraham, Dios y el hombre se comprometen en una
Historia, en una Alianza para un pueblo.
Por orden de Dios, Abraham abandona su país. Por orden de Dios, Abraham se mues-
tra dispuesto a sacrificarle a su hijo Isaac (22), sin por ello dudar de las promesas de Dios
en lo referente
,
a su posteridad, a la Tierra prometida, a las futuras naciones que le son ben-
decidas por El.
En Abraham , Dios elige ya a su pueblo de fieles y establece una alianza con él. El Dios
Vivo significa, pues, que interviene en la Historia y que para hacerlo elige a un pueblo. Un
pueblo respecto al cual mantendrá sus promesas, pero del que, en contrapartida, exigirá
nada menos que la santidad.
La alianza prosigue con Isaac y luego con Jacob , que cambiará su nombre por el de
Israel.
Los tres patriarcas y las cuatro matriarcas de la tradición judía son, pues, Abraham y
Sara, Isaac y Rebeca, y Jacob (Israel), esposo de Lía y de Raquel.
Este pueblo recibe la Ley (Taró) y la promesa de una Tierra: Moisés. Unos si-
glos más tarde, Moisés, retomando el hilo de la Alianza bajo la dirección de Dios, libera al
pueblo judío (am Israel), esclavo en Egipto.
En el monte Sinaí, Moisés recibe la Ley (Taró) y la orden de conducir al pueblo a la Tie-
rra Prometida, a Canaán, a Israel (erets Israel). Durante cuarenta años de peregrinación
por el desierto, el pueblo aprenderá el yugo de la Ley y de la libertad (a someterse a él).
La importancia de Moisés, considerado tanto el primero y mayor de los profetas como
aquel que es a la vez el fundador de la religión judía, el libertador del pueblo judío y su in-
tercesor eterno, es tan grande, que no en vano se dice a veces mosaísmo en lugar de ju-
daísmo (23). Moisés no sólo es el profeta que recibió toda la revelación, como veremos
más adelante , sino también el prototipo del Mesías futuro e incluso aquel cuyos méritos re-
percuten en todas las generaciones pasadas y futuras. Hablar de la centralidad de Moisés
44'" El gran libro de las religiones del mundo

Referencias históricas
-1700 Abraham parte de Mesopotamia para ir a Canaán.
-1300 Moisés libera al pueblo judío, esclavo en Egipto.
- 1010-970 Reinado de David.
- 970-930 Reinado de Salomón.
A su muerte, dos reinos:
Israel en el norte (10 tribus).
Judá en el sur (2 tribus).
-722 Toma de Samaria, capital del reino de Israel , por Sargón II de Asiria.
Deportación de su población, que «desaparece» en Babilonia Has diez tribus
perdidas») .
Fin del reino de Israel.
-586 Toma y destrucción de Jerusalén , capital del reino de Judá , por Nabucodo-
nosor, rey de Babilonia.
Deportación de la «elite» judía a Babilonia.
Destrucción del primer Templo.
- 536 Ciro, rey de los persas, autoriza el regreso de los judíos.
Sólo una parte de ellos regresa al país.
-200 La rebelión de los Macabeos contra la helenización.

66-70 Primera guerra de los judíos contra Roma.


Tito se apodera de Jerusalén. Destrucción del segundo Templo.
135 Segunda guerra de los judíos contra Roma.
Desaparición del Estado judío.

A partir de esta fecha y hasta el siglo XVIII, los judíos vivirán en Diáspora (dispersión), es
decir, en el exilio, como emigrantes a la sombra de la Cruz o instalados a la sombra de la Me-
dia Luna, si bien, según las épocas , siempre habrá una presencia judía en Judea, aunque sea
• •
mlmma.
A partir del siglo XVIII se producirá el progresivo acceso de los judíos a la emancipación
(igualdad de derechos) , su salida del gueto y su entrada en la «modernidad», la cual provocará
diversas corrientes: reformismos religiosos, «asimilacionismos», sionismos, etc.

1933-1945 1933-1940: Antisemitismo europeo , pero principalmente nazi, virulento


y ocasionalmente asesino.
1941-1945: Genocidio (Shoah, Holocausto)" del pueblo judío, asesinado
en el acto o deportado a campos de exterminio por los secuaces de un na-
zismo «biológico», «eugénico», delirante y monstruosamente criminal.
1948 Nacimiento de Israel (conquista de la independencia nacional por el movi-
miento Sionista) .

• Shoah: Palabra hebrea que significa «catástrofe» y que actualmente designa el genocidio de los ju-
díos por parte de los nazis.
Holocausto: Término del que sería preferible prescindir a causa de su connotación de sacrificio. Asi-
milar al pueblo judío con una víctima ofrecida en sacrificio a Dios es un flagrante sinsentido y una
contraverdad odiosa.


45'" El judaísmo

en el judaísmo no es exagerar en absoluto , pues, si el judaísmo está teocentrado, de Moi-


sés y del mosaísmo es de los que recibe la dirección y las directrices.
Al igual que el cristianismo está cristocentrado (aun cuando todo debe retornar al Pa-
dre), se puede decir, mutatis mutandis, que el judaísmo está moisocentrado.
Israel, en el exilio, espera la venida del Mesías redentor y confía en ella. El víncu-
lo que une a Israel (el pueblo) con Israel (la tierra) es un vínculo condicional. En el contrato
(la Torá) que vincula a Dios con su pueblo , la Tierra prometida (Israel) no es algo suscepti-
ble de ser poseído, sino de ser merecido .
En otras palabras, Israel únicamente puede residir en Israel si es fiel a la Ley (Torá). Si
es infiel a ésta , desaparecerá parcialmente o estará condenado al Exilio, en el que , no obs-
tante , la Presencia de Dios (la Shekinah) lo acompañará.
Yeso es, como atestigua la Historia, lo que sucedió.
Tras un breve período de independencia resplandeciente y real (David , Salomón), gran-
des desastres marcan la historia de Israel: 722 y 586 antes de nuestra era, y 70 y 135 de
nuestra era (véase cuadro: Referencias históricas).
A partir de ese momento y durante más de dos mil años, el pueblo judío vive numero-
sas peripecias y vicisitudes, expulsiones y matanzas, aunque también es acogido en algu-
nas tierras y atraviesa períodos, geográficamente localizados, de grandeza y de paz relati-
va, sobre todo en tierras islámicas, pero también cristianas.
Con todo , el pueblo judío permanece en el exilio (galut), en la dispersión (diáspora),
en espera del Mesías redentor.
Un Mesías redentor concebido a la vez como aquel que, cual un nuevo Moisés, «hijo de
David .. , liberará a su pueblo del exilio-esclavitud y le hará merecer de nuevo la Tierra pro-
metida , Israel , y como aquel , más misterioso, que en el final de los tiempos (era mesiánica)
acabará con todo el sufrimiento y toda la injusticia para establecer el reino universal de la
santidad y de la paz.
La doble Torá o los dos torot

Hay una Ley escrita y una Ley oral.


El origen de ambas se sitúa en Moisés, fundador de la religión judía. La Biblia, o Anti-
guo Testamento, en hebreo se llama Tanakh (acróstico de las iniciales de las tres partes que
la componen: Torá [el Pentateuco = 5 libros], Nebiim [los Profetas] y Ketubim [los Escri-
tos o Hagiógrafos]. [Véase cuadro de los libros canónicos.]

La Ley escrita es fundamentalmente la Torá, la primera parte del Tanakh, ese «Libro
de la Alianza» que constituye el contrato que vincula a Dios y su pueblo. Las otras dos par-
tes (los Profetas y los Escritos) también son Escrituras sagradas, pero no tienen la misma
«importancia», si bien, por una especie de recuperación trascendental y de «panmosaísmo»
(todo se encuentra ya en cierne en las palabras que Dios le dirigió a Moisés, a quien reve-
ló todo), gozan de la autoridad global de la Torá como «Libro de la Alianza».

La Ley oral es el comentario oral que coexiste con el texto escrito (la Torá). De origen
divino y dada a Moisés, goza de una autoridad tanto mayor cuanto que, sin ella, el texto es-
crito no sería comprendido con exactitud.

Esta Ley oral, que al principio no estaba destinada a ser escrita, lo fue más tarde dada
la abundancia de los comentarios, la pluralidad de las interpretaciones y de los maestros en
interpretación, la necesidad de definir exacta y concretamente la ley (la halakah: la «buena
marcha» de la Ley), la necesidad de preservar un patrimonio cuya perennidad los tiempos
turbulentos no permitían garantizar.
La primera codificación de esta Ley oral se llama la Mishná (repetición). Ésta fue co-
mentada a su vez, dando lugar a una nueva redacción denominada Guemará (acabamien-
to), revestida de la misma autoridad que la Ley oral procedente de Moisés.
El conjunto de estos dos elementos -Mishná y Guemará- constituye el Talmud, del
que existen dos versiones: el Talmud de Babilonia (acabado en el siglo v de nuestra era
en las academias de Babilonia y con una extensión de doce mil páginas de gran formato:
5.984 folios) y el Talmud de Jerusalén, mucho más extenso (acabado en el siglo IV en
Judea).
En resumen y para comparar, se puede decir que, en la actualidad (y desde el siglo V
de nuestra era), los textos canónicos del judaísmo son el Tanakh (el Antiguo Testamento)
+ el Talmud, mientras que los del cristianismo son el Antiguo Testamento + el Nuevo Tes-
tamento, y en el caso del islam sólo hay un libro: el Corán.
47 'f' El judaísmo

El Decálogo
Uno de los pasajes más conocidos y célebres de la Torá escrita es el del Decálogo, que
Occidente
,
ve como su carta de civilización. Reproduzcámoslo tal como figura en la Torá,
en Exodo, cap. XX, versículos 1 a 17 (en Deuteronomio , cap. V, versículos 6 a 21 , apare-
ce otra versión «ligeramente» distinta).

1. Y Dios pronunció todas sus palabras.


1 2. Yo soy el Señor, tu Dios, que te ha hecho salir de la tierra de Egipto, de la casa
de la servidumbre:
JI 3. No tendrás a otros dioses que a mí.
4. No te harás ídolos, ni nada que tenga la forma de lo que se encuentra en lo alto
del cielo, abajo en la tierra o en las aguas debajo de la tierra .
5. No te postremarás ante esos dioses y no los servirás, porque yo soy el Señor, tu
Dios, un Dios celoso que castiga las faltas de los padres en los hijos hasta la ter-
cera y cuarta generación, si éstos me odian ,
6 . pero premia su fidelidad durante miles de generaciones, si me aman y guardan
mis mandamientos.
III 7. No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, pues el Señor no ab-
suelve a aquel que pronuncia su nombre en vano.
IV 8. Que el día del sabbat se haga un memorial considerándolo sagrado.
9. Trabajarás seis días y harás toda tu obra,
10. pero el séptimo día es el sabbat del Señor, tu Dios. No harás ninguna obra, ni tú,
ni tu hijo, ni tu hija, ni tampoco tu sirviente, tu sirvienta, tus animales o el emi-
grado que está dentro de tus puertas.
11. Pues en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto ellos con-
tienen, pero el séptimo día descansó. Por eso bendijo el Señor el día del sabbat
y lo consagró.
V 12. Honra a tu padre ya tu madre, a fin de que tus días se prolonguen en la tierra
que te da el Señor, tu Dios.
VI 13. No cometerás asesinato.
VII 14. No cometerás adulterio.
VIII 15. No cometerás rapto.
IX 16. No testificarás en falso contra tu prójimo.
X 17. No desearás la casa de tu prójimo.
No desearás ni a la mujer de tu prójimo, ni a su sirviente, su sirvienta, su buey
o su asno, ni nada de cuanto pertenece a tu prójimo.

Traducción ecuménica de la Biblia (TOB)

De este Decálogo, la tradición judía ofrece una presentación tradicional en «dos tablas»,
en las que figuran las primeras palabras de cada mandamiento:!

1. Dado que el hebreo se escribe y se lee de derecha a izqUierda (+-), hemos intentado reproducir el
aspecto visual de estas dos «tablas» de la Ley tal como figuran tradicionalmente en los lugares de culto,
en objetos de culto o incluso en joyas simbólicas.
48'" El gran libro de las religiones del mundo

6 . No asesines ... 1. Yo soy tu Dios .. .


7. No cometas adu Iterio ... 2. No hagas ídolos .. .
8. No robes ... 3. No jures en vano .. .
9. No prestes falso testimonio ... 4. Acuérdate del sabbat .. .
10. No codicies ... 5. Honra a tus padres ...

Esta disposición es relevante por varias razones. En la segunda «tabla» sólo figuran prohi-
biciones absolutas (la propia forma gramatical del mandamiento excluye cualquier excep-
ción) referentes a la vida social.
La primera tabla , además de los mandamientos esenciales relativos a Dios y a la santi-
ficación de su obra de creación mediante el sabbat, incluye el único mandamiento positivo
de la vida social e inicia a todos los hombres en el respeto debido a los padres.
A título de comparación, señalemos que, en el orden tradicional católico, la numera-
ción de los mandamientos e incluso su contenido a veces son diferentes o están «adapta-
dos». Así , por ejemplo, para el judaísmo, la prohibición de asesinar es el sexto mandamien-
to, mientras que para el catecismo católico es el quinto.

A fin de permitirle al lector hacer sus propios comentarios, reproducimos a continua-


ción el Decálogo tal como fue conocido y aprendido de memoria por millones de católi-
cos durante numerosos decenios.

1. A u n solo Dios adora rás


y amarás absolutamente.
2. Por Dios en vano no jurarás,
ni por otra cosa igualmente.
3 . El domingo guardarás,
sirviendo a Dios devotamente.
4. A tus padres y madres honrarás
a fin de vivir largamente.
5 . Homicida no serás •.
de hecho ni voluntariamente.
6 . Lujurioso no serás,
de cuerpo ni conscientemente.
7. El bien de otros no cogerás,
ni retendrás injustamente.
8. Falso testimonio no prestarás,
ni mentirás vilmente.
9. La obra de carne desearás
en matrimonio solamente.
10. Bien de otro no codiciarás,
para tenerlo injustamente.

El catecismo de Malinas, 1882

En el Nuevo Testamento, el Decálogo está implícito y es conocido, por lo que no hay


necesidad de recordarlo.

49'" El judaísmo

Cuadro de los libros canónicos (1) del judaísmo


EL TANAKH o BIBLIA LA LEY ORAL (3)

1. La Torá (o Pentateuco) 1. Midrash (escrutar)


- Génesis Varias recopilaciones de textos exegéticas so-
- Éxodo bre el Tanakh.
- Levítico
- Números
- Deuteronomio

11. Los profetas 11. Talmud


- Primeros profetas: - Mishná «<repetición»)
Josué 63 tratados según seis «órdenes»:
Jueces Semillas (agricultura ... )
1 y 11 SamueI Fiestas (sabbat...)
1 y 11 Reyes Mujeres (vida conyugal. .. )
, Perjuicios (leyes civiles y criminales .. .)
- Ultimas profetas: Cosas santas (Templo ... )
Isaías Purificaciones (puro e impuro)
Jeremías
Ezequiel - Guemará (<<acabamiento")
los 12 «pequeños profetas» Comentarios sobre 36 tratados de la Mishná.
Aspecto legislativo (Halakah).
Aspecto narrativo , moral , costumbrista y fol-
, clórico (Hagadah).

111. Los Escritos (o Hagiógrafos) 111. El Zohar


Salmos Comentario esotérico y místico sobre la Torá.
Proverbios
Job
Los «cinco rollos» (Lamentaciones, Eclesias-
tés , Rut, Esther, Cantar de los Cantares)
Daniel
Esdras
Nehemías
1 y II Crónicas (2)

(1) Canónicos: Que pertenecen a un canon. Conjunto de los libros admitidos como autoridad.
(2) A este canon bíblico, los católicos y los protestantes añaden otros libros , llamados en el caso
de los primeros Deuterocanónicos , y en el de los segundos, Apócrifos .
(3) El Talmud se acabó de poner por escrito en el siglo v de nuestra era ; el Midrash , entre los
siglos II y x; el Zohar data del siglo XIII. Desde entonces no han dejado de editarse otros libros de co-
mentarios de todo tipo, pero carecen de valor canónico. El Zohar fue el último en obtenerlo .

En el Corán (sura XVII, 22-39) encontramos una especie de Dodecálogo (12 man-
,
damientos) .
La ortopraxia y el estudio

Lo que , hablando con propiedad, constituye la especificidad del judaísmo es que no es una
ortodoxia (24), sino una ortopraxia {25} y, además, un estudio. En el judaísmo se con-
cede infinitamente menos importancia a las ideas que se puedan tener sobre Dios, el hom-
bre en general, el tiempo, el espacio, la naturaleza, etc., que a las relativas al cumplimiento
de los mandamientos {mitzvoth, pI. de mitzvah} tal como aparecen inscritos y son pres-
critos en la Ley escrita {Torá}, y son explicitados y escrutados en la Ley oral {Talmud}.
Ciertamente, en el judaísmo también se tiene alguna idea sobre lo que sería un pensa-
miento justo o unas ideas justas, pero un adagio profundamente liberal impide que las opi-
niones se conviertan en ortodoxia exclusiva: "Las palabras de unos y otros son las pala-
bras del Dios Vivo)) .
No obstante, Maimónides {filósofo, teólogo y médico judío, 1135-1204} se aplicó a la
tarea de definir lo que sería una «fe correcta". En su época fue criticado y muchos continúan
pensando que sus Trece principios de la fe poseen más un valor indicativo que obligato-
rio en el sentido de un auténtico credo esencial {véase cuadro}.
En realidad, quien practica la Ley y no deja de estudiarla para practicarla fielmente no
necesita artículos de fe, sino -permítasenos la expresión- artículos de ley.
Toda la Ley se halla contenida en la Torá. Por eso todas las leyes, mandamientos mo-
rales , rituales y de culto -entre los cuales no se permite establecer una jerarquía o una di-
ferencia de naturaleza esencial- tienen su fuente en la Torá y únicamente en ella, o en-
cuentran en ella, según los comentarios autorizados de los Maestros del Talmud (Torá oral),
su fundamento.
Así , 613 mandamientos (mitzvoth) constituyen toda la Ley: 248 positivos {esta cifra
hace referencia al número total de las "partes» del cuerpo humano} y 365 negativos {refe-
rencia al número de días de un año solar}.
Por supuesto, no podemos entrar en detalle ni discutir con el lector lo que a primera
vista aparece como una construcción legalista y ritualista que no deja prácticamente nin-
gún acto del hombre fuera del campo y la intervención de la Ley.
El hecho de que el yugo de la Ley pueda estar lleno de sabor y de razones para quien
se somete a él es muestra de una vivencia íntima de la que ninguna observación externa
puede dar cuenta. Señalemos , no obstante, aunque sin ánimo de crítica, que semejante ob-
servancia meticulosa separa a aquellos que se someten a ella del «curso natural» de una con-
vivialidad profana.
Imposible compartir con cualquiera Uudío o no judío} una comida que no sea kosher
{conforme a las prescripciones rituales en materia de alimentación}, imposible realizar con
cualquiera una actividad prohibida {tan «inocente» como ver un programa de televisión, por
51" El judaísmo

Los trece principios de la fe según Maimónides

1. Creo en la existencia de un creador y de una providencia.


2. Creo en la unicidad de Dios.
3 . Creo en la incorporeidad de Dios.
4 . Creo en lo ete rnidad de Dios.
5. Creo que sólo a Dios se le debe culto.
6. Creo en la palabra de los profetas.
7. Creo que Moisés fue el mayor de todos los profetas.
8. Creo en la revelación de la Taró a Moisés , en el Sinaí.
9. Creo en la inmutabilidad de la Ley revelada.
10. Creo en la omnisciencia de Dios.
11. Creo en la recompensa en este mundo y en el otro.
12 . Creo en la venida del Mesías .
13. Creo en la resurrección de los muertos.

ejemplo) el sabbat, imposible casarse con una mujer (incluso judía) que no respete las leyes
de la pureza conyugal. Aunque en ocasiones este rigorismo se vea atemperado o no se ob-
serve , no por ello deja de ser la Ley: dura lex , sed lex.
Por lo demás, no se trata de exagerar este número de 613 mandamientos en el caso
de cada individuo particular. Este número afecta al pueblo judío tomado en su totalidad. Algu-
nas leyes afectan exclusivamente a los hombres , otras a las mujeres, algunas al rey, otras
guardan relación con el servicio del Templo y, por lo tanto, sólo afectan a los sacerdotes
oficiantes, etc. El propio hecho de que ya no haya ni rey, ni esclavos, ni templo, yen con-
secuencia ni culto ni sacerdotes oficiantes, hace que algunas mitzvoth simplemente ya no
sean susceptibles de observancia, sino tan sólo de conocimiento y estudio.
A título de ejemplo , he aquí algunas mitzvoth muy brevemente expuestas y comenta-
das (26).

1. El deber de procrear, según el versículo (Génesis , 1, 28): H ••• ¡Creced y multiplicaos!".


Aplicable en todas partes y en todas las épocas. Mandamiento obligatorio para el hombre,
no para la mujer.
Sin la puesta en práctica de este mandamiento, el mundo se despoblaría.

2. El deber de circuncidar, según el versículo (Génesis, XVII, 10): H •.• Circuncidad a


todo varón>!. Aplicable en todas partes y en todas las épocas. Este deber incumbe al padre.
Signo de la alianza y símbolo de perfeccionamiento.

548. Obligación de redactar un acta de repudio, según el versículo (Deuteronomio,


XXIV, 1): H ••• Redactar para ella un acta de repudio .. . ". Aplicable en todas partes y en to-
das las épocas. Este deber incumbe al marido.
Sin esta acta, la mujer seguiría casada y su eventual nuevo matrimonio sería adúltero.

34. Está prohibido asesinar, según el versículo (Éxodo, XX, 13): "No cometerás asesi-
nato". Aplicable en todas partes y siempre, a todos.


52'" El gran libro de las religiones del mundo

Quien asesina a su semejante despuebla con sus propias manos el mundo.

82. Le está prohibido al tribunal condenar a muerte a un acusado por mayoría


de un solo voto, según el versículo (Éxodo , XXIII , 2): "No seguirás a una mayoría que
quiere el mal ... Siempre hay que dar una oportunidad más a la absolución que a la con-
)J.

dena, dado que la vida de un hombre es irreemplazable.

Casi la mitad , como mínimo, de los mandamientos positivos y negativos ya no están


vigentes a causa de la desaparición del Templo y de su culto, del hecho de que la vida judía
se desarrolla en diáspora y no en Israel (27), de la ausencia de reino en Israel, etc. Sin em-
bargo, no por ello son menos estudiados y comentados. en esto reside también la gran es-
pecificidad del judaísmo: la pasión por el estudio de la Ley, que puede conducir al gusto por
otros estudios o por el estudio en general.
Comprender con exactitud lo que Dios ha ordenado hacer, cuando ya no se está en dis-
posición de hacerlo puesto que el Templo fue destruido y el pueblo judío se encuentra en
el Exilio, es una actitud que algunos tacharán de paradójica y otros de neurótica. Sin em-
bargo, lo es mucho menos de lo que se cree, ya que quien estudia es como si apresurase la
venida del Mesías mediante el estudio desinteresado de lo que un día se hará realidad: toda
la Torá en la Tierra de Israel.
Una vez más, se impone abandonar la cuestión , pues esta casi trascendencia del estu-
dio de la Ley de Dios, de la Torá, de los dos Torot, no entra en el ámbito de la observación ,
sino de la vivencia de aquel que la convierte en su razón de ser.
La Cábala o la tradición esotérica
en el judaísmo

Cábala deriva del hebreo qabbalah , que significa recepción , tradición. Se trata de una tra-
dición esotérica que, según algunos, se remontaría a Adán, una tradición que formaría
parte de la Revelación auténtica, una tradición que se transmitiría de iniciado a iniciado,
quienes por los demás habrían asimilado también tradiciones esotéricas de origen extran-
jero (babilonio, persa ... ), así como ideas gnósticas (28) y neoplatónicas (29).
De cualquier modo, por lo general la Cábala sólo se estudia a partir de cierta edad, que
varía según los individuos, y bajo la dirección de un maestro iniciado, pues su estudio no
carece de peligro para quien primero no haya asimilado correctamente el contenido exo-
térico (aparente , simple , válido para todos) de la Revelación , por lo que podría perderse,
enloquecer o recurrir a procedimientos mágicos en la persecución del sentido oculto de
ésta en lo referente a Dios, al Universo, al Hombre y a la Salvación.
Esto indica cuán difícil le resulta decir algo mínimamente serio al respecto, sobre todo en
unas pocas líneas, a quien ni siquiera domina lo exotérico, cuyo sentido y poder ocultos lo eso-
térico pretender descifrar y desvelar mediante nuevos símbolos y medios de interpretación.
Ya el Talmud contenía algunos elementos dispersos de cosmogonía y teosofía esotéricas.
Sin embargo, donde la Cábala se sistematizó fue en Provenza, España y Alemania.
El Zohar (Séfer ha-Zohar, El libro de los esplendores) , "descubierto» en España en el
siglo XIII como obra de Rabbi Si meón bar Yoha'i, célebre Maestro del siglo 11 de nuestra era
que vivió en Galilea, constituye la obra mayor, la "Biblia» de los cabalistas.
El Zohar contiene numerosos textos difíciles debido a las correspondencias y transmu-
taciones que opera, en líneas generales , a partir de dos grandes principios:
-la Torá habla de las cosas de aquí abajo, pero en realidad se refiere a las cosas de allá arriba;
- todo (30) tiene un significado patente, pero en mayor medida un significado latente que
hay que escrutar y desvelar.
Al margen del judaísmo, la Cábala impresionó en el Renacimiento a determinados me-
dios cristianos y continúa interesando a muchos círculos ávidos de esoterismo.
Un breve texto, de aspecto midráshico (comentario "escrutador») , permitirá al lector
hacerse una somera idea al respecto.

El abandono de la vida
Cuando un hombre se encuentra en el momento en que va a dejar la vida, Adán , el pri-
mer hombre, acude ante él y le pregunta por qué deja el mundo y en qué condición . El
hombre dice: «Maldito seas, pues es por tu culpa por lo que debo morir".
54'" El gran libro de las religiones del mundo

Adán responde: "Hijo mío, yo infringí un solo mandamiento y fui castigado por ello;
mira el número de los mandamientos de nuestro Señor; positivos y negativos, que tú has
transgredido".
Rabbi Hiyya dice: "Todavía hoy existe Adán; se presenta dos veces al día ante los pa-
triarcas y confiesa sus faltas ; les muestra el lugar donde se hallaba antaño en el esplendor
celeste".
Rabbi Yessa dice: "Adán se presenta ante cada hombre en el momento en que éste va
a dejar esta vida, a fin de atestiguar que el hombre no muere a causa del pecado de Adán,
sino a causa de sus propios pecados, tal como los sabios dijeron: "No hay muerte sin pe-
ca d o "".

El Zohar, El libro de los esplendores


(Fragmentos seleccionados y presentados por Gershom Scholem,
Éd. du Seuil [Points Sagesses, 21], 1980, p. 40)

L .
El hasidismo

La palabra procede del hebreo hesed (gracia), de donde deriva hasidim (los piadosos, los
devotos).
Ya en el siglo 11 antes de nuestra era hubo judíos piadosos conocidos como asideos
(transcripción , para esa época histórica, de hasidim) , que combatieron junto a los maca-
beos (31).
En el siglo XII se constituyó en Renania una comunidad de hasidim que , en reacción
contra las adversidades de la época (hambrunas, discriminaciones, injusticias ... ), preconi-
zaron el ascetismo, el altruismo y el perdón de las injurias.
Como si las mismas causas produjeran los mismos efectos , tras las matanzas perpetra-
das por Bogdán Jmelnitski (32) y la catástrofe que éstas supusieron para la comunidad ju-
día de Polonia, así como tras la loca aventura del falso mesías Sabbetai Zeví (33), surge en
Podolia (sudoeste de Ucrania) el movimiento hasídico moderno , cuyo fundador es Israel
Baal Chem Tov (34), apodado el Becht (acróstico de las iniciales de su nombre: B, CH , T).
Dado que terribles males continúan azotando a las comunidades judías, dado que Sab-
betai Zeví ha resultado ser un falso mesías y, por añadidura, apóstata, dado que las masas
populares cada vez están menos en condiciones de consagrarse al estudio - percibido, por
lo demás, no sólo como demasiado erudito, sino también y sobre todo como excesivamen-
te poco confortante-, el Becht resaltará la alegría que el hombre puede y debe experi-
mentar por la presencia de Dios en todas las cosas, el valor que posee para cada individuo
el menor de sus actos y pensamientos a poco que éstos estén animados por una intención
espiritual (kavanah).
Lo importante es el fervor, la intención profunda, la alegría que manifiestan tanto el
canto (con frecuencia muy pocas palabras e incluso a veces simples aires sin palabras)
como la danza , y no el estudio meticuloso de observancias escrupulosas. Su enseñanza, a
la altura justa de las expectativas de su audiencia de gentes sencillas y sensibles a su caris-
ma , se basa en breves relatos, apologías, fábulas y anécdotas cuya resonancia en los cora-
zones perdurará mucho tiempo.
Su movimiento «pietista» encontró opositores radicales (mitnagdim), a los que aterra-
ba un judaísmo popular tan poco estudioso y tan apasionado. Tras numerosas «guerras» y
armisticios, se firmó la paz: el hasidismo no sustituye al estudio y el estudio no excluye el
fervor gozoso.
A continuación, el hasidismo experimentó diversas transformaciones de las que no se
encuentran excluidas determinadas tendencias carismáticas, no siempre exentas de pater-
nalismo espiritual, de supersticiones, de espíritu sectario, de actitud cerrada hacia el mun-
do, de «ultraortodoxia».
-

56'" El gran libro de las religiones del mundo

En cualquier caso, los hasidim actuales forman grupos muy «visibles» a causa de su for-
ma de vestir, habitual en los tiempos de su fundador y en sus tierras de origen, pero nada
común hoy en día: caftán negro, medias blancas y sombrero de piel.
No hay mejor iniciación para apreciar el mensaje y el estilo dél hasidismo que escuchar,
por ejemplo, estos tres breves relatos (en versión ligeramente abreviada).

La risa salvadora

Alguien citó una sentencia del Baal Chem: «Es cosa de sobra conocida que nadie comete-
ría pecado si la locura no se hubiese apoderado de él. Ahora bien, ¿qué hace el sabio ante
un loco? Se ríe de todas las locuras que le ve hacer; con esa risa , un soplo de suave cle-
mencia se propaga por el mundo , enterneciendo el severo rigor de la estricta Justicia. Todo
lo que pesaba como una losa se convierte en ligereza".

Un hombre y no el hombre

Pregunta hecha a Rabbi Pinhas: «¿Por qué está escrito: "El día que Dios creó a un hombre
en la tierra", y no: "El día que Dios creó al hombre en la tierra" ?".
Respuesta y explicación: «Servirás a tu Creador exactamente igual que si existiera un
solo hombre en la tierra: ¡tú!".

La buena negación

El hombre no posee nada que haya sido creado en vano ... Pero, entonces, ¿por qué fue
creada la negación de Dios? Porque también ella puede convertirse en un acto bueno y ser-
vir para la salvación. Pues si alguien acude a ti en busca de ayuda y asistencia , tú no le di-
rás en tono piadoso: «¡Ten confianza y dirígete a Dios en la adversidad! ». No. Tú actuarás
como si Dios no existiera, como si en la tierra sólo estuvieras tú para ayudar a ese hombre.

Fragmentos de Los relatos hasídicos,


Martin Buber, Plon, 1963, pp. 175, 193 Y 473
Calendario judío y fiestas judías

El año judío se calcula desde la «creación del mundo». En el año cero de nuestra era, la ci-
fra establecida es de 3.760 años. Para saber en qué año judío estamos , basta añadir a ese
número (3.760) el año del calendario «civil», «universal».
Así , hasta el 11 de septiembre de 1988, estamos en 5748 (3760 + 1988). Pero a par-
tir del 12 de septiembre de 1988 (inicio del nuevo año judío: Rosh Hashanah) estaremos
en 5749 , dado que el año judío empieza entre tres y cuatro meses antes que el año civil.

Las fiestas judías según el calendario hebraico


y su situación aproximada en el calendario «civil»

T K K T S A N I S T A E
I H I E H D I Y I A V L
S E S B E A S A V M U
H S L E B R A R A M L
R H E T A N N U
I V V T Z
A
N

IX-X X-XI XI-XII XII-I 1-I1 I1-I1I I1I-IV IV-V V-VI VI-VII VII-VIII VIII-IX

1 CD I I I I I I
I I I I I I I
I I 2 I I 6 ® I
I I I I I I
I I I I I I
1O® I I I I 9 ®
I I 14 I I I
I I lS@ lS(7) I I
lS@ I I I I I
I 2S@ I I I I
I I I 22 I I
22 I I I I I
I I I I I I
23® I I I I I
58'" El gran libro de las religiones del mundo

Dado que los meses del calendario judío son meses lunares de 29 o 30 días, hay un re-
traso respecto al año solar de 365 días y 1/4. Ese retraso de 11 días al año (365-354) se
recupera cada 3 años intercalando un mes.

1. Rosh Hashanah (<<cabeza del año» ..:.. año nuevo): Aniversario de la creación del mun-
do y sometimiento a juicio de todas las criaturas. El toque del shofar (cuerno de carnero sin
imperfecciones) recuerda el sacrificio de Isaac y llama a Dios a la clemencia y a los fieles a
hacer examen de conciencia.
Los «diez días terribles» (entre Rosh Hashanah y Yom Kippur): Fuerza del arrepenti-
miento y clemencia de Dios.

2. Yom Kippur (<<día de la expiación», «el gran perdón»): Dios concede su perdón por los
pecados cometidos contra él, pero cada uno debe pedir perdón por los pecados cometidos
contra su prójimo a su propio prójimo. Ayuno de 24 horas. Se pasa todo el día en la sina-
goga, entonando oraciones y súplicas a fin de obtener el perdón y una «buena inscripción»
en «el libro de la vida y de la muerte» para el año siguiente.

3. Succoth «<fiesta de las cabañas»): Siete días durante los cuales el fiel come y duerme en
una «cabaña» cuyo tejado permite ver el cielo.
Conmemora la vida en tiendas durante los cuarenta años en que los hebreos vagaron
por el desierto, a la salida de Egipto.

4. Simhath Torá Ha alegría de la Torá»): Celebra la donación de la Torá a Moisés. El ci-


clo de su lectura finaliza y se reanuda ese día. Los rollos de la Torá, sacados del «Arca sa-
grada», son llevados en ofrenda: cantos y danzas.

5. Hanuka «<fiesta de la dedicación» o «fiesta de las luces»): Conmemora el milagro de


la luz (lámpara de aceite) que permaneció encendida ocho días en vez de uno, durante la
nueva consagración del Templo en el año 164 antes de nuestra era. A lo largo de ocho
días se procede a encender una vela más cada día, en un candelabro de ocho brazos
(hanukiah) provisto de un apéndice para alojar la vela que se utiliza para encender las
otras.

6. Purim «<fiesta de las "suertes"»): Las «suertes» utilizados por Haman, visir del rey persa
Asuero (siglo V antes de nuestra era), para elegir la fecha de exterminio de todos los judíos
del imperio, se volvieron contra él gracias a la intervención de Esther. Lectura del libro de
Esther en la sinagoga. Comida festiva. Regalos a los niños. Carnaval.

7. Pesach «<Pascua» = el «salto» que dio el ángel exterminador, salvando así las casas de
los hebreos): Conmemora la liberación por Dios del pueblo judío, esclavo en Egipto.
Comida solemne (seder) durante la cual el padre lee la Hagadah (relato de la salida de
Egipto). Obligación de comer matzah (pan sin levadura, todavía llamado pan ázimo), pan
de «humildad», y prohibición de cualquier otra clase de pan durante los ocho días que dura
la fiesta.


59 ... El judaísmo

8. Shevuoth (<<fiesta de las Semanas» o Pentecostés: 50 días después de Pascua): Conme-


mora la donación de la Ley (Torá) hecha por Dios a Moisés (<<fiesta de la donación de nues-
tra Torá»).

9. Tisha Bov (<<el nueve del mes de Av»): Día de luto y de ayuno , que conmemora la des-
trucción de los dos Templos de Jerusalén (586 antes de nuestra era y 70 de nuestra era).

Entre las fiestas populares , señalemos también:


- Tu Bishebat (15 shebat): «Año nuevo de los árboles».
- Lag Baomer (18 Iyar): Fiesta de los colegiales. Este día también está dedicado a la me-
moria de Simeón bar Yoha"i (s. 11), el presunto autor del Zohar (siglo XIII) , tratado de la tra-
dición esotérica (Cábala).
Valores judíos o judaísmo

El judaísmo no ha escapado más que otras religiones al cambio de los tiempos, al clima ge-
neral de poner la religión , como ortodoxia y como ortopraxia, en tela de juicio.
En la actualidad , la mayoría de los judíos ya no son ortopraxos (o, si se prefiere , ob-
servantes, practicantes), pero se complacen en encontrar en lo que ellos llaman los valores
judíos un retrato del judío que se adapta a su gusto: ni perseguidor, ni violento, ni racista,
ni bebedor, sino inclinado a ayudar a su prójimo, a sentir pena del pobre y de la víctima,
él que tan a menudo ha sido lo uno y lo otro, animado por la preocupación de compren-
der, atraído, como por atavismo, hacia los estudios. En resumen , habría un humanismo ju-
dío que no tendría nada de religioso y que constituiría lo esencial de esos valores judíos de
los que la judeidad continúa siendo portadora. Esos valores nacieron de la religión , desde
luego, pero ahora son suficientemente adultos para prescindir de una trascendencia y una
justificación otorgadas por la Ley.
En cuanto a la minoría ortopraxa , los únicos valores judíos que conoce son precisa-
mente aquellos que derivan de la trascendencia y la Torá, de tal modo que se podría decir
que el mandamiento «te preocuparás de tu prójimo como de ti mismo» (35) tan sólo se jus-
tifica porque es una orden de Dios y no en cuanto máxima humanista.
Este mandato es mitzvah (mandamiento de la Ley) únicamente por esa razón. El judaís-
mo ortopraxo no es un humanismo laico, pues pertenece a un mismo movimiento teocen-
trado , toracentrado, mitzvahcentrado.
Esta oposición entre mayoría laica y minoría ortopraxa no refleja bien la vivencia de
millones de judíos que, pese a negarse a formar parte de esa minoría ortopraxa, no por ello
dejan de tener la sensación de que pertenecen a una mayoría laica «pura y dura». Al huir
como de la peste de todo mandato que les obligaría a elegir un bando (ortopraxo o laico),
sienten mucho más su pertenencia a la judeidad como el denominador común que les libe-
ra de toda obligación de precisar su actitud hacia la religión (fe y ortopraxia).
Quedándose con lo que les conviene de los ritos y las costumbres, «subvirtiendo» de
forma laica el significado de determinadas fiestas (Pascua) y determinados ritos (bar mitz-
vah , circuncisión), nutren su judeidad de una especie de «religiosidad civil» o laica, etnocen-
trada , cuya ambigua modernidad bebe no obstante de la tradición. Conservan los signos,
pero modifican su significado.
Ciertamente, mientras la situación de Israel no sea «normal .. , mientras el antisemitismo
(36) no dé muestras de declive, sino que vacile entre remisión y acceso, mientras al cristia-
nismo y al islam les quede camino por recorrer para liberarse de sus respectivos antiju-
daísmos , no en nombre de la tolerancia o de cierta concordia superficial , sino en nombre
-si es que ello es posible- de una fe más fecunda , los judíos , creyentes o incrédulos, esta-
61 ~ El judaísmo

rán unidos (o en cualquier caso fingirán estarlo) como siempre lo han estado frente al in-
sulto, el peligro y los malentendidos. Hasta tal punto , en realidad, que mediante una espe-
cie de amalgama del lenguaje los incrédulos también se incluyen en el judaísmo, distin-
guiendo simplemente un «judaísmo laico» de un «judaísmo religioso». Ahora bien, decir del
judaísmo que es religioso es un pleonasmo; en cuanto a decir que también puede ser un lai-
cismo, es enunciar una contraverdad.
Ésa es, por lo demás, la razón por la que en la actualidad algunos ya acostumbran a dis-
tinguir con gran exactitud entre la judeidad, es decir, la calidad o el hecho de pertenencia
a la etnia judía, y la judaidad, es decir, la calidad o el hecho de pertenecer al pueblo de Is-
rael en su fidelidad a la Torá y a su Dios. No porque la judaidad implique la judeidad, lo in-
verso es cierto.
El judaísmo es la religión, la Torá, de aquellos que son judíos de judaidad. Aquellos que
son exclusivamente judíos de judeidad y, por lo tanto, son incrédulos, agnósticos, ateos o
incluso se han convertido a otra religión, y en todos estos casos son no ortopraxos, ya no
están en el judaísmo.
Por supuesto, el judaísmo puede interesarles cultural o científicamente, incluso es posi-
ble que sientan más interés por el estudio de éste que por el del budismo, que incluso conser-
ven algunas briznas de tradición o de emociones «tribales» o «tripa les» , pero ello no impide
que, alejados de toda ortopraxia, si bien siguen siendo judíos, o de origen judío, o alguna otra
cosa, ya no estén en el judaísmo. El hecho de que ellos, y sólo ellos, estén en condiciones,
a causa de su judeidad, de regresar (teshuvah) a la fe de sus antepasados, no puede borrar
o hacer permeable la diferencia radical que existe entre un humanista judío laico y un judío
religioso y, en consecuencia, ortopraxo.
Muy distinta es la diferencia entre partidarios de un judaísmo reformado, liberal, con-
servador u ortodoxo. En este caso se trata de un debate intrarreligioso entre los que pien-
san que, .una vez establecido lo esencial (la alianza que vincula a dios-la Torá-el pueblo de
Israel), se pueden y se deben discutir posibles arreglos o cambios eventuales, dado el mun-
do en que vivimos.
Como este debate sólo interesa a los que son religiosos, no tenemos nada que decir al
respecto. Todo cuanto podemos constatar es que el debate existe y que no puede sino ser
virulento dada la propia naturaleza de todo sistema ortopraxo, para el que cualquier modi-
ficación que no logre basarse en el texto de la Ley, aunque sea mediante una interpreta-
ción sutil , es imposible. No es un hecho casual que la corriente «liberal» insista más en las
enseñanzas étnicas de los profetas que en la ortopraxia ritual.
Los no religiosos, que estarían laicamente a favor de una Ley más flexible, más «hu-
mana", en realidad no tienen nada que ver en este debate -salvo intelectualmente, por su-
puesto-, pues, aun cuando la Ley fuera profundamente aligerada, no por ello la abraza-
rían , puesto que son incrédulos.
De lo dicho resulta que el judaísmo, tanto en aquellos que «prácticamente» lo nie-
gan como en aquellos que, venidos del mundo pagano, no cesan de reivindicar mucho o
poco su herencia, es como un amante que no ha perdido un ápice de su poder de atrac-
ción, como un polo constantemente orientado hacia lo que, como el Dios que anuncia,
está Vivo.
O sea, que no es menos misterioso que la vida, siempre la misma y siempre diferente.
62 ~ El gran libro de las religiones del mundo

Complementos

Muchas de las realidades que forman lo ordinario de la vida religiosa judía no han podido
ser evocadas en esta breve exposición. Sin embargo, resultan enormemente enigmáticas
para quien no se halla un poco iniciado en esa vida.
Las siguientes notas explicativas sin duda permitirán al lector ver en ella con un poco
más de claridad.

Judío, judía: Toda persona nacida de madre (mujer casada o soltera) judía o convertida
según la Ley.
La ley israelí es restrictiva a este respecto , pues no reconoce como judía a una per-
sona que se ha convertido a otra religión. A los ojos de la Ley judía, monseñor Lustiger
continúa siendo judío; a los ojos de la ley israelí, ha dejado de serlo. Toda persona naci-
da de madre judía adúltera (¡falta demostrarlo!) es considerada momzer Uudío o judía «ile-
gítimo»).

Kippah (o casquete, o yarmulka): Pequeño gorro que se lleva sobre el sincipucio. La obli-
gación de llevarlo no forma parte de los 613 mandamientos, pero la costumbre ha adqui-
rido fuerza de ley. Signo de fidelidad al Altísimo, de «temor de Dios».

Tallit: Chal de oración, rectangular y provisto de flecos (tzitzit) en las cuatro puntas.

Tzitzit: Flecos del tallit. Están formados por 39 cordones (en guematría: tzitzit = 39 = Dios
es Uno).

Tefillin: Filacteria. Dos cajitas de cuero oscurecido unidas con tiras de cuero. Cada cajita
contiene unos rollos de pergamino en los que hay inscritos versículos bíblicos. Se utilizan
para la plegaria de la mañana (excepto el sabbat y los días de fiesta). Uno de los tefillines
se sujeta al brazo izquierdo y el otro ciñe la frente .

Mezuzah (<<dintel de puerta»): Estuche que contiene los dos primeros capítulos del Shma
Israel (véase más adelante) y que se coloca en el montante derecho del marco de la puerta.

Sinagoga: No es ni una iglesia ni un templo, sino un lugar de reunión (bet nesset) tanto
para la plegaria colectiva como para el estudio de la Ley.

Yeshiva: Escuela donde se estudia la Torá, principalmente el Talmud.

Minyan (<<número»): Designa el quorum de diez hombres, de 13 años o más, necesario


para que se celebre plegaria pública y para algunas ceremonias religiosas en las que la ple-
garia siempre es colectiva y pública.

Rabino (del hebreo rabbi, «mi señop»: Persona que ha recibido, tras realizar estudios es-
pecializados, el título de experto en la Ley. En la actualidad, sus funciones pueden ser múl-
tiples, sobre todo si está contratado por el Estado o una congregación. Sin embargo, esen-
63'" El judaísmo

cialmente sigue siendo un intérprete con capacidad de decisión en materia de Ley judía. En
cualquier caso, no es en absoluto un sacerdote.

Hazan ((cantop,): El que dirige y anima con su voz, casi siempre hermosa, la plegaria pú-
blica en la sinagoga.

Shma Israel (<<Escucha, IsraeL .. »): Principio de la plegaria diaria que se recita por la ma-
ñana y por la noche. Esta plegaria, que procede del Pentateuco (Deuteronomio, VI, 4-9),
expresa la quintaesencia de la fe judía. Con el paso de los años , estas primeras palabras ad-
quirieron para todo el pueblo judío valor de símbolo frente a las persecuciones.

Kol Nidré («todas las promesas»): Plegaria que se entona la víspera del Yom Kippur, me-
diante la cual el fiel anula todas las promesas irreflexivas que le ha hecho a Dios.

Kaddish (<<santo»): Antiquísima plegaria recitada en arameo para glorificar y santificar el


Nombre de Dios (doxología). No es una oración por el alma del desaparecido, como a ve-
ces se cree en la tradición popular, aunque también la entona el hijo del desaparecido du-
rante los once meses del período de duelo de un año.

Kashrut: Conjunto de reglas complejas que delimitan lo permitido y lo prohibido en ma-


teria de alimentación. Ejemplo: prohibición del cerdo, de los animales de presa, de los
crustáceos ... Prohibición de mezclar en una misma comida productos lácteos y productos
elaborados con carne , o de utilizar la misma vajilla para estas dos clases de productos.
Prohibición de consumir la carne de un animal «autorizado» que no haya sido matado se-
gún el ritual.

Kosher (<<conforme, puro»): Lo que se adapta a las reglas de la kashrut.

Niddah (<<mujer impura»): Una mujer no le está permitida a su marido durante un período
de doce días que comienza después de la menstruación. Tras una inmersión en la mikuah
(edificio del baño ritual), le estará permitida de nuevo. Base de la vida conyugal de los es-
posos ortopraxos.

Sabbat (<<reposo»): Día de descanso desde el viernes por la noche hasta el sábado por la
noche . Día de descanso , de estudio, de comidas festivas , de cantos , de meditaciones, de
entrevistas ...
Numerosísimas prohibiciones relacionadas con el rechazo de cualquier «trabajo»: no es-
cribir, no fumar, no utilizar medios de transporte ... Todas ellas, prohibiciones que descon-
ciertan al observador extranjero o al no practicante , pero que la Ley oral se ha afana-
do en comentar y en explicitar en el sentido de la alegría y la liberación , no de la pena o el
ascetismo.
En caso de necesidad absoluta, las prohibiciones de actuar, desplazarse, escribir, etc.
quedan anuladas , pues el sabbat no puede obstaculizar e l deber de salvar una vida en
peligro.
64 '" El gran libro de las religiones del mundo

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

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