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PROFR.

JOSÉ SANTOS VALDÉS GARCÍA DE LEÓN

Educador, escritor y luchador social


CONTENIDO:

Presentación:

I.- Primeros Recuerdos.

II.- Estudiante de la Normal del Estado

III.- Historia Laboral.

IV.- Líder Sindical

V.- Aportaciones Pedagógicas

VI.- Escritor y Periodista.

VII.- Testimonios

VIII.- Motivos de la Publicación.

IX.- Agradecimientos.
PRESENTACIÓN:
I.- Primeros recuerdos.

El 1º. de noviembre de 1905 vio la primera luz uno de los hombres más distinguidos del
municipio de Matamoros y uno de los educadores más ilustres que el Estado de Coahuila ha
dado a nuestro País: El Profr. José Santos Valdés García de León, educador, escritor y
luchador social. Vino a este mundo con el soplo turbulento que anunciaba una revolución;
los nombres de Enrique y Ricardo Flores Magón construyendo el Partido Liberal Mexicano
sonaban como proféticas premoniciones del cambio y unos años más tarde sonaría también
el nombre de Francisco I. Madero ligado a la construcción de los clubes antirreleccionistas
que fueron el parteaguas de una nueva era en la política mexicana.

Nació en el Rancho Camargo que era una pequeña propiedad perteneciente a uno de los
lotes del histórico “Cuadro de Matamoros” repartido por el presidente Benito Juárez en
1864, hoy el Rancho Camargo sigue llevando este nombre y colinda con el Ejido “Flor de
Mayo” que se encuentra a escaso medio kilómetro y con la pequeña propiedad “El Edén”
que pertenece al Sr. Guadalupe Ramírez, sobrino segundo del Profr. José Santos Valdés.

Rancho Camargo (VRQ)


Señalamiento del lugar donde nació en el Rancho Camargo (VRQ)

Estatua a la entrada de Matamoros, Coah. (VRQ)


Su padre el Sr. Pedro Valdés Rosales originario del Municipio de Matamoros y
copropietario de Rancho Camargo fue un hombre sumamente industrioso, meticuloso y
ordenado que dominaba el oficio de la jarcería y el cuidado de los animales domésticos,
sabía amansar y entrenar caballos, como también aplicar toda clase de remedios curativos;
llegando a ser por ello trabajador de confianza de la familia Madero de Parras.

Su madre, Doña Cristina García de León, también originaria de Matamoros, fue una mujer
sencilla y campesina heredera de una parte del Rancho El Edén en el cual vivían con la
estrechez de su tiempo.

Del matrimonio de Don Pedro y Doña Cristina nacieron 6 hijos: Ismael, José Santos,
Adelina, Consuelo, María Luisa y Pedro.

“El recuerdo más lejano que tengo de mi infancia se remonta a los días —que sumaron
meses y años— que vivimos en la Villa de Viesca, Coahuila. Tal vez el recuerdo
corresponde al año de 1908. Me veo caminando por la orilla de una acequia, con agua, con
una varita en la mano y vistiendo un ‘camisón’ que me caía más abajo de las rodillas […]
… El segundo recuerdo —por lo lejano— corresponde a una palabra: Perote, palabra que
servía para nombrar un lugar ubicado en las orillas de la ciudad de Parras de la Fuente,
Coahuila. Tengo grabada una escena: mi madre —a cuyo lado estaba— le compraba
aguamiel a un hombre que la llevaba en dos ollas de barro que pendían —cada una— del
extremo de un palo largo que descansaba sobre los hombros del vendedor.”(1)

“De Perote nos fuimos a vivir a las casas de la cuadra de los peones de la Hacienda de El
Rosario. Vivíamos exactamente enfrente de una gasolinera que ahora (10 de noviembre de
1973) está a la entrada de la ciudad”(2)

“Vivimos en Ojuelos, rancho cercano a Parras, sobre la vía del ferrocarril que va a Saltillo.
Nunca –mientras viva― olvidaré ese nombre, ni el lugar, ni algunas de las peripecias por
las que allí pasé. Vivíamos en la casa grande. El dueño —hijo natural de Don Evaristo
Grande— huyó a Monterrey por la Revolución y mi padre fue a cuidarle su propiedad.”(3)

(1) José Santos Valdés Educador y Luchador Social


Obras escogidas, Tomo 1
SEPC 1999
Coordinación De la Edición: Jorge Peart Mijangos
Colaboración Especial: Ma. De la Luz Tello
Ma. Eugenia Galindo
Silvia de Loera
Ma. Inés Uribe
Obra inédita,
Pag. 34

(2) Ibid. Pag. 35


(3) Ibid. Pag. 36
“Para entrar a Parras había que pasar por una gran puerta […]…lo recuerdo bien porque
nosotros vivíamos —más bien vivimos no se cuánto tiempo— en una casa que estaba en el
cruce del camino y de la vía del ferrocarril. Esa casa llevaba el nombre de la Casa Blanca y
supongo que mi padre era como el vigilante de la nogalera que allí hay todavía y que cubre
ahora la vista de la casa que todavía existe. Tenía dos refugios para mis correrías: la casa
del portero, que se alzaba a la izquierda de la gran puerta, por el lado de adentro, a la que
iba a jugar solo, —pues el matrimonio no tenía niños— el otro remate de mis correrías era
hacia el norte donde un chino llamado José tenía una hortaliza, lindante con el famoso
‘Panteón de los Cipreses’ que era el cementerio particular de la familia Madero”. (4)

“Me veo en el patio de la Escuela Modelo parado junto a un hombre al que veía como a un
gigante. Me acompañaba mi hermano Ismael, alumno de cuarto grado de dicha escuela. No
recuerdo el timbre de la voz del hombre que me parecía gigante y que era el director de la
escuela: Don Enrique Pérez Rul. Lo que recuerdo es que le dijo a mi hermano —el mayor
de la familia─ que me llevara a mi casa, que todavía no podía aprender, que no tenía edad.”
(5)

“Cuando murió Don Evaristo Madero Grande, Ismael me llevó de la mano entre la multitud
que acompañó el cadáver hasta el Panteón de los Cipreses. Fuimos de los últimos en llegar
hasta el túmulo donde se veían flores, muchas flores y grandes coronas. Una de ellas se me
antojó enorme, era de color blanco tan reluciente que me hipnotizó. Mi hermano lo notó y
dijo: ésa corona es de pura plata. Se la mandó Don Porfirio Díaz.” (6)

“Viviendo en la Casa Blanca llegó a Parras Don Francisco I. Madero, Mártir de la


Democracia. Mucha gente esperó su llegada en el crucero del camino y la vía del
ferrocarril; a poca distancia de la gran puerta, otros se alinearon de este lado de la vía, a
ambos lados del camino. Llegaron Don Panchito Madero y sus acompañantes, en unos
vehículos para mí completamente extraños, desconocidos: la gente decía que eran
autocamiones y caminaban solos, sin caballos, ni mulas que tiraran de ellos. Yo esperaba
verlos llegar en coches o en ‘ambulancias’ (diligencias). Los que venían en ellos también
me parecieron extraños: tocados con ‘cachuchas’, con grandes lentes cubriéndoles los ojos
y parte de la cara y enfundados en una especie de blusas largas que después supe se
llamaban guardapolvos[…]… después recuerdo a un hombrecito, parado sobre una tribuna
que hacía posible apreciar su corta estatura, que hablaba y gesticulaba moviendo sus
brazos… No se quedó en mi memoria una sola palabra. Sólo supe, porque me lo repitieron,
que el hombrecito que habló en la tribuna se llamaba Francisco I. Madero.”(7)

(4) José Santos Valdés Educador y Luchador Social


Obras escogidas, Tomo 1
SEPC 1999
Coordinación De la Edición: Jorge Peart Mijangos
Colaboración Especial: Ma. De la Luz Tello
Ma. Eugenia Galindo
Silvia de Loera
Ma. Inés Uribe
Pag. 39, 40
(5) Ibid. Pag. 40
(6) Ibid. Pag 41
(7) Ibid. Pag. 44, 45
Fotografía familiar (FJSV)

En el año de 1911, el niño José Santos estudió parte del primer grado en la Escuela
Primaria Modelo de Parras de la Fuente, Coah., bajo la dirección del maestro Enrique Pérez
Rul que más tarde fuera secretario particular del Gral. Francisco Villa; se cambió luego a la
Escuela Primaria Rural de la hacienda de San Lorenzo del mismo municipio y luego su
padre que trabajaba en Parras en la hacienda de Don Evaristo Madero, fue movilizado al
rancho de San Manuel del municipio de Viesca, Coah., donde volvió a iniciar el primer
grado de primaria en 1912. (8)

(8) Autobiografía
José Santos Valdés
Información para el periodista Mario Gil
Saucillo, Chih. 18 de abril de 1970
“Cuánto tiempo estuvimos en Gilita viviendo, no lo sé. Recuerdo sí, que de ahí nos fuimos
a vivir a San Manuel, poblado próximo hacia el este de Gilita porque en San Manuel, ‘El
Chino’ Benjamín González y otros más, habían sembrado algodón y los créditos los había
dado uno de los hermanos de Madero, tío del Apóstol de la Democracia. Era 1912. De
nuestra vida en San Manuel guardo muchos recuerdos: un día nos llevó mi padre con una
mujer que se antojó blanca, baja de estatura, regordeta y chapeada. Hacía de maestra de
escuela y Don Pedro nos llevó a Adelina y a mí para que estudiáramos con ella […]… nos
sentábamos en cajones, sobre piso de tierra. No había pizarrón. Trabajábamos sobre
pizarras chicas, medianas y grandes, y escribíamos con pizarrines redondos y alargados.
Muy económicos: borrábamos con saliva y un trapito lo hecho y volvíamos a escribir y
hacer cuentas […]… San Manuel era un rancho polvoriento que además de tener una
casona con dos piezas en alto, como segundo piso, —como decimos por acá—, le llamaban
Hacienda de San Manuel. El nombre era muy pomposo pero así le llamaban. Nuestra
llegada alteró la vida entera de San Manuel. Detrás de nosotros llegaron docenas de
familias procedentes del municipio de Parras. Hacia el lado izquierdo, había un llanito que
colindaba con el espeso bosque de mezquites que se juntaba con el cerro, no muy alto, pero
cerro grande. En ese llanito fueron a hacer sus casas los parreños. A esas casas los
laguneros de San Manuel las bautizaron con el nombre de TUZAS. ¿A dónde vas? A las
Tuzas. ¿De dónde vienes? De las Tuzas […]… Según ellos las casas y jacales del rancho
eran palacios comparados con la Tuzas. Cada “Tuza” consistía en una excavación casi
cuadrada de poco más de un metro de profundidad. La oquedad era cubierta con un techo
pequeño de dos aguas y le dejaban una abertura por la que entraban y salían. La puerta era
el frente descubierto de la excavación y tapado sólo con un costal o con un pedazo de tela;
por una rampa pequeña se penetraba a esta ‘pieza’ en la que cada familia dormía y tenía sus
pertenencias. De lo que resultaba, que para que no se llenara de agua la excavación
―durante las escasas lluvias―, con la tierra excavada, la rodeaban con un pequeño bordo”.
(9)

“De este San Manuel, ahora Ejido del Municipio de Viesca, guardo recuerdos —los
únicos— de mi abuelo paterno, Don Gregorio Valdés: bajo de estatura, muy delgado, con
sombrero grande y pantalones charros. Era originario de Peñón Blanco, Durango. Él y su
hermano Inocente Lara, fueron soldados de La República, ambos pelearon en Querétaro.
(10)

(9) José Santos Valdés Educador y Luchador Social


Obras escogidas, Tomo 1
SEPC 1999
Coordinación De la Edición: Jorge Peart Mijangos
Colaboración Especial: Ma. De la Luz Tello
Ma. Eugenia Galindo
Silvia de Loera
Ma. Inés Uribe
Pag.58, 59
(9) Ibid. Pag. 65
“En San Manuel vi por primera vez los grupos revolucionarios. Incluso mi padre les
facilitaba “remudas” —caballos o mulas ensilladas— para sus correrías y alguna vez les
prestó hasta el 30-30 y un máuser que tenía y que le regresaron religiosamente […]… entre
esos grupos nos admiró —sobre todo a la chiquillería— ver un ‘alzado’ como de 14 o 15
años pero que cargaba bien su arma larga y con ella tiraba con más destreza que algunos de
los adultos”. (11)

“De San Manuel era frecuente que fuéramos a Matamoros, a Santa Isabel, a Camargo —el
rancho todavía de mis abuelos paternos— o a la Flor de Mayo, donde vivía mi tía Isabel
Rosales, hermana de mi abuela Camila, mamá de mi papá y muerta en 1906. Mi tía Isabel
estaba casada con Pedro Vásquez, papá de Heladio, Isabel y Beatriz Vásquez Rosales,
primos de mi papá Pedro y que ahora viven en Matamoros, Coahuila. En Matamoros
visitábamos a mi tía Elena —hermana de Doña Cristina— casada con Aurelio Lavenant,
hijo de Teodoro, un soldado de la intervención que se quedó por acá. Igual hacíamos con
una hermana de mi padre —Doña Micaela— cuyo esposo era un campesino de nombre
Valentín Salas”. (12)

En ese mismo año de 1912, el niño José Santos se cambió a la Escuela Primaria Municipal
de Matamoros, Coah., esta vez bajo la dirección del Profr. Justo Castro que se levantó en
armas contra Victoriano Huerta, y luego estudió también por unos cuantos meses en una
escuela primaria oficial de Torreón. Por necesidades de trabajo su padre fue de nuevo
cambiado para trabajar en la Hacienda de Menfis, propiedad de un hermano de Don
Francisco I. Madero, en San Pedro de la Colonias, Coah., ahí reinició otra vez sus primeros
estudios en la Escuela Primaria Centenario en la cual terminó el quinto grado en junio de
1920. (13)

“Fui evocando mi niñez escolar y recuerdo que para llegar al 5to. grado, tuve que pasar 9
años de mi vida en la escuela primaria. Me volvía a ver como desertor temporal, trabajando
y volviendo a la escuela según las altas y bajas de nuestra pobre economía”. (14)

(11) José Santos Valdés Educador y Luchador Social


Obras escogidas, Tomo 1
SEPC 1999
Coordinación De la Edición: Jorge Peart Mijangos
Colaboración Especial: Ma. De la Luz Tello
Ma. Eugenia Galindo
Silvia de Loera
Ma. Inés Uribe
Pag. 68
(12) Ibid. Pag. 69
(14) Ibid. Pag. 70
(13) Autobiografía
José Santos Valdés
Información para el periodista Mario Gil
Saucillo, Chih. 18 de abril de 1970
II.- Estudiante de la Normal del Estado.

Al terminar sus estudios de quinto grado en la Escuela Primaria Oficial “Centenario” de


San Pedro y debido a su dedicación y esmero como estudiante, se ganó una beca de $ 25.00
pesos mensuales que el Gobierno del Estado proporcionaba a los municipios para realizar
estudios en la Normal para Profesores en la capital del Estado, en la cual se inscribió en
septiembre de 1920. Como estudiante de la Escuela Normal, destacó por su inteligencia y
comenzó a escribir sus primeros artículos en la revista PARTENÓN del grupo de 1er. grado
y fue director de la revista PALLAS ATHENEA de la propia escuela. Participó como
dirigente en la huelga estudiantil del 4 de abril de 1922 contra el Gobernador del Estado,
Gral. Arnulfo González, quien había cesado al Profr. Apolonio M. Avilés que era el
maestro más querido por los alumnos, y el personaje que había despertado en su alma la
emoción, el ideal y la dignidad de ser maestro.

“Yo no pensaba ser maestro, pensaba ser agrónomo, pero mi padre era un campesino y no
había manera; me concedieron una beca y me fui a la Normal […]… Cuando establecí
contacto con el maestro Apolonio M. Avilés, se despertó en mí la gran dignidad que hay en
ser maestro de escuela […]… Nunca he negado que mi vocación por la docencia se la debo
a Don Apolonio”. (15)

En el año de 1923, por motivos de salud tuvo que abandonar sus estudios y regresar a su
hogar en San Pedro de las Colonias, bajo la prescripción médica de descanso y una buena
alimentación, que quedaron prácticamente fuera de su alcance, razón por la cual consiguió
un trabajo como maestro rural en la Escuela de San Marcos, del municipio de San Pedro de
las Colonias, Coah., hacienda perteneciente a la Casa Purcell, de propietarios ingleses. Ahí
impartió clases a 2do. y 3er. grados en el ciclo escolar 1923-1924. En septiembre de ese
mismo año reanudó sus estudios en la Escuela Normal para Profesores de Saltillo, Coah.,
donde se tituló el 17 de junio de 1926.

“Cuando principiaba mi cuarto año en la Escuela Normal de Coahuila en 1923, el médico


me envió a mi casa a comer y descansar mucho. Pero no estaba la Magdalena para tafetanes
y tuve que buscar algo que hacer”. (16)

(15) Historia de la Educación de México en el siglo XX


contada por sus protagonistas.
Tomo 1, primera edición 1982
Víctor Hugo Bolaños Martínez
Pag. 76

(16) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


Centenario de su Natalicio 1905-2005
El Movimiento Sindical Magisterial Mexicano
“Conseguí una plaza de maestro rural pagada por la Casa Purcell, inglesa y latifundista, y
me fui como director de la Escuela Rural de San Marcos, Municipio de San Pedro, Coah.
Éramos dos maestros. Yo atendía 2do. y 3ro. y la ayudante el 1er. grado, en una hermosa
construcción de ladrillo rojo, pisos de ladrillo pulido, patio cubierto, ventanas de guillotina
y un campo exterior con jardín y rosales en medio del arenal de la estepa. Así me inicié en
el magisterio en el año escolar 1923-1924”. (17)

“De mi paso por la Escuela Rural Municipal de San Marcos, obtuve varias experiencias:
[…]… el absentismo latifundista se me reveló de manera material. En otras haciendas
donde trabajé de niño, estaban ahí los dueños o hacían visitas semanarias. En las de la Casa
Purcell nadie los conocía y la única visita a San Marcos, la hicieron en un carro especial del
ferrocarril que llegó hasta la hacienda y para que no los ensuciara la arena y el polvo del
suelo, se comentaba cómo les pusieron unas mantas largas de ixtle (por entonces se usaban
mucho en la Laguna para poner sobre ellas colchonetas y colchones y dormir en el suelo)
desde la espuela de la vía férrea hasta la Casa Grande. Nunca más los volvieron a ver. Este
absentismo se me había ocultado en la Haciendas de Bolívar, de los alemanes Ritter o en
las del Perímetro de Santa Teresa, de gachupines, pero allí lo aprecié de manera material
[…]… Aprendí en ese año escolar algo muy valioso: lo que educa no es lo que se dice, sino
lo que se hace”. (18)

“Habiéndome titulado en junio de 1926, quise trabajar en San Pedro, pero mis propios
maestros de la Escuela Primaria, entre ellos el más querido, me aconsejaron que no lo
hiciera: sal a trabajar fuera de aquí, me aconsejaron… Esto y el que me ofrecieron plaza de
maestro con ochenta pesos mensuales, los que casi había ganado como no titulado, hizo que
me fuera al Estado de Sonora.” (19)

Escuela Rural Municipal de San Marcos


Hoy Esc. Prim. Federalizada “12 de Noviembre”
Clave: 05DPR1051F (VRQ)
(17) Autobiografía
José Santos Valdés
Información para el periodista Mario Gil
Saucillo, Chih. 18 de abril de 1970

(18) Ibid.
(19) Ibid.
Título profesional expedido por la Escuela Normal del Estado en 1926 (LV)
José Santos Valdés 1927 (RT)
III.- Historia Laboral

Inició su carrera como maestro en el Sistema Educativo Estatal de Sonora el 1º. D


e septiembre de 1926, trabajando como director de la Escuela Primaria Superior
“Talamantes” de Navojoa donde estudiaban los hijos del Gral. Alvaro Obregón. El 10 de
enero de 1927 fue ascendido a Inspector Escolar desempeñando su nueva comisión en
Hermosillo (1927-1929), en Ures (1930-1931) y en Nogales, Son. (1931-1932). Supervisó
escuelas donde algunos años antes también fuera inspector el Profr. Don Luis G. Monzón,
notable constituyente de 1917. Fue en esta época cuando fundó las primeras Asociaciones
de Padres de Familia en el Estado de Sonora (1927). Desarrolló una intensa labor política
para organizar sindicalmente al magisterio de Sonora y escribió en los periódicos más
importantes de Navojoa, Hermosillo y Nogales bajo el seudónimo de “Raúl de Hoyos”.
Fundó en Navojoa la revista JUVENTUD (1926); en Hermosillo participó en la fundación
de la revista ARIEL (1927) y en Nogales fundó el periódico quincenal escolar RUTAS
NUEVAS (1931).

Planta de maestros de la Escuela Primaria Superior “Talamantes”


En Navojoa, Sonora 1926-27 (RT)

“Llegué a Hermosillo, el Director de Educación del Estado era Don Benjamín Muñoz, al
que con una huelga que iniciamos y capitaneamos los de segundo grado, el 4 de abril de
1922, habíamos sacado de la Dirección de la Escuela Normal de Coahuila. La huelga no fue
en su contra, sino del gobernador del Estado, General Arnulfo González, que había cesado
al maestro Don Apolonio M. Avilés, al que nosotros queríamos apasionadamente y que, al
morir, en 1930, fue consagrado por la Legislatura y opinión unánime de los coahuilenses,
como el Benemérito de la Educación en Coahuila. Los coahuilenses contemporáneos en la
Normal habían llegado antes que yo. Don Benjamín sabía quienes éramos y qué habíamos
hecho. Sin embargo, así como el año anterior había incorporado al servicio a mis dos
amigos que eran Manuel García Rodríguez y Alejandro V. Soberón, me incorporó a mí ”.
(20)

Con sus compañeros en Sonora (RT)

Durante su trabajo en Nogales, recomendó a los obreros de la CROM mantener su


independencia no afiliándose a la Federación de Trabajadores que estaba organizando el
Gobernador. Convocó en Nogales al primer desfile del 1 de mayo de 1932 con alumnos
uniformados de rojo y negro y dio el discurso oficial en representación de la CROM con un
contenido incendiario liberal e independiente que no fue del agrado del Gobierno Estatal. A
finales del mes de mayo de 1932 el Gobernador de Sonora, Rodolfo Elías Calles le dio 24
horas para abandonar el Estado acusado de “comunista”, antes de que él ingresara
verdaderamente a ese Partido Político.

(20) Autobiografía
José Santos Valdés
Información para el periodista Mario Gil
Saucillo, Chih. 18 de abril de 1970
De cacería en Sonora (RT)

Con sus compañeros en Sonora. (RT)


Su primer automóvil un Ford roster (RT)

“Un día el gobierno callista de Sonora no soportó que hubiera organizado una Escuela
Nocturna para jóvenes obreros porque —los jóvenes trabajadores— quisieron que
publicáramos un periódico y lo hicimos. Se llamó Rutas Nuevas y combatió la
intervención gubernamental en la vida sindical y machacó sobre la idea de que Sonora no
progresaría hasta que no se repartiera la última hectárea del último latifundio. Tampoco
aguantó que muchos grupos primarios desfilaran —esto ocurrió el 1 de mayo de 1932, en
Nogales, Sonora— con uniforme rojinegro y menos todavía que a nombre de todos los
sindicatos de la CROM, dijera un discurso que fue calificado de subversivo e incendiario.
Me expulsaron del Estado. Fui a refugiarme a la ciudad de México y de allí a la Escuela
Central Agrícola de Tamaulipas”. (21)

(21) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo V, 50 años de misiones culturales
Pag. 198

Este acontecimiento determinó su ingreso a la federación el 16 de julio de 1932 como


profesor de planta de la Escuela Central Agrícola de Tamatán, Tamps., y también su
afiliación al Partido Comunista Mexicano, donde militó hasta 1935. Conoció ahí a la Srita.
Gertrudis González originaria de Padilla, Tamps., con la cual contrajo matrimonio llegando
a procrear 6 hijos: Sergio, Lucrecia, Ulises, Silvia, José Santos y Patricia. También tuvo la
fortuna de conocer al ingeniero agrónomo Alfredo Rico Rodríguez que llegó como director
de la Escuela Central Agrícola en 1933 y organizó la escuela bajo un Consejo y un
Reglamento Disciplinario en el cual se tabulaban por puntos las faltas de los alumnos y los
reportes de esas faltas hacían que estos fueran perdiendo puntos hasta el grado de perder el
derecho a seguir siendo alumnos. En 1934 la Escuela Normal Rural de Ebano, S.L.P., se
fusionó con la Central Agrícola de Tamatán para formar la Escuela Regional Campesina de
Tamatán, Tamps., de acuerdo con la política educativa de Narciso Bassols.

“Me mandaron a Tamaulipas, a la Escuela Central Agrícola de Tamatán, en donde los


normalistas éramos los privilegiados del régimen; éramos los únicos maestros normalistas
de México que ganábamos $300.00 mensuales, estoy hablando de 1932 […]… Cuando por
primera vez en 1933, emprendí una campaña para que mandaran alumnos a la escuela,
como primer resultado, hombres ancianos, en edad madura y aún jóvenes, profirieron
majaderías, porque decían que queríamos llevarnos a los jóvenes de Tamatán para ponerles
el fierro del PNR y luego mandarlos a Rusia”. (22)

“Cuando de Sonora me expulsaron por comunista y no sabía que era eso. Mis amigos
Mazatlecos y el empleado de Hacienda (que era marxista), no me lo habían explicado. No
sabía que en México había un partido llamado así […]… Me relacioné con otros miembros
del PCM pero no pude ingresar al partido, era muy difícil hacerlo, debía probar mi
consistencia en el trabajo diario. Me fui a Tamatán, Tamps., cerca de Ciudad Victoria.
Llevaba contactos, pero qué difícil fue entonces (julio de 1932) ligarse con ellos, pero al fin
conseguí lo que deseaba […]… me bebí los libros y folletos básicos y además me incliné
por las reflexiones de tipo filosófico. Aprendí (arriesgando la libertad y tal vez la vida), lo
que cuenta la disciplina. Empecé a ver con claridad y a orientarme en la maraña de los
hechos sociales. Creo que esos años (Julio de 1932 a septiembre de 1934) fueron decisivos
en mi dirección ideológica, y desde luego, en mi futuro”. (23)

(22) José Santos Valdés Educador y Luchador Social


Obras escogidas, Tomo 1
SEPC 1999
Coordinación De la Edición: Jorge Peart Mijangos
Colaboración Especial: Ma. De la Luz Tello
Ma. Eugenia Galindo
Silvia de Loera
Ma. Inés Uribe
Pag. 84,85

(23) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo I, el Movimiento Sindical Magisterial Mexicano
Pag. 216
Con su familia casi completa (FJSV)
Con sus primeros tres hijos (RT) (Su hijo José Santos murió a los 5 años de edad)

Esta rica experiencia de Tamatán se la llevó a la Escuela Central Agrícola de Santa Lucía
(Hoy Guadalupe Aguilera, Dgo.) a donde llegó en septiembre de 1934. A partir de enero de
1935, asciende a la categoría de Jefe de Enseñanza de Materias Pedagógicas de Enseñanza
Normal y con este carácter asume interinamente la dirección de la escuela que, por órdenes
de la SEP, le toca transformar de Central Agrícola a Escuela Regional Campesina. Es en
este período cuando escribió su folleto: Motivos Socialistas de la Educación en plena
época de aplicación de la Educación Socialista elevada a Ley a principios del sexenio
cardenista. En mayo de 1935 los cristeros de Durango se levantan en armas y durante las
negociaciones para su pacificación, exigen la salida del director de la Escuela Regional
Campesina de Santa Lucía, Dgo., fue así como la SEP lo comisionó como Jefe de la Misión
Cultural No. 18 en el Estado de Querétaro.

“Sufrí tres agresiones de marcado sello político. La última por haberme hecho oír en una
asamblea campesina, en el entonces viejo teatro de Ciudad Victoria, al explicar a los
asistentes el profundo contenido de clase que tenía la entonces llamada escuela socialista.
Preferí poner tierra de por medio y la SEP aceptó enviarme a la Escuela Central Agrícola de
Durango”. (24)
“Me fui como maestro de planta de Aguilera, que era Central Agrícola, en septiembre de
1934, y en diciembre del mismo año, el señor ingeniero Molina, —que era el director— se
fue y la Secretaría me encargó la dirección de la escuela y además me nombró Jefe de
Enseñanza Normal, y con ese carácter me ordenó convertir a la Central Agrícola en
Regional Campesina […]… entonces se levantaron en armas los cristeros, me cogieron
como blanco de ataque y cuando se pacificaron exigieron, para tal pacificación, que yo
saliera de allí, porque era comunista y había hecho la celebración del primero de mayo, por
primera vez en la escuela. La Secretaría me ‘doró la píldora’ y me ascendió como Jefe de
Misión Cultural…” (25)

Laboró en el Estado de Querétaro del 1º de agosto de 1935 a enero de 1936. En febrero, la


Misión Cultural No.18 fue movilizada al Estado de Veracruz, trabajando en las localidades
de Villa Azueta y Acayucan, de donde pasó a Tabasco el 1 de julio de ese mismo año. Fue
tan efectivo el trabajo social que realizaron en Tabasco y tan fuerte la exigencia de reparto
de tierras para los campesinos, que el 9 de septiembre de 1936 fue expulsado del Estado
por vía aérea en compañía del Profr. Claudio Cortés, que tiempo después fuera Director
General de Educación Primaria en los Estados y Territorios del País. Se mantuvo en la Cd.
de México “a disposición” de la SEP hasta febrero de 1937. En el año de 1936 publicó en la
Revista Izquierdas su cuento El Holgazán.

“El 1 de julio de 1936 pisamos tierra tabasqueña, y el trabajo de la 18 fue tan eficaz
socialmente que un político de lo peor que en mi vida he conocido (Fernández Manero) me
expulsó del Estado en compañía de Claudio Cortés, por la vía aérea”. (*)

(24) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo V, 50 años de Misiones Culturales
Pag. 198
(*) Ibid. Pag 199

(25) José Santos Valdés Educador y Luchador Social


Obras escogidas, Tomo 1
SEPC 1999
Coordinación De la Edición: Jorge Peart Mijangos
Colaboración Especial: Ma. De la Luz Tello
Ma. Eugenia Galindo
Silvia de Loera
Ma. Inés Uribe
Pag. 86
J. Santos Valdés (RT) Con Don Pedro (su padre) (LV)

“Cuando terminé mis estudios de Profesor Normalista en la Escuela Normal de Coahuila


(en junio de 1926), la ignorancia mía sobre el Sistema Educativo Nacional era espléndida:
no sabía que la Escuela Rural, la Escuela Normal Rural y la Misión Cultural Rural, eran los
tres pilares de nuestra Educación Rural, educación por la que —desde entonces— contamos
educativamente en el mundo.”(26)

“Ya no eran solamente apóstoles los misioneros, eran y el calificativo era justo: agitadores,
porque además de mejorar profesionalmente a los maestros y de servir a las comunidades,
‘nos iban abriendo los ojos’ —como dijo reiteradas veces un campesino— enseñándonos
los derechos y deberes que el hombre de México había alcanzado con la Revolución
Mexicana y la justicia social que la misma encierra, así como las maniobras realizadas para
desviarla… de aquí nació el gran conflicto: Misiones Vs. Caciques regionales.”(27)

“Las Misiones Culturales fueron disueltas en el año de 1938. La razón era sencilla —como
lo veremos después— pues al convertirse en agitadoras de conciencias y organizadoras de
las luchas populares, crearon tal alarma que la presión en su contra no la pudo resistir el
régimen cardenista. Después volverían a organizarse bajo la dirección del ilustre maestro
Guillermo Bonilla y Segura y se convertirían en sedentarias, aumentarían en número, serían
motorizadas algunas de ellas y se las orientaría más que todo al trabajo artesanal”. (28)

(26) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo V, 50 años de Misiones Culturales
Pag. 1978
(27) Ibid. Pag 198
(28) Ibid Pag 199)
Recibió entonces una nueva designación como Jefe de Brigada al frente de 3 Misiones
Culturales y un Instituto de Investigaciones Científicas para operar en la Comarca Lagunera
a partir de enero de 1937, donde denunció los primeros actos de corrupción del Banco de
Crédito Ejidal que él llamó “inocentes raterías” y también denunció la política “torpe”, de
la Dirección Federal de Educación, recién creada con motivo del reparto agrario. Teniendo
estos motivos como fondo, la SEP lo comisionó como director de la Escuela Regional
Campesina de Galeana, N.L., en septiembre de 1937.

Fue en Galeana donde por primera vez puso en práctica su Modelo de Educación
Democrática que concibió a la escuela como una Comunidad Escolar gobernada por un
Consejo Paritario (formado por maestros y alumnos) y regida por un Código Disciplinario
con un tabulador de faltas con valores en puntos, aplicables a todos los miembros de esa
comunidad. La autoridad máxima era la Asamblea de Comunidad Escolar de la que
derivaban diversos comités como el de Honor y justicia, Raciones, Deportes, Biblioteca y
otros. Este modelo fue aplicado con éxito también en Comitancillo, Oax., y en Ayotzinapa,
Gro. Desde Galeana escribe su folleto La Religión y la Escuela Socialista (1938) dirigida a
los maestros rurales de la región.

“Me sacaron de aquí de La laguna, fue una lucha por un lado pintoresca, por el otro lado
marcó la entrada de la corrupción al ejido lagunero, que bajó desde el Banco, el Banco de
Crédito Ejidal. A consecuencia de esa lucha salí y fui a dar a Galeana, Nuevo León, pero
cuando llegué allí ya me habían boletinado y peor aún, amenazado con que no podía entrar
a la escuela. No obstante entré…” (29)

En enero de 1939 se trasladó a la Cd. de México por haber sido designado por sus
compañeros, dirigente del Sindicato Único de Trabajadores de la Enseñanza Superior
Campesina, (SUTESC), que fue el grupo sindical más combativo y revolucionario del
magisterio, formado por los trabajadores de las Misiones Culturales y los maestros de las
Escuelas Regionales Campesinas, grupo en el que había luchado desde 1933 y desde el cual
participó para la fundación del SNTE en 1943. De 1939 a 1940, trabajó también como
catedrático de Civismo en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, Mex., donde
elaboró el programa educativo y el libro de texto para impartir esa materia recién
incorporada al plan de estudios.

(29) Historia de la Educación de México en el siglo XX


contada por sus protagonistas.
Tomo 1, primera edición 1982
Víctor Hugo Bolaños Martínez
Pags. 80, 83
En el año escolar 1941-1942 fue director de la Escuela Normal Rural de Tenería en el
Estado de México, donde aplicó por segunda vez su modelo recién creado de Educación
Democrática, entonces conocido solamente como Reglamento de los 100 puntos, que se
adaptaba perfectamente a la vida escolar de los internados. Fue ahí donde influyó
poderosamente para la estructuración y organización de las Sociedades de Alumnos y de la
Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, FECCSM, que existía desde
1935. En abril de 1943, perseguido por la SEP, pasó como director a la Escuela Normal
Rural de Chicontepec, situada en la Huasteca veracruzana, a esta época corresponde la
publicación de su libro La Batalla por la Cultura (1944), en el cual se expone la imagen
cultural y económica del País y una evaluación crítica de los resultados obtenidos por la
Revolución.

José Santos Valdés Director de la Escuela Normal Rural Con su esposa “Tulita” en Jaumave, Tamps. (LV)
de Xicontepec, Ver., Acompañado de maestros y alumnos.
(RT)

Por discrepancias con Don Alfonso Caso, pidió a Don Jaime Torres Bodet lo regresara a
Misiones Culturales donde fue ascendido a la categoría de Inspector, llegando a ocupar en
1945 la plaza que dejó Don Rafael Ramírez al jubilarse.
En 1946 publicó su libro Democracia y Disciplina Escolar

En marzo de 1948 recuperó su escalafón de Educación Normal al ser designado como


director de la Escuela Normal Rural de San Marcos, Zac., donde permaneció por 7 años y
aplicó por tercera vez la forma más perfeccionada del Modelo de Educación Democrática
para el internado, llegando a formar varias generaciones de seguidores y discípulos que
irradiaron su práctica a todas las Escuelas Normales Rurales y su mística a todo el Sistema
Educativo Nacional. En esta escuela escribe su folleto: Meditaciones sobre el Artículo
Tercero Constitucional (1952)

En San Marcos, Zac., recorría a caballo las comunidades donde


tenía alumnos practicando en las Escuelas Primarias Rurales. (RT) Con Lucrecia y Sergio (LV)

En 1955 fue director de la Escuela Normal Rural del Mexe, Hgo., y en ese mismo año se
desempeñó como visitador del Sistema de Enseñanza Agrícola de la SEP hasta 1958, en
estos años publicó en la Revista Provincia de Saltillo, Coah., sus cuentos El Alfabetizado
(1956) y El Fugitivo (1958). Fue también director de la Escuela Normal Urbana y
Preparatoria de Cd. Victoria, Tamps., de 1959 a 1960.

En el mes de julio de 1960, la SEP lo asciende al puesto de Inspector de Enseñanza Normal


que desempeñó por 5 años. Durante este lapso escribe sus libros: Participación de los
Maestros Mexicanos en la Revolución de 1910, (1960) y Amelia: maestra de primer año
publicado por la SEP en 1965.

Se retiró por jubilación en noviembre de 1965, pero en marzo de 1967, por acuerdo
presidencial, fue llamado nuevamente por la SEP para comisionarlo como Supervisor
Especial de Enseñanza Normal en todo el País, puesto que desempeñó hasta 1970.
En este período publica sus libros: Interpretación de los Programas para la Escuela
Primaria (1967), La Enseñanza de la Lectura y la Escritura (1967), Educación
Democrática (1968), Madera (1968), Reprobación y Deserción Escolar (1969)
Federico Berrueto, apuntes para una biografía (1969) y su Autobiografía: información
para el periodista Mario Gil (1970), redactada en la Escuela Normal Rural de Saucillo,
Chih.

Portada de sus Obras Completas (VRQ) Busto en el Instituto de Estudios Superiores de Educación
Normal en Lerdo, Dgo. (VRQ)

En 1971 se retira definitivamente del servicio activo dedicándose por entero a escribir en su
casita de la calle Rayón Poniente No. 143 de Cd. Lerdo, Dgo., rodeado por el calor de su
familia que tantas veces extrañó su presencia.

Su domicilio particular (VRQ) Con Lucrecia (LV)


IV.- líder Sindical

Fue en Sonora en 1929 cuando se ligó por primera vez a las luchas sindicales de los
maestros, en ese tiempo los movimientos sindicales de trabajadores eran cromianos, no
escapando de ello las primeras organizaciones sindicales de los maestros, se luchaba por
mejorar los sueldos que en promedio andaban en los $60.00 pesos mensuales, pero había de
$30.00 y hasta de $10.00 pesos mensuales a quienes no tenían estudios normalistas que
eran la mayoría. Los titulados que eran los menos, podían ganar hasta $200.00 en puestos
de dirección o de supervisión. Pero también se luchaba por obtener algunas prestaciones
entre ellas la más elemental: la del servicio médico.

“Ni a mí se me ocurrió, ni nadie me lo hizo ver, que la unidad del gremio para la defensa de
nuestros intereses de servidores de la educación, era necesario. Nos reuníamos una vez al
mes para ver clases modelo, para escuchar disertaciones y polémicas pedagógicas, para oír
música, poesías y canto, pero de lo que ahora llamamos derechos laborales, ni una
palabra… Por principio, era verdad que nosotros éramos científicos, intelectuales,
forjadores de almas, constructores de la grandeza de la Patria, etc. Nada teníamos que
hacer que se pareciera a lo que ya andaban haciendo por acá algunos “revoltosos” que
hablaban de uniones y sindicatos; intentarlo, siquiera decirlo, era oprobioso para un maestro
que se respetara. Nosotros teníamos nuestro lugar y nuestra propia, muy propia dignidad…
Con esa mentalidad salí de la Escuela Normal […]… la vida me empezó a enseñar lo que
significa el pago retrasado de sueldos y el verse forzado a vender los recibos a los
agiotistas […]… aprendí lo que significa la inseguridad en el empleo […]… la estabilidad
del trabajo en el mismo lugar […]... Por eso un día en Hermosillo, (fue tal vez en 1929)
asistí alborozado a una reunión de maestros donde se planteó la unidad de los maestros no
sólo para fines de carácter profesional, sino para la defensa de los derechos que como
humanos y trabajadores teníamos”. (30)

El segundo contacto con la lucha sindical magisterial fue en Tamaulipas donde conoció de
cerca a los maestros misioneros que habían formado ya una alianza para la defensa de sus
intereses y supo del esfuerzo nacional que se hacía para formar un solo frente único de
trabajadores de la educación, fue así como apareció la CMM Confederación Mexicana de
Maestros “de claros tintes oficialistas”.

“La dirección comunista del Movimiento Magisterial creó —frente a la CMM— un


organismo nacional: El Frente Único de Trabajadores de la Enseñanza (FUNTE), del que
formé parte en la base. Entre los acelerados —como se dice hoy— del anarcosindicalismo y
los moderados de la dirección lombardista a la que se alió el Vilchismo, los del FUNTE
trabajábamos intensamente por hacer conciencia entre el magisterio de que debería
reconocer su condición de trabajador.”(31)

(30) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo I, El Movimiento Sindical Magisterial Mexicano
Pag. 214
(31) Ibid. Pag. 218
El FUNTE se transformó en la Confederación Nacional de Trabajadores de la Enseñanza
(CNTE) que agrupaba maestros federales estatales y municipales con dirección del PCM y
relaciones con la Internacional de Trabajadores de la Enseñanza (ITE).

“En diciembre de 1935 y enero de 1936, nos reunimos como todos los años la totalidad de
los maestros misioneros en la ciudad de México. Respondiendo a una campaña bien
planeada y realizada, los maestros de las Escuelas Regionales Campesinas, enviaron sus
delegaciones a la misma ciudad y después de una serie de reuniones previas, se realizó un
congreso cuyo fruto fue el Sindicato Único de Trabajadores de la Enseñanza Superior
Campesina SUTESC, que agrupó a todos los trabajadores misioneros y a los de las ERC de
todo el País. Fue el primer sindicato vertical que hubo en la SEP y en él había médicos,
agrónomos, profesores normalistas, enfermeras, cocineras, lavanderas, galopinas,
carpinteros, músicos, albañiles, mecánicos, panaderos, peritos agrícolas, y peones de
campo. Era el magisterio de base mejor pagado por la SEP, el más combativo y calificado
dentro de la Educación Rural. En lo nacional el SUTESC nació bajo las banderas de la
CNTE y de la ITE en lo internacional”. (32)

En un nuevo esfuerzo por lograr la Unidad Nacional del magisterio, en febrero de 1937 se
convocó a un nuevo Congreso que tuvo como sede el Teatro de la República en la ciudad
de Querétaro en el cual nació la Federación Mexicana de Trabajadores de la Enseñanza
FMTE que organizó los Estados por Secciones Sindicales y las Zonas Escolares y algunos
Centros de Trabajo importantes por Delegaciones Sindicales.

En enero de 1939 la FMTE se convirtió en el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza


de la República Mexicana STERM adherido a la CTM, que emprendió en todo el País una
campaña por la Federalización de la Educación Pública, el Profr. José Santos Valdés fue
electo dirigente nacional del SUTESC que se transformó en una rama sindical del STERM,
cargo que desempeñó en la ciudad de México representando a su vez al STERM en el seno
de la Junta Arbitral de la SEP, creada por el Estatuto Jurídico. En ese mismo año el
STERM se dividió en tres corrientes: los anticomunistas, los lombardistas y los comunistas
que se enfrascaron en nuevas luchas por el control de la clientela magisterial. El gobierno
cardenista finalizó y abrió una nueva etapa del acontecer nacional con el Gobierno de
Manuel Ávila Camacho.

(32) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo I, El Movimiento Sindical Magisterial Mexicano
Pag. 221
“Barrios y su grupo suntista (Roberto Barrios), se aliaron a Véjar Vásquez y desataron una
cacería de brujas. Los miembros del PC y los que sin serlo tuvieron el valor de no
someterse a las órdenes contrarrevolucionarias de OVV y del general, licenciado y profesor
Roberto T. Bonilla, fueron cesados, perseguidos, encarcelados, movilizados y suspendidos.
Fui a dar a Chicontepec, Veracruz (1943). Me levantaron falsas responsabilidades,
suspendieron el pago de mis sueldos, quemaron los ejemplares de mi libro: Civismo que
había en la SEP… lo mismo hicieron con miles de militantes del sindicalismo
revolucionario. Como nunca hubo persecución y espionaje, la SEP se llenó de malos
militares y peores policías. Espías por todos lados, y brigadas de maestros comprados con
chambas y dádivas, proporcionaban el material calumnioso en el que se apoyaban sus
actores represivos. De esa pandilla de miserables sólo recuerdo a un hombre con humana
decencia: Plácido Ramón, que defendió a Luis Figueroa, que defendió a muchos otros
militantes revolucionarios arrancándolos de las garras de los verdugos.”(33)

Llegó como Secretario de Educación un gran mexicano: Jaime Torres Bodet. El cambio en
la SEP permitió que en la ciudad de México tuviera lugar en diciembre de 1943, un
auténtico congreso de unidad magisterial cuyo resultado fue la creación de la nueva central
de los educadores mexicanos: Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación SNTE,
que es el actual […]… al parecer cesaron las luchas intergremiales, pero no fue así: los
viejos líderes en las regiones y en los Estados se combatían ferozmente. Esa división
originó —como fruto de muy diversas circunstancias que se conjugaron— la muerte del
sindicalismo revolucionario […] A fines de 1947 me reincorporé a las escuelas Normales
Rurales ―me había refugiado en 1944 en Misiones Culturales, huyendo de don Alfonso
Caso y de Eliseo Bandala― y me enviaron a San Marcos, Zacatecas. Formé parte del
Partido Obrero Campesino. Poco a poco dejé que me absorbiera total, y completamente, el
trabajo educativo y acabé convertido en lo que todavía soy: francotirador. Nunca más volví
a participar en las luchas sindicales del magisterio.”(34)

(33) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo I, El Movimiento Sindical Magisterial Mexicano
Pag. 226

(34) Ibid. Pag. 227


“Fue el alemanismo el que más contribuyó a trastocar la personalidad del magisterio
mexicano, el que más lo empujó por el camino de la irresponsabilidad. El alemanismo es a
mi modo de ver, una de las fuerzas que más han contribuido a corromper la moral de los
mexicanos […]… fue así como en ese tiempo la SEP se convirtió en corruptora del
magisterio nacional […]… como nunca los líderes magisteriales se volvieron ladrones,
muchos de ellos ostentan desvergonzadamente palacetes y un tren de vida que sólo pueden
mantener cuando se poseen millones de pesos. Alguna vez en pleno poder alemanista,
llevamos a la Procuraduría General de la República las pruebas documentales de los robos
cometidos por el Sindicato Magisterial. Pedimos el enjuiciamiento de los culpables; pero de
la propia Presidencia de la República, los consejeros jurídicos encontraron la manera de
que, gracias a su intervención jurídica, la ley nada tenía que hacer para garantizar los
intereses de los maestros mexicanos en cuanto Organización Sindical”. (35)

“Elementos Descalificados que, de repente y —sin que nadie sepa cómo le hicieron—,
aparecen haciendo ostentación de nuevos nombramientos que les significan mejoría en sus
circunstancias familiares o de sus sueldos o de sus condiciones anteriores de trabajo. Eso
ha pasado siempre, dirán por ahí. Sí, es verdad, siempre, en todos los países del mundo y en
todos los tiempos, los malvados consiguen, a veces, ganarles la pelea a los bien
intencionados. Pero entre nuestro magisterio aterra esto no sólo por la frecuencia, sino por
la variedad de los campos en los cuales el fenómeno se produce. La SEP le echa la culpa al
sindicato; el sindicato a su vez inculpa a la SEP y en este arrojarse la pelota de unas manos
a otras, nadie sabe dónde quedó la bolita”. (36)

(35) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo XI, El Enredo
Pag. 114

(36) Ibid. Pag. 31


V.- Aportaciones Pedagógicas

El maestro en el aula (FJSV)

El Profr. José Santos Valdés García de León, fue una figura de primerísima importancia en
la vida educativa nacional de su tiempo, un educador que aportó un modelo de educación
democrática aplicado con éxito en las Escuelas Regionales Campesinas y Normales Rurales
del País, un maestro rural que enseñó a sus alumnos con el ejemplo, convencido de que “lo
que educa no es lo que se dice, sino lo que se hace”.

La teoría de este modelo de organización de la autoridad escolar, está expuesto


puntualmente en su libro Democracia y Disciplina Escolar en el tomo I de sus obras
completas editado por la Escuela Normal Experimental de Nieves, Zac., en el año de 2006.
Aunque el modelo fue pensado y aplicado con éxito en las Escuelas Regionales
Campesinas y Normales Rurales donde existió un internado y una verdadera comunidad
escolar; esto no quiere decir que en la actualidad el modelo se encuentre obsoleto, pues la
Escuela Normal Experimental de Nieves, Zac., cuyos alumnos externos lo ha aplicado con
éxito desde su fundación y ello la ha revestido de una característica de singularidad difícil
de encontrar en cualquiera otra institución educativa. Esto no sólo se debe a la aplicación
del modelo democrático de organización de la autoridad y la disciplina escolar, sino
también de la filosofía de trabajo que el Profr. José Santos Valdés profesó diciendo que “el
verdadero educador del hombre es el trabajo”.
“… con la experiencia de Tamatán, —de los vislumbres de organización democrática que
tuvo la vida escolar allí los últimos meses que estuve— y con la experiencia de las
Misiones Culturales —ya en la práctica de la autoridad organizada democráticamente—,
pensé en el tipo de organización que debería regir en la escuela por lo que formulamos un
código disciplinario en que participaron Rafael García Livas que ahora es doctor en
Pedagogía; también la experiencia de Galeana fue muy profunda, para mí, en lo personal,
porque ya una vez concebida e integrada la comunidad escolar; desarrollé lo que ahí viene
en el texto: la teoría de la autoridad organizada. De acuerdo con la Secretaría de Educación
Pública, yo era responsable como director de la escuela, de su administración, de la vida de
los alumnos, de la conducta, etc., pero ningún director por inteligente que sea, puede tener
éxito en el trabajo, y alcanzar los objetivos que se propone, sí no cuenta con la confianza de
los alumnos y la colaboración de los maestros. Allí nació algo que había sido apuntado ya
en otras escuelas: la creación de los comités. Había comités de honor y justicia, comités de
deportes, comités de bibliotecas y de alimentación. Estos estaban normalmente formados
por dos alumnos y un asesor, electos en asamblea general y había un reglamento que regía
la vida de la escuela para el funcionamiento de la autoridad.” ( 37)

Otra aportación no menos importante es la que se refiere a sus procedimientos


recomendados para el logro de la rapidez, la calidad y la comprensión en la lectura en todos
los grados escolares que fueron expuestos en su libro La Enseñanza de la lectura y la
Escritura que estuvieron mucho tiempo de moda en las escuelas primarias.

“Comencé a experimentar sobre este problema desde hace muchos años, más de treinta.
Pero convertí en sistemático y científico mi trabajo, sobre el particular desde 1943. Razón
por la que, todo lo que aquí va a leer, no es sólo copia de libros, sino producto de la
experiencia. Me sirvieron —fundamentalmente— de guía dos textos: La Enseñanza de la
Lectura, del ilustre desaparecido maestro Don Rafael Ramírez y la Psicología de las
materias de Enseñanza, del estadounidense del norte Homer B. Reed.”(38)

(37) José Santos Valdés Educador y Luchador Social


Obras escogidas, Tomo 1
SEPC 1999
Coordinación De la Edición: Jorge Peart Mijangos
Colaboración Especial: Ma. De la Luz Tello
Ma. Eugenia Galindo
Silvia de Loera
Ma. Inés Uribe
Pag. 87

(38) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo V, La Enseñanza de la Lectura y la Escritura”
Pag. 25
“Así tenemos que hay una:
a) Lectura de auditorio (oral)
b) Lectura rápida o de ojeada. (silenciosa)
c) Lectura de estudio (silenciosa)
d) Lectura recreativa (silenciosa)
Hay una técnica a emplear en cada uno de estos tipos de lectura y si pasamos de largo es
porque —este trabajo— se propone centrar su contenido en conseguir que usted amigo
Maestro, contemple la necesidad de empeñarse en conseguir que los chicos de su grado,
dominen la lectura desde el triple punto de vista de la rapidez, la comprensión y la calidad”.
(39)

Con respecto a la enseñanza de la escritura, baste decir que en los 7 años que estuvo como
director de la Escuela Normal Rural de San Marcos, Zac., logró establecer como modelo de
enseñanza de la escritura, la llamada letra palmer que fue orgullo de todos los egresados
de esa escuela aun mucho tiempo después de que el maestro estuvo allí.

José Santos Valdés 1954 (FJSV) Jubilado (PV)

(39) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo V, La Enseñanza de la Lectura y la Escritura”
Pag. 21
“La misma historia de la escritura nos dice que primero se escribió dibujando, pero que
ahora se escribe con símbolos. Luego ya no podemos darle a la escritura el tratamiento que
se da al dibujo. Se puede dibujar una casa principiando por el techo o por el trazo de una
puerta o de una ventana. El problema es reproducir una forma. No importa cómo se haya
conseguido. En la Escritura, la historia de esta habilidad cultural, nos dice que vamos a
reproducir una forma, sí, pero esa forma tiene que reproducirse con un movimiento dado,
con un movimiento peculiar, propio, que no puede cambiarse. Por esta razón un Maestro
Primario y ESPECIALMENTE el de primer grado, debe entender que escribir y dibujar son
dos habilidades y capacidades distintas; que teniendo un arranque común, se diferencian
profundamente en el momento de la realización. Dibujar es reproducir una forma; escribir
es reproducir una forma pero por medio de un movimiento propio, característico de esa
forma […]… Es necesario poner las muestras en el pizarrón —en presencia de los
alumnos— y hacerlo varias veces para que visualicen formas y movimientos que las
producen. después es necesario ponerle a cada niño una muestra o patrón igual al pizarrón y
ponerle esa muestra en su presencia. Dirá que es muy tardado. Sí, pero usted no tiene
ninguna prisa. Ésta, es una obligación profesional surgida o nacida de una técnica que se
tiene que aplicar si se quiere que, de verdad, los niños aprendan a escribir como lo deben
hacer: escribiendo, pero escribiendo algo que vieron escribir.” (40)

En su libro Amelia: Maestra de primer año, el maestro Santos Valdés no pierde la


oportunidad para recalcar su técnica para la enseñanza de la lectura y escritura pero también
de la aritmética y la geometría; fue un libro editado por la SEP para miles de maestros
mexicanos en servicio a quienes tal vez haya alcanzado su influencia.

Su aportación pedagógica no se limita sólo a su modelo de organización escolar


democrática o a sus procedimientos y técnicas para la enseñanza de la lectura, la escritura,
la aritmética y la geometría o, a sus sencillos Cuatro pasos para la enseñanza de la
Ortografía, sino a su concepción total de la docencia, a su filosofía de la vida y a su amor
por los niños, por los jóvenes y por su pueblo, por los campesinos explotados y por los
obreros irredentos para quienes la educación es apenas una luz de esperanza.

(40) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo V, La Enseñanza de la Lectura y la Escritura”
Pag. 123,125

“El maestro mexicano es muy a pesar de todo lo que se diga en contrario, una de las
reservas mejores con que la Patria cuenta. El clima de ahora no le es propicio. La
corrupción sembrada por los falsos revolucionarios y que han nacido en las más altas
cumbres del poder, ha alcanzado a los campesinos, a los obreros, a los comerciantes, a los
burócratas y, no podían escapar de ella tampoco los maestros. Pero a pesar de ello —y lo
demuestran— cada vez que tienen enfrente a un hombre limpio, leal a la causa de la
educación, los maestros mexicanos reaccionan de manera positiva, vuelve a surgir de nuevo
el maestro enamorado de su trabajo, el maestro con sentido creador, el maestro que pone
encima de sus problemas personales, el porvenir de la niñez y de la juventud. Lo hemos
comprobado en estos últimos años. Ha sido para nosotros una estimulante inyección de
vida, la comprobación de que la inmensa mayoría del magisterio conserva intactas sus
cualidades morales y ello ha mantenido nuestra fe en el hombre y, por lo mismo, la
redoblada esperanza de que un día, México volverá a surgir como auténtico campeón de la
educación del hombre”. (41)

Dando una conferencia (FJSV) Bailando con su hija Lucrecia (LV)

(41) Obras completas del Profr. José Santos Valdés


En el centenario de su natalicio 1905-2005
Tomo XI, El Enredo
Pag. 16
VI.- Escritor y periodista

Busto en la Plazuela Juárez de Cd. Lerdo, Dgo. (VRQ)

Tomados textualmente de su ficha Biobibliográfica fechada en Lerdo, Dgo., en marzo de


1974. Se enumeran a continuación los periódicos y revistas en los cuales colaboró durante
el transcurso de su vida:

1.- Revista Partenón, del grupo de primer año de la Escuela Normal de Coahuila …. 1921
2.- Revista Pallas Atenea de la Sociedad de Alumnos de la Normal (Fue director)….
3.- Revista Juventud de Navojoa, Sonora (Fue fundador)……………………………. 1926
4.- Revista Ariel de Hermosillo, Sonora (Fue uno de los fundadores)..……………… 1927
5.- Periódico Quincenal Escolar Rutas Nuevas de Nogales, Sonora (fundador)…….. 1931
6.- Diversos periódicos y revistas de Sonora, Sinaloa y Tamaulipas.(colaborador) 926-34
7.- Revista Educación, Revista El Maestro Rural ……………….. (colaborador)
8.- Revista Tesis, Revista Todo…………………………………… (colaborador)
9.-Revista Siempre……………………………………………….. (colaborador) 1958-68
10.- Diario La Opinión y El Siglo de Torreón, Coah…. (colaborador por un año)
11.- Diario del Aire de la XEQ………………… (colaborador por varios años)
12.- Diario El Porvenir de Monterrey…………… (Editorialista por varios años)
13.- Cadena de periódicos El Mundo de Tampico y El Heraldo de San Luis Potosí,
Aguascalientes, Zacatecas, Irapuato y León, Gto. (colaborador por 18 años)
14.- Diario La Voz de Michoacán……………. (colaborador por mas de 20 años)
15.- Diario El Día de México, D.F………………….. (colaborador desde 1962)

Los libros y folletos que escribió en el transcurso de su vida profesional fueron


mencionados en el capítulo II referido a su historia laboral y son los siguientes:

LIBROS:

1.- Civismo. Primera edición 1940. Segunda edición. 1946


2.- La Batalla por la Cultura. 1944
3.- Democracia y Disciplina Escolar 1947
4.- La Enseñanza de la Lectura y de la Escritura. 1967
5.- Madera. 1968
6.- Federico Berrueto Ramón, apuntes para una biografía. 1968

FOLLETOS:

1.- La Religión y la Escuela Socialista. 1938


2.- La Escuela Regional Campesina y sus problemas. 1940
3.- Meditaciones sobre el Artículo Tercero Constitucional. 1952
4.- La participación de los Maestros Mexicanos en la Revolución de 1910. 1961
5.- Interpretación de los nuevos Programas de Educación Primaria. 1963
6.- Amelia: Maestra de primer año. 1965

CUENTOS:

1.- El Holgazán. 1936


2.- El Alfabetizado 1956
3.- El Fugitivo 1958

ENSAYOS:

1.- La Escuela Rural Mexicana. 1968


2.- La Educación Democrática, problema de nuestros días. 1968

TRADUCCIONES DEL INGLÉS:

1.- Cómo aprendieron a correr los automóviles. M.Illin y E. Segal. 1946


2.- Una Sortija y un Enigma. M. Illín E. Segal 1946

APENDICES:

1.- Historia de la Pedagogía. Messer. Edición Mexicana. 1946


2.- El Gran Plan. M. Illín 1946
Con Victor Hugo Bolaños (RT)

Ya jubilado y dedicado en su casa a la entera tarea de escribir, fue publicando los siguientes
libros y ensayos:

1.- La Reforma Educativa…………………………………………….. 1971


2.- Matamoros, Ciudad Lagunera…………………………………….. 1973
3.- 50 Años de Misiones Culturales en México...……………………. 1973
4.- El Movimiento Sindical Magisterial Mexicano…………………… 1975
5.- Perspectivas de la Educación Normal…………………………….. 1977
6.- Biografía del maestro Melquiades Campos Esquivel…………….. 1978
7.- La Supervisión Escolar…………………………………………… 1979
8.- Francisco Zarco Mateos………………………………………….. 1979
9.- Dos hombres del pueblo………………………………………….. 1979
10.- Cuatro Monografías: Mapimí, Lerdo,
Gómez Palacio y Tlahualilo…………………………………….. 1980
11.- Valentín Gómez Farías Padre de la Reforma
y Padre de la República……………………………………..….. 1981
12.- Humberto Gómez Martínez………………………………...…… 1982
En este año de 1982, los exalumnos de San Marcos, Zac., se dieron a la tarea de Publicar
sus obras completas iniciando entonces con el primer tomo, en 1983 publicaron el segundo
tomo; hasta 1989 editaron los tomos 3 y 4 y en 1992 editaron el tomo 5. Ya para entonces,
el Profr. José Santos Valdés había dejado de existir, pues murió el 5 de agosto de 1990 en la
ciudad de Gómez Palacio, Dgo. El Gobierno de Durango publicó en 1991 una colección de
versos en poder de la familia que fue bautizado como Versos Trashumantes, por haber sido
escritos en diferentes lugares y fechas a lo largo de su peregrinar por todo el Territorio
Nacional. En el mes de diciembre del 2005, fue publicada una segunda edición en once
tomos de sus obras ahora más completas, en el marco de conmemoraciones del Primer
Centenario de su Natalicio organizadas también por sus discípulos y seguidores. Esta
edición se debió casi exclusivamente a la decisión y el empuje del Profr. Ruperto Ortiz
Gámez, actual director y fundador de la Escuela Normal Experimental de Nieves, Zac.,
considerada por la UNESCO como una Institución Educativa ejemplar. Dicho maestro es
tal vez entre sus discípulos el que más ha apegado su trabajo a los principios y las
enseñanzas del Profr. Santos Valdés y por ello ha logrado trascender en su obra
institucional. En la nueva colección de obras completas se incluyó con permiso de sus
familiares El Enredo, libro supercrítico escrito, en 1958 y que no fue publicado en su
momento por consejo de sus más cercanos amigos que temían una mayor persecución
contra su persona. También fueron incluidos sus Versos Trashumantes y un documento
inédito de Recuerdos Dispersos.

Su labor como escritor y periodista es gigantesca, pues dejó un legado de libros, ensayos,
folletos y artículos que enriquecen el saber de los maestros de nuestro tiempo y dejan
constancia de su conducta valerosa, siempre intachable y siempre puesta al servicio de los
niños, de los jóvenes y de su pueblo.

Con su discípulo Demetrio Rodríguez y sus hijos (RT)


VII.- Testimonios.

Profr. Ruperto Ortiz Gámez

El Profr. José Santos Valdés es uno de los grandes maestros mexicanos del siglo
XX.
Nuestro original sistema de educación rural de las décadas de los veintes y los
treintas de ese siglo, fue lo que nos dio prestigio en el mundo. Las instituciones que
formaron ese sistema de educación rural fueron: la Escuela Rural, la Misión Cultural y la
Escuela Normal Rural.

La figura señera en la estructuración de la teoría y la práctica de la educación rural,


lo dijo el propio Profr. José Santos Valdés, fue don Rafael Ramírez. Pero en esa hazaña
que fue la educación rural, el Profr. José Santos Valdés jugó importantísimo papel. Formó
parte de esa pléyade de maestros mexicanos que hicieron posible, junto con el pueblo, la
creación de esa pedagogía auténticamente mexicana. Particularmente dejó huella indeleble
en las Misiones Culturales y en las Escuelas Normales Rurales.

El mejor ensayo de educación democrática fue el que hizo en San Marcos, Zac.,
durante los 7 años que la dirigió. La educación democrática como la entendió el Profr.
Valdés, es mucho más de lo que hoy sólo en teoría son las escuelas de calidad. Con
claridad, sencillez y precisión, señaló las características que debería tener una escuela
democrática. Entre otras cosas, dijo: “Una educación democrática no podrá realizarse
jamás con independencia del trabajo” (con las manos)... “Una escuela democrática tiene
que dar a sus alumnos el conocimiento más amplio del pasado histórico de su pueblo”...
“Una educación democrática no puede realizarse con independencia del pueblo.”
Una de sus grandes virtudes fue la de haber sido congruente, en grado muy elevado,
entre el pensar, el decir y el hacer. Uno de sus mejores discípulos, el Profr. Misael Macías
Velázquez, dijo: el Profr. Valdés, “dice lo que piensa y hace lo que dice.” Fue un educador
que educó con su propio ejemplo.

No sólo fue un educador, también fue un maestro del periodismo. Desde las páginas
de periódicos y revistas, con su pluma, defendió las mejores causas del pueblo: la libertad,
la justicia, la igualdad, la democracia, la independencia económica y política del país, la
soberanía nacional, la justicia social, la no intervención y autodeterminación de los pueblos,
la reforma agraria, la organización sindical, la educación pública, la paz, etc. Y sin
contemplaciones fustigó a los hambreadores del pueblo, a los vendepatrias, a los políticos
demagogos, a los simuladores, a los pillos, a los traficantes, a los prevaricadores, a los
ganapanes, a los “villanos de la pedagogía”.

Además de educador y periodista, fue escritor y poeta. Escribió cuarenta títulos


entre libros, folletos y ensayos. Los 11 tomos recientemente publicados suman 3,300
páginas, y hay material disperso (artículos periodísticos) para dos o tres tomos más .

En fin, don José Santos Valdés fue un extraordinario maestro, un periodista valiente,
un luchador social, un prolífico escritor y poeta, un ciudadano ejemplar, pero, ante todo, fue
un Hombre, así con mayúscula.

“Murió pobre, como debe morir un hombre que como él, fue un profesor salido del
pueblo”. “Murió envuelto en el manto sagrado de la pobreza”.

Profr. Ruperto Ortiz Gámez


Director de la Escuela Normal Experimental
De Nieves, Zac.
Profr. Antonio Valtierra Limones

La obra del maestro JOSE SANTOS VALDÉS, fue y es muy conocida en el ámbito
magisterial y social, porque muchos docentes hemos leído sus escritos completos y nos
hemos dado a la tarea de aplicar sus teorías y experiencias con magníficos resultados; pero
también su pensamiento y su obra ha sido valorada en el campo social, particularmente en
la clase campesina y obrera quienes recibieron, no únicamente la orientación y el
asesoramiento, sino también el apoyo y la gestoría a sus problemas en los diferentes lugares
donde tenía presencia Don JOSE SANTOS VALDÉS.

En el presente testimonio quiero resaltar un hecho que creo no se ha mencionado, o al


menos, no lo he leído o escuchado en platicas, conferencias o ensayos biográficos. En sus
múltiples y arduas actividades docentes de escritor, conferencista y de funcionario de la
Secretaría de Educación Pública, abrió un espacio importante para convivir con los que
fuimos sus alumnos; nos deleitamos y aprendimos con sus clases de Lógica, Ciencias de la
Educación, Sociología, Psicología, etc., pues era una persona muy culta y con gran
habilidad metodológica para exponer, esto originó nuestra admiración y respeto e
indiscutiblemente de un fuerte impacto en la personalidad de sus alumnos, a tal grado que
su influencia de educador, propició que algunos de sus discípulos imitaran su estilo de la
docencia y hasta las gesticulaciones y ademanes del maestro JOSE SANTOS VALDÉS,
cuando él exponía pláticas o daba clases en el aula.
Fue inmenso su cariño por la juventud normalista rural, se preocupó mucho por su
preparación en las aulas y la formación conductual, tal situación condujo a que con mucha
frecuencia procuraba dar seguimiento al desempeño de los jóvenes profesores mediante
visitas a sus centros de trabajo o por correspondencia o también con frecuencia los maestros
rurales en funciones, recurrimos a sus consejos y asesoramiento en cuestiones docentes o
para enfrentar algún problema de carácter social y cuando él consideraba importante que la
sociedad conociera la acción u obra del maestro rural, la mencionaba en sus clases o en
conferencias y hasta llegaba a publicarlo en los diarios en el que él escribía.

Su don de gente, el carácter de educador humanista, la misión ética y ejemplar de


periodista que ejerció toda la vida y su amplia y sólida cultura, aunados a la tenaz y
permanente actividad de luchador social, son fundamentos bien cimentados para
denominarlo con toda justicia ¡ MAESTRO !

Profr. Antonio Valtierra Limones.


Subdirector de la Oficina Regional de
Servicios Educativos de Francisco I. Madero, Coah.
Profra. Lucrecia Valdés González (hija)

“Mi papá le mandó a mi abuelita un dinero para que compraran una huerta en Lerdo y ahí
vivimos un tiempo, ellos, —mis abuelitos— en una esquina y nosotros en la otra esquina,
era un terreno muy grande, equivalente a una manzana, pero empezamos a tener muchos
problemas, porque la gente se brincaba por la barda para robarse la fruta. Entonces mi
padre decidió que se comprara un tercio de manzana que se encontraba en venta por López
Rayón, frente a la plazuela Juárez y este fue nuestro domicilio definitivo. Era una vieja casa
que perteneció a un General que criaba allí gallos de pelea; por muchos años fuimos
reparando y acondicionando la vivienda para hacerla más habitable, porque en un principio
mi abuelito le tuvo que hacer a mi mamá un fogón en el suelo para que cocinara. Mi papá
siempre trabajó lejos de nosotros, el único tiempo que todos nosotros como familia vivimos
con él, fue cuando trabajó en la Escuela Normal Rural de Tenería, Mex., ahí sucedió uno de
los golpes más fuertes para la familia: Silvia, la bebé más pequeña, enfermó de difteria y el
progreso de la enfermedad le afectó las meninges antes de que recibiera la atención médica
adecuada. Mi padre decidió que la familia se mantuviera en Lerdo, Dgo., donde podían
conseguirse mejores servicios de salud; mientras él andaba trabajando por todo el País.
Nuestro abuelito Pedro era el que nos llevaba a la Escuela y al cine. Gozamos a nuestro
padre en vacaciones, cuando las de él coincidían con las nuestras porque antes había dos
calendarios escolares; cuando crecimos, yo recuerdo que corríamos a verlo a San Marcos,
Zac., que era donde él trabajaba y allí nos pasábamos dos meses con él. Aún estaba en la
Escuela Normal Rural de San Marcos, Zac., cuando sucedió otro golpe muy grande para él
y para nosotros. Nuestro hermanito el pequeño —José Santos— se accidentó jugando en el
patio, se le vino encima una plataforma y murió. Esto sucedió en octubre de 1955.
Nuestro padre sufrió mucho y decidió conseguir su trabajo más cerca de la familia; quienes
lo gozaron más como padre, fueron Paty la más pequeña y Silvia que siempre estuvo en la
casa con mamá. A pesar de haber andado siempre trabajando tan lejos de nosotros o —tal
vez por ello— él siempre tuvo un amor inmenso para nosotros que no lo comprendimos
plenamente hasta que fuimos mayores y sus formas de expresar este amor eran muy
peculiares, a veces nos tocaba la cara abarcándola con su mano abierta y eso era el
equivalente de mil formas de expresión de su amor, pero su amor más grande fue siempre
para mamá Tulita, cuando a ella le dio el primer infarto y su salud empezó a venirse abajo,
mi padre también empezó a derrumbarse. Cuando la vio en silla de ruedas, con medio
cuerpo paralizado, y enfermeras que entraban y salían de su habitación para atenderla, mi
padre ya no quiso vivir, —nos hizo huelga de hambre— como dijera el maestro Andrés
Silva Zavala. Fue como si el amor hubiera sido la fuerza que lo mantenía de pie en este
mundo.”

Profra. Lucrecia Valdés. (hija)


VIII.-Motivos de la Publicación.

Todo lo expuesto hasta aquí son suficientes motivos para merecer que la Secretaría de
Educación y Cultura del Estado de Coahuila, haya dedicado este número de la serie
“Forjadores” al Profr. José Santos Valdés García de León, que dio contenido y relieve a la
educación rural del México posrevolucionario.

Los tiempos de hoy a los cuales se les ha adosado el geodésico concepto de la


globalización económica, consideran que el maestro ya no es más que un “facilitador del
aprendizaje” que no debe atender ningún otro asunto que no sea la satisfacción de las
necesidades de su cliente primario, que es el alumno y enseguida los padres de familia. El
viejo y más completo concepto de maestro como guía del aprendizaje, líder social, gestor
de desarrollo y promotor de la comunidad, ha quedado, desde hace mucho tiempo, proscrito
del campo educativo por razones de conveniencia y también de seguridad nacional. Por lo
cual presentar a los maestros de Coahuila la vida y el pensamiento de un personaje que
vivió en el siglo pasado confrontándose con caciques explotadores y políticos corruptos
para poder educar y hacer prevalecer las ideas, los principios, verdades y valores en los que
creía, es sumamente aleccionador y motivo de una reflexión que a muchos habrá de ayudar
a encontrar su destino.

Hoy ya no existe el Profr. José Santos Valdés, pero viven aún sus hijos y familiares, viven
sus alumnos, sus discípulos y seguidores que son depositarios de valiosos recuerdos y
testimonios de su andar por el mundo. Su nombre no es desconocido en el Estado de
Coahuila que tanto amó y por el que tanto luchó, tampoco es desconocido a nivel nacional
donde se le considera una figura educativa prominente al lado de Enrique Corona, Rafael
Ramírez y Moisés Sáenz, que contribuyeron a forjar los cimientos del Sistema Educativo
Nacional de nuestro tiempo. Su semblanza biográfica ayudará a comprender a los jóvenes
maestros de hoy y a las nuevas generaciones el valor que tuvieron las acciones del relevante
maestro coahuilense que nos ha heredado la dignidad de ser maestros.
IX.- Agradecimientos:

- Para la Profra. Lucrecia Valdés González que proporcionó valiosas informaciones


acerca de la vida y obra de su padre, así como algunas fotografías (LV) de familia
que consideró viables para su publicación.

- Para el Profr. Roberto Treviño Rodríguez, Director del Museo Juarista de


Congregación Hidalgo, Coah., por haber facilitado algunas fotografías (RT)
pertenecientes a una sala del museo dedicada al Profr. José Santos Valdés.

- Para la Sra. Lourdes Pimentel Presidenta de la Fundación Cultural y Educativa


“José Santos Valdés” A.C. y para el Profr. Gabriel Castillo que prestaron las
fotografías (FJVS) de una exposición permanente en su local.

- Para los Profrs. Ruperto Ortiz Gámez, y Antonio Valtierra Limones quienes
accedieron a aportar un testimonio sobre la vida del maestro.

Recopilación de datos y
Redacción de textos:
Profr. Vicente Rodríguez Quiroz

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